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Manipulación y psicología oscura-Constanza Calvio

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MANIPULACIÓN Y
PSICOLOGÍA OSCURA
 
 
 
APRENDER A RECONOCER AL
MANIPULADOR,
SUS TÉCNICAS Y SU LENGUAJE
CORPORAL
 
 
 
Ninguna persona es libre, si no es su propio amo. Epicteto
 
 
 
 
DRA. M. COSTANZA CALVIO
PSICÓLOGO - PSICOTERAPEUTA
Copyright © 2022 por Dra. Maria Costanza Calvio
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Todos los derechos reservados. De ninguna manera es legal
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ÍNDICE
 
 
VOLUME I: PSICOLOGÍA OSCURA
Prefacio
Introducción
 
Capítulo 1 - PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD
1 - CÓMO NACE LA PERSONALIDAD
Rasgos, temperamento y personalidad
Como se desarrolla la Personalidad
La Teoría del Apego
2 – LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
Personas con comportamientos extraños y excéntricos
Personas con comportamientos ansiosos o temerosos
Personas con los comportamientos socialmente más desagradables
 
Capítulo 2 - PSICOLOGÍA OSCURA
1 – QUE ES LA PSICOLOGIA OSCURA
La tríada oscura o malvada (Dark Triad)
El lado oscuro del Narcisista
El lado oscuro del Maquiavélico
El lado oscuro del Psicópata
La tríada también podría ser una tétrada
La tríada oscura en las mujeres
La tríada oscura en el lugar de trabajo
La tríada oscura en la red
Narcisismo digital
Psicología oscura en la publicidad
Predictores de la tríada oscura
Intervención en el trastorno de personalidad con tríada oscura
 
2 - LA TRÍADA OSCURA EN LAS RELACIONES CON EL OTRO SEXO
La víctima del manipulador
Intimidad con el narcisista inconsciente
Cómo entender que la pareja es un narcisista maligno
 
Capítulo 3 - ESTRATEGIAS BÁSICAS DE MANEJO, PERSUASIÓN Y VENTA
1 - TÉCNICAS DE MANIPULACIÓN
Técnicas de manipulación basadas en la imposición
Técnicas de manejo basadas en el cumplimiento
Técnicas de manipulación basadas en generar confusión
Técnicas de manipulación basadas en el miedo y la culpa
Técnicas de manipulación basadas en la humillación y la dominación
2 - TÉCNICAS DE PERSUASIÓN Y VENTA
Capítulo 4 - ANALIZAR A LAS PERSONAS Y DEFENDERNOS
Mente consciente y mente inconsciente
Todos podemos “leer la mente”
Cómo entender que alguien tiene malas intenciones
Defendernos de la manipulación mental
Conclusiones
 
VOLUME II: MANIPULACIÓN MENTAL
Prefacio
Introducción
Capítulo 1 - MANIPULACIÓN, PERSUASIÓN Y VENTA
1 - PERCEPCIÓN
 
2 - MANIPULACIÓN
Quién es el manipulador mental/emocional
Cómo se manifiesta la personalidad de la tríada oscura
Características típicas del manipulador
Quién es la víctima del manipulador mental/emocional
Cómo es la víctima del manipulador mental
Características típicas de la víctima
Relaciones toxicas
Cómo reconocer una relación tóxica
Cómo reconocer a un manipulador afectivo
 
3 - PERSUASIÓN
¿Quién es la persona persuasiva?
Persuadir o influir
El poder social
 
4 - VENTA
La Teoría de los 3 Cerebros
Neuromarketing
 
Capítulo 2 - TÉCNICAS DE MANIPULACIÓN MENTAL, PERSUASIÓN Y
VENTA
1 - TÉCNICAS DE MANIPULACIÓN MENTAL
Como actúa el manipulador
Las técnicas de manipulación
Engaño
Hipnosis y estados alterados de conciencia
Sugestión
Comunicación sugestiva e hipnosis conversacional
Lavado de cerebro
Manipulación mental
Técnicas poderosas de manipulación emocional
Relaciones tóxicas: cuando el manipulador se encuentra con su víctima
Estrategias de manipulación masiva según Chomsky
La evolución actual de las técnicas de control social
 
2 - TÉCNICAS DE PERSUASIÓN
Los 6 principios de Cialdini
Las palabras que influyen en los pensamientos
Asentir
Dejar la libertad de elección
Utilizar Storytelling
 
3 - TÉCNICAS DE VENTA
Técnica de la puerta en la cara
Técnica del pie en la puerta
Técnica de Psicología inversa
Técnica de comandos ocultos negativos
Técnica de negar el comando
Técnica Yes-Set
Técnica de anclaje
Técnica de Refuerzo Positivo
Técnica de Refuerzo Negativo
 
Capítulo 3 - DEFIÉNDETE DE LA MANIPULACIÓN
1 - APRENDAMOS A ESTAR EN EL JUEGO
Fase 1. Cómo notar que nos están manipulando
Fase 2. Defendernos de la manipulación mental
La técnica de la niebla
5 pasos para entender si estás siendo manipulado y defenderte
 
2 - CÓMO TERMINAR UNA RELACIÓN TÓXICA
Paso 1: Prepárate y recupera una red social
Paso 2: No vuelvas atrás
Paso 3: Trabaja para independizarte
 
3 - INTELIGENCIA EMOCIONAL PARA DEFENDERSE DE LA
MANIPULACIÓN EMOCIONAL
Analízate y mejórate a ti mismo
 
4 - PERSONAS MENTALMENTE LIBRES
Autoestima: no tengas miedo al fracaso
Encanto y carisma
Conclusiones
 
VOLUME III: LENGUAJE CORPORAL Y
MANIPULACIÓN
Prefacio
Introducción
 
Capítulo 1
COMO COMUNICA EL CUERPO
1 - EL CONCEPTO DE INCONSCIENTE EN EL LENGUAJE DEL
CUERPO
 
2 - EL LENGUAJE DE LA MENTE Y EL LENGUAJE DEL CUERPO
Cómo percibimos el mundo
Contacto humano a través del lenguaje corporal
¿El lenguaje corporal es voluntario o involuntario?
Orientar la comunicación gracias a la sugerencia
 
3 - SABER OBSERVAR EL LENGUAJE DEL CUERPO
Cómo se observa el lenguaje corporal
Sincronicidad en los movimientos
Los aspectos vocales
 
4 - COMUNICAR CON EL CUERPO
La cinésica
La proxémica
 
5 - INTERPRETAR EL LENGUAJE DEL CUERPO
El tronco
Los brazos
Las piernas
Los pies
Las manos
 
6 - INTERPRETAR LOS GESTOS
Rascarse el ojo, la oreja o la punta de la nariz
Alejar los objetos colocados frente a usted
Acercar los objetos colocados frente a usted
Alejarse físicamente con el torso (o los pies)
Frotar las manos
Morder los labios, tirar el cabello lejos del cuello, tocar el interior de la oreja
Gestos de aprecio, tensión y rechazo
Dirección de los ojos
El lenguaje corporal debe ser interpretado
 
Capítulo 2 - MANIPULAR MEDIANTE EL LENGUAJE DEL CUERPO
1 - MENTIR CON EL CUERPO
Los gestos ilustradores
Los ojos
Los párpados
La sonrisa
Los brazos
La caminata
El apretón de manos
 
2 - MANIPULAR MEDIANTE EL LENGUAJE DEL CUERPO
Los mentirosos son disonantes
Los mentirosos casi siempre están a la defensiva
Los mentirosos aman demasiado los detalles
El mentiroso tiende a no querer repetir
Algunos mentirosos sudan
Los mentirosos hablan más lento
Los mentirosos prefieren no mentirte directamente
Los mentirosos suelen tener una buena razón
 
Capítulo 3 - MICROEXPRESIONES FACIALES
1 - QUE SON LAS EXPRESIONES FACIALES
Aprender a identificar y descifrar expresiones faciales2 - LAS 7 EXPRESIONES FACIALES
1. FELICIDAD
2. DESPRECIO
3. ASCO
4. IRA
5. TRISTEZA
6. MIEDO
7. SORPRESA
 
3 - CÓMO IDENTIFICAR UNA MICROEXPRESIÓN
La expresión no puede revelar su causa
 
Capítulo 4 - MANIPULAR MEDIANTE MICROEXPRESIONES FACIALES
1 - MENTIR CON LAS MICROEXPRESIONES FACIALES
El modelo de congruencia
Cómo reconocer expresiones falsas
Lenguaje corporal entre políticos y grandes del mundo
Conclusiones
 
 
 
 
PARTE I
 
 
 
 
 
PSICOLOGÍA 
OSCURA
 
Prefacio
 
¿Qué impulsa a un psicoterapeuta a escribir un libro sobre
psicología oscura? ¿Moda? ¿El dinero que podría ganar? ¿Una
perversión personal al querer transmitir técnicas prohibidas?
Nada de esto. Lo que me impulsó fuertemente a escribir este
libro fue el deseo de abrir los ojos a las personas, de enseñar a
la mayor cantidad de gente posible, como he enseñado a mis
pacientes, de quién defenderse. Antes de aprender a
defendernos, de hecho, debemos entender bien de quién.
Debemos aprender a reconocer al enemigo.
La víctima del manipulador mental es principalmente una
persona descrita como buena e ingenua. Básicamente, esta
persona ama esta identidad de “bueno, generoso y amable”,
pero no se haga ilusiones, nadie puede ser bueno, generoso y
amable siempre, en todas las ocasiones. No puede ser y sobre
todo no debe ser, ¡tienes que aprender a defenderte!
En la naturaleza, cuando un animal es un cachorro, hay
padres que lo defienden, pero, cuando crece, la autodefensa se
convierte en su responsabilidad, de lo contrario muere. Ningún
otro animal lo protegerá y esto siempre nos ha parecido
normal en los documentales. Entonces, ¿por qué deberíamos
esperar que alguien venga a rescatarnos cuando lo
necesitemos? ¿Por qué queremos aferrarnos a nuestra
identidad de bondad y siempre seguir diciendo “SÍ” incluso
cuando queremos decir “NO”? Para no decepcionar al otro,
¡claro! Es como si el león le dijera a la gacela: “Tengo hambre,
¿puedo comerte por favor?” Y la gacela respondió: «Yo
también tengo hambre, pero como soy una gacela buena,
generosa y amable, sí, cómeme». ¿Cuándo lo viste?
La manipulación emocional es como un baile de pareja: el
manipulador lidera y tú sigues. El manipulador mantiene el
control, que es la percepción positiva de sí mismo y la certeza
de tener siempre la razón, mientras que la víctima, por su
fuerte necesidad de fusión y aprobación, le permite redefinir
su realidad e identidad, haciéndole sentir siempre más
equivocado e incapaz hasta el punto de anular su personalidad.
¡Deja de bailar si bailar te duele! Defenderse no puede ser
una falta, es su deber, ¡una responsabilidad para con usted
mismo! No tienes que ponerte malo, puedes encontrar tu
propio estilo de decir “NO”, pero apártate. ¿De cuál
trayectoria? Te lo explicaré en este libro.
Introducción
 
El conocimiento de los demás y de nosotros mismos, la
conciencia de cómo nos hemos convertido en lo que somos, de
cómo pensamos, actuamos y funcionamos, son el tema de una
ciencia llamada Psicología. Así es, la psicología es una
ciencia, al igual que la medicina. De hecho, la Psicología tiene
sus raíces en la Filosofía, pero gracias a las nuevas tecnologías
(tomografía computarizada, resonancia, electroencefalograma,
etc. …), hoy somos capaces de observar, medir y experimentar
de forma matemática y científica todo lo que ocurre en nuestro
cerebro. Podemos detectar y medir sensaciones, emociones y
cualquier otra actividad intelectual, verificando
científicamente lo que antes eran solo teorías. Por estas
razones, la Psicología se ha convertido plenamente en una
disciplina científica.
La psicología estudia la personalidad y la mente humana:
cómo se desarrolla, piensa, actúa y funciona. Entender cómo
funciona la mente puede tener un impacto fundamental en la
vida diaria de cada uno de nosotros, porque puede hacerla
mejor o peor, más complicada o infinitamente más sencilla. El
conocimiento y la conciencia de cómo trabajamos son las
herramientas más efectivas que tenemos para poder actuar y
tomar nuestras decisiones de vida de la manera más saludable
y funcional posible.
La Psicología Oscura es la rama de la Psicología que
estudia el comportamiento de algunos individuos cuya
personalidad se define, de hecho, “Personalidad Oscura”. Son
personas que, a primera vista, pueden parecer normales o
saludables, pero no lo son en absoluto. Son sujetos muy
peligrosos, sin empatía, compasión y sentimientos, que suelen
utilizar la manipulación de los demás para conseguir sus
objetivos. Muchos de ellos saben hacer muy bien el papel de
inocentes, pero son otra muy distinta: no les importa causar
sufrimiento en los demás, ya que saben dirigir su atención solo
a ellos mismos.
La comprensión y conocimiento de la Psicología Oscura y
la dinámica de funcionamiento de estas personas es la única
arma que tenemos para reconocerlas y defendernos de sus
ataques y manipulaciones. No conocer la Psicología Oscura
equivale a vivir a merced del mundo que nos rodea, ya que
esta Psicología puede involucrar cualquier relación
interpersonal, familiar, laboral, de amigos, de pareja e incluso
nuestra economía personal. De hecho, sabemos muy bien que
entre las cosas más manipuladoras que envuelven nuestra vida
tenemos la publicidad, que muy a menudo nos empuja a
comprar, incluso lo que no necesitamos.
Conocer las técnicas que pueden afectar tu mente y la de
los demás es la única arma que tienes para analizar el
comportamiento de las personas con las que vives o trabajas,
identificando sus rasgos oscuros y limitando sus efectos sobre
ti. Además, conocer los principios fundamentales de la
Psicología Oscura también puede ayudarte a sobresalir en tu
vida personal y profesional, ya que puedes usar algunos de sus
principios (de manera consciente) para lograr algunos de tus
buenos objetivos.
Te daré una idea bastante completa de las características y
peligros de este tipo de manipulación y de lo que puedes hacer
para defenderte de estas personas o utilizarlas a tu favor.
 
 
Capítulo 1
PSICOLOGÍA DE LA
PERSONALIDAD
 
1 - CÓMO NACE LA PERSONALIDAD
 
Ningún ser humano nace sin identidad. Nada más salir del útero, cada uno
de nosotros ya tiene su propio pequeño personaje, una mirada traviesa o una
calma sorprendente… Esta parte del carácter de una persona determina en gran
medida el comportamiento y las reacciones. De hecho, incluso si reciben la
misma educación de los mismos padres, dos niños pueden ser muy diferentes:
uno sueña despierto todo el día y el otro salta de una actividad a otra, en
constante movimiento. En las familias numerosas, los padres notan
rápidamente estas diferencias de temperamento de un niño a otro. Las personas,
por tanto, vienen al mundo con un temperamento que han heredado. Pero, al
mismo tiempo, es su propio temperamento personal.
Rasgos, temperamento y personalidad
El término “personalidad” deriva de la palabra latina “persona“, e indica las
máscaras que los actores usaron durante el espectáculo para interpretar los
diferentes roles de la representación. En nuestra vida diaria, nosotros también
usamos “máscaras” que en psicología se definen como “roles sociales” o
simplemente “roles“. Por ejemplo, cuando hablemos con nuestro profesor de la
universidad o el gerente de nuestra empresa, nuestra actitud será muy diferente
a la que tendremos cuando hablemos con nuestro mejor amigo en el bar o con
nuestros padres en casa. Esto no significa que seamos falsos o que tengamos
problemas mentales porque tenemos una personalidad “doble” o “triple”, ni
mucho menos, significa que estamos integrados socialmente porque respetamos
los roles y clasificaciones sociales. Estaríamos inadaptados y desconectados si
nosotros nos comportáramos así, manifestando diversos problemas de
personalidad antisocial. Pero, respetando los mismos roles e integrándonos en
la sociedad más o menos todos de la misma manera, debemos tener en cuenta
que hay aspectos individuales y característicos de la personalidad que son
diferentes para cada uno de nosotros. Todos nosdirigimos a un profesor más o
menos de la misma manera, pero manteniendo características de personalidad
distintivas y actitudes individuales, es decir, que nos pertenecen únicamente a
nosotros. Estas características de personalidad que nos pertenecen a cada uno
de nosotros se denominan “rasgos”. El conjunto de ciertos rasgos, entonces,
constituye lo que se llama el temperamento básico de una persona.
Este temperamento estará a su vez influenciado por el entorno social en el
que la persona crece y vive.
Entonces, podemos decir que:
1. la personalidad se compone del temperamento de la persona (es decir, el
conjunto de rasgos)
2. combinado con la influencia que el entorno social ha ejercido en el
crecimiento de esa persona. De hecho, incluso el entorno familiar y
social en el que crece una persona puede marcar la diferencia.
Para entender mejor: la estructura de la personalidad es como la estructura
final de una casa donde las características son las columnas portantes y el
conjunto de características constituye el esqueleto de hormigón armado de esta
casa, es decir, el temperamento. Las paredes y la distribución de las
habitaciones representan la influencia que el entorno social ha ejercido sobre
esa persona.
La personalidad es, por tanto, una compleja organización de formas de ser,
conocer y actuar que se construye durante el desarrollo del individuo a través
de sus características innatas y sus interacciones con otras personas y el entorno
que le rodea. Ahora especificamos y describimos en detalle cómo nace y se
desarrolla la personalidad de cada uno de nosotros a medida que crecemos.
Como se desarrolla la Personalidad
¿Alguna vez te has preguntado por qué dos personas con las mismas
características (edad, sexo, condición social, trabajo …) ante un mismo
estímulo o evento pueden reaccionar de manera diferente? La respuesta es:
porque depende principalmente de su temperamento básico.
En psicología y psiquiatría, el término temperamento se refiere al conjunto
de tendencias innatas, es decir, genéticas, del individuo para reaccionar a los
estímulos ambientales. Para cada individuo existen diferentes umbrales de
activación de emociones y sentimientos y, en consecuencia, hay diferentes
respuestas conductuales en función de la activación de estas emociones y
sentimientos. Todo esto cambia de persona a persona en función de su
temperamento que es innato y, por tanto, está presente en su ADN.
La primera descripción del temperamento humano se remonta a Hipócrates,
alrededor del 400 a.C. Hipócrates argumentó que, en la base de los
temperamentos humanos estaba la teoría de los cuatro humores, según la cual
cuatro fluidos llamados humores circulan en el cuerpo humano: flema (linfa),
sangre, bilis amarilla y bilis negra. Los cuatro fluidos, en la persona sana, están
en perfecta armonía en una especie de equilibrio. En cambio, cuando este
equilibrio se altera y la concentración de un determinado estado de ánimo (o
fluido) es mayor que la concentración de otros fluidos, estamos hablando de
una persona con un determinado temperamento, dependiendo del
correspondiente fluido presente en el organismo en mayor concentración. En
consecuencia, podemos identificar cuatro temperamentos diferentes: flemático,
sanguíneo, bilioso y melancólico.
Según Hipócrates, la persona con un temperamento flemático, causado por
un exceso de flema, se describe como dichosa, lenta, perezosa, serena y
talentosa. El sanguíneo, que tiene un exceso de sangre, se describe como vital,
jovial, alegre, goloso y con una sexualidad juguetona. El colérico o bilioso, que
tiene un exceso de bilis amarilla, se describe como delgado, seco, de mal genio,
susceptible, astuto, generoso y orgulloso. Finalmente, la melancolía, que se
presenta, en cambio, en su caso por un exceso de bilis negra, es generalmente
descrita como delgada, débil, pálida, tacaña, triste.
En psicología moderna, sin embargo, estamos hablando de rasgos de
personalidad más que de temperamento. Un rasgo es una respuesta conductual
que siempre se repite de la misma forma en una persona, independientemente
del estímulo que lo provoque. En otras palabras, el rasgo es una predisposición
de la persona a actuar siempre de la misma manera independientemente de las
circunstancias cambiantes. Entonces, los rasgos de personalidad representan
patrones de pensamiento, percepción, acción, reacción y relación,
relativamente estables en el tiempo. Un ejemplo de rasgo podría ser el de la
empatía, mediante el cual, con base en este rasgo, la persona piensa, percibe,
actúa, reacciona y se relaciona y su forma de comportarse será muy diferente a
la de una persona con un rasgo de personalidad, por ejemplo, desapegado.
Incluso el trabajo que elijan hacer durante toda su vida, en la medida de lo
posible, estará muy condicionado por estos rasgos.
Las teorías de referencia más conocidas con respecto a los rasgos de
personalidad son la de Cattell, la de Eysenck y posteriormente la de los Cinco
grandes factores de la personalidad o la teoría de los “Big Five“.
Según Cattell (1970), los principales rasgos constitutivos de la personalidad
serían dieciséis:
 
● Distante, frío;
● Superficial, poco inteligente;
● Inmaduro, lábil;
● Deferente, leve;
● Rígido, deprimido;
● Inconstante, voluble;
● Tímido, incómodo;
● Duro, realista;
● Confiado, tolerante;
● Convencional, práctico;
● Cándido, ingenuo;
● Tranquilo, seguro;
● Conservador, tradicionalista;
● Dependiente, imitativo;
● Indolente, descontrolado;
● Relajado, plácido.
 
Posteriormente Eysenck (1980), a través de un método experimental,
realizando estudios de personalidad en personas reales y voluntarias, elaboró y
presentó la Teoría Trifactorial, basada en tres factores: Extroversión,
Neuroticismo y Psicoticismo. A partir de la diferente combinación de estos
factores es posible determinar, y por tanto predecir, cómo se comportará la
persona en diversos contextos a nivel psicológico y social. Para Eysenck, estos
rasgos son principalmente genéticos, pero posteriormente, están influenciados y
en parte condicionados por el entorno externo: la familia y la sociedad. Las
interacciones familiares durante la infancia, por ejemplo, el afecto, la
comunicación entre padres e hijos, el entorno escolar, de amigos y social en
general, repercuten en un mayor o menor desarrollo del mismo, determinando
la personalidad del individuo.
Específicamente, Eysenck definió las tres categorías/rasgos de esta manera:
 
 
Neuroticismo
El neuroticismo es el nivel más alto de inestabilidad emocional e incluye
trastornos de ansiedad, histeria, depresión y obsesión ante diversas situaciones.
Las personas neuróticas son las que reaccionan de forma exagerada con mayor
frecuencia y les resulta difícil volver a un nivel normal de excitación
emocional. A diferencia del neuroticismo, hay personas emocionalmente
estables, tranquilas y con un alto nivel de autocontrol.
 
Extroversión
 Las personas más extrovertidas tienen características más marcadas de
sociabilidad, impulsividad, desinhibición, vitalidad, optimismo y agudeza de
ingenio. Por otro lado, sin embargo, están los más introvertidos que dan mayor
demostración de tranquilidad, pasividad, falta de sociabilidad, reflexividad o
pesimismo.
 
Psicoticismo
 El grado de psicoticismo de una persona refleja su nivel de comportamiento
impulsivo, agresivo o de baja empatía. Estas personas suelen ser insensibles,
inhumanas, antisociales, violentas, agresivas y extravagantes.
 
La teoría de BIG FIVE
Actualmente, la teoría que se considera más capaz de explicar una mayor
variabilidad individual entre sujetos es la de los Cinco Grandes Factores de la
Personalidad o la teoría de los Big Five (1992). Según esta teoría elaborada por
McCrae y Costa, existen cinco principales rasgos, factores o dimensiones de
personalidad que resumirían las teorías de rasgos descritas hasta ahora. Las
macrocategorías más utilizadas para describir las diferenciasentre individuos
son: extroversión, simpatía, escrupulosidad, neuroticismo y apertura a la
experiencia. Cada categoría tiene un polo negativo (cuando el rasgo no está
muy presente) y un polo positivo (cuando el rasgo está muy presente).
 
 
RASGO POLO NEGATIVO POLO POSITIVO
 
 
 
EXTROVERSIÓN
 
 
SI ES UN POCO
EXTROVERSO:
introversión, tendencia a
interesarse más en el mundo
interno que en el externo
 
SI ES MUY
EXTROVERSO:
emocionalidad positiva y
sociabilidad
 
 
 
AMISTAD
 
 
SI ES UN POCO
AMIGABLE:
hostilidad, insensibilidad e
indiferencia
 
SI ES MUY AMIGABLE:
cortesía, altruismo y
cooperación
 
 
 
ESCRUPULOSIDAD
 
SI ES POCO
CONSCIENTE:
imprecisión, inconstancia,
falta de fiabilidad
 
SI ES MUY
CONSCIENTE:
escrupulosidad,
perseverancia, seriedad y
autodisciplina
 
 
NEUROTICISMO
 
SI ES UN POCO
NEURÓTICO:
estabilidad emocional,
dominio y seguridad
 
SI ES MUY
NEURÓTICO:
vulnerabilidad, inseguridad
e inestabilidad emocional
 
APERTURA A LA
EXPERIENCIA
 
SI ES UN POCO ABIERTO
A LA EXPERIENCIA:
cierre a la experiencia,
conformidad, falta de
creatividad y originalidad
 
SI ES MUY ABIERTO A
LA EXPERIENCIA:
creatividad, poco
convencionalismo y
originalidad
 
 
Pero, como dije, la personalidad de un individuo está constituida por el
temperamento innato de la persona, derivado de todos sus rasgos (extroversión,
amistad, escrupulosidad, neuroticismo, apertura a la experiencia),
posteriormente modificado por la influencia del entorno externo en que crece y
que llamaremos carácter.
 
 
 PERSONALIDAD 
 
 TEMPERAMENTO + CARÁCTER
 
 
Es innato y difícil de modificar, consta
de todas sus características:
1. Extroversión
2. Amistad
3. Conciencia
4. Neuroticismo
5. Apertura a la experiencia
Puede identificarse desde la infancia y
se mantiene estable a lo largo de la
vida ya que tiene características
biológicas hereditarias. Los estudios
sobre gemelos informan una
heredabilidad de rasgos entre el 40 y el
60% (Cloninger 1993).
 
Se aprende del entorno externo y se
actualiza constantemente.
Depende en gran medida del
entorno externo y social en el que
crece el individuo y de la influencia
que este ejerce durante su niñez y
adolescencia.
 
Este concepto, por tanto, ve la personalidad derivada en parte de la genética
y, por tanto, inmutable, y en parte del entorno externo, y, por tanto, en este
sentido, modificable, que puede ser influenciada y manipulada. Esto es muy
importante, porque significa que si es cierto que podemos intervenir
modificando y mejorando (o empeorando) nuestro carácter y nuestra
personalidad, todavía hay una parte de nosotros, la determinada por el
temperamento básico, sobre la que no es posible intervenir completamente
porque es genético.
Tomemos un ejemplo muy simple: una persona con un temperamento
introvertido, si se le da la opción, preferirá un trabajo más autónomo, como un
especialista en TI. Sin embargo, al no poder elegir, también podrá adaptarse
para hacer otros trabajos con mayores interacciones sociales, por ejemplo, el
empleado de una tienda y tal vez incluso volverse un poco más extrovertido a
fuerza de dar consejos y hablar con la gente, pero tan pronto como tenga la
oportunidad, siempre tenderá a refugiarse en sí mismo, prefiriendo quizás una
velada disfrutada solo en casa, en lugar de salir con amigos, o más fácilmente,
con un solo amigo.
Además, debido a que incluso el entorno externo en el que vivimos cambia
constantemente, debemos considerar que la personalidad está en constante
evolución a lo largo de la vida de una persona: la personalidad es dinámica y
está siempre en movimiento - evolución - cambio.
Y aquí viene la dificultad. En psiquiatría hay diferentes “estructuras de
personalidad”, por lo tanto, diferentes tipos de casas; por ejemplo, está la
estructura narcisista, la estructura obsesiva, la paranoica, etc. Puedo decir que
una persona tiene una estructura de personalidad narcisista cuando la mayoría
de sus rasgos de personalidad (pilares) son narcisistas, o puedo decir que tiene
una estructura de personalidad obsesiva cuando la mayoría de sus rasgos de
personalidad son obsesivos, o que tiene una estructura de personalidad
paranoica cuando la mayoría de sus rasgos de personalidad son paranoicos.
A una estructura de personalidad de cierto tipo, por ejemplo, un narcisista,
pertenecen determinadas características y rasgos innatos que, en tanto estén
presentes dentro de ciertos niveles, no constituyen demasiados problemas. Pero
cuando estos rasgos se vuelven excesivamente pronunciados y rígidos,
terminan comprometiendo el trabajo y/o el funcionamiento interpersonal; es
decir, se vuelven desadaptativos y pueden causar un malestar importante tanto
en las personas que los manifiestan como en quienes los rodean. En este caso,
nos encontramos ante un trastorno de la personalidad, o una patología de la
personalidad.
En el trastorno de la personalidad, por lo tanto, los rasgos de personalidad
se endurecen hasta el punto de superar ciertos parámetros, un poco como en el
cuerpo humano cuando los análisis de sangre ya no caen dentro de los niveles
considerados seguros y se deben tomar medidas para garantizar que la situación
no empeore más.
El Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 5° Edition (DSM-
5), que es el manual en el que se clasifican y describen todos los trastornos
mentales o psicopatológicos conocidos y estudiados en todo el mundo, enumera
10 tipos de trastornos de la personalidad:
 
 
Tipo de conducta
 
Trastorno
 
Características
 
 
Extraño /
Extravagante
 
ESQUIZOIDE
 
Caracterizado por el
desinterés por los demás
 
ESQUIZOTIPICO
 
Caracterizado por ideas y
comportamientos
excéntricos
 
PARANOICO
 
Caracterizado por la
desconfianza y la suspicacia
 
 
 
Ansioso / Temeroso
 
EVITANTE
 
Caracterizado por evitar el
contacto interpersonal
debido al rechazo de la
sensibilidad
 
ADICTO
 
Caracterizado por la
necesidad de ser atendido y
por el cumplimiento
 
OBSESIONANTE
 
Caracterizado por rigidez y
obstinación y
perfeccionismo
 
Socialmente
INOPORTUNO
 
Manifiesta altos
niveles de:
● imprudencia
● aislamiento social
● falta de
asertividad
● arrebatos de ira
● drama o
extravagancia
 
HISTRIÓNICO
 
Caracterizado por una
fuerte búsqueda de
atención.
 
BORDERLINE
 
 
Caracterizado por
intolerancia a estar solo y
desregulación emocional
 
NARCISISTA
 
Caracterizado por una
autoestima subyacente
desregulada y frágil y una
grandiosidad manifiesta
 
ANTISOCIAL O
PSICOPÁTICO
 
Caracterizado por una
irresponsabilidad social
severa, desprecio por los
demás, engaño y
manipulación de los demás
para beneficio personal
 
Para complicar un poco más la situación, debo señalar que la mayoría de las
veces no encontramos estructuras de personalidad completamente “puras”, es
decir, ningún perfil o trastorno de personalidad encaja perfectamente en solo
una de las categorías enumeradas, pero encontramos más a menudo
personalidades predominantemente de un tipo con la adición de rasgos de
personalidad de otro tipo, o simplemente una estructura patológica mal
definida que consiste simplemente en un conjunto de rasgos patológicos de
diferentes estructuras. Esta aclaración es importante porque más adelante
analizaremos una importante estructura mixta, la del manipulador mental, que
también es el tema de este libro.
Sin embargo, antes de describir individualmente estas estructuras de
personalidad, es fundamental que describa y defina bien la Teoría del Apego,
porque se asume (es casi seguro) que todo nace en la niñez y está determinado
por la relación que se establece entre el niño y el padre o cuidador. Así, parece
que en la base de la mayoría de los trastornos de la personalidad existe una
alteración de este importantísimo proceso que tiene lugar durante la infanciade
cada uno de nosotros. Como verá, comprender cómo surge un trastorno es
fundamental para conocer el trastorno en sí.
 
Cuando todo comienza: El Apego
 
Por apego, en psicología, nos referimos a un vínculo a largo plazo
emocionalmente significativo con una persona específica, que generalmente
corresponde al sentimiento de la misma manera. Bowlby, un psicólogo y
psicoanalista británico, fue el padre de la teoría del apego y ha descubierto, a
través de diversas investigaciones, que el niño está programado biológicamente
para buscar figuras de apego que pueden brindarle bienestar, una sensación de
protección y comodidad, así como obviamente a la nutrición. Harlow, un
psicólogo estadounidense, para verificar la teoría de Bowlby, estructuró uno de
los experimentos más famosos de la historia de la psicología y logró demostrar
que “En el niño pequeño el hambre de amor y presencia materna no es menos
grande que el hambre de comida“. (Bowlby, 1988).
Harlow, para su experimento, utilizó una raza de simios con comportamientos
de apego similares a los humanos y separó a los cachorros de las madres. Los
colocó en jaulas donde también había colocado a dos madres sustitutas:
● una madre de metal, hecha de alambres de hierro sobre la que se instaló una
botella para alimentar;
● una madre de trapo suave y tibio que no le dio ningún alimento.
En esta manera, el contacto con la comida y el cuerpo que podían recibir los
cachorros eran separados y alternativos. La pregunta era: ¿preferirían quién lo
alimenta o quién le da calor? Bueno, Harlow pronto se dio cuenta de que la
comodidad emocional y el contacto corporal era lo que más buscaban los
cachorros. De hecho, los monos se volvían hacia la madre “metálica” sólo
cuando tenían hambre, mientras que la mayor parte del tiempo permanecían
abrazados a la madre de peluche, especialmente en los momentos en que tenían
miedo.
En definitiva, este descubrimiento para esa época fue revolucionario: la
madre, además de ser fuente de alimento, fortalece la relación madre-hijo
gracias al contacto físico y, solo a través del contacto, es útil para superar
incluso momentos de estrés, que es de miedo, inculcando seguridad en el
cachorro; gracias a la simple presencia de la madre, aunque subrogada e
indefensa, ella es capaz de afrontar de forma independiente estas situaciones
estresantes y atemorizantes que fueron provocadas voluntariamente por
Harlow.
En una fase posterior del experimento, Harlow tomó un segundo grupo de
cachorros y le dio acceso a la alimentación solo a través de la madre sustituta
fría con el biberón, privándolos por completo del contacto corporal de la madre
sustituta de trapo caliente. Esperó a que los monos crecieran un poco y luego
los mezcló con los del experimento anterior colocándolos todos juntos en una
jaula sin madres sustitutas, también porque ahora eran adultos, y notó que los
monos del primer grupo (que había tenido dos madres sustitutas) mostraban
comportamientos antisociales, es decir, tendían a mantenerse alejados de los
demás y se acurrucaban al margen, mientras que los del segundo grupo (que
solo habían tenido una madre sustituta con leche, sin la mamá de trapo caliente)
habían desarrollado graves desequilibrios mentales y algunos de ellos incluso
intentaron suicidarse.
No hay duda de la crueldad de este tipo de experimentos. Afortunadamente,
hoy podemos usar muchos otros medios para comprender cómo funciona
nuestro cerebro, pero la información de los resultados de este experimento
afecta profundamente la sensibilidad humana, especialmente lo que sucedió a
continuación. La falta de afecto de Harlow por los animales, de hecho, lo llevó
a continuar su investigación utilizando métodos aún más crueles. Creó madres
de peluche que podían torturar a los cachorros. Algunos tenían un resorte que
tiraba a los cachorros cada vez que intentaban abrazarlos. Otros poseían púas
que pinchaban al cachorro cuando intentaba buscar contacto. Pero los
cachorros, a pesar del miedo y el dolor, continuaron impertérritos para intentar
acercarse en busca del calor materno. Atención, porque esto es exactamente lo
que ocurre en la dependencia emocional, que mencionaré más adelante,
cuando, a pesar de que la pareja es agresiva, abusiva y maltratadora, el adicto
no puede evitar intentar reconectarse continuamente porque está convencido de
que no va a ser capaz de prescindir de él.
Volviendo a nuestro terrible experimento, los pobres monos desarrollaron
diversos problemas físicos, como problemas digestivos, y diarrea, además de
psicológicos. Cuando estos experimentos habían superado todos los límites de
la ética y la moral, afectando profundamente la sensibilidad de las personas que
vivían en el mismo país y que habían llegado a conocerlos, Harlow se sintió
obligado a intentar remediarlo intentando rehabilitar a los monos, pero no pudo.
El experimento de Harlow, sin duda macabro y cruel, nos confronta con
muchas conciencias importantes:
● Las emociones no son en absoluto despreciables;
● El contacto físico, la calidez y la sensación de protección y afecto son
esenciales desde una edad temprana y son vitales para un crecimiento
saludable tanto físico como psicológico;
● Los monos privados de calor, en la edad adulta fueron incapaces de
relacionarse con los demás: no pudieron encontrar pareja, no mostraron
interés en tener hijos. Además, las monas que fueron fecundadas en contra
de su voluntad se mostraron totalmente desinteresadas por los cachorros, no
los alimentaron, e incluso mutilaron a algunos de ellos hasta el punto de
matarlos.
En los humanos ocurre lo mismo: los niños que no reciben afecto, que no
son amados, que son rechazados y aislados, desarrollarán muchas dificultades
en las relaciones en la edad adulta y se expondrán fácilmente a crear relaciones
poco saludables. Por ejemplo, siempre en dependencia emocional, las personas
que no han recibido afecto en su niñez desarrollan una necesidad de amor como
para intentar satisfacerlo a toda costa a lo largo de su vida.
La Teoría del Apego
Cuando el niño comienza a caminar, su primer instinto como persona “libre”
es explorar el mundo. Según John Bowlby, médico y psicoanalista británico,
para el niño que desea explorar el mundo, el padre representa la base segura
desde la cual partir y, al mismo tiempo, el refugio seguro al que volver a
repostar con cariño antes de emprender la marcha en busca de una nueva
exploración. Por tanto, por parte del niño, hay dos necesidades: la necesidad de
exploración y la necesidad de acercamiento. Según la Teoría del Apego de
Bowlby, desarrollada entre los años 70 y 80, para construir un vínculo de apego
seguro, el niño necesita equilibrio y circularidad entre estas dos dimensiones, la
necesidad de exploración y la necesidad de acercamiento y que estas dos
dimensiones estén bien conectadas entre sí.
El padre actúa como una base segura si apoya al niño en su impulso natural
de explorar, animándolo a intentar y volver a intentarlo, vigilándolo desde la
distancia para que el entorno sea seguro, mostrándose feliz de compartir esta
actividad con él, dándole juicios positivos y ofreciéndole sugerencias útiles. Si
el padre puede tener la suficiente confianza al hacer esto, sin transmitir
preocupaciones o miedos, el niño puede tener una experiencia positiva y
aprender que explorar el mundo es una aventura emocionante y querrá repetirla
nuevamente para revivir los mismos sentimientos positivos. Entre una
experiencia y otra, el padre actúa también como refugio seguro en caso de que
el niño manifieste la necesidad de regresar, ofreciendo protección y
transmitiendo confianza en sus capacidades. Cuando el padre también logra
completar esta tarea, el niño recibe el mensaje de que pase lo que pase, ya sea
que esté cansado o en una emergencia, siempre tendrá ayuda que lo regenerará,
y por lo tanto podrá partir con calma hacia nuevas y venturosas exploraciones.
A veces, sin embargo, puede suceder que las dimensiones de exploración y
acercamiento no estén bien equilibradasentre sí. En estos casos, los niños
pueden experimentar problemas con el desapego de los padres y la inseguridad,
o una falsa valentía y confianza, lo que pone en desventaja el estilo exploratorio
natural del niño. Por ejemplo, si el adulto está preocupado y teme que el niño
pueda lastimarse durante la exploración, el niño percibirá este miedo, pensará
que el padre (que siempre sabe todo) tendrá muy buenas razones para tener
miedo y evidentemente habrá algo muy peligroso de la que no conoce la
existencia. Como resultado, reaccionará tratando de aferrarse al padre,
desarrollando una adicción que dificulta la exploración autónoma. Otra razón
por la que el niño se quedará con el padre, además del temor de que le pueda
pasar algo durante la exploración, será para tranquilizar al padre temeroso, para
que no solo deje de explorar, sino que también muestre el deseo de explorar. El
padre, al ver que el niño es reacio a explorar, puede complacerlo más,
reforzando así la inhibición para explorar.
Por el contrario, también puede suceder que el padre estimule al niño a una
autonomía temprana, desalentándolo de acercarse y empujándolo a continuar la
exploración aun cuando necesitaría regresar a la base para su suministro de
consuelo y abrazos; en este caso, el niño puede decidir animarse y mostrarse
más autónomo de lo que se siente, enmascarando sus necesidades de consuelo o
ayuda. Recordemos siempre que el niño ama y desea ardientemente complacer
al padre, porque no quiere ser abandonado, no puede darse el lujo de estar solo
porque se moriría: es amor, pero también biología. Por tanto, con esta
necesidad de cercanía, si el niño percibe un cierto deseo del padre, tenderá a
tratar de satisfacerlo para hacerlo feliz, incluso si este deseo fuera un deseo
“más grande que él”, es decir, de volverse independiente cuando aún no sabe
caminar. El padre, al ver al niño tan autónomo, podría incluso enorgullecerse de
él y actuar aún menos a nivel de reaceptación, reforzando así esta actitud de
independencia que, entre nosotros, también podría ser fácilmente interpretada
por el niño como un rechazo.
De las primeras experiencias de apego del niño se deriva lo que Bowlby
llamó el Modelo Operativo Interno: un niño que vive en una familia con figuras
paternas disponibles y afectivas interiorizará un Modelo Operativo Interno
SEGURO, es decir, uno que le dé la seguridad, en su mayoría inconsciente, que
cada siempre que se encuentre en dificultades, siempre podrá encontrar
personas de confianza que acudirán en su ayuda (Bowlby, 1979). Este
pensamiento no es consciente y racional: ¿cómo puede una persona estar 100%
segura de que, en toda su vida, cualquier cosa mala que le suceda, esté donde
esté, encontrará a alguien dispuesto a ayudarlo? Es imposible, sería una ilusión.
De hecho, este niño, al crecer, no tendrá esta certeza a nivel consciente, sino
que simplemente estará tranquilo y sereno al enfrentar los eventos de su vida
como si tuviera esa certeza, es decir, ni siquiera considera la posibilidad de no
encontrar a nadie dispuesto a ayudarlo, realmente no piensa en esta
eventualidad. Es una percepción de seguridad que se estructura en la base de su
personalidad, pero ni siquiera se da cuenta: es inconsciente. En cambio, los
niños que han vivido relaciones caracterizadas por la indisponibilidad, la
discontinuidad o que han tenido figuras incapaces de brindar cuidados y
protección, se sentirán solos y rechazados y reaccionarán evitando el mundo u
oponiéndose a él. Según la Teoría del Apego, hay 4 tipos de apego:
1. Apego seguro
2. Apego evitativo
3. Apego ansioso-ambivalente
4. Apego desorganizado
 
APEGO SEGURO
RESPUESTA MATERNA A LAS NECESIDADES DEL NIÑO: La madre es
sensible a las señales del niño, es receptiva (es decir, responde adecuadamente)
a sus solicitudes y la apoya (anima) durante los episodios estresantes (cuando el
niño tiene algo de miedo o inseguridad y tal vez llora).
ESTRATEGIA ADAPTATIVA DEL NIÑO: El niño en situaciones estresantes
es capaz de expresar su malestar, porque está seguro que el adulto podrá
brindarle ayuda y actuar como una base segura para la exploración.
MODELO OPERATIVO INTERNO de la figura de apego: sensible.
MODELO OPERATIVO INTERNO del niño (creencia del niño): “Soy digno
de amor”.
 
 
APEGO EVITATIVO
RESPUESTA MATERNA A LAS NECESIDADES DEL NIÑO: La madre
rechaza el contacto físico, especialmente en condiciones estresantes del niño.
Por ejemplo, si el niño se asusta durante la exploración porque se ve “lejos” de
su madre y llora, la madre rechaza su llanto (está perturbada o enojada porque
espera que el niño sea más valiente) y por lo tanto no lo abraza, de hecho, tal
vez lo regañe y le diga que se detenga.
ESTRATEGIA ADAPTATIVA DEL NIÑO: El niño se enfoca en sí mismo, se
esfuerza por no exteriorizar y luego ya no percibe sus emociones negativas (y
poco a poco aprende a hacerlo) porque sabe que los padres no las tolerarán. De
esta manera, se protege tratando de evitar el dolor de ser rechazado cuando más
necesita ayuda.
MODELO OPERATIVO INTERNO de la figura de apego: no disponible,
hostil.
MODELO OPERATIVO INTERNO del niño (creencia del niño): ” No soy
digno de ser amado, solo puedo contar conmigo mismo”.
 
APEGO ANSIOSO-AMBIVALENTE
RESPUESTA MATERNA A LAS NECESIDADES DEL NIÑO: La creencia
madre es impredecible al responder a las solicitudes del niño. Su
comportamiento es a veces exageradamente afectuoso e incluso demasiado
entrometido. Otras veces se niega por completo, se desconecta de las
necesidades del niño y se conecta solo con su estado de ánimo.
ESTRATEGIA ADAPTATIVA DEL NIÑO: La cercanía del padre, poco fiable
e impredecible, solo se puede mantener a través de una manifestación
exagerada y extrema de las propias necesidades: el enfado y la ansiedad
expresados por el niño parecen ser la única herramienta para mantener la
cercanía de quien lo cuida.
MODELO OPERATIVO INTERNO de la figura de apego: a veces no
disponible, se niega, es hostil y, a veces, responde adecuadamente, pero sin una
regla precisa, basada en su estado de ánimo.
MODELO OPERATIVO INTERNO del niño (creencia del niño): “Soy digno
de amor, pero al mismo tiempo no soy digno, sin entender de qué depende”.
 
 
APEGO DESORGANIZADO
RESPUESTA MATERNA A LAS NECESIDADES DEL NIÑO: La madre se
involucra en relaciones afectivas que asustan y traumatizan al niño: gritos,
maltrato, conflicto, incapacidad para resolver el trauma, miedo o pérdida. El
padre actúa como un perseguidor más que como una base segura, pero al
mismo tiempo es, y sigue siendo, el único punto de referencia del niño.
Entonces, si el niño tiene miedo de algo, tiene el instinto de correr hacia el
padre, pero si de lo que está huyendo es del padre mismo, se creará un
cortocircuito. Entonces, a veces él correrá hacia el padre y otras veces no.
ESTRATEGIA ADAPTATIVA DEL NIÑO: ausencia de estrategias coherentes
para mantener el contacto con la figura de apego en condiciones de estrés.
MODELO OPERATIVO INTERNO de la figura de apego: el niño es un objeto
a controlar.
MODELO OPERATIVO INTERNO del niño (creencia del niño): “Soy un
objeto que necesita de ser controlado, problemático, de alguna manera
peligroso”.
 
A la luz de esta teoría, podemos entender cómo el modelo relacional
aprendido e integrado por el niño en los primeros años de su vida lo llevará a
comportamientos que en ocasiones aparentemente carecen de sentido para
nosotros por ser autolesivos, inapropiados, dolorosos, pero prácticamente
automáticos para él. Por ejemplo, en la adicción emocional, vemos personas,
generalmente mujeres, que se vinculan con hombres abusivos y no entendemos
por qué no pueden dejarlos, o lo dejan, pero luego vuelven sobre sus pasos. Es
obvio que estas personas sufren, como sufrieron de niños cuando su madre les
lastimó con sus púas, pero esa es la única forma que saben relacionarse con el
objeto del amor y es, desafortunadamente, el único tipo de relación que han
aprendido a establecer. En la práctica, como también afirmó Freud, el vínculoentre madre e hijo es algo tan fuerte que, inevitablemente, se convierte en el
prototipo de todas las demás relaciones amorosas, ya que la persona está
inconscientemente convencida de que la única forma de mantener la cercanía
del amado es la de adoptar estrategias infantiles que en su tiempo habían
funcionado más o menos y, de alguna manera, le habían garantizado la
presencia de su madre.
 
La relación entre el Apego y el Trastorno de la Personalidad
 
Para nosotros los terapeutas, la importancia de definir el estilo de apego
desde la niñez es fundamental para interpretar comportamientos y malestares,
reconociéndolos a tiempo y previniendo, a través de la intervención
psicológica, psicopatologías que son mucho más difíciles de resolver en la edad
madura. En la edad adulta, sin embargo, nos encontramos ante una persona que
piensa, siente y actúa de determinada manera porque la realidad se lee y evalúa
a través de sus filtros personales, lo que llamamos sus “gafas”, o “lentes”, a
través de donde la persona observa los hechos dándoles un significado
absolutamente personal y único. Será nuestra tarea como terapeutas estructurar
un camino de cambio capaz de mejorar las “lentes” a través de las cuales esa
persona ve el mundo, dotándola de filtros “más saludables”. No será cosa fácil,
ni mucho menos rápida, ya que a estas alturas los patrones de esa persona
adulta estarán muy bien establecidos y arraigados.
Las relaciones entre padres e hijos que funcionan mal, como las que
acabamos de describir, dan como resultado vínculos inseguros y perturbados.
En particular, el apego desorganizado es el que juega un papel importante más
que otros para poder establecer relaciones de apego saludables en la edad
adulta. El estilo desorganizado, de hecho, es propio de niños maltratados y
abusados o con madres ausentes y el niño aparece distante de la madre como si,
aparentemente, no necesitara su presencia.
2 – LOS TRASTORNOS DE
PERSONALIDAD
 
En este punto, puedo continuar con la descripción de las
diversas estructuras de personalidad. Algunas, como la
personalidad límite, paranoica, obsesiva, narcisista y adicta las
conocerás con más frecuencia; otros, como el antisocial, el
esquizoide y el esquizotípico, probablemente los conocerás
más raramente, pero si prestas atención y aprendes a observar
durante mucho tiempo a las personas, a escucharlas y
percibirlas con empatía, calma y sin prisas, gradualmente
comenzarás a identificar muchas características que te dirán
mucho sobre ellas.
 
Personas con comportamientos extraños y excéntricos
 
Esquizoide y Esquizotípico
Los individuos con estos trastornos suelen ser personas que
viven al margen de la sociedad y pueden ser consideradas
raras, locas e inadaptadas, o simplemente están solas y llevan
una existencia apartada y reservada. La causa de estos
trastornos es principalmente genética y el aspecto
predominante de estas personas es lo extraño y extravagante.
En particular, el trastorno esquizoide de la personalidad se
caracteriza por retraimiento y frialdad hacia los demás. Son
personas que tienden a aislarse o tener relaciones
comunicativas formales y superficiales. Esto se debe a que no
les interesa en absoluto un vínculo profundo con los demás; al
contrario, tienen tendencia a vivir en su propio mundo. Son
incapaces de participar emocionalmente de manera coherente
en el contexto de la situación que están experimentando. Por
ejemplo, en circunstancias en las que se requiere
espontaneidad y simpatía, parecen rígidos y torpes. En su
interior prevalece una sensación de vacío o falta de sentido
con respecto a su existencia. No disfrutan de la realidad
externa; de hecho, ni siquiera se perciben a sí mismos como
plenamente existentes en el mundo.
La suspicacia y el sentido de persecución son los rasgos
más característicos de este trastorno. La herida infantil del
esquizoide es una herida de profundo rechazo, falta de calidez,
extrañeza: el rechazo de la madre sustituta con el resorte que
lo arrojó cuando se acercó. Se vio obligado a desarrollar la
autosuficiencia, la confianza en sí mismo y la autonomía
porque le hicieron comprender que solo podía confiar en sí
mismo.
El trastorno esquizotípico tiene manifestaciones muy
matizadas de desconfianza, aislamiento social, creencias y
formas de leer la realidad algo anómalas, pero ojo: no ideas
delirantes, no creencias absolutas e inquebrantables, solo
pensamientos anómalos, con contenidos extraños, a veces
extravagantes, fuera del pensamiento común, tales como: creer
que tienes poderes especiales, por ejemplo, la telepatía o creer
en supersticiones, afirmar tener percepciones inusuales, como
sentir la presencia de una persona ausente…
A simple vista, estas personas dan una sensación de
incongruencia. Por ejemplo, llegan vestidas de manera
extravagante, con ropas que están fuera de tiempo o no aptas
para la temporada o, si son mujeres, con un maquillaje
decisivo, pero quizás manchado o por ejemplo con un vestido
gastado y encima de una joya importante. Tienen actitudes
artificiales, como si estuvieran actuando, tanto en su forma de
hablar como de moverse, y también utilizan palabras
obsoletas. Estas personas tienen un sufrimiento profundo
mientras intentan adaptarse a la realidad, pero siempre se
sienten fuera de lugar e inadecuadas.
 
 
Paranoico
Las personas con trastorno paranoico se caracterizan por
una falta de confianza y una fuerte sospecha hacia los demás.
Hay una interpretación constante de las intenciones de los
demás como maliciosas, por lo que piensan que otros los
engañarán, explotarán y dañarán, y todo esto incluso en
ausencia de un comportamiento por parte de los demás que
sustente esta hipótesis. Precisamente por su desconfianza y
suspicacia, son incapaces de construir relaciones duraderas y
mucho menos sólidas. Tienen miedo de ser engañados,
traicionados, estafados, creen que otros conspiran contra ellos
y no pueden confiar en nadie. Pueden ser muy discutidores y
agresivos o quejarse constantemente. Pueden sentirse
excluidos, no deseados y, por lo tanto, marginados y, en
consecuencia, sentir ansiedad y tristeza.
La suspicacia y el sentido de persecución son los rasgos
más característicos de este trastorno. La herida infantil del
paranoico es similar a la del esquizoide: profundo rechazo,
falta de calidez, extrañeza. Ambos desarrollan la
autosuficiencia, la confianza en sí mismos y la autonomía
sabiendo que solo pueden confiar en sí mismos. Sin embargo,
existe otra causa que puede desencadenar el desarrollo
paranoico: la falsedad, la traición de la confianza del niño por
parte de los padres o su actitud suspicaz y persecutoria hacia
él. Entonces, en este caso, la madre sustituta con el resorte, no
solo lo rechazó, sino que de alguna manera también lo
traicionó. Aprendemos a confiar en nosotros mismos porque
nuestros padres han confiado en nosotros y aprendemos a
confiar en los demás porque nuestros padres han demostrado
ser verdaderos y confiables. Los padres que no confían en el
niño y que sospechan de él lo lastiman a un nivel muy
profundo.
 
Personas con comportamientos ansiosos o temerosos
 
Evitativo
Las personas con este trastorno de personalidad son
extremadamente sensibles al juicio de los demás. A menudo
estos sujetos han sido rechazados por uno o ambos padres, en
algunos casos han sufrido traumas como abuso físico o
psicológico.
Son personas que sufren por no poder compartir relaciones
interpersonales con los demás. Ellos realmente quieren tener
relaciones sociales, las quieren como todos los demás, pero
también les tienen miedo. Lo que les aterroriza terriblemente
es la posibilidad de ser ridiculizados, humillados, disgustados
o, en el peor de los casos, rechazados, y temen el dolor
asociado a este rechazo por ser personas extremadamente
sensibles. Por eso evitan las relaciones y las ocasiones
sociales, se inhiben, se sienten inadecuados, son
extremadamente sensibles a los juicios negativos hacia ellos.
Se consideran social y profesionalmente incapaces y poco
atractivos.Dado que el miedo al rechazo y la pérdida es tan
doloroso para estas personas, es fácil predecir que
eventualmente optarán por estar solos en lugar de correr
riesgos e intentar conectarse con los demás, con tendencia a
desarrollar depresión y ansiedad.
 
Dependiente
El trastorno de personalidad dependiente se encuentra a
menudo en familias en las que no se fomenta la independencia
de los niños. Las personas afectadas temen la separación y
exhiben un comportamiento sumiso en busca de protección o
aprobación. Aquellos que padecen este trastorno no pueden
tomar una decisión por sí mismos, necesitan tranquilidad
constante y no se encuentran bien si alguien no los cuida.
Intentarán hacerse indispensables para los seres queridos y así
evitar un posible abandono. Nuevamente, la autoestima es
generalmente baja y con tendencia a no correr riesgos en la
vida.
 
Obsesionante
Los afectados por la personalidad obsesiva son
particularmente propensos al perfeccionismo y al control sobre
todo. La estructuración de este tipo de personalidad suele estar
ligada a la presencia de padres muy controladores y con altas
expectativas. La personalidad obsesiva se caracteriza por
algunos rasgos de personalidad específicos como:
preocupación por los detalles, perfeccionismo, excesiva
devoción al trabajo y la productividad, extrema
escrupulosidad, dificultad para delegar tareas, dificultad para
arrojar objetos innecesarios (acumulación compulsiva),
codicia, terquedad y rigidez. A medida que crecen, desarrollan
creencias de comportamiento, éticas, políticas y religiosas
bastante rígidas sobre lo que está bien o mal.
Necesita planificar las actividades diarias a través de
esquemas, listas, horarios; de esta forma trata de defenderse de
la posibilidad de cometer errores y cree poder predecir con
mayor eficacia los eventos, especialmente los imprevistos que
pudieran ocurrir, en un intento por reducir sus inseguridades.
El esfuerzo invertido en planificar, por otro lado, resulta
contraproducente de dos maneras: primero porque es
imposible obtener un control absoluto de la realidad y por lo
tanto probablemente se encontrará con eventos inesperados
que lo llevarán al pánico o gran enojo. Segundo, debido a que
es incapaz de adaptarse eficazmente a los cambios y
situaciones repentinas que se presentan, las afronta aplicando
patrones rígidos e inflexibles. Se siente constantemente
obligado a alcanzar metas y lucha por dedicarse a momentos
de placer y relajación. También controla a otros que
pertenecen a su mundo y a quienes ama (pareja, hijos, padres,
amigos) y si otros se descontrolan, se vuelve hostil y puede
tener estallidos ocasionales de ira tanto en el hogar como en el
trabajo.
En esta personalidad, la calidad del apego estaba
claramente comprometida. Un apego seguro no se formó, sino
que se desorganizó: la inestabilidad del comportamiento de la
figura de apego, tanto cariñosa como asustado - aterrador,
llevó al niño a formarse múltiples e inconsistentes ideas del
otro en su cabeza. Estas incertidumbres lo llevaron a crearse
las certezas y los puntos de referencia que necesitaba para
crecer y que son necesarios para el crecimiento de todos.
Como la familia no proporcionaba puntos de referencia sólidos
para el obsesivo, él, inteligentemente, los sacó del entorno
externo desconocido (escuela y sociedad) eligiendo los valores
e ideales que evaluó y juzgó buenos y funcionales para el
logro de sus objetivos y ha optado por hacerlas suyas,
aferrándose a ellas de una manera tan profunda y rígida que
nunca podrá dejarlas ir. Además, sin estos puntos de referencia
creados por él mismo, estaría perdido porque no tendría otros.
 
Personas con los comportamientos socialmente más
desagradables
 
Histriónico
Las personas que desarrollan una personalidad histriónica
manifiestan una búsqueda muy fuerte de la atención de los
demás a través de comportamientos de forma encubierta o
abiertamente seductores. Estas personas usan su apariencia
física para atraer a los demás. Muchas veces son bien
cuidados, hasta parecer excesivamente llamativos; incluso, se
sienten incómodos cuando no son el centro de atención, por lo
que se comportan de manera brillante, seductora y teatral,
buscando continuamente llamar la atención sobre sí mismo. La
expresión de las emociones puede parecer decididamente
falsa; muchas veces el histriónico no es auténtico. Un ejemplo
típico sería el de la excesivamente caprichosa y extravagante
“diva de Hollywood”. Cuando se quejan o sufren se vuelven
dramáticos y teatrales hasta conseguir la atención que desean.
Una posible causa del desarrollo de esta personalidad
parece ser haber experimentado grandes dificultades durante la
infancia para satisfacer sus legítimas necesidades de atención
y cuidado. Probablemente, de niños recibieron atención y
cuidado solo en casos más extremos, por ejemplo, cuando
estaban enfermos, por lo que aprendieron a buscar atención
solo a través de quejas físicas. O han sido apreciados por sus
padres más por su agradable apariencia y sus dotes de
animador que por su forma de ser, por lo que han aprendido
que, para recibir atención y satisfacer sus necesidades
emocionales, hay que valerse de la apariencia física y de la
seducción.
 
Borderline
Para la persona borderline el mundo es blanco o negro, no
hay término medio, nunca, en ninguna ocasión. El borderline
utiliza el desdoblamiento, es decir la separación, la disyunción
de manera clara de las cualidades de una persona o de las
características de un objeto o situación. Por lo tanto, tiende a
evaluarse a sí mismo y a todo lo que lo rodea midiéndolo solo
por los extremos de una manera completamente todo buena o
completamente todo mal, completamente todo blanco o
completamente todo negro, sin término medio ni matices,
porque tiene una gran dificultad para captar la gradación de
positividad y negatividad en la misma persona o en la misma
situación. Entonces, por ejemplo, mi colega será la mejor
persona del mundo o la más mala de todas. La manifestación
más común del funcionamiento límite es una mente que rebota
entre extremos. Pero ojo, porque, dependiendo de cómo se
comporten, las personas pueden ser juzgadas en un instante
pasando de un extremo a su opuesto. Si, por ejemplo, una
persona que se cree que es una amiga, de repente revela un
aspecto de sí mismo que no comparte, aunque sea de poca
importancia, como revelar que no ama en absoluto a los
animales, o un comportamiento que los lastima, el borderline
llegará en una fracción de segundo para transformar todo lo
bueno en todo lo malo y en un instante la sacará
completamente de su vida. Si la ha lastimado profundamente
con alguna actitud hostil, es capaz de no volver a recibirla
nunca más. Sin embargo, esto supondrá un gran sufrimiento
para la persona borderline que se sentirá profundamente
decepcionada y herida por esta amiga y sufrirá profundamente
por el desapego, pero no podrá actuar de otra manera. El
problema es que, trabajando para los extremos, el borderline
tiende a idealizar a las personas atribuyéndoles también
cualidades que no tienen. Cuando encuentra algunas buenas
cualidades, todas las demás también lo serán, pero tan pronto
como encuentra una mala, automáticamente todas las demás se
convertirán. La visión que tiene de ese individuo cambia,
como si viera a una persona completamente diferente y sufre
por no haber notado todas las características negativas de ese
sujeto que en ese momento está completamente devaluado.
Como consecuencia, las personas borderline presentan una
marcada inestabilidad emocional; pueden vivir momentos de
tranquilidad o alegría e inmediatamente después sentir una
fuerte tristeza, ira o culpa. Del mismo modo, también son
extremos en lo que hacen, involucrándose en comportamientos
que parten de la pura diversión para convertirse rápidamente
en comportamientos que también son extremadamente
peligrosos y potencialmente dañinos para el sujeto (atracones,
uso y abuso de sustancias, conducción temeraria, sexualidad
promiscua, conductas antisociales,autolesiones, intentos de
suicidio, etc.). Son extremadamente impulsivos y pueden ser
muy agresivos con arrebatos repentinos de ira intensa. Incluso
la imagen de sí mismo corre la misma suerte, percibiéndose un
día como buena y deseable y al día siguiente como mala e
indeseable, lo que lleva a la persona a reconocerse frágil. De
hecho, lo absurdo de este trastorno es que la propia persona se
desestabiliza por este constante vaivén de un extremo al otro,
porque no encuentra puntos de referencia ni siquiera en sí
mismo. Se comporta de manera diferente en el espacio de unos
minutos u horas, arrastrando también a otros, familiares,
amigos y parejas, a un torbellino de emociones, del que
muchas veces es difícil salir.
Entre las causas de este trastorno encontramos un estilo de
apego inseguro-ambivalente, muchas veces asociado, y no
equivocadamente, a hechos traumáticos sufridos en la infancia,
por ejemplo, abuso psicológico, sexual o físico, pero no
siempre es así. El niño desarrolla una actitud de enojo y
ansiedad en respuesta a padres negligentes, ambiguos y
abusivos, lo que lo lleva a ser temeroso, temperamental y
agresivo. No se dotó al niño de herramientas suficientes para
interpretar bien la realidad y estructurar una personalidad
segura y unificada. Un niño que crece con una figura de apego
asustada y aterradora que muestra actitudes como el dolor,
luego la ira explosiva, el miedo y luego la ira o la tristeza
incontrolables, no podrá estructurar una imagen unitaria de sí
mismo, ya que no es unitaria la imagen del adulto que lo cuida
y tendrá problemas para leer la realidad. Si el niño se
distanciaba de su madre (figura de apego), perderá el consuelo
que en ocasiones le pudo haber brindado (dependía de cómo
era), pero si el niño se acercaba en busca de consuelo, quizás
corría el riesgo de ser asustado por la misma madre (aquí
también dependía de cómo era). Con una madre oscilante,
incluso el niño oscila continuamente entre la tendencia a
acercarse y la tendencia a evitar la figura de referencia: hoy se
aplica a la madre y mañana se aplicará a una amiga o pareja.
 
Narcisista
En psicología, el término se utiliza para describir el amor
sano por uno mismo y se clasifica como patológico cuando
esta actitud se manifiesta de manera excesiva, llegando a
condicionar fuertemente la propia vida, pero en particular
también la de los que le rodean. Cuando supera el límite y pasa
de un simple rasgo de personalidad a un verdadero trastorno,
el narcisista se convierte en una amenaza, ya que sabe ser un
manipulador peligroso, capaz de aniquilar por completo la
personalidad de quienes le rodean, especialmente de su pareja.
El narcisismo patológico no es hereditario, sino que se origina
en la infancia.
Los niños que crecen para ser narcisistas generalmente han
tenido padres con altas expectativas de ellos, tan altas que les
han hecho creer que de alguna manera son verdaderamente
especiales. Los mismos padres, sin embargo, al mismo tiempo,
siempre se han comportado de una manera que ridiculiza sus
miedos (de los niños) y sus fracasos (de los niños). Es normal
que los miedos de un niño sean ridículos para un adulto, tan
ridículos como sus fracasos, pero un padre sano no suele
burlarse de él porque se ensucia o porque tropieza. Es un niño
y es normal que después sucedan estas cosas, porque todavía
está aprendiendo a coordinar sus movimientos. Un padre
narcisista, por el contrario, tiende a ridiculizarlo por estos
comportamientos torpes, pero al mismo tiempo espera grandes
cosas de él.
En psicología, esta actitud se reconoce como una pretensión
a la adultización del niño, es decir, “es un niño, pero debe
comportarse como un adulto”. Es obvio que si un niño se
comportara como un adulto el padre estaría orgulloso de ello,
además de tener muchos menos problemas, y así querría que
fueran las cosas el padre del narcisista, ya que un niño perfecto
es tal si el padre es bueno en su trabajo. Este ridículo junto con
estas grandes expectativas, en lugar de alentar al niño, lo
hacen sentir verdaderamente incapaz, causándole lo que se
llama una “herida narcisista”, ¡¿y cómo culparlo?! Es como si
la persona de la que estás enamorado no solo te demuestra que
no te corresponde, sino que además se burla de ti. Solo esta
persona, el objeto de tu amor, en este caso es tu padre (uno o
ambos) y el descubrimiento que estás haciendo es que para
este padre no eres tan hermoso como lo ves a él. ¡Una parte de
los padres quisiera que el niño fuera aún más hermoso que él,
pero otra parte de los padres no quiere ser superada por el niño
para no perder su supremacía! ¡Qué sufrimiento y qué
confusión! Las personas con narcisismo han experimentado
este tipo de traumas en las relaciones de apego.
En esta familia los sentimientos auténticos del niño,
especialmente los negativos, han sido ignorados o reprimidos,
ya que el padre los “negaba” teniendo siempre la expectativa
de un hijo perfecto, al tiempo que lo elogiaba en exceso
cuando lograba algún “desempeño” difícil. Al crecer, el niño
no puede hacer otra cosa que perpetrar su hambre de
reconocimiento y alabanza, y de adulto no conocerá términos
medios ni con si mismo ni con los demás: o es perfecto, o, al
primer y menor defecto, no vale nada.
Otro caso en el que se podría desarrollar una personalidad
narcisista es cuando, por alguna razón, se invierte la relación
entre padre e hijo y se descubre que el hijo es la madre o el
padre de sus propios padres. Es el caso, por ejemplo, de los
hijos de padres enfermos o discapacitados, con trastornos
depresivos o psiquiátricos o con problemas de adicciones, de
los que el niño se hace cargo, pero por los que siente a la vez
vergüenza de su estado e, inconscientemente, también un gran
resentimiento por haberse visto obligado a sacar a relucir
recursos que prácticamente aún no tiene: ¡es el adulto quien
debe cuidar al niño y no al revés! Así que los padres y la vida
están en deuda con él.
Otra posible causa del narcisismo ocurre cuando una
familia, en lugar de buscar la excelencia, desalienta las
legítimas ambiciones de los hijos, tal vez acusándolos de
egoísmo (aquí en realidad el padre egoísta proyecta su
egoísmo sobre el hijo y lo acusa de ello). Esto puede generar
resentimiento en el niño, que surge por el sentimiento de haber
sufrido injusticias y no haber podido rebelarse. Si el niño
siente que ha vivido graves injusticias, puede llegar a la edad
adulta con ciertas expectativas de lo que le corresponde como
compensación por las injusticias que ha sufrido: de nuevo, la
vida está en deuda con él. Estas personas, por tanto, se vuelven
extremadamente exigentes y enjuiciadoras consigo mismas y
con los demás, pero desarrollan una fuerte sensibilidad e
intolerancia a la crítica, que la viven como un juicio sobre su
personalidad global. Por lo tanto, si se les dice que han hecho
algo mal, lo experimentan como “estás equivocado”. En este
sentido, el narcisista comparte algo con el borderline,
funcionando un tanto para los extremos en algunas áreas.
Finalmente, el narcisista también tiende a concebir las
relaciones humanas como esencialmente basadas en el poder y
el control y, por lo tanto, en una relación o en una discusión,
uno “gana” o “pierde”. El bullying también entra en la
categoría de narcisismo: el agresor, si no se corrige en su
comportamiento, es un futuro narcisista.
 
 
Antisocial/Psicopático
 
En el pasado se llamaba psicopatía y sociopatía, hoy en día
se llama trastorno de personalidad antisocial. Es un trastorno
de la personalidad caracterizado principalmente por el
incumplimiento y la vulneración de los derechos de los demás,
que se presenta en una persona a partir de los 15 años como
mínimo. Las personas con este trastorno son incapaces de
cumplir con la ley o las normas sociales, por lo que realizan
actos ilegales como robar, engañar, destruir la propiedad y
participar en comportamientos inmorales y manipuladores
como mentir, simular, usar identidades falsas, para hacer un
beneficio o placer personal.
Un elemento inevitabley muy distintivo del trastorno es el
poco o ningún remordimiento que se muestra por las
consecuencias de las propias acciones. Otras dos
características destacables del trastorno antisocial son la
agresividad, que se manifiesta frecuentemente con agresiones
físicas como golpear al cónyuge, y la impulsividad, que se
manifiesta como una incapacidad para planificar el futuro, por
lo que estas personas toman sus decisiones bajo el impulso del
momento, sin considerar las consecuencias para ellos mismos
y para los demás, por cuya seguridad se muestran
completamente descuidados. Por ejemplo, en el cuidado de los
niños podemos encontrar desnutrición, enfermedades por falta
de higiene, niños encomendados o abandonados a familiares
que no conviven o incluso abandonados a vecinos. La
impulsividad también se manifiesta a través de
comportamientos que desprecian el peligro, como si no
pudieran correr riesgos por su propia seguridad, por ejemplo,
conducción temeraria, abuso de drogas y prácticas sexuales de
riesgo.
Una característica peculiar de los individuos con
personalidad antisocial es su capacidad de transformación:
pueden aparecer muy aislados o, más frecuentemente,
involucrados activamente en las relaciones interpersonales; en
ocasiones alternan conductas agresivas con actitudes apacibles
y sumisas.
Las emociones que experimentan con mayor frecuencia son
la ira, la irritación, la humillación, el desprecio, el desapego, el
aburrimiento, la envidia, el placer de dominar y la euforia. Por
otro lado, casi nunca experimentan emociones como gratitud,
empatía, simpatía, cariño, culpa y erotismo, de hecho, estas
personas tienen dificultad para asumir la perspectiva de los
demás, por lo que no prefiguran el placer o el sufrimiento que
pueden inducir. Finalmente, un poco como el narcisista, se
cree especial y, por lo tanto, merece favoritismos y
gratificaciones fáciles. Puede mostrar una excesiva confianza
en sí mismo, por ejemplo, puede rechazar un trabajo ordinario
porque cree que no es digno de él.
Se han identificado varios factores de riesgo que exponen la
aparición del trastorno de personalidad antisocial. En
comparación con la población general, el trastorno de
personalidad antisocial es más común entre los familiares de
primer grado de las personas que padecen esta condición, por
lo que parece tener una base genética. Algunos estudios sobre
la adopción, de hecho, muestran que tanto los factores
genéticos como los ambientales contribuyen a la aparición de
este trastorno, ya que tanto los hijos biológicos como los hijos
adoptivos de padres con trastorno antisocial de la personalidad
son más propensos a desarrollar este estado. La probabilidad
de desarrollar un trastorno de personalidad antisocial en la
vida adulta aumenta si el estilo educativo en la infancia es
inconsistente, negligente y abusivo.
 
Capítulo 2
PSICOLOGÍA OSCURA
 
1 – QUE ES LA PSICOLOGIA
OSCURA
 
La personalidad oscura es una condición verdaderamente
asombrosa. En particular, creo que lo que la hace tan especial
es la forma en que estas personas, caracterizadas por estos
rasgos desagradables, logran aparecer ante los ojos de la
mayoría de las personas como conquistadores seductores,
capaces de someter fácilmente a sus parejas, y líderes
carismáticos capaces de lograr roles importantes y exitosos en
cualquier campo. Pero, ¿cómo es posible? Es posible gracias a
sus grandes habilidades en el uso de estrategias manipulativas,
convincentes y persuasivas. La Psicología Oscura estudia
exactamente estos comportamientos de control mental, o
manipuladores, utilizados por la Personalidad Oscura para
persuadir a otros.
En la vida cotidiana, aunque no lo notes, continuamente te
encuentras con personas manipuladoras: las autoridades y los
políticos usan su poder para manipular a quienes los escuchan;
las empresas de publicidad utilizan la Psicología Oscura para
persuadir a la gente a comprar productos; incluso en las redes
sociales o en la televisión podemos encontrarnos con personas
que manipulan a otros para su beneficio personal; dentro de
nuestros hogares podemos reconocer tácticas de persuasión o
manipulación utilizadas por padres e hijos. Lo mismo sucede
en la escuela entre alumnos y profesores, así como sin duda,
también en el ámbito laboral. Finalmente, no podemos olvidar
las relaciones de pareja, ámbito en el que muy a menudo
podemos observar las consecuencias más dramáticas de estos
comportamientos desviados y desequilibrados. A
continuación, analizaremos e investigaremos cada una de estas
situaciones.
La tríada oscura o malvada (Dark Triad)
Hechas estas premisas que me parecieron útiles para
entender el siguiente discurso, pasemos inmediatamente a
hablar de la personalidad con la Tríada Oscura o la Tríada
Malvada.
Cuando pensamos en dictadores, líderes sin escrúpulos y
villanos de películas, estamos pensando en personas que
exhiben los rasgos de la llamada “Tríada de la Personalidad
Oscura” o “Personalidad Oscura” (Malvada). La Personalidad
Oscura es una personalidad con una mezcla de rasgos
pertenecientes a tres personalidades diferentes: narcisista,
maquiavélica y psicópata (Paulhus y Williams 2002). Estos
rasgos, aunque representan tres características de personalidad
diferentes, están vinculados entre sí.
El concepto de la Tríada Oscura de la personalidad (o
Tríada Oscura) fue propuesto por primera vez en 2002 por
Delroy Paulhus y Kevin Williams, investigadores de la
Universidad de Florida. Los dos investigadores habían notado
la existencia de algunos rasgos de personalidad que tendían a
mezclarse en algunas personas con un estilo manipulador
particularmente insensible. Entonces, para aclarar aún mejor,
hay tres estructuras de personalidad, narcisista, maquiavélica
y psicópata, cada una de las cuales se compone de algunos
rasgos característicos de esa personalidad específica. Si
tomamos estos rasgos característicos de cada una de estas tres
personalidades y los insertamos en una sola persona, nos
encontramos ante una Personalidad Oscura o Malvada. Los
rasgos característicos que vamos a tomar de cada una de las
tres estructuras de personalidad serán principalmente los
siguientes:
● Para el rasgo narcisista, las “ideas de grandiosidad,
dominación y devaluación de los demás” (Emmons
1987);
● Para el rasgo maquiavélico, la “tendencia a engañar,
explotar y manipular a los demás, junto con una
perspectiva cínica de la vida y las relaciones” (Christie y
Geis 1970);
● Para el rasgo psicopático, “comportamientos antisociales,
búsqueda de emociones, insensibilidad, falta de culpa y
antagonismo” (Hare y Neumann 2008).
 
Esta es la Personalidad Oscura: un individuo
extremadamente seguro de sí mismo, altamente manipulador,
explotador e indiferente a las consecuencias de su
comportamiento en los demás.
 
A pesar de estas características decididamente malsanas, la
Personalidad Oscura no es necesariamente patológica. Dentro
de ciertos límites, de hecho, sus características pueden incluso
ser funcionales al éxito de la persona en cuestión,
permitiéndole alcanzar posiciones en la cima de importantes
empresas, así como al mando de naciones enteras, como en
posesión de habilidades de liderazgo objetivo. El peligro se
produce cuando, durante el camino al mando o una vez
alcanzado el mando, por alguna razón, se produce un cambio
de equilibrio que empuja a esa persona a superar ciertos
límites. Así, lo que, dentro de los límites anteriores, podrían
definirse envidiables habilidades y capacidades de
negociación, persuasión, comunicación, carisma y flexibilidad,
se transforman en conductas peligrosas para la empresa, con
importantes consecuencias, por ejemplo, sobre el personal o
sobre la economía de la empresa. o, en el caso de líderes
políticos, sobre poblaciones enteras. Hay incluso quienes
plantean la hipótesis de que la famosa crisis económica
mundial se debe, al menos en parte, a Personalidades Oscuras
en la cúpula de las grandes empresas financieras.
Analicemos brevemente estos rasgos y veamos cómo cada
una de

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