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515 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Metástasis pulmonares INTRODUCCIÓN La curación de la mayoría de las lesiones tumorales malignas depende, en gran medida, de que el tumor se diagnostique cuando solamente afecta al órgano de origen y no ha producido aún enfermedad a distancia o metastásica, que es la causa de muerte más importante. Los estudios necrópsicos demuestran que en un 30 a 50% de los casos los individuos que fallecen por un cáncer tienen metástasis pulmonares. Pero todavía es más interesante señalar que un 20% de ellos solo tiene metástasis en el pulmón y no, simultáneamente, en otros órganos. Por tanto, si pudieran resecarse el tumor primario y las metástasis pulmonares en estos individuos, podría conseguirse, al menos en teoría, la curación de estos pacientes. Cuando las metástasis pulmonares son irresecables, casi todas las personas en esta situación mueren antes de 1 año. Sin embargo, aunque la resección completa de las metástasis pulmonares mejora la supervivencia en enfermos seleccio- nados, solo del 20 al 40% de los sujetos continúa vivo en los siguientes 5 o más años. La evidencia científica en la que se apoya este hecho y, por tanto, la manera en la que hay integrarla en el tratamiento multidisciplinario del cáncer de pulmón son aspectos, aunque importantes, todavía poco claros en este momento. DIAGNÓSTICO Manifestaciones clínicas Las metástasis pulmonares suelen diagnosticarse en el período de seguimiento de un tumor primario previamente conocido. El 80% de los individuos está asintomático, debido a que las lesiones suelen tener una localización periférica, con un tamaño no muy grande. El 20% restante tiene algún síntoma, generalmente tos y hemoptisis de diferente cuantía, por una afectación más central o incluso claramente endobronquial. También puede referirse un dolor torácico de tipo pleurítico, por contacto o afectación de la pleura parietal y, aunque más rara vez, por la existencia de un derrame pleural o un neumo- tórax. Por último, la disnea puede deberse a una linfangitis o a lesiones diseminadas. Radiografía simple de tórax Las metástasis pulmonares suelen presentarse radiológicamente como pequeños nódulos periféricos, con frecuencia subpleura- les, de forma más o menos redondeada. La radiografía de tórax tiene una sensibilidad y una especificidad limitadas (50-70% en ambos casos) en el estudio de las metástasis pulmonares. No obstante, en la actualidad es el principal método para su detección, aunque se está sustituyendo de modo progresivo por la tomografía computarizada (TC) torácica, sobre todo en el caso de los tumores localmente avanzados, con tendencia a metastatizar en el pulmón. Tomografía computarizada torácica En todo enfermo oncológico con nódulos pulmonares en la radiografía de tórax y en el que se sospeche la existencia de metástasis debe efectuarse una TC torácica para localizar, cuantificar y caracterizar, de un modo más preciso, dichos nódulos (fig. 61.1). Con esta técnica pueden detectarse metás- tasis pulmonares hasta de 2 a 3 mm. La sensibilidad se acerca al 85% en las lesiones mayores de 6 mm. Y ello gracias a las más modernas TC torácicas de alta resolución y, más aún, a los nuevos equipos helicoidales. Con estos últimos se llega a identificar hasta un 25% más de nódulos que con los tomó- grafos convencionales, si bien con la caída en la especificidad que ello conlleva. La sensibilidad desciende hasta el 50% en las metástasis menores de 6 mm, motivo por el cual muchos autores siguen considerando que el procedimiento diagnóstico de elección es el abordaje quirúrgico abierto, que debe permitir una adecuada palpación de todo el parénquima pulmonar. No obstante, la TC torácica es la prueba más precisa para plantear el tipo de resección pulmonar que debe realizarse. Informa, además, de la posible afectación ganglionar medias- tínica, circunstancia que ha de tenerse en cuenta, aun siendo infrecuente, en los tumores de localización central, especial- mente en los de tipo epitelial. Resonancia magnética Si bien en algunas series la resonancia magnética alcanza una sensibilidad superponible a la de la TC torácica, su capacidad 61 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 516 de resolución es menor, por lo que la información adicional que aporta es escasa. Además, es una prueba más costosa y menos accesible. No obstante, es útil en casos seleccionados, en concreto en los que afectan al mediastino, los grandes vasos o la columna vertebral. Tomografía por emisión de positrones La sensibilidad global de la tomografía por emisión de positro- nes (PET) en la detección de metástasis pulmonares se estima en un 83 a 87%, aunque varía de manera muy importante en función del tamaño del nódulo pulmonar que va a estudiarse (fig. 61.2). En los nódulos de 5 a 7 mm la sensibilidad no llega al 50%, en las lesiones de 8 a 10 mm es del 78% y en las de 11 a 29 mm alcanza una sensibilidad del 94%. La PET aporta información que puede cambiar la conducta terapéutica en los pacientes en los que se sospecha la existencia de metástasis pulmonares, ya que puede descubrir recurrencias locorregionales del tumor primario, lesiones ganglionares mediastínicas o metástasis extratorácicas. Además, tiene capa- cidad para diferenciar entre una enfermedad maligna y una benigna. La sensibilidad y la especificidad de la PET en la detección de una enfermedad maligna extrapulmonar se estiman en un 85 y un 90%, respectivamente. Hasta en un 20% de las ocasiones puede identificar una participación ganglionar hiliar o mediastínica que, sin llegar a ser contraindicación absoluta para una metastasectomía, puede modificar la actitud tera- péutica o quirúrgica que debe seguirse. La fusión de la PET y la TC torácica se ha erigido como una técnica superior a las dos pruebas por separado, tanto en la caracterización de los nódulos pulmonares como en la precisión diagnóstica en el caso de la enfermedad mediastínica o extratorácica. Diagnóstico diferencial Un nódulo pulmonar en un paciente diagnosticado con anterioridad de cáncer o con un tumor primario previo, no siempre broncogénico, no tiene que ser ineludiblemente una metástasis, ya que puede ser una lesión benigna u otro tumor primario diferente. Para conseguir un diagnóstico de certeza puede ser necesaria la realización de una punción-aspiración transparietal con aguja fina, una fibrobroncoscopia o una intervención videotoracoscópica, especialmente indicada en las lesiones periféricas menores de 3 cm. Algunas enfermedades granulomatosas benignas pueden simular nódulos metastási- cos, tanto en la TC torácica como en la PET, los cuales dan lugar a veces captaciones del trazador que pueden estar, incluso, en el límite de la normalidad. En cualquier caso, siempre han de valorarse estos nódulos en el contexto clínico del enfermo. De este modo, si existe el antecedente reciente de una enfermedad neoplásica, lo más probable es que se trate de una metástasis pulmonar. Igualmente confuso puede resultar el diagnóstico diferencial con el carcinoma broncogénico, sobre todo en sus estadios FIGURA 61.2 Tomografía computarizada torácica (A) y tomografía por emisión de positrones (B) en las que se observa una metástasis única de un melanoma. Pudo resecarse mediante una intervención quirúrgica videotoracoscópica. FIGURA 61.1 Tomografía computarizada torácica en la que se observa una metástasis única, localizada en el lóbulo inferior derecho, de un carcinoma colorrectal. Precisó de una lobectomía para su exéresis. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente.No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 61 Metástasis pulmonares 517 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. iniciales y, aún más, en las neoplasias primarias con la his- topatología propia de un carcinoma escamoso o de un adeno- carcinoma. Este segundo hecho puede llevar a que se efectúen resecciones pulmonares inadecuadas, ya que el estudio anato- mopatológico intraoperatorio en congelación difícilmente acla- ra el origen de la neoplasia. Con cierta frecuencia el diagnóstico definitivo requiere de estudios inmunohistoquímicos, que tienen una especial utilidad en los carcinomas indiferenciados y en los adenocarcinomas. También puede ser necesaria la determinación de ciertos marcadores genéticos (mutaciones p53, citometría de flujo, análisis del ácido desoxirribonucleico, amplificación del oncogén K-ras, etc.). TRATAMIENTO QUIRÚRGICO Desde un punto de vista histórico, la primera metastasectomía pulmonar se realizó en 1882. Desde entonces el camino recorri- do en relación con esta posibilidad terapéutica, potencialmente curativa en individuos seleccionados, ha sido largo, complejo y no exento de dificultades. Finalmente, sobre todo en los últimos 20 años, se ha llegado a una situación en la que se ha conseguido el reconocimiento de esta forma de tratamiento, aplicable y útil en casos determinados. Cuando la resección del tumor primario no es posible o ha sido incompleta (R1, R2), la metastasectomía pulmonar está contraindicada. Por este motivo, si la aparición es sincrónica, el tumor primario debe ser el primero en eliminarse. En oca- siones, después de la exéresis de la neoplasia primaria ha de efectuarse una terapia adyuvante. Posteriormente debe hacerse una nueva evaluación, para asegurarse de que no se ha produ- cido diseminación sistémica alguna y establecer con seguridad que las lesiones pulmonares siguen siendo resecables. Selección de los pacientes Los criterios de selección se han elaborado a partir de análisis retrospectivos de series quirúrgicas de tumores con caracte- rísticas histopatológicas diferentes y con gran variabilidad en los tratamientos adicionales que se han empleado. Aun así, los criterios que generalmente se acepta que deben cumplirse para plantear una metastasectomía son los siguientes: 1) tumor primario controlado; 2) posibilidad de conseguir una resección completa; 3) función cardiorrespiratoria que permita una resec- ción planificada; 4) ausencia de metástasis extratorácicas, y 5) carencia de un tratamiento alternativo sistémico más efectivo. En algunos casos muy seleccionados con un carcinoma primario de colon y con metástasis pulmonares y hepáticas se han realizado resecciones en ambas localizaciones, con supervivencias aceptables a largo plazo. Factores pronósticos Hay variables que tienen menos importancia en la selección de los pacientes, pero que actúan como factores pronósticos de la enfermedad neoplásica metastatizante y cuya valoración es más conflictiva. Estas variables se han estudiado retrospectivamente y se ha constatado que pueden ser útiles a la hora de cuantificar el potencial beneficio de la intervención quirúrgica. En con- creto, son las que se refieren a continuación: ● Localización y estadio del tumor primario. Son caracterís- ticas que no parecen influir en los resultados. ● Intervalo libre de enfermedad (ILE). Un período corto implica una mayor agresividad biológica del tumor. Por ello, no es de extrañar que un ILE superior a 36 meses haya resultado ser un predictor independiente de supervivencia en el «Registro internacional de metástasis pulmonares» (RIMP). Un ILE superior a 12 meses se asocia con mejores resultados en los sarcomas y en los carcinomas de mama, de colon y recto, y de riñón. Sin embargo, en otros trabajos no se han evidenciado diferencias significativas en la super- vivencia comparando diferentes ILE. ● Número de metástasis. En el RIMP se ha encontrado que la supervivencia a los 5 años en las lesiones únicas es del 43%; si las lesiones son dos o tres, es del 34%; y si son 4 o más, es del 27%. Pero incluso con 10 o más metástasis se observa una supervivencia del 26% a los 5 años. En otros estudios no se han hallado diferencias valorables en la supervivencia con respecto al número de metástasis ni a la bilateralidad. ● Tiempo de duplicación tumoral (TDT). Muchas veces no puede determinarse, por lo que es de poca utilidad para la toma de decisiones. ● Resecabilidad. Es una variable muy significativa. En el RIMP se ha apreciado que la supervivencia a los 5 años es del 36% en los pacientes sometidos a una resección completa y solo del 13% si se ha llevado a cabo una resección incompleta. ● Afectación ganglionar. La enfermedad hiliar y mediastínica se observa, aproximadamente, en el 5% de los casos. Se aso- cia con una mayor probabilidad de tener que realizar una resección incompleta y, por tanto, con un peor pronóstico. Esta baja frecuencia de afectación ganglionar podría estar en relación con la discrecionalidad con la que los cirujanos efectúan linfadenectomías en estos pacientes, aspecto que merecería un análisis más profundo. ● Marcadores tumorales. Deben investigarse en los trabajos que se planteen prospectivamente. En algunos de ellos se ha demostrado que se produce una elevación de la β-gonadotropina coriónica humana (β-HCG) sérica cuando persiste una enfermedad residual. Así ocurre, por ejemplo, tras realizar un tratamiento de inducción en un teratoma. También es útil para la detección de los receptores hormo- nales en el carcinoma de mama. Por último, la normalidad de los niveles séricos del antígeno carcinoembrionario (CEA) en el momento de llevar a cabo la metastasectomía de un carcinoma colorrectal se ha asociado con un buen pronóstico. Técnicas quirúrgicas Las técnicas y las indicaciones quirúrgicas han evolucionado en gran medida gracias al mejor conocimiento de la biología y de la historia natural de los diferentes tumores que han proporcionado los estudios más recientes, a la respuesta a la quimioterapia (QT) sistémica que acompaña a la cirugía y, por último, al avance en las técnicas de imagen que se ha logrado en los últimos años (fig. 61.3). La dificultad de la exéresis suele relacionarse con el tamaño, la profundidad y el número de lesiones, lo que puede obligar, en casos seleccionados, a efectuar lobectomías e incluso neumonectomías. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 518 Tanto la intervención quirúrgica extendida a la pared torácica o al diafragma como la neumonectomía deben indicarse cuidadosa- mente, dado el dudoso beneficio que ocasionan. VÍAS DE ABORDAJE E INCISIONES QUIRÚRGICAS La vía de abordaje y las incisiones quirúrgicas son especialmen- te importantes (tabla 61.1). El tipo de abordaje depende mucho de la experiencia y de las preferencias del cirujano, así como de las características de las lesiones que están presentes. Cuando existe una enfermedad unilateral, parece haber acuerdo en que debe actuarse sobre un solo hemitórax. Si hay una enfermedad bilateral, hay discrepancia sobre si la intervención quirúrgica ha de hacerse de manera simultánea o secuencial. Toracotomía posterolateral Fue el primer tipo de incisión utilizado. Permite la exploración de un solo hemitórax, pero de manera completa. Es dolorosa y menos estética que otras vías. Toracotomía lateral, axilar o limitada Es más estética y menos dolorosa que la toracotomía pos- terolateral estándar. Esternotomía media Se popularizó en los años ochenta para llevar a cabo un abor- daje bilateral con una mismaincisión. Produce menos dolor y compromiso respiratorio que la toracotomía posterolateral, pero permite un acceso difícil a las zonas posteriores y a los lóbulos inferiores, sobre todo a los izquierdos. Esternotomía transversa clamshell Se empleó en los años noventa por el trasplante pulmonar. Se reali- za utilizando un acceso a través del cuarto espacio intercostal. Per- mite un perfecto abordaje bilateral y es sorprendentemente segura y cosmética. Sin embargo, es más dolorosa que la esternotomía media y obliga al sacrificio de las dos arterias mamarias internas. Cirugía videotoracoscópica Solo se efectúa a través de trocares. Probablemente el tratamien- to estándar es la toracotomía con palpación pulmonar manual, aunque muchos centros médicos están incorporando los abor- dajes mínimamente invasivos para las lesiones únicas o dobles, periféricas y menores de 3 cm. La indicación de este tipo de cirugía se establece, con fines diagnósticos, en los nódulos indeterminados o múltiples. Para ayudar a la localización de los nódulos menores de 1 cm y a más de 5 mm de distancia de la pleura visceral, la técnica más reciente se basa en la colo- cación de microcoils guiados por una TC torácica (v. fig. 61.3). Las razones para recurrir a la cirugía videotoracoscópica son varias: 1) ocasiona una menor disminución inicial y tardía de la capacidad vital; 2) produce menos dolor; 3) origina una menor disfunción del hombro; 4) conlleva una menor formación de adherencias en el supuesto de que se requiera una rerresección; 5) acarrea un menor trauma quirúrgico, lo que lleva consigo una menor afectación del sistema inmune, y 6) es la menos dolorosa y la más estética. Cirugía torácica videoasistida Añade a la anterior una minitoracotomía de asistencia, en este caso sin utilizar el separador, lo que permite palpar el parénquima pulmonar. Su mejor indicación se encuentra en las metástasis de un carcinoma colorrectal o renal, ya que estas metástasis suelen presentarse como uno o dos nódulos de mayor tamaño que las de los sarcomas, que con frecuencia son múltiples y se expresan como nódulos a veces muy pequeños. Otras incisiones Ambrogi ha descrito una incisión curvilínea subxifoidea con acceso y palpación desde la región retroesternal a ambos espacios pleurales, en combinación con una cirugía torácica videoasistida para la resección endoscópica. Keshishian y Just- Viera han propugnado el uso de una esternotomía parcial, FIGURA 61.3 A. Microcoil. B. Colocación guiada por tomografía computarizada torácica. C. Exéresis de una metástasis por cirugía videotoracoscópica. TABLA 61.1 Vías de abordaje e incisiones quirúrgicas en la cirugía de las metástasis pulmonares Vía de abordaje Ventajas Inconvenientes Toracotomía posterolateral estándar Exploración completa Unilateral, dolorosa, menos estética Toracotomía posterolateral sin sección muscular Ambos hemitórax, mismo acto, menos dolorosa, más estética que la estándar Toracotomía lateral Ambos hemitórax, mismo acto, menos dolorosa, más estética Esternotomía media Ambos hemitórax, menos dolorosa Acceso difícil de las zonas posterior e inferior Esternotomía transversa clamshell Magnífica exposición de ambos hemitórax Más dolorosa que la esternotomía media CVT, CTVA Menos dolorosas, más estéticas Dificultad para palpar CTVA, cirugía torácica videoasistida; CVT, cirugía videotoracoscópica. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 61 Metástasis pulmonares 519 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. respetando el manubrio esternal. Kodama ha propuesto una toracotomía derecha, respetando los músculos, con acceso a la cavidad pleural izquierda a través del mediastino anterior, para así poder resecar las metástasis de la língula. Wright y Detterbeck han impulsado técnicas de cirugía toracoscópica asistida con la mano. MÉTODOS DE METASTASECTOMÍA PULMONAR Las metástasis periféricas, es decir, las situadas en el tercio externo, pueden extirparse mediante una resección pulmonar en cuña o atípica, empleando para ello máquinas de sutura automática convencional o endoscópica. El objetivo se dirige a conseguir una eliminación completa (R0), preservando el máximo de parénquima pulmonar. Con el paciente ventilado con un tubo de doble luz o con un bloqueante bronquial, el cirujano y el ayudante deben realizar una inspección com- pleta, con palpación bimanual, del pulmón ventilado y del colapsado. Para minimizar la tasa de recidivas locales, casi todos los cirujanos aceptan un margen de 1 cm, aunque esto nunca se ha definido con claridad y formalmente. Si no pue- de aplicarse la máquina de sutura mecánica con seguridad o si se trata de lesiones múltiples, en general se prefiere hacer una tumorectomía llevada a cabo con el electrocauterio o con energía láser. Ello conlleva poca pérdida de parénquima y un buen control de la fuga aérea. Las metástasis de mayor tamaño o centrales pueden requerir a veces una resección anatómica tipo segmentectomía, lobec- tomía o, en pocas ocasiones, neumonectomía. Esta última, dadas las tasas de recidiva, debe considerarse como una técnica excepcional. A veces es necesario hacer resecciones extendi- das a la pared, al mediastino, a los grandes vasos o incluso al corazón, empleando un bypass cardiopulmonar. Estas medidas extraordinarias solo estarían indicadas cuando se tiene la segu- ridad de que no hay un tratamiento sistémico mejor y de que la resección va a ser completa. La mayoría de los cirujanos no realizan una linfadenectomía hiliar ni mediastínica. Sin embargo, después del trabajo de Pfannschmidt, basado en 245 pacientes, en el que se observó una supervivencia de 64 meses en los estadios N0, frente a los 21 meses en los estadios N2, se ha sugerido la posibilidad de tener que recurrir a una quimioterapia adyuvante e, incluso, el nulo beneficio que conllevan las intervenciones reiteradas en estos enfermos. La revisión efectuada por Domínguez Ventura apoya también la necesidad de la linfadenectomía, aunque solo sea para mejorar la estadificación y plantear el tratamiento adyuvante. A pesar de no encontrar una evidencia científica en la que basar los tratamientos multimodales, en el momento actual es muy difícil diseñar nuevos ensayos clínicos. Los oncólogos dis- ponen ya de suficientes datos retrospectivos como para apoyar la metastasectomía, por lo que ya no es posible aleatorizar estudios con un brazo sin cirugía. Además, las diferentes formas histopatológicas de los sarcomas y sus distintas maneras de evolucionar hacen difícil la inclusión de estas neoplasias en ensayos clínicos. Quizá habría que focalizar el interés en el problema más frecuente, que es el de las metástasis pulmonares del carcinoma colorrectal. Las sociedades científicas aún no han elaborado guías clí- nicas que sirvan para orientar las estrategias de seguimiento en los enfermos en los que se ha llevado a cabo una metas- tasectomía pulmonar. NUEVAS ESTRATEGIAS DE TRATAMIENTO Las ventajas teóricas que sustentan la realización de una qui- mioterapia de inducción son las siguientes: 1) conseguir un aporte sanguíneo óptimo al tumor antes de la intervención quirúrgica; 2) reducir el tamaño de la metástasis, con lo que se minimiza la resección pulmonar necesaria; 3) destruir poten- ciales micrometástasis clínicamente indetectables; 4) aminorar el desarrollo de clones quimiorresistentes, y 5) posibilitar una evaluación biológica de la respuesta para completar el trata- miento, en su caso, con una quimioterapia adyuvante. La perfusión pulmonar es otra posibilidad. Los estudios basados en la aplicación de altas dosis quimioterapéuticas en el pulmón, con una exposición sistémica mínima, con el objetivo de convertiren resecables lesiones irresecables, comenzaron a efectuarse en 1983. Otros trabajos más recientes se han cen- trado en los pacientes con una enfermedad resecable, con el propósito de eliminar las micrometástasis, sin duda presentes y causantes de la aparición de recidivas. Al respecto, se han investigado la eficacia y el perfil farmacocinético de los agentes quimioterápicos, biológicos y, últimamente, génicos. También se han llevado a cabo ensayos con modificadores biológicos, como el liposoma encapsulado muramil-tripéptido (L-MTP-E), que se ha empleado junto con agentes quimiote- rápicos en modelos de sarcoma osteogénico. El tratamiento inhalado es, en el melanoma, el osteosarcoma y el carcinoma renal, de mama y de ovario, por su escasa toxicidad y la eficacia observada, una estrategia muy esperanzadora para el futuro. En los últimos años, desde que se conocen varios fenómenos moleculares específicos en el desarrollo y la progresión de las metástasis pulmonares, se han puesto en marcha varios esquemas, tanto experimentales como clínicos, de tratamiento molecular y génico. La ablación por radiofrecuencia todavía no ofrece resultados suficientemente buenos a largo plazo, pero puede intentarse en las lesiones metastásicas inferiores a 5 cm de diámetro, en número de tres como máximo, que estén en los dos tercios exte- riores del pulmón y que no sean quirúrgicas. La radioterapia estereotáxica tiene una toxicidad reducida y consigue un gran control local de la enfermedad, con resultados clínicos muy prometedores y con supervivencias del 42% a los 5 años. La quimioterapia regional por perfusión, infusión o quimioem- bolización todavía está en el ámbito de la investigación animal o clínica. Otros tratamientos son la radiación pulmonar com- pleta en las metástasis de los tumores radiosensibles, como el tumor de Wilms, o como adyuvante en los sarcomas de partes blandas. Otras posibilidades son la crioterapia y la hipertermia. PARTICULARIDADES SEGÚN EL TIPO HISTOPATOLÓGICO DEL TUMOR Sarcomas de partes blandas Los sarcomas de partes blandas constituyen un grupo hete- rogéneo de neoformaciones mesenquimales no osificantes. Las recidivas locales son habituales y hasta en un 20% de los Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 520 pacientes aparecen metástasis pulmonares, con mayor frecuen- cia en los tumores primarios localizados en las extremidades. Las metástasis pulmonares tienden a ser múltiples, periféricas y casi siempre bilaterales. La técnica de imagen de elección para el diagnóstico es la TC torácica helicoidal (sensibilidad del 85-95%). La sensibilidad de la PET es considerablemente inferior (70%), incluso si se compara con la de otros subtipos histopatológicos para un mismo tamaño tumoral. El tratamiento es quirúrgico y a ser posible con un abordaje abierto (toracotomía, esternotomía o clamshell), ya que es el subtipo histopatológico en el que mayor discordancia se observa entre las pruebas de imagen y los hallazgos intraoperatorios. Por ello es crucial la palpación manual del parénquima pulmonar, en busca de nódulos que hasta entonces han pasado inadvertidos. Dada la resistencia de los sarcomas, en comparación con la de otros tumores sólidos, tanto a la quimio como a la radio- terapia, el tratamiento quirúrgico se ha convertido en el gold standard, siempre que los criterios oncológicos y funcionales lo permitan. Los factores pronósticos tras la metastasectomía pulmonar en este tipo de tumores son numerosos. Entre los que influyen negativamente se han considerado el alto grado de malignidad del tumor, una edad superior a los 50 años, determinados tipos histopatológicos (liposarcoma, neurofibrosarcoma), un intervalo libre de enfermedad inferior a 12 meses, la existencia de cuatro o más metástasis y un tiempo de duplicación tumoral menor de 20 días, entre otros (v. tabla 61.1). El factor pronós- tico positivo más determinante es la exéresis completa, ya que con ella se consiguen supervivencias hasta del 40% a los 5 años. Casi todos los autores defienden las remetastasectomías pulmonares siempre que sea posible, ya que logran medianas de supervivencia incluso de 25 meses, en comparación con los 10 meses que ofrece el tratamiento oncológico. El mayor metaanálisis realizado hasta la fecha, el Sarcoma metaanalysis collaboration (1997), sugirió que el tratamiento adyuvante basado en la doxorrubicina mejora el control local y la supervivencia, y es discretamente superior. Desde entonces, y a pesar de que se han ensayado múltiples combinaciones de fármacos, los resultados siguen siendo desalentadores, por lo que la cirugía es el tratamiento que tiene una mejor relación entre el coste y la efectividad. Osteosarcoma El osteosarcoma es un tumor típico de la edad pediátrica y de los adultos jóvenes. El órgano en el que metastatiza con mayor frecuencia es el pulmón. El 20% de los pacientes tienen metástasis pulmonares al efectuar el diagnóstico del tumor primario y hasta un 80% las desarrolla en algún momento de su evolución, aunque sobre todo en los primeros 3 años. Estas metástasis son la principal causa de muerte de estos enfermos. Al igual que ocurre con los sarcomas de partes blandas, las metástasis pulmonares de un osteosarcoma suelen ser múlti- ples, con tendencia a la bilateralidad. La correlación entre las pruebas de imagen y los hallazgos operatorios es mala. En el pulmón contralateral se detectan metástasis ocultas hasta en un 20% de las ocasiones, por lo que a veces se ha defendido el abordaje mediante una esternotomía media, como única manera de conseguir una resección completa de todas las posi- bles metástasis. No obstante, como en los sarcomas de partes blandas, la toracotomía posterolateral —única o secuencial— sigue siendo la vía quirúrgica de abordaje que más se emplea. Según el Japanese musculoskeletal oncology group study, el pro- nóstico de los individuos que padecen un osteosarcoma con metástasis pulmonares es mejor en los sujetos que las desarro- llan una vez que se ha completado la quimioterapia adyuvante del tumor primario. El tratamiento más aceptado es la quimio- terapia seguida de la metastasectomía pulmonar. Se consiguen así supervivencias a los 5 años del 30 al 50%, algo mejores que las que se logran en los sarcomas de partes blandas. A pesar de los numerosos factores pronósticos propuestos hasta la fecha, la resección completa y la respuesta a la quimioterapia parece que son los dos más determinantes (tabla 61.2). Si se tienen en cuenta todas las series publicadas hasta la fecha, existe una gran diferencia entre la supervivencia libre de enfermedad (mediana de 7 meses) y la supervivencia global (mediana de 26 meses). Esta diferencia se debe, en gran medi- da, al importante papel que tiene la cirugía en las sucesivas recidivas del tumor, que con frecuencia (40-65% de los casos) se limitan al parénquima pulmonar, a diferencia de lo que ocurre con las recidivas de las neoplasias epiteliales. Carcinoma colorrectal Las metástasis pulmonares aparecen en el 10-20% de los pacien- tes que padecen un carcinoma colorrectal (CCR). El pulmón es el segundo órgano en orden de frecuencia, detrás del hígado, en el que este tumor metastatiza más habitualmente. Solo una mínima parte de estos enfermos es, finalmente, candidata a una metastasectomía pulmonar, bien por la alta incidencia de la afectación extratorácica en el momento del diagnóstico o bien porque la lesión pulmonar es irresecable. Los individuos que padecen un carcinoma colorrectal metastatizante que no se tratan tienen una mediana de supervivencia de 10 meses. A los 5 años la supervivencia es inferior al 5%. No obstante, gracias al desarrollo de los nuevosesquemas quimioterápicos y a la introducción de los anticuerpos monoclonales (bevacizumab y cetuximab) se está entrando en una nueva era en el tratamiento de esta neoplasia. A pesar del gran número de series publicadas hasta la fecha, no existen ensayos clínicos aleatorizados que hayan demos- trado la superioridad de la cirugía con respecto a la quimio- terapia. La evidencia disponible es débil y deriva únicamente de series de casos, prospectivas o retrospectivas, de metas- tasectomías pulmonares asociadas o no con diferentes pautas oncológicas. En la mayoría de las ocasiones, estas series tienen en el análisis de los elementos pronósticos y en el estudio de la supervivencia sus dos principales objetivos (tabla 61.3). De todos los factores pronósticos propuestos, la resección com- pleta y la tasa sérica del antígeno carcinoembrionario (CEA) son los más determinantes. Otros aspectos que se reseñan con frecuencia son el intervalo libre de enfermedad, el número de metástasis y la existencia de un compromiso ganglionar hiliar o mediastínico (v. tabla 61.2). La supervivencia a los 5 años de las series más relevantes de metastasectomías pulmonares realizadas por un carcinoma colo- rrectal oscila entre un 40 y un 55%, pronóstico discretamente Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 61 Metástasis pulmonares 521 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. TABLA 61.2 Factores pronósticos implicados en la metastasectomía pulmonar por un sarcoma de partes blandas o un osteosarcoma, según las principales series publicadas Serie Histopatología y número de pacientes Factores pronósticos positivos Factores pronósticos negativos Pronóstico Belal et al., 2001 Sarcoma n = 23 ILE > 6 meses < 3 metástasis SV (5) 24% Billingsley et al., 1999 Sarcoma n = 138 R0 ILE > 12 meses Leiomiosarcoma Liposarcoma Neurofibrosarcoma Edad > 50 años Alto grado SV (3) 25% MSV 15 meses Si R0 SV (3) 46% Si R0 SV (5) 37% Casson et al., 1992 Sarcoma n = 58 R0 Unilateral Histiocitoma fibroso maligno TDT < 40 días > 3 metástasis SV (5) 25% Remetastasectomía MSV 28 meses Jablons et al., 1989 Sarcoma n = 74 ILE > 12 meses R0 Sarcomas del tronco > 5 metástasis MSV si R0 = 26 meses si R1 = 9 meses Ferrari et al., 2003 Osteosarcoma n = 162 Cirugía ILE > 24 meses > 3 metástasis SV (5) Con cirugía, 39% Sin cirugía, 0% Harting et al., 2006 Osteosarcoma n = 99 Necrosis tumoral tras quimioterapia > 98% ILE < 12 meses MSV Con cirugía, 33 meses Sin cirugía, 10 meses Kempf-Bielack et al., 2005 Osteosarcoma n = 339 > ILE Metástasis única Unilateral Poliquimioterapia Cirugía Enfermedad extrapulmonar SV (5) Con cirugía, 39% Sin cirugía, 0% ILE, intervalo libre de enfermedad; MSV, mediana de supervivencia; R0, resección completa; R1, resección incompleta; SV (3), supervivencia a los 3 años; SV (5), supervivencia a los 5 años; TDT, tiempo de duplicación tumoral. TABLA 61.3 Factores pronósticos implicados, por análisis multivariante, en la metastasectomía pulmonar debida a un carcinoma colorrectal, según las principales series publicadas Serie Selección de pacientes Factores pronósticos implicados Factores pronósticos no implicados Pronóstico Pfannschmidt et al., 2003 n = 167 Solo R0* CEA N1-2 Resección hepática, remetástasis pulmonar, unilateral frente a bilateral, ILE, número de metástasis SV (5) 32% MSV 40 meses Saito et al., 2002 n = 165 Solo R0 CEA N1-2 Resección hepática, remetástasis pulmonar, unilateral frente a bilateral, ILE, quimioterapia, número de metástasis SV (5) 40% Rena et al., 2002 n = 80 RC = 71 ILE CEA R0 frente a R1, número de metástasis SV (5) 41% MSV 27 meses Welter et al., 2006 n = 169 ¿R0? Número de metástasis N1-2 Resección hepática, remetástasis pulmonar, ILE, tamaño de la metástasis SV (5) 39% MSV 47 meses Kanemitsu et al., 2004 n = 313 ¿R0? Resección hepática, CEA, histopatología, CCR, número de metástasis, N1-2 Estadio CCR, unilateral frente a bilateral, ILE, tamaño de la metástasis SV (5) 38% CCR, carcinoma colorrectal; CEA, antígeno carcinoembrionario; ILE, intervalo libre de enfermedad; MSV, mediana de supervivencia; N1-2, afectación ganglionar torácica; R0, resección completa; R1, resección incompleta; RC, remisión completa; SV (5), supervivencia a los 5 años. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN VII Neoplasias del aparato respiratorio 522 mejor que el del sarcoma y el del osteosarcoma. Ningún trabajo ha conseguido evidenciar que la remetastasectomía pulmonar sea un factor pronóstico negativo independiente. La supervivencia a los 5 años que se ha referido en tres series de remetastasectomías pulmonares, de 23, 24 y 31 pacientes, fue del 25, el 55 y el 46%, respectivamente. Por ello debe considerarse esta posibilidad, acompañada o no de una quimioterapia, siempre que los crite- rios oncológicos y funcionales respiratorios lo permitan. Entre un 5 y un 10% de los individuos que tienen un car- cinoma colorrectal, sobre todo si se localiza en el colon y no en el recto, por el diferente sistema de drenaje venoso de cada una de estas dos estructuras anatómicas, acaba desarrollando metástasis pulmonares o hepáticas, tanto sincrónicas como metacrónicas. El hígado es el órgano que antes y con mayor frecuencia se afecta. En la mayor parte de los trabajos se coin- cide en señalar que el pronóstico es mejor en las metástasis metacrónicas y tanto mejor cuanto mayor es el intervalo libre de enfermedad entre la implicación hepática y la pulmonar. La supervivencia a los 5 años está entre el 30 y el 45% en el caso de las resecciones completas. CONCLUSIONES Los enfermos con metástasis pulmonares que cumplen los criterios de selección expuestos deben someterse a una metas- tasectomía, cuyo objetivo es aumentar la supervivencia y alcan- zar, en algunos casos, la curación. La intervención quirúrgica aislada falla en un número significativo de casos, porque no cambia el sustrato biológico fundamental del proceso tumoral y metastático. Y ello a pesar de la agresividad con la que se haga la resección, en un intento de conseguir un control local efecti- vo. Hasta que esto se logre, es aconsejable realizar un abordaje interdisciplinar y multimodal entre los cirujanos torácicos, los oncólogos médicos, los radioterapeutas, los neumólogos y los radiólogos. Bibliografía Belda Sanchis J, Prenafeta Claramunt N, Martínez Somolinos S, Figueroa Almánzar S. Cirugía de las metástasis pulmonares. Arch Bronconeumol 2011;47(Supl. 3):5-8. Berry MF. Role of segmentectomy for pulmonary metastases. Ann Cardiothorac Surg 2014;3:176-82. De Wever W, Meylaerts L, De Ceuninck L, Stroobants S, Verschakelen JA. Additional value of integrated PET-CT in the detection and characterization of lung metastases: correlation with CT alone and PET alone. Eur Radiol 2007;17:467-73. Demmy TL, Dunn KB. Surgical and nonsurgical therapy for lung metastasis: indications and outcomes. Surg Oncol Clin N Am 2007;16:579-605. Downey RJ. Surgery for colorectal and sarcomatous pulmonary metas- tases: history, current management, and future directions. Thorac Surg Clin 2006;16:133-7. Eckardt J, Licht PB. Thoracoscopic versus open pulmonary metas- tasectomy: a prospective, sequentially controlled study. Chest 2012;142:1598-602. Hendriks JMH, Van Putte BP, Grootenboers M, van Boven WJ, Scramel F, van Schil PEY. Isolated lung perfusion for pulmonary metastases. Thorac Surg Clin 2006;16:185-98. Ketchedjian A, Daly B, Luketich J, FernandoHC. 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Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1:
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