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Vínculo Temprano

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XIV
Vínculo Temprano (III)
Algunos estados
subjetivos del bebé
El recorrido realizado hasta ahora de la re-
lación de la madre con su niño fue hecho en 
-
mentos más destacados, recurriendo sobre 
todo a los métodos de observación directa. 
El bebé es estudiado en sus expresiones 
cuando se duerme, etcétera. Mientras tanto 
-
cipa con él. De la observación de la interac-
podría estar pasando entre ambos.
Acceder a la intimidad de los estados men-
tales de la madre en esos momentos es más 
sencillo, por lo menos a aquellos de los que 
tiene conciencia. Pero, para las vivencias del 
bebé hay que hacer suposiciones y plantear 
hipótesis acerca de cómo vive sus emociones, 
-
su mundo.
-
-
puede pasar el niño después de nacer:
tinieblas, el brutal resplandor de las 
lámparas, las alucinaciones de un cere-
bro apenas libre del caos, el hervidero 
la sombra sin fondo de donde surgen, 
como cegadores destellos de luz, sen-
-
-
para gritar. El terror lo deja inmóvil...1
-
cipiente vida mental del bebé tal como pueden 
ser inferidos. Pero como se trata de hacer in-
-
1 Romain Rolland, . Librería Hachette, Buenos Aires, 1947. 
Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛162
en el lactante. Intervienen métodos muy espe-
cializados como el Psicoanálisis, por necesi-
Para dar una idea del cambio con esta 
perspectiva, más que de las experiencias 
madre-bebé se habla de la relación del bebé 
con el pecho.
un conjunto de engramas emocionales 
-
cialmente toda la vida mental del bebé 
de la madre.
Para el bebé es la parte de la mamá con 
la que tomará inicialmente contacto. Es por 
eso denominado el primero de los objetos 
parciales.2 El bebé necesita del pecho entre 
otras cosas porque lo alivia de malestares 
de los que al principio no tiene mucha no-
ción. En la medida en que el pecho es vivido 
como capaz de tolerarlos y le devuelve una 
sensación que los hace más soportables, el 
lactante puede ir reconociendo la naturaleza 
de los mismos. Es como si el pecho pensa-
ra inicialmente por él que no puede, hasta 
parte de las experiencias de su incipiente nú-
cleo del Yo, puede el bebé empezar a reco-
nocer qué le sucede mientras se siente cada 
vez más fortalecido. En el capítulo anterior 
se hizo referencia a la capacidad innata del 
bebé para reconocer
relación con el pecho:
amistosamente, el torrente del placer 
seno hinchado de leche, se difunde por 
-
en él, vería mundos medio sepultados en 
un universo en vías de formación. Su ser 
Precisamente aludiendo a los concep-
tos mencionados en esta última frase, R. 
de eter-
nidad, de algo sin límites ni barreras, en 
cierto modo oceánico, de una unión mística 
con el mundo, lo que para él estaría en la 
Por el contrario, para Freud3 se trataría 
mismidad o de 
sí mismo. Inicialmente, en el bebé, ese sen-
timiento es de abarcarlo todo, de no tener 
-
lland lo describe, pero en el adulto estaría 
considerablemente reducido. En el enamo-
ramiento, al menos mientras dura, se tiene 
esa vivencia de unión total con el mundo y 
-
cinas Alternativas intentan recuperarlo para 
.
las teorías que postulan modelos de víncu-
los tempranos y que marcan diferencias en 
la interpretación de las observaciones. Por 
que tienen las experiencias con el ob-
2 Se trata de una parte desde el punto de vista del adulto, no para el bebé, y basada en percepciones parciales en razón de la 
3 Obra completa
⎛ 163⎞
impacto sobre las vivencias infantiles 
y su trascendencia en la salud mental 
medio ambiente que rodea al niño y el 
cuidado que provee lo que él denomina 
una madre suficientemente buena con-
dición para un desarrollo en salud. Los 
crianza.4
 Por el contrario, otros autores, especial-
de las experiencias con la madre, rescatan 
el efecto de las fantasías tempranas que 
van a interactuar con las experiencias ex-
-
la envidia temprana (ver 
.
En este caso, no está en juego sólo la 
conducta de la madre, sino cómo la in-
terpreta el bebé en base a sus propias 
situaciones internas.
madre puede concretamente maltratar a 
su bebé durante la crianza. Pero el bebé 
puede inconscientemente maltratar a una 
madre que lo trata bien 
-
ta. Entiéndase que buen trato y mal trato 
son términos relativos. Esta diferencia 
-
-
sa de Psicoanálisis, postulan un Yo muy 
temprano, presente desde el momento 
del nacimiento, que tiene que defender-
-
ran situaciones que provienen no sólo de 
externo, sino de fuentes pulsionales de 
su propio interior, en especial las que lo 
amenazan con la destrucción. Un Yo tem-
prano interpreta sus experiencias en base 
a recursos tan primitivos que las distor-
siona de manera fantasmática. Como lo 
refería R. Rolland:
-
to materno van a rescatarlo:
 y del que depende imperiosamente. Aún 
sentimientos encontrados de amor, odio o 
envidia hacia:
cuerpo materno, del seno hinchado de 
leche, se difunde por su cuerpo, la fuer-
tiempo después del nacimiento, pasa pri-
mero por un período inicial de dependen-
cia absoluta de la madre, ocupado por ac-
tividades autoeróticas. En esta posición, 
el destino emocional del bebé está total-
que no habiendo un Yo de inicio, no hay 
-
-
ta a las inevitables frustraciones de toda 
índole a las se verá invariablemente ex-
puesto durante la crianza o por el contra-
4 . Ed. Laia, Barcelona, 1965.
XIV 
Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛164
rio forma parte de impulsos innatos, del 
orden de una pulsión agresiva
independiente en la conducta, aunque en 
interacción con el medio.
 Por importantes que parezcan las diferen-
cias teóricas entre autores, se ha acumulado 
una impresionante cantidad de datos pro-
venientes de la reconstrucción de las expe-
riencias tempranas de personas en análisis, 
en especial de aquellas severamente pertur-
-
lidas observaciones que se pueden sostener 
Acerca del nacimiento
del Yo
Se ha mencionado que desde el nacimien-
to, y aún en la vida intrauterina, el bebé 
tiene todos los aparatos disponibles para 
devenir una persona y que en realidad, 
como dice Freud en una cita muy recorda-
da, “existe mayor continuidad entre la vida 
intrauterina y la primera infancia de lo que 
nos permite creer la impresionante cesura 
del nacimiento”.5
Es importante determinar el momento del 
nacimiento del bebé a la vida psicológica, el 
momento mítico pero no menos trascendente 
sus experiencias 
Todo hace suponer que, si no antes, por lo 
-
experiencia del nacimiento y del cambio im-
tomado debida nota de esta situación al ins-
trumentar medidas que atenúan en el bebé el 
El estado de desamparo
y el sentimiento
de omnipotencia
La amenaza de cualquier enfermedad, so-
una situación prototípica donde se revive un 
sentimiento de indefensión, desvalimiento e 
impotencia y que reclama la actuación de 
médico, enfermera o familiar.
incapaz de emprender acciones coordinadas 
que lo acechan del exterior. Es totalmente 
-
ternal, para la satisfacción y la asistencia de 
sus necesidades básicas, sin cuyo cuidado 
no podría sobrevivir.
Es posible relacionar el sentimiento de 
prema-
turidad del ser humano, denominado neote-
nia, que lo hace dependiente de la asistencia 
inscripta en su vida mental, de manera inde-
leble, la importancia que para él va a tener, 
-
derlo.
Más tarde, ese lugar tan importante de 
asistente lo ocupará el médico, como 
-
tada para responder con acciones mé-
El estado de desamparo, propio de la de-
pendencia total de la cría humana, es una 
situación evidente para el observador. Pero 
al ser humano le llevará tiempo y dolor el 
reconocerse necesitado. Por el contrario, 
sentimientos de om-
nipotencia
contra réplica:
5 Obra completa
⎛ 165⎞
Una parte de la primitiva organización 
-
Renunciar a esta suerte de megalomanía 
no será sencillo y la clínica muestra que nun-
-
tremo en el adulto es el delirio de grandeza
Simultáneamente, implica la creencia iluso-
ria del niño en la omnipotencia de aquellos a 
-
dre, quien le dio la impresión de que cono-
cía y cubría todas sus necesidadesmientras 
ocurre, la relación está expuesta al temor que 
han hecho tan poderosas y de cuyo amor se 
-
sentaciones nacidas en la necesidad de hacer 
tolerable la indefensión humana, la que se 
siente ante el infortunio, la crueldad del des-
tino, el dolor y el sufrimiento, que inevita-
blemente va a reaparecer ante la experiencia 
del enfermar.
Se puede pensar una estructura mental 
primitiva
vertical una parte de sí impotente y 
todopoderosa arriba. Freud ha visto en esta 
situación el núcleo que alimenta los senti-
creencia de un Dios padre al que se teme y 
-
pensar las frustraciones, aliviar las penas, se 
de la infancia.6
Los sentimientos de extremo desvali-
-
tente por otro son de aparición frecuente en 
el vínculo médico-paciente. La omnipoten-
cia no es exclusividad del médico ni la Me-
-
-
se el deseo de verse auxiliado en el desam-
simultáneamente se busca ser querido y se 
teme ser abandonado. Idénticos sentimien-
tos son vividos por el médico.
Los momentos iniciales del 
Yo no están integrados
Se ha dicho anteriormente lo difícil que es 
reconstruir los estados mentales más pri-
mitivos, que se pierden en la penumbra de 
los primeros tiempos. Como decía Rolland: 
“Quién pudiera leer en él [bebé] vería mun-
dos medio sepultados en la sombra, nebulo-
formación...”
Otras líneas teóricas en Psicoanálisis 
han contribuido a dar su propia versión de 
los estadios iniciales y a profundizar en la 
reconstrucción de los hechos. Y aunque no 
son del todo coincidentes con otras de este 
-
Psicoanálisis7 suponen en el bebé un Yo 
desde el nacimiento a fuertes sensaciones 
de ansiedad provenientes de sus impulsos y 
de la realidad, capaz de utilizar mecanismos 
de defensa muy primitivos. Por estar preca-
La temprana vida fantasmática del Yo 
en consecuencia, los cuidados maternos son 
vividos de acuerdo a la misma. Sensacio-
nes de todo tipo serán objetos a los que se 
6 Obra completa
7 Obras completas. Paidós, Buenos Aires, 1977.
XIV 
Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛166
atribuyen intenciones hostiles o protectoras. 
Un malestar, un dolor, una molestia, el frío, 
pasan a ser objetos malévolos, como algo 
que provoca daño intencionalmente; por 
el contrario, la leche, el cuidado, el cariño, 
-
rran dentro de sí y frente a los que el Yo está 
indefenso.
trastornos tempranos de la alimentación. 
La observación directa ha mostrado bebés 
inclusive que interrumpen la lactancia, que 
no se pueden prender al pecho, aun cuan-
do la asistencia materna parece óptima. La 
interpretación de la experiencia depende 
entonces no sólo de la calidad del cuidado 
materno sino de la intensa vida emocional 
del bebé y de lo que percibe internamente 
como amenazas.
responde a ellas con ansiedad muy intensa, 
que le requiere precoces defensas para ate-
que él mismo siente hostiles, que puedan 
 
persecutoria 
a sentirse abrumado por un peligro 
proveniente de un objeto malo, agresi-
El adulto puede vivenciar a veces este 
tipo de ansiedad cuando trasforma su en-
sentimientos persecutorios puede vivir el 
hipocondríaco con su cuerpo.
El bebé necesita entonces defenderse, 
-
sos primitivos de que dispone. Por un lado, 
extremar la disociación en su mente entre 
experiencias buenas y malas, para mante-
nerlas lo más apartadas posible, escindidas. 
los mecanismos de proyección e introyec-
todo a la boca, el pezón, el pecho, la mamá, 
el mundo 
entero. Pero también incorpora a través de 
vez expulsa fuera de su Yo todo lo que le 
Al principio habrá muchas mamás para 
el bebé con quien relacionarse: la mamá que 
le alivia el hambre, la que lo hace esperar, 
la que parece
temprana del Yo, que trata de sobreponerse 
-
das es un proceso de maduración emocional 
desarrollo del bebé y por las repetidas expe-
-
temente interiorizadas y recordadas como 
para perdurar dentro de él.
bebé empieza a ser capaz de reconocer que 
la madre ausente reaparece, que le demues-
amor y cariño por ella es más fuerte que su 
-
ca morirse de hambre, que la mamá a la que 
atacaba y la que sentía que lo atacaba cuan-
necesita.
El bebé también irá adquiriendo la sen-
sación de continuidad temporal de sus ex-
sensación indistinta de unidad bocapezón a 
una lenta diferenciación que le permita re-
quién la boca y de quién el pezón.
Más tarde podrá discriminar el malestar 
que proviene de su cuerpo del que provie-
ne de sus estados mentales. El proceso de 
⎛ 167⎞
Yo al nacer estará expuesto de por vida a 
distintas vicisitudes, tanto normales como 
a partir de que sus experiencias buenas su-
peren a las malas. La capacidad de tolerar la 
frustración, de disminuir el malestar, de cal-
marse o ser calmado reaparece en momentos 
críticos cuando amenaza una enfermedad y 
interior estable y 
fuerte como para enfrentar las penurias del 
desarrollo favorable de este proceso.
quien tuvo una pérdida personal que por un 
aquél que admite que tiene una enferme-
dad fatal y al mismo tiempo está conven-
cido de su inmortalidad. A veces aparecen 
como puntos de vista contradictorios que 
conviven, separados e incompatibles sin 
se pierde y el Yo vive la experiencia de sen-
-
En la práctica médica, el paciente puede 
excluir de la relación con el médico los as-
pectos críticos o amenazantes, transformar-
Una paciente, después de cierto tiempo 
de atenderse con su médico le hace este 
-
nientes a la sexualidad. Lo excluía al médico 
-
buirle un ideal de perfección se le hacía muy 
difícil el trato con él, le temía y lo eludía.
-
renciación, el Yo requiere comenzar a di-
lo 
. Se trata nada 
más ni nada menos de adquirir una noción 
de límite con el exterior, una especie de piel 
donde ubicar sus experiencias, que le dé 
una noción de adentro y afuera, una especie 
de envoltorio. Se trata de un proceso que ya 
fue mencionado al hablar de imagen corpo-
.
transcurso de múltiples experiencias: cuan-
do está en brazos de la madre, cuando es 
arropado o envuelto, cuando es sostenido. 
Pero es a partir de imaginarle un espacio a 
la madre que el bebé interioriza uno similar 
para sí mismo, en el que contener sus vi-
que se desparramen como ocurre a veces en 
momentos de extrema tensión.
base a la introyección de experiencias con 
bueno que lo sostiene, 
que mantiene su cohesión, contiene sus ex-
periencias y puede tal vez pensar por él si 
es necesario.
Pero el Yo del adulto en situaciones de 
ese sentimiento de unidad y cohesión y 
tener la sensación de que se desploma, se 
-
medad corporal amenaza los límites del Yo, 
-
pacidad contenedora del médico para poner 
El objeto aparece
y desaparece
El niño ha vivido los primeros meses como 
un ir y venir un tanto caótico de experiencias, 
XIV 
Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞⎛168
el marco de procesos mentales de creciente 
comienza a haber cambios en lo que hace al 
Empieza a relacionarse no sólo con el 
pezón, el pecho, el rostro o las manos 
separadamente, sino con la mamá como 
como objeto total, discriminándose de 
ella gradualmente.
Es el momento en que la extraña y se 
-
da, con vida propia, con otras relaciones, el 
-
rado sin ella. La madre como persona total 
quiere decir que puede ser sentida a veces 
como buena, a veces como mala, que puede 
estar presente o ausente.
La tendencia hacia la totalización en la 
cambio fundamental en el Yo del bebé, que 
-
cación de sus estados mentales, escindién-
dose cada vez menos. La fuerza de sus ex-
propios sentimientos destructivos y con eso 
tiende al crecimiento y desarrollo. Disminu-
ye así las distorsiones y deformaciones con 
que había interpretado sus experiencias pre-
la realidad, en especial su propia realidad 
psíquica ya que empieza a distinguir entre 
.
Las experiencias con la madre, su reapari-
ción después de cada ausencia, su atención y 
cuidados reducen la creencia del bebé en la om-
nipotencia y destructividad de sus impulsos.
Al percibir a la mamá como objeto to-
tal, el bebé puede tenerla presente en la 
-
teriores cuando ahoraparece frustrar-
-
dos con su propia ambivalencia. Teme la 
-
tia si no está. Es aquí donde puede ubicarse 
rudimentos del sentimiento de culpa y pre-
cursores del Superyó, por un cierto recono-
cimiento de haber atacado aquello que más 
quería .
fortalecimiento del Yo, está relacionado con 
-
-
bre cuánto depende de ella, cuan pendiente 
está de su presencia y su ausencia. Siendo 
parte de su propio Yo, la ausencia materna 
y armonía de su mundo interior, en la me-
lo perdido, y experimente culpa frente a la 
pérdida, como si fuera responsable de ella. 
constituye un aspecto del duelo por la desa-
querido impulsa sentimientos reparadores 
que tratan de compensar lo perdido y des-
-
y restaurar lo perdido (ver su relación con 
. Este 
desarrollo, que es vivido con ansiedades 
muy intensas, permite a su vez una creciente 
capacidad de simbolización, de pensamien-
el desarrollo de la mente del bebé.
-
-
cen como
⎛ 169⎞
Pueden reconocerse más tarde en el 
culminado la entrevista médica o frente a 
necesidad de la cercanía del médico, de re-
-
to, su enfado o indiferencia son sentidos 
la que se necesita imperiosamente. Para el 
momentos, atenuar su impacto, brindar rea-
-
cétera.
-
logía corporal de un paciente se agra-
va en situaciones donde ve peligrar la 
con su médico.
ansiedad frente a la separación y las pérdi-
de aislamiento, están asociados al conocido 
-
semana.
XIV

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