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Composición corporal materna en el puerperio inmediato

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2 
 
UNIVERSIDAD DE CARABOBO 
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD 
ÁREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO 
MAESTRÍA EN NUTRICIÓN 
 
 
 
 
 
COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO 
Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL 
NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO 
CARABOBO, 2007. 
 
 
 
 
 
Autor: Angela F. Marino Y. 
Tutor: PhD. María Páez V. 
 
 
Valencia, Diciembre 2014 
3 
 
UNIVERSIDAD DE CARABOBO 
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD 
ÁREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO 
MAESTRÍA EN NUTRICIÓN 
 
 
 
COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO 
Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL 
NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO 
CARABOBO, 2007. 
 
 
 
 
Autor: Dra. Angela F. Marino Y. 
Trabajo de Grado presentado ante el Área 
de Estudios de Postgrado de la Universidad 
de Carabobo para optar al Título de 
 Magíster en Nutrición 
 
 
 
 
Valencia, Diciembre 2014 
4 
 
UNIVERSIDAD DE CARABOBO 
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD 
ÁREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO 
MAESTRÍA EN NUTRICIÓN 
 
 
 
 
COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO 
Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL 
NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO 
CARABOBO, 2007. 
 
 
 
Autor: Dra. Angela F. Marino Y. 
 
 
Aprobado en el Área de Estudios de Postgrado de la Universidad de Carabobo por 
Miembros de la Comisión Coordinadora del Programa: 
 
________________________________ (Nombre, Apellido y Firma) 
________________________________ (Nombre, Apellido y Firma) 
________________________________ (Nombre, Apellido y Firma) 
5 
 
UNIVERSIDAD DE CARABOBO 
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD 
ÁREA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO 
MAESTRÍA EN NUTRICIÓN 
 
VEREDICTO 
 
Nosotros, Miembros del Jurado designado para la evaluación del Trabajo de Grado 
titulado: 
COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO 
Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL 
NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO 
CARABOBO, 2007, presentado por la Dra. Angela F. Marino Y., para optar al título 
de Magister en Nutrición, estimamos que el mismo reúne los requisitos para ser 
considerado como: 
____________________________________________________________________ 
 
Nombre, Apellido, C.I., Firma del Jurado. 
 
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________ 
 
 
Valencia, Diciembre 2014 
 
6 
 
 
DEDICATORIA 
A mi esposo Manuel y mis hijos Samantha, Manuel y Sabrina, por ser una parte 
importante de todo lo que he logrado. 
A mis seres queridos (padres, suegros, hermanos, cuñados, sobrinos, amigos) para 
quien espero mis triunfos los consideren propios. 
 
7 
 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
A Dios y a la Virgen por conducirme por este camino que tanto quiero. 
A la Universidad de Carabobo por mi formación profesional. 
Al Instituto de Investigaciones en Nutrición (INVESNUT) de la Universidad de 
Carabobo por permitirme alcanzar tan valiosa meta. 
A la Maternidad “Dr. Armando Arcay Solá” por la colaboración prestada. 
A la Profesora María Páez, por haber perseverado y dedicar gran parte de su valioso 
tiempo para el logro de este objetivo. Gracias Amiga. 
Al Profesor Gustavo Oviedo, sin cuya contribución no hubiese sido posible lograr 
esta meta. 
Al Profesor Armando Sánchez, por haber generado la inquietud de profundizar en los 
estudios antropométricos y cuyas enseñanzas fueron muy importantes. 
A la Profesora Lesbia Marteens por su asesoría oportuna y su actitud colaboradora 
que permitieron la culminación de este estudio. 
A todo el Personal de INVESNUT por permitirme formar parte de tan especial 
familia. 
8 
 
 
 
ÍNDICE GENERAL 
 Pg. 
Dedicatoria vi 
Agradecimientos vii 
Índice General viii 
Índice de Tablas x 
Resumen xi 
Abstract xii 
Introducción 
 
CAPÍTULO I: EL PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN 
 
1.1. Planteamiento del Problema 1 
1.2. Objetivos 8 
1.2.1. General 8 
1.2.2. Específicos 8 
1.3. Justificación de la Investigación 9 
CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO REFERENCIAL 
2.1. Antecedentes de la Investigación 12 
2.2. Bases Teóricas 13 
CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO 
3.1. Tipo y Diseño de la Investigación 46 
3.2. Población 46 
3.3. Muestra 47 
3.4. Criterios de Inclusión 47 
3.5. Procedimientos, Métodos e Instrumentos de Recolección de la 
Información 
47 
 3.5.1. Instrumento para la Recolección de la Información 48 
 
9 
 
 
 3.5.1.1. Historia Clínica 48 
 3.5.2. Evaluación Antropométrica 48 
 3.5.2.1. Evaluación Antropométrica de la Madre 48 
3.5.2.2. Evaluación Antropométrica del Neonato 52 
3.5.3. Control de Calidad 54 
3.5.4. Análisis Estadístico 55 
CAPÍTULO IV: RESULTADOS 
 4.1. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS 56 
4.2.DISCUSIÓN 73 
4.3. CONCLUSIONES 78 
4.4. RECOMENDACIONES 79 
BIBLIOGRAFÍA 80 
ANEXOS 90 
 
10 
 
ÍNDICE DE TABLAS 
 Pg. 
Tabla 1 Estadísticos descriptivos (promedios ± DS) del estado nutricional 
materno pregestacional, gestacional y en el puerperio inmediato. 
59 
Tabla 2 Diagnóstico Nutricional de las madres por Índice de Masa 
Corporal Pregestacional 
60 
Tabla 3 Adecuación de la Ganancia de peso de la madre durante la 
gestación 
61 
Tabla 4 Diagnóstico Nutricional de las Madres en el Puerperio Inmediato 
según Índice de Masa Corporal 
62 
Tabla 5 Diagnóstico Nutricional según el contenido de Área Grasa 
(estimado según Siri) de la madre en el puerperio inmediato. 
63 
Tabla 6 Diagnóstico Nutricional según el contenido de Área Grasa 
(estimado según Siri) de la madre en el puerperio inmediato. 
64 
Tabla 7 Diagnóstico Nutricional del Recién Nacido según el Indicador 
Peso/Edad Gestacional 
65 
Tabla 8 Diagnóstico Nutricional del Recién Nacido según Talla/Edad 
Gestacional 
66 
Tabla 9 Diagnóstico Nutricional del Recién Nacido según Índice Ponderal 67 
Tabla 10 Correlación entre los indicadores del estado Nutricional de la 
Madre en el puerperio con el Estado Nutricional del Recién 
Nacido. 
68 
Tabla 11 Riesgo de desnutrición del RN (según Índice Ponderal) en función 
de Porcentaje de grasa corporal de la madre (según SIRI) en el 
puerperio. 
69 
Tabla 12 Riesgo de desnutrición del RN (según Peso/Edad Gestacional) en 
función de Porcentaje de grasa corporal de la madre (según SIRI) 
en el puerperio inmediato. 
70 
Tabla 13 Riesgo de desnutrición del RN (según Talla/Edad Gestacional) en 
función de Porcentaje de grasa corporal de la madre (según SIRI) 
en el puerperio inmediato. 
71 
Tabla 14 Correlación entre el estado Nutricional de la Madre antes del 
embarazo y el estado nutricional en el puerperio inmediato 
72 
 
11 
 
 
RESUMEN 
COMPOSICIÓN CORPORAL MATERNA EN EL PUERPERIO INMEDIATO 
Y SU RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE PROPORCIONALIDAD DEL 
NEONATO EN UNA MATERNIDAD PÚBLICA DE VALENCIA, ESTADO 
CARABOBO, 2007. 
Autor: Angela F. Marino Y. 
Tutor: MSc. María C, Páez V. 
Valencia, Julio 2014. 
 
Problema: Son escasas las investigaciones realizadas para valorar el estado 
nutricional en el período posterior a la gestación. Objetivo: Analizar la relación entre 
la composición corporal materna en el puerperio y la proporcionalidad del neonato, 
en una maternidad pública de Valencia, Estado Carabobo. Año 2007. Metodología: 
El estudio fue descriptivo, correlacional, transversal, de campo y exploratorio. Se 
evaluaron 168 binomios madre-hijo. Las variables estudiadas fueron índice de masa 
corporal (IMC) pregestacional, ganancia de peso gestacional, IMC y porcentaje de 
área grasa (Siri) en el puerperio inmediato, peso y talla del neonato para la edad 
gestacional e Índice Ponderal (IP). Se establecieron correlaciones entre las variables 
maternasy las del recién nacido. Resultados: 21,4% de las madres iniciaron su 
embarazo con déficit nutricional y 11,3% con exceso. 58,1% de las madres tuvieron 
una ganancia ponderal durante el embarazo por debajo de las recomendaciones y 30% 
presentó malnutrición en el puerperio, predominando el exceso (23,2%). 30,4% de las 
madres tenían reservas de grasa inadecuadas, predominando el exceso (18,5%). 
Según IP 22,6% de los neonatos presentó alteración, siendo los porcentajes similares 
para déficit o exceso. El IP se correlacionó significativamente con el IMC en el 
puerperio (r=0,168; p=0,015). Se observó que cuando la madre finaliza el embarazo 
con baja reserva de grasa, su producto tiene un riesgo 5,2 veces mayor de presentar 
desnutrición según IP, 6,4 según peso/edad gestacional. El IMC y el área grasa en el 
puerperio se correlacionaron significativamente con el IMC pregestacional y con la 
ganancia de peso durante el embarazo (p=0,000), Conclusiones: Se encontró 
asociación significativa entre las bajas reservas de grasa de la madre en el puerperio 
con el diagnóstico nutricional del recién nacido. El IMC en el puerperio se 
correlacionó significativamente con indicadores gestacionales y pregestacionales. 
Palabras clave: Puerperio, neonato, Composición corporal, IMC pregestacional, 
Índice Ponderal. 
 
12 
 
ABSTRACT 
MATERNAL BODY COMPOSITION IN PUERPERIUM IMMEDIATE AND 
ITS RELATION TO THE INDEX OF PROPORCIONALITY OF NEWBORN 
IN A PUBLIC MATERNITY VALENCIA, CARABOBO, 2007. 
Author:Angela F. Marino Y. 
Tutor:MSc. María C, Páez V. 
Valencia, July 2014. 
 
Problem: There are few investigations to assess nutritional status in the post-
pregnancy period. Objective: To analyze the relationship between maternal body 
composition in postpartum and newborn in a public maternity hospital in 
Valencia, Carabobo State. Year 2007 Methodology: The study was descriptive, 
correlational, cross, field and exploratory. 168 mother-child pairs were assessed. The 
variables studied were pre-pregnancy body mass index (BMI), gestational weight 
gain, immediate postpartum BMI, percentage of fat area (Siri) postpartum, newborn 
weight and size for gestational age and Ponderal Index (IP). Correlations between 
maternal variables and newborn were established. Results: 21.4% of mothers 
initiated their pregnancy with nutritional deficits and 11.3% excess. 58.1% of the 
mothers had a weight gain during pregnancy below the recommendations and 30 % 
had malnutrition postpartum, excess predominating (23.2%). 30.4 % of mothers had 
inadequate fat reserves, predominantly excess (18.5%). According IP 22.6 % of 
infants had altered, with similar percentages for deficiency or excess. The IP was 
significantly correlated with BMI in the postpartum period (r = 0.168, p = 0.015). It 
was observed that when the mother ends pregnancy with low fat reserves, your 
product has a 5.2 times greater risk of malnutrition according to present IP, 6.4 
according weight/gestational age. BMI and postpartum fat area were significantly 
correlated with pre-pregnancy BMI and weight gain during pregnancy (p=0.000) 
Conclusions: A significant association was found between low body fat mother with 
postpartum nutritional diagnosis of the newborn. Postpartum BMI was significantly 
correlated with gestational and pregestational indicators. 
Keywords: Postpartum, neonate, body composition, pre-pregnancy BMI, Ponderal 
Index. 
 
1 
 
 
CAPÍTULO I 
EL PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN 
1.1. Planteamiento del problema 
El período de posparto o puerperio se inicia aproximadamente una hora 
después del parto, posterior a la expulsión de la placenta e incluye las siguientes seis 
semanas. Constituye una fase de transición importante para la mujer, su recién nacido 
y la familia, tanto a nivel fisiológico, emocional y social; sin embargo, muchas veces 
no se le da prioridad y es relegada a un segundo plano por la maternidad (Bao y cols., 
2010). El estado nutricional en esta etapa está directamente ligado a la composición 
corporal y las variaciones en el mismo repercuten de manera significativa en la salud 
materna, en el producto de la gestación y en la duración de la lactancia. Resulta 
oportuno mencionar que entre los factores que influyen en esta etapa se encuentran el 
índice de masa corporal (IMC) pregestacional y la ganancia de peso durante la 
gestación. 
Cabe destacar, que son escasas las investigaciones que toman como referencia 
el puerperio inmediato. La mayoría valoran la relación de indicadores 
antropométricos maternos pregestacionales y prenatales con los del recién nacido, 
como el de Ota, y cols., (2011), realizado en 2989 mujeres gestantes, donde se 
2 
 
observó que aquellas que iniciaron el embarazo con un índice de masa 
corporal bajo tenían mayor probabilidad de tener recién nacidos pequeños para la 
edad gestacional, sobre todo si la ganancia de peso era inferior a 10 Kg. 
Esto tiene importancia ya que en la últimas dos décadas, se ha encontrado 
considerable evidencia de las asociaciones entre el crecimiento del feto y riesgo de 
enfermedad metabólica en edades posteriores (Boney, Verma, Tucker y Vohr, 2005; 
Whitaker, 2004; Gillman, Rifas, Berkey, Field y Colditz, 2003), lo que sustenta la 
hipótesis inicialmente propuesta por Barker, Eriksson, Forseny Osmond (2002) que la 
desnutrición durante el embarazo y el bajo peso al nacer incrementa el riesgo de 
diabetes y enfermedad cardiovascular en la adultez, por lo que el peso al nacer se ha 
utilizado como un equivalente de la nutrición en el útero; bebés que nacen pequeños 
tienen restringido el acceso a los nutrientes durante el desarrollo (fenotipo 
ahorrativo). En el crecimiento, los individuos que eran pequeños al nacer se asocian 
a una mayor acumulación de tejido graso, en comparación con la acumulación de 
tejido magro, sensibilidad reducida a la insulina y adiposidad central (Wells, 2011; 
Dulloo, 2008). 
El otro extremo, recién nacidos grandes para edad gestacional (superior a 4 
Kg) también se ha asociado con un mayor IMC más tarde en la vida (Oken y Gillman, 
2003), por lo que se ha planteado una variante de la hipótesis de Barker. De acuerdo 
a este concepto, un alto IMC preconcepcional, o una excesiva ganancia de peso 
3 
 
durante la gestación perturba el ambiente intrauterino durante el desarrollo fetal, 
produciendo cambios permanentes en el hipotálamo, células de los islotes 
pancreáticos tejido adiposo y otros sistemas biológicos que regulan el peso corporal 
(Wu y Suzuki, 2006). En el año 2010, Lugwid y Currie demostraron que la alta 
ganancia de peso en el embarazo incrementa el peso al nacer independientemente de 
los factores genéticos. 
En relación a los efectos sobre las madres, muchas mujeres asocian uno o más 
de sus embarazos con el desarrollo de obesidad (Soltani y Fraser, 2000) y diversas 
investigaciones evidencian que el embarazo es un factor de riesgo para la retención de 
peso después del parto, esta retención de peso incrementa los depósitos de grasa a 
nivel central más que periférico (Althuizen,van Poppel, de Vries, Seidelly van 
Mechelen, 2011), aumentando el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedad 
cardiovascular a largo plazo, con impacto sobre la salud (Krummel, Semmens, 
MacBride, y Fisher, 2010). Los factores que contribuyen a estos cambios son el peso 
corporal preconcepcional y el aumento de peso gestacional (Gunderson, 2009; Hatsu, 
McDougald y Anderson, 2008; Linné y Rössner, 2003; Kanadis, 1998). En un estudio 
estadounidense, las mujeres con aumento de peso gestacional por encima de los 
límites recomendados por el Instituto de Medicina (IOM), tenían el doble de 
posibilidad de retener más peso en el posparto en comparación con aquellas que 
obtuvieron una ganancia dentro de las recomendaciones (Kac, Benicio, Velásquez-
Meléndez, Valente y Struchiner, 2004). Resultados similares fueron encontrados en4 
 
México en una investigación realizada por Zonana-Nacach y Rodríguez-Medina en 
el año 2011. 
Por otra parte, existen investigaciones que relacionan el estado nutricional 
materno con la concentración de los componentes de la leche humana, en especial los 
lípidos. Álvarez, Rossell, Cluet, Valbuena y Fuenmayor (2009) demostraron que la 
concentración de grasas y proteínas, así como el valor calórico en la leche madura en 
un grupo de madres desnutridas fueron menores que en el grupo control. De acuerdo 
a investigaciones que se han venido realizando la malnutrición se ha relacionado con 
la disminución de la producción de la leche (Elizondo, Hernández y Zamora, 2011; 
Issler, Cassella, Gomez y Maidana, 2000). 
En cuanto a las madres con sobrepeso u obesidad, estudios epidemiológicos 
han evidenciado que la lactancia materna en éstas es de menor duración que la de 
mujeres con peso normal (Amir y Donath, 2007). 
Es oportuno señalar que aun cuando no existen datos sobre la relación entre la 
adiposidad materna y la interacción y la alimentación de los lactantes y su posible 
contribución a la obesidad infantil, en el año 2005 Rising y Lifshitz, determinaron la 
relación entre el peso corporal de la madre y la composición y los patrones de 
alimentación infantil y la interacción madre-hijo durante 24 horas. Encontraron 
asociación entre un mayor peso corporal y el porcentaje de grasa corporal maternos 
5 
 
con un incremento en la ingesta energética de sus infantes, proporcionada 
fundamentalmente por alimentación complementaria. 
 Después de las consideraciones anteriores, resulta evidente que se requiere 
una mejor comprensión de la relación entre las alteraciones metabólicas maternas en 
el embarazo y la nutrición infantil temprana para ayudar en el desarrollo de 
estrategias de prevención e intervención y en la protección de la descendencia 
nutricionalmente vulnerable que corre el riesgo de malnutrición en el futuro (Ley y 
col., 2010). 
En este orden de ideas, la evaluación nutricional en el posparto, tiene especial 
relevancia debido a que permite conocer la situación nutricional de la madre, predecir 
como afrontará las exigencias de la lactancia, y como éste entorno afectará al recién 
nacido. 
Se requieren métodos fiables para la determinación de cambios en la 
composición corporal materna en las distintas etapas de la reproducción para definir 
las relaciones entre la madre y el producto de la gestación. Entre los requisitos de la 
técnica aplicada deben estar la accesibilidad (poder realizarse en el momento), 
sencillez de manejo, reproducibilidad, no invasividad y facilidad de ser aceptadas por 
el paciente como una técnica habitual de examen, que su costo pueda ser asumido por 
el sistema (aparatos necesarios) y el profesional (tiempo que lleva su realización) y 
por último, que exista evidencia de su utilidad para este fin. La medición de los 
6 
 
pliegues cutáneos y las ecuaciones basadas en medidas antropométricas cumplen 
estos requisitos (Moreno, Gómez y Antoranz, 2001). 
De acuerdo a los razonamientos que se han venido explicando, en términos 
antropométricos, las mediciones reflejan el estado nutricional de la madre e 
indirectamente, el crecimiento del recién nacido y, posteriormente, la cantidad y la 
calidad de la leche materna (Álvarez y col., 2009). 
Llama la atención la existencia de niveles de desnutrición neonatal no 
detectables por los indicadores antropométricos manejados habitualmente como Peso 
y Talla para Edad gestacional, lo que hace prioritario la incorporación de indicadores 
de proporcionalidad (Carrillo, Pérez, Hernández y Herrera, 2010). Uno de los índices 
utilizados para describir la proporcionalidad en los recién nacidos es el índice 
ponderal (peso/talla
3
 x100), denominado también índice de Rohrer, el cual permite 
distinguir a los recién nacidos clasificados como pequeños para edad gestacional 
(PEG) en simétricos o asimétricos y es utilizado en nuestro medio por ser una técnica 
económica y no invasiva (Sánchez, Del Real, Solano y Peña 2005). 
En concordancia con todo lo mencionado, el objetivo del presente estudio fue 
realizar un análisis comparativo de los resultados obtenidos de la evaluación de la 
composición corporal de la madre en el puerperio inmediato y la proporcionalidad del 
neonato, en una maternidad pública en Valencia, Venezuela, con la finalidad obtener 
una herramienta diagnóstica que permita valorar el estado nutricional del binomio 
7 
 
madre-hijo en esta etapa, ya que según estadísticas actuales una de cada cuatro 
mujeres no recibe atención de salud prenatal (UNICEF, 2008), desconociéndose el 
estado nutricional al momento del parto y las consecuencias sobre el producto de la 
gestación, cuya importancia fue destacada en los párrafos anteriores. 
El desarrollo de esta herramienta constituye un instrumento de gran valor 
para la prevención de la malnutrición de la madre y el niño. Si esta es la meta, el 
período perinatal puede ser un importante foco de futuras investigaciones. 
 Por todo lo anteriormente planteado, en el presente trabajo se consideró 
pertinente realizar las siguientes preguntas: 
¿Cuál es la relación entre el Índice de proporcionalidad del neonato y la 
composición corporal materna en el puerperio inmediato, en una maternidad pública 
en Valencia, estado Carabobo, durante el año 2007? 
 ¿Cuál indicador antropométrico materno en el puerperio inmediato fue el que 
mejor se relacionó con el estado nutricional y el índice de proporcionalidad del 
neonato? 
¿Cuál es la relación entre la composición corporal materna en el puerperio 
inmediato, el índice de masa corporal pregestacional y la ganancia de peso en el 
embarazo? 
8 
 
1.2. Objetivos 
1.2.1. Objetivo general 
Analizar la relación entre la composición corporal materna en el puerperio y el 
Índice Ponderal del neonato, en una maternidad pública de Valencia, estado 
Carabobo. Año 2007. 
1.2.2. Objetivos específicos 
1. Evaluar el estado nutricional en el puerperio inmediato en mujeres que 
asistieron a una maternidad pública de Valencia, estado Carabobo. Año 
2007. 
2. Evaluar el estado nutricional pregestacional y la ganancia de peso 
gestacional. 
3. Determinar el estado nutricional y el índice de proporcionalidad del 
neonato. 
4. Relacionar la composición corporal materna en el puerperio inmediato 
con el estado nutricional y el índice de proporcionalidad del neonato. 
5. Correlacionar el estado nutricional y la composición corporal materna en 
el puerperio inmediato con el índice de masa corporal pregestacional y la 
ganancia de peso gestacional. 
 
9 
 
 
1.4. Justificación 
El proceso reproductivo (embarazo, parto, lactancia) que involucra 
directamente al binomio madre-hijo, representa una etapa de gran vulnerabilidad 
desde el punto de vista de la salud y nutrición e impone al organismo materno un gran 
esfuerzo fisiológico. La nutrición materna inadecuada por déficit o por exceso afecta 
la eficiencia reproductiva y compromete la condición de salud de la mujer y del 
neonato, teniendo repercusiones sobre la misma a corto, mediano y largo plazo. 
Durante el control prenatal, se evalúa el estado nutricional de la gestante y el 
mismo se considera como la piedra angular que permite evitar o controlar la 
morbilidad y los causales de muerte perinatal fundamentándose en la detección y 
prevención oportuna de los problemas de salud, sin embargo, no tiene la cobertura 
esperada. 
Un embarazo no controlado impide realizar una adecuada clasificación 
nutricional que permitiría una mejor identificación de los riesgos asociados tanto en 
la madre como en el neonato, por lo que en los últimos años, la salud pública resalta 
la necesidad de la evaluación integral del estado nutricional materno y del infante, lo 
cual implica insumos y recursos humanos no disponibles en todos los niveles de 
atención en saluden países en desarrollo. 
10 
 
Considerando que son pocos los programas de salud destinados a las mujeres 
que se encuentran en el puerperio, resulta imperante la necesidad de diseñar, validar 
métodos y/o herramientas efectivas, de bajo costo y de fácil y rápida aplicación para 
la evaluación nutricional diagnóstica, con el objeto de considerar acciones tempranas 
para la solución de la problemática alimentario-nutricional de esta población 
vulnerable. Los indicadores antropométricos cumplen con esta finalidad. 
La valoración nutricional antropométrica de la madre y el recién nacido es un 
criterio ampliamente utilizado en nuestro medio con fines pronósticos y de manejo 
clínico por tratarse de una técnica económica, sencilla y no invasiva, que permite 
realizar con eficacia el pesquisaje de malnutrición. 
La utilización del peso y la talla para la edad gestacional ha demostrado ser un 
buen indicador para evaluar el estado nutricional antropométrico del neonato, sin 
embargo, la clasificación del estado nutricional del recién nacido utilizando 
únicamente dichos indicadores ha tenido dificultades a través del tiempo, ya que se 
han evidenciado niveles de malnutrición no detectables por esos indicadores por lo 
que es importante la incorporación de indicadores de proporcionalidad para mejorar 
la eficacia en el diagnóstico nutricional del recién nacido y orientar su probable 
etiología. 
Por lo anteriormente mencionado, este estudio se enfocó en la necesidad de 
realizar un análisis comparativo de los resultados que se obtuvieron de la evaluación 
11 
 
de la composición corporal materna en el puerperio y su relación con la 
proporcionalidad del neonato, en una maternidad pública de Valencia, Venezuela, con 
la finalidad obtener una herramienta diagnóstica que permitió valorar el estado 
nutricional del binomio madre-hijo en esta etapa, dadas las implicaciones que tienen 
los resultados del estudio de la composición corporal en las acciones de promoción de 
la salud, tratamiento y prevención de enfermedad. 
 
 
12 
 
 
CAPÍTULO II 
MARCO TEÓRICO REFERENCIAL 
2.1. Antecedentes de la investigación 
La mayoría de las investigaciones evaluaron la composición corporal de la 
madre en el embarazo, pocas en el puerperio y son escasas las investigaciones que 
relacionan el estado nutricional materno y del recién nacido en el puerperio. 
Hecha la observación anterior, Levario y col. (2000) establecieron la 
correlación entre el índice de masa corporal pregestacional y los parámetros de la 
composición corporal medidos por impedancia bioeléctrica (porcentaje de peso graso, 
masa de grasa y peso magro) en 86 mujeres en el puerperio y 90 sanas no 
embarazadas. Concluyeron que el IMC pregestacional es un predictor adecuado de la 
composición corporal en el puerperio. 
Otras investigaciones como la de Carrillo y col. (2010) evaluaron la 
asociación entre el estado nutricional antropométrico materno durante el tercer 
trimestre de gravidez con el estado nutricional antropométrico del neonato en 98 
binomios madre-recién nacido atendidos en el Hospital Público Universitario de 
Caracas y en el Hospital Privado de Clínicas Caracas, Venezuela. Concluyeron que la 
13 
 
circunferencia de brazo materna podría constituir un buen predictor del estado 
nutricional del neonato y recomiendan la incorporación temprana en el monitoreo 
rutinario del control prenatal. 
Igualmente en Venezuela, Sánchez, Del Real, Solano, Peña, y Barón, (2006) 
estudiaron la relación entre el índice de masa corporal (IMC) materno al comienzo 
del embarazo y la antropometría del recién nacido, en 105 binomios madre-recién 
nacidos en una Maternidad pública. Evaluaron el peso y talla en mujeres adultas que 
acudieron al primer control prenatal entre las semanas 10 y 15 de gestación y su IMC 
se caracterizó a través de la referencia de Atalah (bajo peso, normalidad y sobrepeso). 
Los recién nacidos fueron valorados calculando su edad gestacional por el método de 
Capurro y la determinación nutricional se realizó a través de una referencia 
venezolana. Observaron que un 42% de madres iniciaron su embarazo con bajo peso 
y un 13% de los recién nacidos eran pequeños para la edad gestacional. Se evidenció 
una elevada prevalencia de déficit nutricional materno desde el inicio del embarazo, 
así como una relación entre el IMC materno y la antropometría de sus recién nacidos. 
2.2. Bases teóricas 
Al evaluar el estado nutricional materno en el puerperio es importante 
considerar que el ciclo reproductivo se inicia antes de la concepción y continúa hasta 
el primer año después del parto (Rasmussen y Yaktine, 2009), por lo que es necesario 
analizar cada una de estas etapas. 
14 
 
Embarazo 
Se denomina embarazo al período que transcurre entre la implantación en el 
útero del óvulo fecundado y el momento del parto (González y González, 2006). Es 
una etapa durante la cual existe un aumento en los requerimientos nutricionales, y en 
la actualidad se reconoce que es importante cubrir estos requerimientos antes de 
iniciar el embarazo para poder garantizar la salud de la madre y de producto. 
En relación a esto, se necesita un incremento de los requerimientos para la 
formación y crecimiento de nuevos tejidos maternos y de soporte fetal (útero, 
placenta, líquido amniótico), aumento de fluidos extracelulares, depósito de grasa, 
mantenimiento de tejidos y crecimiento del feto (Committee on Nutritional Status 
during Pregnancy and Lactation, 1990). 
A medida que el embarazo progresa se va depositando proteína, grasa, agua y 
minerales en el feto, placenta, líquido amniótico, glándulas mamarias, sangre y tejido 
adiposo. Estos cambios en la composición corporal son indispensables para el 
desarrollo fetal normal. 
Es importante mencionar que algunas patologías que surgen durante el 
embarazo afectan la composición corporal, y los cambios extremos en la misma 
pueden reflejar alguna enfermedad (Ej. el aumento de agua que ocurre en la 
preeclampsia) (González y González, 2006). 
15 
 
Componentes de la ganancia de Peso Gestacional 
A continuación se analizará cada uno de los componentes que influyen en el 
peso de la madre durante el embarazo. 
 
Agua corporal total 
El aumento del agua corporal total se modifica durante la gestación y está 
influenciada por los niveles hormonales. En estudios realizados utilizando 
marcadores como deuterio se observó que en embarazos saludables el incremento es 
de aproximadamente 7 a 8 litros. Tomando como referencia una ganancia de peso 
gestacional de 12.5 Kg el agua corporal total al término del embarazo se distribuye de 
la siguiente manera: feto 2414 g, placenta 540 g, líquido amniótico 792 g, parte del 
útero sin sangre 800 g, glándulas mamarias 304 g, sangre 1267 g y líquido 
extravascular 1496 g. La incidencia de edema no se relacionó con la edad materna, la 
paridad o la estatura; pero las mujeres con sobrepeso presentaron mayor edema que 
las mujeres con bajo peso (IOM y NCR 2009). 
 
Masa libre de grasa 
La acumulación de proteína tiene lugar principalmente en la última etapa del 
embarazo. Según estudios de Hytten (1991), dicha acumulación se da principalmente 
en el feto (42%), aunque también en el útero (17%), sangre (14%), placenta (10%) y 
glándulas mamarias (8%) y representa aproximadamente 1 Kg. 
16 
 
En otras investigaciones realizadas en mujeres embarazadas se estimó la 
deposición de proteínas basándose en la relación potasio-nitrógeno en el tejido fetal 
(Butte y col, 2003; Forsum, Sadurskis y Wager, 1988; King, Calloway y Margen, 
1979; Pipe y cols., 1979). Los resultados de estos estudios revelan que la deposición 
de proteína es de aproximadamente 686 g, sugiriendo que los depósitos de proteínas 
pueden ser menores a los estimados por Hytten. 
Masa grasa 
Las reservas maternas de grasa aumentan con rapidez en la primera mitad del 
embarazo,y después el incremento es menor, para alcanzar entre 3 y 4 Kg de grasa al 
final de la gestación. Esta cantidad de grasa proporciona alrededor de 35 mil 
kilocalorías que son suficientes para ayudar al gasto energético que demanda la 
lactancia (Hytten, 1991). El incremento es inversamente proporcional a la presencia 
de obesidad previa al embarazo (Elizondo y col., 2011). 
La determinación de la masa grasa en el embarazo es técnicamente un reto 
debido a la imprecisión de las metodologías, ya sea por su pobre validez o porque no 
son aplicables durante el embarazo. La medición de pliegues cutáneos no son 
medidas precisas para estimar la grasa en gestantes. Los modelos bi-
compartimentales basados en el agua corporal total, densidad corporal y potasio 
corporal total, no se pueden utilizar durante el embarazo debido al incremento de la 
hidratación de la masa libre de grasa y su aplicación lleva a resultados erróneos en la 
17 
 
estimación de la masa grasa y la masa libre de grasa, por lo que se han elaborado 
fórmulas con constantes corregidas para embarazo (Hopkinson y col., 1997). 
Gran parte de la variación de la ganancia de peso durante el embarazo se 
atribuye al incremento de la masa grasa y otra parte representa el incremento de agua. 
Peso de la placenta 
El metabolismo de la placenta interviene en la ganancia de peso gestacional 
ya que la placenta funciona como un órgano endocrino, y los cambios en su función 
pueden influenciar el metabolismo materno por alteraciones en la sensibilidad a la 
insulina y por procesos de inflamación sistémica (IOM y NCR, 2009). 
Los cambios en la homeostasis materna pueden modificar la estructura y 
función de la placenta e impactar sobre la tasa de crecimiento fetal. Existe una 
relación lineal entre crecimiento fetal y la masa placentaria, el peso del feto y el 
crecimiento de la placenta, tanto al inicio como al término del embarazo. En fetos 
normales y grandes para la edad gestacional existe un incremento en el peso 
placentario en la medida en que avanza la gestación, pero en fetos pequeños para la 
edad gestacional el peso placentario no muestra incrementos a partir de la semana 36 
de gestación, aun cuando puede existir crecimiento fetal. Es lo que se conoce como 
insuficiencia placentaria. Las causas de esta insuficiencia se han relacionado a 
18 
 
trastornos nutricionales o vasculares (hipertensión arterial, vasculopatía diabética) o 
alteraciones anatómicas o a todos ellos (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR 2009.). 
También se pueden presentar diferencias en el peso de la placenta como 
consecuencia del IMC pregestacional: las mujeres obesas tienden a tener placentas y 
neonatos de mayor tamaño en comparación con las mujeres con normopeso (IOM y 
NCR 2009). 
Aproximadamente el 88% del peso placentario es agua, proteína 11% y grasa 
1%. El volumen placentario, al final de la gestación, es de aproximadamente 500 g en 
el embarazo único (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR, 2009). 
Feto 
El crecimiento fetal normal es relativamente uniforme hasta la mitad del 
segundo trimestre y al término no existe una gran variación. La edad gestacional es 
un factor determinante para el crecimiento fetal; pero existen otros factores como la 
edad, la estatura y el peso materno, la ganancia de peso gestacional, la etnicidad y la 
paridad que influencian no solo el crecimiento sino también el patrón de crecimiento. 
Los problemas médicos maternos como la hipertensión arterial, las patologías 
autoinmunes y el fumar disminuyen el crecimiento fetal. La altitud puede reducir 
hasta 339 g de peso al nacer (por hipoxia materna). En contraste con lo anterior, la 
diabetes incrementa el crecimiento fetal y en la última década se ha observado un 
19 
 
aumento en el peso al nacer debido a la obesidad materna (Elizondo y col., 2011; 
IOM y NCR 2009). 
El criterio que se utiliza con más frecuencia para la clasificación de 
crecimiento fetal es peso al nacer en relación a la edad gestacional (Elizondo y col., 
2011; IOM y NCR, 2009): 
 Pequeño para la edad gestacional: peso al nacer menor al percentil 10 
para la edad gestacional. 
 Adecuado para la edad gestacional: peso al nacer entre el percentil 10 y el 
90 para la edad gestacional. 
 Grande para la edad gestacional: peso al nacer por encima del percentil 90 
para la edad gestacional. 
Durante varias décadas, se han propuesto diversos valores de referencia para 
la clasificación nutricional al nacer, existiendo tanto referencias externas (de 
poblaciones extranjeras) como locales (del país o región). Su uso ha generado 
controversias debido a que algunas de ellas no toman en consideración el estrato 
socioeconómico o la raza, otras fueron tomadas hace varias décadas y no se adaptan a 
los valores de los recién nacidos en los últimos años ocasionando algunas 
inconsistencias (Sánchez y col., 2006). Entre las referencias utilizadas se encuentran 
las de Lubchenco, Hansmanh, Dressler y Boyd, (1963); Williams, (1982) 
20 
 
recomendada por la OMS; Oken y Gillman, (2003) y la venezolana de Henríquez, 
Arenas y Guerrero, (1997). 
Para calcular la edad gestacional se puede utilizar el método clínico 
neurológico de Capurro, el cual considera el desarrollo de cinco parámetros 
fisiológicos y diversas puntuaciones que combinadas dan la estimación buscada 
(Sánchez y col., 2006). 
En relación a la composición corporal al nacimiento, el feto humano tiene 12 a 
16% de grasa corporal. El tejido restante es masa magra o masa libre de grasa, que 
consiste fundamentalmente en glucógeno, proteína y agua. La proteína representa 
cerca del 12,8% del peso corporal total o el 15% de la masa libre de grasa; el resto es 
agua (Elizondo y col., 2011). 
Como el peso al nacer, la composición corporal neonatal está relacionada con 
la composición corporal materna y otros factores que la influencian, como los 
genéticos (los fetos masculinos presentan mayor porcentaje de masa magra y los 
femeninos mayor porcentaje de masa grasa); la paridad (se asocia de forma positiva 
con la adiposidad neonatal) y los problemas médicos maternos como diabetes (se ha 
relacionado a un aumento del peso al nacer por incremento de la masa grasa y en el 
neonato macrosómico una significativa disminución de la masa libre de grasa); 
factores ambientales como el tabaquismo disminuye la masa libre de grasa (Elizondo 
y col., 2011; IOM y NCR, 2009). 
21 
 
El IMC pregestacional se ha correlacionado fuertemente con la adiposidad del 
feto, más que la ganancia de peso gestacional (Elizondo y col., 2011; IOM y NCR, 
2009). 
El crecimiento fetal en el embarazo múltiple se ha considerado muy similar al 
embarazo único hasta la semana 30 de gestación, y en el tercer trimestre hay una 
disminución en el crecimiento fetal individual, más evidente en trillizos que en 
gemelos. Existe una tendencia a considerar los embarazos múltiples como un 
“crecimiento restringido” y la corionicidad tiene influencia en el crecimiento fetal, ya 
que los provenientes de gestaciones monocoriónicas (una sola placenta) pesan en 
promedio 66 g menos que los de gestaciones dicorionicas (dos placentas) después de 
haber realizado la corrección por edad gestacional (Elizondo y col., 2011; IOM y 
NCR, 2009). 
Líquido amniótico 
El líquido amniótico comienza a incrementar a partir de semana ocho de 
gestación, a razón de 10 ml/semana. En la semana trece aumentan a 25 ml/semana, 
alcanzando su volumen máximo de 60 ml en la semana treinta y tres. Existe una 
enorme variación en el volumen del líquido amniótico al final del embarazo y este 
compartimiento afecta la ganancia de peso gestacional en aproximadamente 1 Kg, 
siendo un importante componente de la misma (Elizondo y col., 2011). 
22 
 
La disminución del líquido amniótico se denomina oligohidramnios y puede 
ocurrir como consecuencia de patología renal fetal y se ha relacionado con restricción 
en el crecimientofetal. El aumento de volumen del líquido amniótico o 
polihidramnios se relaciona a anomalías estructurales fetales como atresia esofágica 
congénita, anemia fetal, infecciones congénitas y diabetes gestacional (González y 
González, 2006). 
Se han mencionado otros factores que pueden influenciar la ganancia de peso 
gestacional como los psicosociales, los culturales, y familiares pero la evidencia no es 
concluyente (IOM y NCR, 2009). 
Para finalizar, el principal objetivo de la evaluación nutricional durante el 
embarazo es lograr una ganancia de peso adecuada y que la mujer mantenga un 
estado nutricional idóneo durante y después de la gestación. 
Esta evaluación deberá realizarse durante el control prenatal, el cual según la 
Organización Panamericana de Salud (OPS) se define como la serie de contactos, 
entrevistas o visitas programadas de la mujer grávida con integrantes del equipo de 
salud, con el objeto de vigilar la evolución del embarazo y obtener una adecuada 
preparación para el parto y la crianza. 
Se recomienda iniciar la primera consulta de manera precoz para confirmar el 
diagnóstico de embarazo, prevenir patologías o corregir las existentes. Los siguientes 
23 
 
contactos están dirigidos a controlar los cambios fisiológicos que el proceso 
reproductivo imprime en la madre y para verificar que el crecimiento y desarrollo del 
feto se efectúe dentro de los parámetros esperados para su etapa intrauterina. En 
cuanto al número de controles, la OMS enfatiza que no importa la frecuencia sino la 
calidad de los mismos: prescribir en cada visita las intervenciones probadas como 
beneficiosas. Lamentablemente, una de cada cuatro mujeres no recibe atención de 
salud prenatal (UNICEF, 2008). 
Puerperio o posparto 
El puerperio se define como el período comprendido desde el final del parto 
hasta la completa regresión de los cambios locales y generales que experimenta la 
mujer durante el embarazo. Tiene una duración de aproximadamente seis semanas, 
pero en este tiempo no siempre se completa la regresión de todas las modificaciones 
que ocurrieron previamente (González y González, 2006). 
Se divide en las siguientes etapas: 
 Puerperio Inmediato: comprende las primeras 24 horas. 
 Puerperio mediato: abarca del segundo al décimo día. 
 Puerperio tardío: desde el día 11 hasta la sexta semana. 
En este lapso el peso desciende rápidamente debido a la pérdida de líquido, 
seguido de un descenso más lento durante los seis meses siguientes, de manera que 
24 
 
no se espera el regreso al peso preconcepcional en un tiempo menor. Los cambios 
fisiológicos en el peso se dan a razón de 0,5 a 1 Kg/mes durante los primeros cuatro a 
seis meses en mujeres con peso normal, y a razón de 2 Kg/mes en mujeres con 
sobrepeso u obesidad. La pérdida de peso superior y de manera acelerada con dietas 
hipocalóricas no se recomienda. Es importante resaltar que algunos autores señalan 
que hasta un 20% de las mujeres mantienen su peso e inclusive lo ganan (Elizondo y 
col., 2011). 
En relación a la composición corporal, en un estudio donde se realizó 
resonancia magnética a 15 mujeres antes y después del embarazo para determinar la 
masa grasa se encontró que el tejido depositado después de la gestación fue 
fundamentalmente subcutáneo (76%) y la distribución de grasa fue similar a la 
determinada antes del embarazo: 46% en la parte baja del abdomen, 32% en la parte 
alta, 16% en los muslos, 4% en brazos, 1% en tobillos, 1% en muñecas. El sitio 
donde ocurrió mayor movilización de grasa durante el período postparto fue en los 
muslos (Sohlström y Forsum, 1997). 
En lo que respecta a los valores del pliegue cutáneo subescapular y suprailíaco 
disminuyen conforme a la disminución de peso de la madre; mientras que el pliegue 
tricipital no suele mostrar este mismo patrón (IOM y NCR 2009). 
En promedio, a los 12 meses del posparto, aún se retiene 1 Kg, que solo podrá 
disminuirse si se realizan modificaciones en la dieta y en la actividad física. 
25 
 
Retenciones mayores se asocian con un riesgo progresivo de obesidad a largo plazo. 
Las mujeres que más peso retienen son aquellas que obtuvieron mayor ganancia de 
peso durante la gestación. Transcurrido un año del parto, dos tercios de las mujeres 
con IMC preconcepcional elevado disminuyen de peso; el otro tercio mantiene un 
peso sustancialmente mayor. No existe explicación para esta variabilidad (Elizondo y 
col., 2011). 
La retención de peso posparto es la cantidad de peso que se obtiene al restar el 
peso preconcepcional al peso en el posparto. Incluye el incremento en el tejido 
mamario y la masa grasa ganada durante el embarazo (IOM y NCR 2009). 
Algunas investigaciones evidencian que la retención de peso corporal durante 
este período contribuye al desarrollo de trastornos alimentarios y de la imagen 
corporal en la mujer, lo que se ha relacionado con episodios de ansiedad y/o 
depresión. Estos trastornos tienen repercusiones nutricionales tanto en la madre como 
en el infante (Halligan, Murray, Martins y Cooper, 2007; Kim, Moffitt, Taylor, 
Pawlby y Caspi, 2005). 
Por su parte, las deficiencias energéticas, sobre todo en mujeres delgadas, 
producen disminución del volumen de leche materna. No ha sido sino hasta los 
últimos años que se ha puesto énfasis en la influencia del estado nutricional de la 
madre sobre la calidad, cantidad y composición de la leche materna (Elizondo y col., 
2011). 
26 
 
Lactancia materna 
La lactancia materna es la alimentación al seno de la madre y/o con leche de 
la misma. Las modificaciones para el inicio de la lactancia comienzan desde los 
primeros meses del embarazo, pero la producción de leche se inicia en el período 
posparto con la disminución de la concentración del estrógeno y progesterona y el 
aumento de la prolactina. El “Reflejo de Expulsión de la Leche” se inicia con la 
succión del recién nacido (González y González, 2006). 
Si bien se ha descrito que la lactancia materna promueve la pérdida de peso y 
de grasa corporal en la mujer, en la mayoría de los estudios no existen diferencias en 
la retención de peso después del parto entre las mujeres que amamantan por períodos 
de hasta seis meses de duración y aquellas que no lo hacen (Elizondo y col., 2011). 
Sin embargo, en un estudio realizado en 1993 por Kramer se demostró una pérdida de 
peso de 2 Kg más en aquellas que amamantaron por 12 meses en comparación con las 
que lo hicieron por 3 meses. 
Por otra parte, una baja ganancia de peso gestacional está moderadamente 
asociada con dificultad para iniciar la lactancia (IOM y NCR, 2009). 
Determinantes del volumen de leche producida 
27 
 
De acuerdo a estudios epidemiológicos el mayor determinante del volumen de 
leche producida es la demanda por parte del lactante que está influenciada por la talla, 
la edad, el estado de salud del recién nacido y la práctica de la lactancia materna 
exclusiva, parcial o mínima. El aumento del consumo de alimentos por parte de la 
madre con buen estado nutricional no modifica la producción de leche, pero dietas 
inferiores a 1500 calorías se asocia a disminución en la producción de leche, al igual 
que el consumo de alcohol, el hábito tabáquico y la presencia de estrés. Se han 
realizado estudios en animales que han demostrado un incremento en la producción 
de leche con el consumo de proteínas y que el consumo de líquidos en exceso no la 
aumenta (Elizondo y col., 2011; Jensen, 1995). 
Determinantes de la composición de leche producida 
Diversas investigaciones han evidenciado que la madre es capaz de producir 
leche con un adecuado contenido de macronutrientes y minerales, incluso en casos 
donde su consumo se encuentra limitado o por debajo de las recomendaciones de 
ingesta diaria (RDA). Este contenido es mantenido a expensas de las reservas 
corporales y tejidos maternos, por lo un apropiado estado nutricional al inicio de la 
lactanciaes importante para prevenir el deterioro de la salud materna (Jensen, 1995). 
No obstante, varios estudios han demostrado que el tipo y cantidad de ácidos 
grasos si se modifican con la dieta de la madre, además de que el contenido de 
vitaminas, en especial B1, B6, B12, A y D y el de selenio y de yodo suelen ser más 
28 
 
susceptibles a modificaciones y disminuir en mujeres con desnutrición o restricción o 
en ambos casos (Elizondo y col., 2011). 
Consumos de vitaminas superiores a los recomendados por la RDA no se 
asocian a incrementos significativos en la leche materna, a excepción de B6, D, 
selenio y de yodo. Hasta ahora no se cuenta con evidencia para demostrar la relación 
de grandes cantidades de vitaminas y minerales en la leche materna con toxicidad 
para el niño (Elizondo y col., 2011). 
Se ha demostrado también que la composición de la leche materna no se 
modifica cuando se realiza ejercicio físico, pero aumenta el contenido de lactato en 
relación directa con la intensidad del mismo (Elizondo y col., 2011). 
Recién nacido 
El recién nacido es el producto de una gestación de 22 semanas o más, por 
parto o cesárea, desde su separación de la madre hasta los 27 días (González y 
González, 2006). Es muy importante la valoración nutricional en esta etapa ya que 
permitirá la detección posnatal precoz de alteraciones nutricionales, el adecuado 
manejo de los casos y la prevención de complicaciones, tanto perinatales como a 
largo plazo. 
29 
 
Diversos estudios epidemiológicos muestran la relación entre la ganancia de 
peso gestacional y el peso al nacer. Como se ha mencionado anteriormente, una 
ganancia de peso gestacional deficiente se asocia a recién nacidos pequeños para la 
edad gestacional y el incremento por encima de las recomendaciones se relaciona con 
recién nacidos grandes para la edad gestacional. Si la madre tiene un IMC 
pregestacional bajo aumenta el riesgo de tener un infante pequeño para la edad 
gestacional (IOM, 2009 y NCR, 2009). 
En relación a lo anteriormente expuesto, se han realizado investigaciones en 
las últimas décadas sobre los efectos a largo plazo del bajo peso al nacer, 
encontrándose asociación con el riesgo de obesidad central, resistencia a la insulina, 
síndrome metabólico, diabetes tipo 2 y enfermedad coronaria más tarde en la vida. 
Estas asociaciones están potenciadas por la rápida ganancia de peso en la niñez 
(Barker, Osmond, Forsen y Eriksson, 2005; Bhargava y col., 2004). 
Sin embargo, también es importante hacer notar que estudios realizados en 
años recientes han evidenciado que el alto peso al nacer está asociado con obesidad y 
sus consecuencias (IOM y NCR, 2009). 
Un pequeño número de estudios muestran que la ganancia de peso gestacional 
está asociada con la masa grasa del recién nacido, pero existe insuficiente evidencia 
entre ganancia de peso en el embarazo y adiposidad en la infancia (IOM y NCR, 
2009). 
30 
 
En el otro extremo, la ganancia de peso inadecuada durante el embarazo se 
asocia con trastornos en el desarrollo neurológico del recién nacido (IOM y NCR, 
2009). 
Evaluación nutricional antropométrica 
Para la evaluación del estado nutricional es fundamental que se adopten 
técnicas válidas y confiables, que permitan registrar y evaluar las modificaciones para 
ofrecer las recomendaciones adecuadas. Esta valoración suele realizarse 
habitualmente desde una vertiente antropométrica, complementada con el análisis de 
los diversos parámetros bioquímicos. 
La antropometría se define como el estudio de las dimensiones del cuerpo 
humano. Su utilidad en nutrición se basa en la evolución de ciertas medidas 
corporales desde la etapa prenatal hasta la vida adulta y en la evidente relación que 
tienen el crecimiento físico y la condición nutricional (Restrepo, 2000). 
Se fundamenta en la obtención de una serie de mediciones, tanto de 
dimensiones generales del cuerpo (peso y talla entre otras), como de algunos 
compartimientos corporales como masa grasa y masa magra. Estas mediciones se 
relacionan con otras variables como edad, sexo y permiten la construcción de 
indicadores o índices que se pueden aplicar para cuantificar y clasificar las 
variaciones del estado nutricional (Henríquez y Dini, 2009). El indicador es un 
31 
 
instrumento estadístico que se utiliza para medir o evaluar cuantitativamente un 
fenómeno o situación (Restrepo, 2000). 
Las principales ventajas para su uso es que poseen una gran sensibilidad, 
especificidad y valor predictivo. Son técnicas sencillas y económicas. Se deben tomar 
en cuenta los factores que pueden condicionar error diagnóstico: error de medición 
(técnica inapropiada, falta de calibración de equipos, edema, etc.); tipo de indicador 
seleccionado; valores de referencia utilizados para la interpretación de los 
indicadores; puntos de corte empleados para definir “normalidad” (Henríquez y Dini, 
2009). 
Para que la antropometría sea válida y confiable, los examinadores deben ser 
entrenados y estandarizados para disminuir la variación intra e interindividual. Se 
considera que un sujeto está entrenado cuando la diferencia en la medición es menor 
a un milímetro en relación al sujeto que lo entrena. Los equipos a utilizar deben estar 
en perfectas condiciones, calibrados y se deben utilizar marcas oficialmente 
aprobadas para ello (Elizondo y col., 2011). 
Antropometría nutricional de la madre 
Edad cronológica 
32 
 
Debe ser estimada de forma precisa, verificando de ser necesario con algún 
documento. 
Peso corporal 
Es el indicador más usado en cada una de las edades. Los cambios reflejan el 
balance de proteínas y energía. Su medición debe realizarse con una bata liviana, de 
preferencia después de vaciar la vejiga y antes de tomar alimentos, el rango de 
medición de la escala debe ser de 100 g para estimarse los cambios en el peso se 
debe conocer el peso actual y el habitual. A partir de estos se obtiene la pérdida o la 
ganancia de peso. La pérdida de peso indica balance energético negativo o exceso de 
eliminación de líquidos corporales o la combinación de ambos; la ganancia se puede 
relacionar con un balance energético positivo, una acumulación de líquidos o la 
acumulación de ambos (Elizondo y col., 2011). 
En relación a esto, la adecuada ganancia de peso gestacional es fundamental 
para la madre y el producto de su embarazo. Basándose en la clasificación del IMC 
preconcepcional, el IOM sugirió las siguientes recomendaciones para el incremento 
de peso: 
 Bajo peso: de 12,5 a 18 Kg. 
 Normales: 11,5 a 16 Kg. 
 Sobrepeso: 7 - 11,5 Kg. 
33 
 
 Obesidad: 5 - 9 Kg. 
Con el tiempo se establecieron dudas sobre si esta ganancia de peso era la 
adecuada y en el año 2006 el IOM reunió a un grupo de trabajo para considerar la 
influencia del peso pregestacional sobre la salud madre y el niño. Muchos 
participantes sugirieron una revisión de las guías de 1990 debido a los recientes 
cambios demográficos ocurridos, incluyendo el incremento de la obesidad y la 
declinación del bajo peso al nacer (Stuebe, Forman y Michels, 2009). 
En cuanto a las recomendaciones de ganancia de peso gestacional para las 
mujeres de talla baja (< 157 cm) el IOM recomienda tomar el límite inferior del rango 
establecido (ej. si la mujer tiene sobrepeso y el rango recomendado es entre 7 y 11,5 
Kg se aconsejará un aumento de 7 Kg) (Elizondo y col., 2011; IOM, 1990). 
Sin embargo, Rasmussen y Yaktine, (2009), explican que el comité que 
reexaminó las guías no pudo identificar pruebas suficientes para seguir apoyando a 
una modificación de las directrices de la ganancia de peso para las mujeres de baja 
estatura. Aunque las mujeres de baja estatura tuvieron un mayor riesgo de parto por 
cesárea de emergencia, este riesgo no se modificó por ganancia de peso total. Las 
mujeres de baja estatura no tienen un riesgo mayor de tener neonatos pequeños para 
la edad gestacionalo grandes para la edad gestacional o de mayor retención de peso 
después del parto que las mujeres más altas. 
34 
 
Entre los factores asociados a una baja ganancia de peso se encuentran: bajo 
nivel socioeconómico, bajo consumo de energía, uso de drogas o sustancias ilícitas, 
embarazo no deseado, violencia doméstica, anorexia nerviosa, período intergenésico 
corto, madre soltera sin apoyo. 
Por otra parte, los factores involucrados a una ganancia de peso excesiva son 
el consumo elevado de energía, el sedentarismo, la disminución de la actividad física, 
las dietas ricas en carbohidratos simples o con alto índice glucémico y las dietas ricas 
en grasas saturadas (Elizondo y col., 2011; OPS 1990). 
Para la velocidad de ganancia de peso no existe un patrón, ya que durante el 
primer trimestre el aumento es lento y gradual y no se cuenta con evidencia suficiente 
para determinar una ganancia de peso adecuada durante el segundo y tercer trimestre. 
Se recomienda individualizar y estar alerta en la identificación de ganancias de peso 
anormales: menores a 0,5 Kg/mes en mujeres con sobrepeso u obesas, menores a 1 
Kg/mes en mujeres con peso normal y ganancias superiores a 3 Kg en cualquier 
mujer, especialmente si se presentan después de la vigésima semana de gestación. Es 
importante descartar la presencia de edemas (IOM, 2009 y NCR, 2009). 
La recomendación del IOM para la velocidad de ganancia de peso durante el 
segundo y tercer trimestre del embarazo según el IMC pregestacional es la siguiente: 
 Bajo Peso: > 0,5 Kg/semana 
35 
 
 Normales: 0,4 Kg/semana 
 Sobrepeso: 0,3 Kg/semana 
 Obesidad: establecer de manera individual 
 Embarazo gemelar: 0,75 Kg/semana. 
 Se debe tener especial consideración con grupos especiales como las 
embarazadas adolescentes y las que presentan los factores de riesgo para una pobre o 
excesiva ganancia de peso. También es importante considerar el origen étnico. Las 
mujeres afroamericanas tienden a tener recién nacidos de menor peso que las de raza 
blanca, sin importar la edad gestacional (Elizondo y col., 2011). 
En una mujer con peso normal para la talla se estima una ganancia de peso 
neto de 3,35 Kg que servirán para sustentar la producción de leche en la lactancia. 
Este incremento será variable conforme al origen étnico y los factores ambientales 
(Elizondo y col., 2011). 
Talla corporal 
Se mide en posición de pie con la ayuda de un tallímetro. A pesar de lo 
explicado por Rasmussen y Yaktine (2009) en relación a la talla materna y la 
ganancia de peso, Paredes y Calle (2011) refieren que existen estudios que 
demuestran la influencia de la talla materna en la antropometría final del recién 
36 
 
nacido y la consideran un factor a tomar en consideración ya que el peso y ganancia 
de peso materno es modificable mediante la intervención oportuna. 
Talla edad 
Es la relación existente entre la talla obtenida de un individuo y la referencia 
para su misma edad y sexo. El punto de corte para normalidad es > percentil 10 y ≤ 
percentil 90. Se utiliza para el diagnóstico de desnutrición crónica a nivel 
poblacional, pero a nivel individual orienta hacia el diagnóstico de talla baja 
(Henríquez y Dini, 2009). 
Índice de masa corporal 
El IMC se relaciona bien con mediciones de adiposidad en todas las edades, 
aunque es menos preciso en la adolescencia. No distingue entre el peso asociado con 
músculo y el asociado con grasa corporal o acumulación de agua (edema). Tampoco 
indica la distribución de la grasa corporal (Gibson, 2005; OMS, 1995). 
Uno de los parámetros más estudiados es el IMC pregestacional, debido a la 
simplicidad de su cálculo. Sirve como base para establecer metas de ganancia de peso 
y monitorear los cambios en el mismo durante el embarazo (Elizondo y col., 2011; 
OMS, 1995). 
37 
 
El IMC pregestacional consiste en la relación entre el peso en Kg de la madre 
antes de la concepción y la talla en metros elevada al cuadrado. En el reporte de 
Nutrición durante el Embarazo publicado por IOM en 1990 se consideran cuatro 
categorías: 
 Bajo peso < 19,8 Kg/m2 
 Peso normal entre 19,8 – 26,0 Kg/m2 
 Sobrepeso entre 26,1 – 29,0 Kg/m2 
 Obesidad > 29 Kg/m2. 
Los criterios del IOM clasifican más mujeres con bajo peso que los estrictos 
puntos de corte de la OMS, los cuales catalogan más mujeres con sobrepeso y pocas 
como obesas (Rasmussen y Yaktine, 2009). 
Entre los años 1999 – 2004, bien sea con los puntos de corte de IOM o de la 
OMS, cerca de la mitad de las mujeres en los Estados Unidos tenían sobrepeso. El 
incremento del IMC se asocia con riesgo aumentado de diabetes mellitus tipo 2, 
hipertensión arterial, dislipidemias, síndrome metabólico y aumento del riesgo 
cardiovascular (Rasmussen y Yaktine, 2009), así como de retención de peso posparto 
y obesidad (Zonana-Nacach y Rodríguez-Medina (2011); Williams, Najaman, 
Callaway (2010) y Vesco y cols., (2009). 
38 
 
Un aspecto a considerar cuando se utiliza este indicador es que la relación del 
IMC y el peso corporal dependen de la edad y sexo. Las mujeres adultas mayores 
tienden a tener un porcentaje relativo mayor de grasa corporal que las más jóvenes de 
similar IMC. Asimismo, la OMS afirma que existen diferencias étnicas y que cada 
uno de los grupos debe definir sus propios criterios (Elizondo y col., 2011; 
Rasmussen y Yaktine, 2009). 
Tanto el IMC pregestacional como la ganancia de peso en el embarazo afectan 
el crecimiento fetal, pero son pocos los estudios que evalúan a largo plazo el rol de 
estos indicadores antropométricos sobre la salud del infante. 
 
Pliegues cutáneos 
Representan una doble capa de tejido subcutáneo, incluidas una pequeña 
cantidad de piel y cantidad variable de tejido adiposo. Son cuatro: pliegue de tríceps, 
del bíceps, subscapular y suprailíaco. Deben ser medidos con plicómetros especiales, 
como el Lange y los resultados se expresan en mm. Son indicadores de adiposidad, 
pero no son una medida directa. No poseen mucha exactitud en pacientes obesos y no 
estiman grasa intrabdominal (Elizondo y col., 2011; Gibson, 2005). 
Los valores absolutos que se obtienen se comparan con tablas de referencia. 
Un solo pliegue es un pobre indicador de la cantidad absoluta y de los cambios en la 
grasa corporal total, por lo que debe tomarse como una medida cualitativa, pero no 
39 
 
cuantitativa de la cantidad y cambio de la grasa corporal total, ya que se presentan 
variaciones interindividuales en la distribución de grasa, distribución de los pliegues 
y en la compresibilidad con la edad (Elizondo y col., 2011; Gibson, 2005). 
Sumatoria de pliegues 
Se puede realizar la sumatoria de todos los pliegues ya sea mediante fórmulas 
o la utilización de cuadros que traducen la sumatoria de estos pliegues en un 
porcentaje de grasa corporal (Gibson, 2005; Elizondo y col., 2011). 
 
40 
 
Área grasa corporal 
Se puede determinar utilizando la Ecuación de Siri que estima el porcentaje 
de Grasa Corporal a partir de los pliegues cutáneos calculando la Densidad Corporal 
(D) (Gibson, 2005): 
%G = [(4,95 / D) - 4,50] × 100 
Dónde: 
D = Densidad Corporal 
La densidad se calcula usando la fórmula señalada por Durnin y Womersley (1974): 
D (g/cm3) = 1, 1549 - 0, 0678 × log (T + B + SB + SP) 
Dónde: 
T = pliegue tricipital (mm) SB = pliegue subescapular (mm). 
B = pliegue bicipital (mm) SP= pliegue suprailíaco (mm). 
Una vez obtenido el porcentaje de grasa corporal, se puede obtener la masa 
magra restando el valor al 100%. Obtener el valor en kilogramos de ambos 
41 
 
componentes requiere cálculos simples a partir del peso corporal total en kilogramos 
una vez que se conoce los porcentajes de ambos. 
Para la clasificación nutricional de la madre los valores de referencia de 
Frisancho son de utilidad ya que posee distribuciones percentilares para la 
clasificación de composición corporal (Frisancho, 1981). 
Antropometríanutricional del neonato 
Edad gestacional 
Se considera como la edad en semanas a partir del último día de la regla. La 
edad gestacional debe ser valorada con precisión debido a su importancia en la 
interpretación adecuada de las variables utilizadas en la clasificación nutricional del 
recién nacido. Se puede estimar por el método tradicional a partir de la fecha de la 
última regla referida por la mujer o por métodos clínicos como el de Capurro, el cual 
debe aplicarse con estandarización previa de los evaluadores para obtener resultados 
confiables, consiste en sistemas de puntajes que combinan características físicas 
externas y valoración neurológica (Henríquez, 2009). 
Una vez obtenida la edad gestacional el recién nacido es categorizado. La 
clasificación más utilizada es la de Avery (Henríquez, 2009): 
42 
 
Pretérmino o prematuro: recién nacidos con menos de 38 semanas de edad 
gestacional. En este grupo se consideran tres categorías: 
1. Prematuros límite: edad gestacional entre 36 y 37 semanas. 
2. Prematuros moderados: entre 31 y 35 semanas. 
3. Prematuros verdaderos: aquellos con menos de 31 semanas. 
A término: si la edad gestacional está comprendida entre 38 y 42 semanas. 
Postérmino: recién nacidos con edad gestacional mayor a 42 semanas. 
Edad biológica del recién nacido 
Es la edad en semanas o meses a partir del parto, restándole las semanas que 
faltaron para alcanzar la semana 40 de gestación (Henríquez, 2009). 
Peso corporal 
Se debe medir sin pañal y con balanzas con escalas de precisión de diez 
gramos. Se debe garantizar que tanto los miembros superiores e inferiores se 
encuentren dentro de la balanza (Henríquez y Dini, 2009). 
En el neonato se evalúa el peso al nacer, relacionándolo con el valor de 
referencia para la edad gestacional. 
 
43 
 
Talla corporal 
En niños menores de dos años se mide con el paciente acostado y deben 
intervenir dos evaluadores: una persona sostiene manteniendo la cabeza en posición 
perpendicular a la superficie que se mide, adherida al tope superior del equipo; la otra 
persona mantiene al niño con las rodillas y pies bien extendidos, haciendo un ángulo 
de 90 grados con la superficie horizontal., perfectamente pegados al tope inferior del 
equipo. Se Utiliza un estadiómetro. Siempre se relaciona con la edad y se compara 
con los valores de referencia (Gibson, 2005). 
Peso edad 
Es la relación existente entre el peso obtenido de un sujeto a una determinada 
edad y el valor de referencia para su misma edad y sexo. Se utiliza para diagnosticar 
desnutrición actual en menores de 2 años. Debe ser interpretado con precaución 
(puede dar falsos positivos o negativos, ej. niños con talla alta y bajo peso). En recién 
nacidos se usa el indicador Peso Edad Gestacional (P-EG) interpretado aplicando 
valores de referencia basados en edad gestacional (Henríquez, 2009). Los puntos de 
corte son: 
 Adecuados para edad gestacional (AEG): recién nacidos con pesos > p10 
y < percentil 90. 
 Pequeños para edad gestacional (PEG): recién nacidos con pesos ≤ p10. 
44 
 
 Grandes para edad gestacional (GEG): ≥ percentil 90. 
La clasificación basada solo en el Peso Edad (PE) ha presentado problemas a 
través del tiempo por varias dificultades como características genéticas o raciales y no 
todos los pequeños para edad gestacional resultan ser retardo del crecimiento 
intrauterino, por lo que se deben incorporar otros indicadores como talla edad 
gestacional (T-EG), CC para edad gestacional (CC-EG) conocidos como Índices de 
proporcionalidad (Henríquez, 2009). 
Talla edad 
Es la relación existente entre la talla obtenida en un individuo determinado y 
la referencia para su misma edad y sexo. El punto de corte para normalidad es > p10 
y < percentil 90. 
En menores de dos años se utiliza el indicador peso para la edad siempre y 
cuando la talla se encuentre dentro de límites normales. (Henríquez y Dini, 2009). 
Índice ponderal (IP) 
Es considerado también como un indicador de proporcionalidad y por algunos 
autores como indicador funcional. Es efectivo en el diagnóstico precoz de 
alteraciones por déficit del estado nutricional (Henríquez, 2009). 
45 
 
Fue propuesto por Rohrer en 1960 pensando en que “si el volumen 
tridimensional o gravedad específica de un cuerpo es relativamente constante a un 
peso corporal similar, este será proporcional al cubo de la dimensión lineal”, es decir, 
relaciona el peso y la longitud del recién nacido y estima que tan pesado es un niño 
con respecto a su talla (Thompson y Vega, 2000). 
Se determina utilizando la siguiente fórmula: 
IP = Peso (g) x 100 / Talla (cm
3
) 
Para el cálculo de IP se utilizan valores de referencia para sexo y edad 
gestacional. En Venezuela existen distribuciones percentilares de este indicador de 
proporcionalidad, de 37 a 42 semanas para cada sexo; muy útil para la detección de 
alteraciones leves del estado nutricional (Henríquez, 2009). 
Indicadores de composición corporal 
Existen publicaciones que enfatizan la influencia de varios factores como el 
peso al nacer, edad, sexo, edad gestacional y paridad materna entre otros, sobre la 
composición corporal, de allí la necesidad de evaluarla. Sin embargo, hay escasez de 
valores de referencia para las variables e índices que la reflejan a nivel internacional. 
En el país existen valores de referencia de pliegues subcutáneos tricipital, 
subescapular y suprailíaco, así como para áreas grasa y muscular del brazo para 
ambos sexos y de 37 a 42 semanas de edad, pero no hay trabajos que analicen la 
46 
 
efectividad de estos indicadores en la clasificación nutricional de recién nacidos 
(Henríquez y Dini, 2009). 
Valores de referencia 
En lo que se refiere a la evaluación nutricional del recién nacido, las 
referencias de Henríquez tienen las siguientes ventajas (Henríquez, 2009): 
 Incorpora distribuciones percentilares de otros indicadores, 
indispensables actualmente para una clasificación nutricional más 
adecuada. 
 La exactitud del cálculo de la edad gestacional. 
 La toma de mediciones antropométricas por personal entrenado y 
estandarizado. 
 Controles de calidad durante el estudio. 
Debilidad: no puede ser aplicado a menores de 37 semanas. 
En resumen, se puede evaluar de manera indirecta la grasa corporal total y la 
masa libre de grasa al utilizar los pliegues cutáneos y determinadas circunferencias 
tomadas con técnicas estandarizadas. 
 
47 
 
CAPITULO III 
MARCO METODOLÓGICO 
3.1. Tipo y diseño de la investigación 
Según lo planteado por Hernández, Fernández y Baptista (2010), el trabajo de 
investigación que se realizó es de tipo no experimental ya que no planteó la 
manipulación de ninguna de las variables que se estudiaron. Por otra parte, fue de tipo 
exploratorio, descriptivo y correlacional debido a que parte del objetivo que se 
investigó no ha sido abordado en la población seleccionada objeto de estudio, se 
describieron algunas de sus características y se evaluó el grado de correlación que 
existió entre dos o más de las variables analizadas. Además, fue de corte transversal 
en la modalidad de campo, ya que se efectuó en un momento determinado del tiempo 
donde no se realizó seguimiento del comportamiento de las variables analizadas y los 
datos se recogieron en forma directa de la realidad donde se presentaron. El diseño 
empleado fue de campo. 
3.2. Población 
La población estuvo constituida por todas las mujeres atendidas en el 
puerperio inmediato que acudieron a una maternidad pública de la zona sur de la 
ciudad de Valencia, Venezuela, durante el año 2007 y sus recién nacidos. 
48 
 
3.3. Muestra 
La muestra seleccionada fue de tipo no probabilística y quedó constituida por 
168 madres que se encontraban en el puerperio inmediato y sus recién nacidos 
(ambos géneros), seleccionados de la población antes mencionada, que cumplieron 
con los criterios de inclusióny que aceptaron participar en el estudio. 
3.4. Criterios de inclusión 
 Edad de la madre comprendida entre 18 y 35 años de edad. 
 Recién nacido producto de gestación simple de 38 a 42 semanas. 
 Sin patologías asociadas. 
 Madres sin hábito tabáquico o alcohólico. 
 Embarazo Controlado desde el primer trimestre. 
3.5. Procedimiento, métodos e instrumentos de recolección de la información 
La investigación se llevó a cabo siguiendo los principios éticos para las 
investigaciones médicas en seres humanos, según lo promulgado por la Declaración 
de Helsinki (2004). Previo a la evaluación se les informó por escrito a los sujetos el 
objetivo de la investigación, las evaluaciones que se llevarían a cabo y los beneficios 
y riesgos a los cuales se exponían durante la participación en el estudio y se solicitó 
su autorización por escrito (Anexo 1). 
49 
 
3.5.1. Instrumento para la recolección de la información 
Para la recolección de la información se diseñó una historia clínica para la 
madre y una para el recién nacido (Anexo 2 y 3). 
3.5.1.1. Historia clínica 
En la historia clínica se registraron los datos de identificación de la madre y 
del recién nacido, los antecedentes y las variables clínicas y antropométricas que se 
evaluaron. 
3.5.2. Evaluación antropométrica. 
3.5.2.1. Evaluación antropométrica de la madre. 
Para realizar la evaluación antropométrica se midieron las siguientes variables 
e indicadores: 
Variables: 
 Peso pregestacional 
 Peso en el posparto 
 Talla 
 Pliegues cutáneos (bicipital, tricipital, subescapular, suprailíaco) 
50 
 
Indicadores 
 IMC pregestacional 
 Ganancia de peso gestacional 
 IMC en el puerperio inmediato 
 Porcentaje de Grasa corporal 
Peso: se determinó el peso en el puerperio inmediato con la paciente descalza, 
vistiendo ropa liviana (bata desechable), utilizando una balanza marca DETECTO 
previamente calibrada. El peso pregestacional fue referido por la paciente y en caso 
de que las madres no recordaran dicho peso, se utilizó el peso tomado en las primeras 
12 semanas (reportado en la historia obstétrica) como peso pregestacional (Krasovec 
y Anderson, 1991). 
Ganancia de peso gestacional: se calculó, tomando en cuenta la última 
medición del peso antes del parto para cada embarazada menos el peso pregestacional 
en kilogramos. Para considerar si la ganancia de peso fue adecuada o inadecuada se 
compararon los resultados obtenidos con la referencia del IOM: 
 Bajo peso: de 12,5 a 18 Kg. 
 Normales: 11,5 a 16 Kg. 
 Sobrepeso: 7 - 11,5 Kg. 
 Obesidad: 5 - 9 Kg. 
51 
 
Talla: Se midió colocando una cinta métrica de 1,5 m de largo en la pared, a 
partir de 50 cm del nivel del piso, realizando previamente plomada. La paciente se 
colocó de pie, descalza, con la cabeza en el plano de Frankfurt, pies juntos, rodillas 
rectas y con los talones, glúteos y escápulas en contacto con la superficie vertical de 
la pared. Los hombros relajados y los brazos colgando a los lados del cuerpo con las 
palmas hacia los muslos. Se colocó un tope de madera en ángulo recto con la pared, 
sobre la coronilla de la paciente en el momento de máxima inspiración y se registró la 
altura hasta el milímetro más cercano (Gibson, 2005). 
Pliegues cutáneos: Se determinó el pliegue bicipital, tricipital, subescapular y 
suprailíaco con un calibrador de pliegues cutáneos marca Lange, siguiendo la técnica 
descrita por Gibson (2005). 
IMC pregestacional: Se calculó utilizando el peso pregestacional y la talla 
determinada en el puerperio inmediato. Se empleó la fórmula de peso (kg)/talla (m)
2
 
y el resultado se comparó con los valores de referencia de IOM: 
 Bajo peso < 19,8 Kg/m2 
 Peso normal entre 19,8 – 26,0 Kg/m2 
 Sobrepeso entre 26,1 – 29,0 Kg/m2 
 Obesidad > 29 Kg/m2 
52 
 
IMC en el puerperio inmediato: se calculó utilizando el peso y la talla 
determinado en las primeras 24 horas del puerperio. Se empleó la fórmula de peso 
(kg)/talla (m)
2
 y el resultado se comparó con los valores de referencia de IOM: 
 Bajo peso < 19,8 Kg/m2 
 Peso normal entre 19,8 – 26,0 Kg/m2 
 Sobrepeso entre 26,1 – 29,0 Kg/m2 
 Obesidad > 29 Kg/m2 
Porcentaje de Grasa Corporal: se determinó utilizando la ecuación de Siri: 
%G = [(4,95 / D) - 4,50] × 100 
Dónde: 
D = Densidad Corporal 
La densidad se calculó usando la fórmula señalada por Durnin y Womersley: 
 D (g/cm3) = 1, 1549 - 0, 0678 × log (T + B + SB + SP) 
Dónde: 
 T = pliegue tricipital (mm), SB = pliegue subescapular (mm). 
 B = pliegue bicipital (mm) SP= pliegue suprailíaco (mm). 
53 
 
Los resultados se compararon con las tablas de referencia de Frisancho para 
el grupo etario y se utilizó el valor igual o inferior al percentil 25 como punto de corte 
"Bajo", “Adecuado” valores > al percentil 25 e iguales o inferiores al percentil 75 y 
valor > al percentil 75 como el punto de corte "Alto" (Frisancho, 1981). 
3.5.2.2. Evaluación antropométrica del neonato 
Se realizó en las primeras 24 horas del nacimiento y participaron dos 
investigadores entrenados y estandarizados. Se utilizó la técnica descrita por Gibson 
(2005). Se determinaron las siguientes variables e indicadores: 
Variables 
 Edad Gestacional 
 Peso 
 Talla 
Indicadores 
 Peso/Edad Gestacional 
 Talla/Edad Gestacional 
 Índice Ponderal 
54 
 
Edad gestacional: Se determinó por fecha de última regla (FUR) aplicando el 
método de Battaglia que considera la edad gestacional tomando en cuenta la semana 
más próxima (Henríquez y Dini, 2009) y la confirmó personal entrenado usando el 
método clínico de Capurro en las primeras 24 horas del nacimiento. Solo se 
incluyeron en el estudio los que tuvieron de 38 a 42 semanas por ambos métodos. 
Peso: El peso se midió con el niño desnudo en una balanza pediátrica marca 
Detecto debidamente calibrada. 
Talla: Se midió en posición decúbito supino, sujetando la cabeza del niño de 
modo que el vértice del cráneo quedara en contacto con la superficie de medición del 
infantómetro, siguiendo la técnica descrita por Gibson. 
Peso/Edad gestacional y Talla/Edad gestacional: Se construyeron los 
indicadores con el peso y la talla. Los resultados se compararon con tablas de 
distribuciones percentilares venezolanas, que comprenden edades de 37 a 42 
semanas de gestación para cada sexo. En base al indicador Peso/edad Gestacional se 
clasificó a los recién nacidos en las siguientes categorías (Henríquez, 2009): 
 Adecuado para edad gestacional (AEG): Peso > percentil 10 < percentil 
90, de los valores de referencia de peso para cada edad gestacional. 
 Pequeños para edad gestacional (PEG): Peso ≤ percentil 10, de los valores 
de referencia de peso para cada edad gestacional. 
55 
 
 Grandes para edad gestacional (GEG): Peso ≥ percentil 90, de los valores 
de referencia de peso para cada edad gestacional. 
Índice ponderal: Con los datos de las variables antropométricas se construyó 
el Índice ponderal (IP): (Peso g x 100 / Talla cm
3
) y los resultados se compararon 
con tablas de distribuciones percentilares venezolanas, que comprenden edades de 
37 a 42 semanas de gestación para cada sexo. Se clasificó a los recién nacidos de 
acuerdo a los siguientes puntos de corte (Henríquez, 2009). 
 Bajo: ≤p10. 
 Normal: > p10 y ≤ p90. 
 Exceso: > p90. 
3.5.3. Control de calidad 
Para la recolección de los datos se utilizaron instrumentos calibrados antes de 
iniciar la evaluación. 
Las mediciones de los recién nacidos fueron realizadas en su totalidad por 
investigadores, entrenados y estandarizados para tal fin. Además, se realizó un 
control de calidad periódico, siguiendo las técnicas y procedimientos establecidos 
internacionalmente, respetando el orden de las mediciones y realizando la duplicación 
de las mismas. 
56 
 
3.5.4. Análisis Estadístico 
Los resultados obtenidos se expresaron y tabularon en términos de media, 
desviación

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