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XXIV Acerca de la vocación médica no un comercio, un llamado, no un negocio, serán puestos en juego por igual. WILLIAM OSLER, The Master Word in Medicina no antes y en el camino hacia la adultez, el una elección de carrera profesional, entre la que puede con- tarse la Medicina. Desconoce los motivos misma obedece en parte a determinaciones percibidos. Con su decisión busca ocupar - caso el trabajo médico, que le brinde un sustento económico y que le dé respuesta tempranamente, las que en su totalidad se dan a conocer con el nombre de vocación médica. Aunque van indisolublemente uni- das, se debe discriminar entre vocación, un llamado el joven sujeto se siente convocado a - ma ser escuchado. A menudo implica a lo largo de toda la vida. es la misión con la que supuestamente Dios convoca a sus adeptos. Aparece como una - ta dirección, pero sin saber adónde, para realizar una tarea importante en el mundo atendidas. Si bien el llamado es sentido como una voz interna impersonal, aspectos vincu- adolescencia, cuando se aproxima la deci- siva elección profesional. Otras veces, una auténtica vocación puede hacer eclosión en la mitad de la vida o aún más tarde. No lo lla- Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛274 ma una carrera tratando de dar cuenta de esa vocación. - dad potencial que tiende a ayudar, soco- rrer, colaborar, cuidar a un otro en necesi- capacidad o función asistencial. Cuando se sobrepone que tienden a impedirla o neutralizarla, se muestra como una disposición que inicia- da en las etapas más tempranas de la vida puede alcanzar su culminación y madurez - do por las diferentes etapas del ciclo vital. de dicha función en el establecimiento de - presivas: de atacar o haber atacado a los obje- - servicios a los demás. asistencial podrá ponerse claramente de percibe dentro de sí dicha función y está profesionalizarla carreras del campo de la salud que se ocu- pan de darle a la misma un soporte de co- nocimientos teóricos y técnicos apropiados: medicina, enfermería, asistencia social, ki- - dicina que tiene que tener una auténtica a servir las necesidades que le plantean los demás. La elección de carrera profesional - - nal de asumir la elección. La carrera provee los medios . La profesión le permite a la vocación una instrumentación socialmen- de subsistencia. En el caso de la Medicina, mientras la - una identidad médica - va su vida profesional, compartiéndola con una institución milenaria. El estudio de las múltiples variables conscientes e inconscientes que intervienen en los aspectos vocacionales que participan en la elección de una carrera sólo puede proceso analítico. A distancia de esta po- - terminantes, por lo que de él se conoce, se Al terminar sus estudios secundarios, el como los adolescentes de su edad, el pro- - en la vida. Cuando niño, se había devorado el Mariscal Massena o el Duque de Rivo- - ministro habían quedado atrás. Sentía que sus ambiciones de poder debían ahora en- contrar otra expresión, más acorde con su Poco después de terminar sus estudios secundarios, Freud renuncia a su afán de alcanzar el poder por el poder a través de ⎛ 275⎞ una carrera en la política. Cambia y se inte- resa por un poder más sublime, aquél que la historia natural, lo que son hoy en día las ciencias - hombre de ciencia. él, el secreto del poder no estaba en la fuerza sino en la comprensión, en el en- tender las cosas, en especial los asun- tos humanos. elección estaba entre industria y comer- cio, prontamente descartados, y Derecho o Medicina. Parece que hubo, por un tiem- po, cierta posibilidad de estudiar Derecho, como un eco de sus ambiciones políticas, “pero sus impulsos profundos lo estaban conduciendo en otra dirección”.1 En el momento de su decisión, cuando - examinaré los documentos milenarios de la con todo el que quiera aprender”.2 En len- jurídico - to su futuro interés por la historia enterra- - nas y el deseo de darlas a conocer a los de- Tampoco sentía por ahora una atracción más tarde: “Si bien vivíamos en una situa- - ciones en la elección de carrera. En aque- llos años no había sentido una particular preferencia por la posición y la actividad del médico; por lo demás tampoco la sentí más tarde. Más bien me movía una suerte de apetito de saber, pero dirigido más a la - rales; tampoco había discernido el valor de la observación como medio principal para - a ser un conocido político, nació en mí el deseo de estudiar Derecho como él y lan- zarme a la actividad pública. Entretanto, la doctrina de Darwin, re- - samente porque prometía un extraordinario avance en la comprensión del universo, y fue el hecho de haber conocido el hermo- Sobre una conferencia popular del profesor Carl Bruhl, exactamente antes de abandonar el bachillerato, lo que me decidió a inscribir- me en Medicina”3 Se destaca en este párrafo esa pasión sen- tida en términos pulsionales como un ham- bre insaciable para conocer y dar respuesta a los secretos los asuntos humanos. La relación entre vocación y pa- sión ha sido señalada muchas otras veces. Freud “sentía una verdadera pasión por comprender”.4 Es de hacer notar que Freud adolescencia aunque no - cación que lo llevaba en otra dirección. El respeto por la observación cuidadosa como otra de sus preocupaciones, lo llevó a in- 1 Jones, E. 2 3 Obra completa 4 Jones E. Op. cit. XXIV Acerca de la vocación médica Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛276 evitar las especulaciones insustanciales de - se poco inclinado hacia la Medicina, nadie Freud sean centrales para la construcción de cuadro romántico de la naturaleza, como - de lo bello en la Naturaleza sino también lo - sito. Hay en el ensayo una visión maternal - de podía vislumbrar, Freud necesitaba com- pero en especial los de la existencia humana - se inclinaba por este último camino. El es- tudiante de Medicina actual podría sentirse que la verdadera fuente del interés inqui- - riosidad sexual infantil. Freud parecía uno de aquellos hombres en quienes la especu- lación abstracta puede ser tan intensa que temen verse dominados por ella y sienten la necesidad de contrarrestarla dedicándose 5 Solo en las décadas posteriores de su vida se permitió lanzarse resueltamente a la es- peculación.6 Es de suponer que su incansable búsque- da del sentido de las relaciones humanas se - ciones que le tocó vivir en los primeros años de su vida familiar: tener un padre añoso, - dónde vienen los niños... Le era necesario del hombre dentro de la misma y su cons- titución física. Sabía que poseía una men- te muy ordenada, tenía la necesidad de un disciplina intelectual y todo le señalaba a la - vidad y exactitud. La Medicina le ofrecía en de la constitución corporal del hombre. - de la naturaleza interior del hombre, impulsos más profundos. aproximaba a sus intereses aun cuando de- - reclamaba. En este momento tan especial, “en me- dio de las incertidumbres propias del pro- ceso de esta decisión, un episodio amoroso realmente en su elección de carrera”.7 En esa época, como recompensa por haber completado sus estudios secundarios, por única vez en su vida, volvió a visitar el lu- - y medio por problemas laborales del padre para trasladarse a Viena. En esa visita per- 5 Jones, E. 6 Obra completa Aires, 1992. 7 Jones E. Op. cit. ⎛ 277⎞ y se enamoró por primera vez en su vida, hacer que este enamoramiento trascendiera. - raba intensamente, con la fantasía de cuán feliz hubiera sido su vida si sus padres no hasta se hubiera casado con la muchacha de sus sueños. Era por culpa de su padre que se perdía a la muchacha. Fantaseaba además que éste quería apartarlo de sus andanzas intelectuales, ubicarlo en otras más prácti- de la infancia. La experiencia constituyó un apasionamiento edípico tardío porque, en realidad, se sabe por cartas que le envió a - chacha por quien estabadeslumbrado. Con estos hechos tenemos asociado un delicioso recuerdo encubridor que enlaza esta expe- riencia con fantasías tempranas vividas en su ciudad natal. Pero además sabemos que en esa ciudad, cuando Freud tenía 2 años y medio, falleció un hermano menor de seis meses de edad y - tuosa ola de represión sexual, responsable - ciones mundanas a la llama del idealismo Freud terminó de decidirse por la Medicina y no volvió a enamorarse hasta diez años más tarde, cuando conoció a Marta Ber- nays, su futura esposa. La carrera médica se desarrolló después - minación de su vida, con cuarenta años de profesión, lo cuenta de esta manera: “...Me - de mi vida consiste en el hecho de que, lue- rodeo, he vuelto a encontrar el camino que noticia de haber tenido en mis años tempra- doliente. Mi disposición innata al sadismo no era muy fuerte... Tampoco me dio nunca sentido la incontenible necesidad de com- prender algo de los enigmas del mundo en a su solución. Lo que más esperanzas pare- cía conceder a este aspecto era inscribirme en la Facultad de Medicina. Después de eso continué experimentando aún infructuosa- no pasaba de los estrechos limites de la His- mis exámenes médicos, pero no demostré - lacionado con la Medicina hasta el día en que el maestro a quien respetaba tanto me - des materiales, no me sería posible dedicar- me a una carrera puramente teórica. Así fue - a ocuparme de las neurosis”9 - nervioso, descubrió las propiedades de la coca y publicó varias contribuciones sobre - - Obra completa III. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. 9 Citado en Jones, E. XXIV Acerca de la vocación médica ⎛ 277⎞ y se enamoró por primera vez en su vida, hacer que este enamoramiento trascendiera. - raba intensamente, con la fantasía de cuán feliz hubiera sido su vida si sus padres no hasta se hubiera casado con la muchacha de sus sueños. Era por culpa de su padre que se perdía a la muchacha. Fantaseaba además que éste quería apartarlo de sus andanzas intelectuales, ubicarlo en otras más prácti- de la infancia. La experiencia constituyó un apasionamiento edípico tardío porque, en realidad, se sabe por cartas que le envió a - chacha por quien estaba deslumbrado. Con estos hechos tenemos asociado un delicioso recuerdo encubridor que enlaza esta expe- riencia con fantasías tempranas vividas en su ciudad natal. Pero además sabemos que en esa ciudad, cuando Freud tenía 2 años y medio, falleció un hermano menor de seis meses de edad y - tuosa ola de represión sexual, responsable - ciones mundanas a la llama del idealismo Freud terminó de decidirse por la Medicina y no volvió a enamorarse hasta diez años más tarde, cuando conoció a Marta Ber- nays, su futura esposa. La carrera médica se desarrolló después - minación de su vida, con cuarenta años de profesión, lo cuenta de esta manera: “...Me - de mi vida consiste en el hecho de que, lue- rodeo, he vuelto a encontrar el camino que noticia de haber tenido en mis años tempra- doliente. Mi disposición innata al sadismo no era muy fuerte... Tampoco me dio nunca sentido la incontenible necesidad de com- prender algo de los enigmas del mundo en a su solución. Lo que más esperanzas pare- cía conceder a este aspecto era inscribirme en la Facultad de Medicina. Después de eso continué experimentando aún infructuosa- no pasaba de los estrechos limites de la His- mis exámenes médicos, pero no demostré - lacionado con la Medicina hasta el día en que el maestro a quien respetaba tanto me - des materiales, no me sería posible dedicar- me a una carrera puramente teórica. Así fue - a ocuparme de las neurosis”9 - nervioso, descubrió las propiedades de la coca y publicó varias contribuciones sobre - - Obra completa III. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. 9 Citado en Jones, E. XXIV Acerca de la vocación médica Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛278 a otros adolescentes: de tener que optar entre los aspectos útiles o prácticos y los agradables o deseables de una profesión. Debió dar, como muchas veces ocurre, un largo rodeo para encontrar la senda que le marcaban sus intereses vocacionales. Medicina, la transitó y aprovechó. Con el tiempo, abrió un espacio dentro de ella, ab- solutamente inédito, fruto de su creación y recién cuando tenía entre cuarenta y cua- desde donde empezar a dar respuestas “de de contribuir acaso con su solución”. Para eso tuvo que innovar y crear su instrumento Después de su muerte, la mirada del Psicoa- nálisis se volcó sobre muchos campos del saber, la Medicina inclusive. Mecanismos psicológicos que sostienen la vocación médica médica se estructuran en las etapas tempra- nas de la vida y son el resultado de expe- riencias emocionales muy primitivas, en intercambio con un ámbito familiar. Freud señala que sus padres respetaron su incli- nación vocacional, cosa que no siempre ocurre. - nes sobre lo esencial y hacia donde tiende, cuidar a un otro en necesidad. Se va a instrumentar en el despliegue de la fun- ción asistencial en un marco profesio- Para entender la vocación se recurre a la sublimación, y a los sentimientos que se - cos teóricos de referencia diferentes no ne- cesariamente se excluyen uno al otro. El impulso a la reparación DR. J. LOWENSTEIN, , 1997 - mir que se está en presencia, real o fantasea- da, de un daño corporal. Justamente, la vo- respuesta a la preocupación inconsciente cuidado”. Se denomina objeto interno a la - presentación internalizada con las caracte- y sentimientos. El Superyó o conciencia es Las fantasías de daño corporal son concomitantes inevitables de los procesos anímicos tempranos en el camino hacia del Yo. Se ha supuesto, además, que en su núcleo, conforman lo que ha venido a de- nominarse una fantasía de enfermedad, la Rev Psicoan. 22, 1965. ⎛ 279⎞ mente sus aspectos dañados, representación de enfermedad, vivida como cuerpo extraño y hostil y a la que se tiende a expulsar como un escíbalo. Estas fantasías no necesaria- mente necesitan de experiencias traumáti- cas o daños efectivamente ocurridos, aún cuando éstos puedan haber sido parte de las vivencias infantiles. Simultáneamente, también se puede re- conocer la presencia de intensa ansiedad frente a las manifestaciones de la propia - sías frente a su destructividad. El deseo de restaurar las cosas dañadas y de sentir lásti- ma por ellas fue su observación sistemática - paratoria. Reconoció cómo, una y otra vez, impulsos de crueldad y violencia extrema - cían presentes el remordimiento y la lásti- ma.11 Lástima las- timado por su culpa, sea real o fantaseada. componente de culpa y de reproche más claramente. Un sentimiento cercano al de lástima es el de la compasión - . Para Freud la compasión tiene que ver con un la referencia a uno mismo delata un compo- nente narcisista.12 mismo destruyó. restaurar los efectos de impulsos des- tructivos ejercidos sobre los objetos de amor. Las tendencias reparatorias de la men- te implican haber evolucionado a un nivel de preocupación y responsabilidad por - interno pero se expresa simultáneamente como una fuerza para acciones constructi- vas en el mundo externo. Estos impulsos pueden manifestarse a - enfrentar con éxito sus sentimientos de cul- pa merced a la compasión frente al sufri- ve impulsado a ayudarle. La posibilidad de - propia y una manera relativamente exitosa una fantasía de curación a la manera de un ob- la enfermedad con simpatía y lásti- ma.13 Los aspectos vocacionales médicos se apuntalan fuertemente en ese núcleo. Pero las tendencias reparatorias pueden, a veces, ser utilizadas como un mecanismo de defensa, de manera compulsiva. Así, tal disposición en el ámbito asistencial pue- fantasías omnipotentes, de querer restaurar 11 . 1945;26:143-152. 12 Obra completa 13 Luchina, L. “Identidad médica y relación médico paciente”. Rev de Psicoan XXIV Acerca de la vocación médica Salud Mental en Medicina- Héctor A. Ferrari⎞⎛280 daños ad integrum cuando en la realidad no hay la menor posibilidad de que así sea. A veces, ciertas acciones médicas tienen ese matiz demostrable como furor curandis, cuando la reparación se excede en sus lími- que en la realidad. Denuncia una tendencia - vas del médico que se tornan imparables. Constituye una fuente de malestar para su - tados nunca lo satisfacen. Esta pseudo re- paración instrumentación de los recursos médicos, sobremedicación, visitas reiteradas por an- siedad, etcétera. Aun cuando se desenvuelva sin con- médica siempre tendrá un aspecto de acer- tarea y, por su naturaleza, también un as- pecto evitativo que trata de poner distancia por ansiedad. Esta dinámica determina, con tareas clínicas, administrativas o de labo- ratorio. La especialidad implica un recorte de las tareas del médico, que puede permitir - ción con el paciente queden excluidos. Un a las ansiedades que le despierta el contacto corporal, se dedica a la mente, o a la inver- sa; o poner distancia de la clínica dedicán- dose a tareas administrativas. tratan de controlar la ansiedad, la tendencia - cultad en captar al paciente en su totalidad y a obrar en consecuencia. Las actividades sublimatorias permitida toda una serie de actividades que en su infancia le interesaron, le desperta- ban mucha curiosidad y que, como a todos, le estaban prohibidas. Puede hacer que la explorar los misterios del funcionamiento de los niños, examinar los excrementos, - el juego del doctor. Con la represión y transformación de las estructuras libidinales se supone que en parte esos impulsos infantiles serán vueltos - mino del Psicoanálisis, sublimados. sublimación es la transformación de impulsos libidinales infantiles como mi- sublimación es un mecanismo capaz socialmente valoradas a partir de las - tadas. - ses apasionados de un valor narcisista muy - plos de médicos casados con su profesión y con ella. Conclusiones finales La vocación funciona como un polo de inte- - ⎛ 281⎞ fuerzan a cumplir, como un principio moti- vacional infantil que está basado en la obe- diencia y el sometimiento, la recompensa y un hom- bre de verdad como papá. Pero cuando se suceden las transforma- ciones adultas que se inician en la latencia, se profundizan durante la crisis de la adoles- cencia, entonces se suman cualidades nue- con responsabilidad que supone colocarse vocación se irá sintiendo no como metas a cumplir, sino como intereses o aspiraciones propias.14 Este desarrollo está mostrado en esta anécdota de Freud, relatada por uno de 15 - - bría de tener acceso al trono del Altísi- mo, iría allá con un hueso canceroso, me tocara a mí encontrarme en seme- reprocharía al Altísimo sería el no ha- berme concedido un cerebro mejor. - una revelación, Freud aspiraba a recibir de - nal y mental para encontrarlo por sí mismo. - - der pasar a un nivel de admiración y respeto que permita la crítica y el cuestionamiento. El ambiente familiar y social es también importante en la manera en que se desple- parentales están en operación aun antes de su parte silenciosamente. Los padres de médicos que en la forma de una verdadera dinastía preservan la misma profesión por la infancia aporta los componentes básicos de naturaleza reparatoria y sublimatoria; la adolescencia será el momento de la elec- ción profesional y la salida hacia su con- solidación; la crisis de la mitad de la vida, con el reconocimiento de la propia muerte, le podrá dar a la profesión la riqueza, pro- estará menos a la defensiva, más abierto a las posibilidades de un contacto más sutil y menos expuesto con sus pacientes. En el ínterin, se sentirá llamado en el sentido de su verdadera inclinación. - plo, la Medicina le ofrecía los primeros pa- sos en la dirección de comprender algo de los enigmas del mundo que también eran los suyos propios. El resto lo fue encontran- de intereses personales y por su aspiración a dejarse guiar - miración y de pasión. - 14 Meltzer, D. 15 Jones, E. Op. cit. XXIV Acerca de la vocación médica Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛282 presarial tiende a funcionar a predominio paso, como decía Osler hace cien años, del comercio y el negocio. Pero, el paciente y - doble la apuesta por su vocación y por su arte.
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