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S E C C IÓ N I V Malformaciones vasculares y tumores vasculares CONCEPTO Las malformaciones vasculares congénitas (MVC) son lesiones pro- ducidas durante el proceso embrionario y se caracterizan por un gran polimorfismo estructural y clínico. Pueden afectar a uno o a varios sistemas circulatorios (arterial, venoso y linfático). Están presentes desde el nacimiento, aunque su reconocimiento puede ser más claro con el paso del tiempo y nunca involucionan. EMBRIOLOGÍA El sistema vascular se desarrolla desde la tercera semana de gestación con el fin de aportar oxígeno y nutrientes al organismo, así como de recoger sustancias de desecho. En el desarrollo del sistema vascular periférico se reconocen tres estadios: a) fase de red capilar indiferenciada; b) fase retiforme, de reabsorción parcial y coalescencia, en la que se van definiendo las aferencias arteriales y las eferencias venosas, y c) estadio de madurez con diferenciación definitiva, arterial, venosa y capilar. Existen en la actualidad dos conceptos que deben considerarse: 1. Vasculogénesis, la formación de novo de los vasos por los pre- cursores mesodérmicos (angioblastos) que, tras la acción del factor de crecimiento fibroblástico (bFGF), induce a las células pluripotenciales del blastodermo. Intervienen también el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) y sus receptores. 2. Angiogénesis, proceso de conformación de los vasos preexis- tentes. Estimulada por el factor transformador del crecimiento β (TGF-β), el factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF), la angiopoyetina 1 (Ang-1) y sus respectivos receptores. Existen también factores puramente hemodinámicos y de la tensión de oxígeno. Dependiendo del momento y de la fase en la que actúe una posible causa desencadenante, se producirán diferentes tipos de malforma- ciones y un gran polimorfismo anatomoclínico. Esto justifica que, a menudo, la distinción entre las malformaciones y los tumores vas- culares, como el hemangioma neonatal, no sea fácil. Las denominadas lesiones extratronculares obedecen a anomalías que se producen en la fase reticular, con características de células mesodér- micas (angioblastos), lo que les confiere un modo de comportamiento infiltrativo sobre las estructuras adyacentes, y con capacidad de pro- liferar cuando se someten a estímulos internos (cambios hormonales por menarquia o embarazo) y externos (traumatismos); también tienen capacidad de recurrencia. Las lesiones tronculares producidas en una fase posterior, de dife- renciación completa, no comparten las características de las células mesenquimatosas. Tienen menos potencial de crecimiento y, por tanto, menos riesgo de recurrencia, pero se suelen asociar a importantes consecuencias hemodinámicas y aparecen en diferentes modalidades, desde las más inmaduras (hipoplasia, aplasia) hasta las más desarrolladas (hiperplasia). ETIOLOGÍA Y PATOGENIA Actualmente, se han identificado una serie de factores, como ano- malías genéticas y cromosómicas, generadas por la edad de la madre o por toxicidad química durante el primer trimestre del embarazo; infecciones (p. ej., rubéola, citomegalovirus, toxoplasmosis y herpes virus); uso de fármacos (p. ej., talidomida, ciclofosfamida, quinina, cortisona) y enfermedades maternas (p. ej., enfermedades tiroideas, https://booksmedicos.org 622 SECCIÓN IV Angiología diabetes mellitus). Según el estadio en el que se produzca la alteración, podrán aparecer lesiones diversas. CLASIFICACIÓN Dada la gran variabilidad clínica de estas entidades, es de gran uti- lidad el empleo de una clasificación para su correcta identificación. La clasificación de Hamburgo, basada en un consenso de 1988, y posteriormente la de la International Society for the Study of Vascular Anomalies (ISSVA) de 1996, son las más empleadas y han sido revisadas e integradas en 2013 por la Unión Internacional de Flebología y, en 2015, por la ISSVA (tabla 77-1). Incluye las malformaciones según la forma anatómica predominante: arterial, venosa, linfática, fístulas arteriovenosas, formas combinadas y capi- lares. Las más frecuentes son las venosas; las más graves, las arteriovenosas. En estas últimas se deben diferenciar los casos clínicamente hipoactivos (microcomunicaciones), de «bajo flujo», generalmente bien tolerados, de los activos (macrocomunicaciones), de «alto flujo», en los que el tamaño de la comunicación o su excesivo número en una determinada zona corporal condicionan la repercusión regional o general responsable de su ulterior curso evolutivo y el tipo de tratamiento que deberá emplearse. La utilización de esta clasificación integrada facilita la identificación y la planificación del tratamiento más adecuado. FISIOPATOLOGÍA En términos fisiopatológicos, las MVC son susceptibles de provocar efectos mecánicos en las estructuras vecinas, o bien efectos hemodiná- micos, dependiendo del tipo o subtipo al que pertenecen. Las lesiones de origen en fase extratroncular tienen un efecto mecánico de escasa importancia inicial, que se agrava si se produce un crecimiento significativo, con la consiguiente compresión de estructu- ras adyacentes; dependiendo de su variada localización, pueden com- prometer funciones como la respiración, la deglución o la audición, y convertirse incluso en lesiones capaces de generar compromiso vital si alteran la vía aérea. Sus efectos hemodinámicos suelen ser de mayor importancia cuando son de alto flujo. Las lesiones tronculares implican, fundamentalmente, un impacto hemodinámico cuyo carácter es muy variable según su naturaleza, desde un linfedema o un edema venoso por aplasia o hipoplasia venosa hasta una sobrecarga por fístula arteriovenosa (con sobrecarga cardíaca), o bien efecto de robo sanguíneo arterial e hipertensión venosa por sobrecarga. En ocasiones existen consecuencias en los tejidos u órganos afectos. Las MVC de localización intraósea pueden generar un crecimiento óseo anómalo y, en última instancia, alteraciones de la marcha por disme- trías. Estas se producen por el crecimiento asimétrico y el impacto que provoca la diferente longitud entre las extremidades. La localización gastrointestinal, pulmonar o urológica puede generar manifestaciones específicas muy variadas. CUADRO CLÍNICO Las manifestaciones clínicas, habida cuenta de la génesis y la fisiopatología de todas estas lesiones, son muy diversas, ya que la posible afectación arterial, venosa o linfática de la fístula arteriovenosa o capilar y, a su vez, la posible localización en todo el organismo, así como sus posibles formas combi- nadas, son extraordinariamente dispares. De forma genérica, se pueden evidenciar ciertos perfiles clínicos, que son la base inicial del diagnóstico. Malformaciones capilares Aparecen como manchas, de tamaño muy variable y de color vino de Oporto en la piel de cualquier localización, y frecuentemente se acompañan de otras anomalías vasculares en diferente localización. Malformaciones venosas Constituyen tumoraciones azuladas que desaparecen a la presión. Si se encuentran en las extremidades, aumentan con la maniobra de Valsalva y desaparecen con la elevación del miembro. Dada la estasis venosa que generan, pueden asociarse a procesos de trombosis venosa profunda y tromboembolia pulmonar. Si afectan a la musculatura, al hueso, a vísceras abdominales o al sistema nervioso, aparecen con síntomas TABLA 77-1 MALFORMACIONES VASCULARES CONGÉNITAS (MVC) Bajo flujo Alto flujo Forma anatómica predominante Venoso Extratroncular Difuso Arterial Extratroncular Difuso Localizado Localizado Troncular Obstrucción Troncular Obstrucción Dilatación Dilatación Linfático Extratroncular Difuso Arteriovenoso Extratroncular Difuso Localizado Localizado Troncular Obstrucción Troncular Obstrucción Dilatación Dilatación Capilar Combinado Síndrome asociado Síndrome asociado Tumores vasculares Benignos Hemangioma infantil Hemangioma congénito Angioma en penacho Angioma de células fusiformesHemangioma epitelioide Granuloma piógeno Localmente agresivos Hemangioendotelioma kaposiforme Hemangioendotelioma retiforme Sarcoma de Kaposi Malignos Angiosarcoma Hemangioendotelioma epitelioide https://booksmedicos.org 623 CAPÍTULO 77 Malformaciones vasculares y tumores vasculares S E C C IÓ N I V específicos (p. ej., fracturas patológicas, hemorragia gastrointestinal, síntomas cerebrovasculares). Si afectan a la bucofaringe o a la lengua, pueden incluso comprometer la vía aérea. Malformaciones linfáticas Su manifestación difusa genera linfedema e higromas si está localizada. Este linfedema de carácter primario se manifiesta de manera ines- pecífica. A veces es poco sintomático, hasta que se complica por una infección (linfangitis) sobreañadida, lo que incrementa la sintomato- logía de forma significativa. Malformaciones arteriovenosas Se acompañan de venas visibles aumentadas de calibre, así como calor local, soplo y frémito a la exploración. Son origen de lesiones cutáneas con necrosis asociada y posibilidad de hemorragias profu- sas tras su ulceración. Pueden generar hipervolemia e insuficiencia cardíaca. Malformaciones vasculares sindrómicas Síndrome de Klippel-Trenaunay Consiste en la asociación de manchas en vino de Oporto localizadas, a veces en el aspecto lateral de una o las dos extremidades inferiores; hipertrofia con aumento de la longitud de la extremidad; varices de gran tamaño en la extremidad, en grandes colectores venosos que suelen drenar al sistema pélvico venoso, y, ocasionalmente, hipoplasia del sistema venoso profundo y linfedema. Síndrome de Parkes-Weber Comparte las anomalías del síndrome de Klippel-Trenaunay y se asocia a fístulas arteriovenosas. Síndrome de Struge Weber Malformación capilar facial de distribución trigeminal, angiomatosis leptomeníngea y glaucoma. Síndrome blue rubber bleb nevus (BRBNS) Se caracteriza por la presencia de pequeñas malformaciones venosas generalizadas, tanto cutáneas como internas. Otras manifestaciones vasculares sindrómicas - cal, escoliosis, nevus, gigantismo parcial y anomalías digitales. nevus y anomalías espinales o esqueléticas. DIAGNÓSTICO Diagnóstico clínico Debe realizarse una anamnesis detallada por órganos y aparatos des- de el nacimiento; recoger los antecedentes patológicos maternos, así como posibles exposiciones durante el embarazo; llevar a cabo un examen físico completo general que incluya inspección, palpación y auscultación sobre las lesiones visibles con el paciente en decúbito y de pie, y observar la marcha. Exploraciones complementarias En virtud de la información aportada por el diagnóstico clínico, existen multitud de estudios que aportan —de manera invasiva, poco invasiva o invasiva (cuadro 77-1)— gran cantidad de información acerca de la repercusión funcional, de los límites anatómicos de la afectación, de la coexistencia de lesiones múltiples y de las posibilidades terapéuticas. De especial interés son la angio-RM (fig. 77-1) y la angio-TC. Si se plantea un tratamiento invasivo, entonces deberán realizarse pruebas invasivas, como la arteriografía (fig. 77-2), la flebografía o la linfografía, que permiten realizar la planificación terapéutica completa, ya sea endovascular, quirúrgica o mixta. A estos estudios específicos, se sumarán todos aquellos inespecíficos para la evaluación de los efectos colaterales: cardíacos, óseos, gas- trointestinales o de cualquier otra índole. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL De trascendental importancia, por su diferente historia clínica y morbilidad asociada, es la diferenciación de una MVC de un hemangioma, tumor vascular que no suele existir al nacimiento y que se caracteriza por una fase de rápido crecimiento, generalmente autolimitado. Esta diferencia clínica se confirma al realizar estudios complemen- tarios, básicamente Eco-Doppler y/o angio-RM. TRATAMIENTO Las indicaciones terapéuticas actuales están bien definidas (cua- dro 77-2). Sin embargo, no todas las MVC deben tratarse y siempre ha de considerarse que las lesiones extratronculares tienden a recidivar. Nunca se pueden controlar completamente si no se elimina la zona denominada nidus de unión entre arterias y venas, y siempre ha de realizarse un estricto balance de riesgos y beneficios del tratamiento. Las malformaciones arteriovenosas deben considerarse potencialmente peligrosas para la viabilidad de la extremidad (fig. 77-3) e, incluso, de riesgo vital; sin embargo, las malformaciones venosas suelen tener un curso muy benigno y muy pocas necesitan ser tratadas de manera agresiva. Habida cuenta de la disparidad en cuanto a formas clínicas, es de especial importancia plantear el tratamiento de las MVC en el contexto de un equipo multidisciplinar en el que idealmente participen cirujanos vasculares, pediátricos y plásticos; traumatólogos; dermatólogos; oto- rrinolaringólogos; neurocirujanos; radiólogos; patólogos; anestesistas y rehabilitadores. Tratamiento endovascular El desarrollo de las técnicas de embolización, mediante cateterización supraselectiva con microcatéteres, ha mostrado su efectividad y es actualmente de primera elección para el tratamiento de las MVC. En las lesiones de alto flujo, se emplean diversos materiales, como espirales (coils) de acero o nitinol, partículas de diversos componentes o agentes adhesivos. Su elección se basa en sus efectos. En ocasiones, partículas de colágeno o espumas reabsorbibles se utilizan para practicar tratamientos combinados antes de realizar exéresis quirúrgicas, ya que se reabsorben en un determinado período de tiempo, lo que permite la recanalización de la lesión. El acceso a las lesiones se realiza por vía arterial, por punción directa o por vía venosa. En las lesiones de bajo flujo puede plantearse la escleroterapia, realizando punción directa de la lesión. Es preciso repetir las sesio- nes de escleroterapia para mantener el efecto a lo largo del tiempo. Los agentes esclerosantes empleados son el etanol, el polidocanol y • CUADRO 77-1 Estudios no invasivos o mínimamente invasivos Eco-Doppler color Pletismografía aérea RM Escintigrafía (hematíes marcados/linfoescintigrafía) Angio-RM (arterio-, veno- y linfografía) Angio-TC (reconstrucción tridimensional) Estudios invasivos Arteriografía Flebografía Linfografía https://booksmedicos.org 624 SECCIÓN IV Angiología el tetradecilsulfato de sodio, que dañan el endotelio, con posterior trombosis y fibrosis. Dada la naturaleza de las lesiones, el tratamiento casi nunca es definitivo con un solo procedimiento, y debe comunicarse al paciente que existe alta probabilidad de que sean precisos procedimientos múlti- ples a lo largo del tiempo. Tratamiento quirúrgico Se utiliza como medida inicial para lesiones bien localizadas y quirúrgicamente accesibles, mediante la extirpación completa. Por lo general, consiste en la ligadura de los vasos que alimentan fun- damentalmente la lesión, o bien en la esqueletización de todas las conexiones arteriovenosas asociando o no la extirpación completa. En ocasiones, también se realiza después de que aparezcan compli- caciones de las MVC cuando han provocado hemorragia o necrosis. Las escisiones pueden conllevar amputaciones cuando se producen en las extremidades. TUMORES VASCULARES Concepto Los tumores vasculares constituyen un grupo de neoplasias que com- parten un origen común con los componentes del sistema vascular. Tienen un origen anatómico en el sistema vascular. Poseen múltiples y variadas presentaciones clínicas, características biológicas y opciones terapéuticas. Los más frecuentes son los denominados hemangiomas infantiles (HI). Clasificación Los tumores vasculares han sido clasificados por distintos autores según sus características anatómicas, patológicas, embriológicas o biológicas. Las clasificaciones iniciales expresaban un amplio espectro de características histológicas y términos descriptivos para Angio-RM del miembro superior centrada en la mano, con estudio dinámico. Lesiónen la cara cubital, margen lateral, con morfología cerebriforme, compatible con maloración venosa de bajo flujo. A. Proyección sagital. B. Proyección coronal. C. Proyección axial. https://booksmedicos.org 625 CAPÍTULO 77 Malformaciones vasculares y tumores vasculares S E C C IÓ N I V documentar estas lesiones. Estos términos han permanecido en la bibliografía médica y han generado enorme confusión. Mulliken y Glowacki clarificaron el sistema de clasificación de las marcas de nacimiento y establecieron la diferenciación entre hemangiomas y malformaciones vasculares, atendiendo a sus características bioló- gicas, celulares y clínicas (v. tabla 77-1). Esta clasificación fue pos- teriormente redefinida por Mulliken y Young. En 1996 fue adoptada por la ISSVA y actualmente (v. cuadro 77-2) aún se utiliza, según la revisión de 2015. Hemangiomas Aunque también pueden desarrollarse en la edad adulta, los más fre- cuentes son los infantiles. Los HI son tumores benignos y frecuentes; aparecen en un 1%-2,6% de la población infantil, con predominio en el sexo femenino (entre 3 y 5 veces más frecuente), y están compues- tos por células endoteliales. Se caracterizan por un patrón único de comportamiento biológico en tres fases: una rápida proliferación, que ocurre en los primeros meses de la vida (8-12); un período involutivo (1-12 años), que puede llegar a ser total, y, finalmente, un estadio residual fibroadiposo. Aparecen días o semanas después del nacimiento (algunos son congénitos). Afectan a todas las etnias, con mayor fre- cuencia a niños prematuros. Etiología y patogenia Los HI están compuestos fundamentalmente por células endoteliales; también contienen pericitos, fibroblastos, células intersticiales y mas- tocitos. El mecanismo de proliferación que experimentan no es hoy día claramente interpretado, pero existen algunas teorías. Podrían producirse a partir de angioblastos diferenciados a través de un fenotipo placentario. Esta hipótesis se sustenta en el hallazgo de marcadores, como el transportador de glucosa de tipo eritrocítico (GLUTI-1) encontrado en estos tumores, lo que significa que las células de los HI comparten el mismo inmunofenotipo que las células placentarias. Por otra parte, el perfil molecular de las células endoteliales de los HI tiene una expresión idéntica a la de las células epiteliales placentarias. También se han relacionado con alteraciones de la barrera mater- nofetal, como los que se producen en la placenta previa o durante la preeclampsia. Algunos propugnan una influencia genética, puesto que se han identificado casos aislados familiares, con transmisión autosómica dominante. Cuadro clínico Aparecen como lesiones pequeñas, aisladas y no complicadas. En el 60% de los casos se encuentran en la cabeza y el cuello, y provocan, por tanto, alteraciones estéticas. También pueden aparecer en el tronco, las extremidades, los genitales, el hígado, el intestino y, menos frecuente- mente, en el pulmón. Suelen ser de color rojo y elevadas, y fluctúan. En su mayoría, los HI permanecen bien circunscritos, con dimensiones de entre 0,5 y 5 cm de diámetro, y afectan a la capa superficial de la piel, en cuyo caso se denominan hemangiomas superficiales, o pueden proliferar en la dermis profunda y el tejido subcutáneo, en los llamados hemangiomas cavernosos, que aparecen como tumoraciones macizas y abultadas con vasos sanguíneos. Pueden provocar complicaciones durante la fase de crecimiento, como ulceración, hemorragia, compromiso de la vía aérea y, raramente, insuficiencia cardíaca congestiva. Cuando afectan al párpado, pueden interferir en el desarrollo normal de la visión. Tras la regresión completa, se produce una reparación con piel normal en el 50% de los pacientes, mientras que en el 10%-38% tienen cambios permanentes graves y deformidades estéticas importantes. Los HI pueden crecer como tumores extensos en un área local o bien proliferar en múltiples localizaciones en todo el cuerpo; en tal caso, se conocen como hemangiomatosis difusa neonatal. Se ha descrito la asociación PHACE, consistente en malformaciones de la fosa pos- terior, hemangiomas, anomalías arteriales, coartación de aorta, defectos cardíacos y anomalías oculares. Se denomina síndrome PHACE cuando se asocian defectos de desarrollo ventrales, en la zona del esternón o del rafe supraumbilical. Diagnóstico Es eminentemente clínico, pero se deben realizar estudios complemen- tarios no invasivos o mínimamente invasivos, como la eco-Doppler, Arteriografía selectiva de mal- formación arterio-venosa en fase arterial (A), observándose elongación y tortuosidad de las arterias (flechas), y (B) proliferación de venas formando conglomerados venosos (asteriscos) por la presencia de múltiples microfístulas. • CUADRO 77-2 Hemorragia Insuficiencia cardíaca Isquemia Hipertensión venosa Lesiones con riesgo vital por su localización (vía aérea) o que afectan a funciones vitales (vista, oído, alimentación) Dolor no controlado Alteración funcional Deformidad estética Afectación ósea Localizaciones con posibilidad de complicación (hemartros, TVP, TEP) Alteración linfática (con o sin infección) Infección recurrente (local o general) TEP: tromboembolia pulmonar; TVP: trombosis venosa profunda. Malformación vascular congénita (MVC) complicada con lesiones cutáneas e infección, que requirió amputación parcial de dos dedos de la mano. https://booksmedicos.org 626 SECCIÓN IV Angiología la RM o la TC, especialmente cuando existen HI múltiples, para des- cartar la coexistencia de angioma hepático o cualquier otra anomalía asociada. Sólo excepcionalmente es necesaria una angiografía, en la que ha de valorarse el carácter invasivo adicional por la punción arterial, especialmente si se trata de pacientes de corta edad. Tratamiento Las indicaciones de tratamiento se basan clásicamente en la exis- tencia de destrucción tisular, sangrado importante, obstrucción y compromiso de funciones vitales, coagulopatía, insuficiencia cardíaca (hemangiomas cutáneos múltiples y hepáticos) o deformidad estética importante. Las alternativas terapéuticas son múltiples y existe escasa evidencia científica sobre su eficacia. Para determinar en qué momento debe iniciarse el tratamiento ha de considerarse la posibilidad de involución. Este hecho implica que inicialmente, en muchos casos, la actitud debe basarse únicamente en la observación a intervalos trimestrales o semes- trales, con visitas y documentación fotográfica. En HI complicados, que provocan distorsión evidente de los rasgos faciales, o que presentan hemorragias reiteradas, ulceración o infección, o cuando se producen interferencias en las funciones vitales (respira- ción, audición, visión, alimentación), la terapia con glucocorticoides es la contemplada inicialmente, sobre todo en la fase proliferativa. Es posible la administración de glucocorticoides en la propia lesión, especialmente cuando está afectada la visión (HI periorbitarios) y en los que afectan a los labios, la mejilla o el pabellón auricular. Si esta terapia no es eficaz, puede utilizarse algún inhibidor de la proliferación celular, como un interferón. Actualmente el propranolol por vía oral se considera el tratamiento de elección, a dosis de 3 mg/kg peso. La luz pulsada es útil en los hemangiomas faciales superficiales, ya que actúa a una profundidad de 0,75-1,5 mm. El tratamiento quirúrgico se reserva para los casos complicados o tras la involución, para resecar la piel redundante. El láser CO2 se utiliza para la escisión de HI subglóticos cuando existe obstrucción intensa y ausencia de res- puesta a los glucocorticoides. La embolización arterial se aplica a casos inoperables y que no han respondido a otras terapias. El α-2β-interfe- rón, la radioterapia, la crioterapia y la escleroterapia también han sido utilizados. Hemangioendotelioma kaposiforme Su localización más frecuente es el retroperitoneo. Es un tumor con agresividad local. Ocasionalmente(de tres a nueve pacientes en la descripción original) se asocia a linfangiomatosis. Puede producir una coagulopatía por consumo (fenómeno de Kasabach-Merritt). En las lesiones grandes y profundas, el tratamiento de elección se basa en glucocorticoides e interferón, mientras que las superficiales pue- den extirparse quirúrgicamente. Histológicamente se distingue por presentar características propias de los HI y del sarcoma de Kaposi. Angioma en penacho Es un tumor benigno consistente en una masa tumoral indurada, a veces con lanugo, que afecta más a los miembros. Aparece a veces con lesiones papulosas de tipo granuloma piógeno en superficie, y a veces es adquirida de forma temprana y crece lentamente. En profundidad, puede extenderse hacia el tejido celular subcutáneo, la fascia y el músculo. La localización más frecuente es el cuello, los hombros, el tórax y la espalda, aunque también puede afectar a la cabeza y las extremidades. Hemangiopericitoma Hay dos formas clínica e histológicamente diferentes: el adulto, que puede ser benigno o maligno, y el congénito o infantil, que es benigno. Aunque se han descrito formas cutáneas y subcutáneas, la localización más frecuente son los tejidos blandos de las extremidades, la fosa pélvica y el retroperitoneo. La forma infantil puede desarrollarse en recién nacidos y, a diferencia de los HI y a pesar de estar muy vascularizados, raramente progresan; se dan más en niñas y se caracterizan por nódulos indurados únicos o múltiples de coloración rojiza recubiertos por piel, en ocasiones necrótica o ulcerada. En caso de duda, la biopsia es necesaria para confirmar el diagnóstico. Glomangioma o tumor glómico Es una neoplasia vascular benigna, extraordinariamente dolorosa, de color rojo azulado, que afecta a anastomosis arteriovenosas glomeri- formes (cuerpo del glomo) y puede localizarse en cualquier parte de la piel, frecuentemente en la porción distal de los dedos (pies y manos), a menudo subungueal. Está compuesto por pericitos especializados (a veces denominados células glómicas), generalmente en masas nodulares únicas encapsuladas que pueden alcanzar algunos milímetros de diámetro. Granuloma piógeno o hemangioma capilar lobular Es una pequeña protuberancia rojiza que aparece en la piel y puede producir hemorragia con facilidad, debido a una concentración anor- malmente alta de vasos sanguíneos. Estas lesiones a menudo aparecen en el sitio de un traumatismo previo. Suelen localizarse en las manos, los brazos y la cara. Son comunes en niños, y ocasionalmente en la boca de mujeres embarazadas. Sarcoma de Kaposi Es una proliferación vascular maligna multicéntrica, caracterizada por el desarrollo de nódulos cutáneos rojo-azulados, en general en los miembros inferiores, casi siempre en los dedos de los pies, que lenta- mente aumentan su tamaño y se diseminan próximamente. Pueden presentar afección visceral. Existe una variante endémica en niños en África. Aparecen en el 0,04% de los pacientes con trasplante renal y tienen una elevada incidencia en los pacientes con sida. Angiosarcoma Es un tumor maligno infrecuente y constituido por células anaplásicas, de estirpe endotelial, muy proliferativas e infiltrativas. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Baselga E, Bernabéu J, Van Esso DL, Feber MI, Carrasco A, De Lucas R, et al. Consenso Español sobre el Hemangioma Infantil. An Pediatr (Barc) 2015;85:221-80. Lee BB, Baumgartner I, Berlien P, Bianchini G, Burrows P, Gloviczki P, et al. Diagnosis and Treatment of Venous Malformations. Consensus Document of the International Union of Phlebology (IUP): updated 2013. Int Angiol 2015;34:97-149. Moure C, Revnaert G, Lehmman P, Testelin S, Devauchell B. Classification of vascular tumors and malformations: basis for classification and clinical purpose. Rev Stomatol Chir Maxilofac 2007;108:201-9. Wassef M, Blei F, Adams D, Alomari A, Baselga E, Berenstein A, et al. 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