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VIII El Yo, estructura y funcionamiento (II) Consciente, preconsciente e inconsciente El más audaz y revolucionario de los des- cubrimientos freudianos fue el postular que no es sinónimo de consciente y que la mayoría de los funcionamientos psí- quicos transcurren más allá de la concien- cia. Descriptivamente, se hizo necesario psíquicos conscientes e inconscientes. La conciencia - cesos psíquicos que se hacen accesibles a nuestra percepción interna, pero la cualidad procesos inconscientes - cación aún mayor que los conscientes. Lo verdaderamente psíquico es inconsciente porque de su contenido proviene su máxi- Pero, si solo tenemos acceso a los pro- cesos psíquicos conscientes, ¿cuál es la comprobación de la presencia de procesos psíquicos inconscientes? Del estudio de los sueños, los actos fallidos y los síntomas aparentemente absurdos, sin sentido, sin explicación pero que están determinados y pueden ser explicados, encontrarles senti- do recurriendo a la noción de inconsciente. ¿Qué quiere decir determinados? prin- cipio del determinismo - relacionado con otros, la discontinui- por absurdo o irracional es accidental - terminado por eventos previos, no hay libre desconoce sus motivaciones más profundas de las que no es consciente ni puede serlo porque una serie de fuerzas o tendencias mentales contrarias se lo impide. Pero sus efectos se hacen sentir de muchas maneras. Los datos mentales aparentemente absurdos olvidos accidentales son provocados por un deseo o intención inconsciente. Un caso habitual, el paciente que parece olvidar una cita impor- tante con el médico. Los , más allá Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛96 de su aparente contenido absurdo, tienen resto de la vida del soñante. Los síntomas neuróticos también. La aparente discontinuidad de la vida mental se debe a la presencia de procesos psíquicos inconscientes que no tienen cua- van a tener nunca. No hay manera de obser- varlos directamente, no se descubren, sólo resistencias a aceptarlos por parte de la conciencia son intensas. Se especial como el Psicoanálisis: Si un sujeto, en las condiciones metodo- lógicas especiales del tratamiento analí- tico, se coloca en la situación de asociar - trol consciente de sus pensamientos, lo - cias está determinado por la dinámica de los procesos inconscientes. Para una mayor precisión es necesario hacer una nueva diferenciación. Dentro de los procesos mentales inconscientes los preconscientes, pensamientos, pro- pósitos y recuerdos que son inconscientes pero pueden hacerse conscientes espontá- neamente o por el esfuerzo de la atención. Todo el mundo tiene experiencia directa de inconscientes propiamente dichos o reprimidos, aquéllos que nunca fueron conscientes o que si lo fueron han sido - za poderosa. Pueden hacerse conscientes en ciertas circunstancias, con un esfuerzo psicoanalítico. La hipótesis del inconscien- - turas derivadas de una experiencia analítica sólida de más de cien años. Las ideas, fantasías o recuerdos incons- cientes reprimidos y sentimientos conscientes que expresa el - vertirlo y menos aún cuando un otro se lo señala. Así ocurre: la actividad inconsciente de la mente re- - dad de deseos pretéritos, realiza un sutil el durmiente no se entera, transforma - suales que constituyen el sueño, del que durmiendo. siempre presente como funcionamien- to mental pero se expresa en errores, equivocaciones, accidentes y olvidos en - menciona el caso de un médico que en varias ocasiones indicó Belladona en error que tenía con su anciana madre ni con el nombre al que la medicación hacía refe- rencia.1 - a procesos, la conciencia es sólo una o no estar presente. del Yo un sector reprimido inconsciente de- venido extraterritorial sobre el que no ten- se verá afectado. Además, tendrá un tipo de funcionamiento diferente al de lo conscien- te y lo preconsciente. 1 VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. ⎛ 97⎞ Funcionamiento primario y secundario Lo reprimido inconsciente funciona con pro- ceso primario. Se llama así por aparecer pri- mariamente en el desarrollo. Las pulsiones acuerdo con él. También el Yo en los primeros Yo, en el sector consciente y preconsciente proceso secundario cuando respeta el principio de realidad. De todas ma- neras por momentos vuelve a ser copado por el efecto de las pulsiones reprimidas y reapa- rece el proceso primario en el funcionamiento de productos del inconsciente como los sue- ños, actos fallidos y síntomas. modos de pensamiento: el proceso secundario es familiar a to- dos porque está próximo a la experien- cia cotidiana, en los modos consciente y preconsciente de funcionamiento, bá- sicamente verbal habituales de la y de la lógica. proceso primario es típico y normal de lo reprimido inconsciente, de los orí- - nado. El proceso primario produce una porque es un pensamiento donde - cias opuestas pueden persistir lado a lado, - - al todo. Varios pensamientos pueden estar - Es un pensamiento comúnmente utiliza- do en la poesía, en los chistes, en los juegos de palabras, en la propaganda comercial cuando está sutilmente encubierta con el proceso secundario. El predominio y exclu- sividad del proceso primario sobre el Yo lo Pertenecen al proceso primario dos me- el desplazamiento, la sustitución de una idea o está asociativamente enlazada, como la parte la condensación, un proce- so por el que se representan varias ideas o Ambos mecanismos son comunes en los sue- ños y otras formas del inconsciente. Los principios del funcionamiento psíquico principios gene- rales o tendencias que presiden y orientan su funcionamiento. Con el primero se intro- duce una polaridad que va del placer al dis- placer. Se conoce como principio de placer – displacer. Desde los orígenes, el conjunto de la el displacer. las pulsiones, de los procesos inconscientes asociados a ellas, residuo de una fase del e inmaduros del Yo cuando estaba discrimi- nándose de ellos. Cuando el bebé siente dis- pataleando. Puede recurrir a la alucinación de este funcionamiento a ultranza no puede sino terminar en la decepción. VIII Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛98 - nes de autoconservación plantea demandas la realidad esenciales para la sobrevida. La realidad entonces no se puede eludir. Pero con las pulsiones sexuales el Yo se puede entretener un tiempo más porque la fantasía - nando en base al principio de placer-displa- cer. En la fantasía, las pulsiones sexuales se Con el desarrollo y la madurez corres- ponde un aumento de la importancia de la realidad exterior, también para las pulsiones adecuán- dose a las condiciones impuestas por el . El placer inmediato será abandonado en favor de un placer ulterior condiciones que impone la realidad. Y el Yo 2 El principio de realidad principio de placer. por la maduración de las funciones que lo conectan con la realidad: la percepción, la conciencia, la atención, la memoria, el jui- cio, la acción adecuada por el pensamiento: El pensamiento está dotado de cuali- motora para buscar el modo, el mo- conseguir lo deseado. En el adulto que respeta el principio de realidad, el principio de placer se puede se- la realidad si es insoportable, calmarse con - centero. Si una persona detecta un malestar corporal puede inicialmente desear que desaparezca, olvidarse de él, atribuírselo ilu- sionarse autoprescripción, etcétera. Puede buscar a un curador que le prometa hacer desapare- cer el malestar por medio de la creencia en - les, etcétera. En todo caso, tratará de evitar el displacer de la noticia y aliviarse recu- deseable. Si en cambio esta persona se atiene más al principio de realidad tendrá que tolerar el enfermo, darle crédito a las señales de alar- pueda ayudarlo a resolverlas. El principio de placer ilusiona con la - ran ilusiones son muy poderosos, la necesi- dad de evadir el displacer muy fuerte. Por otraparte, es necesario consignar la cabe esperar, lo más consensuada posi- ble con el resto de los otros. - - rosis o crear autocráticamente su propia rea- lidad, como en los delirios de las psicosis. 2 Aires, 1992. ⎛ 99⎞ Acerca de un Más allá del Principio de Placer y la repetición Es ciertamente una sorpresa detectar a - ble, lo placentero, lo posible. También lo indeseable, lo doloroso, lo traumá- tico, en ocasiones con una tenacidad Contra todas las evidencias, no aprende de las experiencias del pasado, las reitera. A veces la repetición tiene que ver con senti- mientos de culpa, con la posibilidad de do- minar experiencias penosas, etcétera. Pero otras veces, parece . Así se pueden explicar la reincidencia de conduc- la reproducción de fracasos, de accidentes, de enfermedades. Se habla entonces de compulsión a la repetición, revelando una necesidad de repetir que trasciende, que va más allá del principio de placer. A menudo la persona lo atribuye al destino, al azar, a la presencia de lo fatídico en la vida. Al médico estos hechos lo confrontan diariamente en la clínica: cómo explicar la - precio, la insistencia en el fracaso, el recha- zo del éxito, la evocación melancólica de - cepción, lo atractivo del suicidio, en suma la insistencia de la repetición de lo displa- centero. ¿Qué se puede hacer frente a ello? El punto de vista dinámico Los fenómenos psíquicos son la resultan- te por un lado, de fuerzas –en especial de las que se le oponen otras. Por lo tanto, las fuerzas o tensiones que se movilizan a me- es el . un deseo proveniente de lo pulsional y su veces se oponen deseos contrarios entre sí, otras veces se enfrentan con lo prohibido. Freud uno de los polos dinámicos de todo - portantes son inconscientes y se conocen por sus consecuencias, en la formación de síntomas, sueños, actos fallidos, etcétera. especialmente al funcionamiento incons- - El punto de vista económico Cuando se dice “esta idea es más fuerte que yo, se me impone, no puedo contra ella”, indiferente, cuan- do por el contrario un hecho en apariencia - descargando en palabras un suceso traumático retenido en la memoria, cuando en el duelo se retira transitoriamente el interés por el mundo y mención a experiencias cotidianas, que cuantitativo ideas, se retira de otras, se distribuye de ma- nera inapropiada, etcétera. Parece provenir de excitaciones desde el mundo exterior - cial, desde el interior derivada de las pul- siones. Esta cantidad es la que fuerza al psi- quismo a trabajar VIII Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛100 posible, salir del displacer de su aumento al bienestar de su disminución. El punto de vista económico es una hi- pótesis según la cual en los procesos cierta cantidad de energía de origen - nuir, trasladarse, transformarse, etcé- tera. Se introduce así en el modelo del psi- quismo la referencia a una cantidad, que es hipotética, porque aunque tiene todas sus características, no es mensurable. Se trata del punto de vista económico del funciona- miento mental. El punto de vista estructural: Yo, Ello y Superyó En 1923 Freud expuso el punto de vista es- tructural del funcionamiento mental.3 Re- psíquicas de una manera que aquí conviene repasar someramente. Ello proviene lo más impersonal, involuntario, pasional e inconsciente - ma primitiva del funcionamiento psíquico, tal como se supone en el recién nacido, tal expuesto al mundo exterior sufre sucesivas diferenciaciones de donde derivan ulterior- mente el Yo y el Superyó. Dinámicamente está compuesto por las pulsiones, sexuales Domina con exclusividad en este sector del aparato psíquico el proceso primario y el principio de placer. El Yo se diferencia del Ello por el con- tacto con la realidad, por el predominio del - sus experiencias con el cuerpo. Representa lo personal, la historia, la racionalidad, la . Su actividad es en - moria, pensamiento, acceso a la motilidad, - tos afectos. En el Yo predomina el principio de realidad sin que el principio de placer lo abandone del todo. Al Yo le corresponde mediar entre los otros sectores del aparato psíquico, entre el Ello y la realidad exter- debe enfrentar al Superyó. El Superyó provocada por la internalización de las fuer- zas represoras que han actuado en el curso del desarrollo psicosexual, en especial los discriminación, una parte del Yo, en calidad - con el Yo, su presencia se hace sentir como sentimiento de culpa que tiene con el Ello se debe a que es el del pasado, el Ello la herencia, el Superyó - ciales. Una referencia al concepto de aparato psíquico Se puede intentar dar una cierta visión de - cionamientos psíquicos mencionados en éste y en capítulos anteriores haciendo refe- rencia al llamado aparato psíquico. Se trata auxiliar. Plantea el supuesto de un aparato, extendido en un espacio virtual, compuesto 3 ⎛ 101⎞ - nacimiento a los fenómenos de la concien- de sus denominaciones es aparato anímico porque el núcleo de su actividad es anímico - siones o fuerzas difícilmente dominables. Ambas son preferibles a aparato mental, La referencia a un aparato es metafórica. del funcionamiento psíquico, dividiéndo- lo y atribuyendo cada función a una parte constitutiva de dicho aparato. Da idea de con lugares que no deben interpretarse en sentido anató- mico aunque su soporte es sin duda el siste- ma nervioso central. Se representa como un aparato o un partir de sucesivas transformaciones que - sueño, para que los estímulos que lo pertur- despertarlo. A través de sueños repetitivos que retornan al momento del trauma realiza - cuya sistematización explica cómo se ha- cen conscientes ciertos contenidos menta- lo tópico cómo el aparato funciona entre la tensión que le plantean los deseos que quieren reali- principios de funcionamiento lo dinámico - - lo económico - rísticas de cada una de sus subestructuras y la estructura VIII
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