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648 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos ANAMNESIS DEL PACIENTE, 648 EXPLORACIÓN FÍSICA, 648 ELECTROCARDIOGRAMA, 649 PRUEBAS ADICIONALES, 650 Prueba de esfuerzo, 652 Registro electrocardiográfico intrahospitalario, 652 Registro electrocardiográfico a largo plazo, 652 Variabilidad de la frecuencia cardíaca, 654 Turbulencia de la frecuencia cardíaca, 655 Dispersión de QRS y QT, y anomalías de la onda T, 655 Electrocardiografía de señal promediada y potenciales tardíos, 655 Onda T alternante, 655 Análisis de la sensibilidad del reflejo barorreceptor, 655 Mapa de la superficie corporal, 655 Imágenes electrocardiográficas, 655 Estudio con la mesa basculante, 656 Electrocardiografía esofágica, 656 ESTUDIOS ELECTROFISIOLÓGICOS INVASIVOS, 656 Complicaciones de los estudios electrofisiológicos, 660 OBTENCIÓN DIRECTA DEL MAPA CARDÍACO: REGISTRO DIRECTO DE LOS POTENCIALES EN EL CORAZÓN, 660 BIBLIOGRAFÍA, 662 DIRECTRICES, 663 35 Diagnóstico de las arritmias cardíacas JOHN M. MILLER, GORDON F. TOMASELLI Y DOUGLAS P. ZIPES En el tratamiento de las arritmias en la consulta, los médicos deben evaluar y tratar al paciente en su conjunto, y no solo el trastorno del ritmo.1 Algunas arritmias son peligrosas para el paciente, independientemente de la situación clínica, como la fibrilación ventricular, mientras que otras son un peligro por la situación clínica que plantean, como la fibrilación auricular (FA) de conducción rápida en un paciente con estenosis arterial coronaria importante. Algunas anomalías del ritmo, como las extrasís- toles ventriculares (EV), pueden presentar muchos síntomas, aunque no comportan un desenlace desfavorable, mientras que otros pacientes con EV pueden no tener palpitaciones, pero desarrollar insuficiencia cardíaca relacionada con las EV. Algunos pacientes con FA no tienen síntomas, pero pueden estar expuestos a un riesgo significativo de ictus o insuficiencia cardíaca producto de la frecuencia ventricular rápida, mientras que otros son muy sintomáticos con palpitaciones, aunque presentan bajo riesgo de ictus o insuficiencia cardíaca. La evaluación de los pacientes comienza con una anamnesis y exploración física minuciosas, avanzando desde las pruebas más sencillas a las más complejas, desde las menos invasivas a las más invasivas y de mayor riesgo, y desde las evaluaciones extrahospitalarias más baratas a las que requieren hospitalización y procedimientos costosos, sofisticados y potencialmente arriesgados. El médico, dependiendo de las circunstancias clínicas, puede elegir realizar directamente un procedimiento caro asociado a alto riesgo, como un estudio electrofisiológico (EEF), antes que un registro electrocardio- gráfico de 24 h. En la mayoría de los casos, el tratamiento de las arritmias tiene un doble objetivo: la evaluación y el tratamiento no solo deben abordar los síntomas, sino también cualquier posible riesgo de arritmia. ANAMNESIS DEL PACIENTE Los pacientes que tienen alteraciones del ritmo cardíaco acuden con dis- tintas molestias, pero son los síntomas habituales, como palpitaciones, síncope, presíncope o disnea, los que les obligan a buscar la ayuda del médico. También es muy variable el grado en que perciben las palpitaciones o las irregularidades del ritmo cardíaco. Algunos perciben pequeñas variaciones del ritmo cardíaco con una precisión inusual, mientras que otros se mantienen aparentemente impasibles ante episodios mantenidos de taquicardia ventricular (TV); otros, refieren palpitaciones cuando su ritmo sinusal es normal. Al evaluar a un paciente con arritmia confirmada o sospechada hay que obtener algunas piezas clave de la información para establecer el diagnós- tico u orientar el estudio diagnóstico. El modo de inicio de un episodio puede dar la clave sobre el tipo de arritmia o el mejor tratamiento. Por ejemplo, cuando las palpitaciones aparecen con el ejercicio, el miedo o el enfado se deben a taquicardias automáticas o desencadenadas sensibles a catecolaminas que pueden responder a bloqueantes adrenérgicos (v. capítulo 36); las palpitaciones que aparecen en reposo o que despiertan al paciente se deben a un estímulo vagal, como la FA. La sensación de mareo o el síncope que aparecen llevando un cuello muy cerrado, al afeitarse o al volver la cabeza indican una hipersensibilidad del seno carotídeo. El episodio desencadenante puede ayudar a establecer la presencia de una alteración hereditaria del canal iónico (v. capítulo 33). El modo en que terminan los episodios también puede ser útil: si las palpitaciones cesan fácilmente conteniendo la respiración, una maniobra de Valsalva u otras maniobras vagales, es probable que el nódulo auriculoventricular (AV) sea un componente importante del circuito de la taquicardia; en ocasiones, las taquicardias auriculares focales o la TV terminan con maniobras vagales, como pueden ser las TV originadas en el tracto de salida del ventrículo dere- cho. También hay que interrogar a los pacientes sobre la frecuencia de los episodios, su duración o la gravedad de sus síntomas. En algunas mujeres, las características de los episodios varían en función del ciclo menstrual. Estas cara cterísticas ayudan a definir la intensidad y rapidez con que un médi- co tiene que buscar el plan de diagnóstico y tratamiento (un paciente con episodios diarios casi sincopales o de disnea grave justifica una evaluación más rápida y eficiente que cuando los episodios de palpitaciones leves son infrecuentes y no hay otros síntomas). Los pacientes deben referir cómo es la frecuencia cardíaca durante el episodio (rápida, lenta, regular o irregular) contando directamente sus pulsaciones o usando un monitor automático de presión arterial o frecuencia cardíaca o mediante una aplicación del teléfono móvil; estas pueden o no aportar información confiable. Las características del modo de inicio y la frecuencia de los episodios orientan en la elección de las pruebas diagnósticas (v. más adelante). Los antecedentes farmacológicos y alimentarios también deben ser completos; por ejemplo, hay descongestivos nasales que provocan episodios de taquicardia, mientras que las gotas oftálmicas que contienen bloqueantes β-adrenérgicos para el tratamiento del glaucoma pueden penetrar en los conductos lacrimales y absorberse por vía sistémica, precipitando un síncope debido a la bradicardia. Los suplementos die- téticos, en particular los que contienen estimulantes como la efedrina (generalmente retirada del mercado), pueden provocar arritmias. Hay varios fármacos, cada vez más, que afectan directa o indirectamente a la repolarización ventricular y producen o agravan taquiarritmias relacionadas con un intervalo QT largo (v. capítulo 8). Hay que inte- rrogar al paciente sobre la existencia de enfermedades sistémicas que se asocien a arritmias, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tirotoxicosis (v. capítulo 86), pericarditis (v. capítulo 83) o insuficiencia cardíaca crónica (v. capítulos 24 y 25), así como sobre lesiones torácicas, cirugía, radioterapia o quimioterapia previas. A menudo hay antecedentes familiares de un trastorno del ritmo en el síndrome del QT largo, FA u otras arritmias hereditarias, la miocardiopatía hipertrófica (v. capítulo 78) y las distrofias musculares o miotónicas (v. capítulo 97). EXPLORACIÓN FÍSICA La exploración de un paciente durante un episodio de arritmia puede resultar reveladora. Es necesario evaluar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, así como el grado de afectación del paciente. La Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 649 D iag n ó stico d e las arritm ias card íacas 35 © E ls ev ie r. Fo toco pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . evaluación de presión venosa yugular y de la forma de onda revela las oscilaciones rápidas del flúter (aleteo) auricular y la onda A «cañón» indica la contracción de la aurícula derecha contra una válvula tricús- pide cerrada en pacientes con disociación AV, como en el bloqueo cardíaco completo o TV. El mismo significado tiene la variación del primer tono cardíaco. Las maniobras físicas empleadas durante la taquicardia tienen importancia diagnóstica y terapéutica. La maniobra de Valsalva2 (así como el masaje del seno carotídeo) provoca un incremento transitorio del tono vagal; las taquiarritmias que dependen del nódulo AV para continuar pueden terminar o disminuir con estas maniobras, pero también es posible que no se modifiquen. Aunque las taquicardias auriculares focales y las TV ocasionalmente terminan en respuesta a la estimulación vagal, la taquicardia sinusal disminuye ligeramente después de la estimulación vagal, volviendo a su frecuencia original poco después, mientras que la respuesta ventricular durante el flúter y la FA y otras taquicardias auriculares puede disminuir brevemente. Durante las taquicardias con QRS ancho con relación 1:1 entre las ondas P y los complejos QRS, la influencia vagal puede terminar o reducir una taquicardia supraventricular (TSV) con conducción interventricular aberrante que depende del nódulo AV para perpetuarse; por otro lado, los efectos vagales sobre el nódulo AV puede bloquear transitoriamente la conducción retrógrada y, en consecuencia, establecer el diagnóstico de la TV al demostrar la disociación AV. Como el efecto de cualquiera de estas maniobras físicas dura solo unos segundos o puede no aparecer, el médico debe estar listo para observar o registrar cualquier cambio del ritmo en un electrocardiograma (ECG) cuando realiza la maniobra o la respuesta puede perderse. El masaje carotídeo se realiza con el paciente cómodamente tumbado en decúbito supino, con la cabeza girada ligeramente al lado contrario que se va a estimular.3 Siempre hay que auscultar la arteria carótida en busca de soplos antes de intentar un masaje carotídeo (episodios de embolia se han relacionado con el masaje). Se palpa la zona del seno carotídeo, en la bifurcación de la arteria, con dos dedos bajo el ángulo mandibular, hasta que se percibe un pulso potente. Incluso esa pequeña presión puede inducir la respuesta hipersensible en los sujetos susceptibles. Si no hay efecto inicialmente se puede realizar un movimiento lateral o giratorio con los dedos sobre la zona hasta 5 s. La respuesta negativa se define por la ausencia de efecto en el ECG después de 5 s de mantener la presión adecuada para provocar una leve molestia. Como las respuestas al masaje carotídeo son distintas en ambos lados, la maniobra puede repetirse en el lado contrario; nunca estimular ambos lados simultáneamente. Es posible que los hallazgos no sean fáciles de reproducir, aun transcurridos unos minutos desde el intento anterior. La exploración física hace sospechar una cardiopatía estructural (y, en consecuencia, una situación clínica más grave y con un pronós- tico global peor) incluso en ausencia de un episodio de arritmia. Por ejemplo, un impulso de la punta desplazado lateralmente o discinético, un soplo de insuficiencia o estenosis o un tercer tono cardíaco en un adulto de edad avanzada indican una disfunción o daño miocárdico o valvular importante (v. capítulo 10). Incluso los rasgos faciales pueden sugerir un desorden del ritmo asociado (p. ej., cataratas y calvicie precoz con distrofia miotónica, micrognatia e implante bajo de las orejas en el síndrome de Andersen-Tawil). ELECTROCARDIOGRAMA El ECG es la herramienta principal en el análisis de una arritmia (v. capítulo 12), y solo el EEF, en el que se usan catéteres con electrodos intracardíacos para registrar la actividad de varias zonas del corazón a la vez, es más definitivo, aunque no siempre está disponible de forma inmediata. Inicialmente, se registra un ECG de 12 derivaciones. Además, a menudo resulta útil obtener un registro continuo prolongado de una derivación que muestra ondas P distintas para realizar un análisis más detenido; lo más normal es usar una de las derivaciones inferiores (2, 3, aVF) y V1 o aVR. El ECG obtenido durante un episodio de arritmia puede ser diagnóstico en sí mismo, evitando la necesidad de realizar otros estudios diagnósticos. En la figura 35-1 se resume el algoritmo para el diagnóstico de taquiarritmias específicas a partir de un ECG de 12 derivaciones (v. capítulos 37 y 39). Uno de los cruces fundamentales en el diagnóstico diferencial se refiere a la duración del complejo QRS: las taquicardias de QRS ancho (> 0,12 s) son a menudo TV y las de QRS estrecho (≤ 0,12 s) son casi siempre una TSV, pero existe una cierta superposición (tabla 35-1). La siguiente pregunta que se debe contestar, independientemente de la anchura del QRS, se refiere a las caracterís- ticas de las ondas P. Si no hay ondas P claramente visibles en el ECG normal, la actividad auricular puede llegar a discernirse si se colocan los electrodos de los brazos derecho e izquierdo en varias localizaciones en la superficie anterior del tórax (las denominadas derivaciones de Lewis), si se obtienen registros intraauriculares derechos (por medio de electrodos transvenosos permanentes o temporales) o si se utilizan electrodos esofágicos, estos últimos métodos no suelen ser accesibles en la mayoría de las situaciones clínicas y hacen perder un tiempo valioso mientras se está interactuando con el paciente. Puede obtenerse una tira larga del ritmo, que aporta importantes indicios al mostrar las ondas P cuando aparecen perturbaciones durante la arritmia (p. ej., cambios de frecuencia, extrasístoles, terminación súbita o efecto de las maniobras físicas, como se ha comentado anteriormente). Cada arritmia debe abordarse de una forma sistemática para contes- tar varias preguntas clave; como ya se ha mencionado, muchas se refieren a las características de la onda P y subrayan la importancia de evaluar minuciosamente el ECG en su busca. Si las ondas P son visibles, ¿son idénticas las frecuencias auricular y ventricular? ¿Los intervalos P-P y R-R son regulares o irregulares? Si son irregulares, ¿son coherentes, con una irregularidad repetitiva? ¿Hay una P relacionada con cada complejo QRS? ¿La onda P parece preceder (intervalo «RP largo») o seguir (intervalo «RP corto») al complejo QRS (fig. 35-2)? ¿Se mantienen constantes los intervalos RP y PR? ¿Son todas las ondas P y los complejos QRS idénticos? ¿Es la onda P un vector normal o anormal? ¿Es normal la duración de los segmentos P, PR, QRS y QT? Una vez planteadas todas estas preguntas, los médicos deben evaluar el significado de la arritmia en el marco de cada situación clínica. ¿Es necesario tratarla y, si es así, cómo? En el caso de TSV con complejo QRS normal puede ser útil aplicar un árbol de decisiones similar al que se muestra en la figura 35-1.4 Diagrama de escalera. El diagrama de escalera, que se deriva del ECG, se usa para representar esquemáticamente la despolarización y conducción y entender mejor el ritmo. Se dibujan unas líneas rectas o TABLA 35-1 Diferencias electrocardiográficas para el diagnóstico de taquicardia por complejo QRS amplio FAVORABLE A TAQUICARDIA SUPRAVENTRICULAR FAVORABLE A TAQUICARDIA VENTRICULAR Inicio con onda P prematura Inicio con complejo QRS prematuro Complejos de taquicardia idénticos a los del ritmo en reposo Latidos de taquicardia idénticos a las EV durante el ritmo sinusal Secuencia «larga-corta» que precede al inicio Secuencia «corta-larga» que precede al inicio Cambios en el intervalo P-P que preceden a los cambios en el intervalo R-R Cambios en el intervalo R-R que preceden a los cambios en el intervalo P-P Contornos de QRS compatibles con conducción aberrante (V1, V6) Contornosde QRS no compatibles con conducción aberrante (V1, V6) Enlentecimiento o finalización con maniobras vagales Disociación AV o cualquier relación auriculoventricular distinta a 1:1 Tiempo desde el inicio de QRS hasta su máximo (positivo o negativo) < 50 ms Tiempo desde el inicio de QRS hasta su máximo (positivo o negativo) ≥ 50 ms Latidos de fusión, latidos de captura Duración de QRS ≤ 0,14 s Duración de QRS > 0,14 s Eje QRS normal (de 0 a +90°) Desviación del eje izquierdo (en especial de –90 a 180°) Patrón de progresión de onda R concordante Patrón de bloqueo de rama contralateral a partir de ritmo en reposo R, q o r iniciales > 40 ms o Q mellado en aVR Ausencia de complejo «rS» en cualquier derivación precordial AV, auriculoventricular; EV, extrasístoles ventriculares. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 650 A RR IT m IA S, m U ER TE S ú BI TA y S íN CO PE V ligeramente inclinadas en un marco en hileras que se pone debajo del ECG y que representan los episodios eléctricos que se producen en cada estructura cardíaca (fig. 35-3). Ya que el ECG y, por tanto, el diagrama en escalera representan la actividad eléctrica como una función de tiempo a lo largo del eje x, la conducción se representa por las líneas del diagrama de escalera que tienen su pendiente en dirección izquierda a derecha. Una línea brusca representa una conducción rápida, representando las líneas más inclinadas una conducción más lenta. La barra corta que aparece perpendicular a la línea inclinada representa el bloqueo de la conducción. La actividad que se origina en un lugar ectópico, como el ventrículo, está representada por una línea fina que comienza en esa hilera. La descarga y conducción desde el nódulo sinusal y, en determinadas circunstancias, la descarga y conducción de la unión AV, solo puede deducirse, ya que su actividad no se registra directamente en ECG. PRUEBAS ADICIONALES La mayoría de los pacientes refiere solo episodios ocasionales de arritmia y pasa la mayor parte del tiempo con el ritmo basal (p. ej., ritmo sinusal, FA). El ECG obtenido durante el ritmo del paciente en reposo puede aportar pistas acerca del sustrato de la arritmia (es decir, anomalías estructurales o fisiológicas que dan lugar a la arritmia). Algunas de ellas se ilustran en la figura 35-4. En algunos pacientes con fibrilación ventricular (FV) primaria (es decir, sin cardiopatía estructural identificable) (v. capítulo 39) se ha observado el hallazgo, por lo demás frecuente en el ECG, de la repolarización precoz (en las derivaciones precordial lateral e inferior). El ECG en reposo de la mayoría de los pacientes con TSV, a excepción de aquellos con el síndrome de Wolff- FIGURA 35-1 Abordaje escalonado para el diagnóstico del tipo de taquicardia basado en el electrocardiograma de 12 derivaciones obtenido durante el episodio. El paso inicial consiste en determinar si la taquicardia tiene un complejo QRS ancho o estrecho. En caso de taquicardia con complejo ancho, véase la tabla 35-1; el resto del algoritmo es útil para diagnosticar el tipo de taquicardia con complejo estrecho. AV, auriculoventricular; MSC, masaje del seno carotídeo; TA, taquicardia auricular; TRAV, taquicardia por reentrada AV; TRNAV, taquicardia por reentrada del nódulo auriculoventricular; TRNSA, taquicardia por reentrada del nódulo sinoauricular; TSV, taquicardia supraventricular; VA, vía accesoria. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 651 D iag n ó stico d e las arritm ias card íacas 35 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Parkinson-White (WPW), es normal, como también lo es el de muchos enfermos con taquiarritmias ventriculares. Así pues, aunque a veces muestre una anomalía con posibles implicaciones arrítmicas, el ECG en reposo no resulta un instrumento demasiado sensible. Para evaluar a los pacientes que tienen arritmias cardíacas se pueden usar las pruebas adicionales siguientes. La decisión de usar unas u otras depende de cada situación clínica, por ejemplo, es probable que a un paciente que tiene muchos episodios presincopales al día se le recomiende un registro de episodios mediante un monitor ambulatorio con registro de ECG durante 24 h (Holter), mientras que es probable que una prueba de esfuerzo con ejercicio nos dé el diagnóstico cuando las molestias consisten en palpitaciones poco frecuentes inducidas por el ejercicio. FIGURA 35-2 Diagnóstico diferencial de distintos tipos de taquicardia supraventricular (TSV) basado en el momento de la actividad auricular (intervalos RP y PR). Izquierda. Latido normal con distintos tipos de taquicardia en las otras imágenes que representan los patrones electrocardiográficos que pueden producir, clasificados según la posición de la onda P en relación con el complejo QRS. Las puntas de flecha muestran la localización de la onda P en cada ejemplo. Los diagnósticos entre paréntesis son causas infrecuentes de los hallazgos registrados. AV, auriculoventricular; VA, vía accesoria. FIGURA 35-3 Señales intracardíacas y diagramas en escalera. A. Se muestra un latido aislado con señales intracardíacas acompañantes del nódulo sinusal, la aurícula derecha, el nódulo auriculoventricular (AV) y el haz de His, y del ventrículo derecho. B. El mismo latido con el diagrama en escalera. Las regiones cardíacas se han dividido en hileras separadas por líneas horizontales. Las líneas de puntos verticales muestran el inicio de la onda P y los complejos QRS. Obsérvense las líneas relativamente empinadas (conducción rápida a través de la aurícula, el haz de His y el músculo ventricular) y líneas de pendiente más suave a medida que el impulso atraviesa los nódulos sinusal y AV (lo que significa una conducción lenta). C. Varias situaciones con sus diagramas en escalera aclaratorios. El latido 1 es normal, como en B; el latido 2 muestra un retraso AV de primer grado con una pendiente más gradual de lo normal en la hilera del nódulo AV, lo que significa una conducción muy lenta en esta región. En el latido 3 se muestra un complejo prematuro (que comienza en la hilera auricular con el asterisco), produciendo una onda P invertida en el electrocardiograma. En el latido 4 surge un impulso ectópico en el haz de His (asterisco) y se propaga hacia el ventrículo y también retrógradamente a través del nódulo AV en la aurícula. En el latido 5, un complejo ectópico ventricular (asterisco) conduce retrógradamente a través del haz de His y el nódulo AV y finalmente llega a la aurícula. D. Ciclo AV de Wenckebach (bloqueo de segundo grado de tipo 1). Como el intervalo PR va aumentando progresivamente de derecha a izquierda en la figura, la pendiente de la línea de la región del nódulo AV es paulatinamente menos empinada, hasta que no puede propagar nada de señal después de la cuarta onda P (línea pequeña perpendicular a la línea de conducción inclinada del nódulo AV), después de lo cual se repite el ciclo. A, registro auricular; ECG, electrocardiograma; H, registro de His; V, registro ventricular. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 652 A RR IT m IA S, m U ER TES ú BI TA y S íN CO PE V Prueba de esfuerzo El ejercicio induce varios tipos de taquiarritmias supraventriculares y ventriculares y, más raramente, bradiarritmias (v. capítulo 13). Aproximadamente un tercio de los sujetos normales desarrolla una ectopia ventricular en respuesta a la prueba de esfuerzo con ejercicio. La ectopia es más frecuente con frecuencias cardíacas más rápidas, como en las EV ocasionales de morfología constante o incluso pares de EV, que a menudo no es reproducible entre una prueba de esfuerzo y la siguiente. En los pacientes normales pueden aparecer entre tres y seis latidos de TV no sostenida, en especial en la tercera edad, y su aparición no indica isquemia u otros tipos de cardiopatía ni predice el aumento de morbilidad o mortalidad cardiovascular. Las EV son más frecuentes durante el ejercicio que en reposo y su frecuencia aumenta con la edad. La elevación persistente de la frecuencia cardíaca después de terminar el ejercicio (retardo en volver a la línea basal) se asocia a un pronóstico cardiovascular peor, ya que es una frecuencia cardíaca de reposo rápida. Aproximadamente el 50% de los casos que tienen una enfermedad arterial coronaria desarrollan EV en respuesta a la prueba de esfuerzo con ejercicio y aparecen con frecuencias cardíacas más bajas (< 130 lati- dos/min) que en las personas normales, y a menudo en la recuperación. La ectopia frecuente (> 7 EV/min) o compleja se asocia a un peor pronóstico. El ejercicio reproduce la TV o FV sostenidas en menos del 10% de los casos con TV o FV espontánea después del infarto de miocardio (IM), pero quienes las padecen tienen una evaluación peor, mientras que la relación entre el ejercicio y la arritmia ventricular en pacientes con corazones estructuralmente normales y sin enfermedad eléctrica primaria no tiene implicaciones pronósticas. Debe plantearse realizar una prueba de esfuerzo en los pacientes que tienen síntomas compatibles con una arritmia inducida por el ejercicio (p. ej., síncope o palpitaciones sostenidas). La prueba de esfuerzo está indicada para provocar arritmias supraventriculares y ventriculares, para determinar la relación entre la arritmia y la actividad, para facilitar la elección del tratamiento antiarrítmico y para desenmascarar las res- puestas proarrítmicas y, tal vez, proporcionar ciertas perspectivas sobre el mecanismo de la taquicardia. La prueba se puede realizar sin problemas, aunque los registros ambulatorios prolongados son más sensibles que la prueba de esfuerzo con ejercicio para detectar la mayoría de las arritmias. Como cada técnica descubre arritmias graves que las demás no pueden, en pacientes seleccionados pueden realizarse todas ellas. Las pruebas de sobrecarga son útiles a menudo en pacientes con síndrome del QT largo y TV catecolaminérgica mono- y polimorfa5 (v. capítulos 13 y 33). Registro electrocardiográfico intrahospitalario Los sistemas de monitorización electrocardiográfica se emplean de manera creciente en pacientes hospitalizados, con independencia de los antecedentes o de las sospechas de arritmias. Estos sistemas aportan una valiosa información sobre las anomalías del ritmo, incluyendo las formas de inicio y terminación, y permiten la realización rápida de un ECG completo de 12 derivaciones para conseguir una información más detallada. La telemetría puede poner de manifiesto un bloqueo cardíaco intermitente en un paciente con presíncope, en el que pueda estar jus- tificada la implantación de un marcapasos, o bien revelar una TV no sos- tenida en un paciente con IM previo y disfunción ventricular izquierda, facilitando la realización de un ulterior estudio electrofisiológico, para la pertinente valoración de riesgos. Aunque la telemetría es útil en muchos casos, en ocasiones confunde, ya que un artefacto puede simular una TV o una FV, un bloqueo cardíaco o incluso la asistolia. Es importante efectuar una cuidadosa valoración, a fin de evitar pruebas y abordajes innecesarios en pacientes con estas arritmias relacionadas con artefactos (fig. 35-5). Registro electrocardiográfico a largo plazo El registro ECG prolongado en pacientes que realizan sus actividades cotidianas normales es el método no invasivo más útil para documentar y cuantificar la frecuencia y complejidad de una arritmia, correlacionar la arritmia con los síntomas del paciente y evaluar el efecto del tratamiento antiarrítmico en la arritmia espontánea. Por ejemplo, el registro del ritmo sinusal normal durante un episodio de síntomas típico excluye con eficacia la arritmia cardíaca como causa. Registro con ECG ambulatorio (Holter) Los registradores de ECG continuos se usan en la monitorización tradicional con Holter y registran digitalmente tres o más canales de ECG durante 24 o 48 h. Con la pertinente supervisión humana, los ordenadores controlan el registro y proporcionan «instantáneas» de episodios sintomáticos y de otros hallazgos relevantes (arritmias asintomáticas, cambios del segmento ST). Entre el 25 y el 50% de los pacientes notan molestias durante el registro de 24 h debidas a una arritmia en el 2 al 15% (fig. 35-6). La capacidad de correlacionar temporalmente los síntomas con las alteraciones en el ECG es uno de los puntos fuertes de esta técnica. Las alteraciones significativas del ritmo son infrecuentes en jóvenes sanos. La bradicardia sinusal con frecuencias cardíacas de 35-40 latidos/min, la arritmia sinusal con pausas mayores de 3 s, el bloqueo de salida sinoauricular, el bloqueo AV de segundo grado de tipo 1 (Wenckebach) (a menudo, durante el sueño), un marcapasos auricular fluctuante, complejos de escape de la unión y pueden observarse extrasístoles auriculares y EV, no necesariamente anómalas. Las alteraciones del ritmo auricular y ventricular frecuentes y complejas son menos comunes y no se registran los trastornos de conducción AV de segundo grado FIGURA 35-4 Anomalías electrocardiográficas del ritmo en reposo que pueden ser indicativas de arritmia. En cada ejemplo se muestra la derivación V1. A modo de referencia, a la izquierda aparece un complejo normal. BRD, bloqueo de la rama derecha; MC, miocardiopatía; VD, ventricular derecho. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 653 D iag n ó stico d e las arritm ias card íacas 35 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . de tipo II (v. capítulo 40) en los sujetos normales. En las personas de la tercera edad puede haber una prevalencia mayor de arritmias, algunas de las cuales son responsables de los síntomas neurológicos (fig. 35-7; v. capítulos 88 y 97). Vale la pena insistir en que el pronóstico a largo plazo, incluso de los pacientes sanos asin- tomáticos con EV frecuentes y complejas, es muy bueno, sin riesgo incrementado de muerte. Sin embargo, se ha observado que las EV frecuentes (> 15% del total) producen miocardiopatía e insuficiencia cardíaca en algunas personas, que pueden revertirse tras la eliminación de las EV. L a mayor ía de los paciente s con cardiopatía isquémica, en particular des- pués de haber sufrido un IM (v. capítulos 58 a 60), presentan EV cuando se monitorizan durante 24 h. La frecuencia de las EV aumenta progresivamente en las primeras semanas, disminuyendo a continuación, unos 6 meses después del infarto. Las EV frecuentes y complejas son un factor de ries- go independiente y se asocian a aumento de entre dos y cinco veces de riesgo de muerte cardíaca o muerte súbita después de un IM, y es posible que el tratamiento de las EV no mejore el pronóstico. El estudio Cardiac Arrhythmia Suppression Trial (CAST) puso de manifiesto que las EV permiten identificar a pacientescon riesgo aumentado de muerte súbita, pero también que la supresión de las EV con flecainida, encainida o moricicina se asoció a un aumento de la mortalidad frente a placebo. Datos recientes indican que la eliminación de las EV tras el IM mejora la función ventricular alterada. El registro del ECG a largo plazo también ha desenmascarado arritmias potencial- mente graves y ectopias ventriculares complejas en pacientes con hipertrofia ventricular izquierda, con prolapso de la válvula mitral (v. capítulo 69), en los que tienen un síncope de origen no explicado (v. capítulo 43) o síntomas cerebrovasculares vagos transitorios o accidente cerebrovas- cular, en los que tienen trastornos de la con ducción, disfunción del nódulo sinu- sal, síndrome de bradicardia-taquicardia, síndrome de WPW (v. capítulo 37) y dis- función del marcapasos (v. capítulo 41). Se ha demostrado que la FA asintomática se produce con bastante más frecuencia que la sintomática en pacientes con FA. Las variaciones del registro Holter se han usado para aplicaciones concretas. Algunos sistemas de monitorización pue- den «reconstruir» un ECG completo de 12 derivaciones a partir de un sistema de registro de 7 derivaciones, lo que sería especialmente útil cuando se intente documentar la morfología de una TV en el ECG antes del procedimiento de ablación o una morfología compatible con EV que pueden surgir del foco de TV o FV sus- ceptible de ablación. La mayoría de los registros Holter y de los sistemas de análisis pueden introducir una marca claramente reconocible en el registro cuando se detecta el estímulo del marcapasos, lo que facilita el diagnóstico de la disfunción FIGURA 35-5 Episodios y artefactos electrocardiográficos. A. Ritmo sinusal puntuado por breves episodios de taquicardia auricular, con frecuencia ventricular más rápida (entre flechas blancas). B. Arritmia seudoauricular. El ritmo sinusal está presente en todo momento (sin variación del intervalo R-R), a pesar del aspecto de episodio breve de flúter (aleteo) o fibrilación auricular (entre flechas negras). C. TV no sostenida (entre flechas blancas) con complejos QRS rápidos anchos no precedidos de onda P y observados en dos derivaciones. D. Seudo-TV. A pesar del aspecto de TV (entre flechas negras), el ritmo sinusal está presente en todo momento (incluyendo los complejos indicados por asteriscos). E. Seudodisfunción de marcapasos. Tras los primeros cinco complejos, el ECG es plano en ambas derivaciones, lo que indica posible fallo de marcapasos. No obstante, el contorno del pulso sobre el trazado de presión arterial (PA) indica que el corazón aún se contrae y que el marcapasos aún actúa, aunque el ECG no lo registra. FIGURA 35-6 Registro electrocardiográfico a largo plazo en un paciente con palpitaciones. Un monitor de tres canales muestra ritmo sinusal, seguido por nueve complejos QRS anchos (marcados como «V»); el complejo que los precede es una fusión del complejo normal y el ancho («F»). Las flechas indican ondas P retrógradas durante la taquicardia. La presencia de un menor número de ondas P que de complejos QRS y el complejo de fusión al inicio conforman el diagnóstico de TV (que se correlaciona con las palpitaciones del paciente). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 654 A RR IT m IA S, m U ER TE S ú BI TA y S íN CO PE V potencial del marcapasos. Alguna vez los artefactos del ECG simulan bradicardias o taquicardias y dan lugar a un tratamiento erróneo. Por último, la mayoría de los sistemas también proporcionan datos de la variabilidad de la frecuencia cardíaca (v. más adelante). El uso de estos sistemas para la detección de la isquemia miocárdica (análisis del segmento ST) ha arrojado resultados contradictorios (tanto en la especificidad como en la sensibilidad). Registro de episodios En muchos pacientes, la «instantánea» de 24-48 h que proporciona el registro Holter no puede documentar la causa de los síntomas del paciente. En estos casos, que son frecuentes, se necesita una monitorización a más largo plazo para la que se utiliza un grabador de eventos. Estos dispositivos tienen diversas formas y el paciente los lleva durante 30 días. Durante ese tiempo se obtienen grabaciones digitales de los episodios de síntomas y se pueden transmitir a la estación receptora por teléfono cuando al paciente le resulte más cómodo (v. fig. 35-7). Algunos de estos grabadores almacenan más de 30 s de ECG antes del momento en que el paciente active su funcionamiento. Estos grabadores de «cinta continua» funcionan continuamente, pero en la memoria solo puede verse una pequeña ventana de tiempo en un momento dado; cuando el paciente presiona el botón de evento, la ventana actual se «congela» mientras el dispositivo continúa grabando durante otros 30 a 60 s, dependiendo de la configuración. Los grabadores de eventos son muy eficaces para documentar los episodios infrecuentes, aunque la calidad de los registros está más condicionada por los artefactos de movimiento que en los registros Holter, y habitualmente solo se puede grabar un canal. En la mayoría de sistemas el dispositivo comienza a grabar automáticamente cuando la frecuencia cardíaca es mayor o menor que los parámetros predeterminados. Algunos sistemas incorporan la tecnología de los móviles y notifican automáticamente a una instalación central de supervisión cualquier episodio que reúna determinadas condiciones (p. ej., bradicardia o taquicardia extrema). De esta manera, se acorta significativamente el tiempo entre la aparición de una arritmia grave y su tratamiento eficaz (v. capítulo 32). La mayoría de los marcapasos y desfibriladores implantables moder- nos pueden proporcionar datos de tipo Holter cuando aparecen latidos prematuros o episodios de taquicardia e incluso pueden almacenar los electrogramas de estos eventos desde los electrodos implantados6 (fig. 35-8). El dispositivo puede ser interrogado e imprimir los electro- gramas para su análisis. Numerosos dispositivos implantados incorporan monitorización a distancia, de manera que, si los pacientes presentan síntomas, pueden realizar una indagación limitada del dispositivo en su casa; la información se transmite después a través de Internet hasta la consulta del médico para establecer un diagnóstico y un tratamiento más rápidamente, antes de que el paciente programe una visita al facultativo. Para alteraciones del ritmo graves, como la TV sostenida, esta información puede llevar a cambios terapéuticos a tiempo; en otros casos, como la FA descubierta incidentalmente, las implicaciones terapéuticas (p. ej., inicio de anticoagulación) son menos claras. Registrador implantable continuo En los pacientes que tienen síntomas muy infrecuentes ni el Holter ni los grabadores de 30 días pueden conseguir la información diagnóstica. En estos casos, pueden usarse registradores implantables continuos. Estos dis- positivos (más pequeños que un paquete de goma de mascar) son inserta- dos debajo de la piel alrededor del nivel anterior de la segunda costilla en el hemitórax izquierdo y son activados al pasar un imán especial por encima del dispositivo. Es capaz de registrar varios minutos de un canal de ECG único antes y después de un episodio sintomático y puede tener una vida útil de 2 a 3 años. Tanto las ondas P como los complejos QRS se identifican habitualmente. Los dispositivos pueden configurarse para almacenar los episodios activados por el paciente, registros activados automáticamente (frecuencia cardíaca por fuera de los parámetros configurados) o una combinación de ambos. En pacientes con síncope inexplicado, se puede realizar un diagnóstico en hasta el 80% de loscasos gracias a la monitorización a largo plazo, y en muchos solo después de un largo período (hasta 18 meses). La detección de FA como posible causa de síntomas cerebrales se ha convertido en una indicación habitual de monitores implantables.7 Se han desarrollado diversas pruebas no invasivas adicionales, destinadas fundamentalmente a valorar el riesgo de muerte por arritmia en diferentes grupos de pacientes; aunque cada una de ellas es aplicable de uno u otro modo, ninguno ha alcanzado un uso generalizado, debido a sus niveles subóptimos de sensibilidad y especi- ficidad. Algunas de dichas pruebas se analizan en las siguientes secciones. FIGURA 35-7 Registro electrocardiográfico continuo de un monitor de eventos activado por el paciente durante un episodio de mareo. Ritmo sinusal a 75 latidos/min con bloqueo auriculoventricular súbito, con pausas de más de 4 s y, en la tira inferior, una frecuencia cardíaca eficaz en torno a 8 latidos/min. FIGURA 35-8 Registros de la interrogación del marcapasos que muestra un episodio de fibrilación auricular (FA) en su comienzo (flecha izquierda) y su finalización (flecha derecha), después de más de 4 días. Dos complejos auriculares estimulados («AP», atrial paced) son seguidos de un episodio de FA caracterizado por deflexiones rápidas erráticas. Cuando el episodio finaliza, se reinicia la estimulación auricular. El paciente no percibió el episodio, pero, cuando se descubrió en una consulta ambulatoria de rutina, esta información motivó el inicio de anticoagulación a la luz de un elevado riesgo de ictus y FA de diagnóstico reciente. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 655 D iag n ó stico d e las arritm ias card íacas 35 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Variabilidad de la frecuencia cardíaca La variabilidad de la frecuencia cardíaca se usa para evaluar las influencias vagales y simpáticas sobre el nódulo sinusal (deduciéndose que la misma actividad también se está produciendo en los ventrículos) y para identificar los pacientes con riesgo de padecer un evento o muerte cardiovascular. El análisis del dominio de frecuencia separa las influencias parasimpáticas y simpáticas mejor que el análisis del dominio de tiempo, pero ambos tipos de análisis son útiles. La variabilidad R-R predice la mortalidad por todas las causas, igual que la fracción de eyección ventricular izquierda o la TV no sostenida después del IM, y puede añadirse a otras mediciones del riesgo para mejorar la exactitud predictiva.8 Se han obtenido resultados similares en pacientes con miocardiopatía dilatada (v. capítulos 25 y 77). Los componentes de alta frecuencia de la variabilidad del intervalo R-R reflejan la actividad vagal. La disminución de la variabilidad del intervalo R-R, el marcador de aumento de riesgo, indica la pérdida o reducción de las fluctuaciones periódicas fisiológicas del nódulo sinusal, que pueden deberse a muchos tipos de influencias y que no representan, necesaria- mente, un desplazamiento de la modulación autónoma en particular. Se están evaluando nuevos índices de la variabilidad de la frecuencia cardíaca. Incluso la medida sencilla de la frecuencia cardíaca en reposo ha resultado ser un factor de riesgo cardiovascular independiente (aunque no se ha establecido ninguna frecuencia cardíaca «segura» diana), como se ha hecho con la frecuencia cardíaca obtenida durante y después del ejercicio. Turbulencia de la frecuencia cardíaca La turbulencia de la frecuencia cardíaca es un índice de los cambios en la frecuencia de descarga del nódulo sinusal después de una EV que se sigue de una pausa compensadora.9 La frecuencia sinusal de las personas normales se acelera inicialmente y luego se lentifica; este fenómeno se anula o desaparece entre los pacientes con diversas cardiopatías. La turbulencia de la frecuencia cardíaca es una medida del control vagal reflejo del corazón, mientras que la variabilidad de la frecuencia cardíaca denota más bien el tono vagal general. La turbulencia anómala de la frecuencia cardíaca representa un elemento que predice de forma sólida e independiente la mortalidad de los pacientes con enfermedad arterial coronaria y miocardiopatía dilatada; los índices anómalos de algunos pacientes pueden mejorar o normalizarse después del tratamiento con β-bloqueantes y estatinas. Dispersión de QRS y QT, y anomalías de la onda T La heterogeneidad en la refractariedad y la velocidad de conducción es distintiva de las arritmias por reentrada. Un índice de heterogeneidad de conducción ventricular puede derivarse de la duración del com- plejo QRS en las derivaciones del ECG de superficie, mientras que la heterogeneidad de la refractariedad ventricular puede hallarse en las diferencias de duración del intervalo QT. Los índices de dispersión habitualmente miden la diferencia máxima (de más corto a más largo) en los intervalos de interés, que pueden ajustarse según frecuencia cardíaca y cantidad de derivaciones muestreadas (p. ej., cuando la onda T es plana en algunas derivaciones para dispersión de QT). La dispersión de QRS y QT anormalmente alta presenta un correlato con riesgo de mortalidad general y muerte arrítmica en pacientes con varios desórdenes, aunque los resultados no son consistentes. Existen diferentes técnicas para la determinación de la dispersión (incluidos algoritmos automatizados), y los resultados de un estudio habitualmente son difíciles de comparar con los resultados de otro; además, los test son sensibles a una serie de factores, incluidos la edad, el momento del día, la época del año e incluso la posición del cuerpo. Más recientemente, la morfología de la onda T y la valoración del intervalo desde el pico de la onda T al final en la derivación V5 se han correlacionado con riesgo incrementado de muerte súbita.10 En términos generales, la valoración de estos índices no ha ganado popularidad como herramienta clínica útil. Otros detalles del complejo QRS, como la fragmentación del complejo conducido11 (múltiples muescas en el QRS; v. fig. 35-4) y la simple anchura de las EV,12 han sido asociados con aumento del riesgo cardiovascular. Electrocardiografía de señal promediada y potenciales tardíos La obtención de las medias de las señales es un método que mejora la relación señal-ruido cuando las señales son recurrentes y el ruido es aleatorio. Junto con unos filtros apropiados y otros métodos de reducción del ruido, la señal media puede detectar señales cardíacas con una amplitud de pocos microvoltios y reducir la amplitud del ruido, como, por ejemplo, de los potenciales musculares que miden entre 5 y 25 mV, a menos de 1 mV. Con este método se generan potenciales eléctricos de muy baja amplitud en los nódulos sinusal y AV y en el haz de His y sus ramas, que pueden ser detectados en la superficie corporal. Uno de los componentes de las arritmias ventriculares por reentrada en pacientes con daño miocárdico previo es la conducción lenta. Las técnicas de cartografía cardíaca directa registran la activación del miocardio en las zonas dañadas que se producen después de terminar el complejo QRS en el ECG de superficie durante el ritmo sinusal. Estas señales retardadas tienen una amplitud muy baja que no se puede discernir en el ECG habitual y corresponde a la conducción diferida y fragmentada de los ventrículos que se registra con las técnicas de mapeo directo (fig. e35-1). La señal media se ha aplicado en la clínica especialmente para detectar estos potenciales ventriculares tardíos de 1 a 25 µV. Los criterios de los potenciales tardíos son: 1) duración del complejo QRS filtrado mayor de 114 a 120 ms; 2) unaamplitud de la señal de la raíz cuadrada media menor de 20 µV en los últimos 40 ms del complejo QRS filtrado, y 3) el complejo QRS terminal filtrado se mantiene por debajo de 40 µV durante más de 39 ms. Estos potenciales tardíos se han registrado en más del 70% de los casos con TV espontánea sostenida e inducible después del IM, pero en solo el 0 al 6% de los voluntarios normales. Los pacientes con un bloqueo de rama o con ritmos ventriculares estimulados tienen ya complejos QRS anchos, haciendo que la técnica no sea tan útil en estos casos. También se han registrado potenciales tardíos en pacientes con TV no relacionada con la isquemia, como, por ejemplo, con miocardiopatías dilatadas. La presencia de un potencial tardío es un marcador sensible, pero inespecífico, del riesgo de arritmia y, en consecuencia, su uso para establecer el pronóstico es limitado. Puede ser útil en situaciones específicas, como en un paciente con sospecha de miocardiopatía ven- tricular derecha arritmógena. Onda T alternante La alternancia de un latido a otro en la amplitud o morfología del registro electrocardiográfico de la repolarización ventricular, el segmento ST y la onda T, ocurre en situaciones que favorecen la aparición de taquiarritmias ventriculares, como la isquemia y el síndrome de QT largo, así como entre pacientes con arritmias ventriculares. La base electrofisiológica parece ser la alternancia en la repolarización de los miocitos ventriculares. En presencia de un intervalo QT largo, la base celular de la alternancia se debe a los cambios en la repolarización de las células mesomiocárdicas de un latido a otro. Se desconoce si este mecanismo rige para otros estados patológicos diferentes. La detección de la onda T alternante requiere del ejercicio o de la estimulación auricular hasta alcanzar una frecuencia cardíaca de 100 a 120 latidos/min con una actividad ectópica auricular o ventricular relativamente baja. La prueba reviste menos utilidad entre los pacientes con un complejo QRS ancho (> 120 ms). Una prueba positiva de la onda T alternante (fig. e35-2) se ha asociado a un pronóstico más desfavorable de la arritmia en determinados tras- tornos, como la cardiopatía isquémica y la miocardiopatía no isquémica. Aunque el valor predictivo de una prueba positiva varíe mucho, según la población examinada, un resultado negativo de la prueba ha predicho poderosamente la ausencia de TV y de FV en todos los grupos estudiados hasta la fecha, al menos durante un período de seguimiento corto. La alternancia de la onda T puede constituir un marcador esencial de un miocardio eléctricamente inestable y propenso a la TV o FV, aunque su valor incremental relativamente reducido para la definición del riesgo arrítmico hace que no sea muy utilizado en la actualidad. Análisis de la sensibilidad del reflejo barorreceptor La elevación brusca de la presión arterial desencadena un reflejo baro- rreceptor que aumenta el tono vagal del corazón y disminuye la frecuencia sinusal. El incremento en la duración del ciclo sinusal por cada milímetro de mercurio en que se eleva la presión arterial sistólica representa un índice de la sensibilidad del reflejo barorreceptor y, si disminuye, indica los pacientes propensos a la TV y a la FV. El mecanismo por el que disminuye la sensibilidad al reflejo barorreceptor se desconoce. Aunque esta prueba serviría para identificar a los pacientes con riesgo de sufrir una arritmia ventricular grave después de un IM, rara vez se usa. Mapa de la superficie corporal Los mapas isopotenciales de la superficie corporal se usan para propor- cionar un cuadro completo de los efectos de las corrientes que salen del corazón en la superficie corporal. Las distribuciones del potencial están representadas por las líneas del contorno que tienen un potencial igual y cada distribución se muestra instante por instante a través de la activación o la recuperación, o ambas. Los mapas de la superficie corporal se han usado en la clínica para localizar y calibrar las áreas de isquemia miocárdica, localizar los focos ectópicos o las vías accesorias, diferenciar la conducción supraventricular aberrante de la de origen ventricular, reconocer a los pacientes con riesgo de desarrollar arritmias y, quizás, entender los mecanismos implicados. Si bien estos procedimientos son interesantes, aún no se ha establecido su utilidad clínica. Además, la técnica es pesada y el análisis es complejo. Imágenes electrocardiográficas Otra técnica prometedora son las imágenes electrocardiográficas, en las que la actividad eléctrica del corazón registrada en la piel se integra Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 656 A RR IT m IA S, m U ER TE S ú BI TA y S íN CO PE V espacialmente con datos obtenidos mediante estudios de imagen (en la actualidad, TC cardíaca). A través de un procesamiento matemático complejo de los datos eléctricos recogidos con 224 electrodos cutáneos, esta técnica puede dibujar o proyectar la actividad eléctrica auricular y ventricular en una «cubierta» epicárdica del propio corazón del paciente y así seguir el curso de la activación o repolarización durante el ritmo sinusal o una arritmia. La experiencia clínica es limitada hasta la fecha, pero con este método se han localizado tanto en EV como en TSV (sobre todo focal).13 Estudio con la mesa basculante La prueba de la mesa basculante se usa para identificar aquellos pacientes que tienen una respuesta vasopresora o cardioinhibidora como causa del síncope (v. capítulo 43). Los pacientes se colocan en la mesa basculante en decúbito supino y se les hace bascular en posición vertical hasta un máximo de 60-80° durante 20 a 45 min, o más si es necesario (fig. e35-3). La administración de isoproterenol, en bolo o en infusión, puede provocar el síncope en pacientes cuyo estudio inicial con la mesa basculante vertical no demuestra alteraciones o, después de unos minutos de basculación, puede acortar el tiempo que tiene que durar la prueba para producir una respuesta positiva. La dosis inicial de isoproterenol de 1 µg/min por vía intravenosa puede aumentarse en intervalos de 0,5 µg/min hasta que aparezcan los síntomas o hasta un máximo de 4 µg/min. La administración de isoproterenol induce una respuesta vasopresora en posición vertical en pacientes sensibles (descenso de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial junto con un episodio casi sincopal o sincopal). Los resultados de la prueba de la mesa basculante son positivos entre dos tercios y tres cuartas partes de los casos susceptibles a un síncope mediado por mecanismos nerviosos y son reproducibles aproximadamente en el 80% de los casos, pero tienen una tasa de respuestas falsas positivas del 10 al 15%. Una prueba positiva es más significativa cuando reproduce síntomas que se han desarrollado de forma espontánea. Las respuestas positivas pueden dividirse en cardioinhibidoras, vasopresoras y mixtas. El tratamiento con β-bloqueantes, disopiramida, teofilina, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, midodrina, fludrocortisona y carga de sal, y el uso de medias compresivas en el muslo, han registrado resultados fiables, aunque con escasa reproducibilidad. El «entrenamiento de la basculación», en el que el paciente se apoya en una pared durante períodos prolongados para aumentar la tolerancia a la posición de su cuerpo, puede ser de utilidad, así como la flexión isométrica para abortar o atenuar un episodio. La electroestimulación permanente se ha demostrado válida en pacientes con bradicardia significativa provocada con la mesa basculante. Una variante de la respuesta neurocardiógena, el síndrome de taquicardia ortostáticapostural (STOP), se caracteriza por un aumento espectacular de la frecuencia cardíaca durante los primeros 10 min de la prueba con la mesa basculante. El STOP parece ser distinto del de la hipotensión ortostática simple y de las respuestas neurocardiógenas convencionales, y parece deberse a varias formas de desequilibrio autónomo. Se ha conseguido aliviar los síntomas con fludrocortisona, β -bloqueantes, piridostigmina o combinaciones, aunque los ensayos aleatorizados controlados (EAC) habitualmente no muestran mejoría consistente con estos fármacos. Electrocardiografía esofágica La electrocardiografía esofágica es una técnica no invasiva útil para el diagnóstico de arritmias. El esófago está situado inmediatamente por detrás de la aurícula izquierda, entre las venas pulmonares izquierda y derecha. Un electrodo situado en la luz del esófago puede registrar los potenciales auriculares. El registro bipolar es superior al registro unipolar porque los episodios ventriculares de campo amplio con el registro unipolar pueden llevar a una posible confusión diagnóstica. Además, la estimulación auricular, y alguna vez la ventricular, puede conseguirse mediante un catéter con un electrodo introducido en el esófago, pudiéndose empezar y terminar con las taquicardias. La colocación óptima del electrodo para conseguir la estimulación auricular se correlaciona con la altura del paciente y se encuentra aproximadamente a 1 cm del lugar en el que se registra la amplitud máxima del electrograma auricular. Cuando se registra simultáneamente con la superficie del ECG, el electrograma auricular esofágico puede usarse para diferenciar la TSV con aberración de la TV y para definir el mecanismo de la TSV. Las complicaciones del registro y estimulación transesofágicos son infrecuentes, pero la técnica resulta incómoda y molesta para la mayoría de los pacientes, por lo que no es muy utilizada. ESTUDIOS ELECTROFISIOLÓGICOS INVASIVOS Un EEF invasivo implica la introducción de un catéter con electrodos multipolares en el sistema venoso o arterial, que se colocan en distintas posiciones intracardíacas o intrapericárdicas para registrar o estimular la actividad eléctrica cardíaca. La evaluación de la conducción AV en reposo se realiza situando los electrodos a lo largo de la valva septal de la válvula tricúspide y midiendo el intervalo aurícula-His (una estimación del tiempo de conducción del nódulo AV; normalmente, 60-125 ms) y el intervalo His-ventricular (H-V) (una medición de la conducción infranodular; normalmente, 35-55 ms). El corazón se estimula desde algunas porciones de las aurículas o los ventrículos y desde la región del haz de His, las ramas del haz, las vías accesorias y otras estructuras. Los EEF se realizan para conseguir información para el diagnóstico sobre el tipo de trastornos del ritmo clínicos y para profundizar en su mecanismo electrofisiológico. Se usan como tratamiento para terminar con una taquicardia mediante la estimulación eléctrica o el electroshock, para evaluar los efectos del tratamiento al determinar si una intervención en particular modifica o previene la inducción eléctrica de una taquicardia o si un dispositivo eléctrico detecta correctamente y termina con una taquiarritmia inducida y para la ablación del miocardio que participa en la taquicardia y prevenir episodios futuros. Los EEF también se han usado para establecer el pronóstico e identificar a los pacientes con riesgo de muerte súbita cardíaca. El estudio puede ser útil en pacientes que tienen un bloqueo AV, un trastorno de la conducción intraventricular o una disfunción del nódulo sinusal, una taquicardia o un síncope o palpitaciones de origen no explicado (v. capítulo 43). Normalmente el EEF es un procedimiento bastante bueno para comenzar la TV o la TSV cuando esas taquiarritmias se producen espontáneamente y permite usar técnicas de estimulación similares después de una intervención (p. ej., tratamiento farmacológico, cirugía o ablación con catéter) al evaluar la eficacia del tratamiento. No obstante, las respuestas falso negativas (no encontrar una alteración eléctrica conocida que se sabe que está presente) y falso positivas (inducción de una arritmia no clínica) complican la interpretación de los resultados, porque muchas carecen de reproducibilidad. La alteración del tono autónomo en un paciente en decúbito supino que está siendo estudiado, las influencias hemodinámicas o isquémicas, los cambios de la anatomía (p. ej., un infarto nuevo) después del estudio, la variabilidad día a día y el uso de un desencadenante artificial (estimulación eléctrica) para inducir la arritmia son algunos de los muchos factores que explican la disparidad que, en ocasiones, aparece entre los resultados de la prueba y la aparición espontánea de la arritmia. En conjunto, la validez diagnóstica y la reproducibilidad de estos estudios son bastante buenas y se trata de pruebas seguras cuando se realizan por electrofisiólogos con experiencia. Bloqueo auriculoventricular En pacientes con bloqueo AV es el lugar del bloqueo el que suele marcar la evolución clínica del paciente y la necesidad de un marcapasos (v. capítulo 40). En general, el lugar del bloqueo AV puede determinarse a partir del análisis del ECG normal. Cuando no se consigue identificarlo de esta forma, y cuando se sabe que es imperativo conocerlo para el tratamiento del paciente, está indicado realizar un EEF. Son candidatos aquellos pacientes con síntomas en los que se sospecha un bloqueo de His-Purkinje, pero no está establecido, y en pacientes con bloqueo AV que tienen un marcapasos, pero que continúan con síntomas cuando se busca una taquiarritmia ventricular como causa. También son candi- datos posibles los sujetos que tienen un bloqueo AV de segundo o tercer grado, en los que conocer el lugar del bloqueo o su mecanismo ayuda a dirigir el tratamiento o evaluar el pronóstico, y en pacientes con sos- pecha de extrasístoles anuladas del haz de His. Los pacientes que tienen un bloqueo del sistema de His-Purkinje suelen volverse sintomáticos durante los períodos bradicardia o asistolia y requieren la implantación de un marcapasos con mayor frecuencia que los pacientes que tienen un bloqueo del nódulo AV. El bloqueo AV de tipo I (Wenckebach) en pacientes de edad avanzada tiene implicaciones clínicas similares al bloqueo AV de tipo II. Sin embargo, los resultados del EEF obtenidos al evaluar el sistema de conducción deben interpretarse con cautela. En casos aislados, el proceso de registro de los intervalos de conducción altera los valores, por ejemplo, la presión que ejerce el catéter sobre el nódulo AV o el haz de His puede prolongar el intervalo aurícula-His o el intervalo H-V y podría conducir a un diagnóstico y tratamiento erróneos. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 657 D iag n ó stico d e las arritm ias card íacas 35 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . respuesta auricular derecha alta espontánea (sinusal) después de terminar la estimulación. Como la tasa sinusal espontánea influye en el TRNS, el valor se corrige restando la duración espontánea del ciclo en el nódulo sinusal (antes de la estimulación) del TRNS (fig. 35-10). Este valor, el TRNS corregido (TRNS-C), suele ser menor de 525 ms. El TRNS-C prolongado se encuentra en pacientes con sospecha de disfunción del nódulo sinusal. Después de interrumpir la estimulación el primer ciclo sinusal que reaparece puede ser normal y puede venir seguido por pausas secundarias (un fuerte indicador de disfunción del nodo sinusal). Es importante evaluar la función del nódulo AV y del haz de His-Purkinjeen pacientes con disfunción del nódulo sinusal, porque muchos pueden tener alteraciones de la conducción AV. Tiempo de conducción sinoauricular. El tiempo de conducci ón sinoauricular (TCSA) puede estimarse utilizando técnicas de estimula- Trastornos de la conducción intraventricular El EEF aporta información en los pacientes que tienen un trastorno de la conducción intraventricular, como la duración del intervalo H-V, que se puede prolongar con un intervalo PR normal o que puede ser normal y con un intervalo PR prolongado. El intervalo H-V prolongado (> 55 ms) se asocia a una probabilidad mayor de desarrollar el bloqueo AV com- pleto (pero la tasa de progresión es lenta, 2-3% cada año), teniendo una enfermedad estructural y una mortalidad mayor.14 Los intervalos H-V muy prolongados (> 80-90 ms) identifican a los pacientes que tienen un riesgo mayor de desarrollar un bloqueo AV. El intervalo H-V tiene una especificidad alta (aproximadamente el 80%) pero una sensibilidad baja (66%) para predecir el desarrollo del bloqueo AV completo. Durante un EEF se usa la estimulación auricular para descubrir una conducción anormal His-Purkinje. Una respuesta positiva es una provocación de un bloqueo distal del haz de His durante una conducción en el nódulo AV 1:1 a frecuencias de 135 latidos/min o menos. Una vez más, la sensibilidad es baja pero la especificidad es alta. La infusión de un fármaco, como la procainamida o la ajmalina, a veces descubre la conducción anormal en el haz de His- Purkinje (fig. 35-9). La ajmalina (no disponible en EE. UU.) puede provocar arritmias y debe usarse con cautela. El EEF está indicado en un paciente con síntomas (síncope o presíncope) que parezcan estar relacionados con una bradiarritmia o taquiarritmia cuando no se encuentre ninguna otra causa, incluso con la monitorización ECG prolongada. En muchos de estos pacientes, la causa de sus sín- tomas puede ser taquiarritmias ven- triculares en vez de bloqueo AV, con las obvias implicaciones terapéuticas. Disfunción del nódulo sinusal La demostración de unas frecuencias sinusales bajas, bloqueo de salida si- nusal o pausas sinusales en el ECG relacionadas en el tiempo con los síntomas indica una relación causal y habitualmente no requiere un estudio más detallado (v. capítulo 37). La presión en el seno carotídeo que provoca varios segundos de asistolia completa o bloqueo AV y reproduce los síntomas habituales del paciente hace sospechar la presencia de un reflejo hipersensible del seno carotídeo. El masaje del seno carotídeo debe hacerse con precaución; más raramente, puede precipitar un accidente cerebrovascular. Pueden utilizarse fármacos neurohumorales, adenosina o una prueba de esfuerzo para evaluar los efectos del tono autónomo sobre el automatismo del nódulo sinusal y el tiempo de conducción sinoauricular. Tiempo de recuperación del nódulo sinusal. El tiempo de recupera- ción del nódulo sinusal (TRNS) es una técnica que puede ser útil para evaluar la función en el nódulo sinusal. Para determinar el TRNS se mide el intervalo entre la última respuesta auricular derecha alta estimulada y la primera FIGURA 35-9 Estudio del sistema de His-Purkinje. Una mujer de 43 años de edad que tenía un tumor sarcoide se sometió a un estudio electrofisiológico después de sufrir un episodio sincopal. Se muestran los electrodos de superficie 1, 2, V1 y V6 junto a los registros intracardíacos obtenidos con catéteres en la parte alta de la aurícula derecha (AAD), con pares de electrodos situados en la parte proximal (Hisprox.) y distal (Hisdist.) de un catéter introducido hasta la unión auriculoventricular para registrar el potencial del haz de His y en la punta del ventrículo derecho (PVD). Durante el registro basal, el intervalo H-V está solo ligeramente prolongado (62 ms). Después de la infusión de procainamida i.v., el intervalo H-V es mayor y hay un bloqueo de Wenckebach por debajo del haz de His. La punta de flecha indica la «pérdida» de complejos QRS debido al bloqueo infrahisiano. A, electrograma auricular; H, potencial de His; V, electrograma ventricular. FIGURA 35-10 Función anormal del nódulo sinusal. Los registros son similares a los de la figura 35-9. Se muestran los últimos cinco complejos de ráfagas de estimulación auricular (S) de 1 min de duración con ciclos de 400 ms, después de lo cual se interrumpe la estimulación. El nódulo sinusal no descarga espontáneamente (tiempo de recuperación del nódulo sinusal) hasta 6,2 s más tarde (punta de flecha). Antes de este momento se producen tres latidos de escape de la unión. AAD, parte alta de la aurícula derecha; Hisdist., par de electrodos distal; PVD, punta del ventrículo derecho. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 658 A RR IT m IA S, m U ER TE S ú BI TA y S íN CO PE V ción sencillas basadas en las siguientes suposiciones: 1) que los tiempos de conducción aferentes y eferentes en el nódulo sinusal son iguales; 2) que no se producen descensos del automatismo del nódulo sinusal, y 3) que el lugar del marcapasos no se desplaza tras la estimulación prematura. Estas suposiciones pueden ser erróneas, en particular en pacientes con disfunción del nódulo sinusal. La sensibilidad de las pruebas del TCSA y del TRNS es de aproximadamente el 50% en cada una por separado y del 65% cuando se combinan. La especificidad, cuando se combinan, es aproximadamente del 88%, con un valor predictivo bajo. En consecuencia, la probabilidad de que el paciente tenga una disfunción del nódulo sinusal es grande si los resultados de estas pruebas son anormales. No obstante, los resultados normales no excluyen la posibilidad de enfermedad en el nódulo sinusal. Los candidatos al EEF invasivo para evaluar la función del nódulo sinusal son los pacientes sintomáticos en los que se sospecha la disfunción del nódulo sinusal, pero aún no se ha establecido como causa de los síntomas. Los posibles candidatos son aquellos pacientes que tienen disfunción del nódulo sinusal clínica en los que se deben excluir otras causas de síntomas (p. ej., taquiarritmias). Taquicardia En pacientes con taquicardia puede usarse el EEF para diagnosticar la arritmia, determinar y administrar el tratamiento, establecer las localizaciones anatómicas implicadas en la taquicardia, identificar a los pacientes de alto riesgo de desarrollar arritmias graves y conocer mejor los mecanismos responsables de la arritmia (v. capítulo 37). El estudio puede diferenciar la conducción supraventricular aberrante de las taquiarritmias ventriculares cuando los criterios electrocardiográficos estándar son dudosos. La TSV se reconoce en el estudio electrofisiológico por la presencia de un intervalo H-V igual o mayor que el registrado durante el ritmo sinusal normal (fig. 35-11). Por el contrario, durante la TV el intervalo H-V es más corto de lo normal o no se puede registrar la deflexión del haz del His claramente debido a la superposición del electrograma ventricular, de mayor tamaño. Solo hay dos situaciones en las que aparece un intervalo H-V sistemáticamente corto: durante la activación retrógrada del haz de His por una activación que se origina en el ventrículo (EV, estimulación ventricular o TV) o durante la conducción AV sobre una vía accesoria (síndrome de preexcitación). La estimulación auricular en frecuencias que superan la frecuencia de la taquicardia demuestra el origen ventricular de la taquicardia con QRS ancho al producir latidos de fusión y de captura y la normalización del intervalo H-V. La única TV que muestra un intervalo H-V igual o ligeramente superior al intervalo H-V FIGURA 35-11 Registros del haz de His en distintas situacionessimilares a las mostradas en las figuras 35-9 y 35-10. A. Ritmo sinusal basal con conducción auriculoventricular (AV) normal. B. Taquicardia supraventricular ortodrómica con conducción retrógrada en una vía accesoria del lado izquierdo a través del trazado. Los tres primeros latidos tienen un complejo QRS estrecho con un intervalo H-V normal; los tres últimos complejos QRS representan una fusión de la conducción sobre el nódulo AV-haz de His y una vía accesoria de conducción lenta en el lado derecho. El potencial de His aparece después del inicio del complejo QRS ancho (líneas discontinuas). C. Se muestran tres latidos ventriculares estimulados con un potencial de His retrógrado (H’), seguido por el comienzo de una taquicardia supraventricular de reentrada en el nódulo AV (despolarización auricular cerca del extremo del complejo QRS, como se ve en el trazado de la AAD). D. Taquicardia ventricular con activación diferida del potencial de His y bloqueo retrógrado completo del nódulo AV (complejos auriculares disociados). AAD, parte alta de la aurícula derecha; Hisdist., par de electrodos distal; Hisprox., par de electrodos proximal; PVD, punta del ventrículo derecho; SCprox., seno coronario proximal. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 659 D iag n ó stico d e las arritm ias card íacas 35 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . sinusal normal es el bloqueo de rama con reentrada, pero la activación del haz de His se producirá en dirección retrógrada. Se pensará en obtener un EEF: 1) en pacientes que tienen taquia- rritmias supraventriculares o ventriculares sintomáticas, recurrentes o resistentes a fármacos para facilitar la selección del tratamiento óptimo; 2) en pacientes con taquiarritmias que aparecen con una infrecuencia demasiado baja para permitir la evaluación diagnóstica o terapéutica adecuada; 3) para diferenciar la TSV y la conducción aberrante de la TV; 4) siempre que se contemple el tratamiento no farmacológico, como el uso de dispositivos eléctricos, la ablación con catéter o la cirugía; 5) en pacientes que sobreviven a un episodio de parada cardíaca, que ocurre en más de las 48 h siguientes a un IM agudo o sin signos de un IM agudo con onda Q, y 6) para evaluar el riesgo de TV sostenida en pacientes con un IM previo, una fracción de eyección de 0,3 a 0,4 y una TV no sostenida en el ECG. En general, el EEF no está indicado en pacientes con síndrome de QT largo y torsades de pointes. El proceso que permite iniciar y terminar la TSV o la TV con una estimulación eléctrica programada, a fin de establecer el diagnós- tico preciso y ayudar a seleccionar las localizaciones para la ablación con catéter, es la aplicación más frecuente de EEF en pacientes con taquicardia. El papel del tratamiento farmacológico en las arritmias clínicamente significativas continúa disminuyendo; si bien el EEF fue muy utilizado en el pasado para predecir la eficacia del tratamiento farmacológico en la supresión de las taquicardias recurrentes espon- táneas, la técnica raramente se usa ahora para tal fin. La estimulación no invasiva mediante un marcapasos o un desfibrilador implantados puede usarse para estudiar los efectos del tratamiento farmacológico administrado para intentar reducir la frecuencia de las arritmias, así como para evaluar la capacidad del dispositivo para detectar y tratar TV que se han ralentizado o alterado de cualquier otro modo por efecto de los fármacos. Síncope no explicado Hay tres causas frecuentes de síncope por arritmia como la disfunción del nódulo sinusal, el bloqueo AV y las taquiarritmias (v. capítulo 43). Entre ellos, las taquiarritmias son las que se evalúan con mayor fiabilidad en el laboratorio de electrofisiología, seguidas por las alteraciones del nódulo sinusal y después del bloqueo del haz de His-Purkinje. La causa del síncope sigue siendo incierta hasta en el 50% de los casos, dependiendo en parte del alcance de la evaluación. Una anam- nesis y exploración física minuciosas al comienzo de la evaluación,1 seguidas de pruebas no invasivas como el ECG de 12 derivaciones, pueden conseguir el diagnóstico en la mitad o más de los pacientes. Un pequeño porcentaje de casos (< 5%) desarrolla una arritmia que coincide con el síncope o el presíncope durante el registro del ECG de 24-48 h, mientras que un porcentaje mayor (15%) tiene síntomas sin una arritmia, excluyendo una causa de arritmia. La monitorización prolongada del ECG con grabadores de eventos transtelefónicos activados por el paciente que tienen memoria continua aumenta el rendimiento. La prueba de la mesa basculante y la prueba de esfuerzo puede ser útil en algunos pacientes. El EEF ayuda a explicar la causa del síncope o las palpitaciones cuando estos inducen una arritmia que reproduce los síntomas del paciente o se asocia a hipotensión significativa. Los pacientes con episodio aislado de síncope y sin evidencia de cardiopatía estructural, o con EEF no diagnóstico, registran una incidencia baja de muerte súbita y una tasa de remisión del 80% durante los 10 años siguientes. La prueba es falsamente negativa en el 20% de los casos que padecen síncope recurrente, por la imposibilidad de encontrar el bloqueo AV o la disfunción del nódulo sinusal. Por otro lado, muchos pacientes con cardiopatía estructural presentan varias anomalías que podrían explicar el síncope y ser diagnosticadas por EEF, aunque puede ser difícil decidir cuáles de ellas son las responsables del síncope y, en consecuencia, requieren tratamiento (fig. 35-12). La mortalidad y la incidencia de la muerte súbita cardíaca dependen, principalmente, de la presencia de la cardiopatía subyacente (v. capítulo 42). En los pacientes con síncope puede pensarse en un EEF cuando las crisis no se diagnostican a pesar de una evaluación general, neurológica y cardíaca no invasiva, en particular si el paciente tiene una cardiopatía estructural.15 El rendimiento diagnóstico es aproximadamente del 70% en este grupo, pero solo del 12% en pacientes que no tienen una cardiopatía estructural. El tratamiento de una causa posible encontrada en el EEF previene la reaparición del síncope aproximadamente en el 80% de los casos. Entre las causas de síncope por arritmia, los trastornos intermitentes de la conducción son los más difíciles de diagnosticar. Los EEF no son muy buenos para establecer este diagnóstico a pesar de que pueda aplicarse una serie de pruebas de provocación. Cuando se han buscado y excluido minuciosamente las taquiarritmias y la sospecha clínica de bloqueo cardíaco intermitente es alta (p. ej., bloqueo de rama o intervalo H-V largo) está justificada la estimulación empírica permanente. En pacientes con EEF no diagnóstico, la inyección de trifosfato de adenosina (distinto de la adenosina simple) diferencia a los pacientes que pueden beneficiarse de un marcapasos permanente (los que presentan más de 10 s de pausa sinusal o bloqueo AV) de los que no. Algunos investigadores han sugerido que, en algunos casos, es preferible efectuar esta prueba antes del EEF, o después de un EEF negativo, pero antes de la colocación de un dispositivo de registro implantable. Palpitaciones El EEF está indicado en pacientes con palpitaciones que tenían un impulso que el personal médico documentó como inapropiadamente rápido y sin un registro ECG, o lento cuando se sospecha que hay arritmias clínicamente significativas sin documentar el ECG. La sensibilidad del EEF puede ser menor en los pacientes que tienen síncope o palpitaciones, pero puede aumentar a expensas de la especificidad. Por ejemplo, el empleo de técnicas de estimulación más intensivas
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