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23.3.3 Obtención del ADN recombinante Como ya se ha dicho, los fragmentos del ADN que se quiere clonar deben unirse de forma covalente, in vitro, a un vector mediante una ADN ligasa (Fig. 23-5a). La reacción de unión es más sencilla si los fragmentos de ADN de diferente origen, obtenidos por digestión con endonucleasas de restricción apro- piadas, presentan extremos cohesivos compatibles que formen apareamientos específicos. La ADN ligasa también es capaz de unir extremos romos, aunque con menor eficacia. En determinados casos, pueden transformarse extremos romos en cohesivos, mediante la adición de colas homopoli- méricas complementarias en los extremos de los fragmentos a unir, catalizada por la enzima transferasa terminal (Fig. 23- 5b). También pueden crearse extremos cohesivos ligando, a fragmentos de extremos romos, pequeños segmentos de ADN bicatenario (conectores) que posean secuencias de restricción generadoras de extremos cohesivos, y tratando los productos obtenidos con la endonucleasa apropiada (Fig. 23-5c). 23.4 VECTORES Y GENOTECAS 23.4.1 Vectores Para la clonación de un gen en bacterias se utilizan diferen- tes tipos de vectores, fundamentalmente plásmidos y fagos, o derivados de éstos, como los cósmidos. Posteriormente se han desarrollado otros vectores, como los BAC y los YAC (cromosomas artificiales de bacterias y cromosomas artifi- ciales de levaduras, respectivamente), adecuados para clonar fragmentos muy grandes de ADN. Los plásmidos son moléculas pequeñas de ADN circular que se replican en las bacterias con independencia del cro- mosoma bacteriano. Un plásmido sin modificar, o recombi- nado con pequeños insertos, puede introducirse en una bac- teria mediante distintas técnicas de transformación, en las que sólo una pequeña fracción de las bacterias capta el ADN plasmídico. Para ser útil como vector, un plásmido debe reunir varias características, entre las que se incluyen: a) un tamaño ade- cuado que permita la incorporación del inserto y su entrada en la célula; b) un origen de replicación reconocido por la bacteria hospedadora, que permita al plásmido replicarse en dicha bacteria y transmitirse a su descendencia; c) marcado- res para la selección de las bacterias que lo capten (como los genes de resistencia a antibióticos comentados anteriormen- te), y d) una o varias secuencias diana para endonucleasas de restricción, que al cortar y linearizar el plásmido generen extremos para ligar el inserto (Fig. 23-6). Actualmente existen diversos plásmidos disponibles, que permiten la clonación de insertos de hasta 15 kb. Algunos poseen, además de las características anteriores, señales de transcripción y traducción que dirigen la expresión de la pro- teína codificada por el inserto. Se trata entonces de vectores de expresión. Otros contienen, además del origen de replica- ción reconocido por la bacteria hospedadora, elementos para su multiplicación en células de eucariotas, y pueden utilizar- se indistintamente en bacterias o en eucariotas, o transferirse de un tipo a otro de huésped. Para clonar fragmentos mayores (hasta unas 25 kb), se utilizan vectores derivados del fago λ. El ADN del fago λ se empaqueta con proteínas virales y forma partículas infec- ciosas que introducen su ADN en E. coli y se multiplican dentro de la bacteria. Sólo dos tercios, aproximadamente, del genoma del fago son esenciales para su multiplicación. El otro tercio puede eliminarse y reemplazarse por ADN foráneo, siempre que éste tenga un tamaño que permita al ADN recombinante empaquetarse in vitro en presencia de extractos con las proteínas necesarias para generar partícu- las virales infecciosas. El tratamiento de un césped bacte- riano, creciendo sobre una placa de agar, con partículas infecciosas producirá «calvas» formadas por la lisis de las bacterias infectadas. La selección de las calvas de lisis pro- cedentes de un determinado fago recombinante puede rea- lizarse con una sonda adecuada, tal y como ya hemos des- crito. Los cósmidos son vectores recombinantes que reúnen características de plásmidos (origen de replicación, marca- dores y secuencias de restricción) y del fago λ (secuencia cos necesaria para el empaquetamiento). Permiten clonar frag- mentos largos de ADN (hasta 45 kb). El ADN recombinante puede introducirse de forma eficaz (como un fago) en la célula bacteriana, y multiplicarse y seleccionarse como un plásmido. Algunas aplicaciones específicas cada vez más frecuen- tes requieren la clonación de fragmentos de ADN mucho mayores que los compatibles con los vectores tradicionales. Por ello se han desarrollado dos nuevos tipos de vectores, los BAC y los YAC. Los YAC son los de mayor capacidad, y aceptan insertos de más de 1000 kb. Se emplean utilizando como huésped Saccharomyces cerevisiae, la levadura común de panadería. Contienen centrómeros y telómeros que les permiten replicarse en la levadura como un cromosoma nor- mal. 23.4.2 Insertos y genotecas Los insertos pueden ser esencialmente de dos tipos: ADNc o fragmentos de ADN genómico. Los ADNc se obtienen a par- tir del ARNm mediante un conjunto de enzimas específicas: transcriptasa inversa, ARNasa H y ADN polimerasa (Fig. 23-7). Anális is molecular del genoma | 407 23 Capitulo 23 8/4/05 11:42 Página 407 BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR (...) CONTENIDO PARTE II: BIOLOGÍA Y PATOLOGÍA MOLECULAR SECCIÓN V GENOMA, PATOLOGÍA MOLECULAR Y TERAPIA GÉNICA 23 ANÁLISIS MOLECULAR DEL GENOMA 23.3 MANEJO DEL ADN 23.3.3 Obtención del ADN recombinante 23.4 VECTORES Y GENOTECAS 23.4.1 Vectores 23.4.2 Insertos y genotecas
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