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Enfermedades difusas del pulmón ENFERMEDADES INTERSTICIALES DIFUSAS DEL PULMÓN J. Sellarés Torres Generalidades Concepto Las enfermedades intersticiales difusas del pulmón constituyen un grupo de afecciones con manifestaciones clínicas, radiológicas y fun- cionales respiratorias similares, en las cuales las principales alteraciones anatomopatológicas afectan a las estructuras alveolointersticiales. El término enfermedad intersticial difusa no describe realmente el sus- trato anatomopatológico de dichas entidades clínicas, puesto que estas afectan no sólo a las estructuras alveolointersticiales, sino también, en muchas ocasiones, a las pequeñas vías aéreas, así como a las arterias y venas pulmonares. Etiología La etiología de las enfermedades intersticiales difusas del pulmón es muy variada, aunque sólo en el 35% de los casos es posible identificar el agente causal. Se clasifican en tres grupos: neumonías intersticiales idiopáticas, las de causa conocida o asociadas a otras entidades clínicas bien definidas, y las primarias o asociadas a otras enfermedades no bien definidas (cuadro 83-1). El 6%-10% son inclasificables, debido a la presencia de datos clínicos, radiológicos o anatomopatológicos inadecuados o discordantes, por tratamiento previo que puede alterar los datos radiológicos o patológicos, o por la presencia de características que puedan corresponder a entidades diferentes. Patogenia La mayoría de las enfermedades intersticiales difusas del pulmón tienen una patogenia similar. Como consecuencia de la acción de un agente causal (conocido o no), células inflamatorias y mesenquimatosas (fibro- blastos, células epiteliales alveolares) secretan mediadores celulares que actúan de forma autocrina y/o paracrina entre sí, lo cual da lugar a https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 693 CAPÍTULO 83 Enfermedades difusas del pulmón © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. inflamación alveolar (alveolitis) y a la aparición de fibrosis pulmonar. No todas las enfermedades intersticiales conducen a la fibrosis pul- monar. Ciertos factores modulan la evolución de la alveolitis hacia la fibrosis. Entre ellos cabe destacar la naturaleza del agente etiológico, la integridad de la membrana basal del intersticio pulmonar, la predis- posición genética y el estado de las defensas del huésped. Aunque esta secuencia patogénica es aplicable a la mayoría de las enfermedades intersticiales, existen algunas excepciones: la fibrosis pulmonar idiopática se caracteriza por una reepitelización anómala del epitelio alveolar; la linfangioleiomiomatosis, por la proliferación de fibras musculares lisas; la amiloidosis, por el depósito de sustancia amiloide; la proteinosis alveolar, por la presencia de material lipo- proteináceo en los alvéolos, y la microlitiasis alveolar, por el depósito de microlitos en los alvéolos. Anatomía patológica Cada enfermedad pulmonar intersticial se caracteriza por alteraciones anatomopatológicas bien definidas. Las principales características son los infiltrados inflamatorios intersticiales y las alteraciones morfológicas del tejido conectivo pulmonar, en ocasiones asociadas a lesiones en las vías aéreas, la pleura y los vasos pulmonares. En algunas enfermedades, el infiltrado inflamatorio conduce a la aparición de lesiones histológicas más específicas, como los granulomas de la sarcoidosis y de la neumoni- tis por hipersensibilidad. Junto con la alveolitis es frecuente el hallazgo de edema intersticial y exudado fibrinoso en los espacios alveolares, con hiperplasia de los neumocitos de tipo II. La fibrosis se caracteriza por la desestructuración del tejido conectivo pulmonar que ocasiona la obliteración de los espacios alveolares. Las lesiones fibróticas de la neumonía intersticial usual son características y consisten en la presen- cia de focos fibroblásticos y la heterogeneidad temporal de las lesiones. Cuando la desorganización del parénquima pulmonar es extensa, no se reconocen las estructuras alveolointersticiales. Este cuadro se denomina estadio final de las enfermedades intersticiales, el cual se caracteriza por quistes aéreos de pequeño tamaño, separados por amplias bandas de tejido fibroso (pulmón en panal). Además, pueden apreciarse lesiones vasculares (engrosamiento de la pared y obliteración de los vasos) como consecuencia de la hipertensión pulmonar secundaria. En este estadio, los pulmones son pequeños y de consistencia aumentada, y en ocasiones resulta difícil determinar el tipo de enfermedad que ha condicionado la aparición de las lesiones. Cuadro clínico Los síntomas más frecuentes son disnea de esfuerzo y tos seca. La disnea es el síntoma capital, por lo general de instauración lenta. Algunas enfermedades pueden cursar con síntomas de instauración subaguda o aguda, en ocasiones con fiebre y otros síntomas sistémicos: neumonía intersticial aguda, neumonitis por hipersensibilidad, neumonitis por fármacos, neumonía organizativa y eosinofilias pulmonares. En las fases iniciales, los pacientes pueden estar asintomáticos o presentar disnea con radiografía de tórax normal. Los datos más relevantes de la explo- ración física son los estertores crepitantes y la acropaquia, aunque no están presentes en todas las enfermedades. A medida que la enfermedad progresa, puede aparecer hipertensión pulmonar que ocasiona signos y síntomas de cor pulmonale. Aparte de estas características generales, cada tipo de enfermedad intersticial posee peculiaridades clínicas pro- pias. Algunas de estas entidades se describen en otras secciones de esta obra, por lo que no se tratarán en este capítulo. Exploraciones complementarias Análisis de sangre Las eosinofilias pulmonares cursan con eosinofilia. La LDH está ele- vada en la proteinosis alveolar y puede estarlo en la fibrosis pulmonar idiopática. En la sarcoidosis, pueden estar elevadas las concentraciones de calcio en la sangre y la orina. Deben determinarse los anticuerpos propios de las enfermedades autoinmunes sistémicas, ya que pueden asociarse a las neumonías intersticiales idiopáticas (en especial a la neumonía intersticial usual y a la neumonía intersticial no específica) y, en ocasiones, pueden ser la primera manifestación de la enferme- dad sistémica. La determinación de ANCA es aconsejable, ya que la neumonía intersticial usual y la neumonía intersticial no específica pueden asociarse a poliangitis microscópica. Ante la sospecha diagnós- tica de neumonitis por hipersensibilidad, deben determinarse las IgG específicas en el suero frente a los antígenos que con más frecuencia pueden causar la enfermedad. Exploración radiológica Los patrones radiográficos son: vidrio deslustrado, nodulillar, reticular, reticulonodulillar y pulmón en panal, que afectan de forma difusa a ambos hemitórax. En los estadios iniciales, la radiografía de tórax es normal en el 10% de los casos. La imagen en vidrio deslustrado se presenta cuando existe un aumento del tejido intersticial que ocasiona el aumento de la densidad radiográfica. La imagen nodulillar consiste en la diseminación de nódulos de pequeño tamaño. La imagen reticular consiste en una trama de opacidades lineales. La imagen reticulo- nodulillar, ocasionada por la combinación de nódulos y opacidades lineales, es la más frecuente. La imagen en panal consiste en pequeños quistes aéreos, que miden entre 5 y 10 mm de diámetro, rodeados por paredes gruesas. Es la imagen radiográfica más representativa de fibrosis pulmonar constituida. Algunas enfermedades pueden cursar con un patrón alveolar: neumonía intersticial aguda, neumonía intersticial descamativa, neu- monía organizativa, neumonía intersticial linfocítica, proteinosis alveolar, neumonitis por fármacos, neumonitis por hipersensibilidad y eosinofilias pulmonares. La distribución de las alteraciones radiográficas puede orientar hacia un diagnóstico determinado. Algunas enfermedades se caracterizan porafección de las zonas basales del pulmón: fibrosis pulmonar idiopática, neumonía intersticial no específica y asbestosis; otras, por afección predominante de las zonas pulmonares apicales: silicosis, neumonitis por hipersensibilidad, sarcoidosis, fibroelastosis pleuroparenquimatosa e histiocitosis de células de Langerhans. Una de las características radiográficas de las enfermedades inters- ticiales es la disminución del tamaño de los campos pulmonares. El • CUADRO 83-1 Clasificación de las enfermedades intersticiales difusas del pulmón Neumonías intersticiales idiopáticas Principales neumonías intersticiales idiopáticas Fibrosis pulmonar idiopática Neumonía intersticial aguda Neumonía intersticial no específica Bronquiolitis respiratoria/enfermedad pulmonar intersticial difusa Neumonía intersticial descamativa Neumonía organizativa criptógena Neumonías intersticiales idiopáticas raras Neumonía intersticial linfocítica Fibroelastosis pleuroparenquimatosa Neumonías intersticiales idiopáticas no clasificables De causa conocida o asociadas Asociadas a enfermedades autoinmunes sistémicas Neumoconiosis Inducidas por fármacos y radioterapia Neumonitis por hipersensibilidad Asociadas a enfermedades hereditarias Hipercalciuria hipercalcémica Neurofibromatosis Síndrome de Hermansky-Pudlak Asociadas a enfermedades inflamatorias del intestino Primarias o asociadas a otras enfermedades no bien definidas Sarcoidosis Microlitiasis alveolar Linfangioleiomiomatosis Eosinofilias pulmonares Histiocitosis de células de Langerhans Amiloidosis Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 694 SECCIÓN V Neumología tamaño pulmonar puede ser normal o estar aumentado en la sarcoi- dosis, la neumonitis por hipersensibilidad, la histiocitosis de células de Langerhans, la linfangioleiomiomatosis y cuando existe enfisema pulmonar asociado. La presencia de otras alteraciones radiográficas tiene interés en la valoración diagnóstica. La presencia de adenopatías hiliares simé- tricas es muy indicativa de sarcoidosis. La asbestosis y la fibroelastosis pleuroparenquimatosa cursan con engrosamientos pleurales. Cuando un patrón radiográfico intersticial se asocia a derrame pleural, hay que descartar las enfermedades del colágeno y la linfangioleiomiomatosis. El neumotórax es frecuente en la linfangioleiomiomatosis, la fibroelas- tosis pleuroparenquimatosa y la histiocitosis de células de Langerhans. La TC torácica de alta resolución posee gran interés en la valoración diagnóstica. Permite la detección de la enfermedad en los casos con radiografía de tórax normal y resulta útil para valorar la extensión de las lesiones parenquimatosas y su naturaleza. En la fibrosis pulmonar idiopática, la histiocitosis de células de Langerhans, la asbestosis y la linfangioleiomiomatosis, los hallazgos de la TC se consideran como criterio diagnóstico. La TC permite seleccionar el lugar adecuado para la práctica del lavado broncoalveolar y de las biopsias transbronquial y quirúrgica. La RM no aporta datos de interés para el diagnóstico de estas enfermedades. La gammagrafía con 67Ga no posee sensibilidad y especi- ficidad para detectar la inflamación pulmonar. El uso de la tomografía por emisión de positrones con 18F-fluorodesoxiglucosa (PET-[18F-FDG] FDG) combinado con tomografía computarizada (PET/TC) es de creciente interés en las enfermedades respiratorias inflamatorias. En las enfermedades pulmonares intersticiales, la experiencia es limitada y fundamentalmente se utiliza en la sarcoidosis, donde la PET permitiría el estudio de la actividad pulmonar en las lesiones fibróticas y el estudio inflamatorio fuera del pulmón para evaluar la actividad sistémica de la enfermedad. Exploración de la función respiratoria Constituye un elemento básico para valorar el pronóstico, la evolución de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. En el 15% de los casos, la alteración de la función pulmonar es la primera manifestación de estas enfermedades. La espirometría forzada muestra una alteración ventilatoria de tipo restrictivo. Algunas enfermedades pueden cursar con alteración ventilatoria obstructiva: neumonitis por hipersensibi- lidad, sarcoidosis, histiocitosis de células de Langerhans, eosinofilias pulmonares, neumonía intersticial usual asociada a enfisema y lin- fangioleiomiomatosis. La TLC y los volúmenes pulmonares están disminuidos. En las neumopatías intersticiales asociadas a enfisema pulmonar, la FVC y los volúmenes pulmonares pueden ser normales. La DLCO está disminuida y es uno de los indicadores más sensibles de las enfermedades intersticiales, y la DLCO normalizada por el volumen alveolar (VA; cociente DLCO/VA, o KCO) suele ser normal o moderadamente baja. La hipoxemia arterial sólo aparece en las fases avanzadas de la enfermedad, y la hipercapnia, en las fases finales. La periodicidad de la realización de las pruebas funcionales depen- derá de la gravedad de la enfermedad, aunque es recomendable la prác- tica de espirometría, volúmenes pulmonares, DLCO y pulsioximetría en reposo cada 3-6 meses. La práctica de gasometría arterial depende de la gravedad de la enfermedad. Incrementos iguales o superiores al 10% en la FVC, o iguales o superiores al 15% en la DLCO, indican buena evolución. Su disminución igual o superior al 10% y al 15%, respectivamente, indica mala evolución. La distancia recorrida y la saturación arterial de oxígeno en la prueba de la marcha de los 6 min se han mostrado útiles para valorar la evolución de la enfermedad y la tolerancia al ejercicio, y es recomendable su realización junto con las otras exploraciones funcionales respiratorias. Diagnóstico Con una correcta anamnesis se orienta el diagnóstico en la tercera parte de los casos. Los antecedentes familiares son de interés para el diagnóstico de la fibrosis pulmonar familiar y de las enfermeda- des intersticiales asociadas a enfermedades hereditarias. La neumonía intersticial descamativa, la bronquiolitis respiratoria asociada a enfer- medad pulmonar intersticial y la histiocitosis de células de Langerhans son propias de fumadores. Ocurre lo contrario en la sarcoidosis y la neumonitis por hipersensibilidad. La historia ocupacional y laboral es esencial para el diagnóstico de las neumoconiosis y la neumonitis por hipersensibilidad. Deben anotarse todos los fármacos que el paciente ha recibido, la dosis y la duración del tratamiento. La presencia de síntomas extrapulmonares puede orientar en el diagnóstico de neumo- patías intersticiales asociadas a enfermedades autoinmunes sistémicas. En pacientes que han recibido radioterapia torácica, esta puede ser la causa de la enfermedad. Ante la sospecha clínica de neumopatía intersticial debe practicarse una radiografía de tórax y una exploración funcional respiratoria. En presencia de datos radiográficos y/o funcionales respiratorios sugestivos de enfermedad intersticial debe practicarse una TC de alta resolución y valorar la realización de fibrobroncoscopia con biopsia transbronquial y lavado broncoalveolar. La biopsia transbronquial permite el diagnós- tico de varias neumopatías intersticiales (sarcoidosis, neumonitis por hipersensibilidad, histiocitosis de células de Langerhans, amiloidosis, linfangioleiomiomatosis, proteinosis alveolar, neumonía organizativa). La biopsia transbronquial mediante criobiopsia aumenta su rentabi- lidad diagnóstica y permite el diagnóstico de algunas enfermedades intersticiales idiopáticas, en especial la fibrosis pulmonar idiopática y la neumonía intersticial no específica. En ocasiones, el diagnóstico anatomopatológico es el de fibrosis pulmonar o inflamación inters- ticial, que no debe considerarse como diagnóstico específico de una enfermedad intersticialen concreto, ya que áreas del parénquima pulmonar próximas a granulomas u otras lesiones específicas pueden presentar estas características. El hallazgo de parénquima pulmonar normal no descarta la presencia de enfermedad intersticial. El análisis celular del lavado broncoalveolar posee valor diagnóstico en la proteinosis alveolar, la granulomatosis de células de Langerhans y las eosinofilias pulmonares. En otras enfermedades, el valor diagnós- tico del lavado es orientativo (cuadro 83-2). La determinación de las subpoblaciones linfocitarias tiene interés en el diagnóstico de las enfermedades con linfocitosis: sarcoidosis, neumonía organizativa y neumonitis por hipersensibilidad. En la primera, el cociente linfocitos T colaboradores/T supresores citotóxicos está elevado (un cociente superior a 3,5 tiene una especificidad del 95% y una sensibilidad del 50%-60%), mientras que en las otras está disminuido. La determi- nación de cuerpos de asbesto es útil para el diagnóstico de asbestosis. • CUADRO 83-2 Análisis del lavado broncoalveolar en las enfermedades intersticiales difusas del pulmón Enfermedades en las que posee un valor diagnóstico Proteinosis alveolar Aspecto lechoso del líquido obtenido Material proteináceo PAS-positivo, azul alciano negativo Cuerpos lamelares (microscopia electrónica) Histiocitosis de células de Langerhans Células CD1 > 5% Células de Langerhans con gránulos de Birbeck (microscopia electrónica) Eosinofilias pulmonares Eosinofilia Enfermedades en las que posee un valor orientativo Sarcoidosis Linfocitosis Cociente linfocitos T CD4/CD8 > 3,5 Fibrosis pulmonar idiopática Neutrofilia con o sin eosinofilia Neumonitis por hipersensibilidad Linfocitosis, mastocitosis Cociente linfocitos T CD4/CD8 disminuido Asbestosis Neutrofilia con o sin eosinofilia Cuerpos de asbesto Neumonía organizativa Linfocitosis con o sin moderada neutrofilia/eosinofilia Cociente linfocitos T CD4/CD8 disminuido Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 695 CAPÍTULO 83 Enfermedades difusas del pulmón © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. La práctica seriada del lavado broncoalveolar no tiene utilidad para la valoración del pronóstico o de la respuesta al tratamiento. La biopsia pulmonar quirúrgica está indicada cuando, después de las exploraciones antes citadas, no se ha obtenido un diagnóstico específico. Su indicación debe valorarse en cada caso, ya que dependerá del estado clínico del paciente y de las ventajas que pueda implicar desde el punto de vista pronóstico y terapéutico. Diagnóstico diferencial Debe realizarse con enfermedades que ocasionan manifestaciones clínicas y radiográficas similares: Insuficiencia cardíaca. El edema pulmonar puede ocasionar un patrón intersticial bilateral. Debe sospecharse en pacientes con antecedente de enfermedad cardíaca, si se observan cardiomegalia, líneas B de Kerley, derrame pleural e infiltrados de predominio perihiliar en la radiografía de tórax. Bronquiectasias. Aunque las bronquiectasias difusas pueden cursar con un patrón intersticial en la radiografía de tórax, las manifes- taciones clínicas (expectoración abundante, hemoptisis) y los hallazgos de la TC las diferencian de las enfermedades intersticiales. Neumonía. El cuadro clínico y las manifestaciones radiográficas de las neumonías pueden confundirse con la forma aguda de las neumonitis por hipersensibilidad, las eosinofilias pulmonares y la neumonía organizativa. Linfangitis carcinomatosa. El cuadro clínico es subagudo, con dis- nea progresiva y tos persistente. Es rara la presencia de estertores crepitantes y acropaquia. La radiografía de tórax muestra pequeños derrames pleurales, unilaterales o bilaterales, junto con líneas B de Kerley. Infiltrados pulmonares en pacientes inmunodeprimidos. Estos pacientes pueden presentar infiltrados pulmonares intersticiales, de etiología infecciosa u ocasionados por la enfermedad de base o por hemorragia pulmonar. Deben distinguirse de las enfermedades pulmonares intersticiales ocasionadas por citostáticos, fármacos con que suelen ser tratados estos pacientes. Hemorragia pulmonar difusa. La radiografía de tórax muestra imá- genes alveolares o alveolointersticiales difusas. Las manifestaciones clínicas (hemoptisis) y los hallazgos del lavado broncoalveolar (líquido obtenido de aspecto hemorrágico con presencia de hemo- siderófagos) son suficientes para diferenciarlas de las enfermedades intersticiales. Neumonía lipoidea. Es una enfermedad ocasionada por la aspira- ción repetida de aceites minerales en pacientes tratados de forma continuada con laxantes o gotas nasales que contienen estas sus- tancias. La radiografía de tórax puede evidenciar imágenes muy diversas: infiltrados alveolares localizados, opacidades similares a las observadas en el cáncer de pulmón e infiltrados intersticiales difusos. El diagnóstico se establece por la detección de partículas de grasa en los macrófagos obtenidos por lavado broncoalveolar o por biopsia pulmonar. Tratamiento Consiste en evitar la exposición al agente causal y la administración de fármacos para tratar las lesiones pulmonares. La supresión de la expo- sición al agente causal sólo es posible en las enfermedades de etiología conocida. La supresión de la alveolitis es el único medio terapéutico eficaz en las neumopatías intersticiales de etiología desconocida. En la actualidad, existen fármacos antifibróticos para el tratamiento de la fibrosis pulmonar idiopática, pero no para otros tipos de fibrosis pul- monar. El tratamiento varía según el tipo de enfermedad. El trasplante pulmonar se ha practicado con buenos resultados en neumonías inters- ticiales que no responden al tratamiento farmacológico (v. cap. 90, Trasplante de pulmón). Fibrosis pulmonar idiopática La fibrosis pulmonar idiopática se define como una neumonía inters- ticial fibrosante crónica, limitada al pulmón, de etiología desconocida, que afecta generalmente a adultos mayores de 50 años, y asociada al patrón radiológico y/o histológico de la neumonía intersticial usual. Se estima que su incidencia es de 4,6-7,4 casos/100.000 habitantes, y su prevalencia, de 13 casos/100.000 habitantes en las mujeres y de 20 casos/100.000 en los hombres. Es la enfermedad pulmonar inters- ticial más frecuente. No se conoce con certeza su etiología, aunque es probable que la enfermedad sea la consecuencia de la acción de diversos factores en sujetos con predisposición genética. La relevancia de la predisposición genética está fundamentada en la existencia de formas familiares de la enfermedad. Entre el 2,2% y el 3,7% de las fibrosis pulmonares idiopáticas son familiares. Las alteraciones gené- ticas son las mutaciones en los genes que mantienen la longitud de los telómeros (TERT, TERC), en la proteína C del surfactante y en la región promotora de la mucina 5B (MUC5B). El tabaquismo y la exposición a sílice, latón, acero y polvo de madera se consideran factores de riesgo. El hecho de que más del 50% de los pacientes presenten reflujo gastroesofágico ha motivado que se haya relacionado con el desarrollo de la enfermedad. No existe evidencia para considerar que las infecciones víricas sean factores etiológicos. La posible contribución de la autoinmunidad se basa en que el patrón histológico y radiológico de la neumonía intersticial usual puede asociarse a enfermedades del tejido conectivo. El cuadro clínico es de inicio insidioso y se caracteriza por disnea de esfuerzo progresiva y tos seca persistente. La presencia de síntomas sistémicos debe hacer sospechar un diagnóstico alternativo. En las fases avanzadas es habitual la insuficiencia respiratoria crónica.La exploración física muestra estertores crepitantes en el 90% de los casos y acropaquia en el 50%. No existen alteraciones específicas en los análisis sanguíneos. La VSG, la PCR y las IgG pueden estar elevadas. Los ANA y el FR son positivos en el 10%-20% de los casos, aunque los títulos son bajos. La fibrosis pulmonar familiar es una forma de fibrosis que afecta a dos o más miembros de la misma familia. El cuadro clínico es similar, aunque suele diagnosticarse a edades más tempranas. En la radiografía de tórax se observan opacidades reticulares aso- ciadas o no a imágenes en panal, de distribución basal y periférica, y bilateral. La presencia de imágenes alveolares debe plantear la posibi- lidad de un diagnóstico alternativo. Los hallazgos de la TC consisten en afectación pulmonar de predominio basal y subpleural, y presencia de imágenes reticulares y de panalización con o sin bronquiectasias/ bronquiolectasias de tracción. La presencia de áreas en vidrio des- lustrado debe ser mínima o inexistente (fig. 83-1). Su sensibilidad diagnóstica es superior al 90%. El lavado broncoalveolar se caracteriza por neutrofilia, con o sin eosinofilia, en el 85% de los casos. En algunos casos, la fórmula celular es normal. Cuando existe linfocitosis (> 20%) deben descartarse otros diagnósticos, en especial la neumonitis por hipersensibilidad crónica. Los criterios diagnósticos consisten en: a) exclusión de otras causas de enfermedad pulmonar intersticial, y b) presencia del patrón his- tológico de neumonía intersticial usual en las muestras de biopsia pulmonar, o evidencia del patrón de neumonía intersticial usual en la TC, o ambas. La biopsia está indicada en los casos en que la TC no ponga de manifiesto los hallazgos típicos de neumonía intersticial usual. Figura - TC. Patrón de neumonía intersticial usual. Imágenes reticulares y de panalización subpleurales, bibasales y periféricas. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 696 SECCIÓN V Neumología El diagnóstico de fibrosis pulmonar idiopática es clínico-patológico. El hallazgo de neumonía intersticial usual en el examen histológico del parénquima pulmonar no es sinónimo de fibrosis pulmonar idiopática, ya que también puede observarse en las neumopatías intersticiales aso- ciadas a enfermedades del colágeno, en la enfermedad intersticial por fármacos, en las formas crónicas de la neumonitis por hipersensibilidad, en la asbestosis y en el síndrome de Hermansky-Pudlak. La evolución es muy variable. La enfermedad puede permanecer asintomática durante 2-3 años y en ocasiones es estable durante largos períodos de tiempo. En algunos casos los síntomas pueden preceder el diagnóstico durante 6-24 meses. La evolución más común es la progresión lenta, aunque existen formas aceleradas que conducen a insuficiencia respiratoria en 6-12 meses. Es una enfermedad con mal pronóstico. La supervivencia media es de 2-5 años desde el inicio de los síntomas si no se recibe tratamiento antifibrótico. Las pacientes con fibrosis pulmonar idiopática pueden presentar complicaciones y comorbilidades que modifican el curso clínico y el pronóstico. La enfermedad puede asociarse a enfisema pulmonar, en especial en los fumadores. En estos casos, los volúmenes pulmonares y la FVC son normales, y en la espirometría forzada se observa una alteración ventilatoria obstructiva. La TC muestra enfisema en los lóbulos superiores y fibrosis en los inferiores. Con frecuencia se asocia hipertensión pulmonar y el pronóstico es peor que la fibrosis pulmo- nar idiopática sin enfisema. Se ha descrito la asociación de fibrosis pulmonar con vasculitis ANCA positivas, principalmente anti-MPO. El diagnóstico de la fibrosis pulmonar antecede al de la vasculitis, que en la mayoría de los casos es una poliangitis microscópica. La incidencia de hipertensión pulmonar varía entre el 30% y el 45%, sobre todo en pacientes con enfermedad avanzada. La exacerba- ción aguda es un cuadro clínico de aparición aguda, caracterizado por aumento de la disnea de menos de 1 mes de duración, insuficiencia respiratoria grave y aparición de infiltrados alveolares en la radiografía de tórax y en vidrio deslustrado en la TC torácica, en ausencia de insuficiencia cardíaca y de otras enfermedades que cursan con un cua- dro clínico similar (sepsis, aspiración). Se ha demostrado que, aunque se identifique la causa infecciosa de la exacerbación o no, el pronóstico es similar en ambos grupos (idiopática o de causa infecciosa conocida). No tiene relación con la evolución previa de la enfermedad, ya que puede ser la forma de presentación. Se estima que su incidencia varía entre el 7% y el 12%. Aunque se han implicado infecciones víricas y fenómenos inmunológicos, su etiología es desconocida. El mismo cuadro clínico se ha observado en otras enfermedades pulmonares intersticiales, en concreto en la neumonía intersticial no específica, la neumonitis por hipersensibilidad crónica y las enfermedades inters- ticiales asociadas a enfermedades del colágeno. El examen histológico del parénquima pulmonar muestra daño alveolar difuso en la mayoría de los casos, aunque puede evidenciarse neumonía organizativa o acumulación de fibroblastos, además de las alteraciones propias de la neumonía intersticial usual. La evolución es variable, aunque la mortalidad es aproximadamente del 70%. La prevalencia de reflujo gastroesofágico es elevada (66%-78%), en ocasiones es asintomático y es frecuente la presencia de hernia de hiato. En este contexto, se ha postulado que las microaspiraciones podrían influir en la patogenia y la progresión de la enfermedad. Los pacientes presentan una prevalencia elevada de síndrome de apneas-hipopneas del sueño. La prevalencia de cáncer de pulmón varía entre el 15% y el 20%. El hábito tabáquico y la expresión aumentada de las moléculas p53 y p21 en las células epiteliales alveolares podrían influenciar la carcinogénesis. Los tumores predominan en los lóbulos inferiores, zonas en que se localizan las lesiones fibróticas. Los pacientes con fibrosis pul- monar presentan un estado de hipercoagulabilidad, con una incidencia elevada de accidentes vasculares cerebrales, tromboembolia pulmonar y enfermedades coronarias. La prevalencia de neumotórax es del 11%. En la mayoría de los casos no se resuelve con drenaje torácico, por la rigidez del parénquima pulmonar, que impide la reexpansión del pulmón. El tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad. En la enfermedad de leve a moderada intensidad (definida por una FVC > 50% y una DLCO > 35%) está indicada la pirfenidona, fármaco con propiedades antifibróticas que disminuye la progresión de la enfermedad, en dosis de 2.403 mg/día p.o., o el nintedanib, antifibrótico que también disminuye la progresión de la enfermedad, en dosis de 150 mg/12 h p.o. La duración del tratamiento depende de la evolución de la enfermedad. En la enfermedad grave, definida por una FVC < 50% y una DLCO < 35%, debe plantearse la posibilidad de trasplante pulmonar. Para el tratamiento de la tos seca persistente están indicados el fosfato de dimemorfano (20 mg/8 h p.o.) o el fosfato de codeína (30 mg/8 h p.o.). La prednisona en dosis bajas (5-10 mg/ día p.o.) puede ser eficaz para la tos refractaria a los antitusígenos. En la exacerbación aguda de la enfermedad no existen pautas tera- péuticas establecidas. El tratamiento más utilizado son los bolos de glucocorticoides en dosis altas (metilprednisolona, 500-1.000 mg/día i.v.) durante 3 días, seguidos de prednisona (0,5 mg/kg al día), que se disminuyen de forma progresiva. La ventilación mecánica invasiva y la no invasiva no son eficaces en la insuficiencia respiratoria grave. Neumonía intersticial no específicaEs una entidad clínico-patológica que actualmente se considera bien definida, ya que las características histológicas de la fibrosis pulmonar son bien diferenciadas de las de la fibrosis de la neumonía intersticial usual. Se distinguen dos formas: celular (predomino de inflamación en el parénquima pulmonar) y fibrótica (predominio de fibrosis). El cuadro clínico se caracteriza por disnea de esfuerzo y tos seca, de inicio insidioso o subagudo. Los estertores crepitantes están presentes en el 12% de los casos, y la acropaquia, en el 25%. Puede ser idiopática o asociada a enfermedades autoinmunes sistémicas (esclerosis sistémica, dermatomiositis y síndrome de Sjögren primario), neumonitis por hipersensibilidad, inhalación de sustancias tóxicas y administración de fármacos. Se ha postulado que podría representar la manifesta- ción pulmonar de la enfermedad indiferenciada del tejido conectivo. La forma idiopática es más frecuente en mujeres no fumadoras. La radio- grafía de tórax muestra infiltrados intersticiales o alveolointersticiales de predominio en los lóbulos inferiores. No existe ningún patrón específi- co en la TC, aunque los hallazgos pueden orientar el diagnóstico. Los hallazgos del lavado broncoalveolar son variables y no son diagnósticos. El diagnóstico debe establecerse por biopsia pulmonar quirúrgica, aunque no se recomienda cuando son secundarias a enfermedades del colágeno. Se han observado lesiones de neumonía intersticial usual y de neumonía intersticial no específica en el mismo paciente, lo que plantea la hipótesis de que la neumonía intersticial no específica puede ser precursora de la neumonía intersticial usual. El pronóstico depende de la etiología y del grado de inflamación en el parénquima pulmonar. El pronóstico es mejor en los casos en que la enfermedad se asocia a otras entidades y cuando el estudio histológico muestra predominio de la inflamación. En cualquier caso, el pronóstico es mejor que el de la fibrosis pulmonar idiopática. La supervivencia es del 50% a los 10 años. El tratamiento consiste en glucocorticoides p.o. en dosis de 1 mg/kg de peso y día durante 1 mes, que se disminuye de forma progresiva hasta 5-10 mg en días alternos, pauta que se mantiene hasta la resolución clínica y la estabilización de las pruebas funcionales. En caso de ausencia de respuesta a los glucocorticoides, es recomendable añadir azatioprina en dosis de 50-150 mg/día p.o. En las formas asociadas a enfermedades autoinmunes sistémicas, el micofenolato mofetilo en dosis de 2-3 g/día p.o. se ha mostrado eficaz. Neumonía intersticial aguda Es una enfermedad poco frecuente, caracterizada por la presencia de daño alveolar difuso en el parénquima pulmonar. El daño alveolar difuso es la característica anatomopatológica del síndrome de distrés respiratorio agudo. El término neumonía intersticial aguda debe utili- zarse en los casos de síndrome de distrés respiratorio agudo idiopático. El cuadro clínico se caracteriza por disnea de aparición aguda o subaguda, precedida por síntomas similares a los ocasionados por una enfermedad vírica: astenia, mialgias, artralgias, fiebre y escalofríos. La enfermedad evoluciona a insuficiencia respiratoria grave en pocos días. La radiografía de tórax muestra infiltrados alveolares bilaterales con broncograma aéreo, y la TC, imágenes en vidrio deslustrado y de consolidación. En las fases avanzadas de la enfermedad pueden aparecer bronquiectasias de tracción e imágenes en panal. El lavado broncoalveolar muestra marcada neutrofilia. Es una enfermedad con mal pronóstico, ya que la supervivencia es del 50% a los 2 meses del Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 697 CAPÍTULO 83 Enfermedades difusas del pulmón © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. diagnóstico. En algunos casos, la enfermedad puede resolverse por completo, presentar recaídas o evolucionar a fibrosis pulmonar. El diagnóstico debe establecerse por biopsia pulmonar quirúrgica. Cuando ello no es posible por el estado clínico del paciente, el diagnóstico puede establecerse por el cuadro clínico y los hallazgos de la TC y del lavado broncoalveolar. El tratamiento consiste en metilprednisolona 1 g/día i.v. durante 3 días, seguida de prednisona 1 mg/kg de peso y día p.o. durante 4 semanas con disminución progresiva de la dosis. Bronquiolitis respiratoria asociada a enfermedad pulmonar intersticial Es una entidad clínica poco frecuente. La bronquiolitis respiratoria es una lesión común en fumadores y consiste en el acúmulo de macrófagos hiperpigmentados en los bronquíolos. En ocasiones, las lesiones se extienden a los espacios alveolointersticiales y dan lugar a enfermedad intersticial. Es una enfermedad relacionada con el consumo de tabaco y afecta a fumadores de más de 30 paquetes/año, con edad entre 40 y 50 años. Puede representar la fase inicial de la neumonía intersticial descamativa. El cuadro clínico consiste en tos y disnea de esfuerzo, aunque en ocasiones la enfermedad es asintomática. La radiografía de tórax muestra imágenes reticulonodulillares, y la TC, engrosamiento de las paredes bronquiales, nodulillos centrolobulillares e imágenes en vidrio deslustrado, que pueden orientar al diagnóstico. En el lavado broncoalveolar se observan macrófagos hiperpigmentados, hallazgo frecuente en los fumadores sin enfermedad respiratoria. El diagnós- tico se establece por biopsia pulmonar quirúrgica, aunque no suele ser necesaria si el diagnóstico es muy sugestivo por TC de tórax. En las muestras obtenidas por biopsia no es infrecuente la coexistencia de lesiones de la histiocitosis de células de Langerhans, bronquiolitis res- piratoria asociada con enfermedad intersticial y neumonía intersticial descamativa, lo que demuestra el espectro de enfermedades inters- ticiales relacionadas con el tabaquismo. El pronóstico es bueno, con curación de la enfermedad en la mayoría de los casos. No obstante, en algunos pacientes la enfermedad es persistente a pesar del tratamiento, aunque es excepcional la progresión a insuficiencia respiratoria. El tratamiento consiste en el abandono del hábito tabáquico. En caso de persistencia de alteraciones radiológicas o funcionales se recomienda la administración de glucocorticoides en las mismas dosis que las utilizadas en la neumonía intersticial no específica. Neumonía intersticial descamativa Es una entidad caracterizada por el acúmulo intraalveolar de macró- fagos. Se considera como la fase final de la bronquiolitis respiratoria asociada con enfermedad pulmonar difusa, debido a la similitud de los hallazgos anatomopatológicos y su asociación con el hábito tabáquico. Es una enfermedad que afecta a fumadores entre 40 y 50 años. El cua- dro clínico es de inicio insidioso o subagudo y se caracteriza por disnea de esfuerzo progresiva y tos seca. En algunos casos puede evolucionar a insuficiencia respiratoria grave. El 50% de los pacientes presentan acropaquia. Se han descrito casos asociados al consumo de marihuana, a enfermedades autoinmunes sistémicas y a la inhalación de partículas inorgánicas. La radiografía de tórax y la TC no son diagnósticas y muestran imágenes en vidrio deslustrado, en ocasiones con imágenes reticulares. El lavado broncoalveolar se caracteriza por la presencia de macrófagos hiperpigmentados con alteraciones variables de la fórmula celular. El diagnóstico se establece por biopsia pulmonar quirúrgica. El pronóstico es bueno, ya que la mayoría de los pacientes mejoran tras el abandono del hábito tabáquico y el tratamiento con glucocorticoides. La supervivencia es del 70% a los 10 años del diagnóstico. El trata- miento consiste en el abandonodel hábito tabáquico y glucocorticoides en las mismas dosis utilizadas en la neumonía intersticial no específica. Neumonía intersticial linfocítica Es una enfermedad rara caracterizada por infiltrados linfocitarios inters- ticiales. El cuadro clínico es de inicio subagudo y se caracteriza por disnea de esfuerzo, tos seca y síntomas sistémicos (artralgias, fiebre, pérdida de peso). En los análisis sanguíneos es frecuente la anemia y la hipergammaglobulinemia. Suele asociarse a enfermedades de natura- leza inmunológica: enfermedades autoinmunes sistémicas (síndrome de Sjögren), miastenia grave, anemia perniciosa, inmunodeficiencia común variable, tiroiditis de Hashimoto y colangitis biliar primaria. También se ha descrito en pacientes con sida, sobre todo en niños. La forma idiopática es muy rara. La radiografía de tórax muestra imágenes alveolointersticiales y, con menos frecuencia, nódulos diseminados. Los hallazgos de la TC no son diagnósticos y consisten en imágenes en vidrio deslustrado, en ocasiones con quistes perivasculares. Los hallazgos del lavado broncoalveolar son inespecíficos y consisten en linfocitosis. El diagnóstico se establece por biopsia pulmonar quirúrgica. El 70% de los pacientes responden al tratamiento con glucocorticoides. En el 20%-30% de los casos la enfermedad evoluciona a la fibrosis pulmonar. El tratamiento consiste en la administración de glucocorticoides a las mismas dosis que las utilizadas en la neumonía intersticial no específica. Histiocitosis de células de Langerhans Se refiere en las enfermedades del sistema mononuclear fagocítico en la sección XIV, Hematología. Linfangioleiomiomatosis Es una enfermedad poco frecuente caracterizada por la proliferación de células inmaduras de la musculatura lisa (células LAM) en los vasos linfáticos, los bronquíolos y los vasos pulmonares, aunque puede afectar a otros órganos: riñón, vasos linfáticos peritoneales, hígado, útero y pán- creas. Se asocia a mutaciones de los genes TSC1 y TSC2 de la esclerosis tuberosa. Afecta de forma casi exclusiva a mujeres jóvenes en edad fértil. El hecho de que la enfermedad empeore durante el embarazo, en el posparto y después de tratamientos con estrógenos indica que existen factores hormonales en su patogenia. Se han descrito casos después de la menopausia en pacientes con tratamientos estrogénicos. El cuadro clínico consiste en tos, disnea de esfuerzo, hemoptisis, neumotórax recurrente y derrame pleural quiloso, y, con menos frecuencia, ascitis, derrame pericárdico, quiloptisis, quiluria y linfedema de las extremi- dades inferiores. Se asocia con frecuencia a angiolipomas renales y linfangioleiomiomas abdominales. En el 25% de los casos, la linfan- gioleiomiomatosis se asocia con la esclerosis tuberosa. La radiografía de tórax y la TC muestran opacidades micronodulillares y líneas B de Kerley en las fases iniciales. En las fases más evolucionadas se observan quistes aéreos diseminados de paredes delgadas, principalmente en las zonas basales. En un contexto clínico apropiado, los hallazgos de la TC son muy sugestivos de la enfermedad. El diagnóstico se establece por biopsia transbronquial o quirúrgica. El anticuerpo HMB-45 tiñe de forma selectiva la proliferación muscular de esta enfermedad, incluso en muestras de biopsia transbronquial. Los tratamientos antiestrogénicos (progesterona, agonistas liberadores de gonadotrofinas, tamoxifeno) y la ovariectomía bilateral no son eficaces. Estudios clínicos han demostrado que el sirolimus estabiliza las alteraciones de la exploración funcional respiratoria y mejora la sintomatología. La mayoría de los casos evolu- cionan a insuficiencia respiratoria grave. Microlitiasis alveolar Es una enfermedad rara de etiología desconocida, que se caracteriza por el depósito de microlitos constituidos por calcio y fósforo en los alvéo- los. Se asocia a mutaciones del gen SLC34A2, que regula la homeostasis de los fosfatos. La edad de presentación es variable, y se han descrito casos que afectan a varios miembros de la misma familia. En las fases iniciales, la enfermedad es asintomática. Cuando los microlitos ocupan los espacios alveolares o se desarrolla fibrosis pulmonar, los pacientes presentan disnea, tos seca y estertores crepitantes y acropaquia en la exploración física. Los hallazgos de la radiografía de tórax y de la TC consisten en opacidades micronodulillares difusas de densidad cálcica en los lóbulos inferiores, que forman conglomerados y borran la silueta cardíaca y el diafragma. Algunos casos cursan con infiltrados reticulares o reticulonodulillares. Un signo radiográfico típico es el de la pleura negra, que resulta del contraste de la densidad cálcica del parénquima pulmonar con la ausencia de afección pleural. El diagnóstico se establece mediante los hallazgos radiológicos y la biopsia transbronquial o quirúrgica. La evolución es variable. Se han descrito Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 698 SECCIÓN V Neumología casos con evolución superior a los 30 años, aunque en ocasiones la enfermedad evoluciona a fibrosis pulmonar e insuficiencia respiratoria. No existe ningún tratamiento eficaz. Proteinosis alveolar Es una enfermedad rara de etiología desconocida caracterizada por el depósito en los alvéolos de componentes del surfactante pulmonar. Se distinguen tres formas clínicas: congénita, idiopática y secundaria. La forma congénita es propia de recién nacidos y los primeros años de la vida, y es consecuencia de mutaciones genéticas, La forma idiopática se debe a la falta de aclaramiento del surfactante debido a la inhibición de la acción del GM-CSF sobre los macrófagos alveolares La forma secundaria se asocia a enfermedades hematológicas (leucemia mieloide, linfoma), exposición a polvos inorgánicos (sílice, aluminio, titanio, fibras de vidrio), fármacos (busulfán, clorambucilo) e infección por el HIV. La asociación con infecciones (N. asteroides, M. tuberculosis y otros gérmenes oportunistas) es frecuente. El cuadro clínico consiste en tos y disnea de esfuerzo, aunque en el 30% de los casos la enfermedad es asintomática. La fiebre sugiere infección, aunque la febrícula puede ser expresión de la enfermedad. El 30% de los pacientes presentan acropaquia. Los análisis sanguíneos muestran aumento marcado de la LDH, aunque no es un factor pronóstico. En la radiografía de tórax se observan infiltrados alveolares bilaterales y simétricos sin broncograma aéreo en los campos pulmonares medios e inferiores, que adoptan la forma de alas de mariposa. La TC muestra imágenes en vidrio deslus- trado y consolidación (imagen en empedrado). El diagnóstico puede realizarse mediante lavado broncoalveolar. El líquido obtenido tiene aspecto lechoso, y su análisis muestra material lipoproteináceo PAS-positivo y azul alciano negativo, y cuerpos lame- lares en la microscopia electrónica. En caso de duda, el diagnóstico debe establecerse por biopsia transbronquial o quirúrgica. La forma idiopática se caracteriza por la presencia de autoanticuerpos séricos frente al GM-CSF. El tratamiento consiste en el lavado broncoalveolar terapéutico con el fin de extraer el material lipoproteico de los espacios alveolares. No deben tratarse todos los pacientes, sino sólo aquellos en los que la enfermedad es progresiva. Los glucocorticoides están con- traindicados, ya que aumentan el riesgo de infección pulmonar. Una alternativa es el tratamiento con GM-CSF por vía s.c. o inhalada. El pronóstico es variable. La enfermedad puede remitir de forma espon- tánea (el 25% de los casos), presentar un curso estable con recurrencias o evolucionar a insuficiencia respiratoria grave. Enfermedades pulmonares intersticiales ocasionadas por fármacosLos fármacos ocasionan enfermedad intersticial difusa del pulmón por su efecto tóxico directo sobre el parénquima pulmonar, o por mecanis- mos inmunológicos o inflamatorios. Los citostáticos y la amiodarona son los fármacos que con mayor frecuencia ocasionan neumopatía intersticial. No es el objetivo de esta obra la elaboración de una lista exhaustiva de todos los fármacos que pueden ocasionar neumopatías intersticiales; el lector interesado puede acudir a la dirección de Internet http://www.pneumotox.com, en la que existe una actualización perma- nente de las complicaciones pulmonares ocasionadas por fármacos. Los fármacos pueden ocasionar varios tipos de enfermedad intersticial: neu- monía intersticial usual, daño alveolar difuso, neumonía organizativa, neumonía intersticial descamativa, neumonía intersticial no específica, eosinofilia pulmonar y sarcoidosis. El pronóstico depende del tipo de enfermedad intersticial que ocasione el fármaco. El tratamiento consiste en la interrupción de la administración del fármaco, y, en los casos en que persista el cuadro clínico, están indicados los glucocorticoides en las dosis utilizadas en otros tipos de enfermedad intersticial (v. Neumonía intersticial no específica, anteriormente). Enfermedad pulmonar intersticial por radioterapia La radioterapia torácica puede ser causa de neumopatía intersticial difusa. Debido a las nuevas modalidades de radiación, la enfermedad es menos frecuente. Aunque la gravedad de la enfermedad depende de la dosis de irradiación y de la extensión de tejido pulmonar irradiado, se han descrito casos con dosis bajas de irradiación. Se distinguen dos formas clínicas: la aguda y la crónica. La forma aguda aparece en los 2 meses siguientes a la irradiación y se caracteriza por la presencia de daño alveolar difuso en el parénquima pulmonar. La radiografía de tórax y la TC muestran imágenes alveolares parcheadas o confluentes, que suelen coincidir con la zona irradiada, pero pueden ser más extensas, incluso contralaterales. Los pacientes pueden presentar febrícula y dolor torácico. La forma crónica se caracteriza por fibrosis pulmonar y suele aparecer entre 6 y 12 meses después de la radioterapia. La radiografía de tórax y la TC muestran un patrón reticular o en panal, en ocasiones con bronquiectasias de tracción. Se han descrito casos de neumonía organizativa tras la radiación pulmonar, en especial en pacientes con cáncer de mama. La forma aguda tiene buen pronós- tico, con buena respuesta al tratamiento con glucocorticoides. En la forma crónica, el tratamiento con glucocorticoides no es eficaz. En los casos con neumonía organizativa, el pronóstico y el tratamiento son los mismos que en la forma idiopática. Fibroelastosis pleuroparenquimatosa Es una enfermedad rara de reciente descripción. Se caracteriza por fibrosis pleural y del parénquima pulmonar subpleural en los lóbulos superiores. Puede ser idiopática, o secundaria a la administración de citostáticos y como complicación tardía de los trasplantes de células hematopoyéticas, o pulmonar. El cuadro clínico consiste en disnea de esfuerzo progresiva y tos seca. Es frecuente la presencia de neu- motórax. La radiografía de tórax muestra engrosamientos pleurales e imágenes reticulonodulillares, y la TC, engrosamientos pleurales y consolidaciones subpleurales. El diagnóstico se establece mediante biopsia pulmonar. Es una enfermedad progresiva con mal pronóstico para la que no existe tratamiento eficaz. Otras enfermedades pulmonares intersticiales difusas La fibrosis intersticial centrada en las vías aéreas cursa con manifes- taciones clínicas radiológicas y funcionales respiratorias propias de las neumonías intersticiales idiopáticas, pero con alteraciones anatomo- patológicas caracterizadas por fibrosis bronquiolar y fibrosis intersticial localizada alrededor de las vías aéreas. Se asocia con la inhalación de agentes de origen orgánico o inorgánico (productos de limpieza, humo de madera, polvo de tiza, fibras de algodón, polvo de pastos, compues- tos químicos agrícolas y cocaína). La metaplasia peribronquiolar es un hallazgo histológico frecuente en las enfermedades intersticiales difusas. Se han descrito casos de enfermedad intersticial en los que el único hallazgo es la metaplasia bronquiolar. Su etiología no está bien definida, aunque algunos casos se asocian con enfermedades autoinmunes sis- témicas y exposición al asbesto. La fibrosis pulmonar relacionada con el tabaco se caracteriza por fibrosis hialinizada asociada a enfisema y bronquiolitis respiratoria. Es un hallazgo anatomopatológico detectado en el parénquima pulmonar de lobectomías practicadas a pacientes con cáncer de pulmón. La TC muestra infiltrados micronodulillares y opacidades en vidrio deslustrado. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Richeldi L, Collard HR, Jones MG. Idiopathic pulmonary fibrosis. Lancet 2017;389:1941-52. Taveira DA, Silva AM, Moss J. Clinical features, epidemiology and therapy of lymphangioleiomyomatosis. Clin Epidemiol 2015;7:249-57. Travis WD, Costabel U, Hansell DM, King TE, Lynch D, Nicholson AG, et al. An official ATS/ERS statement: update of the internacional multidis- ciplinary classification of the idiopathic interstitial pneumonias. Am J Respir Crit Care Med 2013;188:733-48. Wallis A, Spinks K. The diagnosis and management of interstitial lung diseases. BMJ 2015;350:h2072. Xaubet A, Ancochea J, Bollo E, Fernández-Fabrellas E, Franquet T, Molina- Molina M, et al. Normativa para el diagnóstico y tratamiento de la fibrosis pulmonar idiopática. Arch Bronconeumol 2013;49:343-53. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 699 CAPÍTULO 83 Enfermedades difusas del pulmón © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. NEUMONITIS POR HIPERSENSIBILIDAD Y NEUMONÍA ORGANIZATIVA M. Molina Molina Neumonitis por hipersensibilidad Concepto La neumonitis por hipersensibilidad, también conocida como alveolitis alérgica extrínseca, es una enfermedad bronquioloalveo- lar inducida por una amplia variedad de antígenos orgánicos o inorgánicos («inductores»), inmunomediada, que se desarrolla en sujetos susceptibles. Se caracteriza por una reacción inflamatoria intersticioalveolar, con predominio de linfocitos, células plas- máticas y macrófagos, que en ocasiones resuelve (neumonitis por hipersensibilidad aguda) y en otras ocasiones asocia una alteración reparativa del pulmón, progresando a fibrosis pulmonar (neumonitis por hipersensibilidad crónica). Etiología La neumonitis por hipersensibilidad suele ser la consecuencia de la inhalación de productos orgánicos o inorgánicos, aunque raramente puede deberse a fármacos o sustancias tóxicas. Esta hipersensibilidad asocia una respuesta inmune que activa la inflamación en el alvéolo, los bronquíolos distales y el tejido intersticial. Esta ocupación del espacio provoca la disminución en la capacidad del intercambio de gases y manifestaciones clínicas respiratorias. Los potenciales antígenos o sustancias que pueden inducir neumonitis por hipersensibilidad se incrementan progresivamente, y los más prevalentes en nuestro país son los antígenos aviares (paloma, periquito, gallina) y fúngicos (Candida, Aspergillus, Penicillium). En algunas ocasiones, el origen antigénico y la enfermedad que se genera resultan de tipo laboral (tabla 83-1). En la neumonitis por hipersensibilidad aguda, la exposición al antígeno suele ser masiva en un momento determinado, mientras que en la forma crónica, la exposición al antígeno puede ser mantenida o en diferentes fases, aunque en menor cantidad, por lo que suele resultar más difícil identificar su origen. Patogenia y fisiopatología La respuestapor hipersensibilidad que se activa tras el contacto o exposición con el antígeno puede ser de tipo III, con generación de anticuerpos específicos IgG (precipitinas), o de tipo IV, con activación de los linfocitos T. En la neumonitis por hipersensibilidad aguda, la res- puesta inmunológica e inflamatoria inducida, así como las alteraciones pulmonares tisulares, suelen revertirse al retirar el antígeno y asociar glucocorticoides. Por otro lado, en la neumonitis por hipersensibilidad crónica, además de la respuesta inmunológica, suele existir una alte- ración en los mecanismos de reparación tisular, lo que asocia una fibrosis pulmonar progresiva. Cuadro clínico La neumonitis por hipersensibilidad aguda suele aparecer tras la exposición súbita o masiva a antígenos. Los síntomas principales son disnea progresiva de intensidad variable, tos seca, mal estado general, hipoxemia y, en ocasiones, puede asociar incluso fiebre y opresión- dolor torácico. En la auscultación respiratoria se identifican estertores crepitantes y, en ocasiones, sibilantes inspiratorios. El cuadro clínico puede ser de gravedad variable, pero, cuando asocia hipoxemia acusada y disnea en reposo o a esfuerzo mínimo, los pacientes suelen requerir ingreso hospitalario. Característicamente, el paciente presenta mejoría a las 24-48 h del ingreso, al evitar la exposición. La neumonitis por hipersensibilidad crónica puede presentarse de forma progresiva o tras episodios repetidos de exposición aguda-subaguda, especialmente en caso de no retirar el agente causal a tiempo. Los pacientes con esta forma crónica debutan con síntomas respiratorios muy parecidos a la fibrosis pulmonar idiopática, disnea de esfuerzo progresiva, pero asocian tos seca con mayor frecuencia. En algunas ocasiones pueden presentar también obstrucción al flujo aéreo, pero básicamente de las vías aéreas distales. Exploraciones complementarias Pruebas funcionales respiratorias En la neumonitis por hipersensibilidad aguda suele ser imposible realizar un estudio funcional respiratorio debido a la gravedad y la rápida instauración del cuadro. Sin embargo, en la forma crónica se observa una alteración ventilatoria restrictiva (descenso de la capa- cidad pulmonar total y disminución de la capacidad vital forzada), junto con alteración de la capacidad de difusión de monóxido de carbono (DLCO). La vía aérea periférica (mesoflujos) puede resultar disminuida. Radiología En la forma aguda, la radiografía de tórax y la tomografía computa- rizada de alta resolución (TCAR) revelan un patrón micronodulillar y/o reticular, y también alveolar en vidrio deslustrado (fig. 83-2). Los signos radiológicos mejoran espontáneamente al desaparecer el contacto con el antígeno, entre 1 y 3 días, y vuelven a aparecer si se produce una nueva exposición. Tanto en la forma aguda como en la crónica, la TCAR puede identificar áreas de hiperclaridad (atrapamiento aéreo) que consiguen dar un aspecto en mosaico, o bien, cuando se alternan con áreas en vidrio deslustrado con dife- rentes densidades, un patrón en cabeza de jabalí. Las formas crónicas pueden presentar un patrón radiológico fibrosante muy similar al que se observa en la fibrosis pulmonar idiopática o en la neumonía intersticial no específica; reticulación subpleural, bronquiectasias traccionales y panalización, con escaso vidrio deslustrado. En algu- nas ocasiones, algún signo permite pensar en esta forma crónica; cuando al patrón fibrosante se le añaden áreas de atrapamiento aéreo o la panalización es más predominante en los lóbulos superiores (v. fig. 83-2). TABLA 83-1 Principales agentes antigénicos asociados a la neumonitis por hipersensibilidad y enfermedades laborales en España Enfermedad Fuente del antígeno Antígeno Pulmón del cuidador de aves Paloma, periquito, cotorra, gallina, etc. Proteínas plumas, epitelio, heces Pulmón del granjero Heno enmohecido Thermoactinomyces vulgaris, Aspergillus flavus, A. fumigatus y otros Suberosis Corcho enmohecido Proteínas del corcho Aspergillus, Penicillium y otros Pulmón del isocianato Espuma, adhesivos, pinturas, frenos de coches, etc. Isocianatos Pulmón del chacinero (limpiador de embutidos) Embutidos humedecidos Aspergillus, Penicillium Pulmón del instalador de aire Aire acondicionado Actinomiceto termófilo, protozoos, bacterias termoambientales Espartosis Esparto Aspergillus, Penicillium Neumonitis del carpintero Madera Hongos que la colonizan Pulmón de peleteros Pieles de astracán y zorro Polvo de la piel Neumonitis del jacuzzi Surtidor de jacuzzi contaminado Mycobacterium Tomado de www.pneumologica.es. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 700 SECCIÓN V Neumología Citología-lavado broncoalveolar En ocasiones la realización de una fibrobroncoscopia con lavado bron- coalveolar (LBA) de una de las áreas con más afectación por TCAR de tórax puede identificar signos que apoyan o sugieren la existencia de neumonitis por hipersensibilidad. La existencia de mastocitos en el recuento celular del LBA es muy sugestiva de esta enfermedad. Sin embargo, este hallazgo es muy infrecuente, y lo que más se observa es la presencia de linfocitosis (% de linfocitos mayor del 12%), con una disminución del cociente linfocitos T colaboradores/supresores- citotóxicos, asociado o no a leve eosinofilia. Anatomía patológica El patrón histológico característico incluye una tríada formada por: 1) infiltrados linfocitarios e histiocitarios alveolares e intersticiales; 2) existencia de granulomas histiocitarios, menos numerosos y más laxos que los de la sarcoidosis, y 3) bronquiolitis por inflamación de la pared bronquiolar. Los granulomas histiocitarios no siempre se identifican en las biopsias pulmonares. En la neumonitis por hipersensibilidad crónica o fibrosante se puede observar un patrón de neumonía intersticial usual, con focos fibroblásticos, incremento de colágeno, alternancia de áreas fibrosantes con áreas de normalidad y micropanalización, aunque con frecuencia los hallazgos fibrosantes son de predominio peribronquiolar y no claramente subpleural (a diferencia del patrón de neumonía inters- ticial usual identificado en la fibrosis pulmonar idiopática). Menos frecuente, pero también posible, es observar patrones histológicos de neumonía organizativa, neumonía intersticial no específica, agregados linfoides (sin centros germinales) y lesiones que predominan en el centro del lobulillo. En algunas ocasiones se pueden identificar signos de más de uno de estos patrones en la misma muestra pulmonar. Diagnóstico El diagnóstico en las formas agudas suele ser clínico, radiológico, epidemiológico, y se confirma mediante la identificación del agente antigénico (exposición y positividad de IgG) y su evitación. En ocasio- nes puede requerir evaluación citológica mediante LBA o histológica mediante criobiopsia transbronquial (muy raramente se realiza en estos casos una biopsia quirúrgica). El diagnóstico de las formas crónicas suele ser más complejo. El TCAR de tórax puede ser sugestivo en caso de que exista alguno de los patrones típicos (mosaico, cabeza de jabalí). La existencia previa de temporalidad tusígena ante alguna exposición determinada o de sibilantes audibles, así como el empeoramiento de la disnea en algu- na situación específica, puede hacer sospechar esta enfermedad. El análisis inmunológico de las IgG específicas (aviares y fúngicas como más frecuentes) mediante analítica de sangre indica exposición previa e identifica el potencial antígeno. La fibrobroncoscopia puede ser de ayuda al identificar linfocitosis en el LBA (en las formas crónicas con frecuencia el recuento es normal). Finalmente, en caso de faltar algunode los criterios previos, la evaluación histológica de una biopsia pulmonar (por criobiopsia transbronquial o por videotoracoscopia) acaba confirmando el diagnóstico. Cuando existe una duda diagnóstica, se desea ratificar el diagnóstico o identificar claramente el foco antigénico, se realizará la prueba de broncoprovocación (hacer inhalar al paciente el antígeno potencial). Antes de la prueba y tras 8 h de esta, se realiza un recuento y fórmu- la leucocitarios, se practica una espirometría y determinación de la DLCO, y se toma la temperatura. La concentración antigénica inicial es de 0,01 mg/mL, y se repite a 0,1 mg/mL al día siguiente y al otro día en caso de negatividad e, incluso, si es necesario, se puede exponer al individuo directamente, de modo controlado, a la fuente antigénica. Diagnóstico diferencial El diagnóstico diferencial de la neumonitis por hipersensibilidad aguda incluye la infección (tuberculosis, Pneumocystis jirovecii, especialmente en el caso de pacientes inmunodeprimidos), la hemorragia pulmonar, el distrés respiratorio o daño alveolar difuso y la neumonía eosinofílica. En caso de la forma crónica, el principal diagnóstico diferencial se realiza con la fibrosis pulmonar idiopática y la neumonía intersticial no específi- ca, lo que requiere una meticulosa historia ocupacional y de exposiciones en general, así como un análisis inmunológico de confianza. Aunque muy ocasionalmente, se puede confundir la neumonitis por hipersensibilidad con el síndrome tóxico por polvos orgánicos (micotoxicosis), que presenta un cuadro clínico muy parecido a la neumonitis, pero con IgG específicas negativas, predominio neu- trofílico en el LBA y radiografía de tórax normal, y suele agregar la existencia de otros casos en el mismo sitio de trabajo tras exponerse a cantidades masivas de polvo mineral. Tratamiento Prácticamente todos los casos de neumonitis por hipersensibili- dad aguda remiten tras abandonar la exposición, aunque en casos graves también se requiere tratamiento con glucocorticoides sistémicos (0,5 mg-1 mg/kg/día). En situaciones de exposición laboral, el cambio del sitio de trabajo o la protección de la vía aérea son prioritarios. En casos de exposición persistente, frecuentemente sin conocimien- to del sujeto sobre el potencial efecto nocivo de la exposición o incluso sin ser consciente de la exposición, el desarrollo de fibrosis puede comportar irreversibilidad de los cambios pulmonares. El tratamiento con glucocorticoides orales (15-20 mg/día) alivia y acorta la fase aguda, y puede mejorar la función pulmonar en algunos casos en fase crónica, Figura - Patrón radiológico de la neumo- nitis por hipersensibilidad aguda (A y B), en el que predomina vidrio deslustrado bilateral, en ocasiones alternando con áreas de atenuación (patrón en mosaico). A veces estas formas agudas pueden asociar áreas de consolidación, pero suelen ser escasas. Habitualmente estas imágenes disminuyen al sacar al paciente de la exposición y/o iniciar tratamiento glucocorticoide oral. El patrón radiológico de la neumonitis por hipersensibilidad crónica (C y D) es con frecuen- cia similar al observado en la fibrosis pulmonar idiopática: predominio de reticulación (tanto subpleural como central o peribronquial), bron- quiectasias traccionales y, en ocasiones, áreas de panalización. Pueden existir también áreas de vidrio deslustrado y áreas de atrapamiento aéreo. A diferencia de la fibrosis pulmonar idiopática, las áreas de fibrosis pueden predominar en los lóbulos superiores más que en los inferiores. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V 701 CAPÍTULO 83 Enfermedades difusas del pulmón © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. pero no avanzada. Hasta la fecha, ningún tratamiento ha demostrado beneficio en pacientes con neumonitis por hipersensibilidad crónica con patrón fibrosante de tipo neumonía intersticial usual. Pronóstico La neumonitis por hipersensibilidad aguda suele presentar buen pro- nóstico, en especial si se diagnostica y trata rápidamente y no empeora la gravedad del proceso antes de retirar al paciente del foco causal. La neumonitis por hipersensibilidad crónica que presenta de entra- da un patrón radiológico y/o histológico de neumonía intersticial usual asocia peor mortalidad. Los patrones fibrosantes progresivos de las formas crónicas que cursan con brotes o agudizaciones leves pueden beneficiarse de tratamiento glucocorticoide oral. La supervivencia en estos casos es variable. Neumonía organizativa Concepto La neumonía organizativa, anteriormente conocida como bronquiolitis obliterante con neumonía organizada (BOOP, del inglés bronchiolitis obliterans organizing pneumonia), se caracteriza por una respuesta inflamatoria de predominio linfocitario que afecta a los alvéolos y a las paredes de los bronquíolos terminales y respiratorios. En la mayoría de casos, la neumonía organizativa es asociada o inducida a algún proceso pulmonar o extrapulmonar, pero, cuando no se identifica ninguna causa o asociación, se adjetiva como neumonía organizativa criptogénica (NOC). La evolución semántica de BOOP a NOC data de inicios de este siglo y se realizó para diferenciar esta entidad de lo que se considera bronquiolitis obliterante pura o bronquiolitis constrictiva (sin neumonía organizativa), que presenta una causa, un curso clínico, un tratamiento y un pronóstico diferente a la NOC. Etiología A continuación, se detallan las principales causas o asociaciones de la neumonía organizativa: o anticonvulsivos, cocaína, quimioterápicos o radioterapia. - matoso sistémico, artritis reumatoide o esclerodermia. La neumonía organizativa criptogénica, como su nombre indica, se considera idiopática. Resulta de especial relevancia diferenciar la neumonía organizativa secundaria o asociada de lo que sería la forma criptogénica o NOC. Clínica, radiológica e histológicamente no se pueden diferenciar, sólo el exhaustivo estudio y descarte de las posibles asociaciones o causas permite hacerlo. Patogenia y fisiopatología Se considera que la neumonía organizativa es una reacción inflamatoria exagerada del pulmón de predominio linfocitario. Se desconocen exactamente los mecanismos implicados en su desarrollo, pero suele ser una alteración pulmonar reversible. Sin embargo, existen sujetos en los que los mecanismos reparativos del pulmón se encuentran alterados y se produce una fibrosis pulmonar tras la fase aguda. Además, hasta el 20% de los casos pueden debutar como una enfermedad fibrosante pulmonar, con clínica y radiología diferentes a las formas agudas, por lo que se considera fundamental la integridad de los mecanismos de reparación pulmonar en el proceso evolutivo de la NOC. Anatomía patológica El patrón histológico de neumonía organizativa se caracteriza por la presencia de tejido de granulación en el interior de los alvéolos y bron- quíolos llamados cuerpos de Masson, asociada a infiltrado linfocitario intersticial. El resto de tejido pulmonar se encuentra completamente preservado. La identificación de este patrón se puede obtener a través de biopsia pulmonar quirúrgica o de biopsia transbronquial mediante fibrobroncoscopia. Cuadro clínico El cuadro clínico de debut más frecuente es prácticamente indiferen- ciable de una neumonía bacteriana o de una infección respiratoria, con tos, fiebre y disnea rápidamente progresiva. En ocasiones se puede asociar mal estado general, artromialgias y pérdida de peso. Suele afectar a adultos, e incluye un rango de edad muy amplio, entre 20 y 80 años, aunque en raras ocasiones se puede identificar también en niños, especialmente asociado a alguna enfermedadmultiorgánica. En la aus- cultación respiratoria frecuentemente se identifican crepitantes secos en la región torácica de la zona afectada, aunque en fases iniciales la auscultación puede ser normal. En el análisis sanguíneo, los reactantes de fase aguda, como leucocitos, proteína C reactiva (PCR) o velocidad de eritrosedimentación globular (VSG), pueden estar discretamente incrementados (no con valores tan elevados como en la infección). Estudio radiológico En la radiografía de tórax se observan infiltrados alveolares periféri- cos y/o áreas de condensación alveolar, que pueden localizarse en un segmento o lóbulo, o más difusa, en varias localizaciones. La TCAR de tórax permite identificar mejor el área de afectación y, además, en ocasiones muestra signos radiológicos muy sugestivos de esta entidad, como el signo del halo invertido o atolón (fig. 83-3). Estos infiltrados pueden disminuir espontáneamente, y frecuentemente lo hacen tras tratamiento glucocorticoide. En ocasiones, y de forma característica, los infiltrados pueden ser cambiantes o recidivantes. Es habitual que el paciente pueda haber estado orientado clínica y radiológicamente como una neumonía bacteriana, tratado con antibióticos, y sospecharse más tarde la posibilidad de NOC cuando ha presentado recidiva de los infil- trados en otras localizaciones. Una minoría de casos radiológicamente pueden presentarse con un patrón intersticial reticular difuso; en estos casos, el diagnóstico diferencial se realiza con otras enfermedades pulmonares intersticiales fibrosantes. Diagnóstico En el debut o momento agudo de la enfermedad no suelen realizarse pruebas funcionales respiratorias por el estado clínico del paciente. El diagnóstico en estos casos se realiza mediante sospecha clínico-radioló- Figura - Imágenes de TCAR torácica típi- cas de neumonía organizativa. A. Neumonía orga- nizativa criptogénica. La imagen muestra áreas de condensación con bronquiectasias en su interior, el diagnóstico diferencial se debe realizar con neumonía (bacteriana o vírica). B. Halo invertido. Obsérvese el halo invertido o signo del atolón, muy característico de neumonía organizativa. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 702 SECCIÓN V Neumología gica (TCAR tórax), y se confirma con una biopsia pulmonar transbron- quial (convencional o criobiopsia) mediante fibrobroncoscopia cuando el estado clínico del paciente lo permite. Raramente la confirmación diagnóstica requiere biopsia pulmonar quirúrgica. En casos recidivantes o crónicos, la prueba funcional respiratoria puede mostrar un patrón restrictivo (descenso TLC) e identificar reducción de la DLCO. La fibrobroncoscopia no muestra secreciones purulentas (a dife- rencia de las condensaciones o infiltrados de origen infeccioso), y la fórmula celular del lavado broncoalveolar suele ser de predominio linfocítico, con disminución del cociente linfocitos T CD4/CD8. Ante la sospecha o confirmación de una neumonía organizativa, el estudio inmunológico exhaustivo y el despistaje de posibles causas (historia clínica, marcadores tumorales y serológicos) resulta funda- mental para acabar de catalogar el caso como NOC o como neumonía organizativa asociada a otro proceso. Diagnóstico diferencial El diagnóstico diferencial incluye procesos que asocian infiltrados o condensaciones como la neumonía de origen infeccioso (bacteriana o vírica), u otros procesos intersticiales que cursan con infiltrados bilaterales, como la neumonía eosinófila crónica (en este caso los infiltrados suelen ser periféricos, y clínicamente se asocia con mayor frecuencia clínica similar al asma). En los casos en los que la enfer- medad se presenta como enfermedad intersticial, el diagnóstico dife- rencial debe realizarse con otras neumonías intersticiales idiopáticas, procesos granulomatosos como sarcoidosis o neumopatías intersticiales inducidas o asociadas. Tratamiento y pronóstico El tratamiento de la NOC se basa en glucocorticoides sistémicos (endovenoso en los casos graves u oral en los casos que no requieren hospitalización), en dosis entre 0,5 mg/kg/día y 1 mg/kg/día en fun- ción de la gravedad. Aunque esta recomendación se sustenta en una escasa evidencia científica, la respuesta al tratamiento glucocorticoide o la mejoría clínica suele darse a las 24-48 h de su inicio. En alguna ocasión, los infiltrados resuelven espontáneamente. El descenso de la dosis de cortisona debe ser gradual y progresivo, especialmente al disminuir desde los 20 mg/día hasta su suspensión (se suele realizar en un período de 6-12 meses). Un descenso brusco de la cortisona puede asociar con más frecuencia recidiva. En casos de recidiva no asociada a descenso rápido del tratamiento siempre se deben inves- tigar posibles causas o exposiciones subyacentes que puedan ser el origen de la recidiva. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL American Thoracic Society/European Respiratory Society. International multi- disciplinary consensus classification of the idiopathic interstitial pneumo- nias. Am J Respir Crit Care Med 2002;165:277-304. Cordier JF. Cryptogenic organizing pneumonia. Eur Respir J 2006;28:422-46. Glazer CS. Chronic hypersensitivity pneumonitis: important considera- tions in the work-up of this fibrotic lung disease. Curr Opin Pulm Med 2015;21:171-7. Morell F, Villar A, Montero MA, Muñoz X, Colby TV, Pipwath S, et al. Chro- nic hypersensitivity pneumonitis in patients diagnosed with idiopathic pulmonary fibrosis: a prospective case-cohort study. Lancet Respir Med 2013;1:685-94. Vasakova M, Selman M, Morell F, Sterclova M, Molina-Molina M, Raghu G. Hypersensitivity pneumonitis: current concepts of pathogenesis and potential targets for treatment. Am J Respir Crit Care Med 2019;200:301-8. EOSINOFILIAS PULMONARES J. Ancochea Bermúdez, P. Landete Rodríguez Concepto Las eosinofilias pulmonares son un grupo heterogéneo de enfermedades parenquimatosas difusas caracterizadas por la presencia de eosinofilia alveolar y/o periférica junto con infiltrados pulmonares radiológicos. Esta definición tiene interés práctico al permitir plantear un diagnós- tico diferencial entre un grupo diverso, pero limitado, de procesos. Los infiltrados radiológicos suelen manifestarse como opacidades bilaterales de distribución segmentaria, de aspecto no homogéneo y carácter a menudo cambiante o migratorio. Se acepta como eosinofilia en la sangre periférica una cifra de al menos 1.000 eosinófilos/µL, aunque esta eosinofilia periférica puede no estar presente, en particular en la fase inicial de la neumonía eosinófila aguda y en pacientes en tra- tamiento con glucocorticoides. La existencia de infiltración eosinófila del pulmón puede objetivarse mediante lavado broncoalveolar (LBA), especialmente si el porcentaje de eosinófilos en el recuento diferencial celular es superior al 25%, o biopsia transbronquial. Recientemente se ha demostrado que altas concentraciones de periostina en el LBA apoyan el diagnóstico de eosinofilia pulmonar. Un enfoque sencillo y práctico permite agrupar las eosinofilias pulmonares en tres categorías (cuadro 83-3): las idiopáticas, las de etiología conocida y un grupo misceláneo de enfermedades que pueden asociarse a eosinofilia de grado variable. Eosinofilias pulmonares idiopáticas Neumonía eosinófila crónica La neumonía eosinófila crónica (NEC), si bien rara (< 3% de las enfermedades pulmonares intersticiales difusas), es la entidad más frecuente dentro de este grupo. La acumulación de eosinófilos en el pulmón se ha relacionado con la acción de factores quimiotácticos específicos, como eotaxina y RANTES (Regulated on Activation, Normal T cell Expressed and Secreted), y con el papel clave desempe- ñado por la IL-5 en la biología
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