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807© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Parada cardíaca y muerte súbita cardíaca ROBERT J. MYERBURG Y JEFFREY J. GOLDBERGER PERSPECTIVA, 807 DEFINICIONES, 807 EPIDEMIOLOGÍA, 808 Visión general epidemiológica, 808 Incidencia y carga para la población de la muerte súbita cardíaca, 808 Grupos de población, gradientes de riesgo y dependencia cronológica del riesgo, 809 Edad, raza, sexo y herencia, 811 Factores de riesgo de muerte súbita cardíaca, 812 CAUSAS DE MUERTE SÚBITA CARDÍACA, 815 Alteraciones de las arterias coronarias, 815 Hipertrofia ventricular y miocardiopatía hipertrófica, 817 Miocardiopatía no isquémica e insuficiencia cardíaca sistólica y diastólica, 818 Insuficiencia cardíaca aguda, 818 Anomalías electrofisiológicas, 820 Síndrome de la muerte súbita del lactante y muerte súbita cardíaca en niños, 822 Muerte súbita cardíaca en deportistas de competición y de ocio, y durante el ejercicio intenso, 822 Otras causas y circunstancias asociadas con muerte súbita, 822 ANATOMÍA PATOLÓGICA Y FISIOPATOLOGÍA, 823 Anatomía patológica de la muerte súbita causada por alteraciones arteriales coronarias, 823 Mecanismos y fisiopatología, 824 Mecanismos fisiopatológicos de las taquiarritmias mortales, 824 Bradiarritmias y parada asistólica, 825 Actividad eléctrica sin pulso, 825 MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LOS PACIENTES CON PARADA CARDÍACA, 826 Síntomas prodrómicos, 826 Comienzo del episodio terminal, 826 Parada cardíaca, 826 Progresión a la muerte biológica, 826 Supervivientes de una parada cardíaca, 827 TRATAMIENTO DE LA PARADA CARDÍACA, 828 Intervenciones intrahospitalarias, 828 Intervenciones comunitarias, 828 Evaluación inicial y soporte vital básico, 830 Soporte vital cardíaco avanzado, 833 Asistencia tras una parada cardíaca y síndrome posparada cardíaca, 836 Tratamiento a largo plazo de los supervivientes de una parada cardíaca extrahospitalaria, 837 PREVENCIÓN DE LA PARADA CARDÍACA Y LA MUERTE SÚBITA CARDÍACA, 838 Métodos para estimar el riesgo de muerte súbita cardíaca, 838 Estrategias para reducir el riesgo de muerte súbita cardíaca, 840 Aplicación de estrategias terapéuticas a grupos específicos de pacientes, 841 MUERTE SÚBITA Y SEGURIDAD PÚBLICA, 845 BIBLIOGRAFÍA, 845 42 PERSPECTIVA La parada cardíaca súbita (PCS), y su consecuencia frecuente la muerte súbita cardíaca (MSC), es un problema importante de salud pública debido a su frecuencia y demografía. Con unos cálculos actuales de MSC extrahospitalaria todavía alrededor de 390.000 al año solo en EE. UU.,1,2 más 200.000 paradas cardíacas adicionales intrahospitalarias,3 su impacto está definido por la «regla del 50»:2 la MSC causa el 50% de todas las muertes cardiovasculares;4 alrededor del 50% de todas las MSC son la primera manifestación imprevista de un trastorno cardíaco,5 y la MSC ocurre a menudo durante los años productivos de la víctima, hasta con un 50% de años de vida potencial perdidos por cardiopatía.6 A pesar del reconocimiento de la asociación entre síntomas de aviso como dolor torácico o síncope y MSC, que se remonta a Hipócrates alrededor del 400 a. de C., la descripción de una arteria del corazón «encogida y marchita» en una víctima de MSC a finales de los años noventa del si glo XV por parte de Da Vinci, y un estudio epidemiológico realizado en Roma por Lancisi a petición del papa Clemente XI en 1706, los avances en la predicción, prevención y tratamiento de la PCS inesperada y la MSC no comenzaron hasta hace unos 50 años. Se cree que las principales ideas sobre las causas, la fisiopatología y las estrategias preventivas y terapéu ticas que surgieron en las últimas décadas continuarán evolucionando. DEFINICIONES La MSC es una muerte natural debida a causas cardíacas, precedida de una pérdida brusca del conocimiento antes de transcurrida 1 h desde el inicio de un cambio agudo del estado cardiovascular (tabla 42-1). Puede que se conociera o no una cardiopatía preexistente, aunque el momento y el modo de la muerte son inesperados. Esta definición incorpora los elementos clave de muerte natural, rápida y, lo más importante, imprevista por una causa o un mecanismo cardíaco. Consolida definiciones anteriores que eran conflictivas, sobre todo porque la definición operativa útil de MSC en el pasado difería para el médico, el epidemiólogo cardiovascular, el anatomopatólogo y el científico que intentaba definir los mecanismos fisiopatológicos. A medida que se empezaron a entender la epidemiología, las expresiones clínicas, las causas y los mecanismos, estas diferencias se difuminaron. Para satisfacer al médico, al científico y las consideraciones legales y sociales hay que tener en cuenta cuatro elementos temporales: 1) pró dromos; 2) comienzo; 3) parada cardíaca, y 4) muerte biológica (fig. 42-1). Como la causa próxima de la PCS es un trastorno brusco de la función cardiovascular que provoca la pérdida de conciencia por el cese del flujo sanguíneo cerebral, cualquier definición debe reconocer el breve intervalo que hay entre el comienzo del mecanismo responsable directamente de la parada cardíaca y la pérdida consiguiente del flujo sanguíneo. La definición de 1 h se refiere sobre todo a la duración del «episodio terminal», que define el intervalo entre el comienzo de los síntomas que señalan el trastorno fisiopatológico que acabará en la parada cardíaca y el comienzo de la propia parada cardíaca. Según los estudios de la fuerza centrífuga en humanos realizados al principio del programa espacial estadounidense, el tiempo transcurrido entre la interrupción brusca del flujo sanguíneo cerebral y la pérdida de conciencia pueden ser 10 s o menos. Los pródromos, que ocurren semanas o meses antes de un episodio, son generalmente factores predictivos de un episodio cardíaco inminente, pero no específicos para PCS. Los mismos signos y síntomas premonitorios pueden ser más específicos de una parada cardíaca inminente cuando comienzan de forma repentina. El comienzo brusco del dolor torácico, la disnea o las palpitaciones y otros síntomas de arritmias precede a menudo al comienzo de la parada cardíaca y define el comienzo de 1 h del episodio terminal que encuadra la parada cardíaca. El cuarto elemento, la muerte biológica, se consideraba antes una consecuencia inmediata de la parada cardíaca, habitualmente en minutos. Sin embargo, la definición clínicofisiopatológica generalmente aceptada de hasta 1 h entre el comienzo del episodio terminal y la muerte biológica requiere cualificar las circunstancias específicas. Por ejemplo, dado el desarrollo de intervenciones comunitarias y sistemas de soporte vital, los pacientes Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 808 A rr it m iA s, m u er te s ú bi tA y s ín co pe V pueden permanecer ahora biológicamente vivos durante un período largo después del comienzo de un proceso fisiopatológico que haya provocado una lesión irreversible y derive finalmente en la muerte. En esta circunstancia, el episodio fisiopatológico y clínico causal es la propia parada cardíaca en lugar de los factores responsables de la muerte biológica tardía. De este modo, la muerte se sigue definiendo desde los puntos de vista biológico, legal y literal como un episodio absoluto e irreversible que lleva a la detención de todas las funciones biológicas, aunque la mayoría de los estudios ligan la definición de MSC a la parada cardíaca en lugar de a la muerte biológica que se produce durante la hospitalización tras una parada cardíaca o en los 30 días siguientes. Finalmente, el anatomopatólogo forense que estudia las muertes no presenciadas continua usando la definiciónde muerte súbita en una persona que se sabía viva con una función normal 24 h antes y sigue siendo adecuada dentro de límites obvios. Entre las precauciones está reconocer que no todas las muertes súbitas son de origen cardíaco.7 EPIDEMIOLOGÍA Visión general epidemiológica Los estudios epidemiológicos de la MSC son difíciles de interpretar por razones teóricas y prácticas. Hay incoherencias persistentes sobre la definición y desafíos para acceder a los datos y adjudicar casos individuales en grupos de datos, sobre la determinación de los mecanis mos fisiopatológicos y sobre la realización de distinciones entre el riesgo poblacional y el riesgo individual.8 Además, la PCS que deriva a una MSC tiene una dinámica corta superpuesta a un sustrato estático o dinámico a largo plazo que introduce complejidades epidemiológicas inusuales. Entre ellas están la predicción del riesgo a largo plazo basada en la evolución de la aterogenia, la hipertrofia miocárdica y la disfunción del músculo ventricular a lo largo del tiempo y la modulación por variables transitoria (a corto plazo) como la isquemia, los cambios hemodinámicos, la rotura de la placa ateroesclerótica y la trombosis y las variaciones autónomas. Las diferencias entre la evolución de la enfermedad crónica y los episodios transitorios exigen diferentes tipos de modelos epidemiológicos (tabla 42-2A). Además, el campo emergente de la epidemiología genética añade otra dimensión que considerar y hay necesidad de centrarse en una epidemiología intervencionista, un término acuñado para definir la dinámica poblacional de los resultados terapéuticos. En lo que respecta al riesgo de MSC por cardio patía coronaria, las categorías clínicas que abarcan desde el riesgo de la población general al perfil de riesgo personalizado tienen su paralelo en la división de los elementos predictivos del riesgo en los grupos fisiopatológicos de riesgo basado en el sustrato y riesgo basado en la expresión2,9 (tabla 42-2B). El riesgo basado en el sustrato hace referencia a la predicción de la evolución o identificación de los sustratos vasculares o miocárdicos que establecen el riesgo de MSC (es decir, aterogenia, patrones de cicatrices, remodelado) y la cuantificación de estos riesgos. No deben considerarse como limitados a las estructuras anatómicas, porque los sustratos de riesgo pueden existir a nivel molecular. Por el contrario, el riesgo basado en la expresión significa la identificación de mecanismos y vías que contribuyen a la manifestación clínica del riesgo establecido por el sustrato. Este grupo incluye transición de placas y síndromes coronarios agudos (rotura de placas y trombogenia), y su potencial de expresión específica como episodios de arritmia en personas susceptibles. En el grupo de riesgo arritmógeno también es posible incluir los modificadores del riesgo molecular que generan la expresión individual. Incidencia y carga para la población de la muerte súbita cardíaca La incidencia mundial de parada cardíaca extrahospitalaria (PCEH) que conduce a MSC es difícil de calcular porque las cifras varían en función de la prevalencia de la cardiopatía coronaria en diferentes países10 (v. capítulo 1). El número anual de MSC extrahospitalarias en EE. UU. deriva de múltiples fuentes, como datos retrospectivos de certificados de defunción, actualizaciones estadísticas de la American Heart Associa tion (AHA) basados en datos de las National Center for Health Statistics,1 y extrapolaciones nacionales de una gran experiencia de rescate urgente en una comunidad11 y un conjunto de datos comunitarios de múltiples fuentes de otra.12 Recientemente, los datos provenientes de estudios de vigilancia de gran tamaño, como el Resuscitation Outcomes Consortium (ROC), están mejorando el conocimiento acerca de los matices de la recogida e interpretación de los datos.13 Los análisis estadísticos de las mismas fuentes de datos de certificados de defunción han arrojado desde cifras inferiores a 250.000 MSC al año si la definición etiológica se limita a cardiopatía coronaria (códigos 410- 414 de la Clasificación Internacional de las Enfermedades [CIE], novena TABLA 42-1 Términos relacionados con la muerte súbita cardíaca tÉrmino DeFiniciÓn cALiFicADores mecAnismos Muerte súbita cardíaca Cese repentino e irreversible de todas las funciones biológicas como consecuencia de la parada cardíaca Ninguno — Parada cardíaca Cese repentino de la función mecánica cardíaca que deriva en muerte si no se realiza una intervención rápida Reversiones espontáneas infrecuentes; la probabilidad de una intervención satisfactoria se relaciona con el mecanismo de la parada, el marco clínico y el retorno rápido de la circulación espontánea FV, TV sin pulso, AESP, asistolia, bradicardia extrema, factores mecánicos Colapso cardiovascular Pérdida repentina del flujo sanguíneo eficaz debido a factores cardíacos o vasculares periféricos que pueden revertir espontáneamente (p. ej., síncope neurocardiógeno; síncope vasovagal) o requieren intervenciones (p. ej., parada cardíaca) Término inespecífico; incluye PCS y sus consecuencias y trastornos transitorios que no ponen en peligro la vida y suelen revertir espontáneamente Igual que la parada cardíaca, más síncope vasodepresor u otras causas de pérdida transitoria del flujo sanguíneo AESP, actividad eléctrica sin pulso; FV, fibrilación ventricular; PCS, parada cardíaca súbita; TV, taquicardia ventricular. FIGURA 42-1 La muerte súbita cardíaca (MSC) vista desde cuatro perspectivas temporales: 1) pródromos; 2) inicio del episodio terminal; 3) parada cardíaca, y 4) progresión a la muerte biológica. La variabilidad individual de los componentes influye en la expresión clínica. Algunas víctimas no experimentan pródromos, y el comienzo lleva de forma casi instantánea a la parada cardíaca; otros pueden tener un comienzo que dure hasta 1 h antes de la parada clínica. Otros pacientes pueden vivir días a semanas después la parada cardíaca antes de la muerte biológica, a menudo debida a una lesión encefálica irreversible y a la dependencia del soporte vital. Estos factores influyen en la interpretación de la definición de 1 h. Los dos factores clínicos más relevantes son el comienzo del episodio terminal y la propia parada cardíaca clínica; las consideraciones legales y sociales se centran en el momento de la muerte biológica. SNC, sistema nervioso central. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 809 Parad a card íaca y m u erte sú b ita card íaca 42 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . edición), hasta más de 460.000 MSC anuales cuando se incluyen todas las causas.9,10,14 Las extrapolaciones de las dos fuentes de datos comunitarios fijan las cifras nacionales en menos de 200.000 MSC al año.11,12 A la vista de estas grandes variaciones, y dado que las diferencias regionales descritas en la incidencia y resultados de la parada cardíaca15 apuntan a que el número exacto solo podría calcularse realizando estudios de vigilancia epidemiológica prospectivos minuciosamente diseñados, las estimaciones más citadas siguen estando en el intervalo de 390.000 MSC anuales, como refleja la actualización estadística de la AHA de 2016.1 Estas cifras indican una incidencia global de 1-2 fallecimientos por cada 1.000 personas en la población general. La cifra anual de PCEH valorados por servicios médicos de urgencias (SMU) en EE. UU. es 356.000, de los que 347.500 son adultos mayores de 18 años.1 La definición temporal de muerte súbita influye mucho en los datos epidemiológicos. Los estudios retrospectivos de los certificados de defunciónhan demostrado que una definición cronológica de muerte súbita de menos de 2 h después del inicio de los síntomas da lugar a que el 12-15% de todas las muertes naturales se definan como «súbitas» y casi el 90% de todas las muertes súbitas naturales tengan causas cardíacas. Por el contrario, la aplicación de una definición de muerte súbita de 24 h aumenta la fracción de todas las muertes naturales que caen en la categoría súbita a más del 30%, pero reduce la proporción de todas las muertes súbitas naturales debidas a causas cardíacas al 75%. Los estudios prospectivos han demostrado que aproximadamente el 50% de todas las muertes por cardiopatía coronaria son súbitas e inesperadas, y ocurren poco después (instantáneas a 1 h) del comienzo de los síntomas. Como la cardiopatía coronaria es la causa dominante de las muertes cardíacas súbitas y no súbitas en EE. UU., la fracción de muer- tes cardíacas totales que son súbitas es similar a la fracción de muertes por cardiopatía coronaria que son súbitas, aunque parece haber una variación geográfica en la fracción de muertes coronarias que son súbitas.14,15 También tiene interés el hecho de que la declinación ajustada por edades de la mortalidad por cardiopatía coronaria en EE. UU. durante el último medio siglo no haya cambiado la fracción de muertes coronarias que sean súbitas e inesperadas,16,17 incluso aunque pueda haber una reducción de las muertes extrahospitalarias comparadas con las muertes en el servicio de urgencias. Además, la mortalidad ajustada por edades decreciente no implica un descenso en las cifras absolutas de muertes cardíacas o súbitas debido al crecimiento y envejecimiento de la población estadounidense y a la prevalencia creciente de cardiopatía crónica,14 incluyendo la insuficiencia cardíaca. Parece que la carga de MSC acumulada en cifras absolutas no va en paralelo con el descenso ajustado por edad de las muertes cardíacas logrado en los últimos 40 a 50 años.18 Las cifras citadas antes indican que es posible que las cifras de MSC no hayan bajado, aunque el panorama de la MSC a lo largo del tiempo se complica todavía más por el cambio señalado de los mecanismos de PCS extrahospitalaria de taquiarritmias ventriculares a actividad eléctrica sin pulso o asistolia, debido en parte a la eficacia del desfibrilador automático implantable (DAI).19 Grupos de población, gradientes de riesgo y dependencia cronológica del riesgo Cuatro factores tienen una importancia primordial en la identificación de poblaciones en riesgo y en la consideración de estrategias para la prevención de la MSC: 1) las cifras absolutas y las cifras de episodios (incidencia) entre subgrupos de población (fig. 42-2A); 2) los sub grupos clínicos en los que se produce la MSC (fig. 42-2B); 3) riesgos implicados, y 4) la dependencia cronológica del riesgo. Evaluación del riesgo en la población y en subgrupos frente al riesgo individual Cuando las 390.000 MSC estimadas en adultos que se producen al año en EE. UU. se ven como una cifra global para una población adulta no seleccionada de al menos 35 años de edad, se calcula que la incidencia global es del 0,1 al 0,2%/anual (12 por cada 1.000 habitantes; v. fig. 42-2A). Esta población general comprende la amplia proporción de MSC que se producen como primera manifestación clínica de una cardiopatía no diagnosticada, así como las MSC que pueden pronos ticarse con un poco más de precisión en subgrupos con riesgo más alto (v. fig. 42-2B). Como no es práctico planificar una intervención dirigida a la población general que se aplicaría a 999 de cada 1.000 que no tienen un episodio para alcanzar y posiblemente influir en 1 de cada 1.000 que presentará un episodio, es necesario una determinación del perfil de riesgo más precisa para identificar subgrupos pequeños de riesgo alto en los que las intervenciones sí son prácticas. La figura 42-2A resalta este problema, al expresar la incidencia (porcentaje anual) de MSC en varios subgrupos y comparar las cifras de incidencia con el número total de episodios que tienen lugar anualmente en cada sub grupo. De este modo, a pesar del gran número absoluto en riesgo en la población general y la repercusión de las intervenciones preventivas en las poblaciones con riesgo de enfermedad arterial coronaria (EAC), la capacidad concreta para identificar estas personas para terapia dirigida TABLA 42-2 Epidemiología fisiopatológica y cascada de potencia de los indicadores de riesgo de muerte súbita cardíaca estrAteGiA eJempLos meDiDAs potenciA A. Cascada de potencia de la predicción del riesgo Factores de riesgo convencionales Índice de riesgo de Framingham Predicción de la evolución de la enfermedad Alta para la población Baja para el individuo Detección de enfermedad anatómica Índice de calcio coronario y angiografía por TC Identificación de arterias coronarias anómalas Alta para la identificación anatómica Baja para la predicción de episodios individuales Perfiles de riesgo clínico Fracción de eyección, prueba de esfuerzo, técnicas de imagen Grado de enfermedad Alta para subgrupos pequeños de riesgo alto Baja para subgrupos grandes de riesgo bajo Factores predictivos del riesgo transitorios Marcadores de inflamación; cascada trombótica Predicción de placas inestables; cambios agudos en el estado vascular Viabilidad incierta Factores predictivos del riesgo personalizados Perfiles familiares/genéticos Expresión individual de MSC Precisión clínica incierta; en evolución B. Epidemiología fisiopatológica Riesgo basado en el sustrato Cardiopatía isquémica Estado de los vasos epicárdicos e intramiocárdicos Infarto de miocardio Miopatía, infiltración, inflamación, valvulopatía Hipertrofia; fibrosis miocárdica Riesgo basado en la expresión Disfunción del ventrículo izquierdo e insuficiencia cardíaca Anomalías metabólicas Fluctuaciones autónomas Causas según el mecanismo FV/TV sin pulso AESP Asistolia AESP, actividad eléctrica sin pulso; FV, fibrilación ventricular; MSC, muerte súbita cardíaca; TC, tomografía computarizada; TV, taquicardia ventricular. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 810 A rr it m iA s, m u er te s ú bi tA y s ín co pe V de prevención de la MSC es un reto que no se ha solucionado.2 El coste y las incertidumbres en la relación riesgobeneficio limitan la naturaleza de tales intervenciones amplias y demandan una mayor resolución en la identificación del riesgo.20 Se pueden seguir dos estrategias básicas en este problema: 1) una estrategia de población general dirigida a la prevención de factores de riesgo adquiridos, como la obesidad (prevención primordial) y la prevención primaria mediante el control de los factores de riesgo manifiestos,21 y 2) otra estrategia más centrada en el riesgo individual, basada en la identificación e intervención en subgrupos pequeños de la población general con una concentración alta de riesgo (fig. 42-3). Al pasar de la población adulta total a un subgrupo de mayor riesgo por la presencia de ciertos factores de riesgo coronarios puede haber un aumento de 10 veces o más en la incidencia anual de episodios, y la magnitud depende del número y tipos de factores de riesgo que operan en subgrupos específicos. El tamaño del grupo denominador sigue, sin embargo, siendo muy grande y la puesta en marcha de las intervenciones sigue siendo problemática, incluso a este nivel de riesgo aumentado. Es deseable una mayor resolución y puede conseguirse identificando subgrupos más específicos. Sin embargo, el número absoluto correspondiente de muertes se hace cada vez menor a medida que los subgrupos se centran más (v. fig. 42-2A), lo que limitael posible beneficio de las intervenciones a una fracción mucho menor del número total de pacientes en riesgo. Hasta la mitad de todas las MSC debidas a cardiopatía coronaria son primero episodios clínicos,8 y otro 20 a 30% ocurren entre subgrupos de pacientes con una cardiopatía coronaria conocida a los que se ha atribuido un riesgo relativamente bajo de MSC en función de los marcadores clínicos disponibles en la actualidad (v. fig. 42-2B). El principio de una alta proporción de MSC que se producen como primeros episodios o en sujetos previamente asintomáticos se aplica también a causas menos frecuentes.22 Riesgo biológico y clínico dependiente del tiempo Los elementos temporales en riesgo de MSC se han analizado en el contexto de la cronología biológica y clínica. En el primero, los análisis epidemioló gicos del riesgo de MSC en las poblaciones han identificado tres patrones: diurno, día de la semana y estacional. Se han descrito patrones generales de mayor riesgo durante las horas matutinas, los lunes y durante los meses de invierno.18 Una excepción al patrón de riesgo diurno es la MSC de la apnea del sueño, en el que el riesgo tiende a ser nocturno.23 La temperatura ambiental e s un factor ambiental que se asocia al riesgo de MSC. El frío excesivo18 y el calor excesivo24 se han asociado al riesgo de parada cardíaca, aunque los estudios no determinan si los extremos de temperatura están ligados a las taquiarritmias ventriculares o a otros mecanismos de parada cardíaca. Sin embargo, el enfriamiento considerable de la temperatura central puede alargar la repolarización del miocardio ventricular y prolongar el intervalo QT, mientras que la sudoración asociada a incremento de la temperatura central puede alterar el equilibrio electrolítico. La temperatura alta es un riesgo de PCS en pacientes con síndrome de Brugada (v. capítulos 33 y 39). Otra variable ambiental, las condiciones transitorias de la contaminación del aire ambiental, se han asociado a una mayor incidencia de arritmias ventriculares almacenadas en las memorias de los DAI,18 pero la cuestión de si son equivalentes de la parada cardíaca es incierta. En el paradigma clínico a más largo plazo, el riesgo de MSC no es lineal en función del tiempo después de los cambios en el estado cardiovas cular.16,17,25 Las curvas de supervivencia tras episodios cardiovasculares importantes, que identifican el riesgo de MSC y de muerte cardíaca total, suelen demostrar que la velocidad más rápida de desgaste se produce durante los primeros 6 a 18 meses posteriores al episodio índice. De este modo, hay una dependencia cronológica del riesgo que se centra en la posible oportunidad de que una intervención logre la máxima eficacia durante el período temprano que sigue a un episodio cardiovascular. Las curvas que tienen estas características se han generado a partir de supervivientes de PCEH, insuficiencia cardíaca de nuevo comienzo y angina inestable y de pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio (IM) reciente con baja fracción de eyección o insuficiencia cardíaca. En los últimos, sin embargo, las muertes tempranas sin arritmias también contribuyen a una gran proporción de los episodios mortales. Aunque la velocidad de desgaste disminuye tras el pico tem prano de la mortalidad, se produce un aumento tardío secundario del riesgo en los pacientes que han sufrido un IM 2 a 5 años después de un episodio índice, relacionado probablemente con el remodelado ventricular y la insuficiencia cardíaca. FIGURA 42-2 Repercusión de los subgrupos de población y de riesgo desde los episodios sobre la epidemiología clínica de la muerte súbita cardíaca (MSC). A. Cálculos de la incidencia (porcentaje/año) y el número total de episodios por año en la población general adulta en EE. UU. y en los subgrupos de riesgo alto creciente. La población adulta general tiene una incidencia estimada de muerte súbita del 0,1 al 0,2%/año, lo que supone un total de más de 300.000 episodios/año. Con la identificación de factores de riesgo cada vez más potentes, la incidencia aumenta progresivamente, pero esto se acompaña de un descenso progresivo del número total de episodios representados por cada grupo. La relación inversa entre incidencia y número total de episodios se debe al grupo denominador progresivamente menor en las categorías de subgrupos más altos. A diferencia de las repeticiones anteriores de este perfil de incidencia, la magnitud del riesgo en el grupo de insuficiencia cardíaca supera a la de los grupos de riesgo alto de pacientes postinfarto de miocardio y posparada cardíaca primaria. Las intervenciones satisfactorias en subgrupos de población más grandes requieren la identificación de marcadores específicos que aumentan la capacidad de identificar pacientes específicos que tengan un riesgo particularmente alto de sufrir un futuro episodio. (Nota: El eje horizontal de las cifras de incidencia no es lineal y debe interpretarse en consecuencia.) B. Distribución del estado clínico de las víctimas en el momento de la MSC. Cerca del 50% de todas las paradas cardíacas causadas por cardiopatía coronaria se producen como primer episodio manifestado clínicamente, y hasta un 30% adicional tiene lugar en el contexto clínico de enfermedad conocida en ausencia de factores predictivos del riesgo sólidos. Menos del 25% de las víctimas tienen marcadores de riesgo alto basados en parámetros arrítmicos o hemodinámicos. FE, fracción de eyección. (A, modificado de Myerburg RJ, Kessler KM, Castellanos A. Sudden cardiac death: structure, function, and time-dependence of risk. Circulation 1992;85[Suppl I]:I2; B, modificado de Myerburg RJ. Sudden cardiac death: exploring the limits of our knowledge. J Cardiovasc Electrophysiol 2001;12:369.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 811 Parad a card íaca y m u erte sú b ita card íaca 42 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Edad, raza, sexo y herencia Edad Hay dos edades de máxima incidencia de muerte súbita: en el primer año de vida (incluido el síndrome de la muerte súbita del lactante [SMSL]; v. capítulo 75) y entre los 45 y los 75 años de edad. Entre las poblaciones generales de lactantes menores de 1 año y adultos de mediana edad o mayores, las incidencias son sorprendentemente similares.26 Entre los adultos mayores de 35 años, la incidencia de MSC es de 1 por cada 1.000 personas al año (fig. 42-4A), con un incremento del riesgo relacionado con la edad a medida que la prevalencia de cardiopatía coronaria aumenta al avanzar la edad.16 La evaluación del riesgo vitalicio de MSC por EAC en la población del estudio Framingham demostró un descenso significativo del riesgo vitalicio de la población a los 75 años o más, comparada con las poblaciones de 45 y 55 años, con una diferencia más pronunciada en los hombres.27 La incidencia en los lactantes es de 73 por cada 100.000 añospersona y se asocia con más frecuencia a cardiopatía congénita compleja. La incidencia en niños, adolescentes y adultos menores de 30 años es de 6 por cada 100.000 añospersona aproximadamente,18,26 o el 1% del riesgo en adultos de mediana edad o mayores (v. fig. 42-4A). Un estudio demostró que alrededor del 40% de las MSC en esta franja de edad eran idiopáticas, basándose en la ausencia de diagnóstico clínico previo o de autopsia, pero los estudios genéticos después de la muerte identificaron una causa probable en el 27% de los pacientes en los que se realizaron estos estudios.28 Las causas definidas de MSC y las etiologías EAC eran más frecuentes en el subgrupo de 3035 años. Sin embargo, al contrario que la incidencia,la proporción de muertes causadas por cardiopatías coronarias que son repentinas e inesperadas disminuye con el avance de la edad. En el grupo de 20 a 39 años de edad, aproximadamente el 75% de las muertes atribuidas a una cardiopatía coronaria en los hombres son súbitas e inesperadas, y la proporción dis minuye a alrededor del 60% en el grupo de edad de 4554 años y ronda después la cifra del 50%. La edad también influye en la proporción de cualquier causa cardiovascular entre todas las causas de muerte súbita natural en que la proporción de muertes coronarias y de todas las causas cardíacas de muerte que son repentinas es la mayor en los grupos de edad más jóvenes, mientras que la fracción de muertes naturales súbitas totales que se debe a cualquier causa cardiovascular es mayor en los grupos de edad mayores. En el otro extremo del límite de edad, solo el 19% de las muertes naturales súbitas entre los niños entre 1 y 13 años tienen causas cardíacas; la proporción aumenta al 30% en el grupo de edad de 1421 años. En los intervalos de transición de la edad entre adolescencia y adultos jóvenes (hasta los 25 años) y mediana edad y ancianos (que comienza a los 35 años), la cardiopatía coronaria alcanza su posición como causa dominante de MSC. Sin embargo, ciertos trastornos infrecuentes, como la miocardiopatía hipertrófica, el síndrome de Brugada, el síndrome de QT largo y la displasia del ventrículo derecho, son contribuyentes importantes en la distribución de las causas de MSC en este grupo de edad. En un estudio, la fibrosis miocárdica de etiología desconocida resultó una causa importante en este grupo.29 Raza Varios estudios que comparan diferencias raciales en el riesgo relativo de MSC en blancos y negros con cardiopatía coronaria en EE. UU. han dado datos conflictivos y poco concluyentes. Sin embargo, los estudios más recientes demuestran un mayor riesgo de parada cardíaca y MSC en los negros que en los blancos30 (fig. 42-4B). Las cifras de MSC en poblaciones de hispanos fueron menores. Las diferencias se observaron en todos los grupos de edad. Sexo El síndrome de la MSC predomina en los hombres respecto a las mujeres en los primeros años de la vida adulta y en la mediana edad debido a la protección de que disfrutan las mujeres de la ateroesclerosis coronaria antes de la menopausia (v. fig. 42-4B). Varios estudios poblacionales han puesto de manifiesto una incidencia de MSC 47 veces mayor en los hombres que en las mujeres antes de los 65 años, momento en que la diferencia se reduce a 2:1 o menos, y continúa disminuyendo al avanzar la edad. A medida que el riesgo de episodios coronarios aumenta en las mujeres posmenopáusicas, el riesgo de MSC asciende proporcionalmente, pero los hombres tienen más riesgo que las mujeres a cualquier edad.27,31 Aunque el riesgo global de MSC en mujeres de menor edad es mucho menor, la EAC es la causa más frecuente de MSC en mujeres mayores de 40 años, y los factores de riesgo coronario clásicos, como tabaquismo, diabetes, hiperlipidemia y uso de anticonceptivos orales, influyen en el riesgo femenino32 (v. capítulo 89). Los datos del Nurses’ Health Study indican que un estilo de vida saludable, definido como no fumar, índice de masa corporal bajo, ejercicio regular y dieta saludable, reduce el riesgo de MSC en las mujeres del 46% hasta más de un 90%, según el número de marcadores de riesgo bajo presentes.18 Las mujeres tienen un 50% menos de probabilidades de padecer disfunción grave del ventrículo izquierdo y un 66% menos de sufrir cardiopatía coronaria conocida antes de la MSC,33 y, por tanto, es menos probable que sean consideradas de riesgo alto, y la MSC será su primer episodio cardíaco con más frecuencia. Herencia Los patrones familiares de riesgo de MSC, debido a variaciones génicas conocidas o sospechadas, están surgiendo como factores de riesgo importantes. Esta idea es aplicable en general al desarrollo de la enfermedad y a la expresión de la MSC en trastornos adquiridos frecuentes y en concreto a trastornos arritmógenos hereditarios aso ciados a la MSC. Las diversas asociaciones génicas pueden separarse en cuatro categorías (tabla 42-3): síndromes arrítmicos primarios infrecuentes hereditarios (p. ej., síndromes de QT largo, síndrome de Brugada, taquicardia ventricular polimorfa catecolaminérgica o fibrilación; v. capítulo 33), enfermedades estructurales infrecuentes FIGURA 42-3 Estratificación del riesgo como un continuo en la población. El riesgo medio en la población general se presenta como un continuo a lo largo de cuatro décadas. El riesgo medio aproximadamente del 0,1-0,2% anual se encuentra entre extremos de estratos de riesgo mayor y menor, y las cifras absolutas más grandes se acumulan en el estrato de riesgo menor. Cada intervalo de riesgo está formado por subgrupos potencialmente identificables con densidades variables de riesgo. La capacidad de identificar subgrupos de riesgo alto en la población general contribuiría a una mejor predicción del riesgo individual. (Modificado de Myerburg RJ, Junttila MJ. Sudden cardiac death caused by coronary heart disease. Circulation 2012;125:1043.) TABLA 42-3 Factores genéticos que contribuyen al riesgo de muerte súbita cardíaca (MSC) Arritmias con una base génica primaria Síndrome de QT largo congénito, síndrome de QT corto Síndrome de Brugada TV polimorfa catecolaminérgica («idiopática»)/FV TV/FV no sindrómica Trastornos estructurales hereditarios con riesgo de MSC arrítmica Miocardiopatía hipertrófica Displasia ventricular derecha/miocardiopatía Predisposición genética a las arritmias inducidas y la MSC Síndrome de QT largo «adquirido» inducido por fármacos (fármacos, electrólitos) Efectos arritmógenos electrolíticos y metabólicos Modulación genética de enfermedades adquiridas complejas Enfermedad arterial coronaria, síndromes coronarios agudos Insuficiencia cardíaca congestiva, miocardiopatías dilatadas FV, fibrilación ventricular; TV, taquicardia ventricular. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 812 A rr it m iA s, m u er te s ú bi tA y s ín co pe V hereditarias asociadas al riesgo de MSC (p. ej., miocardiopatía hipertrófica, displasia ventricular derecha; v. capítulos 77 y 78), riesgo de arritmia «adquirida» o inducida (p. ej., intervalo QT largo o proarritmia inducidos por fármacos, trastornos electrolíticos) y enfermedades adquiridas frecuentes asociadas a riesgo de MSC (p. ej., cardiopatía coronaria, miocardiopatías no isquémicas; v. capítulos 59 y 60). Variantes génicas localizadas en diversos locus de muchos cromosomas se están definiendo como la base molecular de estas entidades y asociaciones. Las múltiples mutaciones específicas en locus génicos que codifican proteínas de canales iónicos asociados a varios síndromes arrítmicos hereditarios (v. capítulo 33) representan un avance importante en el conocimiento de la base génica y fisiopatológica de estas causas de muerte súbita. Además, también tienen un mayor interés los genes modificadores y la especificidad de las mutaciones en la gravedad de los fenotipos clínicos en los síndromes con el intervalo QT largo3436 y en enfermedades estructura les como la miocardiopatía hipertrófica.37 Estas observaciones pueden proporcionar herramientas de cribado para sujetos con riesgo, así como la posibilidad de dar lugar a estrategias terapéuticas específicas. Un estudio con electrocardiogramas (ECG) de cribado por síndrome QT largo (SQTL) en niños de primer curso repetidos en séptimo curso, con análisis genéticos consiguientes en los niños con un resultado positivo, indi có que la incidencia de SQTL hereditario era bastante más alta (aproximadamente1 por cada 1.000) a los 12 años (séptimo curso) que los cálculos previos en estudios basados en diagnósticos de expresiones clínicas generales.38 Además, el riesgo acumulado de PCS en los niños con SQTL no diagnosticado o sin tratamiento era del 13% antes de los 40 años.39,40 Además, los locus génicos identificados mediante estudios de asociación pangenómicos pueden servir también de candidatos para investigar el papel de las mutaciones de baja penetrancia o polimorfismos en la MSC debida a causas frecuentes, como la cardiopatía coronaria.41 En este momento la esperanza de que existan variantes comunes ligadas a síndromes frecuen tes como la MSC aparentemente se verá reemplazada por múltiples asociaciones a variantes poco habituales. Hasta el punto de que la MSC es una expresión de una cardiopatía coronaria subyacente, los factores hereditarios que contr ibuyen al r iesgo de cardiopatía coronaria operan de modo inespecífico en el síndrome de la MSC. Varios estudios han identificado mutaciones y polimorfismos relevantes a lo largo de múltiples pasos de la cascada, desde la aterogenia a la desestabilización de la placa, la trombosis y la arritmogenia, cada una de las cuales se asocia a un mayor riesgo de episodios coronarios18,42 (fig. 42-5). La integración de estos marcadores individuales puede proporcionar una predicción más potente del riesgo individual en el futuro. Además, varios estudios han apuntado a que la MSC como expresión inicial de cardiopatía coronaria muestra agrupamiento familiar,9 incluidos estudios de vigilancia en la población general, antecedentes familiares de supervivientes de parada cardíaca en la comunidad, estudios de fibrilación ven tricular (FV) en el IM agudo y evaluación post mortem de casos de MSC (tabla 42-4). Factores de riesgo de muerte súbita cardíaca Perfil de riesgo general La predicción del riesgo de MSC es bastante más difícil que perfilar simplemente el riesgo de EAC con los factores de riesgo ordinarios de aterogenia coronaria (v. capítulos 33 y 34). Aunque esto último es útil para identificar los grados de riesgo de la población y algunos aspectos del riesgo individual, es insuficiente para distinguir los pacientes individuales con riesgo de MSC de los pacientes con riesgo de otras manifestaciones de la cardiopatía coronaria (v. capítulos 56 a 61), y se han realizado análisis meticulosos de las complejidades FIGURA 42-4 Riesgo específico de muerte súbita cardíaca (MSC) según edad, sexo y raza. A. Riesgo de MSC relacionado con la edad y específico de enfermedad. Para la población general de 35 o más años de edad, el riesgo de MSC es del 0,1-0,2% anual (1/500-1.000 habitantes), con una distribución amplia en el riesgo de subgrupos según el número y la potencia de los factores de riesgo individuales. En este grupo de edad, las causas están dominadas por la cardiopatía coronaria y, en menor grado, miocardiopatías no isquémicas. El riesgo de MSC aumenta espectacularmente después de los 35 años, y sigue incrementándose pasados los 70. En pacientes mayores de 30 años con cardiopatía estructural avanzada y marcadores de riesgo alto de parada cardíaca, la tasa de episodios podría superar el 25% anual, y el riesgo asociado a la edad está atenuado. En adolescentes y adultos menores de 30 años, el riesgo global de MSC es de 1 por cada 100.000 o del 0,001% anual, con una variedad de causas predominantes, como trastornos eléctricos y estructurales hereditarios, defectos del desarrollo y miocarditis. En adolescentes y adultos jóvenes en riesgo de MSC por causas identificadas específicas, resulta difícil determinar el riesgo en pacientes individuales por la expresión variable del estado de enfermedad (v. detalles en el texto). En el intervalo de transición de 30 a 45 años, la frecuencia relativa de las enfermedades infrecuentes da paso a la predominancia de la cardiopatía coronaria y miocardiopatías no isquémicas, pero hay que tener en cuenta ambos grupos de posibles causas, porque muchos de los trastornos infrecuentes se expresan en este intervalo de edad. B. Riesgo de MSC en función de la edad, el sexo y la raza o cultura (blancos, negros e hispanos). DVD, displasia del VD; FV, fibrilación ventricular; MC, miocardiopatía; MCD, MC dilatada; MCH, MC hipertrófica; PC, parada cardíaca; QTC, QT corto; QTL, QT largo; TVPC, TV polimorfa catecolaminérgica; VD, ventrículo derecho. (B, datos modificados de Gillum RF. Sudden cardiac death in Hispanic Americans and African Americans. Am J Public Health 1997;87:1461.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 813 Parad a card íaca y m u erte sú b ita card íaca 42 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . y consideraciones de métodos nuevos de valoración del riesgo con aplicación clínica.4,43 Los análisis multifactoriales de algunos factores de riesgo (p. ej., edad, diabetes mellitus, presión arterial sistólica, frecuencia cardíaca, alteraciones electrocardiográficas, capacidad vital, peso relativo, con sumo de tabaco y concentración sérica de colesterol) han determinado que alrededor del 50% de todas las MSC se producen en el 10% de la población en el decil de riesgo más alto en función de múltiples factores de riesgo (fig. 42-6). De este modo, las interacciones de múltiples factores de riesgo potencian la suma de riesgos individuales. La comparación de factores de riesgo en las víctimas de MSC con los de las personas que sufren cualquiera de las manifestaciones de la EAC no proporciona patrones útiles, mediante análisis unifactorial ni multifactorial, que distingan las víctimas de MSC del grupo general. Sin embargo, el antecedente de diabetes mellitus y una tendencia a tener intervalos QTc más largos en ECG aleatorios se han indicado como posibles marcadores de interés para la predicción de la MSC.44 Aunque los patrones angiográficos y hemodinámicos discriminan el riesgo de MSC de su ausencia solo en condiciones limitadas, el agrupamiento familiar de la MSC como una manifestación específica de la enfermedad puede derivar en la identificación de anomalías génicas específicas que predispongan a la MSC.9 La hipertensión es un factor de riesgo de cardiopatía coronaria claramente establecido y aparece como un factor de riesgo muy significativo de la incidencia de MSC (v. capítulos 46 y 47). Sin embargo, las cifras crecientes de presión arterial sistólica no influyen en la relación entre muertes súbitas y muertes totales por cardiopatía coronaria. No se ha observado ninguna relación entre la concentración de colesterol y la proporción de muertes coronarias que fueron súbitas. Ni el patrón electrocardiográfico de hipertrofia ventricular izquierda ni las alteraciones inespecíficas de la onda STT influyen en la proporción de muertes coronarias totales que sean súbitas e inesperadas. Solo las alteraciones de la conducción intraventricular son indicativas de un número desproporcionado de MSC, una antigua observación que refuerza los datos de algunos ensayos realizados con dispositivos que indican la importancia de la duración del QRS como marcador del riesgo. Una capacidad vital baja también indica un riesgo desproporcio nado de muerte súbita respecto a muertes coronarias totales. Esto tiene interés porque tal relación fue particularmente llamativa dentro del estudio Framingham en el análisis de los datos de mujeres que habían muerto de forma repentina. Los factores de riesgo tradicionales usados en los primeros estudios de MSC son los factores de riesgo de evolución de la EAC. La razón se basa en dos hechos: 1) la EAC se ha considerado la base estructural del 80% de las MSC en EE. UU., y2) los factores de riesgo coronarios son fáciles de identificar porque tienden a presentarse de forma continua a lo largo del tiempo (v. fig. 42-5). Dos observaciones recientes modifican este concepto. La primera es que hay datos cambiantes que indican que es posible que las consecuencias anatómicas de la EAC no sean responsables de una proporción tan amplia de MSC en adultos como se pensaba hasta ahora, con hipertensión, hipertrofia ventricular izquierda y fibrosis miocárdica como factores anatómicos y fisiopatológicos dominan tes.29 La segunda es que un estudio longitudinal de 10 años sobre asociaciones clínicas identificadas en víctimas de PCEH hospitalizadas demostró una tendencia descendente de las asociaciones a cardiopatía estructural, en paralelo a un ascenso de la dominancia de los marcadores de factores de riesgo.45 Sin embargo, muchos de los factores de riesgo específicos para desencadenar arrit mias mortales son episodios fisiopatológicos dinámicos y ocurren de forma transitoria.9,18 Los episodios fisiopatológicos transitorios se FIGURA 42-5 Cascada de la cardiopatía por ateroesclerosis coronaria y condicionantes génicos en la progresión a la muerte súbita cardíaca (MSC). Cascada desde los factores de riesgo tradicionales de la ateroesclerosis coronaria a la arritmogenia en la MSC relacionada con la cardiopatía coronaria, que incluye inicio y desarrollo de la lesión, progresión al estado activo, inicio de los síndromes coronarios agudos (SCA) y, finalmente, progresión a la expresión específica de las arritmias potencialmente mortales. Múltiples factores entran en cada nivel, incluido el riesgo es- p ecífico basado en los perfiles genéticos de cada paciente. Se ha identificado el riesgo individual basado en los perfiles genéticos para la aterogenia, la evolución de la placa, la cascada trombótica y la expresión de la arritmia. La integración escalonada de estas características en cada persona a través de análisis de sistemas genéticos, genómicos, proteómicos y biológicos permite prever el desarrollo de un campo de la epidemiología molecular que puede incrementar las probabilidades de predicción del riesgo de MSC en cada paciente. (Modificado de Myerburg RJ, Junttila MJ. Sudden cardiac death caused by coronary heart disease. Circulation 2012;125:1043.) TABLA 42-4 Antecedentes familiares y riesgo de muerte súbita cardíaca (MSC) primaria LuGAr DeL estuDio coHorte controLes meDiDAs De AnteceDentes FAmiLiAres resuLtADo Seattle* 1988-1994 Pacientes con PCP en SMU Poblacionales emparejados AF de IM o PCP en familiares de 1.er grado 2,85 frente a 1,96/1.000/año RR = 1,57 (IC al 95%, 1,27-1,95) París† 1967-1994 Vigilancia poblacional Análisis retrospectivo AF de PCP en familiares de 1.er grado 18,6 frente al 9,9% OR = 1,8 (IC al 95%, 1,11-2,88) Países Bajos‡ 2001-2005 IMEST con FV IMEST sin FV AF de MSC en familiares de 1.er grado 43,1 frente al 25,1% OR = 2,72 (IC al 95%, 1,84-4,03) Finlandia§ 2000-2003 MSC con IAM Supervivientes de IAM Controles poblacionales MSC o IAM en familiares de 1.er grado sin CPAE MSC = 5,2%; IAM = 3,3% OR para MSC/IAM = 1,6 (IC al 95%, 1,2-2,2; P = 0,01) MSC = 5,2%; controles = 2,3% OR para MSC/controles = 2,2 (IC al 95%, 1,6-3; P = 0,001) AF, antecedentes familiares; CPAE, cardiopatía arterioesclerótica; IAM, infarto agudo de miocardio; IC, intervalo de confianza; IM, infarto de miocardio; IMEST, infarto de miocardio con elevación del segmento ST; OR, razón de posibilidades; PCP, parada cardíaca primaria; RR, riesgo relativo; SMU, servicios médicos de urgencia. *Friedlander Y, Siscovick DS, Weinmann S, et al. Family history as a risk factor for primary cardiac arrest. Circulation 1998;97:155. †Jouven X, Desnos M, Guerot C, Ducimetiere P. Predicting sudden death in the population: the Paris Prospective Study I. Circulation 1999;99:1978. ‡Dekker LR, Bezzina CR, Henriques JP, et al. Familial sudden death is an important risk factor for primary ventricular fibrillation: a case-control study in acute myocardial infarction patients. Circulation 2006;114:1140. §Kaikkonen KS, Kortelainen MI, Linna E, Huikuri HV. Family history and the risk of sudden cardiac death as a manifestation of an acute coronary event. Circulation 2006;114:1462. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 814 A rr it m iA s, m u er te s ú bi tA y s ín co pe V modelan desde una perspectiva epidemiológica con el fin de intentar expresarlos y usarlos como factores de riesgo clínicos para determinar el perfil y para la intervención.2 Sin embargo, los datos indican que los factores predictivos de riesgo longitudinales y transitorios pueden tener su poder amortiguado por las intervenciones clínicas, como las intervenciones coronarias percutáneas durante los síndromes coronarios agudos y el tratamiento βbloqueante después del IM.46,47 La identificación de marcadores clínicos específicos del riesgo de MSC como una expresión específica de la cardiopatía coronaria y de otros trastornos cardiovasculares ha sido un objetivo durante muchos años.16,17 La fracción de eyección ventricular izquierda ha sido el más popular de tales marcadores en ensayos clínicos y en la determinación de los perfiles de los pacientes. Sin embargo, su sensibilidad limitada y su incapacidad para identificar el gran subgrupo en el que la MSC es la primera expresión de la cardiopatía han animado a los investigadores a buscar otros marcadores. Por ejemplo, los datos del ejercicio proce dentes de una gran cohorte de hombres observados durante años tras una prueba de esfuerzo demostraron que un perfil de mayor frecuencia cardíaca en reposo, los menores incrementos de la frecuencia durante el ejercicio y la menor reducción de la frecuencia cardíaca durante el primer minuto siguiente a acabar el ejercicio predecían un mayor riesgo de MSC durante el seguimiento.48 Además, varios indicadores elec trocardiográficos (p. ej., ondas T de microvoltaje alternantes, índices de duración/dispersión del QT), perfiles genéticos y otros índices de extensión de la enfermedad son también predictivos. Capacidad funcional y muerte súbita El estudio Framingham demostró una llamativa relación entre la clasificación funcional y la muerte durante un seguimiento de 2 años. Sin embargo, la proporción de muertes que fueron súbitas no varió con la clasificación funcional, del 50 al 57% en todos los grupos, desde aquellos libres de cardiopatías clínicas hasta los de clase funcional IV. Otros estudios han señalado que los pacientes con insuficiencia cardíaca y mejor capacidad funcional tienen menor riesgo de morir, como era de esperar, pero una mayor proporción de esas muertes son súbitas.18 Estilo de vida y factores psicosociales (v. capítulo 96) Hay una fuerte asociación entre el consumo de tabaco y todas las manifes taciones de la cardiopatía coronaria. El estudio Framingham demostró que los fumadores de tabaco tenían un aumento de 2 a 3 veces mayor de riesgo de muerte súbita en cada década de la vida entre los 30 y los 59 años a la inclusión en el estudio y que este es uno de los pocos factores de riesgo en los que la proporción de muertes por cardiopatía coronaria que son súbitas aumenta en asociación con el factor de riesgo. El exceso de riesgo de MSC en fumadores actuales con cardiopatía coronaria no se observó en los antiguos fumadores, cuyo riesgo era similar al de los que nunca fumaron.49 Además, en un estudio de 310 supervivientes de PCEH, la frecuencia de parada cardíaca recurrente fue del 27% a los 3 años de seguimiento entre aquellos que continuaban fumando comparados con el 19% de aquellos que lo dejaron. Por el contrario, el consumo de levea moderado de alcohol se asoció a un menor riesgo de MSC entre los médicos hombres.18 La obesidad es un segundo factor que parece influir en la proporción de muertes coronarias que se producen de forma repentina. Con el aumento del peso relativo, el porcentaje de muertes por cardiopatía coronaria que fueron repentinas en el estudio Framingham aumentó de forma lineal de tan solo un 39 hasta el 70%. Las muertes totales por cardiopatía coronaria aumentaron al hacerlo el peso relativo. Se han estudiado las asociaciones entre los niveles de actividad física y la MSC con resultados variables. Las observaciones epidemiológicas han señalado una rela ción entre los niveles bajos de actividad física y el mayor riesgo de cardiopatía coronaria. El estudio Framingham demos tró, sin embargo, una relación no significativa entre los niveles bajos de actividad física y la incidencia de muerte súbita pero una alta proporción de muertes cardíacas súbitas respecto a las totales con mayores niveles de actividad física. Se ha indicado una asociación entre el ejercicio físico agudo y el comienzo del IM, en particular entre los sujetos que no suelen tener actividad física. Un estudio posterior de casos cruzados confirmó esta observación de la MSC, y demostró un riesgo 17 veces mayor de MSC asociada al ejercicio intenso que a un nivel menor de actividad o estados inactivos.50 Sin embargo, el riesgo absoluto de episodios fue muy bajo (1 episodio por cada 1,5 millones de sesiones de ejercicio). El ejercicio vigoroso habitual atenuó mucho el riesgo. Por el contrario, la MSC entre deportistas jóvenes tiene una mayor incidencia que entre los sujetos jóvenes que no practican deporte en el mismo grupo de edad (v. capítulo 53). Una señal de que la intensidad del ejercicio puede influir en el riesgo de PCS procede de la observación en deportistas universitarios, que indica que los jugadores de baloncesto de la liga 1 tienen más riesgo que los de las ligas 2 o 3.51 Todavía carecemos de información sobre las relaciones con la actividad física en varios contextos clínicos, como los estados morbosos manifiestos y silentes. La magnitud de los cambios recientes de vida (salud, trabajo, hogar, familia) y los factores personales y sociales se ha relacionado con el IM y la MSC. Hay una asociación a elevaciones significativas en las puntuaciones del cambio de vida durante los 6 meses previos al episodio coronario y la asociación es particularmente llamativa en las víctimas de MSC. Las mujeres que mueren de forma súbita están casadas con menor frecuencia, tienen menos hijos y mayores discrepancias educativas con sus esposos que los sujetos control de una edad similar que viven en el mismo vecindario. El antecedente de tratamiento psiquiátrico incluidas ansiedades fóbicas,18 el consumo de tabaco y las mayores cantidades de consumo de alcohol que los sujetos control también caracterizaron al grupo de muerte súbita. Controlando otros factores pronósticos importantes, el riesgo de muerte súbita y total y de otros episodios coronarios se ve afectado por situaciones sociales y económicas estresantes. La alteración de factores modificables del estilo de vida se ha propuesto como una estrategia para reducir el riesgo de MSC en los pacientes con cardiopatía coronaria, aunque los estudios sobre el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico de la depresión tras un IM no han demostrado ningún efecto sobre las frecuencias de episodios, los síntomas del estado depresivo mejoraran.18 Los cambios de conducta (p. ej., inactividad) secundarios a la depresión parecen relacionarse más de cerca con las frecuencias de episodios que la propia depresión. Los factores psicosociales estresantes agudos se han asociado a un mayor riesgo de episodios cardiovasculares, como la MSC.52 El riesgo parece agruparse alrededor del momento del estrés y parece ocurrir entre las víctimas de un riesgo preexistente, de manera que el factor estresante adelanta simplemente el momento de un episodio inminente. También se ha señalado la posibilidad de una rotura de una placa coronaria inducida por el estrés físico. FIGURA 42-6 Riesgo de muerte súbita por deciles de riesgo multifactorial: el estudio Framingham. Se muestran variables del riesgo seleccionadas. (Modificado de Kannel WB, Shatzkin A. Sudden death: lessons from subsets in population studies. J Am Coll Cardiol 1985;5[Suppl 6]:141B. Reproducido con autorización del American College of Cardiology.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 815 Parad a card íaca y m u erte sú b ita card íaca 42 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Fracción de eyección ventricular izquierda en la cardiopatía isquémica crónica Una reducción acentuada en la fracción de eyección (FE) ventricular izquierda es el factor predictivo más poderoso de mortalidad total y MSC en los pacientes con cardiopatía isquémica crónica así como en aquellos con riesgo de MSC por otras causas (v. más adelante). La mayor mortalidad, independiente de otros factores de riesgo, puede medirse con FE mayores del 40%, pero el mayor cambio en la mortalidad se da entre el 30 y el 40%. Una FE ≤ 30% es el factor predictivo independiente más fuerte de MSC, pero tiene una baja sensibilidad y especificidad.53 No obstante, apoyarse en una FE baja como factor predictivo importante aislado limita el poder predictivo debido al gran número de MSC que se producen con baja incidencia entre el subgrupo muy extenso de pacientes con FE normales o moderadamente reducidas y con una enfermedad no detectada.54 Están apareciendo conclusiones en el sentido de que el volumen del ventrículo izquierdo y otras evaluaciones estructurales del ventrículo izquierdo (p. ej., tamaño del infarto, grado de fibrosis) serían un factor predictivo de episodios cardíacos mejor que la FE por sí misma.55,56 Arritmias ventriculares en la cardiopatía isquémica crónica La mayoría de las formas de actividad ectópica ventricular –extrasístoles ventriculares (EV) y tandas cortas de taquicardia ventricular (TV) transitoria– tienen un pronóstico benigno sin una cardiopatía estructural (v. capítulos 37 y 61). Una excepción son las formas polimorfas de TV transitoria que se producen en pacientes sin cardiopatía estructural pero que pueden tener una base molecular, funcional, farmacológica o electrolítica de arritmias de riesgo alto. Pero cuando se presentan en los grupos de edad proclives a los trastornos coronarios, las EV seleccionan a un subgrupo con una mayor probabilidad de EAC y de MSC. Las EV inducidas por el ejercicio y las tandas cortas de TV transitoria indican algún grado de riesgo de MSC, incluso sin una cardiopatía estructural reconocible. Sin embargo, los datos disponibles que apoyan esta hipótesis son conflictivos, con la posible excepción de las rachas polimorfas de TV transitoria. Datos adicionales indican que las EV y la TV transitorias durante las fases de ejercicio y recuperación de una prueba de esfuerzo predicen un mayor riesgo. Las arritmias en la fase de recuperación, que antes se consideraban benignas, parecen predecir un mayor riesgo que las arritmias en la fase de ejercicio y hay un gradiente de riesgo con el aumento de la gravedad de las arritmias. La aparición de EV en supervivientes de IM, en particular si son formas frecuentes y en forma de complejos como las EV repetitivas, predice un mayor riesgo de MSC y de mortalidad total durante el seguimiento a largo plazo. Hay datos conflictivos sobre el papel de las medidas de la frecuencia y las formas de actividad ectópica ventricular como discriminadores del riesgo, pero la mayoría de los estudioshan citado un valor de corte de la frecuencia de 10 EV por hora como nivel umbral del aumento del riesgo. Varios investigadores han subrayado que los factores predictivos más potentes entre las diversas formas de EV son las rachas de TV transitoria, aunque esta relación se pone ahora en duda. Muchos de los estudios publicados se han basado en una sola muestra de monitorización ambulatoria registrada 1 semana a varios meses después del comienzo del IM agudo y la duración de las muestras ha sido de 1 a 48 h. Otros estudios han señalado que las arritmias ventriculares ambulatorias en los pacientes con insuficiencia cardíaca no predicen específicamente un mayor riesgo de muerte. Los resultados del Cardiac Arrhythmia Suppression Trial (CAST; v. capítulo 36), diseñado para comprobar la hipótesis de que la supresión de las EV mediante fármacos antiarrítmicos modifica el riesgo de MSC después del IM, fueron sorprendentes por dos razones: la mortalidad en el grupo placebo fue menor de la esperada y la mortalidad entre pacientes de los grupos de encainida y flecainida superó las frecuencias del control en más de tres veces. El análisis de subgrupos demostró un mayor riesgo en el grupo placebo en los pacientes con TV transitoria y una FE del 30% o menos, pero aún se observó un exceso de riesgo en el grupo tratado. El exceso de muertes puede ser responsable de la apari ción de episodios isquémicos en presencia de fármacos. No se observa ningún efecto adverso (aparte del riesgo proarrítmico a corto plazo al inicio del tratamiento) con el otro fármaco en el estudio (moricicina) y no surgió ningún beneficio a largo plazo con un estudio adicional. El estudio Survival with Oral dSotalol (SWORD), una comparación entre dsotalol y placebo en la población que ha sufrido un IM con una cifra de mortalidad baja, también demostró un mayor riesgo en el grupo tratado con fármacos. Queda por aclarar si las conclusiones de CAST, CAST II y SWORD se extienden más allá de los fármacos estudiados o a otras enfermedades. La disfunción del ventrículo izquierdo (VI) es el principal modulador del riesgo de las EV crónicas después de un IM. El riesgo de muerte predicho por las EV posteriores a un IM aumenta por la presencia de disfunción del VI, que parece ejercer su influencia de forma más intensa en los primeros 6 meses que siguen al infarto. El deterioro tardío de la función del VI, consecuencia probablemente del remodelado posterior al IM, puede aumentar más el riesgo. Marcadores emergentes del riesgo de muerte súbita cardíaca Se están estudiando nuevos marcadores de riesgo con poder predictivo independiente o adicional para hacer el perfil de riesgo. Destacan técnicas como alternancia de microvoltaje de onda T,57 resonancia magnética (RM) con contraste del infarto y patrones de fibrosis sin infarto observados mediante hiperrealce tardío RM,58 mediciones de la variabilidad QT,59 métodos derivados de variabilidad de la frecuencia cardíaca,60 imagen simpática con 11Chidroefedrina o Imyodobencilguanidina (MBIG)61 y análisis de agrupamiento familiar de MSC como expresión de cardiopatía coronaria4 y para determinación del perfil de riesgo genético potencial.9 Todas estas técnicas están en fase inicial de aplicación clínica. CAUSAS DE MUERTE SÚBITA CARDÍACA Alteraciones de las arterias coronarias Se ha estimado que las enfermedades de las arterias coronarias y sus consecuencias son responsables de al menos el 80% de las MSC en los países occidentales, pero observaciones recientes están empezando a indicar que la magnitud de esta carga excesiva está comenzando a disminuir.62 La enfermedad arterial coronaria es también la causa más frecuente en muchas zonas del mundo en las que la prevalencia de ateroesclerosis es menor. Respecto a esto, se prevé que, a medida que los países del tercer mundo mejoren su acceso a la asistencia sanitaria para las enfermedades transmisibles en los primeros años de vida, la ateroesclerosis coronaria y sus consecuencias surgirán como un problema de mayor envergadura.63 A pesar de la relación dominante establecida entre la ateroes clerosis coronaria y la MSC, un conocimiento completo de la MSC exige tener en cuenta qué trastornos vasculares coronarios menos frecuentes pueden identificarse antes de la muerte y que puedan tener implicaciones terapéuticas (tabla 42-5). Muchas de estas entidades son causas relativamente más frecuentes de MSC en adolescentes y adultos jóvenes, entre los que la prevalencia de MSC relacionada con cardiopatía coronaria es mucho menor antes de los 30 años28 (v. fig. 42-4A). Enfermedad arterial coronaria ateroesclerótica Las alteraciones estructurales y funcionales de los vasos coronarios debidas a la ateroesclerosis coronaria interactúan con las alteraciones electrofisiológicas, que son el resultado de la repercusión miocárdica de una carga isquémica (v. capítulos 58 a 62). La relación entre los componentes vascular y miocárdico de este modelo fisiopatológico y su modulación mediante influencias hemodinámicas, autónomas, génicas y de otros tipos establecen múltiples patrones de riesgo derivados del estado morboso fundamental2 (fig. 42-7). El riesgo está modulado por múltiples factores que pueden ser transitorios o persistentes y las modulaciones transitorias pueden interactuar con los cambios persis tentes. El componente miocárdico de este modelo fisiopatológico no es estático a lo largo del tiempo y el término persistente debe verse con precaución debido a los efectos graduales del remodelado después de un episodio isquémico inicial y los efectos de los episodios isquémicos recurrentes. La PCS y la MSC debidas a una isquemia transitoria o un IM agudo difieren en su fisiología y pronóstico del riesgo de PCS que implica un IM previo con o sin la miocardiopatía isquémica consiguiente. En general, el riesgo a corto plazo de episodios peligrosos para la vida se asocia más estrechamente a la isquemia aguda o a la fase aguda del IM y el riesgo a largo plazo se asocia más a la isquemia transitoria, la cicatrización miocárdica, el remodelado, la miocardiopatía isquémica y la insuficiencia cardíaca. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org TABLA 42-5 Causas de muerte súbita cardíaca y factores que contribuyen a ella I. Anomalías de las arterias coronarias A. Ateroesclerosis coronaria 1. Ateroesclerosis coronaria crónica con isquemia miocárdica-trombosis aguda o transitoria, espasmo, estrés físico 2. Infarto agudo de miocardio, fases inicial y temprana 3. Ateroesclerosis coronaria con cambio en sustrato miocárdico, incluido infarto de miocardio previo B. Anomalías congénitas de las arterias coronarias 1. Origen anómalo de arteria pulmonar 2. Otras fístulas arteriovenosas coronarias 3. Origen de una arteria coronaria izquierda del seno derecho o no coronario de Valsalva (incidencia menor; riesgo mayor) 4. Origen de arteria coronaria derecha del seno izquierdo de Valsalva (incidencia mayor; riesgo menor) 5. Arterias coronarias hipoplásicas o aplásicas 6. Derivación coronaria-intracardíaca C. Embolia de arteria coronaria 1. Endocarditis aórtica o mitral 2. Válvulas aórtica o mitral protésicas 3. Válvulas nativas anómalas o trombo parietal ventricular izquierdo 4. Embolia plaquetaria D. Arteritis coronaria 1. Panarteritis nudosa, esclerosis sistémica progresiva, arteritis de células gigantes 2. Síndrome linfático mucocutáneo (enfermedad de Kawasaki) 3. Estenosis sifilítica del orificio coronario E. Diversas obstrucciones mecánicas de las arterias coronarias 1. Disección de arteria coronaria en síndrome de Marfan 2. Disección de arteria coronaria en embarazo (sobre todo durante el parto) 3. Prolapso de póliposmixomatosos de válvula aórtica en orificios coronarios 4. Disección o rotura de seno de Valsalva F. Obstrucción funcional de arterias coronarias 1. Espasmo de arteria coronaria con o sin ateroesclerosis 2. Puentes miocárdicos II. Hipertrofia de miocardio ventricular A. Hipertrofia ventricular izquierda asociada a cardiopatía coronaria B. Cardiopatía hipertensiva sin ateroesclerosis coronaria significativa C. Miocardio hipertrófico secundario a cardiopatía valvular D. Miocardiopatía hipertrófica 1. Obstructiva 2. No obstructiva E. Hipertensión pulmonar primaria o secundaria 1. Sobrecarga ventricular derecha crónica avanzada 2. Hipertensión pulmonar en embarazo (mayor riesgo alrededor del parto) III. Enfermedades y disfunciones miocárdicas con o sin insuficiencia cardíaca A. Insuficiencia cardíaca congestiva crónica 1. Miocardiopatía isquémica 2. Miocardiopatía dilatada idiopática, adquirida 3. Miocardiopatía dilatada hereditaria 4. Miocardiopatía alcohólica 5. Miocardiopatía hipertensiva 6. Miocardiopatía tras miocarditis 7. Miocardiopatía del parto 8. Fibrosis idiopática B. Insuficiencia cardíaca aguda y subaguda 1. Infarto agudo de miocardio grande 2. Miocarditis aguda o fulminante 3. Disfunción cardíaca alcohólica aguda 4. Síndrome de takotsubo (riesgo incierto de muerte súbita) 5. Embolia de válvula de bola en estenosis aórtica 6. Roturas mecánicas de estructuras cardíacas a. Rotura de pared libre ventricular b. Rotura de aparato mitral: 1) músculo papilar; 2) cuerdas tendinosas, y 3) valva c. Rotura de tabique interventricular 7. Edema pulmonar agudo en ventrículos rígidos IV. Procesos inflamatorios, infiltrantes, neoplásicos y degenerativos A. Miocarditis vírica, con o sin disfunción ventricular 1. Fase aguda 2. Fibrosis intersticial tras miocarditis B. Miocarditis asociada a vasculitis C. Sarcoidosis D. Esclerosis sistémica progresiva E. Amiloidosis F. Hemocromatosis G. Miocarditis de células gigantes idiopática H. Enfermedad de Chagas I. Ganglionitis cardíaca J. Displasia arritmógena ventricular derecha; miocardiopatía ventricular derecha K. Enfermedades neuromusculares (p. ej., distrofia muscular, ataxia de Friedreich, distrofia miotónica) L. Tumores intraparietales 1. Primarios 2. Metastásicos M. Tumores intracavitarios obstructivos 1. Neoplásicos 2. Trombóticos V. Enfermedades de las válvulas cardíacas A. Estenosis/insuficiencia valvular aórtica B. Rotura de la válvula mitral C. Prolapso de la válvula mitral D. Endocarditis E. Disfunción de prótesis valvular VI. Cardiopatía congénita A. Estenosis valvular aórtica (riesgo potencial alto) o pulmonar (riesgo bajo) congénita B. Defectos congénitos del tabique con fisiología de Eisenmenger 1. Enfermedad avanzada 2. Durante la dilatación y el parto C. Tardía después de reparación quirúrgica de lesiones congénitas (p. ej., tetralogía de Fallot) VII. Anomalías electrofisiológicas A. Anomalías del sistema de conducción 1. Fibrosis del sistema de His-Purkinje a. Degeneración primaria (enfermedad de Lenègre) b. Secundaria a fibrosis y calcificación del «esqueleto cardíaco» (enfermedad de Lev) c. Fibrosis del sistema de conducción posvírica d. Enfermedad hereditaria del sistema de conducción 2. Vías anómalas de conducción (síndrome de Wolff-Parkinson-White, derivación con período refractario corto) B. Anomalías de la repolarización 1. Anomalías congénitas de la duración del intervalo QT a. Síndrome congénito con intervalo QT largo: 1) síndrome de Romano-Ward (sin hipoacusia), y 2) síndrome de Jervell y Lange-Nielsen (con hipoacusia) b. Síndrome congénito con intervalo QT corto 2. Síndromes adquiridos (o provocados) con intervalo QT largo a. Efecto farmacológico (¿con predisposición genética?): 1) cardíaco, antiarrítmico; 2) no cardíaco, y 3) interacciones farmacológicas b. Alteración electrolítica (¿respuesta modificada por predisposición génica?) c. Sustancias tóxicas d. Hipotermia e. Lesión del sistema nervioso central; hemorragia subaracnoidea 3. Síndrome de Brugada: bloqueo de rama derecha y elevaciones del segmento ST sin isquemia 4. Síndrome de la repolarización temprana C. Fibrilación ventricular de causa desconocida o incierta 1. Falta de causas estructurales o funcionales identificables a. Fibrilación ventricular «idiopática» b. Torsades de pointes con acoplamiento corto, taquicardia ventricular polimorfa c. Infiltración fibrograsa inespecífica en víctima previamente sana (¿variación de displasia ventricular derecha?) 2. Sueño-muerte en personas del Sudeste asiático (v. VIIB3, síndrome de Brugada) a. Bangungut b. Pokkuri c. Lai-tai VIII. Inestabilidad eléctrica relacionada con influencias neurohumorales y del sistema nervioso central A. Taquicardia ventricular polimorfa catecolaminérgica B. Otras arritmias dependientes de las catecolaminas C. Relacionadas con el sistema nervioso central 1. Estrés físico, extremos emocionales (síndrome de takotsubo) 2. Relacionadas con sistema auditivo 3. «Muerte del vudú» en culturas primitivas 4. Enfermedades de los nervios cardíacos 5. Expresión de arritmia en síndrome congénito con intervalo QT largo IX. Muerte súbita cardíaca en jóvenes A. Muerte súbita cardíaca en recién nacidos 1. Cardiopatía congénita compleja 2. Miocarditis neonatal B. Síndrome de la muerte súbita del lactante 1. Inmadurez de funciones de control respiratorio 2. Síndrome del intervalo QT largo 3. Cardiopatía congénita 4. Miocarditis C. Muerte súbita en niños 1. Síndrome de Eisenmenger, estenosis aórtica, miocardiopatía hipertrófica, atresia pulmonar 2. Después de cirugía correctora para cardiopatía congénita 3. Miocarditis 4. Trastornos genéticos de la función eléctrica (p. ej., síndrome del intervalo QT largo) 5. Sin causa estructural o funcional identificada X. Varios A. Muerte súbita durante actividad física extrema (v. causas predisponentes) B. Commotio cordis: traumatismo torácico cerrado C. Interferencia mecánica en el retorno venoso 1. Taponamiento cardíaco agudo 2. Embolia pulmonar masiva 3. Trombosis intracardíaca aguda D. Parada cardiorrespiratoria secundaria a asfixia mecánica E. Aneurisma disecante de la aorta F. Trastornos tóxicos y metabólicos (diferentes a los efectos sobre el intervalo QT enumerados anteriormente) 1. Trastornos electrolíticos 2. Trastornos metabólicos 3. Efectos proarrítmicos de fármacos antiarrítmicos 4. Efectos proarrítmicos de fármacos no cardíacos G. Simuladores de muerte súbita cardíaca 1. «Café coronario» 2. Estados alcohólicos agudos («corazón de las vacaciones») 3. Crisis asmáticas agudas 4. Embolia aérea o de líquido amniótico Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 817 Parad a card íaca y m u erte sú b ita card íaca 42 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Alteraciones arteriales coronarias no ateroescleróticas Las alteraciones arteriales coronarias no ateroescleróticas son las lesiones congénitas, la embolia arterial coronaria, la arteritis coronaria y las alteraciones mecánicas de las arterias coronarias. Entre las lesiones congénitas, el origen anómalo de la arteria coronaria izquierda (ACI) en la arteria pulmonar es relativamente frecuente y se asocia a un aumento de la mortalidad en la lactancia y principio de la infancia sin un tratamiento quirúrgico (v. capítulos 53 y 75). El riesgo temprano de MSC no es excesivamente alto, pero los pacientes que sobreviven a la adolescencia y a la primera parte de la vida adulta sin intervención quirúrgica tienen riesgo de MSC. Otras formas de fístulas arteriovenosas coronarias son mucho menos comunes y se asocian a una incidencia baja de MSC. Origen anómalo de las arterias coronarias en el seno de Valsalva equivocado
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