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2 UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD ÁREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO MAESTRÍA EN NUTRICIÓN COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO CARABOBO, 2007. Autor: Angela F. Marino Y. Tutor: PhD. María Páez V. Valencia, Diciembre 2014 3 UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD ÁREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO MAESTRÍA EN NUTRICIÓN COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO CARABOBO, 2007. Autor: Dra. Angela F. Marino Y. Trabajo de Grado presentado ante el Área de Estudios de Postgrado de la Universidad de Carabobo para optar al Título de Magíster en Nutrición Valencia, Diciembre 2014 4 UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD ÁREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO MAESTRÍA EN NUTRICIÓN COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO CARABOBO, 2007. Autor: Dra. Angela F. Marino Y. Aprobado en el Área de Estudios de Postgrado de la Universidad de Carabobo por Miembros de la Comisión Coordinadora del Programa: ________________________________ (Nombre, Apellido y Firma) ________________________________ (Nombre, Apellido y Firma) ________________________________ (Nombre, Apellido y Firma) 5 UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD ÁREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO MAESTRÍA EN NUTRICIÓN VEREDICTO Nosotros, Miembros del Jurado designado para la evaluación del Trabajo de Grado titulado: COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO CARABOBO, 2007, presentado por la Dra. Angela F. Marino Y., para optar al título de Magister en Nutrición, estimamos que el mismo reúne los requisitos para ser considerado como: ____________________________________________________________________ Nombre, Apellido, C.I., Firma del Jurado. ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Valencia, Diciembre 2014 6 DEDICATORIA A mi esposo Manuel y mis hijos Samantha, Manuel y Sabrina, por ser una parte importante de todo lo que he logrado. A mis seres queridos (padres, suegros, hermanos, cuñados, sobrinos, amigos) para quien espero mis triunfos los consideren propios. 7 AGRADECIMIENTOS A Dios y a la Virgen por conducirme por este camino que tanto quiero. A la Universidad de Carabobo por mi formación profesional. Al Instituto de Investigaciones en Nutrición (INVESNUT) de la Universidad de Carabobo por permitirme alcanzar tan valiosa meta. A la Maternidad “Dr. Armando Arcay Solá” por la colaboración prestada. A la Profesora María Páez, por haber perseverado y dedicar gran parte de su valioso tiempo para el logro de este objetivo. Gracias Amiga. Al Profesor Gustavo Oviedo, sin cuya contribución no hubiese sido posible lograr esta meta. Al Profesor Armando Sánchez, por haber generado la inquietud de profundizar en los estudios antropométricos y cuyas enseñanzas fueron muy importantes. A la Profesora Lesbia Marteens por su asesoría oportuna y su actitud colaboradora que permitieron la culminación de este estudio. A todo el Personal de INVESNUT por permitirme formar parte de tan especial familia. 8 ÍNDICE GENERAL Pg. Dedicatoria vi Agradecimientos vii Índice General viii Índice de Tablas x Resumen xi Abstract xii Introducción CAPÍTULO I: EL PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN 1.1. Planteamiento del Problema 1 1.2. Objetivos 8 1.2.1. General 8 1.2.2. Específicos 8 1.3. Justificación de la Investigación 9 CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO REFERENCIAL 2.1. Antecedentes de la Investigación 12 2.2. Bases Teóricas 13 CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO 3.1. Tipo y Diseño de la Investigación 46 3.2. Población 46 3.3. Muestra 47 3.4. Criterios de Inclusión 47 3.5. Procedimientos, Métodos e Instrumentos de Recolección de la Información 47 3.5.1. Instrumento para la Recolección de la Información 48 9 3.5.1.1. Historia Clínica 48 3.5.2. Evaluación Antropométrica 48 3.5.2.1. Evaluación Antropométrica de la Madre 48 3.5.2.2. Evaluación Antropométrica del Neonato 52 3.5.3. Control de Calidad 54 3.5.4. Análisis Estadístico 55 CAPÍTULO IV: RESULTADOS 4.1. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS 56 4.2.DISCUSIÓN 73 4.3. CONCLUSIONES 78 4.4. RECOMENDACIONES 79 BIBLIOGRAFÍA 80 ANEXOS 90 10 ÍNDICE DE TABLAS Pg. Tabla 1 Estadísticos descriptivos (promedios ± DS) del estado nutricional materno pregestacional, gestacional y en el puerperio inmediato. 59 Tabla 2 Diagnóstico Nutricional de las madres por Índice de Masa Corporal Pregestacional 60 Tabla 3 Adecuación de la Ganancia de peso de la madre durante la gestación 61 Tabla 4 Diagnóstico Nutricional de las Madres en el Puerperio Inmediato según Índice de Masa Corporal 62 Tabla 5 Diagnóstico Nutricional según el contenido de Área Grasa (estimado según Siri) de la madre en el puerperio inmediato. 63 Tabla 6 Diagnóstico Nutricional según el contenido de Área Grasa (estimado según Siri) de la madre en el puerperio inmediato. 64 Tabla 7 Diagnóstico Nutricional del Recién Nacido según el Indicador Peso/Edad Gestacional 65 Tabla 8 Diagnóstico Nutricional del Recién Nacido según Talla/Edad Gestacional 66 Tabla 9 Diagnóstico Nutricional del Recién Nacido según Índice Ponderal 67 Tabla 10 Correlación entre los indicadores del estado Nutricional de la Madre en el puerperio con el Estado Nutricional del Recién Nacido. 68 Tabla 11 Riesgo de desnutrición del RN (según Índice Ponderal) en función de Porcentaje de grasa corporal de la madre (según SIRI) en el puerperio. 69 Tabla 12 Riesgo de desnutrición del RN (según Peso/Edad Gestacional) en función de Porcentaje de grasa corporal de la madre (según SIRI) en el puerperio inmediato. 70 Tabla 13 Riesgo de desnutrición del RN (según Talla/Edad Gestacional) en función de Porcentaje de grasa corporal de la madre (según SIRI) en el puerperio inmediato. 71 Tabla 14 Correlación entre el estado Nutricional de la Madre antes del embarazo y el estado nutricional en el puerperio inmediato 72 11 RESUMEN COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO CARABOBO, 2007. Autor: Angela F. Marino Y. Tutor: MSc. María C, Páez V. Valencia, Julio 2014. Problema: Son escasas las investigaciones realizadas para valorar el estado nutricional en el período posterior a la gestación. Objetivo: Analizar la relación entre la composición corporal materna en el puerperio y la proporcionalidad del neonato, en una maternidad pública de Valencia, Estado Carabobo. Año 2007. Metodología: El estudio fue descriptivo, correlacional, transversal, de campo y exploratorio. Se evaluaron 168 binomios madre-hijo. Las variables estudiadas fueron índice de masa corporal (IMC) pregestacional, ganancia de peso gestacional, IMC y porcentaje de área grasa (Siri) en el puerperio inmediato, peso y talla del neonato para la edad gestacional e Índice Ponderal (IP). Se establecieron correlaciones entre las variables maternasy las del recién nacido. Resultados: 21,4% de las madres iniciaron su embarazo con déficit nutricional y 11,3% con exceso. 58,1% de las madres tuvieron una ganancia ponderal durante el embarazo por debajo de las recomendaciones y 30% presentó malnutrición en el puerperio, predominando el exceso (23,2%). 30,4% de las madres tenían reservas de grasa inadecuadas, predominando el exceso (18,5%). Según IP 22,6% de los neonatos presentó alteración, siendo los porcentajes similares para déficit o exceso. El IP se correlacionó significativamente con el IMC en el puerperio (r=0,168; p=0,015). Se observó que cuando la madre finaliza el embarazo con baja reserva de grasa, su producto tiene un riesgo 5,2 veces mayor de presentar desnutrición según IP, 6,4 según peso/edad gestacional. El IMC y el área grasa en el puerperio se correlacionaron significativamente con el IMC pregestacional y con la ganancia de peso durante el embarazo (p=0,000), Conclusiones: Se encontró asociación significativa entre las bajas reservas de grasa de la madre en el puerperio con el diagnóstico nutricional del recién nacido. El IMC en el puerperio se correlacionó significativamente con indicadores gestacionales y pregestacionales. Palabras clave: Puerperio, neonato, Composición corporal, IMC pregestacional, Índice Ponderal. 12 ABSTRACT MATERNAL BODY COMPOSITION IN PUERPERIUM IMMEDIATE AND ITS RELATION TO THE INDEX OF PROPORCIONALITY OF NEWBORN IN A PUBLIC MATERNITY VALENCIA, CARABOBO, 2007. Author:Angela F. Marino Y. Tutor:MSc. María C, Páez V. Valencia, July 2014. Problem: There are few investigations to assess nutritional status in the post- pregnancy period. Objective: To analyze the relationship between maternal body composition in postpartum and newborn in a public maternity hospital in Valencia, Carabobo State. Year 2007 Methodology: The study was descriptive, correlational, cross, field and exploratory. 168 mother-child pairs were assessed. The variables studied were pre-pregnancy body mass index (BMI), gestational weight gain, immediate postpartum BMI, percentage of fat area (Siri) postpartum, newborn weight and size for gestational age and Ponderal Index (IP). Correlations between maternal variables and newborn were established. Results: 21.4% of mothers initiated their pregnancy with nutritional deficits and 11.3% excess. 58.1% of the mothers had a weight gain during pregnancy below the recommendations and 30 % had malnutrition postpartum, excess predominating (23.2%). 30.4 % of mothers had inadequate fat reserves, predominantly excess (18.5%). According IP 22.6 % of infants had altered, with similar percentages for deficiency or excess. The IP was significantly correlated with BMI in the postpartum period (r = 0.168, p = 0.015). It was observed that when the mother ends pregnancy with low fat reserves, your product has a 5.2 times greater risk of malnutrition according to present IP, 6.4 according weight/gestational age. BMI and postpartum fat area were significantly correlated with pre-pregnancy BMI and weight gain during pregnancy (p=0.000) Conclusions: A significant association was found between low body fat mother with postpartum nutritional diagnosis of the newborn. Postpartum BMI was significantly correlated with gestational and pregestational indicators. Keywords: Postpartum, neonate, body composition, pre-pregnancy BMI, Ponderal Index. 1 CAPÍTULO I EL PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN 1.1. Planteamiento del problema El período de posparto o puerperio se inicia aproximadamente una hora después del parto, posterior a la expulsión de la placenta e incluye las siguientes seis semanas. Constituye una fase de transición importante para la mujer, su recién nacido y la familia, tanto a nivel fisiológico, emocional y social; sin embargo, muchas veces no se le da prioridad y es relegada a un segundo plano por la maternidad (Bao y cols., 2010). El estado nutricional en esta etapa está directamente ligado a la composición corporal y las variaciones en el mismo repercuten de manera significativa en la salud materna, en el producto de la gestación y en la duración de la lactancia. Resulta oportuno mencionar que entre los factores que influyen en esta etapa se encuentran el índice de masa corporal (IMC) pregestacional y la ganancia de peso durante la gestación. Cabe destacar, que son escasas las investigaciones que toman como referencia el puerperio inmediato. La mayoría valoran la relación de indicadores antropométricos maternos pregestacionales y prenatales con los del recién nacido, como el de Ota, y cols., (2011), realizado en 2989 mujeres gestantes, donde se 2 observó que aquellas que iniciaron el embarazo con un índice de masa corporal bajo tenían mayor probabilidad de tener recién nacidos pequeños para la edad gestacional, sobre todo si la ganancia de peso era inferior a 10 Kg. Esto tiene importancia ya que en la últimas dos décadas, se ha encontrado considerable evidencia de las asociaciones entre el crecimiento del feto y riesgo de enfermedad metabólica en edades posteriores (Boney, Verma, Tucker y Vohr, 2005; Whitaker, 2004; Gillman, Rifas, Berkey, Field y Colditz, 2003), lo que sustenta la hipótesis inicialmente propuesta por Barker, Eriksson, Forseny Osmond (2002) que la desnutrición durante el embarazo y el bajo peso al nacer incrementa el riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular en la adultez, por lo que el peso al nacer se ha utilizado como un equivalente de la nutrición en el útero; bebés que nacen pequeños tienen restringido el acceso a los nutrientes durante el desarrollo (fenotipo ahorrativo). En el crecimiento, los individuos que eran pequeños al nacer se asocian a una mayor acumulación de tejido graso, en comparación con la acumulación de tejido magro, sensibilidad reducida a la insulina y adiposidad central (Wells, 2011; Dulloo, 2008). El otro extremo, recién nacidos grandes para edad gestacional (superior a 4 Kg) también se ha asociado con un mayor IMC más tarde en la vida (Oken y Gillman, 2003), por lo que se ha planteado una variante de la hipótesis de Barker. De acuerdo a este concepto, un alto IMC preconcepcional, o una excesiva ganancia de peso 3 durante la gestación perturba el ambiente intrauterino durante el desarrollo fetal, produciendo cambios permanentes en el hipotálamo, células de los islotes pancreáticos tejido adiposo y otros sistemas biológicos que regulan el peso corporal (Wu y Suzuki, 2006). En el año 2010, Lugwid y Currie demostraron que la alta ganancia de peso en el embarazo incrementa el peso al nacer independientemente de los factores genéticos. En relación a los efectos sobre las madres, muchas mujeres asocian uno o más de sus embarazos con el desarrollo de obesidad (Soltani y Fraser, 2000) y diversas investigaciones evidencian que el embarazo es un factor de riesgo para la retención de peso después del parto, esta retención de peso incrementa los depósitos de grasa a nivel central más que periférico (Althuizen,van Poppel, de Vries, Seidelly van Mechelen, 2011), aumentando el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular a largo plazo, con impacto sobre la salud (Krummel, Semmens, MacBride, y Fisher, 2010). Los factores que contribuyen a estos cambios son el peso corporal preconcepcional y el aumento de peso gestacional (Gunderson, 2009; Hatsu, McDougald y Anderson, 2008; Linné y Rössner, 2003; Kanadis, 1998). En un estudio estadounidense, las mujeres con aumento de peso gestacional por encima de los límites recomendados por el Instituto de Medicina (IOM), tenían el doble de posibilidad de retener más peso en el posparto en comparación con aquellas que obtuvieron una ganancia dentro de las recomendaciones (Kac, Benicio, Velásquez- Meléndez, Valente y Struchiner, 2004). Resultados similares fueron encontrados en4 México en una investigación realizada por Zonana-Nacach y Rodríguez-Medina en el año 2011. Por otra parte, existen investigaciones que relacionan el estado nutricional materno con la concentración de los componentes de la leche humana, en especial los lípidos. Álvarez, Rossell, Cluet, Valbuena y Fuenmayor (2009) demostraron que la concentración de grasas y proteínas, así como el valor calórico en la leche madura en un grupo de madres desnutridas fueron menores que en el grupo control. De acuerdo a investigaciones que se han venido realizando la malnutrición se ha relacionado con la disminución de la producción de la leche (Elizondo, Hernández y Zamora, 2011; Issler, Cassella, Gomez y Maidana, 2000). En cuanto a las madres con sobrepeso u obesidad, estudios epidemiológicos han evidenciado que la lactancia materna en éstas es de menor duración que la de mujeres con peso normal (Amir y Donath, 2007). Es oportuno señalar que aun cuando no existen datos sobre la relación entre la adiposidad materna y la interacción y la alimentación de los lactantes y su posible contribución a la obesidad infantil, en el año 2005 Rising y Lifshitz, determinaron la relación entre el peso corporal de la madre y la composición y los patrones de alimentación infantil y la interacción madre-hijo durante 24 horas. Encontraron asociación entre un mayor peso corporal y el porcentaje de grasa corporal maternos 5 con un incremento en la ingesta energética de sus infantes, proporcionada fundamentalmente por alimentación complementaria. Después de las consideraciones anteriores, resulta evidente que se requiere una mejor comprensión de la relación entre las alteraciones metabólicas maternas en el embarazo y la nutrición infantil temprana para ayudar en el desarrollo de estrategias de prevención e intervención y en la protección de la descendencia nutricionalmente vulnerable que corre el riesgo de malnutrición en el futuro (Ley y col., 2010). En este orden de ideas, la evaluación nutricional en el posparto, tiene especial relevancia debido a que permite conocer la situación nutricional de la madre, predecir como afrontará las exigencias de la lactancia, y como éste entorno afectará al recién nacido. Se requieren métodos fiables para la determinación de cambios en la composición corporal materna en las distintas etapas de la reproducción para definir las relaciones entre la madre y el producto de la gestación. Entre los requisitos de la técnica aplicada deben estar la accesibilidad (poder realizarse en el momento), sencillez de manejo, reproducibilidad, no invasividad y facilidad de ser aceptadas por el paciente como una técnica habitual de examen, que su costo pueda ser asumido por el sistema (aparatos necesarios) y el profesional (tiempo que lleva su realización) y por último, que exista evidencia de su utilidad para este fin. La medición de los 6 pliegues cutáneos y las ecuaciones basadas en medidas antropométricas cumplen estos requisitos (Moreno, Gómez y Antoranz, 2001). De acuerdo a los razonamientos que se han venido explicando, en términos antropométricos, las mediciones reflejan el estado nutricional de la madre e indirectamente, el crecimiento del recién nacido y, posteriormente, la cantidad y la calidad de la leche materna (Álvarez y col., 2009). Llama la atención la existencia de niveles de desnutrición neonatal no detectables por los indicadores antropométricos manejados habitualmente como Peso y Talla para Edad gestacional, lo que hace prioritario la incorporación de indicadores de proporcionalidad (Carrillo, Pérez, Hernández y Herrera, 2010). Uno de los índices utilizados para describir la proporcionalidad en los recién nacidos es el índice ponderal (peso/talla 3 x100), denominado también índice de Rohrer, el cual permite distinguir a los recién nacidos clasificados como pequeños para edad gestacional (PEG) en simétricos o asimétricos y es utilizado en nuestro medio por ser una técnica económica y no invasiva (Sánchez, Del Real, Solano y Peña 2005). En concordancia con todo lo mencionado, el objetivo del presente estudio fue realizar un análisis comparativo de los resultados obtenidos de la evaluación de la composición corporal de la madre en el puerperio inmediato y la proporcionalidad del neonato, en una maternidad pública en Valencia, Venezuela, con la finalidad obtener una herramienta diagnóstica que permita valorar el estado nutricional del binomio 7 madre-hijo en esta etapa, ya que según estadísticas actuales una de cada cuatro mujeres no recibe atención de salud prenatal (UNICEF, 2008), desconociéndose el estado nutricional al momento del parto y las consecuencias sobre el producto de la gestación, cuya importancia fue destacada en los párrafos anteriores. El desarrollo de esta herramienta constituye un instrumento de gran valor para la prevención de la malnutrición de la madre y el niño. Si esta es la meta, el período perinatal puede ser un importante foco de futuras investigaciones. Por todo lo anteriormente planteado, en el presente trabajo se consideró pertinente realizar las siguientes preguntas: ¿Cuál es la relación entre el Índice de proporcionalidad del neonato y la composición corporal materna en el puerperio inmediato, en una maternidad pública en Valencia, estado Carabobo, durante el año 2007? ¿Cuál indicador antropométrico materno en el puerperio inmediato fue el que mejor se relacionó con el estado nutricional y el índice de proporcionalidad del neonato? ¿Cuál es la relación entre la composición corporal materna en el puerperio inmediato, el índice de masa corporal pregestacional y la ganancia de peso en el embarazo? 8 1.2. Objetivos 1.2.1. Objetivo general Analizar la relación entre la composición corporal materna en el puerperio y el Índice Ponderal del neonato, en una maternidad pública de Valencia, estado Carabobo. Año 2007. 1.2.2. Objetivos específicos 1. Evaluar el estado nutricional en el puerperio inmediato en mujeres que asistieron a una maternidad pública de Valencia, estado Carabobo. Año 2007. 2. Evaluar el estado nutricional pregestacional y la ganancia de peso gestacional. 3. Determinar el estado nutricional y el índice de proporcionalidad del neonato. 4. Relacionar la composición corporal materna en el puerperio inmediato con el estado nutricional y el índice de proporcionalidad del neonato. 5. Correlacionar el estado nutricional y la composición corporal materna en el puerperio inmediato con el índice de masa corporal pregestacional y la ganancia de peso gestacional. 9 1.4. Justificación El proceso reproductivo (embarazo, parto, lactancia) que involucra directamente al binomio madre-hijo, representa una etapa de gran vulnerabilidad desde el punto de vista de la salud y nutrición e impone al organismo materno un gran esfuerzo fisiológico. La nutrición materna inadecuada por déficit o por exceso afecta la eficiencia reproductiva y compromete la condición de salud de la mujer y del neonato, teniendo repercusiones sobre la misma a corto, mediano y largo plazo. Durante el control prenatal, se evalúa el estado nutricional de la gestante y el mismo se considera como la piedra angular que permite evitar o controlar la morbilidad y los causales de muerte perinatal fundamentándose en la detección y prevención oportuna de los problemas de salud, sin embargo, no tiene la cobertura esperada. Un embarazo no controlado impide realizar una adecuada clasificación nutricional que permitiría una mejor identificación de los riesgos asociados tanto en la madre como en el neonato, por lo que en los últimos años, la salud pública resalta la necesidad de la evaluación integral del estado nutricional materno y del infante, lo cual implica insumos y recursos humanos no disponibles en todos los niveles de atención en saluden países en desarrollo. 10 Considerando que son pocos los programas de salud destinados a las mujeres que se encuentran en el puerperio, resulta imperante la necesidad de diseñar, validar métodos y/o herramientas efectivas, de bajo costo y de fácil y rápida aplicación para la evaluación nutricional diagnóstica, con el objeto de considerar acciones tempranas para la solución de la problemática alimentario-nutricional de esta población vulnerable. Los indicadores antropométricos cumplen con esta finalidad. La valoración nutricional antropométrica de la madre y el recién nacido es un criterio ampliamente utilizado en nuestro medio con fines pronósticos y de manejo clínico por tratarse de una técnica económica, sencilla y no invasiva, que permite realizar con eficacia el pesquisaje de malnutrición. La utilización del peso y la talla para la edad gestacional ha demostrado ser un buen indicador para evaluar el estado nutricional antropométrico del neonato, sin embargo, la clasificación del estado nutricional del recién nacido utilizando únicamente dichos indicadores ha tenido dificultades a través del tiempo, ya que se han evidenciado niveles de malnutrición no detectables por esos indicadores por lo que es importante la incorporación de indicadores de proporcionalidad para mejorar la eficacia en el diagnóstico nutricional del recién nacido y orientar su probable etiología. Por lo anteriormente mencionado, este estudio se enfocó en la necesidad de realizar un análisis comparativo de los resultados que se obtuvieron de la evaluación 11 de la composición corporal materna en el puerperio y su relación con la proporcionalidad del neonato, en una maternidad pública de Valencia, Venezuela, con la finalidad obtener una herramienta diagnóstica que permitió valorar el estado nutricional del binomio madre-hijo en esta etapa, dadas las implicaciones que tienen los resultados del estudio de la composición corporal en las acciones de promoción de la salud, tratamiento y prevención de enfermedad. 12 CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO REFERENCIAL 2.1. Antecedentes de la investigación La mayoría de las investigaciones evaluaron la composición corporal de la madre en el embarazo, pocas en el puerperio y son escasas las investigaciones que relacionan el estado nutricional materno y del recién nacido en el puerperio. Hecha la observación anterior, Levario y col. (2000) establecieron la correlación entre el índice de masa corporal pregestacional y los parámetros de la composición corporal medidos por impedancia bioeléctrica (porcentaje de peso graso, masa de grasa y peso magro) en 86 mujeres en el puerperio y 90 sanas no embarazadas. Concluyeron que el IMC pregestacional es un predictor adecuado de la composición corporal en el puerperio. Otras investigaciones como la de Carrillo y col. (2010) evaluaron la asociación entre el estado nutricional antropométrico materno durante el tercer trimestre de gravidez con el estado nutricional antropométrico del neonato en 98 binomios madre-recién nacido atendidos en el Hospital Público Universitario de Caracas y en el Hospital Privado de Clínicas Caracas, Venezuela. Concluyeron que la 13 circunferencia de brazo materna podría constituir un buen predictor del estado nutricional del neonato y recomiendan la incorporación temprana en el monitoreo rutinario del control prenatal. Igualmente en Venezuela, Sánchez, Del Real, Solano, Peña, y Barón, (2006) estudiaron la relación entre el índice de masa corporal (IMC) materno al comienzo del embarazo y la antropometría del recién nacido, en 105 binomios madre-recién nacidos en una Maternidad pública. Evaluaron el peso y talla en mujeres adultas que acudieron al primer control prenatal entre las semanas 10 y 15 de gestación y su IMC se caracterizó a través de la referencia de Atalah (bajo peso, normalidad y sobrepeso). Los recién nacidos fueron valorados calculando su edad gestacional por el método de Capurro y la determinación nutricional se realizó a través de una referencia venezolana. Observaron que un 42% de madres iniciaron su embarazo con bajo peso y un 13% de los recién nacidos eran pequeños para la edad gestacional. Se evidenció una elevada prevalencia de déficit nutricional materno desde el inicio del embarazo, así como una relación entre el IMC materno y la antropometría de sus recién nacidos. 2.2. Bases teóricas Al evaluar el estado nutricional materno en el puerperio es importante considerar que el ciclo reproductivo se inicia antes de la concepción y continúa hasta el primer año después del parto (Rasmussen y Yaktine, 2009), por lo que es necesario analizar cada una de estas etapas. 14 Embarazo Se denomina embarazo al período que transcurre entre la implantación en el útero del óvulo fecundado y el momento del parto (González y González, 2006). Es una etapa durante la cual existe un aumento en los requerimientos nutricionales, y en la actualidad se reconoce que es importante cubrir estos requerimientos antes de iniciar el embarazo para poder garantizar la salud de la madre y de producto. En relación a esto, se necesita un incremento de los requerimientos para la formación y crecimiento de nuevos tejidos maternos y de soporte fetal (útero, placenta, líquido amniótico), aumento de fluidos extracelulares, depósito de grasa, mantenimiento de tejidos y crecimiento del feto (Committee on Nutritional Status during Pregnancy and Lactation, 1990). A medida que el embarazo progresa se va depositando proteína, grasa, agua y minerales en el feto, placenta, líquido amniótico, glándulas mamarias, sangre y tejido adiposo. Estos cambios en la composición corporal son indispensables para el desarrollo fetal normal. Es importante mencionar que algunas patologías que surgen durante el embarazo afectan la composición corporal, y los cambios extremos en la misma pueden reflejar alguna enfermedad (Ej. el aumento de agua que ocurre en la preeclampsia) (González y González, 2006). 15 Componentes de la ganancia de Peso Gestacional A continuación se analizará cada uno de los componentes que influyen en el peso de la madre durante el embarazo. Agua corporal total El aumento del agua corporal total se modifica durante la gestación y está influenciada por los niveles hormonales. En estudios realizados utilizando marcadores como deuterio se observó que en embarazos saludables el incremento es de aproximadamente 7 a 8 litros. Tomando como referencia una ganancia de peso gestacional de 12.5 Kg el agua corporal total al término del embarazo se distribuye de la siguiente manera: feto 2414 g, placenta 540 g, líquido amniótico 792 g, parte del útero sin sangre 800 g, glándulas mamarias 304 g, sangre 1267 g y líquido extravascular 1496 g. La incidencia de edema no se relacionó con la edad materna, la paridad o la estatura; pero las mujeres con sobrepeso presentaron mayor edema que las mujeres con bajo peso (IOM y NCR 2009). Masa libre de grasa La acumulación de proteína tiene lugar principalmente en la última etapa del embarazo. Según estudios de Hytten (1991), dicha acumulación se da principalmente en el feto (42%), aunque también en el útero (17%), sangre (14%), placenta (10%) y glándulas mamarias (8%) y representa aproximadamente 1 Kg. 16 En otras investigaciones realizadas en mujeres embarazadas se estimó la deposición de proteínas basándose en la relación potasio-nitrógeno en el tejido fetal (Butte y col, 2003; Forsum, Sadurskis y Wager, 1988; King, Calloway y Margen, 1979; Pipe y cols., 1979). Los resultados de estos estudios revelan que la deposición de proteína es de aproximadamente 686 g, sugiriendo que los depósitos de proteínas pueden ser menores a los estimados por Hytten. Masa grasa Las reservas maternas de grasa aumentan con rapidez en la primera mitad del embarazo,y después el incremento es menor, para alcanzar entre 3 y 4 Kg de grasa al final de la gestación. Esta cantidad de grasa proporciona alrededor de 35 mil kilocalorías que son suficientes para ayudar al gasto energético que demanda la lactancia (Hytten, 1991). El incremento es inversamente proporcional a la presencia de obesidad previa al embarazo (Elizondo y col., 2011). La determinación de la masa grasa en el embarazo es técnicamente un reto debido a la imprecisión de las metodologías, ya sea por su pobre validez o porque no son aplicables durante el embarazo. La medición de pliegues cutáneos no son medidas precisas para estimar la grasa en gestantes. Los modelos bi- compartimentales basados en el agua corporal total, densidad corporal y potasio corporal total, no se pueden utilizar durante el embarazo debido al incremento de la hidratación de la masa libre de grasa y su aplicación lleva a resultados erróneos en la 17 estimación de la masa grasa y la masa libre de grasa, por lo que se han elaborado fórmulas con constantes corregidas para embarazo (Hopkinson y col., 1997). Gran parte de la variación de la ganancia de peso durante el embarazo se atribuye al incremento de la masa grasa y otra parte representa el incremento de agua. Peso de la placenta El metabolismo de la placenta interviene en la ganancia de peso gestacional ya que la placenta funciona como un órgano endocrino, y los cambios en su función pueden influenciar el metabolismo materno por alteraciones en la sensibilidad a la insulina y por procesos de inflamación sistémica (IOM y NCR, 2009). Los cambios en la homeostasis materna pueden modificar la estructura y función de la placenta e impactar sobre la tasa de crecimiento fetal. Existe una relación lineal entre crecimiento fetal y la masa placentaria, el peso del feto y el crecimiento de la placenta, tanto al inicio como al término del embarazo. En fetos normales y grandes para la edad gestacional existe un incremento en el peso placentario en la medida en que avanza la gestación, pero en fetos pequeños para la edad gestacional el peso placentario no muestra incrementos a partir de la semana 36 de gestación, aun cuando puede existir crecimiento fetal. Es lo que se conoce como insuficiencia placentaria. Las causas de esta insuficiencia se han relacionado a 18 trastornos nutricionales o vasculares (hipertensión arterial, vasculopatía diabética) o alteraciones anatómicas o a todos ellos (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR 2009.). También se pueden presentar diferencias en el peso de la placenta como consecuencia del IMC pregestacional: las mujeres obesas tienden a tener placentas y neonatos de mayor tamaño en comparación con las mujeres con normopeso (IOM y NCR 2009). Aproximadamente el 88% del peso placentario es agua, proteína 11% y grasa 1%. El volumen placentario, al final de la gestación, es de aproximadamente 500 g en el embarazo único (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR, 2009). Feto El crecimiento fetal normal es relativamente uniforme hasta la mitad del segundo trimestre y al término no existe una gran variación. La edad gestacional es un factor determinante para el crecimiento fetal; pero existen otros factores como la edad, la estatura y el peso materno, la ganancia de peso gestacional, la etnicidad y la paridad que influencian no solo el crecimiento sino también el patrón de crecimiento. Los problemas médicos maternos como la hipertensión arterial, las patologías autoinmunes y el fumar disminuyen el crecimiento fetal. La altitud puede reducir hasta 339 g de peso al nacer (por hipoxia materna). En contraste con lo anterior, la diabetes incrementa el crecimiento fetal y en la última década se ha observado un 19 aumento en el peso al nacer debido a la obesidad materna (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR 2009). El criterio que se utiliza con más frecuencia para la clasificación de crecimiento fetal es peso al nacer en relación a la edad gestacional (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR, 2009): Pequeño para la edad gestacional: peso al nacer menor al percentil 10 para la edad gestacional. Adecuado para la edad gestacional: peso al nacer entre el percentil 10 y el 90 para la edad gestacional. Grande para la edad gestacional: peso al nacer por encima del percentil 90 para la edad gestacional. Durante varias décadas, se han propuesto diversos valores de referencia para la clasificación nutricional al nacer, existiendo tanto referencias externas (de poblaciones extranjeras) como locales (del país o región). Su uso ha generado controversias debido a que algunas de ellas no toman en consideración el estrato socioeconómico o la raza, otras fueron tomadas hace varias décadas y no se adaptan a los valores de los recién nacidos en los últimos años ocasionando algunas inconsistencias (Sánchez y col., 2006). Entre las referencias utilizadas se encuentran las de Lubchenco, Hansmanh, Dressler y Boyd, (1963); Williams, (1982) 20 recomendada por la OMS; Oken y Gillman, (2003) y la venezolana de Henríquez, Arenas y Guerrero, (1997). Para calcular la edad gestacional se puede utilizar el método clínico neurológico de Capurro, el cual considera el desarrollo de cinco parámetros fisiológicos y diversas puntuaciones que combinadas dan la estimación buscada (Sánchez y col., 2006). En relación a la composición corporal al nacimiento, el feto humano tiene 12 a 16% de grasa corporal. El tejido restante es masa magra o masa libre de grasa, que consiste fundamentalmente en glucógeno, proteína y agua. La proteína representa cerca del 12,8% del peso corporal total o el 15% de la masa libre de grasa; el resto es agua (Elizondo y col., 2011). Como el peso al nacer, la composición corporal neonatal está relacionada con la composición corporal materna y otros factores que la influencian, como los genéticos (los fetos masculinos presentan mayor porcentaje de masa magra y los femeninos mayor porcentaje de masa grasa); la paridad (se asocia de forma positiva con la adiposidad neonatal) y los problemas médicos maternos como diabetes (se ha relacionado a un aumento del peso al nacer por incremento de la masa grasa y en el neonato macrosómico una significativa disminución de la masa libre de grasa); factores ambientales como el tabaquismo disminuye la masa libre de grasa (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR, 2009). 21 El IMC pregestacional se ha correlacionado fuertemente con la adiposidad del feto, más que la ganancia de peso gestacional (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR, 2009). El crecimiento fetal en el embarazo múltiple se ha considerado muy similar al embarazo único hasta la semana 30 de gestación, y en el tercer trimestre hay una disminución en el crecimiento fetal individual, más evidente en trillizos que en gemelos. Existe una tendencia a considerar los embarazos múltiples como un “crecimiento restringido” y la corionicidad tiene influencia en el crecimiento fetal, ya que los provenientes de gestaciones monocoriónicas (una sola placenta) pesan en promedio 66 g menos que los de gestaciones dicorionicas (dos placentas) después de haber realizado la corrección por edad gestacional (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR, 2009). Líquido amniótico El líquido amniótico comienza a incrementar a partir de semana ocho de gestación, a razón de 10 ml/semana. En la semana trece aumentan a 25 ml/semana, alcanzando su volumen máximo de 60 ml en la semana treinta y tres. Existe una enorme variación en el volumen del líquido amniótico al final del embarazo y este compartimiento afecta la ganancia de peso gestacional en aproximadamente 1 Kg, siendo un importante componente de la misma (Elizondo y col., 2011). 22 La disminución del líquido amniótico se denomina oligohidramnios y puede ocurrir como consecuencia de patología renal fetal y se ha relacionado con restricción en el crecimientofetal. El aumento de volumen del líquido amniótico o polihidramnios se relaciona a anomalías estructurales fetales como atresia esofágica congénita, anemia fetal, infecciones congénitas y diabetes gestacional (González y González, 2006). Se han mencionado otros factores que pueden influenciar la ganancia de peso gestacional como los psicosociales, los culturales, y familiares pero la evidencia no es concluyente (IOM y NCR, 2009). Para finalizar, el principal objetivo de la evaluación nutricional durante el embarazo es lograr una ganancia de peso adecuada y que la mujer mantenga un estado nutricional idóneo durante y después de la gestación. Esta evaluación deberá realizarse durante el control prenatal, el cual según la Organización Panamericana de Salud (OPS) se define como la serie de contactos, entrevistas o visitas programadas de la mujer grávida con integrantes del equipo de salud, con el objeto de vigilar la evolución del embarazo y obtener una adecuada preparación para el parto y la crianza. Se recomienda iniciar la primera consulta de manera precoz para confirmar el diagnóstico de embarazo, prevenir patologías o corregir las existentes. Los siguientes 23 contactos están dirigidos a controlar los cambios fisiológicos que el proceso reproductivo imprime en la madre y para verificar que el crecimiento y desarrollo del feto se efectúe dentro de los parámetros esperados para su etapa intrauterina. En cuanto al número de controles, la OMS enfatiza que no importa la frecuencia sino la calidad de los mismos: prescribir en cada visita las intervenciones probadas como beneficiosas. Lamentablemente, una de cada cuatro mujeres no recibe atención de salud prenatal (UNICEF, 2008). Puerperio o posparto El puerperio se define como el período comprendido desde el final del parto hasta la completa regresión de los cambios locales y generales que experimenta la mujer durante el embarazo. Tiene una duración de aproximadamente seis semanas, pero en este tiempo no siempre se completa la regresión de todas las modificaciones que ocurrieron previamente (González y González, 2006). Se divide en las siguientes etapas: Puerperio Inmediato: comprende las primeras 24 horas. Puerperio mediato: abarca del segundo al décimo día. Puerperio tardío: desde el día 11 hasta la sexta semana. En este lapso el peso desciende rápidamente debido a la pérdida de líquido, seguido de un descenso más lento durante los seis meses siguientes, de manera que 24 no se espera el regreso al peso preconcepcional en un tiempo menor. Los cambios fisiológicos en el peso se dan a razón de 0,5 a 1 Kg/mes durante los primeros cuatro a seis meses en mujeres con peso normal, y a razón de 2 Kg/mes en mujeres con sobrepeso u obesidad. La pérdida de peso superior y de manera acelerada con dietas hipocalóricas no se recomienda. Es importante resaltar que algunos autores señalan que hasta un 20% de las mujeres mantienen su peso e inclusive lo ganan (Elizondo y col., 2011). En relación a la composición corporal, en un estudio donde se realizó resonancia magnética a 15 mujeres antes y después del embarazo para determinar la masa grasa se encontró que el tejido depositado después de la gestación fue fundamentalmente subcutáneo (76%) y la distribución de grasa fue similar a la determinada antes del embarazo: 46% en la parte baja del abdomen, 32% en la parte alta, 16% en los muslos, 4% en brazos, 1% en tobillos, 1% en muñecas. El sitio donde ocurrió mayor movilización de grasa durante el período postparto fue en los muslos (Sohlström y Forsum, 1997). En lo que respecta a los valores del pliegue cutáneo subescapular y suprailíaco disminuyen conforme a la disminución de peso de la madre; mientras que el pliegue tricipital no suele mostrar este mismo patrón (IOM y NCR 2009). En promedio, a los 12 meses del posparto, aún se retiene 1 Kg, que solo podrá disminuirse si se realizan modificaciones en la dieta y en la actividad física. 25 Retenciones mayores se asocian con un riesgo progresivo de obesidad a largo plazo. Las mujeres que más peso retienen son aquellas que obtuvieron mayor ganancia de peso durante la gestación. Transcurrido un año del parto, dos tercios de las mujeres con IMC preconcepcional elevado disminuyen de peso; el otro tercio mantiene un peso sustancialmente mayor. No existe explicación para esta variabilidad (Elizondo y col., 2011). La retención de peso posparto es la cantidad de peso que se obtiene al restar el peso preconcepcional al peso en el posparto. Incluye el incremento en el tejido mamario y la masa grasa ganada durante el embarazo (IOM y NCR 2009). Algunas investigaciones evidencian que la retención de peso corporal durante este período contribuye al desarrollo de trastornos alimentarios y de la imagen corporal en la mujer, lo que se ha relacionado con episodios de ansiedad y/o depresión. Estos trastornos tienen repercusiones nutricionales tanto en la madre como en el infante (Halligan, Murray, Martins y Cooper, 2007; Kim, Moffitt, Taylor, Pawlby y Caspi, 2005). Por su parte, las deficiencias energéticas, sobre todo en mujeres delgadas, producen disminución del volumen de leche materna. No ha sido sino hasta los últimos años que se ha puesto énfasis en la influencia del estado nutricional de la madre sobre la calidad, cantidad y composición de la leche materna (Elizondo y col., 2011). 26 Lactancia materna La lactancia materna es la alimentación al seno de la madre y/o con leche de la misma. Las modificaciones para el inicio de la lactancia comienzan desde los primeros meses del embarazo, pero la producción de leche se inicia en el período posparto con la disminución de la concentración del estrógeno y progesterona y el aumento de la prolactina. El “Reflejo de Expulsión de la Leche” se inicia con la succión del recién nacido (González y González, 2006). Si bien se ha descrito que la lactancia materna promueve la pérdida de peso y de grasa corporal en la mujer, en la mayoría de los estudios no existen diferencias en la retención de peso después del parto entre las mujeres que amamantan por períodos de hasta seis meses de duración y aquellas que no lo hacen (Elizondo y col., 2011). Sin embargo, en un estudio realizado en 1993 por Kramer se demostró una pérdida de peso de 2 Kg más en aquellas que amamantaron por 12 meses en comparación con las que lo hicieron por 3 meses. Por otra parte, una baja ganancia de peso gestacional está moderadamente asociada con dificultad para iniciar la lactancia (IOM y NCR, 2009). Determinantes del volumen de leche producida 27 De acuerdo a estudios epidemiológicos el mayor determinante del volumen de leche producida es la demanda por parte del lactante que está influenciada por la talla, la edad, el estado de salud del recién nacido y la práctica de la lactancia materna exclusiva, parcial o mínima. El aumento del consumo de alimentos por parte de la madre con buen estado nutricional no modifica la producción de leche, pero dietas inferiores a 1500 calorías se asocia a disminución en la producción de leche, al igual que el consumo de alcohol, el hábito tabáquico y la presencia de estrés. Se han realizado estudios en animales que han demostrado un incremento en la producción de leche con el consumo de proteínas y que el consumo de líquidos en exceso no la aumenta (Elizondo y col., 2011; Jensen, 1995). Determinantes de la composición de leche producida Diversas investigaciones han evidenciado que la madre es capaz de producir leche con un adecuado contenido de macronutrientes y minerales, incluso en casos donde su consumo se encuentra limitado o por debajo de las recomendaciones de ingesta diaria (RDA). Este contenido es mantenido a expensas de las reservas corporales y tejidos maternos, por lo un apropiado estado nutricional al inicio de la lactanciaes importante para prevenir el deterioro de la salud materna (Jensen, 1995). No obstante, varios estudios han demostrado que el tipo y cantidad de ácidos grasos si se modifican con la dieta de la madre, además de que el contenido de vitaminas, en especial B1, B6, B12, A y D y el de selenio y de yodo suelen ser más 28 susceptibles a modificaciones y disminuir en mujeres con desnutrición o restricción o en ambos casos (Elizondo y col., 2011). Consumos de vitaminas superiores a los recomendados por la RDA no se asocian a incrementos significativos en la leche materna, a excepción de B6, D, selenio y de yodo. Hasta ahora no se cuenta con evidencia para demostrar la relación de grandes cantidades de vitaminas y minerales en la leche materna con toxicidad para el niño (Elizondo y col., 2011). Se ha demostrado también que la composición de la leche materna no se modifica cuando se realiza ejercicio físico, pero aumenta el contenido de lactato en relación directa con la intensidad del mismo (Elizondo y col., 2011). Recién nacido El recién nacido es el producto de una gestación de 22 semanas o más, por parto o cesárea, desde su separación de la madre hasta los 27 días (González y González, 2006). Es muy importante la valoración nutricional en esta etapa ya que permitirá la detección posnatal precoz de alteraciones nutricionales, el adecuado manejo de los casos y la prevención de complicaciones, tanto perinatales como a largo plazo. 29 Diversos estudios epidemiológicos muestran la relación entre la ganancia de peso gestacional y el peso al nacer. Como se ha mencionado anteriormente, una ganancia de peso gestacional deficiente se asocia a recién nacidos pequeños para la edad gestacional y el incremento por encima de las recomendaciones se relaciona con recién nacidos grandes para la edad gestacional. Si la madre tiene un IMC pregestacional bajo aumenta el riesgo de tener un infante pequeño para la edad gestacional (IOM, 2009 y NCR, 2009). En relación a lo anteriormente expuesto, se han realizado investigaciones en las últimas décadas sobre los efectos a largo plazo del bajo peso al nacer, encontrándose asociación con el riesgo de obesidad central, resistencia a la insulina, síndrome metabólico, diabetes tipo 2 y enfermedad coronaria más tarde en la vida. Estas asociaciones están potenciadas por la rápida ganancia de peso en la niñez (Barker, Osmond, Forsen y Eriksson, 2005; Bhargava y col., 2004). Sin embargo, también es importante hacer notar que estudios realizados en años recientes han evidenciado que el alto peso al nacer está asociado con obesidad y sus consecuencias (IOM y NCR, 2009). Un pequeño número de estudios muestran que la ganancia de peso gestacional está asociada con la masa grasa del recién nacido, pero existe insuficiente evidencia entre ganancia de peso en el embarazo y adiposidad en la infancia (IOM y NCR, 2009). 30 En el otro extremo, la ganancia de peso inadecuada durante el embarazo se asocia con trastornos en el desarrollo neurológico del recién nacido (IOM y NCR, 2009). Evaluación nutricional antropométrica Para la evaluación del estado nutricional es fundamental que se adopten técnicas válidas y confiables, que permitan registrar y evaluar las modificaciones para ofrecer las recomendaciones adecuadas. Esta valoración suele realizarse habitualmente desde una vertiente antropométrica, complementada con el análisis de los diversos parámetros bioquímicos. La antropometría se define como el estudio de las dimensiones del cuerpo humano. Su utilidad en nutrición se basa en la evolución de ciertas medidas corporales desde la etapa prenatal hasta la vida adulta y en la evidente relación que tienen el crecimiento físico y la condición nutricional (Restrepo, 2000). Se fundamenta en la obtención de una serie de mediciones, tanto de dimensiones generales del cuerpo (peso y talla entre otras), como de algunos compartimientos corporales como masa grasa y masa magra. Estas mediciones se relacionan con otras variables como edad, sexo y permiten la construcción de indicadores o índices que se pueden aplicar para cuantificar y clasificar las variaciones del estado nutricional (Henríquez y Dini, 2009). El indicador es un 31 instrumento estadístico que se utiliza para medir o evaluar cuantitativamente un fenómeno o situación (Restrepo, 2000). Las principales ventajas para su uso es que poseen una gran sensibilidad, especificidad y valor predictivo. Son técnicas sencillas y económicas. Se deben tomar en cuenta los factores que pueden condicionar error diagnóstico: error de medición (técnica inapropiada, falta de calibración de equipos, edema, etc.); tipo de indicador seleccionado; valores de referencia utilizados para la interpretación de los indicadores; puntos de corte empleados para definir “normalidad” (Henríquez y Dini, 2009). Para que la antropometría sea válida y confiable, los examinadores deben ser entrenados y estandarizados para disminuir la variación intra e interindividual. Se considera que un sujeto está entrenado cuando la diferencia en la medición es menor a un milímetro en relación al sujeto que lo entrena. Los equipos a utilizar deben estar en perfectas condiciones, calibrados y se deben utilizar marcas oficialmente aprobadas para ello (Elizondo y col., 2011). Antropometría nutricional de la madre Edad cronológica 32 Debe ser estimada de forma precisa, verificando de ser necesario con algún documento. Peso corporal Es el indicador más usado en cada una de las edades. Los cambios reflejan el balance de proteínas y energía. Su medición debe realizarse con una bata liviana, de preferencia después de vaciar la vejiga y antes de tomar alimentos, el rango de medición de la escala debe ser de 100 g para estimarse los cambios en el peso se debe conocer el peso actual y el habitual. A partir de estos se obtiene la pérdida o la ganancia de peso. La pérdida de peso indica balance energético negativo o exceso de eliminación de líquidos corporales o la combinación de ambos; la ganancia se puede relacionar con un balance energético positivo, una acumulación de líquidos o la acumulación de ambos (Elizondo y col., 2011). En relación a esto, la adecuada ganancia de peso gestacional es fundamental para la madre y el producto de su embarazo. Basándose en la clasificación del IMC preconcepcional, el IOM sugirió las siguientes recomendaciones para el incremento de peso: Bajo peso: de 12,5 a 18 Kg. Normales: 11,5 a 16 Kg. Sobrepeso: 7 - 11,5 Kg. 33 Obesidad: 5 - 9 Kg. Con el tiempo se establecieron dudas sobre si esta ganancia de peso era la adecuada y en el año 2006 el IOM reunió a un grupo de trabajo para considerar la influencia del peso pregestacional sobre la salud madre y el niño. Muchos participantes sugirieron una revisión de las guías de 1990 debido a los recientes cambios demográficos ocurridos, incluyendo el incremento de la obesidad y la declinación del bajo peso al nacer (Stuebe, Forman y Michels, 2009). En cuanto a las recomendaciones de ganancia de peso gestacional para las mujeres de talla baja (< 157 cm) el IOM recomienda tomar el límite inferior del rango establecido (ej. si la mujer tiene sobrepeso y el rango recomendado es entre 7 y 11,5 Kg se aconsejará un aumento de 7 Kg) (Elizondo y col., 2011; IOM, 1990). Sin embargo, Rasmussen y Yaktine, (2009), explican que el comité que reexaminó las guías no pudo identificar pruebas suficientes para seguir apoyando a una modificación de las directrices de la ganancia de peso para las mujeres de baja estatura. Aunque las mujeres de baja estatura tuvieron un mayor riesgo de parto por cesárea de emergencia, este riesgo no se modificó por ganancia de peso total. Las mujeres de baja estatura no tienen un riesgo mayor de tener neonatos pequeños para la edad gestacionalo grandes para la edad gestacional o de mayor retención de peso después del parto que las mujeres más altas. 34 Entre los factores asociados a una baja ganancia de peso se encuentran: bajo nivel socioeconómico, bajo consumo de energía, uso de drogas o sustancias ilícitas, embarazo no deseado, violencia doméstica, anorexia nerviosa, período intergenésico corto, madre soltera sin apoyo. Por otra parte, los factores involucrados a una ganancia de peso excesiva son el consumo elevado de energía, el sedentarismo, la disminución de la actividad física, las dietas ricas en carbohidratos simples o con alto índice glucémico y las dietas ricas en grasas saturadas (Elizondo y col., 2011; OPS 1990). Para la velocidad de ganancia de peso no existe un patrón, ya que durante el primer trimestre el aumento es lento y gradual y no se cuenta con evidencia suficiente para determinar una ganancia de peso adecuada durante el segundo y tercer trimestre. Se recomienda individualizar y estar alerta en la identificación de ganancias de peso anormales: menores a 0,5 Kg/mes en mujeres con sobrepeso u obesas, menores a 1 Kg/mes en mujeres con peso normal y ganancias superiores a 3 Kg en cualquier mujer, especialmente si se presentan después de la vigésima semana de gestación. Es importante descartar la presencia de edemas (IOM, 2009 y NCR, 2009). La recomendación del IOM para la velocidad de ganancia de peso durante el segundo y tercer trimestre del embarazo según el IMC pregestacional es la siguiente: Bajo Peso: > 0,5 Kg/semana 35 Normales: 0,4 Kg/semana Sobrepeso: 0,3 Kg/semana Obesidad: establecer de manera individual Embarazo gemelar: 0,75 Kg/semana. Se debe tener especial consideración con grupos especiales como las embarazadas adolescentes y las que presentan los factores de riesgo para una pobre o excesiva ganancia de peso. También es importante considerar el origen étnico. Las mujeres afroamericanas tienden a tener recién nacidos de menor peso que las de raza blanca, sin importar la edad gestacional (Elizondo y col., 2011). En una mujer con peso normal para la talla se estima una ganancia de peso neto de 3,35 Kg que servirán para sustentar la producción de leche en la lactancia. Este incremento será variable conforme al origen étnico y los factores ambientales (Elizondo y col., 2011). Talla corporal Se mide en posición de pie con la ayuda de un tallímetro. A pesar de lo explicado por Rasmussen y Yaktine (2009) en relación a la talla materna y la ganancia de peso, Paredes y Calle (2011) refieren que existen estudios que demuestran la influencia de la talla materna en la antropometría final del recién 36 nacido y la consideran un factor a tomar en consideración ya que el peso y ganancia de peso materno es modificable mediante la intervención oportuna. Talla edad Es la relación existente entre la talla obtenida de un individuo y la referencia para su misma edad y sexo. El punto de corte para normalidad es > percentil 10 y ≤ percentil 90. Se utiliza para el diagnóstico de desnutrición crónica a nivel poblacional, pero a nivel individual orienta hacia el diagnóstico de talla baja (Henríquez y Dini, 2009). Índice de masa corporal El IMC se relaciona bien con mediciones de adiposidad en todas las edades, aunque es menos preciso en la adolescencia. No distingue entre el peso asociado con músculo y el asociado con grasa corporal o acumulación de agua (edema). Tampoco indica la distribución de la grasa corporal (Gibson, 2005; OMS, 1995). Uno de los parámetros más estudiados es el IMC pregestacional, debido a la simplicidad de su cálculo. Sirve como base para establecer metas de ganancia de peso y monitorear los cambios en el mismo durante el embarazo (Elizondo y col., 2011; OMS, 1995). 37 El IMC pregestacional consiste en la relación entre el peso en Kg de la madre antes de la concepción y la talla en metros elevada al cuadrado. En el reporte de Nutrición durante el Embarazo publicado por IOM en 1990 se consideran cuatro categorías: Bajo peso < 19,8 Kg/m2 Peso normal entre 19,8 – 26,0 Kg/m2 Sobrepeso entre 26,1 – 29,0 Kg/m2 Obesidad > 29 Kg/m2. Los criterios del IOM clasifican más mujeres con bajo peso que los estrictos puntos de corte de la OMS, los cuales catalogan más mujeres con sobrepeso y pocas como obesas (Rasmussen y Yaktine, 2009). Entre los años 1999 – 2004, bien sea con los puntos de corte de IOM o de la OMS, cerca de la mitad de las mujeres en los Estados Unidos tenían sobrepeso. El incremento del IMC se asocia con riesgo aumentado de diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemias, síndrome metabólico y aumento del riesgo cardiovascular (Rasmussen y Yaktine, 2009), así como de retención de peso posparto y obesidad (Zonana-Nacach y Rodríguez-Medina (2011); Williams, Najaman, Callaway (2010) y Vesco y cols., (2009). 38 Un aspecto a considerar cuando se utiliza este indicador es que la relación del IMC y el peso corporal dependen de la edad y sexo. Las mujeres adultas mayores tienden a tener un porcentaje relativo mayor de grasa corporal que las más jóvenes de similar IMC. Asimismo, la OMS afirma que existen diferencias étnicas y que cada uno de los grupos debe definir sus propios criterios (Elizondo y col., 2011; Rasmussen y Yaktine, 2009). Tanto el IMC pregestacional como la ganancia de peso en el embarazo afectan el crecimiento fetal, pero son pocos los estudios que evalúan a largo plazo el rol de estos indicadores antropométricos sobre la salud del infante. Pliegues cutáneos Representan una doble capa de tejido subcutáneo, incluidas una pequeña cantidad de piel y cantidad variable de tejido adiposo. Son cuatro: pliegue de tríceps, del bíceps, subscapular y suprailíaco. Deben ser medidos con plicómetros especiales, como el Lange y los resultados se expresan en mm. Son indicadores de adiposidad, pero no son una medida directa. No poseen mucha exactitud en pacientes obesos y no estiman grasa intrabdominal (Elizondo y col., 2011; Gibson, 2005). Los valores absolutos que se obtienen se comparan con tablas de referencia. Un solo pliegue es un pobre indicador de la cantidad absoluta y de los cambios en la grasa corporal total, por lo que debe tomarse como una medida cualitativa, pero no 39 cuantitativa de la cantidad y cambio de la grasa corporal total, ya que se presentan variaciones interindividuales en la distribución de grasa, distribución de los pliegues y en la compresibilidad con la edad (Elizondo y col., 2011; Gibson, 2005). Sumatoria de pliegues Se puede realizar la sumatoria de todos los pliegues ya sea mediante fórmulas o la utilización de cuadros que traducen la sumatoria de estos pliegues en un porcentaje de grasa corporal (Gibson, 2005; Elizondo y col., 2011). 40 Área grasa corporal Se puede determinar utilizando la Ecuación de Siri que estima el porcentaje de Grasa Corporal a partir de los pliegues cutáneos calculando la Densidad Corporal (D) (Gibson, 2005): %G = [(4,95 / D) - 4,50] × 100 Dónde: D = Densidad Corporal La densidad se calcula usando la fórmula señalada por Durnin y Womersley (1974): D (g/cm3) = 1, 1549 - 0, 0678 × log (T + B + SB + SP) Dónde: T = pliegue tricipital (mm) SB = pliegue subescapular (mm). B = pliegue bicipital (mm) SP= pliegue suprailíaco (mm). Una vez obtenido el porcentaje de grasa corporal, se puede obtener la masa magra restando el valor al 100%. Obtener el valor en kilogramos de ambos 41 componentes requiere cálculos simples a partir del peso corporal total en kilogramos una vez que se conoce los porcentajes de ambos. Para la clasificación nutricional de la madre los valores de referencia de Frisancho son de utilidad ya que posee distribuciones percentilares para la clasificación de composición corporal (Frisancho, 1981). Antropometríanutricional del neonato Edad gestacional Se considera como la edad en semanas a partir del último día de la regla. La edad gestacional debe ser valorada con precisión debido a su importancia en la interpretación adecuada de las variables utilizadas en la clasificación nutricional del recién nacido. Se puede estimar por el método tradicional a partir de la fecha de la última regla referida por la mujer o por métodos clínicos como el de Capurro, el cual debe aplicarse con estandarización previa de los evaluadores para obtener resultados confiables, consiste en sistemas de puntajes que combinan características físicas externas y valoración neurológica (Henríquez, 2009). Una vez obtenida la edad gestacional el recién nacido es categorizado. La clasificación más utilizada es la de Avery (Henríquez, 2009): 42 Pretérmino o prematuro: recién nacidos con menos de 38 semanas de edad gestacional. En este grupo se consideran tres categorías: 1. Prematuros límite: edad gestacional entre 36 y 37 semanas. 2. Prematuros moderados: entre 31 y 35 semanas. 3. Prematuros verdaderos: aquellos con menos de 31 semanas. A término: si la edad gestacional está comprendida entre 38 y 42 semanas. Postérmino: recién nacidos con edad gestacional mayor a 42 semanas. Edad biológica del recién nacido Es la edad en semanas o meses a partir del parto, restándole las semanas que faltaron para alcanzar la semana 40 de gestación (Henríquez, 2009). Peso corporal Se debe medir sin pañal y con balanzas con escalas de precisión de diez gramos. Se debe garantizar que tanto los miembros superiores e inferiores se encuentren dentro de la balanza (Henríquez y Dini, 2009). En el neonato se evalúa el peso al nacer, relacionándolo con el valor de referencia para la edad gestacional. 43 Talla corporal En niños menores de dos años se mide con el paciente acostado y deben intervenir dos evaluadores: una persona sostiene manteniendo la cabeza en posición perpendicular a la superficie que se mide, adherida al tope superior del equipo; la otra persona mantiene al niño con las rodillas y pies bien extendidos, haciendo un ángulo de 90 grados con la superficie horizontal., perfectamente pegados al tope inferior del equipo. Se Utiliza un estadiómetro. Siempre se relaciona con la edad y se compara con los valores de referencia (Gibson, 2005). Peso edad Es la relación existente entre el peso obtenido de un sujeto a una determinada edad y el valor de referencia para su misma edad y sexo. Se utiliza para diagnosticar desnutrición actual en menores de 2 años. Debe ser interpretado con precaución (puede dar falsos positivos o negativos, ej. niños con talla alta y bajo peso). En recién nacidos se usa el indicador Peso Edad Gestacional (P-EG) interpretado aplicando valores de referencia basados en edad gestacional (Henríquez, 2009). Los puntos de corte son: Adecuados para edad gestacional (AEG): recién nacidos con pesos > p10 y < percentil 90. Pequeños para edad gestacional (PEG): recién nacidos con pesos ≤ p10. 44 Grandes para edad gestacional (GEG): ≥ percentil 90. La clasificación basada solo en el Peso Edad (PE) ha presentado problemas a través del tiempo por varias dificultades como características genéticas o raciales y no todos los pequeños para edad gestacional resultan ser retardo del crecimiento intrauterino, por lo que se deben incorporar otros indicadores como talla edad gestacional (T-EG), CC para edad gestacional (CC-EG) conocidos como Índices de proporcionalidad (Henríquez, 2009). Talla edad Es la relación existente entre la talla obtenida en un individuo determinado y la referencia para su misma edad y sexo. El punto de corte para normalidad es > p10 y < percentil 90. En menores de dos años se utiliza el indicador peso para la edad siempre y cuando la talla se encuentre dentro de límites normales. (Henríquez y Dini, 2009). Índice ponderal (IP) Es considerado también como un indicador de proporcionalidad y por algunos autores como indicador funcional. Es efectivo en el diagnóstico precoz de alteraciones por déficit del estado nutricional (Henríquez, 2009). 45 Fue propuesto por Rohrer en 1960 pensando en que “si el volumen tridimensional o gravedad específica de un cuerpo es relativamente constante a un peso corporal similar, este será proporcional al cubo de la dimensión lineal”, es decir, relaciona el peso y la longitud del recién nacido y estima que tan pesado es un niño con respecto a su talla (Thompson y Vega, 2000). Se determina utilizando la siguiente fórmula: IP = Peso (g) x 100 / Talla (cm 3 ) Para el cálculo de IP se utilizan valores de referencia para sexo y edad gestacional. En Venezuela existen distribuciones percentilares de este indicador de proporcionalidad, de 37 a 42 semanas para cada sexo; muy útil para la detección de alteraciones leves del estado nutricional (Henríquez, 2009). Indicadores de composición corporal Existen publicaciones que enfatizan la influencia de varios factores como el peso al nacer, edad, sexo, edad gestacional y paridad materna entre otros, sobre la composición corporal, de allí la necesidad de evaluarla. Sin embargo, hay escasez de valores de referencia para las variables e índices que la reflejan a nivel internacional. En el país existen valores de referencia de pliegues subcutáneos tricipital, subescapular y suprailíaco, así como para áreas grasa y muscular del brazo para ambos sexos y de 37 a 42 semanas de edad, pero no hay trabajos que analicen la 46 efectividad de estos indicadores en la clasificación nutricional de recién nacidos (Henríquez y Dini, 2009). Valores de referencia En lo que se refiere a la evaluación nutricional del recién nacido, las referencias de Henríquez tienen las siguientes ventajas (Henríquez, 2009): Incorpora distribuciones percentilares de otros indicadores, indispensables actualmente para una clasificación nutricional más adecuada. La exactitud del cálculo de la edad gestacional. La toma de mediciones antropométricas por personal entrenado y estandarizado. Controles de calidad durante el estudio. Debilidad: no puede ser aplicado a menores de 37 semanas. En resumen, se puede evaluar de manera indirecta la grasa corporal total y la masa libre de grasa al utilizar los pliegues cutáneos y determinadas circunferencias tomadas con técnicas estandarizadas. 47 CAPITULO III MARCO METODOLÓGICO 3.1. Tipo y diseño de la investigación Según lo planteado por Hernández, Fernández y Baptista (2010), el trabajo de investigación que se realizó es de tipo no experimental ya que no planteó la manipulación de ninguna de las variables que se estudiaron. Por otra parte, fue de tipo exploratorio, descriptivo y correlacional debido a que parte del objetivo que se investigó no ha sido abordado en la población seleccionada objeto de estudio, se describieron algunas de sus características y se evaluó el grado de correlación que existió entre dos o más de las variables analizadas. Además, fue de corte transversal en la modalidad de campo, ya que se efectuó en un momento determinado del tiempo donde no se realizó seguimiento del comportamiento de las variables analizadas y los datos se recogieron en forma directa de la realidad donde se presentaron. El diseño empleado fue de campo. 3.2. Población La población estuvo constituida por todas las mujeres atendidas en el puerperio inmediato que acudieron a una maternidad pública de la zona sur de la ciudad de Valencia, Venezuela, durante el año 2007 y sus recién nacidos. 48 3.3. Muestra La muestra seleccionada fue de tipo no probabilística y quedó constituida por 168 madres que se encontraban en el puerperio inmediato y sus recién nacidos (ambos géneros), seleccionados de la población antes mencionada, que cumplieron con los criterios de inclusióny que aceptaron participar en el estudio. 3.4. Criterios de inclusión Edad de la madre comprendida entre 18 y 35 años de edad. Recién nacido producto de gestación simple de 38 a 42 semanas. Sin patologías asociadas. Madres sin hábito tabáquico o alcohólico. Embarazo Controlado desde el primer trimestre. 3.5. Procedimiento, métodos e instrumentos de recolección de la información La investigación se llevó a cabo siguiendo los principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos, según lo promulgado por la Declaración de Helsinki (2004). Previo a la evaluación se les informó por escrito a los sujetos el objetivo de la investigación, las evaluaciones que se llevarían a cabo y los beneficios y riesgos a los cuales se exponían durante la participación en el estudio y se solicitó su autorización por escrito (Anexo 1). 49 3.5.1. Instrumento para la recolección de la información Para la recolección de la información se diseñó una historia clínica para la madre y una para el recién nacido (Anexo 2 y 3). 3.5.1.1. Historia clínica En la historia clínica se registraron los datos de identificación de la madre y del recién nacido, los antecedentes y las variables clínicas y antropométricas que se evaluaron. 3.5.2. Evaluación antropométrica. 3.5.2.1. Evaluación antropométrica de la madre. Para realizar la evaluación antropométrica se midieron las siguientes variables e indicadores: Variables: Peso pregestacional Peso en el posparto Talla Pliegues cutáneos (bicipital, tricipital, subescapular, suprailíaco) 50 Indicadores IMC pregestacional Ganancia de peso gestacional IMC en el puerperio inmediato Porcentaje de Grasa corporal Peso: se determinó el peso en el puerperio inmediato con la paciente descalza, vistiendo ropa liviana (bata desechable), utilizando una balanza marca DETECTO previamente calibrada. El peso pregestacional fue referido por la paciente y en caso de que las madres no recordaran dicho peso, se utilizó el peso tomado en las primeras 12 semanas (reportado en la historia obstétrica) como peso pregestacional (Krasovec y Anderson, 1991). Ganancia de peso gestacional: se calculó, tomando en cuenta la última medición del peso antes del parto para cada embarazada menos el peso pregestacional en kilogramos. Para considerar si la ganancia de peso fue adecuada o inadecuada se compararon los resultados obtenidos con la referencia del IOM: Bajo peso: de 12,5 a 18 Kg. Normales: 11,5 a 16 Kg. Sobrepeso: 7 - 11,5 Kg. Obesidad: 5 - 9 Kg. 51 Talla: Se midió colocando una cinta métrica de 1,5 m de largo en la pared, a partir de 50 cm del nivel del piso, realizando previamente plomada. La paciente se colocó de pie, descalza, con la cabeza en el plano de Frankfurt, pies juntos, rodillas rectas y con los talones, glúteos y escápulas en contacto con la superficie vertical de la pared. Los hombros relajados y los brazos colgando a los lados del cuerpo con las palmas hacia los muslos. Se colocó un tope de madera en ángulo recto con la pared, sobre la coronilla de la paciente en el momento de máxima inspiración y se registró la altura hasta el milímetro más cercano (Gibson, 2005). Pliegues cutáneos: Se determinó el pliegue bicipital, tricipital, subescapular y suprailíaco con un calibrador de pliegues cutáneos marca Lange, siguiendo la técnica descrita por Gibson (2005). IMC pregestacional: Se calculó utilizando el peso pregestacional y la talla determinada en el puerperio inmediato. Se empleó la fórmula de peso (kg)/talla (m) 2 y el resultado se comparó con los valores de referencia de IOM: Bajo peso < 19,8 Kg/m2 Peso normal entre 19,8 – 26,0 Kg/m2 Sobrepeso entre 26,1 – 29,0 Kg/m2 Obesidad > 29 Kg/m2 52 IMC en el puerperio inmediato: se calculó utilizando el peso y la talla determinado en las primeras 24 horas del puerperio. Se empleó la fórmula de peso (kg)/talla (m) 2 y el resultado se comparó con los valores de referencia de IOM: Bajo peso < 19,8 Kg/m2 Peso normal entre 19,8 – 26,0 Kg/m2 Sobrepeso entre 26,1 – 29,0 Kg/m2 Obesidad > 29 Kg/m2 Porcentaje de Grasa Corporal: se determinó utilizando la ecuación de Siri: %G = [(4,95 / D) - 4,50] × 100 Dónde: D = Densidad Corporal La densidad se calculó usando la fórmula señalada por Durnin y Womersley: D (g/cm3) = 1, 1549 - 0, 0678 × log (T + B + SB + SP) Dónde: T = pliegue tricipital (mm), SB = pliegue subescapular (mm). B = pliegue bicipital (mm) SP= pliegue suprailíaco (mm). 53 Los resultados se compararon con las tablas de referencia de Frisancho para el grupo etario y se utilizó el valor igual o inferior al percentil 25 como punto de corte "Bajo", “Adecuado” valores > al percentil 25 e iguales o inferiores al percentil 75 y valor > al percentil 75 como el punto de corte "Alto" (Frisancho, 1981). 3.5.2.2. Evaluación antropométrica del neonato Se realizó en las primeras 24 horas del nacimiento y participaron dos investigadores entrenados y estandarizados. Se utilizó la técnica descrita por Gibson (2005). Se determinaron las siguientes variables e indicadores: Variables Edad Gestacional Peso Talla Indicadores Peso/Edad Gestacional Talla/Edad Gestacional Índice Ponderal 54 Edad gestacional: Se determinó por fecha de última regla (FUR) aplicando el método de Battaglia que considera la edad gestacional tomando en cuenta la semana más próxima (Henríquez y Dini, 2009) y la confirmó personal entrenado usando el método clínico de Capurro en las primeras 24 horas del nacimiento. Solo se incluyeron en el estudio los que tuvieron de 38 a 42 semanas por ambos métodos. Peso: El peso se midió con el niño desnudo en una balanza pediátrica marca Detecto debidamente calibrada. Talla: Se midió en posición decúbito supino, sujetando la cabeza del niño de modo que el vértice del cráneo quedara en contacto con la superficie de medición del infantómetro, siguiendo la técnica descrita por Gibson. Peso/Edad gestacional y Talla/Edad gestacional: Se construyeron los indicadores con el peso y la talla. Los resultados se compararon con tablas de distribuciones percentilares venezolanas, que comprenden edades de 37 a 42 semanas de gestación para cada sexo. En base al indicador Peso/edad Gestacional se clasificó a los recién nacidos en las siguientes categorías (Henríquez, 2009): Adecuado para edad gestacional (AEG): Peso > percentil 10 < percentil 90, de los valores de referencia de peso para cada edad gestacional. Pequeños para edad gestacional (PEG): Peso ≤ percentil 10, de los valores de referencia de peso para cada edad gestacional. 55 Grandes para edad gestacional (GEG): Peso ≥ percentil 90, de los valores de referencia de peso para cada edad gestacional. Índice ponderal: Con los datos de las variables antropométricas se construyó el Índice ponderal (IP): (Peso g x 100 / Talla cm 3 ) y los resultados se compararon con tablas de distribuciones percentilares venezolanas, que comprenden edades de 37 a 42 semanas de gestación para cada sexo. Se clasificó a los recién nacidos de acuerdo a los siguientes puntos de corte (Henríquez, 2009). Bajo: ≤p10. Normal: > p10 y ≤ p90. Exceso: > p90. 3.5.3. Control de calidad Para la recolección de los datos se utilizaron instrumentos calibrados antes de iniciar la evaluación. Las mediciones de los recién nacidos fueron realizadas en su totalidad por investigadores, entrenados y estandarizados para tal fin. Además, se realizó un control de calidad periódico, siguiendo las técnicas y procedimientos establecidos internacionalmente, respetando el orden de las mediciones y realizando la duplicación de las mismas. 56 3.5.4. Análisis Estadístico Los resultados obtenidos se expresaron y tabularon en términos de media, desviación
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