Logo Studenta

ElManantialnotienequepreguntarporelcamino

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

EL MANANTIAL NO TIENE 
QUE PREGUNTAR
POR EL CAMINO
Bert Hellinger
1
El manantial no necesita preguntar por el camino
Un libro de consulta
Título original: Die Quelle braucht nicht nach
dem Weg zu fragen
© 2001 Bert Hellinger
© 2007 edición en castellano, Editorial Alma Lepik
Traducción: Rosi Steudel
1a. edición: agosto de 2007
ISBN 978-987-23174-5-4
Alma Lepik
Editores
editorialalmalepik@fibertel.com.ar
www.hellingerargentina.com.ar
Quito 4231 - Buenos Aires
2
ACERCA DE ESTE LIBRO
Acerca de este libro
El camino del entendimiento
Introducción
La verdad Dialéctica
Percepción y pensamiento
El proceso de entendimiento fenomenológico
Comprensión a través de renuncia
Psicoterapia científica y fenomenológica
La vastedad
El todo
La fuente
Escuchar y mirar
Comprensión y acción
Percepción y duda
Modelos de pensamiento y modelos de 
destino
La interrupción de los modelos
Luz y oscuridad
Discípulos y maestros
Comprensión y purificación
La noche del espíritu
Sabiduría
Sentimientos
Introducción
La diferenciación de los sentimientos
Los meta-sentimientos
Rabia, desesperación, amor
El odio
El alma
Introducción
El alcance del alma
Historia: El camino
Los órdenes del alma
Enfermedad y alma
La enfermedad, el alma, el Yo
Dimensiones del alma
El sentido de la vida
Mellizos
El servicio
La memoria de Auschwitz
Recuerdo que termina y une
Los asesinos son atraídos por sus víctimas
La paz para perpetradores y víctimas
Buenos y malos
Héroes sin riesgo
Prestar atención al alma
Fluir con el alma
Higiene del alma
La indiferencia
No hay aprendizaje equiparable a la riqueza 
del alma
Destino
Conciencia y destino
La conciencia personal
La conciencia colectiva
Destino y libertad
Vida plena
Destino y fe
Destino y alma
Tomar la vida
Introducción
La felicidad
Formas de vivenciar la felicidad
El camino de la felicidad
Autorrealización y perfección
Sanación y gracia
Los límites de la conciencia
Culpa e inocencia
La paz
Sobrevivir la supervivencia
Tomar sin soberbia
Soldados y guerra
Asentir a la patria
La bendición
La nueva vida luego de una salvación
El agradecimiento
La compensación
El olvido
El regalo
Ser y tiempo
Historia: La Plenitud
Hombres y mujeres
Introducción
Hombre y mujer
Dar y tomar en la relación de pareja
Intercambio y amor
El futuro
Ánimusy ánima
Lo masculino y lo femenino
La fuerza plena
El beso
Unidad y diversidad
Cómo se logra el amor
La mirada a lo tercero
La relación de pareja tiene prioridad ante la 
paternidad
Los órdenes en una familia ensamblada
En el matrimonio, parejas anteriores de los 
padres son representadas por hijos
3
Incluso relaciones anteriores desconocidas 
tienen influencia en los hijos
Matrimonios entre cónyuges provenientes de 
países diferentes
Matrimonios con un mellizo
La gran felicidad requiere coraje
Desdicha y felicidad
Permitir que el amor crezca
El verdadero valor
Imágenes del amor
Miedo y anhelo
Miedo ante el amor
Lo íntimo
Lo maternal y lo paternal entre hombre y 
mujer
Escuchar y ver en la relación de pareja
Opinar y percibir
Triunfo y celos
Venganza con amor
El nuevo comienzo
Soltar
La separación
La separación humilde
El dolor por la separación
Felicidad y grandeza
Esterilización y relación de pareja
La vida plena
Amor en nuestros tiempos
Amor y orden
El vínculo con la familia de origen
Amor y alma
Enamoramiento y amor
Soluciones
La consumación
Amor y respeto
Amor y existencia
Los órdenes en la familia
Introducción
El derecho de pertenencia
¿Quiénes pertenecen al sistema familiar?
Los malos y los buenos en la familia
La perfección
Tomar a los padres
La reverencia ante los padres
Paz a través de humildad
Padre e hijo
La vida es más grande que los padres
Culpa y soberbia
Los órdenes del amor entre padres e hijos
El amor de los hijos
Amor y poder
Amor e impotencia
Luchas de poder
La bendición
El cuidado de los padres ancianos
Hijos muertos a edad temprana
Vivos y muertos
La muerte de hijos
Reproche como sustituto del duelo
Idealización como sustituto del duelo
Duelo soberbio y duelo humilde
Los nombres de los muertos
Muertos excluidos
Hijos que fueron dados
La expiación
Secretos familiares
Discapacidades en la familia
Hijo discapacitado
Hermano/a discapacitado/a
Hijo/a afectado/a por Contergan
Discapacidad de uno de los miembros de la 
pareja
Discapacidad de los padres
Fuerza que surge de una discapacidad
El orden de origen
Golpear en reemplazo
Luego de un divorcio, ¿cuándo está un padre 
dispuesto a mantener a sus hijos?
Honrar a los padres
Honrar o someterse
Orden y amor
Amor y vida
Muerte temprana de padre o madre
El león
Cómo honrar a los padres fallecidos
Heridas
La soberbia
El dolor de la separación
La despedida
Orden en sintonía
Lo que en las familias enferma y lo que sana
Introducción
Amor que enferma y amor que sana
Proverbio: Felicidad Dual
Senderos para una nueva orientación
Psicoterapia y medicina
Enfermedad y orden
Enfermedades como procesos sanadores para 
el alma
Cáncer
Anorexia y bulimia
Comer y ayunar
Adicción a la comida
Alergias
Asma
Depresiones
Dinámica familiar en psicosis
Las constelaciones familiares
4
Movimientos del alma
El amor
La solución
El movimiento amoroso interrumpido a 
temprana edad
Lo que lleva a neurosis
La muerte en el parto
Amor mágico y amor sabio
Respeto ante el límite
El vínculo
Hijos con discapacidades severas
Enfermedad y compensación
Incesto
La solución para la próxima generación
Respeto en lugar de expiación
Morir en representación
La línea final
Las constelaciones familiares y los 
movimientos del alma
Introducción
Las constelaciones familiares
Lo que provocan las constelaciones familiares
Qué debemos tener en cuenta al constelar
El alma indica el camino
Acerca de cómo proceder en las 
constelaciones familiares
Las preguntas tipo
La seriedad
La forma de proceder sistémica
Mantenerse en lo esencial
El campo de fuerzas
Confiar en el campo de fuerzas
Reparar o permitir el crecimiento
La sanación como regalo
Atención ante los controles del éxito
El coraje hacia la verdad tal como aparece
Curiosidad quita dignidad
Contactar el amor en el alma
Los límites de las constelaciones familiares
Los vivos y los muertos
Conocimiento por compartir un alma común
Ayudar en sintonía
Sentimientos propios y ajenos
¿Cuan auténticos son los representantes?
Representación y yo
La prioridad de lo grande
Una de las realidades
Las interpretaciones limitan
El efecto en miembros familiares ausentes
Cuándo detenerse
Mirar hacia adelante con los padres a las 
espaldas
La consideración
Minimalismo
La acción sigue al alma
Dejar atrás la imagen de la constelación
Efecto sin actuar
El centro vacío
El instante sostiene
Soluciones cual fruta madura
Solución y renuncia
Solución a través de soltar
Las frases de solución
Las profundidades del alma
"Aún me quedo un poco más"
Lo común y lo liviano
La sanación del alma familiar
El rayo
Cómo se logran las constelaciones: Un 
resumen
El camino del entendimiento
El procedimiento
Las constelaciones familiares
El cliente
El terapeuta
Los representantes
Las preguntas
Centrarse
Las señales
La sinceridad
El comienzo
El procedimiento
Constelaciones concentradas
El espacio
La participación
El campo de fuerza
Los muertos
El alma
El amor
La compensación
La prioridad de los anteriores
La integridad
Las soluciones
Historia: Dos tipos de saber
Constelaciones familiares y los movimientos 
del alma
Los órdenes de la conciencia colectiva
Los órdenes de la conciencia personal
Movimientos opuestos de las dos conciencias
Los movimientos del alma
Experiencias con los movimientos del alma
Ejemplo: Mujer enferma de cáncer
Ejemplo: Israelitas y palestinos
Ejemplo: Mujer adicta a la comida
Los muertos
Ejemplo: Mujer que murió en el parto
Ejemplo: Mujer indígena cuya hermana tuvo 
un accidente fatal
5
Los ancestros
La muerte
Ejemplo: El miedo ante la muerte
El futuro
Ayudar y solucionar
Introducción
Soluciones sin problemas
Intuición y solución
Las soluciones siguen al amor
La descripción de un problema lo mantiene en
Apartarse sirve para la solución
Las limitaciones de las accionesque ayudan
Mirar el tiempo que queda
En sintonía con la muerte
Vínculo y progreso
Actitudes terapéuticas fundamentales
La ronda
Dos tipos de ayuda
El respeto
La discreción
La resistencia
Consecuencias que duran
Compartir el sufrimiento
La integridad
Psicoterapia en sintonía
Cuentos e historias
Introducción
Destinos en el espejo de cuentos e historias
El verdadero tema
La ilusión
El punto de inflexión
Los vacíos
Las estrategias engañosas
La transferencia
El lugar en la vida
Los síntomas
Las soluciones
Contrahistorias
Ejemplos de contrahistorias
Ayudar a los niños mediante historias
Enuresis
Estreñimiento
Encopresis
Niño obstinado
Religión
Introducción
Las religiones
La otra fe
El respeto ante el secreto
Quedarse quieto
Imágenes de Dios
Crítica a la iglesia
El bien más preciado
Movimientos del alma
Vida y muerte
Recogida y muerte
Vivos y muertos
Ir y venir
El movimiento hacia la muerte
Tomar y soltar la vida
Muerte y culminación
El respeto ante los muertos
Los que murieron temprano
Abortos
La muerte es más grande que la vida
Muerte violenta
Donación de órganos
Morir y muerte
El origen primario
La muerte temprana
Muerte y reconciliación
El miedo ante la muerte
Paz con los muertos
Imágenes de muerte y vida
La prioridad de la vida
El alma
La marcha hacia los muertos
Mientras tanto
Vivir hasta el final
Palabras finales
La vida continúa
La felicidad
Nuestros títulos
6
Los textos reunidos en este libro datan en su mayoría de los años 1992 a 2000. Tienen un contexto 
en común ya que los presenté durante cursos sobre constelaciones familiares como introducción o 
como explicaciones intercaladas o como síntesis de lo que había transcurrido. También son 
respuestas a preguntas surgidas durante esos seminarios o en entrevistas o en una conferencia. 
Dado que los cursos y las conferencias fueron registradas, se ha mantenido el tenor de las mismas 
y aquí sólo fueron ligeramente revisadas.
Es decir que aquí se trata de exposiciones realizadas en un contexto, por lo que siempre se refieren 
a una situación concreta. El contexto les da color y vida. Por ese motivo tampoco tratan el tema en 
su totalidad sino solamente en la medida en que la situación o la pregunta lo justifican. Algunas 
declaraciones se asemejan pero, sin embargo, son diferentes ya que fueron enunciadas en una 
situación diferente. Solamente en el capítulo "Cuentos e historias" he procedido a ordenar el tema 
de forma sinóptica.
Quizás algún lector eche de menos un resumen o una teoría abarcativa. ¿Pero, qué ganaríamos 
con ello realmente? Aquel que, como un pescador, atrapa muchos peces en su red, ciertamente es 
dueño de ellos pero, lamentablemente, ya no nadan. Hablando metafóricamente, en este libro es 
posible ver a cada pez todavía nadando.
El resultado que obtuve con estos textos al decirlos se describe en una historia en la que un 
discípulo le pregunta al maestro acerca de la libertad.
El maestro dijo: "Algunos piensan que son ellos mismos los que buscan la verdad de su alma. Pero 
la Gran Alma piensa y busca a través de ellos. Al igual que la Naturaleza puede permitirse muchos 
errores, ya que sin esfuerzo sustituye a los jugadores equivocados por otros nuevos. A aquel, sin 
embargo, que deja que sea ella la que piense, a veces le concede algún margen de movimiento, y 
como el río lleva al nadador que se entrega a sus aguas, también ella lo lleva a la orilla, uniendo 
sus fuerzas a las de él".
Esta obra es un libro de consulta ya que he repasado una vez más todos los cursos documentados 
para elegir aquellos párrafos que no han sido tenidos en cuenta en otras publicaciones. 
Complementan a aquéllos de múltiples formas. Sin embargo, cada texto tiene peso propio. Es 
posible comprenderlo sin necesidad de tener que referirse a otros pasajes.
Para facilitarle la orientación al lector he ordenado las declaraciones por tema y para cada 
asunto he escrito una introducción.
Bert Hellinger
7
EL CAMINO DEL ENTENDIMIENTO
INTRODUCCIÓN
Este capítulo introduce las actitudes básicas que nos llevan a una comprensión más profunda, 
sobre todo a la comprensión hacia posibles soluciones. Estas actitudes básicas son: la falta de 
intencionalidad, el valor, la apertura para recibir lo nuevo, lo desconocido; la discreción y el 
asentimiento hacia aquello que se muestra, incluso cuando nos exige lo último. Las palabras clave 
son: camino de entendimiento fenomenológico, proceder fenomenológico, la verdad como algo que 
nos es dado y que, cuando aparece, nos obliga a actuar.
La Verdad
La verdad es algo que, como un rayo, surge súbitamente desde lo ausente a lo presente y luego 
vuelve a sumergirse en lo ausente. Es decir, resplandece, por un instante, y desaparece. En el 
momento del destello es totalmente válida. De eso no queda duda alguna. Pero si yo eso lo 
generalizo le quito reconocimiento a la esencia de la verdad y de la comprensión. Pretendo que el 
instante sea eterno y de esa manera dejo de reconocer que la verdad es fugaz. Ella es un bien fugaz.
Sin embargo, en el instante en que aparece su destello es plenamente válida. Por esa razón la 
objeción a esa verdad que resplandeció siempre llega tarde. Llega cuando la verdad ya ha 
desaparecido.
PARTICIPANTE Pero por supuesto también es un destello muy subjetivo.
HELLINGER Justamente no lo es. Esa es la diferencia. Cuando surge aquí en las constelaciones 
familiares todos la pueden ver.
PARTICIPANTE Pero sólo una vez que tú lo has construido.
HELLINGER Yo no lo he construido. Yo lo veo. Resplandece, súbitamente. Aquí, en esta última 
constelación por ejemplo, de repente vi que tiene algo que ver con ese hijo que fue abortado. 
Repentinamente eso era una verdad. No la construí, la percibí.
PARTICIPANTE Pero para la persona con la cual trabajabas luego lo construiste configurando al 
hijo.
HELLINGER Aquel que construye casi siempre está errado. Porque la construcción no llega hasta 
el alma, llega solamente a la cabeza. Esa es una diferencia muy importante. Yo me doy cuenta 
estando en una situación, por ejemplo, y me aparece ese destello, expreso eso y luego lo único que 
necesito hacer es mirar los rostros para saber si es cierto. El efecto nos permite hacer la lectura 
inmediata y así saber si llegó al alma. Pero ni bien pienso algo, incluso ya lo formulo en mi cabeza 
y luego lo digo, me doy cuenta de que no hay reacción. No ha llegado al alma.
Con relación al constructivismo también cabe preguntarse: ¿Cómo puede ser que una construcción 
tenga efecto y otra no lo tenga? Debe actuar algo que va más allá de la construcción. Caso contrario 
no sería posible que una tenga efecto y otra no. Las dos deberían tener el mismo efecto, o ninguna 
de las dos debería tenerlo.
PARTICIPANTE Al configurar una familia se pone de manifiesto el orden que falta y luego tú 
dices que ha concluido la terapia. ¿De qué forma se daría la constelación si esa persona configurara 
nuevamente?
HELLINGER Aquel que constela otra vez quizás busca volver a recuperar la verdad desaparecida, 
y eso no funciona. Ya se fue. Por lo tanto, sólo puedo volver a hacerlo si ha surgido alguna 
información completamente nueva o si en lugar del sistema actual también debe ser configurado el 
sistema de origen, o viceversa. En ese caso se agrega algo nuevo.
Dialéctica
Luego de la dialéctica la comprensión avanza en tres pasos. Primero está la tesis, luego ésta cambia 
para transformarse en antítesis, y de estas dos surge la síntesis. Esta vuelve a convertirse en tesis, 
pasa a ser la antítesis y lleva a otra síntesis. Sin embargo, eso sólo se logra si la antítesis no 
solamente es una opinión o una objeción sino una comprensión nueva. Eso hace una gran 
diferencia.
8
Si durante un diálogo una persona comparte una comprensión o una experiencia acerca del amor y 
la otra persona tiene una comprensión y experiencia diferentes, entonces, en el sentido de la 
dialéctica,aquí se trata de una antítesis que, no obstante, permite derivar en una síntesis que 
enriquece a ambas.
Con frecuencia, cuando una persona tiene una comprensión y la comparte como tesis, hay otras 
personas que formulan una objeción como antítesis que debe cuestionar a la tesis. De esa forma 
tratan a la tesis como si fuese únicamente una opinión quitándole así la fuerza, incluso en el caso en 
que ésta se sustente en un concepto y únicamente lo esté describiendo.
La palabra clave para ese tipo de antítesis es el "pero". Mediante el "pero" se le quita valor al 
concepto inmediato. Si yo por ejemplo contemplo una montaña y digo "pero" ya no la puedo 
contemplar bien, aunque siga estando allí. Con mi "pero" le quito algo de su grandeza y de su 
fortaleza.
Hacer objeciones es posible siempre, sin el esfuerzo de la percepción y sin la paciencia dispuesta a 
esperar hasta que se presente la nueva comprensión o experiencia. Esa también es la razón por la 
que la objeción es tan veloz. La comprensión, por su lado, requiere tiempo.
Quiero agregar algo más con referencia a la dialéctica. Cuando una persona piensa o expresa una 
objeción tiene una sensación de libertad. Puede tener la objeción casi como a discreción, sin tener 
que regirse por nada. De esa manera, en los pensamientos, la libertad es muy grande y está ligada a 
una sensación de poder. Sin embargo, cuando una persona así luego quiere actuar de acuerdo a su 
objeción, su libertad es muy pequeña. Una vez formuladas todas las objeciones posibles en contra 
de una comprensión y una experiencia de otros, ¿qué es lo que realmente puede hacer que vaya más 
allá de la comprensión de los otros? Y viceversa, aquel que renuncia a todas esas objeciones en el 
pensamiento no es libre. En su pensamiento tiene sólo un margen muy reducido porque se rige 
según la realidad percibida. Pero en la acción tiene muchas posibilidades.
Percepción y pensamiento
Existen muchas formas para acceder a la verdad. Yo personalmente sigo un camino al cual 
conozco, pero además de éste también hay gran cantidad de otros caminos. Porque es curioso que 
haya tantos compositores sin que nunca uno encontrara la misma melodía que alguno de los otros. 
Cada uno tuvo su propia comprensión. Cada melodía era distinta y cada una es linda a su manera.
Con relación a una misma cosa no hay dos personas que puedan tener la misma comprensión. 
Cuando las dos tienen una comprensión especial, una es algo diferente a la otra. La plenitud no 
permite que se la limite a un solo camino.
Una comprensión surge de la percepción. Algunos tratan de evitar la percepción manifestando una 
afirmación, o haciendo una objeción que sólo la piensan sin ver lo que están afirmando. Eso es algo 
barato, cualquiera puede hacerlo, incluso el necio. Pero cuando una percepción se suma a una 
percepción, ambas se complementan mutuamente.
Pensar sin percibir significa girar continuamente alrededor de lo mismo, de lo conocido. No puede 
resultar ninguna comprensión únicamente desde el pensamiento. La comprensión surge de la 
percepción, y luego le sigue el pensamiento. Por lo tanto la comprensión comienza con la 
percepción y continúa en el pensamiento.
El proceso de entendimiento fenomenológico
Lo que muestro aquí es psicoterapia fenomenológica. La fenomenología es un método filosófico, 
un método filosófico antiguo. Requiere una gran autodisciplina. Para esclarecerlo contaré algo 
acerca de mi persona.
Me había propuesto comprender, por ejemplo, lo que es conciencia y cómo funciona la conciencia. 
Entonces lo primero que se debe hacer según el método fenomenológico es olvidar todo lo que uno 
haya escuchado acerca de eso, es decir, en este caso, acerca de la conciencia. Se prescinde de lo que 
hasta el momento se sabe sobre el tema. Eso produce un vacío interno. El próximo paso es que 
tampoco se tenga ninguna intención, tampoco la de hacer un gran descubrimiento. Es decir que uno 
prescinde de todo y se expone a la conciencia como uno se expone a la oscuridad. Luego, se espera. 
Con relación a la conciencia pasé años esperando. Simplemente me iba exponiendo una y otra vez: 
¿Cómo actúa la conciencia realmente? ¿Qué ocurre en mi interior cuando siento la conciencia? 
9
¿Qué ocurre en los otros cuando sienten la conciencia? ¿Y qué ocurre cuando no sienten nada y a 
pesar de ello actúan como impulsados por algo? Luego, tras varios años, desde la oscuridad surgió 
la primera comprensión acerca de la conciencia. Repentinamente concebí lo que es conciencia. 
También me di cuenta de que hay varias conciencias, a distintos niveles, y de que esas conciencias 
obedecen a ciertos órdenes. En el fondo, son los órdenes del amor.
Sin embargo, es imposible aprehender eso que aparece. Comprendí las conciencias sólo hasta cierto 
punto y me doy cuenta de que detrás hay algo que no comprendo. Tampoco pretendo comprenderlo 
sino que dejo que aquello que comprendí vuelva a sumergirse. Dado que yo simplemente me 
expongo a eso tal como surge y tal como vuelve a sumergirse me encuentro en un movimiento y 
cada vez voy teniendo una perspectiva distinta dentro de ese movimiento. De esa manera, en la 
práctica puedo manejarme con la conciencia allí donde se manifieste. Eso es lo que me quedó en 
claro acerca de ese método fenomenológico.
La fenomenología se basa en otro concepto de la verdad, o una vivencia de la verdad diferente a la 
que estamos habituados. A menudo uno quiere comprender la verdad y luego considera que es 
inamovible y eterna. Quizás uno piense: Yo mismo la he descubierto, ahora la tengo en mis manos 
y con esta verdad domino un problema o incluso el mundo. Es un proceso curioso el que se 
despliega internamente con este tipo de verdad.
Pero esa verdad a veces está sólo en el pensamiento. Entonces hay una controversia entre aquellos 
que piensan que eso es la verdad y los otros que piensan que lo otro es la verdad, y cada uno opina 
que la tiene arrendada. Así, la verdad se vuelve el balón de juego de las luchas de poder. Todos 
conocemos ese tipo de controversia.
El caso de la verdad fenomenológica es completamente distinto. Esta verdad aparece, fugazmente, 
tal como lo hemos visto a menudo aquí. En ese momento algo sale a la luz y se ve un brillo. Pero 
cuidado con querer alcanzarlo, ya que desaparece de inmediato. Buscar trabajar a fondo, por 
ejemplo, es esa forma de querer alcanzarlo. O el temor ante lo que pueda ocurrir cuando se muestre 
como ese "querer llegar", pero de otra manera. Ahí uno quiere que el brillo desaparezca. Pero si me 
encuentro en la actitud fenomenológica, la verdad tiene el permiso de aparecer tal como ella quiera. 
La miro, me inclino ante ella y permito que vuelva a partir. Mediante su aparición, su efecto es 
mucho mayor que hablar de ella. Simplemente está y luego se vuelve a ir.
Esa también es la razón por la que vuelve a aparecer siempre de forma distinta, jamás es la misma. 
El terapeuta se alegra cuando viene, y cuando se va, permite que se vaya. Es como con la felicidad. 
Uno se alegra cuando viene, y cuando se va, permite que se vaya.
Por lo tanto, ahí tampoco hay controversias. Qué habría de controvertido. Una verdad emerge, 
todos la pueden ver, y vuelve a hundirse. Aquello que ha emergido actúa en el alma, pero no sé 
cómo. Si yo persigo a un paciente y le digo: "Ahora tenemos que ver de ordenar eso un poco más", 
entonces aquello que emergió se retira. Es banalizado, y del fuego quedan tan sólo las cenizas.
Es decir, en este tipo de terapia se trata sobre todo de una actitud básica, se trata de la actitud 
fenomenológica básica de devoción, devoción ante la realidad. De esa manera tampoco existe la 
tentación de querer manipular la realidad que sale a la luz, o de querer suavizarla o también de 
agravarla, ni uno ni lo otro. Siento la devoción ante ella y luego continúo con mi trabajo habitual. 
Bien, esa sería la psicoterapia fenomenológica. Espero haber aclaradoun poco ese tema.
Comprensión a través de renuncia
En sus orígenes, el método fenomenológico es un método filosófico. Se trata de que alguien se 
expone a una cosa sin intención, sin temor. Y que se olvida de todo lo que sabe sobre ese tema 
hasta el momento. Se expone a un contexto oscuro y repentinamente comprende la esencia de un 
tema.
Cuando trabajo con una familia me expongo a ella tal como es, sin intención, también sin la 
intención de ayudar. Y sin temor ante las consecuencias de lo que digo o hago. Al retirarme de esa 
manera repentinamente veo por donde va la cosa. A menudo, no siempre, por supuesto. También 
aquí permanezco limitado. Esa es la manera de trabajar fenomenológicamente. No se basa en teoría 
alguna ni en la experiencia anterior sino que trabaja solamente con el instante. Eso es muy difícil 
porque la terapia es un nuevo riesgo una y otra vez.
10
La forma de proceder fenomenología es sin intención, sin conocimientos, sin temor. Mira lo que 
une a todo aquello que aparece; se sostiene y es guiada por el fundamento y el límite de toda 
volición. En realidad saca lo último a la luz. Por lo tanto, la terapia sólo concluye cuando saca eso 
último a la luz y cuando, en la profundidad, une a alguien con eso último. La verdad aquí se vuelve 
el acontecimiento y culmina a través de la ejecución.
Psicoterapia científica y fenomenológica
Hasta cierto punto la psicoterapia fenomenológica está en oposición a la psicoterapia científica. 
Mediante experimentos, la ciencia experimental busca descubrir modelos que puedan ser repetidos, 
de manera que la misma forma de proceder obtenga siempre el mismo resultado. En el caso de las 
ciencias naturales es relativamente fácil lograr que aplicando el mismo experimento se logren los 
mismos resultados. En el alma eso no es posible.
Si uno desea hacer psicoterapia científica y desea investigar científicamente lo que ayuda, hay que 
encarar los experimentos de manera tal que el elemento personal quede excluido, de forma que sólo 
lo externo sea tenido en cuenta. Pero como pueden observar aquí, lo personal resulta ser lo más 
importante. Es imposible obtener resultados valederos sin tener en cuenta el aspecto personal. Eso 
es un punto.
La psicoterapia científica es lineal, es decir: aquí actúa una determinada causa y allá se obtiene un 
determinado efecto.
Psicoterapia fenomenológica, en cambio, significa que yo como terapeuta me expongo a un 
contexto sin intención y sin temor. O sea, también sin la intención de sanar. Por esa razón, el 
terapeuta que quiera percibir fenomenológicamente debe estar de acuerdo con el mundo tal como 
es. No tiene la necesidad de cambiar el mundo. Eso requiere que se retire completamente. También 
está de acuerdo con la enfermedad de un cliente tal como es. No tiene la necesidad de colocarse en 
el medio.
El caso de un médico es distinto porque en gran parte el médico puede trabajar científicamente y 
entonces también lo debe hacer. Quiero diferenciarlo claramente.
Pero aquí eso no funciona. El terapeuta se retira completamente y se abre a un contexto más 
grande. De manera que cuando trabajo con un cliente también percibo su sistema. No miro sólo al 
cliente. Siempre miro también a su sistema. Sobre todo miro a las personas que allí quedaron 
excluidas, que allí ni siquiera aparecen pero que yo, por retirarme, incluyo en la mirada y en el 
sentimiento. El lugar que allí les es negado lo tienen inmediatamente conmigo. Ni bien tienen ese 
lugar conmigo yo estoy en una sintonía más profunda que la del cliente mismo, porque yo tengo 
mayor compasión para con ese sistema.
Al retirarme y exponerme al todo, sin intención y también sin temor por lo que podría salir a la luz, 
repentinamente percibo lo esencial, lo que va más allá de los fenómenos visibles. Me doy cuenta: 
ese es el punto.
Eso es importante, sobre todo, para la solución. Al configurar el sistema todavía es relativamente 
fácil. Pero luego encontrar dónde está la solución sólo puedo hacerlo estando en esa sintonía. 
Entonces se ilumina repentinamente. Esa es la percepción fenomenológica. Es como un destello, y 
siempre está en sintonía con el todo más grande. Y siempre es percepción con amor, eso es lo 
decisivo. De esa manera también es posible ocuparse de ella.
Por lo tanto, esta forma de trabajo tampoco puede aprenderse como aprendiendo reglas sino que lo 
esencial es abrirse a la percepción e ir aprendiéndola mediante la práctica y acompañando. De esa 
manera uno mismo puede hacerlo.
Si durante el trabajo con un cliente veo que no hay solución, tomo ese hecho muy en serio y me 
retiro, aún en el caso de que sintiera dolor. Pero no me causa dolor cuando me retiro de esa forma. 
Si yo me siento en sintonía, no puede ni debe producirme dolor. Realmente debo estar muy en 
sintonía. Así me mantengo en mi percepción y no permito que nada, ninguna objeción, me aparte 
de ella.
Naturalmente yo también cometo errores. Eso lo tengo muy en claro. En ese caso es necesaria una 
resonancia por parte de los participantes atentos. Ellos repentinamente incluyen algo en la mirada 
que a mi me pasó inadvertido. Y entonces confío también en la percepción de ellos.
11
Pero si, por ejemplo, alguien forma una alianza con un cliente al que estoy enfrentando con las 
máximas consecuencias de su actitud, sólo porque a él mismo le causa miedo, si alguien se 
entromete y me dice que no debo hacer eso, yo no puedo prestar atención a su miedo, dado que a 
mi me debilitaría de inmediato.
El terapeuta que trabaja de esa manera en realidad es un guerrero. En sus libros sobre el indio Don 
Juan, Castaneda describe muy bien lo que es un guerrero. El guerrero en ese sentido no teme al 
límite máximo. Encontrándose en el máximo límite, se puede perder todo y se puede lograr todo. 
Tanto lo uno como lo otro. Pero en la práctica yo lo he comprobado: si el terapeuta realmente 
avanza hasta ese límite máximo, en general todo sale bien. Pero el riesgo sigue existiendo. Aquel 
que se asusta ante ese riesgo no puede trabajar de esta forma. Porque en los temas esenciales, 
cuando se trata de vida o muerte, la decisión siempre se da en ese límite máximo, no antes.
Trabajando con este tipo de psicoterapia aquello que sale a la luz siempre es, al mismo tiempo, una 
instrucción para seguir actuando, una instrucción en la que hay que confiar, quizás aún sin 
comprenderla. Porque lo que realmente es y adonde lleva recién se ve al final, no al comienzo.
La vastedad
Quiero comentar algo acerca de la vastedad. Muchos problemas surgen porque nos aferramos a lo 
cercano y a lo estrecho, por así decirlo. Cuando miramos a nuestros problemas o miramos a los 
problemas en una relación o cualquier tipo de problemas, a menudo en nuestra mirada incluimos 
sólo lo estrecho, lo cercano, lo obvio y todo el entorno que es parte del problema se nos escapa. Sin 
embargo, lo estrecho y lo cercano tienen su importancia y su fuerza sólo en conexión con aquello 
que lo supera. Por lo tanto, en general la solución pasa por salimos de lo estrecho y lo cercano y 
movemos hacia lo más lejano, lo más vasto. Entonces, en lugar de mirarnos a nosotros mismos, por 
ejemplo, a nuestros deseos y a lo que nosotros consideramos nuestros problemas o nuestras heridas 
o nuestros traumas, miramos a nuestros padres, a la familia. De repente estamos enlazados a otra 
cosa, estamos unidos a muchas cosas. Así, aquello que nosotros quizás vivimos como algo difícil o 
algo que nos hace sufrir tiene su lugar en eso más grande.
Aunque sólo miremos a la familia, luego de un tiempo nuestra mirada vuelve a estrecharse. 
También debemos mirar más allá de ella, volver a incluir el entorno en nuestra atención y nuestra 
percepción y también en nuestro amor, abrirnos a ello. Entonces aquello que en la familia quizás 
aparece como irresoluble encuentra un camino al aire libre.
En la psicoterapia también hay un desarrollo hacia lo más amplio. Existe la psicoterapiaque se 
dedica predominantemente al individuo, por ejemplo a sus sentimientos. Quizás todo se va 
desmembrando y, a pesar de todo, el individuo no logra superarse.
Luego existe la terapia familiar que incluye el campo más grande. Ella puede brindar soluciones 
que en la terapia individual no son posibles. No obstante, también la terapia familiar sigue siendo 
limitada.
Luego, uno puede ir más allá de la terapia familiar y dirigirse a algo más grande. Eso se hace 
posible mediante los movimientos del alma, cuando uno se entrega a ellos. Porque estos 
movimientos siempre de dirigen hacia algo más grande.
El todo
Si observamos al mundo podemos mirarlo en su diversidad, cómo todo se va individualizando, cada 
cosa es de manera individual, y cómo a menudo eso individual se opone, se contradice, incluso 
lucha entre sí. Pero todo eso individual en el fondo se basa en un Uno que lo sostiene. De ese Uno 
en las profundidades, la pluralidad y la diversidad extraen su suerte, su propia singularidad. Lo que 
puede contribuir para el todo es alimentado por ese manantial en las profundidades.
Pues bien, podemos dirigir nuestra percepción hacia lo individual y, al hacerlo, se nos pierde lo 
otro. Cuando nos concentramos en el Uno a menudo excluimos lo otro o lo negamos o incluso lo 
desmentimos. En ese caso estamos enajenados de aquello que sostiene todo.
También podemos enfocarnos en la diversidad, pero de manera de no concentrarnos en la 
diversidad sino percibiéndola casi simultáneamente como un todo. Aplicando esa percepción nos 
reunimos en nuestro centro y a través de ese centro con el centro de la existencia. Al lograr esa 
conexión tenemos la misma relación con toda esa diversidad, una misma relación de respeto, de 
12
consideración y de coraje, de manera que podamos tomarlo en nuestro interior con toda su 
multiplicidad y su diversidad hasta que confluya en nuestro centro.
Cuando miramos las cosas tal como son, eso nos puede parecer fácil. Pero cuando miramos las 
relaciones entre las personas y a sus necesidades diferentes, a sus rumbos diferentes, cuando 
observamos los opuestos y nos exponemos a ellos, a menudo nos sentimos amenazados, inseguros, 
y sentimos un profundo dolor, como que algo no funciona.
En estas relaciones con frecuencia somos conducidos, en la superficie, por la diferenciación entre el 
bien y el mal. Esta diferenciación está muy en la superficie y de ninguna manera puede remitirse a 
aquello que surge desde las profundidades. La diferenciación entre el bien y el mal es algo que 
solamente actúa en las relaciones humanas, y la razón es que la diferenciación entre bien y mal 
cumple una única función. Esa función es que nos une a nuestra familia y nos marca el límite con 
otras familias y otros grupos. La diferenciación entre bien y mal se pone de manifiesto en la 
conciencia tranquila o la mala conciencia. Tenemos una conciencia tranquila cuando sentimos que 
pertenecemos a nuestra familia, y tenemos una mala conciencia cuando debemos temer que por 
nuestra conducta nos hemos jugado nuestra pertenencia. Creemos que ponemos en peligro la 
pertenencia a nuestra familia cuando reconocemos como igualmente buenas y equivalentes a otras 
familias, a otros grupos, a otros valores, a otras religiones, a otras culturas. Cuando hacemos eso 
estamos unidos con la profundidad de la existencia, pero no con nuestra familia en ese sentido.
Por lo tanto, para estar unidos en lo profundo con lo esencial, debemos despedirnos de la influencia 
de esa conciencia en relación a la diferenciación entre bien y mal. Si logramos esta despedida, si 
por lo menos ocasionalmente podemos soltarla, si nos reunimos en nuestro centro, entonces desde 
ese centro, desde la profundidad, emerge otra cosa que nos sostiene, un movimiento del alma que 
anula la diferenciación y que reconcilia las contradicciones y los opuestos.
En los últimos tiempos me he ocupado mucho de esos movimientos del alma, he permitido que 
actúen sobre mí mismo y, en cursos como éste, he experimentado cómo actúan los movimientos del 
alma. Van mucho más allá de lo que hasta el momento salió a la luz a través de las constelaciones 
familiares. Es decir que se avanza un paso más.
La fuente
Aquí yo permito ser guiado por algo, no sé en absoluto lo que resultará, estoy completamente a 
oscuras y me siento como alguien a través de quien fluye un agua, un agua que viene de lejos y que 
sigue su camino hacia lo lejos. Simplemente me mantengo permeable. Por esa razón yo mismo no 
participo. La fuente no participa del agua. El agua sólo la atraviesa.
¿Cómo se hace para lograr esa actitud? Se permanece sin intención. El agua que corre a través de la 
fuente no tiene intención alguna. No tiene una meta. Y, sin embargo, llega a los campos, da frutos y 
finalmente desemboca en el mar. Por lo tanto, la falta de intención es la condición previa para este 
trabajo.
No tener intención sólo lo logra aquel que ha abandonado sus conceptos sobre bien y mal. No lucha 
ni por el bien ni por el mal, por ninguno de los dos. Está de acuerdo con todo lo que es. Está de 
acuerdo con la vida. Está de acuerdo con la muerte. Está de acuerdo con la felicidad. También está 
de acuerdo con el sufrimiento. Está de acuerdo con la paz y con la guerra. Al ser tan permeable, hay 
algo que se acomoda para el bien sin su intervención.
Nos vienen describiendo esta actitud desde hace mucho tiempo. Lao Tse la muestra, por ejemplo. 
Confucio la muestra. Y muchos grandes filósofos la muestran. Curiosamente no así los grandes 
fundadores de religiones. Las religiones llevan a la guerra.
La falta de intención que busca estar en sintonía con la ley del mundo, con los órdenes profundos, 
la que confía en los movimientos profundos del alma, de la gran Alma, ella, como se puede ver, 
está al servicio de la paz y del amor.
Escuchar y mirar
Quiero comentar algo acerca de la diferencia entre escuchar y mirar. Lo que actúa en la conciencia 
en gran medida se basa en lo que uno ha escuchado. Por ejemplo, hay muchos conceptos sobre 
valores o también reglas o testimonios acerca de lo religioso que provienen de lo transmitido 
13
oralmente. Basado en lo que uno escucha surge una imagen interna y ella luego actúa como si fuera 
una conciencia.
Doy un ejemplo. Un psicoanalista fue a ver a un amigo y le dijo: "¿Sabes algo acerca de las 
obsesiones?" "Si", dijo el amigo, "quizás, pero en tu caso, ¿de qué se trata?" El otro contestó: "Hace 
un tiempo fui con mi mujer a ver a una adivina quien le dijo que ella estaba poseída por el 
demonio. ¿Qué debo hacer ahora?" El amigo dijo: "Quién acude a una persona así debe asumir las 
consecuencias; porque ahora tú realmente estás obsesionado, estás poseído, pero por una imagen 
interior y no es fácil liberarse de ella."
De esa manera, mediante lo que se escucha y lo transmitido oralmente se forma un concepto 
desligado de la percepción de la realidad que se puede percibir. Curiosamente este concepto 
repentinamente actúa como creando una obligación, y cuando abandono este concepto lo vivo 
como una traición y una deslealtad.
¡Qué notable! Porque en realidad sólo haría falta mirar y limitarse a aquello que se percibe. Nada 
más. Pero eso requiere modestia.
Algunos psicoterapeutas se comportan de manera similar. Escuchan y confían en lo que se les dice 
sin mirar lo que ocurre frente a sus ojos y en la familia del cliente. Así quizás la terapia trata algo 
que ni siquiera existe porque se refiere a una imagen que sólo surge por conceptos y por 
interpretaciones.
Restringirse a la percepción es una renuncia grande. Con ello renuncio a la libertad de modelar al 
mundo arbitrariamente. Pero es curioso que justamente esa autolimitación me da la libertad de 
actuar, y de actuar correctamente.
No vale lo mismo cuando confío en lo que escucho y lo que se me transmite. En ese caso sólo 
tengo lalibertad de crearme imágenes. La libertad para actuar es limitada.
Comprensión y acción
Aquel que tiene una comprensión con referencia a la solución posible o pendiente no debe actuar de 
inmediato. Eso es peligroso. Si por ejemplo durante una constelación se pone de manifiesto que los 
hijos deben ir con el padre, o deben ir con la madre, lo que sea, no debe procederse de inmediato. 
Porque sino quizás uno está enajenado de sí mismo. Lo que aquí ocurre en la constelación no le es 
ajeno al cliente, ya que es algo en donde él mismo también actúa. Ahí surge una imagen, y ahora 
esa imagen primero debe penetrar en el alma. Primero uno permite que actúe en el alma, y eso 
puede llevar mucho tiempo. Después de cierto tiempo repentinamente queda en claro cuál es la 
acción correcta. Se toma a la imagen en el alma y se le permite que allí actúe y se despliegue hasta 
encontrar la solución correcta, la solución definitiva. Repentinamente uno percibe muy claramente: 
llegó el momento de actuar. En ese instante uno actúa, no antes, porque sino quizás uno estaría 
actuando fuera de sí, sin conexión con la imagen porque todavía no tuvo oportunidad de actuar en 
el alma. Es posible que pasen meses antes de que se reúna la fuerza necesaria para actuar, incluso 
sabiendo qué es lo correcto.
Percepción y duda
PARTICIPANTE FEMENINA: ¿Hasta qué punto usted, como terapeuta, tiene también un efecto 
sugestivo sobre las personas configuradas? Tengo la sensación de que usted ejerce una influencia 
sobre las personas y también sobre sus sentimientos, la manera en que ellas perciben la situación, y 
que quizás incluso su concepto se les transmite y que luego ellas buscan corresponder a ese 
concepto, aunque sea inconscientemente. ¿Qué opina? Es una responsabilidad enorme que tiene 
usted como terapeuta. 
HELLINGER Quiero traer un ejemplo opuesto. Si yo titubeo y dudo también se transmite. La 
pregunta es: ¿Qué es mejor? Por lo tanto, cuando trabajo, debo confiar en el otro. Por el otro lado, 
el terapeuta no debe ignorar su percepción. Al presentarse una percepción inmediata se da una 
experiencia importante. Cuando una persona percibe algo y a continuación presenta una duda o una 
objeción, aunque sea sólo internamente, la percepción desaparece. La percepción no se aguanta ni 
la objeción ni la observación.
Hay algo más para tener en cuenta. Cuando yo trabajo en un grupo terapéuticamente, trabajo junto 
con los demás participantes. Cuando yo trabajo en un grupo con respeto y amor por los clientes y 
14
con amor hacia la solución, yo confío en que el trabajo mancomunado de todos lleve hacia una 
buena solución. Yo debería ser capaz de influenciar a todo el grupo sugestivamente como para 
obtener semejante falsificación. Sin embargo, su pregunta comprueba que aquí muchos de los 
participantes son independientes y autónomos. Si yo me equivoqué o cometí un error, otra persona 
lo nota y lo compensa. Es decir que yo no confío únicamente en mi propia percepción, sino también 
en la percepción de los otros que junto conmigo presencian el mismo acontecimiento y lo miran.
Modelos de pensamiento y modelos de destino
En sus libros, Rupert Sheldrake describe las características y los efectos de campos morfogenéticos, 
o sea campos de poder que fijan determinadas estructuras. Él me dijo que en las constelaciones 
familiares se puede ver claramente cómo actúan los campos morfogenéticos.
Ahora a veces pienso si las observaciones que él hace también son válidas en otros ámbitos. Si 
determinados modelos de pensamiento fijan a un grupo y, de esa manera, tornan más difíciles 
obtener nuevas comprensiones, y si los procesos de las conductas dentro de una familia no serán 
también modelos que se dan como consecuencia del campo morfogenético de esa familia. Si por 
ejemplo una persona se suicida, a veces en la próxima generación también hay alguien que se 
suicida. Pero no solamente porque quiere seguir al anterior, sino porque hay un modelo.
Sheldrake vio que si se forma un cristal nuevo aún no tiene estructura previa. Si de la misma unión 
se forma otro cristal, inmediatamente se guía según el modelo del anterior. En ese momento ya hay 
una memoria acerca de lo anterior. Es decir que el campo morfogenético tiene una memoria. Por 
esa razón existe una gran probabilidad de que el próximo cristal se desarrolle de forma similar al 
primero. Si esto se repitió varias veces, hay un modelo fijo. De esa manera quizás también haya 
destinos que se reproducen de manera similar.
La interrupción de los modelos
Este movimiento hay que interrumpirlo. Reconocer este movimiento e interrumpirlo requiere 
mucho valor hacia algo completamente nuevo. Lograr esa interrupción es una gran obra. La 
interrupción no se logra simplemente entregándose al río. Hay que retirarse. En lugar de nadar en el 
río, uno se retira a la orilla, mira el río hasta detectar lo viejo y reconocer lo nuevo, y luego uno 
decide qué hacer.
Luz y oscuridad
La familia tiene una memoria. Lo que de ella sale a la luz es un regalo para nosotros. Pero eso que 
sale aún trae adherido la oscuridad y lo oculto de donde proviene. Es decir que lo esencial 
permanece oculto para nosotros, por ejemplo su "de dónde" y su "hacia dónde". No solamente 
permanece oculto sino también guardado, es decir sustraído. Por lo tanto podemos y debemos 
disponer de ello sólo en la medida en que se va mostrando, y nos detenemos allí donde se oculta 
ante nosotros.
Eso que sale a la luz entonces no nos devela lo oculto y lo guardado, sino que sólo nos lo muestra 
en forma limitada. A menudo nuestras opiniones se corren delante de lo que sale a la luz, y de esa 
manera lo oscurecen. La opinión, ni bien nos hemos formado alguna, nos permite permanecer en lo 
subjetivo y por lo tanto se interpone en el camino del conocimiento. Aquello que salió a la luz, por 
su lado, nos obliga a lo que no nos es familiar, a lo desacostumbrado y a lo nuevo.
Cuando nos centramos durante este trabajo, nos centramos hacia aquello que permanece oculto 
detrás de lo que quiere salir a la luz. Es decir, no sólo nos entregamos a aquello que sale a la luz. 
Nos entregamos asimismo a lo que permanece oculto y a todo aquello que ha aparecido y luego 
vuelve a sumergirse. Por esa razón estamos en sintonía con los dos movimientos y fluimos con 
ambos. Este trabajo permite que aparezca lo esencial, y por lo tanto no está limitado a lo que 
aparece en primer plano, por ejemplo la sanación de una enfermedad. Por eso es mucho más que 
sólo psicoterapia.
Discípulos y maestros
HELLINGER Un maestro nunca fue un discípulo, y un discípulo nunca se volverá un maestro. 
¿Sabes por qué? El maestro mira, por eso no necesita estudiar. El discípulo aprende, por eso no 
mira.
15
PARTICIPANTE Eso es una broma. 
HELLINGER Eso lo dice un necio.
PARTICIPANTE Lo que tú has dicho contradice a muchas escuelas espirituales. 
HELLINGER Eso me importa poco.
PARTICIPANTE Yo no he dicho que te importe, sino que contradice muchas escuelas.
HELLINGER Soy consciente de ello. Pero si miras a los discípulos, muchos son una vergüenza 
para el maestro.
Comprensión y purificación
No es posible acortar el camino a la comprensión y tampoco es posible hacerlo más fácil. La 
purificación que nos capacita para ello no se puede ni acortar ni hacer más fácil.
La noche del espíritu
Quiero decir algo acerca de la noche del espíritu. Hoy día está de moda hacer el peregrinaje hacia 
oriente para encontrar allí la sabiduría y la iluminación. Con seguridad en oriente también hay 
cosas grandes. Pero de lo que en occidente tenemos en materia de gran tradición espiritual se 
recuerda poco. Uno se retira de eso.
La gran mística del poniente conoce tres caminos. El primero es el camino de la purificación, el 
segundo el camino de la iluminación y el tercero el camino de la unión. Pero en el fondo se trata 
simplemente de emprender el camino de la purificación.
El camino de lapurificación culmina en la noche del espíritu. Ese es un concepto o una imagen de 
Juan de la Cruz. La noche del espíritu significa que renuncio a todo tipo de conocimiento. Por 
ejemplo, que renuncio a averiguar las razones, o los secretos del mundo, o de averiguar algo acerca 
de Dios. Exige la renuncia total, la máxima purificación. De esa manera uno se vacía.
En el taoísmo existe la imagen del centro vacío. Allí reina una calma total. Pero lo asombroso es 
que al ir a ese centro vacío y encarar la noche del espíritu queriendo saber cada vez menos, por 
ejemplo leyendo cada vez menos, preocupándose cada vez menos y estando así cada vez más 
centrado, ocurre que alrededor de uno repentinamente sucede algo sin que uno mismo tenga que 
hacer algo. Uno permanece calmo y, manteniendo esa calma, está en sintonía con algo más grande.
Allí aparecen los grandes entendimientos que a uno se le pueden ocurrir. Vienen de la noche del 
espíritu. La noche del espíritu también nos exige el olvido. Exige, por ejemplo, que uno esté 
dispuesto a olvidar su origen, a olvidar su propia historia.
Yo he demostrado algo de esta sencillez, eso de no querer saber nada o de querer saber muy poco. 
Cuando uno está centrado de esa manera, uno se da cuenta qué es lo esencial de inmediato. En ese 
caso sólo necesito muy poca información y, sin embargo, inmediatamente se qué es lo esencial. Eso 
surge de centrarse con sencillez.
A este respecto les leeré un pequeño texto del libro Verdichtetes:
Sabiduría
El sabio asiente al mundo tal como es, sin miedo y sin intención.
Está reconciliado con la fugacidad y no aspira llegar más allá de lo que acaba con la muerte.
Mantiene la visión general porque está en sintonía, y sólo interviene en la medida en la que lo 
requiere el flujo de la vida.
Puede discernir: funciona o no funciona, porque no tiene intención.
La sabiduría es el fruto de larga disciplina y práctica, pero aquel que la tiene, la tiene sin esfuerzo.
Siempre está en camino y llega a la meta, no por buscar. Crece.
SENTIMIENTOS
INTRODUCCIÓN
Hay sentimientos a través de los cuales podemos entender algo, y hay sentimientos que impiden el 
entendimiento. Hay sentimientos que posibilitan soluciones, por ejemplo el amor, y hay 
sentimientos que impiden soluciones, como por ejemplo el odio. Por eso para el entendimiento y 
para la solución es tan importante discernir los sentimientos.
16
En muchos de mis libros he escrito acerca del discernimiento de los sentimientos, en algunos 
específicamente acerca de sentimientos determinados, por ejemplo en "Órdenes del Amor" sobre 
la ira y los celos, la indignación, el sentimiento básico y qué es lo que lo eleva hacia lo alegre.
La diferenciación de los sentimientos
Yo distingo cuatro tipos de sentimientos:
El primer tipo es el sentimiento primario, es decir un sentimiento que se deriva de la situación 
inmediata y que corresponde a la situación. Cuando la madre muere y el hijo es arrasado por el 
dolor y llora y solloza, entonces eso es un sentimiento primario. Corresponde a esa situación. Los 
sentimientos primarios a menudo son muy intensos, pero duran poco. Ni bien uno se entrega 
totalmente a ellos, pasan pronto. Además, los sentimientos primarios son despiertos y están 
orientados hacia afuera. Por ejemplo, en este caso el niño llora con los ojos abiertos. Mira a la 
madre muerta y solloza con los ojos abiertos.
Cuando una persona cierra los ojos se encuentra en un sentimiento diferente, en general. Eso 
entonces es un sentimiento secundario. El sentimiento secundario es un reemplazo de la intensidad 
del sentimiento primario. Y, también, a los sentimientos secundarios se los disfruta. Uno se aferra a 
ellos porque sirven como defensa para no actuar. Por esa razón un terapeuta nunca debe prestar 
atención a un sentimiento secundario. Ni bien se presta a ese sentimiento, el cliente le demuestra 
que no le puede ayudar. Porque el sentimiento secundario busca evitar la acción. Yo recién 
trabajaría con él una vez que haya abandonado el sentimiento secundario y regrese al sentimiento 
primario.
Los sentimientos primarios obedecen a una conducción interna. Por lo tanto, la persona que se 
encuentra en un sentimiento primario jamás puede pasar vergüenza. Los demás comparten los 
sentimientos primarios. Ese compartir el sentimiento también nos hace fuertes a nosotros. A pesar 
de estar junto con el otro cuando compartimos el sentimiento, éste no nos quita nada.
A la inversa, cuando nos enfrentamos con sentimientos secundarios nos sentimos desvalidos, 
incluso fastidiados. Nos sentimos usados. Mediante los sentimientos secundarios una persona busca 
llamar la atención. Mediante un sentimiento primario no hay nadie que atraiga la atención sobre sí 
mismo. A través del sentimiento primario nos sentimos inmersos en una situación en la que 
compartimos el sentimiento, pero en la que, no obstante, permanecemos en nosotros. En el caso de 
los sentimientos secundarios es a la inversa. Por eso en el caso de un sentimiento secundario se 
debe seguir la premisa: no intervenir bajo ningún concepto. El criterio principal para reconocer si se 
trata de un sentimiento secundario son los ojos cerrados.
El sentimiento secundario sigue una imagen interior, no sigue a la realidad. Dado que extrae su 
fuerza de una imagen interna es necesario cerrar los ojos.
Cuando se quiere ayudar a alguien a salir de un sentimiento secundario se le pide abrir los ojos. Se 
le dice, por ejemplo: Mírame. Repentinamente se nota que está con la cabeza clara y entonces está 
en un sentimiento primario. Con frecuencia es completamente diferente en comparación con el 
sentimiento secundario. A menudo comienza a reír en lugar de llorar, o se pone triste cuando antes 
había estado enojado.
Luego existe un tercer tipo de sentimientos que son los sentimientos adoptados, los sentimientos 
ajenos, por ejemplo los que provienen de una identificación. Eso lo vemos muy a menudo en las 
constelaciones familiares. La persona queda liberada cuando se manifiesta de quién o para quién ha 
adoptado ese sentimiento. Detrás del sentimiento adoptado muchas veces actúa el amor primario. 
Pero recién es posible llegar a él una vez anulada la identificación. La identificación impide que yo 
vea a la persona con la que estoy identificada. No puede aparecer como alguien que yo pueda 
encarar, ya que a través de la identificación yo soy como ella. Si yo estuviera identificado con un 
hermano de mi padre, yo estaría sintiendo igual que él, no podría verlo porque en la identificación 
yo soy como él. Pero cuando él se coloca frente a mí yo lo puedo mirar, respetar y amar, así se 
anula la identificación.
Al cuarto tipo de sentimientos los llamo meta-sentimientos o sentimientos del ser. Son sentimientos 
de un orden superior. En realidad son sentimientos sin emociones. Son fuerza pura para la acción. 
Cuando una persona se ve confrontada con situaciones que la conmueven pasa a ese meta-nivel. En 
ese caso, por un lado da la sensación de carecer de sentimientos, pero está completamente centrada. 
17
Aquí se nos presentan destinos que calan tan profundo que nos arrastran en todo concepto, como 
sentimiento compartido, también como recuerdo. Eso en realidad es natural. Eso es humano y es 
humilde y es bueno. Pero el terapeuta debe contenerse. Por eso pasa a un nivel superior. Se expone 
al todo, por así decirlo, y cuida de que todo siga bien. Por eso también debe permanecer centrado. 
No debe entregarse al sentimiento. Se mantiene por encima del sentimiento, eso es importante. Sin 
embargo, si en una situación así también a él le brotan las lágrimas no es una vergüenza.
La palabra "meta" significa: de un orden superior. Da la sensación de que uno va más "arriba", a un 
nivel superior. La imagen que acompaña es: uno sube a la montaña en lugar de permanecer "abajo" 
en el tumulto del tráfico. Desde la montaña se tiene una vistamás amplia - y al mismo tiempo se 
está en soledad. Uno no está íntimamente unido. Esa es una de las imágenes con las que uno puede 
trabajar.
Mientras trabajaba, el famoso Milton Erickson a menudo se imaginaba que estaba suspendido del 
techo mirando al cliente que estaba abajo. Así ganaba la visión general y la mantenía. Esa también 
es una forma de pasar al meta-nivel.
Pero existe, además, una forma completamente distinta. Uno se retira a un centro vacío. Allí uno 
está completamente centrado. Estando en el centro vacío uno tiene la unión más fuerte con el 
campo de fuerza y tiene un efecto, sin actuar. Esa es otra imagen. Pero uno no debe quedar fijado a 
las imágenes. A través del efecto uno percibe lo que a uno más le ayuda y le hace bien.
PARTICIPANTE Durante las constelaciones familiares pude ver una y otra vez la diferencia entre 
los sentimientos primarios y los sentimientos secundarios. Quisiera comprender un poco mejor lo 
que has dicho acerca de los meta-sentimientos. Siento que el hecho de que puedas trabajar de esta 
manera está relacionado con eso.
HELLINGER Aquí a menudo se puso de manifiesto que cuando una persona hablaba con la voz 
completamente normal era el momento en el que el sentimiento era más fuerte, o sea que al hablar 
estando muy presente en sí mismo es cuando el sentimiento tiene la mayor fuerza. El terapeuta que 
sabe resiste la explosión de los sentimientos y logra al final que la persona pueda hablar con total 
normalidad. En el caso de sentimientos muy fuertes, con frecuencia le digo que sienta sin sonido, 
sin palabras y sin sonido, sólo respirando muy profundamente. De esa manera el sentimiento va 
mucho más profundo que cuando la persona grita en voz alta. Sin embargo, también hay 
situaciones en las que el sentimiento brota como grito primal con toda la fuerza. Eso es otra cosa. 
Ese tipo de grito estremece hasta el alma.
Los meta-sentimientos
Hay sentimientos en los que uno puede confiar totalmente. El sentimiento en el que podemos 
confiar tiene determinadas características. Es un sentimiento sin emoción, algo completamente 
claro. A este tipo de sentimientos yo los denomino meta-sentimientos.
El coraje pertenece a los meta-sentimientos, la humildad es un meta-sentimiento, la sabiduría 
también es un meta-sentimiento. Sabiduría significa que yo sé determinar si algo funciona o no 
funciona. Esa diferenciación se puede establecer porque se está en sintonía con algo más grande. La 
sensación que se tiene estando en esa sintonía es la misma que se tiene al nadar en un río calmo. La 
más mínima corriente se percibe de inmediato. O navegando en un velero con las velas izadas de 
inmediato se percibe el más escaso movimiento de aire. Los meta-sentimientos son sentimientos en 
sintonía. Con esos sentimientos trabaja el terapeuta.
A la percepción sobre lo que funciona y lo que no funciona se le oponen varias cosas, por ejemplo, 
que una persona quiera algo que no está en sintonía. La otra es que la persona no sea capaz de tener 
esa percepción porque está inundada por sentimientos ajenos, por sentimientos que no le 
pertenecen. Provienen, por ejemplo, de su familia de origen.
Los meta-sentimientos tienen una calidad de ligereza. No hay nada pesado, nada dramático. Son 
completamente sencillos. Uno logra llegar allí cuando uno se libera de las propias implicaciones. 
En las constelaciones familiares es posible averiguar cómo liberarse de ellas.
Muchos de los sentimientos son originados por la conciencia. Conciencia significa que yo me guío 
por aquello que me garantiza mi pertenencia a mi familia. Es decir, una buena conciencia o 
conciencia tranquila significa que estoy en concordancia con aquello que es válido en nuestra 
familia para poder pertenecer. Tener una mala conciencia significa que reacciono con miedo ante la 
18
pérdida de mi pertenencia. Aquel que está atrapado en este miedo no puede percibir los sutiles 
movimientos de los meta-sentimientos. Un niño, por ejemplo, no lo puede porque aún depende 
completamente de los otros sentimientos.
Rabia, desesperación, amor
Sentimientos violentos como la rabia a menudo se originan en un punto en el que un movimiento 
amoroso fue interrumpido a una edad temprana, en el que el niño no sabía cómo seguir. Esta rabia 
protege al niño ante el dolor del amor. La rabia aquí sólo es el otro lado del amor.
Si yo durante la terapia saco afuera la rabia, repito lo que ocurrió en aquel momento ya que el 
movimiento amoroso fue y sigue estando interrumpido. Si bien se repite la experiencia, no por eso 
queda solucionada.
Mediante esa rabia uno se hace la ilusión de elevarse por encima de los padres. Durante ese tipo de 
expresión del sentimiento algunas personas le dicen al padre o a la madre: Yo te mato. Con esa 
actitud consideran que, en primer lugar, realmente lo han hecho y, en segundo lugar, que con ello 
han logrado algo. Pero no han logrado absolutamente nada. Con frecuencia se castigan por eso.
Si durante la terapia la persona pretende exteriorizar su rabia de esa manera yo lo detengo. Porque 
en este caso la rabia es un sentimiento de defensa. Entonces, cuando ya no puede exteriorizar la 
rabia de esa manera se conecta con el sentimiento que está detrás, o sea con el amor y el dolor. Esos 
dos sentimientos van juntos. Ese amor es mucho más doloroso que la rabia. Es el sentimiento más 
doloroso que existe porque se vive junto con la sensación de impotencia total. Si yo expreso la 
rabia estoy negando mi impotencia. Ni siquiera la siento.
Las palabras decisivas que la persona ha de pronunciar en ese momento son: "Por favor". ¿Podéis 
sentir la fuerza que tienen en comparación con el ataque de rabia? "Papá, por favor". "Mamá, por 
favor". Qué fuerza que contienen esas palabras, y qué dolor.
Hay situaciones en las que un niño se sintió abandonado, quizás porque por descuido fue olvidado 
en algún lugar. Entonces el niño se siente desesperado. Si yo durante la terapia logro que 
exteriorice esos sentimientos de desesperación, se obtiene un buen efecto. No son una defensa del 
abandono vivido, sino que le corresponden exactamente. Entonces eso ayuda.
El odio
El odio nos encadena con el perpetrador. La víctima queda libre del perpetrador cuando se retira. Al 
retirarse remite al perpetrador a su propia alma y a su propio destino. Esa es una forma de respeto. 
De esa manera la víctima queda libre. Retirarse del perpetrador y su acción hacia el centro vacío 
-así lo llamo yo- da fuerza y, de ser una víctima, la persona pasa a ser alguien en condiciones de 
actuar. Sin embargo, aquellos que persiguen y se indignan, los moralistas y los inocentes, en el 
alma son malhechores. Sus violentas fantasías a menudo son peores que la acción del perpetrador.
EL ALMA
INTRODUCCIÓN
En este capítulo se mencionan el alma y su acción bajo varios puntos de vista. Se dedica a las 
dimensiones del alma: el alma del cuerpo, el alma de la familia, la Gran Alma. Trata los órdenes 
existentes dentro de estas dimensiones y muestra cuáles son las consecuencias que resultan para 
nuestra vida y para la psicoterapia. El alma también cumple un rol en el caso de enfermedades, 
por ejemplo, en algunos casos necesita una enfermedad.
Este capítulo también trae declaraciones sobre la relación del yo y el alma, sobre cómo superar la 
diferenciación de buenos y malos a través de la comprensión de los movimientos más profundos 
del alma, y trae también una entrevista sobre el destino y el alma.
El alcance del alma
PARTICIPANTE Me gustaría preguntarte cuál es tu concepto de alma. Tenía la sensación de que 
colocabas el alma frente a la persona. Hasta ahora yo interpretaba que es más bien una unidad.
19
HELLINGER Qué significa aquí concepto, como si fuese posible conceptuar el alma. Se pueden 
ver efectos. Por ejemplo, la familia o el clan tienen un alma en común, es decir un centro en común, 
un centro que maneja a todo el grupo, no solamentea cada individuo. Es como que el individuo 
pertenece al alma, forma parte del alma.
Algunas personas capturan el alma y dicen "mi alma", como sucede por ejemplo en el cristianismo, 
donde uno pretende salvar su alma como si la tuviera y la llevara al cielo. Es una idea curiosa de 
que tenemos un alma. Es como si uno aspirara toda la plenitud del ser y luego la retuviera en su 
cuerpo como en una prisión. Entonces el alma estaría allí adentro y todo dependería de esa alma 
que uno tiene.
Eso es una carga para el individuo. Si por ejemplo la persona está enferma, se le encarga a esa alma 
que lo vuelva a sanar. Pero en ese caso ya casi no hay movimiento y la persona se vuelve rígida. 
Aquí ayuda que uno se imagine: ¿qué es lo que hace amplia al alma y qué es lo que la hace 
estrecha? Todo lo que hace amplia al alma tiene un efecto beneficioso. También el alma se hace 
amplia cuando uno le permite nuevamente remontar hacia donde ella desee ir, a la familia por 
ejemplo. Pero eso es sólo una parte de ese movimiento. Cuanto más el individuo suelta, tanto más 
lejos va el alma.
El alma tiene distintas dimensiones. He descrito esas dimensiones en un pequeño poema. Se llama:
El camino
Al padre anciano llegó el hijo, pidiendo: "Padre, ¡bendíceme antes de que te vayas!" El padre dijo: 
"Sea mi bendición que te acompañe un primer trecho en el camino del saber."
La mañana siguiente, salieron al aire libre, y de la estrechez de su valle subieron a una montaña.
El día ya se iba encogiendo cuando llegaron a la cima, pero ahora hacia todas partes se extendía la 
tierra, hacia el horizonte a la luz.
El sol se puso.
Y con él se desvaneció la deslumbrante suntuosidad; se hizo de noche.
En la oscuridad, empero, destellaban las estrellas.
Los órdenes del alma
La familia tiene un alma común y una conciencia común. Esa alma y esa conciencia cuidan tres 
órdenes fundamentales:
El primer orden es: cada miembro del sistema, vivo o muerto, tiene el mismo derecho a pertenecer. 
Si dentro de ese sistema a algún miembro se le niega el derecho de pertenencia, por ejemplo 
mediante valorizaciones morales tales como: "Él es un canalla", o "El es un bebedor" o "Él ha 
tenido un hijo natural" o cualquier otra cosa que se diga acerca de él, eso tiene las mismas 
consecuencias. En ese caso hay determinadas personas que pretenden tener más derecho a 
pertenecer porque se consideran mejores. Pero el alma familiar no diferencia entre buenos y malos 
en ese sentido. Porque lo que llamamos el mal es sólo otro aspecto de la diversidad sobre la que 
puede erigirse el bien. Sin el mal no existe el bien. Una persona que es totalmente buena es terrible. 
O la persona que se considera perfecta es terrible. También es peligrosa. Aquellos que se 
consideran mejores son peligrosos. Estando cerca de personas que se consideran comunes uno se 
siente tranquilo y siente que forma parte.
Cuando a algún miembro de la familia se le niega el mismo derecho de pertenencia, el alma 
familiar o la conciencia familiar trata de restablecer el orden mediante una compensación. Ese es el 
segundo orden fundamental que cuidan el alma familiar y la conciencia familiar. Por regla general, 
para ello, la conciencia familiar conecta a una persona nacida posteriormente con la persona que 
fue excluida de manera que lo reemplace - como compensación. La persona nacida posteriormente 
entonces sufre como aquél y se vuelve como aquél. A través de él, el sistema ahora tiene que 
enfrentarse nuevamente con el bien y el mal.
Para esa persona nacida posteriormente la solución sería que reconozca la dignidad del excluido, o 
a aquel cuyo destino despierta miedo en los demás, motivo por el que lo excluyen y olvidan, como 
a veces mujeres que murieron en el parto. Reconociendo la dignidad de esas personas se logra la 
compensación. Así el sistema queda en paz y no es necesario que algún miembro posterior los 
reemplace.
20
Eso entonces son los primeros dos órdenes fundamentales: el mismo derecho de pertenencia y la 
compensación por la pertenencia denegada.
El tercer orden fundamental exige que aquellos que estuvieron antes en el sistema tengan prioridad 
ante los que se agregaron posteriormente. El alma familiar y la conciencia familiar entonces cuidan 
sobre todo el derecho de los anteriores y sacrifican a los que llegaron posteriormente como 
compensación. Si la prioridad de los anteriores es respetada, los posteriores quedan libres.
Enfermedad y alma
Según nuestra experiencia, ciertos acontecimientos como por ejemplo una separación temprana de 
la madre o un accidente que pone en peligro la vida o sucesos similares, más adelante no sólo 
tienen un efecto en el alma sino también en el cuerpo. En ese caso se puede intentar volver a sacar a 
la superficie aquello que en ese entonces causó dolor al alma y que está afectando al cuerpo para 
mirarlo, para reconciliarse con ese hecho asintiendo a él tal como fue para luego, ya en sintonía con 
el destino, buscar también para el cuerpo un alivio o una sanación.
La enfermedad, el alma, el Yo.
Cuando en la familia de origen del paciente ha ocurrido algo que tiene un efecto sobre su cuerpo y 
que lleva a enfermedades o que las causa o condiciona, también está en juego el alma, pero de una 
manera curiosa. Porque resulta que el alma sigue al amor.
El amor actúa en las profundidades del alma.
La acción de esta alma y de este amor con frecuencia están superpuestas o desplazadas por el Yo.
Algunos comprenden la psicosomática, es decir los intentos de sanación tanto a nivel del cuerpo 
como también el alma no como un juego ordenado entre el alma y el cuerpo sino entre el Yo y el 
cuerpo. Algunos pretenden encontrar la forma de sanar tratando al aspecto psíquico como una 
medicación adicional que se le agrega a las demás medicaciones como para lograr la sanación. Pero 
eso no es lo apropiado para el alma.
A veces el alma desea estar enferma aún cuando el Yo decide otra cosa. Para el alma la salud no es 
el bien más preciado. Ni siquiera la vida para el alma es el bien más preciado. El alma al mismo 
tiempo está unida a algo más profundo y eso es lo que hay que sacar a la luz. Cuando uno está 
unido a eso se dan efectos sorprendentes en el cuerpo.
Doy un ejemplo. Recientemente vi por televisión un programa acerca de sanaciones espontáneas de 
cáncer. Una clínica en Nuernberg que se dedica a investigar sanaciones espontáneas presentó un 
paciente enfermo cáncer y sin esperanzas. Fue operado allí y vieron que, desde el punto de vista de 
la medicina, no podían hacer nada por él. Por lo tanto volvieron a cerrar y lo enviaron a su casa. El 
hombre tenía en claro que su vida se estaba acabando. Junto con su mujer se puso a redactar su 
testamento. Cuando terminó con esa tarea sintió como un tirón en su cuerpo. Después de eso las 
células cancerígenas murieron.
Basándome en mi experiencia he llegado a una conclusión acerca de eso, algo que yo también veo a 
menudo. El hombre se puso en sintonía con la muerte, con el destino y con el fin, es decir con el 
origen primario del cual brota toda vida y al que vuelve a sumergirse, y de esa sintonía surgió una 
fuerza sanadora.
Bien, yo aquí no voy a trabajar como queriendo sanar a una persona, como si pudiera hacerlo, como 
si me pudiera elevar por encima de los destinos o por encima del movimiento de un alma. Sino que 
yo sigo el movimiento del alma y tengo la esperanza de reconciliar a clientes muy enfermos con el 
destino y con el origen primero, y tengo la esperanza de que de allí surja un impulso sanador.
Existe un concepto notable acerca del alma. Algunos opinan que primero aparece el cuerpo 
material y luego se le insufla el alma, como se describe en la Biblia. Cuando la persona muere, con 
el último aliento, también despide su alma.
Pero observando más detenidamente, una persona se origina por dos células con alma que se unen. 
Por lo tanto el cuerpo tiene alma desde que comienza a formarse.No es su propia alma la que lo 
anima. Esa alma estaba allí mucho antes que él. Así como el cuerpo es un eslabón de una larga 
cadena de aquellos que estuvieron antes, después y junto a él, o que están y estarán, así también el 
alma está unida a muchos.
El alma actúa dentro del cuerpo uniendo y dirigiendo, en gran medida, sin que nosotros seamos 
conscientes de ello pero muy sabiamente. Y su alcance excede por mucho al cuerpo. Está en un 
21
intercambio con el entorno, caso contrario no habría, por ejemplo, metabolización y no habría 
reproducción.
Pero el alma no sólo va más allá en este sentido, sino que llega hasta la familia y nos une a los 
miembros de nuestra familia y a nuestro clan. Así como el alma mantiene unido al cuerpo, dentro 
de los límites de éste, así une y conduce también a la familia dentro de ciertos límites.
La familia tiene un límite. Es posible ver si el alma incluye a cierta persona en ese círculo y lo une 
con los demás miembros o si no lo incluye. Por ello pertenecen a la familia sólo determinadas 
personas, a saber los hermanos, los padres, los hermanos de los padres, los abuelos, alguno que otro 
de los bisabuelos y aquellos que han hecho lugar para alguien de la familia, por ejemplo parejas 
anteriores de los padres o de los abuelos. En algunos casos el alma familiar también abarca varias 
generaciones hacia atrás, sobre todo si hubo destinos graves. En esa situación actúan incluso 
miembros de la familia de cuatro, cinco o seis generaciones atrás. De ahí surge claramente que en 
la familia los vivos y los muertos forman una unidad. Todos ellos están unidos entre sí.
En efecto, el alma va más allá de la familia uniéndose a otros grupos y al mundo como un todo. 
Aquí el alma se muestra como la gran alma. En la gran alma se anulan todos los opuestos, no hay 
jóvenes y viejos, o grandes y pequeños, o vivos y muertos. En ella están todos unidos.
Sin embargo, también existe una parte del alma que puede enfrentarse a ella. Puede enfrentarse al 
cuerpo, puede enfrentarse a la familia, y puede enfrentarse a la gran alma. A esta parte del alma la 
llamamos el "Yo". Pero el "Yo" también puede rendirse, puede rendirse ante el cuerpo, puede 
rendirse ante la familia, puede rendirse ante la gran alma. Muchas enfermedades psicosomáticas 
surgen porque esta parte del alma se enfrenta a algo, se enfrenta al cuerpo, a la familia, a la gran 
alma. En ese caso la sanación transita exactamente el camino inverso. En ella el "Yo" se rinde al 
cuerpo, la familia, la gran alma. Este rendirse lo vivimos como humildad. El enfrentarse lo vivimos 
como soberbia. Aquel que es soberbio de esa forma termina cayendo, y aquel que de esa forma se 
rinde es sostenido.
Dimensiones del alma
Quiero decir algo acerca de dimensiones del alma. Con cada cosa que hacemos el alma está en 
juego. A veces hacemos algo grave y el alma está en juego, a veces hacemos algo bueno y también 
está en juego, a veces hacemos algo inconsciente y también está en juego, y a veces hacemos algo 
que lleva a la paz y que une los opuestos y las contradicciones y ahí también está en juego. Esas 
son distintas dimensiones del alma.
Y bien ¿qué es alma? Creo que en primer lugar debemos despedirnos del concepto del poniente 
según el cuál una persona tiene un alma, un alma personal, que le pertenece y por cuyo bienestar se 
ocupa, por así decirlo, que está prisionera en su cuerpo y que busca seguir viviendo, más tarde, en 
la inmortalidad. Ese es el concepto del poniente. Se remonta a Platón.
Las experiencias que se dan en las constelaciones familiares son completamente diferentes. Se pone 
de manifiesto que participamos de un alma más grande, es decir que no tenemos un alma sino que 
estamos en un alma. Esa alma más grande, o sea el alma en sí, se muestra en dos funciones. Por un 
lado, une algo para formar un todo, por ejemplo une todo lo que está en nuestro cuerpo formando 
una unidad. En ese sentido pertenece al cuerpo como el principio que une. En segundo lugar, el 
alma guía. Guía a nuestro cuerpo y a nuestra vida. De qué manera lo hace, no lo sabemos. Es decir 
que es un principio que guía, algo que une y algo que guía.
Ahora bien, podemos observar que en la familia, hablando de la familia en el sentido más amplio 
de la palabra, actúa un alma común que la guía como un todo. Aquí, en esta constelación, pudimos 
verlo. Todos ellos estaban guiados por algo que va más allá de ellos y que, no obstante, los une para 
formar una unidad. A eso podríamos denominarlo el alma de la familia. Esa es una dimensión del 
alma. Pero ella no es el final. Alma siempre llega más allá de lo existente. Es decir, aquella alma 
que nosotros sentimos en nuestro cuerpo, la que nos mueve, llega más allá de nosotros ya que sin 
esa alma no habría intercambio con el entorno y con otras personas. Solamente dado que nuestra 
alma va más allá de nosotros podemos relacionarnos con otras personas y, por ejemplo, amarlas. De 
lo compartido que sucede entre las personas vuelve a surgir algo nuevo. Por ejemplo, cuando el 
amor hace que un hombre y una mujer se encuentren es un alma y ella se procrea en el hijo. Es 
decir, alma es siempre algo en movimiento, siempre algo más grande, algo que nos supera.
22
Sin embargo, evidentemente ocurre que el alma, con sus movimientos genuinos y profundos, sólo 
penetra lentamente en la conciencia. Aparece en la conciencia a un nivel superficial y en ese nivel 
superficial cumple determinadas funciones que se contradicen con las funciones más profundas del 
alma. Es decir, el alma debe hacerse consciente en nosotros, se va mostrando paso a paso y luego se 
hace consciente en nosotros.
De vez en cuando seguimos al alma ciegamente y entonces el alma nos lleva a la perdición. Eso 
hay que saberlo. Esa también es una dimensión del alma. Bien, los órdenes del amor tal como los 
describo en mi libro "Órdenes del amor" a veces son ciegos y llevan, por ejemplo, a implicaciones; 
llevan a la desgracia y al sufrimiento. Y hay otros órdenes del amor que llevan a bendiciones y a la 
felicidad y a una vida plena. Y es que un movimiento simplemente es ciego, mientras que el otro 
ve.
A mí me parece, y esto ahora es una hipótesis, que en primer lugar el alma pone en movimiento 
algo dentro de la persona que yo llamo la conciencia colectiva y que es inconciente. Esta 
conciencia colectiva liga a la familia y a un grupo. Cuida que nadie se pierda. Es una conciencia de 
grupo, de la que participan todos en la misma medida y, cual instancia de un orden superior, guía a 
todos hacia una meta. Esa meta es en primer lugar la supervivencia del grupo. Por esa razón esa 
conciencia no permite que una persona quede excluida de ese grupo o que se la olvide.
Esta conciencia abarca tanto a los vivos como a los muertos, en la misma medida. A través de esta 
conciencia aquí son unidos el reino de los vivos con el reino de los muertos para formar una 
unidad. De esa manera los muertos ejercen una influencia en nuestras vidas. Por esa razón esta 
conciencia venga cada infracción a través de la cual un miembro es excluido u olvidado; y la 
venganza consiste en que más adelante, en una generación posterior, un miembro de la familia deba 
representar a los excluidos, de manera que vuelven a estar representados en ese grupo y traídos a la 
conciencia. Pero no es que realmente vuelven a la conciencia porque esos movimientos son ciegos, 
nosotros no los detectamos. Por lo tanto los movimientos de la conciencia colectiva sólo llevan a 
que se repitan destinos anteriores sin que se obtenga una solución. Por ese motivo sólo se pueden 
superar los límites de esta conciencia si se comprenden esos movimientos.
En este contexto a mí me parece que aquí hay mucho más en juego que sólo el alma familiar. A mí 
me parece que hay un campo, Sheldrake lo llama campo morfogenético, en el que todos nosotros 
nos movemos. Es un campo que almacena recuerdos. El campo mórfico al que Sheldrake observó 
primero en biología

Continuar navegando