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35Capítulo Jorge Luis de la Rosa Arana Alberto Gómez Priego Contenido ■ Características generales del género Trichinella ■ Ciclo biológico ■ Mecanismos patogénicos del parásito y manifestaciones clínicas ■ Respuesta inmunitaria del hospedador ante la infección ■ Mecanismos de evasión ■ Diagnóstico ■ Tratamiento ■ Prevención de la infección ■ Situación epidemiológica ■ Caso clínico misión, la patogenia y el diagnóstico de la triquinelosis. Tri- chinella es un nematodo dioico (fi gura 35-1); los machos miden entre 1.4 y 1.6 mm de longitud por 40 μm de diáme- tro y presentan dos apéndices caudales lobulados sin espí- culas copulatrices. Las hembras miden 3 a 4 mm de longitud por 60 μm de diámetro y tienen el extremo posterior romo y redondeado; poseen un solo ovario que se localiza en la parte posterior y produce óvulos con tres cromosomas, lue- go sigue el útero y después la vulva, cerca de la mitad del esticosoma. Los machos producen espermatozoides no fl a- gelados, de dos o tres cromosomas. Las células somáticas de las hembras tienen seis cromosomas y las de los machos cin- co. Las larvas recién nacidas (LRN) miden 120 μm de longi- tud por 7 μm de diámetro y tienen un conjunto de células, quizá germinales, pero no órganos. Las LRN representan la fase de invasión al músculo. Las LM miden 1.2 mm de lon- gitud por 40 μm de diámetro y se encuentran en el músculo esquelético dentro de una estructura denominada “célula nodriza” en proporción de 1:1, aunque en infecciones masi- vas pueden encontrarse más de una LM en cada célula nodriza (fi gura 35-2). La célula nodriza se forma por in- teracción de la LM y el miocito. La LM y los gusanos adultos (GA) tienen la parte posterior del cuerpo ligeramente más ancha que la anterior. El esófago de la LM consiste en una Preguntas de evaluación inicial 1. ¿Cuántos hospedadores requieren los helmintos del género Trichinella para completar su ciclo de vida? 2 . ¿Por qué se dice que la triquinelosis es una enfermedad para- sitaria cosmopolita? 3 . ¿Cuáles son los datos clínicos clásicos que con frecuencia se relacionan con la triquinelosis? 4 . Citar tres procedimientos para el diagnóstico de la triquinelo- sis durante la fase parenteral de la parasitosis. Características generales del género Trichinella Los helmintos del género Trichinella son parásitos de una gran variedad de especies de mamíferos, tanto domésticos como silvestres, incluso del ser humano. La larva infectiva, también conocida como larva muscular (LM), es la fase de desarrollo que se caracteriza por su importancia en la trans- Triquinelosis* * Agradecimientos: a nuestro equipo de trabajo del Laboratorio de Helmintos Tisulares del InDRE, que siempre nos ha apoyado con su entusias- mo; a la QFB Raquel Tapia por la revisión crítica de este trabajo, y al CONACyT por apoyar nuestra labor mediante el convenio 34654-M. insemine a dos hembras, ya que la proporción de GA recu- perados experimentalmente es de 2.5:1. Después de la inse- minación, las hembras aumentan de tamaño y penetran la mucosa intestinal, en tanto que el macho tal vez sea expul- sado por los movimientos peristálticos a consecuencia de su desgaste físico (fi gura 35-3). Las LRN son liberadas entre los 8 y 11 DPI, se introdu- cen en la lámina propia, alcanzan la circulación linfática y llegan a la arterial vía conducto torácico, y pasan por el co- razón y los pulmones hasta llegar a la célula muscular. Ahí las LRN crecen en forma exponencial hasta desarrollarse en LM (en unos 20 días). Mientras tanto, en el miocito se obser- va que las estrías musculares desaparecen y se desorganizan los fi lamentos contráctiles, aumenta el número de mitocon- drias, la actividad catalítica y el tamaño del núcleo, que es desplazado hacia el centro de la célula. Además, el glucocáliz se hipertrofi a y se transforma en una capa gruesa de coláge- na tipos V y IV. Por último, el miocito, transformado ahora en célula nodriza, es rodeado por vénulas que sirven como medio de transporte a nutrimentos y desechos, desde la cé- lula y hacia el interior de la misma. Durante la “construc- ción” de la célula nodriza se ha demostrado la presencia de una molécula de secreción de 43 kDa de la LM asociada al genoma del miocito; algunos autores opinan que esta mo- lécula puede ser parte de los mecanismos que utiliza Trichi- nella para “orientar la remodelación del miocito”. Mediante estudios de inmunohistoquímica se ha observado la presen- cia de la molécula de 43 kDa en el núcleo y citoplasma de la célula nodriza desde el octavo día de la penetración y hasta seis meses después. Al igual que en las fi larias y en las larvas migratorias de Toxocara, el desarrollo posembrionario de la LM de Trichinella sufre interrupción temporal. Aunque se desconocen los mecanismos que causan dicha interrupción, se sabe que sólo reanudan su desarrollo hasta después de infectar a un nuevo hospedador. Figura 35-1 Ejemplares adultos macho, hembra y abundantes larvas recién nacidas de Trichinella spiralis. Nótense los apéndices caudales lo- bulados en el macho y su menor tamaño con respecto a las hembras (para más información consulte de la Rosa et al., 2001). Figura 35-2 Célula nodriza que contiene dos larvas musculares de Tri- chinella spiralis. La preparación es un fragmento de músculo esqueléti- co de rata infectada, comprimido y teñido con Giemsa. Barra = 250 μm (para más información consulte Ramírez Melgar et al., 2007). parte anterior pequeña y musculosa, seguida de una parte posterior más ancha y glandular llamada esticosoma, inte- grada por esticocitos, los cuales poseen gránulos secretores cuyos productos antígénicos se descargan hacia la luz del esófago y de ahí al exterior del parásito. Los esticocitos se dividen en a y b, dependiendo del tamaño de los polipépti- dos que secretan (los a secretan polipéptidos de 50 y 55 kDa y los b de 48 kDa), de su morfología y del gradiente de sedi- mentación. El tubo digestivo se prolonga hasta el intestino del tipo tubular y culmina en un ano. Ciclo biológico El ciclo de vida de Trichinella se completa en un solo hospe- dador y se efectúa en dos fases: una entérica, que comprende cuatro estadios larvarios y los adultos, y una parenteral, que abarca la migración de la LRN y el establecimiento de la LM. Al igual que cualquier otro hospedador potencial, el ser humano se infecta al ingerir carne cruda o insufi cientemen- te cocida que contenga LM. En el estómago, las larvas se liberan por digestión del músculo y de la célula nodriza, pa- san al intestino delgado y en 10 minutos invaden el epitelio columnar y la lámina propia del duodeno. A las 30 horas posteriores a la infección (HPI), el parásito muda cuatro veces (de L2 a L5) y alcanza la fase adulta. En el proceso se remode- lan cutícula, células glandulares hipodérmicas, sistemas muscular y nervioso, aparato digestivo y esticosoma, y apa- rece el primordio genital. Cinco días posteriores a la infección (DPI), la hembra invade en forma simultánea 425 células epiteliales, en tanto que el macho ocupa 152. La cópula se efectúa en este nicho intramulticelular en las siguientes 40 horas y es probable que los machos se desplacen hacia la hembra, ya que in vitro se ha descubierto que éstas produ- cen una feromona. También es probable que cada macho Capítulo 35 Triquinelosis266 Mecanismos patogénicos del parásito y manifestaciones clínicas El cuadro clínico de la triquinelosis se presenta dentro de los primeros 5 a 10 días de la infección y se mantiene duran- te todo el tiempo en que el parásito se encuentre en el hués- ped (cuadro 35-1). Es preciso mencionar que esta amplia gama de signos y síntomas no siempre se observa en un mis- mo paciente ni en todos ellos, y que su intensidad varía con la magnitud de la infección. Durante la fase entérica (de 0 a 15 DPI), los signos y síntomas gastroentéricos tienen predo- minancia, culminando con edema generalizado o de pre- dominio facial. Entre los 20 y 30DPI, los signos y síntomas son de predominio febril, y en infecciones masivas originan un estado de coma que puede ser letal. Con base en la irregularidad y complejidad del cuadro clínico, la triquinelosis puede cursar de manera subclínica o asintomática, oligosintomática y polisintomática. A su vez, esta última puede ser leve, moderada o grave, de acuerdo con la magnitud de la infección y la gravedad del cuadro. En el caso de la triquinelosis humana se consideran infecciones leves aquellas en las que existen 1 a 50 LM por gramo de músculo; moderadas, de 50 a 100 LM, y graves, de 100 LM o más. En el transcurso de la parasitosis se distinguen tres pe- riodos: incubación, migración y encapsulación o estado. El primero ocurre durante la fase entérica, y desde el punto de vista parasitológico corresponde a la liberación de la larva infectiva de la célula nodriza y al paso de L2 a L5 hasta la penetración de los adultos en la mucosa intestinal. Entonces el paciente manifi esta inapetencia, pérdida de peso, mala di- gestión, náuseas, vómito, diarrea, dolor, malabsorción e in- fl amación intestinal. En el segundo periodo, que es el inicio de la fase parenteral, ocurre la liberación de las LRN, su mi- gración y la invasión del músculo esquelético, y se relaciona con dolor muscular durante la respiración, la conversación, el movimiento ocular y la masticación. En muchas ocasiones se observa infl amación de ganglios linfáticos, fi ebre intermi- tente y edema, lo cual se debe a que en la búsqueda de su Figura 35-3 Ciclo biológico de Trichinella spiralis. Primeros 5 días de la infección y hasta los 15 días posinfección Siguientes 20-30 días de la infección Malestar general Dolor abdominal Diarrea Cefalea Náuseas Vómito Escalofrío Fiebre Eosinofi lia Fotofobia Aumento de la SPK† Edema localizado y generalizado Muerte (en infecciones masivas) Mialgias Artralgias Pérdida de peso Contracciones musculares Adinamia Sopor Zonas maculopapulares Fiebre de 40 a 41 °C Meningoencefalitis Miocarditis Coma Muerte (en infecciones masivas) • Cuadro 35-1 Principales signos y síntomas observados en la triquinelosis* * No es común que se presenten todos, y su intensidad y duración dependen de la magnitud de la infección y de la susceptibilidad del individuo. † Fosfocinasa sérica. Mecanismos patogénicos del parásito y manifestaciones clínicas 267 hábitat defi nitivo, la LRN rompe varios tejidos y vasos san- guíneos, situación que estimula reacciones infl amatorias. La penetración del miocito se relaciona con procesos mecánicos y quizá enzimáticos. El tercer periodo ya es la fase parenteral franca y corresponde a la encapsulación de la larva; en éste hay deshidratación y mialgias. En infecciones graves, el enfermo presenta hipotensión y a veces encefalitis, parálisis, coma e incluso ocurre la muerte. Respuesta inmunitaria del hospedador ante la infección La respuesta inmunitaria contra Trichinella en el ámbito en- térico es la infl amación iniciada por la penetración de célu- las epiteliales columnares del intestino. Se ha podido obser- var liberación de mediadores proinfl amatorios, como las interleucinas (IL) b1, IL-8 y ENA-78 desde las primeras cin- co HPI, en tanto que a las 48 HPI se detectan IFN-γ y citoci- nas del tipo 2 a partir de los nódulos linfáticos mesentéricos, las cuales promueven una respuesta linfocitaria tipo Th 2. La producción de IL-3, IL-4 e IL-5 regula la infl amación y favo- rece la infi ltración de mastocitos, eosinófi los y el aumento en la concentración de histamina y leucotrienos, que dañan la mucosa intestinal (atrofi an los villi, favorecen la hiperpla- sia de las criptas y células globulares, y aumentan la per- meabilidad de la mucosa alterada). Las contracciones peris- tálticas culminan entre los 10 y 15 días con la expulsión de los helmintos. La respuesta inmunitaria contra la LRN tiene que ver con la presencia de anticuerpos contra antígenos de superfi - cie; estos anticuerpos son capaces de mediar una acción ci- totóxica (ADCC). En la respuesta humoral de los pacientes con triquinosis se detectaron anticuerpos de los isotipos IgE, IgA, IgM e IgG, pero el último es el predominante du- rante el curso de la infección. En orden sucesivo aparecen IgG1, IgG3 y luego IgG4, que se relaciona con una respuesta crónica, aunque su presencia no se correlaciona con IgE. Tanto los sueros de enfermos humanos como de cerdos, ra- tas y ratones infectados y los de conejos hiperinmunizados reconocen el mismo patrón antigénico por el método de in- munoelectrotransferencia o Western blot, es decir, reaccio- nan con antígenos de 104, 93, 77, 73, 63, 59, 54 y 38 kDa en un extracto total, o de 55, 49 y 45 kDa en los productos de excreción y secreción (PES) de la LM (fi gura 35-4). En el curso de la infección, el hospedador establece una respuesta humoral contra antígenos superfi ciales y somáticos de la LM desde la primera semana después de la infección, en tanto que entre la tercera y cuarta semanas, la respuesta es contra los antígenos del esticosoma y PES. Mecanismos de evasión Quizá el mecanismo de evasión de Trichinella mejor cono- cido es el hecho de que es un helminto parásito intracelular que induce remodelación en el miocito, la cual origina a la célula nodriza, construida con componentes del hospeda- dor bajo la “dirección” del parásito. Algunos datos hacen pensar que esta estructura podría protegerle contra la res- puesta inmunitaria o conferir resistencia al congelamiento o a climas extremos. Con la preparación y purifi cación de anticuerpos contra antígenos de superfi cie de la LRN que se obtuvieron del suero de pacientes con infección crónica (más de 6 meses) se demostró que estos anticuerpos tam- bién reaccionan con los PES y, al igual que los monoclonales contra los PES, bloquean la muerte de la LRN en ADCC; por consiguiente, éste podría ser otro mecanismo de evasión de Trichinella. Es probable que los PES de T. spiralis actúen, a seme- janza de lo que ocurre en la infección causada por el meta- cestodo de Taenia solium, donde el antígeno B (un antígeno excretado e inmunodominante) actúa como “antígeno dis- tractor” de la respuesta inmunitaria. Diagnóstico En términos generales, el diagnóstico se basa en datos clíni- cos, epidemiológicos, de laboratorio clínico, parasitoscópicos e inmunológicos (cuadro 35-2). El diagnóstico clínico de la triquinelosis es difícil en casos individuales porque el cuadro se enmascara como síndrome febril común; sin embargo, el antecedente de ingesta reciente de carne cruda o insufi ciente- mente cocida suele orientar el diagnóstico. Por otra parte, es frecuente que la triquinelosis se presente en forma de brotes epidémicos que surgen después de que numerosas personas ingirieron carne infectada durante alguna celebración. Las pruebas sistemáticas de laboratorio clínico y las serológicas son positivas hasta los 15 DPI. El diagnóstico es difícil durante la fase entérica de esta zoonosis, ya que las manifestaciones clínicas se confunden con fi ebre tifoidea, Figura 35-4 Patrón antigénico de los productos de excreción y secre- ción de la larva muscular de Trichinella spiralis reconocidos en inmuno- electrotransferencia o Western blot por suero de humanos con triquine- losis. A la izquierda se encuentra el suero testigo positivo (TP); en el centro, 22 sueros de humanos (IET–POS), y a la derecha la respuesta de cuatro sueros testigo negativos (TN). No obstante que el patrón es ho- mogéneo, la intensidad de la respuesta no es igual para todas las muestras (para más información consulte Tinoco et al., 2002). TNTPkDA 31 45 66 97 IET-POS Capítulo 35 Triquinelosis268 Diagnóstico clínico Diagnóstico parasitológico Antecedentes de ingesta de carne cruda o insufi cientemente cocida Triquinoscopia Digestión artifi cial Xenodiagnóstico Exámenes histopatológicos Fase entérica Fase parenteral Diagnóstico inmunológico Dolor abdominal Náuseas Diarrea Cefalea Malestar general Eosinofilia Fiebre Mialgias Artralgias Edema facial Pruebas intradérmicas (Bachman) Hemaglutinación indirecta (HAI) Floculación con bentonita (FB) Inmunofl uorescencia indirecta (IFI) Contrainmunoelectroforesis (CIEF) ELISA* Inmunoelectrotransferencia (IET)† Pruebas de laboratorio clínico Eosinofi lia (más de 500/mm3) Presencia de 1-6 difosfofructoaldolasa Presencia de deshidrogenasa láctica • Cuadro 35-2 Diagnóstico de la triquinelosis humana * Con fracciones antigénicas ricas en tivelosa. † Identifi cación de un triplete de bandas de 45, 49 y 55 kDa (método de elección). shigelosis, brucelosis e intoxicación alimentaria, o simple- mente son tan ligeras que no ameritan acudir a consulta médica. El valor diagnóstico de los estudios que detectan GA no es adecuado, y como no es frecuente el diagnóstico clínico mientras los GA están en el intestino, prácticamente no se aplican. Los antecedentes epidemiológicos de la re- gión y el consumo de carne cruda o parcialmente cocida (sobre todo de cerdo y de caballo) pueden orientar el diag- nóstico. Cuando este último se hace sólo con bases clínicas durante las fases de migración y estado, es frecuente que la zoonosis sea confundida con otras enfermedades, como fi e- bre tifoidea, escarlatina, intoxicación alimentaria, amigda- litis, nefritis, pielonefritis, faringitis, glomerulonefritis, cis- ticercosis o brucelosis. La identifi cación directa del parásito permite la confi r- mación del diagnóstico clínico y se apoya en diferentes téc- nicas para detectar la LM, como triquinoscopia, digestión artifi cial del tejido muscular, estudio histopatológico y xenodiagnóstico a partir de biopsias musculares para el análisis. Sin embargo, en estudios comparativos se ha docu- mentado que la sensibilidad del diagnóstico parasitoscópico es de 56% con respecto a la detección de anticuerpos. Las técnicas serológicas que se emplean van desde las menos sensibles y específi cas hasta las que presentan gran sensibi- lidad y especifi cidad (cuadro 35-2). El inmunodiagnóstico es de gran valor en tres circunstancias diferentes: 1) para identifi car la enfermedad en su etapa aguda, 2) para confi r- mar la infección de manera retrospectiva y 3) como he- rramienta en estudios epidemiológicos. En la actualidad, las pruebas de elección son la inmunoelectrotransferencia (IET) o el Western blot y el ensayo inmunoenzimático (ELISA); algunas variantes de ELISA, que pueden usarse como pruebas de diagnóstico rápido, se encuentran en cons- tante evaluación. El patrón antigénico característico (45, 49 y 55 kDa), reconocido por los sueros de pacientes con triqui- nelosis en los PES por IET, se considera de valor diagnóstico confi rmatorio, debido a que el epítopo causante de esta espe- cifi cidad es el carbohidrato tivelosa que se encuentra en los antígenos metabólicos, de superfi cie y de esticosoma. Como herramienta diagnóstica es muy importante la detección de antígenos circulantes en suero o excretados en orina o heces. Por una parte, se podría emplear para evaluar tratamientos o demostrar casos asintomáticos y, por la otra, usada en estudios epidemiológicos, sería factible identifi car áreas geográfi cas con baja, mediana o alta prevalencia. Por desgracia, los estudios efectuados no han tenido la sensibili- dad ni la especifi cidad adecuadas para aplicarlos como una prueba de rutina. Se supone que los antígenos de la LM no se detectan porque se encuentran secuestrados formando complejos inmunitarios, o porque son moléculas necesarias para mantener la funcionalidad de la célula nodriza y por lo tanto no llegan a la circulación. Tratamiento El tratamiento de esta enfermedad parasitaria siempre se ha enfrentado con problemas de efectividad sin importar el fármaco utilizado (cuadro 35-3). Aunque al parecer el pará- sito adulto es el blanco más accesible para terapia con anti- helmínticos, con mucha frecuencia no hay correspondencia con un diagnóstico oportuno durante las fases tempranas de la infección. Por otra parte, el tratamiento es más difícil en la fase parenteral de la infección, quizá porque la célula nodriza es una barrera efi caz para proteger a la LM contra la Tratamiento 269 acción de los fármacos empleados. A pesar de lo anterior, se utilizan varios compuestos para tratar la triquinelosis en su etapa intestinal o parenteral. Algunos fármacos, como el pamoato de pirantel, ya no son utilizados debido a los efec- tos secundarios que producen, o porque el elevado costo de su producción los hace poco comerciales, como en el caso del tiabendazol, que ha salido del mercado como producto para uso en el ser humano. En la actualidad se recomienda el uso de los derivados bencimidazólicos, como el albendazol o el mebendazol (200 mg por 4 días para la fase entérica, y 250 a 400 mg tres veces al día durante 21 días para la fase parenteral). También se recomienda administrar corticosteroides en forma simultá- nea (dexametasona, 0.5 mg/kg/día durante 5 días, o predni- sona a razón de 40 mg/día por 14 días). Algunos autores han informado que la administración de corticosteroides du- rante la fase entérica puede incrementar la larviposición de las hembras, y con ello originar infección masiva por yatro- genia. Prevención de la infección El hecho de que el parásito se mantenga en la Naturaleza en muchas especies de animales silvestres, domésticos y peri- domésticos, y que el consumo de éstos pueda causar infec- ción y enfermedad en el humano, hace de ésta la zoonosis parasitaria por excelencia. A fi n de evitar la transmisión de esta zoonosis hacia el ser humano, la carne destinada al consumo debe tener certifi cación sanitaria y estar bien coci- da antes de ingerirla, y para prevenir la transmisión hacia los animales peridomésticos, éstos no deben tener acceso al lugar donde se deposita el retazo de los animales sacrifi ca- dos. Se debe evitar que los cerdos deambulen con libertad, con lo que se restringe de manera importante la posibilidad de infección. El control de la triquinelosis silvestre es muy complica- do, ya que el helminto es un parásito de hospedador inespe- cífi co, y lo mismo puede estar albergado en ratones y ratas que en caballos, lobos, coyotes, osos, jabalíes y otros anima- les silvestres. Pretender llevar a cabo acciones encaminadas a la vacunación de animales silvestres parece inútil y costo- so, más todavía si, como en el caso de México, se desconoce la prevalencia y distribución de esta zoonosis. Lo que parece más factible es la vacunación de animales domésticos. En la actualidad se efectúan estudios de caracterización de antí- genos para buscar candidatos que sirvan para una posible inmunoprofi laxis, y se lleva a cabo la búsqueda de nuevas sustancias con propiedades adyuvantes que permitan esta- blecer inmunidad prolongada. Situación epidemiológica Desde el descubrimiento de la larva de Trichinella en 1835 hasta la mitad del siglo xx, se creía que la triquinelosis era causada por una sola especie: Trichinella spiralis. De acuer- do con diferencias isoenzimáticas, de infectividad, fertili- dad, presencia o ausencia de célula nodriza, resistencia al congelamiento, viabilidad en cadáveres y capacidad para in- ducir un choque anafi láctico, se ha considerado que el géne- ro Trichinella está constituido por 10 tipos genéticos, ocho de los cuales se clasifi can como especies distintas porque, además de las diferencias en las características anteriores, se observan diferencias genómicas. Tales especies son T. spiralis, T. nativa, T. britovi, T. murrelli, T. nelsoni, T. pseudospiralis, T. papuae y T. zim- babwensis (las tres últimas sin cápsula), además de la existen- cia de tres variantes genotípicas, cuya posición fi logenética se encuentra en revisión: T6, T8, T9. El tipo genético Trichi- nella T6 se relaciona en forma fi logenética con T. nativa, y los tipos T8 y T9 lo están con T. britovi. Todas las especies son infectivas para el humano y se distribuyen en zonas particulares de todoel mundo: T. spiralis en regiones cáli- das y tropicales, con presencia en animales silvestres y do- mésticos; T. nativa y T6 son parásitos de animales carnívo- ros de las regiones ártica y subártica; T. britovi es el agente etiológico de la triquinelosis silvestre en las regiones cálidas de Eurasia, y T. murrelli lo es en Norteamérica. Por otra parte, T. nelsoni se encuentra en África, al sur del Sahara; T. pseudospiralis es cosmopolita, y T. papuae y T. zimbabwen- sis sólo se han documentado en regiones muy particulares de Nueva Guinea y de Zimbabwe. El descubrimiento de la triquinelosis en México fue for- tuito, ya que los primeros casos humanos se detectaron en 1891 en estudios post mortem. En la actualidad, los principa- les estados en que se ha dado a conocer la presencia de casos humanos y de animales peridomésticos, como cerdos y ca- ballos, son Durango, Zacatecas, Estado de México, Distrito Federal, Chihuahua, Jalisco, Michoacán, Aguascalientes, Sonora, Hidalgo, Querétaro, Guerrero, Guanajuato, Vera- cruz y Nuevo León. Entre 1988 y 1994, mediante el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), se registró un descenso en el número de casos con sospecha clínica, de Antiparasitario Dosis pediátrica Dosis en adultos Albendazol 400 mg/día, por 8-14 días 400 mg/día, por 8-14 días Mebendazol 200-400 mg/día por 3 días, y después continuar con 400-500 mg/día por 10 días más 200-400 mg/día por 3 días, y después continuar con 400-500 mg/día por 10 días más • Cuadro 35-3 Fármacos para el tratamiento de la triquinelosis Capítulo 35 Triquinelosis270 250 a menos de 100. En 1997, la notifi cación de los casos se normó de manera apropiada, aunque no hubo registro entre 1995 y 1999, y no fue sino hasta el periodo de 2000 a 2003 que se observó descenso de casos de 100 a 30 por año. Los casos actuales de triquinelosis se hallan dentro del grupo de “otras helmintiasis” que considera el Sinave. Caso clínico Paciente femenino de 42 años de edad con rigidez en la ro- dilla derecha y dolor moderado pero permanente, que sin causa aparente aumentaba y disminuía; cada maniobra des- medida provocaba dolor intenso. A la exploración, la rodilla tenía aumento de volumen y la palpación le provocaba do- lor. El diagnóstico imagenológico reveló patela baja, por lo que se realizó ventralización, ascenso del tubérculo tibial y osteosíntesis con minitornillos. Durante la cirugía se en- contró deterioro del cartílago articular de la tróclea y del cóndilo femoral medial, la grasa de Hoff a con fi brosis y re- tracción, condromalacia patelar grado IV, así como cambios degenerativos en menisco. Se tomó biopsia de vasto medial que se encontró con fi brosis. El corte histopatológico sugirió la presencia de la larva de Trichinella, por lo que se realizó el inmunodiagnóstico para la detección de anticuerpos, el cual fue positivo por ELISA y se confi rmó el patrón antigénico por inmunoelec- trotransferencia. Con la operación se logró movilizar la ro- dilla de 0 a 110 grados, aunque el dolor no disminuyó, por lo que se le administró tratamiento antiparasitario con alben- dazol, y al término del tratamiento el dolor desapareció. Con el consentimiento familiar, también se les realizó el in- munodiagnóstico al esposo e hijo, el cual fue negativo. Nin- gún miembro de la familia refi rió síntomas sugerentes de triquinelosis, ni fue posible establecer la fuente de la infección. Bibliografía Belosevic MY, Dick TA. Chemical attraction in the genus Trichi- nella. J Parasitol 66:88-93. 1980. Compton S, Celum C, Lee C et al. Trichinosis with ventilatory failure and persistent myocarditis. Clin J Infect Dis 16:500- 504. 1993. De la Rosa JL, Correa D. Longitudinal analysis of the humoral im- mune response of rats experimentally infected with Trich- inella spiralis by Western blot. En: Ortega Pierres G, Gam- ble R, van Knapen F et al. (ed): Proceedings of the Ninth International Conference on Trichinosis, Mexico City: IPN, Cinvestav INVESTAV. 333-337. 1997. De la Rosa JL, Morán Tlatelpa E, Medina Y et al. Detection of circulating and fecal Trichinella spiralis antigens during experimental infection using monoclonal antibodies against the new born larvae. Parasite 8:S123-S125. 2001. Despommier DD. Biology. 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Triquinelosis en rodilla. XII Congreso Nacional de Parasitología. Aguascalientes, Méx. 1996. 1. Después de la inseminación de los gusanos adultos hem- bras, ¿cuál será el destino de los machos? ¿Morirán in situ o serán expelidos junto con las heces del hospedador? 2. Se describió apropiadamente que la especie T. spiralis se transmite en México entre los animales domésticos. Sin em- bargo, ¿existirán otras especies de Trichinella distribuidas en animales silvestres? 3. Muchas enfermedades de importancia en salud pública causadas por virus y bacterias son ya prevenibles mediante la vacunación. ¿Cuáles son los motivos por los que la vacu- nación contra parásitos no ha sido tan exitosa? Preguntas para refl exionar Murrell KO, Bruschi F. Clinical trichinosis. En: Tsieh Sun (ed): Progress in clinical parasitology. Boca Raton, Florida: CRC Press. 117-150. 1994. Ortega Pierres MG, Arriaga C, Yépez-Mulia L. Epidemiology of trichinosis in Mexico, Central and South America. 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Porque la infección o la enfermedad se puede encontrar en todas las regiones biogeográfi cas del planeta. 3 . Fiebre, malestar general y dolor muscular y de articulaciones. 4 . Biopsia muscular, detección de anticuerpos contra antígenos de excreción y secreción o antígenos ricos en tivelosa por ELISA, reconocimiento de un patrón antigénico de 45, 49 y 55 kDa en inmunoelectrotransferencia con PES. Respuestas a las preguntas de evaluación inicial Capítulo 35 Triquinelosis272 Capítulo 35. Triquinelosis*
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