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Anexo B 5 P Economía Sector Público

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EL PAPEL DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA 
 
Cuando el mercado funciona de forma eficiente, el Estado se limita a proporcionar un marco normativo que 
garantice los intercambios económicos entre oferentes y demandantes. Sin embargo, existen situaciones en 
las que concurren una serie de fallos de mercado que hacen a éste ineficaz para resolver los problemas 
económicos. 
 
En estas circunstancias, se justifica la intervención del Estado por razones sociales y por razones de 
eficiencia. 
 
Desde los mercantilistas (mediados del siglo XVI) que reclamaban la presencia del estado para la 
consolidación de los estados nacionales, hasta los monetaristas (neoliberales del siglo XX) que defienden la 
libertad de los mercados con la mínima intervención del estado, el dualismo estado-mercado ha sido una 
constante en la historia de la economía moderna. 
 
 
Si el mercantilismo exigía un Estado fuerte capaz de tomar las medidas necesarias para regular la economía, 
el liberalismo económico, que imperó desde el comienzo de la revolución industrial (finales del siglo XVIII) 
hasta la Primera Guerra Mundial, defendían la mínima intervención del Estado: 
 
"Laissez-faire, laissez-passer, le monde va de lui même" 
(Dejad hacer, dejad pasar, el mundo funciona solo) 
 
Adam Smith, considerado el fundador del liberalismo económico, propugnaba la mínima intervención del 
Estado, ya que el mercado y su "mano invisible" eran capaces de resolver las cuestiones básicas de toda 
economía. 
 
Y así perduró este pensamiento de no intervención del estado en los asuntos económicos hasta 1929, cuando 
se produjo el crack económico mundial que puso en duda las bondades del mercado como mecanismo para 
garantizar el uso eficiente de los recursos. 
 
Como medidas para salir de esta crisis, Keynes defendía la necesidad de incrementar el consumo y la 
inversión y, para ello, era necesaria la intervención del Estado proponiendo una economía mixta entre el 
sistema de economía de mercado y el sistema de economía planificada. 
 
Desde el final de la segunda guerra mundial, y durante cerca de tres décadas, las teorías keynesianas fueron 
aplicadas en muchos países hasta que en 1973 se dispararon los costes de producción surgiendo la conocida 
crisis del petróleo. 
 
Para esta una nueva situación, en la que coexistían desempleo e inflación, no encajaban las fórmulas 
keynesianas. 
Es cuando se vuelve a las teorías neoliberales, con Milton Friedman al frente, defendiendo la libertad de los 
mercados y la mínima intervención del estado. 
 
FALLOS DE LA ECONOMÍA DE MERCADO Y FUNCIONES DEL ESTADO 
 
a. ¿Por qué debe intervenir el Estado? 
 
Los liberales promovían la mínima intervención del Estado, ya que el mercado y su "mano invisible" (Adam 
Smith) eran capaces de resolver las cuestiones básicas de toda economía. Propugnaban que el libre juego de 
la Oferta y la Demanda era suficiente para la fijación de los precios y eliminar los desajustes hasta alcanzar el 
equilibrio. 
 
Sin embargo, está constatado que existen ciertas situaciones en las que el mercado no es capaz de 
responder a estas preguntas básicas de la economía y que además, no siempre asegura que las 
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decisiones tomadas desde el punto de vista particulares sean óptimas desde el punto de vista de la 
sociedad, conduciendo a ésta a situaciones críticas como las desigualdades sociales, la 
contaminación del medio ambiente o los abusos de las empresas (monopolios). 
Es lo que se denominan fallos o limitaciones del mercado. 
 
Efectivamente, el mercado no funciona tan eficazmente como se pensaba, presentando fallos en la asignación 
de los recursos disponibles y deficiencias en la distribución de la renta. Es por ello, por lo que se exige la 
intervención del estado para corregir estos fallos o al menos, mitigarlos. 
 
 
b. ¿Cómo interviene el Estado en la economía? 
 
Para explicar las distintas formas que tiene el Estado de intervenir en la economía de un país vamos a tomar 
como guía los fallos del mercado que han provocado esta intervención: 
 
1. No logra suavizar la inestabilidad de los ciclos económicos (crisis) 
 
Una de las mayores críticas que recibe la economía de mercado es que no logra alcanzar un crecimiento 
económico estable. Sabemos que la actividad económica sufre oscilaciones que dan lugar de forma 
alternada a épocas de expansión, donde la actividad económica y el empleo crecen considerablemente, y 
épocas de recesión y depresión (crisis) en las que el desempleo es elevado y una gran parte de los factores de 
producción disponibles permanecen ociosos. 
 
Esta alternancia de períodos de bonanza con períodos de crisis (ciclos económicos) provoca inestabilidad 
económica. 
 
Ha quedado demostrado (crack de 1929) que la "mano invisible" de la economía no es capaz de solventar 
estos problemas en épocas de crisis. La autorregulación de la economía de Adam Smith no funciona en los 
períodos de recesión y es entonces, como defendía J.M. Keynes, cuando es necesaria la intervención del 
estado. 
 
 INTERVENCIÓN DEL ESTADO: FUNCIÓN ESTABILIZADORA 
 
El impacto tan negativo que ejerce esta inestabilidad en la economía de un país, que afecta de manera 
especial a los puestos de trabajo, hace que sea necesaria la intervención del Estado para atenuarlo, 
aumentando el gasto público para compensar la disminución de la inversión privada. 
 
Desde la Gran Depresión de 1929 y la publicación de la Teoría general de la ocupación, el interés y 
el dinero (J.M. Keynes, 1936) se considera que es responsabilidad del Estado suavizar las 
fluctuaciones de los ciclos económicos. 
 
Es el estado el que debe procurar que las transiciones entre las fases de expansión y las fases de recesión 
que sufre la actividad económica sean lo más suaves posible y, para ello, deben aplicar políticas que 
favorezcan un crecimiento sostenible de la economía. 
Es lo que se conoce como la función estabilizadora del Estado, mediante la cual intentará reducir todas las 
perturbaciones cíclicas de la economía a través de una política (política monetaria y política fiscal) idónea que 
se marque como objetivo alcanzar la estabilidad de los precios y la reducción del desempleo. 
Frente a los neoliberales (seguidores de Adam Smith) que propugnan la no intervención del Estado, están los 
neo keynesianos (herederos de John Maynard Keynes) que defienden la intervención del Estado para corregir 
el mecanismo natural del mercado. 
Pero esta intervención del Estado no debe limitarse a los períodos de recesión o crisis. También en las épocas 
de crecimiento el Estado debe controlar los mercados para evitar la creación de "burbujas" económicas. 
 
Por lo tanto, existirán diferentes políticas económicas a aplicar, según el momento del ciclo en el que se 
encuentre la economía. 
 
2. No garantiza la satisfacción de determinadas necesidades colectivas 
 
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https://yirepa.es/la%20pol%C3%ADtica%20fiscal.html
Las carreteras, la defensa nacional, la justicia, etc., son bienes y servicios muy importantes para la 
sociedad. Sin embargo, el mercado no los ofrece, ya que no son rentables para un inversor privado, y si lo 
hace, los suministra en cantidades menores a la demandada, como es el caso de la sanidad o la educación, 
donde las empresas privadas ofrecen una cantidad insuficiente para satisfacer la demanda socialde estos 
bienes. 
 
 
INTERVENCIÓN DEL ESTADO: FUNCIÓN SUMINISTRADOR DE BIENES Y SERVICIOS PÚBLICOS 
 
Son los llamados bienes públicos, cuyo suministro y gestión debe ser asumido por el Estado mediante las 
siguientes formas: 
 
 Aportación directa del Estado. Es el caso de la sanidad, la justicia, la policía, el ejército, la educación, 
etc. 
 
 Adquisición a empresas privadas para su posterior suministro gratuito entre la población. Así 
tenemos el alumbrado, las carreteras, los puentes, etc. 
 
 Subvencionando parcialmente su adquisición: sanidad, medicación, viviendas, educación, etc. 
 
 
Evidentemente, estas aportaciones implican, en la mayoría de las ocasiones, la asunción por parte del Estado 
de pérdidas o poca eficiencia productiva. 
 
 
3. No contempla las externalidades: costes y beneficios externos 
 
Las externalidades son gastos o beneficios no registrados y que, por lo tanto, no están reflejados en los 
precios de los productos y servicios. 
 
Por ejemplo, la energía nuclear reporta beneficios para el productor de electricidad, pero tiene un impacto 
negativo en el medio ambiente al generar desechos radioactivos. Lo mismo ocurre con los coches, que aportan 
grandes ventajas para sus usuarios, pero perjudica el medio ambiente con la emisión de gases. 
 
Se refieren a las externalidades negativas que generalmente están relacionadas con la contaminación y el 
deterioro del entorno. Como sus efectos no están contemplados en los costes de las empresas, tampoco están 
reflejados en los precios de los bienes, y éste es el fallo del mercado, ya que está dando información errónea al 
no recoger todos los costes reales; solo se consideran los costes internos prescindiendo de los costes externos 
o externalidades. 
 
También existen las externalidades positivas, que tampoco se contemplan en el precio del producto. Es el 
caso de las actividades de investigación desarrolladas por algunas empresas y que finalmente serán utilizados 
por otras. La rentabilidad generada por sus beneficiarios indirectos nunca quedará reflejada. 
 
 INTERVENCIÓN DEL ESTADO: FUNCIÓN REGULADORA SOBRE EL MEDIO AMBIENTAL 
 
Ya que el mercado no asume estas externalidades, será necesario poner en marcha una serie de medidas 
que penalicen aquellas actividades que afecten negativamente a la sociedad o incentive aquellas que 
resulten beneficiosas. Queda justificada una vez más la intervención del Estado, que será el encargado de 
articular estos instrumentos mediante una política medioambiental: 
 
 Estableciendo impuestos sobre aquellas actividades que afecten negativamente a la sociedad (Quien 
contamina paga). Estos impuestos aumentará el coste de producción obligando a las empresas a 
buscar materiales o procesos menos contaminantes. 
 
 Subvencionando aquellas actividades que resulten beneficiosas para la sociedad. Por ejemplo, las 
inversiones en energías alternativas, materiales ecológicos, paneles solares, etc. 
 
 Regulando las actividades, restringiendo aquellas que generen efectos negativos (horario de discotecas) 
o promoviendo las que tengan efectos positivos. 
 
 
4. Posibilita la falta de competencia 
 
Cuando no existe competencia (monopolios o acuerdos oligopólicos) las empresas usan su poder para 
imponer unos precios y unas cantidades que no son las que satisfacen los deseos de los consumidores. 
 
Estas empresas dominantes, además de desequilibrar el mercado, impiden que éste funcione libremente, ya 
que, a través de sus campañas publicitarias, crean necesidades en los consumidores de forma artificial. 
 
 
INTERVENCIÓN DEL ESTADO: FUNCIÓN DEFENSORA DE LA LIBRE COMPETENCIA 
 
Una vez más, es necesaria la intervención del Estado, en este caso, para intentar restaurar un entorno 
competitivo que no perjudique al consumidor y, al mismo tiempo, incentive a la empresa a mejorar la calidad 
y a ajustar los precios. 
 
Para garantizar el funcionamiento competitivo de los mercados y ejercer la defensa de la competencia, el 
Estado pone a disposición de la sociedad, organismos e instituciones de vigilancia. 
 
5. Genera una distribución desigual de la renta 
 
Una de las quejas más frecuentes contra el mercado es su mala eficacia en el reparto de la riqueza. 
 
Por la ley de la oferta y la demanda, en el mercado solo se expresan aquellos cuyo nivel de renta les permite 
pagar los precios de los bienes y servicios que ofrecen las empresas, acentuándose las desigualdades 
económicas. 
 
Es decir, las posibilidades de acceder al mercado dependen de la capacidad adquisitiva de los consumidores, 
resultando mucho más fácil a los que tienen dinero y muy complicado a los que no tienen recursos. 
 
Por este motivo, se debe recurrir a la intervención del Estado para que intente distribuir la renta de manera 
más igualitaria, transfiriendo de quienes tienen más a quienes tienen menos. 
 
 INTERVENCIÓN DEL ESTADO: FUNCIÓN REDISTRIBUIDORA DE LA RENTA 
 
La redistribución de la renta es el proceso mediante el cual el Estado vuelve a distribuir, de acuerdo con 
el principio de equidad, los fondos que previamente fueron asignados por el mercado a los ciudadanos. 
Su objetivo es intentar que las diferencias entre las rentas de los individuos no superen determinados niveles 
y que todos alcancen, al menos, unos niveles mínimos. Al mismo tiempo, se pretende que cada uno de los 
individuos de la sociedad pueda acceder en igualdad de oportunidades a todos los servicios públicos 
(sanidad, educación, vivienda, etc.). 
Para ejercer esta función redistribuidora de la renta, el Estado, mediante los impuestos, intentará equilibrar 
las rentas de todos los ciudadanos, gravando más los ingresos de las personas más ricas y transfiriendo ese 
dinero a los más pobres (política fiscal). 
 
 Entre las medidas de estas políticas redistributivas, con las que se intenta generar un reparto más 
igualitario de la renta, nos encontramos con los impuestos progresivos, las transferencias públicas 
(prestaciones sociales, pensiones, etc.), la prestación de servicios públicos (educación, sanidad, transporte 
público) y las normativas en los mecanismos del mercado (salario mínimo, precios máximos, etc.). 
La captación de fondos (ingresos públicos) se produce, fundamentalmente, a través de los impuestos. La 
mayoría de estos son progresivos (paga más impuestos quien tiene más riqueza), decidiendo el Estado su 
destino (gastos públicos). Es decir, el Estado redistribuye los fondos que previamente distribuyó el mercado a 
los ciudadanos. 
Es así como surgen las diferentes funciones del Estado en la economía, cuya ejecución y desarrollo da lugar a 
la política económica: 
 
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c. ¿Cuánto debe intervenir el Estado en la economía? 
 
Ya hemos visto en la reseña histórica que para el Mercantilismo la intervención del Estado era esencial. 
Necesitaban de una fuerte autoridad central para la expansión de los mercados y la protección de los 
intereses comerciales. 
 
Sin embargo, los defensores del Liberalismo económico limitaban la intervención estatal a garantizar el 
funcionamiento de la economía de mercado. Para ellos, los mercados se ajustan por sí mismos. Ante las 
perturbaciones de la actividad económica, las fuerzas internas del mercado restablecerían el equilibrio ("la 
mano invisible de Adam Smith") sin necesidad de actuación alguna. Por lo tanto, no consideraban necesaria 
la intervención del estado. 
 
Actualmente, tras la crisis financiera iniciada en 2008, parece ser que existe un retorno a la idea de que los 
mercados requieren más intervención de la autoridad pública ("Teoría keynesiana de la Demanda agregada"). 
 
La Economía Mixta, sistema basado en la economía de mercado, pero con la intervención más o menos 
elevada del Estado,parece ser la alternativa más idónea y de hecho, es el sistema económico más extendido 
hoy en día entre los países desarrollados. 
 
El mercado, por sí solo, no es capaz de dar respuestas a ciertos problemas económicos, el debate central 
hoy en día no es si el estado debe o no debe intervenir en la economía, sino cuánto debe intervenir. 
 
No existe una fórmula perfecta sobre qué proporción entre estado y mercado es la más conveniente, y a la vez 
justa, para regir la actividad económica de una sociedad. En pleno siglo XXI, la evolución esperada para 
resolver los problemas económicos de un país será una constante búsqueda de espacios comunes donde lo 
público y lo privado puedan colaborar entre sí. Lo ideal sería que ambas instituciones, estado y mercado, se 
complementaran en estas tareas, tomando la eficiencia y la equidad como pilares sobre los que se construyan 
los futuros sistemas económicos. 
 
https://yirepa.es/pensamientos%20econ%C3%B3micos.html
https://yirepa.es/el%20sistema%20de%20precios.html
https://yirepa.es/el%20sistema%20de%20precios.html
https://yirepa.es/keynes.html
https://yirepa.es/econom%C3%ADa%20mixta.html
https://yirepa.es/los%20sistemas%20econ%C3%B3micos.html
https://yirepa.es/la pol%C3%ADtica econ%C3%B3mica.html

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