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El Mercosur

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El Mercosur, la Unión Europea y la globalización: una trinidad en potencia.
Yayre Carrasquero
27.070.264
4to año de Comunicación Social
Las economías del mundo viven en un crecimiento constante y son las actividades que realizan y los tratados que algunos países mantienen los que han ayudado a que este aumento siga en pie.
Las alianzas entre naciones generadas por el Mercosur y la Unión Europea ha favorecido en gran medida a los países que lo conforman, pues el objetivo de cada uno no es más que generar oportunidades comerciales de inversión por medio de una integración competitiva de las economías nacionales al mercado internacional.
La globalización, por supuesto, también ha colaborado en este crecimiento e integración de economías. Su implementación ha forjado economías estables debido al comercio y al flujo financiero que ésta aporta. 
Cabe resaltar que, ésta trinidad ha permitido la eficiencia de los países a través de las competencias, dicho de otro modo, la especialización de las naciones en relación a los bienes y productos que exporta, enfocarse en lo que mejor sabe hacer. Por su parte, también se ha ahondado a integración de la economía mundial que a si vez ha profundizado también la división internacional, lo que deja a otros países sobreponer sus ventajas competitivas en comparativas.
Los países integrantes del Mercosur, a través del Tratado de Libre Comercio, concretaron una gran oportunidad que permite a los cuatro territorios del bloque sur (Argentina , Brasil, Paraguay y Uruguay) hacer crecer sus economías, internacionalizar sus empresas, aumentar su competitividad y generar más empleo. Por ejemplo, el producto interno bruto creció del 1,4% a 24,5%; así también lo hizo las exportaciones de bienes y servicios a un 37%. Igualmente, aumentó el atractivo de tales países como destino para la inversión extranjera directa.
Claro está que, entre todo lo bueno también existe un poco de mal. Dentro de éste mundo lleno de economías en crecimiento y, por ende, las competencias, se genera el consumismo desaforado y inminente empeño de alcanzar el puesto número uno, lo que implica más producción, más aumento en las horas de trabajo y, por lo tanto, más desigualdad entre las naciones.
Aunque la integración mundial es necesaria, es menester replantearse las consecuencias que se están viviendo para mantenerse en la cima del podio, pues éste estudio ayudará a que países con menor presupuesto de inversión puedan sobresalir en el mercado internacional y a su vez, ascender sus economías.

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