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MERCADOS, TRABAJO Y GLOBALIZACIÓN

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CONCIENCIA UNVIERSITARIA 2021 
MERCADOS, TRABAJO Y GLOBALIZACIÓN 
1. Introducción 
Por Alejandra Agustinho y Carlos Garcés 
Introducción 
La lectura de Zeitlin en la semana cuatro nos mostraba que la instauración del proceso de 
producción capitalista en Occidente podía interpretarse en función de tres momentos organizativos, 
o fases en el desarrollo de las fuerzas productivas: la cooperación simple, la manufactura, y la gran 
industria. 
La primera fase se corresponde con la concentración de los factores de producción en un mismo 
espacio, aunque la transformación siga siendo de tipo artesanal/manual. Lo fundamental es que es 
posible generar una fuerza socialmente productiva, a la que se le extrae una forma rudimentaria de 
plusvalía. Por eso se afirma que la cooperación simple revoluciona las relaciones de producción y 
refuerza las de propiedad que se conformaron a la par de los procesos de acumulación originaria. 
En la manufactura, los cambios se dan en los medios de producción, ya que son esencialmente 
técnicos, cuando se transforma la relación entre la especialización en la función del trabajo 
parcelario de cada operario, y el desarrollo de herramientas específicas para cada punto del 
proceso de agregado de valor. Por su parte el capital comienza a reconocer que los tiempos 
muertos en el proceso atentan contra la productividad. La organización se enriquece como 
totalidad, mientras que el obrero resigna sus facultades individuales, lo que se origina en la división 
de los trabajadores entre especializados y no especializados. El capataz comienza a cumplir un rol 
fundamental en el proceso de organización del trabajo. 
En la denominada industria moderna, la revolución se inicia con la instauración de las máquinas, 
desapareciendo el principio subjetivo, que se reemplaza por el examen objetivo de todo el proceso, 
regulado por los tiempos de la máquina. El trabajador cuida que la máquina opere de manera 
adecuada. Este modelo industrial acelera la concentración del capital y conduce al predominio del 
sistema fabril. Se cristaliza el proceso de explotación del trabajo, la alienación y la opresión propios 
y específicos del capitalismo industrial. Comienza a ser protagónico el rol de los ingenieros, así 
como la organización colectiva en los sindicatos obreros. 
 
2. La identidad industrial del siglo veinte: las guerras y la innovación 
productiva 
Las guerras mundiales operaron como las grandes dinamizadoras de los procesos de innovación 
en la industria, en especial a los sectores asociados a la defensa, las comunicaciones y las 
farmacéuticas, aunque no fueron los únicos. La resolución de los procesos bélicos derivó en la 
generalización y expansión de la producción industrial en serie, y en la instauración de las 
sociedades de consumo como la contracara social. El salario operó como el asignador por 
excelencia de los recursos, dado que el mercado laboral se regía por la estabilidad laboral y un 
salario usualmente jerarquizado por la especialización de los trabajadores en las fábricas. 
El siglo XX nos encuentra con un modelo industrial en decidida expansión mundial, con predominio 
estadounidense, que viene desarrollándose aceleradamente en el norte de ese país, y se 
internacionalizará replicando en las “filiales” del resto del mundo el modelo de gerenciamiento 
piramidal característico de la industria automotriz. Este “estilo” se adopta en otros sectores, como 
por ejemplo los de línea blanca. 
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Los modelos de producción industriales que predominaron en el siglo XX los encontrarán en el 
texto de Benjamín Coriat: Taylor, Ford y Ohno. Les proponemos que concentren su análisis en las 
diferencias que el autor plantea con el despliegue del modelo industrial en todo el mundo, y sus 
diversas modalidades epocales y espaciales. La primera, en relación a los principios organizadores 
y fundamentadores que estructuran la visión de la organización del trabajo. La segunda a 
la medición de tiempos y movimientos; una tercera, concentrada en la organización de los Lay 
Outs, lo que se denomina ingeniería productiva (organización del espacio productivo), y la cuarta y 
última, en la economía del control del tiempo. Todos y cada uno responden a modos de 
representaciones globales acerca de la producción, las organizaciones, el capital y el trabajo. 
 
3. El fin del bienestar y la vuelta al neoliberalismo 
La década de los años ’70 está signada por un cambio de época. Los procesos inflacionarios 
generaron dificultades financieras en los estados occidentales. En 1973 se produce una crisis 
energética estructural, que dio en llamarse crisis del petróleo, que comienza a vislumbrar los 
problemas generados por un sistema productivo mundial de escala sobredimensionada y 
mercantilizada hasta el paroxismo. 
A esta crisis le sigue la salida del patrón oro y la imposición del dólar como moneda internacional 
de referencia para los intercambios. Hasta ese momento, la dimensión financiera se correspondía 
con la escala productiva de las economías nacionales, dado que las monedas disponían de 
respaldo en oro, en valores relativamente equivalentes a los del producto nacional. Una fuerte 
devaluación del dólar norteamericano y la desaparición del patrón oro como respaldo, comienza 
una espiral de Financiarización de la economía, ya que estas decisiones son el principal disparador 
del desacople de la economía financiera en relación a la economía real. 
Es el comienzo de los endeudamientos estructurales de los países menos desarrollados, 
conformando una masiva transferencia de recursos de estos países hacia las instituciones de 
crédito internacionales. A esta fuente de transferencia, se adicionan los procesos generalizados de 
privatizaciones de la estructura estatal, tanto de empresas productivas como de servicios 
(jubilaciones, salud, educación…) que significaron una masa enorme de recursos cedidos desde 
los estados nacionales a los capitales privados. Para comprender este proceso en su verdadera 
dimensión, les recomendamos la lectura del texto de Calcagno y Calcagno, que encontrarán en el 
aula virtual. También que accedan al documental “el Fondo” de Alejandro Bercovich. 
En la actualidad, a nivel mundial el volumen financiero es cinco veces mayor que el volumen de 
riqueza generado por el sistema productivo mundial. Este dato obliga a reflexionar acerca del lugar 
en donde se genera valor estructural. ¿Sigue siendo el trabajo la fuente de valor en el capitalismo, 
o hemos ingresado en una etapa en la que el trabajo puede ser un factor prescindible para la 
concentración de la riqueza? En la semana ocho abordaremos centralmente la cuestión del trabajo, 
en con especial énfasis en las nuevas modalidades que se fortalecieron en contexto de pandemia. 
También es la instalación de procesos periódicos de crisis financieras, cada vez más extremas, y 
cada vez más recurrentes. Para ello, les recomendamos analizar el cuadro que se titula El 
capitalismo, de crisis en crisis. 
Y lo más preocupante, aunque a menudo lo menos reconocido, es que se acentúan de manera 
vertiginosa los procesos de desigualdad social en el mundo. La riqueza ya no responde de manera 
necesaria a una estructura productiva privada, sino a los vaivenes de los “estados de ánimo” de los 
mercados, y también como en el caso argentino, a decisiones financieras que favorecen a los 
sectores más concentrados. En el resumen sobre la situación del blanqueo en Argentina en el año 
2016, pueden verificar que en este caso, la riqueza se encuentra asociada a decisiones 
administrativas definidas desde la burocracia estatal. 
Como síntesis, hace cuatro décadas que el mundo se encuentra sometido a una dinámica en la 
que la producción real opera subordinada a la dimensión financiera. Y en consecuencia, la 
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consideración de las poblaciones como fuente de valor se encuentra subestimada, lo que genera 
deterioros estructurales en la calidad de vida de lasmayorías, crisis sistémicas recurrentes, y 
niveles de conflictividad social crecientes, a lo que se suma la gravísima cuestión ambiental que no 
estamos enfrentando ni resolviendo como sociedad. 
 
4. La globalización, o la era del capitalismo global 
Para trabajar este tema, recurriremos al material de lectura de Manuel Castells. El autor sostiene 
que la economía global corresponde a una transformación de orden económico y tecnológico, 
según tres dimensiones dominantes: en la cuestión informacional, en la condición de lo global, y en 
la dinámica de funcionamiento en red. 
Por un lado, La información y el conocimiento son decisivos en la productividad y la competitividad. 
La disponibilidad de información, sumada a la tecnologías de comunicación, más los cambios en la 
capacidad de gestión y procesamiento de la información generada indican un cambio de época. 
Que estén globalizadas implica que trabaja como unidad en tiempo real a nivel planetario, a través 
de redes de interconexiones, operadas por una mano de obra muy calificada (analistas financieros; 
grandes periodistas, tecnólogos….) que ascendía a solamente un 10% de la población al momento 
en que se escribe el artículo, pero que sin embargo producen un tercio del valor de la producción 
mundial. Sin embargo, una parte muy mayoritaria de la mano de obra mundial trabaja en mercados 
locales no globalizados, en empresas con anclaje “tradicional”, productores de bienes y servicios, 
que para su sobrevivencia dependen de su conexión con este núcleo de acuerdo a vínculos 
sucesivos. 
5. La Empresa Red, o la organización global del capital 
Qué es lo que funciona en red? Podemos observarlo en dos niveles: por redes de trabajo 
(flexibilidad, adaptación rápida a la demanda, formas de organización matricial y por objetivos, 
según coordinación y unidad de proyecto). Pero también porque es unidad de capital, jurídica, y 
con estrategia financiera. Se organiza con información en línea, y adiciona economía informal a 
tope. 
La empresa red es unidad tanto en la acumulación de capital como en el plano jurídico (títulos); y 
a la vez su unidad operativa es una red que contrata, emplea, da órdenes y desemplea. Opera por 
medio de alianzas estratégicas. En síntesis: hay una tendencia de empresas con un núcleo 
estable y una periferia inestable y flexible. 
Este modelo empresario genera al mismo tiempo trabajo autoprogramable, y trabajo genérico. En 
la semana ocho abordaremos con mayor profundidad las formas de organización del trabajo. Por 
ahora vale mencionar que estas formas organizativas generan flexibilidad extrema, la que solo es 
posible por el tipo de gestión tecnológica dada en el modelo. 
En líneas generales, podemos decir que la individualización se presenta como un cambio en la 
lógica de las relaciones laborales, generando tensión entre productividad y flexibilidad. Asimismo, 
incrementa la desigualdad social y la polarización, ya que socava las relaciones industriales 
estables, y la base financiera y organizativa del estado de bienestar. En conclusión, se genera una 
crisis en las instituciones de convivencia social que sostuvieron el equilibrio expansivo propio de 
las sociedades donde las clases obreras eran la piedra de toque. Las crisis son del sistema 
financiero, pero también de las sociedades cada vez más desiguales. 
 
 
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6. Economía real, economía “especulativa” 
Si recurrimos a Wikipedia, encontraremos algunas definiciones sencillas pero útiles. La economía 
real o economía productiva consiste en el estudio de la producción, la distribución y el consumo de 
bienes físicos y servicios en una zona geográfica determinada y los factores que les influyen. 
Podemos decir que es la economía que produce para satisfacer necesidades “concretas”. El 
término se suele usar en contraposición a la economía financiera, que refiere al intercambio de 
distintos bienes de capital (acciones, obligaciones, bonos, créditos, patentes de invención, etc.). La 
economía financiera es mucho más volátil (está sujeta a bajas y alzas mucho más fuertes e 
imprevistas) que la economía real, ya que es un reflejo de las expectativas y estas pueden cambiar 
mucho más deprisa que los hechos. 
En la globalización, la economía financiera se autonomiza de la economía real; ya no sirve 
mayoritariamente para sostener y fomentar la economía real, productiva, sino que se integra en un 
esquema de valorización autónomo, independiente de los bienes y servicios. Gráficamente, 
aunque a riesgo de esquematizar de manera excesiva, podemos decir que las finanzas antes del 
dominio neoliberal eran una herramienta que impulsaba el sistema productivo (un medio para la 
inversión y la expansión del capital productivo); desde hace medio siglo, se instaura una lógica en 
la que el capital financiero se multiplica a sí mismo, y subordina a la economía real, extrayéndole 
recursos. 
Algunas corrientes de la ciencia económica sostienen que la economía global es extractivista y 
voraz; su lógica de acumulación es la concentración por medio de la extracción de recursos: 
humanos, productivos, financieros, ambientales. 
La urgencia sobre la cuestión ambiental la abordaremos en la semana nueve. 
 
 
7. El capitalismo financiero 
Desde la segunda mitad del siglo XX se observa una creciente tendencia a la financiarización del 
sistema. Este proceso consiste en lo que se ha dado en llamar el apalancamiento, que tiende a 
sobrepasar al capital. Es decir que la producción de bienes y servicios pasa a ser mayoritariamente 
financiada a través de endeudamiento. 
El apalancamiento es la relación entre crédito y capital invertido en una operación financiera. A 
mayor crédito, mayor apalancamiento y menor inversión de capital propio. En otras palabras, el 
apalancamiento es simplemente usar endeudamiento para financiar una operación. Al reducir el 
capital inicial que es necesario aportar, se produce un aumento de la rentabilidad obtenida. El 
incremento del apalancamiento también aumenta los riesgos de la operación, dado que provoca 
menor flexibilidad o mayor exposición a la incapacidad de atender los pagos. 
Financiarización es un término que describe un sistema o proceso económico que intenta reducir 
todo el valor intercambiado (tanto tangible como intangible, tanto promesas futuras como 
presentes, etc.) a un instrumento financiero. El propósito original de la financiarización es lograr 
reducir cualquier producto del trabajo o servicio en un instrumento financiero intercambiable, como 
una divisa, y así hacer que sea más sencillo para las personas comercializar estos instrumentos 
financieros. 
La financiarización consigue subordinar a la economía industrial y agrícola tradicionales a los 
mercados financieros. 
 
https://es.wikipedia.org/wiki/Finanzas
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8. DEUDA EXTERNA: qué es, como se estructura a nivel 
internacional, la extracción de riqueza a las naciones. 
Endeudamiento, fuga. Efectos estructurales 
El problema de la llamada deuda externa “vieja” (desde el empréstito Baring en tiempos de 
Rivadavia) no la vamos a desarrollar, lo que sigue comenzará con el tema de la deuda desde 
mediados del siglo XX. Tras la segunda guerra mundial la Argentina se deshace de su deuda 
externa llegando a saldarla completamente en 1952, a partir de entonces el país es acreedor, esta 
idea está presente en la declaración de la “independencia económica”, anunciada por Perón el 9 
de julio de 1947 en la ciudad de Tucumán. 
Luego del derrocamiento de Perón, en 1955, se iniciará un nuevo ciclo de endeudamiento, que no 
obstante, no alcanzará volúmenes importantes hasta mediados de los años ’70 con la última 
dictadura cívico-militar. 
La autodenominada Revolución Libertadora produce un giro, tanto en la política económica con en 
la política exterior. El cambio de la política exterior hacia un alineamiento con los Estados 
Unidos se completa con la incorporación de la Argentina al Fondo Monetario Internacional(FMI) y 
al Banco Mundial en 1956, al mismo tiempo que se desnacionalizan los depósitos bancarios. La 
Argentina ingresa por la fuerza en el círculo de endeudamiento e inflación con nuevos créditos para 
pagar los intereses de préstamos anteriores. Ante esa situación de insolvencia del país, el ministro 
de Finanzas francés invitó a los 11 países acreedores de la Argentina a reunirse en París. De esta 
reunión surgió el Club de París, un foro informal de acreedores oficiales y países deudores. 
Al término de la dictadura de la Revolución Argentina, en 1958, la Argentina dejó de ser un país 
acreedor para volverse deudor, superando los mil millones de dólares de deuda. Mientras que a 
fines de la Segunda Guerra Mundial, las reservas de oro y divisas acumuladas en el Banco Central 
superaban en 1300 millones de dólares a la deuda externa, a fines de abril de 1958 era la deuda 
externa la que superaba en 1100 millones de dólares a las reservas de oro y divisas. 
Los gobiernos posteriores, civiles o militares fueron sucesivamente incrementando el stock de la 
deuda. Durante el tercer mandato peronista (1973-1976) la deuda ascendió de 4870 millones de 
dólares a 7800, un 62 %, dando el equivalente de 320 dólares de deuda por cada argentino (per 
cápita). 
La dictadura cívico-militar de 1976-83 incrementó la deuda a un total de 45.000 millones de 
dólares, un 364% pasando a deber los argentinos unos 1500 dólares per cápita. La reducción del 
proteccionismo, que había imperado en las décadas anteriores y una liberalización del sector 
bancario fueron la combinación de medidas que permitieron el surgimiento de la popularmente 
conocida “bicicleta financiera”. 
A principios de los años ’80, desde el Banco Central, Domingo Cavallo resolvió una medida para 
facilitar que los deudores privados pudieran afrontar sus pagos al exterior, estas medidas 
completadas por su sucesor, González del Solar, terminaron estatizando un importante porción de 
la deuda externa privada que pasó a ser un carga para el Estado. En 1982, unos 17.000 millones 
de dólares contraídos por empresas privadas fueron transferidos a la deuda pública. Entre las 
empresas beneficiadas por esta medida se encontraban Acindar, Alpargatas, Grupo Macri, Banco 
Francés, Banco Galicia, Bunge y Born, Molinos Rio de la Plata, Loma Negra, Ledesma, Pérez 
Companc, entre otras. Esta transferencia liberó a las empresas de sus compromisos de pago que 
fueron asumidos por el Estado incrementando el stock de la deuda pública. 
Durante el gobierno de Alfonsín, el peso de la deuda externa y el desequilibrio macro económico 
resultaron abrumadores, el déficit público fue constante, convirtiéndose en un problema grave: 
1984, 10,5%; 1985, 7,7% culminando en los procesos de hiperinflación de finales de la década. 
Durante 1989 el gasto público representó el 35.6% del PBI y el déficit fiscal ascendió al 7.6 % del 
PBI. De diciembre a diciembre la inflación alcanzó el 3079%. 
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Con la presidencia de Menem (1989-1999) el volumen de la deuda se elevó en un 123% pasando 
a 146.219 millones de dólares. 
Del análisis de las estadísticas, se deduce que el gasto destinado al funcionamiento del Estado 
siempre se mantuvo relativamente estable (entre 1993 y 2001 pasó del 6.2% al 6.4% del PBI), 
mientras que el gasto público social creció muy levemente, del 20.3% en 1993 al 21.8 % en el 
2001. En contrapartida, los intereses que el Estado debía abonar por sus deudas, habían crecido 
significativamente del 1.8% al 5.3% del PBI entre 1993 y 2001. Por lo tanto, el origen del déficit 
estaba en la carga de intereses de la deuda que se había elevado considerablemente, aunque el 
entonces ministro, Cavallo prefirió realizar ajustes por el lado de los gastos de funcionamiento del 
Estado y los servicios sociales. 
Para 1999, la deuda externa llegaba a US$ 146.000 millones y un 32% de la población se 
encontraba najo la línea de pobreza, sumándose un desempleo del orden del 16% 
Durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015) se 
llevaron adelante dos canjes de deuda, en 2005 y 2010, y se canceló la totalidad de la deuda que 
el país tenía con el FMI. Si bien la deuda externa en términos absolutos pasó de US$ 178 mil 
millones en 2003 a US$ 250 mil millones en 2014, se redujo significativamente su relación respecto 
del PBI, según datos del FMI, la Argentina, experimentó entre 2003 y 2013 una reducción del 73% 
de su deuda externa respecto al Producto Bruto Interno y resultó ser el país con mayor nivel de 
desendeudamiento del mundo. 
Durante el gobierno de Mauricio Macri se produce el pago a los holdouts que habían quedado 
fuera de los canjes de 2005 y 2010. Además, el gobierno decide financiar el déficit fiscal de la 
administración pública con nueva emisión de deuda. Según datos del INDEC, la deuda externa 
creció un 76% entre finales del 2015 y de 2019. Luego de la crisis cambiaria de comienzos de 
2018, la administración de Macri tomará un préstamo por más de 50 mil millones de dólares con el 
FMI, el más grande de la historia del organismo 
El 31 de marzo de 2016 el congreso argentino deroga las leyes Cerrojo y de Pago Soberano, 
permitiendo que el gobierno negocie un arreglo con los fondos buitre. El 26 de abril, Argentina 
pagó 9300 millones de dólares a los fondos buitre, El pago realizado representó un rendimiento de 
1180% respecto de su inversión inicial, y el país se hizo cargo además de los honorarios de los 
estudios legales que representaron a dichos fondos 
Cumplidos los primeros 11 meses bajo el gobierno de Mauricio Macri, el estado nacional, los 
estados provinciales y los bancos argentinos habían recibido US$40.000 millones en préstamos, 
con lo que la deuda pública quedaba en cerca de US$200.000 millones, lo que representaba casi 
el 30% del Producto Interno Bruto (PIB 
En diciembre de 2018 la deuda pública total ascendía a más de 345 mil millones de dólares, lo que 
representaba el 90% del PIB. Para principios de 2019 la deuda argentina ya se acercaba al 97,7% 
del PBI del país siendo la más alta de la región, mientras que según los datos de la CEPAL el nivel 
de endeudamiento se acercaba a casi al 100% del PBI. A mediados de agosto de 2019 la relación 
deuda pública/PIB alcanzó el 100,4%, algo menos del doble de la relación que existía en 2015. El 
salto en la cotización del dólar posterior a las PASO fue explicado de diferentes maneras. El diario 
La Nación lo adjudicó a una respuesta del sistema financiero a las propuestas del candidato 
Alberto Fernández, ganador en las elecciones primarias. Mientras que el expresidente del BCRA, 
Martín Redrado, culpó al presidente Macri diciendo que dio la orden de «que el dólar se vaya a 
donde se tenga que ir de modo tal que los argentinos aprendan a quién votar» 
CONCIENCIA UNVIERSITARIA 2021 
 
 
 
 
 
 
https://virtual.unju.edu.ar/mod/book/view.php?id=131053&chapterid=853
https://virtual.unju.edu.ar/course/view.php?id=206&section=14

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