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265 33 Alergia gastrointestinal eosinofílica INTRODUCCIÓN Los pacientes con eosinófilos en la mucosa gastrointes- tinal se clasifican en tres tipos: mediados por IgE, por células e IgE, y sólo por células y sin IgE.1,2 La mayoría corresponde a la clasificación de alergia gastrointestinal eosinofílica. Cada vez se conoce mejor la enfermedad eosinofílica gastrointestinal con sensibilización por IgE. Los pacientes con síntomas gastrointestinales, cutáneos o respiratorios tienen alteración de la IgE (ató- picos, alérgicos clásicos). En los pacientes con alergia a los alimentos y síntomas gastrointestinales intensos, horas después de la ingestión de los alimentos, la fisio- patología es dada por el tipo mixto mediado por células mediadas por IgE. La alergia gastrointestinal es concomitante con diferen- tes padecimientos: enteropatía inducida por proteínas alimentarias (enteropatía), alteraciones gastrointesti- nales eosinofílicas, síndrome enterocolítico inducido por proteína alimentaria y proctocolitis inducida por proteína alimentaria.1 En el caso de la alergia alimenta- ria mediada por IgE, el diagnóstico y los mecanismos patológicos están debidamente definidos. Las enferme- dades gastrointestinales sin mediación de IgE suelen clasificarse como enteropatías por proteínas alimen- tarias con respuesta celular T. Las gastroenteropatías eosinofílicas se clasifican como enfermedades mixtas mediadas por IgE-mediadas por células T e incluyen: esofagitis eosinofílica, gastroenteritis eosinofílica y proc- tocolitis eosinofílica.3,4,5 ESOFAGITIS EOSINOFÍLICA Es, quizá, el padecimiento más problemático de todas las alteraciones gastrointestinales eosinofílicas. Es una enfermedad inflamatoria crónica, inmunológica y clini- copatológicamente mediada por antígenos, casi todos alimentarios. En muchos pacientes se relaciona con antí- genos aerófilos del medio ambiente: pólenes de árboles, pastos, gramíneas o dermatofagoides, antígenos de ani- males, etc. Muchos alimentos antigénicamente se cruzan con pólenes del medio ambiente y exacerban la respuesta inflamatoria que, en su mayoría, es tipo Th2 con partici- pación de la IgE. En otros casos no tiene participación la IgE y sí el Th2, pero finalmente terminan ambas vías con la implicación de los eosinófilos.6,7,8 La prevalencia de esofagitis eosinofílica se estima en 1 caso por cada 1000 habitantes, similar a la enfermedad de Crohn.9 266 Además del diagnóstico histológico (eosinófilos) los criterios para considerar esofagitis eosinofílica son: 1) síntomas clínicos sugerentes de alteración de la moti- lidad esofágica; 2) evidencia histológica de eosinofilia en la mucosa del esófago (y no en otras partes del tubo gastrointestinal), cantidad de eosinófilos esofágicos intraepiteliales por campo de alto poder (HPF). El um- bral mínimo es de 15 eosinófilos por campo y deben tomarse biopsias en el tercio superior, medio e inferior del esófago; 3) excluir ciertas dietas alimentarias o el alergeno sospechoso, 4) falta de respuesta a un inhi- bidor de la bomba de protones. Quizá este criterio se modifique porque muchos pacientes con esofagitis eo- sinofílica deben tratarse con estos medicamentos; 5) excluir otro tipo de padecimiento eosinofílico esofágico, como las parasitosis.10,11,12 Los síntomas más comunes son: emesis y dolor abdo- minal, náusea, vómito y reflujo.13 La edad al diagnóstico suele ser entre los 5 y 12 años, aunque puede aparecer desde el año de edad, con reflujo persistente.14 Antes de que se diagnostique esta alergia suelen trascurrir de 1.2 a 3 años, porque en la mayoría de los casos no se sospecha. La inflamación puede convertirse en fibrosis, y entonces el tratamiento es diferente y con otro pro- nóstico. Esto conlleva a que en muchos de los casos se tenga que llevar un monitoreo con esofagoscopia seria- da para valorar los cambios. Clínicamente es importante resaltar que en un alto por- centaje de los casos el paciente experimenta, además, síntomas propios de la esofagitis eosinofílica, otra en- fermedad atópica concomitante, como dermatitis, rinitis alérgica o asma en rangos altos, 40 a 90%, compara- dos con 20% de la población general. FISIOPATOLOGÍA Existen varios tipos de respuesta inflamatoria alérgica de la mucosa esofágica: la clásica, que incluye al an- tígeno capturado por la célula dendrítica que informa a la célula Th2 con instigación inmediata a la célula plasmática para que forme y libere IgE. Ésta se une a los receptores específicos en la célula cebada o mastocito, y se liberen mediadores. Estos son los que ocasionan la inflamación de la mucosa esofágica con la llegada de los eosinófilos por la intervención de la IL5 a la mucosa, previo paso por su sangre. En 40 a 60% de estos pacientes puede haber eosinofilia en la sangre periférica.11,15,16 Otro mecanismo que ocasiona el problema inflamatorio esofágico es el de la célula Th17/Th2 que libera, una vez que se ha activado, ci- tocinas IL17, Il1, IL6, TGFb y IL4, IL33, TSLP. Además, en este caso las células epiteliales expresan TNFa y eotaxina-3, que quizá representen los factores clave en gran medida de la concentración del eosinófilo en la mucosa esofágica; aparte de que produce células epiteliales: linfopoyetina estromal tímica, citocinas que favorecen la diferenciación Th2 promoviendo células dendríticas y aumentando el flujo de eosinófilos en la mucosa.17-21,30 El diagnóstico de esofagitis eosinofílica es clínico y anatomopatológico. Los síntomas mencionados permiten la sospecha clínica, por lo que deberá prac- ticarse una esofagoscopia con biopsia del tercio superior e inferior del esófago, donde se observan más de 15 eosinófilos por campo. Podrá encontrarse IgE total en 60% de los casos,18,19 y eosinófilos en la sangre periférica en cantidad considerable. En todos los casos sospechosos, independientemente de la fi- siopatología, deberán practicarse pruebas cutáneas de alergia a alimentos y diversos pólenes de la región donde vive el paciente, lo que puede llevar a identificar el agente causal y así ofrecer un mejor tratamiento y pronóstico.6,22 La esofagitis eosinofílica debe tratarse con una dieta es- tratégica sin la causa etiológica del antígeno alimentario y fórmulas a base de aminoácidos. En algunos casos se indican dietas oligoalergénicas (eliminación empíri- ca de leche, cacahuate, huevo, nuez, soya, pescado). En general, la supresión de ácido con inhibidores de la bomba de protones no debe considerarse un trata- miento primario para la esofagitis eosinofílica. En su lugar, la monoterapia con inhibidores de bomba de pro- tones debe indicarse para distinguir los pacientes que tienen enfermedad por reflujo gastroesofágico de quie- nes tienen esofagitis eosinofílica.23,24,26 Los esteroides tópicos fluticasona o budesonida son los medicamen- tos angulares para la esofagitis eosinofílica. Deberán administrarse durante 12 semanas27 a una dosis de fluticasona 880 microgramos en forma inhalada direc- ta en dos tomas o budesonida oral viscosa 1 mg dos veces al día. Estos medicamentos reducen la síntesis de eotaxina, IL5 y GMCSF, induciendo la apoptosis del eosinófilo. Se han indicado otros medicamentos: inmu- nomoduladores, anticuerpos monoclonales anti-IL5, anti-IL13; o inmunomoduladores como la asatiopurina y 6-mercaptopurina, pero no se recomiendan por su baja efectividad y sus efectos colaterales. Los inhibidores de leucotrienos, como el montelukast o el cromoglicato só- dico, junto con esteroides, han sido efectivos en pocos casos. Algunas evidencias sugieren que los aeroalergenos pueden tener participación en la aparición de eso- Alergia gastrointestinal eosinofílica 267 fagitis eosinofílica en humanos, de tal forma que la inmunoterapia específica, previa realización de prue- bas cutáneas, ha sido un arma valiosa en este tipo de enfermedad. GASTROENTERITIS EOSINOFÍLICA Es un padecimiento cada vez más frecuente en niños y adultos, con síntomas atribuibles auna inflamación gastrointestinal dada por infiltrado de eosinófilos en la mucosa gástrica e intestinal. Es común que los eosinó- filos en la mucosa gástrica aparezcan por otras causas: parásitos, infecciones bacterianas, síndrome hipereo- sinofílico, trastornos del tejido conectivo, neoplasias mieloproliferativas o hipersensibilidad a drogas. Cuando todas las causas anteriores se descartan se piensa en gastroenteritis eosinofílica. La incidencia es rara y se estima en 1 a 20 casos por cada 100,000 pacientes; el pico de presentación es mayor en la ter- cera o cuarta décadas de edad y se describe en uno y otro sexo, aunque predomina en el hombre 3:2.28,29 Este infiltrado puede afectar cualquier capa del tubo gastrointestinal (mucosa, muscular o serosa). En la cámara gástrica generalmente sólo daña la capa mu- cosa, no así en los intestinos, donde puede deteriorar la mucosa serosa, sobre todo en el intestino delgado, y causa obstrucción intestinal con vómito y ascitis. El origen exacto se desconoce, aunque ahora se reco- noce la sensibilidad mediada o no por IgE. Algunos alimentos específicos se han considerado causa de gastroenteritis eosinofílica. Existen igualmente datos in- munopatológicos que indican que la interacción entre linfocitos TH2 productores de citocinas y los eosinófilos está presente sin que haya mediación de la IgE. Los síntomas más comunes de la gastroenteritis eosinofílica incluyen dolor abdominal tipo cólico, diarrea, pérdida de peso, disfagia y vómitos, como en la esofagitis eo- sinofílica, un porcentaje alto de los pacientes tienen antecedentes o historia familiar de atopia. En algunos pacientes puede ocurrir sangrado gastrointestinal con cierto grado de anemia. En esta enfermedad llama la atención que en la mayoría de los pacientes haya ele- vación de la IgE en sangre sin que se determine con claridad su relación con la alteración existente, pero sin duda que puede ser causal a pesar de que los trabajos de investigación no especifiquen con claridad que pue- de representar una respuesta de hipersensibilidad tipo I. Es importante valorar al paciente en forma integral y estar pendiente de los datos de comorbilidad, lo que permite que se inicie el tratamiento multidisciplinario en el que intervengan el alergólogo, el gastroenterólogo, el nutriólogo, pediatra o médico internista.30 PROCTOCOLITIS EOSINOFÍLICA Más de 50% de los casos de proctocolitis eosinofílica ocurre en lactantes y es probable que los niños estén en contacto con antígenos que la madre ingiera y al amamantar al paciente pase por la leche. Los síntomas más frecuentes son diarrea, sangrado rectal con aumen- to en la producción de moco. En los niños las estrías sanguinolentas pueden ser causadas por la inflamación alérgica eosinofílica. Estos pacientes, al igual que los que padecen esofagitis eosinofílica y gastroenteritis eosinofí- lica pueden sufrir dermatitis atópica, asma y rinitis; rara vez lucen enfermos, y sin embargo, pueden llegar a tener anemia o pobre ganancia de peso. En los últimos años se ha avanzado en el conocimiento de la fisiopatología de la alergia alimentaria, sin embargo, aún permanecen muchos datos sin dilucidar, por lo que no es posible ex- plicar cómo el alimento ocasiona que haya eosinófilos en mucosas sin la participación de la IgE. Todavía no enten- demos con claridad por qué una persona determinada podría padecer alergia alimentaria por IgE o no mediada por IgE en trastornos eosinfílicos.5 El diagnóstico actual de este tipo de padecimiento eosinofílico se basa en la historia clínica sugestiva de re- acciones similares repetidas después de la exposición al alimento, en pruebas cutáneas negativas, ausencia de anticuerpos detectables IgE específicos a alimento y biopsia de mucosa del colon. En ocasiones es nece- sario el reto del alimento versus síntomas, para aclarar el diagnóstico de alergia alimentaria no mediada por IgE;5,28,29 sin embargo, en muchos de estos casos sí existe una correlación alimento-pruebas cutáneas posi- tivas y un aumento de la IgE. Para establecer el diagnóstico de alergia alimentaria no mediada por IgE, deberá realizarse un diagnóstico clínico muy detallado, que muestre la relación entre la frecuencia de síntomas gastrointestinales y el alimento. En resumen, el diagnóstico de alergia alimentaria parte de una fuerte sospecha clínica. Debe elaborarse una historia clínica detallada, donde, si existe sospecha de un alimento en particular, deberá establecerse el patrón de ingestión del mismo, así como la existencia de facto- res vinculados. Si no ha habido reacciones que pongan en peligro la vida, se recomienda realizar pruebas cu- táneas como primer estudio diagnóstico, ya que es útil en los casos de alergia mediada por IgE como en las formas mixtas. Si éstas son positivas, entonces deberá seguirse una dieta de eliminación dirigida al alimento identificado y, posteriormente, confirmarse con un reto oral. Si las pruebas cutáneas son negativas y no se ha identificado algún alimento en particular, entonces deberá iniciarse una dieta de alimentación oligoaler- 268 génica. Si con anterioridad ha habido reacciones que pongan en peligro la vida, deberán efectuarse, de igual modo, pruebas cutáneas, y si éstas son positivas, po- drá calcularse la IgE sérica específica, para determinar si puede hacerse el reto oral. En el caso de pruebas cutáneas negativas, se realizará reto alimentario super- visado por un especialista. ENVÍO CON EL ESPECIALISTA Debe considerarse el envío del paciente con el es- pecialista cuando: 1) el niño muestre detención del crecimiento relacionada con síntomas gastrointestina- les, 2) no exista respuesta a dietas de eliminación de un solo alimento, 3) hayan ocurrido reacciones sistémicas, 4) haya alergia alimentaria mediada por IgE concomi- tante con asma, 5) alergia alimentaria asociada con dermatitis atópica severa, 6) sospecha de alergias ali- mentarias múltiples, 7) sospecha persistente de alergia alimentaria por parte de los padres (especialmente en niños pequeños o con síntomas inexplicables) a pesar de una historia clínica poco probable, 8) historia clíni- ca altamente sugerente con determinaciones de IgE específica negativas, para establecer: a) el diagnóstico exacto (se requiere de una prueba de reto), b) propor- cionar instrucción en dietas, incluidas las dietas de eliminación y alternativas dietéticas, sobre todo cuan- do son solicitadas en la guardería, el jardín de niños, la escuela, etc., c) proporcionar instrucciones de la adre- nalina autoadministrada para anafilaxia.31 REFERENCIAS 1. 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