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Aspectos generales de la parasitologia

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2Capítulo
Aspectos generales
de la parasitología
Marco A. Becerril Flores
permanencia en dicho ambiente. En tanto, los organismos 
más grandes adquirieron de forma accidental a los microor-
ganismos; por ejemplo, si estos últimos se encontraban en la 
tierra, el agua o sobre una superfi cie de un objeto o un ani-
mal, otro organismo mayor entró en contacto con ellos al 
beber el agua, recogerlos de la tierra, alimentarse de un vege-
tal o animal, y los incorporaba a su cuerpo. Si ambos permi-
tían la relación, entonces ésta se mantenía hasta que alguno 
moría; el más pequeño generaría descendientes.
No obstante que el microorganismo permanecía en los 
tejidos de otro y se reproducía, como cualquier otro, secreta-
ba y excretaba diversas sustancias, las cuales podrían desen-
cadenar distintas reacciones que benefi ciaban o perjudica-
ban al otro organismo. De este modo, las diferentes formas 
de crear relaciones recibieron nombres específi cos. Sin em-
bargo, dos individuos forman en general una asociación y las 
consecuencias son variables. En la actualidad la asociación 
entre dos organismos de diferente especie recibe el nombre 
de simbiosis y las distintas simbiosis toman denominaciones 
diferentes de acuerdo con los resultados de la asociación. Al-
gunas fuentes bibliográfi cas consideran a la simbiosis como 
una especie de mutualismo en donde las dos especies que 
conviven se benefi cian, como es el caso del pez payaso y las 
anémonas, el primero le da limpieza a la anémona al tiempo 
que ésta le da alimento y protección al pez; sin embargo, es 
evidente que se benefi cian, pero no dependen uno del otro. 
Las asociaciones pudiesen dar una consecuencia contraria a 
la esperada, por ejemplo, puesto que el pez payaso no depen-
de de la anémona y viceversa, en cualquier momento se 
Contenido
■ Introducción
■ Mutualismo
■ Comensalismo
■ Foresis
■ Parasitismo
■ Parasitología
■ Interacción parásito-huésped
Preguntas de evaluación inicial
 1. ¿Qué tipos de simbiosis existen en la Naturaleza?
 2 . ¿Cómo se clasifi can los parásitos?
 3 . ¿Cómo se clasifi can los huéspedes?
 4 . ¿Cómo se clasifi can los protozoarios?
 5 . ¿Cómo se clasifi can los helmintos?
Introducción
Desde los albores de la historia el ser humano ha tratado de 
sobrevivir en este planeta y conseguir alimento de las dife-
rentes fuentes existentes en su entorno; para ello ha lucha-
do contra diversas contrariedades ambientales. De acuerdo 
con la “selección natural” propuesta por Charles Darwin, el 
más fuerte —esto es, el más adaptable— sobrevivió y el más 
débil desapareció. En el medio que lo rodeaba encontró 
otros organismos vivos que integraban la fl ora y fauna, de 
tal manera que se vio obligado a convivir con ellos.
Al igual que el humano, las demás especies de animales 
también aprendieron a sobrevivir en la Naturaleza en convi-
vencia con otros y desarrollaron habilidades necesarias para 
obtener sus alimentos mediante la caza. Los organismos mi-
croscópicos se desarrollaron en un ambiente que les propor-
cionara los nutrimentos necesarios para su reproducción y 
abandonan y otro organismo puede modifi car este ambien-
te, por lo que se puede convertir en parasitismo o bien, como 
ha sucedido desde el punto de vista evolutivo, adaptarse con-
virtiéndose en comensalismo. Es por eso que la simbiosis es 
separada de las demás relaciones y se le defi ne como una aso-
ciación entre dos organismos de diferente especie sin impli-
cación negativa o benéfi ca.
Mutualismo
Es la asociación en la que ambos simbiontes son dependien-
tes entre sí y resultan benefi ciados. Puede mencionarse como 
ejemplo el caso de las termitas, en cuyo intestino existen pro-
tozoarios hipermastiginos. Éstos digieren la celulosa que 
contiene la madera y los productos de esta digestión los uti-
liza la termita para su alimentación. Por otro lado, la termita 
provee un ambiente favorable para el desarrollo del proto-
zoario. Uno no vive sin el otro: si se remueve el hipermasti-
gino del intestino, la termita es incapaz de digerir la madera 
y en consecuencia muere.
Comensalismo
En esta relación uno de los simbiontes (que se denomina co-
mensal) vive a expensas de otro (que se llama huésped) sin 
causarle daño. El comensal es de menor tamaño que su hués-
ped. En este sentido, no debe confundirse el organismo co-
mensal con la fl ora habitual, ya que esta última representa 
poblaciones que forman parte natural del huésped, e incluso 
lo protege de infecciones; en contraste, los comensales no se 
encuentran en los tejidos del huésped, y éste los adquiere de 
modo accidental y representan contaminación e incluso infec-
ción. Como ejemplo cabe citar Endolimax nana, organismo 
que infecta al humano en su intestino y sobrevive gracias a que 
se alimenta de bacterias y sustancias orgánicas e inorgánicas 
que se encuentran en la luz intestinal, sin ocasionarle trastor-
nos al huésped. No produce daño, pero no es normal que esté 
infectando.
Foresis
Esta simbiosis se observa cuando el huésped transporta a un 
organismo que se conoce como foronte, más grande éste 
que aquél. Como ejemplo puede referirse el caso de la mosca 
doméstica, la cual transporta entre sus patas o tórax bacte-
rias y protozoarios que actúan como forontes, y los traslada 
hacia un sitio en el que pueden ser foco de infección para el 
ser humano.
Parasitismo
En esta asociación la interacción ocurre cuando un organis-
mo llamado parásito vive a expensas de otro denominado 
huésped y le infl ige daño. También en esta forma de simbio-
sis el huésped es de mayor tamaño que el parásito. En un 
sentido estricto, el VIH es un parásito, ya que sobrevive 
dentro de los linfocitos T del humano y le causa daño. Vi-
brio cholerae también es un parásito, puesto que es una bac-
teria que vive a expensas del ambiente del intestino y, como 
consecuencia, provoca lesión. Histoplasma capsulatum es 
un hongo que produce enfermedad en el humano y, por tan-
to, es un parásito.
Parasitología
Pese a los ejemplos anteriores, la virología se encarga de es-
tudiar los virus, la bacteriología las bacterias y la micología 
los hongos. Para facilitar el estudio y sistematización, la pa-
rasitología es la parte de la biología cuyo objeto de estudio es 
el parasitismo que producen protozoarios, helmintos y ar-
trópodos. Si éstos son capaces de inducir enfermedades en 
animales, su campo de investigación se extiende a la parasi-
tología animal, o a la parasitología vegetal si se trata de en-
fermedades en plantas. Cuando los organismos provocan 
afecciones en el hombre la rama que los estudia es la parasi-
tología médica. De manera particular, si se investigan aspec-
tos más cercanos a la relación entre médico y un paciente 
afectado por una enfermedad parasitaria, la parasitología se 
torna clínica. Existen trastornos parasitarios en el humano 
que se inician a través del contacto con animales, que tam-
bién sufren la parasitación y la enfermedad; en consecuen-
cia, dichos animales son capaces de transmitir la anomalía a 
las personas. Estos padecimientos de animales transmitidos 
al humano reciben el nombre de zoonosis.
Es importante aclarar que un protozoario, helminto o 
artrópodo, es un parásito bajo ciertas condiciones; de otro 
modo, puede infectar a un individuo y permanecer como co-
mensal, siempre que la infección se entienda como el estable-
cimiento, reproducción y sobrevivencia de un organismo 
dentro o sobre los tejidos de un huésped. Para que el parasi-
tismo tenga lugar, es decir, en la que el huésped sea afectado 
deben cumplirse distintos requisitos en relación con el pará-
sito y el huésped.
 1. Dosis o cantidad de inóculo. Para que se induzca un 
daño en el huésped el parásito debe infectar en una can-
tidad mínima; algunos parásitos deben encontrarse en 
cantidades superiores a 1 106 para ocasionar daño; a 
otros les basta con uno o dos. Si el mecanismo se basa 
en toxinas, entonces la infección depende de la cantidad 
de toxina necesaria para producir el trastorno.
 2.Factores de virulencia. Hay especies de parásitos que en 
la naturaleza se presentan en la forma de diferentes ce-
pas que pertenecen a la misma especie. A pesar de que 
cada cepa es un grupo de organismos con característi-
cas biológicas, bioquímicas, moleculares o genéticas 
bien defi nidas, dentro de la misma especie del parásito, 
hay algunas cepas que poseen la capacidad de lesionar y 
otras que no la tienen, esto es, existen cepas patógenas y 
no patógenas. La patogenicidad (capacidad para infl igir 
daño) de un parásito depende de los factores de virulen-
Capítulo 2 Aspectos generales de la parasitología12
cia; entre éstos, de manera general, cabe mencionar los 
siguientes:
• Moléculas de superfi cie que le permitan al parásito 
adherirse a la superfi cie de los tejidos del huésped.
• Enzimas que degradan los tejidos del huésped.
• Mecanismos moleculares que superan las defensas 
del cuerpo humano.
• Rapidez de su reproducción (mayor a la reproduc-
ción de las células del huésped).
• Secreciones que alteran la fi siología de los tejidos del 
huésped y que actúan como toxinas.
• Espacio físico ocupado y que obstruye el funciona-
miento normal de una persona infectada.
• De manera mecánica, los movimientos del parásito 
pueden lastimar los tejidos del huésped.
• Competencia por los alimentos que se encuentran en 
el medio.
 3. Fase del parásito. No todas sus fases son infectivas y 
patógenas para el humano.
En relación con el huésped, el parasitismo se de-
sarrolla si aquél muestra la sufi ciente susceptibilidad al 
parásito; de lo contrario, a pesar de que sea patógeno y 
se encuentre en una dosis sufi ciente o mayor, el daño al 
huésped no ocurre porque éste no es susceptible; por 
ejemplo, el VIH es un virus que infecta al humano, 
pero no a gatos o perros.
Los parásitos reciben distintos nombres:
 a) De acuerdo con la localización, dentro o sobre los 
tejidos del huésped, un organismo es endoparási-
to si se desarrolla en el interior; ectoparásito, si 
aparece en la superfi cie del huésped.
 b) Respecto de su reproducción pueden dividirse 
en: intracelulares o extracelulares, cuando se re-
produce en el interior o fuera de una célula hués-
ped, pero en sus tejidos.
 c) Es posible clasifi carlos también por el número de 
especies de huéspedes que pueden parasitar. Así, 
se dice que es estenoxeno si su ciclo de vida re-
quiere la transmisión de animales al humano (y 
desde luego se desarrolla en este último para re-
gresar al animal); un ejemplo es Taenia solium, 
que infecta al cerdo en la fase larvaria y se desarro-
lla en la fase adulta en las personas, en cuyas heces 
se elimina el huevo que infecta de nueva cuenta al 
cerdo; por otra parte, es eurixeno si se transmite 
de animales al humano pero no a la inversa, como 
ocurre con Toxoplasma gondii, que infecta al ser 
humano como quiste presente en los tejidos de 
cerdos, reses o aves, pero los animales no se infec-
tan con los toxoplasmas que el humano adquiere.
 4. De acuerdo con el número de huéspedes que emplea 
para completar el ciclo biológico: a) monoxeno, si el pa-
rásito sólo requiere un huésped para completar su ciclo; en 
este caso el nematodo Trichuris trichiura es un ejemplo, ya 
que el ciclo sólo se verifi ca en el ser humano; b) polixeno o 
heteroxeno, cuando el ciclo biológico exige la participa-
ción obligada de varios huéspedes, como las especies de 
Gnathostoma, que necesitan la intervención de felinos, co-
pépodos, peces, entre otros (Bush et al., 1997).
 5. En relación con el tiempo que pasa un parásito en su 
huésped: a) accidental, si el huésped donde se encuentra 
no es el habitual; b) temporal, si utiliza a un huésped 
para subsistir, pero luego lo abandona; c) permanente, 
cuando vive toda su existencia en el mismo huésped, 
como en el caso de Toxoplasma gondii, que no se separa 
del huésped hasta que muere.
A los huéspedes, por otra parte, también se les conoce 
con diversos nombres:
 1. Accidental. El alojamiento que suministra al parásito 
es circunstancial.
 2. Intermediario. Permite el establecimiento de fases in-
maduras o asexuales del parásito.
 3. Defi nitivo. Posibilita el establecimiento de las fases 
maduras o sexuales del parásito.
 4. Completo. Actúa como defi nitivo e intermediario.
 5. Paraténico. Alberga al parásito sin que éste se desarro-
lle en alguna fase (se dice que es de transporte).
 6. Reservorio. Permite que el parásito conserve su natu-
raleza infectiva para el humano (Euzeby, 1997).
De igual modo, a los ciclos biológicos se los designa 
con diferentes nombres (Atías, 1999; Tay, 2002).
 1. Homogónico: todas las fases del parásito son parasita-
rias o de vida libre.
 2. Heterogónico: hay alternancia de fases (de vida libre y 
parasitaria) en el parásito.
Interacción parásito-huésped
La interacción parásito-huésped tiene que ocurrir bajo con-
diciones necesarias y las más de las veces el contacto es acci-
dental; no obstante, el parásito puede buscar alimento y, si 
existen sustancias que libera el huésped necesarias para 
aquél, se dirige en su dirección y se establece sobre o dentro 
de él. Para el primer caso puede considerarse como huésped 
al propio hombre: cuando éste se encuentra con el parásito, 
este último ingresa por alguna vía y trata de sobrevivir; en 
otras palabras, ocurre una infección (establecimiento, so-
brevivencia y reproducción en los tejidos del huésped), la 
cual genera cambios en el huésped que provocan una diver-
sidad de reacciones en él. La interacción parásito-huésped 
se crea en un microambiente.
Puede ser de utilidad el ejemplo de la fasciolosis. El pa-
rásito Fasciola hepatica infecta al humano cuando se en-
cuentra enquistado en plantas acuáticas; si son comestibles, 
como los berros, el hombre se infecta; más tarde, después de 
diversos fenómenos dentro de su organismo, el ser humano 
elimina al parásito en sus heces. Si defeca en un cuerpo de 
Interacción parásito-huésped 13
agua sin movimiento que contenga caracoles del género 
Lymnaea, el parásito se desarrolla en su interior para des-
pués salir y al enquistarse infecta a la persona. En este ejem-
plo, la presencia del individuo que defeca al ras del suelo, de 
caracoles y plantas acuáticas crea un ambiente que en tér-
minos ecológicos resulta esencial.
Por otro lado, el parásito sobrevive dentro de los tejidos 
del caracol y el ser humano, pero en cada huésped existen 
diferentes fases del parásito; en consecuencia, cada huésped 
representa un microambiente distinto. Los términos que de-
ben considerarse para defi nir con precisión las características 
de un macroambiente o microambiente son los siguientes: el 
sitio o localización del parásito es la región espacial o topo-
lógica en un huésped donde un parásito se colecta. Se diferen-
cia del hábitat, que se refi ere al ambiente típico local en el 
cual se encuentra el parásito. Otro término que no es claro en 
ocasiones es nicho, un concepto que alude a su papel y la for-
ma de adecuarse o adaptarse dentro de una comunidad par-
ticular. Para conocer la importancia de las parasitosis en una 
región geográfi ca, datos de enorme importancia, sólo se ex-
plican en forma cuantitativa, razón por la cual es necesario 
defi nir términos que permitan estimar la magnitud de la 
existencia de una infección parasitaria:
 1. Prevalencia. Es el número de huéspedes infectados con 
uno o más individuos de una especie particular de pa-
rásito o grupo taxonómico dividido entre el número de 
huéspedes examinados de la misma especie parasitada. 
También se aplica a infecciones. Se puede expresar 
como porcentaje si se expresa en términos de propor-
ción sobre 100%.
 2. Incidencia. Es el número de nuevos huéspedes que se 
infectan con un parásito particular durante un inter-
valo específi co dividido entre el número de huéspedes 
no infectados presentes al inicio de ese lapso. Por ejem-
plo, si de 100 sujetos que ingresan a un hospital se in-
fectan 15 en un año, la incidencia es de 15 infectados 
por cada 100 pacientes.3. Densidad. Es el número de individuos de una especie 
particular de parásito en una unidad de muestreo me-
dida a partir de un huésped o un hábitat en unidades 
de área-volumen o peso. Por ejemplo, la parasitemia de 
ratones infectados con Trypanosoma cruzi se puede in-
formar en términos de densidad de infección (número 
de parásitos por mililitros de sangre).
 4. Intensidad de infección. Es el número de sujetos de 
una especie particular de parásito en un huésped in-
fectado y se expresa en números enteros de parásitos 
que se encuentran en cada huésped. A esta unidad la 
denominan los parasitólogos carga parasitaria o nivel 
o radio de infección.
 5. Intensidad media. Es la intensidad promedio de una es-
pecie específi ca de parásito que se presenta entre los 
miembros infectados de una especie particular de hués-
ped, o bien, el número total de parásitos en una muestra, 
dividida entre el número de huéspedes infectados con 
ese parásito. Por ejemplo, si tres ratones están infectados: 
uno con 1 000, otro con 100 y otro con 100, la intensidad 
promedio es la suma de las tres intensidades (100 + 1 000 
+ 100 = 1 200) entre el número de huéspedes infectados 
con ese parásito: 1 200/3 = 400. La intensidad promedio 
es de 400.
 6. Abundancia. Es el número de individuos de una especie 
particular de parásito en un huésped, tanto si está infecta-
do como si no. Por ejemplo, si de 3 huéspedes 1 tiene 100 
parásitos de una especie, otro 1 000 de la misma especie y 
el otro no tiene parásitos, la abundancia es 100, 1 000 y 0. 
La descripción es individual para cada huésped.
 7. Media abundancia. Es el número total de parásitos en-
tre el número total de individuos de una población. En 
el ejemplo anterior, serían 1 100 parásitos entre 3 y la 
abundancia media sería de 367 parásitos de esa especie 
(Bush, 1997).
Es importante señalar que otros conceptos de la interacción 
parásito-huésped también son relevantes y suelen confun-
dirse: colonización es el establecimiento de una población 
de parásitos en un sitio donde antes no había al menos un 
parásito; esto no signifi ca que se reproduzca, sobreviva y ex-
tienda, en cuyo caso se trataría de una infección. Un hués-
ped se coloniza al ser infectado. Este término es contrario al 
de extinción, que se refi ere al huésped que ya no tiene nin-
gún individuo del parásito. Para la colonización el parásito 
debió desplazarse por sí solo o bien un agente lo transportó. 
En este mismo sentido, la transmisión es el transporte o 
acarreo de un parásito a un huésped sin importar si ya está 
colonizado por la misma especie del parásito. La coloniza-
ción se aplica a un huésped, una población de huéspedes o 
una especie de huéspedes.
En una región geográfi ca pueden existir comunidades 
(una comunidad incluye más de una población de diferentes 
organismos que viven juntos en una unidad de espacio-
tiempo). En una comunidad puede haber una diversidad de 
especies; por diversidad se entiende la composición de una 
comunidad en términos del número de especies presentes.
Las infecciones parasitarias que se desarrollan en el 
humano deben denominarse de forma tal que se les pueda 
identifi car. Algunas reciben el nombre por razones históri-
cas, como la amibiasis, nombre que se relaciona con el agen-
te causal de la enfermedad, las amibas y que, sin embargo, la 
gente en términos comunes le denomina amibas y por consi-
guiente amibiasis; otras reciben el nombre de acuerdo con la 
especie de parásito que produce la enfermedad y la zona en 
donde se desarrolla, como el caso de la tripanosomiasis ame-
ricana, que sólo afecta al Continente Americano. En otras 
ocasiones la denominación se explica por la fase del parásito 
que ocasiona la infección, como la cisticercosis. Otras más 
toman su nombre del parásito infectante, como la giardia-
sis, cuyo agente causal es el protozoario Giardia. Con la fi -
nalidad de uniformar la nomenclatura de las enfermedades 
parasitarias, la Asociación Mundial por el Avance de la Pa-
Capítulo 2 Aspectos generales de la parasitología14
rasitología Veterinaria publicó, en 1988, una terminología 
estándar de afecciones parasitarias de animales, que en 1991 
la Federación Mundial de Parasitólogos aprobó y la hizo ex-
tensiva a las enfermedades del humano y animales (SNOPAP, 
por sus siglas en inglés Standardized Nomenclature of Para-
sitic Diseases). De esta manera se acordó que debe emplearse 
el sufi jo -osis y el plural -oses. Esta terminación debe agregar-
se al taxón del nombre del parásito y omitir si es necesario la 
última o las dos últimas letras; los nombres de enfermedades 
bien establecidas históricamente se conservan como hasta 
ahora, por ejemplo, el paludismo, enfermedad de Chagas, lar-
vas migrantes, etc. Los padecimientos parasitarios que se es-
tudian en adelante se adecuan a estas consideraciones.
Es importante considerar que los parásitos originalmen-
te se clasifi caron con base en características morfológicas con 
la ayuda de las descripciones ultraestructurales o de compor-
tamiento, así como características ecológicas; en la actualidad 
estudios de biología molecular permiten una mayor aproxi-
mación. De este modo, a manera de ejemplo, Dientamoeba 
fragilis, que antes fue considerado como un protozoario agru-
pado dentro de las amibas, ahora es un fl agelado. Pneumocys-
tis carinii era considerado como protozoario apicomplexo, y 
recién se clasifi có como un hongo oportunista. 
Los parásitos se agrupan en protozoarios, helmintos y 
artrópodos; en el pasado los organismos eran agrupados en 
cinco reinos: Monera, Protista, Animalia, Fungi y Plantae; 
los estudios fi logenéticos que se basan en biología molecular 
señalan que los grupos de organismos eucariotes derivan de 
los procariotas. Por lo que un grupo de expertos propuso cla-
sifi car a los eucariotes, indicando los organismos que se ori-
ginaron a partir de ellos, y dentro de éstos se encuentran los 
animales, plantas y hongos. Los protozoarios se caracterizan 
por ser organismos unicelulares, eucariotas y carecen de pa-
red celular. El grupo de expertos en protozoología que recla-
sifi có a los protozoarios labora en diferentes países del mun-
do y publicó su clasifi cación taxonómica en el año 2005 (Sina 
et al., 2005). Los seis grupos son los siguientes: Opisthokonta, 
Amoebozoa, Excavata, Rhizaria, Archaeplastida, Chromal-
veolata. El cuadro 2-1 presenta dicha clasifi cación y destacan 
los grupos de microorganismos de importancia médica.
Dentro del reino Animalia se encuentran dos grupos 
que desempeñan un papel signifi cativo como parásitos del 
humano: helmintos y artrópodos.
Helminto signifi ca “gusano”; dentro de estos organis-
mos existen tres phyla: Platyhelminthes, Nematoda y Acan-
tocephala. El nombre de Platyhelminthes signifi ca “gusano 
plano”. En los platelmintos se incluyen varias clases y los 
parásitos de importancia médica se localizan en las clases 
Trematoda (trematodos) y Cestodaria (cestodos).
El término “trematodo” procede de dos términos que 
signifi can “agujero” y “atravesar”, y se refi ere a los órganos de 
fi jación, de cuyos número y localización en su cuerpo depen-
den su clasifi cación. Son aplanados en la región dorsoventral y 
tienen forma foliácea (hoja de vegetales). Están cubiertos por 
una capa celular que se conoce como “tegumento”, que no es 
más que un sincitio recubierto de microvellosidades que 
incrementan el área de absorción, ya que tienen un sistema 
digestivo primitivo. En el interior de su cuerpo hay un parén-
quima, en el cual se alojan todos sus órganos. No tienen siste-
ma respiratorio, pero sí sistemas nervioso, excretor, digestivo 
y reproductor. El sistema digestivo consta de una ventosa oral, 
que se continúa con una faringe y luego con esófago y, al fi nal, 
con intestinos ciegos, puesto que no terminan en ano. Su sis-
tema excretor lo forman células ciliadas que confi eren la apa-
riencia de una “fl ama” y su función es eliminar los productos 
de desecho en el citoplasma. Dado que se interconectancon 
túbulos colectores que, a su vez, desembocan en conductos co-
lectores, y todos en una vesícula excretora, es posible la elimi-
nación de los productos de desecho. El sistema nervioso está 
compuesto de un par de ganglios cerebroides de los que sur-
Supergrupo Organismos importantes que agrupa
Ejemplos de géneros de parásitos 
de importancia médica 
Opisthokonta Animales, hongos, coanofl agelados y mesomycetozoa Microsporidios
Amoebozoa Amibas, slime molds, amibas testadas, algunos 
amebofl agelados, algunas especies que no tienen mitocondrias
Sappinia, Acanthamoeba, Balamuthia, 
Entamoeba, Endolimax
Excavata Oxymonadidos, parabasálidos, diplomonadidos, jakobidos y 
otros fl agelados, heterolobosea
Giardia, Dientamoeba, Trichomonas, Naegleria, 
Leishmania, Trypanosoma.
Rhizaria Foraminíferos, muchos son radiolarios y Cercozoa con fi lópodos No hay
Archaeplastida Glaucophyta, algas rojas, algas verdes y plantas No hay
Chromalveolata Se divide en Alveolata (ciliados, dinofl agelados, apicomplexa) y 
Estraemenopilos (algas café, diatomeas, hongos zoospóricos 
y opalinidos), Haptophyta y Cryptophyceae
Apicomplexa (Plasmodium, Cryptosporidium, 
Cyclospora), Ciliophora (Balantidium)
• Cuadro 2-1 Clasifi cación taxonómica de parásitos incluyendo protozoarios y metazoarios (Sina et al., 2005).
Interacción parásito-huésped 15
gen tres pares de cordones nerviosos a lo largo de todo el pará-
sito, y su función es recibir los estímulos que le permiten reac-
cionar. En relación con el aparato reproductor, casi todos son 
hermafroditas y sólo en algunos casos, como con Schistosoma, 
hay machos y hembras. Por lo regular tienen dos testículos, de 
cada uno de los cuales surge un conducto eferente, de ahí se 
derivan conductos por los que circulan los espermatozoos 
hasta desembocar en un cirro para copular con el órgano fe-
menino; ambos se encuentran en un poro genital. En el apara-
to femenino desembocan los espermatozoos, cuya función es 
fecundar los óvulos que producen los ovarios. Los trematodos 
atraviesan por varias fases larvarias que reciben distintos 
nombres (miracidio, esporoquiste, redias, cercarias, etc.) y la 
fase adulta, en la que se maduran los órganos de reproducción.
Los cestodos atraviesan por las fases de huevo y larva-
ria, que se llaman de distinta manera, y la adulta. Al adulto 
lo forman unidades que se conocen como “proglótidos”, 
cada una con todos los órganos reproductores. Estos gusa-
nos poseen también un sistema nervioso dispuesto en cordo-
nes y uno excretor, similar al de los trematodos, con la excep-
Bibliografía
ción de que no desembocan en vesícula excretora. También 
el sistema nervioso es similar. Debido a que el cuerpo se con-
forma con diferente número de proglótidos, se dice que es 
un helminto polizoico, a diferencia de los trematodos que 
son monozoicos; el cuerpo se denomina estróbilo. En la par-
te anterior se encuentra, a manera de cabeza, el llamado “es-
cólex”, órgano que contiene las estructuras de fi jación.
Los nematodos pueden ser hembras o machos, por lo 
cual se les considera dioicos, a diferencia de los platelmintos, 
que son monoicos (hermafroditas). También poseen sistemas 
excretor, nervioso, reproductor y además su sistema digestivo 
comienza con una boca y termina en un ano; esto es, son más 
evolucionados. Otra diferencia notoria es que sus órganos no 
están en un parénquima, sino en un seudoceloma que contie-
ne fl uidos que forman parte de su metabolismo.
La interacción huésped-parásito es muy compleja y mo-
difi ca la condición inicial del huésped, la del parásito y su am-
biente. En todo caso, el parásito encuentra casi siempre el 
medio necesario para sobrevivir o se elimina dentro o fuera 
del huésped.
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 1. De las características morfológicas, moleculares, estructu-
rales y bioquímicas, ¿cuáles se utilizarían como primera op-
ción para identifi car una especie con rasgos morfológicos 
similares a otros?
 2. Dentro de los parámetros cuantitativos que pueden expli-
car la cantidad de parásitos de una especie que afecta a un 
individuo, ¿cuál se emplearía para expresar la virulencia?
 3. ¿Qué criterio debe seguirse para saber si un huésped es defi -
nitivo o intermediario con base en las herramientas molecu-
lares?
Preguntas para refl exionar
 1. Mutualismo, comensalismo, foresis y parasitismo.
 2 . Los parásitos se clasifi can en endoparásitos o ectoparásitos, in-
tracelulares o extracelulares, estenoxenos, eurixenos, monoxe-
nos, heteroxenos, accidentales, temporales y permanentes.
 3 . Los huéspedes se clasifi can en accidentales, intermediarios, de-
fi nitivos, completos, paraténicos y reservorios.
 4. Los protozoarios de importancia médica se ubican en los 
phyla Sarcomastigophora, Microspora, Apicomplexa, Ci-
liophora.
 5 . Los helmintos se clasifi can en cestodos, trematodos (dentro 
de los platelmintos), nematodos y acantocéfalos.
Respuestas a las preguntas de evaluación inicial
Capítulo 2 Aspectos generales de la parasitología16
	Capítulo 2. Aspectos generales
de la parasitología