La búsqueda de la estabiidad en México

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LA BÚSQUEDA DE LA ESTABILIDAD ECONÓMICA
(Hacia el nuevo estado)
El fin del cardenismo en 1939, más que ser el inicio de una nueva era para México, fue el fin del desarrollo social y político que se había conseguido en el país desde 1920 con Álvaro Obregón. A partir de 1940 con la llegada de Manuel Ávila Camacho a la presidencia, y a lo largo de las siguientes tres décadas se fueron perfeccionando las estrategias económicas para mantener la estabilidad en el país. Y en el tránsito de la década “socialista” de los años treinta a la década democrática y capitalista de los cuarenta se operó en la transición del radicalismo cardenista a políticas sociales medidas y cuidadas de alcances específicos y propósitos negociados.
El impacto de la segunda guerra mundial
La simple amenaza de la segunda guerra mundial trajo consigo un cambio de actitud por parte de Estados Unidos hacia sus vecinos del sur. Así, Franklin D. Roosevelt inaugura la “política del Buen Vecino”, asegurando que los países latinoamericanos se comprometan a controlar el fascismo que pudiese desarrollarse en estos mismos.
Cárdenas en sus últimos días de gobierno, había sido claro con el embajador de Estados Unidos (Joseph Daniels), señalándole que cualquier colaboración militar mexicana con Estados unidos, estaría sujeta al arreglo previo de la deuda externa. Y mientras que aumentaba la hostilidad por parte de Japón, en 1941 México adquiría un valor estratégico cada vez más importante para Estados Unidos. Con la Doctrina Continental de México, expuesta por el canciller Ezequiel Padilla, se completaba la política del Buen Vecino, llamando al resto de países latinoamericanos a olvidar los errores del pasado en las relaciones con estados Unidos, tomar en cuenta las intenciones del presidente Roosevelt y lograr un panamericanismo de estrecha colaboración.
La industrialización como panacea
La segunda guerra mundial dejó experiencias y convicciones en l mentalidad de la clase gobernante mexicana. De todas ellas la más importante fue la idea de que la industrialización era la vía adecuada para generar un crecimiento económico, crear empleo y mejorar la distribución del ingreso nacional. A partir de 1946 y con Miguel Alemán Valdés en la presidencia, el crecimiento económico y la industrialización se convirtieron en prioridades dentro del país.
Desde 1944, México se había opuesto a las pretensiones de Estados Unidos de un libre cambio en el continente americano. Hasta ese momento, El país del norte había estado concretando tratados bilaterales de comercio con países latinoamericanos, estos pretendían reducir los aranceles que habían impuesto en un principio para proteger las industrias nacionales que apenas comenzaban a manifestarse. La conferencia de Chapultepec (1945) fue una importante reunión entre los países de América (exceptuando a Canadá y Argentina) y convocada por México. En esta se volvieron a organizar las relaciones interamericanas para adecuarlas a la nueva realidad mundial y de la ya próxima postguerra, resultado de esto se firmaron en Acta de Chapultepec, la Carta Económica de las Américas y la Declaración de México. En esta misma reunión, Estados Unidos cambió su estrategia del bilateralismo al multilateralismo, aunque México, al igual que con la primera, se opuso a la propuesta librecambrista.