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429© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 47 Diagnóstico de laboratoriode las enfermedades víricas Se han producido muchos avances recientes en el diagnós-tico de laboratorio de los virus, que permiten la iden- tificación más rápida y sensible de los virus en las mues- tras clínicas. Entre ellos se incluyen mejores reactivos de anticuerpos para el análisis directo de las muestras, técnicas de genética molecular y la secuenciación genómica para la identificación directa del virus y análisis automatizados que pueden identificar múltiples virus (multiplex). A menudo no es necesario aislar el microorganismo y se evita para reducir el riesgo del personal de laboratorio y de otros servicios. El tiempo de respuesta más rápido permite la elección del tratamiento antiviral adecuado con mayor celeridad. Las pruebas víricas de laboratorio pretenden: 1) confirmar el diagnóstico identificando el agente vírico de la infección, 2) seleccionar un tratamiento antiviral adecuado, 3) compro- bar el cumplimiento de la toma de los fármacos antivirales por parte del paciente, 4) definir la evolución de la enfermedad, 5) hacer un seguimiento epidemiológico de la enfermedad y 6) educar a médicos y pacientes. Los métodos de laboratorio permiten llevar a cabo las siguientes tareas: 1. Descripción de los efectos citopatológicos (ECP) inducidos por el virus en las células. 2. Detección de partículas víricas. 3. Aislamiento y crecimiento del virus. 4. Detección y análisis de componentes víricos (p. ej., proteínas (antígenos), enzimas, genomas). 5. Evaluación de la respuesta inmunitaria del paciente frente al virus (serología). Las técnicas moleculares e inmunológicas utilizadas en mu- chos de estos procedimientos se describen en los capítulos 5 y 6. Los virus, los antígenos víricos, los genomas víricos y los ECP se pueden detectar mediante el estudio directo de muestras clínicas y, en algunos virus, mediante la proliferación del virus en células de cultivos tisulares en el laboratorio (cuadro 47-1). oBtención de muestrAs La sintomatología del paciente y sus antecedentes de viajes, la estación del año y el diagnóstico de sospecha ayudan a determinar las técnicas adecuadas para identificar a un agente vírico (tabla 47-1). La elección de la muestra adecuada para el estudio acostumbra a ser complicada debido a que diversos virus son capaces de producir un mismo cuadro clínico. Por ejemplo, la aparición de síntomas de meningitis durante el verano sugiere un arbovirus, en cuyo caso se debería recoger una muestra de líquido cefalorraquídeo (LCR) y sangre, o un enterovirus, en cuyo caso se deberán tomar muestras de LCR, torundas de garganta y muestras de heces para el análisis del genoma y el posible aislamiento del virus. Una encefalitis focal con localización en el lóbulo temporal precedida de cefaleas y desorientación es indicativa de una infección por el virus del herpes simple (VHS), para lo cual el LCR puede analizarse relativamente rápido para determinar la presencia de secuencias de ácido desoxirribonucleico (ADN) vírico por medio de amplificación mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Las muestras se deben obtener en una etapa precoz de la fase aguda de la infección, antes de que deje de difundirse el virus. Por ejemplo, los virus respiratorios solamente se pueden diseminar durante un período comprendido entre 3 y 7 días, y su diseminación puede interrumpirse con anterio- ridad a la desaparición de los síntomas. El VHS y el virus de la varicela-zóster (VVZ) no se pueden obtener de las lesiones transcurridos más de 5 días desde la aparición de la sintoma- tología. Tan sólo es posible aislar un enterovirus del LCR 2-3 días después de la aparición de las manifestaciones del sistema nervioso central. Además, el anticuerpo producido como res- puesta a la infección puede impedir la detección del virus. Cuanto menor sea el intervalo transcurrido entre la obten- ción de la muestra y su remisión al laboratorio, mayor será la posibilidad de aislar un virus. Los motivos son que muchos virus son lábiles y que las muestras son susceptibles de conta- minación bacteriana o fúngica. La mejor forma de transportar y almacenar los virus es en hielo y en un medio especial que contenga antibióticos y proteínas, como albúmina sérica o gelatina. Cuando los virus con envoltura (p. ej., VHS, VVZ, virus de la gripe) se mantienen a temperatura ambiente o congelados a −20 °C se producen disminuciones significativas en los títulos de infección. Esto no constituye un riesgo para los virus sin envoltura (p. ej., adenovirus, enterovirus). citologíA Muchos virus producen unos ECP característicos. Entre los ECP característicos en las muestras tisulares o los cultivos celulares figuran modificaciones de la morfología celular, li- sis celular, formación de vacuolas, sincitios (fig. 47-1) y cuerpos de inclusión. Los sincitios son células gigantes multinucleadas formadas como consecuencia de la fusión vírica de células in- dividuales. Los paramixovirus, el VHS, el VVZ y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) estimulan la formación de sincitios. Los cuerpos de inclusión constituyen cambios his- tológicos de las células provocados por componentes víricos o bien alteraciones de las estructuras celulares inducidas por los virus. Por ejemplo, los cuerpos de inclusión basófilos nucleares (en ojo de búho) presentes en las células de tejidos infectados por citomegalovirus (CMV) (v. cap. 51, fig. 51-17) o en el sedi- mento de la orina de pacientes con una infección se identifican con facilidad. Las inclusiones nucleares de Cowdry de tipo A en las células o en los grandes sincitios (múltiples células fundidas) son un hallazgo característico en las células infectadas por VHS o VVZ (fig. 47-2). La rabia se puede diagnosticar cuando se encuentran cuerpos de Negri citoplasmáticos (inclusiones del virus de la rabia) en los tejidos cerebrales (fig. 47-3). A menudo, las muestras citológicas se analizan para com- probar la presencia de antígenos víricos mediante técnicas de inmunofluorescencia o bien se detecta la presencia de 430 MICROBIOLOGÍA MÉDICA genomas víricos por PCR con el fin de llevar a cabo una iden- tificación rápida y definitiva. Estas pruebas son específicas para cada virus y se deben seleccionar conforme al diagnóstico diferencial. Los distintos métodos empleados se describen a lo largo de los párrafos siguientes. microscoPiA electrónicA La microscopia electrónica no es una técnica de laboratorio estándar en la clínica, si bien se puede utilizar para detectar e identificar algunos virus cuando existe un número suficiente de partículas víricas. La adición de un anticuerpo específico del virus a una muestra puede hacer que las partículas víricas se agrupen, facilitando así la detección e identificación simul- táneas del virus (inmunomicroscopia electrónica). Los virus entéricos, como los rotavirus, que se producen en abundancia y que tienen una morfología característica, pueden detectarse en las heces mediante estos métodos. También se puede exa- minar si un tejido adecuadamente procesado, procedente de una biopsia o una muestra clínica, contiene estructuras víricas. AislAmiento y cultiVo del Virus Los virus pueden crecer en cultivos tisulares, huevos embrio- nados o animales de experimentación (cuadro 47-2). A pesar de que todavía se utilizan huevos embrionados para cultivar virus para algunas vacunas (p. ej., gripe), han sido sustituidos por cultivos celulares en el aislamiento rutinario de los virus en los laboratorios clínicos. En los laboratorios clínicos rara vez se utilizan animales de experimentación para aislar virus. Figura 47-1 Formación de sincitios provocada por el virus del saram- pión. Células gigantes multinucleadas (flecha) visibles en un corte his- tológico de una biopsia pulmonar de una neumonía de células gigan- tes producida por el virus del sarampión en un niño inmunodeprimido. (De Hart C, BroadheadRL: A color atlas of pediatric infectious diseases, Londres, 1992, Wolfe.) CUADRO 47-1 Métodos de laboratorio para diagnosticar infecciones víricas Examen citológico Microscopia electrónica Aislamiento y cultivo del virus Detección de proteínas víricas (antígenos y enzimas) Detección de material genético vírico Serología Tabla 47-1 Muestras para diagnóstico vírico Virus patógenos habituales Muestras para cultivo Técnicas y comentarios Vías respiratorias Virus de la gripe; paramixovirus; coronavirus; rinovirus; enterovirus (picornavirus) Lavado nasal, hisopo de garganta, hisopo nasal, esputo Rt-PCR, ELISA, los análisis múltiples detectan varios agentes; cultivo celular Tubo digestivo Reovirus; rotavirus; adenovirus; virus de Norwalk; otros calicivirus Heces, hisopo rectal Rt-PCR, ELISA; los virus no se cultivan Exantema maculopapular Adenovirus; enterovirus (picornavirus) Hisopo de garganta, hisopo rectal PCR, Rt-PCR Virus de la rubéola; virus del sarampión Orina Rt-PCR, ELISA Exantema vesicular Virus Coxsackie; echovirus; VHS; VVz Líquido de vesículas, raspado o hisopo, enterovirus en heces VHS y VVz: raspado vesicular (frotis de tzanck), cultivo celular; tipaje del VHS: mediante PCR, IF Sistema nervioso central (meningitis aséptica, encefalitis) Enterovirus (picornavirus) Heces, LCR Rt-PCR Arbovirus (p. ej., togavirus, bunyavirus) Sangre, LCR; raramente se cultiva Rt-PCR, serología; los análisis múltiples detectan varios agentes Virus de la rabia tejido, saliva, biopsia cerebral, LCR IF en la biopsia, Rt-PCR VHS; CMV; virus del sarampión; virus de la parotiditis Líquido cefalorraquídeo PCR o Rt-PCR, aislamiento del virus y análisis del antígeno Aparato urinario Adenovirus; CMV Orina PCR; el CMV se puede eliminar sin enfermedad aparente Sangre VIH; virus de la leucemia de linfocitos t humana; virus de las hepatitis B, C y D, VEB, CMV, VHH-6 Sangre ELISA para detección de antígeno o anticuerpo, PCR y Rt-PCR; los análisis múltiples detectan varios agentes CMV, citomegalovirus; ELISA, análisis de inmunoadsorción ligada a enzimas; IF, inmunofluorescencia; PCR, reacción en cadena de la polimerasa; RT-PCR, reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa; VEB, virus de Epstein-Barr; VHH-6, virus herpes humano de tipo 6; VHS, virus del herpes simple; VIH, virus de inmunodeficiencia humana; VVZ, virus de la varicela-zóster. DIAGNóStICO DE LABORAtORIO DE LAS ENFERMEDADES VÍRICAS 431 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Cultivo celular Para cultivar virus se utilizan tipos específicos de células de cultivo tisular. Los cultivos de células primarias se obtienen por tratamiento de algún órgano animal específico con tripsina o colagenasa. Las células obtenidas con este método se culti- van en monocapa (fibroblastos o células epiteliales) o en sus- pensión (linfocitos) en medios artificiales complementados con suero bovino u otra fuente de factores de crecimiento. Las células primarias se pueden separar con tripsina, se dilu- yen y crecen en nuevas monocapas (subcultivos) para conver- tirse en cultivos celulares secundarios. Las líneas de células diploides son cultivos de un único tipo de célula con los que se puede hacer un gran número de pases, aunque finito, antes de presentar signos de senescencia o experimentar cambios significativos en sus características. Las líneas celulares tu- morales y las líneas celulares inmortalizadas, generalmente iniciadas a partir de tumores humanos o animales o tras el tratamiento de células primarias con productos químicos o virus oncogénicos, se componen de células de un solo tipo que pueden ser sometidas a pases continuos sin envejecer. Las células primarias de riñón de mono son muy adecuadas para llevar a cabo el aislamiento del virus de la gripe, parami- xovirus, muchos enterovirus y algunos adenovirus. Las células diploides fetales humanas, que generalmente son fibroblastos, permiten el crecimiento de un amplio abanico de virus (p. ej., VHS, VVZ, CMV, adenovirus, picornavirus). Las células HeLa, una línea continua de células epiteliales derivada de un cáncer humano, son excelentes para aislar el virus res- piratorio sincitial, los adenovirus y el VHS. Muchos virus con importancia clínica se pueden aislar, al menos, con alguno de estos cultivos celulares. Detección vírica Un virus se puede detectar e identificar inicialmente median- te la observación de los ECP que producen en la monocapa celular (cuadro 47-3; fig. 47-4) o bien mediante técnicas de inmunofluorescencia o de análisis genómico del cultivo celular infectado. Por ejemplo, un único virus infecta, se disemina y destruye las células circundantes (placa). El tipo de cultivo celular, las características de los ECP y la rapidez del crecimiento vírico se pueden utilizar para identificar inicialmente muchos virus clínicamente importantes. Este planteamiento de la identificación de los virus es parecido al que se utiliza en la identificación de bacterias, que se basa en la proliferación y la morfología de las colonias en medios diferenciales selectivos. Algunos virus crecen lentamente, no lo hacen en absoluto o bien no provocan ningún ECP en las líneas celulares que ha- bitualmente se utilizan en los laboratorios de virología clínica. Figura 47-2 Efecto citopatológico inducido por el virus del herpes simple (VHS). Una muestra de biopsia de un hígado infectado por VHS muestra un cuerpo de inclusión intranuclear eosinofílico de Cowdry de tipo A (A) rodeado de un halo y un anillo de cromatina marginal en la mem- brana nuclear. Una célula infectada (B) presenta un núcleo condensado más pequeño (picnótico). (Cortesía del Dr. JI Pugh, St. Albans City Hospital, Hertfordshire, Reino Unido; de Emond RT, Rowland HAK: A color atlas of infectious diseases, 3.ª ed., Londres, 1995, Mosby.) Figura 47-3 Cuerpos de Negri producidos por el virus de la rabia. A, Un corte de cerebro de un paciente con rabia presenta cuerpos de Negri (flecha). B, Imagen con aumento de otra muestra de biopsia. (A, De Hart C, Broadhead RL: A color atlas of pediatric infectious diseases. Londres, 1992, Wolfe.) CUADRO 47-2 Formas de transmisión de los virus Personas Animales: vacas (p. ej., vacuna de la viruela de Jenner), pollos, ratones, ratas, ratones lactantes Huevos embrionados Cultivos de órganos Cultivos tisulares Primarios Líneas celulares diploides Líneas celulares tumorales o inmortalizadas 432 MICROBIOLOGÍA MÉDICA Algunos causan enfermedades que suponen un riesgo para el personal de laboratorio. El diagnóstico de la infección por es- tos virus casi siempre se basa en los resultados de las pruebas serológicas o en la detección de genomas o proteínas víricos. Las propiedades víricas características también se pue- den utilizar para identificar virus que no tienen ningún ECP característico. Por ejemplo, el virus de la rubéola no causa ningún ECP, pero impide (interfiere) la replicación de los picornavirus en un proceso conocido como interferencia heteróloga, fenómeno que se puede utilizar para identifi- carlo. Las células infectadas por el virus de la gripe, virus parainfluenza, virus de la parotiditis y togavirus expresan una glucoproteína vírica (hemaglutinina) que aglutina los eritrocitos de determinadas especies animales en la superficie de la célula infectada (hemadsorción) (fig. 47-5). Cuando estos virus se liberan en el medio de cultivo celular, se pue- den detectar gracias a la aglutinación de los eritrocitos, un proceso denominado hemaglutinación. La cepa de virus se puede identificar por medio de anticuerpos específicos que bloquean la hemaglutinación, un proceso denominado inhi- bición de la hemaglutinación (IH). Un método innovador de detección del virus del herpes simple emplea células de cultivo tisular modificadas genéticamente que expresan el gen de la b-galactosidasa y adquieren una coloración azulada al ser infectadas por el VHS (sistemaligado a enzimas inducible por virus [ELVIS, por sus siglas en inglés]). Los virus se pueden cuantificar mediante la determinación de la dilución mayor que conserva las siguientes propieda- des (título): 1. Dosis de cultivo tisular (DCT50): título de virus que provoca efectos citopatológicos en la mitad de las cé- lulas de cultivo celular. 2. Dosis letal (DL50): título de virus que destruye el 50% de un conjunto de animales incluidos en la prueba. 3. Dosis infecciosa (DI50): título de virus que provoca un síntoma identificable, la formación de anticuerpos u otra respuesta en el 50% de un conjunto de animales participantes en la prueba. El número de virus infecciosos también se puede evaluar por medio de un recuento de las placas producidas por dilu- ciones de la muestra a la décima parte (unidades formadoras de placas). La proporción de partículas víricas (en la micros- copia electrónica) con relación a las unidades formadoras de placas siempre es mucho mayor de uno como consecuencia de la producción de un número elevado de partículas víricas defectuosas durante el proceso de replicación vírica. Interpretación de los resultados de los cultivos En general, la detección de cualquier virus en los tejidos, el LCR, la sangre o el líquido vesicular del organismo hospeda- dor se puede considerar un hallazgo altamente significativo. Sin embargo, la diseminación vírica puede tener lugar sin que guarde relación con los síntomas de la enfermedad. Algunos Figura 47-5 Hemadsorción de eritrocitos sobre células infectadas con virus de la gripe, virus de la parotiditis, virus parainfluenza o togavirus. Estos virus expresan hemaglutinina en sus superficies, que se une a los eritrocitos de determinadas especies animales. Figura 47-4 Efecto citopatológico de una infección por el virus del herpes simple (VHS). A, Cultivo de células Vero (estirpe celular de riñón de mono verde africano) no infectadas. B, Imagen de células Vero infectadas por VHS-1 en la que se aprecian células redondeadas, células multinu- cleadas y desaparición de la monocapa. Las flechas señalan los sincitios. CUADRO 47-3 Efectos citopatológicos de los virus Muerte celular Redondeamiento celular Degeneración Agregación Pérdida de adherencia al sustrato Cambios histológicos característicos: cuerpos de inclusión en el núcleo o en el citoplasma, marginación de la cromatina Sincitios: células multinucleadas gigantes fruto de la fusión celular provocada por el virus Cambios en la superficie celular Expresión del antígeno vírico Hemadsorción (expresión de hemaglutinina) DIAGNóStICO DE LABORAtORIO DE LAS ENFERMEDADES VÍRICAS 433 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. virus pueden eliminarse de forma intermitente sin provocar síntomas en la persona afectada, durante períodos que os- cilan desde unas semanas (enterovirus en las heces) hasta muchos meses o años (VHS o CMV en la bucofaringe y la vagina; adenovirus en la bucofaringe y en el tubo digestivo). Por otra parte, un resultado negativo puede que no sea con- cluyente, ya que la muestra puede haber sido manipulada incorrectamente, puede contener anticuerpos neutralizantes o puede haberse obtenido con anterioridad al comienzo de la diseminación de las partículas víricas. detección de ProteínAs VíricAs Durante la replicación vírica se sintetizan enzimas y otras proteínas que se pueden detectar a través de métodos bioquí- micos, inmunológicos y de biología molecular (cuadro 47-4). Las proteínas víricas se pueden separar por electroforesis, y se pueden usar sus configuraciones específicas para identificar y distinguir los distintos virus. Por ejemplo, las proteínas de una célula infectada por el VHS separadas mediante electroforesis y las proteínas del virión presentan patrones diferentes en los distintos tipos y cepas del VHS-1 y el VHS-2. La detección y el análisis de las enzimas características o sus actividades permiten identificar y cuantificar virus específicos. Por ejemplo, la presencia de transcriptasa inversa en el suero o el cultivo celular indica la presencia de un retrovirus o un hepadnavirus. Igualmente se puede recurrir a la hemaglutinación o hemadsorción para detectar fácilmente la hemaglutinina producida por el virus de la gripe. Los anticuerpos se pueden utilizar como instrumentos sensibles y específicos para detectar, identificar y cuantifi- car virus y antígenos víricos en muestras clínicas o cultivos celulares (inmunohistoquímica). Concretamente, los an- ticuerpos monoclonales o monoespecíficos son útiles para distinguir virus. Los antígenos víricos de la superficie celular o el interior de la célula se pueden detectar mediante técni- cas de inmunofluorescencia y enzimoinmunoanálisis (EIA) (v. cap. 6, figs. 6-2 y 6-3). El virus o el antígeno desprendido de las células infectadas se pueden detectar mediante un análisis de inmunoadsorción ligada a enzimas (ELISA), radioinmunoanálisis (RIA) y aglutinación con látex (LA) (v. definiciones en el cap. 6). Se han comercializado equipos de reactivos para la detección de patógenos víricos de forma aislada o múltiple (multiplex). Los equipos multiplex para virus respiratorios pueden ayudar a determinar la disponibi- lidad de tratamiento antiviral. La detección del CMV y otros virus se puede intensificar utilizando una combinación de cultivo celular y medios inmu- nológicos. Con este método la muestra clínica se centrifuga sobre células cultivadas en un cubreobjetos o en el fondo de un shell vial (tubo de cristal). Este paso aumenta la eficacia del método y acelera la progresión de la infección en las célu- las localizadas en el cubreobjetos. A continuación, las células se analizan mediante técnicas de inmunofluorescencia (fluo- rescencia directa) o EIA de detección de antígenos víricos precoces, los cuales se pueden detectar al cabo de 24 horas en lugar de los 7-14 días que precisa la aparición de ECP. detección de mAteriAl genético Vírico La secuencia genética de un virus es una característica dife- rencial importante de la familia, el tipo y la cepa del virus (v. cuadro 47-4). Los patrones electroforéticos del ácido ribo- nucleico (ARN) (virus de la gripe, reovirus) o las longitudes de los fragmentos de restricción resultantes de la digestión del ADN del genoma vírico por una endonucleasa son semejantes a las huellas dactilares genéticas de estos virus. Las cepas de VHS-1 y VHS-2 se pueden distinguir por el polimorfismo de la longitud de los fragmentos de restricción. Los nuevos métodos de detección de genomas víricos emplean sondas ge- néticas específicas de secuencias y métodos de amplificación del ARN y el ADN semejantes a la técnica de PCR que hacen posible un análisis más rápido y cuantitativo con un menor riesgo de infección por el patógeno vírico. Los métodos para secuenciar el genoma de los virus cada vez son más rápidos y baratos, de modo que se están convirtiendo en un método rutinario para la identificación vírica. Las sondas de ADN con secuencias complementarias a regiones específicas del genoma vírico se pueden utilizar como herramientas sensibles y específicas para detectar un virus, igual que los anticuerpos. Estas sondas son capaces de detectar el virus incluso en ausencia de replicación vírica. El análisis de las sondas de ADN es especialmente útil para detectar virus de replicación lenta o no productivos, como el CMV y el papilomavirus humano, o cuando no se puede de- tectar el antígeno vírico por medio de pruebas inmunológicas (v. cap. 5, fig. 5-3). La hibridación in situ (p. ej., hibridación in situ fluorescente [FISH, por sus siglas en inglés]) permite detectar secuencias genéticas víricas específicas en muestras de biopsia de tejido fijadas y permeabilizadas. Los genomas víricos también se pueden detectar en mues- tras clínicas aplicando dot blot o Southern blot. Con este último método, el genoma vírico o los fragmentos del genoma digeridos por una endonucleasade restricción y separados electroforéticamente se aplican sobre filtros de nitrocelulosa y posteriormente se detectan mediante sondas de ADN que se hibridan con ellos. El ARN vírico separado por electroforesis (Northern blot: hibridación de sonda ARN:ADN) y aplicado sobre un filtro de nitrocelulosa se puede detectar de forma similar. Las sondas de ADN se detectan mediante métodos CUADRO 47-4 Análisis de proteínas y ácidos nucleicos víricos Proteínas Patrones proteínicos (electroforesis) Actividades enzimáticas (p. ej., transcriptasa inversa) Hemaglutinación y hemadsorción Detección de antígenos (p. ej., inmunofluorescencia directa e indirecta, análisis de inmunoadsorción ligada a enzimas, Western blot) Ácidos nucleicos Patrones de digestión con endonucleasa de restricción Tamaño del ARN segmentado de origen vírico (electroforesis) Hibridación del ADN del genoma in situ (citoquímica) Southern, Northern y dot blot PCR (ADN) Reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (ARN) PCR cuantitativa en tiempo real Cadena ramificada de ADN y otras pruebas relacionadas (ADN, ARN) Secuenciación del genoma ADN, ácido desoxirribonucleico; ARN, ácido ribonucleico; PCR, reacción en cadena de la polimerasa. 434 MICROBIOLOGÍA MÉDICA de autorradiografía, fluorescencia o EIA. En la actualidad se ha comercializado un amplio abanico de sondas víricas y equipos de reactivos para la detección de virus. Para muchos laboratorios, las técnicas de amplificación del genoma, como la PCR para genomas ADN y la PCR con transcriptasa inversa (RT-PCR) para genomas ARN son el método de elección para la detección e identificación de los virus. El uso de cebadores adecuados para PCR puede facilitar la amplificación de hasta un millón de veces de la secuencia diana en pocas horas. Esta técnica es especialmente útil para detectar secuencias latentes e integradas de virus, como re- trovirus, herpesvirus, papilomavirus y otros papovavirus, así como las secuencias de virus presentes a bajas concentraciones y los virus cuyo aislamiento resulta complejo o peligroso a par- tir de cultivos celulares. La RT-PCR utiliza una transcriptasa inversa de origen retrovírico para convertir el ARN vírico en ADN y permite la amplificación por PCR de las secuencias de ácido nucleico vírico. Este planteamiento fue muy útil para identificar y distinguir los hantavirus que provocaron el brote de Nuevo México (EE.UU.) en 1993. Estas técnicas pueden automatizarse con facilidad para analizar la presencia de diferentes virus (multiplex) en múltiples muestras. La cuantificación de la cantidad de genoma en un paciente (carga vírica) se puede determinar a través de la PCR en tiempo real. Por ejemplo, la concentración de genoma vírico (genoma ARN que se convierten en ADN) es proporcional a la tasa inicial de amplificación por PCR del ADN genómico. Esta prueba es especialmente importante para controlar la evolución de la infección por VIH. La técnica de PCR es el prototipo de otra serie de técni- cas de amplificación del genoma del VIH. La amplificación basada en la transcripción emplea una transcriptasa inversa y cebadores específicos para secuencias víricas con el propósito de sintetizar ADN complementario (ADNc), el cual contiene también una secuencia reconocida por la ARN polimerasa dependiente de ADN del bacteriófago T7. La ARN polime- rasa de T7 transcribe el ADN en ARN. A continuación, las nuevas secuencias de ARN participan de nuevo en la reacción para amplificar la secuencia relevante. A diferencia de lo que sucede en la prueba de PCR, estas reacciones no exigen la utilización de instrumentación especializada. Otras técnicas de amplificación y detección genómicas son similares conceptualmente al método ELISA. Estos abordajes emplean secuencias inmovilizadas de ADN que son com- plementarias para una secuencia genómica vírica relevante y permiten capturar el genoma vírico. Posteriormente se unen a otra secuencia complementaria que contiene un sistema de detección. La secuencia de la sonda del genoma se puede unir a una cadena muy ramificada de ADN, cada una de cuyas ramas provoca una reacción que amplifica la señal hasta alcan- zar niveles detectables. Otra variación de esta técnica utiliza un anticuerpo capaz de reconocer complejos ADN-ARN con el fin de capturar híbridos formados por una sonda de ARN con el ADN vírico en un pocillo de la placa. A continuación se emplean anticuerpos marcados con enzimas y un ELISA con el propósito de detectar la presencia del genoma vírico. Al igual que la técnica de ELISA, estos métodos se pueden automatizar y configurar para analizar un panel de virus. serologíA VíricA La respuesta inmunitaria humoral contiene los antecedentes de cuadros infecciosos del paciente. Se utilizan estudios sero- lógicos para identificar los virus difíciles de aislar y cultivar en cultivos celulares, así como para aquellos virus que provocan enfermedades de larga duración (v. cuadro 6-2). Las pruebas serológicas se pueden utilizar para identificar un virus y su cepa o serotipo con el fin de determinar si se trata de una enfermedad aguda o crónica y definir si la infección es de tipo primario o bien constituye una reinfección. La detección de anticuerpos de tipo inmunoglobulina M (IgM) específicos del virus, que aparecen durante las primeras 2 o 3 semanas de una infección primaria, generalmente indica una infección primaria reciente. La seroconversión está indicada por al menos un incremento del cuádruple en el título de anticuerpos entre el suero obtenido durante la fase aguda de la enfermedad y el obtenido por lo menos 2 o 3 semanas después durante la fase de convalecencia. La reinfección o la posterior recurrencia a lo largo de la vida provocan una respuesta anamnésica (secundaria o de recuerdo). Los títulos de anticuerpos pueden mantenerse altos en pacientes que padecen recurrencias frecuentes de una enfermedad (p. ej., virus herpes). Debido a la imprecisión inherente de los análisis seroló- gicos basados en diluciones seriadas al doble, se necesita un aumento hasta el cuádruple del título de anticuerpos entre el suero agudo y el convaleciente para indicar seroconversión. Por ejemplo, las muestras con 512 unidades y 1.023 unida- des de anticuerpos generarían una señal en una dilución de 1:512, pero no en una de 1:1.024, y en ambas el título se consideraría 512. Por otro lado, las muestras con 1.020 y 1.030 unidades no son significativamente diferentes, pero se identificarían como títulos de 512 y 1.024, respectivamente. El curso crónico de la infección también puede determinar- se a partir de un perfil serológico. Concretamente, la presencia de anticuerpos frente a determinados antígenos víricos clave y Figura 47-6 Análisis de neutralización, hemaglutinación e inhibición de la hemaglutinación. En el análisis presentado se incubaron diluciones 1/10 de suero con el virus. A continuación, se añadieron cantidades iguales de la mezcla a cultivos celulares o eritrocitos. En ausencia del anticuerpo, el virus infectó el cultivo monocapa (indicado por el efecto citopatológi- co [ECP]) o provocó la hemaglutinación (es decir, formó una suspensión de eritrocitos similar a un gel). En presencia del anticuerpo, se bloqueó la infección, evitando el ECP (neutralización) o se inhibió la hemaglutinación, permitiendo que los eritrocitos formaran grumos. El título del anticuerpo en el suero era de 100. ufp, unidades formadoras de placa. DIAGNóStICO DE LABORAtORIO DE LAS ENFERMEDADES VÍRICAS 435 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. sus títulos se pueden utilizar para identificar la fase de la enfer- medad provocada por determinados virus. Este planteamiento es especialmente útil para el diagnóstico de las enfermedades víricas de evolución lenta (p. ej., hepatitis B, mononucleosis in- fecciosa producida por el virus de Epstein-Barr). En general, los primeros anticuerposque se detectan son los que van dirigidos contra los antígenos más accesibles para el sistema inmunitario (p. ej., expresados en el virión o en las superficies de las células infectadas). En una fase más avanzada de la infección, cuando las células han sido lisadas por el virus infectante o por la res- puesta inmunitaria celular, se detectan los anticuerpos frente a las proteínas y enzimas víricas intracelulares. Por ejemplo, los anticuerpos fabricados frente a antígenos de la envoltura y la cápside del virus de Epstein-Barr se detectan en primer lugar. Posteriormente, durante la convalecencia, se detectan anticuerpos frente a antígenos nucleares, como el antígeno nuclear del virus de Epstein-Barr. Se puede utilizar una batería o un panel serológico para el análisis de diversos virus en el diagnóstico de determinadas enfermedades. Los factores epidemiológicos locales, la época del año y los factores del hospedador tales como la inmunocompe- tencia, los antecedentes de viajes y la edad, influyen en el tipo de análisis víricos que se deben incluir en un panel. Por ejemplo, el VHS y los virus de la parotiditis, las encefalitis equinas occi- dental y oriental, la encefalitis de San Luis, la encefalitis del Nilo Occidental y la encefalitis de California se pueden incluir en un panel de análisis de enfermedades del sistema nervioso central. Métodos de análisis serológicos Los análisis serológicos utilizados en virología se enumeran en el capítulo 6, cuadro 6-1. Los análisis de neutralización e IH estudian los anticuerpos basándose en el reconocimiento y la unión a los virus. Los anticuerpos que recubren el virus inhiben su unión a las células indicadoras (fig. 47-6). La neu- tralización del virus por los anticuerpos inhibe la infección y los efectos citopatológicos en las células del cultivo tisular. La IH se emplea para la identificación de virus que pueden aglutinar de manera selectiva los eritrocitos de distintas es- pecies animales (p. ej., pollo, cobaya, humanos). Los anti- cuerpos del suero impiden que una cantidad estandarizada de virus se una a los eritrocitos y los aglutine. El análisis de fluorescencia indirecta de anticuerpos y los inmunoanálisis en fase sólida como la aglutinación con látex y la técnica ELISA se utilizan habitualmente para detectar y cuantificar el antígeno vírico y el anticuerpo antivírico. La prueba de ELISA se utiliza para cribar las donaciones de sangre con el fin de excluir a las personas seropositivas para los virus de la hepatitis B, la hepatitis C y el VIH. El Western blot es muy importante para confirmar la seroconversión y, por tanto, la infección por VIH. La capacidad de los anti- cuerpos del paciente de identificar ciertas proteínas víricas separadas mediante electroforesis, transferidas (depositadas) a un papel de filtro (p. ej., nitrocelulosa, nailon) y visualiza- das por medio de un anticuerpo antihumano conjugado con una enzima confirma el diagnóstico de la infección por VIH indicada por la prueba de ELISA (fig. 47-7). Limitaciones de los métodos serológicos La presencia de un anticuerpo antivírico indica una infección previa, pero no basta para indicar cuándo se produjo la mis- ma. El hallazgo de la IgM específica del virus, el incremento del título de anticuerpos al cuádruple entre el suero de la fase Figura 47-7 Análisis Western blot de antígenos y anticuerpos del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Los antígenos proteicos del VIH se separan por electroforesis y se depositan sobre tiras de papel de nitrocelulosa. Las tiras se incuban con anticuerpos del paciente, se lavan para eliminar cualquier anticuerpo no unido y luego se hacen reaccionar con anticuerpo antihumano conjugado con una enzima y con sustrato cromóforo. El suero de las personas infectadas por VIH conjuga e identifica las principales proteínas antigénicas del VIH. Estos datos ponen de manifiesto la seroconversión de un sujeto infectado por VIH con suero obtenido los días 0 (D0) a 30 (D30) en comparación con un control positivo (CP) y un control negativo (CN). PM, peso molecular. (De Kuritzkes DR: Diagnostic tests for HIV infection and resistance assays. En Cohen J, Powderly WG: Infectious diseases, 2.ª ed., St. Louis, 2004, Mosby). 436 MICROBIOLOGÍA MÉDICA aguda y de la fase convaleciente o los perfiles de anticuerpos específicos son indicativos de infección reciente. Asimismo, en los análisis se producen resultados falsos positivos o falsos negativos que también pueden confundir el diagnóstico. Por otra parte, los anticuerpos del paciente pueden estar unidos al antígeno vírico (tal como sucede en los pacientes con hepatitis B) formando inmunocomplejos que impiden la detección del anticuerpo. Las reacciones serológicas cruzadas entre los distintos virus también pueden generar confusión con respecto a la identidad del agente infectante (p. ej., los virus parainfluenza y de la parotiditis expresan antígenos similares). A la inversa, el anticuerpo utilizado en el análisis puede ser excesivamente específico (como sucede en el caso de un gran número de anticuerpos monoclonales) y es posible que no reconozca cepas de virus de la misma familia y dé lugar a un resultado falso negativo (p. ej., rinovirus). Una buena comprensión de la sintomatología clínica y el conocimiento de las limitaciones y las posibles dificultades de los análisis serológicos facilitará el proceso de elaboración del diagnóstico. PREGUNtAS 1. Se obtiene tejido cerebral durante la autopsia de un paciente que falleció de rabia. ¿Qué procedimientos se podrían utilizar para confirmar la presencia de células infectadas por el virus de la rabia en el tejido cerebral? 2. Se toma un frotis cervical para la tinción de Papanicolaou de una mujer con un papiloma vaginal (verruga). Algunos tipos de papiloma se han asociado a la aparición de un carcinoma cervical. ¿Qué método o métodos se deberían utilizar para detectar e identificar el tipo de papiloma del frotis cervical? 3. Un caso legal se resolvería si se identificase el origen de una infección por VHS. Se obtiene suero y cepas víricas del paciente infectado y de dos contactos. ¿Qué métodos se podrían utilizar para determinar si el paciente presenta una infección por el VHS-1 o el VHS-2? ¿Qué método se podría utilizar para comparar el tipo y la cepa de VHS procedente de cada uno de los tres sujetos? 4. Un hombre de 50 años presenta síntomas similares a los de la gripe. La figura que se presenta a continuación muestra los resultados de los análisis de inhibición de hemaglutinación con muestras de suero obtenidas cuando se manifestó la enfermedad (fase aguda) y 3 semanas después. En la parte superior derecha se presentan los datos de IH de la cepa actual del virus de la gripe A (H3N2). La hemaglutinación se indica mediante círculos rellenos. ¿Presenta el paciente una infección por la cepa actual del virus de la gripe A? 5. Un policía se pincha accidentalmente en el dedo con la aguja de la jeringa de un drogadicto. Le preocupa haber adquirido la infección por VIH. Un mes más tarde se toman muestras del policía para analizarlas. ¿Qué análisis serían adecuados para determinar si existe una infección por este virus? En este caso, podría ser demasiado pronto para detectar una respuesta de anticuerpos frente al virus. ¿Qué procedimientos serían adecuados para analizar la presencia del virus o de componentes víricos? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es BIBLIOGRAFÍA Carter J, Saunders V: Virology: principles and applications, Chichester, England, 2007, Wiley. Cohen J, Powderly WG: Infectious diseases, ed 2, St Louis, 2004, Mosby. Collier L, Oxford J: Human virology, ed 3, Oxford, England, 2006, Oxford University Press. Forbes BA, Sahm DF, Weissfeld AS: Bailey and Scott's diagnostic mi crobiology, ed 12, St Louis, 2007, Mosby. Hsiung GD: Diagnostic virology, ed 3, New Haven, Conn, 1982, Yale University Press. Knipe DM, etal: Fields virology, ed 5, Philadelphia, 2006, Lippincott Williams & Wilkins. Lennette EH: Laboratory diagnosis of viral infections, ed 3, New York, 1999, Marcel Dekker. Menegus MA: Diagnostic virology. In Belshe RB, editor: Textbook of human virology, ed 2, St Louis, 1991, Mosby. Murray PR: Pocket guide to clinical microbiology, ed 3, Washington, DC, 2004, American Society for Microbiology Press. 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