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Corrección e interpretación del Cuestionario de Preferencias 
Personales de Edwards. 
 
La corrección es en realidad muy simple y no requiere de normas para la interpretación. 
La lógica que le subyace es la siguiente: cada ítem consta de dos afirmaciones, cada una 
de las cuales se refiere a una de las quince "necesidades" medidas en el cuestionario, (la 
prueba fue creada con referencia al marco teórico de la teoría de la estructura de la 
personalidad en función de "necesidades", siguiendo a Murray), entre las que tiene que 
optar el examinado, marcando A o B. Cada una de las afirmaciones del par que 
constituyen un ítem, se refiere a una necesidad en particular y cada una de ellas se 
combina sucesivamente con cada una de las afirmaciones que corresponden a las otras 
necesidades. Esto significa que cada una de las afirmaciones aparece quince veces en el 
cuestionario, pero cada vez en combinación con otra afirmación. Por lo tanto, al optar el 
sujeto por una de ellas entre las dos presentadas en el ítem, está señalando cuál de las 
dos necesidades es más “fuerte” o relevante para él. Al responder al cuestionario 
completo, habrá señalado la importancia relativa que cada una de las quince necesidades 
tiene para él, en comparación con las demás. El puntaje más alto corresponderá entonces 
a la necesidad más importante, el segundo a la que se encuentra en segundo lugar, y así 
sucesivamente. La interpretación del protocolo se hace entonces en base a la estructura 
(orden) jerárquico que estas necesidades tienen en la configuración de la personalidad del 
sujeto. 
 
Puesto que lo que interesa es la estructura jerárquica de las necesidades en el 
sujeto y cómo se relacionan psicológicamente unas con otras en él, no tiene sentido 
comparar los puntajes con los de otro(s) sujetos(s), es decir, no tiene sentido utilizar 
normas de ningún tipo (ni percentiles, puntajes estandarizados, nada). Por ejemplo: 
podemos tener el resultado de dos sujetos, cada uno de los cuales obtuvo 20 puntos en la 
necesidad de “orden”. Pensar en base a este puntaje que el “orden” tiene el mismo nivel 
de importancia para ambos, es un error. En uno de ellos ese 20 es el puntaje mayor, lo 
cual significa que la necesidad de “orden” es la más relevante para ese sujeto y 
probablemente orienta todo su actuar, mientras en el otro ese 20 en “orden” es el tercer 
puntaje, por debajo de, digamos, 23 en la necesidad de “deferencia” y 22 en la necesidad 
de “afiliación”. El segundo sujeto, en su actuar, tratará de satisfacer primero su necesidad 
de ser aceptado por los demás y sólo en segundo lugar se orientará por su necesidad de 
“orden”. Sin embargo, ambos tienen 20 puntos en “orden”. 
 
El ejemplo anterior también ilustra acerca de la forma de analizar los resultados en 
cuanto a la dinámica psicológica que pueden poner en evidencia. En el segundo de los 
sujetos del ejemplo, las necesidades de “deferencia” y “afiliación” podemos suponer que 
se refuerzan o potencian recíprocamente. Pero también puede ocurrir que en un sujeto 
encontremos con un grado de importancia similar, o incluso igual, dos necesidades 
opuestas o incompatibles, como podrían ser “afiliación” y “agresión”, o “persistencia” y 
“cambio”. El análisis de la posible dinámica psicológica de esas necesidades en el sujeto, 
nos llevará a suponer la existencia de conflictos intrapsíquicos, inestabilidad de la 
personalidad, conducta cambiante, etc.; tal vez incluso impredecible en la medida que un 
cambio en las circunstancias puede lleva a un predominio momentáneo de una, que no se 
mantiene luego. 
 
Otro punto a considerar, incluso antes de interpretar esta posible dinámica de la 
personalidad, es la consistencia de las respuestas del sujeto. Esta se mide con 15 ítem 
que se repiten, es decir, que presentan el mismo par de afirmaciones. Se espera que en 
las dos oportunidades en que aparece el mismo par de afirmaciones, el sujeto opte de la 
misma forma. En la realidad, esto rara vez ocurre así con los 15 ítem, pero debiera haber 
al menos 9 coincidencias para considerar que el sujeto respondió de un modo 
suficientemente consistente. Un puntaje menor de consistencia habitualmente se 
considera que invalida el protocolo. 
 
Para la corrección del protocolo se procede de la siguiente manera: lo primero 
es trasladar las marcas azules y rojas de la plantilla de corrección a la hoja de respuestas. 
Estas marcas identifican los ítem que se repiten y que son contabilizados para el puntaje 
de consistencia. El ítem enmarcado en azul en la primera columna (ítem 1) es igual al 
ítem enmarcado en rojo en la primera columna (ítem 151). Si en ambos ítem el sujeto 
marcó la misma respuesta (la misma letra), marcamos el casillero debajo de esa columna. 
El procedimiento se repite igual en cada una de las 15 columnas. Luego contabilizamos el 
número de coincidencias, lo que nos da el puntaje de consistencia. Si éste es aceptable 
(igual o superior a 9), continuamos con la corrección del protocolo. Para ello contamos 
todas las respuestas A en la primera fila (la fila superior) de la hoja de respuestas sin 
considerar la que pudiera estar enmarcada en rojo. El número resultante lo anotamos 
en el margen derecho de la hoja, en la línea de “Logro” en el espacio debajo de “fila”. 
Luego contamos todas las A en la segunda fila (nuevamente sin considerar la que 
pudiera estar enmarcada en rojo) y anotamos el resultado en el margen derecho de la 
hoja, en la línea para “Deferencia”, debajo del resultado que anotamos para “Logro”. Se 
continúa de la misma manera hasta la última fila (fila inferior), que debe coincidir con la 
necesidad de “Agresión”. El paso siguiente consiste en contabilizar todas las respuestas 
B marcadas en la primera columna (a la izquierda) de la hoja de respuestas, sin 
considerar la que pudiera estar enmarcada en rojo, y anotamos el resultado en el 
margen derecho, frente a “Logro” debajo del encabezado que dice “col”. Se repite el 
procedimiento con la segunda columna, contando las B (sin considerar aquellas 
enmarcadas en rojo) y lo anotamos frente a “Deferencia”. Lo mismo se repite para cada 
una de las columnas restantes. 
 
El último paso antes de la interpretación consiste en sumar los valores anotados 
en el margen derecho para obtener los totales correspondientes a cada necesidad. Para 
“Logro” anotamos en la última columna de la derecha, bajo el encabezamiento de “suma”, 
el producto de la suma de “filas” y “columnas”. Del mismo modo hacemos para cada una 
de las demás necesidades, hacia abajo. Estos valores totales nos permiten luego ordenar 
jerárquicamente las necesidades de cada sujeto. En la interpretación es particularmente 
importante analizar las tres o cuatro con los puntajes más altos y las tres o cuatro con los 
puntajes más bajos, considerando como se relacionan desde un punto de vista 
psicodinámico, es decir, si se refuerzan o potencian entre sí, si son opuestas o 
conflictivas, etc. En este análisis no se debe razonar mecánicamente, sino que 
psicológicamente.

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