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Balantidiasis

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11Capítulo
Marco A. Becerril Flores
Gabriela Pedrero Huerta
Contenido
■ Introducción
■ Características generales del parásito
■ Ciclo biológico
■ Mecanismos patogénicos
■ Manifestaciones clínicas
■ Diagnóstico
■ Tratamiento
■ Prevención
■ Epidemiología
■ Caso clínico
ces humanas como al de origen porcino, dentro del mismo 
género: Balantidium (del griego balanto, “bolsa”), y desde 
entonces se denomina Balantidium coli. 
La infección por este parásito se presenta en zonas de 
pobre infraestructura sanitaria y mala higiene, aunque no 
es exclusiva de estas regiones. Sobre todo se encuentra en 
regiones de clima tropical y subtropical, así como en lugares 
donde hay crianza de cerdos. La especie que fue encontrada 
Preguntas de evaluación inicial
 1. ¿Qué región del cuerpo humano invade Balantidium coli?
 2 . ¿Cuáles son las manifestaciones clínicas más frecuentes de la 
balantidiasis?
 3 . ¿Cuál es la vía de entrada en el ser humano?
 4 . Además del humano, ¿a qué otras especies infecta el parásito?
 5 . ¿Cuál es la fase infectante de Balantidium coli?
Introducción
La balantidiasis es una infección producida por el proto-
zoario ciliado Balantidium coli, capaz de infectar, además 
del humano, al cerdo, a los primates y otros animales. En 
1857 fue descrito por primera vez al encontrarlo en las heces 
disentéricas de dos pacientes por el médico suizo Malms-
ten, quien lo clasifi có dentro del grupo de Paramecium 
otorgándole el nombre de Paramecium coli. En 1861, Rudolf 
Leuckart (fi gura 11-1), naturalista alemán y fundador de la 
parasitología moderna, describió un microorganismo con 
una morfología similar que estaba presente en el intestino 
de cerdos. Poco después, en 1862, el médico suizo Stein cla-
sifi có a los dos microorganismos, tanto al observado en he-
Balantidiasis
Figura 11-1 Karl Georg Friedrich Rudolf Leuckart (1822-1898). http://
es.wikipedia.org/wiki/Karl_Georg_Friedrich_Rudolf_Leuckart
en el cerdo (Balantidium suis) es idéntica al del humano (Ba-
lantidium coli), aunque también se le ha localizado infectan-
do otros organismos de mamíferos como ratas, chimpancés 
y orangutanes, y con menor frecuencia en perros y gatos; no 
obstante, se han encontrado otros huéspedes infectados con 
diversas especies de Balantidium, entre los que fi guran co-
bayos (Balantidium caviae), cucarachas (Balantidium blatta-
rum), peces, pájaros y anfi bios. Cabe mencionar que se han 
descrito hasta 50 especies. El padecimiento que produce es 
intestinal y llega a provocar la muerte. El desconocimiento 
de esta infección ocasiona que prevalezca en las regiones y 
que la gente se siga infectando, por lo que es un importante 
problema de salud.
Balantidium coli es el protozoario más grande que produ-
ce enfermedad al humano. Desde el punto de vista taxonómi-
co se ha clasifi cado con base en datos morfológicos, tipo de 
huéspedes y polimorfi smo de acuerdo con el ambiente en que 
se desarrolla; sin embargo, en la actualidad se cree que los mi-
croorganismos se clasifi carán realizando estudios molecula-
res con base en secuencias de genes de la pequeña subunidad 
de RNAr y espaciadores transcritos. 
Características generales 
del parásito
Balantidium coli presenta dos fases en su ciclo de vida: tro-
fozoíto (fi gura 11-2) y quiste (fi gura 11-3). El trofozoíto 
mide 80 a 150 μm de largo × 60 a 120 μm de ancho. Los ci-
lios, al igual que los fl agelos de otros protozoarios, están 
formados por microtúbulos cilíndricos y rectos dispuestos 
en pares, uno central y nueve alrededor del central. Los mi-
crotúbulos, cuya composición es de � y � tubulina, se mue-
ven de manera sincronizada, son mucho más cortos que los 
fl agelos y se encuentran en mayor cantidad. Cada cilio se 
origina de una estructura básica denominada cinetosoma, 
que contiene ácidos nucleicos; cada uno se interconecta me-
diante fi brillas llamadas en conjunto cinetodesma. Al con-
junto cilio-cinetosoma-cinetodesma se le conoce como ci-
netia; ésta recibe la energía de la hidrólisis del ATP, lo que 
ayuda a que el cilio se mueva de manera sincronizada. A 
toda esta organización se le denomina infraciliatura. Los 
cilios se distribuyen en hileras que le sirven al microorga-
Figura 11-3 Ciclo biológico de Balantidium coli (gr, glóbulos rojos; m, macronúcleos).
Figura 11-2 Trofozoítos de Balantidium coli invadiendo intestino grueso. 
Tinción con eosina-hematoxilina (10 ).
m
gr
Capítulo 11 Balantidiasis96
nismo para desplazarse y facilitar la ingestión de alimentos 
(en caso de peristoma y citostoma); también posee organe-
los táctiles (en el caso de los cirros).
Otras estructuras de gran importancia para compren-
der la naturaleza del parásito son sus vacuolas, que pueden 
ser contráctiles o digestivas. Las primeras son unidades 
membranosas con túbulos que recogen las sustancias de de-
secho del parásito presentes en su citoplasma y que lo ex-
panden al almacenarlas (diástole); cuando el saco central se 
llena de desechos, el túbulo cercano a la superfi cie de la cé-
lula permite que por allí se expulsen hacia el exterior de la 
célula (sístole). Sólo presentan una o dos vacuolas contrácti-
les, siempre situadas junto a la membrana plasmática. Las 
vacuolas alimenticias pueden ser fagocíticas si ingieren partí-
culas grandes, y pinocíticas si consumen partículas pequeñas 
y solubles. Además, el ciliado tiene numerosos lisosomas pri-
marios y secundarios. Los primeros se originan en el retículo 
endoplásmico y los segundos son resultado de la fusión de los 
primeros con los fagosomas. Otras vacuolas importantes son 
los peroxisomas. En la región posterior hay una abertura lla-
mada citopigio, que hace la función de ano en los mamíferos.
Los mucocistos son estructuras esenciales, tienen for-
ma de barras y se localizan debajo de la película (en la su-
perfi cie celular); éstos se expulsan, y se presume que dan 
lugar a la formación del quiste e intervienen en la adhesión 
a alimentos y la fi jación del parásito. Son estructuras mem-
branosas que participan en la infección.
Balantidium coli posee dos núcleos: un macronúcleo 
que posee la información genética para regular las funcio-
nes del parásito (alimentación y regeneración) y cuya forma 
semeja un frijol, y un micronúcleo esférico, localizado en la 
parte media junto al macronúcleo, y cuya función es alma-
cenar información genética para la reproducción del parási-
to. En la región anterior tiene una estructura que funciona a 
manera de boca (denominada citostoma), así como un pe-
ristoma que lo rodea y permite la incorporación de partícu-
las alimenticias.
Tiene la facultad de reproducirse de manera asexual y 
sexual. La división celular asexual de B. coli es por fi sión 
binaria de tipo transversal, en la que por una parte se sepa-
ra la parte anterior, donde se encuentra el citostoma y, por la 
otra, su región posterior, donde se ubica el citopigio. La re-
gión anterior se desarrollará formando una nueva región 
posterior, y lo contrario para el caso de la región posterior, 
con lo cual se originan dos células hijas. El parásito se des-
plaza realizando movimientos rotatorios sobre su mismo 
eje. La reproducción sexual es por medio de conjugación 
(fi gura 11-4). 
El quiste tiene forma esférica o ligeramente ovoide, y 
mide de 40 a 60 μm; sin embargo, el tamaño puede variar, al 
punto de que llegan a medir más de 200 μm y están cubier-
tos por una pared quística. Es importante mencionar que 
durante el enquistamiento los cilios no desaparecen ni se 
retraen, como los fl agelados que se enquistan. El quiste es 
viable a temperatura ambiental durante 1 a 2 días.
Ciclo biológico
La fase infectante de B. coli en el humano es el quiste, y 
ocurre cuando éste ingiere alimentos y bebidas contamina-
das. Cuando el parásito llega al estómago la pared quística 
se destruye, pero emerge el trofozoíto, el cual se desplaza 
con gran movilidad debido a la presencia de los cilios hasta 
alcanzar el intestino grueso; en la luz intestinal se divide en 
repetidasocasiones por fi sión binaria o por conjugación. 
Cuando encuentra un ambiente deshidratado, se favorece 
su enquistamiento, más específi camente a nivel de recto y 
sigmoides. Debido al peristaltismo, el quiste se expulsa jun-
to con las heces. Si las evacuaciones son diarreicas, la fase 
del parásito expulsado es el trofozoíto, debido a que un am-
biente hidratado favorece su presencia y no alcanza a en-
quistarse (fi gura 11-5). El ciclo se completa si el individuo 
Figura 11-4 Proceso de reproducción por conjugación para Balantidium 
coli.
Figura 11-5 Trofozoíto de Balantidium coli; preparación teñida con eosi-
na-azul de metileno (40 ).
Ciclo biológico 97
parasitado realiza la secuencia mano-ano-boca, es decir, de 
forma directa como sucede en los niños, o al comer alimen-
tos sin haberse aseado las manos (autoinfección externa). Si 
el individuo prepara los alimentos para otras personas, 
entonces las infecta (heteroinfección). Es posible que el fe-
calismo a ras del suelo favorezca la transmisión a ciertos 
animales como el cerdo y el orangután, entre otros.
La transmisión también puede ocurrir cuando anima-
les como cerdo, chimpancé, rata u otros eliminan al parásito, 
lo diseminan en el ambiente y contaminan al ser humano.
El ambiente intestinal es un lugar propicio para la re-
producción del parásito, ya que el ciliado realiza metabolismo 
anaerobio y utiliza carbohidratos para obtener energía. La 
reproducción ocurre por fi sión binaria, también se reproduce 
de manera sexual por conjugación (fi gura 11-4). Esta última 
incluye varios pasos: 1) se unen dos trofozoítos mediante sus 
respectivas membranas plasmáticas, principalmente por su 
citostoma; 2) los macronúcleos de ambos se desintegran, 
mientras que sus micronúcleos que quedan comienzan a di-
vidirse una sola vez; 3) a continuación cada célula tiene dos 
micronúcleos, y uno de ellos se intercambia con la otra célula 
y después pierden uno; 4) se separan los dos parásitos, cada 
uno con un micronúcleo; 5) acto seguido el protozoario sin-
tetiza su macronúcleo, y tanto éste como el micronúcleo se 
dividen dos veces, de modo que ahora el parásito tendrá cua-
tro micronúcleos y cuatro macronúcleos; 6) por último, cada 
balantidio se separa llevándose un juego de núcleos: un mi-
cronúcleo y un macronúcleo, por lo que cada célula originó 
cuatro más. El parásito genera progenie mediante la conju-
gación con mayor diversidad genética, lo que le brinda ma-
yor capacidad de supervivencia.
Mecanismos patogénicos
Sus mecanismos patogénicos son mecánicos y líticos. Para el 
primer caso, debido a que el parásito posee gran movilidad 
por sus cilios y es muy grande, al chocar con la pared intesti-
nal la estimula provocando la aceleración del peristaltismo de 
forma tal que no hay tiempo para que se resorba el agua de la 
luz intestinal y como consecuencia las heces se eliminan lí-
quidas (diarrea). A nivel lítico, se ha demostrado la presencia 
de hialuronidasa en Balantidium coli. La rápida adaptación y 
reproducción del parásito favorecen la aparición de síntomas, 
puesto que hay más parásitos infectantes. Es posible que otras 
enzimas contribuyan a destruir tejidos. También se observa 
gran eliminación de moco, y si las lesiones llegan a vasos san-
guíneos, entonces aparece diarrea con moco y sangre (disen-
tería). Balantidium coli ulcera la mucosa intestinal de manera 
intensa. Las úlceras son planas y redondas, con aspecto aft oso 
y tamaño variable; esto se explica porque, a diferencia de En-
tamoeba histolytica, el ciliado es muy grande y no penetra con 
facilidad en los vasos sanguíneos, pero causa sangrado; ade-
más, es de cuello ancho y con bordes. Las hemorragias se 
deben a la invasión vascular, con bordes edematizados. En la 
lesión hay escasa infi ltración de neutrófi los, linfocitos y 
eosinófi los (fi gura 11-6). El parásito permanece de manera 
indefi nida ya que hay gran cantidad de bacterias para ali-
mentarse. Si Balantidium coli es muy virulento, tiene la capa-
cidad de atravesar la pared intestinal y provocar peritonitis, o 
también puede cruzar pulmón, hígado, ganglios mesentéri-
cos y apéndice.
Se ha demostrado que los trofozoítos de cepas se adap-
tan y reproducen con mayor rapidez y generan más sínto-
mas. Desde luego, es importante la función del huésped para 
que se manifi este la balantidiasis. Entre las condiciones del 
ser humano que promueven la parasitación se encuentran 
hipocondrio o aclorhidria gástrica, infección crónica, desnu-
trición, alcoholismo y dieta del huésped rica en carbohidra-
tos y pobre en proteínas.
Manifestaciones clínicas
Existen algunos factores que favorecen la infección por Balan-
tidium coli, como el estado nutricional del paciente, aclorhi-
dria, alcoholismo o cualquier enfermedad crónica, así como la 
fl ora bacteriana intestinal y la carga parasitaria. El periodo de 
incubación varía de días a semanas. Según Swartzwelder, en la 
balantidiasis existen tres formas clínicas:
 1. Asintomática. Se reconoce con más frecuencia en pa-
cientes psiquiátricos y en hospitales.
 2. Crónica. La diarrea alterna con estreñimiento y las he-
ces muestran moco sin sangre; hay náuseas, vómito, 
anorexia, cefalea y astenia.
 3. Aguda. Se identifi can disentería y múltiples deposicio-
nes de sangre y pus, acompañadas de náuseas, dolor 
abdominal, tenesmo y pérdida de peso, pujo, úlceras, 
fi ebres, malestar general, deshidratación y postración.
En forma fulminante ocurren deshidratación, deterio-
ro del estado general y la muerte. En los lugares donde exis-
te más balantidiasis predominan las formas asintomática y 
crónica. En ocasiones se informa de abdomen agudo qui-
rúrgico por perforación, o apendicitis aguda que produce la 
Figura 11-6 Corte histológico de intestino de cerdo infectado con trofo-
zoítos de Balantidium coli; teñido con HyE (10 ).
Capítulo 11 Balantidiasis98
muerte del paciente. También se han observado colitis cró-
nica y poliposis infl amatoria de recto y sigmoides, y una 
masa intrapulmonar.
El patógeno ha sido aislado de las vías urinarias de pa-
cientes que padecían uretritis, cistitis y pielonefritis, e infec-
tados por citología cérvico-vaginal.
Se estima que los casos fatales representan 30% de los 
pacientes infectados. La disentería puede ocasionar choque 
y la muerte. Las condiciones que hacen más vulnerable al 
paciente infectado son alcoholismo, desnutrición, enferme-
dades crónicas e inmunodefi ciencias.
Muchas de estas manifestaciones están acompañadas 
por pérdida de peso, tenesmo y heces con sangre. En el in-
testino se presentan hemorragia y perforación debidas a 
una enzima proteolítica que está presente en el parásito. Lo 
anterior favorece la formación de abscesos, ulceración y 
perforación del intestino, presentándose una patogenia 
similar a las infecciones por Entamoeba histolytica. Se ha 
demostrado que pueden secretar cisteína, serina, ácido as-
pártico y metaloproteasas, las cuales penetran en las pare-
des y tejidos subyacentes del intestino.
Las perforaciones y las hemorragias de B. coli son consi-
deradas con consecuencia fulminante, pues estadísticamente 
conducen una tasa de defunción de 30%; en estos casos fata-
les se ha asociado a sepsis secundaria por infección del intes-
tino. Cabe mencionar que B. coli puede encontrarse en sitios 
extraintestinales como el apéndice, y en raras ocasiones en el 
hígado y el tracto genitourinario, produciendo infecciones en 
vagina, útero y vejiga, así como en la extensión directa del 
área rectovaginal. Las infecciones de los pulmones pueden 
llegar a producir necrosis.
Diagnóstico
B. coli tiene una morfología que le permite ser identifi cado 
con facilidad, ya que es de gran tamaño y además presenta 
movilidad en espiral que lo caracteriza. Además, en prepa-
raciones en fresco es fácilmente identifi cable, con una baja 
resolución del microscopio ( 100). La colecta de estas mues-
tras se hace de heces diarreicas, las cuales pueden contener 
a los trofozoítos. Dicha colecta debe realizarsedurante va-
rios días, ya que la excreción del parásito puede ser errática, 
y si las heces son sólidas o semisólidas suelen encontrarse 
quistes. Es importante reunir los datos clínicos, pues la pre-
sencia de disentería es un signo de gran valor. En el labora-
torio se realizan exámenes en fresco de las heces y cultivos 
similares a los de E. histolytica. Endoscopia y biopsia (como 
rectosigmoidoscopia, inmunofl uorescencia indirecta y he-
maglutinación indirecta) son de utilidad. 
Tratamiento
Los medicamentos más suministrados son los que se mues-
tran en el cuadro 11-1, y las tetraciclinas son el antiparasita-
rio de mayor elección.
Hay evidencias de que la nitazoxanida (un antiparasi-
tario de amplio espectro), administrada junto con un an-
tihelmíntico, puede constituir un tratamiento efi caz para la 
balantidiasis.
Prevención
Para evitar esta infección se requiere mantener apego a las 
normas básicas de higiene, ya que el agua potable tiene la 
cantidad de cloro necesaria para la eliminación de este mi-
croorganismo, aunque se ha observado que no se elimina al 
quiste de Balantidium. Asimismo, es conveniente lavarse las 
manos antes de comer y después de ir al baño, pero sobre 
todo después de la manipulación de animales, principal-
mente cerdos, primates y roedores. Debe omitirse al máxi-
mo el contacto con animales (cerdo y primates), para lo cual 
los trabajadores de los rastros y zoológicos deben usar el 
equipo necesario para protegerse, tales como batas, guan-
tes, cubrebocas, cofi as o gorros. Es necesario que la gente 
que vive en poblados pequeños observe condiciones sanita-
rias adecuadas para la crianza de los cerdos, no permitiendo 
que éstos estén cerca o en los alrededores de los ríos, ya que 
pueden defecar y contaminar las aguas que abastecen pobla-
dos o municipios. Asimismo, los trabajadores de poblaciones 
pequeñas o zoológicos deben solicitar estudios coproparasi-
toscópicos para descartar la enfermedad. Cabe recordar que 
este parásito puede causar disentería, problema que puede 
Antiparasitario Dosis pediátrica Dosis en adulto
Tetraciclina* 40 mg/kg/día, repartidos en 4 dosis (máximo 2 g) 
por 10 días
500 mg/día repartidos en 4 veces al día, por 10 días
Metronidazol 35-50 mg/kg/día repartidos en 3 dosis, por 5 días 750 mg/día repartidos en 3 veces al día, por 5 días
Yodoquinol 30-40 mg/kg/día (máximo 2 g) repartidos en 3 
dosis, por 20 días
650 mg/día repartidos en tres dosis, por 20 días
* El uso de tetraciclinas se contraindica en embarazo y en niños menores de 8 años. Se recomienda administrar las tetraciclinas una hora antes o 
dos horas después de los alimentos.
• Cuadro 11-1 Medicamentos utilizados en el tratamiento de la balantidiasis
Prevención 99
tornarse grave. Es importante la eliminación adecuada de las 
heces y evitar la defecación a ras del suelo. La gente que se 
dedica a la crianza de cerdos debe considerar separar a estos 
animales de las zonas donde habita el hombre. La fuente de 
agua de consumo para el humano debe estar aislada del lu-
gar donde se encuentren los cerdos. Se recomienda hervir el 
agua para consumo humano. Es importante que en las es-
cuelas se indique a los niños las medidas higiénicas adecua-
das. Una mejor infraestructura sanitaria evitará riesgos 
de infección, así como el control sanitario para la crianza de 
cerdos. 
Es importante mencionar que al estar presente el pará-
sito en aguas residuales, puede encontrarse en los lodos en 
forma de quistes. 
Epidemiología
Aunque la balantidiasis está muy distribuida en todo el 
mundo, no es muy común en humanos. A pesar de que la 
prevalencia es de 0.02 a 1%, no es un microorganismo muy 
patogénico y varía de una región a otra, aunque cabe afi r-
mar que la mayor prevalencia se encuentra en Filipinas, 
Papúa-Nueva Guinea, Latinoamérica, este de Irán y áreas 
del Medio Oriente. Nueva Guinea tiene una prevalencia en-
tre los criadores de cerdos de 28%, y entre los pobladores del 
altiplano boliviano es de 29%. No es tan frecuente como la 
amibiasis, aunque se han identifi cado brotes en varios paí-
ses. La parasitosis se favorece más en zonas tropicales o 
pobres y de escasa urbanización, en presencia de cerdos pa-
rasitados y otros animales. Entre los animales que pueden 
infectarse con Balantidium coli se encuentran chimpancés, 
primates, ratas, cobayos y, desde luego, el cerdo. Los lugares 
que han reportado mayor parasitación son Filipinas, Bolivia 
y Papúa-Nueva Guinea. En México se ha informado de casos 
de infección en niños. Las prevalencias de infección varían de 
1 a 5%. En la región de Aymara, al norte del altiplano de Bo-
livia, lugar donde la gente acostumbra la crianza de cerdos, se 
estudiaron 2 124 niños en edad escolar de 22 comunidades; la 
mitad de dichas comunidades tuvo niños infectados con B. 
coli, y la prevalencia varió de 1 a 5.3%. Se encontró que la 
mitad de los cerdos examinados mostraban parasitosis.
En relación con el humano, se ha presentado en sujetos 
positivos a VIH y con problemas dentales. También se ha 
identifi cado en hospitales psiquiátricos. Entre los factores 
que conducen a la balantidiasis humana se encuentran los 
siguientes:
 • Contacto entre cerdos y humanos.
 • Defi ciente infraestructura sanitaria en las comunida-
des, así como deposición inadecuada del excremento 
de cerdos y humanos, que contaminan el ambiente, las 
fuentes de agua y los cultivos agrícolas.
 • El calor en climas tropicales y subtropicales favorece la 
sobrevivencia de los quistes.
Sin embargo, el parásito también puede sobrevivir en 
condiciones menos favorables; así, se han encontrado perso-
nas parasitadas en Dinamarca y Polonia, y en general en 
cualquier lugar donde se favorezca la ruta oral-fecal.
Entre los diversos factores responsables de brotes de 
balantidiasis humana se listan los siguientes:
 • Problemas fuertes de sanidad (contaminación del me-
dio ambiente).
 • Instituciones en las que hay personas asiladas (orfana-
tos, asilos, etc.). Cabe esperar que en estos lugares 
no haya cerdos, pero el personal quizá sea portador no 
sintomático, pues si manipula la comida y no tiene la 
sufi ciente higiene, puede enfermar a quienes están asi-
lados ahí vía el mecanismo patogénico oral-fecal.
 • En áreas urbanas, los pacientes son personas inmuno-
suprimidas (enfermos de VIH) y la forma de contagio 
es de un portador asintomático a un individuo inmu-
nosuprimido. Es importante mencionar que hay cepas 
patogénicas y no patogénicas, y estas últimas provocan 
una baja prevalencia.
Caso clínico
En el año 2000, los doctores María Cano Rosales, Juan Me-
dina Flores y Joaquín Narváez Soto publicaron un caso fatal 
de balantidiasis de una niña de 2 años y 4 meses que ingresó 
al hospital con 15 días de evolución, caracterizada por fi e-
bre, deposiciones semilíquidas con moco, al inicio sin san-
gre, presentando a los pocos días rasgos de sangre. En un 
inicio, previo a la hospitalización, se realizó examen copro-
parasitoscópico que mostró Balantidium coli y se dio inicio 
al tratamiento por 7 días con medicamento que el familiar 
desconoce. La paciente presentó náuseas, por lo que recibió 
cotrimoxazol. Fue hospitalizada con el diagnóstico de in-
fección del tracto urinario y recibió tratamiento con amika-
cina; cursó con vómitos y deposiciones líquidas con sangre, 
pero los familiares solicitaron el alta voluntaria. La paciente 
nació con ano imperforado con fístula rectovaginal, colos-
tomía a los 3 meses, anoplastia a los 6 meses, y segunda ano-
plastia por estenosis a los 12 meses. No tuvo contacto con 
cerdos.
Al examen físico se observó abdomen RHA (+), blan-
do, depresible, hígado 2 cm; colostomía a doble boca funcio-
nal en hemiabdomen izquierdo, así como tono muscular 
disminuido, sin signos meníngeos ni focales. El hallazgo 
anatomopatológico mostró segmento de intestino delgado 
de 12 cm de longitud por 2 cm de espesor. Otros datos fue-
ron los siguientes: serosa congestiva con áreas de exudado 
fi brinoso; mucosa necrótica, ulcerada,hemorrágica; pared 
intestinal edematosa. Al microscopio los cortes mostraban 
íleon con mucosa necrótica, ulcerada, en forma de matraz, 
hemorrágica y supurada. En los bordes de las áreas necróti-
cas y ulceradas de la mucosa hubo presencia de quistes y 
trofozoítos de Balantidium coli. Los quistes se observaron 
Capítulo 11 Balantidiasis100
de formas ovaladas y estructura compacta, con uno o dos mi-
cronúcleos; los trofozoítos con macronúcleos redondos, ovales 
o arriñonados; la membrana parasitaria lucía gruesa y ciliada. 
El diagnóstico fue balantidiasis e ileítis ulceronecrótica. 
El tratamiento que recibió fue parenteral con ampicili-
na y amikacina para la sepsis, así como metronidazol vía 
oral para la balantidiasis. Al no haber mejoría, al sexto día 
se amplió la cobertura antibiótica con ceft azidima, amika-
cina y tetraciclina, así como transfusión de plasma, albúmi-
na, infusión de dopamina y vitamina K. Cursó afebril, con 
pobre tolerancia oral, vómitos y diarreas, con deshidrata-
ción a pesar de la fl uidoterapia. Al quinto día presentó fi e-
bre, dolor y distensión abdominal, RHA disminuidos; se 
colocó una sonda nasogástrica a gravedad (se descartó cua-
dro quirúrgico) y se manejó como íleo metabólico. Al sexto 
día la paciente lucía soñolienta, tenía respiración acidótica, 
con movilización de secreciones y drenaje bilioso por la 
sonda nasogástrica. Al séptimo día la paciente pasó a la sala 
de operaciones por obstrucción intestinal, hallándose bri-
das y adherencias peritoneales con lesión isquémica ulcera-
tiva a 30 cm de la válvula ileocecal, por lo que fue sometida 
a ileostomía. Pasó a la unidad de cuidados intensivos en 
choque séptico; la evolución fue desfavorable. Presentó ne-
crosis parcial de la ileostomía, quejumbrosa, distensión 
abdominal e ileostomía no funcional. Fue intubada por su-
frimiento (distrés) respiratorio y a los 15 días de hospitaliza-
ción pasó de nuevo al quirófano por obstrucción intestinal, 
hallándose perforación del cabo distal del íleo y peritonitis. 
Presentó bradicardia severa en la sala de operaciones y se 
realizó masaje cardiaco. Regresó la unidad de cuidados in-
tensivos y falleció a las 4 horas del posoperatorio. No se rea-
lizó necropsia.
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 1. ¿Qué ocupación está en mayor riesgo de infección por Ba-
lantidium coli?
 2. ¿Cuáles son las razones por las que el agente patógeno rea-
liza reproducción sexual? ¿Es necesaria?
 3. ¿Por qué no hay tantos casos de balantidiasis informados 
en las publicaciones de México?
Preguntas para refl exionar
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Preguntas para refl exionar 101
 1. Balantidium coli se establece en el intestino grueso.
 2 . El cuadro clínico es agudo, crónico y asintomático. Por lo gene-
ral se observan diarrea, dolor abdominal, náuseas y disentería.
 3 . Bucal.
 4 . Chimpancés, cerdos y roedores.
 5 . El quiste.
Respuestas a las preguntas de evaluación inicial
Capítulo 11 Balantidiasis102
	Capítulo 11. Balantidiasis

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