Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
INTRODUCCIÓN El tratamiento quirúrgico de la obesidad ha evolucionado para cen trarse de manera más específica en el tratamiento de las enferme dades asociadas con la obesidad, más que con la obesidad misma. Mientras que el término cirugía bariátrica continúa como el nom bre preponderante del campo, la importancia del tratamiento de los aspectos metabólicos de la obesidad ha causado que la primera sociedad de cirujanos en tratar estos problemas reciba el nombre de American Society for Metabolic and Bariatric Surgery (ASMBS). La nomenclatura refleja el nuevo énfasis en el tratamiento de las consecuencias metabólicas de la obesidad por medios quirúrgicos. Por primera vez en la historia de la cirugía bariátrica, se han dirigido esfuerzos considerables al estudio científico de los mecanismos fisio lógicos que favorecen la pérdida de peso y de mayor importancia, la resolución de las enfermedades asociadas con la obesidad. Otros cambios importantes en el campo de la cirugía bariátrica en Estados Unidos desde la última edición de esta obra incluyen la introducción y adopción rápida en todo el mundo de la gastrectomía laparoscópica en manguito y la disminución simultánea en la acep tación del procedimiento laparoscópico de banda gástrica ajustable. La comunidad de cirugía bariátrica también se ha dirigido a la mejora en los resultados y tratamiento para los pacientes. El concepto de los Centers of Excellence (COE) es un ejemplo vivo en Estados Unidos, pero a nivel internacional, ha sido uniforme una mayor atención a los resultados, con la intención de que sean óptimos. La mejoría de los resultados se ha documentado en las publicaciones médicas como una notable perspectiva de los estu dios clínicos con asignación al azar de tratamiento médico en comparación con tratamiento quirúrgico. En Estados Unidos, un estudio muy reciente puso en duda el concepto de mejoría en los resultados con base en los criterios de los COE, citando datos de que los pacientes de Medicare tuvieron tasas de complicaciones similares después de la cirugía antes y después del inicio de las políticas de aprobación de cirugía sólo con base en los COE.1 Introducción 1099 La enfermedad de la obesidad 1100 Prevalencia y factores que contribuyen / 1101 Problemas médicos y sociales actuales / 1101 Pronóstico / 1101 Tratamiento médico 1101 Generalidades sobre cirugía bariátrica 1102 Evolución de la cirugía bariátrica / 1103 La revolución bariátrica / 1103 Indicaciones / 1104 Contraindicaciones / 1104 Aspectos preoperatorios 1105 Selección del paciente / 1105 Preparación preoperatoria / 1105 Aspectos de anestesiología / 1106 Procedimientos de cirugía bariátrica 1107 Procedimientos abiertos en comparación con laparoscópicos / 1107 Vigilancia posoperatoria / 1107 Banda gástrica ajustable laparoscópica / 1108 Derivación gástrica laparoscópica en Y de Roux / 1112 Derivación gástrica abierta en Y de Roux / 1118 Derivación biliopancreática e intercambio duodenal / 1119 Gastrectomía laparoscópica en manguito / 1121 Aspectos especiales relacionados con el paciente bariátrico 1125 Procedimientos bariátricos en adolescentes y adultos mayores / 1125 Paciente femenino: aspectos ginecológicos y relacionados con el embarazo en la cirugía bariátrica / 1126 Cirugía metabólica / 1126 Resolución de otras enfermedades asociadas / 1128 Cirugía plástica después de la pérdida de peso / 1129 Procedimientos endoscópicos, eléctricos y otros procedimientos experimentales / 1129 La extensión de la indicación de cirugía metabólica para pacientes con obesidad clase 1 (índice de masa corporal, 30 a 35 kg/m2) ha sido otro desarrollo durante los últimos años.2 Las comunidades científica y reguladora han estado más dispuestas a reconocer la eficacia de la cirugía metabólica para el tratamiento de enfermedades asociadas, como diabetes, que las compañías pagadoras. La cobertura del seguro para pacientes calificados de manera apropiada permanece como una de las principales barreras para el acceso a la atención apropiada en pacientes que sufren de obesidad mórbida. En fecha reciente la American Medical Association reconoció a la obesidad mórbida como una enfermedad.3 Esto ocurrió años después del reconocimiento de la obesidad como una enferme dad por parte de los Centers for Medicare and Medicaid Services (CMS),4 una inversión de la situación habitual en la cual las orga nizaciones médicas se adelantan a los pagadores en el reconoci miento de tales situaciones. Pese al reconocimiento de los CMS, los administradores regionales de CMS aún crean barreras innecesarias y dificultan el acceso para la atención de pacientes con obesidad mórbida. Los periodos de espera largos, la negativa para aspectos de arbitraje y los planes obligatorios de “régimen alimentario” por seis a 12 meses sin el requerimiento de pérdida real de peso conti núan dominando el panorama de los pacientes que buscan cirugía metabólica y bariátrica. Esto también se ha vuelto un gran pro blema para otros pacientes que reciben negativas para la atención de las complicaciones urgentes después de cirugía bariátrica que ocurren luego de la operación original si el paciente tiene un nuevo plan de aseguramiento que no incluye la cirugía bariátrica. Aunque la Affordable Care Act publicada en fechas recientes puede elimi nar esta incapacidad para obtener aseguramiento por enfermeda des preexistentes, no existe garantía de que los pacientes que serán sometidos a cirugía bariátrica tendrán los mismos derechos para el pago de cirugías urgentes y necesarias después de una complica ción subsiguiente a cirugía bariátrica. Tratamiento quirúrgico de la obesidad Philip R. Schauer y Bruce Schirmer27capítulo http://booksmedicos.org 1100 La fusión de los sistemas COE de ASMBS y el American College of Surgeons (ACS) es el principal evento positivo en años recientes. Gracias al liderazgo de Robin Blackwell, M.D., Presi dente de ASMBS de 2011 a 2012, apoyado por el Consejo ejecu tivo de ASMBS, esta última tomó la iniciativa de fusionarse con el ACS para crear un sistema único y uniforme que sea aceptable para ambos grupos y que claramente tenga mayor autoridad por su posición única. El ACS proporcionó grandes recursos económicos y humanos para apoyar la fusión y para la adopción del sistema COE. Desde la fusión, ha ocurrido la incorporación de práctica mente todos los centros de los dos sistemas en un nuevo sistema. Los resultados, que se han reportado para la revisión por el Comité, son mejores que nunca. Se han beneficiado los pacientes. LA ENFERMEDAD DE LA OBESIDAD La obesidad es la segunda causa de muerte susceptible de prevención en Estados Unidos, superada a la fecha sólo por el tabaquismo. Sin embargo, la obesidad como entidad patológica separada a menudo es subapreciada y con frecuencia mal comprendida. El hecho de que la American Medical Association esperó hasta el verano de 2013 para reconocer a la obesidad como enfermedad, ilustra esta afirmación. La obesidad es una enfermedad y probablemente su origen es multifactorial. Es probable que en el futuro se obtenga una com prensión simple y directa de su fisiopatología, con el incremento de la comprensión de la genética molecular, pero por ahora, continúa como un problema complejo. Los componentes de la enfermedad probablemente incluyan una combinación de factores ambientales y genéticos. El aumento rápido y reciente en la incidencia de la obesidad en un tiempo inferior a una generación sugiere que las causas genéticas por sí solas no pueden ser la única causa de la en fermedad. No obstante, numerosos factores que contribuyen a ella incrementan la dificultad para comprender sus causas. Los grados de obesidad se definen por el índice de masa cor poral (BMI = peso [kg]/talla [m]2), que correlaciona el peso corporal con la talla. Existe controversia sobre cuál es el sistema más preciso por medio del cual clasificar la obesidad. El BMI tieneimprecisiones, en especial para individuos con gran masa muscular que podrían pesar más pero tienen una baja cantidad de grasa corporal. Sin embargo, el BMI es el sistema más fácil de utilizar en la clínica, ya que utiliza parámetros de medición simple como el peso y la talla. En el cuadro 271 se muestra la clasifica ción de obesidad por la Organización Mundial de la Salud. Debe notarse que para la población asiática, las clasificaciones perma necen igual que la clasificación internacional, pero los puntos de acción de salud pública para intervenciones se establecen con cifras de 23, 27.5, 32.5 y 37.5 kg/m2. Cuadro 27-1 Clasificación de la Organización Mundial de la Salud para la obesidad con base en el índice de masa corporal (BMI)* BMI (kG/M2) CLASIfICACIón PRInCIPALES PuntoS DE REfEREnCIA PuntoS DE REfEREnCIA PARA ASIátICoS* Intervalo normal 18.524.9 18.522.9 23.024.9 Preobesidad 25.029.9 25.027.4 27.529.9 Obesidad clase I 30.034.9 30.032.4 32.534.9 Obesidad clase II 35.039.9 35.037.4 37.539.9 Obesidad clase III ≥ 40.0 ≥ 40.0 * Para poblaciones asiáticas, las clasificaciones permanecen igual que la clasificación internacional, pero los puntos de acción de salud pública para intervención se establecieron en 23, 27.5, 32.5 y 37.5 kg/m2.204 Adaptado de Organización Mundial de la Salud (OMS) 2000.205 Puntos clave 1 El tratamiento quirúrgico es el único tratamiento eficaz y demos trado para pacientes con obesidad grave (índice de masa corporal > 40 kg/m2). Las operaciones bariátricas prolongan la superviven cia y corrigen las enfermedades asociadas con la obesidad grave. 2 Durante los años 1999 a 2003, que se conoce en Estados Unidos como la Revolución Bariátrica, la disponibilidad de acceso lapa roscópico para operaciones bariátricas causó cambios importantes en el campo, lo que incluye un incremento masivo en el número de procedimientos realizados, así como mayor conciencia y com prensión pública y profesional en este campo de especialidad. 3 Las operaciones bariátricas implican restricción del consumo calórico, absorción inadecuada de nutrientes o ambos. La vigilan cia a largo plazo es esencial antes de que puedan confirmarse los méritos de la intervención quirúrgica. 4 Los pacientes que desarrollaron obstrucción intestinal después de derivación gástrica laparoscópica requieren tratamiento quirúr gico y no tratamiento conservador por la elevada incidencia de hernias internas y posible infarto intestinal. 5 Las operaciones que causan malabsorción (absorción inadecuada) son muy eficaces para producir pérdida de peso duradera, pero tienen efectos secundarios nutricionales considerables. Los pacientes sometidos a tales procedimientos requieren vigilancia completa y deben recibir complementos nutricionales apropiados. 6 La derivación gástrica en Y de Roux es el procedimiento bariátrico realizado más a menudo, mientras que la gastrecto mía en manguito es el procedimiento que se está adoptando con rapidez creciente en todo el mundo. 7 Todas las operaciones bariátricas son herramientas que sirven para permitir que el paciente pierda peso, tenga mejor estado de salud y mejore su calidad de vida. Estos cambios sólo se mantienen a largo plazo si el paciente adopta de manera per manente nuevos patrones de alimentación y hábitos de ejerci cio que son aprendidos y que deben seguirse en los primeros años después de la intervención quirúrgica. 8 La cirugía bariátrica también es una cirugía metabólica, que trata las diversas consecuencias metabólicas de las enfermeda des asociadas originadas por la obesidad grave. Algunas ope raciones son tratamientos particularmente eficaces para tales consecuencias metabólicas, como la derivación gástrica para diabetes tipo 2. 1100 http://booksmedicos.org 1101 TraTam ien To qu irú rgico de la obesidad caPÍTu lo 27 Prevalencia y factores que contribuyen La obesidad grave está alcanzando proporciones epidémicas en Estados Unidos y se ha incrementado de manera espectacular en el resto del mundo. Desde 1960, los National Center for Health Statistics han realizado encuestas de prevalencia de obesidad cada década. Los datos sobre estadísticas de obesidad han sido actuali zados cada año desde 1985. Las últimas cifras para la incidencia de obesidad en Estados Unidos son de 35.7% de adultos estadouni denses obesos (clase 1 o superior).5 Los factores genéticos y ambientales contribuyen al desarro llo de la obesidad. Los hijos de padres con peso normal tienen un 10% de posibilidad de sufrir obesidad, mientras que los hijos de dos padres obesos tienen una posibilidad de 80 a 90% de desa rrollar obesidad en la edad adulta. El peso de los niños adoptados se correlaciona fuertemente con el peso de sus padres biológicos. Además, las tasas de concordancia para obesidad en mellizos monocigotos son del doble en comparación con otros hermanos.6 El régimen alimentario y la cultura también son factores importantes; estos factores ambientales contribuyen de manera significativa a la epidemia de obesidad en Estados Unidos, ya que el rápido incre mento de la obesidad durante los últimos dos decenios no puede explicarse sólo por factores genéticos etiológicos. Otros factores parecen contribuir de manera significativa a la obesidad grave. Ocurre un consumo calórico excesivo, ya sea inter mitente o consistente. La falta de saciedad, ya sea consistente o intermitente parece tener una fuerte correlación con tales episodios de ingestión excesiva de calorías. No se comprenden bien las bases fisiológicas para explicar la falta de saciedad. Otros factores sugeri dos a menudo como participantes en la enfermedad de la obesidad incluyen disminución del consumo de energía por actividad metabó lica reducida, reducción en la respuesta termógena a los alimentos, punto de ajuste anormalmente elevado para el peso corporal o dismi nución en la pérdida de energía calórica. Otro factor que puede influir en la absorción de los alimentos ingeridos es la composición de las bacterias intraluminales en el tubo digestivo. Los estudios han docu mentado una diferencia en la composición de la flora intestinal de individuos obesos en comparación con individuos con peso normal.7 Las personas obesas tienen células adiposas excesivas, tanto en número como en tamaño. El número de tales células a menudo es determinado en etapas tempranas de la vida; la obesidad de ini cio en la edad adulta es producto en gran medida del incremento del tamaño de las células adiposas. El aumento de peso es conse cuencia del incremento en el número y tamaño de las células adi posas. El tejido adiposo puede depositarse en grandes cantidades en la capa subcutánea de la pared abdominal o de las vísceras. Los varones tienden a tener una distribución central de la grasa visce ral, mientras que las mujeres más a menudo tienen distribución de grasa periférica o en la región glútea. La distribución adiposa central o visceral se asocia con enfermedades metabólicas como diabetes, hipertensión y síndrome metabólico.8 Problemas médicos y sociales actuales Los pacientes con obesidad grave a menudo presentan problemas crónicos relacionados con el peso, los cuales se mencionan más adelante. Sin embargo, el aspecto aislado más difícil de la obesidad grave es para los individuos que sufren discriminación por el resto de la población y que está relacionado con estigmatización social. Este prejuicio contra la obesidad permanece como el último tipo de discri minación contra el cual no existe legislación. Los individuos obesos son discriminados de manera sistemática en términos de empleo. Las instalaciones públicas a menudo no les permite participar en acti vidades. Ejemplos incluyen el tamaño de los asientos en las líneas aéreas y baños, la disponibilidad de opciones adecuadas de ropa y el tamaño de las carrocerías de automóviles. Los individuos con obe sidad grave suelen ser catalogados por gran parte de la poblacióncomo perezosos o glotones y carentes de autodisciplina. A menudo enfrentan no sólo discriminación y prejuicios, sino exposición al ri dículo evidente y falta de respeto. En consecuencia, el estigma de la obesidad grave tiene un impacto importante en la función social y en el bienestar emocional. Así, los trastornos psicológicos como la depresión tienen una incidencia extraordinariamente elevada en esta población en comparación con el público en general. En los indivi duos obesos es casi universal una autoestima baja. Existen numerosas enfermedades asociadas significativas, definidas como problemas médicos relacionados o causados por obesidad. Los más prevalentes y reconocidos de éstos incluyen enfermedad articular degenerativa, dolor lumbar, hipertensión, apnea obstructiva del sueño, reflujo gastroesofágico (GERD), colelitia sis, diabetes tipo 2, hiperlipidemia, hipercolesterolemia, asma, síndrome de hipoventilación de la obesidad, arritmias cardiacas letales, insuficiencia cardiaca derecha, migraña, seudotumor cere bral, úlceras por estasis venosa, trombosis venosa profunda, lesio nes cutáneas por hongos, abscesos cutáneos, incontinencia urinaria de esfuerzo, infertilidad, dismenorrea, depresión, hernias de la pared abdominal e incremento en la incidencia de varios cánceres como el de útero, mama, colon y próstata.9 Pronóstico La obesidad tiene un efecto notable en la salud general y la esperanza de vida, secundaria en gran medida a las enfermedades relacionadas con el peso. Se calcula que un varón con obesidad grave con edad de 21 años vivirá 12 años menos y una mujer nueve años menos en comparación con individuos no obesos. La incidencia de obe sidad grave en la población es comparable para mujeres por arriba y por debajo de los 50 años de edad, mientras que para los varones disminuye después de los 50 años. Esto se debe al hecho de que los varones con obesidad grave a menudo fallecen de enfermedades asociadas, en especial de arritmias cardiacas y arteriopatía coronaria alrededor de los 50 años. Un estudio llevado a cabo por la Veterans Administration mostró un incremento de 12 veces en la morbilidad entre 200 varones obesos con edades de 25 a 34 años e incremento de seis veces en la mortalidad entre individuos de 35 a 44 años durante un periodo de vigilancia de siete años.10 La obesidad también causa disminución de la calidad de vida. La mayor parte de los pacientes que buscan tratamiento quirúrgico por obesidad grave lo hacen por los aspectos médicos cuando enfrentan enfermedades que disminu yen la calidad de vida y que experimentan como consecuencia de la obesidad grave. La cirugía bariátrica puede prolongar de manera significativa la esperanza de vida de individuos con obesidad grave, así como mejorar la calidad de dicha vida. TRATAMIENTO MÉDICO El tratamiento médico para la obesidad grave se dirige a reducir el peso corporal con una combinación de disminución del consumo calórico e incremento en el consumo de energía por el ejercicio moderado. Este método de pérdida de peso es el más seguro posible y puede ser eficaz en individuos obesos que deben perder canti dades moderadas de peso para recuperar su peso corporal normal o para padecer sólo sobrepeso en lugar de ser considerados como obesos. Sin embargo, para los individuos con obesidad grave que deben perder al menos 35 kg o más para lograr la eliminación de la obesidad, esta actividad abrumadora es en extremo difícil. La tasa de éxito para la población de pacientes con obesidad grave que intenta reducir peso con régimen alimentario y ejercicio como un método para perder suficiente peso y no estar en la categoría de obesos y conservar dicha pérdida de peso es cercana a 3%. Aunque la tasa de éxito es limitada con el régimen alimen tario y ejercicio como únicas medidas, a todos los individuos con obesidad grave se les debe solicitar que intenten este método para perder peso antes de llevar a cabo cualquier tratamiento quirúrgico. Existen dos razones principales para esto. La primera es permitir 1 http://booksmedicos.org 1102 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii que aquellos que pueden lograr perder peso por este método lo lle ven a cabo como el método más seguro posible. La segunda, y con mucho la más práctica, es que los individuos con obesidad grave aprecien y practiquen los cambios en el estilo de vida que final mente deberán volverse cotidianos para ellos una vez que se haya logrado la pérdida de peso, cualesquiera que sean los mecanismos. Así, los planes de régimen alimentario y ejercicio como método conservador para la pérdida de peso son la preparación impor tante para la incorporación de tales hábitos en el estilo de vida del paciente después de la cirugía bariátrica. El ajuste del estilo de vida del paciente para incluir estas medidas es clave para el éxito a largo plazo con cualquier operación bariátrica. La incapacidad para llevarlo a cabo ocasiona recuperación del peso y sacrificio de los beneficios para la salud que inicialmente se obtuvieron con la pérdida de peso inmediatamente después del posoperatorio. El tratamiento de la obesidad grave debe iniciarse con cam bios simples en el estilo de vida, lo que incluye reducción moderada del consumo calórico y el inicio de un plan de ejercicios. Caminar es la elección más común para esta población de pacientes, quienes al inicio podrían ser incapaces de realizar ejercicio intenso. Deben identificarse y tratarse las enfermedades asociadas. Por lo general es el médico de atención primaria quien ya realizó esas actividades, pero en ocasiones se identifican las enfermedades relacionadas con el sobrepeso con la anamnesis y exploración física iniciales. Los pacientes con obesidad grave por lo general reciben asesoría dietética por su médico de atención primaria y a menudo reciben una dieta con supervisión médica. La mayor parte de los pacientes también intentan dietas y planes dietéticos comerciales. Es común el éxito con estas medidas, pero es menos común la pér dida de peso sostenida por más de un año después de interrumpir el programa. El médico de atención primaria tiene el trabajo sobre saliente de identificar y tratar enfermedades asociadas, pero por lo general no cuenta con el equipo de apoyo apropiado en términos de nutricionistas y psicólogos, los cuales a menudo son de gran utilidad al proporcionar servicios a individuos con obesidad grave que presentan cambios significativos en el estilo de vida. Los cambios en el estilo de vida relacionados con la dieta, ejercicio y modificación de la conducta constituyen el primer paso en el tratamiento de la obesidad. La restricción dietética y el ejerci cio pueden crear de manera independiente un déficit calórico. Un déficit energético diario de 500 kcal/día ocasiona un déficit sema nal de 3 500 kcal, lo que ocasiona la pérdida de alrededor de 450 g de grasa por semana. Se ha demostrado que las dietas con bajo contenido calórico (800 a 1 500 kcal/día) son tan eficaces como las dietas con muy bajo contenido calórico a un año, pero ocasionan una menor tasa de deficiencias nutricionales.11 Tales dietas pueden producir una pérdida promedio de 8% de peso corporal en un periodo de seis meses. La vigilancia por periodos más prolongados muestra recaídas. La actividad física moderada diaria puede producir una pérdida de peso de 2 a 3% del peso corporal.12 Un estudio con un programa de modificación conductual, que proporciona recompensas deseables para satisfacer requerimientos dietéticos o de ejercicio a corto plazo en combinación con régi men alimentario y ejercicio produjo pérdida de peso de 10% a seis meses. Esta pérdida de peso se conservó sólo en 60% de los pacien tes a las 40 semanas,13 mientras que a un año, la pérdida sostenida de peso en promedio disminuyó a 8.6%.14 El tratamiento con régimen alimentario, ejercicio o modifi caciones conductuales es apropiado para pacientes con sobrepeso (BMI < 30 kg/m2) yse recomienda para pacientes con BMI entre 30 y 35 kg/m2. La mayor parte de los estudios de tratamiento dieté tico no incluye la población de pacientes con obesidad grave (BMI > 30 kg/m2). El tratamiento dietético puede ser eficaz para producir mejorías en enfermedades asociadas como diabetes mellitus con pérdida de peso de 2.3 a 3.7%, lo cual puede influir en la enferme dad.15 Así, los cambios en el estilo de vida pueden ser eficaces para mejorar la salud de individuos no obesos, pero menos eficaces para la población obesa. El tratamiento farmacológico también es una opción para pacientes que intentan perder peso. Por desgracia, el número de fár macos eficaces es pequeño en comparación con el número de pro ductos vendidos alegando que favorecen o apoyan la pérdida de peso. La farmacoterapia normalmente se utiliza sólo después de que han fallado las modificaciones en el estilo de vida y el tratamiento die tético. Se usa como tratamiento primario sólo en combinación con ejercicio y régimen alimentario. El orlistat inhibe las enzimas lipasas gástrica y pancreática que favorecen la absorción de lípidos en el intestino.16 Produce pérdida entre 6 y 10% de peso corporal después de un año, pero la interrupción del fármaco por lo general ocasiona recuperación rápida del peso perdido.16 Se recomienda la farmacoterapia como medida auxiliar o complementaria a las modificaciones del estilo de vida, que incluyen régimen alimentario y ejercicio o tratamiento conductual, según las guías publicadas por consenso por los Natio- nal Institutes of Health (NIH) para el tratamiento de la obesidad.17 La Food and Drug Administration (FDA) aprobó dos nuevos fár macos en los últimos años para la pérdida de peso. Qsymia es una combinación de fentermina y topiramato, que produjo pérdida de peso de 5% en más de 70% de los pacientes después de un año.18 Lorcaserin es un agonista central de serotonina, que produce pér dida de 5% en casi 70% de los pacientes que reciben el fármaco.19 Como los tratamientos médicos son casi uniformemente ineficaces a largo plazo para pacientes con obesidad grave, los indi viduos con dicho trastorno tienden a continuar ganando peso con el paso del tiempo. El número y potencia de los fármacos prescritos se incrementa con lentitud, mientras que las enfermedades asociadas se vuelven cada vez peores. Por desgracia, la mayor parte de los pacientes con obesidad grave continúa avanzando con este proceso patológico hasta que finalmente sobreviene la muerte por las enfer medades asociadas. Hasta fechas recientes, menos de 1% de los pacientes con obesidad grave son sometidos a tratamiento quirúr gico por obesidad cada año. Este número se ha incrementado, pero aún no supera 2% de los individuos. Aun tomando en consideración a los pacientes enviados para cirugía y que más tarde se consideran inelegibles para el procedimiento, es probable que menos de 5% de los pacientes con obesidad grave sean enviados cada año para trata miento quirúrgico. Parte de este problema puede ser por la aversión del paciente al tratamiento quirúrgico. Las recomendaciones del médico de atención primaria, la desconfianza del paciente y pro blemas económicos sobre posible pérdida del empleo por el tiempo de recuperación necesario para la cirugía o sus complicaciones han sido las principales razones citadas para la falta de incremento en la realización de cirugía bariátrica y metabólica. Para muchos pacien tes la falta de seguro de gastos médicos que pague esta operación es la principal razón para no buscar tratamiento quirúrgico por los problemas médicos relacionados con obesidad grave. Los obstácu los impuestos por las compañías aseguradoras, como los periodos de régimen alimentario necesario, que carecen de bases científicas o clínicas, aún se utilizan para desalentar a los pacientes que desean el tratamiento quirúrgico. La falta de eficacia y el riesgo potencial para los pacientes de tales políticas se ha demostrado con claridad en las publicaciones médicas.20,21 GENERALIDADES SOBRE CIRUGÍA BARIÁTRICA Las operaciones bariátricas producen pérdida de peso a través de al menos dos mecanismos y probablemente muchos más que no se conocen. La más común es la restricción del consumo. La malabsorción de alimentos ingeridos es el segundo mecanismo. Las operaciones respectivas pueden incluir o no componentes leves de malabsorción. Las operaciones de malabsorción pueden tener algu nos componentes de restricción, pero son consecuencias al aspecto http://booksmedicos.org 1103 TraTam ien To qu irú rgico de la obesidad caPÍTu lo 27 de malabsorción de la operación. En el cuadro 272 se describen las operaciones realizadas a menudo, enumeradas por mecanismos de acción. Este capítulo se dirige a las operaciones mostradas en el cua dro 272, ya sea que se realicen vía laparoscópica o por intervencio nes abiertas. Cualquier otro procedimiento para ocasionar pérdida de peso se realiza con poca frecuencia y no se revisará en detalle. La gastroplastia vertical con banda (VBG) aunque aún es una de las operaciones aprobadas para el tratamiento quirúrgico de la obe sidad grave, con base en el NIH Consensus Conference de 1991,22 hoy en día se realiza con poca frecuencia; tiene malos resultados en la vigilancia a largo plazo23 y sólo tiene interés histórico. Evolución de la cirugía bariátrica Durante el decenio de 1950, las operaciones se realizaron en primer lugar para el tratamiento de la hiperlipidemia grave con obesidad asociada.24 Éstas fueron operaciones de derivación ileocólicas para limitar la absorción y se acompañaban de complicaciones nutri cionales graves e insuficiencia hepática posoperatoria. Luego se diseñó la derivación yeyunoileal, que ganó aceptación a mediados del decenio de 1970.25 También era una operación de malabsorción, pero se evitaba el tránsito sólo de una porción del intestino delgado. Las complicaciones de este procedimiento incluían diarrea grave, trastornos electrolíticos, desnutrición proteínicocalórica, cálculos renales e insuficiencia hepática. En 1969, Mason e Ito realizaron la primera derivación gás trica, describiendo un asa de yeyuno conectada a una bolsa gástrica proximal transversa.26 Este procedimiento ocasionaba esofagitis biliar grave por reflujo en el posoperatorio, lo que ocasionó que Griffin et al. describieran la modificación en Y de Roux de la deri vación gástrica, para el año de 1977.27 La bolsa gástrica se alteró de transversa a vertical utilizando la curvatura menor. Durante el decenio de 1970 el fracaso notable de la deriva ción yeyunoileal produjo mala reputación en general para la cirugía bariátrica entre los cirujanos que realizaban el procedimiento o que atendían pacientes que sufrían de sus complicaciones. La reputa ción no se mejoró con las múltiples variaciones de grapado gástrico que se volvieron más comunes durante el decenio de 1970 y prin cipios del decenio de 1980. Tales operaciones a menudo consistían de unas cuantas líneas de grapado a través de la porción superior del estómago con fines de restricción. Como el procedimiento se realizaba con facilidad, algunos cirujanos realizaron una gran can tidad de ellos. Meses o años más tarde ocurría desmantelamiento predecible de la línea de grapado, con la recuperación subsiguiente de peso. Estos procedimientos se añadieron a la lista de fallas de las operaciones bariátricas.28 En 1980, Mason29 realizó por primera vez la VBG, que era un procedimiento restrictivo que utilizaba una bolsa gástrica proximal creada con grapas a partir de la curvatura menor del estómago, con una banda de restricción en el sitio de salida hacia el resto del estómago. Esta cirugía producía una pérdida de peso inicial exce Cuadro 27-2 Tipo de operaciones magnéticas realizadas más a menudo por mecanismo de acción Principalmente restrictivas Banda gástrica ajustable laparoscópica (LAGB) Gastrectomía en manguito (SG) Procedimientos principalmente con malabsorciónDerivación biliopancreática (BPD) Intercambio duodenal (DS) Métodos combinados Derivación gástrica en Y de Roux (RYGB) lente (≥ 50%) con bajas tasas de morbilidad y mortalidad. Rápida mente se volvió la operación bariátrica realizada más a menudo en Estados Unidos durante el decenio de 1980. Sin embargo, para el inicio de 1990, se hizo evidente que los pacientes sometidos a VBG tendían a adoptar una dieta líquida rica en calorías y recuperaban peso.30 Una incidencia significativamente elevada de estenosis en el sitio de la banda se volvió un problema.31 La pérdida de peso a largo plazo fue mala,23 y para el decenio de 1990 en Estados Unidos, la derivación gástrica en Y de Roux (RYGB) se volvió el procedimiento preferido para cirugía bariátrica. Mientras tanto, en Italia Scopinaro desarrolló la derivación biliopancreática (BPD, biliopancreatic diversion) al inicio del decenio de 1980.32 Este procedimiento, que se describe con mayor detalle más adelante ha sido, junto con su modificación para incluir el intercambio duodenal (DS, duodenal switch)33 la única operación de malabsorción que produce éxito a largo plazo. La BPD y la DS aún se utilizan en pacientes selectos por unos cuantos cirujanos en todo el mundo y representa menos de 5% de las operaciones realizadas en Estados Unidos. La colocación de bandas fijas en el estómago, además de la VBG, fue descrita por otros cirujanos en los decenios de 1980 y 1990. Kuzmak recibió el crédito por describir el procedimiento de banda gástrica fija, que más tarde llevó al desarrollo de la operación de banda gástrica ajustable.34 En el decenio de 1990 se contó con la alternativa laparoscópica a la cirugía bariátrica. Belachew desarrolló el primer procedimiento de banda gástrica ajustable por acceso laparoscópico (LAGB, lapa- roscopic adjustable gastric banding) en 1994.35 Wittgrove y Clark realizaron el mismo año la primera RYGB laparoscópica.36 Como la primera operación es técnicamente más fácil que la última, no es de sorprender que haya presentado gran aceptación y que se haya realizado con frecuencia en Europa y Australia durante los últimos años del decenio de 1990. En el año 2001 se aprobó el uso de LAGB en Estados Unidos. Su aceptación se incrementó cada año hasta 2009, cuando inició la reducción en su aceptación. La gastrectomía en manguito (SG, sleeve gastrectomy) disfrutó un rápido incremento en la popularidad en Estados Unidos y a nivel internacional desde 2008. Buchwald y Oien37 describieron en fecha reciente la tendencia internacional en la realización de operaciones bariátricas. La revolución bariátrica La revolución bariátrica es el término aplicado al periodo de cinco años de 1998 a 2003, durante el cual se incrementó el número de operaciones de derivación gástrica realizadas en Estados Unidos, cuando se establecieron las membresías en la Membership in the American Society for Bariatric Surgery (ASMBS) y cuando se incrementó el reconocimiento público, el interés y reconocimiento profesional de la cirugía bariátrica. Pocos centros médicos en Estados Unidos ofrecían el acceso laparoscópico para la cirugía bariátrica antes de 1998. Varios centros hospitalarios, sobre todo Schauer et al. en Pittsburgh iniciaron numerosos programas para enseñar muchos procedimientos de cirugía bariátrica. La mejoría simultánea en los instrumentos de laparoscopia para procedimientos bariátricos, combinada con estos programas, per mitieron la realización de derivación gástrica en Y de Roux por acceso laparoscópico (LRYGB, laparoscopic Roux-en-Y gastric bypass) en varios centros hospitalarios en los siguientes años. La realización de este procedimiento se incrementó de manera nota ble en Estados Unidos. En la figura 271 se ilustra el volumen de LRYGB realizados en los años previos a la revolución bariátrica y durante la misma. Los procedimentos quirúrgicos se incrementa ron en casi ocho veces. La membresía en la American Society for Bariatric Surgery (nombre de la ASMBS para esas fechas) se tri plicó durante estos años. El número de cursos de cirugía de mínima invasión ofrecidos a residentes graduados, la mayor parte de los cuales incluyeron procedimientos de cirugía bariátrica como com ponente importante de los casos atendidos, se incrementó de casi 2 http://booksmedicos.org 1104 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii 25 a 125 durante estos años. El reconocimiento público del proce dimiento se incrementó de manera notable porque figuras públicas en los medios de comunicación se sometieron a cirugía bariátrica. La disponibilidad amplia de la Internet en la perspectiva de los pacientes permitió que éstos tuvieran mucha más información. Aquellos pacientes que habían sido sometidos o que contempla ban ser sometidos a cirugía tenían la posibilidad de comunicarse a través de la Internet. Se tuvo disponibilidad de videos de operacio nes bariátricas a través de varios medios de comunicación, lo que incluyó televisión e Internet. Muchos departamentos quirúrgicos estadounidenses que antes se mostraban renuentes al campo de la cirugía bariátrica reclutaron cirujanos bariatras y establecieron programas. Los hospitales y programas reclutaron cirujanos que pudieran ofrecer el servicio. Se volvieron comunes las presentacio nes sobre cirugía bariátrica en encuentros quirúrgicos nacionales. Indicaciones Las indicaciones para realizar cirugía bariátrica permanecen como se describieron en la NIH Consensus Conference de 1991.22 La única diferencia importante es que hoy se reconocen como estándar los procedimientos. Éstos fueron definidos por los CMS en el año 2005 según se enumeran en el cuadro 272, con excepción de SG, la cual no recibió aprobación hasta 2012, cuando después de un rechazo inicial controversial de pago por las aseguradoras, los CMS decidieron incluir la cobertura basada en el criterio de los operadores locales. En el cuadro 273 se resumen las indicaciones estándar y algunas un tanto conserva doras para la realización de cirugía bariátrica. Contraindicaciones De todas las razones por las que los pacientes podrían desear cirugía bariátrica, no todas tienen indicación para operación, o no están incluidas para pago por las aseguradoras o no existe el procedi miento deseado, lo que constituye las razones más comunes. Sin embargo, este factor se encuentra más allá del control del ciru 140 000 120 000 100 000 80 000 60 000 40 000 20 000 0 1994 1996 1998 2000 2002 Derivación gástrica 2004 Figura 27-1. Número de derivaciones gástricas en Y de Roux reali zado en Estados Unidos por año. (Datos de la Nationwide Inpatient Sample Database.) Cuadro 27-3 Indicaciones para cirugía bariátrica El paciente debe tener: 1. Índice de masa corporal ≥ 40 kg/m2 con o sin enfermedades asociadas con la obesidad 2. Índice de masa corporal de 35 a 40 kg/m2 con enfermedades asociadas Además, se espera que el paciente: 3. Haya fallado en la dieta bajo supervisión médica 4. Que sea estable desde el punto de vista psiquiátrico jano. Asumiendo que el paciente tenga la cobertura de seguros con los medios económicos para calificar para la cirugía, enton ces el siguiente paso es la aplicación de los criterios de los NIH como siguiente consideración. Una vez que el paciente califica de acuerdo a tales criterios, entonces los aspectos médicos, sociales y psicológicos pueden establecer las razones por las que debe evi tarse el tratamiento quirúrgico. Los criterios de los NIH no establecen límites para edad y la opinión del cirujano en este sentido varía ampliamente. Los ciruja nos tienen patrones de práctica variable, por ejemplo la realización de cirugía en personas de edad avanzada. La filosofía para la res tricción de edad tiene dos variantes: un gran número de pacientes jóvenes está interesado y es elegible para cirugía bariátrica y tienen una elevada probabilidad de obtener un periodo más prolongado de beneficios posoperatorios en términos de mejoría de calidadde vida y longevidad. Además, los pacientes de edad avanzada tienen más probabilidades de padecer enfermedades debilitantes asocia das y por lo tanto, los beneficios inmediatos en la calidad de vida no mejorarían necesariamente la longevidad. Los aspectos médicos que impiden que los pacientes sean elegibles para procedimiento quirúrgico incluyen enfermedades de clase IV según la clasificación de la American Society of Anesthe- siologists que hacen el tratamiento quirúrgico extraordinariamente riesgoso. La inestabilidad psicológica o la incapacidad para enten der las implicaciones de la cirugía propuesta y los cambios que producirán en términos de estilo de vida del paciente también son contraindicaciones para la cirugía. Las adicciones a drogas o alco hol conocidas y documentadas también constituyen contraindica ción para la cirugía. El tabaquismo es una contraindicación relativa y el requerimiento de interrupción de éste varía con la práctica qui rúrgica. Un trastorno de la alimentación mal controlado, en especial la bulimia, también es contraindicación para la cirugía. Los indi viduos que no pueden ambular constituyen una contraindicación relativa para la operación, en especial si la obesidad es tan grave que el paciente no puede realizar cuidados de él mismo o no es probable que lo haga después de la operación. En la experiencia de los autores, tales pacientes tienen morbilidad excesiva y a menudo es imposible la colocación de estos pacientes en instituciones de cuidado a largo plazo en el posoperatorio por su tamaño y por las limitaciones en la capacidad física. Aunque es difícil establecerlo a simple vista, la acumulación de la evidencia sugiere que la percep ción del paciente de la operación como “una bala mágica” después de la cual sólo deberán presentarse sin realizar ningún cambio sus tancial en su consumo de alimentos o el estilo de vida es una razón potencialmente válida para negar la cirugía, ya que los factores de apoyo ambiental son importantes para mejorar los resultados una vez que se ha dado de alta del hospital. En el cuadro 274 se resu men las contraindicaciones potenciales para la cirugía. Cuadro 27-4 Contraindicaciones potenciales para la cirugía bariátrica 1. Enfermedad grave hace que la anestesia o cirugia sea prohibitivamente riesgosa (clase IV de la American Society of Anesthesiologists) 2. Mentalmente incompetente para comprender el procedimiento 3. Incapacidad o falta de deseo para modificar el estilo de vida en el posoperatorio 4. Adicción a drogas, alcohol o de otro tipo 5. Problemas activos de bulimia u otros trastornos de la alimentación 6. Inestabilidad psicológica 7. Individuo incapaz de ambular 8. Entorno sin apoyo en el domicilio http://booksmedicos.org 1105 TraTam ien To qu irú rgico de la obesidad caPÍTu lo 27 ASPECTOS PREOPERATORIOS Selección del paciente La selección del paciente para cirugía debe basarse en la valoración de un equipo multidisciplinario. El sujeto por lo general ha sido estudiado por su médico de atención primaria antes del envío, con la corrección de los principales problemas médicos antes del envío a valoración. La calificación para los criterios de los NIH y la dis ponibilidad de pago por aseguradoras pueden ser controlados por los administradores del consultorio para documentar y confirmar antes de la primera cita con el cirujano bariatra. La valoración preoperatoria del paciente para cirugía bariá trica debe incluir la valoración de nutriólogos como un factor inde pendiente importante. La valoración cuidadosa de los hábitos de consumo de alimentos por el paciente, el conocimiento, la con ciencia personal y la comprensión profunda del procedimiento quirúrgico son aspectos importantes. Es importante conocer la motivación del paciente para cambiar los hábitos de alimentación. El nutricionista debe tener al menos una sesión de valoración con el paciente y una sesión educativa en el preoperatorio una vez que se ha tomado la decisión de realizar la cirugía. La realización de la operación requiere asesoría y educación nutricionales especiales. La mayor parte de las aseguradoras requieren una valoración psicológica. Uno de los principales beneficios de la valoración psi cológica es determinar la comprensión del paciente de la operación y saber si tiene expectativas realistas de los cambios que son necesarios en el estilo de vida para lograr resultados óptimos. Los psicólogos junto con los psiquiatras a menudo pueden diagnosticar depresión no detectada antes, la cual ocurre en casi 40% de los pacientes preope ratorios cuando son estudiados con cuidado. Su percepción del tra tamiento es importante para mejorar los resultados posoperatorios. La mayor parte de los pacientes enviados para cirugía que han sido seleccionados para calificación con base en los criterios estándar de los NIH serán elegibles para cirugía bariátrica. Algunos decidirán contra el procedimiento después de sesiones educativas y de asesoría amplias. Tales sesiones son obligatorias para mejorar los resultados. Se recomienda proporcionar información detallada por escrito y en forma verbal en presentaciones por el equipo multidisciplinario para educar a los pacientes en el preoperatorio con respecto a los proce dimientos de cirugía bariátrica, los resultados esperados y las posi bles complicaciones. Los pacientes informados y preparados tienen mayor posibilidad de apegarse con los cambios conductuales y en la alimentación, necesarios en el preoperatorio y posoperatorio. Algu nos pacientes que deciden no realizarse el procedimiento pueden regresar en el futuro cuando empeoren las enfermedades asociadas con la obesidad. Para ese momento está indicada la revaloración para establecer si es elegible para la intervención quirúrgica. Preparación preoperatoria En el preoperatorio se confirman las enfermedades asociadas y otros problemas médicos así como su tratamiento óptimo. Se buscan enfermedades que podrían no haberse diagnosticado. Es importante la detección de “enfermedades ocultas” por ejemplo, arteriopatía coronaria en individuos mayores de 50 años. Para tales pacientes o para aquellos con enfermedad cardiovascular conocida, se reco mienda la valoración preoperatoria por un cardiólogo. La valora ción a menudo incluye electrocardiograma (ECG), ecocardiograma y prueba de esfuerzo y con los resultados de éstas, en ocasiones es necesario el cateterismo cardiaco. Otra enfermedad a menudo no diagnosticada en el preoperatorio en esta población de pacientes muy obesos es la apnea obstructiva del sueño (OSA). A menudo se utiliza la Epworth Sleepiness Scale, un instrumento de valoración con preguntas estandarizadas que analizan la somnolencia diurna y que a menudo se utiliza como herramienta de detección para OSA.38 Muchas instituciones emplean de manera sistemática esta herramienta en todos los pacientes quirúrgicos, dado que la identi ficación de OSA incrementa la morbilidad posoperatoria después de todas las intervenciones. Los pacientes que tienen anteceden tes de ronquidos fuertes, que despiertan cansados después de una noche de sueño y que se duermen mientras conducen o se sientan tienen alta probabilidad de padecer OSA. Para estos individuos está indicado un estudio diagnóstico del sueño. Un reporte sugiere que la incidencia de apnea del sueño en pacientes con obesidad grave, cuando se someten a estudios del sueño todos los sujetos, puede acercarse a 80%.39 Una vez que se establece el diagnóstico de apnea del sueño, los pacientes deben utilizar dispositivos de presión positiva en la vía aérea como medida terapéutica. El uso de este sistema en el posoperatorio inmediato es de especial importancia para evitar episodios de hipoxia y posibles arritmias cardiacas. El asma y el síndrome de hipoventilación de la obesidad son otras enfermedades pulmonares significativas que a menudo requieren tratamiento preoperatorio. El síndrome de hipoventila ción de la obesidadse define como presiones parciales de oxígeno arterial en reposo < 55 mmHg y presiones parciales de dióxido de carbono > 47 mmHg, con hipertensión pulmonar y policitemia acompañantes. Está indicada la valoración pulmonar en pacientes con síndrome de hipoventilación. La hospitalización posoperatoria en la unidad de cuidados intensivos, que rara vez se utiliza en la cirugía bariátrica, podría estar indicada para estos pacientes. Para pacientes con GERD activo con tratamiento médico está indicada la valoración endoscópica preoperatoria del tubo diges tivo alto para descartar esófago de Barrett y lesiones intrínsecas del estómago o duodeno. Esto es en especial cierto para pacientes en los que se ha planificado LRYGB, donde la porción distal del estó mago y el duodeno quedarán fuera del acceso del estudio endoscó pico fácil después de la cirugía. Varios estudios han documentado una incidencia considerable de enfermedades preoperatorias en la endoscopia de tubo digestivo alto para esta población de pacien tes, aunque ocurre una incidencia pequeña, pero no insignificante, de enfermedades que ocasionan modificación del procedimiento quirúrgico originalmente planificado.40.41 En Virginia, la experien cia de los autores fue que tales enfermedades se presentaron en 4.6% de los individuos estudiados.42 La presencia de hernia hiatal detectada en la esofagogastroduodenoscopia preoperatoria alertara al cirujano de realizar la reparación transoperatoria. Los pacientes que reciben fármacos anticoagulantes para vál vulas cardiacas protésicas o tienen antecedentes de tromboembolia venosa reciente deben recibir anticoagulantes en el perioperatorio. Las opciones incluyen la interrupción total del tratamiento oral con warfarina cinco días antes de la operación, con la administración durante este periodo de heparina de bajo peso molecular o, con menos frecuencia, administración preoperatoria de anticoagulación intrave nosa con heparina, la cual se interrumpe 6 h antes del procedimiento. Los pacientes con antecedentes de tromboembolia venosa previa o que tienen múltiples factores de riesgo para tromboembo lia venosa posoperatoria son potencialmente elegibles para la colo cación preoperatoria de un filtro temporal en la vena cava inferior. El filtro se coloca el día previo a la intervención por un equipo de radiología intervencionista y se retira tres a seis semanas después de la intervención quirúrgica. Sin embargo, un reporte obtenido de varios hospitales demostró que este procedimiento tiene complica ciones y morbilidad potenciales, por lo que debe sopesarse su uso sólo en pacientes con mayor riesgo.43 Algunos cirujanos realizan de manera sistemática ecografía del abdomen para pacientes en los cuales se planifica LRYGB con vesícula biliar intacta para descartar la posibilidad de cálculos bilia res. Una opción razonable es que si se descubren cálculos biliares, se realiza de manera simultánea la colecistectomía laparoscópica, aunque una opción es diferir el procedimiento hasta que el individuo haya perdido una cantidad considerable de peso. Un análisis reciente de la experiencia de los autores con colecistectomía simultánea en la University of Virginia demostró incremento en el tiempo quirúrgico http://booksmedicos.org 1106 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii de casi 30 min tanto para LRYGB y RYGB sin incremento en los días de hospitalización o en la morbilidad.44 Un estudio previo reali zado en Pittsburgh mostró incremento en la estancia hospitalaria para pacientes a los que se les realizó de manera simultánea colecistec tomía.45 Cuando el paciente no tuvo cálculos biliares en la ecografía preoperatoria, el uso profiláctico de ursodiol en dosis de 300 mg cada 12 h disminuyó la incidencia de formación de cálculos des pués de RYGB a casi 4%.46 A la fecha existe controversia sobre la utilidad de la colecistectomía laparoscópica simultánea al momento de LAGB. El método conservador es no realizar dicha operación, dada la pequeña posibilidad de fuga de bilis de la vesícula biliar que ocasiona infección de la prótesis. Sin embargo, algunos reportes han demostrado que dicho riesgo es muy bajo.47 Otra utilidad de la ecografía preoperatoria de abdomen es la valoración del tamaño del hígado y su composición. Una ecografía que revela un gran hígado graso en un paciente en el que se plani fica LAGB o LRYGB debe alertar al cirujano de elevadas posibi lidades de dificultades técnicas en la separación del hígado y en la exposición. Los autores han convertido a cirugía abierta o incluso diferido la operación cuando se enfrentan con un hígado excesi vamente grande. El conocimiento de esto antes de la intervención quirúrgica permite que el paciente siga una dieta hipocalórica para reducir el tamaño del hígado en el preoperatorio. Algunos cirujanos requieren que los pacientes sigan una dieta hipocalórica en el periodo preoperatorio inmediato, para que pier dan peso antes de la realización de la intervención quirúrgica. Exis ten algunos datos que indican que la pérdida de peso preoperatoria puede mejorar los resultados.48 Tales estudios se basan en el hecho de que los pacientes con mayor apego terapéutico y que pierdan peso en el preoperatorio pueden ser los que muestran mejor apego terapéutico en el posoperatorio, lo que explica la mejoría en los resultados. No es necesaria la pérdida de peso en el preoperatorio para lograr buenos resultados después de la operación. Requerir la pérdida de peso preoperatoria hace surgir el dilema de que si el paciente no logra la pérdida de peso, entonces debería negarse el beneficio del tratamiento quirúrgico. Otra área de controversia es la necesidad de la interrupción del tabaquismo en pacientes antes de la intervención quirúrgica. Algunos cirujanos hacen esta solicitud, mientras que otros la exi gen. El riesgo de úlcera marginal después de RYGB, la cual es más difícil de tratar y tiene una tasa de recurrencias más alta en indivi duos fumadores,49 debe considerarse como un factor para ofrecer esta operación a individuos fumadores. Otra preparación para cirugía bariátrica incluye la realización de medición basal de gases en sangre arterial. Esto es de especial importancia para pacientes con enfermedad pulmonar significativa o síndrome de hipoventilación de la obesidad, ya que la cifra “normal” basal para el paciente debe tomarse en consideración si va a ser necesario el tratamiento posoperatorio de la ventilación. La valoración inicial de la función tiroidea está indicada en el preoperatorio, porque el hipotiroidismo no es poco común en esta población de pacientes. Se realiza química sanguínea, pruebas de función hepática y pruebas de detección en sangre. Es frecuente que se encuentren anomalías de las pruebas sanguíneas para determinar los parámetros nutricionales basales con bajas concentraciones de hierro y vitamina D. La deficiencia de hierro es común en mujeres que están menstruando, sean obesas o no, mientras que la deficien cia de vitamina D se ha reportado para esta población de pacientes en términos generales, pero en especial para población obesa.50 La necesidad de corregir las bajas concentraciones de vitamina D en el preoperatorio es poco clara en términos de su influencia en los resultados. Sin embargo, la principal razón para corregir las bajas concentraciones de vitamina D es mejorar la salud ósea a largo plazo. La educación preoperatoria es esencial para hacer énfasis en los puntos importantes de eventos probables en el periodo peri operatorio, esperados a lo largo de la evolución posoperatoria y las instrucciones para actividades y régimen alimentario en el posope ratorio. Las expectativas para el paciente incluyen la ambulación el día de la operación, seguida de instrucciones dietéticas en el posoperatorio, tomando los complementos de vitaminas y minera les recomendados y seguir un plan de ejercicio regular. Aspectos de anestesiología La valoración preoperatoriaanestésica está indicada para todos los pacientes sometidos a cirugía bariátrica. Esta valoración confirma el estado y tratamiento óptimo de las enfermedades asociadas. Tam bién incluye la valoración cardiovascular antes mencionada con el fin de detectar cualquier enfermedad subyacente que requiera tra tamiento preoperatorio para disminuir la morbilidad perioperatoria por complicaciones cardiopulmonares. Es importante que el anestesiólogo tenga experiencia en el tratamiento anestésico general para pacientes sometidos a cirugía bariátrica. No existen dudas de que la participación consistente de unos cuantos anestesiólogos selectos, expertos y que se especiali zan en el cuidado de pacientes bariátricos reducirá la morbilidad de los resultados quirúrgicos. La comunicación perioperatoria y trans operatoria entre el equipo de anestesiología y el equipo quirúrgico es de particular importancia durante operaciones bariátricas para facilitar la realización del procedimiento quirúrgico sin problemas y evitar complicaciones por el procedimiento. Las dos principales dificultades que enfrenta el anestesiólogo cuando aplica anestesia general para individuos con obesidad grave son los accesos vasculares y el control de las vías respiratorias. Ambos son significativamente más difíciles en individuos obesos que en población con peso normal. En ocasiones el acceso venoso central es el único método disponible para contar con un acceso intravenoso fiable. Es habitual aplicar catéteres en ambos brazos en las salas de operaciones de los autores, lo que permite contar con accesos intravenosos de grueso calibre en caso de que ocurra un episodio de hemorragia intraabdominal. El cateterismo yugular a menudo es difícil por la presencia de tejido adiposo en el cuello. Sin embargo, la guía ecográfica puede facilitar este procedimiento. Se realizan accesos subclavios cuando otras vías para acceso cen tral no están disponibles. El tratamiento de la vía respiratoria en pacientes con obe sidad grave a menudo es el principal reto para el anestesiólogo y debe realizarse bien para evitar posible morbilidad significa tiva. La intubación con videotelescopio se ha utilizado con éxito en algunas instituciones para la intubación de la vía respiratoria difícil. La laringoscopia de fibra óptica se utiliza a menudo para vías respiratorias difíciles cuando la laringoscopia estándar propor ciona una visión inadecuada. Para las vías respiratorias más difíci les de clase IV o incluso de clase III, se utiliza intubación guiada por fibra óptica. La experiencia es fundamental para realizar una intubación sin complicaciones en esta población de pacientes. La preoxigenación por 3 min o más antes de la intubación se utiliza en pacientes con obesidad grave para proporcionar un periodo de seguridad cuando podrían encontrarse dificultades para la intuba ción. Sin embargo, la desaturación debe atenderse de inmediato con el restablecimiento de la ventilación con oxígeno porque este grupo de pacientes no tolera la desaturación prolongada sin posibles con secuencias cardiopulmonares adversas. El anestesiólogo debe tener la capacidad de comprender y tratar alteraciones de la función cardiopulmonar por el uso del neu moperitoneo durante los procedimientos laparoscópicos de cirugía bariátrica. Estas alteraciones incluyen los efectos en la absorción de dióxido de carbono en la ventilación por minuto necesaria, la posibilidad de bradiarritmia y de una disminución del pH sistémico con procedimientos prolongados en pacientes con enfermedades cardiopulmonares preexistentes. Podría ser necesario que el equipo de anestesiología requiera vigilancia arterial de este último grupo de pacientes y en tales casos, lo habitual es el empleo de un catéter en la arteria radial.51 http://booksmedicos.org 1107 TraTam ien To qu irú rgico de la obesidad caPÍTu lo 27 La farmacocinética difiere en pacientes con obesidad grave. Los cambios en el volumen de distribución incluyen una fracción de agua corporal total menor a la normal, mayor contenido de tejido adiposo, alteración de la unión a proteínas e incremento del volu men sanguíneo. Deben considerarse posibles cambios en la función hepática y renal cuando se administran fármacos. Las alteraciones específicas en el metabolismo de fármacos anestésicos en individuos con obesidad grave incluyen un mayor volumen de distribución de tiopental, lo que ocasiona efectos pro longados del fármaco. El cálculo de la dosis debe realizarse con base en la masa corporal magra. Las benzodiacepinas también muestran una fase de eliminación prolongada, lo que causa persistencia de sus efectos. El incremento de la actividad de seudocolinesterasa presente en pacientes con obesidad grave requiere incremento de las dosis de pancuronio. Se incrementa el metabolismo de enflurano en com paración con personas de peso promedio, lo que requiere una dosis más baja de este fármaco. PROCEDIMIENTOS DE CIRUGÍA BARIÁTRICA Procedimientos abiertos en comparación con laparoscópicos Los procedimientos que se describen en esta sección utilizan un acceso laparoscópico como acceso habitual o típico. Algunos ciru janos realizan RYGB, BPD o DS utilizando accesos abiertos, pero hoy en día esto se ha vuelto la excepción. La disminución de la morbilidad de las incisiones abiertas, en especial de hernias inci sionales y complicaciones de la herida así como alta hospitalaria más breve y menores tasas de complicaciones a 30 días son todos factores que han apoyado el uso del acceso laparoscópico cuando éste es factible.5254 Además, se ha confirmado la suposición lógica de que evitar el traumatismo hístico importante relacionado con grandes incisiones de la pared abdominal es beneficiosa para la recuperación del paciente. De mayor importancia, el interés de los pacientes en la cirugía bariátrica se incrementó de manera especta cular una vez que se contó con el acceso laparoscópico para estos procedimientos, en especial RYGB.55 En el siglo xxi, la mayor parte de los pacientes que considera la cirugía bariátrica tiene sufi ciente información sobre las opciones para cirugía cuando buscan un cirujano que realice cirugía bariátrica por acceso laparoscópico. Cuando se utiliza un acceso quirúrgico abierto para cualquiera de estos procedimientos, más a menudo se utiliza un acceso a través de incisión en la línea media. Algunos cirujanos han tenido excelentes resultados con incisiones subcostales izquierdas para la realización de RYGB.56 Los separadores mecánicos permiten exposición adicional para la cirugía abierta y está indicado su uso. El cierre de la herida para incisiones en la línea media suele realizarse con material monofi lamentoso grueso para la aponeurosis en la línea media, pero las pre ferencias de los cirujanos varían. Cualquier secreción a través de una incisión quirúrgica requiere abrir la herida en dicha área a fin de con firmar que no exista infección profunda en los tejidos aponeuróticos. La cirugía laparoscópica requiere conocimientos y habilidades básicas que hoy en día se han vuelto estándar como parte de la capaci tación quirúrgica. Completar con éxito la unidad de Fundamentals of Laparoscopic Surgery (FLS) desarrollada por la Society of American Gastrointestinal and Endoscopic Surgeons (SAGES)57 se ha vuelto obligatorio para todos los residentes de cirugía en Estados Unidos. La laparoscopia inicia con la creación segura de neumoperi toneo, lo cual a menudo es un paso difícil en pacientes sometidos a cirugía bariátrica. Los autores han encontrado que el uso de un gancho de traqueostomía a través de la incisión del trócar para la elevación de la aponeurosis en la región subtotal izquierda es de gran ayuda para facilitar la introducción de una aguja de Veress en una ubicación apropiada para la creación del neumoperitoneo. En gene ral, el uso del acceso de Hasson para la creación de neumoperito neo en la población bariátrica se ve limitadopor la pared abdominal gruesa. En el paciente con pared abdominal extremadamente gruesa pueden utilizarse trócares extralargos para la cirugía laparoscópica. La presión de neumoperitoneo que suele utilizarse cuando se realizan procedimientos de cirugía bariátrica suele ubicarse en el intervalo de 15 a 18 mmHg. Es obligatorio el uso de un insuflador de alto flujo para mantener el neumoperitoneo para una visualización adecuada y segura. Un telescopio angulado es de bastante utilidad. La instrumentación para la realización de cirugía bariátrica laparos cópica ha mejorado de manera espectacular en los últimos 15 años y continúa mejorando. Los autores favorecen el uso de ciertos instru mentos laparoscópicos, como grapadoras y bisturí armónico, incluso si se lleva a cabo la conversión a un acceso abierto. La conversión a un acceso abierto es apropiada en circunstan cias donde podría comprometerse la seguridad del paciente de conti nuar con el acceso laparoscópico. En el cuadro 275 se enumeran las razones apropiadas para conversión a un acceso abierto y también se muestran las consideraciones para iniciar con cirugía abierta cuando existen ciertas condiciones conocidas, como una gran hernia incisio nal en la porción superior del abdomen o adherencias intraabdomi nales graves conocidas. La conversión a un acceso abierto no debe percibirse como un fracaso del cirujano ni considerarse una actitud del cirujano a continuar con un acceso laparoscópico si la operación no avanza o si las complicaciones pueden empeorar cuando éstas pueden corregirse con mayor rapidez utilizando un acceso abierto. La seguridad del paciente es el método ideal para determinar el momento y la situación apropiada para la conversión. Por lo general, si la conversión es necesaria, se realiza mejor cuando se lleva a cabo en etapas tempranas de la operación. Vigilancia posoperatoria La vigilancia a corto plazo se define como aquella con dos años de duración. Por desgracia, incluso en las mejores prácticas estadouni denses, por la falta de un sistema o registro centralizado de salud, un logro encomiable es una vigilancia por un año en 90% de los casos o más, lo cual rara vez se reporta en la mayor parte de las series de casos. Las recomendaciones para los centros bariátricos que desean pertenecer a los COE es que 75% de los pacientes eran vigilados por cinco años con operaciones de restricción y que 90% sean vigilados si fueron sometidos a operaciones de malabsorción. Sin embargo, estas recomendaciones se basan en tener un sistema que intente la vigilancia más larga posible y que produzca tales resultados. Aunque se elabore un sistema que genere múltiples intentos para hacer que el paciente regrese a vigilancia posoperatoria, sin el apego del paciente tales sistemas fallarán. Cuadro 27-5 Indicaciones para la conversión de cirugía laparoscópica a abierta 1. Incapacidad para lograr un neumoperitoneo adecuado 2. Reacciones hemodinámicas adversas por el neumoperitoneo 3. Adherencias intraabdominales que eviten el acceso seguro o dificultad excesiva para lograr el acceso al abdomen 4. Hepatomegalia de forma tal que no sea posible la separación o que incluso con la separación, será difícil la observación de los órganos 5. Complicaciones transoperatorias, como hemorragia, que pueden tratarse mejor por un acceso abierto 6. Pared corporal excesivamente gruesa y que evite el acceso o la manipulación de los trócares 7. Presencia de hernia en la porción superior de la pared abdominal, que óptimamente podría repararse de manera simultánea utilizando la misma incisión http://booksmedicos.org 1108 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii Los objetivos de la vigilancia de largo plazo son maximizar la atención del paciente en el periodo posoperatorio, colaborar en los ajustes para nuevos hábitos alimentarios, ejercicio y patrones del estilo de vida, estar alerta de posibles complicaciones y darles tratamiento temprano y recomendar medidas que limiten tales com plicaciones. Deben obtenerse datos objetivos después de operacio nes bariátricas lo que incluye pérdida de peso, cambios en el BMI, resolución o mejoría de las enfermedades asociadas y los eventos adversos o complicaciones que podrían ocurrir. De manera óptima, la valoración de la calidad de vida puede utilizarse como medida de la eficacia, así como el cuestionario Short Form36 (SF36), el cual a menudo se utiliza como ejemplo. La vigilancia a corto plazo debe ofrecer suficiente información sobre la seguridad del proce dimiento, pero sólo una estimación de su eficacia con respecto a la pérdida de peso y el efecto en la resolución de las enfermedades asociadas. La vigilancia a mediano plazo se define como aquella que ocurre de los dos a los cinco años en el posoperatorio. La vigilancia a mediano y largo plazo se define como aquella mayor a cinco años de duración y es el único medio por el cual puede valorarse la verdadera eficacia a largo plazo de las operaciones bariá tricas. En el caso de operaciones que al inicio parecían bastante prometedoras, como VBG o incluso la derivación yeyunoileal, más tarde se demostró con la vigilancia a mediano y largo plazo que existían deficiencias significativas en la eficacia para VBG23 y en la seguridad25 para la derivación yeyunoileal. Otras gastroplastias con grapas de la misma forma no demostraron eficacia en la vigilancia a mediano plazo.25 Por desgracia, a la fecha no existe un método convencional para reportar resultados después de cirugía bariátrica. La publi cación ideal incluye la cuantificación del número de pacientes, descripción de la técnica quirúrgica, incidencia de conversión a procedimientos abiertos si esto es aplicable, número de pacientes incluidos en la vigilancia por año, porcentaje de pacientes que no continúa con la vigilancia, pérdida de peso por lo general expresada como porcentaje del exceso de peso, índice de masa corporal ini cial y subsiguiente, complicaciones, mortalidad, corrección de las enfermedades asociadas y datos sobre la calidad de vida. Existen unos cuantos estudios en los cuales se realizó una comparación prospectiva y con asignación al azar entre la cirugía bariátrica y el tratamiento médico o entre diferentes operaciones bariátricas o métodos de acceso (laparoscópico o abierto). Está indicado mejorar los diseños de los estudios clínicos y obtener datos más completos en publicaciones a futuro. Es esencial la vigilancia posoperatoria por un equipo mul tidisciplinario, tanto o más que la valoración preoperatoria. Las sesiones de asesoramiento psicológico están disponibles según sea necesario para ayudar al paciente en el ajuste con los principales cambios en el estilo de vida. Todos los programas deben ofrecer un grupo de apoyo frecuente a los pacientes con el fin de que comen ten sus problemas en un ambiente menos formal y que reciban aliento de otros pacientes y del equipo de profesionales de la salud. La experiencia en la realización de cirugía bariátrica por varias décadas entre los coautores de este capítulo los ha llevado a concluir que siempre que se realice una operación, sólo se logra el éxito a largo plazo si el paciente adopta los cambios en el estilo de vida y en la alimentación, que les permitirá adoptar después de la intervención quirúrgica. La continuación del ejercicio como parte cotidiana del estilo de vida se asocia con mayor incidencia de con servación de la pérdida de peso. El cuidado para evitar el consumo de bocadillos y recuperar malos hábitos alimenticios también son factores de importancia. La mayor parte de los pacientes aceptan las modificaciones que produce la cirugía bariátrica de forma tal que puedan conservar su nuevo estilo de alimentación, estilo de vida y hábitos de ejercicio para beneficiar la mejoría constante de su salud, su imagen personal y su bienestar. 3 Banda gástrica ajustable laparoscópica Antecedentes. El procedimiento LAGB implica la colocación de unabanda de silicona inflable alrededor de la porción proximal del estómago. La banda se une a un sistema de reservorio que permite el ajuste de la misma. Se obtiene acceso al sistema de reservorio a través de un acceso colocado en el espacio subcutáneo, similar a los accesos utilizados para quimioterapia a través de catéteres venosos centrales. En la figura 272 se muestra colocado el dispositivo para LAGB. Se han utilizado dos tipos principales de bandas para este proce dimiento. La LapBand original, comercializada en fecha más reciente por Apollo Endosurgery, se ha utilizado más a menudo. La Swedish Band, comercializada con el nombre Realize Band por Ethicon es un poco más ancha que la LapBand.58 Los sistemas de acceso tienen diferencias en el diseño y en los métodos de fijación a la aponeurosis. Técnica. La colocación del sitio de acceso para LAGB varía entre los diferentes cirujanos. En la figura 272 se muestra la configuración utilizada más a menudo. Por lo general se combinan dos trócares para las manos del cirujano y uno o dos trócares para el ayudante, además del trócar para el telescopio y uno para el separador de hígado. Con el paciente en posición de Trendelenburg invertida, el procedimiento inicia con la división del peritoneo al nivel del ángulo de His y continúa con la división del ligamento gastrohe pático en el área avascular (porción fláccida) para exponer la base del pilar derecho del diafragma. Si hay una hernia hiatal, debe repararse en ese momento utilizando una disección esofágica pos terior estándar para exponer los pilares y realizar la reparación con suturas. Una pinza de sujeción (LapBand) o un instrumento de Figura 27-2. Esquema de banda ajustable por acceso laparoscópico. (Tomada de Schauer PR, et al, eds. Minimally Invasive Bariatric Sur gery, 1st ed. New York: Springer; 2007. Reimpresa con autorización de Cleveland Clinic Center for Medical Art & Photography © 2005- 2009. Todos los derechos reservados.) http://booksmedicos.org 1109 TraTam ien To qu irú rgico de la obesidad caPÍTu lo 27 Figura 27-3. Pinza de sujeción pasada por debajo del estómago para sujetar la banda durante la colocación. (Tomada de Schauer PR, et al, eds. Minimally Invasive Bariatric Surgery, 1st ed. New York: Sprin- ger; 2007. Reimpresa con autorización de Cleveland Clinic Center for Medical Art & Photography © 2005-2009. Todos los derechos reservados.) diseño especial (Realize Band) se inserta a lo largo de la base de la superficie anterior del pilar diafragmático, de derecha a izquierda, y sale en el ángulo de His en el área dividida del peritoneo (fig. 273). El dispositivo se utiliza para desplazar la banda por debajo de la superficie posterior de la unión gastroesofágica. Esta técnica, al pasar la banda a través de tejido fibroso en este plano, sirve como método de fijación para la banda con mayor firmeza en la cara posterior. Durante los primeros años de colocación de la banda, la ubicación retrogástrica de la mitad posterior de la banda en el espacio libre de la transcavidad de los epiplones causaba una inci dencia inaceptablemente elevada de deslizamiento y prolapso de la banda. La adopción de la técnica de la porción fláccida disminuyó la incidencia de deslizamiento.59 Una vez que la banda se colocó alrededor de la porción proxi mal del estómago, se fija en su configuración anular a través de un mecanismo de autorretención. Esto implica que el extremo de la sonda se pase a través del orificio creado para la banda y que se cierre el extremo con mecanismo de retención. Una vez que la banda se fija a su sitio, la porción con el mecanismo de cierre se ubica en la curva tura menor del estómago (fig. 274A, B). A continuación la superficie anterior del fondo y la parte proximal del estómago se indican sobre la banda utilizando varios puntos de sutura (fig. 275). A B Figura 27-4. A. LapBand colocada alrededor del estómago. (Tomada de Schauer PR, et al, eds. Minimally Invasive Bariatric Surgery, 1st ed. New York: Springer; 2007. Reimpresa con autorización de Cleveland Clinic Center for Medical Art & Photography © 2005-2009. Todos los derechos reservados.) B. Realize Band alrededor del estómago. http://booksmedicos.org 1110 Con sideraCion es espeCífiCas parTe ii El sistema de tubos de la banda se coloca en el sitio deseado. Por lo general esto ocurre en el sitio cercano al trócar en la porción superior del abdomen o en la región del apéndice xifoides para colocar el punto de acceso muy superficial, de forma que pueda palparse en el posoperatorio. El dispositivo se fija a la aponeurosis de la pared abdominal anterior. El acceso para la colocación subsi guiente de líquido al sistema de banda se realiza por vía percutánea utilizando una aguja Huber o una aguja no cortante. La banda al inicio se colocaba vacía, sin líquido, en la mayor parte de los casos. Preparación y selección del paciente. La mayor parte de proce dimientos LAGB se realiza en forma ambulatoria. Desde el punto de vista técnico, la operación no es tan difícil como otras operaciones descritas más adelante. Como no hay penetración del tubo diges tivo, el riesgo relativo del procedimiento es bajo en comparación con la mayor parte de otras operaciones bariátricas, lo que hace de este procedimiento más susceptible para ofrecerse a individuos de edad avanzada, con las enfermedades asociadas o en población de pacientes con mayor riesgo. Sin embargo, la eficacia de la operación en individuos con obesidad extrema (BMI > 50 kg/m2) es menos impresionante, con un BMI promedio de 40 kg/m2 después de una vigilancia de cinco a ocho años.60 La impresión de los autores es que con esta operación ocurren resultados óptimos en una población de pacientes motivada, que necesita perder menos de 50 kg de peso para lograr un BMI < 30 kg/m2, que está dispuesto y puede realizar ejercicios de manera regular y que puede cambiar sus patrones de ali mentación según se le recomendó, además de encontrarse en un área geográfica lo suficientemente cercana para facilitar la vigilancia. Los sujetos que se encuentran impacientes por perder peso, están inmó viles o son incapaces de realizar ejercicio, los que comen pequeñas cantidades a menudo o que consumen alimentos ricos en calorías y que esperan continuar sus hábitos alimentarios sin alteración no son elegibles para esta intervención. De la misma forma, los pacientes que han sido sometidos con anterioridad a cirugía de tubo digestivo alto, como fundoplicatura de Nissen, son poco adecuados para este procedimiento por el compromiso potencial en la disección para la colocación de la banda. Puntos importantes de la preparación preoperatoria, espe cíficos para el procedimiento incluyen ayuno, recibir profilaxis preoperatoria apropiada contra tromboembolia venosa, antibióticos intravenosos de amplio espectro y contar con un acceso intravenoso apropiado y vigilancia transoperatoria. Se inserta una sonda oro gástrica en el estómago. Estas medidas preoperatorias se recomien dan en todos los procedimientos que se mencionan más adelante. Vigilancia y cuidados posoperatorios. La mayor parte de los pro cedimientos de LAGB se realizan en forma ambulatoria. Los requeri Figura 27-5. Imbricación del estómago sobre la banda. mientos de las aseguradoras y enfermedades preexistentes suelen ser la única razón para la hospitalización. Las instrucciones dietéticas, cuidados de la herida, analgésicos e instrucciones sobre el inicio de otros fármacos preoperatorios deben explicarse al paciente y a los miembros de la familia (los cuales no han sido sometidos a anestesia general) antes de la alta. Debe proporcionarse la programación de visitas para vigilancia posoperatoria, proporcionar los números telefó nicos para llamadas de urgencia e indicaciones posoperatorias. La primera valoración posoperatoria después de LAGB suele ocurrir dos a tres semanas después de la cirugía. Para esta fecha, los pacientes han empezado
Compartir