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LAS RESPONSABILIDADES EN LA PREVENCIÓN, PREPARACIÓN Y RESPUESTA A LAS EMERGENCIAS QUÍMICAS 1. Introducción La prevención, preparación y respuesta a un accidente químico es responsabilidad de todos. La efectividad en el cumplimiento de las funciones de cada institución o nivel participante, permitirá que se desarrolle un plan coordinado de respuesta a la emergencia, lo que contribuirá a minimizar sus consecuencias. Las funciones varían de acuerdo con el alcance geográfico, sea nacional, regional, local o internacional, y según el tipo de actividad que desempeñe la institución a la que se pertenece, la que puede ser reguladora, asistencial, preventiva, académica, etc. Las responsabilidades de cada participante en la prevención, preparación y respuesta a un accidente químico, objetivo principal de esta presentación, han sido definidas por el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) a través de su Metodología APELL, que define el papel de las autoridades nacionales y locales, de la industria y de la comunidad. Por otro lado, la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos) hace énfasis en el papel de las autoridades públicas, de los trabajadores y de la empresa. Asimismo, la OMS (Organización Mundial de la Salud), a través del Programa Internacional de Seguridad de Sustancias Químicas (IPCS), presenta las funciones del sector salud en sus diferentes instancias. A continuación se mencionan las principales funciones descritas por instancia o entidad a la que se pertenece. 2. Responsabilidades y funciones 2.1 De las autoridades públicas (Fuente: Principios guías de la OCDE para la prevención, preparación y respuesta a accidentes químicos) • Motivar a todos los sectores de la sociedad sobre la necesidad de las acciones de prevención, preparación y respuesta a accidentes químicos. • Establecer objetivos de seguridad y garantizar que sean alcanzados. • Definir una estructura de control clara y coherente. • Monitorear la seguridad en instalaciones peligrosas. • Incentivar la investigación y reporte de los accidentes, y generar e implementar los instrumentos que los faciliten. • Establecer procedimientos apropiados para la evaluación de impacto ambiental de instalaciones peligrosas que se proyecten construir. • Defender el "derecho a saber de la comunidad" para garantizar al público, potencialmente afectado, el acceso a la información apropiada sobre instalaciones peligrosas. • Crear programas de preparación para las emergencias, incluida la realización de simulacros. • Propiciar el desarrollo, implementación, prueba y actualización en el lugar y fuera del sitio de planes de emergencia, en coordinación y con la participación de todos los involucrados, incluidos los administradores de instalaciones peligrosas, empleados y comunidades vecinas. • Garantizar que los sistemas de alarma de accidentes estén disponibles para avisar al público potencialmente afectado. • Facilitar y promover la diseminación de información e intercambio de experiencias relacionadas con la prevención, preparación y respuesta a accidentes. Para cumplir estas responsabilidades, las autoridades públicas en el nivel nacional y local, deben contar con un equipo técnico debidamente capacitado y recursos adecuados. Las responsabilidades mencionadas anteriormente competen a todas las autoridades públicas, incluidas las de salud en todos los niveles (nacional, regional y local). Sin embargo, hay algunas responsabilidades que son específicas de las autoridades públicas de salud, como son: • Generar planes del sector salud para la respuesta a accidentes, incluidas las funciones. • Normalizar los elementos básicos del Plan de Respuesta, tales como: • Determinar las funciones de todas las partes involucradas en la respuesta a accidentes. • Identificar posibles situaciones de emergencia. • Realizar el inventario de los peligros. • Identificar los recursos. • Garantizar la disponibilidad y suministro de antídotos. • Examinar las necesidades de comunicación. • Evaluar las necesidades de información: bibliotecas básicas. • Hacer uso de los centros de información toxicológica y centros de respuesta química en las emergencias. • Identificar los laboratorios toxicológicos • Crear un sistema de notificación de casos de emergencias. • Proveer locales alternativos para la atención de las víctimas. • Desarrollar sistemas para la recepción y el manejo de grandes cantidades de pacientes ("triage"). • Establecer un sistema de alerta para los profesionales de la salud. • Desarrollar e implementar programas de capacitación de los profesionales de la salud, incluidos los simulacros. • Establecer comunicación con el público. • Fomentar la investigación. • Crear mecanismos de cooperación internacional. • Fomentar los programas de concientización y preparación local, por ejemplo, mediante la aplicación del proceso de Concientización y Preparación para Emergencias en el Nivel Local (APELL) del PNUMA u otras actividades similares. 2.2 Responsabilidad de los productores de sustancias químicas Promover la administración segura de cualquier sustancia peligrosa que produzcan, a través del ciclo de vida total de la sustancia, consistente con el principio de "acompañamiento del producto". 2.3 De los administradores de instalaciones peligrosas • Función principal: Diseñar, construir y operar una instalación peligrosa en forma segura, desarrollar los medios para realizarlo e incorporar la protección a la salud y el medio ambiente como parte integral de las actividades económicas de la empresa. • Aspirar a alcanzar el objetivo: "cero incidentes". • Garantizar que los peligros estén identificados y clasificados y que los medios para minimizarlos o eliminarlos estén establecidos. • Garantizar que los procedimientos de operación seguros estén documentados. • Garantizar que todos los empleados, incluidos los temporales, reciban capacitación apropiada para desempeñar sus tareas. • Poner en práctica medidas de seguridad, tales como evitar o minimizar el uso de sustancias potencialmente peligrosas, sustituir sustancias más tóxicas por menos tóxicas, simplificar procesos, reducir al mínimo las exposiciones, etc. • Asegurar la calidad durante la construcción de la instalación peligrosa. • Garantizar la transferencia de información. • Garantizar la disponibilidad de equipo de protección personal. • Supervisar y garantizar la conveniencia de los almacenes de sustancias peligrosas. • Monitorear regularmente la seguridad de las instalaciones. • Proveer, en coordinación con las autoridades públicas, información apropiada sobre las acciones a tomar en caso de accidentes. • Desarrollar, implementar, probar y actualizar los planes de emergencia. • Identificar y evaluar los accidentes que pueden surgir en la instalación y sus posibles consecuencias. • Garantizar sistemas en el lugar para la detección rápida de un accidente o amenaza de accidente y para la notificación inmediata al personal de respuesta a emergencias. • Investigar todos los incidentes significativos para identificar las causas y emprender acciones para corregir cualquier deficiencia en la tecnología o procedimientos. 2.4 De los empleados Llevar a cabo su trabajo de manera segura y contribuir activamente al desarrollo de políticas y prácticas de seguridad. 2.5 De las agencias de ayuda financiera • Ayudar a reducir la probabilidad de accidentes con sustancias potencialmente peligrosas y ofrecer asistencia técnica, educación y capacitación para desarrollar la capacidad e infraestructura institucional. • Filtrar las propuestas de ayuda adecuadamente para minimizar la posibilidad de que estos proyectos de ayuda puedan contribuir a crear, sostener o aumentar un riesgo irracional de un accidenterelacionado con sustancias peligrosas. • Monitorear y hacer el seguimiento de los proyectos a fin de garantizar que se alcancen los requerimientos de seguridad esenciales. • Proveer ayuda financiera para desarrollar políticas y procedimientos que minimicen los riesgos de accidentes en instalaciones peligrosas. Muchas de las responsabilidades, a pesar de que recaen con mayor fuerza sobre una entidad determinada, requieren el trabajo coordinado un buen número de instituciones. Algunos ejemplos que justifican esta afirmación pueden ser: • La realización de inventarios de peligros. En ese caso se puede solicitar la participación de las autoridades locales, los responsables de la protección ambiental y de medicina preventiva, cuerpos de policía y bomberos, hospitales, centros de control de emergencias, defensa civil y autoridades militares, industria, etc. • Los programas de concientización y preparación local, por ejemplo, la aplicación del proceso de Concientización y Preparación para Emergencias en el Nivel Local (APELL) del PNUMA que requiere del trabajo conjunto del gobierno, la industria y la comunidad. • La capacitación del personal a través de simulacros debe acercarse al máximo a la realidad y contar con la participación de todos los sectores involucrados. 2.6 De los organismos internacionales La Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, adoptó la Agenda 21. En el capítulo 19, dedicado exclusivamente a las sustancias químicas, se reconoció la necesidad de fomentar la cooperación internacional eficiente en relación con la prevención, preparación y respuesta ante las emergencias químicas. Asimismo, se relevó la necesidad de que los organismos internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud, Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Organización Internacional del Trabajo (OIT) y otros, aúnen esfuerzos a fin de mejorar la preparación de los países para enfrentar los accidentes químicos. Para lograrlo, estos esfuerzos están dirigidos a: • Proporcionar una base científica internacionalmente evaluada para que los países puedan desarrollar sus propias medidas de seguridad química y fortalecer su capacidad nacional para la prevención y manejo de los efectos dañinos de los productos químicos, y para manejar los aspectos de salud ante las emergencias químicas. • Desarrollar principios, procedimientos y guías para hacer frente a las emergencias químicas. • Crear bancos de datos, publicaciones y bibliotecas virtuales que faciliten el acceso rápido a la información sobre sustancias químicas y manejo de emergencias. • Establecer programas de capacitación e instrumentos que faciliten las acciones de prevención, preparación y respuesta en todos los niveles. • Elaborar directorios de centros de respuesta a emergencias y de profesionales con experiencia en el tema. • Incentivar la estandarización en la presentación de reportes e investigación de accidentes. • Estimular el intercambio de información entre los países. 3. Conclusión La mayoría de los accidentes que involucran sustancias químicas pueden prevenirse y el éxito que se obtenga en la prevención de tales accidentes depende de la coordinación que exista entre los actores involucrados. Por ello, es importante que cada participante conozca sus funciones y sepa cómo actuar en cada una de las etapas de prevención, preparación y respuesta. 4. Bibliografía • Duncan, Ellison. Organización y responsabilidades en la prevención y planificación de emergencias que involucran sustancias químicas. Simposio Regional sobre Preparativos para Emergencias y Desastres Químicos: Un Reto para el Siglo XXI, México, D.F. 30 oct. - 1 nov. 1996. Washington: OPS;1996. 11 p. • CDE. Guidance concerning health aspects of chemical accidents. Paris: OCDE; 1996. 62 p. • OCDE. Guiding principles for chemical accident prevention, preparedness and response. Environment Monograph Nº 51, Paris: OCDE; 1992. 123 p. • OCDE. Workshop on the provision of information to the public and the role of workers in accident prevention and response. Environment Monographs Nº 29. Paris: OCDE; 1990. 81 p. • OMS. Proceedings of the African Workshop on Health Sector Management in Technological Disasters, Addis Ababa, 26-30 Nov. 1990. Finland: National Public Health Institute; 1991. 237 p. • PED/OPS. Curso Regional sobre Planificación, Prevención y Respuesta de los Accidentes Químicos en América Latina y el Caribe, México, 15-19 nov. 1993. México, D.F.: OPS; 1993, 171 p. • PNUMA. Un proceso para responder a los accidentes tecnológicos. París: PNUMA; 1989. 70 p. • PNUMA; OIT; OMS. Programa Internacional de Seguridad sobre Sustancias Químicas (PISSQ). Accidentes químicos: aspectos relativos a la salud. Guía para la preparación y respuesta. Washington, D.C.: OPS; 1998. 140 p.
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