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Agua y saneamiento ambiental

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TEMA 2. AGUA Y SANEAMIENTO AMBIENTAL. 
Tomado de SALUD AMBIENTAL I. Dr. C. Conrado del Puerto Quintana y autores. Instituto 
Nacional de Higiene Epidemiología y Microbiología.(INHEM). La Habana 2003 
 
 
En el tema anterior abordamos entre otros aspectos los problemas globales 
que afectan al medio ambiente y que pueden influir sobre el estado de salud 
del ser humano. A partir de este tema se analizarán los elementos del 
saneamiento básico ambiental, comenzando por el agua de consumo, para lo 
cual se abordan aspectos relativos a su calidad sanitaria, su importancia como 
vehículo de enfermedades y los principales exámenes de laboratorio 
necesarios para determinarla. 
 
El consumo de agua humano y animal es quizás la expresión más evidente del 
uso del agua. Cada persona sobre la tierra requiere de dos litros de agua 
potable limpia cada día, lo que asciende a 10 millones de metro cúbicos por día 
para la población mundial. 
 
Un número de bacterias, virus y parásitos pueden difundirse a través del agua y 
causar afecciones al hombre y a los animales. La mayoría de estas 
enfermedades son trasmisibles a causa que van de persona enferma a otra 
sana utilizando como vía de trasmisión el agua. Las enfermedades más 
comunes de este tipo son: Infecciones Diarreicas Agudas, Fiebre tifoidea, 
Colera, paratifoidea, salmonelosis, giardiasis, etc., estas son las llamadas 
epidemias de origen hídrico por la cantidad de personas afectadas por la 
contaminación de las aguas. Debe señalarse que muchas de las enfermedades 
que se trasmiten por el agua pueden ser trasmitidas por alimentos. 
 
El agua se necesita en cantidad suficiente para la vida, para crear y mantener 
hábitos de aseo y limpieza, hábitos higiénicos para la salud. Pero el agua se 
necesita de buena calidad, ya que de no ser así podría llevar tarde o temprano 
a la muerte al servir para la propagación de enfermedades. 
 
Ciclo del agua en la naturaleza 
El agua, como toda materia, ni se crea ni se destruye, solamente se transforma 
y desarrolla un ciclo en la naturaleza al que denominamos ciclo del agua. Este 
ciclo consiste fundamentalmente en: 
1. Circulación del agua del océano, a través de la atmósfera, hacia el 
continente; su retorno al océano en varias formas después de su 
detención ocasional: por escurrimiento superficial o subterráneo, y en 
parte también por la misma atmósfera. 
 1
2. Cortocircuitos que eliminan etapas del ciclo completo, como por ejemplo: 
el paso del agua del subsuelo y de la superficie terrestre hacia la 
atmósfera sin pasar por el océano. 
La fuente principal de energía que da movimiento a este ciclo es la radiación 
solar. El ciclo se origina con la evaporación del agua depositada en los mares 
y océanos, que al ascender se condensa formando las nubes, las que 
transportadas por los vientos se distribuyen irregularmente sobre la superficie 
de la tierra. La condensación del vapor de agua la vuelve a su estado líquido, 
en cuya forma se precipita por la acción de la gravedad, adquiriendo en su 
recorrido a través de la atmósfera, gases y otros elementos sólidos y líquidos. 
La precipitación en forma de lluvia a la superficie de la tierra hace que parte 
del agua corra por ella (escurrimiento superficial) por los ríos y arroyos y 
finalmente va a engrosar el caudal de los mares y océanos, aunque una parte 
queda depositada en las depresiones del terreno (lagos, presas). 
 
Otro volumen apreciable de agua se infiltra en el subsuelo y recorre sus 
distintas capas, vertical y horizontalmente (infiltración), dando origen a los 
mantos de agua freáticos y profundos, hasta ir también a parar a los mares y 
océanos. 
 
En estos diversos recorridos las aguas siguen modificando su calidad al 
incorporárseles elementos biológicos y químicos (orgánicos e inorgánicos) que 
se encuentran en la superficie y el subsuelo, muchos de los cuales son dañinos 
para la salud del hombre. 
Origen de la contaminación de las aguas 
El contenido de sustancias extrañas en el agua procede, en mínima parte, de la 
atmósfera, y en su gran mayoría de la tierra. Las aguas superficiales son las 
que se contaminan con más facilidad, a causa de su mayor exposición a las 
fuentes habituales de contaminación. Las aguas subterráneas sufren una 
filtración que será mayor o menor según la calidad del terreno que atraviesan 
en su descenso y el grosor de la capa filtrante. 
 
Así, el agua será más pura cuando atraviesa gruesas capas de tierra fina, 
arenosa, que cuando se infiltra a través de terrenos fisurados o agrietados. 
Pero el agua subterránea puede también arrastrar sustancias extrañas que 
encuentra en los terrenos por los que atraviesa, así como microorganismos 
provenientes de la superficie de la tierra o de pozos negros u otro origen. 
 
En síntesis, se puede resumir el origen de la contaminación de las aguas, en 
estos dos grandes grupos: 
1. Por aguas provenientes de fenómenos naturales (erosión, etc.). 
 2
2. Por aguas residuales de las actividades humanas (albañales 
domésticos, residuales industriales, actividades agrícolas, etc.). 
 
Autodepuración de los cursos de agua 
Con posterioridad a la contaminación de una masa líquida, en ésta ocurren 
paulatinamente transformaciones complejas regidas por leyes físicas, químicas, 
bioquímicas y biológicas, que tienden a devolverle sus condiciones primitivas. 
Transcurrido cierto período de tiempo el curso de agua puede regenerarse, 
constituyendo esto el fenómeno denominado autodepuración, que es uno de 
los ciclos sorprendentes por medio de los cuales la naturaleza trata de 
mantener su equilibrio. 
 
La capacidad de un curso de agua para neutralizar los daños físicos de una 
contaminación se determina por dos características: 
1. Su caudal o volumen, que permite la dilución de la materia 
contaminante. 
2. Su velocidad, que impide la formación de depósitos de sedimentos, o 
que los remueve cuando su sección se reduce a causa de ellos. 
La autodepuración bacteriana puede deberse a dos causas: 
1. La causa predominante es la tendencia de las bacterias de origen 
intestinal a morir cuando se encuentran fuera de su hábitat natural (37°C 
del cuerpo humano y abundancia de alimentos) y en el ambiente 
desfavorable de los cursos de agua por su temperatura más baja y la 
falta de alimentos por la dilución. 
2. Causas accesorias son la sedimentación de las bacterias en las aguas 
tranquilas, la luz solar, la concurrencia vital, etc. 
La autodepuración bioquímica de un curso de agua es el proceso natural por el 
cual la materia orgánica contaminante es gradualmente descompuesta, 
oxidada y estabilizada por la acción de organismos vivos presentes en el agua, 
lo que les suministra la energía vital necesaria para su propia subsistencia. 
 
La observación visual de una corriente de agua superficial en que se descargan 
albañales permite distinguir varias zonas en su curso inferior; que se 
caracterizan por su grado de turbiedad, color y olor, la naturaleza de la 
vegetación acuática, las especies de su flora y fauna, y en fin, el aspecto 
general del curso de agua en cada zona. Estas son cuatro, que se denominan: 
1. Zona de degradación 
2. Zona de descomposición activa 
3. Zona de recuperación 
4. Zona de aguas limpias 
 3
Problemas de salud relacionados con el agua 
La salud del hombre puede verse afectada por diversos procesos en los que 
interviene el agua, ya sea por su contaminación o por otros mecanismos 
capaces de producir enfermedad, a saber: 
1. Enfermedades adquiridas por la ingestión de aguas contaminadas: 
• de tipo bacteriano 
• de tipo viral 
• de tipo parasitario 
2. Enfermedades adquiridas por contacto con aguas contaminadas: 
• enfermedades por microorganismos que penetran por la piel y 
mucosas 
• erupciones o irritaciones cutáneas 
3. Enfermedades en las que el agua constituye hábitat de vectores. 
4. Enfermedades cuya incidencia puede evitarse por el uso regular del 
agua (promoción de hábitos de higiene personal). 
Importanciasanitaria del agua 
De lo expuesto en el epígrafe anterior se infiere que el agua tiene una gran 
importancia desde el punto de vista sanitario, ya sea porque trasmite al hombre 
enfermedades cuyo agente causal es de tipo biológico o porque el motivo de la 
enfermedad puede ser debido a los elementos químicos presentes o 
deficitarios en las aguas. 
 
Tabla: Importancia sanitaria del agua de consumo 
 
Enfermedades de trasmisión 
hídrica
Enfermedades por escasez o exceso de 
elementos químicos
Cólera Caries dental 
EDA Fluorosis 
Shigelosis Metahemoglobinemia 
Fiebre tifoidea Bocio 
Hepatitis infecciosa Saturnismo 
Parasitismo intestinal Enfermedades cardiovasculares 
 Cáncer 
Endemia Enfermedades crónicas 
Epidemias Intoxicaciones agudas 
 
Características de las epidemias de origen hídrico 
Las enfermedades de trasmisión hídrica pueden presentarse en el hombre en 
forma endémica o epidémica, en este último caso presentan las siguientes 
características: 
 4
1. Aparecen en forma explosiva en un gran número de personas que son 
susceptibles y están expuestas al riesgo. 
2. Generalmente hay una distribución geográfica particular de los casos 
(relacionada con el consumo del agua contaminada por un sector de la 
población). 
3. No hay distinción en cuanto a edad, sexo, profesión, etc. Enferman los 
susceptibles que consumen el agua contaminada. 
4. La epidemia se establece bruscamente y se desarrolla en un tiempo más 
o menos determinado, por tratarse de la contaminación de una fuente 
única. Si se mantiene, la epidemia se prolongará; si se detiene, su curso 
será corto. El momento de aparición de los casos depende de la 
extensión del período de incubación. 
5. La epidemia se presenta con una curva en forma de aguja, con un 
rápido ascenso y descenso también rápido, si se ha eliminado el uso del 
agua contaminada. 
6. A menudo son mixtas, con la posible aparición de otras infecciones del 
aparato digestivo. 
Exámenes utilizados para el control sanitario del agua 
Las características físicas, químicas o biológicas del agua se pueden 
determinar mediante exámenes de laboratorio o inspecciones de terreno que 
permiten conocer si el agua está apta para su consumo desde el punto de vista 
sanitario. 
 
En síntesis, los principales exámenes que se realizan habitualmente son: 
 
Físicos: 
temperatura, turbiedad, color, olor y sabor 
 
Químicos: 
relacionados con la potabilidad (sustancias orgánicas e inorgánicas) 
relacionados con perjuicios económicos (pH, alcalinidad, acidez, dureza, 
etc.) 
indicadores de contaminación (nitrógeno, oxígeno consumido, cloruros) 
 
Bacteriológicos: 
índice de coli (totales o fecales) 
determinación de patógenos 
 
Exámenes microscópicos: 
búsqueda de algas, etc. 
 
Examen sanitario de campo. 
 5
 
Condiciones básicas que deben satisfacer los muestreos de agua 
Para la determinación de las características del agua en el laboratorio deben 
tomarse muestras cuyos resultados permitan identificar la situación real 
existente, para lo cual es necesario que se cumplan los requisitos que se 
exponen a continuación: 
1. Las muestras deben estar constituidas por un número adecuado de 
porciones tomadas en puntos diferentes. 
2. Las muestras deben tomarse con una frecuencia suficiente para que 
arrojen las variaciones de la calidad del agua dentro de intervalos de 
tiempo prefijados. 
3. La toma de muestras debe realizarse por personas competentes, para 
reducir al máximo las causas de error. 
Muestreos del agua para análisis fisicoquímico 
En este caso la toma de muestras debe realizarse cumpliendo los siguientes 
pasos: 
1. Las muestras deben recogerse en recipientes de materiales inertes 
(frascos de vidrio o plástico) de 2 a 5 litros. 
2. Los frascos se lavarán cuidadosamente antes de cada uso, de ser 
posible con agua de la misma fuente. 
3. Intervalo lo menor posible entre el muestreo y el análisis. 
4. En el caso de pozos, deben bombearse antes de tomar la muestra para 
que sea representativa de las aguas que abastecen la fuente. 
5. En los ríos, las muestras se tomarán en el centro de la sección, a media 
profundidad y en sentido contrario a la corriente. 
Muestreos del agua para análisis bacteriológico 
Para la determinación de las características bacteriológicas del agua es 
necesario proceder en la toma de muestras con más cuidado que para los 
exámenes físicoquimicos, por lo que se deben cumplir las siguientes 
condiciones: 
 
1. Las muestras se tomarán en frasco estéril, de cristal (100 mL), de boca 
ancha con tapa de vidrio protegida por un papel estéril amarrado al 
cuello del frasco. 
2. Si el agua a analizar es clorada, se añade tiosulfato de sodio en los 
frascos antes de esterilizarlos. 
3. Se procederá a flamear la llave u orificio de salida del agua y se dejará 
correr unos minutos antes de tomar la muestra. 
4. Se toma la tapa del frasco con el papel protector y se gira para aflojarla, 
se separa y se llena el frasco hasta 1 cm de la boca; se vuelve a colocar 
la tapa sin quitar el papel. Los dedos del operador u otro objeto no 
deben entrar en contacto con la tapa o el borde del frasco. 
 6
5. Se tapa el frasco inmediatamente, teniendo el cuidado de dejar una 
burbuja de aire en su interior. 
6. La muestra se conservará a temperatura menor de 10°C hasta su 
traslado al laboratorio y el análisis se hará antes de las 12 horas de 
tomada. 
7. Las muestras en aguas superficiales de ríos, arroyos o embalses que 
ofrezcan una superficie libre, serán tomadas en el frasco cuidando de no 
tocar la boca y manteniendo la tapa cubierta con el papel estéril, de 
manera que los dedos del operario estén en contacto con la parte 
externa del papel, pero no con la tapa de vidrio. Una vez destapado el 
frasco, se sumerge con rapidez en el agua, a unos 20 cm de 
profundidad, con la boca dirigida hacia la corriente y cuidando de que el 
frasco no toque el fondo, las paredes u orillas. Una vez extraído, se tapa 
inmediatamente procurando dejar una burbuja de aire en el cuello del 
frasco. 
 
 
Tabla: Número más probable (NMP) de bacterias coliformes en una muestra de 
agua.(según OPS/OMS 1978). 
Número de porciones 
Positivas Negativas 
 
NMP x 100 mL 
0 5 Menos de 2,2 
1 4 2,2 
2 3 5,1 
3 2 9,2 
4 1 16 
5 0 Más de 16 
 
El número de porciones que se deben sembrar será el correspondiente a una 
muestra normal y estas porciones, así como la cantidad de diluciones que se 
practiquen, dependerán del grado de contaminación del agua que se examine y 
del resultado obtenido en muestras anteriores. En los sistemas de 
abastecimiento de agua la cantidad mínima de muestras que se deben 
examinar mensualmente variará de acuerdo con el número de habitantes de la 
población abastecida. 
 
En el conteo del número total de bacterias, un número elevado no indica que 
sea necesariamente peligroso, sin embargo, está comprobado que las aguas 
naturales de buena calidad contienen pocas bacterias, ya que son pocas las 
bacterias cuyo hábitat natural es el agua. 
 
 7
La presencia de coliformes en el agua constituye un índice de contaminación 
por residuales humanos y el número probable en que estén presentes indica el 
grado de contaminación. Al analizar los resultados obtenidos en la 
investigación del bacilo coli realizados en un sistema de abastecimiento del 
agua, se procederá de acuerdo con los criterios siguientes: 
 
1. De todos las porciones que se examinen mensualmente, sólo un 
máximo del 10% podrá indicar ala presencia de Bacilus coli. 
2. Circunstancialmente, 3 o más de las 5 porciones que constituyen una 
muestra normal, podrán indicar la presencia de Bacilus coli, siempre que 
no ocurra en muestras consecutivas o en proporción mayor que la 
siguiente: 
a) En 5% de las muestras, cuando en el mes se examinen 20 o más. 
b) En una muestra cuando en el mes se examinan menos de 20. 
 
Si estos valores son sobrepasados se considerará el agua de calidad no 
satisfactoria y se deben efectuarpruebas diarias en el mismo punto hasta que 
por lo menos dos muestras consecutivas indiquen que el agua es satisfactoria. 
 
Ejemplo: 
 
En un acueducto se analizaron en el mes de enero 100 muestras de agua y los 
resultados son los siguientes: 
Número de muestras analizadas: 100 
 
Indicadores Resultados 
-2,2 75 
2,2 16 
5,1 7 
9,2 2 
16 - 
+ 16 - 
 
Calcule el número de porciones procesadas y el número y porcentaje de 
muestras y porciones positivas y diga sus conclusiones sobre la calidad 
bacteriológica del agua. 
 
No. De porciones procesadas: 100 muestras x 5 porciones = 500 porciones 
 
No. De muestras que tienen tres o más porciones positivas 
 
 8
Con 9,2 = 2 muestras 
Con 16 = 0 “ 
Con +16 = 0 “ 
Total = 2 muestras 
 
No. De porciones positivas: 
 
16 muestras con 2,2 (1 porción) = 16 
 7 muestras con 5,1 (2 porciones) = 14 
 2 muestras con 9,2 (3 porciones) = 6 
0 muestras con 16 (4 porciones) = 0 
0 muestras con +16 (5 porciones) = 0 
 _______________ 
 Total = 36 porciones 
 
Porcentaje de muestras con tres o más porciones positivas: 
 
100 muestras analizadas............................ 100 % 
2 muestras positivas.................................. X 
 
X= 2 x 100 = 2% 
 100 
 
Porcentaje de porciones positivas: 
 
500 porciones procesadas ........................... 100 % 
 36 porciones positivas ................................ X 
 
X= 36 x 100 = 7,2 % 
 500 
Conclusiones: Al ser los porcentajes de muestras y porciones positivas 
inferiores a los máximos establecidos, se puede considerar la calidad del agua 
en este mes satisfactoria para el consumo. 
 
GLOSARIO 
Agente etiológico o causal 
Cualquier elemento que actúe como causa determinante y sea capaz de 
producir una desviación de la salud. Habitualmente, los agentes se clasifican 
en: biológicos, físicos, químicos y sociales. Constituyen el primer eslabón de la 
cadena de trasmisión. 
 9
Autodepuración de las aguas 
Purificación de las aguas por procesos biológicos y fisicoquímicos naturales 
que da por resultado la transformación de las sustancias orgánicas y 
parcialmente no orgánicas (IRPTC, 1982). 
Caso 
Aquella persona de la población o de un grupo bajo estudio que presenta la 
enfermedad específica, la alteración de la salud o la condición bajo 
investigación. El término es muy vago y debe precisarse el tipo de caso de que 
se trate; por ejemplo: caso de paludismo, caso febril. 
Caso autóctono 
Caso contraído en la zona o país de residencia del enfermo. 
Caso importado 
Caso contraído fuera de la zona en que se hace el diagnóstico. 
Ciclo hidrológico 
Intercambio contínuo y complejo de agua en sus estados gaseoso, líquido y 
sólido, desde los océanos hacia la tierra y viceversa. 
Color 
Característica del agua que se debe a las sustancias en solución en la misma. 
Puede ser causado por materias vegetales, desechos industriales o sustancias 
minerales disueltas en el agua. Puede ser definido como la tonalidad, más clara 
o más oscura, que presenta el agua después de eliminarle todas las materias 
en suspensión (color verdadero), o como la impresión ocular producida por las 
materias en solución. 
Contaminación 
Introducción directa o indirecta en el medio ambiente, efectuada por el hombre, 
de cualquier tipo de desecho peligroso que pueda resultar nocivo para la salud 
humana o la vida vegetal o animal, dañe los ecosistemas, estorbe el disfrute de 
los lugares de esparcimiento u obstaculice otros usos legítimos del medio 
ambiente (PNUMA, 1987). 
Cualquier modificación indeseable del aire, agua o alimentos, causada por 
sustancias tóxicas o que puedan tener efectos adversos en la salud, o que 
sean molestas aunque no necesariamente dañinas para la salud (Last, 1988). 
EDA 
Enfermedades diarreicas agudas. 
Endemia 
Proceso morboso que se presenta en una comunidad o entre un grupo de 
personas. Una enfermedad que prevalece continuamente en una región (EPA, 
1989). 
Enfermedad 
Desajuste o deficiencia en los mecanismos de adaptación del organismo y una 
falta de reacción a los estímulos a los cuales está expuesto. Este fenómeno 
entraña una perturbación en la estructura o de la función de un órgano, de un 
 10
sistema, de todo el organismo o de sus funciones vitales. Sin embargo, no es 
un fenómeno homogéneo (Jenicek, 1982). 
Enfermedad infecciosa 
Es el resultado final de una infección que se produce a consecuencia de las 
alteraciones morfológicas y funcionales provocadas por la penetración y 
multiplicación de los agentes patógenos o de sus productos tóxicos. Constituye 
la manifestación más importante de la infección. Por consiguiente, puede haber 
infección sin enfermedad infecciosa, pero no existe enfermedad infecciosa sin 
infección. 
Epidemia 
Aparición de un número de casos no habituales de una enfermedad en una 
región en un período de tiempo determinado. 
Fluorosis 
Moteado del esmalte de los dientes que se produce por la ingestión de una 
sobredosis de flúor en el agua de consumo. 
Indice 
Valor numérico indicativo de la proporción que un acontecimiento o un número 
guarda con otro. Valor cuantitativo asignado a un fenómeno y que indica la 
magnitud de otro. 
Infección 
Penetración, multiplicación e invasión de un agente infeccioso en el organismo 
del hombre o de los animales, sin que generalmente haya signos ni síntomas 
de la enfermedad que éste produce. 
Intoxicación 
Conjunto de efectos nocivos producidos en un organismo vivo por un agente 
químico (Corey, 1988). 
Efecto adverso debido al ingreso de, o a la exposición a una sustancia 
(Plestina, 1984). 
Se distinguen tres tipos de intoxicación, considerando el tiempo transcurrido 
hasta la aparición de los efectos, la intensidad y duración de los mismos 
(Fernícola, 1985). 
Intoxicación aguda 
Resultado de una exposición única o a corto plazo, habitualmente manifestada 
clínicamente (IRPTC, 1982). 
La intoxicación aguda se produce cuando hay una exposición de corta duración 
y el agente químico es absorbido rápidamente, en una o varias dosis, en un 
período de tiempo no mayor de 24 horas, apareciendo los efectos de inmediato 
(Fernícola, 1985). 
Manto freático 
Cuerpo de agua de infiltración en el subsuelo que se encuentra ubicado a poca 
profundidad, generalmente a unos pocos metros de la superficie. 
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Metahemoglobina 
Derivado de la oxidación de la hemoglobina, contiene hierro trivalente y es 
incapaz de transportar oxígeno (Albert, 1984). 
Metahemoglobinemia 
Exceso de metahemoglobina en la sangre, que se puede producir por un alto 
contenido de nitratos en el agua de consumo. Afecta sobre todo a niños 
menores de un año y puede ocasionarles la muerte. 
Olor 
Impresión producida en el olfato por las materias volátiles contenidas en el 
agua. 
Período de incubación 
Es el período de tiempo que transcurre desde que un individuo es infectado, 
hasta la aparición de los primeros síntomas o signos de la enfermedad. 
Potabilidad 
Expresión que se ha adoptado convencionalmente para indicar un agua apta 
para consumo humano. 
Pozo 
Sistema consistente en una excavación de diámetro y profundidad variable, 
que capta el agua de un manto subterráneo. Cuando captan el agua de un 
manto profundo y ésta brota a presión se denominan artesianos. 
Pozo negro 
Sistema de disposición de excretas que no cumple los requisitos sanitarios 
para evitar la contaminación de las aguas de los mantos subterráneos. 
Riesgo 
Probabilidad de daño, enfermedad o muerte bajo circunstancias específicas. En 
términos cuantitativos, el riesgo se expresa en valores en un rango de cero 
(que representa la certeza de que el daño no ocurrirá) a uno (representando la 
certeza de que ocurrirá el daño) (EPA, 1989). 
Sabor 
Sensación gustativa que producen las materias contenidas en el agua. 
Saneamiento ambiental 
Término generalmente usado para indicaractividades relacionadas con el 
mejoramiento de las condiciones básicas ambientales que afectan la salud, es 
decir, el suministro de agua, disposición de desechos humanos y animales, 
protección de los alimentos de la contaminación biológica y condiciones de 
alojamiento, todo lo cual concierne a la calidad del ambiente humano (OMS, 
1979). 
Saturnismo 
Intoxicación por plomo que puede producirse por ingestión de agua con altas 
concentraciones del metal, por realización de labores que expongan a la 
respiración de sus vapores, o por otras causas que ocasionen la penetración 
del tóxico en el organismo humano. 
 12
Susceptible o huésped 
También denominado huésped susceptible, constituye el último eslabón de la 
cadena de trasmisión de las enfermedades. Es cualquier hombre o animal sano 
capaz de sufrir una desviación de la salud. 
Susceptibilidad 
Es la capacidad con que un hombre o animal sano sufre una desviación de su 
salud a consecuencia de la acción de un agente etiológico. 
Turbiedad 
Característica física del agua que se debe a su contenido de materia en 
suspensión (arcilla, limo, cuarzo, materia orgánica finamente dividida y otras 
pequeñas partículas suspendidas). La turbiedad no es una característica 
peligrosa del agua, nunca se reduce a cero, pero pueden lograrse procesos de 
tratamiento que reduzcan su concentración a valores incluso inferiores a 1 
unidad. 
Vector 
Seres vivos integrantes del reino animal (artrópodos o roedores) capaces de 
trasmitir una enfermedad al ser humano. 
Portador viviente, por diseminación o inoculación, o ambas a la vez, del agente 
causal de la enfermedad (OMS). 
Animal capaz de transmitir un patógeno de un huésped a otro (Plestina, 1984). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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LECTURA COMPLEMENTARIA 
EL AGUA EN LA NATURALEZA 
 Dra C. Regla Cañas Pérez 
 CICLO DEL AGUA EN LA NATURALEZA 
Desde los tiempos más remotos el agua ha constituido un factor fundamental en 
el desarrollo socioeconómico de los pueblos. No es fácil imaginar un medio 
saneado e higiénico sin la presencia del agua. El progreso de la higiene y la 
salud en el mundo ha estado estrechamente vinculado a la existencia de ese 
elemento, y la rapidez y amplitud de ese avance han guardado siempre una 
relación directa con la cantidad y la calidad del agua disponible. 
En torno a los grandes ríos y lagos de los continentes tuvo sus orígenes la 
civilización, trátese de Egipto, Mesopotamia, China, América Central u otras 
culturas. La transición de la vida nómada al sedentarismo se debió 
precisamente al surgimiento de la agricultura; el hombre fue fijando su vivienda 
en los lugares donde tenía la posibilidad de disponer de agua para satisfacer sus 
necesidades y para la construcción de diques, canales, sistemas de drenaje y 
otras obras que favorecieran el desarrollo de sus cultivos. Con ello el ser 
humano comenzó el dominio del medio ambiente natural. 
El hombre ha utilizado el agua desde los albores de la historia, sin embargo, 
hasta una época relativamente cercana no se ha llegado a comprender la 
importancia y a veces el peligro que este elemento puede encerrar para la salud. 
Incluso hoy día esos conocimientos son incompletos, sobre todo en lo que se 
refiere a la relación que parece existir entre la cantidad de agua disponible por 
persona y la incidencia de ciertas enfermedades transmisibles. 
No obstante la ausencia de fundamentos científicos, la calidad del agua fue una 
preocupación de los antiguos. Los primeros dispositivos para tratar el agua se 
encuentran pintados en las tumbas egipcias de Amenofis II y Ramsés II; se 
trataba de sifones para extraer el líquido sobrenadante de una vasija, dejando 
los sedimentos en el fondo. Durante el esplendor griego, Hipócrates (400 ANE) 
se refiere a diversas clases de aguas y a la selección de la mejor posible, y 
señala que "el agua contribuye en mucho a la salud". 
Los romanos (300 años ANE) aprendieron de los etruscos los conocimientos de 
obras de acueducto; los aztecas por su parte, abastecían a su pueblo con agua 
abundante mediante canales. En ambos casos se construyeron además, 
sistemas que permitían el desagüe de las aguas residuales. 
En el siglo pasado, las epidemias transmitidas por el agua y las investigaciones 
epidemiológicas subsiguientes, pusieron de manifiesto la importancia de la 
calidad del agua y su intervención en la transmisión de las enfermedades. Las 
primeras investigaciones giraron principalmente en torno al cólera y a las 
enfermedades del grupo de la tifoidea, y más tarde se incluyeron todos los 
procesos diarreicos. Más recientemente se ha prestado una atención cada vez 
 14
mayor a la intervención del agua como vehículo de ciertas virosis y a su relación 
con el desarrollo de enfermedades crónicas. 
Los métodos de tratamiento del agua para vigilar y regular su calidad 
bacteriológica, iniciados a finales del siglo pasado y a principios del presente, 
demostraron de un modo elocuente la utilidad y necesidad de esas medidas. 
Las aguas que se encuentran en la superficie de la tierra provienen de las 
precipitaciones meteóricas (lluvia, nieve, granizo). Las aguas subterráneas 
tienen generalmente el mismo origen, aunque algunos hidrólogos plantean que 
la condensación o fijación del vapor de agua atmosférico en el suelo bajo el 
efecto de las variaciones de temperatura, juega también un papel en su 
formación; pero esta hipótesis no es totalmente aceptada, ya que el aporte de 
agua por condensación interna contribuye sólo en una pequeña parte a la 
alimentación de las capas acuíferas. 
Se conoce el ciclo permanente del agua: los rayos solares provocan en la 
superficie de los mares y de las aguas continentales, una intensa evaporación 
que aumenta con la temperatura y da origen a masas considerables de vapor de 
agua. Este vapor asciende en la atmósfera, encuentra capas de aire con una 
temperatura mucho menos elevada; se produce entonces una condensación 
parcial en muy finas gotitas de agua o en agujas de hielo que constituyen las 
nubes que flotan en la atmósfera. Cuando estas nubes, arrastradas por los 
vientos, encuentran zonas todavía más frías, la condensación se completa y se 
producen las precipitaciones. 
La precipitación, percolación, escurrimiento, evaporación y condensación, 
son etapas en el ciclo del agua, el cual no tiene principio ni fin. Del agua que 
llega a la tierra, alguna cae directamente sobre las superficies acuáticas; otra 
parte fluye sobre la tierra y se abre su cauce por arroyos y ríos, estanques, lagos 
y depósitos, o mares y océanos; parte de ella retorna de inmediato a la 
atmósfera por evaporación, desde las superficies acuática y terrestre, así como 
por evaporación y transpiración de la vegetación; y otra parte penetra en el 
subsuelo. 
Una porción del agua que penetra en la corteza terrestre es retenida cerca de la 
superficie, de donde alguna cantidad se evapora directamente y otra es tomada 
por la vegetación, para ser retornada a la atmósfera por transpiración. El 
remanente del agua infiltrada escurre hacia abajo por gravedad, hasta alcanzar 
el nivel freático, para unirse al depósito subterráneo bajo la superficie terrestre. 
La mayor parte del agua subterránea es descargada hacia la superficie del suelo 
a través de manantiales y afloramientos, o pasa, ya sea al nivel freático o bajo él, 
a las corrientes o masas estáticas de agua, incluyendo los océanos. 
El agua que fluye por arroyos y ríos se deriva sólo en una pequeña parte de la 
precipitación directa, y en su mayoría procede del agua de lluvia que escurre por 
la superficie del suelo. 
 15
La evaporación y la precipitación son las principales fuerzas motrices en el ciclo 
del agua. La radiación solar es la fuente de energía requerida. El escurrimiento y 
la percolación desplazan el escenario de su evaporación a lo largo de la 
superficie terrestre, la circulación atmosférica lo hace para su condensación y 
precipitación. 
La cantidad de lluvia caída anualmente sobreuna región se expresa por la altura 
que alcanzaría la masa líquida si ella estuviera uniformemente repartida sobre la 
superficie que la recibe. Estas alturas de agua, expresadas generalmente en 
milímetros, se miden con la ayuda de aparatos llamados pluviómetros. 
Los principales factores que influyen en las precipitaciones son: 
a) La proximidad del mar: por regla general la pluviosidad aumenta en su 
proximidad, las precipitaciones anuales tienen lugar durante gran 
número de días, pero la caída de agua es menos intensa que en las 
regiones continentales. 
b) La altitud: la cantidad de lluvia crece con la altitud. 
c) La temperatura. 
d) La latitud. 
e) La situación de la cuenca con respecto a la trayectoria de los 
movimientos ciclónicos- 
f) La presencia de bosques y áreas verdes en general. 
El régimen de las precipitaciones varía, por tanto, de un país a otro, y aún de una 
a otra región. Las estaciones pluviométricas realizan las mediciones que 
permiten esencialmente apreciar: 
 1. La altura media de las lluvias durante el año. 
 2. La distribución de las precipitaciones durante el año. 
 3. La variación de las medias anuales. 
 4. La duración e intensidad de las precipitaciones. 
Los resultados de estas observaciones suministran elementos fundamentales 
para el estudio hidrológico de regiones determinadas. 
Las cantidades relativas de agua de lluvia que se evaporan, se escurren o se 
infiltran, son muy variables y difíciles de cuantificar. Dependen de diferentes 
factores, tales como: temperatura, grado higrométrico de la atmósfera, velocidad 
del viento, naturaleza del suelo, vegetación, etc. 
La fracción relativa al escurrimiento puede, sin embargo, ser objeto de 
mediciones bastante rigurosas. Se puede conocer por aforo la cantidad de agua 
escurrida (d) en un curso de agua, durante un periodo determinado 
(generalmente un año). 
Si se designa por h la cantidad de lluvia caída durante el mismo tiempo sobre la 
cuenca alimentadora, la relación d/h define el coeficiente aparente de 
escurrimiento del curso de agua considerado, el cual depende en particular de 
la naturaleza geológica del suelo, de su permeabilidad, de la vegetación y del 
relieve. 
 16
La diferencia ( h-d ) representa para un tiempo dado el déficit de escurrimiento 
de la cuenca, el cual es debido en gran parte a la evaporación. Esta diferencia 
en algunos casos puede llegar a representar hasta el 70 % de la cantidad total 
de agua caída en un año. 
El estudio de las cuencas fluviales comprende principalmente, las medidas 
sistemáticas de estos valores, a partir de los cuales se determina el balance 
hidrológico. Los valores estadísticos obtenidos en un tiempo suficientemente 
largo, permiten apreciar mejor los recursos y las características de las cuencas 
estudiadas. 
Los factores principales que intervienen en la infiltración son: 
a) Características locales de las precipitaciones meteóricas. 
b) Condiciones de evaporación en la superficie del suelo. 
c) Condiciones de escurrimiento superficial. 
d) Facilidades de almacenamiento y escurrimiento subterráneo 
(permeabilidad, porosidad y rendimiento específico del suelo, y 
disposición de los estratos). 
La profundidad de penetración de las aguas depende sobre todo de la naturaleza 
de la superficie geológica de las rocas. Se puede, a este respecto, clasificar los 
terrenos en tres categorías: 
a) Terrenos impermeables: constituidos por rocas compactas y coherentes, sin 
fisuras, a menos que éstas sean estrechas y poco profundas. Ejemplo de ello 
son las rocas eruptivas y metamórficas no fracturadas (granito, esquisto, 
arenisca), las calcáreas muy compactas y las rocas higroscópicas, que a pesar 
de ser porosas tienen la propiedad de absorber y fijar durante un tiempo 
numerosas moléculas líquidas, y ser por ello prácticamente impermeables 
(arcilla, gredas, margas y limo). 
b) Terrenos poco permeables: están constituidos por las arenas, gravas, 
areniscas porosas, tobas volcánicas y ciertas calcáreas (cretas), cuyos poros 
son bastante grandes para que el agua pueda fluir. El agua contenida en un 
terreno poco permeable puede ser dividida en tres partes: 
• Agua pelicular, que rodea las superficies de los granos. 
• Agua capilar, que es retenida por la tensión superficial existente 
sobre y entre los granos. 
• Agua de gravedad, que es la que corre bajo el efecto de la 
gravedad, infiltrándose o escurriendo entre los granos. 
La alimentación de los acuíferos subterráneos resulta casi exclusivamente del 
agua de gravedad, a las dos primeras se les denomina agua de retención 
específica. 
c) Terrenos muy permeables: constituidos por rocas compactas pero muy 
fisuradas, como los granitos, basaltos y sobre todo, calcáreas fisuradas. Las 
fisuras se desarrollan continuamente por la acción mecánica de las aguas que 
por allí circulan en régimen forzado (erosión, ondas de choque, cavitación) a lo 
 17
que se agrega en el caso de las calcáreas, un fenómeno químico originado por la 
transformación del carbonato de calcio de las rocas en bicarbonato soluble por 
efecto del contenido de ácido carbónico en las aguas, lo que ocasiona la 
formación de cavidades y cavernas. A las regiones calcáreas transformadas en 
verdaderos "coladores" por la disolución progresiva de sus rocas se les 
denomina terrenos cársicos. 
El agua de gravedad que atraviesa la zona de intercambio se escurre por 
infiltración o filtración a través de los intersticios del terreno, en una zona de 
descenso, hasta encontrar una capa impermeable sobre la cual se acumula, 
formando ya sea una capa acuífera o yacimiento o un nivel acuífero. El 
primer término se emplea para designar las reservas de agua acumuladas en los 
terrenos poco permeables, el segundo define la circulación del agua formada en 
los terrenos muy permeables. 
Se distinguen las capas freáticas (o capas acuíferas de los pozos) de las capas 
acuíferas profundas. Las capas situadas a profundidades diferentes pueden 
comunicarse entre ellas debido a modificaciones geológicas. 
Una capa acuífera es libre cuando está limitada únicamente por una capa 
impermeable sobre la cual reposa o circula. Las capas freáticas son ejemplos de 
este tipo. Cuando la capa acuífera está comprendida entre dos capas 
impermeables de terreno se dice que es cautiva, y cuando la capa está en 
carga, de la misma manera que sucede en una conducción forzada se dice que 
es artesiana. 
Las capas acuíferas que se encuentran en los sedimentos aluviales de los valles 
son capas freáticas alimentadas por el río y a veces por las aguas de 
escurrimiento de las laderas próximas. 
Para calcular la infiltración se utilizan métodos racionales que se basan en el 
análisis de las condiciones hidráulicas de las aguas subterráneas, conjugadas 
con los estudios estadísticos destinados a la previsión del comportamiento del 
fenómeno en su aspecto hidrológico. 
 
COMPOSICIÓN DE LAS AGUAS NATURALES. 
Debido al contacto múltiple con elementos extraños, las aguas naturales no son 
rigurosamente puras. La fuente del agua determina su calidad inherente. 
El agua de lluvia absorbe los gases y vapores que se encuentran normalmente 
presentes en la atmósfera: oxígeno, nitrógeno, bióxido de carbono y otros 
gases desechados a la atmósfera, y barre las partículas del aire cuando se 
forman gotas a su derredor. Los núcleos de sal (en particular cloruros) llegan a 
la atmósfera procedentes del rocío marino y de las cataratas de agua dulce. La 
precipitación radiactiva contribuye con residuos de esta naturaleza. Sin 
embargo, cuando la lluvia humedece la superficie de la tierra, el agua empieza 
a adquirir las propiedades del escurrimiento superficial. 
 18
Con el tiempo, el agua superficial, en la misma forma que el escurrimiento de la 
lluvia, penetra en estanques, lagos, ríos y mares. Sin embargo, en tiempo desequía gran parte del agua que fluye por los canales superficiales, emana, sobre 
todo, de yacimientos subterráneos. Durante las fuertes tormentas y 
crecimientos, las tierras que normalmente están a salvo de la erosión por el 
escurrimiento y las planicies de inundación carentes de corrientes superficiales, 
pueden aportar cantidades considerables de limo a las corrientes de las 
crecidas. En épocas normales, la composición de las masas superficiales varía 
con la topografía y vegetación del área, así como con el uso y métodos de 
explotación de las tierras. 
Las partículas, tanto minerales como orgánicas, pueden ser arrastradas por la 
erosión, junto con las bacterias del suelo y otros organismos, al mismo tiempo 
que solubilizan las sales y otras sustancias. Los fertilizantes naturales y 
sintéticos llegan al agua junto con los residuos de biocidas aún cuando la fuerza 
aglomerante de los suelos es sumamente poderosa. 
Las algas y otros organismos con sus olores y sabores le dan una característica 
particular a las aguas de lagos y estanques, la vegetación en descomposición 
intensifica el color, olor y sabor de las aguas de pantanos. 
Las aguas subterráneas encierran en solución los mismos elementos gaseosos 
que las aguas meteóricas, pero en proporciones generalmente menores. 
Especialmente su tenor de amoníaco disminuye, pues los compuestos de 
nitrógeno son corrientemente absorbidos y fijados por ciertas bacterias del 
suelo. 
Las aguas subterráneas absorben los gases de la materia orgánica en 
descomposición en el interior de los poros del manto del suelo, a través del cual 
se infiltran. En las tierras que son ricas en materia orgánica, el agua desprende 
oxígeno y absorbe bióxido de carbono. Se disminuye el pH y se disuelven 
algunos minerales del suelo. Los carbonatos, sulfatos y cloruros se disuelven en 
el agua, aumentando su dureza. Pueden solubilizarse también el hierro y el 
manganeso. Entre los gases en descomposición que pueden encontrarse en las 
aguas subterráneas están el ácido sulfídrico y el metano. La filtración natural 
elimina la materia orgánica y microorganismos, mientras que las sales 
permanecen en solución. 
Las aguas subterráneas pueden también contener ciertos elementos tóxicos e 
indeseables que provienen casi siempre de una contaminación industrial. 
 
CRITERIOS SANITARIOS DE SELECCIÓN DE AGUAS NATURALES. 
El estudio sistemático de los recursos permite hacer una elección definitiva de la 
solución que se ha de adoptar para el suministro de agua a las comunidades, 
teniendo en cuenta consideraciones complementarias de orden económico y 
técnico. En todos los casos, se ha de disponer de agua naturalmente pura a 
partir de su origen y en la medida de lo posible. 
 19
Debido al carácter irregular e incierto de las precipitaciones, las aguas 
meteóricas se utilizan únicamente en casos muy especiales; por ejemplo, para 
alimentar redes deficientes en las horas pico, o bien en distribuciones aisladas o 
de pequeña importancia. 
Las aguas son puras en su origen, pero las aguas meteóricas pueden ser 
contaminadas durante el primer contacto con las capas atmosféricas y a 
continuación en su contacto con las obras por las que circula. Esta agua 
meteórica presenta el gran inconveniente de poseer pequeñas cantidades de 
sales, lo cual la hace insípida, además de no brindar los elementos minerales 
para el metabolismo humano. 
Es conveniente utilizar preferentemente las aguas de origen subterráneo. Las 
que circulan en los terrenos poco permeables son las de mejor calidad, debido a 
la filtración natural que sufren en dichos terrenos. En efecto, cuando el agua 
atraviesa lentamente una capa de arena fina de 5-6 m de espesor, se elimina 
una parte importante de los microorganismos que contiene. Por estas mismas 
razones, la captación de las aguas en las capas aluviales de los ríos puede dar 
agua de muy buena calidad química y bacteriológica. 
Las aguas provenientes de yacimientos que afloran en terrenos muy permeables 
no son de confianza, y por lo tanto, deben someterse a un control y vigilancia 
muy estrictos. 
Si no se pueden encontrar en cantidad suficiente aguas subterráneas de buena 
calidad, se ha de recurrir a las aguas superficiales. Estas están generalmente 
sometidas a contaminaciones diversas, principalmente provenientes de los 
vertidos de aguas industriales y urbanas. Salvo casos excepcionales, estas 
aguas deben ser tratadas antes de su distribución. 
 
CARACTERÍSTICAS FISICOQUÍMICAS DEL AGUA. SU EVALUACIÓN E 
INTERPRETACIÓN SANITARIA 
El agua puede ser no potable sin ser insípida, e insípida sin ser impotable. Para 
que sea agradable al paladar el agua debe estar exenta de color, turbidez, sabor 
y olor, poseer una temperatura moderada en verano e invierno y estar bien 
aireada. Cuando menos cuatro percepciones humanas responden a estas 
características: los sentidos de la vista (color y turbidez), gusto, olfato (olor) y 
tacto (temperatura). 
I) CARACTERÍSTICAS FÍSICAS 
Color: El agua pura es incolora. Bajo un cierto espesor toma, sin embargo, un 
color azul verdoso. Las aguas naturales pueden estar coloreadas por las 
materias que contienen en solución o en suspensión. Por ejemplo, las aguas 
provenientes de los macizos graníticos son ligeramente parduzcas y toman un 
color rojizo cuando han estado en contacto con rocas silíceas que contengan 
sales ferrosas. 
El color del agua es ocasionado generalmente por la extracción de materia 
 20
colorante del humus de los bosques o de la materia vegetal de los pantanos y 
áreas de poca profundidad. Esta materia colorante está formada por 
compuestos del humus y del ácido tánico, los cuales originan un color café 
amarillento como el "té de las praderas" que Thoreau vió en los arroyos de 
Nueva Inglaterra. 
Se pueden definir dos tipos de color: el color verdadero que es el que está 
presente en el agua después de haberse removido la materia suspendida y el 
color aparente que es el color verdadero más el producido por las sustancias en 
suspensión. En ciertos casos puede ser impartido color al agua por el hierro 
disuelto o por la descarga de desechos industriales. El método preferido para la 
determinación del color, es la comparación visual de la muestra con 
concentraciones conocidas de soluciones coloreadas preparadas de 
cloroplatinato de potasio, cloruro de cobalto y ácido clorhídrico. Para ello se usan 
tubos Nessler de 50 ml que pueden sustituirse por comparadores con discos 
especiales, de vidrio coloreado, pero es preferible la comparación directa. El 
método de platino-cobalto es útil para medir el color del agua proveniente de 
materias de incidencia natural en la misma, tales como residuos vegetales. Este 
método no puede aplicarse a la medición del color en aguas que contienen 
residuos industriales con alta contaminación de colorantes. 
Es preferible que el color se registre como el color verdadero. Esto significa que 
antes de la medición debe eliminarse la turbiedad. El método recomendado para 
la remoción de turbiedad es la centrifugación. Si ésta no elimina toda la 
turbiedad, puede completarse con la adición de 1 ml de una solución que 
contenga 0,6 g de Cl22H2O por ml a 100 ml de muestra seguido por 
centrifugación en la forma usual. La adición de 1 ml de solución introduce un 
error de 1 %, pero de todas formas se halla dentro de los límites de exactitud 
para efectuar la determinación. 
Problemas específicos de color, tales como los que presentan los residuos 
industriales, pueden detectarse mediante el uso de métodos espectrométricos y 
colorimétricos. 
El color del agua no solamente tiene el inconveniente de dar motivo a que los 
consumidores hagan objeciones sobre su aspecto, sino que puede manchar la 
ropa y ser perjudicial para los procesos industriales. 
Turbiedad: Las aguas turbias son las que contienen materias visibles en 
suspensión. Aunque el enturbiamiento puede provenir de la presencia de algas o 
de otros organismos vivos o muertos, engeneral se debe al barro o la arcilla. La 
turbiedad es el efecto óptico causado por la dispersión e interferencia de los 
rayos luminosos que pasan a través del agua que contiene pequeñas partículas 
en suspensión debidas al cieno extraído del suelo, por escurrimientos 
superficiales que contienen materia suspendida, orgánica y mineral, por el 
carbonato de calcio precipitado en las aguas puras, por el hidróxido de aluminio 
 21
en las aguas tratadas, por el óxido de hierro precipitado en las aguas corrosivas, 
y por organismos microscópicos y sustancias semejantes. 
La medición de la turbiedad es importante por ser uno de los factores visuales 
que influyen en la aceptación del agua por el consumidor. En el agua de pozo, 
puede indicar la entrada de escurrimientos superficiales y por ende una 
contaminación potencial. En el agua coagulada y filtrada, indica generalmente 
una operación defectuosa. En el agua de consumo la turbiedad puede deberse 
al carbonato de calcio precipitado, lo que indica el depósito de incrustaciones en 
los conductos, o puede ser debida al óxido de hierro formado por la corrosión de 
la tubería. En el agua cruda la turbiedad influye sobre la cantidad de coagulante 
que se requiere para tratamiento y puede acortar los ciclos de filtración. 
El análisis de la turbiedad es importante además, en la evaluación de la calidad 
de las aguas, ya que la misma puede ser indicativa de una contaminación 
bacteriana o viral. La medición de la turbiedad requiere de un instrumento y un 
patrón de referencia. Para agua potable el instrumento recomendado es el 
nefelómetro, usando el polímero formazina como patrón de referencia. 
El turbidímetro de vela de Jackson es adecuado para la evaluación de la 
calidad del agua potable, ya que solamente puede ser usado para medir 
turbiedades mayores de 25 unidades; sin embargo, puede ser utilizado muy 
satisfactoriamente en aguas superficiales. Las unidades Jackson de turbiedad 
que usan sílice como suspensión estándar son comparables, aunque no 
necesariamente iguales, a unidades medidas con un nefelómetro que use 
formazina como estándar. Otros turbidímetros tales como el de Saint Louis, el 
de Baylis y el de Hellige; aunque no son tan precisos y exactos como el método 
nefelométrico, pueden evaluar la calidad del agua para determinados usos, 
incluyendo el agua potable. 
Olor y sabor. Las palabras olor y sabor se usan frecuentemente en forma 
imprecisa e intercambiable. En realidad existen sólo cuatro sabores: agrio, dulce, 
salado y amargo, percibidos únicamente por las papilas gustativas de la lengua. 
Los olores parecen ser innumerables y se sabe que cambian de característica 
conforme varía la concentración del compuesto odorífero, o la intensidad de su 
olor. Sin embargo, una clasificación cuidadosa de los olores indica que puede 
haber ciertos olores fundamentales a partir de los cuales podrían componerse 
todos los demás. El hombre percibe los olores a través de los nervios olfatorios 
expuestos en la parte alta de la nariz, pero protegidos por secreciones acuosas y 
aceitosas. Cilios diminutos o receptores en forma de pelo, sobrepasan las 
células que cubren las fibras del nervio olfatorio. Por consiguiente, se supone 
que la percepción del olor requiere la absorción de las moléculas de las 
sustancias olorosas por la cubierta acuosa y aceitosa protectora del área 
olfativa, pero también se han sugerido otros mecanismos para la función olfativa. 
Los olores en el agua son debidos a pequeñísimas concentraciones de 
compuestos volátiles. Algunos de ellos se producen cuando se descompone la 
 22
materia orgánica, lo que de preferencia se presenta en las aguas superficiales a 
causa de la presencia de dicha materia en las mismas. La intensidad y lo 
ofensivo de los olores varía con el tipo: algunos son a tierra y moho, mientras 
que otros son putrefactos. Algunos olores de las aguas superficiales son 
producidos por la contaminación con desechos industriales, tales como el fenol y 
los derivados del petróleo. En la mayoría de los casos los olores indeseables en 
las aguas son producidos por el plancton. Algunos olores son aromáticos, otros 
son dulzones y florales, otros son a pescado, etc. Otros olores de diversos tipos 
se producen por la adición de cloro al agua. En ciertos casos la cloración limitada 
acentúa los olores. Por otro lado, el cloro destruye frecuentemente las sustancias 
que producen olor, especialmente cuando está en forma de cloro libre. 
Por lo general, el sabor en el agua está íntimamente relacionado con el olor y es 
causado por las mismas condiciones; sin embargo, la materia mineral disuelta 
puede impartir sabores, pero no olores al agua. Las sales metálicas como las de 
cobre, zinc o hierro pueden provocar sabores metálicos. Los cloruros y los 
sulfatos, en concentraciones superiores a 250/mg/l, hacen que el agua tenga un 
sabor salado. El agua clorada que contenga compuestos fenólicos puede tener 
un sabor perceptible a concentraciones inferiores a las que son perceptibles 
como olor. 
Debido a las pequeñísimas concentraciones de las sustancias que producen 
alteración en las características organolépticas del agua, los procedimientos 
analíticos no son satisfactorios para su medición y tiene que confiarse en los 
órganos de los sentidos. Esto varía con los individuos, y por lo tanto, los 
resultados fluctúan bastante. 
En el caso del olor se requiere la preparación de un agua inodora diluida 
mediante filtración por un lecho de carbón activado. La proporción en la cual la 
muestra portadora de olor debe ser diluida con agua inodora debe ser tal, que el 
olor pueda apenas detectarse mediante la prueba. 
Para efectuar este trabajo es preciso usar un panel de cinco o más ayudantes 
que comienzan con la muestra más diluida. Durante la prueba se conserva la 
temperatura de las muestras dentro de 1ºC de la temperatura especificada, que 
normalmente es 60 ºC (prueba caliente), o 40 ºC. Se utiliza un frasco 
separador que contenga agua inodora para propósitos de comparación. Esta 
prueba determina el “número del umbral odorable” y representa el número de 
veces que ha sido necesario diluir la muestra con agua inodora para reducir un 
olor al mínimo perceptible. Por ejemplo, si 50 ml de la muestra tienen que 
diluirse a 200 ml, el número de umbral es 4. 
La prueba del sabor no se practica más que cuando el agua es inocua; en 
general se emplean las mismas muestras recogidas para la determinación del 
olor. Las muestras deben estar a una temperatura de 40 ºC, ya que ésta es la 
más cercana a la del cuerpo y no se experimentará sensación de frio o calor. Se 
degusta el agua en la punta y en el dorso de la lengua. Los caracteres y la 
 23
intensidad del sabor pueden expresarse utilizando la misma clase que para el 
olor. Cuando el propósito de la prueba es estimar su aceptabilidad por el 
consumidor, debe usarse la prueba de clasificación del sabor, para la que se 
recomienda una temperatura de 15 ºC. En esta prueba los catadores clasifican el 
agua en una escala que va de "muy favorable" a "muy adversa". 
En general, la intensidad y características del olor y el sabor, ayudan 
frecuentemente a la interpretación de otros exámenes de la calidad del agua, y 
permite muchas veces reconocer la naturaleza de una contaminación o la 
presencia de microorganismos. En ambos casos el agua tratada no debe 
sobrepasar de 2 como máximo. 
Residuos. Las determinaciones de los sólidos son importantes para evaluar la 
calidad del agua y para controlar los procesos de tratamiento. Además del 
residuo total, los sólidos pueden determinarse como filtrables o no filtrables. A su 
vez, cada uno de ellos puede ser clasificado como volátil o no volátil. En general, 
se estima que la porción volátil representa el material orgánico y la no volátil el 
material inorgánico presente. 
En el caso de aguas naturales que contienen principalmente materia mineral o 
inorgánica, normalmente es suficiente medir solamenteel residuo total y 
filtrable, usando una temperatura de secado de 179 a 181 ºC. El residuo no 
filtrable se calcula entonces como la diferencia entre los dos valores medidos. 
En el caso de aguas contaminadas que contienen cantidades apreciables de 
materia orgánica, las determinaciones de residuo incluye usualmente residuo 
total y no filtrable, usando una temperatura de secado de 103 a 105 ºC, a fin de 
evitar la pérdida de materia orgánica volátil. El residuo filtrable puede entonces 
calcularse como la diferencia entre los anteriores, o bien puede ser directamente 
determinado al secar el líquido filtrado a una temperatura de 103-105 ºC. 
Cuando resulta necesario distinguir entre residuo volátil y no volátil la muestra 
debe ser calculada a 550 ºC. El residuo volátil corresponde a la pérdida de peso 
por ignición. La medición de residuo volátil es útil para proveer una estimación 
aproximada del material orgánico presente. Para valorar la efectividad en el 
tratamiento de aguas residuales puede determinarse el residuo sedimentable, 
efectuada con un cono Imhoff. 
Temperatura. La temperatura del agua depende de su origen. La temperatura 
de los arroyos, ríos, etc., es siempre muy próxima a la del aire en contacto. Las 
variaciones estacionales se acusan, principalmente, con un ligero desfasaje y 
una ligera ponderación. 
Debido a la inmovilidad, las capas superficiales de las aguas de lagos y 
estanques tienen una temperatura que está siempre sensiblemente igual a la del 
aire próximo; pero la influencia de las variaciones de temperatura de la 
atmósfera disminuye progresivamente con la profundidad, y la temperatura de 
las capas profundas tiende hacia un valor constante próximo a 4 ºC (esta 
temperatura corresponde, para el agua dulce, a su máxima densidad). 
 24
Las aguas subterráneas, por regla general, tienen una temperatura mucho más 
equilibrada que las aguas superficiales, que en las zonas situadas a 30 m de 
profundidad se encuentra sensiblemente constante, tanto en verano como en 
invierno, y representa la temperatura del lugar. La temperatura de las capas 
acuíferas puede modificarse, al igual que las superficiales, por aportes de aguas 
extrañas. 
La temperatura del agua influye en su aceptación por el consumidor y puede 
afectar las reacciones químicas del tratamiento, por ejemplo: el proceso de 
ablandamiento del agua por precipitación es mucho más eficiente en caliente 
que en frío. 
La temperatura está considerada una medición fácil, y por esta razón, a veces se 
efectúa descuidadamente. Normalmente las mediciones pueden efectuarse con 
cualquier buen termómetro centígrado de mercurio o con uno de cuadrante. Su 
lectura debe realizarse en el campo, manteniendo el instrumento de medición 
dentro del agua por lo menos durante 5 minutos antes de efectuar la lectura. 
Para las aguas provenientes de las capas acuíferas profundas se utilizan 
termómetros de máxima y mínima. 
II) CARACTERÍSTICAS QUÍMICAS 
Concentración de los iones hidrógeno (valor del pH). La acidez real o eficaz 
de una solución depende de su grado de disociación en iones hidrógeno libres 
(H+). Las soluciones de ácidos fuertes contienen una concentración elevada de 
éstos, de igual modo las soluciones de bases fuertes contienen muchos iones 
hidróxido libres (OH-). El agua químicamente pura no está disociada, contiene 
una cantidad igual de iones (H+) y (OH-). 
En medio neutro corresponde a una concentración en iones (H+) e iones (OH-
) igual las dos a 10 -7. Para tener en cuenta las variaciones sensibles e 
importantes de estas concentraciones se ha buscado un sistema de 
representación sin exigir una precisión experimental demasiado grande. Esta es 
la razón por la cual se ha definido el pH de una solución como el antilogaritmo 
decimal de su concentración en iones (H+). El pH mide la intensidad de la 
reacción ácida o alcalina del agua, asi pues, los valores de pH de 1,0 hasta 7,0 
indican acidez y 7,0 indica neutralidad. La mayoría de las aguas naturales tienen 
valores de pH entre 5,5 y 8,6. 
La corrosividad del agua es función del pH y puede corregirse disminuyendo la 
intensidad ácida mediante la adición de un álcali. En forma análoga, el depósito 
o la disolución de las incrustaciones en las tuberías puede controlarse 
cambiando la relación entre la alcalinidad y el valor del ph por la adición de cal. 
Sin embargo, la medida del ph por si sola no permite hacer conclusiones acerca 
de la agresividad del agua, por lo que se requieren mediciones complementarias. 
La medida del pH puede hacerse por métodos colorimétricos o por métodos 
electrométricos. Esto último es más preciso y está basado en que la diferencia 
de potencial que existe entre un electrodo de vidrio en una misma solución, es 
 25
proporcional al pH de éste. Basta pues, graduar el aparato con ayuda de 
soluciones tipos cuyo pH es conocido, para poder seguidamente determinar por 
lectura directa el pH del agua examinada. 
La medición del ph debe hacerse preferiblemente en el terreno, ya que el pH de 
laboratorio puede diferenciarse hasta en una unidad completa del valor en el 
momento de la recolección. La medición in situ debe ser una norma para las 
muestras de agua subterránea. Si resulta necesario medirlo en el laboratorio, no 
debe ser una norma para las muestras de estas aguas y no debe transcurrir más 
que unas pocas horas entre el momento del muestreo y la medición. 
Conductividad. La medida de la resistencia permite apreciar la mineralización 
global del agua. El método normal para determinar la conductancia específica 
es el puente de Wheatstone. La unidad es igual a la resistencia a 20 ºC de una 
columna de agua comprendida entre dos electrodos metálicos de 1 cm² de 
superficie y separados el uno del otro a 1 cm. Este parámetro se mide con 
preferencia a 25 ºC. 
Es conveniente efectuar mediciones periódicas y en igualdad de condiciones, ya 
que cuando hay diferencias entre diversas lecturas, indican con certeza un 
cambio en la composición del agua, por lo que es necesario investigar la causa, 
que puede ser, por ejemplo, la infiltración de aguas superficiales en una capa 
acuífera de mineralización diferente. 
Alcalinidad. La alcalinidad es una medida de los constituyentes básicos 
(alcalinos) del agua. En las aguas naturales la alcalinidad se presenta 
usualmente en forma de carbonatos y bicarbonatos de calcio, magnesio, sodio y 
potasio. Dentro de límites razonables, la alcalinidad no tiene importancia 
sanitaria, pero es muy importante en relación con los procesos de coagulación y 
correctivos del poder corrosivo del agua. Otras sustancias que contribuyen a la 
alcalinidad incluyen los aniones de sílice, fósforo, boro y los orgánicos; por lo 
tanto, aunque los valores de alcalinidad se interpretan generalmente en términos 
de concentraciones específicas de bicarbonato y de iones de carbonato, la 
determinación es indirecta y las mismas especies iónicas existentes pueden no 
ser exactamente las que indique el análisis. Por esta y otras razones, a veces 
resulta conveniente expresar la alcalinidad en términos de una cantidad 
equivalente de carbonato de calcio. Por otra parte, cuando se desea balancear 
los equivalentes de aniones y cationes de la solución, es necesario expresar la 
alcalinidad en especies específicas. 
Si todas las bases están presentes como sales de calcio y magnesio, la 
alcalinidad será igual a la dureza. Si la alcalinidad es mayor que la dureza, esto 
significa que hay otras sales básicas además de las de calcio y magnesio, y 
generalmente se tratará de sales de sodio y potasio. Si la alcalinidad es menor 
que la dureza, debe haber sales de calcio y magnesio que no son carbonatos, 
usualmente se trata de sulfatos. Es deseable una alcalinidad de 10 mg/l para 
usos domésticos. 
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El factor determinante es la relación entre la alcalinidad y el pH, en lo que se 
refiere a si el agua formará o no incrustaciones en el sistema de distribución del 
agua. Hay disponiblesgráficos que muestran esta interrelación. 
Acidez. La causa habitual de la acidez de un agua es el anhídrido carbónico, 
que puede hallarse presente de un modo natural, o bien como resultado de 
reacciones de los productos químicos coagulantes empleados en el tratamiento 
de la misma. De hecho, bajo la forma de ácido carbónico, puesto que el 
anhídrido se une al agua para formar H2CO3. La acidez se mide por el carbonato 
cálcico necesario para neutralizar el ácido carbónico, y al igual que la alcalinidad 
se expresa en ppm o mg/l. 
En las aguas naturales podemos encontrar dióxido de carbono producto de los 
procesos de oxidación biológica de la materia orgánica, aunque es más evidente 
en aguas contaminadas con residuos industriales. 
El contenido de anhídrido carbónico puede ser determinado con una solución 
valorada de hidróxido de sodio o a partir dela alcalinidad total en presencia de 
naranja de metilo y del pH. 
Dureza. El agua, como hemos mencionado anteriormente, es un solvente 
universal, y disuelve cantidades variables de diversas sustancias minerales. Esto 
no afecta la calidad sanitaria del agua, sino que es importante en su uso 
doméstico e industrial, cuando se utiliza para lavado o en proceso de calderas. 
Las sales de calcio y magnesio, que son los principales constituyentes 
minerales, consumen jabón y lo precipitan en forma de compuestos insolubles o 
grumos de jabón. Mientras no se precipite todo el calcio y el magnesio no se 
obtendrá espuma o acción lavadora. 
Las sales de calcio y magnesio están disueltas, generalmente, en forma de 
bicarbonato, pero por el calentamiento pueden transformarse en carbonatos, 
menos solubles, que precipitan y son el origen de las incrustaciones en los 
sistemas de distribución y calderas. Las aguas duras son usualmente menos 
corrosivas que las blandas, que contienen compuestos de calcio y magnesio en 
bajas concentraciones. 
Las aguas pueden ser clasificadas en base a su grado de dureza como se 
muestra en la tabla siguiente: 
 
 Clasificación de las aguas en base a su grado de dureza 
 Dureza total (mg/L) Clasificación 
 
 00 a 75 Agua blanda 
 76 a 150 Agua semidura 
 151 a 300 Agua dura 
 > de 300 Agua muy dura 
 ------------------------------------------------ 
 Fuente: Higiene del Medio. Tomo I. 1974 
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El agua satisfactoria para uso doméstico y lavado de ropa, debe contener 
menos de 50 mg/l de dureza. El agua con una dureza de 300 mg/l o más, no 
es apropiada para el uso ordinario. Las aguas muy blandas, cuya dureza es 
menor de 30 mg/l, son generalmente muy corrosivas. 
Las aguas del subsuelo, tienen frecuentemente una dureza superior a los 300 
mg/l. Las aguas superficiales son usualmente más blandas, porque no tienen la 
misma oportunidad de estar en contacto con minerales. 
Cloruros. Los cloruros provienen de la disolución de rocas y suelos, en especial 
evaporitas, también se pueden presentar por contaminación con desperdicios y 
desagües. En ocasiones, por tanto, tiene mucha importancia la cantidad de 
cloruros que contiene el agua, especialmente de cloruro sódico. 
La determinación del contenido de cloruros en el agua puede ser justificada por 
tres motivos: 
1) Las aguas de desecho contienen sal, procedente de la orina, en la 
proporción de 50 a 200 ppm e incluso más, en lugares donde el consumo de 
agua por habitantes es bajo, de manera que el contenido de cloruros en el agua 
contaminada puede dar una indicación aproximada del grado de 
contaminación, y sobre todo, en el caso de las aguas de pozo, permite a veces 
descubrir infiltraciones provenientes de pozos negros. 
2) El contenido de cloruros en las aguas subterráneas pone de manifiesto las 
intrusiones del agua de mar que impiden el aprovechamiento de pozos próximos 
a las costas. Hay además, aguas subterráneas con un alto contenido de 
cloruros, debido a depósitos naturales; por ejemplo, sal gema, y que carecen de 
significación sanitaria. Algunos consumidores perciben el sabor salado del agua 
cuando la concentración de cloruros es superior a 150 mg/l. 
3) La determinación de cloruros permite regular la regeneración con salmuera 
de las sustancias consumidoras de iones que se emplean en la suavización o 
ablandamiento del agua. 
Los cloruros pueden ser determinados en el laboratorio por tres métodos: el de 
nitrato mercúrico, el método argentométrico y mediante análisis volumétrico con 
un potenciómetro. 
Hierro. El agua que tiene mas de 0,3 mg/l de hierro mancha los accesorios de 
fontanería y la ropa que se lava con ella; incluso en proporción menor puede 
provocar alteraciones. La determinación del hierro tiene utilidad sobre todo en la 
evaluación de aguas subterráneas, en las que es más frecuente encontrarlo que 
en las superficiales, salvo si estas últimas provienen de embalses profundos que 
anegan suelos donde hay hierro. El mismo suele presentarse en forma de sales 
ferrosas, que en contacto con el aire se transforman en sales férricas que 
precipitan bajo la forma de sedimentos color de herrumbre. Las aguas 
ferruginosas presentan además, un color y sabor desagradables. 
El hierro puede ser determinado por el método colorimétrico con fenantrolina o 
por espectrometría de absorción atómica. El de la fenantrolina se utiliza cuando 
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no hay sustancias que interfieran. El método de absorción atómica es el menos 
susceptible de interferencias, pero se requiere extracción previa, en el caso de 
bajas concentraciones, ya que la sensibilidad para aspiración directa es de 
solamente 0,12 mg/l. 
Manganeso. La presencia de manganeso en las aguas naturales es menos 
frecuente que la del hierro, pero en las aguas subterráneas o en las procedentes 
de embalses profundos de suelos manganesíferos se puede encontrar sólo o 
asociado con el hierro. Las aguas que lo contienen estropean las ropas y los 
accesorios de fontanería con manchas negras o de color púrpura oscuro. Las 
concentraciones críticas dependen del estado químico del mineral. Los 
compuestos reducidos y manganosos son solubles, y no presentan 
inconvenientes mientras no se precipitan por oxidación. 
Para su determinación en el laboratorio pueden usarse dos métodos 
colorimétricos: con persulfato o con peryodato. Es preferible el primero por su 
mayor exactitud, rapidez y ausencia de interferencia. El manganeso puede ser 
también determinado por espectrometría de absorción atómica, mediante 
aspiración directa a la llama. 
Fluoruros. El flúor es un gas que se combina activamente con otros elementos 
para formar compuestos de fluoruros. El flúor elemental es prácticamente 
desconocido en la naturaleza, pero los compuestos que contienen fluoruros se 
encuentran en casi todas partes. Los minerales de fluoruros que más 
comúnmente se encuentran son el espatoflúor (que contiene fluoritas o fluoruro 
de calcio), la criolita (que contiene la sal doble de sodio y aluminio) y la apatita 
(que es un complejo compuesto de calcio, fluoruros, carbonatos y sulfatos). 
Cuando el agua pasa sobre o a través de depósitos de éstos u otros compuestos 
similares que contienen fluoruros, parte de ellos se disuelven y el agua lleva 
entonces una cantidad (medida en mg/l) de fluoruros y otros iones. 
Puesto que los minerales que contienen fluoruros están ampliamente distribuidos 
en toda la tierra, es de esperar que el agua que contiene fluoruros se encuentre 
también casi en todas partes. 
Después que se descubrió el papel de los fluoruros en el agua en la producción 
de las alteraciones en los dientes aumentó notablemente el interés por este 
compuesto. La prueba para los fluoruros indica el contenido de flúor en el agua 
natural para saber si la concentración es superior o inferior al valor crítico. Este 
valor estará en correspondencia con la temperaturaambiental según se muestra 
en la siguiente tabla. 
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Temperaturas máximas medias y concentraciones óptimas 
de fluoruros correspondientes, recomendadas. 
 Temperaturas Concentración óptima de 
 máximas medias fluoruros que se recomienda 
 (oC) (mg/L) 
 ------------------------------------------------------------------------ 
 10,0 - 12,1 1,2 
 12,2 - 14,6 1,1 
 14,7 - 17,7 1,0 
 17,8 - 21,4 0,9 
 21,5 - 26,3 0,8 
 26,4 - 32,5 0,7 
 32,6 - 37,5 0,6 
 -------------------------------------------------------------------------------- 
 FUENTE: Maier, F.: Fluoruración del agua potable, 1971 
De los métodos recomendados para la determinación de fluoruros, el del 
electrodo es el más preciso, exacto y menos susceptible a interferencias. Este 
método requiere el uso de un medidor de pH de escala expandida o un medidor 
selectivo de iones junto con los electrodos de referencia y de fluoruro. Los 
métodos colorimétricos exigen un tiempo de destilación muy largo a fin de 
eliminar interferencias graves de sulfato, fosfato, hierro y aluminio. 
Sulfatos. Provienen de la disolución de rocas y suelos que contienen yeso, 
hierro y compuestos sulfurosos. La ingestión de aguas con altas concentraciones 
de sulfato puede tener efectos laxativos, en especial cuando se encuentra 
combinado con el magnesio. Las aguas que contienen niveles de sulfato de 
magnesio de 1 000 mg/l provocan este efecto en el hombre, dosis menores lo 
pueden originar en niños pequeños. Además, los sulfatos en exceso 
incrementan la corrosividad metálica de las aguas. En combinación con otros 
iones imparten al agua un sabor desagradable. La reducción de los sulfatos a 
sulfuro de hidrógeno (H2S) en presencia de condiciones anaeróbicas, es la 
responsable de las alteraciones del olor y la tendencia corrosiva de estas aguas. 
La administración del sulfato de aluminio en los procesos de tratamiento de las 
aguas naturales incrementa apreciablemente el contenido de este ión en las 
mismas. 
No hay ningún método totalmente satisfactorio para medir las concentraciones 
de sulfatos. Se utilizan tres, dos de los cuales son gravimétricos y el otro 
turbidimétrico. Para concentraciones superiores a 10 mg/l se considera 
recomendable el método gravimétrico de calcinación (800 ºC ), aunque es 
susceptible de muchos errores, tanto positivos como negativos. 
El método gravimétrico puede ser realizado también por secado a 105 ºC, 
aunque no se recomienda su uso, por la frecuencia de error positivo. El método 
turbidimétrico es adecuado para todas las escalas de concentración de sulfatos. 
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Para lecturas fidedignas deben utilizarse alícuotas con un máximo de 40 mg 
SO4=/l. El color, la materia orgánica suspendida y el contenido de sílice de las 
aguas, pueden interferir en este método. 
Compuestos de nitrógeno. El nitrógeno se puede encontrar presente en las 
aguas naturales en diferentes formas en dependencia de los cambios que sufre 
en su ciclo de transformación. Su presencia se relaciona indirectamente, en la 
mayoría de las veces, con la existencia de una contaminación. La forma inicial 
de nitrógeno orgánico se convierte progresivamente en nitrógeno amoniacal y 
posteriormente éste, en condiciones aeróbicas se oxida a nitritos y nitratos. La 
progresión de estos cambios en el tiempo reviste importancia para la evaluación 
sanitaria de la calidad de las aguas. 
Todo el nitrógeno presente en forma de compuestos orgánicos se considera 
como nitrógeno orgánico. La mayor parte de ellos son producto de la 
degradación de polipéptidos y aminoácidos. 
El nitrógeno existente en forma de ión amonio se encuentra en equilibrio y es 
considerado como nitrógeno amoniacal. Las huellas de amoníaco se 
presentan, ya sea en forma natural en las aguas de muchos abastecimientos, o 
bien se pueden agregar artificialmente, junto con el cloro, para formar un residual 
combinado de cloro. En aguas superficiales el amoníaco es importante, porque 
un aumento súbito puede ser el indicio de acceso de aguas negras o desechos 
industriales. En aguas profundas es bastante general, como resultado de 
procesos naturales de reducción, y es producto de la actividad microbiana. 
El amoníaco, además, provoca corrosión en el cobre y aleaciones de zinc, 
formando un ión soluble. En altas concentraciones afecta válvulas y conexiones 
de bronce y favorece el desarrollo de ciertos organismos susceptibles de dar al 
agua un gusto desagradable. 
La presencia de las formas de nitritos y nitratos en las aguas, está en 
dependencia, por lo tanto, del grado de oxidación de las formas anteriores, o de 
la disolución de rocas ígneas, suelos enriquecidos por legumbres, fertilizantes y 
aguas de desecho. 
En el caso del nitrito, el compuesto diazonio formado por la diazotación de 
sulfanilamida por nitrito en el agua bajo condiciones de acidez, se une a la N-(1-
naftil)-etilendiamina para producir un color púrpura rojizo que se lee en un 
espectrofotómetro a 540 n.m. 
El nitrato es tóxico cuando está presente en exceso en las aguas destinadas a 
bebida y en algunos casos causa metahemoglobinemia en niños lactantes; en 
adultos, aunque no está del todo comprobado, existe la posibilidad de que 
ciertas formas de cáncer estén asociadas con altas concentraciones de nitratos. 
Los efectos adversos del nitrato invariablemente se relacionan con su reducción 
a formas de nitritos. 
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La evaluación de los componentes del nitrógeno es de extrema importancia, 
además, para evaluar los tratamientos de las aguas, el control de la nitrificación y 
de los procesos de eutroficación de cuerpos de agua. 
 
CARACTERÍSTICAS MICROBIOLÓGICAS DE LAS AGUAS. IMPORTANCIA 
DE SU EVALUACIÓN. 
La microbiología en su acepción más amplia, incluye los microorganismos que 
componen los grupos de bacterias, levaduras, mohos, algas y protozoos. El agua 
recibe su flora bacteriana del aire, del suelo, de residuos orgánicos, de plantas, 
animales muertos, etc., lo que significa que en el agua se pueden encontrar 
microorganismos de casi todas las clases. 
PLANCTON 
Se compone de pequeños animales y plantas (algas) que flotan o van a la 
deriva, en forma dispersa, en las aguas superficiales. Donde quiera que se 
desarrollan algas se tiene que encontrar también bacterias, hongos y diversos 
animales. Estos diferentes organismos se interrelacionan para llevar a cabo la 
cadena vital. 
Las algas como plantas verdes, utilizan los sólidos disueltos (sustancias 
minerales nutrientes), el agua y el bióxido de carbono para su desarrollo. Las 
bacterias y los animales se alimentan con la materia orgánica muerta de las 
algas. A su vez, las bacterias mueren y sus cuerpos se desdoblan por otras 
bacterias, regresando así los elementos a la condición mineral. 
Si se eliminara alguna parte del ciclo, el agua resultante podría contener 
sustancias que producirían sabores y olores, haciéndola indeseable. Los 
organismos vivos en el agua, sirven, por tanto, para su estabilización y para 
degradar o descomponer materiales extraños incorporados a ella en caso de 
contaminación, por ello, no siempre se puede considerar perjudicial su 
presencia. 
Por su propiedad de fotosíntesis, las algas no pueden sobrevivir o multiplicarse 
en las aguas, sino en aquellas profundidades hasta donde penetre la luz solar; 
profundidad que lógicamente, está en razón inversa a la turbiedad de las aguas. 
Aunque se presentan en los ríos y demás corrientes superficiales, las mayores 
concentraciones de algas se encuentran en lagos y embalses. 
Mientras más frecuentemente se verifiquen las observaciones, mayor es la 
probabilidad de precisar el comienzo de un brote

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