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1580 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos MIOCARDIOPATÍAS DILATADAS, 1580 Genética de la miocardiopatía dilatada, 1583 Genética de la miocardiopatía dilatada familiar, 1584 Aproximación a la evaluación genética clínica, incluidas las pruebas genéticas, 1585 Tratamiento de la miocardiopatía dilatada, 1586 Miocardiopatías alcohólica y diabética, 1586 Miocardiopatía arritmógena del ventrículo derecho, 1586 No compactación del ventrículo izquierdo, 1588 Miocardiopatía inducida por taquicardia, 1589 Miocardiopatía periparto, 1589 Miocardiopatía de takotsubo, 1590 MIOCARDIOPATÍAS RESTRICTIVA E INFILTRANTE, 1590 Aproximación a la identificación de las causas de la miocardiopatía restrictiva, 1591 Amiloidosis cardíaca, 1591 Miocardiopatía por sarcoidosis, 1594 Enfermedad de Fabry, 1596 Enfermedades de Gaucher y de almacenamiento del glucógeno, 1598 Hemocromatosis, 1598 Enfermedad endomiocárdica, 1598 Cardiopatía carcinoide, 1598 Endocarditis de Löffler (eosinófila), 1599 Fibrosis endomiocárdica, 1599 PERSPECTIVAS FUTURAS, 1600 BIBLIOGRAFÍA, 1600 77 Miocardiopatías dilatada, restrictiva e infiltrante RODNEY H. FALK Y RAY E. HERSHBERGER No hay, en la actualidad, una definición universal de miocardiopatía. Incluso aunque hay acuerdo actualmente en que la enfermedad miocárdica secundaria a patología arterial coronaria arterioesclerótica, enfermedad valvular, cardiopatía congénita e hipertensión sistémica no se debe clasificar como una miocardiopatía, las opiniones difieren sobre si la entidad debe definirse basándose en la morfología o si hay que incluir trastornos moleculares como la patología de los canales. Una definición1 de la American Heart Association describe las miocardiopatías como «un grupo heterogéneo de enfermedades del miocardio asociadas con una disfunción mecánica y/o eléctrica que habitualmente (pero no invariablemente) muestran una hipertrofia o dilatación ventriculares inadecuadas y son debidas a una variedad de causas y, con frecuencia, son genéticas. Las miocardiopatías están confinadas al corazón o forman parte de un trastorno sistémico generalizado que con frecuencia lleva a fallecimiento por causa cardiovascular o a una incapacidad relacionada con insuficiencia cardíaca progresiva». Esta clasificación incluye pacien tes con disfunción predominantemente eléctrica del corazón, un grupo no incluido en la definición del European Working Group.2 Los expertos, tanto estadounidenses como europeos, han reconocido, sin embargo, la importancia creciente de la genética en los pacientes con miocardiopatía desde que estos trabajos de posición fueron publicados. La capacidad de combinar información genética con información fenotípica respecto a la estructura y función del ventrículo izquierdo (VI) y del ventrículo derecho (VD) constituye la base de la medicina genética cardiovascular (fig. 77-1). Las pruebas genéticas clínicas en los pacientes con miocardiopatías no solo benefician a los pacientes asintomáticos y a los miembros de sus familias a través de una adecuada valoración del riesgo en cascada, sino que también potencian la atención sanitaria de los pacientes sintomáticos, ya que resulta probable que en el futuro cercano la información genómica prediga la evolución natural y dirija el tratamiento. La expansión de las pruebas genéticas en la clínica, que ha resultado posible por la secuenciación de nueva generación, también produce nuevos retos en términos de conocer qué prueba solicitar, qué conducta aconsejar antes de la prueba y para obtener el consentimiento, y cómo interpretar los resultados de las pruebas genéticas moleculares. En la tabla 77-13,4 se muestra una vista global de la clasificación de las miocardiopatías basada en información fenotípica (el «fenoma») y genética. El fenoma incluye datos sobre morfología cardíaca, fisiología, y anatomía patológica celular y molecular, así como sobre otros aspectos medioambientales relevantes para la enfermedad concreta en estudio.5 A pesar de la integración de genética y genómica, la información fenotípica derivada de la información sobre el tamaño y función de la cámara del VI y del VD sigue siendo de mucha relevancia en términos de atención sanitaria, a pesar de la ausencia de definiciones de miocardiopatía uni versalmente aceptadas. En la actualidad se han identificado numerosos genes, con variantes infrecuentes asociadas a una o más de las miocardio patías genéticas, y algunos genes causan más de un fenotipo (fig. 77-2). Aunque este capítulo se centra primordialmente en las miocardiopatías no sindrómicas, hay múltiples síndromes en los que se desarrolla una miocardiopatía en el contexto de una afectación sistémica multiorgánica. Se menciona también aquí de forma breve la miocardiopatía hipertrófica (MCH; v. capítulo 78), por su significativo solapamiento genético con la miocardiopatía dilatada (MCD) y la miocardiopatía restrictiva (MCR). También resulta importante reconocer que, aunque debe diferenciarse la disfunción miocárdica como resultado de la hipertensión y de la cardiopatía isquémica de las miocardiopatías, con frecuencia coexisten y pueden agravar una miocardiopatía primaria subyacente. MIOCARDIOPATÍAS DILATADAS Una MCD se caracteriza por un VI dilatado con disfunción sistólica que no está producida por patología isquémica o valvular. Hay que tener en cuenta un gran número de causas genéticas de MCD (tabla e77-1; v. también fig. 77-2) antes de etiquetar una miocardiopatía como «idiopática», que es un término que refleja nuestra incapacidad para alcanzar un diagnóstico específico. Con frecuencia hay un período latente de disfunción sistólica del VI asintomática antes de que se desarrollen los síntomas clínicos en los pacientes con MCD (fig. 77-3). Los pacientes con MCD presentan riesgo de arritmias ventriculares y pueden, en ocasiones, ser atendidos inicialmente por una muerte súbita cardíaca abortada (v. también capítulo 42). Cuando se está estudiando a un paciente con MCD, hay que recoger una historia clínica completa que incluya los factores de riesgo de enfermedad arterial coronaria. A no ser que se interrogue exhaustivamen te al paciente, la duración de los síntomas puede verse significativamen te subestimada. Puede aparecer angina, incluso en ausencia de enfermedad coronaria epicárdica, pero los síntomas sugerentes de angina deben hacer sospechar la posibilidad de enfermedad arterial coronaria, bien como una enfermedad coexistente o como un factor causal principal. Los pacientes deben ser preguntados con cuidado sobre su consumo de alcohol (v. capítulo 80), tanto actual como pasado. Si se puede preguntar al cónyuge, su testimonio puede resultar de gran valor, porque resulta frecuente la notificación a la baja de una ingesta alcohólica grave. Resultan esenciales los antecedentes familiares, no solo de síntomas sugerentes de insuficiencia cardíaca, sino también de muerte súbita cardíaca, lo cual puede describir el paciente como «muerte por un ataque al corazón masivo». En ocasiones, la constelación de síntomas puede permitir al clínico alerta detectar una causa infrecuente; por ejemplo, la combinación de hipoacusia, diabetes de herencia materna e insuficiencia cardíaca en un paciente relativamente joven sugiere miocardiopatía mitocondrial. Los hallazgos de la exploración clínica reflejan la disfunción biven tricular presente en la MCD (v. capítulo 21). La electrocardiografía revela frecuentemente hipertrofia del VI, cambios inespecíficos del Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1581 M io card io p atías d ilatad a, restrictiva e in fi ltran te 77 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a utor iz ac ió n es u n d el ito . segmento STonda T o un bloqueo de rama (v. capítulo 21). Puede haber ondas Q patológicas, aunque su presencia debe hacer sospechar la posibilidad de cardiopatía ateroesclerótica avanzada más que de una miocardiopatía primaria. En los casos avanzados con fibrosis extensa, se pueden ver voltajes bajos en las derivaciones de los miembros. La ecocardiografía (v. también capítulo 14) revela dilatación biven tricular, que puede encontrarse en un rango de leve a grave, al igual que la disfunción sistólica del VI (fig. 77-4). El grosor de la pared del VI suele encontrarse en un rango normal, pero la masa del VI está casi invaria blemente aumentada. Con mayor frecuencia hay hipocinesia global del VI, pero también se pueden ver alteraciones regionales del movimiento de la pared, en particular discinesia del tabique en aquellos con un bloqueo de rama izquierda. Un adelgazamiento desproporcionado de una pared discinética debe despertar la sospecha de enfermedad arterial coronaria más que de una miocardiopatía primaria. Hay frecuentemente insuficiencia mitral y tricuspídea, que puede ser grave, incluso aunque la exploración física no revele un soplo intenso. Al margen de una alteración de la coaptación de las valvas, las válvulas mitral y tricúspide parecen estructuralmente normales, y las alteraciones estructurales sugieren patología valvular primara más que una miocardiopatía. La función diastólica en la MCD se encuentra en un rango desde normal a restrictivo (v. también capítulo 26). Un patrón restrictivo se ve más habitualmente en los pacientes con sobrecarga de volumen en una insuficiencia cardíaca «descompensada», y con frecuencia mejora tras la instauración de un tratamiento diurético o vasodilatador. La angiografía coronaria (v. capítulo 20) debe ser una consideración en todos los pacientes que presentan factores de riesgo de enfermedad arterial coronaria y en quienes tienen una edad a la cual esta podría FIGURA 77-1 Interacción de genoma y fenoma. La flecha expresa la interacción bimodal entre genes y medio ambiente, o el genoma y el fenoma. El objetivo de los estudios genéticos humanos siempre ha sido comprender las variaciones genómicas y su impacto sobre los fenotipos, y viceversa. Los efectos genéticos y genómicos en las enfermedades cardiovasculares están comenzando a integrarse en la práctica de la medicina cardiovascular. FIGURA 77-2 Relaciones de genes causantes de los fenotipos cardiovasculares y los relacionados. Se muestran las relaciones génicas de varios fenotipos cardiovasculares, con atención especial a la genética de la MCD. Los fenotipos cardíacos frecuentes se muestran en óvalos morados y las líneas conectan cada fenotipo con el gen o los genes (mostrado[s] en un cuadro) cuyas variantes infrecuentes se han implicado como causa del fenotipo. Los cuadros de genes están codificados en color según el número de fenotipos a los que están asociados: el azul indica un fenotipo; el rojo, dos fenotipos, y el naranja, tres fenotipos (como se muestra en el ángulo inferior izquierdo). En los genes causantes del 3% o más de los casos de MCD familiar, la frecuencia se incluye en el nombre. Las asociaciones génicas a MCH están indicadas con líneas discontinuas. Entre los genes de la MCH contrastados están dos genes del sarcómero (MYH7 y MYBPC3), que en conjunto están implicados en el 80% de los casos de MCH en los que se identifica una causa genética. Otros tres genes del sarcómero (TNNT2, TNNI3 y TPM1) representan un 15% adicional de los casos. Los otros numerosos genes implicados han causado solo uno o varios casos notificados. Los datos a favor de las variantes infrecuentes de estos genes mostrados y su relevancia para la miocardiopatía especificada difieren considerablemente. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1582 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX TA B LA 7 7- 1 C la si fi ca ci ó n d e la s m io ca rd io p at ía s p o r fe n o m a y g en o m a Ti po fE n o m a G En o m a M o rf o lo g ía Fi si o lo g ía A n a to m ía p a to ló g ic a C o n d ic io n es s is té m ic a s, c a ra ct e rí st ic a s cl ín ic a s, f a ct o re s d e r ie sg o N o s in d ró m ic o , h a b it u a lm e n te g e n ú n ic o S in d ró m ic o D ila ta da (M C D ) D ila ta ci ón d e V I y V D co n m ín im o o ni ng ún en gr os am ie nt o pa rie ta l La c on tr ac til id ad re du ci da e s el d ef ec to pr im ar io ; g ra do va ria bl e de d is fu nc ió n di as tó lic a H ip er tr ofi a de m io ci to s; fib ro si s di sp er sa H ip er te ns ió n; in ge st a de a lc oh ol ; t iro to xi co si s; m ix ed em a; t aq ui ca rd ia p er si st en te ; t ox in as , po r ej em pl o, q ui m io te ra pi a, e sp ec ia lm en te an tr ac ic lin as ; r ad ia ci ón O nt ol og ía g en ét ic a di ve rs a (v . fi g . 7 7- 2) c on > 3 0 ge ne s im pl ic ad os (v . t am b ié n ta b la e 77 -1 ) D is po si ci ón d iv er sa d e la s en fe rm ed ad es as oc ia da s, e sp ec ia lm en te d is tr ofi as m us cu la re s: d is tr ofi as m us cu la re s de E m er y- D re ifu ss , d e ci nt ur a de m ie m br os y d e D uc he nn e/ Be ck er ; m io pa tía d is ta l d e La in g; s ín dr om es de B ar th y d e K ea rn s- Sa yr e; o tr os 3, 4 Re st ric tiv a (M C R) H ab itu al m en te t am añ o de la s cá m ar as n or m al ; en gr os am ie nt o pa rie ta l m ín im o C on tr ac til id ad n or m al o ca si n or m al c on u n m ar ca do a um en to de la p re sió n de ll en ad o te le di as tó lic a Es pe cí fic a de l t ip o di ag nó st ic o: a m ilo id e, hi er ro , e nf er m ed ad po r al m ac en am ie nt o de g lu có ge no , o tr os Fi br os is e nd om io cá rd ic a, a m ilo id os is , sa rc oi do si s, e sc le ro de rm ia , s ín dr om e de C hu rg -S tr au ss , c is tin os is , l in fo m a, se ud ox an to m a el ás tic o, s ín dr om e hi pe re os in ófi lo , c ar ci no id e Si n o se a so ci a co n un a en fe rm ed ad g en ét ic a si st ém ic a, la c au sa g en ét ic a m ás f re cu en te m en te s e de be a m ut ac io ne s de u n ge n sa rc om ér ic o (v . t ab la e 77 -1 ) En fe rm ed ad d e G au ch er , he m oc ro m at os is , e nf er m ed ad de F ab ry , a m ilo id os is f am ili ar ; m uc op ol is ac ar id os is , s ín dr om e de N oo na n H ip er tr ófi ca (M C H ) H ab itu al m en te d im en sió n in te rn a de la c ám ar a no rm al o re du ci da ; e ng ro sa m ie nt o pa rie ta l p ro nu nc ia do , es pe ci al m en te h ip er tr ofi a de l t ab iq ue Fu nc ió n si st ól ic a au m en ta da o n or m al H ip er tr ofi a de m io ci to s, cl ás ic am en te co n de so rg an iz ac ió n La h ip er te ns ió n gr av e pu ed e cr ea r co nf us ió n di ag nó st ic a cl ín ic a y m or fo ló gi ca M ut ac io ne s de g en es qu e co di fic an p ro te ín as sa rc om ér ic as (v . t ab la e 77 -1 ; v. t am b ién c ap ít u lo 6 6) Sí nd ro m e de N oo na n, s ín dr om e de L EO PA RD , s ín dr om e de D an on , en fe rm ed ad d e Fa br y, s ín dr om e de W ol ff -P ar ki ns on -W hi te , a ta xi a de F rie dr ei ch , M ER RF , M EL A S (v . c ap ít u lo 9 7) M io ca rd io pa tía ar rit m óg en a de l v en tr íc ul o de re ch o (M C A V D ) In fil tr ac ió n fib ro gr as a di sp er sa , c lá si ca m en te d el V D , p er o qu e ta m bi én de l V I; di la ta ci ón d el V D o de l V I o a m ba s so n fr ec ue nt es , a un qu e no u ni ve rs al es A rr itm ia s ve nt ric ul ar es (T V, F V ) p re co ce s o ta rd ía s, c on tr ac til id ad re du ci da c on e l pr og re so d e la en fe rm ed ad ; p ue de si m ul ar u na M C D Is lo te s de r ee m pl az o gr as o; fi br os is Q ue ra to de rm ia p al m op la nt ar , p el o riz ad o en e l s ín dr om e de N ax os M ut ac io ne s de g en es q ue co di fic an p ro te ín as d el de sm os om a (v . fi g s. 7 7- 2 y e7 7- 4, y t ab la e 77 -1 ) Sí nd ro m e de N ax os N o c om pa ct ac ió n de l v en tr íc ul o iz qu ie rd o (N C V I) A um en to d el ín di ce e nt re m io ca rd io n o co m pa ct ad o y co m pa ct ad o co n V I o V D n or m al es o c ua lq ui er ot ro f en ot ip o Fu nc ió n si st ól ic a de n or m al a r ed uc id a M io ca rd io n or m al y en r an go h ac ia ha lla zg os c om pa tib le s co n ot ra s m io ca rd io pa tía s co ex is te nt es El f en ot ip o se h a ob se rv ad o en e l c on te xt o de o tr os t ip os d e m io ca rd io pa tía V ar io s ge ne s de m io ca rd io pa tía as oc ia do s, p er o se d es co no ce si la c au sa e s ge né tic a o un de fe ct o de l d es ar ro llo d ur an te la o rg an og en ia ; v éa se e l t ex to In fil tr an te H ab itu al m en te p ar ed es en gr os ad as ; e n oc as io ne s di la ta ci ón Fi si ol og ía r es tr ic tiv a, fu nc ió n si st ól ic a co n fr ec ue nc ia lig er am en te r ed uc id a Es pe cí fic a de l t ip o di ag nó st ic o: a m ilo id e, hi er ro , e nf er m ed ad po r al m ac en am ie nt o de g lu có ge no , o tr os V éa se M C R ar rib a V éa se M C R ar rib a In fla m at or ia N or m al o d ila ta da si n hi pe rt ro fia Fu nc ió n si st ól ic a re du ci da In fil tr ad os in fla m at or io s Sí nd ro m e hi pe re os in ófi lo (v . t ex to ), m io ca rd iti s ag ud a (v . c ap ít u lo 7 9) Is qu ém ic a N or m al o d ila ta da si n hi pe rt ro fia Fu nc ió n si st ól ic a re du ci da Á re as d e m io ca rd io in fa rt ad o H ip er co le st er ol em ia , h ip er te ns ió n, d ia be te s, ta ba qu is m o, a nt ec ed en te s fa m ili ar es H ip er co le st er ol em ia f am ili ar , ot ro s tr as to rn os li pí di co s he re di ta rio s H ip er co le st er ol em ia f am ili ar In fe cc io sa N or m al o d ila ta da si n hi pe rt ro fia Fu nc ió n si st ól ic a re du ci da Es pe cí fic a de la in fe cc ió n V íri ca (e sp ec ia lm en te m io ca rd iti s ag ud a) ; pr ot oz oa ria (p . e j., e nf er m ed ad d e C ha ga s) ; ba ct er ia na , i nf ec ci ón d ire ct a (p . e j., e nf er m ed ad de L ym e) o p or to xi ci da d ce lu la r a gu da co m o re su lta do d e to xi na s si st ém ic as (p . e j., S tr ep to co cc us , g ra m ne ga tiv os , o tr os ) (v . c ap ít u lo 7 9) Pr ed is po si ci ón g en ét ic a a in fe cc io ne s y/ o re sp ue st a va ria bl e an te u n ag en te in fe cc io so FV , fi br ila ci ón v en tr ic ul ar ; M EL A S, e nc ef al op at ía m ito co nd ria l, ac id os is lá ct ic a y sí nt om as s im ila re s a ac ci de nt e ce re br ov as cu la r; M ER RF , e pi le ps ia m io cl ón ic a as oc ia da a fi br as ro ja s ra sg ad as ; T V, t aq ui ca rd ia v en tr ic ul ar ; V D , v en tr íc ul o de re ch o; V I, ve nt ríc ul o iz qu ie rd o. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1583 M io card io p atías d ilatad a, restrictiva e in fi ltran te 77 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . ser un factor causal. De manera alternativa, se puede utilizar la angio grafía coronaria por tomografía computarizada (TC) (v. capítulo 18), aunque no permite estudios hemodinámicos, que pueden resultar útiles en algunos pacientes. Como la enfermedad arterial coronaria resulta frecuente, la significación funcional de cualesquiera lesiones obstructivas coronarias que se encuentren debe ser cuidadosamente valorada en la consideración de que su presencia con la MCD puede ser una coincidencia. La resonancia magnética cardíaca (RMC) (v. también capítulo 17) puede resultar de ayuda en la evaluación de las miocardiopatías. Un patrón de realce tardío con gadolinio no transmural en una distribución no coronaria en un VI dilatado es sugerente de causa no isquémica. Algunas enfermedades, como la sarcoidosis, pueden presentar una apariencia bastante típica.6 La RMC es capaz de valorar la extensión de la fibrosis miocárdica en la MCD y puede aportar información com plementaria a la obtenida mediante biopsia cardíaca. A no ser que se sospeche una patología concreta, la biopsia cardíaca con frecuencia no aporta información en la evaluación de la MCD, pero puede en ocasiones lograr un diagnóstico inesperado.7 Hay que sopesar el ries go de perforación durante una biopsia cardíaca frente a la pequeña probabilidad de descubrir con ella una causa tratable. Genética de la miocardiopatía dilatada Incluso con una evaluación exhaustiva, en una proporción significativa de pacientes con MCD no hay causa evidente, por lo que se les asigna el diagnóstico de MCD idiopática. Estudios de base familiar han demostrado que, si se lleva a cabo un cribado clínico con un elec trocardiograma (ECG) y/o ecocardiograma a los familiares de primer grado de los pacientes con MCD, se encontrarán evidencias de MCD en al menos el 2035% de ellos, lo que establece, por tanto, el diagnóstico de MCD familiar.8 Se cree actualmente que la MCD familiar tiene una base genética de ontología diversa (v. fig. 77-2).9 Estudios recientes de familias con MCD familiar sugieren que se puede identificar una causa genética al menos en el 30% de los casos y, quizá, en hasta el 40%, según se extrapola de los estudios de genes individuales o de pequeños grupos de genes en publicaciones sobre descubrimientos genéticos (v. tabla e77-1). Las variantes truncadas de la proteína de soporte gigante titina (TTN) son las más frecuentes, asociadas al 1520% de los casos de MCD (fig. 77-5).10,11 La proporción de variantes infrecuentes que se cree que son causantes de MCD atribuida a un gen específico es mucho menor, habitualmente entre menos del 12 y el 3% (v. tabla e77-1). Incluso aunque se considere actualmente la MCD familiar una enfermedad genética, lacuestión sobre si la MCD idiopática tiene una base genética en los casos en los que no hay evidencia de MCD familiar aún no ha sido resuelta. Los pacientes con MCD típicamente muestran una fase asintomática durante muchos años antes de desa rrollar insuficiencia cardíaca sintomática, una arritmia o un episodio embólico más adelante en el curso de la enfermedad (v. fig. 77-3).12 En ocasiones se descubre casualmente una MCD asintomática pero detectable clínicamente durante el cribado médico rutinario o previo a un procedimiento, habitualmente promovido por alteraciones sutiles en el ECG que llevan a la realizar un ecocardiograma. El intervalo temporal necesario para que se desarrolle la enfermedad clínica ilustra la notable capacidad del miocardio para mantener un gasto cardíaco y presión de llenado normales –o casi normales– durante años a pesar de una MCD asintomática detectable clínicamente. Este principio subraya la observación de que los antecedentes familiares son mucho menos sensibles que el cribado clínico a través de la ecocardiografía a la hora de detectar MCD entre los familiares de un paciente con el diagnóstico reciente de MCD idiopática y enfatiza la necesidad del cribado clínico de todos los familiares de primer grado cuando se ha alcanzado un nuevo diagnóstico de miocardiopatía (fig. 77-6). FIGURA 77-3 Fases asintomática y sintomática de la MCD. La fase 1 abarca dos períodos, ambos asintomáticos. En el primer período (1A) las personas portadoras de una o más variantes infrecuentes de MCD tienen riesgo de presentar MCD con el tiempo. Durante esta fase, la información genética identifica a las personas que pueden beneficiarse del cribado clínico periódico para detectar la enfermedad clínica en su fase inicial. En la fase 1B, la MCD está presente, pero es asintomática, en ocasiones durante años, y podría no ser detectada, a menos que pruebas de imagen cardiovascular clínicas periódicas la identifiquen. Una vez detectada la enfermedad, puede empezarse el tratamiento médico con el objetivo de evitar la progresión a la fase 2. En esta, la enfermedad en estadio avanzado se hace sintomática, con insuficiencia cardíaca, arritmia o embolia, las manifestaciones de presentación de la MCD. (Tomado de Morales A, Hershberger RE: The rationale and timing of molecular genetic testing for dilated cardiomyopathy. Can J Cardiol 2015;31:1309-12.) FIGURA 77-4 Ecocardiograma de un paciente con miocardiopatía dilatada. Se muestran las imágenes diastólica final (izquierda) y sistólica final (derecha) de un hombre de 40 años de edad con una MCD grave (fracción de eyección < 20%). Obsérvese la forma globulosa del VI, típica de la MCD avanzada. A pesar de una importante reducción de la fracción de eyección del VI, solo presentaba leves síntomas, atribuibles, en parte, a la conservación del volumen del latido por el marcado aumento del volumen telediastólico del VI. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1584 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX Genética de la miocardiopatía dilatada familiar Se clasifican los genes que se ha demostrado causan MCD familiar por su localización subcelular (ontología genética). Como se muestra en la figura 77-2 y la tabla e77-1, la mayoría de los genes implicados codifican proteínas del sarcómero, el disco Z o el citoesqueleto. La amplia representación de otros genes que codifican una amplia variedad de proteínas demuestra las diversas rutas que pueden conducir hacia el fenotipo final de MCD.9 Presumiblemente otras rutas aún desconocidas pueden también ser relevantes en la patogenia de la MCD. Se han iden tificado más de 30 genes que producen MCD (lo que se conoce como heterogeneidad del locus). Las diversas localizaciones subcelulares de los genes implicados en la MCD diferencian esta forma de miocardiopatía de la MCH (v. también capítulo 78) y de la miocardiopatía arritmógena del VD (MCAVD), que están producidas por variaciones en los genes que codifican proteínas sarcoméricas o desmosómicas, respectivamente (v. fig. 77-2). Además de la heterogeneidad del locus, la genética molecular de la MCD también se caracteriza por heterogeneidad alélica; es decir, se producen habitualmente mutaciones en muchas localizaciones en un gen de MCD, y muchos puntos de mutación en los genes que se ha demostrado que producen tanto MCD como MCH son específicos de esa miocardiopatía (fig. e77-1). No resultan infrecuentes los llamados fenotipos solapados, en particular de genes sarcoméricos, en los que se pueden ver las mutaciones que se ha demostrado que producen MCD, MCH y MCR en un árbol genealógico extendido. De hecho, se han descrito los tres fenotipos (MCH, MCR, MCD) con la misma mutación en una familia extendida.13 Genética clínica de la miocardiopatía dilatada familiar La MCD se caracteriza por un fenotipo familiar relativamente unitario9 de MCD «genérica». Es decir, para casi todos los genes implicados en la MCD, no hay características genotípicas o fenotípicas únicas o distintivas que hayan sido asociadas con mutaciones genéticas específicas. La única variación fenotípica general que se ha apreciado8,14 es la «MCD con alteración prominente del sistema de conducción», un fenotipo que se aprecia en la MCD de gen la lamina A/C (LMNA) y en algunos casos de MCD del canal del sodio (SCN5A) y de la desmina (DES) (v. tabla e77-1). En ocasiones se puede identificar un fenotipo de distrofia muscular clínicamente leve en los pacientes con miocardiopatía de LMNA y diagnóstico reciente de MCD. Sin embargo, la distrofia muscular es prominente y, en la mayoría de los casos, se identifica por la clínica neuromuscular y la MCD es un hallazgo incidental en el momento de la evaluación. Independientemente del contexto, cuando se realiza un nuevo diagnóstico de MCD idiopática, resulta esencial la búsqueda para la detección de enfermedad sindrómica, dirigiendo la atención en particular a los fenotipos neuromusculares. La mayoría de los casos de MCD familiares se transmiten por herencia autosómica dominante, con una probabilidad del 50% de que el hijo del portador de una mutación la herede. Se ha descrito la enfermedad autosómica recesiva, en particular en familias consanguíneas. Se ha descrito una MCD ligada al cromosoma X debida a mutaciones en el gen de la distrofia muscular de Duchenne (DMD) en pacientes sin ningún hallazgo de distrofia muscular tanto en hombres como en mujeres portadoras, aunque la prevalencia de la MCDDMD en cohortes de pacientes con MCD idiopática no ha sido estudiada sistemáticamente. También se ha descrito una MCD mitocondrial, en particular en el contexto de una enfermedad sindrómica.3 La MCD familiar se caracteriza por una penetración dependiente de la edad, lo que significa que una persona que tenga el alelo causante de la MCD manifestará evidencias del fenotipo MCD de forma progresiva con la edad.8,14 La mayoría de los casos de MCD genéticas se hacen evidentes en la cuarta a la séptima décadas de la vida, aunque no resulta infrecuente la aparición de MCD en la adolescencia o incluso en la infancia. Resultan frecuentes las variaciones en cuanto a la edad de comienzo de la MCD en las familias con mutaciones en el mismo gen de la MCD, en ocasiones muy marcadas, e incluso en miembros de familias con un extenso árbol genealógico con la misma mutación. La penetración en la MCD familiar es habitualmente incompleta; es decir, una persona con el alelo causante de la enfermedad puede no manifes tar ningún aspecto del fenotipo patológico. Además, la expresión es variable en cuanto a que las características clínicas,el fenotipo, pue den va riar significativamente entre individuos de la misma familia o entre familias con la misma mutación. Tanto la penetración incompleta como la expresividad variable producen confusión en la evaluación de la MCD familiar en grupos familiares. Esto resulta particularmente relevante para FIGURA 77-5 Proteína gigante titina y su implicación en la MCD. La titina, la proteína más grande del cuerpo, formada por más de 35.000 aminoácidos, está codificada por TTN, que actúa como una proteína de soporte para el ensamblaje de los sarcómeros. El gran tamaño de TTN ha dificultado mucho la investigación antes del desarrollo de las técnicas de secuenciación de nueva generación. Estudios recientes han implicado a las variantes truncadas de TTN en el 15-25% de los casos familiares de MCD y en el 10-15% de los casos no familiares de MCD. Las variantes de truncamiento comprenden variantes sin sentido, con desplazamiento del marco, del sitio de escisión u otras que provocan el truncamiento de la proteína. La parte superior de la figura muestra la estructura de la proteína, con las regiones sarcoméricas marcadas (disco Z y bandas I, A y M). La parte inferior muestra las localizaciones de las variantes de truncamiento en la miocardiopatía periparto (MCPP), en la MCD o en los controles. Se muestran los exones de los dos transcritos cardiovasculares principales (N2BA, N2B), junto con sus proporciones de empalme (PSI, proportions spliced in). (Tomado de Ware JS, Li J, Mazaika E, et al: Shared genetic predisposition in peripartum and dilated cardiomyopathies. N Engl J Med 2016;374:233-41.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1585 M io card io p atías d ilatad a, restrictiva e in fi ltran te 77 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . mutaciones de reciente descubrimiento o nuevas candidatas en una familia, porque la segregación completa de la mutación candidata del fenotipo patológico en una o más extensiones familiares es uno de los métodos más útiles para determinar la patogenicidad de tales variantes.15 La penetración incompleta y la expresividad variable en ocasiones dan lugar a una marcada variabilidad fenotípica en y entre familias con MCD, incluso con la misma mutación. No está clara la explicación para este fenómeno. Se han postulado factores tanto medioambientales como genéticos en un rango desde componentes fenómicos intrínsecos (p. ej., hipertensión) y extrínsecos (p. ej., toxinas, virus, exposición adversa o favorable a fármacos) hasta una combinación de diversas variantes genómicas que tienen como resultado un medio genético diferente (p. ej., segunda mutación en un gen patológico diferente, alelos de riesgo en la misma o en otras rutas de la MCD relevantes, variabilidad en la epigenética o en la expresión de los genes y otras). La heterogeneidad alélica, en la que las mutaciones de un gen pueden dar origen a fenotipos diferentes y distintos aparentemente no relacio nados entre sí (v. figs. 77-2 y e77-1), también se aprecia en algunos genes de la MCD, y el conocimiento de estas variantes alélicas puede resultar de cisivo a la hora de determinar el diagnóstico genético de MCD. Uno de los ejemplos más notables es LMNA, el cual codifica las proteínas lamina A y lamina C, componentes esenciales de la membrana nuclear interna. Por ejemplo, las mutaciones en LMNA causan un fenotipo diferenciado de MCD en el que se producen alteraciones en el sistema de conducción y arritmias antes de la aparición de la MCD. Las proteínas laminas mutadas también producen una diversidad de enfermedades sindrómicas que afectan a músculo estriado, tejido adiposo, nervios y tejidos vasculares. Entre estos fenotipos, conocidos en conjunto como laminopatías, están las miopatías esqueléticas (distrofia muscular autosómica dominante de EmeryDreifuss, distrofia muscular de las cinturas de los miembros de tipo 1B, y otras [v. capítulo 97]), los síndromes lipodistróficos, las neuropatías periféricas y los síndromes de envejecimiento acelerado, el más notable de los cuales es la progeria de HutchinsonGilford. Aproximación a la evaluación genética clínica, incluidas las pruebas genéticas Las guías para la evaluación y pruebas genéticas clínicas de la MCD, aplicables a todas las miocardiopatías con una posible causa genética (v. fig. 77-6), incluyen una búsqueda exhaustiva de antecedentes fami liares en tres a cuatro generaciones de cualquier evidencia de cualquier tipo de miocardiopatía, distrofia muscular u otras evidencias de patolo gía sindrómica que pudiera tener un componente miocardiopático.4,16 Sin embargo, como se señaló anteriormente, incluso aunque la recojan profesionales entrenados, la historia familiar puede resultar negativa porque la MCD puede discurrir asintomática en miembros familiares. De acuerdo con ello, es esencial el cribado clínico cardiovascular de todos los familiares de primer grado, como mínimo debe realizarse la historia clínica, la exploración física, un ECG y una ecocardiografía. Si se aprecian evidencias de MCD en un familiar, está indicado el cribado de los familiares de primer grado de ese familiar (es decir, cri bado clínico secuencial o en cascada). El estudio genético, dentro del contexto del consejo genético, está indicado ante cualquier evidencia de enfermedad familiar, porque la identificación de una mutación FIGURA 77-6 Evaluación genética de la miocardiopatía. El objetivo de la evaluación genética es valorar el riesgo genético del probando y de sus familiares en riesgo. El probando es el primer paciente identificado con el carácter o la enfermedad de interés, representado aquí como una persona con MCD y mostrado como un corazón aumentado de tamaño. Los familiares en riesgo pueden mostrarse como un árbol genealógico o mediante una representación gráfica de las relaciones familiares. Una evaluación genética comprende una anamnesis familiar exhaustiva de tres generaciones o más, y consejo genético y familiar a todos los pacientes y las familias. En este ejemplo, la madre del probando murió con un diagnóstico conocido de MCD, pero sin evaluación genética ni cribado familiar. En cada diagnóstico nuevo de miocardiopatía está indicado un cribado clínico de los familiares de primer grado. En este ejemplo se muestra la evaluación clínica de los tres hermanos del probando. Uno tiene MCD asintomática, y los otros dos no tienen signos clínicos de MCD. Dado que se detectó MCD en un hermano, también se realizó un cribado cardiovascular de los hijos del hermano. También está indicada una evaluación genética. En la mayoría de los casos, la evaluación genética debe realizarse en la persona claramente afectada de una familia para facilitar el cribado de esta y el tratamiento. En este caso, en primer lugar, se hizo la secuenciación del probando y se identificó una mutación patógena. Esto permite hacer la secuenciación a los familiares en riesgo. El hermano afectado es portador de una mutación, igual que uno de los hermanos no afectados, al que se le recomienda vigilancia continua con cribado clínico para MCD de inicio temprano con el objetivo de iniciar el tratamiento antes de que la MCD sea sintomática. Se muestra un hermano que no es portador de la mutación, por lo que no precisa vigilancia clínica. Los hijos del hermano afectado pueden someterse entonces también a una evaluación genética para valorar el riesgo. El portador de la mutación precisa vigilancia clínica para detectar la aparición de MCD, con intervención temprana para prevenir la enfermedad sintomática. En este árbol genealógico, el resultado negativo de la evaluación genética de la persona no afectada en laprimera generación indica que la mutación, heredada por varias personas de la segunda generación, se transmitió a partir de la persona afectada de la primera generación. El hallazgo de que tres miembros de la familia afectados son portadores de la misma mutación indica que la variante es la variante patógena en esta familia. La línea diagonal continua en la primera generación indica una persona muerta. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1586 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX asociada con la enfermedad (en uno o más miembros de la familia claramente afectados) puede permitir las pruebas de genética molecular de otros miembros familiares en riesgo con enfermedad preclínica, ayudando de esta forma en la estratificación de su riesgo. Aquellos con pruebas negativas para la mutación del gen deberían presentar un riesgo significativamente reducido para el desarrollo de MCD, quienes tienen la mutación de MCD familiar deberían ser sometidos a un cribado clínico acentuado para detectar la MCD precozmente, con la idea de que una intervención precoz, habitualmente mediante inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina (ECA) o βbloqueantes, podría retrasar o evitar la progresión de la enfermedad. Las pruebas genéticas se realizan actualmente mediante secuencia ción de nueva generación en paneles de genes de MCD en un rango de 2030 o más y se ha recomendado recientemente en personas con miocardiopatía con independencia de los resultados del cribado car diovascular clínico familiar.12 Los paneles panmiocardiopatía también contienen ahora más de 50 genes, y su competitiva estructura de coste sugiere que grandes paneles de prueba se convertirán rápidamente en la norma. Las pruebas genéticas deben siempre ser llevadas a cabo dentro de un contexto de consejo genético, cuyos fines son revisar los patrones de herencia genética y los hechos clínicamente relevantes con relación a la MCD idiopática y familiar, y garantizar que se ha com pletado e interpretado adecuadamente una exhaustiva historia familiar que incluya la identificación de todos los familiares en riesgo. El consejo también es esencial de cara a proporcionar información respecto a los riesgos, beneficios y limitaciones de las pruebas genéticas clínicas, incluidas las posibles consecuencias de unos resultados inciertos o no concluyentes o el descubrimiento de enfermedad hereditaria y sus potenciales implicaciones psicológicas. Estos procedimientos consumen mucho tiempo y requieren conocimientos especializados, y las guías sugieren que hay que considerar la remisión de los pacientes a personas o centros con experiencia si no se dispone de los recursos locales para completarlos.4 La recomendación de pruebas genéticas reconoce que cuanto mayor sea el número de genes que se evalúen en los paneles panmiocardio patía, mayor será el número de variantes de significado desconocido o inciertos que se pueden encontrar.12 Los clínicos que soliciten las pruebas genéticas clínicas deben comprender este concepto y han de estar preparados para afrontar esta realidad cuando dispongan de los resultados. La emergencia de secuenciación de nueva generación de paneles de genes ha alimentado un período extremadamente activo de revaluación de las estrategias de pruebas, incluyendo abordajes para la interpretación de grandes números de variantes. Todo esto requiere una investigación translacional cuidadosa y extensa para comprender las estrategias de evaluación óptimas, incluidas grandes bases de datos para las variantes asociadas a patología. Tratamiento de la miocardiopatía dilatada El tratamiento de la MCD es parecido al de los demás tipos de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección baja, y se expone con detalle en el capítulo 25. Hay que prestar atención al tratamiento de las arritmias auriculares (v. «Miocardiopatía inducida por taquicardia», más adelante). En pacientes seleccionados hay que considerar el tratamiento de resincronización cardíaca (v. capítulo 27) y/o también se puede precisar remitir a los pacientes para dispositivos de ayuda ventricular o para trasplante cardíaco (v. también capítulos 28 y 29). Miocardiopatías alcohólica y diabética La ingesta excesiva de alcohol es cardiotóxica, se puede manifestar como MCD y se analiza en detalle en el capítulo 80.17 Para valorar a los pacientes con MCD es muy importante definir lo mejor posible el antecedente de consumo de alcohol. Está en debate la existencia de una miocardiopatía diabética específica independiente de los efectos de la diabetes sobre la vasculatura, tanto en términos de su existencia como, entre aquellos que creen que existe, en la forma que adopta.18 Anomalías sutiles de las funciones sistólica y diastólica parecen ser más prevalentes en los pacientes diabéticos, pero su relevancia clínica para el desarrollo de enfermedad abierta es incierta. Sin embargo, los datos indican una regulación óptima de la glucemia como medida preventiva contra la aparición de insuficiencia cardíaca19 (v. capítulo 51). Miocardiopatía arritmógena del ventrículo derecho La MCAVD es una miocardiopatía determinada genéticamente caracterizada por sustitución fibrograsa del miocardio. Se mantiene la denominación ventricular derecha para reflejar la bibliografía médica reciente, a pesar de que hay afectación biventricular hasta en el 50% de los casos y en una proporción baja de casos predomina la afectación ventricular izquierda (figs. e77-2 y e77-3). La enfermedad se conceptualiza en tres etapas: una fase subclínica precoz en la que los estudios de imagen son negativos, pero durante la cual se puede producir una muerte súbita cardíaca; a continuación una fase en la que (habitualmente) las alteraciones del VD resultan evidentes sin ninguna manifestación clínica de disfunción del VD, pero con el desarrollo de arritmia ventricular sintomática; y, finalmente, un reemplazo fibrograso progresivo e infiltración del miocardio que lleva a una dilatación grave del VD y formación de aneurismas, y que se asocia a insuficiencia cardíaca derecha (v. fig. e77-2). La dilatación y la insuficiencia del VI también pueden aparecer en esta fase o producirse más adelante (lo que se conoce algunas veces como fase 4).20 Las manifestaciones eléctricas de la MCAVD son un reflejo de la alteración anatomopatológica. En la fase precoz, la conducción lenta y la descoordinación pueden llevar a una arritmia letal. A medida que progresa la enfermedad, la infiltración fibrograsa ocasiona una activación heterogénea y un mayor retraso en la conducción. Se cree que la localización predominante de afectación cardíaca, denominada triangulo de displasia, implica el tracto de salida VD, una zona bajo la válvula tricúspide y la punta del VD. Sin embargo, datos recientes indican que la punta del VD está afectada solo en la enfermedad avanzada y que pueden estar afectada con más frecuencia unas zonas inferior basal y anterior del VD y una zona posterolateral del VI.21 Los pacientes con MCAVD tienen una taquicardia ventricular (TV) monomorfa típica caracterizada por morfología de bloqueo de rama izquierda con eje superior22 e inversión característica de la onda T con extensión a V3 o más allá. La «onda ε» clásica en las derivaciones precordiales derechas es un hallazgo específico, pero poco sensible (fig. 77-7). Causa genómica de la miocardiopatía arritmógena del ventrículo derecho A diferencia de la MCD genética, que tiene un fenotipo común final a pesar de la extensa heterogeneidad de locus, la MCAVD está ocasionada por alteraciones genéticas moleculares de los genesque codifican proteínas que son clave para la adhesión intercelular (fig. e77-4).23 Extensos trabajos durante la década pasada han implicado genes que codifican el desmosoma, uno de los tres componentes claves del disco intercalar, la conexión términoterminal entre los miocitos ventriculares23 en la patogenia de la MCAVD. Además de los desmosomas, el disco intercalar incluye uniones gap que median la comunicación mediada por pequeñas moléculas. El acoplamiento mecánico está mediado por el des mosoma y las uniones adherentes (v. capítulo 22), y se han asociado las interrupciones de las proteínas desmosómicas a la MCAVD. El hallazgo clásico de la MCAVD, el reemplazo fibrograso, se cree actualmente que está relacionado con una señal aberrante Wnt de las proteínas des mosómicas, así como a señal directa de la placoglobina, que transforma los miocitos en adipocitos con la progresión de la enfermedad.23 Genética molecular. Cuando se puede identificar una causa genética, las mutaciones de los genes que codifican placofilina 2 (PKP2), des- mogleína 2 (DSG2) y desmoplaquina (DSP) suponen la mayoría de causas genéticas de MCAVD (v. tabla e77-1 y fig. 77-2). Han sido implicados otros genes que codifican proteínas desmosómicas (desmocolina [DSC2], placoglobina de unión [JUP]) o que afectan a la fisiología del desmosoma (p. ej., proteína transmembrana [TMEM]) (v. tabla e77-1). El grado de heterogeneidad del locus es similar para MCH y MCAVD, en que cinco o menos genes contribuyen a la mayoría de las causas genéticas identifica- bles. Sin embargo, como en la MCD y la MCH, los genes implicados en la MCAVD muestran una extensa heterogeneidad alélica. Genética clínica. El síndrome autosómico recesivo enfermedad de Naxos, llamado así porque se descubrió en la isla griega de Naxos, se mani- fiesta como una MCAVD cosegregada con queratodermia palmoplantar y pelo lanoso. El análisis genético molecular ha demostrado una deleción con desplazamiento homocigótico de dos pares de bases de JUP, el gen que codifica la placoglobina. Esta observación implicaba inicialmente al desmosoma en la MCAVD y promovió el descubrimiento genético Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1587 M io card io p atías d ilatad a, restrictiva e in fi ltran te 77 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . molecular de otras proteínas desmosómicas. También se han asociado otras mutaciones de JUP con los fenotipos de enfermedad cutánea o pelo lanoso, aunque no se han identificado fenotipos cardiovasculares en la mayoría de estas variantes alélicas.23 Un segundo síndrome autosómico recesivo, el síndrome de Carvajal, se asemeja a la enfermedad de Naxos en que los pacientes presentan queratodermia palmoplantar y pelo lanoso, pero los afectados por el síndrome de Carvajal manifiestan MCD, no MCAVD. El síndrome de Carvajal está producido por una mutación con desplazamiento de marco en el DSP, el cual codifica la desmoplaquina.23 Se han identificado otras mutaciones del DSP solo con MCAVD o solo con manifestaciones cutáneas o del pelo. Incluso aunque se observan habitualmente en todas las miocardiopatías genéticas penetración reducida y expresividad variable, estas características pueden resultar particularmente prominentes en la MCAVD, en parte por la dificultad de determinar el fenotipo y también porque el componente de arritmia puede ser la única característica de la enfermedad en algunas personas mucho antes de que se puedan identificar los cambios estructurales. Diagnóstico Cuanto más avanzada se encuentre la enfermedad, más fácil resulta el diagnóstico, pero su reconocimiento en etapas precoces, que se puede manifestar como una muerte súbita abortada sin anomalías estructurales detectables, puede resultar difícil. Además, con el aumento creciente del uso de la RMC para el diagnóstico de patología cardíaca, se reconoce actualmente una tendencia hacia el sobrediagnóstico de MCAVD (v. también capítulo 17). Aunque en manos expertas la RMC es útil para diagnosticar y valorar la extensión de las anomalías estructurales en la MCAVD, es posible que la enfermedad en fase inicial no sea aparente a pesar de la arritmia ventricular,24 y se ha observado sobrediagnós tico de la enfermedad por radiólogos con poca experiencia en RMC.25 La biopsia endomiocárdica es uno de los criterios diagnósticos de MCAVD, pero se emplea con poca frecuencia en la actualidad por la tasa elevada de complicaciones graves y los negativos falsos.26 El diagnóstico de MCAVD se basa en la actualidad en la combinación de hallazgos clínicos, electrocardiográficos y genéticos, que se dividen en criterios diagnósticos principales y secundarios como propone la declaración de consenso de 2010 (tabla e77-2). Aproximación a la evaluación genética clínica, incluidas las pruebas de genética clínica Los estudios actuales estiman que se puede identificar una causa genética en aproximadamente la mitad de los casos de MCAVD.2729 Se ha subrayado el impacto de mutaciones múltiples en los genes des mosómicos, así como el impacto de los criterios clínicos revisados del grupo de trabajo, lo que ha aumentado la sensibilidad de las pruebas genéticas moleculares.28 Un estudio reciente de 439 pacientes iniciales y de 562 familiares mostró un inicio más temprano de la enfermedad en los que tenían la mutación, aunque las características clínicas eran parecidas en ambos grupos con inicio de la enfermedad.30 Para los casos claros de MCAVD está indicada la evaluación genética, de forma que se puedan llevar a cabo las pruebas en cascada de los miembros familiares en riesgo. Esto resulta particularmente relevante para la FIGURA 77-7 Miocardiopatía arritmógena del ventrículo derecho. A. ECG de un paciente con MCAVD. El ECG típico muestra ondas T invertidas en las derivaciones precordiales anteriores y un «potencial ε» precoz durante la repolarización ventricular, que representa un «potencial tardío» producido por la despolarización tardía de un área del ventrículo derecho. B. Taquicardia ventricular en un paciente con MCAVD. Hay hallazgos morfológicos de bloqueo de rama izquierda con el eje izquierdo. (Tomado de Hauer RN, Cox MG, Groeneweg JA: Impact of new electrocardiographic criteria in ARVC. Front Physiol 2012;3:352.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1588 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX MCAVD, en la medida en que las arritmias, especialmente muerte súbita cardíaca, pueden ocurrir antes de que se hagan evidentes otros rasgos fenotípicos. Los genes implicados en la MCAVD muestran una heterogeneidad alélica significativa, lo que dificulta la diferenciación entre variantes patogénicas y polimorfismos poco habituales, como es el caso de las pruebas genéticas clínicas de todas las miocardiopatías.29 Las pruebas de panmiocardiopatía, especialmente para un fenotipo de TV prominente, fibrilación ventricular o muerte súbita cardíaca con dilatación biventricular y disfunción diastólica de causa desconocida, por lo demás compatible con MCD, también pueden arrojar variantes raras de los genes asociados con la MCAVD. Incluso aunque las recomen daciones convencionales desaconsejan el empleo de pruebas genéticas para el diagnóstico de MCAVD, se utilizarán probablemente las pruebas genéticas moleculares conmayor frecuencia en un futuro próximo para ayudar a la realización del diagnóstico, especialmente a medida que proliferen las pruebas genéticas y se utilicen más habitualmente para todas las miocardiopatías, independientemente del fenotipo. Diagnóstico diferencial El diagnóstico diferencial de la MCAVD en las etapas iniciales (antes de la aparición de alteraciones estructurales visibles) incluye TV idiopática y del tracto de salida del VD. La morfología de la TV relacionada con MCAVD clásica difiere de estas entidades y, en presencia de inversión de onda T precordial durante el ritmo sinusal, la MCAVD debe ser el diagnóstico inicial. La sarcoidosis cardíaca puede parecerse en ocasiones morfológicamente a la MCAVD y resultar indistinguible, incluso con múltiples pruebas de imagen. La biopsia cardíaca en los pacientes con sarcoidosis no logra, a menudo, demostrar los granulomas patognomónicos, pero puede poner de manifiesto fibrosis extensa, la cual también se puede confundir con MCAVD. Tratamiento Actualmente, la base del tratamiento de la MCAVD es la supresión y la prevención de las arritmias ventriculares y del riesgo de muerte súbita cardíaca y prevención de la progresión de la enfermedad. Hay indicios de que el esfuerzo físico intenso se asocia a inicio más temprano de los síntomas y a aumento del riesgo de TV sostenida, y, por tanto, los pacientes con diagnóstico confirmado de MCAVD no deben realizar actividad deportiva.31,32 La TV monomorfa típica en la MCAVD con afectación predominante VD se tolera bien por lo general, incluso con una frecuencia rápida, probablemente porque la mayoría de los pacientes conservan la función del VI. Sin embargo, puede producirse una TV con morfología diferente y es relativamente frecuente la muerte súbita. Los fármacos antiarrítmicos pueden evitar una arritmia sintomática, pero no previenen la muerte súbita. Los β bloqueantes pueden evitar la arritmia desencadenada por catecolaminas y ralen tizar la progresión de la disfunción ventricular y se han recomendado como potencialmente útiles en todos los pacientes con MCAVD.32 Se recomienda un desfibrilador automático implantable (DAI) en los pacientes con muerte súbita abortada, síncope o disfunción del VI y puede estar indicado en otros pacientes (fig. e77-5). La ablación con catéter no previene la muerte súbita, pero es útil en un paciente con un DAI y arritmias frecuentes o en algunos pacientes con TV monomorfa muy bien tolerada. La ablación es más efectiva si se hacen lesiones en las superficies epicárdica y endocárdica del corazón; solo debe emplearse en hospitales con experiencia en esta técnica, bien como técnica combinada o con ablación epicárdica reservada para la recidiva tras la ablación endocárdica.33 La MCAVD avanzada puede producir insuficiencia cardíaca y se trata con los fármacos habituales. Debido a que un antecedente de ejercicio prolongado intenso en los portadores de una mutación de desmosoma MCAVD patógena se asocia a inicio temprano de los síntomas y a incremento de la prevalencia de TV o fibrilación ventricular,31 se ha publicado una recomendación de un grupo de trabajo que señala que las personas con MCAVD probable o confirmada no deben practicar casi ninguno de los deportes de competición.34 No compactación del ventrículo izquierdo Se ha debatido mucho si la no compactación del VI (NCVI) debe clasificarse como miocardiopatía aislada, porque la NCVI es un rasgo morfológico compartido por muchas miocardiopatías y por otros trastornos, como las canalopatías y la cardiopatía congénita. En el centro de este debate está la ausencia de consecuencias adversas de la propia NCVI, por lo que los responsables publicados de episodios adversos proceden de un fenotipo definido de miocardiopatía o arritmia. No está claro si la NCVI es un marcador de otro trastorno cardiovascular de origen genético. Cuando se combina con la ausencia de una ontología de gen NCVI único, la cuestión del fenotipo frente a miocardiopatía sigue sin resolverse, aunque van aumentando los datos a favor del fenotipo.35 En 2006, la NCVI se incluyó como miocardiopatía genética en una declaración científica de la AHA.1 En 2008, la European Society of Cardiology cuestionó si la NCVI debe considerarse una miocardiopatía o «solo como un rasgo morfológico congénito o adquirido compartido por muchas miocardiopatías fenotípicamente distintas».2 La NCVI carece de ontología génica propia, pero se solapa con las de MCD, MCH y MCAVD (v. tabla e77-1). En apoyo de su base hereditaria, un estudio sistemático reciente de familias de probandos a quienes se diagnosticó NCVI demostró enfermedad familiar en 32 de 50 probandos (64%), con los fenotipos de muchos miembros familiares también limitados a NCVI (es decir, sin MCD o MCH). De forma interesante, en el 41% de estos (23 de 56) pacientes se identificaron mutaciones plausibles en los genes sarcoméricos, incluso aunque fuera frecuente la no penetración de la NCVI entre los familiares que portaban estas mutaciones.36 La definición del fenotipo de NCVI se ha visto confundida por varios abordajes ecocardiográficos o con RMC que han llevado a una estimación de su frecuencia en un estudio de base poblacional de incluso el 23%; es más, la concordancia de tres esquemas diagnós ticos ecocardiográficos diferentes solo fue congruente en el 30% de los casos.37 Estos criterios diagnósticos se han resumido e incluyen cuatro abordajes ecocardiográficos y dos basados en la RMC (tabla e77-3). Los criterios utilizados para definir la NCVI utilizan índices entre miocardio compactado y no compactado; el tamaño y la función del VI no son co m ponentes del diagnóstico. Los abordajes de base ecocardiográfica difieren en si las medidas se obtienen en telesístole o en telediástole, y el índice entre miocardio compactado y no compactado varía. La RMC permite calcular el índice de miocardio trabecular a compacto (índice T/M > 2,3 se considera NCVI) o el índice de masa de miocardio no compacto/compacto (trabeculaciones > 20% se consideran NCVI). El MultiEthnic Study of Atherosclerosis, basado en la población general, evaluó el intervalo normal de grosor de la pared VI en ocho regiones en 1.000 participantes empleando un índice T/M de 2,3.38 De 323 personas con evaluación completa sin cardiopatía ni hipertensión, 140 (43%) tenían un índice T/M > 2,3 al menos en una región del VI, y 20 (6%) un índice T/M > 2,3 en más de dos regiones. No se identificaron asociaciones con la edad, el sexo, la raza, la altura ni el peso. Genética molecular y clínica de la no compactación del ventrículo izquierdo Se ha apreciado NCVI en todos los fenotipos de miocardiopatía.39 Aunque algunos estudios sugieren que la NCVI con función sistólica, fisiología y tamaño de la cámara del VI normales engendra un mayor riesgo para el desarrollo tardío de disfunción sistólica, así como un riesgo aumentado constante de tromboembolia relacionada con el marcado aumento de masa no compactada (trabecular), ha resultado difícil estimar el riesgo relacionado con la enfermedad que es específico de la NCVI e independiente de la propia miocardiopatía subyacente. Las mutaciones en aproximadamente una docena de genes que se sabe que producen MCD o MCH también se han identificado en individuos con NCVI familiar,36 pero estas variantes no tienen características particulares que predigan el fenotipo de NCVI. Aproximación a la evaluación genética clínica, incluidas las pruebas genéticas clínicas para la no compactación del ventrículo izquierdo Si se identifica NCVI en asociación con otra miocardiopatía (MCD, MCH, MCR), el abordaje de la miocardiopatía primaria conducirá el proceso de evaluación genética, como se esbozó anteriormente. Esto debe incluir los estudios de imagen adecuados (ecocardiografía o RMC) según resulte necesario para definir el fenotipo de los miembros familiares en riesgo. En los probandos en los que se ha identificado NCVI, pero quepermanecen completamente asintomáticos y tienen un fenotipo cardiovascular normal excepto por NCVI, no se ha estudiado ni se ha recomendado el cribado basado en la familia. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1589 M io card io p atías d ilatad a, restrictiva e in fi ltran te 77 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Tratamiento clínico de la no compactación del ventrículo izquierdo No resulta claro si hay indicación de algún tratamiento específico para la NCVI si se identifica de forma independiente de otros diagnósticos cardiovasculares. Cuando se diagnostica la NCVI en asociación con otra miocardiopatía (p. ej., MCD, MCH, MCR, MCAVD), el diagnóstico específico de miocardiopatía dirigirá la evaluación y cualesquiera abor dajes terapéuticos como en las guías convencionales. Resulta incierto que la tasa de accidentes cerebrovasculares esté aumentada en los pacientes con NCVI y una función cardíaca normal, y no se dispone de recomendaciones sobre prevención primaria. Descripciones de casos sugieren que se puede producir patología tromboembólica en casos en los que únicamente se ha identificado NCVI, especialmente cuando hay fuertes evidencias de no compactación. En las situaciones clínicas con evidencias claras que sugieren episodios isquémicos transitorios, déficits neurológicos reversibles o accidente cerebrovascular sin otra causa obvia, hay que considerar la prevención secundaria y en combinación con una evaluación en busca de estados de hipercoagulabilidad. Miocardiopatía inducida por taquicardia La taquicardia que se mantiene durante un período prolongado puede producir disfunción ventricular diastólica y sistólica, incluso en ausencia de otras patologías cardíacas. A esta condición se la denomina miocardiopatía inducida por taquicardia.40 Es un diagnóstico que se puede realizar solo de forma retrospectiva cuando la corrección de una arritmia se asocia a mejoría de la función ventricular. Sin embargo, debe tenerse en cuenta en cualquier paciente con taquicardia y disfunción sistólica del VI que no se encuentre en ritmo sinusal. La miocardiopatía se puede manifestar bien como condición aislada o en asociación con otra patología cardíaca preexistente. Por tanto, un paciente con MCD leve que desarrolle fibrilación auricular puede tener tendencia a desarrollar una insuficiencia cardíaca descompensada, no solo por la pérdida de la función auricular, sino también porque el ritmo rápido e irregular de la fibrilación auricular conduce a mayor disfunción sistólica. Hay que des cartar hipertiroidismo porque puede producir tanto taquicardia como, de forma infrecuente, una MCD independiente. La forma «más pura» de miocardiopatía inducida por taquicardia probablemente sea la producida por una taquicardia auricular incesante o extremadamente frecuente o por una taquicardia de la unión recíproca permanente, con frecuencia en un niño o en un paciente joven con disfunción sistólica.41 Sin embargo, casi cualquier arritmia puede producir una miocardiopatía inducida por taquicardia, incluidos las extrasístoles ventriculares (EV) frecuentes o la taquicardia ventricular no sostenida recurrente.42 La taquicardia auricular incesante que produce miocardiopatía inducida por taquicardia puede confundirse con una taquicardia sinusal. Si se dispone de un ECG previo, la comparación puede resultar de ayuda, debiéndose prestar atención específica a sutiles diferencias en la morfología de la onda P. La duración de la arritmia, más que la frecuencia cardíaca, es proba blemente un factor crítico de la miocardiopatía inducida por taquicardia. Entre los 30 pacientes con taquicardia auricular incesante y miocardiopatía inducida por taquicardia, la duración media de los síntomas fue de 6 años. La respuesta ventricular media fue de solo 117 latidos/min, y el control de la frecuencia (primariamente por ablación) se asoció a normalización de la fracción de eyección en todos menos uno de los pacientes.41 Una fracción de eyección disminuida en presencia de fibrilación auricular puede mejorar ocasionalmente tras la recuperación del ritmo sinusal. Si la frecuencia ventricular está bien controlada, la mejoría de la función sistólica del VI en la fibrilación auricular con una fracción de eyección re ducida es infrecuente, pero resulta importante evaluar el control de la frecuencia ventricular mediante monitorización de 24 h para confirmar su control tanto durante el ejercicio como en reposo. La mayoría de los pacientes con EV asociadas a miocardiopatía inducida por taquicardia tienen más de 20.000 EV a lo largo de un período de 24 h, pero también se ha descrito esa patología con una arritmia de menor frecuencia.33 La ablación con catéter de las EV, si resulta posible, se asocia generalmente con una mejoría de la función ventricular de estos pacientes. La mayoría de los casos de miocardiopatía inducida por taquicardia mejoran en 36 meses tras la corrección de la arritmia, pero algunos pacientes ocasionales han mostrado una mejoría tardía, incluso hasta pasado 1 año. Debido a que la respuesta ventricular rápida e irregular a la fibrilación auricular se asocia a una marcada variación latido a latido en cuanto a la fracción de eyección, la forma más precisa para determinar si se ha producido realmente una mejoría en la función sistólica es evaluar la fracción de eyección precozmente tras la restauración del ritmo sinusal y compararla con una revaluación 36 meses después. Tras la recuperación del ritmo sinusal pueden mantenerse sutiles anomalías en la función ventricular, como una leve dilatación del VI a pesar de la normalización de la fracción de eyección, mientras que la recidiva de la arritmia se puede asociar a un deterioro de la función del VI.43 En un modelo animal, la taquicardia se asociaba con disfunción diastólica a menudo antes de una caída de la función sistólica. La dis función diastólica del VI inducida por la taquicardia puede aparecer en humanos en presencia de una fracción de eyección normal. Aunque escasamente estudiada, puede ser la responsable de los síntomas de insuficiencia cardíaca en algunos pacientes con arritmia y una fracción de eyección del VI conservada.44 Se dispone de pocos datos sobre la mejoría de la disfunción diastólica tras la corrección de una arritmia. Miocardiopatía periparto La miocardiopatía periparto (MCPP) es una MCD que aparece con una relación temporal con la gestación (v. también capítulo 90). La incidencia y características clínicas de la MCPP pueden diferir entre regiones geográficas, habiéndose estimado que la incidencia en EE. UU. se encuentra entre 1 cada 1.150 y 1 cada 3.200 nacidos vivos en comparación con 1 cada 1.000 en Sudáfrica y 1 cada 300 en Haití. En EE. UU., la MCPP aparece desproporcionadamente entre pacientes de raza negra. Una edad más avanzada y gestaciones de fetos múltiples parecen ser factores de riesgo. Dos estudios apoyan un fundamento genético de la MCPP. Estos estudios muestran que al menos en algunos casos interviene una variante genética infrecuente, parecida a la de la MCD familiar (analizada anteriormente).45,46 De una base de datos de 520 probandos con MCD, se identificó a todos aquellos o sus familiares con MCD que cumplían los criterios formales de MCPP, y se apreciaron variantes mutacionales infrecuentes en genes de la MCD conocidos (MYH7, SCN5A, PSEN2, MYH6, TNNT2 y MYBPC3) en 6 de 19 mujeres de las que se disponía información secuencial.45 En un segundo estudio anterior, entre 90 familias con MCD, se encontró que el 6% tenían al menos un miembro con MCPP, y el cribado genético a familiares de 3 pacientescon MCPP que no llegaron a tener una recuperación completa puso de manifiesto una MCD no diagnosticada en las 3 familias.46 A partir de este estudio surge la recomendación de que, si aparece una MCD durante o tras la gestación, hay que seguir las mismas guías para la MCD idiopática presentadas anteriormente, es decir, obtener una historia clínica familiar exhaustiva y realizar un cribado clínico de los familiares de primer grado que incluya ecocardiografía (v. fig. 77-6). Con evidencias de enfermedad familiar, las pruebas genéticas están indicadas como en la MCD idiopática. Un estudio más reciente11 ha aportado datos más definitivos del fundamento de variante genética infrecuente de la MCPP, en el que se realizó secuenciación de los genes MCD a 172 mujeres con MCPP y se observaron variantes de truncamiento TTN (vtTTN) en 26 (15%). Una cifra similar a la de estudios previos de vtTTN en MCD idiopática. Estos datos genéticos, combinados con los de estudios previos, aportan indicios sustanciales de una variante genética infrecuente como causa de la MCPP similar a otras formas de MCD. Manifestaciones clínicas En las pacientes con MCPP, los síntomas y signos de insuficiencia cardíaca se desarrollan durante la gestación o tras el parto, de manera similar a los de cualquier paciente con insuficiencia cardíaca produ cida por disfunción sistólica del VI. La mayoría de los diagnósticos se realizan en los 4 meses posteriores al parto, mientras que el diagnóstico preparto se obtiene más habitualmente en el último mes de embarazo. Sin embargo, se ha descrito también el trastorno a comienzos de la gestación (miocardiopatía asociada a la gestación). Como síntomas similares a los de la insuficiencia cardíaca (disnea, fatiga y edemas) pueden aparecer en una gestación normal, resulta posible que una proporción de casos vea su diagnóstico retrasado. Es más, como se sabe que se puede producir una resolución espontánea de la disfunción del VI, los casos leves en el período periparto puedan pasar desapercibidos. Dada la rareza de la enfermedad, no es posible determinar con precisión la incidencia de la MCPP en gestaciones posteriores de pacientes que ya han sufrido un episodio previo. Sin embargo, la recurrencia parece Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1590 En fE rm Ed a d Es d El m io ca rd io , d El p Er ic a rd io y d El l Ec h o v a sc u la r pu lm o n a r IX estar relacionada con el grado de recuperación del episodio inicial, parece menos probable que la MCPP se repita en mujeres que entran en una segunda gestación con una fracción de eyección normal que en aquellas con una reducción persistente de la fracción de eyección.47 Con el tratamiento médico estándar, la fracción de eyección del VI vuelve a la normalidad aproximadamente en el 50% de las pacientes con MCPP, aunque estas aún pueden encontrarse en riesgo de recurrencia de MCPP. El resto se estabiliza a menudo con el tratamiento médico; sin embargo, una proporción de pacientes pueden sufrir una insuficiencia cardíaca progresiva. Tras el parto, el tratamiento de la MCPP es el mismo que para otras causas de disfunción sistólica. Sin embargo, si durante el embarazo aparece insuficiencia cardíaca, están contraindicados los inhibidores de ECA o bloqueantes de los receptores de la angiotensina por el riesgo de efectos tóxicos para el feto. Hay que utilizar los diuréticos con precaución, y utilizar metoprolol en vez de carvedilol. Hay que evitar la eplerenona, pero se puede emplear espironolactona con precaución al final de la gestación. La prolactina aumenta en las madres lactantes y estudios experimen tales muestran que el fragmento Nterminal de 16 kDa escindido de la prolactina produce disfunción del miocardiocito y daño endotelial intenso. Además, la prolactina de longitud completa favorece la inflama ción en la MCPP. Esto ha llevado al uso clínico de la bromocriptina en la MCPP, con un pequeño estudio preliminar que mostró una tasa más alta de normalización de la FEVI en comparación con los controles.47a Aunque este trastorno tiene una prevalencia variable y un resultado diverso en diferentes grupos raciales,47b en Europa se recomienda con firmeza una tanda breve de bromocriptina al inicio de la MCPP.47c A pesar de la ausencia de datos fiables obtenidos en estudios comparativos grandes, puede ser segura y puede estar indicada en los casos de MCPP. Se han llevado a cabo trasplantes cardíacos en pacientes con MCPP grave. En EE. UU., aproximadamente el 5% de todas las mujeres sometidas a un trasplante cardíaco presentan MCPP como su indicación primaria; representa la cuarta causa en frecuencia entre las mujeres. Los resultados postrasplante por MCPP son similares a los de las restantes indicaciones. Miocardiopatía de takotsubo La miocardiopatía de takotsubo (MCT; en Europa se la denomina sín drome de takotsubo),48 o miocardiopatía inducida por estrés, es una enfermedad aguda, reversible, que se describió por primera vez en los años noventa. Un grupo de trabajo europeo reciente propuso una definición unificada (tabla 77-2). Se calcula que, en 2012, alrededor de 5.500 pacientes ingresaron en hospitales estadounidenses con MCT, con una cifra más alta que presentaron la enfermedad mientras estaban en el hospital por una enfermedad concurrente o estrés. En un International Takotsubo Registry de 1.750 pacientes, el 89,8% eran mujeres, la inmensa mayoría posmenopáusicas.49 El dolor torácico era el síntoma predominante en el 76%, la disnea en el 47% y el síncope en el 7,7%. Había un desencadenante físico en el 36% y un desencade nante emocional en el 28%, y la troponina estaba elevada en el 87%, con elevación del ST en el ECG casi en la mitad de los pacientes. Las alteraciones en la contractilidad del VI en la MCT son prominentes y, aunque afectan al ápex del VI (de donde procede el sinónimo de «sín- drome de abombamiento apical») en más del 80% de los pacientes (fig. e77-6), las alteraciones regionales del movimiento de la pared pueden verse limitadas a la zona media de la pared del ventrículo o a otras paredes del VI en una minoría de pacientes. Las alteraciones en el movimiento de la pared se caracterizan por la ausencia de distribución en el territorio de una sola arteria coronaria, mientras que la angiografía coronaria pone de manifiesto que no hay enfermedad coronaria obstructiva aguda. La contracción hiperdinámica compensatoria de los segmentos basales del VI con discinesia asociada de la punta del VI puede dar lugar a una obs- trucción aguda del tracto de salida del VI debido al movimiento anterior sistólico de la válvula mitral con gradiente asociado en el tracto de salida e hipotensión. Aunque el pronóstico a largo plazo es bueno, se ha indicado una mortalidad intrahospitalaria del 4,1% debido principalmente al shock cardiógeno irreversible, rotura del VI o embolias de trombos en el VI. Pueden aparecer arritmias ventriculares malignas, en particular torsades de pointes asociadas con la prolongación del QT relacionado con takotsubo, así como (infrecuentemente) bloqueo cardíaco completo.50 El mecanismo de la disfunción miocárdica en la miocardiopatía inducida por estrés no ha sido completamente elucidado, pero una hipótesis destacada sugiere que una descarga de catecolaminas produce una disfunción microvascular regional en pacientes susceptibles, acompañada de sobrecarga celular de calcio.51 La recidiva de la MCT es infrecuente, se estima que ocurre en el 1,5-2% de los casos por año, con algunas recidivas poco después del episodio inicial y otras muchos años después.52 La recidiva puede estar asociada a discinesia en una zona del corazón
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