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TRÁQUEA Anatomía La tráquea está compuesta por porciones cartilaginosa y membra- nosa, que inician en el cartílago cricoides, el primer anillo cartila- ginoso completo de las vías respiratorias. El cartílago cricoides está formado por un arco anterior y una placa posterior de base ancha. Los cartílagos aritenoides se articulan con la placa posterior del car- tílago cricoides. Las cuerdas vocales se originan de los cartílagos aritenoides y tienden a unirse al cartílago tiroides. El espacio subgló- tico, la parte más estrecha de la tráquea, la cual posee un diámetro interno de casi 2 cm, inicia en la superficie inferior de las cuerdas vocales y se extiende hasta el primer anillo traqueal. El resto de la tráquea distal tiene una longitud de 10 a 13 cm y consiste de 18 a 22 anillos, con un diámetro interno de 2.3 cm (fig. 19-1).1 En la broncos- copia, los anillos traqueales se observan como cartílagos hialinos en estructuras con forma de C que dan rigidez a las paredes traqueales anterior y lateral. Las terminaciones abiertas de los anillos en C están conectadas por músculo liso traqueal y rodeadas por una banda densa de tejido conjuntivo conocido como pericondrio. El primer anillo tra- queal se une directamente al cartílago cricoides; hay casi dos anillos por cada centímetro de longitud traqueal. La irrigación de la tráquea, que incluye las arterias tiroidea inferior, subclavia, intercostal suprema, torácica interna, tronco arterial braquiocefálico y arterias bronquiales superior y media penetran a las vías respiratorias cerca de la unión de las porciones Tráquea 605 Anatomía / 605 Lesión traqueal / 605 Fístulas traqueales / 608 Neoplasias traqueales / 609 Pulmón 611 Anatomía / 611 Histología normal del pulmón / 612 Lesiones preinvasoras / 613 Lesiones malignas o invasoras / 614 Epidemiología del cáncer pulmonar / 617 Detección de cáncer pulmonar en poblaciones de alto riesgo / 619 Nódulo pulmonar solitario / 621 Lesiones metastásicas al pulmón / 622 Signos y síntomas relacionados con cáncer pulmonar primario / 623 Conducta terapéutica para el cáncer pulmonar / 627 Tratamiento del cáncer pulmonar / 637 Opciones para el acceso quirúrgico al tórax / 645 Cuidados posoperatorios / 647 Complicaciones posoperatorias / 649 Neumotórax espontáneo / 649 Infecciones pulmonares / 650 Hemoptisis masiva / 661 Neumopatía en etapa terminal / 663 Pared torácica 664 Tumoraciones de la pared torácica / 664 Neoplasias benignas de la pared torácica / 666 Tumores malignos primarios de la pared torácica / 666 Otros tumores de la pared torácica / 669 Reconstrucción de la pared torácica / 669 Mediastino 670 Anatomía y entidades patológicas / 670 Anamnesis y exploración física / 671 Estudios de imagen y marcadores séricos / 671 Biopsias no quirúrgicas, diagnósticas, del mediastino / 672 Biopsias quirúrgicas y resección de tumoraciones mediastínicas / 673 Neoplasias mediastínicas / 674 Quistes mediastínicos / 679 Mediastinitis / 679 Pleura y cavidad pleural 680 Anatomía / 680 Derrame pleural / 680 Acceso y drenaje de las acumulaciones de líquido en la cavidad pleural / 680 Derrame pleural maligno / 682 Empiema / 682 Quilotórax / 685 Tumores de la pleura / 687 Reconocimientos 690 membranosas y cartilaginosas (fig. 19-2). Cada rama arterial irriga un segmento de 1 a 2 cm, lo que limita su movilización circunferen- cial a la misma distancia. Los vasos se encuentran interconectados a lo largo de la superficie lateral de la tráquea por una anastomosis vascular longitudinal importante que da flujo sanguíneo a vasos segmentarios transversos hacia los tejidos blandos, ubicados entre los cartílagos. Lesión traqueal La lesión traqueal puede ser consecuencia de diversas causas, lo que incluye inhalación de humo o vapores tóxicos, aspiración de líquidos o de objetos sólidos, intubación endotraqueal, traumatismo cerrado y penetrante, así como lesiones yatrógenas durante procedimientos quirúrgicos. El diagnóstico precoz es crítico para evitar complicacio- nes subsiguientes, lo que incluye infecciones respiratorias y estenosis traqueal. El tratamiento de la inhalación de humos o vapores tóxicos y la broncoaspiración de líquidos a menudo es de sostén; el uso de antibióticos, apoyo respiratorio y limpieza de las vías respiratorias con broncoscopia flexible depende del estado clínico del paciente. En raras circunstancias, es necesaria la oxigenación con membrana extracorpórea si hay lesión asociada de la porción más distal de las vías respiratorias y del parénquima pulmonar. Pese al uso amplio de globos de alto volumen y baja presión, la inflación excesiva de los globos endotraqueales es la causa más común de lesiones secundarias a intubación endotraqueal. Las pre- siones elevadas en los manguitos pueden causar isquemia de la pared contigua de las vías respiratorias en periodos de hasta 4 h. Pared torácica, pulmón, mediastino y pleura Katie S. Nason, Michael A. Maddaus y James D. Luketich19capítulo http://booksmedicos.org 606 Puntos clave 1 Con anterioridad, los subtipos no microcíticos de cáncer pulmo- nar (NSCLC) se consideraban como un grupo uniforme, con base en la concepción limitada de las conductas clínicas distin- tivas de los subtipos, así como por el hecho de que existen pocas opciones terapéuticas disponibles. Con el incremento en la comprensión de la biología molecular de estos subtipos tumo- rales, los métodos para el diagnóstico y tratamiento han evolu- cionado con rapidez, así como la terminología utilizada para describir estos tumores. En particular, la valoración y trata- miento de los adenocarcinomas del pulmón se ha modificado de manera espectacular y ahora se ha establecido que es esencial confirmar el tipo de NSCLC de cáncer pulmonar en etapa avan- zada antes de administrar quimioterapia. 2 Se recomienda un tratamiento multidisciplinario en la valora- ción del NSCLC con criterios y terminología estandarizados para el diagnóstico en las muestras de citología y biopsias pequeñas, así como la realización sistemática de pruebas molecu- lares para mutaciones conocidas, como mutaciones EGFR y de oncogenes de fusión EML4-ALK, para la valoración y tratamiento de nódulos pulmonares, por los avances en el tratamiento diri- gido. La adquisición adecuada de tejidos al momento del estudio diagnóstico es fundamental y facilita la atención del paciente, al tiempo que se reduce el número de procedimientos a los cuales se somete el paciente. 3 Los términos carcinoma bronquioalveolar y adenocarcinoma de subtipo mixto se han eliminado de la clasificación de adenocar- cinoma pulmonar como consecuencia del incremento en la com- prensión de diferencias genéticas importantes desde los puntos de vista clínico, radiológico, patológico y genético entre los adeno- carcinomas mucinosos y no mucinosos. El nuevo sistema de clasificación delinea una progresión histopatológica escalonada, desde AAH hasta adenocarcinoma invasor con base en los patro- nes de crecimiento predominantes en el estudio histopatológico. 4 El cáncer pulmonar continúa como un cáncer extremadamente común y muy letal, con supervivencia de 16% a cinco años. La incidencia de cáncer pulmonar ocupa el segundo lugar sólo des- pués del cáncer de próstata en varones y del cáncer mamario en mujeres. El carcinoma epidermoide y adenocarcinoma pulmo- nares son los subtipos más comunes y rara vez se encuentran en ausencia de antecedentes de tabaquismo. Los individuos no fumadores que viven con personas que fuman tienen un incre- mento de 24% en el riesgo de cáncer pulmonar en comparación con los no fumadores que no viven con personas fumadoras. 5 La broncoscopia por navegación es una herramienta útil que puede utilizarse para obtener tejido para diagnóstico de lesiones intraparenquimatosas o de lesiones pequeñas ubicadas en la periferia, que tradicionalmente han sido difíciles de ser someti- das a biopsia con métodos transbronquiales o transtorácicos. También es una herramientaútil para el tatuaje de las lesiones pulmonares para la resección quirúrgica subsiguiente y para la colocación de marcadores para radiación corporal estereotác- tica. Esta técnica debe volverse parte de las herramientas del cirujano para el diagnóstico y tratamiento del cáncer pulmonar. 6 La alteración del intercambio de monóxido de carbono se asocia con incremento significativo en el riesgo de complicaciones pulmonares posoperatorias, independientemente de los antece- dentes de tabaquismo del paciente. En pacientes que serán sometidos a resección pulmonar, el riesgo de cualquier compli- cación pulmonar se incrementa en 42% por cada 10% de la reducción en el porcentaje de capacidad de difusión de monóxido de carbono (%Dlco), y esta medición puede ser un parámetro útil en la estratificación del riesgo de pacientes para cirugía. 7 La cifra de consumo máximo de oxígeno (V.o2 máx) pro- porciona importante información adicional en aquellos pacientes con alteración grave de la Dlco y del volumen espiratorio forzado en 1 s. Las cifras < 10 ml/kg/min por lo general impiden cualquier resección pulmonar mayor, por- que la mortalidad en pacientes con estas cifras es de 26% en comparación con sólo 8.3% en pacientes con cifras ≥ 10 ml/ kg/min; cifras > 15 ml/kg/min por lo general indican que el paciente puede tolerar la neumonectomía. 8 La valoración del riesgo del paciente antes de la resección torácica se basa en datos y juicio clínicos. 9 Las estrategias de ablación tumoral son alternativas viables a la resección quirúrgica para el cáncer pulmonar en etapas iniciales en pacientes que no pueden ser operados. Aunque aún es prematuro, las técnicas de ablación pueden tener una eficacia equivalente a la lobectomía para el tratamiento pri- mario de cánceres pulmonares periféricos pequeños en eta- pas iniciales y puede ser el tratamiento primario incluso en pacientes susceptibles de intervención quirúrgica. Es nece- saria la colaboración multidisciplinaria entre el cirujano de tórax, neumólogo/radiólogo intervencionista y radiooncó- logo para asegurar que el desarrollo de estas técnicas de ablación ocurra de manera apropiada a través de estudios prospectivos con grupo testigo y asegurar que los pacientes reciban el mejor tratamiento disponible, sin importar si serán sometidos a resección quirúrgica o a tratamiento de ablación. 10 Evidencia creciente sugiere una participación significativa de la enfermedad por reflujo gastroesofágico en la patogenia de las neumopatías crónicas como bronquiectasias y fibrosis pul- monar idiopática y también puede contribuir al síndrome de bronquiolitis obliterante en pacientes sometidos a trasplante pulmonar. 11 El tratamiento del aspergiloma pulmonar debe individuali- zarse. Los pacientes asintomáticos pueden ser observados sin ningún tratamiento adicional. De la misma forma, la hemoptisis leve, que puede ser una enfermedad que ponga en riesgo la vida, puede tratarse médicamente, lo que incluye antimicóticos y antitusígenos. La anfotericina B es el fár- maco preferido, aunque en fechas recientes se ha utilizado voriconazol para el tratamiento de la aspergilosis, con menos efectos secundarios y eficacia equivalente. La hemoptisis masiva ha sido tradicionalmente indicación para interven- ción quirúrgica urgente. Sin embargo, con el avance de las técnicas endovasculares se han obtenido buenos resultados con la embolización de arterias bronquiales en algunos cen- tros hospitalarios con experiencia en estas técnicas. 12 En pacientes con derrame pleural maligno, la mala expan- sión pulmonar (por fijación del pulmón por tumor o adhe- rencias) por lo general indica malos resultados con la pleurodesis y es indicación primaria para la colocación de catéteres pleurales a permanencia. Estos catéteres han modi- ficado de manera espectacular el tratamiento del cáncer pul- monar en etapa terminal porque acortan de manera sustancial la cantidad de tiempo que el paciente permanece en el hos- pital durante las semanas finales de la vida. http://booksmedicos.org 607 PARED TORÁCICA, PU LM ÓN , M EDIASTIN O Y PLEU RA CAPÍTU LO 19 La inflación excesiva y por periodos prolongados puede ocasionar cicatrización y estenosis; pueden ocurrir lesiones de espesor total con formación de fístulas entre el tronco arterial braquiocefálico en dirección anterior y el esófago, en dirección posterior. La pre- vención de estas complicaciones requiere inflado cuidadoso del manguito para mantener las presiones tan bajas como sea posible; en circunstancias de apoyo ventilatorio prolongado y presiones ele- vadas en las vías respiratorias, es recomendable vigilar la presión del globo (a fin de mantener presiones < 20 mmHg). Epiglotis Músculo aritenoepiglótico Músculos aritenoideos transverso y oblicuo Músculo cricoaritenoideo lateral Músculo cricoaritenoideo posterior Carilla del cartílago tiroides Nervio laríngeo recurrente Nervio laríngeo interno Músculo tiroepiglótico Músculo tiroaritenoideo Músculo cricotiroideo (seccionado) Arteria tiroidea inferior Rama de la arteria torácica interna Arteria bronquial superior Arteria bronquial media 1 Anastomosis longitudinal lateral 3 2 Figura 19-1. Anatomía de la laringe y porción superior de la tráquea. Figura 19-2. Irrigación arterial a la laringe y porción superior de la tráquea. Desde el punto de vista histórico, ocurre estenosis traqueal de importancia clínica después de traqueostomía en 3 a 12% de los casos, con aparición de estenosis grave en 1 a 2%.2 Con el uso de manguitos de baja presión, la incidencia calculada ha dismi- nuido a 4.9 casos por millón de pacientes por año.3 Los factores de riesgo relacionados con intubación incluyen intubación prolon- gada; traqueostomía alta a través del primer anillo traqueal o de la membrana cricotiroidea; incisión transversal más que vertical sobre la tráquea; sonda de traqueostomía de tamaño más grande del recomendado; traqueostomía o intubación previas e intubación traumática. La estenosis también es más común en pacientes de edad avanzada, en mujeres, después de radiación o después de tra- tamiento excesivo con corticoesteroides, así como en el caso de enfermedades concomitantes como enfermedad grave por reflujo, trastornos autoinmunitarios o apnea obstructiva del sueño y en el caso de insuficiencia respiratoria grave. Sin embargo, incluso cuando se coloca la traqueostomía de manera apropiada puede producirse estenosis traqueal por cicatrización y lesión local. A menudo se observan ulceración leve y estenosis después del retiro de la sonda de traqueostomía. El uso de sonda más pequeña dis- ponible para traqueostomía, la reducción rápida del tamaño de la sonda y una incisión traqueal vertical reducen el riesgo de estenosis después de traqueostomía. El estridor y la disnea de esfuerzo son los síntomas primarios de estenosis traqueal. En el caso de lesiones después de intubación, se destruye una porción significativa de apoyo estructural cartila- ginoso a la vía aérea por necrosis isquémica; durante la cicatri- zación se desarrolla un tejido fibroso similar a una membrana y ocurre estrechamiento de las vías respiratorias (fig. 19-3). Por el contrario, la estenosis causada por traqueostomía más a menudo se debe a la formación excesiva de tejido de granulación alrededor del sitio de estoma traqueal. El tiempo de inicio de los síntomas después de la extubación o del retiro de la sonda de traqueostomía suele variar de dos a 12 semanas, pero pueden aparecer de inmediato o incluso hasta uno o dos años después. Con frecuencia, los pacientes http://booksmedicos.org 608 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii son diagnosticados de manera errónea como asma o bronquitis y el tratamiento para tales enfermedades puede continuar por cierto tiempo antes de que se establezca el diagnóstico correcto. En tér- minos generales, la intensidad de los síntomas se relaciona con el grado de estenosis y con la neumopatía subyacentedel paciente. Tratamiento en etapa aguda. Es fundamental una valoración broncoscópica amplia en la fase inicial de valoración. Debe docu- mentarse la longitud de la estenosis, su ubicación, la distancia entre las cuerdas vocales y la estenosis proximal y la distancia desde el borde distal a la carina. En pacientes con estenosis grave y com- promiso respiratorio, puede utilizarse la broncoscopia rígida para dilatar la estenosis; esto proporciona alivio inmediato de la obstruc- ción de las vías respiratorias y facilita la valoración cuidadosa de la estenosis. Rara vez, o acaso nunca, es necesaria la traqueostomía. La mayor parte de lesiones por intubación se ubican en el ter- cio superior de la tráquea y se puede tener acceso a las mismas para su resección a través de una incisión circunferencial. La resección por lo general involucra 2 a 4 cm de tráquea para los casos de este- nosis benigna. Es fundamental extirpar por completo todo el tejido inflamable cicatrizado. Sin embargo, aún puede realizarse una anas- tomosis primaria sin tensión, incluso si es necesaria la resección hasta de la mitad de la tráquea.2 De manera ideal, el paciente debe ser extubado en la sala de operaciones o poco después. En pacientes en quienes no es posible la resección traqueal, como aquellos con enfermedades asociadas significativas o con estenosis excesiva- mente larga, puede obtenerse paliación mediante la colocación de prótesis endotraqueales, por lo general con tubos en T de silicona. Las endoprótesis de malla de alambre no se utilizan, dada su pro- pensión a causar erosión a través de la pared de las vías respirato- rias. También se ha descrito el uso de dilatación con globo, ablación con láser o traqueoplastia, aunque su eficacia es marginal. La sustitución traqueal ha evolucionado como una opción para el tratamiento de la estenosis traqueal y consiste en una téc- nica de bioingeniería para retirar las células de tráquea de donador. Con este procedimiento se retiran todos los antígenos contra los A B C D E Figura 19-3. Diagrama de las principales lesiones después de intubación endotraqueal. A. Una lesión circunferencial en el sitio del globo des- pués del uso de una sonda endotraqueal. B. Lesiones potenciales después del uso de sondas de traqueostomía. Puede observarse una estenosis anterolateral al nivel del estoma. Puede observarse una estenosis circunferencial al nivel del globo (distal en relación con la sonda endotraqueal). El segmento interpuesto a menudo se encuentra inflamado y con traqueomalacia. C. Daño a la laringe subglótica. D. Fístula traqueoesofágica al nivel del globo de traqueostomía; en este sitio suele haber un daño circunferencial. E. Fístula con el tronco arterial braquiocefálico. (Adaptada con autorización de Grillo H. Surgical treatment of postintubation tracheal injuries. J Thorac Cardiovasc Surg. 1979;78:860. Copyright Elsevier.) cuales podría reaccionar el sistema inmunitario del receptor y per- mite el uso de tráquea de donador como andamiaje, sin el riesgo de rechazo. Después del retiro de las células, se realiza sembrado del andamiaje traqueal de donador con condrocitos del receptor a fin de restablecer la rigidez traqueal y con células epiteliales del recep- tor para crear nuevamente el recubrimiento epitelial interno. Se han publicado varios casos de éxito de trasplante traqueal alógeno, pero la técnica aún continúa limitándose a unos cuantos centros de alta especialidad. Esto se debe en parte a la escasez de tráquea de donador y la necesidad de experiencia en bioingeniería hística. Los esfuerzos actuales se dirigen a la creación de un andamiaje biosin- tético que puede utilizarse en lugar de la tráquea de donador. Esto incrementaría de manera sustancial la disponibilidad de material de sustitución traqueal y permitiría el uso amplio de esta técnica. Fístulas traqueales Tronco arterial braquiocefálico. Este tipo de fístulas tiene dos causas principales: baja colocación de la traqueostomía o infla- ción excesiva del globo traqueal. La colocación de la traqueos- tomía debe llevarse a cabo a través del segundo al cuarto anillos traqueales sin referencia con la ubicación de la escotadura esternal. Cuando se coloca por debajo del cuarto anillo traqueal, la curvatura interna de la sonda de traqueostomía quedará ubicada en un sitio donde ejerce presión sobre la cara posterior del tronco arterial bra- quiocefálico, lo que causará erosión arterial. De la misma forma, el globo traqueal, cuando se infla en exceso, ocasiona la lesión isquémica de la pared anterior y más tarde erosión hacia la arte- ria. La mayor parte de las fístulas inducidas por globo de sonda de traqueostomía se desarrolla en las dos semanas siguientes a la colocación de la traqueostomía. Desde el punto de vista clínico, las fístulas entre la tráquea y el tronco arterial braquiocefálico se manifiestan por hemorragia. A menudo ocurre una hemorragia premonitoria, aunque no suele ser masiva, pero no debe ser ignorada o atribuirse simplemente a irri- tación de las vías respiratorias o sangrado de la herida. En los casos http://booksmedicos.org 609 PARED TORÁCICA, PU LM ÓN , M EDIASTIN O Y PLEU RA CAPÍTU LO 19 Figura 19-4. Pasos en el tratamiento de urgencia de fístula entre la tráquea y el tronco arterial braquiocefálico. de hemorragia grave, el globo de la traqueostomía puede inflarse excesivamente para ocluir de manera transitoria la lesión arterial. Si este esfuerzo no tiene éxito, debe realizarse de inmediato una incisión de traqueostomía con abertura amplia e introducción del dedo para hacer compresión sobre la arteria contra el manubrio del esternón (fig. 19-4). El paciente puede ser sometido a intuba- ción bucal con aspiración de sangre de las vías respiratorias. Se realiza resección quirúrgica urgente del segmento afectado de la arteria, por lo general sin reconstrucción. Fístula traqueoesofágica. La fístula traqueoesofágica ocurre principalmente en pacientes que reciben apoyo prolongado con respiración mecánica junto con colocación de sonda nasogástrica.4 La compresión del globo sobre la tráquea membranosa y sobre la sonda nasogástrica ocasiona lesión de las vías respiratorias y del esófago, con desarrollo de fístula. Desde el punto de vista clínico, la aspiración de las vías respiratorias muestra la presencia de saliva, contenido gástrico o material de alimentación por sonda. Puede ocurrir inflación gástrica como consecuencia de la ventilación con presión positiva. La broncoscopia establece el diagnóstico; con el broncoscopio insertado se retira la sonda endotraqueal y se expone la fístula a la altura del globo de la sonda de traqueostomía alterna- tivamente, la esofagoscopia demuestra el globo de la sonda endo- traqueal en el esófago. El tratamiento, en primer lugar y de la mayor importancia, requiere el retiro de las sondas del esófago y retirar al paciente del respirador mecánico. El globo de la sonda endotraqueal debe colocarse por debajo de la fístula; se evita la inflación excesiva. Para reducir el riesgo de broncoaspiración, debe colocarse una sonda de gastrostomía para descompresión gástrica (a fin de evi- tar el reflujo) y una sonda de yeyunostomía para alimentación. Si persiste la broncoaspiración, puede realizarse una derivación esofágica con esofagostomía cervical. Una vez que se retira al paciente del respirador mecánico, puede realizarse resección tra- queal y anastomosis primaria, reparación del defecto esofágico e interposición de un colgajo muscular entre la tráquea y el esófago (fig. 19-5).5 Neoplasias traqueales Aunque son extremadamente poco comunes, la mayor parte de neo- plasias traqueales primarias son carcinomas epidermoides (relacio- nados con el tabaquismo) y carcinomas quísticos adenoides. Desde el punto de vista clínico, los tumores traqueales se manifiestan con tos, disnea, hemoptisis, estridor o síntomas de invasión de estructu- ras contiguas (como el nervio laríngeo recurrente o el esófago).El dato radiológico más común del cáncer traqueal es la estenosis tra- queal, que se encuentra en sólo 5% de los casos. Con tumores dife- rentes a los carcinomas epidermoides, los síntomas pueden persistir por meses porque los tumores tienen tasas de crecimiento lentas. La etapa de presentación es avanzada, con casi 50% de los pacientes con enfermedad en etapa IV. La supervivencia a cinco años para 1 Hiperinflación del globo 2 Control con presión digital 3 Compresión con broncoscopio Sonda endotraqueal lista en su sitio, si es necesaria Sustitución de la sonda de traqueostomía con sonda orotraqueal Presión anterógrada aplicada con el broncoscopio http://booksmedicos.org 610 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii todas las neoplasias traqueales es de 40%, pero disminuye a 15% para los individuos con enfermedad en etapa IV.6 El carcinoma epidermoide a menudo se manifiesta con metás- tasis a los ganglios linfáticos regionales y con frecuencia no es sus- ceptible de resección al momento de la presentación. Su conducta biológica es similar a la del carcinoma epidermoide del pulmón. Los carcinomas quísticos adenoides, un tipo de tumor de la glán- dula salival, suelen crecer lento, se diseminan por vía submucosa y tienden a infiltrar sobre las vainas nerviosas en la pared traqueal. Aunque crecen en forma lenta, los carcinomas quísticos adenoi- des son malignos y pueden diseminarse a los ganglios linfáticos regionales, pulmón y hueso. Los carcinomas epidermoides y los carcinomas quísticos adenoides representan casi 75% de todas las neoplasias traqueales. El 35% restante comprende los carcinomas microcíticos, carcinomas epidermoides, adenocarcinomas, linfo- mas y otros.7 Tratamiento. La valoración y tratamiento de pacientes con tumo- res traqueales incluye tomografía computarizada (CT, computed tomography) de cuello y tórax y broncoscopia rígida. El broncos- A C B D Cricoides Músculo esternohioideoEsófago copio rígido permite la valoración general de las vías respirato- rias y del tumor; también permite el desbridamiento o la ablación con láser del tumor para proporcionar alivio de la disnea. Si se considera que el tumor es susceptible de resección completa, el tratamiento preferido para estos tumores es la resección primaria y anastomosis (fig. 19-6). Hasta 50% de la longitud de la tráquea puede ser extirpada con anastomosis primaria. En la mayor parte de las resecciones traqueales, la movilización traqueal anterolateral y sutura de la barbilla al esternón por siete días es un procedimiento que se realiza de manera sistemática. El uso de liberación laríngea e hiliar depende del momento de la cirugía y del juicio del cirujano sobre la tensión presente en la línea de sutura. En casos de resec- ciones más largas, son necesarias maniobras especializadas como liberación laríngea y liberación del hilio pulmonar derecho a fin de reducir la tensión en la anastomosis. La mortalidad posoperatoria, que ocurre hasta en 10% de los pacientes, se asocia con la longitud de la resección traqueal, el uso de liberación laríngea, tipo de resección y el tipo histológico del cáncer. Los factores relacionados con mejoría de la supervivencia a largo plazo incluyen la resección completa y el uso de radiación Figura 19-5. Operación de una sola etapa para el cierre de la fístula traqueoesofágica y resección traqueal. A. Se divide la fístula y se realiza corte transversal de la tráquea por debajo del nivel de la lesión. B. La fístula se cierra en el lado traqueal en una sola capa y el lado esofágico en dos capas. C. Se extirpa el segmento lesionado de la tráquea. D. Vista de la anastomosis traqueal completada. http://booksmedicos.org 611 PARED TORÁCICA, PU LM ÓN , M EDIASTIN O Y PLEU RA CAPÍTU LO 19 como tratamiento auxiliar en el caso de resección incompleta.8 Por su radiosensibilidad, a menudo se administra radioterapia en el posoperatorio después de la resección de carcinomas quísticos adenoides y de carcinomas epidermoides.9 Es habitual aplicar dosis ≥ 50 Gy. La presencia de ganglios linfáticos positivos no parece relacionarse con peor supervivencia. La supervivencia a cinco y 10 años es mucho mejor para el carcinoma quístico adenoide (73 y 57%, respectivamente) que para el cáncer traqueal (47 y 36%, respectivamente; P < 0.05). Para pacientes con tumores no suscep- tibles de resección, la radioterapia puede administrarse como tra- tamiento primario para mejorar el control local, pero rara vez es curativo. Para compromiso recurrente de las vías respiratorias, debe considerarse el láser o la colocación de endoprótesis como parte del algoritmo de tratamiento. PULMóN Anatomía Anatomía segmentaria. La anatomía segmentaria bronquial y vascular de los pulmones permite las recepciones segmentarias y subsegmentarias, si la situación clínica requiere que se conserve tejido pulmonar10 (fig. 19-7). Observe la continuidad del parén- quima pulmonar entre los segmentos adyacentes de cada lóbulo. Drenaje linfático. Los ganglios linfáticos que drenan a los pul- mones se dividen en dos grupos con base en el sistema de estadifi- cación de tumor-ganglio linfático-metástasis (TNM) para el cáncer pulmonar: los ganglios linfáticos pulmonares (N1) y los ganglios linfáticos mediastínicos (N2) (fig. 19-8). Los ganglios linfáticos N1 constituyen los siguientes: a) gan- glios linfáticos intrapulmonares o segmentarios que se encuentran en puntos de división de bronquios segmentarios o en la bifurca- ción de la arteria pulmonar; b) ganglios linfáticos que se ubican por debajo de los bronquios de los lóbulos superior, medio e inferior; Broncoscopia con equipo flexible/rígido Tumor susceptible de resección Estado general adecuado para la intervención quirúrgica Mal estado físico Tumor no susceptible de resección 1) Borde de resección traqueal probablemente positivo en el análisis macroscópico 2) Enfermedad metastásica 3) La longitud de la resección impide una reconstrucción segura 4) Invasión a órganos adyacentes, lo que hace a la lesión no susceptible de resección Radioterapia con 50 Gy (± quimioterapia) (tratamiento primario o posoperatorio) Principios de resección traqueal • Pueda extirparse hasta 50% de longitud traqueal • Sólo movilización anterolateral • Suturar la cabeza en flexión por siete días • Liberación laríngea e hiliar según sea necesario para el alivio de la atención Desbridamiento, ablación de la lesión con láser, o ambos Estadificación completa: tomografía computarizada/PET/ mediastinoscopia Alto índice de sospecha (tos, disnea, hemoptisis, estridor, disfonía) Figura 19-6. Algoritmo para la valo- ración y tratamiento de una neoplasia traqueal. PET, tomografía por emisión de positrones. c) ganglios linfáticos interlobulares ubicados en los ángulos for- mados por los bronquios principales que se bifurcan en bronquios lobulares, y d) ganglios linfáticos sobre el bronquio principal. Los ganglios linfáticos interlobulares se encuentran en la profundidad de la cisura interlobular a cada lado y constituyen el sitio de dre- naje para cada pulmón, conocido como colector linfático de Borrie; todos los ganglios linfáticos del pulmón correspondiente vierten su contenido en este grupo de ganglios (fig. 19-9). En el lado derecho, los ganglios linfáticos del colector linfático se encuentran alrede- dor del bronquio intermedio (delimitado por arriba por el bronquio superior derecho por debajo por el bronquio segmentario superior y el lóbulo medio). En el lado izquierdo, el colector linfático está limitado por la cisura interlobular, con los ganglios linfáticos en el ángulo entre los lóbulos inferior y de la língula y en aposición con las ramas de la arteria pulmonar. Los ganglios linfáticos N2 consisten de cuatro grupos prin- cipales. a) Los ganglios linfáticos mediastínicos anteriores, ubica- dos en asociación con la superficie superior del pericardio, nervios frénicos, ligamento arterioso y tronco venoso braquiocefálico izquierdo.b) El grupo mediastínico posterior, que incluye los gan- glios linfáticos paraesofágicos en el ligamento pulmonar inferior y, en dirección a superior, entre el esófago y la tráquea, cerca del arco de la vena ácigos. c) Los ganglios linfáticos traqueobronquia- les que están constituidos por tres subgrupos ubicados cerca de la bifurcación de la tráquea. Éstos incluyen los ganglios subcarinales, que se encuentran en ángulo obtuso entre la tráquea y el bronquio principal y los ganglios que se encuentran en dirección anterior y hacia el extremo distal de la tráquea. d) Ganglios linfáticos paratra- queales que se ubican en la proximidad de la tráquea en la porción superior del mediastino. Los ubicados en el lado derecho forman una cadena con los ganglios traqueobronquiales en dirección infe- rior y con algunos ganglios cervicales profundos en dirección superior (ganglios linfáticos escalenos). http://booksmedicos.org 612 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii El drenaje linfático a los ganglios linfáticos mediastínicos del pulmón derecho es ipsolateral, con excepción de drenaje bila- teral ocasional hacia la porción superior del mediastino. Por el contrario, en el pulmón izquierdo, en particular en el lóbulo infe- rior izquierdo, el drenaje linfático ocurre con la misma frecuencia a los ganglios linfáticos ipsolaterales y contralaterales superiores mediastínicos. Histología normal del pulmón Los pulmones pueden percibirse de manera conveniente como dos componentes vinculados: el árbol traqueobronquial (componente de conducción de las vías respiratorias) y los espacios alveolares (componente donde ocurre el intercambio gaseoso). El árbol tra- queobronquial consiste de aproximadamente 23 divisiones de las vías respiratorias hasta el nivel del alvéolo. Incluye el bronquio principal, bronquios globulares, bronquios segmentarios (para designar los segmentos broncopulmonares) y bronquíolos termi- nales (la parte más pequeña de las vías respiratorias recubierta por epitelio bronquial y sin alvéolo). El árbol traqueobronquial en condiciones normales está recubierto por células columnares ciliadas seudoestratificadas y células mucosas (caliciformes), las cuales derivan de las células basales (fig. 19-10). Predominan las células ciliadas. Las células caliciformes, que producen moco, pueden incrementar el número de manera significativa en lesiones bronquiales agudas, como exposición al humo del cigarrillo. El epitelio bronquial normal también contiene glándulas bronquiales submucosas, que son glándulas mixtas de tipo salival que contienen células mucosas, células serosas y células neuroendocrinas cono- cidas como células de Kulchitsky, que también se encuentran en la superficie del epitelio. Las glándulas bronquiales mucosas pueden dar origen a tumores de tipo de la glándula salival, incluidos carci- nomas epidermoides y carcinomas quísticos adenoides. Dos tipos celulares, conocidos como neumocitos tipo I y tipo II, constituyen el epitelio alveolar. Los depósitos de tipo I comprenden 40% de las células totales del epitelio alveolar, pero recubren 95% del área de superficie de la pared alveolar. Estas células no son capaces de regeneración, porque carecen de potencial mitótico. Los monocitos Pulmón y bronquio derechos Pulmón y bronquio izquierdos 1 1 1 1 2 2 2 2 3 3 33 3 3 4 4 4 4 4 5 5 5 5 5 5 6 6 6 6 6 6 8 8 8 8 8 8 8 9 9 99 9 9 10 10 10 10 10 10 107 7 7 1+2 1+2 Segmentos 1. Apical 2. Posterior 3. Anterior 4. Lateral 5. Medial 6. Superior 7. Basal medial* 8. Basal anterior 9. Basal lateral 10. Basal posterior *El segmento basal medial (7) no está presente en el pulmón izquierdo 3p 3a 6 Ao PA 5 1 2L Tronco arterial braquiocefálico 2R 4R Ao 4LVena ácigos 10R 7 11R 12,13,14R 8R 9R 9L 8L PA 11L 10L 12,13,14L Figura 19-7. Anatomía segmentaria de pulmones y bronquios. Figura 19-8. Ubicación de los niveles de ganglios linfáticos regionales para el cáncer pulmonar. (Reproducida con autorización de Mountain CF, Dresler CM. Regional lymph node classification for lung cancer staging. Chest. 1997;111:1718.) Ao, aorta; PA, arteria pulmonar. http://booksmedicos.org 613 PARED TORÁCICA, PU LM ÓN , M EDIASTIN O Y PLEU RA CAPÍTU LO 19 Figura 19-9. El colector linfático de Borrie incluye los grupos de ganglios linfáticos que reciben drenaje linfático de todos los nódulos pulmonares del pulmón correspondiente. Figura 19-10. Histología normal del pulmón. A. Células columnares ciliadas seudoestratificadas y células mucosas que normalmente recurren el árbol traqueobronquial. B. Se señala una célula de Kulchitsky (flecha). B A tipo II cubren sólo 3% de la superficie celular, pero comprenden 60% de las células del epitelio alveolar. Además, se observan grupos de células neuroendocrinas en los espacios alveolares. Lesiones preinvasoras El término “precanceroso” no significa progresión inevitable a car- cinoma invasor, aunque tales lesiones, en particular las de displasia grave,11,12 constituyen un indicio claro para el posible desarrollo de cáncer invasor. A la fecha se reconocen estas lesiones precancero- sas del aparato respiratorio. 1. Displasia epidermoide y carcinoma in situ. El tabaquismo puede inducir la transformación del epitelio seudoestratificado traqueobronquial a una mucosa epidermoide metaplásica con evolución subsiguiente a displasia, conforme se acumulan anomalías celulares. Los cambios displásicos incluyen altera- ción de la polaridad celular e incremento en el tamaño celu- lar, número de capas celulares, razón de núcleo/citoplasma y número de mitosis. La gradación se considera como leve, moderada o grave. El carcinoma in situ representa el carci- noma aún confinado por la membrana basal. http://booksmedicos.org 614 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii 2. Hiperplasia adenomatosa atípica (AAH). La AAH es una lesión con tamaño inferior a 5 mm, que comprenden las células epiteliales que recubren el alvéolo y que son similares a los neumocitos tipo II. Desde el punto de vista histológico, la AAH es similar al adenocarcinoma in situ; representa una etapa inicial de una evolución escalonada al adenocarcinoma in situ y más tarde al adenocarcinoma. Con la disponibilidad de CT de cortes delgados, es posible detectar lesiones de ade- nocarcinoma preinvasor desde la etapa de AAH. Estas lesiones pueden ser múltiples y por lo general son pequeñas (5 mm o menos) y tienen un aspecto de vidrio despulido. 3. Hiperplasia pulmonar idiopática difusa de células neuroen- docrinas. Esta lesión representa una proliferación difusa de células neuroendocrinas, pero sin invasión a la membrana basal. Puede existir como un incremento difuso en el número de célu- las neuroendocrinas o como lesiones pequeñas, con tamaños < 5 mm de diámetro. Las lesiones > 5 mm de diámetro o que afectan la membrana basal se denominan tumores carcinoides. Lesiones malignas o invasoras Actualmente, el diagnóstico histopatológico de cáncer pulmonar se basa en los criterios de la microscopia de luz y en términos gene- rales se divide en dos grupos principales: carcinoma pulmonar no microcítico y tumores no endocrinos.13 La tinción inmunohistoquí- mica y la microscopia electrónica se utilizan como auxiliares en el diagnóstico, en particular en la valoración de posibles tumores no endocrinos. Carcinoma pulmonar no microcítico. El término carcinoma pulmonar no microcítico (NSCLC, non-small cell lung carci- noma) comprende muchos tipos de células tumorales, incluyendo los tumores microcíticos, epidermoides y adenocarcinomas. Desde el punto de vista histórico, estos tipos se consideraron como un grupo uniforme con base en la limitada comprensión de las diferen- Cuadro 19-1 Diferencias entre adenocarcinoma mucinoso invasor y adenocarcinoma no mucinoso in situ/adenocarcinoma mínimamente invasor/adenocarcinoma predominantemente lepídico ADENOCARCINOMA MUCINOSO INVASOR (ANTES DENOMINADO BAC MUCINOSO)AIS/MIA/LPA NO MUCINOSO (ANTES DENOMINADO BAC NO MUCINOSO) Mujeres 49/84 (58%)52,120-123 101/140 (72%)52,120-123 Fumadores 39/87 (45%)52,120-122,124 75/164 (46%)52,120-122,124 Aspecto radiográfico Consolidación en la mayor parte; broncograma aéreo125 En la mayor parte hay atenuación con imagen en vidrio despulido23,56,58,103,129-134 Con frecuencia la presentación es multifocal y multilobular56,125-128 Tipo celular Lleno de mucina, columnar o caliciforme50-52,125,135 Neumocito tipo II, células de Clara o ambos50-52,125,135 Fenotipo CK7 Positivo la mayor parte de las veces (casi 88%)a54,55,136-139 Positivo (casi 98%)a54,55,136-139 CK20 Positivo (cerca de 54%)a54,55,136-139 Negativo (cerca de 5%)a54,55,136-139 TTF-1 Negativo la mayor parte de las veces (cerca de 17%)1a54,55,120,137-139 Positivo (cerca de 67%)a54,55,120,137-139 Genotipo Mutación KRAS Frecuente (cerca de 76%)a55,94,121,127,140-144 Algunos casos (cerca de 13%)a55,121,127,140-144 Mutación EGFR Casi ninguno (cerca de 3)a55,121,127,140-142 Frecuente (cerca de 45%)a55,121,127,140-142 Reproducido con autorización de Travis W, Brambilla E, Noguchi M, et al. International Association for the Study of Lung Cancer/American Thoracic Society/ European Respiratory Society: International multidisciplinary classification of lung adenocarcinoma. J Thorac Oncol. 2011;6:244. a Los números representan el porcentaje de casos que se han reportado como positivos. BAC, carcinoma bronquíolo alveolar, AIS, adenocarcinoma in situ; MIA, adenocarcinoma mínimamente invasor; LPA, adenocarcinoma predominantemente lepídico; EGFR, receptor del factor de crecimiento epidérmico; TTF, factor de transcripción tiroidea. tes conductas clínicas de cada subtipo así como el hecho de que existían pocas opciones terapéuticas disponibles. Con el incremento de la comprensión de la biología molecular subyacente a estos tipos tumorales, han evolucionado con rapidez los métodos diagnósticos, el tratamiento y la terminología utilizada para descri- bir estos tumores. Adenocarcinoma. La incidencia de adenocarcinoma se ha incre- mentado en las últimas décadas y hoy en día es el cáncer pulmonar más común, constituyendo casi 30% de los cánceres pulmonares en varones fumadores y 40% de los cánceres pulmonares en mujeres fumadoras. El adenocarcinoma es el subtipo histológico para 80% y 60% de los cánceres pulmonares en mujeres y varones no fuma- dores, respectivamente. Ocurre más a menudo en mujeres que en varones. Es el subtipo histológico más frecuente en mujeres, en pacientes que tienen menos de 45 años de edad y en población de origen asiático.14 Subtipos histológicos de adenocarcinoma. El incremento en la comprensión del adenocarcinoma pulmonar, como las diferen- cias importantes en aspectos clínicos, radiológicos, histopa- tológicos y genéticos entre los adenocarcinomas mucinosos y no mucinosos, impulsó múltiples cambios en el sistema de cla- sificación en el año 2011.15 Con base en el consenso, el grupo de trabajo internacional propuso un método multidisciplinario con cri- terios estandarizados y terminología para el diagnóstico en muestras histológicas y de biopsias pequeñas y la realización sistemática de pruebas moleculares para mutaciones conocidas como las mutacio- nes EGFR y KRAS (cuadro 19-1). El nuevo sistema de clasificación diseñó una progresión histopatológica escalonada, desde AAH a adenocarcinoma invasor con base en los patrones de crecimiento histológico predominante; los términos carcinoma broncoal- veolar y adenocarcinoma de subtipo mixto fueron eliminados en favor de una clasificación más biológica (cuadro 19-2). 1 2 3 http://booksmedicos.org 615 PARED TORÁCICA, PU LM ÓN , M EDIASTIN O Y PLEU RA CAPÍTU LO 19 1. Adenocarcinoma in situ (AIS). Los AIS son adenocarci- nomas solitarios pequeños (≤ 3 cm) que tienen crecimiento lepídico puro; el crecimiento lepídico se caracteriza por cre- cimiento tumoral en los espacios alveolares. Estas lesiones no producen invasión hacia el estroma, sistema vascular o pleura y no tienen patrones papilares o micropapilares o células tumorales intracelulares. Rara vez son mucinosos y consis- ten de neumocitos tipo II o células de Clara. Es de esperarse que estos pacientes tengan una supervivencia 100% específica para la enfermedad con la ablación quirúrgica completa. En la CT, los AIS pueden aparecer como neoplasias puras con imagen de vidrio despulido, pero en ocasiones se manifiestan como parte de un nódulo sólido o sólido en parte. Es muy probable que los AIS mucinosos tengan un aspecto sólido o un aspecto de consolidación. Al igual que con los AAH, las lesiones pueden ser únicas o múltiples; sin embargo, los cam- bios en vidrio despulido del AIS tiende a tener una mayor atenuación en comparación con los AAH. 2. Adenocarcinoma mínimamente invasor (MIA). En la lesión solitaria del mismo tamaño, si tiene menos de 5 mm de inva- sión con predominio de patrón de crecimiento lepídico, la lesión se conoce como adenocarcinoma mínimamente inva- sor (MIA) para indicar un patrón con supervivencia cercana a 100% cuando la lesión se extirpa por completo. Esto diferen- cia a los pacientes con AIS, pero reconoce el hecho de que la presencia de la invasión se torna significativa desde el punto de vista pronóstico cuando el tamaño del componente invasor alcanza 5 mm o más de tamaño.16 Si se encuentran múltiples Cuadro 19-2 Nuevo sistema de clasificación para el adenocarcinoma pulmonar Lesiones preinvasoras Hiperplasia adenomatosa atípica Adenocarcinoma in situ (≤ 3 cm, antes conocido como BAC) No mucinoso Mucinoso Mezcla de mucinoso/no mucinoso Adenocarcinoma mínimamente invasor (tumor ≤ 3 cm, predominantemente lepídico, con invasión tumoral ≤ 5 mm) No mucinoso Mucinoso Mezcla de mucinoso/no mucinoso Adenocarcinoma invasor Predominantemente lepídico (antes conocido como BAC con patrón no mucinoso con invasión > 5 mm) Predominantemente acinar Predominantemente papilar Predominantemente micropapilar Predominantemente sólido con producción de mucina Variantes de adenocarcinoma invasor Adenocarcinoma mucinoso invasor (antes conocido como BAC mucinoso) Coloide Fetal (alta y baja malignidad) Entérico Reproducido con autorización de Travis W, Brambilla E, Noguchi M, et al. International Association for the Study of Lung Cancer/American Thoracic Society/European Respiratory Society: International multidisciplinary clas- sification of lung adenocarcinoma. J Thorac Oncol. 2011;6:244. BAC, carcinoma bronquíolo alveolar; IASLC, International Association for the Study of Lung Cancer; ATS, American Thoracic Society; ERS, European Respiratory Society. áreas de invasión microscópica de crecimiento lepídico, se uti- liza el tamaño del área de invasión más grande, medida como la dimensión de mayor tamaño; esta área debe medir ≤ 5 mm para que se considere como MIA. Al igual que con el AIS, el MIA rara vez es mucinoso. El componente histológico es acinar, papilar, micropapilar, sólido o combinaciones de éstos y muestra infiltración de células tumorales en el estroma cir- cundante de miofibroblastos. En la CT, el aspecto de MIA a menudo es un nódulo en parte sólido (≤ 5 mm) con un compo- nente predominante de imagen en vidrio despulido, pero puede ser muy variable. 3. Adenocarcinoma predominantemente lepídico (LPA). Si hay invasión microvascular, invasión pleural, necrosis tumo- ral o más de 5 mm de invasión en una lesión que tienen creci- miento lepídico como componente predominante, se excluye el MIA y la lesión se conoce como adenocarcinoma predomi- nantemente lepídico (LPA) y el tamaño del componente inva- sor se registra para la etapa T. 4. Adenocarcinoma invasor. El nuevo sistema de clasificación recomienda clasificar el adenocarcinoma invasor con base en el subtipo más predominante después de la valoración histológica del tejido extirpado. Para determinar el subtipo predominante, se valoran los corteshistológicos y los patrones se determinan en incrementos de 5% a lo largo de toda la muestra. El método semicuantitativo estimula al revisor para que identifique y cuan- tifique todos los patrones presentes, más que centrarse en un solo patrón. En el reporte de histopatología, el tumor se clasifica con base en el patrón predominante, reportando también los porcen- tajes de los subtipos (fig. 19-11). Los subtipos incluyen: a. Predominantemente lepídico b. Predominantemente acinar c. Predominantemente papilar d. Predominantemente micropapilar e. Predominantemente sólido El adenocarcinoma a menudo se ubica periféricamente y con frecuencia se descubre en forma incidental en una radiografía torácica sistemática, a diferencia de los cánceres epidermoi- des. Cuando ocurren síntomas, se deben a invasión pleural o de la pared torácica (dolor de la pared torácica o dolor pleu- rítico) o invasión intrapleural con derrame pleural maligno. El adenocarcinoma invasor suele ser sólido pero en la CT puede tener un aspecto en parte sólido o incluso un nódulo con aspecto en vidrio despulido. En ocasiones, puede obser- varse una opacificación lobular con imagen en vidrio despu- lido, lo que a menudo se asocia con compromiso respiratorio significativo y puede confundirse con neumonía lobular. Las imágenes con aspecto similar a burbujas o quísticas en la CT en adenocarcinomas pequeños (≤ 2 cm) o con componentes extensos con imagen en vidrio despulido se correlacionan con tumores de crecimiento lento y bien diferenciados y con un pronóstico más favorable. Los broncogramas aéreos intratu- morales suelen indicar tumores bien diferenciados, mientras que el aspecto con espículas gruesas (≥ 2 mm) sugiere invasión vascular y metástasis ganglionares y se acompaña de dismi- nución de la supervivencia después de la resección quirúrgica completa. La retracción pleural también indica mal pronóstico. 5. Las variantes histológicas adicionales incluyen adenocar- cinoma coloide (antes conocido como cistadenocarcinoma mucinoso), adenocarcinoma fetal y adenocarcinoma entérico. Los tipos de células claras y de células en anillos de sello ya no se consideran como subtipos diferentes porque pueden encon- trarse en asociación con la mayor parte de los cinco patrones histológicos predominantes (lepídico, acinar, papilar, micro- papilar y sólido). Sin embargo, aún son notables porque pue- den señalar cambios moleculares relevantes como la presencia del gen de fusión EML4-ALK en tumores sólidos con caracte- rísticas de células en anillos de sello. http://booksmedicos.org 616 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii Figura 19-11. Principales patrones histológicos del adenocarcinoma invasor. A. Patrón predominantemente lepídico con predominio del creci- miento lepídico (derecha) y un área más pequeña de adenocarcinoma acinar invasor (izquierda). B. El patrón lepídico consiste de proliferación de neumocitos tipo II y células de Clara a lo largo de las paredes de la superficie celular. C. Área del adenocarcinoma acinar invasor (el mismo tumor que en A y B). D. El adenocarcinoma acinar consiste de glándulas malignas redondeadas u ovaladas que invaden el estroma fibroso. E. El adeno- carcinoma papilar consiste de células malignas cuboidales o células tumorales columnares que crecen en la superficie de centros fibrovasculares. F. El adenocarcinoma micropapilar consiste de agrupaciones papilares pequeñas de células glandulares que crece en el espacio aéreo, que en su mayor parte no poseen núcleos fibrovasculares. G. El adenocarcinoma sólido con mucina consiste de hojas de células tumorales con abundante citoplasma y sobre todo en núcleos vesiculares con varios nucléolos anormales. No se observan patrones acinar, papilar o lepídico, pero múltiples células tienen glóbulos basófilos intracitoplásmicos que sugieren mucina intracitoplásmica. H. Adenocarcinoma sólido con mucina. Resaltan numerosas gotas intracitoplásmicas de mucina con la tinción de diastasa-ácido peryódico de Schiff. (Reproducida con autorización de Travis W, Brambilla E, Noguchi M, et al. International Association for the Study of Lung Cancer/American Thoracic Society/ European Respiratory Society: International multidisciplinary classification of lung adenocarcinoma. J Thorac Oncol. 2011;6:244.) Carcinoma epidermoide. El carcinoma epidermoide representa 30 a 40% de los cánceres pulmonares y es el cáncer más frecuente en varones y tiene una correlación estrecha con el tabaquismo. Se origina principalmente en los bronquios principales, lobulares o del primer segmento, que en conjunto se conocen como vías res- piratorias centrales. Los síntomas de irritación u obstrucción de la vía respiratoria son comunes e incluyen tos, hemoptisis, sibilancias (por obstrucción grave de la vía respiratoria), disnea (por obstruc- ción bronquial con o sin atelectasia posobstructiva) y neumonía (causada por obstrucción de las vías respiratorias con retención de secreciones y atelectasias). En ocasiones se desarrolla un carcinoma epidermoide periférico en una cicatriz tuberculosa o en la pared de una cavidad de bronquiec- tasia. Desde el punto de vista histológico, las células desarrollan un patrón de agrupamiento con puentes intracelulares y perlas queratí- nicas. Es frecuente la necrosis central y puede ocasionar datos radio- gráficos de una cavidad (posiblemente con un nivel hidroaéreo). Tales cavidades pueden infectarse con la formación del absceso resultante. http://booksmedicos.org 617 PARED TORÁCICA, PU LM ÓN , M EDIASTIN O Y PLEU RA CAPÍTU LO 19 Carcinoma macrocítico. Los carcinomas macrocíticos represen- tan 10 a 20% de los cánceres pulmonares y pueden ubicarse en el centro o en la periferia. Estos tumores tienen diámetros celulares de 30 a 50 µm, que a menudo se encuentran mezclados con diversos tipos de células malignas. Los carcinomas macrocíticos pueden con- fundirse con variantes celulares de carcinoma neuroendocrino, pero pueden diferenciarse por tinciones inmunohistoquímicas especiales. Neoplasias del tipo de las glándulas salivales. Las glándulas bronquiales submucosas tipo salival a lo largo de todo el árbol tra- queobronquial pueden dar origen a tumores que son idénticos desde el punto de vista histológico a los que se observan en las glándulas salivales. Los dos más comunes son el carcinoma quístico adenoide y el carcinoma mucoepidermoide. Ambos tumores ocurren en la región central por su sitio de origen. Los carcinomas quísticos adenoides son tumores de crecimiento lento que producen invasión local y sistémica, que crecen en la submucosa y producen infiltración a lo largo de la vaina perineural. El carcinoma mucoepidermoide consiste de células escamosas y mucosas y se clasifica como de baja o alta malignidad, dependiendo de la tasa de mitosis y del grado de necrosis. Neoplasias neuroendocrinas. Los tumores pulmonares neuro- endocrinos se clasifican en hiperplasia neuroendocrina y tres gra- dos separados de carcinoma neuroendocrino (NEC). Las tinciones inmunohistoquímicas para marcadores neuroendocrinos (lo que incluye cromograninas, sinaptofisina, CD57 y enolasa específica para neuronas) son esenciales para diagnosticar con precisión la mayor parte de los tumores.17 El NEC grado I (carcinoide clásico o típico) es un NEC de baja malignidad; 80% se originan en el epitelio de las vías respira- torias centrales. Ocurre principalmente en pacientes jóvenes. Por su ubicación central, clásicamente se manifiesta con hemoptisis, con o sin obstrucción de las vías respiratorias y neumonía. Desde el punto de vista histológico, las células tumorales están dispuestas en cordo- nes y grupos con estoma ricamente vascularizado. Esta vascu laridad puede ocasionar hemorragia que pone en riesgo la vida incluso con maniobras simples de biopsia durante una broncoscopia. Se observan metástasis a los ganglios linfáticos regionales en 15% de los pacien- tes, pero rara vez ocurre diseminación sistémica o causa la muerte.Un NEC grado II (carcinoide atípico) tiene un potencial maligno mucho mayor y, a diferencia del NEC de grado I, está vinculado etiológicamente con tabaquismo y tiene mayor proba- bilidad de ubicarse periféricamente. Los datos histológicos pueden incluir áreas de necrosis, pleomorfismo nuclear y altas tasas micó- ticas. Las metástasis de ganglios linfáticos se encuentran en 30 a 50% de los pacientes. Al momento del diagnóstico, 25% de los pacientes ya tienen metástasis distantes. El NEC grado III son tumores con tipo celular grande que ocurren principalmente en individuos con tabaquismo intenso y en los campos pulmonares medio y periférico. A menudo son grandes con áreas de necrosis central y altas tasas de mitosis. Su naturaleza neuroendocrina se revela con tinción inmunohistoquímica positiva para al menos un marcador neuroendocrino. El NEC grado IV (carcinoma pulmonar microcítico [SCLC] es el NEC más maligno y constituye 25% de todos los cánceres pulmonares; todos los NEC producen metástasis amplias en etapas tempranas. Estos cánceres también se originan principalmente de las vías respiratorias centrales. Al igual que con los cánceres epi- dermoides, los síntomas incluyen tos, hemoptisis, sibilancias (por la obstrucción grave de la vía respiratoria), disnea (por obstruc- ción bronquial con o sin atelectasia posobstructiva) y neumonía (causada por obstrucción de las vías respiratorias con retención de secreciones y atelectasias). La valoración incluye una revisión por un anatomopatólogo experto y la revisión amplia en busca de enfer- medad metastásica. Se reconocen tres grupos de NEC grado IV: carcinoma microcítico puro (en ocasiones referido como carcinoma de células en avena), carcinoma microcítico con componente de células grandes y tumores combinados (mixto). Los NEC grado IV consisten de células pequeñas (diámetro de 10 a 20 µm) con poco citoplasma y núcleo muy oscuro; pueden ser difíciles de diferenciar de las lesiones linfoproliferativas y de los tumores carcinoides atípicos. Desde el punto de vista histo- lógico, se observa una alta tasa mitótica con múltiples mitosis y son características áreas de necrosis extensa. Se puede diferenciar NSCLC de SCLC con biopsias broncoscópicas muy pequeñas, pero los artefactos por el aplastamiento pueden hacer que ambos tipos histológicos tengan un aspecto similar. Si no existe certeza, podría ser necesario realizar tinciones inmunohistoquímicas especiales, obtener nuevas biopsias (o ambas). Estos tumores son los que más a menudo producen síndromes paraneoplásicos. Epidemiología del cáncer pulmonar El cáncer pulmonar es la principal causa de muerte por cáncer y el segundo diagnóstico por cáncer más frecuente en Estados Unidos; representa casi 28% de muertes por todos los cánceres, más que los cánceres de mama, próstata, ovario, colon y recto combinados (fig. 19-12). En el año 2008, se calculó que uno de cada tres varones y una de cada 16 mujeres podrían desarrollar cáncer pulmonar a lo largo de su vida. La supervivencia general a cinco años para todos los pacien- tes con cáncer pulmonar es de 16%, lo que hace del cáncer pulmonar el más letal de los cuatro cánceres más frecuentes (fig. 19-13A, B). Sin embargo, es alentador que el promedio de tasa de muertes anua- les haya disminuido en 2.8% por año para varones y de 1.1% para mujeres por año de 2005 a 2009.18 Por desgracia, la mayor parte de los pacientes aún son diagnosticados en etapas avanzadas de la enfer- medad, de forma que el tratamiento rara vez es curativo. Los marcadores pronósticos para la supervivencia por cáncer pulmonar incluyen género femenino (supervivencia a cinco años de 18.3% para mujeres en comparación con 13.8% para varones), pacientes jóvenes (supervivencia a cinco años de 22.8% para individuos < 45 años en comparación con 13.7% para individuos > 65 años) y grupo étnico caucásico (supervivencia a cinco años de 16.1% para caucásicos en comparación con 12.2% para individuos de raza negra). Cuando no existen restricciones para el acceso a la atención médica, como ocurre en población militar, la diferencia en la supervivencia con base en el grupo étnico desaparece, lo que sugiere que, al menos en parte, las diferencias en la supervivencia pueden explicarse por diferencias en los accesos a atención médica avanzada y a un diagnóstico más tardío.19 Factores de riesgo para el cáncer pulmonar. El tabaquismo se implicó como factor causal en casi 75% de todos los cánceres pul- monares en todo el mundo en el año 2007. Con base en el reporte de 2004 del U.S. Surgeon General, 90% de los cánceres pulmonares en varones y casi 80% en mujeres pueden atribuirse al tabaquismo con cigarrillos o al tabaquismo pasivo. Los dos tipos de cáncer pulmonar (carcinoma epidermoide y carcinoma microcítico) son extraordinariamente poco comunes en ausencia de tabaquismo. El riesgo de desarrollar cáncer pulmonar se incrementa con el número de cigarrillos consumidos, el número de años del tabaquismo y el uso de cigarros sin filtro. Por el contrario, el riesgo de cáncer pul- monar disminuye con la interrupción del tabaquismo, pero nunca disminuye a las cifras de los individuos que nunca han fumado, sin importar la duración de la abstinencia (cuadro 19-3).20 La expo- sición al radón explica la mayor parte de los cánceres restantes. Casi 25% de todos los cánceres pulmonares del mundo y 53% de los cánceres en mujeres no están relacionados con el tabaquismo y la mayor parte de ellos (62%) son adenocarcinomas. En el cuadro 19-4 se resumen los datos existentes con respecto a las causas de cáncer pulmonar en individuos no fumadores.21 Casi 3 500 muertes por cáncer pulmonar cada año se atri- buyen a la exposición ambiental al humo del cigarro (tabaquismo pasivo), lo que confiere un riesgo excesivo para cáncer pulmonar de 24% cuando un individuo no fumador vive con un fumador.22 El riesgo se confiere por exposición al tabaco en combustión, http://booksmedicos.org 618 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii Varones * Excluye los cánceres cutáneos basocelular y espinocelular y carcinomas in situ, con excepción del cáncer de la vejiga. Mujeres Estimación de nuevos casos* Causas más frecuentes de cánceres de reciente aparición y muertes: estimación de 2012 Muertes estimadas Próstata 241 740 (29%) Pulmón y bronquios 116 470 (14%) Colon y recto 73 420 (9%) Vejiga 55 600 (7%) Melanoma cutáneo 44 250 (5%) Riñón y pelvis renal 40 250 (5%) Linfoma no Hodgkin 38 160 (4%) Cavidad bucal y faringe 28 540 (3%) Leucemia 26 830 (3%) Páncreas 22 090 (3%) Todos los sitios 848 170 (100%) Mama 226 870 (29%) Pulmón y bronquios 109 690 (14%) Colon y recto 70 040 (9%) Cuerpo uterino 47 130 (6%) Tiroides 43 210 (5%) Melanoma cutáneo 32 000 (4%) Linfoma no Hodgkin 31 970 (4%) Riñón y pelvis renal 24 520 (3%) Ovario 22 280 (3%) Páncreas 21 830 (3%) Todos los sitios 790 740 (100%) Varones Mujeres Pulmón y bronquios 87 750 (29%) Próstata 28 170 (9%) Colon y recto 26 470 (9%) Páncreas 18 850 (6%) Hígado y vías biliares intrahepáticas 13 980 (5%) Leucemia 13 500 (4%) Esófago 12 040 (4%) Vejiga 10 510 (3%) Linfoma no Hodgkin 10 320 (3%) Riñón y pelvis renal 8 650 (3%) Todos los sitios 301 820 (100%) Pulmón y bronquios 72 590 (26%) Mama 39 510 (14%) Colon y recto 25 220 (9%) Páncreas 18 540 (7%) Ovario 15 500 (6%) Leucemia 10 040 (4%) Linfoma no Hodgkin 8 620 (3%) Cuerpo uterino 8 010 (3%) Hígado y vías biliares intrahepáticas 6 570 (2%) Encéfalo y otros tumores del sistema nervioso 5 980 (2%) Todos los sitios 275 370 (100%) 100 80 60 40 20 0 1930 * Por 100 000 habitantes, edad ajustada a los estándares de población estadounidense en el año 2000. Nota: debido a los cambios en los códigos del ICD, la información del numerador ha cambiado con el paso del tiempo. Las tasas para cáncer hepático, de pulmón y bronquios, colon y recto se han afectado por estos cambios en los códigos. Tasas de defunción por cáncer ajustadas poredad,* varones por sitio, Estados Unidos, 1930 a 2008 1935 1940 1945 1950 Estómago Ta sa p or 1 00 0 00 v ar on es Leucemia Hígado Colon y recto Próstata Pulmón y bronquios Páncreas 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 Figura 19-12. Causas más frecuentes de cánceres de reciente aparición y muertes: cálculos de 2012. *Excluye los cánceres cutáneos basocelular y espinocelular y carcinomas in situ, con excepción del cáncer de la vejiga. (Con autorización de John Wiley and Sons: Siegel R, Naishadham D, Jemal A. Cancer statistics, 2013. CA Cancer J Clin. 2012;62:10. © 2012 American Cancer Society, Inc.) Figura 19-13. Tasas de defunción por cáncer ajustadas para la edad. A. Varones por sitio, Estados Unidos, de 1930 a 2008. B. Mujeres por sitio, Estados Unidos, de 1930 a 2008. * Por 100 000 habitantes, edad ajustada a los estándares de población estadounidense en el año 2000. (Modificada con autorización de John Wiley and Sons: Siegel R, Naishadham D, Jemal A. Cancer statistics, 2013. CA Cancer J Clin. 2012;62:10. © 2012 American Cancer Society, Inc.) http://booksmedicos.org 619 PARED TORÁCICA, PU LM ÓN , M EDIASTIN O Y PLEU RA CAPÍTU LO 19 100 80 60 40 20 0 1930 * Por 100 000 habitantes, edad ajustada a los estándares de población estadounidense en el año 2000. † Se combinó tasa de defunción por cáncer uterino y por cáncer cervicouterino. Nota: debido a los cambios en los códigos ICD, la información del numerador ha cambiado con el paso del tiempo. Las tasas para cáncer de pulmón y bronquios, colon y recto, y ovario se han afectado por estos cambios en los códigos. Tasas de defunción por cáncer ajustadas por edad,* mujeres por sitio, Estados Unidos, 1930 a 2008 1935 Útero† Estómago Ovario Colon y recto Pulmón y bronquios Mama Páncreas 1940 1945 1950 Ta sa p or 1 00 0 00 m uj er es 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 Figura 19-13. Continuación. Cuadro 19-3 Riesgo relativo de cáncer pulmonar en fumadores CATEGORÍA DE TABAQUISMO RIESGO RELATIVO Nunca ha fumado 1.0 Fuma a la fecha 15.8-16.3 Fumó con anterioridad Años de abstinencia 1-9 5.9-19.5 10-19 2.0-6.1 > 20 1.9-3.7 Fuente: adaptado de Samet,20 p 673. incluidos los puros. La intensidad de la exposición al tabaquismo pasivo por un puro grande equivale a la exposición a 21 cigarrillos. Al igual que con el tabaquismo activo, el riesgo de desarro- llar cáncer pulmonar se incrementa con la duración y con la mayor exposición a un ambiente con humo de tabaco. Se han identificado más de 7 000 compuestos químicos en el humo del tabaco y se sabe que más de 70 de éstos son carcinóge- nos. Los principales carcinógenos químicos son los hidrocarburos aromáticos poliquísticos, que se inhalan de forma activa o pasiva en el humo del tabaco y se absorben; estos compuestos son activados por enzimas específicas y pueden ser mutágenos al unirse a macro- moléculas como ácido desoxirribonucleico (DNA) e inducen muta- ciones génicas. Al tratar a cualquier paciente con antecedentes de tabaquismo, es importante recordar que el campo de exposición al cáncer es la totalidad de la encrucijada entre el aparato respiratorio y el tubo digestivo. El riesgo del paciente se incrementa para cánceres de la cavidad bucal, faringe, laringe, árbol traqueobronquial, pulmo- nes y esófago. Debe realizarse una historia clínica detallada y explo- ración física de estos aparatos en la valoración de tales pacientes. Otras causas de cáncer pulmonar incluyen exposición a di- versos compuestos industriales lo que incluye asbestos, arsénico y compuestos de cromo. De hecho, la combinación de asbestos y exposición al humo del cigarrillo tiene efectos multiplicadores en el riesgo. La neumopatía preexistente confiere incremento en el riesgo de cáncer pulmonar (de hasta 13%) para individuos que nunca han fumado. Los pacientes con enfermedad pulmonar obs- tructiva crónica se encuentran en mayor riesgo para cáncer pul- monar del que sería de esperarse con base sólo en el riesgo del tabaquismo. Los pacientes con formación de cicatrices secunda- rias relacionados con el antecedente de tuberculosis también tienen mayor riesgo de carcinoma pulmonar primario. Este incremento parece estar relacionado con mala eliminación de los carcinógenos inhalados y los efectos de la inflamación crónica. Detección de cáncer pulmonar en poblaciones de alto riesgo En el año 2002, se inició la National Lung Screening Trial (NLST) para determinar si la detección con CT en poblaciones de alto riesgo podría reducir la mortalidad por cáncer pulmonar. El estu- dio incluyó a 53 353 pacientes elegibles, seleccionados al azar entre individuos de 55 a 70 años de edad para que se les realizarán tres CT helicoidales de dosis bajas anuales (LDCT, haciendo refe- rencia a CT helicoidal) o radiografía torácica posteroanterior. Los pacientes eran elegibles para el estudio si tenían el antecedente de 4 http://booksmedicos.org 620 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii Cuadro 19-4 Resumen de estudios selectos de los factores de riesgo para cáncer pulmonar en individuos que nunca han fumado FACTOR DE RIESGO RIESGO ESTIMADO (INTERVALO DE CONFIANZA DE 95%) COMENTARIOS REFERENCIA Ambiente con humo del tabaco 1.19 (90% CI: 1.04-1.35) 1.21 (1.13-1.30) 1.22 (1.13-1.33) 1.24 (1.18-1.29) Metaanálisis de 11 estudios estadounidenses de exposición de cónyuges (sólo mujeres) Metaanálisis de 44 estudios de casos y testigos en todo el mundo de exposición a cónyuges Metaanálisis de 25 estudios en todo el mundo de exposición laboral Metaanálisis de 22 estudios en todo el mundo de exposición en el sitio laboral 225 226 226 227 Radón residencial 8.4% (3.0-15.8%) por 100 Bq/m3 de incremento en el radón medido 11% (0-28%) por 100 Bq/m3 Metaanálisis de 13 estudios europeos Metaanálisis de siete estudios estadounidenses 228 229 Vapores por cocción en aceite 2.12 (1.81-2.47) Metaanálisis de siete estudios de China y Taiwán (mujeres que nunca fumaron) 230 Combustión de carbón y leña en interiores 2.66 (1.39-5.07) 1.22 (1.04-1.44) 2.5 (1.5-3.6) Metaanálisis de siete estudios de China y Taiwán (ambos sexos) Estudio grande de casos y testigos (2 861 casos y 3 118 testigos) de Europa oriental y central (ambos sexos) Estudio grande de casos y testigos (1 205 casos y 1 541 testigos) de Canadá (significativo sólo para mujeres) 230 231 232 Factores genéticos: antecedentes familiares, polimorfismo CYP1A1 Ile462Val, variantes XRCC1 1.51 (1.11-2.06) 2.99 (1.51-5.91) 2.04 (1.17-3.54) Sin asociación Sin asociación general; reducción del riesgo en 0.65 (0.46-0.83) con polimorfismo Arg194Trp y 0.56 (0.36-0.86) con polimorfismo Arg280His para individuos con tabaquismo intenso Incrementan el riesgo para individuos que nunca han fumado 1.3 (1.0-1.8) y disminución del riesgo para individuos con tabaquismo intenso de 0.5 (0.3-1.0) con polimorfismo Arg299Gln Metaanálisis de 28 casos y testigos, grupo de 17 individuos y siete estudios en mellizos Metaanálisis de 14 estudios de casos y testigos en caucásicos que nunca fumaron Metaanálisis de 21 estudios de casos y testigos de individuos caucásicos y asiáticos que nunca fumaron (significativo sólo para los caucásicos) Metaanálisis de 13 estudios de casos y testigos Estudio grande de casos y testigos de Europa (2 188 casos y 2 198 testigos) Estudio grande de casos y testigos de Estados Unidos (1 091 casos y 1 240 testigos) 233 234 235 236 237 238 Factores virales: HPV 16 y 18 10.12 (3.88-26.4) para mujeres que nunca fumaron > 60 años de edad Estudio de casos y testigos (141 casos, 60 testigos) de Taiwán en mujeres que nunca fumaron 239 Bq, becquerels; CI, intervalo de confianza; CYP1A1, citocromo P450, enzima 1A1; HPV, virus del papiloma humano. Reimpreso con autorización de Macmillan Publishers Ltd. Sun S, Schiller JH, Gazdar AF. Lung cancer innever smokers–a different disease. Nat Rev Cancer. 2007;7:778 Copyright © 2007. tabaquismo de más de 30 paquetes por año; si habían fumado en los últimos 15 años, si ya habían abandonado el hábito de tabaquismo y si no tenían antecedentes de cáncer pulmonar; si no tenían antece- dentes de otros cánceres que pusieron en riesgo la vida en los cinco años previos, si no tenían síntomas sugestivos de cáncer pulmonar no diagnosticado (como hemoptisis o pérdida de peso) y no habían sido sometidos a CT en los 18 meses previos. La rentabilidad del estudio fue excelente y se alcanzó el punto de valoración primario de reducción relativa de 20% en la mortalidad para el año 2010. Se observó una reducción absoluta en el riesgo de muerte por cáncer pulmonar de 4 por 1 000 individuos detectados con LDCT. Es de interés que la mortalidad por todas las causas también se redujo en casi 7% en el grupo de LDCT, lo que hace mayor énfasis en el impacto del cáncer pulmonar en la mortalidad de fumadores e indi- viduos que interrumpieron el tabaquismo.23 Se calcula que deben estudiarse a 320 individuos para salvar a uno del cáncer pulmonar. Consideraciones adicionales requieren valoración adicional antes de que se vuelva realidad la detección sistemática amplia con LDCT. http://booksmedicos.org 621 PARED TORÁCICA, PU LM ÓN , M EDIASTIN O Y PLEU RA CAPÍTU LO 19 Los estudios positivos falsos pueden ocasionar ansiedad del paciente, realización de pruebas con penetración corporal y la posibilidad de procesos mórbidos por la valoración adicional a causa de este resul- tado. Aún debe dilucidarse el impacto de estos aspectos en la cali- dad de vida del paciente y la rentabilidad del método. También es crítico que se establezcan guías reguladoras bien establecidas para la elegibilidad del paciente, la frecuencia de la detección, interpre- tación de los estudios, procesamiento para valoración y tratamiento adicionales en caso de resultados positivos y dosis de radiación para asegurar que los resultados puedan generalizarse a pacientes que han sido sometidos a detección en la comunidad médica general y no sólo en los centros de alta especialización en los que se realizó el estudio. Nódulo pulmonar solitario Un nódulo pulmonar solitario típicamente se describe como una lesión esférica única, bien circunscrita, ≤ 3 cm de diámetro y comple- tamente rodeada por tejido parenquimatoso pulmonar aireado nor- mal.24 No suele observarse atelectasia pulmonar, aumento de tamaño del hilio o derrame pleural. La mayor parte de los casos se detectan de manera incidental en las radiografías torácicas o en las CT obte- nidas por otra causa. Cada año se encuentran alrededor de 150 000 nódulos solitarios de manera incidental. La importancia clínica de tales lesiones depende de si representan o no un tumor maligno. El diagnóstico diferencial de nódulo pulmonar solitario debe incluir una amplia variedad de trastornos congénitos, neoplásicos, A B C D Figura 19-14. Tomografía computarizada helicoidal que muestra la anatomía normal del tórax en un corte transversal en cuatro niveles. A. Al nivel de la bifurcación de la tráquea puede observarse la ventana aorticopulmonar. B. En un corte ubicado 1 cm por debajo de la imagen mostrada en A puede observarse el origen de la arteria pulmonar izquierda. C. En el siguiente nivel más cefálico puede observarse el origen del trayecto de la arteria pulmonar derecha. Puede observarse el bronquio del lóbulo superior izquierdo en su origen a partir del bronquio principal izquierdo. D. En la imagen del tórax bajo pueden observarse las cavidades cardiacas y las venas pulmonares. AA, aorta ascendente; APW, ventana aorticopulmonar; DA, aorta descendente; LA, ventrículo izquierdo; LMB, bronquio principal izquierdo; LPA, arteria pulmonar izquierda; MPA, tronco pulmonar; RA, aurícula derecha; RPA, arteria pulmonar derecha; RV, ventrículo derecho; SVC, vena cava superior; T, tráquea. inflamatorios, vasculares y traumáticos. La probabilidad de cáncer en un nódulo pulmonar solitario se incrementa si el paciente tiene antecedente de tabaquismo (≥ 50% en fumadores en comparación con 20 a 40% en individuos que nunca fumaron). También es más probable que sea maligno si existen síntomas o si el paciente es de edad avanzada, varón o tiene exposiciones ocupacionales. Los nódulos pulmonares solitarios se definen por los datos en la radiografía torácica, pero con el incremento de la sensibilidad de una CT de dosis baja con fines de detección, hasta 50% de las lesio- nes que se encuentran se asocian con nódulos múltiples (de uno a seis), por lo general con tamaño < 1 cm. En el Early Lung Cancer Action Project, casi 7% de los voluntarios sanos tuvieron entre uno y tres nódulos y en 25% de los casos hubo hasta seis nódulos. La CT es necesaria para identificar el número de nódulos, su ubica- ción, tamaño, morfología de los bordes, patrón de calcificación y tasa de crecimiento.25 La CT helicoidal realiza el estudio continuo del paciente conforme éste se desplaza a través del detector, lo que permite que se obtengan imágenes de la totalidad del tórax durante una sola inspiración (fig. 19-14). En comparación con la CT con- vencional, esto proporciona una mejor calidad de imagen, porque se eliminan los artefactos de movimiento y mejora la detección de los nódulos pulmonares y las anomalías de las vías respiratorias centrales.26 Mientras más corto es el tiempo de adquisición de la CT helicoidal, también se permite un llenado más consistente de los vasos sanguíneos con el medio de contraste, lo que ocasiona una http://booksmedicos.org 622 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii mejor visualización de los estados patológicos y de las variaciones anatómicas contiguas a las estructuras vasculares. Además, la CT helicoidal tridimensional permite la creación de reconstrucción de imágenes para mejorar la visualización de las relaciones anatómi- cas espaciales.27 Deben utilizarse cortes delgados (colimación de 1 a 2 mm) a intervalos de 1 cm para valorar el parénquima pulmonar y los bronquios periféricos. Si el objetivo es encontrar metástasis pulmonares, se recomienda realizar cortes delgados a intervalos de 5 a 7 mm. Para la valoración de la tráquea y de los bronquios centra- les, se recomienda una colimación de 3 a 5 mm. La obtención de datos precisos de la anamnesis es de importancia fundamental para obtener imágenes apropiadas. Los datos característicos en la CT para lesiones benignas incluyen tamaño pequeño, calcificación en el interior del nódulo y estabilidad con el paso del tiempo. Son comunes cuatro patrones de calcificación benigna: difusa, sólida, central y laminada o “en roseta de maíz”. Las infecciones ateromatosas, como la tuberculosis, pue- den mostrar los tres primeros patrones, mientras que el patrón en roseta de maíz es más común en los hamartomas. En áreas de enfer- medad granulomatosa endémica, la diferenciación entre tumores benignos y malignos puede ser difícil. Los granulomas infecciosos que se originan de diversos microorganismos constituyen 70 a 80% de este tipo de nódulos solitarios benignos; los hamartomas son el siguiente tipo más común y representan casi 10% de los casos. Los datos en la CT característicos de cáncer incluyen creci- miento con el paso del tiempo, aumento de la densidad en la CT (40 a 50% de las lesiones sólidas parciales son malignas en comparación con sólo 15% de los nódulos sólidos o no sólidos que miden < 1 cm); tamaño > 3 cm, bordes irregulares, lobulados o espiculados y encon- trar signo de la corona radiada (que consiste en la aparición de bandas lineales finas que se extienden 4 a 5 mm hacia el exterior y que tienen aspecto especulado en las radiografías) (fig. 19-15). La calcificación punteada, amorfa o excéntrica suele relacionarse con cáncer. El crecimiento con el paso del tiempo es una característica importante para diferenciar entre lesiones benignas y malignas. Los cánceres pulmonares tienen
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