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La vivienda y su entorno

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TEMA 4: LA VIVIENDA Y SU ENTORNO. MEDIO URBANO Y RURAL 
Tomado de “Texto Básico Provisional Salud Ambiental I. Licenciatura en 
Tecnología de la Salud. Especialidad Higiene y Epidemiología” 
Autores: Dr. C. Conrado del Puerto Quintana y Colaboradores. 
 
En el presente tema se trata un aspecto fundamental de la salud ambiental al que 
habitualmente no se da la importancia que tiene para el hombre: la vivienda, sus 
condiciones sanitarias y de habitabilidad y su papel dentro del entorno que rodea al ser 
humano durante la mayor parte de su vida. El medio residencial repercute sobre la 
salud física y mental de sus residentes en una magnitud que a veces no es 
debidamente apreciada, por lo que es necesario hacer énfasis en este aspecto para 
que se tenga en cuenta. Deben diferenciarse el medio urbano y rural, ya que cada uno 
ejerce una acción distinta, aunque algunos factores de riesgo sean comunes. 
Importancia del medio residencial 
En los tiempos actuales, después de un largo proceso de desarrollo del género 
humano, se ha llegado a una etapa en que la vivienda no es solamente un mero 
recinto protector, sino el lugar en que la familia realiza actividades sociales y de 
descanso, y disfruta de privacidad. Puede considerarse como vivienda, por tanto, 
cualquier edificio o parte de él, que se ocupe como hogar para residir de modo habitual 
en un ambiente familiar. 
Este recinto donde el hombre encuentra protección contra los elementos, a cubierto de 
fuerzas hostiles, que le permite trabajar con más vigor, vivir con comodidad y 
satisfacción, proteger sus bienes personales y preservar su intimidad y la de su familia, 
significa algo más que una simple estructura material; por lo que en su acepción 
moderna es más apropiado designarlo con el término de "medio residencial". 
El hacinamiento y la falta de servicios de saneamiento básico son las dos 
características más destacadas de las malas condiciones del medio residencial. Las 
personas que habitan en viviendas con calidad deficiente en el mundo ascienden a 
más de mil millones, y esta situación posiblemente empeorará en los años venideros, 
según se expresó primero en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio 
Humano, celebrada en Estocolmo en 1972, y posteriormente en la Cumbre de la 
Tierra, en Río de Janeiro (1992). 
Requisitos de salubridad del medio residencial 
Cualquier condición de la vivienda que tienda a entorpecer el desarrollo físico, mental 
o social de las personas que la habitan, la transforma en una mala vivienda. 
Las perspectivas de conseguir un alojamiento salubre para todos se ven afectadas por 
el hecho de que la mayor parte de las viviendas no son adecuadas para promover un 
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estado de salud óptimo y ni siquiera para proteger a sus moradores contra riesgos 
evitables. Según la OMS, la mejoría de la situación en este campo depende en gran 
medida de un desarrollo socioeconómico que, en muchos países, se ve obstaculizado 
por: 
• La insuficiencia de las medidas encaminadas a reducir la pobreza, que limita los 
medios materiales y sociales para mejorar la vivienda. 
• El crecimiento de la población a ritmos superiores al del desarrollo económico, y la 
distribución no equitativa de las ventajas del desarrollo. 
• Las limitaciones del acceso a terrenos edificables o agrícolas, que merman las 
perspectivas de autosuficiencia económica y de disponer de viviendas adecuadas. 
• La urbanización rápida es consecuencia por lo común de cambios económicos que 
plantea problemas que la administración local no está preparada generalmente 
para resolver. 
• Políticas inapropiadas que perpetúan normas anticuadas y no realistas que 
restringen el acceso de los pobres a la vivienda. 
• Los limitados poderes de intervención de la administración local, dado que muchas 
viviendas son construidas por las personas que las habitan. 
• El desconocimiento de los aspectos sanitarios de la vivienda y de sus usos, tanto 
más importante cuanto que las decisiones y actividades en este sector están muy 
descentralizadas. 
• La insuficiente atención prestada al desarrollo social y a su interacción con el 
desarrollo económico. 
Los factores de insalubridad en el hogar son muy diversos, y unos más importantes 
que otros. Pueden consistir en defectos estructurales o de otro tipo en la edificación: 
cimentación deficiente o falta de pisos que eviten la humedad del suelo, techos o 
paredes deteriorados o agrietados en tal forma que no protegen contra los elementos 
naturales, insuficientes ventilación e iluminación natural por carencia de ventanas y 
puertas, falta de agua potable para beber y de sistemas apropiados de evacuación de 
excretas y desechos sólidos, ausencia de cocina debidamente equipada, ausencia de 
facilidades para la higiene personal, hacinamiento. 
Este último factor es de la mayor importancia en relación con los problemas de salud, 
se refiere al número de personas con relación al volumen interior de la edificación y de 
los dormitorios en particular (m3 por persona). En la práctica se puede utilizar un 
método bastante simple para la determinación del hacinamiento en una vivienda, 
procediendo de la siguiente forma: 
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a) Cuando la vivienda tiene sala y comedor, decimos que hay hacinamiento si el 
coeficiente de dividir el número de habitantes entre el número de dormitorios es 
mayor de tres. 
b) Cuando la vivienda carece de sala y comedor, hay hacinamiento si el cociente de 
dividir el número de habitantes entre el número de dormitorios es mayor que dos. 
 En ambos casos, cuando el cociente es igual o menor que el número señalado, 
podemos considerar que no hay hacinamiento. 
 En algunos países, para evaluar las condiciones de las viviendas, las clasifican en 
tres categorías de acuerdo a los siguientes criterios: 
 a) Viviendas en buen estado: son las que no tienen o presentan ligeros defectos que 
pueden repararse sin dificultad. Los defectos pueden ser, por ejemplo: la pintura 
deteriorada, ligeros desperfectos a la entrada y en las escaleras, pequeñas grietas en 
las paredes o en las chimeneas, desagües rotos y ligero desgaste de los suelos y 
umbrales. 
 b) Viviendas en estado de deterioro: son las que necesitan reparaciones de mayor 
importancia y las que tienen uno o varios defectos que deben corregirse para 
conservarlas en buenas condiciones de seguridad y habitabilidad; por ejemplo: grietas 
abiertas, pisos, paredes y techos con una pequeña porción sin recubrir; ventanas y 
marcos carcomidos, escaleras y pisos o umbrales muy desgastados, escalones rotos o 
sueltos y ausencia de pasamanos o barandillas en las escaleras. 
 c) Viviendas en estado ruinoso: son las que no ofrecen un cobijo seguro y 
adecuado, presentan uno o varios defectos capitales y otros menos importantes, pero 
en número suficiente para exigir grandes trabajos de reparación o reconstrucción, o 
son de una construcción inicial deficiente. Pueden citarse como ejemplos de esos 
defectos las grietas abiertas y la falta de tramos importantes de los pisos; así como las 
paredes, el techo, los pisos y otras partes de la estructura combados. 
 El Comité de Expertos de la OMS en Higiene de la Vivienda, en su primer informe 
definió los requisitos fundamentales que debía poseer una vivienda para que pueda 
considerarse saludable, y que son: 
1. Tener el número de habitaciones, la superficie útil y la ubicación suficiente desde el 
punto de vista de la higiene y de las necesidades de una vida conforme a las 
normas culturales y sociales de cada región. La superficie habitable estará 
distribuida de modo que no haya hacinamiento en los dormitorios ni en los cuartos 
de estar. 
2. Tener una disposición que permita a los ocupantes aislarse entre sí cuando lo 
deseen y evitar las molestias procedentes del exterior. 
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3. Tener una separación adecuada entre los dormitorios de adultos y adolescentes de 
distintos sexos, salvoen el caso de los matrimonios; y entre la vivienda 
propiamente dicha y los locales para los animales domésticos. 
4. Tener un abastecimiento de agua potable en cantidad suficiente para todos los 
usos domésticos y en el interior de la vivienda. 
5. Tener un sistema higiénico de eliminación de aguas residuales y desechos sólidos. 
6. Tener instalaciones adecuadas para el baño y el lavado. 
7. Tener instalaciones adecuadas de cocina, comedor, despensa y armarios para 
enseres domésticos y efectos personales. 
8. Tener protección adecuada contra el calor, el frío, el ruido y la humedad. 
9. Tener ventilación suficiente y aire exento de sustancias tóxicas y nocivas. 
10. Tener suficiente iluminación natural y artificial. 
Cuando el desarrollo de las viviendas en zona urbana se hace cumpliendo todas las 
exigencias de una correcta planificación física, el medio residencial resultante reunirá 
todos los requisitos de salubridad necesarios, y que se pueden resumir en: 
1. Disponibilidad de viviendas bien construidas, conservadas e independientes y que 
cumplan los requisitos de salubridad expuestos por el Comité de la OMS en 
Higiene de la Vivienda. 
2. Ubicación de las viviendas en microdistritos construidos con arreglo a normas 
adecuadas de planificación urbana y regional, y que reúnan las siguientes 
condiciones: 
a) Existencia de servicios públicos de abastecimiento de agua, evacuación de 
residuales líquidos y aguas de lluvia, y de recolección de desechos sólidos. 
b) Protección contra la contaminación del aire por gases, humos y polvos. 
c) Existencia de servicios de extinción de incendios. 
d) Existencia de servicios públicos, centros comerciales e instituciones culturales, 
educacionales, recreativas y sanitarias comunicados con las viviendas por los 
servicios de transporte público y por calles peatonales con sus aceras. 
e) Protección contra los incendios que puedan amenazar la salud y el bienestar de 
los habitantes. 
Normas sanitarias aplicables a las viviendas 
La vivienda debe reducir al mínimo los riesgos sanitarios en los grupos expuestos a las 
condiciones de alojamiento: 
• las mujeres y los niños, 
• las personas en malas condiciones de alojamiento, 
• las poblaciones desplazadas o migrantes, 
• los ancianos, los enfermos crónicos y los discapacitados. 
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A modo de orientación, se expondrán algunos requisitos sanitarios que pudieran ser 
empleados como normas mínimas a cumplir en las viviendas: 
a) Las viviendas tendrán un abasto de agua de buena calidad, en cantidad suficiente y 
con presión adecuada. El agua llegará al interior por tubería y el sistema será 
inspeccionado con periodicidad para evitar deterioros que puedan provocar pérdidas. 
En las grandes ciudades la cantidad de agua suministrada a las viviendas será 
aproximadamente 270 L/persona/día. En las pequeñas comunidades y aldeas son 
suficientes 120 L/hab/día. En las viviendas rurales con sistema de abasto propio se 
deben garantizar por lo menos 75 L/persona/día. 
 b) El sistema de evacuación de excretas y residuales estará en dependencia de que 
la vivienda disponga o no de agua corriente a presión y de su ubicación o no en una 
zona urbanizada. En caso de existir sistema de alcantarillado, las viviendas serán 
conectadas al mismo. En las zonas urbanas con acueducto y sin alcantarillado, las 
viviendas deberán contar con un sistema individual de disposición de excretas con 
arrastre hídrico (por ejemplo: tanque séptico y pozo absorbente). En las zonas 
suburbanas y rurales sin agua corriente, la eliminación de excretas se realizará 
mediante letrina sanitaria o un sistema similar. 
 c) La disposición de desechos sólidos se realizará en depósitos con tapa u otro 
método que garantice la no procreación de vectores, los que se mantendrán siempre 
tapados en el interior de la vivienda, y no se permitirá colocarlos en azoteas, patios u 
otros lugares accesibles a los animales domésticos. 
 d) La temperatura ambiente óptima de las viviendas durante el verano no debe 
exceder de 26 ºC cuando la humedad relativa es de 30 %, ni de 24 ºC cuando la 
humedad sea de 60 %. En el invierno la temperatura ambiente debe mantenerse entre 
18 y 22 ºC para una humedad relativa superior al 30 % y una movilidad del aire igual o 
inferior a 0,1 metro por segundo. 
 En los climas templados y fríos puede ser necesaria la calefacción en el invierno. En 
los países de clima cálido será conveniente la ventilación artificial en el verano. 
 e) En un medio residencial saludable la intensidad del ruido en el interior de las 
viviendas no debe exceder de 50 dB(A) en horas del día y de 40 dB(A) en horas de la 
noche. 
 f) La iluminación y ventilación naturales se garantizarán en la vivienda con una 
superficie efectiva mínima de huecos de puertas y ventanas al exterior del 20 % del 
área del piso, y además debe procurarse que la ventilación sea cruzada. 
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 En las viviendas ubicadas en climas templados, con sistema de ventilación artificial, la 
renovación del aire en los locales debe hacerse a razón de unos 0,5 m3 por minuto y 
por persona. 
 g) El puntal libre mínimo para las viviendas será de 2,50 m, siempre que se cumplan 
las normas de ventilación y aislamiento térmico. 
 h) Los pisos en planta baja han de tener un nivel por encima del terreno, de la acera o 
de la rasante de la calle, de 15 cm como mínimo. Los pisos serán impermeables, de 
fácil limpieza y deben evitarse las grietas y saltillos injustificados. 
 i) Las paredes serán de material resistente y de fácil limpieza, tendrán un acabado y 
color de buena reflexión a la luz (50 %) y cierto grado de impermeabilidad, aislamiento 
térmico y acústico. 
 j) Los techos serán de material resistente, impermeable y de aceptable aislamiento 
térmico y acústico, de fácil limpieza y con un alto índice de reflexión a la luz. 
 k) Los dormitorios deben tener una superficie mínima de 9 m² y la dimensión mínima 
horizontal será de 2,50 m; además tendrán una capacidad adicional destinada a 
closets. 
 l) Los servicios sanitarios, baños y otros lugares sometidos a la acción del agua, 
estarán provistos de zócalos impermeables hasta una altura no menor de 1,50 m. En 
el resto de la vivienda se colocarán rodapiés sanitarios de 10 cm de altura mínima en 
la unión del piso y las paredes, con el objeto de proteger de la humedad y de la acción 
de los roedores. 
 m) Los pasillos exteriores serán de 1 metro o más de ancho, y los interiores tendrán 
un ancho mínimo de 90 cm. 
 n) Las escaleras exteriores de acceso a la vivienda deben tener un ancho libre no 
menor de 1 m y cada rama de la escalera no tendrá más de 12 escalones. Cada 
escalón tendrá 15 cm de altura, y una profundidad de 27 cm. Las escaleras interiores 
tendrán un ancho mínimo de 80 cm. La altura de los pasamanos de las escaleras no 
será mayor de 95 cm ni menor de 80 cm. 
La vivienda en las zonas rurales 
 La dispersión de la vivienda rural en la mayoría de los países dificulta la labor 
sanitaria, aún con el más elemental de los servicios. Esta problemática puede 
abordarse en dos formas diferentes, según se encuentren las viviendas rurales 
agrupadas en pequeñas comunidades, o por el contrario, que se trate de la vivienda 
rural aislada. 
a) Viviendas en comunidades rurales. 
En algunos países, sobre todo en aquellos que cuentan con un sistema económico en 
que los campesinos laboran en granjas agrícolas estatales o agrupan voluntariamente 
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sus tierras en cooperativas de producción agropecuaria, se crean condiciones 
favorables para la unión de los núcleos familiares en centros comunales, en cuyas 
viviendas se pueden cumplir los requisitos mínimos de una vida confortable: 
• Suministro de agua potable procedente de una fuente única. 
• Sistema público de evacuación de aguas residuales. 
• Servicio de recolección de desechos sólidos. 
• Servicio de atención médica. 
• Centro escolar. 
• Serviciode electricidad. 
• Centro comercial. 
• Vías de acceso adecuadas. 
En estas comunidades dotadas de viviendas higiénicas se facilita la realización de una 
labor encaminada a la elevación de la cultura sanitaria del campesino, mejorando sus 
hábitos, su educación y conducta social y por consiguiente, su salud en el más amplio 
concepto de esta palabra. 
b) Vivienda rural dispersa. 
Como no es posible resolver de inmediato el problema de la vivienda rural en todos los 
países, ya que esto depende de la estructura y posibilidades socioeconómicas de cada 
uno en particular; se impone la necesidad de realizar, mientras tanto, acciones que 
mejoren las condiciones sanitarias de la vivienda rural. Estas acciones tienen que ser 
promovidas principalmente por los organismos responsables de la vivienda y el 
urbanismo, así como por los de salud pública de los respectivos países, y deberán 
orientarse en dos sentidos: la vivienda propiamente dicha y el medio circundante. 
1) Con respecto a la vivienda se puede: 
• Mejorar el piso que debe ser de cemento. 
• Mejorar las paredes, sustituyendo los elementos deteriorados por otros en buen 
estado. 
• Mejorar el techo, procurando que sea lo más uniforme e impermeable posible. 
• Mejorar la iluminación y ventilación natural mediante aberturas en las paredes y 
colocación de ventanas que faciliten la ventilación cruzada. 
• Impedir el acceso de animales domésticos a la vivienda. 
• Construir tabiques interiores que aislen a adultos y niños de diferentes sexos. 
• Evitar el hacinamiento, ampliando la vivienda con materiales propios de la zona, 
si fuera necesario. 
• Construir un local anexo para la cocina, en caso necesario. 
• Construir un local anexo para el baño y el aseo personal, si fuere necesario. 
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• Dotar a la vivienda de una instalación para la evacuación higiénica de las 
excretas, por ejemplo: letrina sanitaria. 
 2) Con respecto al medio circundante se deberán atender los siguientes elementos: 
• La letrina se construirá a no menos de 10 m de la vivienda y a más de 20 m del 
pozo de abasto de agua, y se ubicará en un lugar donde la pendiente del terreno 
tenga un nivel más bajo que la del pozo, si es posible a sotavento de la vivienda. 
• Se construirá una cerca con materiales propios de la zona, que circunde la 
vivienda e impida el acceso de animales. 
• Si hay pozo para el abasto de agua, se protegerá el brocal contra las aguas 
pluviales. 
• Se eliminarán los basureros, quemando o soterrando los desechos sólidos. 
• Se eliminarán las depresiones del terreno donde se pueda estancar el agua de 
lluvia. 
• Se crearán áreas de jardín frente a la vivienda. 
Si se trabaja con el objetivo de lograr estas mejoras, la vivienda rural será más 
habitable y se podrá realizar simultáneamente una labor de educación sanitaria que 
propicie incrementos en el nivel de salud y bienestar del campesino. 
Influencia de las condiciones sanitarias de la vivienda en la salud del hombre 
La relación entre las características de la vivienda y la salud se plasma por la OMS en 
seis principios, que se refieren a: 
1. Protección contra las enfermedades transmisibles. 
2. Protección contra los traumatismos, las intoxicaciones y las enfermedades 
crónicas. 
3. Reducción al mínimo de los factores psicológicos y sociales de estrés. 
4. Mejora del entorno habitacional. 
5. Uso adecuado de la vivienda. 
6. Protección de grupos de población especialmente expuestos. 
 Las viviendas existen en un entorno que presenta riesgos sociales para la salud y 
ofrece medios de protegerla y promoverla. Esos riesgos y los medios suelen ser muy 
diferentes en las zonas urbanas y en las rurales. La población urbana se enfrenta con 
los problemas del hacinamiento, el ruido, la contaminación del aire, la delincuencia, la 
pobreza, la congestión y los peligros del tránsito y el aislamiento social, si bien tiene 
por lo común mejor acceso a servicios de todo tipo. En las zonas rurales, el 
aislamiento físico, la pobreza y la falta de servicios sanitarios y de apoyo financiero 
pueden agravar los riesgos para la salud. 
 
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No obstante, la falta de datos precisos sobre la relación entre la vivienda y la salud, no 
significa que esa relación no exista. En efecto, si tenemos en cuenta que el medio 
residencial comprende diversos elementos del medio ambiente total, y que todos ellos 
pueden influir en forma negativa sobre el nivel de salud y bienestar del hombre, no es 
aventurado llegar a la conclusión de que el efecto del medio residencial sobre la salud 
se manifiesta como la suma de los efectos que tengan esos factores. 
Se ha señalado por muchos expertos que el medio residencial puede influir sobre la 
salud del hombre de cuatro modos principales: 
a) por su efecto en la propagación de enfermedades transmisibles, 
b) por insatisfacción de las necesidades fisiológicas, 
c) por imposición de esfuerzos excesivos al organismo, 
d) por su efecto en la frecuencia de accidentes. 
A) Efecto de las condiciones de la vivienda en la transmisión de enfermedades. 
 Es difícil probar que una enfermedad determinada está relacionada en su transmisión 
con las condiciones de insalubridad de la vivienda, por cuanto la calidad del medio 
residencial es sólo una expresión del nivel de vida general de la población. Sin 
embargo, nadie puede negar que la carencia de facilidades para el aseo personal en la 
vivienda influye en la aparición de la escabiosis, que el hacinamiento facilita la 
transmisión de todas las enfermedades infecciosas, que los defectos de los sistemas 
domiciliarios de agua potable y alcantarillado pueden intervenir en la producción de 
infecciones intestinales, que las casas húmedas y frias influyen en la aparición de 
bronquitis y afecciones reumáticas, que las habitaciones con ratas son focos de peste, 
leptospirosis y tifus murino en algunos países, que la falta de higiene general de la 
vivienda y el hacinamiento favorecen el parasitismo intestinal y la pediculosis y tienen 
una gran influencia en la producción de diarreas infantiles, que en las viviendas 
insalubres son más frecuentes las moscas y otros insectos transmisores de 
enfermedades, como el mosquito Aedes aegypti en el caso del dengue, etc. 
 Está comprobado que en los barrios marginales y los tugurios se producen más de la 
mitad de los casos de enfermedad registrados en los grandes centros urbanos. En 
algunas ciudades se ha demostrado que la inmensa mayoría de los casos de 
neumonía y gripe ocurren en las zonas superpobladas. La triquinosis, la fiebre por 
mordedura de ratas y la hepatitis infecciosa no son más que algunos de los grandes 
problemas que se plantean en esos verdaderos focos de infección. 
 Una enfermedad muy demostrativa de la influencia del medio residencial y de las 
condiciones socioeconómicas sobre la salud es la tuberculosis, afección muy 
relacionada con los problemas de saneamiento básico de la vivienda, en particular con 
el hacinamiento, así como con el estado nutricional y los hábitos higiénicos de la 
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población. 
B) Influencia del medio residencial en la insatisfacción de necesidades 
fisiológicas. 
Se ha afirmado a menudo que el diseño y la construcción de las viviendas puede 
contribuir al desasosiego mental, con la consecuente exacerbación de los trastornos 
mentales que afectan a los ocupantes; que el ruido y los olores desagradables 
provocan fácilmente irritabilidad nerviosa y mal humor, y que las habitaciones y 
lugares contiguos fríos, lóbregos y poco acogedores pueden acentuar la depresión 
mental. Sin embargo, la dificultad de establecer una relación entre los trastornos de la 
conducta y las condiciones de la vivienda es grande. Tal vez las neurosis, que pueden 
considerarse etiológicamente vinculadas con la tensión psicológica y física sean más 
fáciles de relacionar con las frustraciones debidas al hecho de habitar en una casa 
inadecuada,ruidosa, sin atractivos y en condiciones de hacinamiento. 
 El estrés es aún mayor para las personas que pasan de la vida rural a la urbana; en 
ellas, el "síndrome de modernización" requiere la adaptación a un modo de vida, dieta, 
una ocupación, relacionees sociales (o su ausencia) y un status social radicalmente 
diferentes, a lo que a menudo se suma la desorganización de las asociaciones y los 
apoyos familiares; la gente es más vulnerable a la enfermedad cuando no hay redes 
sociales que la respalden. Las características deprimentes y defectuosas de la 
vivienda no sólo no proporcionan el refugio deseado, sino que pueden incluso dificultar 
el ajuste. Como los ocupantes de esas viviendas, generalmente urbanas, son 
arrendatarios en la mayoría de los casos, el temor al desalojo arbitrario y a la 
explotación sin trabas por los caseros son fuentes de estrés emocional. 
 Para reducir al mínimo los factores nocivos de estrés psicosocial, las viviendas 
deberían: 
• Contar con suficiente espacio habitable, bien ventilado y alumbrado, 
debidamente amueblado y equipado, con grado razonable de privacidad y 
comodidad. 
• Dar sensación de seguridad personal y familiar, reforzada por las estructuras 
comunitarias. 
• Proporcionar espacio para el juego, los deportes y las actividades recreativas de 
los niños, con el mínimo de riesgos de traumatismos e infección. 
• Estar ubicadas de manera que se reduzca la exposición al ruido, que haya 
vegetación en las proximidades y la gente tenga acceso a los servicios 
comunitarios. 
• Ser fáciles de mantener limpias y ordenadas. 
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C) Influencia del medio residencial en la imposición de esfuerzos excesivos al 
organismo. 
 Otro aspecto interesante de la relación entre la vivienda y la salud, es el que se refiere 
a la imposición de esfuerzos excesivos al organismo, que puede ocurrir, sobre todo, 
por la ubicación de la vivienda o por sus características constructivas. Es importante 
recordar que el núcleo familiar está integrado por individuos de distintas edades, sexos 
y condiciones físicas. Un anciano o un adulto afectado por una cardiopatía, por 
ejemplo, no tienen las mismas posibilidades fisiológicas que un adulto joven o un 
adolescente. 
 Cuando en una familia alguno de sus integrantes está en esas condiciones de 
minusvalía, las características del medio residencial pueden repercutir seriamente 
sobre su estado de salud, si éstas no son favorables. Por ejemplo, la vivienda puede 
estar ubicada en un piso alto de un edificio, y a ella se debe subir por escaleras; o los 
dormitorios de una vivienda unifamiliar se encuentran en la planta alta, y ésto exige un 
esfuerzo para llegar a ellos, que puede resultar excesivo para un sujeto con las 
limitaciones antes expresadas. 
 D) Influencia del medio residencial en la morbilidad y mortalidad por accidentes. 
Los defectos de construcción y el deterioro de algunos elementos constructivos de la 
vivienda producen un gran número de accidentes en el hogar, principalmente en niños 
y ancianos. El riesgo de estos accidentes es cada día mayor, sobre todo en los países 
con rápida evolución tecnológica. Por su complejidad, los equipos y accesorios 
introducidos a diario en el hogar crean una serie de nuevos riesgos, pero ésto no resta 
importancia a otras causas de accidentes domésticos que podríamos llamar 
tradicionales. 
 Muchas viviendas antiguas, y también algunas construídas en las nuevas zonas 
residenciales, adolecen de defectos estructurales que propician las caídas, una de las 
causas más importantes de accidentes domésticos. Asimismo, si se crean nuevas 
urbanizaciones o se amplían las existentes, conviene no descuidar el riesgo de 
accidentes de la infancia en la calle, por lo que se debe planificar la circulación de 
vehículos de forma tal que permita reducir este riesgo. 
 Los accidentes en el hogar son en muchos países una de las causas principales de 
defunción entre los niños y personas de edad avanzada; además, las secuelas de 
invalidez transitoria o permanente que dejan cuando no son mortales, significan un 
grave problema de salud. 
 Si bien en muchos casos el accidente en el hogar es consecuencia de un descuido o 
imprudencia, tampoco puede olvidarse que una gran proporción de casos se debe a 
las malas condiciones de la vivienda y el medio circundante. Los patios mal 
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cementados y los escalones rotos, así como las puertas y los pasillos mal situados, 
son una causa frecuente de accidentes. En muchos casos el peligro de incendio es 
manifiesto, debido a la existencia de instalaciones eléctricas defectuosas, o porque las 
cocinas y conexiones de gas no tienen la debida protección. 
 Las estadísticas de morbimortalidad revelan tres grupos de población muy propensos 
a los accidentes en el hogar: los niños, los ancianos y las personas afectadas por 
algún impedimento físico o mental. Independientemente de las diferencias nacionales 
o de otro tipo, las principales causas de accidentes domésticos son: las caídas, los 
incendios, las quemaduras, la electricidad, la asfixia y las intoxicaciones. 
GLOSARIO 
Accidente en el hogar 
Aquel que ocurre dentro de la vivienda o en sus alrededores (se excluyen los ocurridos 
en dependencias de la vivienda dedicadas a usos industriales o en las viviendas 
desocupadas o abandonadas). 
Grupo de riesgo 
Conjunto de personas en las que concurre una propiedad común de labilidad ante 
factores de riesgo ambientales en un marco geográfico histórico concreto. 
Hogar 
Lugar en el cual se vive: un domicilio, residencia, casa o apartamento, un hábitat. 
Aquello para lo cual una persona o familia tiene un sentimiento de propiedad, 
frecuentemente incluye una sugerencia de bienestar, tibieza y protección. 
Medio residencial 
Recinto donde el hombre encuentra protección contra los elementos, a cubierto de 
fuerzas hostiles, que le permite trabajar con más vigor, vivir con comodidad y 
satisfacción, proteger sus bienes personales y preservar su intimidad y la de su familia, 
que significa algo más que una simple estructura material. 
Vivienda 
Cualquier edificio o parte de él que se ocupe como hogar para residir de modo habitual 
en un ambiente familiar. 
Una estructura o porción de la misma usada exclusivamente para habitación humana. 
Una unidad residencial autocontenida para una familia con acceso propio desde un 
lugar público. También se le define como el ambiente físico inmediato, tanto dentro 
como fuera de los edificios, en el cual viven las familias y el cual sirve como refugio. 
 
 
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	Autores: Dr. C. Conrado del Puerto Quintana y Colaboradores. 
	Importancia del medio residencial

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