La mujer de la ilusión

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La Mujer de la Ilusión 
Ana María Fernández
A lo largo de la historia, ha existido una opresión por el género femenino, que viene a ser producida y reproducida por mecanismos de distinta índole, como los relativos a los poderes políticos, culturales y económicos, en donde no sólo el sujeto es discriminado, sino que se forma una parte de su subjetividad. En cuanto a esto, es de suma importancia recalcar que tales procesos de construcción de la subjetividad han sido interiorizados en uno, y naturalizados, en ayuda de tales poderes, como es el caso de las instituciones. Al mismo tiempo, tal violencia puede aparecer como invisibilizada por esa misma naturalización o consenso. 
Ante esta problemática, es importante que los oprimidos tengan una voz y expresen sus inquietudes, junto con la construcción de nuevos sentidos que se desapeguen de esa tradición. 
Asimismo, para el análisis de opresión de género será necesario captar la violencia explícita e invisible, así como los discursos, instituciones o dispositivos que la producen. En este aspecto, la autora habla de la relación entre capitalismo y patriarcado. De tal forma, se deberán tener en cuenta también las formas de resistencia y transformación de estas condiciones, así como la necesidad de la unión entre feminismo académico y político, pues si se presenta sólo uno se cae en errores. 
El conflicto entre los sexos es también político, pues incluye relaciones de poder entre tales sexos, que se da por posicionamientos sociales, culturales y eróticos en los géneros, que a la vez son resultados de procesos históricos. Esto se deriva en relaciones de poder que no solo se limitan a lo público, sino que están presentes aún sin darnos cuenta en lo privado y personal. Al respecto, también se menciona que muchos conflictos familiares, de pareja o asociados erróneamente a la feminidad, son dados por dinámicas de poder.