Logo Studenta

Teoria del amor de Erich Fromm

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

2
TEORÍA DEL AMOR DE ERICH FROMM
	En la teoría de Fromm sobre el amor, la propuesta principal que hace es que el amor es la respuesta al problema de la existencia humana, pues menciona que, desde siempre, el hombre ha sufrido la necesidad de superar su separatidad, es decir de abandonar su propia soledad, pues esta le provoca angustia. En esta teoría Fromm menciona también los estados orgiásticos como otras posibles soluciones a este problema de la superación de la separatidad del hombre, sin embargo, también dice que estas soluciones son transitorias, periódicas y al final solo agrandan más la angustia inherente del problema.
	En su teoría, explica que es imposible amar a una determinada persona pues esto no es sino una relación simbiótica o egotismo ampliado, por lo tanto, cito: "si amo realmente a una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo la vida". Y es por esto que Fromm habla de seis objetos amorosos o tipos de amor diferentes, el amor fraternal, el amor maternal, el amor erótico, el amor a sí mismo y el amor a Dios.
	Fromm dice que el amor fraternal es la clase más fundamental de amor, ya que es básica en todos los tipos de amor. Por él se entiende el sentido de responsabilidad, cuidado, respeto y conocimiento con respecto a cualquier otro ser humano, el deseo de promover su vida. También menciona que este tipo de amor es al que se refiere la Biblia cuando dice: ama a tu prójimo como a ti mismo. La principal característica de este amor es su falta de exclusividad y se basa en la experiencia de que todos somos uno.
	El amor materno es descrito por Fromm como una afirmación incondicional de la vida del niño y sus necesidades. Este amor tiene dos aspectos importantes, el primero que es el cuidado y la responsabilidad absolutamente necesarios para la conservación de la vida del niño y su crecimiento; y el segundo es la actitud que inculca en el niño el amor a la vida. La relación entre madre e hijo es por su misma naturaleza, de desigualdad, en la que uno necesita de toda la ayuda y la otra la proporciona. Y es precisamente por su carácter altruista y generoso que el amor materno ha sido considerado la forma más elevada de amor, y el más sagrado de todos los vínculos emocionales. En el amor materno, dos seres que estaban unidos se separan. La madre debe no solo tolerar, si no también desear y alentar la separación.
	El siguiente amor del que habla Fromm es el erótico, el cual define como un anhelo de fusión completa, de unión con una única otra persona. Este amor por naturaleza es exclusivo y universal. Suele confundirse fácilmente con la experiencia explosiva de enamorarse, así como con el deseo sexual. Sobre este amor también, Fromm dice que si no es a la vez fraterno, el amor erótico jamás conduce a la unión salvo en un sentido orgiástico y transitorio. Este tipo de amor, si es real, tiene una premisa: amar desde la esencia del ser y vivenciar a la otra persona en la esencia de su ser; debe ser sustancialmente un acto de voluntad, de decisión de dedicar toda nuestra vida a la de la otra persona.
	Fromm habla del amor hacia sí mismo y la importancia que este tiene para la vida de las personas. En primer lugar marca una diferencia importante entre el egoísmo y el amor hacia sí mismo, pues muchas personas anteriores a él, entre ellas Calvino y Freud hablan del amor a sí mismo como un vicio o pecado, incluso como un síntoma psiquiátrico en el caso de las personalidades narcisistas, sin embargo Fromm explica que si es una virtud amar al prójimo como a uno mismo, debe serlo también (y no un vicio) que me ame a mí mismo, puesto que también yo soy un ser humano y que el egoísmo y el amor lejos de ser idénticos, son realmente opuestos, pues el individuo egoísta no se ama demasiado, sino muy poco; en realidad se odia. Tal falta de cariño y cuidado por sí mismo, que no es sino la expresión de su falta de productividad lo deja vacío y frustrado. Es verdad que la persona egoísta es incapaz de amar a los demás, pero tampoco puede amarse a sí mismo. 
	Y finalmente Fromm habla de un amor a Dios en el que se puede establecer un paralelismo entre éste y el amor entre padres e hijos, que está muy relacionado con el grado de madurez de la persona. Así, el amor de Dios en su aspecto materno se presenta como un agracia incondicional. También menciona que la naturaleza del amor a Dios corresponde a la naturaleza del amor al hombre, y, además, la verdadera cualidad del amor a Dios y al hombre es con frecuencia inconsciente (encubierta y racionalizada por una idea más madura de lo que su amor es).

Continuar navegando