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**Título: Deportes Olímpicos: Lucha Libre** La lucha libre es uno de los deportes más antiguos y fundamentalmente atléticos en los Juegos Olímpicos. Con sus raíces en la competencia cuerpo a cuerpo, la lucha libre olímpica requiere fuerza, agilidad y habilidades técnicas para someter al oponente y ganar puntos. A lo largo de los Juegos Olímpicos, la lucha libre ha sido una disciplina emocionante que destaca la destreza y la resistencia de los atletas. La lucha libre se divide en dos estilos en los Juegos Olímpicos: 1. **Lucha Libre Greco-Romana:** En este estilo, los luchadores solo pueden usar sus brazos y la parte superior de su cuerpo para atacar y defender. Las acciones de piernas y las llaves bajas están prohibidas. El objetivo es derrotar al oponente sujetando sus hombros al suelo. 2. **Lucha Libre Libre:** En este estilo, los luchadores pueden usar tanto sus brazos como sus piernas para atacar y defender. La victoria se logra al derrotar al oponente con cualquier parte del cuerpo tocando el suelo, excepto la cabeza y las manos. La lucha libre olímpica se caracteriza por su intensidad y su enfoque en la técnica y la estrategia. Los luchadores deben aprovechar las oportunidades para ganar puntos mediante derribos, volteretas y sometimientos. La lucha es rápida y fluida, con atletas luchando por mantener el control y evitar ser sometidos por sus oponentes. A lo largo de los Juegos Olímpicos, la lucha libre ha sido dominada por atletas de diferentes países y ha visto surgir rivalidades intensas en la búsqueda de medallas de oro. La lucha libre olímpica no solo requiere habilidades físicas, sino también determinación mental y resiliencia para enfrentar a oponentes hábiles y altamente competitivos. La lucha libre olímpica celebra la dedicación, la disciplina y la habilidad atlética de los luchadores. Es un recordatorio de la rica tradición de competencia humana y la pasión por el deporte que ha perdurado a lo largo de la historia de los Juegos Olímpicos.
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