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CES Medicina ISSN: 0120-8705 revistamedica@ces.edu.co Universidad CES Colombia MORENO MORENO, FERNANDO DE JESÚS El cementerio de los elefantes CES Medicina, vol. 26, núm. 1, enero-junio, 2012, pp. 135-138 Universidad CES Medellín, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=261123426013 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto http://www.redalyc.org/revista.oa?id=2611 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=261123426013 http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=261123426013 http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=2611&numero=23426 http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=261123426013 http://www.redalyc.org/revista.oa?id=2611 http://www.redalyc.org 135 Revista CES MEDICINA Volumen 26 No.1 Enero - Junio / 2012 L 1 Profesor asistente, ciencias básicas biomédicas, profesor de cátedra del Departamento de Humanidades Universidad CES. f.moreno.moreno@gmail.com Recibido: mayo 15 de 2012. Revisado en: junio 10 de 2012. Aceptado en: julio 30 de 2012 El cementerio de los elefantes The cemetery of elephants FERNANDO DE JESÚS MORENO MORENO1 Forma de citar: Moreno-Moreno F. El cementerio de los elefantes. Rev CES Med 2102: 26(1): 135-138 exodonta africano (elefante africano de sabana o matorral) es un coloso de no- table inteligencia, capaz de compasión, duelo, adopción, auto reconocimien- to, juego y uso de herramientas. En promedio viven entre 60 y 70 años y, como los humanos, rara vez pasan de noventa. Se comunican por una inmensa gama de so- nidos, desde los agudos -manifestados en su barritar-, a los graves, infrasonidos de hasta cinco Hertz percibidos por sus patas antes que por sus descomunales orejas (1). Grandes herbívoros con un peso adulto medio de seis toneladas, perseguidos por sus colmillos de marfil, cuyo término deriva del árabe “alfil” que significa “el ele- fante” (2). Harún Al-Raschid envía a Carlomagno un curioso regalo que, según la leyenda, sella- ría un pacto de respeto y de fe entre Oriente y Occidente, después de la unificación cristiana en Europa bajo la espada del Heristal, la derrota (le Poitiers) y muerte del emir Abderramán, entonces un elefante viajó de Bagdad a Francia: sólo este obse- quio, cuya veracidad se pierde en las brumas de la Historia, representa la grandeza, solidez y fortaleza del acuerdo (2). Ha sido un presente de reyes. “Hace falta toda una vida para aprender a vivir”. Seneca 136 Revista CES MEDICINA Volumen 26 No.1 Enero - Junio / 2012 El mito del cementerio de los elefantes es expli- cado porque los más grandes, experimentados y viejos guían la manada en busca de las fuen- tes de agua, la mayoría secas por el verano afri- cano. Para ello se valen de pequeños cambios en las corrientes de aire, el proyectarse de las sombras, la memoria de los caminos -invisibles para los jóvenes- orientan su pesadumbre, y una vez allí, los más ancianos se varan en el barro, entre los esqueletos de sus abuelos, mueren de inanición, no sin antes pasar el testimonio a las otras generaciones, se jubilan cuando mueren y aportan a la manada hasta el último aliento (1). Aristóteles, el médico Estagirita, de una excep- cional profundidad y amplitud de pensamiento, nunca pensó en retirarse…. “Hablaré hasta que me lo permita la razón” y su óbito dejó puntos suspensivos en la ciencia y la filosofía (1). Thomas Alva Edison muere a los 84 años y la mayor parte de sus más de mil patentes las lo- gra por encima de los 60 (a los ocho años fue calificado como “un muchacho estéril e impro- ductivo”). Nicolás Tesla, quien vivió hasta los 86 años, in- geniero eléctrico y mecánico, gran inventor y protagonista de la segunda revolución indus- trial, promotor de una gran parte de tecnología existente (que hoy llamamos de punta), cuyos estudios aún hoy tienen gran proyección parti- cularmente en la energía de punto cero y el cam- po magnético rotativo (1). Isaac Newton, el incansable profesor de Cam- bridge, muere a los 85 años. Uno de los protago- nistas de la revolución científica, promulgó la ley de la gravitación universal, el De Analysi como método de series infinitas, describió los princi- pios del cálculo diferencia e integral y aunque nos parezca extraño, la curvatura del círculo, en la que expone la concepción cinemática de las curvas (1). Galileo, admirador profundo de Aristóteles -a quien refutó de manera enconada en los cálcu- los del tiro parabólico- y de Arquímedes -al que consideró su inspirador-, no terminó la carrera de Medicina en Pisa e inicio sus estudios ma- temáticos y físicos, hizo invaluables aportes al análisis del movimiento pendular e invención del telescopio (o por lo menos su aplicación), emprendió batalla a favor del copernicanismo que terminó con su famosa frase al salir de la galera inquisitorial: Eppour si muove (“pero se mueve”). En su retiro, a los 70 años, escribió las bases científicas para el análisis del movimiento partiendo de la estructura y resistencia de los materiales. Enuncia el principio de relatividad, fundando con ello la física moderna. Muere a la edad de 78 años; entre sus alumnos, el más des- tacado, Evangelista Torricelli, continúa las inves- tigaciones y observaciones de su maestro (1). Preciado de ser iletrado, autodidacta y lúcido observador, Leonardo da Vinci no asistió a nin- guna universidad y se le considera el padre de la ingeniería, fallece a los 67 años, cuando el prome- dio de vida entre las clases nobles era de 35 (1). Santiago Ramón y Cajal, científico español, pre- mio Nobel y descubridor de la neurona, publica un libro extraordinario El mundo visto a los ochenta años, fallece a los 82 (3). Rodolfo Llinás, médico bogotano de la Univer- sidad Javeriana, uno de los padres de las neuro- ciencias en Colombia, con reconocidos aportes mundiales en el área, profesor y jefe del Depar- tamento de Neurofisiología de la Universidad de New York; su última obra El cerebro y el mito del yo (con prólogo de Gabriel García Márquez), lo muestra como uno de los grandes dominadores del pensamiento sistémico y uno de los más res- petados en análisis de complejidad en el orbe. Actualmente con 77 años y es más productivo que nunca (4). Manuel Uribe Ángel, médico, geógrafo, político y humanista envigadeño. Citado profusamente por los historiadores antioqueños, como cultor de las estadísticas de mortalidad, nacimientos y salubridad en Antioquia, vive durante 82 años 137 Revista CES MEDICINA Volumen 26 No.1 Enero - Junio / 2012 dejando una estela de respeto, humanismo y dignidad (1). Caroline Herchel, astrónoma alemana, añadió catorce nebulosas y ocho cometas al acervo as- tronómico a finales del siglo XVIII, su última obra Catálogo de las 2 500 nebulosas, la realiza en sus dos últimos años de vida, muriendo a la edad de 98 años (1). Anna Morandi, esposa de un anatomista, gran disectora, profesora de la Universidad de Bolo- nia a mediados del siglo XVIII, construyó mode- los en cera, que aún pueden apreciarse en los museos, muere a la edad de 68 años siendo has- ta sus últimos días profesora en activo (1). Florence Nightingale, fundadora de la Escuela de Enfermería de Londres, tuvo producción aca- démica hasta su muerte acaecida en 1910 a los 90 años (1). La extraordinaria Marie Curie, con dos premios Nobel, primera mujer en ser profesora de la Uni- versidad de París, deja una herencia de produc- tividad científica de naturaleza sorprendente, muriendo a la edad de 67 años (1). Rosalyn Yalow, médica doctorada en Física, Nobel de 1977 por la descripción del radio in- muno ensayo (no se patentó por lo que fue uti- lizado para beneficio de la humanidad), murió a la edad de 90 años (1). ¿Quién en sus sanos cabales le pediría hogaño a Aristóteles, Arquímedes,Newton, Edison, Ca- rolina Herchel, Madame Curie, Einstein, Sara- mago, Borges, Gabriel García Márquez, Bernard Shaw, Picasso, Tolstoi, que se retiraran por an- cianidad? Y ¿cuántos jóvenes geniales murieron prematuramente dejando truncada muchas po- sibilidades para la humanidad?, ¿cómo hubie- se sido una vejez de Mozart, Mahler, Alejandro Magno, Rafael, Lord Byron, Georgiano, Sadi Car- not, Simón Bolívar, Hipatia de Alejandría, John Lennon, Steve Jobs?, ¿qué sería de la humanidad si algunos de estos grandes tuviesen la actual esperanza de vida? Desde la antigüedad el viejo siempre fue un so- breviviente, dotado de la suficiente inteligencia y fortaleza para salir avante de guerras, pestes (por experiencia inmune) y hambrunas; lleva intrínsecamente en su vida no solo el conoci- miento sino la capacidad de haber compartido su existencia, haber acertado y haberse equivo- cado. Europa, después de las dos grandes gue- rras, fue poblada por los hijos de lo viejos, pues la mayor parte de los jóvenes (como en otras épocas de la historia) quedaron sepultados en los campos santos, campos de batalla o en la profundidad de los mares. La sociedad actual ha dada un paso de la geron- tocracia hacia la gerontofobia de Occidente, bá- sicamente por una lucha de poderes (coercitivo, económico, político y simbólico) (5). Se comien- za arrebatándoles su dignidad, se les desposee como interdictos, haciéndolos invisibles, se pro- duce una persecución social e incluso familiar (6); lo que no sucede por la edad sino por la ge- neración a la que pertenecen, regularmente des- favorecida por la historia. Es necesario entonces crear estrategias para que la vejez del futuro sea más moderna (7), bajo parámetros de inclusión, producción, respeto y dignidad, y que los viejos se apoderen de su vejez. Cada edad tiene su característica: fragilidad e inocencia en la infancia, rebeldía en la adoles- cencia, el arrojo de la juventud, la suficiencia de la madurez y la sabiduría de la vejez; la socie- dad se construye de los aportes de todos (8). Es inevitable el declinar como absurdo vivir en el pasado, por lo que la creación a partir de la experiencia vivida se constituye en la máxima expresión del movimiento y equilibrio (entre declive, olvido, serenidad, plenitud, sabiduría y comprensión profunda). A pesar de todos los avances en la ciencia, la an- cianidad es la misma desde la antigüedad: que- 138 Revista CES MEDICINA Volumen 26 No.1 Enero - Junio / 2012 remos vivir mucho tiempo pero nos aterra la de- crepitud. Solo una sociedad que cuide, respete e incluya sus viejos tendrá esperanza y dignidad, la perfecta relación entre síntesis y antítesis, no como opuestos sino como complementarios, un escorzo de dos células que revive y crece de ge- neración en generación, hasta la consumación de los tiempos. REFERENCIAS 1. Wikipedia contributors. Enciclopedia Británi- ca [Internet]. Wikipedia, la enciclopedia libre. Wikimedia Foundation, Inc.; 2012 [citado 2012 jul 17]. Available from: http://es.wikipedia. org/w/index.php?title=Enciclopedia_ Brit%C3%A1nica&oldid=57553377 2. Borges JL. Siete noches. Madrid: Alianza Editorial; 1999. 3. Ramón y Cajal S. El mundo visto a los ochenta años: impresiones de un arterios- clerótico. Madrid: Espasa Calpe; 1983. 4. Llinás RR. I of the vortex: from neurons to self. Cambridge, Mass: MIT Press; 2008. 5. Lozano Cardoso A. La gerontocracia y la gerontofobia. Revista de la Facultad de Me- dicina [Internet]. 2010 ene 20 [citado 2012 jul 17]; 52(006). Available a partir de: http:// www.journals.unam.mx/index.php/rfm/arti- cle/view/14816 6. Gil Calvo E. Nacidos para cambiar: cómo construimos nuestras biografías. Madrid: Taurus; 2001. 7. Lozano Cardoso A. El movimiento, el tiem- po y la vejez. Crisis de existencia. Revista Universidades. 2009; 59(41):33–7. 8. Bukowski C, Alvarez Flórez JM, Pérez A. Es- critos de un viejo indecente. Barcelona: Anagrama; 2000.
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