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806 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Ventilación mecánica CONCEPTO Se entiende por ventilación artificial el conjunto de técnicas de soporte vital que se aplican a un paciente y cuyo propósito se dirige a facilitar la ventilación pulmonar y el intercambio de los gases respiratorios. El objetivo último es conseguir que el aporte del oxígeno (O2) y la eliminación del anhídrido carbó- nico (CO2) se ajusten a los requerimientos del metabolismo celular del organismo. El amplio espectro de indicaciones del soporte ventilatorio explica las diversas modalidades de ventilación que existen. En la práctica clínica se pretende que la ventilación artificial permita la obtención de unos valores de presión arterial de oxígeno (PaO2) y de presión arterial de anhídrido carbónico (PaCO2) que se encuentren dentro del intervalo de referencia. Y ello procurando que se cumplan las dos premisas siguientes: a) recurrir a la mínima fracción inspiratoria de oxígeno (FIO2) necesaria para conseguir una saturación de oxihemoglobina en la sangre arterial (SaO2) de, aproximadamente, un 95%, y b) emplear modalidades de ventilación que eviten efectos secundarios perjudiciales. El que la SaO2 sea del 95% posibilita que la oxigenación arterial se produzca en la zona plana supe- rior de la curva de disociación de la oxihemoglobina, en la que cambios moderados en la PaO2 apenas inciden en el contenido arterial de oxígeno (CaO2). La aplicación de una FIO2 inne- cesariamente elevada es potencialmente tóxica. Cabe señalar que, en determinadas modalidades de ventilación artificial, los valores diana de la PaO2 y de la PaCO2 se sitúan expresamente por fuera de los valores de referencia. Por ejemplo, en la venti- lación con hipercapnia permisiva que se tolera en los pacientes con una agudización grave del asma o en el síndrome de distrés respiratorio agudo, en cada caso con objetivos y modalidades diferentes, se mantiene al individuo con unas cifras de PaCO2 elevadas y con un cierto grado de acidosis respiratoria. La utilización general y extensa de las técnicas de ventilación artificial en la clínica tuvo un comienzo claro en la epidemia de poliomielitis de 1952. En ese año se hizo necesario tratar la insuficiencia respiratoria de origen neuromuscular, insufi- ciencia en la que la alteración fisiopatológica fundamental era la hipoventilación alveolar. Durante aquel episodio se delimi- taron dos modalidades principales de asistencia ventilatoria: 1) la ventilación mecánica con una presión negativa mediante los clásicos pulmones de acero, que se usaron sobre todo en Estados Unidos y que se mantuvieron hasta mediados de los años sesenta, y 2) la ventilación mecánica con una presión positiva intermitente, que proporcionó mejores resultados clínicos y que tuvo un mayor predicamento en Europa. Esta última forma consiste en la insuflación durante la inspiración de una mezcla gaseosa con una presión positiva, siendo la espiración una fase pasiva. Para ello al comienzo se emplearon equipos en los que podía predeterminarse el nivel de la presión positiva inspiratoria que se generaba (ventiladores ciclados por presión). Desarrollos posteriores de las técnicas de asistencia ventilatoria con presión positiva intermitente dieron lugar a las actuales modalidades de ventilación mecánica. La descripción del distrés respiratorio agudo en el año 1968 fue determinante a la hora de identificar las limitaciones de la ventilación por presión positiva intermitente utilizada en esta enfermedad. En el distrés respiratorio agudo el objetivo de la ventilación artificial no está en lograr una ventilación alveo- lar adecuada, sino en conseguir una correcta oxigenación arte- rial mediante la reapertura de los alvéolos colapsados, con la consiguiente reducción del porcentaje del volumen minuto cardíaco dirigido a unidades alveolares no ventiladas. Durante los años setenta, el desarrollo de ventiladores que permitían controlar el volumen de gas insuflado durante la inspiración (ventiladores ciclados por volumen) y la idea de aplicar una presión espiratoria final positiva (PEEP) fueron pasos muy significativos para mejorar el tratamiento de soporte en el síndrome de distrés respiratorio agudo. A lo largo de los años ochenta y noventa se han efectuado enormes progresos en el empleo de la ventilación mecánica en el ámbito de la medicina intensiva y durante la anestesia de los pacientes quirúrgicos. También, incluso, en el tratamiento domiciliario de los indi- viduos que padecen enfermedades respiratorias crónicas en fase avanzada. Un mayor conocimiento de las interacciones existentes entre el pulmón y la función cardiovascular, y las aportaciones hechas por los especialistas en bioingeniería han sido ele- mentos clave que explican los avances que se han conseguido en los últimos años. El impacto de estos descubrimientos ha sido importante en los siguientes aspectos: 1) por el estableci- miento de guías clínicas sobre las modalidades de ventilación mecánica más adecuadas en cada una de las diferentes enfer- medades; 2) por las técnicas de monitorización que se deben usar durante la ventilación mecánica; 3) por la mejora de las 95 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 95 Ventilación mecánica 807 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. interacciones entre el paciente y el ventilador, y 4) por la dis- minución de las complicaciones secundarias a la instauración de una ventilación mecánica. Especial relevancia clínica ha tenido la introducción de las nuevas formas y modalidades ventilatorias, como la basada en una presión de soporte y las distintas técnicas que se aplican en la ventilación mecánica no invasiva. En estos momentos puede decirse que la ventilación artificial no invasiva trata de evitar la ventilación mecánica invasiva (VMI) siempre que no existan contraindicaciones para la primera y pueda lograrse un soporte adecuado del enfermo (cuadro 95.1). VENTILACIÓN MECÁNICA NO INVASIVA Y SUS MODALIDADES Se entiende por ventilación mecánica no invasiva (VMNI) cualquier tipo de soporte ventilatorio que no requiere la crea- ción de una vía aérea artificial (intubación traqueal, traqueos- tomía). Esta forma de ventilación se desarrolló inicialmente en el campo de la insuficiencia respiratoria crónica. En las enfermedades neuromusculares se comprobó que la VMNI, aplicada a través de una mascarilla nasal, podía ser una alter- nativa a una traqueostomía definitiva y, además, ofrecía nume- rosas ventajas en estos casos. Más adelante empezó a usarse en la insuficiencia respiratoria aguda, sobre todo en los sujetos con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) agudizada ingresados en una unidad de cuidados intensivos (UCI). El reconocimiento de la morbilidad y mortalidad que se asocia con la intubación traqueal, así como la mejora en las técnicas ventilatorias y en la monitorización de los pacientes, junto con la más adecuada comprensión de los mecanismos fisiopatológicos que intervienen en la insuficiencia respiratoria aguda, han permitido que la VMNI se emplee con éxito en otras indicaciones clínicas. En la actualidad la VMNI que se utiliza se circunscribe casi en exclusiva a la ventilación con presión positiva, aplicada mediante una mascarilla nasal, oronasal o facial, que es la que hace de interfase entre el individuo y el ventilador (fig. 95.1). Hay diversos tipos de ventiladores válidos para la VMNI, como se describe a continuación. Ventilación mecánica ciclada por volumen El volumen de aire o gas suministrado en cada ciclo ventila- torio, así como la frecuencia respiratoria mínima, tienen que prefijarse en el equipo en función de las necesidadesde cada enfermo. Los ventiladores ciclados por volumen o volumé- tricos son capaces de proporcionar una ventilación completa en situación de apnea y también pueden coordinarse con los ciclos respiratorios espontáneos del paciente. Este tipo de ven- tilación es de elección en el soporte respiratorio domiciliario que se lleva a cabo en los trastornos ventilatorios restrictivos (enfermedades neuromusculares y deformidades de la caja torácica), ya que con ella se asegura una ventilación completa si aparecen apneas. Ventilación mecánica ciclada por presión Estos ventiladores, también llamados de presión o presiomé- tricos, tienen capacidad para generar un nivel constante de presión durante toda la inspiración, tras detectar el esfuerzo inspiratorio del sujeto. Asimismo, pueden mantener un cierto nivel de presión positiva durante la espiración (PEEP). Este Cuadro 95.1 CRITERIOS DE INDICACIÓN Y CONTRAINDICACIONES DE LA VENTILACIÓN MECÁNICA NO INVASIVA Criterios de indicación Existencia de una insuficiencia respiratoria hipercápnica con acidosis respiratoria Evidencia de que se trata de un paciente cooperador y con un buen nivel de consciencia Seguridad de que la interfase (mascarilla) puede ajustarse de forma adecuada Contraindicaciones Situaciones que requieren una intubación traqueal inmediata: ● Paro respiratorio o paro cardíaco, o cuando cualquiera de ellos se prevea como inminente ● Agitación psicomotora que requiere una sedación ● Broncoaspiración masiva Fracaso orgánico no respiratorio grave: ● Sangrado gastrointestinal ● Inestabilidad hemodinámica ● Isquemia miocárdica aguda ● Arritmias cardíacas graves Deformidades, traumatismos o intervención quirúrgica facial o esofágica reciente Obstrucción de la vía aérea alta Incapacidad del paciente para cooperar o para eliminar las secreciones respiratorias Paciente exhausto a pesar del tratamiento FIGURA 95.1 Paciente ingresada por una insuficiencia respiratoria hipercápnica agudizada, tratada a través de una mascarilla oronasal con un equipo de ventilación mecánica no invasiva. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN XIV Insuficiencia respiratoria 808 tipo de ventilación es de elección en el ámbito hospitalario en los enfermos que tienen una insuficiencia respiratoria aguda, ya que ofrece un mayor confort al individuo, algo que siempre es crucial en la VMNI. Su limitación está en la presión que se ejerce sobre el tracto respiratorio. Respiración espontánea con presión positiva continua en la vía aérea Este método no es, en sentido estricto, una VMNI, ya que la res- piración del paciente es del todo espontánea, si bien transcurre con una presión superior a la atmosférica. Se conoce, de acuer- do con su acrónimo en inglés, como CPAP (continuous positive airway pressure). En las UCI la CPAP se usa con un sistema de alto flujo con reservorio, junto con una válvula espiratoria que impide que la presión caiga por debajo de un valor determi- nado. Esta presión varía según cuál sea la válvula utilizada. La CPAP también puede aplicarse con un ventilador convencional como los que normalmente se emplean en las UCI. VENTILACIÓN MECÁNICA NO INVASIVA HOSPITALARIA El objetivo general de la VMNI en el ámbito hospitalario se cifra en aportar un soporte ventilatorio eficaz a los pacientes que tienen una insuficiencia respiratoria aguda grave, con el propósito de ganar tiempo para tratar la enfermedad causal y alcanzar una estabilidad clínica sin tener que recurrir a una intubación traqueal. Las ventajas teóricas de la VMNI residen en varias circuns- tancias: a) puede hacer que la intubación traqueal no sea imprescindible, evitándose así sus complicaciones potencia- les; b) mejora la tolerancia de los enfermos; c) consigue que se preserven los mecanismos de defensa de las vías aéreas, y d) permite, en el caso de las mascarillas nasales, la deglución y la posibilidad de hablar. Las limitaciones teóricas de la VMNI están en que precisa de colaboración por parte del paciente, en que pueden aparecer fugas alrededor de la interfase, en que no proporciona un acceso directo a la vía aérea, lo que dificulta la aspiración de las secreciones respiratorias, en que predispone al desarrollo de lesiones cutáneas (faciales o nasales) por la presión que ejerce la mascarilla sobre la piel y en que puede facilitar la aerofagia. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica agudizada Es la indicación de la VMNI hospitalaria que está mejor esta- blecida. Los individuos que sufren una agudización suelen tener una EPOC avanzada, con una situación basal de insu- ficiencia respiratoria crónica debida, principalmente, a un desequilibrio en la relación entre la ventilación y la perfusión pulmonares. En el transcurso de la exacerbación, sobre todo si es grave, empeora la limitación crónica al flujo aéreo existente, como consecuencia de la inflamación de la mucosa bronquial, la impactación de moco en los broquios y los fenómenos de broncoespasmo que aparecen. Todo ello aumenta la hipe- rinsuflación pulmonar y da lugar a un mayor atrapamiento aéreo. La sobrecarga mecánica que se produce incrementa el trabajo respiratorio, por lo que los pacientes suelen mos- trar un patrón ventilatorio rápido y superficial (taquipnea superficial). Este patrón, si bien disminuye la disnea y el trabajo respiratorio, facilita la aparición de una hipercapnia aguda o agrava la hipercapnia crónica previamente existente, con el consiguiente desarrollo de una acidosis respiratoria secundaria. La VMNI está indicada cuando se produce una insuficiencia respiratoria hipercápnica y aparecen signos de gravedad, a pesar de que el tratamiento de la agudización sea el adecuado. Como datos de gravedad deben considerarse, por ejemplo, la acidosis respiratoria (pH arterial ≤ 7,35), la encefalopatía hipercápnica y la incoordinación toracoabdominal. En estos casos la VMNI reduce el trabajo respiratorio, lo que permite mantener un patrón ventilatorio más eficaz, disminuir la hipercapnia y corregir la acidosis respiratoria. En la EPOC suele recurrirse a una ventilación ciclada por presión, lo que proporciona una presión inspiratoria, ajustable según la tolerancia del sujeto, a niveles situados entre 12 y 20 cm H2O. Asimismo, se mantiene una baja presión espira- toria, alrededor de unos 5 cm H2O, con el objetivo de aliviar la parte del trabajo respiratorio que se debe a la hiperinsuflación pulmonar dinámica y al atrapamiento aéreo. Otras enfermedades respiratorias crónicas agudizadas Los individuos que tienen alguna deformidad de la caja toráci- ca, un síndrome de obesidad-hipoventilación, unas bronquiec- tasias no muy broncorreicas o las secuelas respiratorias de una tuberculosis pulmonar antigua, situaciones que suelen cursar con una importante limitación funcional respiratoria, también pueden beneficiarse de la aplicación de una VMNI durante las agudizaciones graves que puedan producirse. En todos estos casos, las indicaciones son similares a las mencionadas antes a propósito de la EPOC agudizada. Edema agudo de pulmón cardiogénico grave En estos enfermos, el empleo de una presión positiva da lugar a los siguientes fenómenos: 1) un incremento de la presión intratorácica, lo que aminora tanto la precarga cardíaca, por la caída del retorno venoso, como la poscarga, al disminuir los esfuerzos inspiratorios y la presión transmural del ventrículo izquierdo, y 2) un aumento de la capacidad residual funcio- nal del sistema respiratorio, lo que mejora la oxigenación arterial y reduce el trabajo respiratorio. Todo ello favorece el rendimiento cardíaco y contribuye a aliviar la congestión pulmonar. Tanto la CPAP como la VMNI, cuando se utilizan junto con un tratamiento médico correcto, acortanel tiempo de resolución del episodio agudo, disminuyen el número de pacientes que son tributarios de una intubación traqueal y prolongan la supervivencia. Aunque los estudios realizados hasta la fecha han evidenciado que la eficacia de la CPAP y de la VMNI es similar, puede afirmarse que en los sujetos que tienen una hipercapnia desde el comienzo de la insuficiencia respiratoria se obtienen mayores beneficios si se emplea una VMNI. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 95 Ventilación mecánica 809 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Insuficiencia respiratoria hipoxémica grave Esta indicación es más controvertida, ya que en este caso la eficacia mostrada por la VMNI es menor y la heterogeneidad clínica de los enfermos es mucho mayor. Algunos estudios han señalado que la VMNI efectuada con una FIO2 elevada es útil, unida al tratamiento del proceso causal del episodio agudo, en los siguientes casos: 1) sujetos inmunodeprimidos que tienen fiebre, infiltrados pulmonares y una insuficiencia respiratoria aguda; 2) individuos con una neumonía y una insuficiencia respiratoria aguda hipoxémica grave, y 3) pacientes sometidos a una cirugía torácica o abdominal alta que tienen una insufi- ciencia respiratoria aguda en el período postoperatorio. Por el contrario, en los enfermos con un síndrome de distrés respira- torio agudo, así como en las neumopatías crónicas agudizadas asociadas con una insuficiencia respiratoria no hipercápnica, como es el caso, por ejemplo, en la fibrosis pulmonar, no se ha demostrado que la VMNI conlleve beneficio alguno. Retirada precoz de una ventilación mecánica invasiva Los sujetos ingresados en una UCI tratados con una VMI por una agudización grave de su enfermedad respiratoria crónica, sobre todo si es una EPOC, pueden beneficiarse de una extu- bación precoz si se les ayuda con una VMNI. Y ello incluso antes de que puedan tolerar bien la respiración espontánea. El objetivo se centra en acortar la duración de la intubación y, como consecuencia, las consecuencias que se derivan de una VMI mantenida en el tiempo. VENTILACIÓN MECÁNICA NO INVASIVA DOMICILIARIA A mediados de los años ochenta se demostró que el empleo nocturno de la VMNI mejoraba el intercambio diurno de los gases respiratorios en los individuos con enfermedades neuro- musculares, una deformidad de la caja torácica o un síndrome de hipoventilación alveolar de origen central. Estos resultados, bien confirmados en fechas recientes, han servido para saber que la mejoría se produce no solo en los valores diurnos de la PaO 2 y de la PaCO2, sino también en algunos síntomas asociados, como la cefalea matutina o la hipersomnia diurna. Se consigue, asimismo, una reducción en la tasa de ingresos hospitalarios. Indicaciones Las indicaciones de la VMNI domiciliaria están bien estable- cidas en los pacientes que tienen una alteración ventilatoria restrictiva hipercápnica, así como en los que sufren síntomas diurnos atribuibles a una hipoventilación nocturna. También lo están en los sujetos en los que, tras un episodio de insuficiencia respiratoria que ha requerido de una ventilación mecánica en la UCI, no se consigue o ha sido infructuosa la retirada del ventilador. De esta manera la VMNI se convierte en una ventilación no electiva. En estos sujetos hay que decidir con anterioridad y con tiempo suficiente sobre la necesidad de realizar o no una traqueostomía permanente. Entre las enfermedades en las que se utiliza la VMNI domici- liaria están las neuromiopatías crónicas lentamente progresivas (como las distrofias musculares congénitas y adquiridas), las secuelas de la poliomielitis o de la esclerosis múltiple, las defor- midades de la caja torácica (cifoescoliosis dorsal, secuelas óseas de una poliomielitis, etc.) y los síndromes de obesidad asociados con una hipoventilación alveolar. Otras indicaciones son el sín- drome de apneas e hipopneas obstructivas del sueño (SAHS) que cursa con una hipoventilación alveolar persistente a pesar del uso de una CPAP nasal nocturna. En las neuromiopatías rápida- mente progresivas, como la esclerosis lateral amiotrófica, es muy importante que la indicación se establezca en fases evolutivas tempranas. En este sentido, la VMNI debe prescribirse en todo enfermo neuromuscular que refiere síntomas que sugieren la existencia de una fatiga muscular (ortopnea) que se acompañan de una alteración funcional respiratoria (caída de la capacidad vital forzada y de la presión inspiratoria máxima) o de las mani- festaciones clínicas propias de una hipoventilación alveolar, en presencia de una hipercapnia o de desaturaciones nocturnas. Objetivos La VMNI domiciliaria tiene unos objetivos distintos a los pro- pios de la VMNI hospitalaria. Estos objetivos son los siguientes: a) aumentar la calidad de vida, logrando una mayor integración social de los individuos; b) disminuir la frecuencia de los ingre- sos hospitalarios debidos a agudizaciones y reducir el coste económico que conllevan esos ingresos, y c) mejorar el inter- cambio pulmonar de gases durante el sueño, para enlentecer así la progresión de la enfermedad. En realidad, la aparición de la VMNI ha cambiado la his- toria natural de las enfermedades neuromusculares y de la caja torácica, situaciones en las que la insuficiencia respiratoria es una de las causas de muerte prematura más habitual. En estos casos, la aplicación de un soporte ventilatorio ha alargado de manera notable la supervivencia de los pacientes y ha mejorado mucho su calidad de vida. En el momento actual se dispone de numerosas interfases, por lo que en los últimos años ha sido posible ampliar las indicaciones de la VMNI. Seleccionar bien una mascarilla es tan importante como elegir bien el respirador. En general, es preferible iniciar la VMNI con una mascarilla nasal y recurrir a una facial solo si las fugas por la boca son excesivas. Cuando la ventilación dura más de 12 horas diarias es imprescindible que, además de contar con dos respiradores y con baterías acceso- rias, puedan alternarse diferentes interfases. Entre ellas pueden estar las pipetas bucales o las mascarillas que no precisan de apoyo en el dorso nasal, tanto nasales como oronasales, con el objeto de prevenir las erosiones o úlceras por decúbito. Cabe recordar que, hace años, las mascarillas se confeccionaban a medida de la persona que iba a usarlas, para aminorar en lo posible las fugas que pudieran producirse. Hoy en día, salvo excepciones, esto ya no es necesario, ante la variada oferta comercial que existe y que es de fácil adquisición. VENTILACIÓN MECÁNICA INVASIVA La VMI es una técnica de soporte vital avanzado que se emplea en los enfermos que tienen una insuficiencia respiratoria aguda Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN XIV Insuficiencia respiratoria 810 (IRA) grave. Su utilización, por tanto, debe entenderse en el contexto de las medidas que también se toman en la IRA, junto con, por ejemplo, la oxigenoterapia convencional y la VMNI, entre otras. La VMI está indicada, sobre todo, en el distrés respiratorio agudo y en las situaciones en las que la VMNI, en cualquiera de las modalidades descritas, está contraindicada o no ha sido eficaz. En estos casos debe procederse a la intubación traqueal, creándose así una vía aérea artificial, y gracias a ella a la VMI que precisa el individuo. Intubación traqueal En la indicación de la intubación traqueal, como ocurre con el resto de las medidas desoporte que se ponen en marcha en la IRA, debe valorarse la gravedad de la insuficiencia respiratoria existente. Los criterios de gravedad clínica más importantes son, en esencia, la taquipnea, la cianosis central, la incoordinación toracoabdominal, la hipercapnia con acidosis respiratoria y la caída del nivel de consciencia. En general, la intubación traqueal se lleva a cabo en situaciones de insuficiencia res- piratoria grave de riesgo vital y, también, cuando se produce una disminución importante del nivel de consciencia, por una hipertensión endocraneal, con un riesgo alto de que se produz- ca una aspiración broncopulmonar. Una vez que se ha tomado la decisión de intubar y ventilar, es necesario disponer de una vía aérea permeable, segura y permanente, en especial en los pacientes críticos que van a requerir de una reanimación prolongada. Como norma, la intubación traqueal se realiza colocando un tubo orotraqueal (fig. 95.2) y, con menos frecuencia, a través de una traqueoto- mía urgente (fig. 95.3). Objetivos gasométricos Como con las otras medidas de soporte que se instauran en la IRA, los objetivos de la VMI se cifran en conseguir unos niveles aceptables de oxigenación arterial, alejando la PaO2 de la zona peligrosa de la curva de saturación de la hemoglobina. Asimis- mo, se pretende lograr una aceptable ventilación alveolar. En este punto, los niveles de PaCO2 deseables dependen del tipo de enfermo y de la situación clínica existente. En cualquier modalidad ventilatoria puede mantenerse una presión positiva en las vías aéreas durante la espiración si se emplea una presión espiratoria final positiva (PEEP). La PEEP tiene dos finalidades principales: 1) aplicar una presión positiva sobre el parénquima pulmonar durante todo el ciclo respiratorio, para prevenir el colapso alveolar y mejorar el intercambio de gases, y 2) disminuir la PEEP intrínseca en las neumopatías obstructivas. Modalidades Desde un punto de vista clínico, las distintas modalidades de VMI pueden clasificarse en los dos tipos siguientes: 1) modos de sustitución ventilatoria total (ventilación con un volumen controlado y ventilación con una presión controlada), y 2) modos de sustitución ventilatoria parcial (ventilación controlada-asistida y ventilación con una presión de soporte). La ventilación con un volumen controlado es la modalidad fundamental, por cuanto garantiza que en el individuo pueda sustituirse por completo la función ventilatoria (fig. 95.4). En este tipo de ventilación, la inspiración, que se lleva a cabo con una presión positiva, se produce de manera automática a intervalos prefijados de tiempo. La frecuencia respiratoria y el volumen corriente son fijos y solo se modifican cambiando la programación del ventilador. Esta modalidad de ventilación está indicada en los momentos iniciales de una ventilación, es decir, cuando se pone en marcha en un enfermo, y en todas las circunstancias en las que el paciente no puede efectuar o no interesa que realice esfuerzo respiratorio alguno, como es el caso en el tórax inestable, la insuficiencia ventilatoria de origen FIGURA 95.2 Descripción de las maniobras que llevan a una intubación orotraqueal. A. Ventilación manual con una mascarilla para el paciente sedado. B. Colocación de una cánula faríngea para facilitar la ventilación manual con una mascarilla. C. Colocación del laringoscopio para visualizar las cuerdas vocales y la glotis. D. Introducción del tubo orotraqueal. FIGURA 95.3 Dibujo esquemático en el que se muestran dos técnicas útiles en el abordaje respiratorio para la ventilación mecánica invasiva: A. Cricotomía. B. Cánula de traqueotomía. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 95 Ventilación mecánica 811 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. neuromuscular o los traumatismos craneoencefálicos. También en toda situación en la que el individuo efectúa un gran trabajo muscular o no se adapta a las formas asistidas de ventilación. La ventilación con una presión controlada se diferencia de la anterior en que el ventilador mantiene la presión de manera constante en la vía aérea durante toda la inspiración. Para ello, el flujo inspiratorio adopta un patrón descendente, con un pico inicial elevado, para incrementar la presión en el tracto respiratorio y alcanzar el nivel prefijado de presión. Este primer momento se sigue luego de un patrón descendente, al objeto de que la presión se mantenga siempre igual y constante (fig. 95.5). La principal indicación de este tipo de ventilación se encuentra en las enfermedades que cursan con una baja distensibilidad pulmonar, por ejemplo, el síndrome de distrés respiratorio agudo. La ventilación controlada-asistida es un modo ventilatorio en el que el paciente comienza la inspiración y establece la frecuencia a la que cicla el ventilador. Los ciclos ventilatorios son idénticos a los que se llevan a cabo en la ventilación con un volumen controlado. La frecuencia suele establecerse a partir de un valor mínimo prefijado, que garantiza una ventilación mínima adecuada al paciente. A partir del momento en el que el individuo realiza esfuerzos inspiratorios, esta frecuencia es mayor. En este tipo de ventilación es importante el umbral de FIGURA 95.5 Curvas de flujo, de volumen y de presión en la vía aérea, en relación con el tiempo, durante la ventilación con una presión controlada y con una relación inspiración-espiración invertida en un paciente con un síndrome de distrés respiratorio agudo. Paw, presión en la vía aérea. FIGURA 95.4 Curvas de flujo, de volumen y de presión en la vía aérea, en relación con el tiempo, durante la ventilación con un volumen controlado en dos tipos de pacientes: (A) con un daño pulmonar agudo, sin utilizar una pausa inspiratoria; y (B) con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica utilizando una pausa inspiratoria. Paw, presión en la vía aérea. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN XIV Insuficiencia respiratoria 812 sensibilidad o trigger, que es el nivel de presión negativa a partir del cual se abre la válvula inspiratoria y el ventilador inicia el ciclo respiratorio. La ventilación con una presión de soporte es un modo ventilatorio de tipo asistido y que, por tanto, necesita que exis- ta, de forma obligatoria, una actividad inspiratoria espontánea por parte del enfermo. El ciclo ventilatorio se inicia a partir de cada demanda inspiratoria que realiza el sujeto, que es el que determina sus necesidades ventilatorias fijando la frecuencia respiratoria, el tiempo inspiratorio y, de manera indirecta, el volumen corriente. Cuando el individuo comienza una ins- piración (que el ventilador detecta gracias al «disparador» o trigger), el equipo envía al paciente un flujo inspiratorio con un elevado pico inicial, pero luego decreciente y autorregulable. De este modo, la presión del tracto respiratorio se incrementa con rapidez, se mantiene durante toda la inspiración al nivel de presión prefijado (casi siempre entre 10 y 20 cm H2O) y que después no se sobrepasa (fig. 95.6). RETIRADA DE LA VENTILACIÓN MECÁNICA La retirada de la ventilación mecánica es un concepto que se refiere al conjunto de medidas que se encaminan a conseguir la desconexión de los pacientes del ventilador tras haberse con- seguido la resolución del proceso causal. Entre las condiciones clínicas que deben cumplirse para iniciar la desconexión del ventilador están la desaparición de la enfermedad aguda que hizo que se indicarala ventilación mecánica, la recuperación de un nivel de consciencia normal, la inexistencia de fiebre o de un estado séptico, la estabilidad hemodinámica, la ausencia de trastornos electrolíticos o metabólicos graves, y la normalización de la hipoxemia arterial que antes existía. La estrategia clínica que debe seguirse en la retirada de la ventila- ción mecánica se resume en la figura 95.7. La desconexión difícil del ventilador (destete) se define como la situación en la que se requiere una asistencia ven- FIGURA 95.6 Curvas de flujo, de presión en la vía aérea, el esófago y la cavidad gástrica, y de presión transdiafragmática, en relación con el tiempo, durante una ventilación con una presión de soporte. Las líneas verticales muestran la presión pleural negativa o diafragmática positiva que deben realizar los pacientes desde el inicio del esfuerzo inspiratorio hasta el inicio de la inspiración efectiva, y que se corresponde con la PEEP intrínseca dinámica. Paw, presión en la vía aérea; Pdi, presión transdiafragmática; PEEPi, presión positiva intrínseca al final de la espiración; Pes, presión espiratoria; Pga, presión gástrica. Cuadro 95.2 BASES FISIOPATOLÓGICAS DEL FRACASO DE LA EXTUBACIÓN DURANTE LA TRANSICIÓN DE LA VENTILACIÓN MECÁNICA INVASIVA CON PRESIÓN POSITIVA A LA RESPIRACIÓN ESPONTÁNEA Patrón respiratorio rápido y superficial Sobrecarga de los músculos respiratorios: ● Aumento de la presión espiratoria final positiva (PEEP) intrínseca ● Aumento de la elastancia y la resistencia del sistema respiratorio ● Aumento del trabajo respiratorio ● Aumento de la impedancia inspiratoria efectiva ● Aumento del equilibrio entre carga y capacidad Respuesta cardiovascular inadecuada: ● Aumento del retorno venoso al ventrículo derecho ● Aumento de las deflexiones negativas de la presión intratorácica ● Aumento de la poscarga del ventrículo derecho ● Caída de la presión venosa mezclada de oxígeno Deterioro del estado neurológico Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 95 Ventilación mecánica 813 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. tilatoria de más de 2 días de duración después de iniciar los primeros intentos de retirar el ventilador. Los principales me- canismos fisiopatológicos implicados en el fracaso de la reti- rada de la ventilación mecánica se resumen en el cuadro 95.2. El origen de un fracaso repetido en el intento de desconexión suele ser multifactorial: hipoxemia arterial durante la respira- ción espontánea, inestabilidad hemodinámica, dependencia psicológica del ventilador y desequilibrios entre la demanda y la capacidad ventilatoria, etc. COMPLICACIONES DE LA VENTILACIÓN MECÁNICA Las infecciones pulmonares nosocomiales tienen una inciden- cia alta en los pacientes ingresados en una UCI. Aumentan de modo significativo a medida que se prolonga la duración de la intubación traqueal y, sobre todo, en los enfermos en los que es necesario efectuar una o más reintubaciones. La in- tubación traqueal (oro- o nasotraqueal) implica la pérdida de una barrera defensiva natural, por lo que facilita las microas- piraciones. El neumotórax y el enfisema subcutáneo son com- plicaciones yatrogénicas que se asocian con el empleo durante la ventilación mecánica de presiones (barotrauma) o volú- menes (volutrauma) excesivamente altos. En la actualidad se acepta que la sobredistensión alveolar, sea regional o de todo el pulmón, y los movimientos exagerados de apertura y cierre cíclicos debidos a la utilización de grandes volúmenes corrientes pueden producir un daño alveolar subcelular. Este daño podría contribuir al desarrollo de un síndrome de dis- trés respiratorio agudo y podría tener, incluso, un impacto sistémico y ser un factor implicado en el origen de un fallo multiorgánico. Las estrategias de ventilación protectora des- critas antes tienen como objetivo la prevención de esta posible complicación, cuyas características y posibles repercusiones aún no se conocen bien. Por último, deben mencionarse, asimismo, las complica- ciones que se relacionan con la instrumentación que se lleva a cabo en el enfermo con ocasión de la ventilación mecánica. En este apartado se incluyen las lesiones producidas por la intuba- ción oro- o nasotraqueal, el daño secundario a la cateterización arterial y venosa, y el riesgo incrementado de tromboembolis- mo pulmonar debido a la inmovilización del sujeto. Además, FIGURA 95.7 Esquema de la estrategia clínica que debe seguirse durante la retirada de una ventilación mecánica invasiva. En la parte derecha se muestran las medidas que están avaladas por estudios prospectivos clínicos y aleatorizados en la literatura (nivel de evidencia de grado A). f, frecuencia respiratoria; FIO 2 , fracción inspiratoria de oxígeno; PaO 2 , presión arterial de oxígeno; PEEP, presión espiratoria final positiva; V T , volumen corriente. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN XIV Insuficiencia respiratoria 814 pueden aparecer otras complicaciones, como las alteraciones de la motilidad gastrointestinal, las hemorragias digestivas y los efectos adversos de la malnutrición que se asocia con la ventilación mecánica de larga duración. Las complicaciones que acompañan a la VMNI son menos frecuentes y revisten menor gravedad. Son, sobre todo, la aero- fagia y las lesiones cutáneas faciales debidas a la presión que ejerce la mascarilla sobre la piel. Bibliografía Barrot Cortés E, Sánchez Gómez E. Ventilación mecánica no invasiva. En: Manual Separ de procedimientos. Barcelona: Editorial Respira. 2008;28:7-80. Boldrini R, Fasano L, Nava S. Noninvasive mechanical ventilation. Curr Opin Crit Care 2012;18:48-53. Cross AM. Non-invasive ventilation in critical care. Intern Med J 2012;42(Suppl 5):35-40. Esquinas Rodríguez AM. Guía esencial de metodología en ventilación mecánica no invasiva. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2010. Ferrer M, Torres A. Noninvasive ventilation for acute respiratory failure. Curr Opin Crit Care 2015;21:1-6. Gregoretti C, Pisani L, Cortegiani A, Ranieri VM. Noninvasive ventila- tion in critically ill patients. Crit Care Clin 2015;31:435-57. Hess DR. Noninvasive ventilation for acute respiratory failure. Respir Care 2013;58:950-72. Tobin MJ. Principles and practice of mechanical ventilation. 3rd ed. New York: McGraw-Hill Inc.; 2013. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1:
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