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1052 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos CARDIOLOGÍA INTEGRADORA, 1052 Modalidades de tratamiento asociadas, 1052 Necesidad de colaboración interprofesional, 1052 ESTRATEGIAS INTEGRADORAS PARA CONDICIONES CARDÍACAS ESPECÍFICAS, 1052 Cardiopatía isquémica, 1052 Hipertensión, 1054 Dislipidemia, 1055 Insuficiencia cardíaca congestiva, 1056 Arritmias, 1057 CONCLUSIÓN, 1057 BIBLIOGRAFÍA, 1057 55 Abordajes integradores del tratamiento de pacientes con cardiopatía STEPHEN DEVRIES CARDIOLOGÍA INTEGRADORA La cardiología integradora es más una filosofía de atención que una descripción de un conjunto particular de prácticas. La cardiología integradora se centra en la prevención de la enfermedad, con énfasis en la maximización de los beneficios de la nutrición y de las intervenciones sobre hábitos de vida. Completamente incluyente del tratamiento médico basado en las directrices, la cardiología integradora busca dar poder a los pacientes hasta el mayor grado posible con objetivos de salud y planes terapéuticos desarrollados en colaboración (fig. 55-1). La cardiología integradora es importante, porque cubre necesidades no atendidas por los tratamientos convencionales. A pesar de los avances tecnológicos, un informe de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) estadounidenses describe una meseta reciente en el declinar de la enfermedad cardiovascular (ECV), en gran medida una manifestación de los problemas relacionados con los hábitos de vida de la obesidad y la diabetes.1 Típicamente no se hace énfasis en la nutrición y en los hábitos de vida durante la formación o la práctica de la cardiología. Por ejemplo, en el actual documento de 38 páginas del Accreditation Council for Graduate Medical Education que detalla los requisitos específicos para la formación posgrado en ECV, no se hace mención a requisitos para incluir la nutrición en el currículum.2 El abordaje integrador busca cubrir esta deficiencia resaltando la nutrición y los hábitos de vida como componentes integrales del plan terapéutico. Uno de los principios de la cardiología integradora es el énfasis en la capacitación de los pacientes. La necesidad de prestar mayor atención a la toma compartida de decisiones viene ejemplificada por un reciente análisis de las conversaciones entre cardiólogos y pacientes respecto a la intervención coronaria percutánea (ICP). En este estudio, los cardiólogos solo preguntaron sobre las preferencias de los pacientes en cuanto a tratamiento en el 54% de las entrevistas y mencionaron alternativas para la ICP únicamente en el 25%.3 Lo que es más importante, la adopción de un abordaje integrador en cardiología puede conducir a mejores resultados. Un ejemplo excelente, como se expone más adelante, son los mejores resultados con las modificaciones de los hábitos de vida que se implementan tras un procedimiento ablativo por fibrilación auricular. Modalidades de tratamiento asociadas Nutrición Aunque se puede argüir que la nutrición es (o debería ser) una parte del total de la atención médica, las consideraciones dietéticas cobran un papel especialmente prominente en un modelo integrador. Las intervenciones nutricionales son la base de la atención cardíaca tanto para la prevención como para el tratamiento de la ECV. Tratamiento de mente/cuerpo Como reconocimiento de la fuerte influencia de los pensamientos y el estado emocional sobre la salud cardiovascular (CV), un abordaje integrador resalta la conexión entre mente y cuerpo. Además de los abordajes más tradicionales con tratamiento cognitivo conductual y medicación, entre las modalidades que se podrían recomendar en un modelo integrador se incluyen la meditación, los ejercicios respiratorios, el yoga, la biorretroalimentación, el tacto curativo y el reiki. Acupuntura Aunque se asocia más frecuentemente a la acupuntura con el tratamiento del dolor musculoesquelético, datos emergentes resultan prometedores sobre su uso como tratamiento adyuvante para un rango de condiciones CV, incluida la hipertensión. Suplementos y productos botánicos Es obligación del cardiólogo al menos cierto conocimiento sobre los suplementos que utilizan con mayor frecuencia los pacientes cardíacos. Además, a algunos clínicos la revisión de la evidencia les puede llevar a considerar el uso selectivo de algunos productos sin receta médica (p. ej., pacientes intolerantes a la prescripción de estatinas). Aunque se considera buena práctica médica documentar todos los productos sin receta tomados por los pacientes, esta información tiene un valor limitado si el clínico desconoce el producto y no sabe cómo obtener información científica fiable sobre el mismo. Afortunadamente hay dis- ponibles varias fuentes excelentes que ayudan a los clínicos a conocer la base científica de los suplementos (tabla 55-1). Necesidad de colaboración interprofesional La necesidad de una estrecha colaboración entre todos los miembros del equipo CV resulta evidente, pero la comunicación entre los cardiólogos y el resto de profesionales sanitarios implicados en el tratamiento integrador ha resultado históricamente un reto. Independientemente de las diferencias en léxico y perspectivas, es esencial el respeto mutuo y una comunicación abierta entre todos los profesionales sanitarios, convencionales y alternativos, para un óptimo tratamiento de los pacientes. ESTRATEGIAS INTEGRADORAS PARA CONDICIONES CARDÍACAS ESPECÍFICAS La base de la cardiología integradora comienza con un tratamiento basado en las directrices. En estas secciones se describe un grupo seleccionado de abordajes basados en la evidencia que no se utilizan a menudo en un tratamiento convencional. Estas herramientas, añadidas al tratamiento basado en las directrices, pueden ampliar los beneficios y proporcionar oportunidades adicionales para implicar y capacitar más a los pacientes. Cardiopatía isquémica Véase también el capítulo 58. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1053 A b o rd ajes in teg rad o res d el tratam ien to d e p acien tes co n card io p atía 55 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Nutrición Quizá ningún tratamiento de la medicina clínica tiene tanto impacto como las intervenciones nutricionales para la prevención y el tratamiento de la cardiopatía isquémica. El informe final del Lyon Diet Heart Study, un estudio sobre la dieta de tipo mediterráneo en pacientes con un infarto de miocardio (IM) previo, demostró una reducción del 72% en las muertes cardíacas y la recurrencia de infartos.4 La dieta de tipo mediterráneo promueve la ingesta de verduras y frutas, granos integrales en lugar de granos refinados, frutos secos, pescado en lugar de carnes rojas y aceite de oliva como aceite de cocina predominante. Un estudio más reciente sobre la dieta de tipo mediterráneo en un grupo de prevención primaria de alto riesgo, PREDIMED, se interrumpió prematuramente por resultados positivos precoces: una reducción del 30% del riesgo de eventos CV mayores.5 De forma interesante, el componente primario que diferenció los grupos de intervención y dietético de control fue la fuente de grasas en la dieta. Ambas ramas de la intervención de tipo mediterráneo, alto consumo bien de aceite de oliva virgen extra o de frutos secos, mostraron beneficios en comparación con la dieta control. Entre los componentes de una dieta cardioprotectora, las verduras de hoja verde, incluidas las espinacas y el kale, parecen especialmente beneficiosas. Datos combinados del Nurses’ Health Study y del Health Professionals Follow-Up Study demostraron que cada ración diaria de verduras de hoja verde(0,5 tazas cocinadas) redujo el riesgo ajustado de enfermedad coronaria en el 23% en las mujeres (P = 0,0004) y en el 11% en los hombres (P = 0,02).6 Las antocianinas son flavonoides de la dieta que potencian la función endotelial y tienen propiedades antioxidantes y antihipertensivas. Los alimentos ricos en antocianinas, especialmente los arándanos y las fresas, están fuertemente asociados a salud cardíaca. Durante un seguimiento de 18 años del Nurses’ Health Study, que incluyó a 93.600 mujeres, la ingesta de cuatro o más raciones de arándanos y fresas se asoció a una reducción del riesgo de IM del 34%.7 El consumo de nueces también está fuertemente asociado a reducción del riesgo de cardiopatía y a mayor longevidad. Las propiedades promotoras de la salud de las nueces están probablemente relacionadas con su rico contenido en magnesio, esteroles, vitamina E, ácido α-linoleico y grasas monoinsaturadas. En un metaanálisis de 18 estudios prospectivos, el riesgo relativo de cardiopatía isquémica se redujo un 28% con cada ración diaria de nueces.8 En otro estudio, la ingesta de nueces se asoció a una reducción del 21% del riesgo de fallecimiento durante un período de 5 años en quienes presentaban un consumo más alto de nueces frente al más bajo (P < 0,05).9 Conexión mente/corazón No existe mejor ejemplo de la conexión entre la mente y el corazón que el síndrome de takotsubo, una enfermedad con fallo agudo y grave del ventrículo izquierdo precipitado por el estrés psicológico.10 El síndrome de takotsubo, de presentación bastante espectacular, solo es una de las muchas manifestaciones del estrés y del estado emocional sobre la salud cardíaca. Meditación La asociación entre mente y corazón puede ser aprovechada para la prevención de la cardiopatía isquémica. En un estudio aleatorizado con- trolado sobre la meditación añadida al tratamiento cardíaco convencional en 201 individuos con patología coronaria, el grupo con meditación experimentó una reducción del 48% del riesgo de un punto de análisis compuesto que incluía mortalidad por todas las causas, IM y accidente cerebrovascular (P = 0,025).11 El mecanismo subyacente al beneficio resulta incierto, pero probablemente incluye un efecto favorable sobre la presión arterial (PA). La reducción del estrés basada en plenitud de conciencia también ha sido asociada a una atenuación de la respuesta inflamatoria, otro mecanismo potencialmente cardioprotector.12 Taichí Se puede describir el taichí como una «meditación en movimiento», y en él se practican una serie de movimientos ejecutados de manera fluida y suave. Una práctica regular del taichí puede alterar favorablemente los factores de riesgo asociados a la ateroesclerosis. Un estudio sobre mujeres con múltiples factores de riesgo coronario encontró que un programa de 8 semanas de taichí se asoció a una marcada disminución de las citocinas proinflamatorias asociadas a la ECV.13 Tacto curativo Aunque desconocido para muchos profesionales sanitarios, el tacto curativo y el reiki son modalidades de popularidad creciente utilizadas para el manejo del estrés y la reducción del dolor. En ambos, el practicante utiliza el tacto suave y los movimientos de la mano sobre el cuerpo para redirigir la «energía». Independientemente del mecanismo, muchos pacientes refieren un alivio significativo. En un estudio de 237 pacientes ingresados para recuperación de una cirugía de derivación coronaria, los asignados aleatoriamente para recibir tacto curativo tuvieron menores puntuaciones de ansiedad, así como una duración del ingreso más corta (6,9 frente a 7,2 días; P = 0,04).14 Medioambiente El entorno físico puede influir en los factores de riesgo que contribuyen a la ECV. Se monitorizó ambulatoriamente la frecuencia cardíaca (FC) en entornos urbanos con y sin vegetación. Los que paseaban en espacios urbanos verdes presentaron una FC significativamente menor que los FIGURA 55-1 Elementos clave de un abordaje integrador en cardiología. TABLA 55-1 Fuentes para la evaluación basada en la evidencia de los suplementos RECURSO DESCRIPCIÓN National Library of Medicine, de MedlinePlus de EE. UU. https://medlineplus.gov/druginfo/ herb_All.html Resumen clínico de los suplementos con referencias esenciales (gratuito) Natural Medicines Database http://www.naturaldatabase.com Extensas revisiones sobre suplementos con enlaces hacia la información original; incluye folletos para los pacientes (de pago) ConsumerLabs.com http://www.ConsumerLabs.com Análisis de laboratorio independiente de los productos de venta sin receta sobre sus dosis y su pureza (de pago) Office of Dietary Supplements de los National Institutes of Health estadounidenses http://ods.od.nih.gov Fichas informativas sobre suplementos; disponible en versión española (gratuitas) CredibleMeds https://www.crediblemeds.org Información de medicamentos de venta con y sin receta que pueden prolongar el intervalo QT y provocar arritmias (gratuita) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1054 Ca RD IO lO g ía P RE vE N tI va VI que se movían en espacios urbanos sin zonas verdes.15 La tendencia a una menor FC cuando se visitan parques y espacios verdes puede ser un reflejo de la «biofilia», la afinidad innata que la mayoría de las personas experimentan en contacto con la naturaleza. Suplementos Ácidos grasos w-3 Los primeros estudios sugirieron un beneficio cardíaco con los ácidos grasos w -3, pero publicaciones más recientes no han confirmado consis- tentemente estos hallazgos preliminares. No obstante, las preguntas que se mantienen respecto a la dosis óptima de ácidos w -3, así como sobre selección de los pacientes, hacen que el papel final de los suplementos de w -3 sea incierto. Subrayando la posibilidad de que se precisen dosis elevadas, un estudio reciente sobre pacientes tras un IM demostró un efecto favorable sobre la remodelación del VI con 3,4 g de ácido docosahexaenoico (ADH) y ácido eicosapentanoico (AEP) combinados, una dosis mucho mayor que la utilizada en muchos estudios previos.16 Actualmente, una recomendación ampliamente apoyada es la obtención de ácidos grasos w -3 del pescado, con al menos dos raciones de pescado rico en w-3 por semana. No obstante, para los que no pueden o no quieren comer pescado, los suplementos de w -3 pueden resultar particularmente beneficiosos. Hay disponibles comercialmente varias marcas de ácidos grasos w -3 para tal prescripción. También hay que considerar los suplementos de aceite de pescado sin receta, pero su dosificación requiere una atención especial. Muchos suplementos sin receta de w -3 tienen una etiqueta frontal en la que se indica el contenido total de w-3. Sin embargo, esta cantidad puede inducir a error, porque la dosis exacta depende del contenido de ADH y AEP, que pueden ser únicamente una fracción de la cantidad total de w-3 indicada. Si se prescriben, por ejemplo, 1.000 mg de ADH y AEP combinados, hay que avisar a los pacientes de que revisen la etiqueta posterior de los productos con w-3 sin receta y tomen tantas pastillas como sea necesario para alcanzar los 1.000 mg totales combinados de ADH y AEP. A pesar de que la etiqueta frontal indique 1.000 mg de aceite de pescado por píldora, con algunos preparados de w -3 son necesarias 2-3 píldoras al día para alcanzar los 1.000 mg combinados totales de ADH y AEP. Los veganos también pueden aumentar su ingesta de ácidos grasos w -3 con suplementos de aceites de algas que contienen tanto ADH como AEP. Los estudios demuestran una significativa elevación de los niveles plasmáticos y eritrocíticos de ADH con el consumo de suplementos de ADH derivados de algas.17 MultivitaminasLos ensayos clínicos más extensos sobre el uso de complejos multivita- mínicos para la prevención de la cardiopatía no han demostrado efectos beneficiosos, incluidos un estudio limitado a hombres (Physicians’ Health Study II)18 y un extenso ensayo clínico en mujeres (Women’s Health Initiative).19 Sin embargo, un análisis más reciente de los datos del Physicians’ Health Study I, que incluyó a 18.530 hombres, encontró que una duración del uso de multivitaminas de 20 o más años se asociaba con un 44% menos de riesgo de un evento CV mayor (P = 0,05).20 Antioxidantes Los ensayos clínicos iniciales y menos extensos sobre antioxidantes presentaban resultados prometedores para la prevención de la enfer- medad isquémica. No obstante, estudios más recientes y extensos sobre vitaminas E y C no han logrado demostrar beneficios.21,22 Sin embargo, la mayoría de los estudios sobre la vitamina E solo evaluaron una única isoforma de la vitamina E (principalmente α-tocoferol) del total de ocho isoformas de vitamina E (cuatro tocoferoles, cuatro tocotrienoles) del complemento completo, algunas de las cuales tienen efectos opues- tos. Se requieren estudios adicionales que incluyan formulaciones varia- bles de vitamina E. Mientras tanto, se sabe de forma definitiva que las fuentes de alimentos completos ricos en antioxidantes, especialmente verduras y frutas, son fuertemente cardioprotectoras.23 Hipertensión (v. capítulo 47) Nutrición Dieta DASH y potasio Los abordajes dietéticos son intervenciones extremadamente potentes para el tratamiento de la hipertensión. La dieta mejor estudiada para la hipertensión es la basada en los Dietary Approaches to Stop Hypertension (DASH). La dieta DASH, de forma similar a la dieta mediterránea, incluye de 8 a 10 raciones combinadas de verduras y frutas, además de productos lácteos desnatados. Entre los pacientes con hipertensión de base, las PA sistólica y diastólica se redujeron en 11,4 y 5,5 mmHg, respectivamente (P < 0,001).24 Hay una impresión errónea habitual de que los cambios dietéticos requieren un período largo para conseguir beneficios. Por el contrario, el efecto máximo de reducción de la PA con la dieta DASH se hizo evidente durante las primeras 2 semanas del estudio y se mantuvo a lo largo de todo el período de evaluación. La dieta DASH fue diseñada para potenciar la ingesta de potasio hasta aproximadamente el percentil 75 del consumo en EE. UU. Está bien establecida una relación inversa entre el potasio y la reducción de la PA.25 La ingesta elevada de potasio de la dieta DASH, a partir de un aumento del consumo de frutas y verduras ricas en potasio, fue probablemente la responsable de una parte significativa del efecto reductor de la PA. El contenido en sodio tanto en la rama de intervención como en la de control en la dieta DASH original era similar, aproximadamente de 3 g/día. En un estudio de seguimiento de la dieta DASH, una reducción paulatina del consumo de sodio se superpuso a la dieta original. Este subgrupo de participantes en dieta DASH que consumieron las menores cantidades de sodio frente a los que consumieron las más elevadas tuvo una reducción adicional de la PA de 3 mmHg en la sistólica y de 1,6 mmHg en la diastólica.26 Nitratos de la dieta Los nitratos de la dieta desempeñan un papel clave en la reducción de la PA a través de la producción de óxido nítrico vasodilatador. El mecanismo por el cual se produce este hecho es novedoso. Los nitratos de la dieta se absorben rápidamente a la circulación, donde una cantidad significativa es captada activamente y concentrada por las glándulas salivales, lo que da lugar a una concentración salivar de nitratos aproximadamente 10 veces superior a la plasmática. Los nitratos concentrados en la saliva interactúan con bacterias facultativas de la boca que los reducen a nitritos, el sustrato para la producción de óxido nítrico. Las bebidas hechas a partir de preparados concentrados de alimentos ricos en nitratos dietéticos, como la rúcula, las espinacas y la remola- cha, se asociaron a reducción de la PA de 5 a 7 mmHg en las primeras 2,5 h desde su consumo.27 En otro estudio, el zumo de remolacha, consumido diariamente durante 4 semanas, llevó a una reducción de la PA ambulatoria de 7,7 mmHg en la sistólica y de 5,2 mmHg en la diastólica (P < 0,001 para ambas).28 Hay que señalar que el uso de enjuagues antisépticos puede inte- rrumpir la reducción apoyada en las bacterias de nitratos a nitritos en la boca. El uso de un enjuague antiséptico durante 1 semana redujo la producción oral de nitritos un 90%, lo que se asoció a un aumento de la PA tanto sistólica como diastólica de 2-3 mmHg (P < 0,001).29 Actividad física El ejercicio aeróbico, que incluye la alta repetición de movimientos de grandes grupos musculares, es la forma de actividad física mejor estudiada para la reducción de la PA, con datos suficientes para considerar una valoración de clase I, nivel de evidencia (NDE) A, en el informe científico de la American Heart Association (AHA).30 Peor considerados están el potencial de la resistencia dinámica (clase IIa, NDE B) y los ejercicios isométricos con empuñaduras (clase IIa, NDE C) para ayudar a la reducción de la PA.30 El sexo parece ser un factor en la respuesta al ejercicio, y las mujeres muestran una mayor reducción de la PA tras ejercicios de resistencia en comparación con el ejercicio aeróbico. Los hombres presentan efectos reductores de la PA similares con ambas formas de ejercicio. De especial interés son los estudios sobre ejercicios isométricos con empuñaduras. Aunque los datos son limitados, los estudios dis- ponibles demuestran un efecto reductor de la PA particularmente intenso con estos ejercicios. Los hallazgos incluyen la observación de que los ejercicios con empuñaduras parecen requerir una duración relativamente corta para la reducción de la PA, un promedio de 33 min por semana.30 Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1055 A b o rd ajes in teg rad o res d el tratam ien to d e p acien tes co n card io p atía 55 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Conexión mente/corazón Ejercicios respiratorios Los ejercicios respiratorios que incluyen períodos de inspiraciones lentas y profundas son parte integral de la meditación y el yoga, y ayudan a facilitar el reflejo y la relajación. Más recientemente, se ha demostrado también que protocolos de respiraciones lentas controladas mediante dispositivos tienen efectos reductores de la PA (clase IIa, NDE B). Un ejercicio diario controlado mediante dispositivos de 7 min de respiración lenta a lo largo de 15 min ha demostrado reducir la PA un promedio de 4 mmHg en la sistólica y de 3 mmHg en la diastólica pasadas 1-2 semanas.30 Aunque no está tan bien estudiado, hay disponible un amplio rango de instrucciones para la realización de ejercicios respiratorios autocontrolados, con las ventajas de promover la capacidad del paciente y de ser gratuitas y accesibles para todos los pacientes. Biorretroalimentación La biorretroalimentación (clase IIb, NDE B), una tecnología que permite a los individuos visualizar sus respuestas fisiológicas a los ejercicios de respiración y relajación, también ha demostrado eficacia en el control de la PA.30 La biorretroalimentación puede resultar una modalidad especialmente atractiva para las personas a las que les gusta la automonitorización cuantitativa. Meditación La meditación trascendental (clase IIb, NDE B) ha sido particularmente bien estudiada para el tratamiento de los pacientes con hipertensión establecida, con una reducción de la PA de hasta 15 mmHg en la sis- tólica.30 Losmecanismos no están bien definidos, pero probablemente incluyen un impacto favorable sobre el sistema nervioso autónomo, del cual resulta una reducción de la FC y del tono vascular. Los individuos que se sienten atraídos por la autorreflexión pueden estar particular- mente interesados en considerar la meditación como una herramienta adyuvante para el control de la PA. Acupuntura Un ensayo aleatorizado controlado evaluó recientemente la acupuntura practicada dos veces a la semana durante 8 semanas, con un seguimiento adicional de 4 semanas. Al final del seguimiento, la PA sistólica había disminuido 9 mmHg, y la diastólica, 8 mmHg.31 Se apreciaron diferencias significativas en las mediciones de variabilidad de la FC entre los grupos de acupuntura y control, congruentes con una influencia favorable sobre la función autónoma. Suplementos Magnesio Varios estudios han demostrado una relación inversa entre el magnesio sérico y la PA. En un ensayo clínico, pacientes hipertensos tratados con pidolato de magnesio, 600 mg/día durante 12 semanas, presentaron una reducción de la PA de 4,3 mmHg en la sistólica y de 1,8 mmHg en la diastólica (P = 0,002 para ambas).32 Los suplementos de magnesio pueden producir diarrea y deben evitarse en pacientes con insuficiencia renal significativa. Probióticos Los probióticos son suplementos que contienen microorganismos vivos de los que se pretende que aporten beneficios para la salud. Un metaanálisis de nueve ensayos clínicos sobre probióticos, con un total de 543 participantes, demostró una reducción media en la PA de 3,6 mmHg en la sistólica y de 2,4 mmHg en la diastólica.33 Un análisis de subgrupos observó mayor beneficio cuando la dosis de probióticos incluía múltiples especies con un consumo diario de 1011 o más colonias durante 8 semanas o más. Medioambiente Contacto con la naturaleza El entorno físico parece desempeñar un papel en la regulación de la PA. En un experimento con voluntarios sanos a los que se medía la PA durante caminatas en bosques y áreas urbanas, los paseos por el bosque se asociaron a unas PA sistólica y diastólica menores, así como a índices de variabilidad de la FC que reflejaban un menor tono simpático y un aumento del tono parasimpático.34 Tóxicos medioambientales El bisfenol A (BPA) es un agente químico utilizado para recubrir el revestimiento interno de muchos productos enlatados y plásticos, pero no de cristal. Un estudio reciente identificó un aumento superior al 1.600% en el BPA urinario tras el consumo de dos latas de refrescos, con una elevación de la PA 5 mmHg más que tras beber el mismo refresco envasado en vidrio (P < 0,02).35 Dislipidemia (v. capítulo 48) Nutrición Los abordajes dietéticos son la base del tratamiento de la dislipidemia. Siguiendo la reciente Guideline on Lifestyle Management to Reduce Cardiovascular Risk de la AHA/American College of Cardiology (ACC), la dieta recomendada hace énfasis en verduras, frutas, frutos secos, granos integrales y pescado, y en minimizar o evitar la ingesta de bebidas azucaradas y de carnes rojas.36 La evitación de las grasas trans que se encuentran en algunos alimentos fritos y en los productos de repostería, y la sustitución de las grasas saturadas por grasas poli- y monoinsaturadas también son componentes clave de una dieta para la reducción del colesterol. Actividad física Aproximadamente el 20% de la reducción de la ECV por el ejercicio se puede atribuir a su efecto beneficioso sobre los lípidos. En adultos, se ha demostrado que el ejercicio aeróbico reduce el colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (C-LDL) de 3-6 mg/dl. El ejercicio de resistencia tiene un efecto similar, con una reducción promedio del C-LDL de 6-9 mg/dl cuando se lleva a cabo 3 días o más a la semana con tres grupos de nuevos ejercicios.36 Intolerancia a las estatinas Para quienes necesitan una reducción del colesterol más allá de lo conseguible exclusivamente con medidas sobre hábitos de vida se prescriben típicamente estatinas. Aunque la mayoría de los usuarios de estatinas no sufren efectos secundarios significativos, un número signifi- cativo de personas sí padece, al menos, reacciones adversas leves, más frecuentemente mialgias. En un estudio sobre 10.138 usuarios actuales o antiguos de estatinas, el 17% señalaron haber sufrido efectos secundarios musculares cuando las tomaban. Entre los que interrumpieron su uso, el 60% indicaron que habían sufrido efectos secundarios musculares.37 Existen muchas estrategias para abordar la intolerancia a las estatinas, entre las que se incluyen una reducción de la dosis diaria, el aumento del intervalo entre las dosis y el cambio del tipo de estatinas. Para los pacientes en los que estas estrategias no funcionan y en los que se oponen filosóficamente a la prescripción de la toma de estatinas, se pueden considerar los suplementos sin receta médica. Suplementos Fibra dietética Se ha reconocido desde hace tiempo que la fibra dietética hidrosoluble resulta de ayuda para la reducción de los niveles plasmáticos de colesterol. Aunque los mecanismos no están bien definidos, la fibra soluble proba- blemente actúa como secuestradora de ácidos biliares, además de regular al alza los receptores hepáticos de LDL. La fuente ideal de fibra soluble en la dieta son los alimentos completos, y la fibra de fuentes de granos integrales es la más estrechamente asociada a la reducción del riesgo de ECV.38 El psilio es el suplemento de fibra mejor estudiado. En un metaanálisis de ocho ensayos clínicos, el consumo de 10 g de psilio (2 cucharaditas) al día, conjuntamente con una dieta baja en grasas, redujo el C-LDL un 7% (P < 0,0001).39 Estanoles y esteroles Los estanoles y los esteroles son compuestos presentes naturalmente en todos los alimentos derivados de plantas y se concentran especialmente en semillas, frutos secos y productos de grano. Estos compuestos redu- cen el colesterol sérico al competir con la absorción del colesterol en el aparato digestivo. La ingesta diaria promedio a partir de los alimentos es de 200-400 mg/día. Un metaanálisis de ocho estudios demostró que dosis diarias de estanoles y esteroles de hasta 3 g reducían el C-LDL un 12%.40 Estanoles/esteroles pueden utilizarse como monoterapia para el tratamiento de la hipercolesterolemia o conjuntamente con estatinas. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1056 Ca RD IO lO g ía P RE vE N tI va VI Arroz de levadura roja El arroz de levadura roja es un derivado de la fermentación del arroz con la levadura Monascus purpureus, con la que se consiguen una serie de monacolinas que reducen el colesterol. La monacolina en mayor concentración en el arroz de levadura roja es la monacolina K, también conocida como lovastatina, el primer inhibidor de la HMG- CoA reductasa aprobado por la FDA. Las dosis típicas del arroz de levadura roja (1.200-2.400 mg/día) logran una reducción promedio del C-LDL del 27%.41 Este grado de reducción de las LDL es superior a lo esperado sobre la base de la concentración exclusiva de monacolina K, probablemente debido al contenido de múltiples constituyentes reductores del colesterol en el arroz de levadura roja. Se ha estudiado el arroz de levadura roja como alternativa para los pacientes intolerantes a la prescripción de estatinas. En un estudio aleatorizado sobre 62 pacientes previamente intolerantes a las estatinas, el 87% fueron capaces de tomar arroz de levadura roja sin reacciones adversas. El arroz de levadura roja redujo el C-LDL un 26%.42 En un estudio a 5 años sobre 4.870 pacientes con IM previo, el arroz de levadura roja (en comparación con placebo) dio lugar a una reducción del riesgo absoluto del 4,7%y del relativo del 45% respecto al punto de análisis primario de IM no mortal y muerte cardíaca, así como a una reducción del 33% en la mortalidad total.43 Los productos de arroz de levadura roja difieren tanto en potencia como en pureza. La concentración de monacolinas totales y de monacolina K puede variar marcadamente entre los fabricantes. Se ha encontrado que unos pocos productos contienen pequeñas cantidades de citrinina, una nefrotoxina. Hay disponibilidad del análisis químico de varias fórmulas de arroz de levadura roja, incluido el análisis sobre concentraciones de monacolinas y citrinina, a través del grupo inde- pendiente ConsumerLabs.com (v. tabla 55-1). Se podría considerar al arroz de levadura roja como una opción terapéutica para los individuos con dislipidemia que rechazan o son intolerantes a la prescripción de estatinas. Como el arroz de levadura roja es una forma de estatina, hay que recomendar a los pacientes las precauciones habituales para todas las estatinas, y deben ser controlados por un profesional sanitario. Coenzima Q10 La coenzima Q10 (CoQ10, ubiquinona) es un compuesto liposoluble necesario para la producción celular de trifosfato de adenosina (ATP). El tratamiento con estatinas ha demostrado reducir los niveles circulantes de CoQ10, un hallazgo que se ha hipotetizado como posible factor en las reacciones adversas relacionadas con las estatinas, incluyendo las mialgias. En 120 pacientes con síntomas previos de intolerancia a esta- tinas estudiados en un ensayo clínico cruzado doble ciego aleatorizado de 8 semanas,44 los que recibieron 600 mg/día de CoQ10 (ubiquinol) no mostraron mejoría en cuanto al dolor muscular. Un metaanálisis de seis estudios sobre CoQ10 en 302 pacientes que estaban recibiendo tratamiento con estatinas demostró una tendencia no significativa hacia una disminución de los dolores musculares.45 A pesar de la lógica implícita en la CoQ10 como tratamiento de las reacciones adversas relacionadas con estatinas, los datos que apoyan este uso no son potentes. Sin embargo, debido a que el perfil de seguridad de la CoQ10 es excelente y que en casos anecdóticos se han descrito beneficios, la CoQ10 se mantiene como una opción terapéutica que hay que considerar para pacientes con mialgias leves relacionadas con las estatinas. Probióticos El efecto de los probióticos sobre el colesterol sérico fue evaluado en un metaanálisis de 11 estudios que incluyeron productos de leche fermentada y suplementos probióticos.46 En promedio, la reducción del C-LDL sérico asociada al uso de probióticos fue de 8 mg/dl. La cepa de Lactobacillus acidophilus resultó especialmente efectiva para la reducción del C-LDL. No se apreció impacto significativo sobre el coles- terol unido a lipoproteínas de alta densidad (C-HDL) o los triglicéridos. Insuficiencia cardíaca congestiva (v. capítulo 23) Nutrición y hábitos de vida La nutrición y los hábitos de vida son factores claves en el desarrollo de la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC). En un estudio sobre 84.537 mujeres del Women’s Health Initiative (WHI), se desarrolló una escala sobre los hábitos de vida que incluía índices de salud alimentaria, actividad física, índice de masa corporal y situación de tabaquismo.47 El riesgo multivariable ajustado para el desarrollo de ICC a lo largo de 11 años tuvo una relación gradual con la puntuación sobre medidas de los hábitos de vida. Las medidas de quienes tienen los hábitos de vida más favorables frente a las de los que tienen los menos favorables en las cuatro categorías, lo que se apreció en el 8% del total de pacientes estudiados, demostraron una reducción del 77% del riesgo de desarrollar ICC. Una vez se desarrolla la ICC, las intervenciones dietéticas saluda- bles se asocian a una supervivencia prolongada. En un análisis de pacientes con ICC del estudio WHI, la supervivencia ajustada a múltiples variables mejoró de una manera gradual con el nivel de adhesión a la dieta DASH.48 Quienes cumplían más estrictamente la dieta DASH, en comparación con el grupo de referencia, presentaron una mejoría del 16% en la supervivencia a lo largo de un período de seguimiento de 4,6 años. Los grupos de alimentos más estrechamente asociados a mejoría de la supervivencia incluían verduras, granos integrales y frutos secos. Conexión mente/corazón Optimismo El grado de optimismo que muestran los pacientes se ha asociado al desa- rrollo de la insuficiencia cardíaca (IC). En un estudio de 6.808 personas mayores, ajustado para un amplio rango de variables conductuales, biológicas y psicológicas, cada aumento de la desviación estándar en una medida del optimismo se asoció a una reducción del 26% del riesgo de desarrollar IC.49 La asociación entre optimismo e IC puede animar los intentos de ayudar a los pacientes a cultivar una perspectiva positiva. Se estima que solo el 25% del optimismo es hereditario, y el resto es modelado por una combinación de factores sociales y comportamiento aprendido. Incluso una intervención breve de imaginería dirigida, en la que los pacientes imaginan «su mejor personalidad posible» durante 5 min al día, consiguió aumentar el optimismo.50 Taichí En un estudio de los pacientes con IC y fracción de eyección (FE) con- servada, 16 pacientes fueron distribuidos aleatoriamente a un programa de 12 semanas de taichí o a ejercicio aeróbico, ambos llevados a cabo en grupo durante 1 h dos veces a la semana. Al finalizar el estudio, el pico de captación de oxígeno resultó similar, pero la distancia en la prueba de la marcha de 6 min aumentó más con el taichí, al igual que lo hizo una medida sobre depresión.51 Un estudio similar sobre el taichí en pacientes con IC y FE del 40% o menor también demostró que no había mejoría en los índices de ejercicio, pero confirmó una mejoría significativa en las puntuaciones sobre calidad de vida y estado de ánimo.52 Acupuntura La desregulación del sistema nervioso autónomo es una caracterís- tica de la ICC y un potencial objetivo de la acupuntura terapéutica. Diecisiete pacientes estables con síntomas de clase II o III de la New York Heart Association (NYHA) y una FE inferior al 40% fueron distribuidos aleatoriamente para recibir acupuntura verdadera o acupuntura de con- trol (agujas romas, telescópicas) en dos sesiones a la semana durante 10 semanas. No se apreció mejoría en el pico de captación de oxígeno, pero quienes recibieron acupuntura verdadera aumentaron su distancia en la marcha de 6 min en 32 m (P = 0,002).53 Suplementos Coenzima Q10 En pacientes con ICC, los niveles reducidos de Q10 en el miocardio se han asociado de una manera graduada tanto a síntomas de IC como al grado de disfunción sistólica. De acuerdo con ello, se ha analizado la suplementación con CoQ10 como adyuvante al tratamiento de los pacientes con IC sistólica. Un metaanálisis sobre la suplementación de CoQ10 en 13 estudios sobre un total de 395 pacientes encontró un cambio medio neto en la FE del 3,7% y una disminución de clase de la NYHA del 0,3.54 Más recientemente, 420 pacientes con IC de moderada a grave que estaban recibiendo tratamiento médico convencional fueron dis- tribuidos aleatoriamente para recibir CoQ10 (300 mg/día) o placebo.55 No se apreciaron beneficios a corto plazo (16 semanas), pero pasados 2 años se apreció una mejoría significativa en el grupo que recibió CoQ10. La clase funcional de la NYHA aumentó al menos en 1 grado en el 58% de quienes recibieron CoQ10, en comparación con el 45% en el grupo Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1057 A b o rd ajes in teg rad o res d el tratam ien to d e p acien tes co n card io p atía 55 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s ina ut or iz ac ió n es u n d el ito . del placebo (P = 0,028). La mortalidad CV también fue menor en el grupo de la CoQ10 que en el grupo del placebo (9 frente al 16%; P = 0,039). Aunque se requiere más investigación, estos hallazgos preliminares son prometedores sobre el uso de la CoQ10 como tratamiento adyuvante para mejorar tanto los síntomas como los pronósticos de los pacientes con ICC producida por disfunción sistólica. Se han utilizado más a menudo dosis de CoQ10 de aproximadamente 300 mg con este propósito. Arritmias (v. capítulo 35) Abordaje exhaustivo de los hábitos de vida No hay mejor ejemplo sobre los beneficios de un abordaje integrador en cardiología que los datos sobre pacientes tras una ablación por fibrilación auricular (FA). La ablación a través de un catéter por una FA es una modalidad altamente efectiva, pero no son infrecuentes las recidivas. Como muchos de los factores de riesgo para FA, incluidos hipertensión, obesidad y diabetes, son altamente modificables a través de los hábitos de vida, se ha especulado que un programa agresivo de modificación de los factores de riesgo tras una ablación podría resultar de ayuda para reducir las recidivas de la FA. Se asignó a un total de 281 pacientes consecutivos que habían sido sometidos a una ablación por FA con un índice de masa corporal de 27 kg/m2 o superior y al menos un factor de riesgo cardíaco a un grupo de tratamiento de los factores de riesgo o a un grupo de control.56 El grupo con tratamiento de los factores de riesgo recibió asesoramiento para pérdida de peso y restricción de la sal en la dieta, comenzó un programa de ejercicio y se le aconsejó que realizara en casa mediciones de la PA. Los fumadores recibieron apoyo conductual con la intención de cesar en el hábito. En el seguimiento a los 42 meses, la supervivencia libre de arritmias fue 4,8 veces más probable (P < 0,001) en el grupo de tratamiento de los factores de riesgo que en el grupo de control. Este hallazgo ejemplifica los beneficios de un abordaje verdaderamente integrador: la combinación de estrategias de alta y baja tecnología para conseguir unos resultados óptimos. Yoga El yoga combina aspectos de la actividad física y de la meditación, lo que lo convierte en un prometedor candidato para la reducción de la carga de FA. Un grupo de 52 pacientes con FA paroxística se incorporó al Yoga My Heart Study.57 Se observó a los participantes durante 3 meses, a lo que siguieron 3 meses de una intervención que consistió en sesiones de yoga dos veces a la semana. Tras 3 meses de yoga, los episodios sintomáticos de FA se redujeron un 45%, y los episodios asintomáticos, un 67% (P < 0,001 para ambos). CONCLUSIÓN Un abordaje integrador a la salud cardíaca busca ampliar tanto la pers- pectiva de los tratamientos disponibles como el nivel de implicación de los pacientes. Un abordaje integrador abre la puerta a muchas intervenciones de bajo riesgo y alto impacto que, cuando se asocian al tratamiento basado en las directrices, pueden constituir una diferencia importante para mejorar la satisfacción de pacientes y médicos, y también los resultados. Bibliografía Cardiología integradora 1. Sidney S, Quesenberry Jr CP, Jaffe MG, et al. Recent trends in cardiovascular mortality in the United States and public health goals. JAMA Cardiol. 2016;1(5):594-599. 2. Accreditation Council for Graduate Medical Education. ACGME Program Requirements for Graduate Medical Education in Cardiovascular Disease (Internal Medicine). 2016. http:// www.acgme.org/Portals/0/PFAssets/ProgramRequirements/141_cardiovascular_disease_int_ med_2016.pdf. 3. Rothberg MB, Sivalingam SK, Kleppel R, et al. 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