Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
y por lo tanto es suficiente recurrir a la óptica geométrica para tratar el problema. En segundo lugar, los fenómenos ópticos de reflexión y de refracción tienen sus śımiles mecánicos. Vimos que en el ejemplo de dispersión por una esfera ŕıgida que las part́ıculas se reflejan especularmente en la superficie de la esfera, por otro lado los invitamos a demostrar que el problema de part́ıculas que dispersan debido a un potencial central del tipo V (r) = { 0 si r > R V0 si r < R, (13.27) donde V0 es una constante, es el śımil mecánico del fenómeno de refracción. Cuando una part́ıcula que viene desde afuera ingresa a la región r < R (si es que su enerǵıa E lo permite), su dirección de movimiento cambia según una ley de Snell sinϕi = n sinϕr, (13.28) donde ϕi es el ángulo de incidencia y ϕr es el refractado. El ı́ndice de refracción vale n = √ E − V0 E . (13.29) Cuando calculamos la sección eficaz lo hicimos igualando el conteo de part́ıculas que pasa por una sección del haz incidente con las part́ıculas que dispersan en determinado ángulo sólido. Ese tipo de cuentas es independiente de si lo que dispersan son part́ıculas o rayos de luz, por lo tanto, la fórmula de la sección eficaz (13.9) valdrá para el caso óptico. Sin embargo, hay una diferencia esencial: mientras que en el śımil mecánico de la refracción si la part́ıcula trae una enerǵıa E mayor a V0 entrará en la región central r < R y luego de atravesar dicha región saldrá al exterior, en el caso del rayo de luz cada vez que se encuentra con una superficie entre dos medios una parte se reflejará y otra parte se refractará. Veamos qué procesos son los que originan el arco iris, es decir, aquellos para los cuales la sección eficaz diverge para un ángulo de dispersión no nulo. Reflexión: En primer lugar tenemos el proceso de reflexión del rayo en la superficie de la gota, la sección eficaz corresponde en este caso al ejemplo de dispersión por una esfera ŕıgida. Alĺı hab́ıamos encontrado que la dispersión es isotrópica, la misma cantidad de rayos saldrá en cualquier dirección y no tendremos un ángulo ’favorito’. Refracción - refracción: En el proceso siguiente, ilustrado en la figura 13.11 el rayo se refracta al interior de la gota según la ley de Snell sinϕi = na sinϕr (13.30) y luego se refracta nuevamente saliendo al aire. De la figura 13.11 vemos que el ángulo de dispersión de este proceso es Θ = 2 (ϕi − ϕr) . (13.31) La sección eficaz σ(Θ) ∝ ds/dΘ, por lo tanto su divergencia ocurrirá cuando diverja la derivada o bien cuando se anule la derivada dΘ/ds. Calculamos esta última derivada a partir de (13.31) dΘ ds = 2 ( dϕi ds − dϕr ds ) (13.32) Derivamos impĺıcitamente la relación entre s y el ángulo ϕi, s = R sinϕi ⇒ 1 = R cosϕi × dϕi ds ⇒ dϕi ds = 1 R cosϕi (13.33) 159 Derivamos impĺıcitamente la ley de Snell cosϕi × dϕi ds = na cosϕr × dϕr ds ⇒ dϕr ds = 1 Rna cosϕr (13.34) Por lo tanto, llegamos a dΘ ds = 2 R ( 1 cosϕi − 1 na cosϕr ) . (13.35) Esta derivada se anula si vale para algún ángulo de incidencia na cosϕr = cosϕi ⇒ (13.36) ⇒ na √ 1− sin 2 ϕi n2a = √ 1− sin2 ϕi ⇒ n2a = 1. Vemos entonces que la derivada no se anula nunca, por lo tanto, la sección eficaz σ(Θ) no diverge para ningún ángulo no nulo en estos procesos. φ i φ r φ i φ r Θ=2(φ −φ ) i r φ r φ −φ i r Figura 13.11: Procesos de dispersión refracción-refracción. Refracción - reflexión interna - refracción: Estudiemos este proceso, que se muestra en la figura 13.12. El ángulo de dispersión es Θ = π + 2ϕi − 4ϕr. (13.37) Derivamos respecto a s y usamos (13.33) y (13.34) dΘ ds = 2 dϕi ds − 4dϕr ds = 2 R ( 1 cosϕi − 2 na cosϕr ) . (13.38) La derivada anterior se anula si na cosϕr = 2 cosϕi ⇒ (13.39) ⇒ na √ 1− sin 2 ϕi n2a = 2 √ 1− sin2 ϕi ⇒ sinϕi = √ 4− n2a 3 . 160 φ i φ r π − 2φ r φ −φ i r φ −φ i r φ i φ r φ r φ r φ −φ i r Θ=π + 2φ −4φ i r Figura 13.12: Proceso de dispersión refracción - reflexión interna - refracción. Teniendo en cuenta que el ı́ndice de refracción es mayor a uno, entonces ahora si se puede anular la derivada dΘ/ds. El ı́ndice de refracción del agua es aproximadamente na = 1,333, por lo tanto el ángulo de incidencia que satisface la ecuación anterior es ϕi ' 60◦ y el ángulo de dispersión del efecto arco iris es Θ ' 138◦. El arco iris se destaca por sus colores, ¿cómo aparecen en estos cálculos? El ı́ndice de refracción depende del medio de propagación y también depende de la longitud de onda de la luz, en el caso del agua tenemos en los extremos del espectro visible que vale nrojo = 1,330 y nvioleta = 1,343. Consecuentemente, para cada longitud de onda la dispersión de arco iris ocurre para ángulos levemente diferentes, en los extremos visibles Θrojo ' 138◦ y Θvioleta ' 140◦. La apertura angular del arco iris es entonces de aproximadamente ∆Θ ' 2◦. Figura 13.13: (Foto tomada de la web) Arco iris doble. 161 Encontramos entonces que si miramos una región del cielo dando las espaldas al sol, luego de una lluvia que dejó muchas gotas de agua suspendidas, cuando elevemos la vista 40◦ respecto a la horizontal comenzaremos viendo una franja luminosa de colores cercanos al violeta, luego sigue el resto del espectro visible, que termina a los 42◦ sobre la horizontal con franjas rojizas. Otros procesos: Podemos considerar más procesos, en el siguiente por ejemplo el rayo de luz se refleja dos veces dentro de la gota antes de salir al aire. En este caso, repitiendo cuentas análogas llegamos que existe dispersión de arco iris para un ángulo de dispersión Θ ' 130◦ (50◦ visto desde la horizontal). Este es el arco iris secundario, raramente visible debido a su menor intensidad. En este arco iris el orden de los colores está invertido (ver figura 13.13). Otros fenómenos ópticos atmosféricos se explican de manera similar: por ejemplo, el fenómeno de los halos alrededor del sol o de la luna, producidos por la dispersión de la luz solar en cristales de hielo. En esta clase: Definimos la sección eficaz diferencial σ(Θ) que nos permite cuantificar el efecto de un potencial central sobre la dispersión de part́ıculas que son afectadas por el mismo. Calculamos la sección eficaz de Rutherford, correspondiente a un poten- cial coulombiano repulsivo. La medición de esta sección eficaz llevó al descubrimiento del núcleo atómico. Aunque Keats se lamente, hemos destejido el arco iris con la ayuda de Newton y ćıa. 162 14. Relatividad especial: Introducción, postulados y efectos fundamentales No cuentes lo que hay detrás de aquel espejo Serú Girán La relatividad de Einstein es indudablemente la teoŕıa más famosa de toda la F́ısica. Es sinónimo de teoŕıa indescifrable, de paradojas que desaf́ıan el sentido común, de agujeros negros y de Big Bang, de espacio y tiempo tan entremezclados que permiten discutir la posibilidad de atravesar el universo mediante agujeros de gusano. La icónica ecuación E = mc2 es sinónimo de enerǵıa atómica, de fuentes inagotables de enerǵıa y tam- bién de destrucción masiva. Relatividad y f́ısica cuántica son las teoŕıas f́ısicas que revolucionaron a la ciencia del siglo XX, y junto a ella a toda la sociedad. Bajo el nombre de “teoŕıa de la relatividad” se agrupan dos teoŕıas, ambas formuladas por Einstein. La primera es la relatividad especial (también llamada relatividad restringida) de 1905 y es la que nos ocupa en esta materia. Consiste en la reformulación de los conceptos de espacio y tiempo absolutos de Newton, pero mantiene la existencia de ciertos sistemas de referencia privi- legiados, estos son los sistemas inerciales. En esta teoŕıa la duración del intervalo de tiempo entre dos eventos o la longitud de un objeto depen- den del observador inercial que los mide. No exis- te más un reloj newtoniano universal que imper- turbablemente mide el mismo tiempo para todos los sistemas de referencia. El espacio y el tiempose funden en un continuo llamado espacio-tiempo (plano). The New York Times 10 de noviembre de 1919 La segunda teoŕıa es la relatividad general de 1915. Consiste en una teoŕıa de la gravita- ción, superadora de la de Newton. En ella el espacio-tiempo es curvo, niega tanto el espacio y el tiempo absolutos de Newton como también el estándard del reposo o movimiento uniforme de los sistemas inerciales. Es una teoŕıa válida respecto de cualquier sistema de referencia. Quienes cursan la licenciatura verán los rudimentos de esta teoŕıa en Mecánica Clásica II. Como todos los procesos f́ısicos ocurren en el espacio y en el tiempo, la reformulación que la relatividad hace de estos conceptos implica una revisión de las leyes de la F́ısica, las cuales deben ser compatibles con las teoŕıas aceptadas del espacio y del tiempo. Vale remarcar que ambas teoŕıas de la relatividad describen estructuras reales en el mundo real, sujetas a pruebas 163 experimentales. Como tal, sus predicciones han sido verificadas en una cantidad enorme de diferentes situaciones 76. En esta clase presentamos una breve introducción general de carácter histórico a los pro- blemas que vino a resolver la teoŕıa de Einstein. Presentamos también los dos postulados de la relatividad especial y deducimos de ellos los llamados efectos fundamentales: pérdida de la si- multaneidad, dilatación del tiempo y contracción de la longitud. Con estos tres efectos podremos tener una muy clara idea de porqué la relatividad desaf́ıa al sentido común. 14.1. Espacio y tiempo absolutos En la f́ısica de Aristóteles los cuerpos pesados cáıan porque cada uno de los elementos de los que estaba hecho el universo (fuego, agua, tierra y aire 77) teńıa su propio lugar de pertenecia, su propia esfera, hacia el cual naturalmente se mov́ıan, al menos que fueran retenidos forzosamente. El lugar de pertenencia de los elementos tierra y agua era el centro del universo que, en la mirada geocéntrica, coincid́ıa con el centro de la Tierra. Por esa razón los cuerpos pesados (los que en su composición teńıan una mayor proporción de los elementos tierra y agua) tend́ıan hacia abajo. Por la misma razón, los cuerpos de aire o fuego tend́ıan hacia arriba. En esta teoŕıa del universo exist́ıan puntos o esferas privilegiadas, lugares absolutos. El centro de la Tierra era uno de ellos. Por otro lado, en la f́ısica de Newton los cuerpos caen porque son atráıdos por la fuerza de grave- dad de la Tierra, no porque sean atráıdos hacia un punto fijo en el espacio. Por lo tanto, la po- sición de un cuerpo tiene un sentido relativo, en el caso de los objetos cerca de la superficie terrestre importa la posición relativa del objeto a la Tierra. De la misma manera, la velocidad de un objeto solo tiene un significado relativo: si dos cuerpos se mueven con una velocidad re- lativa constante es imposible decidir cuál de los dos está en movimiento y cuál está en reposo. Este resultado es el principio de relatividad, enunciado por primera vez por Galileo. Viajando en postes Dibujo: Elisa Kolodziej A pesar de la relatividad del movimiento, Newton en sus Principia postula la existencia de un espacio absoluto, casi sustancial 78, que no puede ser influenciado por nada externo y permanece siempre igual e inamovible. En su época no se sab́ıa de la existencia de las galaxias, por lo tanto Newton considera que el centro de masas del sistema Solar está en reposo en un sistema solidario al espacio absoluto. Al espacio absoluto podemos pensarlo como un escenario fijo en el cual transcurre la realidad f́ısica, escenario en el cual están y se mueven todos los cuerpos que forman el universo. Por otro lado, Newton también postula la existencia de un tiempo absoluto, verdadero y matemático, que fluye por su propia naturaleza uniformemente, que no es influenciado por 76La relatividad es conocida por sus paradojas, por ejemplo la de los mellizos. Una paradoja en una teoŕıa significa algo que “no cierra”. Sin embargo en la relatividad todas las paradojas son aparentes, son paradojas para el sentido común, pero no para la teoŕıa. Ambas teoŕıas son lógicas y experimentalmente sólidas, no se conoce actualmente ningún fenómeno que se aparte de sus predicciones, no hay nada paradójico respecto a ellas. 77Aristóteles introduce además un quinto elemento, el éter. Todo lo que exist́ıa estaba formado a partir del éter, llenaba el espacio entre la superficie terrestre y las esferas celestiales. 78Noción no muy diferente quizás a la idea del éter aristotélico que llenaba el universo. 164 nada externo. Podemos pensar a este tiempo absoluto como el que mide un reloj universal, el cual marca con infinita regularidad cada segundo y cada segundo es idéntico para cualquier observador, independientemente de su estado de movimiento. Los Principia de Newton dan origen al “sistema del mundo” más exitoso de toda la historia de la humanidad, la teoŕıa explica y unifica los movimientos terrestres y celestiales. Sin embargo, los conceptos de espacio y tiempo que usó Newton siempre fueron controvertidos, particularmente la idea de espacio absoluto 79 Algunas cŕıticas fueron: el espacio absoluto no pod́ıa distinguirse experimentalmente de todos los otros sistemas de referencia inerciales (principio de relatividad de Galileo), por lo tanto no existe la necesidad de introducir tal idea. Podemos conjeturar que Newton introduce estos conceptos por una necesidad filosófica y/o teológica de que exista algo “absoluto”. Einstein no aceptaba que el espacio absoluto actuase sobre un sistema (¡sin espacio no hay movimiento!) pero que el sistema no pudiese actuar sobre el espacio. En las definiciones newtonianas está claro que espacio y tiempo absolutos no pueden ser influenciados por nada externo. Mach: lo que importa es el movimiento relativo de un cuerpo respecto de todas las otras masas del universo. Todos los sistemas ŕıgidos son equivalentes. Newton responde a las cŕıticas: el balde de Newton De acuerdo a Newton la inercia es un fenómeno que relaciona al movimiento de los cuerpos con el espacio absoluto. La rotación de un cuerpo respecto al espacio absoluto es el origen de fuerzas ficticias –fuerzas de Coriolis, centŕıfuga y de Euler. A partir de este hecho, en 1689 Newton plantea su argumento más fuerte a favor de la existencia del espacio absoluto: el experimento de rotación de un balde con agua. En primer lugar se gira el balde para que se tense la cuerda que lo sostiene y luego se lo suelta. Al principio el agua no rota, luego por rozamiento con las paredes del balde el agua empieza a girar y su superficie se curva, volviéndose cóncava. ¿Por qué se curva la superficie del agua? ¿Qué significa que rote el agua? ¿Rota respecto de qué? Respecto al balde no rota (balde a la izquierda abajo en la figura 14.1), por lo tanto el movimiento relativo del agua respecto del balde no determina la concavidad de la superficie del agua. En el instante inicial (balde a la izquierda arriba de la figura 14.1), cuando tampoco hab́ıa rotación relativa entre balde y agua, la superficie del agua era plana. Según Newton hay rotación respecto al espacio absoluto, es decir que podemos ha- blar de rotación o no de un cuerpo de manera absoluta. En el caso de sistemas inerciales en movimiento relativo, los dos observadores pueden decir que ellos están quietos y que el que se mueve es el otro. En el caso de la rotación, un observador solidario al balde y al agua notará una gran diferencia: la superficie del agua es plana o es cóncava. 79La grieta acerca de los conceptos absolutos de espacio y tiempo dividieron a cient́ıficos y filósofos de renombre. Kant y Euler estaban a favor; de hecho Kant es el que da un status filosófico importante a ambas nociones. Berkley, Huygens y Leibniz critican a su manera. El f́ısico austŕıaco Mach dice que ambos conceptos son monstruosidades. Poincaré y Einstein eran contrarios a los absolutistas, pensaban que la teoŕıade la relatividad apoya la descripción relacional del espacio: según Mach el espacio no es “una cosa”, sino que es una abstracción que surge de las distancias relativa entre la materia. 165 Figura 14.1: Experimento del balde de Newton (imagen de Jeroen van Engelshoven). Mach considera que la inercia es una consecuencia del movimiento rela- tivo del balde respecto al resto del universo: según el principio de Mach da lo mismo que gire el cuerpo a que giren las estrellas lejanas alrededor del cuerpo. Para el filósofo austŕıaco todo movimiento, traslacional o rotacional, es relativo. Mach predice que si las estrellas lejanas girasen al uńısono con el balde, entonces la superficie del balde no se curvaŕıa. Esta es una predicción concreta (aunque irrealizable en término de baldes y estrellas). Para Mach un estado de movimiento en el cual no se percibe ninguna rotación es el resul- tado del promedio sobre la distribución y movimiento de toda la materia del universo 80. 14.2. Sistemas de referencia inerciales Las leyes de la F́ısica siempre se enuncian relativas a un sistema de referencia. Estos sistemas son ŕıgidos: se los piensa como la extensión imaginada de un cuerpo ŕıgido. Ejemplo: la Tierra y todo lo solidario a ella. Si asociamos un sistema de coordenadas cartesianas fijo al sistema de referencia ŕıgido podremos dar las coordenadas de todos los puntos del espacio y cuantificar la posición de cualquier part́ıcula. Las escalas de los ejes cartesianos funcionan como reglas que nos permiten medir longitudes. Por otro lado, necesitamos un reloj para medir tiempos. En la mecánica de Newton una vez que dos relojes son sincronizados, continuarán indicando por siempre los mismos tiempos, independientemente de cómo se muevan los relojes. Disponiendo de reglas y relojes ya podemos cuantificar eventos. Un evento es un aconte- cimiento f́ısico que ocurre en un punto espećıfico del espacio y en un instante espećıfico de tiempo. Las coordenadas (x, y, z) del punto del espacio donde ocurre el evento, tomadas respecto al sistema de referencia, y el instante de tiempo t que se lee en el reloj cuando ocurre el evento son cuatro números o coordenadas espacio-temporales que caracterizan numéricamente al evento. 80El efecto de Lense-Thirring de la relatividad general sugiere que Mach estaba en lo correcto. Este efecto refiere al “arrastre” del espacio-tiempo provocado por un cuerpo que rota. 166 En la mecánica de Newton, entre todos los posibles sistemas de referencia se destacan los sistemas inerciales. Si pensásemos como Newton podŕıamos decir que un sistema inercial es aquel que se mueve con velocidad constante respecto del espacio absoluto 81. Pero vimos que el espacio absoluto era una idea f́ısicamente cuestionable. Por lo tanto definimos a los sistemas inerciales como aquellos respecto de los cuales es válida la primera ley de Newton: todo cuerpo continúa en su estado de reposo o movimiento uniforme en ĺınea recta, a menos que se le aplique una fuerza. Podemos considerar a esta ley de inercia como una definición de sistemas inerciales 82. Dado un sistema inercial sabemos que cualquier otro sistema de referencia que se mueve con velocidad constante respecto al primero también es un sistema inercial. Vemos entonces que si bien experimentalmente no es detectable un espacio absoluto a lo Newton, śı es detectable un estándar de reposo o de movimiento uniforme, estándar que corresponde a los sistemas inerciales. A priori siempre podemos idear un experimento que nos permita saber si nuestro sistema es inercial o no 83. Un sistema inercial perfecto es una idealización: Newton pensaba que un sistema tal era el que se mov́ıa con velocidad constante respecto del centro de masas del sistema Solar (al cual supońıa inmóvil), pero hoy en d́ıa sabemos que el sistema Solar está girando alrededor del centro de la Vı́a Láctea, y sabemos que las galaxias a su vez giran. Sin embargo, de acuerdo al fenómeno f́ısico que nos interese estudiar, podemos elegir sistemas que se compartan casi perfectamente como inerciales ó, recurriendo a la mecánica relativa, podemos estimar los errores que introduce la no inercialidad del sistema de referencia. En relatividad especial los sistemas inerciales siguen siendo privilegiados. Einstein con su teoŕıa de 1905 derrumba las ideas de espacio y tiempo absolutos, sin embargo sigue en pie la existencia de un “absoluto” o estándard de movimiento, el de los sistemas inerciales. En cambio, en la relatividad general, todos los sistemas de referencia son igualmente apropiados para describir la f́ısica. 14.3. Transformación de Galileo La transformación de Galileo nos indica cómo cambian las coordenadas de una part́ıcula cuando las referimos respecto a distintos sistemas inerciales. En la figura 14.2 el sistema de referencia S′ se mueve con velocidad constante V respecto del sistema inercial S. ROO′ es el vector posición del origen de S′ respecto de S. Sin pérdida de generalidad podemos considerar que en el instante inicial t = 0 ambos sistemas de referencia coinciden. En tal caso tenemos ROO′ = V t. (14.1) De la figura 14.2 vemos que la relación entre vectores posición de un punto genérico P es r = r′ +ROO′ = r ′ + V t. (14.2) Expresada como transformación de coordenadas la transformación de Galileo (TG) es x = x′ + Vxt y = y′ + Vyt z = z′ + Vzt t = t′. (14.3) 81Cuando decimos que un sistema se mueve con respecto a otro con cierta velocidad estamos suponiendo que los ejes de los sistemas no rotan, siempre permanecen paralelos a śı mismos. 82Existe una especie de tautoloǵıa: los sistemas inerciales son aquellos en los cuales valen las leyes de Newton, pero ...¿dónde valen las leyes de Newton? ¡En los sistemas inerciales!. 83Quien alguna vez fue sorprendido estando parado en un colectivo que giró o frenó bruscamente sabe de que hablamos. 167 Figura 14.2: Transformación de Galileo entre sistemas de referencia inerciales. En la última ĺınea estamos teniendo en cuenta que, acorde con la noción de tiempo absoluto de Newton, observadores solidarios a ambos sistemas miden el mismo tiempo (por supuesto, suponiendo que sus relojes están sincronizados). La transformación inversa de (x, y, z, t)→ (x′, y′, z′, t′) se obtiene trivialmente de (14.3): x′ = x− Vxt y′ = y − Vyt z′ = z − Vzt t′ = t. (14.4) Transformación de velocidades: Para encontrar cómo transforman las velocidades simple- mente derivamos (14.2 respecto del tiempo (el cual es el mismo para ambos sistemas): v = v′ + V . (14.5) A esta relación la llamamos la ley de adición de velocidades de la mecánica newtoniana. Note- mos que si V 6= 0 entonces una part́ıcula moviéndose con cierta velocidad respecto a S tendrá siempre una velocidad diferente respecto de S′. Transformación de aceleraciones: Si ahora derivamos la relación entre velocidades (14.5) obtenemos que las aceleraciones satisfacen: a′ = a, (14.6) decimos que las aceleraciones son invariantes frente a una TG. 14.4. Principio de relatividad galileano El principio de relatividad galileano es un postulado que establece que las leyes de la mecánica son invariantes frente a la transformación de Galileo (14.3) ó, dicho en otras palabras, las leyes de la mecánica son las mismas en todos los sistemas inerciales. También podemos enun- ciarlo como la imposibilidad de distinguir un estado de movimiento uniforme de un estado de reposo, hecho estrechamente relacionado a la imposibilidad experimental de detectar el espacio 168 absoluto. Este principio es un postulado, por lo tanto no puede ser demostrado de manera general, no es un teorema. Śı podemos chequear su validez en distintas situaciones. Por ejemplo, veamos que la ley de inercia es invariante frente a una TG: si sobre una part́ıcula no actúan fuerzas, por ley de inercia su velocidad respecto al sistema inercial S será constante: u = cte. Si hacemos una TG al sistema S′ la velocidad de la part́ıcula transforma de acuerdoa (14.5), y por lo tanto también será constante en el sistema S′, u′ = u− V = cte′. Por otro lado, es un resultado emṕırico que la masa es una propiedad intŕınseca de una part́ıcula y por lo tanto es invariante frente a una TG. En el caso de fuerzas independientes de la velocidad, éstas son también invariantes galileanas 84. Esta propiedad junto a la invariancia de las aceleraciones implica que si la segunda ley de Newton es válida en un sistema inercial, lo seguirá siendo en todo otro sistema inercial: F = ma⇒ F ′ = ma′. (14.7) 14.5. Las ecuaciones de Maxwell y la transformación de Galileo El principio de relatividad galileano trata sobre la mecánica. Esto es aśı porque al momento de formularse (Galileo, Newton) la mecánica era la única teoŕıa f́ısica madura y consistente. En el siglo XIX se desarrollan la óptica y el electromagnetismo. En 1864 Maxwell condensa el cono- cimiento sobre el electromagnetismo en sus famosas leyes y conjetura además que la luz es una onda electromagnética transversal. Dos décadas después Hertz demuestra experimentalmente la existencia de ondas electromagnéticas. El desarrollo de la teoŕıa de Maxwell era espectacular, pero teńıa hab́ıa un par de cosas inquietantes: Por un lado, todas las ondas conocidas hasta el momento eran ondas materiales, involucra- ban el movimiento de part́ıculas (vibraciones de una cuerda, sonido, olas del mar). ¿Qué era entonces lo que vibraba en una onda electromagnética que era capaz de propagarse en el vaćıo? ¿Qué hab́ıa en el vaćıo? Por otro lado, las ecuaciones de Maxwell no son invariantes frente a una transformación de Galileo (14.3). Por lo tanto, en distintos sistemas inerciales valdŕıan diferentes leyes del electromagnetismo. Existe una clara violación del principio de relatividad galileano. Veamos un ejemplo de esto último. Una consecuencia directa de las ecuaciones de Maxwell es la ecuación de ondas que satisfacen los potenciales 85 y los campos electromagnéticos en el vaćıo, en regiones libres de fuentes. Por ejemplo, cada componente φ del campo electromagnético o de los potenciales satisface ∂2φ ∂x2 + ∂2φ ∂y2 + ∂2φ ∂z2 − 1 c2 ∂2φ ∂t2 = 0, (14.8) 84Estas fuerzas dependen solamente de las posiciones relativas entre part́ıculas. Pensá, por ejemplo, en la fuerza gravitatoria, que depende inversamente de la distancia al cuadrado entre las dos part́ıculas en interacción, o en la fuerza de Hooke que depende de las posiciones de los dos extremos del resorte. Estas fuerzas que dependen solamente de las posiciones relativas son invariantes frente a (14.3). Algunas fuerzas que dependen de la velocidad también son invariantes, por ejemplo, una fuerza viscosa depende de la velocidad relativa del cuerpo respecto al medio en que se mueve, esa velocidad relativa es invariante galileana. En cambio, en el caso de la fuerza de Lorentz, para que resulte invariante galileana se necesita redefinir los campos electromagnéticos al pasar del sistema S al S′, de una manera no consistente con el electromagnetismo de Maxwell. 85Eligiendo un gauge adecuado. 169 donde c = 299792,458 km/s es la velocidad de la luz en el vaćıo. Si la ecuación (14.8) es válida en el sistema inercial S, en una transformación de Galileo del tipo x = x′ + V t, y = y′, z = z′, t = t′ (14.9) la ecuación de onda en el sistema inercial S′ resulta ser ∂2φ̃ ∂x′2 + ∂2φ̃ ∂y′2 + ∂2φ̃ ∂z′2 − 1 c2 ∂2φ̃ ∂t′2 + 1 c2 ( 2V ∂2φ̃ ∂x′∂t′ − V 2 ∂ 2φ̃ ∂x′2 ) = 0, (14.10) donde hemos definido φ̃(x′, y′, z′, t′) = φ(x′ + V t′, y′, z′, t′) = φ(x, y, z, t). Ambas ecuaciones de onda son manifiestamente diferentes. Si la solución en el sistema S corresponde, por ejemplo, a frentes de onda esféricos, en el sistema S′ la solución no tendrá tal simetŕıa esférica. ¿Debemos preocuparnos porque las ecuaciones de Maxwell y sus consecuencias no respeten el principio de relatividad galileano? Podemos argumentar que no. De hecho si en lugar de ondas electromagnéticas, estuviésemos hablando de ondas sonoras el resultado es completamente lógico. Las ondas sonoras no tienen las mismas propiedades respecto a un sistema de referencia en el cual el aire está en reposo, que respecto a un sistema móvil. Recordemos, por ejemplo, el efecto Doppler, esto es, el cambio de la frecuencia aparente de una onda cuando observador y fuente se mueven uno respecto de otro. Se entiende además perfectamente porqué la onda no es invariante de Galileo: la onda se propaga en un medio y ese medio determina un sistema de referencia privilegiado, el que está en reposo respecto del mismo. Los otros sistemas de referencia inerciales no tienen ese privilegio de ver al medio de propagación de la onda en reposo. Todo esto parećıa indicar que para las ondas electromagnéticas también exist́ıa un sistema de referencia privilegiado, el sistema en el cual vaĺıan las ecuaciones de Maxwell en su forma estándard, en el cual la ecuación de ondas teńıa la forma (14.8) y las ondas electromagnéticas se propagaban con velocidad c. ¿Pero cuál era ese sistema de referencia? Éter: el hipotético medio de propagación de las ondas electromagnéticas Para responder a esta última pregunta reaparece en escena el viejo éter, una hipotética sus- tancia que llenaba todo el espacio del universo. En este caso reaparece para servir de medio de propagación de las ondas electromagnéticas 86. El éter no se véıa, no se palpaba, era indetec- table, pero era un fantasma necesario. No era la primera ni fue la última vez que se recurrió a misteriosas sustancias para explicar fenómenos f́ısicos. Descartes conjeturaba que las acciones a distancia en realidad eran transmitidas por vórtices de un medio que llenaba el espacio, de manera análoga Newton pensaba que la gravedad se deb́ıa a un medio elástico, la transmisión del calor involucraba el transporte de un hipotético fluido calórico que pasaba desde los cuerpos calientes a los fŕıos. Hoy en d́ıa las cosas no han cambiando tanto: ¡nuestro universo parece estar repleto de materias y enerǵıas oscuras! El éter lumı́fero de Maxwell teńıa que ser una sustancia muy extraña. Más allá de que no era detectable, sus propiedades mecánicas eran sorprendentes. Si una onda material tiene una alta velocidad, eso implica que el medio es muy ŕıgido, que las interacciones entre sus part́ıculas son fuertes. Por ejemplo, la velocidad del sonido en el aire es de unos 340 m/s, mientras que en una barra de aluminio es del orden de 6300 m/s. La velocidad de la luz es enorme, por lo tanto el éter deb́ıa ser extremadamente ŕıgido, pero al mismo tiempo ser tan tenue que los planetas lo atravesaban sin sentir para nada su presencia. 86Hasta hace pocas décadas era habitual escuchar a locutores radiales hablando de “ondas en el éter” refiriéndose a las ondas que llevaban la transmisión de radio hacia los receptores. 170 La idea que prevaleció fue que el éter estaba en reposo respecto a las estrellas fijas. Este éter revivió las ideas newtonianas del espacio absoluto. Se pod́ıa pensar que finalmente se hab́ıa encontrado un sistema de referencia privilegiado, aquel en reposo respecto del éter. ¡Resultaba entonces que el espacio absoluto de Newton era electromagnéticamente distinguible! Lo que la mecánica no hab́ıa logrado por culpa del principio de relatividad galileano, lo lograba el electromagnetismo de Maxwell. Con la invención del éter empieza una afiebrada búsqueda de indicios del movimiento de la Tierra a través del mismo. Mientras nos basta sacar la cabeza por la ventanilla de un auto para saber que nos estamos moviendo respecto del aire, no hab́ıa forma de medir el “vientito de éter”. Los experimentos indicaban que la velocidad de la luz era siempre c, sin importar el movimiento de las fuentes o de los observadores. Observadores en distintos sistemas de referencia inerciales no detectaban diferencias, para todos ellos las leyes electromagnéticas parećıan ser las mismas a pesar de ser la teoŕıa de Maxwellmanifiestamente no invariante de Galileo. ¿Entonces qué? Se barajaron tres posibilidades: Las ecuaciones de Maxwell no eran correctas. En tal caso las verdaderas ecuaciones del electromagnetismo tendŕıan que ser invariantes frente a la transformación de Galileo. Esto explicaŕıa la imposibilidad de detectar cambios en la velocidad de la luz. La transformación de Galileo solo aplica a los fenómenos mecánicos. Si aśı ocurriese seŕıa extraño: para los fenómenos mecánicos es necesario transformar coordenadas espacio- temporales entre sistemas inerciales de una manera y para fenómenos electromagnéticos, de otra. El principio de relatividad basado en la transformación de Galileo era incorrecto. Existe un principio de relatividad válido para la mecánica y el electromagnetismo que no está basado en la transformación de Galileo. Lo más natural era pensar que las recientemente enunciadas ecuaciones de Maxwell eran las incorrectas, sin embargo finalmente Einstein en 1905 encuentra que la transformación de Galileo es la equivocada. Esto lleva naturalmente a una profunda reformulación de los conceptos de espacio y tiempo. Antes de introducirnos en la teoŕıa de Einstein analicemos el experimento por excelencia que no logró observar el movimiento de la Tierra a través del éter. Es el experimento de Michelson y Morley, uno de lo más famosos de la F́ısica. 14.6. Experimento de Michelson y Morley En 1887 Michelson y Morley intentaron detec- tar el movimiento de la Tierra a través del éter, usando para ello el interferómetro que Michelson hab́ıa perfeccionado unos años atrás. Vale la pena ilustrar las ideas detrás de este experimento ape- lando a un experimento con ondas sonoras, el que nos permitará medir la dirección de movimiento de un sistema de referencia respecto al aire quieto mediante aplausos y cronómetros. 14.6.1. Un experimento con ondas sonoras Consideremos una plataforma de longitud L tal que la observadora A está parada en uno de sus extremos mientras en el otro está parada la observadora B. La plataforma se mueve 171 con velocidad V constante respecto del aire quieto, formando la velocidad un ángulo θ con la dirección horizontal. Pensemos que las observadoras no tienen forma de saber cuál es su dirección de movimiento respecto al aire quieto, no pueden “sentir el viento” originado en su movimiento. Sin embargo, pueden idear un experimento para determinar la dirección en la cual se están moviendo. Figura 14.3: Dos observadoras A y B intercambian aplausos para determinar su velocidad res- pecto del aire en reposo. La ley de movimiento de la observadora A es (ver figura 14.3): rA(t) = V t = V t (cos θ, sin θ) , (14.11) la de la observadora B rB(t) = (0, L) + V t = (V t cos θ, L+ V t sin θ) . (14.12) θ es el ángulo que forma la velocidad V con la dirección normal a la plataforma. La observadora A aplaude en el instante t = 0. Su aplauso tarda un tiempo tA→B en llegar hasta la observadora B. En dicho instante t = tA→B, B responde el aplauso y éste tarda un tiempo tB→A en llegar hasta A. El tiempo total transcurrido desde que A aplaudió hasta que escuchó la respuesta de B será entonces tA→B + tB→A. Las ondas de sonido correspondientes a los aplausos se propagan con una velocidad vs respecto al aire quieto. Cada intervalo de tiempo es igual a la distancia recorrida por la onda sonora dividida la velocidad del sonido: tA→B = dA→B vs = |rB(tA→B)− rA(0)| vs = √ V 2 t2A→B + 2LV sin θ tA→B + L 2 vs . (14.13) tB→A = dB→A vs = |rA(tA→B + tB→A)− rB(tA→B)| vs = = √ V 2 t2B→A − 2LV sin θ tB→A + L2 vs . (14.14) Las soluciones a estas ecuaciones son tA→B = L vs V vs sin θ + √ 1− ( V vs )2 cos2 θ 1− ( V vs )2 , (14.15) tB→A = L vs − V vs sin θ + √ 1− ( V vs )2 cos2 θ 1− ( V vs )2 . (14.16) 172 El tiempo total del experimento es entonces TA→A = 2L vs × √ 1− ( V vs )2 cos2 θ 1− ( V vs )2 (14.17) Este tiempo depende tanto del módulo V de la velocidad de la plataforma, como de su dirección θ. Veamos cómo depende de la dirección. Para ello tomamos como referencia el tiempo que tarda el experimento cuando la velocidad de la plataforma es paralela a su longitud, es decir, θ = π/2. A ese tiempo lo llamamos T||. T (θ) T|| = √ 1− ( V vs )2 cos2 θ. (14.18) De esta fórmula deducimos que el mayor intervalo de tiempo entre aplausos ocurre cuando la plataforma se mueve paralela a su longitud, Tmax = T||. Por otro lado el menor tiempo corresponde cuando la plataforma se mueve perpendicular a su longitud, es decir θ = 0: Tmin = T⊥. El cociente entre los tiempos mayor y menor es Tmax Tmin = T|| T⊥ = √ 1− ( V vs )2 , (14.19) mientras que la diferencia, bajo la suposición que V � vs es ∆T ≡ Tmax − Tmin ' L vs ( V vs )2 . (14.20) Para determinar la dirección de movimiento y la velocidad V de la plataforma respecto del aire nuestras observadoras pueden medir el tiempo entre aplausos para distintas orientaciones de la plataforma (de acuerdo a 14.17 solo se necesita girar hasta un ángulo de noventa grados respecto de la orientación original). La orientación correspondiente al mayor tiempo medido les dirá que la velocidad V respecto del aire es paralela a la longitud de la plataforma. Por otro lado, el cociente entre tiempos mayor y menor (o la diferencia entre ambos) les dará el valor de V (14.19). Notemos que no podrán determinar con este experimento el sentido del movimiento. 14.6.2. Interferómetro de Michelson Lo que propusieron Michelson y Morley fue un experimento análogo al de las ondas sonoras. Usaron para ello un interferómetro de Michelson (figura 14.4). En este aparato un haz de luz monocromática de longitud de onda λ proveniente de la fuente es dividido en dos mediante un espejo semiplateado. Los haces forman un ángulo de noventa grados al salir del beam splitter, y recorren dos “plataformas” perpendiculares (los denominados brazos del interferómetro, que en el experimento de Michelson y Morley teńıa cada uno once metros de longitud). En el extremo de cada brazo el haz de luz rebota en un espejo y regresa al splitter. Los dos haces se recombinan parcialmente antes de llegar a una pantalla o lente. Debido al carácter ondulatorio de la luz los haces recombinados presentarán un patrón de interferencia, el cual dependerá de la diferencia de camino óptico 87. Los casos extremos ocurrirán cuando los caminos ópticos difieran en un número entero de λ (los haces llegan en fase y habrá interferencia constructiva) y cuando difieran 87El camino óptico es la distancia recorrida por el ı́ndice de refracción Λ = dn = dc v = tiempo× c. 173 en un número semientero (haces en contrafase, esto es interferencia completamente destructiva). Suponiendo que las longitudes L de ambos brazos son idénticas, los tiempos que tarda la luz en recorrerlos dependerá de la orientación de los mismos. Usando la ecuación (14.17) tenemos Tbrazo = 2L c × √ 1− ( VT c )2 cos2 θ 1− ( VT c )2 , (14.21) donde c es la velocidad de la luz en un sistema solidario al éter, VT es la velocidad de la Tierra respecto del éter y θ es el ángulo que forma VT con la dirección normal al brazo. Si a uno de los brazos corresponde el ángulo θ, al otro le corresponderá el ángulo θ + π2 . Por lo tanto, la diferencia de tiempos entre los dos brazos, suponiendo que VT � c, es ∆T ' L c ( VT c )2 cos(2θ). (14.22) Por lo tanto, la diferencia de caminos ópticos es ∆Λ = c∆T = L ( VT c )2 cos(2θ). (14.23) Figura 14.4: Interferómetro de Michelson (pág. 507 Morin). Rotando el interferómetro cambiaba su orientación respecto del éter (ángulo θ) y, por ende, cambiaba la velocidad relativa de la luz respecto de los brazos y la diferencia ∆Λ entre los dos caminos ópticos. Michelson y Morley esperaban encontrar cambios de la luminosidad en el centro de la lente o pantalla (el patrón de interferencia cambia con ∆Λ/λ). Según sus estimaciones (la más cŕıtica era suponer que VT ' velocidadde la Tierra respecto al Sol) el cambio máximo de camino óptico era del orden de 2×10−7 m, esto es un tercio aproximadamente de la longitud de onda del haz visible utilizado (λ = 6× 10−7 m para la luz amarilla del sodio). El interferómetro de Michelson teńıa la precisión necesaria para detectar tales cambios. 174 14.6.3. Resultados del experimento de Michelson-Morley Nada. No detectaron ningún movimiento de la Tierra respecto del éter. La velocidad de la luz siempre era c, al rotar el interferómetro no apreciaban ningún cambio de caminos ópticos. Figura 14.5: Fragmento del paper original de Michelson y Morley (1887). 14.6.4. Interpretaciones del resultado negativo del experimento de Michelson y Morley Hubo varios intentos para explicar el resultado negativo del experimento de Michelson y Morley 88. Algunos muy ingeniosos. Se supuso que en el momento en que se hizo el experimento la Tierra estaba moviéndose (de casualidad) a velocidad muy pequeña respecto al éter, por lo tanto las diferencias de caminos ópticos eran despreciables. Si esto fuese aśı, pasados seis meses la Tierra se estará moviéndose en la dirección contraria, con una velocidad respecto al éter posible de detectarse en el interferómetro. Seis meses después tampoco se detectó nada. La Tierra arrastra una capa de éter a medida que se mueve, seŕıa análogo a pensar que en el experimento sonoro la plataforma arrastrase una capa de aire en su movimiento, y por lo tanto los aplausos van y vienen en aire en reposo. Esto era incompatible con el fenómeno de aberracción estelar, explicado en 1728. La aberración estelar es el cambio aparente de posición de una estrella debido al movimiento de la Tierra alrededor del Sol. Por las dudas, se llevó el interferómetro a mayores alturas, al observatorio del Monte Wilson (1740 metros sobre el nivel del mar), suponiéndose que a mayor altura menos capa de éter era arrastrada. El resultado siguió siendo negativo. En un intento desesperado FitzGerald propone en 1889 que las longitudes de los brazos se contraen en la dirección del movimiento en un factor √ 1− ( VT c )2 . De esta manera se explica el cambio nulo de los caminos ópticos, pero FitzGerald no dió argumentos f́ısicos del porqué de dicha contracción. Unos años después Lorentz propone una explicación electromagnética sobre tal contracción. 14.7. Postulados de la relatividad especial En 1905 89 Einstein publica el trabajo Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento, en el que presenta una nueva teoŕıa de la relatividad, la relatividad especial, a partir de dos postulados. Estos postulados implican una profunda revisión de los conceptos newtonianos de espacio y tiempo. 88Recomendamos el libro de Born “Teoŕıa de la relatividad de Einstein”, donde desarrolla algunos de estos intentos. 891905 es el llamado año maravilloso de Einstein. En ese año publica cinco trabajos muy importantes (efecto fotoeléctrico, movimiento browniano, tamaño de las moléculas y relatividad especial). En nuestro contexto actual de pandemia no olvidemos que Newton tuvo su año maravilloso en 1666, cuando debió recluirse en su casa debido al cierre de la Universidad por un brote de peste bubónica. 175 Postulado 1: Principio de relatividad Todos los sistemas de referencia inerciales son equivalentes. Esto significa que las leyes de la F́ısica son las mismas para todos los observadores inerciales. Un principio de relatividad nos permite relacionar la descripción de fenómenos naturales hecha por distintos observadores. Mientras el de Galileo solo involucraba a los fenómenos mecánicos, Einstein generaliza la equivalencia de los sistemas inerciales para todas las leyes de la F́ısica. De acuerdo a Einstein todas las leyes f́ısicas tienen la misma expresión matemática en todos los sistemas inerciales. Como las ecuaciones de Maxwell son parte de las leyes de la F́ısica y vimos que no son invariantes frente a la transformación de Galileo, este postulado nos dice entonces que la transformación entre sistemas inerciales no puede ser la de Galileo. El principio de relatividad extendido a toda la F́ısica implica que no existen sistemas de referencia especiales, no existe el espacio absoluto, no existe el éter. Las ondas electro- magnéticas se propagan entonces en el vaćıo sin necesidad de ningún soporte material. Sin embargo, según este postulado los sistemas inerciales siguen teniendo un status privile- giado, para ellos vale el principio de relatividad, para los otros no. Como ya dijimos, los sistemas inerciales en la relatividad especial (como en la mecánica de Newton) constituyen un estándar o “absoluto” de movimiento. En la relatividad general Einstein quita este privilegio a los sistemas inerciales, postulando la invariancia de la forma de las leyes de la F́ısica (covariancia de las leyes) respecto a cualquier sistema de referencia. Postulado 2: Constancia de la velocidad de la luz La velocidad de la luz c = 299792,458 km/s toma el mismo valor en cualquier sistema inercial. Este postulado claramente es incompatible con la ley galileana de adición de las velocida- des: si un observador mide que un objeto se mueve con velocidad u, entonces un segundo observador inercial moviéndose con velocidad V respecto al primero, dirá que el objeto se mueve con velocidad u′ = u − V . La existencia de una velocidad universal, que es la misma para todos los observadores, es algo imposible de conciliar con la mecánica clásica de Newton. Como velocidad ∝ distanciatiempo la constancia de c implica la reformulación de las propiedades del espacio y del tiempo. Eventos Antes de pasar a las consecuencias de los dos postulados, vamos a repetir la definición de un evento. Un evento es un suceso f́ısico, algo que pasa, en un instante espećıfico de tiempo y en un punto espećıfico del espacio. Habiendo elegido un sistema de referencia y un reloj que mide tiempos, entonces un evento está caracterizado por un instante de tiempo t y un punto del espacio de coordenadas x, y, z. Un evento puede ser un flash de luz emitido por una linterna, la llegada de un rayo de luz a un espejo, una persona iniciando una caminata, etc. etc. Si consideramos dos eventos, el evento 1 y el evento 2, definimos naturalmente el intervalo de tiempo que transcurrió entre esos dos eventos como ∆t ≡ t2 − t1 (14.24) 176 y el desplazamiento de las coordenadas espaciales como ∆x ≡ x2 − x1, (14.25) ∆y ≡ y2 − y1, (14.26) ∆z ≡ z2 − z1. (14.27) 14.8. Efectos fundamentales de la relatividad especial (Morin 11.3) A continuación deducimos a partir de los dos postulados los denominados efectos fundamenta- les de la relatividad especial. Para ilustrar estos efectos usaremos ejemplos muy simples de rayos de luz, espejos, trenes en movimiento y andenes. Estos efectos serán utilizados más adelante para deducir la transformación de Lorentz, la cual relaciona las coordenadas espaciales-temporales de un evento referidas a dos sistemas inerciales en movimiento relativo. 14.8.1. Pérdida de la simultaneidad Dos eventos para un observador son simultáneos cuando ocurren en el mismo instante, es decir ∆t = 0. En la mecánica no relativista si dos eventos son simultáneos para un observador lo serán para cualquier otro observador, ∆t = 0 ⇒ ∆t′ = 0, independientemente de su movimiento. Vea- mos que el postulado de la constancia de la velocidad de la luz resulta en que el concepto de simultaneidad se vuelve dependiente del sistema de referencia. Figura 14.6: Haces dirigiéndose hacia los detectores desde el punto de vista de A. Consideremos que en el sistema solidario al observador A de la figura 14.6 se coloca una fuente de luz en el punto medio entre dos detectores, cada uno a distancia L′/2 de la fuente. Detectores y fuente de luz son solidarios al sistema A. La fuente emite un flash. Desde el punto de vista de A la luz llega a los dos detectores un tiempo tA = L ′/2c luego del flash. ¿Qué es lo que ve el observador B, que viajahacia la izquierda con velocidad V ? Veamos la figura 14.7. Desde el punto de vista de B los detectores se mueven hacia la derecha, mientras los haces de luz se mueven a derecha e izquierda con velocidad c (segundo postulado). Por lo tanto, para B el detector de la izquierda va al encuentro de la luz, mientras el de la derecha se aleja del haz. 177 Figura 14.7: Haces dirigiéndose hacia los detectores desde el punto de vista de B. La velocidad relativa del haz que va hacia la izquierda respecto del detector izquierdo es c+ V , mientras que la velocidad relativa del haz de la derecha respecto del detector derecho es c− V . Sea L/2 la distancia inicial entre fuente y detectores medida por B. Notemos que estamos permitiendo que las distancias L y L′ difieran (veremos luego que efectivamente no son iguales); por otro lado, por homogeneidad del espacio, si respecto del observador A la fuente está en el medio del vagón, también estará en el medio respecto del observador B (es decir, no cambian las proporciones). El tiempo que tarda la luz, según B, en llegar al detector izquierdo es tI = L 2(c+ V ) , (14.28) mientras que la luz llegará al detector derecho en el tiempo tD = L 2(c− V ) . (14.29) ¡Los tiempos no coinciden, tI 6= tD! Para visualizar mejor, pensemos que unido a cada detector hay un reloj en penumbras y cuando la luz llega al detector el reloj se ilumina y podemos ver la hora que indica. Por lo tanto estamos encontrando que para el observador A ambos relojes (izquierda y derecha) se iluminan simultáneamente. Por otro lado, el observador B primero observa que se ilumina el reloj izquierdo y solo un rato tD− tI después ve al derecho iluminarse. Como consecuencia de la constancia de la velocidad de la luz la simultaneidad de dos eventos pasa a ser una propiedad dependiente del sistema de referencia. Los observadores en distintos sistemas no se pondrán de acuerdo cuándo dos eventos son o no simultáneos. ¿Qué pasa con este efecto de pérdida de simultaneidad si reemplazamos la fuente de luz por una persona arrojando pelotas que obedecen la ley galileana de adición de velocidades? Nota importante: existe una diferencia entre el instante en el cual ocurre un evento y el instante en el que alguien ve al evento suceder. Esto es aśı porque la luz se propaga con una velocidad finita, por lo tanto la información del evento llega al observador un rato después que ocurrió. En la teoŕıa de la relatividad no estamos interesados en calcular los instantes en que la luz llega al observador (salvo cuando se analiza el efecto Doppler) y se entera entonces de eventos pasados. Todos los instantes serán aquellos en los cuales ocurren los eventos. Los efec- tos fundamentales no tienen que ver con un efecto de “retardo” de la información de llegar al 178 observador. Podemos considerar que nuestros observadores son seres ubicuos, que se enteran instantáneamente de cualquier evento que ocurre. Supondremos que todo sistema de referencia inercial viene equipado con una red de relojes, uno por cada punto del espacio, sincronizados entre śı. Con estos relojes nuestro observador ubicuo conoce al instante los tiempos de cada evento que ocurre. En los experimentos con luces y relojes, cada vez que se ilumine un reloj todos los obser- vadores coincidirán en cuál es la posición de sus agujas (¡ven el mismo objeto!). En el ejemplo de antes, como los relojes son solidarios al sistema de A están sincronizados respecto de dicho observador. Cuando A los vea iluminarse, simultáneamente, leerá la misma hora en ambos relo- jes, digamos la 12 y 10. En cambio B observará que primero se ilumina el reloj de la izquierda, marcando por supuesto la 12 y 10, y solo un rato después se iluminará el reloj de la derecha, marcando también 12 y 10. Por lo tanto B dirá que el reloj de la izquierda adelanta. Ejemplo 14.1. El reloj de atrás adelanta Dos relojes están en los extremos de un vagón de longitud L′ (respecto al sistema solidario al vagón). Los relojes están sincronizados respecto al sistema solidario al tren. El tren se mueve hacia la derecha con velocidad V respecto a nosotros, que estamos en el andén. Si miramos al mismo tiempo los relojes del tren veremos que el reloj de atrás (el del extremo izquierdo) adelanta respecto del reloj de la derecha (ver figura 14.8). Para nosotros no están sincronizados los relojes. ¿Cuánto tiempo adelanta? Figura 14.8: Relojes sincronizados respecto del tren no lo están para nosotros que estamos parados en el andén. L′ es la longitud del vagón respecto a un observador solidario al mismo. Para responder, consideremos que ubicamos una fuente de luz a una distancia del extremo derecho tal que la luz llegue a ambos extremos simultáneamente para nosotros. La velocidad relativa de la luz respecto a los extremos izquierdo y derecho, para nosotros, es como antes c+V y c − V . Si la longitud del tren que medimos es L, ubicamos la fuente a una distancia LI del extremo izquierdo (LD respecto del derecho, tal que LD +LI = L) para que ambos haces lleguen simultáneamente a los relojes. Es decir, pedimos tI = LI c+ V = LD c− V = tD. (14.30) 179 Figura 14.9: La fuente debe ser ubicada en las distancias indicadas respecto del observador solidario al vagón, para que nosotros, que estamos en el andén, veamos a los haces de luz llegar simultáneamente a ambos relojes. Por lo tanto, LI LD = c+ V c− V ⇒ LI = c+ V 2c L, LD = c− V 2c L. (14.31) Antes dijimos que en relatividad especial las longitudes medidas por distintos observadores pueden ser diferentes, sin embargo, acepten por ahora que la proporción entre dos longitudes se mantiene invariante (debido a la homogeneidad del espacio). Es decir, LI/LD = L ′ I/L ′ D. Como L′I + L ′ D = L ′ entonces las distancias de los relojes respecto al observador en el tren son las indicadas en la figura 14.9. Respecto a dicho observador la luz llegará en el tiempo t′D = L′D c = c−V 2c2 L′ al reloj de la derecha y en el tiempo t′I = L′I c = c+V 2c2 L′ al reloj de la izquierda. Como los relojes están fijos respecto del tren, cuando se iluminen porque les llegó el haz de luz, indicarán los tiempos t′D y t ′ I calculados arriba. Recordemos que para nosotros los relojes se iluminarán simultáneamente, y veremos entonces que el reloj de atrás adelanta un intervalo Tiempo que adelante = t′I − t′D = c+ V 2c2 L′ − c− V 2c2 L′ = V c2 L′. (14.32) Longitudes transversales al movimiento relativo no cambian Demostraremos esta propiedad por el absurdo. Imaginemos un vagón cuyas ruedas están diseñadas para estar exactamente sobre los rieles cuando el vagón está en reposo. Si un observador inercial solidario al andén midiese una longitud de los ejes que unen las ruedas menor al que mide un observador solidario al vagón, entonces notaŕıa que a medida que aumenta la velocidad del tren la distancia entre las ruedas se achica, y éstas caerán de los rieles hacia adentro (figura 14.10A). Por principio de relatividad el observador solidario al vagón veŕıa entonces que la distancia entre rieles disminuye a medida que aumenta la velocidad del piso, por lo tanto verá que las ruedas del vagón caen de los rieles hacia afuera (figura 14.10B). Los dos observadores veŕıan al tren descarrilar, sin embargo, cuando se investiguen las causas de tal accidente no podrá ser que las ruedas al mismo tiempo hayan cáıdo hacia adentro y hacia afuera de los rieles. Es un absurdo. Por lo tanto ambos observadores coincidirán en que la distancia entre las ruedas, perpendicular al movimiento relativo entre ambos, es la misma. El problema 11.1 del Morin presenta una demostración alternativa de esta propiedad. 180 Figura 14.10: Argumento del tren para demostrar que dos observadores inerciales miden las mismas longitudes perpendiculares a la dirección en que se mueve un sistema respecto del otro (De Spacetime Physics de Taylor y Wheeler). 14.8.2. Dilatación del tiempo Consideremos un reloj de luz, consistenteen un haz que rebota entre dos espejos, uno en el piso y otro en el techo de un vagón. Para un observador A solidario al vagón el peŕıodo de este reloj es tA = 2h c , (14.33) donde h es la altura del vagón. Más arriba demostramos que las longitudes perpendiculares al movimiento relativo son iguales para ambos sistemas de referencia, por lo tanto la altura del vagón es h tanto para el observador A como para el B. Reloj de luz respecto al observador solidario al tren. El observador B solidario al andén ve que el tren se mueve hacia la derecha con velocidad v, y en un peŕıodo la luz tiene la trayectoria ilustrada en la figura 14.11. La velocidad de la luz es c también para B, por lo tanto, si queremos conocer el tiempo que tardará para B en subir y bajar el haz debemos usar Pitágoras 90 (figura 14.12) para obtener la proyección de la velocidad de la luz en la dirección vertical, √ c2 − v2. Por lo tanto, para B el tiempo que tarda el haz en subir y bajar es tB = 2h√ c2 − v2 = 2h c × 1√ 1− ( v c )2 . (14.34) ¡Obtenemos entonces que el tiempo que tarda este reloj de luz en realizar un ciclo es distinto respecto a los dos observadores! Tenemos tB = γtA, (14.35) 90El uso de Pitágoras nos dice que estamos haciendo una suposición muy importante sobre el espacio: es un espacio eucĺıdeo, en el que vale el teorema de Pitágoras. En un espacio curvo deja de ser cierto. 181 Figura 14.11: Reloj de luz respecto al observador solidario al andén. Figura 14.12: Velocidad del haz respecto al observador solidario al andén. El espacio es eucĺıdeo, podemos usar entonces el teorema de Pitágoras. donde el factor γ es una cantidad, dependiente de la velocidad v y siempre mayor o igual a 1, que volveremos a encontrar innumerables veces: γ ≡ 1√ 1− ( v c )2 . (14.36) ¿Qué significa que tB = γtA? Pensemos que para el observador A el tiempo tA es igual a un segundo, es decir, de acuerdo a su propio reloj pasó un segundo desde que el haz salió del piso y volvió al mismo lugar, tras reflejarse en el techo. Como γ ≥ 1, para el observador B el intervalo de tiempo que transcurrió entre estos dos eventos respecto a su propio reloj (evento 1: sale el haz del piso, evento 2: regresa el haz al piso) es mayor a un segundo. Por supuesto que todos los observadores coinciden en que ocurrieron esos dos eventos (la relatividad especial desaf́ıa el sentido común, pero no tanto: todo el mundo ve los mismos eventos), pero para el observador B ocurrieron más lentamente que para el observador A. γ puede ser extremadamente grande, por lo tanto es posible que lo que para A ocurre en un segundo, para B ocurra en un minuto o un mes 182 o un siglo, según sea la velocidad de A respecto de B. Este fenómeno se llama dilatación del tiempo. Para visualizar mejor, consideremos que cada vez que el haz llega al piso el observador A aplaude. A se escucha aplaudir a un ritmo normal. El observador B por supuesto que verá a A aplaudiendo, pero dirá que lo hace como en cámara lenta. Esto aplica también a los procesos fisiológicos de A (latidos de su corazón, parpadeos, procesos qúımicos en sus células, etc.), por lo tanto desde el punto de vista de B el observador A está envejeciendo más lentamente. Por el primer postulado de la relatividad, los fenómenos f́ısicos son los mismos en todos los sistemas de referencia inerciales: si B arma su propio reloj de luz, A verá que el tiempo que demora un ciclo en completarse es γ veces mayor que el tiempo que mide el propio B. Por lo tanto, podemos decir que A por su lado vé que B envejece más lentamente. Esto parece paradójico, y la famosa paradoja de los gemelos está ı́ntimamente relacionada con la dilatación del tiempo. El fenómeno de dilatación del tiempo se comprende plenamente dentro del contexto de la relatividad general (teoŕıa que permite resolver la paradoja de los gemelos) y es un fenómeno real, no es una “ilusión”. De hecho la dilatación del tiempo permite explicar ciertos fenómenos que, en principio, tendŕıan una probabilidad despreciable de ocurrir, como la presencia de muo- nes sobre la superficie terrestre. Por otro lado, a escala humana se ha medido la dilatación del tiempo mediante relojes atómicos a bordo de aviones comerciales que circunvalaron la Tierra, a escala humana las diferencias de tiempo medidas son extremadamente pequeñas (diferencias del orden de unas decenas de nanosegundos cuando se da una vuelta completa a la Tierra), de ah́ı la necesidad de usar relojes atómicos para medirlas. Cuidado: con la transformación de Lorentz veremos que la relación entre tiempos tB = γtA es válida cuando tA y tB refieren a intervalos de tiempo entre dos eventos que ocurren en el mismo punto del espacio respecto al observador A. En nuestro ejemplo efectivamente tA mide el tiempo que pasó desde que el haz partió del piso hasta que regresó al mismo punto de partida respecto de A. Si consideramos que el haz no vuelve al mismo punto de partida respecto de A no sabemos todav́ıa como calcular la velocidad horizontal del haz respecto de B. En nuestro ejemplo conocemos tal velocidad (V ) gracias a que el haz es vertical respecto de A. El intervalo de tiempo entre dos eventos que mide el observador inercial para el cual ambos ocurren en el mismo punto del espacio se denomina tiempo propio entre los dos eventos. Por dilatación del tiempo el intervalo de tiempo entre dos eventos medidos por cualquier observador inercial es siempre mayor o igual al tiempo propio. Ejemplo 14.2. Decaimiento del muón El muón es una part́ıcula elemental con una carga negativa como el electrón pero con una masa 200 veces mayor. Es creado en la atmósfera alta cuando rayos cósmicos colisionan con moléculas de aire. El muón tiene un tiempo de vida media de τ = 2 × 10−6 s (decae en un electrón y un neutrino) y se mueve a velocidades cercanas a la de la luz. Supongamos que un muón es creado a 50 kms de altura y tiene una velocidad v = 0,9998c. Si un muón vive exactamente un tiempo τ y se dirige hacia la Tierra, ¿la alcanzará? Si hacemos las cuentas a lo Newton, vemos que la distancia que recorrerá el muón en su tiempo de vida es dNewton = v × τ = 600m. (14.37) Diŕıamos entonces que es imposible que el muón llegue a la superficie terrestre. Sin embargo, en la relatividad especial el resultado cambia. El tiempo τ es el tiempo de vida media respecto 183 de un sistema de referencia solidario al muón, es el tiempo de vida media desde el punto de vista del muón. Los dos eventos que determinan la duración de la vida del muón (creación y decaimiento) ocurren en el mismo punto respecto del sistema muón. Por lo tanto τ es el tiempo propio de vida. Como dicha sistema se está moviendo a una velocidad v respecto de la Tierra, para nosotros el tiempo de vida del muón será tTierra = γ(v)× τ = 3,2× 10−4s. (14.38) La distancia recorrida entonces, desde nuestro sistema inercial, es dEinstein = v × tTierra = 100kms. (14.39) Es decir, al muón le sobra tiempo para llegar a la Tierra. De hecho, son observados sobre la Tierra. 14.8.3. Contracción de la longitud Consideremos ahora un reloj de luz horizontal. El observador A es solidario a un vagón de longitud L′ respecto a A y que se mueve hacia la derecha con velocidad V respecto del observador B. En el extremo izquierdo del vagón una fuente de luz emite un haz de luz que es reflejado por un espejo en el extremo derecho. Desde el punto de vista de A el tiempo que tarda el haz en salir de la fuente y regresar al extremo izquierdo es (figura 14.13) tA = 2L′ c . (14.40) Por otro lado desde el punto de vista del observador B (figura 14.14) la longitud del vagón es L y la velocidad relativa del haz respecto del extremo derecho es c− V , mientras que respecto del extremo izquierdo es c+ V . Por lo tanto, el tiempo que tarda para completar un ida y vuelta es tB = L c− V + L c+ V = 2c c2 − V 2L = 2L c γ2. (14.41) Figura 14.13: Reloj de luz horizontal desde el punto de vista del observadorA solidario al tren. Los dos eventos (evento 1: sale el haz de la fuente, evento 2: regresa el haz al punto de partida) ocurren en el mismo punto respecto de A, por lo tanto podemos aplicar la fórmula de la dilatación de la longitud: tB = γtA. (14.42) 184 Relatividad especial: Introducción, postulados y efectos fundamentales Espacio y tiempo absolutos Sistemas de referencia inerciales Transformación de Galileo Principio de relatividad galileano Las ecuaciones de Maxwell y la transformación de Galileo Experimento de Michelson y Morley Un experimento con ondas sonoras Interferómetro de Michelson Resultados del experimento de Michelson-Morley Interpretaciones del resultado negativo del experimento de Michelson y Morley Postulados de la relatividad especial Efectos fundamentales de la relatividad especial (Morin 11.3) Pérdida de la simultaneidad Dilatación del tiempo Contracción de la longitud pbs@ARFix@159: pbs@ARFix@160: pbs@ARFix@161: pbs@ARFix@162: pbs@ARFix@163: pbs@ARFix@164: pbs@ARFix@165: pbs@ARFix@166: pbs@ARFix@167: pbs@ARFix@168: pbs@ARFix@169: pbs@ARFix@170: pbs@ARFix@171: pbs@ARFix@172: pbs@ARFix@173: pbs@ARFix@174: pbs@ARFix@175: pbs@ARFix@176: pbs@ARFix@177: pbs@ARFix@178: pbs@ARFix@179: pbs@ARFix@180: pbs@ARFix@181: pbs@ARFix@182: pbs@ARFix@183: pbs@ARFix@184:
Compartir