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BIOGRAFÍA DEL FRACASO ESCOLAR Recuperación psicopedagógica https://www.facebook.com/groups/einclusiva ' COLECCION DlDACTICA Agallo Banios. Di,.,,mí,:a de gn,pos • !()() ju,gos. Práctica,,, da.r,, l\guilar, María José. réc11icus de ,,nimaciún grupal C.EA,\L Rtflexione.t wbre pedagoxfa. Echevcrrfo, Javier. Escuela y coricic11ti;.<ic:Mn. Freirc, Paulo y ocros. EJliu.-acMn libtradora. Pallndino, l!nñque. lnwlStigacián educmivo )' n,pocilcu:inn t.luc·ente. Palladil1<.l, Enriq�. Diulws currictdares y calidad ed,,carh-u. Palladino, Enrique. Prnyecro )' Comtnidos Transversule.1. Pruno de Oí Pe¡o, Vilma. Biogra/14 de/jra,:aso csc,,/or. Sánchcz, S. Paulo F,�ire. UM pe.dagogk, ¡,aru el adulto. Va�ns, Tobías. Como leer para aprrnder. Dra. Vilma PRUZZO de DI PEGO BIOGRAFÍA DEL FRACASO ESCOLAR Recuperación psicopedagógica lNSTITCTO DE CIENCIAS DE L;\ EDUCACIÓN PARA L-\. INVESTIGACIÓN lNTERDlSCIPLlNJ\R.lA F.C.H. - UN.L.PAJ\t lnv.:. o 1R?� F� Of?_{)� ESPACIO EDITORIAL Buenos Aires https://www.facebook.com/groups/einclusiva ESPACIO EDITORIAL editora - distribuidor4 importador.1 - exportador.1 Penl 689 - 6º P. of. 44 1068 Buenos Aires 'Iel.: 361-6705 Dise�o de tapa: Silvina de Vela C.oordinación y Producción: Osvaldo Dubini La rcprod,1<,c.:i1Si1 cotal o pardal d,e t:i:h? libro, «1 cuilJquie, fotma que seo. Jdérilica o modjfic.1d.1. c,.alta a tnáqujoa. por�, aiscemu • 111uhigraph". mimeógrnfo, in'.ll)(Cso por (ot()copia, fu<odu.p1Kacl4n, e1c .• oo autorizada pi.w loo cdjcorcs, Vlol;11 derc ch<;., ��('\ladQ.s, (,'\lalqui� ulJli:ucióa debe w prtviamcole so1.icl1;ida. 1• edición, 1997 Impreso en 13 Argentina - Printcd in Argentina Queda hei;ho el dcp�tn que previene la ley 11.723 G 1997 Espacio &lilorial ISBN 950-802-055-5 En el equipo de investigación parriciparon: María Graciela DI FRANCO; Maria Cristina NOSEI; Alejandra RAlvIBORGER; Miguel MOTZO y Edgardo PAULIZZI del INSTITUTO de CIENCIAS de la EDUCACIÓN para la INVESTIGACIÓN INTERDISCIPLINARIA (ICEll) de la Facull.ad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de La Pampa. PRÓLOGO La investigación "La biografía del fracaso escolar" dirigida por la Dra. Pruzzo de Di Pego parte de un conjunto de hipótesis que vienen formula das desde el diseño, .son claras y están centradas en el propósito que se establece desde la partida, en el ít,;,m "Presentación". "Este 1rnbaio se cen tra en cambio -dice la autora- �.la.responsabilidad.didáctico-pedagógica de la escuela"; ,diferenciándola de la tradicional tendencia de investigar el fracaso escolar desde una perspectiva acentuadamente sociológica. Las hipótesis son tres. Serán después sostenidas (demostradas) con argumento, casuística y razonamientos que parten de datos empíricos seriamente reco• gidos. Los instrumentos elaborados ponen en evidencia un manejo decidida mente riguroso, favorable a la filosofía cualitativa que emana del encuadre que .sirve de soporte de la investigación. Su elaboración ha sido cuidadosa, clara, concisa. El trabajo de campo muestra una dedicación al análisis de los hallazgos que bien vale calitk.arlo de concienzudo. Evidencia empeño, horas de tra bajo y rigor en la recogida de datos (información) que hicieron posible su validación y confiabilidad por la calidad del juego analítico-sintético que subyace a lo largo de la tarea de indagación realizada. El análisis en sí, realizado mediante un esfuerzo de integración de diver• sos saberes tanto de orden teórico cuanto metodológico, pone en eviden• cia la fuerte forrnación especializada de la investigadora. No importa tanto la extensión de la casuística -que en esta investigación se reduce a cinco casos- cuanto a la calidad de "playing" analítico sintético esencial en este tipo de investigaciones donde teoría y práctica se "machiembran" de <:on suno a partir de la experiencia (en la tríada aula, institución, comunidad) y 8 Vilrrlil Pruzzo de Di Pego donde los referentes culturales conceden al nuevo concepto de construc ción, particular relevancia. La autora realiza ese "playing" con sencillez y economía lingüística destacables. Las conclusiones, es decir la tesis que contiene, cobra un particular sentido en este momento de pretendida renovación del sistema escolar argentino. Rescata no sólo la vigencia importante del gabinete psicopeda gógico sino de lo que me permito llamar "la terapia de apoyo, adicional e integrada, a las tareas específicamente didácticas". OVIDEMENIN Director Instituto de Investigaciones �n Ciendas de la Educación F.F.l. / U.B.A. INTRODUCCIÓN PRESENTACIÓN El fracaso e _scols1r ha sido investigado especialmente en la última déca• da en su perspectiva sociológica demostrándose el alto compromiso de la escuela en la reproducción social. Este trabajo se centra, en cambio, en la responsabilidad didáctico pedagógica de la escuela y en las secuelas del fracaso escolar en la persona: las vivencias de sufrimiento y frustración pa decidas por los sujetos de fracaso. Para ello la metodología de análisis de casos, aborda la biografía de cinco adultos de éxito que sufrieron en la escuela primaria el impacto del fracaso escolar. En ningún caso, ese fracaso podía ser atribuido a desventajas sodoculturales, ni a deficiencias intelectuales, tal como io ·señalara el diagnóstico inicial en la década del setenta y la posterior recuperación escolar llevada a cabo en el Departamento de Psicopeda gogía de la Provincia de La l'ampa, con un sistema propio de recons trucción de las nociones lectoescritoras. La investigación analiza la im plementación didáctica que dio origen al fracaso escolar para demostrar que los docentes no vinculan evaluación a fracaso, y por lo tanto no la emplean con función educadora. Finalmente se reconstruye el sistema de recuperación psicopedagógica empleado en aquella oportunidad, para su análisis y divulgación. ORIENTACIONES TEORICO METODOC.OGICAS Uno de los aspectos didácticos más conflictivos es sin lugar a dudas el de la evaluación. Desde las primeras reflexiones didácticas de Comenio (1978) la evaluación aparece vinculada al esfuerzo para favorecer el apren- 10 Vilma Pruzzo de Di Pego dizaje. Si el alumno no aprende, expresa Comenio CI 978), se debe revisar el método empleado. Sin embargo progresivamente va perdiendo ese carácter educador, transforrn,índose en un proceso de clasiiicación. categorización y discrimi nación del estudiantado que genera fracaso escolar con todo el impacto que el mismo acarrea :a la persona y a las posibilidades reales de la demo cratización de la sociedad. Con los exámenes implantados en el siglo-XIX surge la clasificación o nota que decide la promoción del estudiante, y se desnaturaliza la función educativa de las pruebas. Frente a esta situación, se han multiplicado las critic.-is .-il proceso de evaluación por el cual se certiíica el fracaso escolar de amplios sectores de la sociedad. Los autores contemporáneos en iocando la evaluación escolar desde una perspectiva sociológica, se han centrado en el fracaso como producto de la función reproductora de la escuela, que impediría de este modo el acceso de los grupos marginados al saber, aspecto que nosotros hemos corroborado desde una de nuestras primeras investigaciones sobre desgra namiento escolar. (PRUZZO de Di PEGO, V. 1980) Sin embargo la realidad nos señala que no sólo fracasan los grupos sociales marginados. Nuestra escuela es hoy centro i.ndustrializador del fra caso, que abarca a sectores bajos, medios, y altos de la sociedad. En nuestro trabajo nos hemos centrado en cinco casos de fracaso esco lar, de niños sin compromisos intelectuales, con muy buen contexto socio cultural y buena integración familiar. Los alumnos con el apoyo del Gabine te l'sicopedagógico provincial superaron el fracaso, continuaron su escolaridad primaria y media y hoy en la década del noventa son todos adultos de éxito, cuatro de ellos profesionales universitarios.Su biografía, es l,1 biografía del fracaso, pero también la de su superación. Consideramos que mientras se explique el fracaso sólo por razones externas (que las hay), ni la escuela ni los docentes asumirán su importante cuota de responsabilidad en la gestación de esta experiencia mutiladora. ¿Nos hemos preguntado no sólo por las consecuencias sociales del fraca so, sino también por su impacto en las jóvenes personalidades? ¡hemos intentado penetrar la angustia, los temores, la frustración que provoca el fracaso escolar en un niño? De ahí que algunos de los objetivos de la inves tigación están vinculadm al análisis de los aspectos psicosociales del fraca so escolar, las vivencias de sufrimiento y discriminación que ocasiona. Pero además este estudio indaga las responsabilidades didáctico peda gógicas de la escuela. Los docentes no estarían percibiendo los vínculos entre evl1luación y fracaso escolJr, por eso no asumen ninguna responsabi- Biograiía del fracaso escolar 11 lidad al respecto y en consecuencia no intentan usar esa evaluación como un instrumento para posibilitar la reconstrucción de los errores. La evalua ción en este caso solo certificaría el error clasificando al estudiante y dán dole aspecto legal al fracaso. Allí concluiría la responsabilidad docente. Sólo se podría revertir esta situación reconceptualizando la evaluación como inwumento de superación del fracaso, con la consiguiente condentiza ción del docente sobre su rol fundamental en la gestación del mismo, pero también sobre el poder que ejerce y su iníluencia a través de pautas vincu• lares que pueden afectar al sujeto y a su proyecto de vida. Finalmente se aborda rnuy especialmente el contexto Psicopedagógico de la recuperación escolar que abre la posibilidad de repensar la evalua ción en su persper.tiva histórica, despojándola de los designios inmoviliza dores de la crítica radir.al. El Capítulo I de este trabajo brinda el marco teórico para el abordaje de la problemática analizando concepción de la enseñanza, del aprendizaje, y de la función docente. El Capítulo 11, aborda la hipótesis primera que enfoca el fracaso en cuan to aiecta el rendimiento es.colar y se proyecta hacia la persona en vivencias de sufrimiento y discriminación. Se analizan en las entrevistas, las unidades semánticas: fracaso escolar, y vivencias de sufrimiento. En el Capítulo III el fracJso escolar a la vez se evalúa en fuentes documentales (los cuadernos del fracaso) a través de instrumentos de evaluación específkamente dise ñados al efecto. La segunda hipótesis: "ta implementación didáctica ingenua que no articula evaluación a fracaso, impide su superación", es abordada en el Capítulo IV, a partir del análisis de entrevistas con las maestras de los niños y de su práctica evaluadora cristalizada en los cuadernos del fracaso. ta tercera hipótesis "El fracaso escolar puede ser revenido desde una intervención psicopedagó gica institucional", se aborda en el Capítulo V, rnn los aportes testimoniales de las entrevistas a los sujetos involucrados y el análisis de los· r.uadernos del éxito. Se presenta además el marr.o psico pedagógico de la terapia de recuperación con especial énfasis en su sopor te didáctico el Método Generativo de la lengua. LA IMPLEMENTACION METODOLOGICA la selección de los casos entre la totalidad de los alumnos dados de alta en su tratamiento de recuperación, obligó a una primera búsqueda: aquellos sobre los que se tenía mayor información, su localización actual, 12 Vi/ma Pruzzo de Di Pego la de su familia y de algunas de sus maestras, la conservación de sus cua dernos, etc. Además en la selección se tomó en cuenta que su ingreso al Gabinete por fracaso escolar es tuviera precedido por un diagnóstico psicopedagógico que demostrara la inexistencia de alteraciones en las funciones intelectuales superiores, así como un adecuado marco familiar y el respaldo de buen nivel sociocultural. Las causales del fracaso se orientaban así, hacia la implementa• ción didáctico institucional. Los ocho casos iniciales (un ingeniero en siste mas, un contador, dos egresados de nivel medio, una profesora de nivel me dio, un periodista, un veterinario, y un médico) se redujeron finalmente a cinco casos tal como :se proponía en el proyecto de investigación. Otra decisión de importancia que se debió abordar fue la determina• ción de quién realizaría las entrevistas a los jóvenes, las familias y las maes tras. Se temía que los involucrados pudieran mostrar reticencia a recordar momen Los de su vida especialmente dolorosos y que hoy resguardados en sus imágenes profesionales no quisieran enfrentar el momento del fracaso. Por eso si bien se contaba con equipo de investigación, las entrevistas íue ron asumidas por la Directora de equipo, la profesional que guió la recup� ración psicopedagógicas de los niños. Las entrevistas fueron largas conversaciones con los jóvenes, sus ma dres (en un sólo caso estuvo también el padre) y sus maestras. Los aportes de estas entrevistas grabados nos permitieron elaborar las biografías esco lares. Las mismas, además, íueron sometidas a análisis de contenido en el rastreo de tres· unidades semánticas: vivencias de sufrimiento; vivencias de gratificación Oóvenes o madres); percepción del fracaso (jóvenes, madres y maestras) (Hipótesis 1 ). Los cuadernos del fracaso, cuadernos escolares que los niños trajeron al comenzar su tratamiento y los cuadernos del éxito (los de recuperación) fueron preservados por la profesional encargada del tratamiento, hasta el presente. los cuadernos fueron analizados a partir de ocho instrumentos de re gistro de observación especialmente diseñados para analizar: legibilidad; formas; trazado y proporcionalidad de la letra; ortografía; tipo de corree• ción empleada por el docente; uso constructivo del error; notas y carteles escritos por las docentes (Hipótesis 1-2). Finalmente se entrevistó a maestras recuperadoras del Gabinete Psico pedagógico, quiénes además de la información oral, nos facilitaron sus car petas didácticas (aun preservadas) con las que reconstruimos el sistema de re�uperación del Gabinete Psicopedagógico. (Hipótesis 3). CAPITULO 1 1. EL APRENDIZAJE Y LA ENSEÑANZA DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL Para hablar de fracaso escolar, deberemos previamente esclarecer nuestra perspectiva sobre el aprendizaje y la enseñanza, porque el mis mo implica un obstáculo en el aprendizaje y desde nuestra investiga ción asignamos responsabilidades didáctico-pedagógicas a la escuela que no percibió esos obstáculos y fabricó el fracaso. El fracaso por otra parte podría tener la categoría de fundante de una huella que se repita en otras situaciones de vida del sujeto, fundamentalmente en tanto anu• lado o forcluído. Esta tarea requiere aunque en forma sucinta, analizar las perspectivas teóricas, desde nuestra propia formación como educadores. Y en este lar go proceso formativo nos hemos nutrido de los riquísimos aportes del psi coanálisis, y la epistemología genética; de la psicología cognitiva, o la de base dialé<:tica; de la centrada en el sujeto, como de la psicologia social. Pero así como en nuestra investigación sobre educación moral nos apoya mos en la teoría psicológica que más aportes ha dado en ese ámbito, la teoría psicogenélica de PIAGET, en esta situación que enfoca el tratamien• to psicopedagógico y la enseñanza que detecta el fracaso, nos interesó ubicar la enseñanza corno espacio vincular social y desde allí ·buscar los aportes que desde las demás ciencias pudieran consolidar nuestro enfo que. No creemos en el eclecticismo que puede ser fragmentación sumato ria acrítica, pero si creemos posible que las construcciones mentales enri quecidas por múltiples aportes, enfoquen desde ellas, la situación problemática a resolver. 14 Vi/ma Pmzzo de Oi Pego 1.1. EL APRENDIZAJE En cuanto al aprendizaje, nos interesa situarnos en la perspectiva que lo concibe cornouna forma de la relación sujeto-mundo. Si analizamos esta propuesta, tenemos un individuo que, desde el mismo momento del nacimiento inici<1 sus rel;,dones con el mundo gracias a otro sujeto, que interpreta sus necesidades )' lo pone en contacto con el sector de la reali dad, que pueda satisfacerlas. Y así comienza a apropiarse de esa realidad en un continuo proceso de aprendizaje. Pero no se la apropia material• mente: es una apropiación instrumental, a través del conocimiento. Según Pichon Riviere (1984) el aprendizaje es una apropiación instrumental de la realidad para transformarla. Claro que el sujeto al relacionarse con el objeto del mundo, no lo incorpora tal cual es, lo transforma, porque lo c;,pta desde sus propios esquemas, y al transformarlo se transforma a sí mismo porque ahora sus estructuras cognitivas han crecido, tienen un nue vo conocimiento (el aspecto de la realidad que ha incorporado a su men te). Hemos ido presentando 1>,ualelarnente en nuestm exposición sobre el aprendizaje, las características del sujeto que aprende: a.• es un sujeto de necesidades por eso se relaciona con el mundo, porque busca en él la satisfacción a esas necesidades. Para ello desde el inicio de su vida necesita al otro, la madre, que decodifique sus necesida des (hambre, frío, pañales sucios), siempre que la misma constituya el de seo de su madre, lo que Lacan (1983) llama la "doble demanda". Una vez que la madre interpreta la necesidad, se adapta activamente a ella, y le provee al niño el sector de la realidad que los constituye a ambos en esa relación: a la madre en su deseo y al niño en tanto sujeto de deseo. Por otro lado, la necesidad no se satisface absolutamente: en primer lugar re aparece, insiste, y en segundo lugar esa satisfacción se coniunde con pala bras, los olores, el reconocimiento de so presencia-ausencia, elementos to dos ellos que estimulan, la curiosidad y por ende su deseo de saber. De este mo�o, el niño aprende a conocer. d mundo: esto es bueno, este obje to es mal' etc. ' b.- Así aparece otra característica del sujeto: es un sujeto cognoscente, que en curso,de la experiencia que provocan las necesidades, se apropia del mundo por el conocimiento. c.- ,Y algq que nos interesa rescatar: ese ser de necesidades para satisfa cerlas, desarrolla una actividad de búsc¡ueda, de indagación, de explora- Biografía del fraca.m escolar 15 ción, necesita hacer, actuar para satisfacer la neceskfod propia y también de la madre, ya que ésta también lo constituyt, en prospectiva, por lo que espera de él, de su crecimiento, de sus éxitos (ideal de yo). Por eso el apren dizaje es un proceso activo del hombre sobre el mundo, sobre el objeto que se busc.a para satisfacer la necesidad, transformada ahora en deseo, siempre insatisfecho y por ello, esencial en el aprendizaje. Y si bien en los primeros meses de vida esa ac.tividad sobre el mundo es eminentemente sensoriomotriz (toca, mira, sacude, tira, etc.) posteriormente es también ideatoria, porque el niño no sólo actúa sobre la realidad, sino que comien za a representársela por el pensamiento, y a expresarla a través del lengua je. Incluimos pues en la acción el pensamiento y es en este sentido praxis. Esta característica resulta fundamental para nosotros: tanto se ha denosta do el hacer práctico que se lo terminó disodando del pensar, del idear teorías; se sobreestimó esto sobre aquéllo. Sin embargo en la acción está incluída la capacidad de construir conceptos, ideas, en conclusión, el pen sar. Y ,1hora sí, tenemos al Sujeto que se relaciona con el mundo como una unidad integrad,¡1; Sujeto de conocimiento capaz de sentir (la necesidad, la gratificación y la frustración), hacer (la actividad sobre el mundo) y pensar (la acción interiorizada según Piaget, 1984), la posibilidad de operar men talmente lo que se hace sobre la realidad. La disociación entre sentir, hacer y pensar, o sentir y hacer, etc, produce la enajenación del sujeto, e impide el aprendizaje por ruptura de la relación sujeto - realidad. De esta manera, el sujeto no es lo dado, es construcción y se hace, se configura en un ha cer, en una praxis. La actividad sería entonces el íundamento de la subjeti "vidad, aunque para que exista actividad -en un mundo simbólico- es nece sario un sujeto. Hasta ac.á hemos señalado que en el aprendizaje, hay un sujeto en relación con la realidad, lo que sucede es que ese individuo está limitado en su nacimiento para sus posibilidades de búsqueda. Por eso necesita de un ámbito vincular sod,ll, de un otro. La díada madre hijo, no es una rela ción bipolar entre dos sujetos, es un ámbito vincular social, porque en ese vínculo la madre es portadora de las representaciones sociales y las signifi caciones de su cu_ltura. La madre es en todo caso una madre social, una madre cultural. El sujeto se gesta en el· interior de un grupo, por eso se señala la preexistencia de lo grupal en el psiquismo, postura que ya fuera enunciada por Wallon (1980). Aparece la dimensión del otro que no es un otro individual, sino que es la 'sociedad y la cultura. Al otro persona Lacan lo escribe con minúscula, pero el Otro con mayúscula es lo que,_estil más allá del otro que somos nosotros, es la dimensión de la cultura, y para L,i- 16 Vilma Pruzzo de Di Pego can (1953) la cultura es básicamente la palabra. Para Ana Quiroga (1994), ese otro, es portador de las significaciones sociales de su grupo, de las formas de -conciencia social desarrolladas por los intereses hegemónicos en esa estructura. En la misma familia se reproduce el orden social, las rela ciones de producción de una sociedad, en nuestro caso, de una sociedad capitalista. Por esQ esa madre social establece con sus hijos, un tipo de relación que reproduce las relaciones de producción de la sociedad. Un niño de una sociedad primitiva que es abandonado apenas al mes de vida por su madre que se integra a la producción, queda en manos de los her• manos mayores que deben mascar las bananas antes de dárselas. En la mayoría de los casos el ali mento ta.rda en llegar, los niños afrontan perma nentes frustraciones, y sufrimientos, y conforman una personalidad básica adecuada para insertarse en ese sistema de producción. Se los somete a relaciones sociales familiares que reproducen las relaciones de producción en el orden social imperante. 1.1.1. LA FUNCIÓN YOICA, FUNCIÓN DE APOYATURA Y CONTINENCIA EN EL APRENDIZAJE . . El sujeto podrá organizar el mundo de la experiencia y alcanzar distin tos niveles de representación y pen:samiento siempre que se brinde un sos tén, una apoyatura vincular. Ese sostén cum¡>le una función yoica: media dora, de mostración y continencia, transformadora, discriminadorá y de articulación con la realidad. (QUIROGA, 1994). En los comienzos de su vida, e l niño no puede exteriorizar sus necesi dades sino a través de llanto, movimientos , enrojecimiento, etc .. La madre entonces asume la función de mediadora entre el sujeto y el mundo y como tiene enormes posibilidades de resonancia y desciframiento decodi fica esa necesidad: tiene hambre, frío, está sucio, etc. Presenta, entonces, el sector de la realidad adecuado a la necesidad (mostración). Al ofrecerle el objeto adecuado permite el descenso de la excitación generada por la necesidad . La repetición de la experiencia gratificante, por un mecanismo de facilitación le permite al niño, la articulación de es¡¡s nuevas experien cias con sus propias estructuras y posibilita la constitución del sujeto corno sujeto de conocimiento. Se articula experiencia-pensamiento. La madre re cibe señales del niño, las decodifica y las devuelve transformadas, enton ces el chico llora y ella lo que le devuelve es comida o palabras. "La madre se hace cargo de lo proyectado por el niño y se ofrece como sostén en cuanto lo procesa, lo interpreta y lo devuelve transformado a través de acciones pertinente" (Quiroga, 1994, p.56). lliografía del fracasoescolar 17 Gracias al sostén materno el niño puede comenzar a categorizar su e.xperiencia, a discriminar placer, amor, displacer, hostilidad, discriminar lo real de lo irreal. "Bowlbv, Ilion, Anzieu, Winnicott señalan que el gesto, la voz, fa mira da materna fe hacen comprender al bebé, fo que ella ha comprendido de él. El bebé internaliza ese continente materno, lo hace suyo y comienza a apropiarse de sus contenidos síquicos . En consecuencia la mirada materna es integradora y "significante". La madre acepta o rechaza, y desde allí otorga significación, calidad a la experiencia de su hijo. Por eso los mode los internos o matrices de aprendizaje no sólo se configuran como una íorma de aprender sino que también incluyen una significación del apren der: como hecho deseable, corno transgresión, como sometimiento". (Qui• roga, 1994, p.58) Este sostén externo, fuego se hace interno, de esta manera, se internafi za esa función discr iminadora, transformadora y de sostén, estructurándo se el yo. Ahora será esa companía interna fa que se hace necesaria para aprender. Nos detendremos especialmente en la consideración del sostén como interlocutor, pues es el vínculo que queremos rescatar entre la tarea de la madre y la tarea docente. El proceso de aprendizaje no es lineal en el sentido de que por la activi d,1d generada desde el individuo éste se apropia sin más de fa realidad. Se d�n movimientos de alternancia entre el avance, el surgimiento de obstácu los, el retroceso, fa búsqueda de sostén en el apoyo del interlocutor, etc. A nivel psicomotriz puede observarse el desplazamiento inestable de un niño que está aprendiendo a caminar, se cae, (obstáculo y frustración), gatea (retroceso), vuelve a pararse, busca el apoyo de la madre, con ella cercana reintenta y a la vez desde el vínculo "bueno" le es posible tolerar las nuevas frustraciones. Podemos proyectar este esquema de aprendizaje hacia el niño o el adulto: esa matriz de aprendizaje que se ha configurado, incluye las fases avance-crisis-retorno-avance, pero también el carácter vincular de ese proceso, la idea de un interlocutor sostén. Entonces, podemos imaginar estas fases en el caso de que.el sujeto se encuentre investigando, al recabar información puede desencadenarse la ansiedad ante lo nuevo, se comien za a vivir como una situación de confusión, de impotencia, en ese momen to se recurre a un interlocutor (interno o externo) y desde él, se puede asimilar el ob¡eto de conocimiento y transformarlo, transformándose a fa vez a sí mismo, y experimentando placer en la apropiación. A fa vez el interlocutor e,1 su apoyatura nos signiíica: el avance puede ser significado como un logro o como un abandono; el obstáculo, fa frus tración o el retroceso como algo normai y desde allí sostener un nuevo 18 Vilma Pruzzo de ()i PelJo int,:,nto a pMtir de la mirada del o-tro que nos significa c.omo alguien-que pu,:,de, o puede signiflcarse corno un fracaso, espec.ialmente desde las perspectiv,is que no toleran el error y volve.rse entonces hada el arrendiz como a quien-nunc,1-puede. Por eso la función yoica implica una mirada que nunca es neutra, sino plenamente 5igniíicante, y nos condiciona. El Otro, puede por lo tanto, facilitar u obstaculizar el aprendizaje; permitir la progresiva autonomía del que aprende o someterlo, transmitiendo descon fianza hacia el mundo y menoscab,indo la misma confianza en sí mismo del sujeto. Puede adop lar una posición de apoyatura afectiva o de dist,lr'l• cia e indiíerenda, que potencia el temor por folta de continencia. Puede, en fin operar positiva o negativamente. El interlocutor t'xterno es luego interr1<1fizado y se proyecta en otros, compañeros, maestros, pareja, que se constituyen en herederos de la rela ción vincular primaria. "Se aprende a aprender con otro, de otro, a través de otro, para otro, y también contra otro," (Quiroga, 1994, p.61). 1.1.2. EL APRENDIZAJE COMO ADAPTACIÓN rara lean l'iaget (1984 a.), toda la vida mental, así como la orgánica, tiende a asimilar progresivamente el medio ambiente a las ,:,structuras ya construidas y a la vez acomodar eslas estructuras a los objetos externos, lo que implica una transformación de las mismas. En este proceso de asimila ción y acomodación, el individuo logra una organización progresiva, una adaptación cada vez más precisa a la realidad. Para ejem1>lificar este proceso, Piaget (1976) recurre a una analogía extraída de la biología. ;'Un conejo que come repollo no se vuelve repollo, sino que transform,i al repollo en conejo. Lo mismo sucede con el conocimiento. El conocimien to no es una simple copia, sino que es una estructura, eso es justamente la asimilación ... " (Piaget, 1976, p. 56) y al asimilar el repollo, las propias estruc turas del conejo se modifican (acomodación)/EI proceso de adaptación im plica pues la asimilación y la acomodación, en el intercambio entre sujeto y medio. Ya la idea de adaptación había sido incorporada por Claparéde (1932), que también parte de la concepción de un sujeto que actúa sobre la realidad movido por necesidades. Presenta al interés como nexo entre esa necesidad y el objeto externo que de\'.iene en este caso "interesante''.:.,\ El concepto de adaptación que l'iaget ( 1982) trabajara desde una pers pectiva pskobiológica, es empleado por Pichon Riviere ( 1 984) desde una visión psicosoc:ial. Biografía del fr,icaso escolar 19 Rescatamos de ambos autores la concepción de un sujeto activo en relación dialéctica y mutuamente transform,mte con el mundo (el objeto de conocimiento) lo que le permite una adaptación activa a la realidad. ,\lientras que l'iaget {198.5) emplea d concepto de asimilación para denominar el proceso de incorporar lo nuevo a lo viejo, Pichon Riviére (1984) nos habla de "penetrar" el objeto de conocimiento I>ara significar esta actividad del sujeto sobre la realidad. La pregunta que surge entonces seríal_¡,_qué sucede cuando el sujeto no puede apropiJrse del objeto1Ji'ara Pichon Riviere (1984), el objeto de co nocimiento se ubica en el campo del Jprendizaje como un enemigo del sujeto que debe ser "penetrado", tiene que ser conocido. En este sentido emplea el concepto de flachelard, sobre obstáculo epistemoíílicoLl) la ne cesidad no encuentra gratificación por carencia de instrumentación del su jeto al enfrentar lo nuevo, surgen dos tipos de ansiedades básicas, coexis tentes y cooperantes: la ansiedad depresiva por miedo a la pérdida del equilibrio logrado en la situación anterior; y la ansiedad paranoide, por miedo al ataque externo ante la desinstrumentación del yo en la nueva situación. Estas ansiedades promueven conductas defensivas que emergen como resistencias ante lo nuevo,.por ejemplo, la lectoescritura, con el consiguien te estancamiento en el proceso de aprendizaje de la realidad y deterioro de la comunicación y los vínculos. Surge una situación de rechazo, tensiones que emergen en el campo mismo del aprendizaje, que se expresan como resistencia a aprender. Según Pichon Riviere ("I 984, p.93) el objeto externo provoca intensa angustia, y se rechaza el material de enseñanza en cuanto reactiva núcleos neurótieos de la personalidad del estudiante. Las actitudes de resistencia a los cambios tienen por finalidad destruir las fuentes de ansiedad. Al no encontrar la necesidad su destino de gratificación , surge el conflicto. Si la situación es elaborada, si el conflicto se resuelve, el proceso de aprendizaje continúa su curso. De lo contrario, si el sujeto control¡¡ la angustia que provoca el conflicto no resuelto, y lo reprime por medio de técnicas defen sivas, el conflicto se elude (pero no se resuelve) con un estancamiento de los procesos de aprendizaje. Con estas técnicas intenta el sujeto despren derse de la situación de sufrimiento pero las energías qué dispone a esos efectos, se sustraen de la actividad de aprendizaje estableciendo con el medio una relación pasiva, rígida y estereotipadJ.En este sentido, para P. Riviere (1984, p.174)" ... la salud mental, consiste ... en un aprendizaje de la realidad a través del enfrentamiento, manejo y solución integradora de los conílictos." 20 Vilma Pr(J;,zo de Di /'ego Su perspectiva, en este aspecto, aporta elementos fundamentales para nuestro esrudio sobre el fracaso esc.olJr: "El análisis de los procesos de comunicación y aprendizaje ha sirio nuestro punto de partida en la elaho ración rlo;, una teoría de la enfermedad mental. .. Ella resulta del deterioro de la comunicación y del fracaso en el aprendizaje de lo real." (Pichon Riviére, 1984, p. 141) y el fracaso escolar estaría señalando un deterioro de la co municación que impide el aprendiz.ajeJ Esta situación provoca una regresión del sujeto y el uso de formas arcaicas de mecanismos deiensivo•s para controlar los dos miedos bási cos de pérdida y ataque. Entonces plantea que las neurosis pueden consi derarse como una perturbación del aprendizaje, especialmente del apren dí zaje de los roles, de funciones sociales. Recordemos que el sujeto puede significarse desde la mirada del Otro en un rol social determinado: por ejemplo, como-aquel-que-no-puede. la neurosis aparecería ante un inten to de elaboración del sufrimiento que provocan la intensidad y el monto de los miedos básico. Aquí exist.e coincidencia con la perspectiva de lo brot {1986) para quien las dificultades de lectoescritura, y más específica mente las dislexias, implicarían núcleos neuróticos en la personalidad del paciente. 1.2. lA ENSEÑANZA COMO FUNCIÓN DE SOSTÉN La apoyatura o continente externo brindado al niño desde su nacimien to, se hace interno en función de la experiencia, se internaliza. la significa ción de ese sostén primario nos lleva en otros momentos vitales a buscar uno o más interlocutores válidos a lo-s que se acude para copensar, para ser acompañados en distintos momentos de las tareas de aprendizaje restable ciéndose la función vincular primaria. Recordemos que en esta perspectiva el vínculo es una estructurJ com pleja de interacción no de tipo lineal, sino espiralada que incluye un sujeto, un objeto, su interacción, procesos de comunicación y aprendizaje. "Ha blamos de comunicación y aprendizaje porque en todo vínculo hay un emisor y un receptor y el intercambio de la interacción significa una modi ficación y la incorporación de nuevos aprendizajes, por medio de la comu nicación". (l'ichon Riviere, 1975). Nosotros retomaremos la función docente desde esta perspectiva, como la función que brinda apoyatura y continente externo para que el alumno pueda apropiarse de un contenido cultural, en nuestro rnso, la lectoescritu ra. Y en ese proceso, la comunicación se tnmsforma en la vía del aprendi zaje. Biografía del fracaso escolar 21 Pero a la vez se hace necesario ubicar esos vínculos fundantes de los procesos de enseñanza, no sólo como vínculos interpersonales, sino esen- cialmente como portadores de un orden social. . Para articular esta perspectiva de la enselianza partimos de concebir al hombre vinculado con el mundo y con los otros hombre en relaciones de producción que le permiten transformar la naturaleza por el trabajo en función rle sus necesidades. Esas relaciones de producción fundan un orden social determinado, que interpreta, determina y organiza los distintos espacios de configuración del sujeto. La institució� familia( primero, y la institución escuela después, están sostenidas en un orden social y son ámbitos de socialización operando en la constitución de lo subjetivo desde ese orden social imperante. En la perspectiva ele la Psicología Social, la madre es la mediadora de la cultura a la ve7. que la portadora de las representaciones y significaciones sociales del grupo al que pertenece. Por lo tanto, el vínculo es una relación vincular social. En este mismo sentido, durante la escolaridad,' el docente es un mediador de la cultura y puede a través de su tarea facilitar u obsta culizar el aprendizaje. En nuestra perspectiva, concebimos la enseñanza como un ámbito vincular social que se despliega en el interior de otra insti tución impactada a su vez por el orden social imperante. Sin embargo, aceptando las posibilidades reproductoras de la escuela, adoptamos la postura de las pedagogías críticas no radicales, que conciben también las posibilidades instituyentes de la in,titución, antes de concebirla tot,1lmente determinadas desde las P.Structuras del poder hegemónico. (Gi roux, 1989; Carr, 1989, Kemmis, 1991; Contreras Domingo, 1991) la tarea del docente, en este marco, puede ser vinculada a la tarea de la madre, a los fines de comprender su dinámica. Esta perspectiva ha resultado muy signiíic.1tiva en investigaciones como la de Vigostky (1984), por ejem plo, que elaboró la teoría sobre la existencia de una zona de desarrollo próxi mo, como la zona que delimita la dis(anda entre la situación actual de desa rrollo de un sujeto y la que podría alcanzar c:on ayuda externa, en base a sus estudios sobre l,1 rel.ición madr�hijo en el aprendi7.aje.'Esta concepción tras• ladad,1 a la intervención psicopedagógica reivindica las posibilidades del do cente para incidir en la actividad mental del sujeto que aprende{Coll, 1989). 1.2.1. El DOCENTE ANTE LAS NECESIDADES DEL SUJETO El docente puede actuar en función de articulación entre el sujeto y el sector de la realidad motivo de ,1propiación. Pero en este caso estaríamo.s sobreentendiendo que el sujeto desea establecer esa vinculación con un sector del mundo de la cultura. Sin embargo al definir�! proceso de apren- 22 Vi/ma Pruzzo d�• Di Pego dizaje hemos señalado que la actividad cognoscente se pone en marcha ,l partir de una necesidad. Para l'iaget "el individuo no actúa sino cuando experimenta una necesidad ... l,i acción tiende a restablecer ese equilibrio (Piaget, 1984, p. l 4 ). El psicoanálisis señalaría que es el deseo el que mueve al sujeto en busca del objeto y un deseo siempre se hace presente a partir de una falta, una carencia. Por lo tanto la mediación que establezca el docente deberá partir de las neces.idades del sujeto. Así como Coll ( 1989) señala la posibilidad del docente de incidir sobre la actividad mental de un sujeto, nosotros rescatamos en la intervención, la posibilidad de incidir en la activación de la necesidad. Según Bruner {1969) existen tres motivos intrínsecos que mueven a la acción: la curiosidad, la competencia y la reciprocidad. A. 'il curiosidad surge ante la discrepancia que capta el sujeto entre lo que él sat;>e y el sector de la realidad que entonces se transfonna en problemátiqi. Hay algo poco claro que incita a explorar, a buscar para resolver la curiosidad: lo que Freud (1988) llamara la pulsión a investigar. Por lo tanto para incidir sobre esta potencial necesidad, el docente, que pondrá en contact.o al alumno con un settor de la re,�idad (de la cultura), tiene que esclarecer en primer lugar el tipo de representaciones que el alumno se ha forjado sobre ese contenido de la cultura, " lo 'viejo", lo que ya sabe. Entonces es posible organizar " lo nuevo" de manera tal que active la curiosidad. Y en este sentido tiene suma importancia los soportes tecnológicos con los que pueda contar. No es lo mismo presentar una fotocopia desvaída con el contenido de la cult ura, a cin co alumnos, que un juego interactivo ·en la sala de computadoras con ese mismo contenido. Por lo tanto para incidir sobre la curíosidad sería necesario: a.- respetar la zona de desarrollo próximo, y en ese sentido tener el diagnóstico del grupo para orientar la selección de tareas ( no tan exigen tes que se alejen de las competencias de resolución por parte del sujeto, ni tan cercanas a sus posibilidades que lo aburra o paralice.) Pero también analizar las posibilidades de que aparezcan errores conceptuales o precon cepciones en el diagnóstico previo. En este sentido la evaluación inicial obligará al docente a latoma de diferentes decisiones. b.- Preparar el material de modo que se adapte a "lo viejo" (lo que ya se sabe) y a la vez impacte sobre el sujeto. c.- Por último, diseñar posibles ·tareas que le planteen al alumno una praxis enriquecedora, siempre con destino a alentar la curiosidad. Biograffo de/ fracaso escol,1r 23 8. Otro de los motivos inu-ínsecos es la competencia, la necesidad de hacer, de practicar, de mejorar. No se refiere J competir con los demás sino de exigirse a sí mismo, muchas veces tomando modelos de identifica ción del mundo adulto. En este caso el docente puede activar la competen cia cuando se c:onviene en modelo de identificación capaz de transformar se en el interlocutor interno con el que se dialoga en el momento de aprender. C. La reciprocidad es el tercer motivo intrínseco que señala Bruner, y es la tendencia a responder al otro cuando éste plantea una tarea en co mún. Es la necesid,1d de ajuste , de acoplarse a la urea conjunta para reali- 7.arla solidariamente. Señala Piaget (1967) que la moral autónoma de los índividuos se gesta en la interacción fundada en el respeto mutuo, es la moral de la reciprocidad, En este caso los grupos de tareas pueden poten ciarse por el motivo intrínseco de reciprocidad, siempre que el docente brinrle oportunidades organizadas para la interacción. Sin embargo existe un presupuesto básico que haría posible incidir so bre las necesidades del sujeto: que esta activación constituya el deseo de la maestra, lo que Lacan (1953) llama la doble demanda. En síntesis hemos señalado que la necesidad mueve a la actividad cog noscente, y el docente puede incidir sobre la gestación de las necesidades que promuevan el aprendizaje desde su propio deseo. 1.2.2. LA FUNCIÓN SOSTÉN Corno en el caso de la madre, la docente asume una función de sostén, una apoyatura vincular en el aprendizaje que el niño realiza. Hemos soste• nido que el aprendizaje se da en un ámbito vincular social, y en este caso especia I de aprendizaje escolarizado, el docente necesita desarrollar una actitud afectiva y a la vez comprometida que consist� en una modalidad específica de relación con los sujetos de aprendizaje: un centramiento en el otro, que le brinde la posibilidad de resonancia y desciframiento de sus necesidades, lo que le permitirá una adaptación activa a esas necesidades. A partir de esa posibilidad podrá ejercer la función de mostración del objeto de conocimiento, en nuestro caso la lectoescritura. Así se inicia el proceso de aprendizaje caracterizado como una secuencia de avances, obstáculos, crisis, retrocesos. Si el docente es capaz de desciframiento, puede reconocer los obstáculos y brindar ayuda contingente (Coll, 1989) En este caso ejercerá la función discriminadora que facilita la capta• ción de las semejanzas (p y t, son dos consonantes "explosivas") así como 24 Vilrna Pruzzo de Di Pego las exclusiones necesarias (una "explota" con la boca e.errada, la p; la otra con la boca entreabierta: t). Es una ayuda en la actividad de búsqueda, y exploración. Pero estas dificultades deben ser decodificadas por el docen. te ( confunde p con t) y devuel'tas transformadas p·or la ayuda didáctica ideada. Sin embargo, no basta ayudar en la discriminación para construir las regularidades de la lectoesq:jtura: se debe facilitar la repetición de la tarea para categorizar la experiencia. Lo que Bruner (1968) denominarÍá, comprender las regularidades de la lengua. La ayuda contingente sólo puede brindarse cuando el docente es ca paz de detectar, por la evaluación permanente, !i,s necesidades de los alum nos. Si se gesta un obstkulo en, el aprendizaje, la ayuda tiene que llegar antes de que se alcancen altos niveles de frustración que paralicen la activi dad cognoscente. De lo contrario se provoca la disociación placer, ,1Ctivi dad, pensamiento, y se produce el estancamiento del aprendizaje. La acti vidad del niño tiende a disociarse del pensar, por eso puede escribir la misma palabra de múltiples maneras. Es una actividad mecánica y estereo tipada, con la que el sujeto se defiende de la ansiedad que produce los montos de la frustración; sortea el conflicto, pero no lo resuelve. Si el docente no ha podido descifrar las necesidades, si no ha diagnos ticado el error no puede ayudar en la reconstrucción de la noción. Pero, a la vez, no identificado el origen del error el docente fabrica el fracaso a través de normas de excelencia que forman parte de las representaciones docentes. Así mismo, cuando la maestra acepta o rechaza la tarea del alum no, otorga significación a la experiencia. Y en ese ámbito vincular social que es el grupo escolar, la significación que otorga el docente es leída por los alumnos en el proceso comunicacional de gestos, miradas, intercam bios verbales, etc. El fr�c.aso se lee desde el docente, todos asumen el signi ficado y el sujeto del frac,1s0 se •-significa a si mismo como un fracasado, un tonto, aquel-que-nunca-puede. tos pedagogos, le llamarían el efecto edípi co ·de la predicción, el fracaso generando fr,Kaso (De Landsheere, 1973). El otro internalizado que lo hará actuar como fracasado, con la consiguien te pérdida de confianza en s.í mismo, y el deterioro de su propia imagen. CAPÍTULO 11 1. FRACASO ESCOLAR Y EL SUFRIMIENTO DE LA PERSONA El frac.iso escolar ha sido muy .inalizado desde la perspectiva sociológi ca, insistiéndose en señalar el ,ilto compromiso de la escuela en la repro ducción social. Por eso especialistas como )urjo Torres Santomé (1991) han afirmado qu� la historia de la educación puede ser analizada como la historia de la institucionalización y legitimadón del fracaso escolar de la clase trabajadora y de los grupos sociales desfavorecidos. Nuestro estudio, sin perder de vista aquella perspectiva, se ha centra do, en cambio, en la responsabilidades didáctic,1s de la institución escuela en el fracaso escolar, y su impacto sobre los sujetos involucrados. Los casos analizados, cinco pacientes de recuperación escolar en la década del se tenta, aprendieron a leer y escribir, desde su tratamiento en co,irto grado, y continuaron sus . estudios insertándose con éxito en la sociedad. Sus histo rias no sólo son las historias personales del fracaso, también nos muestran la historia del fracaso didáctico institucional de la escuela, responsable de la situación. Se analizan además los mecanismos de la recuperación: a tra vés de la figura sostén de las madres y una Institución que desde el poder legitimado, las respalda: el Gabinete Psicopedagógico de la Provincia de La Pampa. El estudio analizó fuentes verbales (entrevistas con los actores sociales involucrados: alumnos, madres, maestras, rnaest.ras recuperadorns) y fuen tes documentales: los cuadernos escolares, cuad1'rnos de la recuperación, las carpetas dP. planificaciones de las maestras recupP.radoras y el Método Generativo de la !.e11gu<1 que sirvió de sostén en /a recuperación. 26 Vilm,, Pwuo de Oi Pego El análisis del material empírico, nos permitió: a.- Rer.onstruir las historias escolares, y analizJr el impacto del fracaso a través de las vivencias de sufrimiento. b.- Analizar la implementación didáctica ingenua que no pudo enfren tar la situación de fracaso. , c.- Reconwuir los espacios del éxito en los roles de las madres y en el marco institucional del Gabinete Psicopedagógico con su peculiar estruc tura y sus iundamentos psicodidácticos. 1.1. EL FRACASO ESCOLAR DESDE LOS PROTAGONISTAS La primera unidad sem,\ntica anali:r.ada en las entrevistas a los protago nistas es la del fracaso escolar. Hemos definido esta unidad de significa ción, desde la propuesta de Perrenoud (1990) (que adopta un marcado énfasis sociológico), en nuestra convicción de que aun desde esta perspec tiva deberíamos probar la hipótesis sobre las responsabilidades escolares en el fracaso escolar, sin desconocer el impacto de las variables sociales. En este sentido entonces,definiremos el fracaso como la alteración o divergencias del desempeño escolar respecto a jerarquías de excelencia que actúan como normas y que pueden ex¡m,sarse en desigualdades rea les de capital cultural. Estas "divergencias entre el desempeño escolar y lo esperado" determinan que los niños traigan "carteles" de la escuela llamán doles la atención; rindan exámenes; repitan grado; hasta que finalmente las madres consulten al Gabinete. Los diagnósticos psicopedagógicos coinciden, en señalar al existencia de perturbaciones severas en el aprendizaje. Los cuadernos del fracaso constituyen una prueba incontrastable de las serias dificultades de los alumnos en el área de la escritura. Estos cua dernos de tercero o cuarto grado, demuestran que los niños no logran sig nar fonemas que pertenecen a la clave más simple de la lengua española, la clave primaria de escritura. En el alfabeto hay codificaciones o claves simples y complejas, por eso diferenciar b de v, que tienen el mismo soni do, es más difícil que signar el fonema "p", porque en este caso, a un único fonema le corresponde un único grafema. Se entiende con Carbone!! (1978, p. 205) que la clave primaria se refiere a los grafemas que representan en forma inmediata, simple y sin complejidades, y con un sólo y único signo los fonemas del español considerados aisfaidarnente (aun no hablamos de combinatoria). Entonces escribir f por v, p por t, rn por n, etc. son errores de clave primaria de escritura, que pueden ser aceptados en los primeros gra- Biografía del fracaso escolar 27 dos, pero no ya en gr¡idos medios. Son los casos en los que podemos ha blar de biunivocidad, los graíemas representan unívocamente los fonem,is (AVENO;\ÑO, F. 1995, p.49) Además, nuestro sistema de eséritura está basado en la combinatoria de grafemas y fonemas con los que se construyen significaciones diversas según la "forma de combinarlos": con los mismos grafemas y fonemas, se forman, por ejemplo, caso, saco, cosa. Nuestros niños no han logrado re construir el sistema de combinatoria, el sistema de producción de fa len gua. Sólo cuando el alumno se apropia de las regularidades de la lengua, cuando comprende la combinatoria, está en condiciones de generar ade cuadamente los mensajes escritos. De fo contrario queda adherido al voca hulario de uso común memori7.ado. Los casos que hemos analizado, no han conseguido signar o codificar fonemas simples, y presentan aun más graves perturbaciones para signar fonemas o grafemas complejos, a fa vez que manifiestan dificultades marc.-idas en la combinatoria.· En síntesis no han logrado comprender el sistema de producción de fa lengua, no han captado las regularidades y por lo tanto han detenido su aprendizaje en épocas arcaicas de producción lingüística. En todos estos casos, además, la ficha de síntesis que portaba cada cuaderno, describe diiicultades lectoras muy severas, (lectura silábica-vaci lante o vacilante como máximo) que señalan como principal obstáculo fa dependencia del desciframiento. Según Carbonefl (1986) nuestros niños latinoamericanos no tienen dificultades lectoras propias de los idiomas an glosajones, pero por colonialismo cultural siempre hemos evaluado las difi cultades lectoras desde el punto de vista de fas omisiones, confusiones etc, patrones empleados por otras lenguas que no tienen el componente foné tico de las nuestras. Demoramos demasiado tiempo en reconocer que sis temas lingüísticos diferentes originan dificultades distintas en su aprendiza je. En nuestro caso, las dificultades lectoras aparecen cuando los alumnos no poseen un vocabulario visual amplio que pueda ser evocado, y por lo tanto ante cada término que desconocen, deben descifrar las palabras, vol viendo a una etapa arcaica del aprendizaje. La dificultad se centra enton ces, según Carbonell, (1986) en la memoria, y al no reconocer e.f niño, las nuevas palabras, retornan al descifrado, de ahí fa lentitud lectora que los caracteri1.a. Casi no omiten o confunden, pero tienen una penosa actitud de desciframiento, (Lobrot. 1986) que autores como Harris y Sipay, citados por Condemarín ( 1982) denominan nivel lector de frustración. Ante esta diíicuftad no pueden construir significados porque se han centrado en el penoso desciframiento de cada letra. Han retornado, en estos casos, a eta pas primitivas de la lectura, según Carbonell ( T 980). Desde fa perspectiva 28 Vilma Pruzzo de Di Pego de Píchon Riviére (1984) nos interesaría señalar que hay un estancamiento del aprendizaje: el objeto de conocimiento no puede ser penetrado, lo que origina la frustración de las necesidades del sujeto. En estas condiciones podemos decir que los niños no han aprendido el sistema lingüístico, su modo de producción, por lo tanto no pueden gene rar autónomamente mensajes escriLos y descifran penosamente la lectura. SIN EMBARGO LA ESCUELA NO DERIVA ESTOS ALUMNOS AL GABI NETE PSICOPEDAGÓGICO. Hábiles en la lengua oral e inteligentes p<1ra comprender explicaciones de las demás asignaturas, no han consolidado el aprendizaje de la lengua, ni logrado elaborar las generali7.aciones que les permita comprender su sistema de combina torra. Por lo tanto, existe fracaso escolar porque se cons tata que hay alteraciones del desempeño escolar esperado, de acuerdo a patrones de excelencia fijados culturalmente. Se comprueba además, en todos los c.asos, las desigualdades reales de capital cultural. la falta de ac ceso a la lectura y a la escritura les impide a estos niifos la realización de las tareas que el alumno medio puede hacer. Entonces intentaríamos responder a la pregunta que se nos impone: ¡los actores sociales comprendidos en esta problemática han captado las dificultades que originan el fracaso de los niños? Para responder al interrogante realizamos el análisis de contenido de las entrevistas de madres, docentes, alumnos, maestras recuperadoras y profesional a cargo del tratamien Lo de los pacientes en la época delimita da: 1973 -1974. 1.2. LAS HISTORIAS DEL FRACASO la historia de los cinco pacienies muestran aspectos comunes y reac ciones diferenciadas ante la situación de fracaso. Sin embargo, por la nece saria reserva profesional, en un medio pequeño como el nuestro, no se transcriben las biograiías construidas sino una síntesis muy apretada de las mismas. Todos los niños inician su escolaridad con una característica común: no logran un aprendizaje adecuado de la lectoescritura. Sobrellevan esta situa ción, que a veces ha sido olvidada por el propio sujeto, pero siempr<;e de tectada por las madres, hasta que hace eclosión en tercero o cuarto gra, dos. En este momento las madres asumen un rol pro.tagónico al decidir la derivación de sus hijos al Gabinete Psicopedagógico. Hace veinte años era una decisión diíícil para adoptar, por las connotaciones que asign.iba la socie.dad al envío de un niño a Psicopedagogo. Y aquí aparece la primera Biografía del r,ac:aso escolar 29 situación que esclarece nuestra investig,1c:ión, la escuela no solicita la inter vención psicopedagógica porque en todos los casos no los detecta como niños con dificultades graves en la lectoescritura. Por ejemplo, en el caso 1, la niña inicia la escolaridad en una escuela parroquial del barrio y aunque no logra los aprendizajes iniciales, no lo siente como un fracaso porque lo vive como u na etap� de jardincito don de ella se sentía muy ieliz. Al año siguiente la cambian a una escuela privada donde la niña manifiesta problemas de adaptación. Se queja de que existen diferencias, pide que la saquen de esa escuela, se niega a concurrir. En tercer grado la mamá toma conciencia de las dificultades de la niña en lectoescritura, cuando ya el problema se ha agravado al punto tal que la hija se niega a seguir concurriendo a la escuela. La mamá la lleva al neurólogo porque teme alguna implicancia orgánica, lo que es descartado por el especialista. La cambia nuevamente de escuela y lahace repetir de grado. Simultáneamente se entera de la existencia del Gabinete y cuando la lleva comienza su etapa de tratamiento. Luego del alta psicopedagógica continúa su es-colaridad primaria y secundaria. Es relevante señalar que ante su repitencia de grado queda muy desubicada con respecto a su grupo por lo que rinde libre (con éxito)6• grado. Esta historia escolar es el caso más grave de peregrinación de una a otra es cuela: pasa en su primario por cuatro instituciones distintas en la búsque da de soluciones a su problemática. Las maestras de segundo y tercer grados entrevistadas, describen a la alumna como una niña muy tímida e introvertida con carencias en el área de lengua, no recuerdan haberla hecho rendir examen o repetir el grado. Una de ellas señala haberla querido derivar al Gabinete, pero no podía hacerlo porque su escuela era privad a. Sin embargo el testimonio de la Directora del mismo señala que se recibían los alumnos de cualquier juris dicción. Según aclara la madre, la lleva a Gabinete por sugerencia de una vecina, c:uando los problemas han llegado a una situación límite. 1.3. EL ROL DE LAS MADRES Nuestra investigación estarí-a logrando una conclusión muy especial re ferida al rol de las madres en el fracaso escolar. Nosotros señalamos desde el marco teórico que, sin ignorar los factores sociológicos, nos centraría mos en los fracasos no signados por razones socioculturales. Por eso toma mos alumnos de niveles sociales medios con rendimiento intelectual alto o medio. y familias bien constituidas, limitando el influjo de variables socio culturales. Lo que no esperábamos, era encontrar un rol tan activo de la JO Vi/ma Pruzzo de Di Pego fainilia en la detección del problema y en las resistencias al sistema que les i rnponía el fracaso de los hijos. Otros estudios sobre fracaso escolar, que analiz,1mos en el marco de nuestra investigación, resaltan que las familias y los propios interesados asumen el fracaso como producto de su propi.:i incapacidad, a través de un proceso de hegemonía ideológica que permite interpretar corno natu• ral un proceso que en re.:ilidad es de origen cultural: el fracaso no sería producto de la incapacidad del individuo sino del capital cultural con que inicia la escolarid.:id y que luego transforma las diferend,is culturales en desigualdades escolares. (PerrenOlJd, 1990 ; Torres Santomé, 1991; Con treras, 1991 ; Kemmis, 1988; Oyola, "I 994.) "Desde el significado del tr,,c,,so escolar para la familia, se percibe cuál es d proceso de ;gi,nilación y resolución que hacen los padres rle los proulemas del aprendizaje }' h,,,jn tE>ndimiento esr:nlt,r dd hijo. L�'t �·ecuend,1 seguida en fa ma¡•oría de los c,,.sos es la siguiente: 1) recl,,mo a la escuela- h,,1,lar con los doccll!cs, con la dirección, averi¡¡uar qué ocurre con el wrs.,do del hiio-; l) al ver que habitualmente el contacto con las autoridades no modifica 1,, siWa tiUn, snbrevit2'ne el sen!imi�nt.o de impotencia (sentir que no se lienen cono• cimientos P<1ra a.,..udar al hijo, ni recursos para mand,1rlo a unit maestra parti• cular. Que, P.n d mejor de /os c:,1sos, se puede recurrir i'J ttlgun¿¡ 1,-edna o hermano mayor, en grnerill sin resu/t,1do �lguno.); 3) entonc:P.s 1(1 rC'signación, en la que se entremezclan sencimientos de rebeldía,, impotencia, y autodesva lorización, propia y del hijo (el chico •no siNe p�ra el estudio', ·no le enir�': • no le da la cabeza•, ·no le gusta') Esto conrlucc finalmente a 1,, p,,.,ividad, dejan que la. cuestión siga sv curso hada la repitencia,, el abandono tr,,nsitorio o /a dP.serdón definitiva. En todos los casos, las familias expresan vivir el fracaso escolar de los hijos c:omo algo .serio y grave; en las enlrevislas y c:ontacto con lus padres se observó, P.n ge1,eral, su preocupación tanlo ante situacíon�s conc.:retas de fracaso escolar vividas por la familia como ante la posibilidad d., que ello ocurra. Sin embargo, c::omo y., hemos visto, esta prr.ocupac.ión se lransform;i, a la Jarga, en impotencia y resignación. También, cu;indo los padr·es descono cen o no c.omprenden totalmente el sistema de ev;1luación }' los componen les del éxito y d�I fracaso �sc.olar, la rt,pitencia reiterada - paso previo al abandono y la deserción- es vívida como algo que ocurre sin entender d�m¿-¡ siado cómo, oi por qué .. ." ( Oyol�, 1 994, p. &7 y 68) Nuestra investigación captó la misma vivencia del fracaso por parte de la familia, que las detectadas por el equipo Oyola en Río Negro, tal vez expresada con angustia revivida, por una de las madres:" ... tiré todos los cuadernos porque los miraba y me hacían llorar ... ". la reacción de las madres de ambos grupos, en cambio, es sumamente diferente, aunque la BiogrilÍlil del fracaso esc.o/;Jr 31 secuencia de acciones se inician en forma similar: todas van a la escuela [)ara hablar con las maestras. En ;)mbus grupos, campea el mismo espíritu de impotencia. Pero la dasf! medi;i, tien<:' otras armas culturales de lucha y no se deja ganar por la resignación. Encara la resistencia hacia el poder instituido que legitima el fr;ic;iso escolar de sus hijos: los cambian de es cuelas, buscan maestras par ticulares, concurren a las escuelas, discuten c.on maestros y directores. Una de ellas, que explícitamente asegura que siempre en su casa se ha respetado como palabra santa la de la m.iestra, sin embargo, esgrime un argumento de resistencia: " ... si en casa anda bien, qué le pasa en la escuela, ¿será la maestra, los cornpañerosL.". No hay una ,tcusación for mal, pero hay resistencia encubierta. S.u hijo no es discapacitado; no acep ta el mensaje hegemónico . Las madres de este grupo, preguntan, inda gan, llevan sus hijos al médico o al neurólogo, y descubren finJlmente al Gabinete. Una de ellas señala lo imporunte que fue no avergonzarse de en viarlo, demostrando la vivencia de rnarginación que esa decisión impli caba. Detrás de cada una de las historias del éxito está el empuje y la lucha de una madre que desde otro .capital cultural se anima a cuestio• nar el poder, pero de esta mJnera devuelve a su hijo una irm,gen resig niíicada, porque ella no lo cree un discapacitado. El Gabinete le ofrece algo más a la familia que recuperación: la respald;i con su propio poder institucional, legitimado por el prestigio profesional. Familia y Gabinete desde otro espacio de poder resignifican la imagen del niño y a. partir de allí, la particular organización ins.titucional ( hoy ya abandonada) y su minucioso sostén psicodid,ktico le abren a los niños el camino del éxito. 1.4. El DIAGNOSTICO PSICOPEDAGÓGICO En la totalidad de los casos analizados a través de las entrevistas con las profesionales de la recuperación, el Gabinete Psicopedagógico había diagnosticado severas cart\ncias en el desempeño lectoescritor pero un ni vel intelectual medio o alto, aun cuando en la mJyoría de los nifios, el Test Guestáltico Visomotor de Bender indicaba inmadurez visomotriz. La com petencia lectoescritora estaba afectada por una o las dos de las siguientes causas: ·1. diíicultad para reconstruir el sistema de combinatoria de la lengua y para signar fonemas, por compromiso de algunas de las operaciones i nte lectuales siguientes: ]2 Vilma Pruzzo de Di Pego a.• análisis- síntesis, lo que provqca como emergente en la escritura, omisiones o adiciones de letras o de sílabas. b.- discriminación auditivo visual, cuyo emergente son confusiones de letras acústicamente próximas ( p y t, por ejemplo) o antitrópicas ( b y d) etc; y C.· organización temporal que se expresa en la dificultad para ubicar en el orden que corresponde, los grafemas o fonemas de un palabra y se escri be o lee, por ejemplo, sol por los. 2. Dificultad en la interpretación, cuyo emergente principal sería lacen tración que hace el alumno en el desciframiento con la consiguiente pérdi da de sentido sobre lo que lee. Por eso autores como Quirós ( 1971 ) señalarían que lasdificultades lectoescritoras evidencian una falta de auto· matización de los procesos lectores. Claparede explicaría esas dificultades como la distancia entre la acción y la participación de la conciencia en esa acción, concepción que luego retomara Piaget CI 973; ·1984 a.). "Dándo• se cuenta, participando la conciencia de las faltas que hace el niño al ha blar, primero las evitará concientemente, merced a un acto de acción vo luntaria y después tomará la costumbre de no cometer esa incorrección" (Claparede, 1932, p.64) Este primer acto de toma de conciencia deja abier to el camino a la posterior práctica inconciente de los actos, lo que Quirós denominaría la automatización de los procesos de decodificación, término muy criticado por autores psicogenéticos. Si bien este no es espacio para dilucidar el proceso de aprendizaje, se podría aceptar que a partir de la toma de conciencia se crea el conflicto sociocognitivo y se inicia la recons trucción de la noción. Aquí tendría un lugar de importancia el "ejercicio opera,torio" que a diferencia de la automatización que pudiera entenderse corno hábito , implicaría al pensamiento en la acción. Según Avendaño, F. '' ... Es necesario además, la adquisición de la conciencia ortográt1ca. Los niños deberán ir descubriendo el carácter convencional de la ortografía, explorando semejanzas entre la escritura y el habla; advirtiendo claramen te que los textos escritos no son simples trancripciones de lo oral, sino que la oralidad y la escritura, son variantes o alternativas de la misma lengua. Por lo tanto no alcanza la consideración fonética para resolver las dificulta• des de escritura ... " (Avendaño, F. 1995, 58). Por alguna de estas dificultades que el diagnóstico psicopedagógico ha señalado en cada caso particular, los niños escriben con mucha dificultad omitiendo, confundiendo o invirtiendo fonemas y grafemas, ya sea al leer los ya sea al escribirlos. Está afectada entonces la clave primari,1 de escrito- Biografía del írac:aso escolar 3] r,l (Carbonell de Grompone, T 980j la que se conquista en los primeros g«1dos de escolaridad y cuya combinatoria asegura la escritura básica. En la misma sólo entrarían los grafem,1s que signJí1 a un único fonema, por ejemplo p , s, 1, etc. No pertenecerían a este nivel los fonemas que se sig nan con dos grafemas (11, ch, rr) y fonemas cuya escritura varía según la sílaba de la que forman parte (gue-gui) que conforman la clave secundaria. Por lo tanto, las dificultades de estos niños son tan graves que quedan sín considerar los de la clave terciaria o nivel propiamente ortográfico ( b-v; s-c, etc) Volviendo a nuestros casos estos alumnos de cuarto grado no han logrado, al momento del diagnóstico, la clave primaria de la escritura descontándose errores generalizados en los niveles posteriores: clave secundaria y terciaria. De ahí que para ellos sea un verdadero esfuerzo escribir pues están intentando signar fonemas, sin haber podido hacer de esa práctica un acto inconsciente, lo que les permitiría concentrarse en la el.¡boración de mensajes sin detenerse en p ensar la codificación (en la escritura) o el desciframiento (en la lectura). En este caso, centran sus esíuerzos en el descifrado perdiendo el sentido de lo que leen. Este diagnóstico que el Gabinete elabora luego de su primera etapa de in vestigación, le permite después diseñar un sostén didáctico para la re cuperación que se concentra en las operaciones que hacen posible el dominio de la dave primaria y de la c,ombinatoria: el Método Generati vo de la Lengua. El diagnóstico explicaría las reacciones de los niños ante la tarea esco lar: en realidad no es que no la quieran hacer bien, o que sean desatentos, sino que no la pueden hacer. Uno deja espacios completos con las tareas sin hacer, a veces sólo figura su título; otro "no estudia la lectura"; un terce ro es indisciplinado molesto y por ende hace todo mal; un cuarto, llora, y no hace sus tareas; un quinto alumno, " no hace nada de nada", aunque en forma oral sabe todo. Uno vago, otro distraído, alguno violento. Ninguno comprendido en sus necesidades. En síntesis no han logrado comprender el sistema de producción de la lengua, no han captado las regularidades y por lo tanto han detenido el aprendizaje en épocas arcaicas de su construcción. 2. EL SUFRIMIENTO DE LA PERSONA la unidad semántica que se analiza en el discurso de los actores socia les se ha denominado vivencia de displacer - sufrimiento. ]4 Vilma Pw�zo de Ui !'ego La definimos como toda experiencia de frustración severa que el sujeto revele en la entrevista desde la que se leerá el sufrimiento de la persona. Desde el marco teórico hemos señalado que si las necesidades del su jeto encuentran un destino de frustración, se instala el conflicto; sí éste se resuelve, el proceso de aprendizaje continúa su curso. Sin embargo, si esto no ocurriera, el niño es negado en su subietividad, no se lo concibe como sujeto de necesidades, y en ese caso el monto de la frustración aumenta. En nuestro caso, el objeto de conocimiento no puede ser penetrado, el sujeto fracasa en su intento de apropiación. Pero el otro (el docente) no lo reconoce en su necesidad, que encuentra un destino reiterado de frustra ción. Se detiene el aprendizaje, que implica un empobrecimiento del vín culo con el mundo y el fracaso se instala. Sí el sujeto logra transitar felizmente pór los distintos niveles de la edu cación sistematizada, puede lograr lo que se llama "éxito'', que significaría crecer, proveerse de lo necesario para su vida, ser considerado, respetado, "ser alguien". El fracaso escolar prefigura, entonces, el renunciamiento ;,I placer, el triunfo de la pulsión de muerte, lo cual llenJ de angustia al niño y a su entorno famili;,r. Por otra parte, complementaria a ésta, tenemos lo que podría denomi narse el "éxito del maestro", que sería que todos sus alumnos aprendan uniformemente los c,on tenidos de un rígido progr;,ma. No es difícil imaginar que, cuando un niño aprende a otro ritmo o tiene otro tipo de necesidades en relación a los contenidos de una materia, sume al maestro en la angustia, la agresión o en la indiferencia. La amenaza de exclusión social o el dolor íntimo ante la impo,ibilidad de ser reconocido por el Otro, generan un intenso sufrimiento ante la apa rición de algunos iantasmas que rodean su subjetividad: ser devorado, qis tigado, humillado. A veces el .sufrimiento no es reconocido por los adultos que rodean al niño: es entonces más fácil tildarlo de "haragán", ''burro", imagen que rápi damente introyecta. las situaciones que conllevan sufrimiento psíquico se manifiestan en forma predominante bajo la llamada inhibición intelectual, que sería el equi• valente a 1-.l anorexia nerviosa en el sentido que se trataría de la negativa a incorporar los conocimientos, el lenguaje y las instrumentaciones que per mitirían subsistir en el mundo social. La inhibición intelectual, ,il igual que la anorexia, estaría al servicio de l,1 pulsión de muerte. Por otra parte es nodal destacar la emergencia de un,i angustia par.1li zante en algunos niños que anticipan la posibilidad de .su anulación como Biografía del ir,icaso escolar 35 sujeto en relación a la total sumisión a un Otro omnipotente, incapaz de rernnocer su deseo. En otros niños menos pasivos se puede constatar la emergencia de agre sión hacia los demás, en un intento de ocupar un lugar y evitar de esa manera la aniquilación subjetiva. Es obvio que, por lo general, esto genera más rechazo y exclusión. En el caso 1, las vivencias de discriminación y humillación vividas en la escuela, no aparecen vinculadas con los motivos reales de su fracaso, si no con el sentimiento de discriminación por diíerencias de clase social, en la versión de la joven se revive, la época de sufrimiento de esta manera:" ... Tercer grado no me gustaba, no me preguntés por qué, pero no me gusta ba ... inclusive,no me gustaba ir a la escuela, me molestaba, hacían dema siadas diferencias ... eso sigue también hoy, muchas diferencias por lo so cial, te hacían sentir mal; de repente te hacían parar y te ridiculizaban delante del curso. Y no tengo imágenes claras, pero sé que no quería ir. De repente empecé a decir que no quería ir más, no quería ir más, hasta que terminé repitiendo de grado ... " Se vive la situación como exclusión del grupo social de privilegio en la escuela privada a la que concurre, pero cabe señalar el hecho de qu_e al "pasar al frente" de la clase, se siente ridiculizada porque no sabe realizar la tarea escolar, no porque se la segregara socialmente. La huella sin em• bargo. que ha dejado esta experiencia de sufrimiento se asimila a la discri minación social, y no a sus dificultades lcctoescritoras. Esto se reafirma al señalar explíciUmente que las diierencias " tenían que ver con lo social, no con el aprendizaje ... " Estas vivencias de displacer provocan conductas de huida y aparece la ansiedad paranoide como predominante, a la vez que la actitud de insegu ridad ,lllmenta el aislamiento y la agresividad. la negación a ir a la escuela, a leer, así como las tareas sin hacer en el cuaderno, señalan una fuerte resistencia a enfrentar el objeto. Ante esta situación de sufrimiento se diso cia pensamiento de acción (sus tareas en el cuaderno del fracaso, son ta reas estereotipadas y mecánicas que no comprometen al pensamiento) Pero también se disocia el hacer del placer: nad,, resulta gr<'ltificante en la escue la, su negación a concurrir, la migración de establecimiento en estableci miento, no hacen más que aumentar su frustración y deteriorar la imagen de sí misma. La mirada del adulto le devuelve el significante desde el que construye su propia significación: un yo altamente desvalorizado. En el caso 2, el niño no tiene un sólo recuerdo de t•. 2° y 3° grado. No recuerda compañeros, ni maestros. Sin embargo ad,ua que aún hoy vién dolos en la calle, reconoce sus comp,iñeros de Jardincito. Tiene muy daros Vilma Pruzzo de Vi Pf:'go además los recuerdos de 4"grado, luego del cambio de escuela, sobre todo los de sus compañeras (que los mimaban mucho) y su maestra. De tercer grado recuerda muy claramente que tuvo problemas: '' ... No quería leer, no quería porque sabía que no podía. Yo rne acuerdo que cuando me llevé Lengua a rendir, me acuerdo que me sentaron en casa y me dijeron: -bue no, ¡qué querés hacer rendir o empezar en Gabinete y hacer otra ve;,: ter cero? y decidí hacer otra vez tercero en otra escuela ... ". El olvido de los tres años del fracaso· escolar, se resignifican en su negativa a volver a repetir grado en el mismo colegio. Es decir, al negarse a continuar, intenta un ca mino diferente. Aparece la fuente de frustración encapsulada en una es cuela, la del fracaso, lo que le permite revivir hoy los gratos momentos en la escuela donde reinicia su escolaridad durante la recuperación escolar. Pero las huellas se proyectan a la actualidad: " ... leo bien, pero es como que me pongo alerta, como diciendo , yo no sabía, no me gusta ... " Su primera escolaridad está sumida en la exclusión, la madre recuerda: " ... esta etapa debe haber sido terrible para él, yo no recuerdo que haya tenido un cumpleaños o encuentros con otros chicos. Lo cambio de escuela, para que no se sienta mal, para que no lo carguen los compañeros." La frustración lo lleva al aisl,imiento, hay ruptura de las redes de comu nicación y las ansiedades son controladas por mecanismos defensivos que reprimen recuerdos perturbadores. Su rechazo a la tarea escolar, que origina carteles reiterados, tanro en cuadernos, como en las libretas, aparece como resistencia que paraliza al yo y bloquea la comunicación y el aprendizaje. También se hace evidente la disociación entre acción y pensamiento: su escritura es una hacer des comprometido del pensamiento. Por ejemplo escribe "desenvolvimiento" de siete formas distintas, aunque tampoco nunca ha sido corregido el error por el maestro. Un hacer mecánico, disociado del pensar; pero un hacer resistido, disociado también del placer, y un maestro disociado del lugar en que es rectan,;iuo. En el caso 3, las vivencias de displacer sufrimiento se centran en episo dios relacionados con su comportamiento escolar, no con el aprendizaje de la lectoescritura. El joven recuerda que durante una fiesta en la escuela, estaba haciendo alguna diablura y una maestra le quiso pegar, lo agarró de una oreja y lo paseó por toda la escuela formada. La otra situación que recuerda cree que se desencadena porque le pega a una chica. La maestra "le intenta dar un sopapo" se agacha y sale corriendo, pero la docente le dice a los chicos que lo detengan. El salta por una ventana, corre a su casa y los chicos lo siguen. Cuando llega, la mamá lo acompaña de retorno a la escuela. El episodio aparece tanto en los recuerdos del joven, como en la Biografía del fracaso escolar 37 entrevista con la m¡idre. Cuando salta por la ventana pone en acto lo que siente de la escuela: ser arrojado aiuera. El entorno vincular social se vuelve fuertemente amenazador. Aun hoy, después de veinte años la maestra lo recuerda como " indisciplinado", "in constante'', "desordenado", " no adaptado socialmente", "un torbellino molesto", "rechazado por los compañeros", "volátil", "no prestaba aten ción". Las situaciones planteadas terminan en exclusiones, huidas, agresiones. Al no reconocerse la " mala conduct.a" como señal de sufrimiento psíqui co, se ahonda el problema por proiundización de la exclusión. Aparece también el olvido como represión de una época en la que el niño siente que no saben qué hacer con él. Hay predominio de ansiedades paranoides con desconfianza hacia el adulto, y una vivencia de inseguridad que aun hoy día se percibe en el fuerte cuestionamiento del joven a su forma de escribir en la profesión que ha elegido. En síntesis, el análisis de cada caso permitió determinar el tipo de reacciones generadas por el fracaso}' las formas particulares de sufrimien to: También hemos detectado las vivencias de discriminación afrontadas por el sujeto. Sin embargo esas vivencias no se vinculan con el fracaso en lectoescritura y la evaluación, sino con la desigualdad de clase social, la exclusión social, y las experiencias dé humillación. En todos los casos, aún con distintas formas, está presente en los adultos.de hoy, la huella del sufrimiento. El análisis de casos no sólo permitió demostrar el tipo de dificultad es pecífica que enfrentaba cada niño en el aprendizaje lectoescritor, sino ade más que el fracaso escolar produjo alteraciones que exceden los rendi mientos escolares y se proyectJn a la personalidad. CAPÍTULO 111 1. EL FRACASO DESDE LOS CUADERNOS ESCOLARES El análisis de los cuadernos del fracaso de los casos abordados por esta investigación y que se han conservado hasta la actualidad, nos permite identiíicar aspectos que los docentes toman en cuenta en su evaluación. El Gabinete Psic:opedagógico en aquella época mantiene la hipótesis de que las maestras se centran en aspectos formales de la escritura (deformación, ilegibilidad, presentación del cuaderno), más que en dificultades específi• cas en lectura y escritura; por eso para ellas el fracaso se originaría por causas personales (descuido, indisciplina, desatención, etc.) o íamiliares (in diferencia, desatención de la familia en las tareas escolares). Los cuadernos de cada uno de los casos se evaluaron a partir de unid,1cles de significación que una vez definidas, se tradujeron en escalas descriptivas de cinco niveles. Se consignó como r.nea de corte para las competencias en escri tura el nivel 3, debajo del cual, niveles ·1 y 2 muestran niveles de riesgo pedagó gico en la escritura por carencias que en cada nivel se especifica. Se acompa ñan a continuación distintos instrumentos de registro y evaluación. 1.1. DISEÑO METODOLÓGICO
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