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DATOS HISTORICOS

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XXVII
INTRODUCCIÓN
El dolor, es un componente primario del nacimiento nor-
mal de un niño, como se evidencia en la conducta de las
parturientas en las sociedades primitivas. Los métodos
para controlar el dolor, como el uso de hierbas y extrac-
tos de plantas aparecen en los escritos antiguos.
El moderno control del dolor de parto comienza en
1847 con la aplicación de éter, tres meses después del
primer éxito anestésico para una cirugía. Le siguieron la
administración del cloroformo y del óxido nitroso, el
“sueño crepuscular”, con la combinación de la morfina y
la escopolamina que fueron populares en el siglo XX;
hasta que la anestesia regional (peridural lumbar), pri-
mero de dosis única y luego por medio de un catéter,
hicieron su aparición. Al mismo tiempo, se propagaron
los métodos psicológicos en combinación con la educa-
ción de la mujer embarazada, sin conseguir uniformidad
en sus resultados. La analgesia peridural lumbar aportó
nuevos éxitos subjetivos y objetivos, en el control del
dolor de parto.
La mayoría de los avances en anestesia y analgesia se
aplicaron a la obstetricia, pero algunos de los agentes
anestésicos tuvieron que ser descartados debido a los
serios efectos secundarios que sólo se descubrieron una
vez que los fármacos habían sido utilizados de forma
habitual. Al mismo tiempo que se refinaba su arte, los
anestesiólogos observaron que la obstetricia es un área de
alto riesgo que requiere una preparación extra, una estre-
cha supervisión y conocimiento de qué drogas o técnicas
utilizadas pueden tener efectos adversos sobre la madre
o el feto.2, 3
Los acontecimientos aquí descritos se refieren a la
evolución de la anestesia y analgesia en general, pero en
el fondo de éstas, en particular, se hace referencia a los
desarrollos de la anestesia para la práctica obstétrica.
ORÍGENES DEL CONTROL DE LOS
DOLORES DEL PARTO
En un principio, la intervención obstétrica se concibió
como la extracción del niño, usualmente por vías natu-
rales, para salvar la vida de la madre en un parto prolon-
gado y difícil; las primeras personas que atendieron el
nacimiento de los niños fueron mujeres, parteras (midwi-
fe, accoucheuse).4
En la mitología antigua fueron diosas y no dioses los
que estuvieron presentes en los nacimientos. Los estu-
dios antropológicos del último siglo demuestran que en
Datos históricos y evolución 
de diversos procedimientos
empleados en anestesia obstétrica
Por muchos triunfos que consiga la mente, por muchos 
dones que enriquezcan la humanidad, no habrá en el 
transcurso de los siglos una hora más dulce que aquella en que
la esperanza, la duda y el temor contemplaron, en medio 
de profundo silencio, a un cerebro audaz decretar con 
voluntad casi divina la muerte del dolor. 
XXVIII • Anestesia obstétrica (Datos históricos y evolución de. . .)
las tribus primitivas la mujer en trabajo de parto estaría
acompañada por su madre u otro pariente de sexo feme-
nino. Los dibujos prehistóricos y egipcios antiguos,
muestran mujeres que dan a luz en posición sentada o en
cuclillas, y los taburetes de parto. Asimismo, las matronas
se mencionan en el antiguo testamento.5
Hacia el año 1513, aparece el primer texto de obs-
tetricia que se convierte en un éxito editorial, Der
Schwangern Frauen und Hebamen Rosengarten, del boti-
cario Eucharius Rosslin (1470 a 1526), obra conocida
como The Rosengarten. La popularidad de este libro de
Rosslin llevó a una tensión entre las parteras y los médi-
cos, porque hasta ese momento les estaba prohibido a los
hombres asistir el parto. Con su obra surgieron los “hom-
bres-matrona” (man-midwife).5 Fracois Moricheau (1637
a 1709) uno de los primeros accoucheurs (hombres par-
teros) quien atendió a una de las amantes de Luis XIV
popularizó la atención del parto atendido por hombres.6
Pero el control del dolor en el parto, fue durante
siglos un motivo de controversia. Se identificaron dos
tendencias ligadas a conceptos religiosos y diferencias
que se profundizaron cuando comenzó la aparición de
los reportes iniciales acerca del éxito del parto sin dolor.
El conflicto fue entre dos grupos, uno a favor, el otro en
contra. Los primeros, creían que toda calamidad, enfer-
medad, pobreza y sufrimiento, significaban la voluntad
divina o castigo por algún pecado. De acuerdo con la
sagrada escritura el dolor en el parto comenzó cuando
Dios castigó a Eva y sus descendientes por desobedecer
las reglas impuestas en el jardín del Edén; pensaban que
era erróneo y pecaminoso evitar el dolor, impuesto por
Dios. Sin embargo, el otro grupo creía que la enfer-
medad, así como el dolor eran procesos biológicos que
debían estar sujetos a estudio y al mismo tiempo ser
controlados por los nuevos métodos científicos y tecno-
lógicos. Inclusive los médicos tenían posturas divididas,
algunos mostraban resistencia para administrar anestesia
durante el parto, en contraste, otros al igual que las
pacientes obstétricas manifestaban entusiasmo.7
El grupo en favor del control de los dolores de parto
(analgesia o anestesia) incluye a dos eminentes catedrá-
ticos, el primero fue el filósofo del siglo XIX, John Stuart
Mill, quien decía “los procesos dolorosos de la naturale-
za promueven el bien, sólo por incitar a las criaturas
racionales a reaccionar y luchar en contra de ellas”. El
segundo, fue James Young Simpson, quien al profetizar
el papel de la opinión pública en la aceptación de la
anestesia obstétrica escribió “Los médicos se pueden
oponer por un tiempo a la introducción de la anestesia
en el parto, pero ellos se oponen en vano; seguramente
nuestras pacientes nos forzarán a usarla en contra de
nuestra profesión. La cuestión es de tiempo”.1
Esta lucha no fue fácil. En el año de 1591 en
Edimburgo, Eufame MacCalyean, fue sentenciada por
brujería y condenada a la hoguera, donde se le adjudicó
como cargo en su contra, la búsqueda de la disminución
del dolor de parto para el nacimiento de sus hijos ge-
melos. Al parecer, independientemente del método
empleado, esta acción era considerada una ofensa en la
Escocia del siglo XVI.8 La información escrita, muestra
que Eufame y Agnes Sampson, otra partera acusada de
brujería, sólo usaron amuletos mágicos y conjuros para
facilitar el trabajo de parto de Lady Hirmestone y de la
misma Eufame McCalyean.9 Distintos escritores señalan
que la Iglesia y el Estado no tenían objeción por el uso
de medidas para la analgesia obstétrica siempre y cuan-
do no involucraran la brujería. No se ha encontrado
mención en los textos médicos escoceses de la época,
acerca del empleo de drogas obstétricas, es improbable
que esto hubiera sido tolerado por la iglesia ya que hacía
una aplicación literal del Génesis 3:16 “Darás a luz tus
hijos con dolor”. Las medicinas principales, empleadas
para las mujeres en labor de parto, eran licores grasosos
con alcohol.
De todas maneras, aún con la oposición religiosa y
médica para controlar los dolores de parto, se buscaba la
forma de atenuarlos, por ejemplo, Zerobabel Endecott
de Salem (1635 a 1684) proveniente de Nueva
Inglaterra, presentó una fórmula para ser empleada en
un “prolongado y difícil” trabajo de parto; los ingredien-
tes incluían “pelos de una virgen, huevos de hormiga y
leche de una vaca roja”.8
Los indios en Latinoamérica utilizaron plantas, los
araucanos usaron para la anestesia flores de Myaya o
Datura feroz del Perú (escopolamina), cuyo principio
activo es la escopolamina, acompañada de pequeñas can-
tidades de hiosciamina y atropina (o las semillas de ésta),
donde el contenido de hiosciamina todavía es menor.
Estas mismas flores se asemejan en la composición del
Toloatzin o Toluachi, utilizado por mayas y aztecas como
anestésico en el acto del parto para mitigar los dolores.10
ORÍGENES DE LA ANESTESIA
Los intentos por controlar el dolor en los procedimien-
tos quirúrgicos, se remonta a las civilizaciones ribereñas
del Tigris y el Eufrates, donde se usaron narcóticos vege-
tales como la adormidera, mandrágora y el Cannabis
indica (el hachís), que se cultivaban en India y Persia.Hipócrates de Cos (460 a 377 A.C.), utilizó la esponja
soporífera, impregnada con una preparación de opio,
beleño y mandrágora.10
Un genio del Renacimiento llamado Paracelso
(1493 a 1541) y Raimundo Lullio (siglo XIII), mezclaron
ácido sulfúrico con alcohol caliente (éter sulfúrico), des-
cubriendo que producía un profundo sueño, pero a pesar
de su brillante deducción no fueron capaces de analizar
las consecuencias de este hallazgo lo cual retrasó la apa-
rición de la anestesia moderna 300 años. Alrededor del
año 1540, Valerius Cordus sintetizó éter consiguiendo el
primer gas anestésico (aceite de vitriolo dulcificado).
En el siglo XIII, el obispo y médico cirujano
Teodorico de Lucca, empleó esponjas empapadas en una
mezcla de opio, beleño, jugo de mora verde, jugo de
hojas de mandrágora, y después las aplicaba en la nariz
del paciente para dormirlo antes de iniciar el procedi-
miento quirúrgico.11
Datos históricos y evolución de. . . • XXIX
A principios del siglo XIX, existía un ambiente pro-
picio para el desarrollo de la anestesia. Por un lado la quí-
mica, biología y fisiología, ofrecían cada día nuevos
hallazgos. Por otro, los médicos y los cirujanos de las nue-
vas generaciones eran más sensibles ante los sufrimientos
de los enfermos; si bien es cierto que en ese entonces se
seguían creyendo que para empuñar un bisturí se necesi-
taba “tener el corazón curtido y el ánimo despiadado”, la
cirugía moderna consideraba estas creencias, como un
lastre.
El escocés John Hunter (1728 a 1793), conmovido
por la brutalidad de las intervenciones sin anestesia, afir-
maba que “…la operación quirúrgica es una confesión
muda de la impotencia del cirujano”, frase hasta cierto
punto incierta, ya que el paciente operado manifestaba
profusamente su dolor. El profesor en medicina Joseph
Capurón (1767 a 1850), experto en el arte del “alumbra-
miento”, desahuciaba a las parturientas con la frase “el
dolor las hace madres”. A partir de este hecho, acontecie-
ron una serie de hechos científicos que culminaron el día
16 de octubre de 1846, con lo que se ha reconocido
como la aplicación de la primera anestesia exitosa para
una cirugía.12
El médico alemán Johann Segismund Elsholtz
(1665), inyectó solución de opio para producir insensibi-
lidad al dolor. En 1680 el médico inglés Thomas
Sydenham (1624-1689) escribió: “Entre los remedios
que Dios todopoderoso ha facilitado al hombre para ali-
viar sus sufrimientos, nada es tan universal y tan eficaz
como el opio”.11 
En 1721, la palabra anestesia aparece en el dicciona-
rio inglés de Bailey.
En el año de 1734, el secreto de la preparación del
éter sale a relucir y en 1771 Joseph Priestley (1733 a
1804), químico angloamericano y Kari Wilhelm Scheele
(1742 a 1786) químico sueco, descubren al mismo tiem-
po el oxígeno.
En 1772, Priestley identificó el ácido carbónico y el
óxido nitroso; en 1798 el médico, Thomas Beddoes
(1760 a 1808), fundó el Pneumatic Institute en Bristol,
Inglaterra, para implementar las ideas terapéuticas des-
cubiertas por Priestley acerca de los “aires ficticios” o
gases; además añadió en su equipo de trabajo al célebre
químico británico Humphry Davy (1778 a 1829), el cual
fungió como director de investigaciones y continuó
experimentando con el óxido nitroso.
En 1806, el alemán Freidrich Wilhelm (1783 a
1841), aisló la morfina a partir del opio crudo, la cual,
deriva su nombre del dios de los sueños Morpheus.
En 1818 Michael Faraday, el gran físico-químico
inglés del electromagnetismo, alumno de Humphry
Davy, publicó que “si se inhala la mezcla de vapores de
éter con aire común, se producen efectos similares a los
observados por el óxido nitroso”. Davy y Faraday (1791
a 1867), estaban abriendo las puertas al futuro de la
anestesia (1823).13
El joven médico inglés Henry Hill Hickmann
(1823), que no tenía el valor para soportar los gritos de
dolor de los pacientes durante las operaciones quirúrgi-
cas, llevó a la práctica ciertos ensayos consistentes, anes-
tesiando animales mediante el empleo de CO2 y después
operándolos en estado de inconsciencia.
En 1830 los efectos del éter eran bien conocidos y se
hicieron populares como “juegos del éter”. En 1842,
Crawford W. Long, médico rural de Jefferson, Georgia,
utilizó el dietiléter para producir anestesia quirúrgica,
este último administró éter a James Venable para extir-
parle dos lesiones quísticas, convirtiéndose en la primera
anestesia con vapores adormecedores, empleados para
inhibir en forma total el dolor durante una cirugía.
Anteriormente, este químico ya había sido suministrado
con éxito para hacer indoloras las cirugías, más no se die-
ron a conocer su resultados hasta después de la presen-
tación de William Thomas Green Morton.
En julio de 1844, Morton comenzó a usar el éter
sulfúrico como anestésico local en la práctica odontoló-
gica. En 1845, el dentista Horace Wells, expuso para una
clase de la Harvard Medical School del Massachussets
General Hospital, el uso del óxido nitroso para la extrac-
ción dentaria; el paciente gritó durante el proceso y Wells
fue abucheado por la audiencia, éste así como el óxido
nitroso, fueron considerados un fracaso.
Pero las fechas cruciales para el inicio de la anestesia
se remontan al año 1846. El 30 de septiembre, el estu-
diante de Boston y más tarde dentista, llamado William
Thomas Green Morton (1819 a 1868), administró anes-
tesia a su paciente Eben H. Frost extrayendo con éxito y
sin dolor un diente. Frost había solicitado a Morton que
le hipnotizara (mesmerismo), pero éste, quien estaba
buscando un agente para aliviar el dolor utilizó éter sul-
fúrico, cambiando el empleo del óxido nitroso debido a
la sugerencia del profesor Charles T. Jackson (1805-
1880). El 16 de octubre del mismo año, mientras Morton
(considerado como el descubridor de la anestesia) cursa-
ba el segundo año de la carrera de medicina, fue invita-
do a utilizar el dietiléter y el inhalador que había diseña-
do (figura 1), con un paciente del cirujano de Boston,
John Collins Warren (1778 a 1856). Morton demostró el
uso de la anestesia con dietiléter sulfúrico (letheon)
durante la extracción indolora de un tumor vascular con-
génito en la mandíbula. Al observar la ausencia de dolor
en el transcurso de la intervención, el Dr. Warren excla-
mó “señores esto no es un engaño”. Henry Jacob Bigelow
(1818 a 1890) cirujano americano publicó este hecho 3
semanas después de la demostración.12
ORÍGENES DE LA ANESTESIA OBSTÉTRICA
La primera “anestesia” para el nacimiento, ocurrió cuan-
do Dios indujo en Adán un profundo sueño para remo-
verle una costilla y de allí infundirle vida a Eva.8 La pri-
mera anestesia obstétrica pudo haber tenido lugar en los
tiempos bíblicos con una fascinante especulación, ofreci-
da en 1848, cuando se relata cómo el hijo de Lea, Rubén
(Génesis, capítulo 30, versículo 14), recogió algunas
plantas de mandrágora y se las trajo a su madre; Raquel
se acercó a Lea y negoció con ella las plantas, usándolas
para curar su infertilidad y después dar a luz a José. Sin
embargo, se escribió: “Es más probable que lo menciona-
XXX • Anestesia obstétrica (Datos históricos y evolución de. . .)
do en la Biblia fuera que las plantas traídas del campo
por Rubén para su madre, eran buscadas por Raquel con
el propósito de aliviar los dolores del parto, el cual esta-
ba esperando”.14,15
La primera vez que se usó una técnica anestésica
para un parto, ocurrió escasos tres meses después de la
demostración de los poderes anestésicos del éter por W.
Morton en Boston.16 La analgesia obstétrica tiene una
fecha de nacimiento reconocida internacionalmente:
19 de enero de 1847, cuando James Young Simpson
(1811 a 1870) (figura 2), profesor de parteras de la
Universidad de Edimburgo, administró éter para el naci-
miento de un feto muerto en una paciente con una pel-
vis estrecha y deforme, permitió completar una versión
interna, así como un parto de pelvis. Simpson, se volvió
un partidario entusiasta y publicista de su uso, contra-
riando a aquellos que sugerían que Dioshabía ordenado
que las mujeres deban sufrir durante el parto; además,
notó que el éter tenía ciertas desventajas y empezó a
buscar una mejor alternativa. Como resultado de sus
investigaciones, él mismo inhaló cloroformo junto con
tres amigos (4 de noviembre de 1847) y lo administró
cuatro días más tarde (8 noviembre), a su paciente, la
señora Carstairs quien en símbolo de gratitud, nombro a
su hija “Anestesia”.5 Tres semanas más tarde (1 de
diciembre), en la reunión de la sociedad, se elogió el clo-
roformo en estos términos: “Todos nosotros, de la forma
más sincera, estamos llamados a usarlo por un principio
de verdadera humanidad, así como por un principio de
verdadera religión”.5 Por muchos años el cloroformo se
convirtió en el gas anestésico de preferencia.17
La reina Victoria y su consorte, el príncipe Alberto,
mostraron interés en el uso del cloroformo (1848), pero
los médicos tenían grandes reservas sobre la seguridad de
la anestesia obstétrica; el parto de la reina para el naci-
miento de su hijo Arturo, Duque de Connaught, tuvo
lugar en 1850 y fue sin anestesia. A principios de abril de
1853, el príncipe fue informado acerca de la anestesia y
el control del dolor, y convocó al primer especialista para
una entrevista en el palacio de Buckingham; cuatro días
después, el 7 de abril de 1853, el hombre que hizo “del
arte de la anestesia una ciencia”, el Dr. John Snow (1813
a 1858), (figura 3), administró a la reina cloroformo para
el nacimiento del príncipe Leopoldo y después para el
nacimiento de la princesa Beatriz en 1857, “…su majes-
tad es un modelo de paciente”, declaró Snow y la reina
expresó con respecto al parto: “…qué bendición, el
hecho que haya recibido cloroformo.Tal vez sin él hubie-
se sufrido muchísimo”. Después de esta experiencia, a la
técnica se le llamó “anestesia a la reina”.9
Cuando los efectos anestésicos del éter y del cloro-
formo fueron descubiertos, varios miembros del clero
Figura 1. Aparato usado por William Thomas Green Morton para
administrar el �letheon� (dietil-éter), para su demostración el 16 de
octubre de 1846. 
Figura 2. Dr. James Young Simpson (1811�1870), considerado el
padre de la anestesia obstétrica. 
Figura 3. John Snow (1813-1858). Quien administró anestesia con
cloroformo a la Reina Victoria para el nacimiento de su hijo Leopoldo,
de allí surgió el nombre de �anestesia a la reina�. 
Datos históricos y evolución de. . . • XXXI
inglés argumentaban que esta intervención humana en el
milagro del nacimiento era un pecado en contra de la
voluntad divina. Si Dios hubiera querido que el parto
fuera sin dolor, así lo hubiera creado.18 El arzobispo de
Canterbury, John Bird Sumner (1780 a 1862), autor del
Treatise on the Records of Creation and the Moral
Attributes of the Creator (Londres, 1816) apoyó tácita-
mente el uso de los anestésicos, amonestando a la mino-
ría de sacerdotes y ministros que condenaban su empleo
para obstetricia. Al parecer, su propia hermana recibió
anestesia para un parto un año después que la Reina
Victoria.
La primera mujer anestesiada para la atención de
parto en EUA, fue Fanny Appleton Longfellow, esposa
del poeta americano Henry Wadsworth Longfellow; ella
escribió “Lamento por los que pensaron que fui necia y
apresurada al solicitar el éter; la fe de Henry me dio el
coraje y yo había escuchado que algo parecido era exito-
so en el otro continente, donde los cirujanos extienden
este gran beneficio más que nuestros tímidos doctores...
Ésta es la mayor bendición de esta era”. 1
OPERACIÓN CESAREA
De acuerdo con la mitología griega, Apolo retiró a
Asclepius (Esculapio) del abdomen de su madre Coronis
(figura 4). Hay numerosas referencias sobre la operación
cesárea en el folclore europeo, romano, hindú, egipcio y
griego. El origen de la palabra Caesarean ha sido distor-
sionado con el tiempo, se cree que surgió del parto qui-
rúrgico de Julius Caesar (figura 5), sin embargo esto
parece improbable, ya que hasta este momento la opera-
ción cesárea se llevaba a cabo sólo cuando la madre esta-
ba muerta o moribunda. La ley romana al mando de
Julio César (102 a 44 A.C.), decretaba que todas muje-
res que estaban en peligro de morir por el parto, debían
ser “abiertas” para extraer al niño, es decir, por operación
cesárea.19
Quizás el primer registro escrito que se tiene de una
madre y bebé que sobrevivieron a una operación cesárea
viene de Suiza, en el año 1500, cuando un propietario de
una porqueriza, Jacob Nufer, llevó a cabo la operación en
su esposa después de varios días en trabajo de parto y
ayudada por trece matronas, su esposa era incapaz de dar
a luz a su bebé. La madre vivió y dio a luz posteriormen-
te a cinco niños normales en parto vaginal, incluyendo
gemelos.
La primera cesárea practicada con la supervivencia
de la madre se efectuó en Irlanda, por Mary Donally en
1738; en Inglaterra por el Dr. James Barlow (1793); en
América por el Dr. John Richmond (1827); pero todas
ellas fueron sin emplear anestesia. El primer registro de
una cesárea exitosa en el imperio Británico, aparece efec-
tuado por una mujer entre los años de 1815 y 1821,
James Miranda Stuart Barry, disfrazada de hombre, prac-
ticó la operación cesárea sirviendo como médico de la
armada inglesa en África del Sur.20
El alemán Robert W. Felkin dijo haber presenciado
en 1879, la práctica obstétrica de una cesárea en África
Central, describe cómo en Uganda este procedimiento
se practicaba con la expectativa de salvar a la madre y al
niño, administrándole un vino extraído del banano, el
cual llevaba a la mujer a un estado de semiinconscien-
cia. “La paciente era fuertemente sostenida por varios
individuos y además era amarrada. Ella no emitió ningún
sonido durante el procedimiento”.21
En el siglo XIX, se encontraron los procedimientos
adecuados para la operación cesárea. Por un lado, el sur-
Figura 4. Extracción de Asclepius del abdomen de su madre Coronis por su padre Apolo. Grabado en madera de 1549 edición de Alessandro
Beneditti De Re Medica. http://www.nlm.nih.gov/exhibition/cesarean/asclepius.gif Con autorización de National Library of Medicine, History of
Medicine Division, National Institutes of Health.
XXXII • Anestesia obstétrica (Datos históricos y evolución de. . .)
gimiento de los principios antisépticos del cirujano inglés
Joseph Lister (1827 a 1912), y por el otro, la técnica
anestésica introducida por William T. Morton; ambos
transformaron la cirugía en forma técnica y profesional.
La aplicación médica de la anestesia se extendió con
rapidez por Europa; sin embargo, en obstetricia había
una gran oposición para su uso con base en el mandato
bíblico el cual decía que las mujeres debían tener hijos
con dolor para expiar el pecado de Eva, este argumento
fue demolido cuando la cabeza de la Iglesia inglesa, la
Reina Victoria, recibió cloroformo para los alumbra-
mientos de sus hijos, a partir de ese momento, la aneste-
sia se popularizó en los partos y la operación cesárea.
A partir de éstos y otros hechos científicos, los obs-
tetras se concentraron en mejorar las técnicas empleadas
en la operación cesárea. La aparición de la penicilina,
descubierta por el escocés Sir Alexander Fleming en el
año de 1928 y después purificada como una droga en
1940, pudo reducir en forma notable, la mortalidad
materna en los procedimientos obstétricos.
AGENTES USADOS PARA 
EL NACIMIENTO DEL NIÑO
Greenhill en 1952 señalaba que: “…las drogas usadas
durante el parto, están entre las sustancias más potentes
conocidas en la farmacología…, su influencia en el pro-
ceso del alumbramiento es tan grande que el riesgo para
la madre y el niño contrastan con la posibilidad de aliviar
el dolor. La selección de la droga y las dosis a administrar
es un problema obstétrico de gran magnitud. A la
paciente no se le debe decir que el trabajo de parto y el
nacimiento pueden estar por completo libres de dolor,
se les prometer controlar la mayor parte de éste en la pri-
mera fase del trabajo de parto y casi todo, o todo, en la
segunda y tercera fase del mismo”.15
Losagentes anestésicos usados en obstetricia se cla-
sificaban en el decenio 1950-59, en cuatro grupos dife-
rentes: 1) agentes hipodérmicos, orales y rectales; 2)
agentes inhalados; 3) agentes intravenosos y 4) bloqueos
anestésicos.
1. Agentes hipodérmicos, orales y rectales 
En el año de 1805, Friedrich Wilhelm Sertürner (1783 a
1841), aisló la morfina del opio crudo, a la cual le reco-
nocía su superioridad para controlar el dolor en muchos
campos de la medicina, se usó en la analgesia obstétrica
hasta 1902 cuando fue introducida la escopolamina
como droga coadyuvante. La acción más relevante adju-
dicada a esta sustancia fue en la respuesta a la alteración
emocional producida por el dolor, control de la ansiedad,
miedo y pánico, reemplazada por una actitud de indife-
rencia, “libertad, autonomía”, acompañada de relajación
y un sueño entre los intermitentes dolores del parto. Más
tarde el desarrollo de la meperidina (petidina) y los estu-
dios que demostraban menor depresión fetal, favorecie-
ron el cambio de la morfina por esta droga. En la época,
se popularizó la administración de una mezcla que
incluía meperidina y una benzodiacepina intravenosa o
intramuscular.
Figura 5. Una de las primeras ilustraciones de una operación cesárea. Supuestamente el nacimiento de Julio Cesar. Un niño vivo es sacado
quirúrgicamente de la madre muerta. Grabado en madera de Suetonius' Lives of the Twelve Caesars, 1506. 
Datos históricos y evolución de. . . • XXXIII
La meperidina fue usada en forma abundante, como
un intento de sustituir la morfina sola o asociada a la
escopolamina; en 1949,15 Brown, Volpito y Torpin cues-
tionaron su utilización, por no producir una consistente
disminución del dolor a pesar de que el objetivo de la
amnesia se lograba.
La escopolamina o hidrobromuro de hioscina, apa-
reció con gran alarde en el año de 1902, pero se empleó
hasta los años sesenta. El propósito de su uso asociado
con la morfina fue la disminución del dolor a través del
trabajo de parto y no sólo al momento del nacimiento,
con la premisa de que esta asociación de drogas aumen-
taba el grado de analgesia sin los efectos de asfixia para
el feto, además del poder de inducción amnésica en la
paciente.22, 15
La combinación de morfina y escopolamina llamada
técnica de analgesia-amnesia23, método de Freiburg,24
o sueño crepuscular, buscaba de manera principal la
amnesia de la paciente, la cual era controlada mediante
una prueba de memoria que condicionaba la administra-
ción de nuevas dosis de drogas. La depresión fetal provo-
có acciones para prevenirse, aplicando esta técnica a la
madre antes del parto o directamente al niño después del
nacimiento. Entre las razones que cuestionaban este
método se señalaron: la necesidad de una amplia y per-
manente supervisión, prohibir su uso en casa, la asepsia
era difícil de mantener debido a la tendencia de la
paciente a introducir sus dedos en la vagina, el aumento
de partos intervenidos, el incremento de la mortalidad
neonatal por depresión del niño, el efecto de drogas o la
intervención del parto (fórceps).
Los barbitúricos se usaron en los decenios de 1940-
49 y 1950-59, aprovechando su efecto de sedación
mediana hasta la profunda en las intervenciones quirúr-
gicas. La dosis recomendaba: “tenerla siempre en mente
para entender la influencia de la droga en la madre y el
niño”. El pentobarbital o el amital, drogas de tipo hipnó-
tico, inducían sueño en pequeñas dosis por vía oral, pero
el objetivo de lograr amnesia sólo se lograba cuando se
mezclaban con escopolamina. Los momentos de inquie-
tud y agitación nerviosa, durante los períodos de dolor, se
combatían con instilaciones rectales de éter. El sistema
respiratorio del niño se consideraba demasiado suscepti-
ble a los efectos depresores del barbitúrico, ya que
dependiendo de la dosis, se prolongaban hasta después
del nacimiento, persistiendo por varias horas.
El paraldehído fue introducido en 1932 por H. H.
Rosenfield y R. B. Davidoff 15, en un esfuerzo por dismi-
nuir los efectos de excitación de los barbitúricos y
aumentar los del analgésico, no obstante para conseguir
la amnesia se requería de grandes dosis. Su característica
principal era inducir letargo, adormecimiento y sueño; la
aplicación vía rectal, en combinación con barbitúricos
orales, precedidos de morfina y escopolamina (Colvin y
Battholomew),15 conseguía completa amnesia, pero las
pacientes debían ser amarradas de las muñecas y tobillos
para controlar la excitación. La sola aplicación de paral-
dehído, no se popularizó en obstetricia. Lo recomenda-
ron en casos de preeclampsia severa o eclampsia.
La analgésia sinérgica de Gwathmey,15 en 1923
despertó gran interés. El objetivo era obtener relajación
y analgesia sin pérdida de la conciencia, obteniendo cola-
boración de la paciente en todo momento del parto. La
principal atención se concentró en el éter rectal y sulfa-
to de magnesio, pero al adicionar morfina y quinina
había un mejor efecto: “…cuando la paciente esté con 3
cm de dilatación hay que colocar magnesio rectal y mor-
fina; luego de dos o tres dosis de magnesio, por un perío-
do de 2 o 3 h, aplicar una enema de éter cuya formula
será 75 cc de éter, 30 cc de aceite de oliva, 16 cc de alco-
hol y 600 mg de quinina. Para limpiar el recto, se debe
aplicar un enema una hora antes de la administración de
éter, con una mezcla de 5 a 10% de solución de soda (1
o 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio en un cuarto de
agua rápida)”; sólo en ocasiones se agregaba 8 mL de
paraldehído. Con esta medicación se lograba una analge-
sia satisfactoria en alrededor de 90% de los pacientes.
Loundy y Towell recomendaban que: “…después del éter
rectal, las pacientes actúan como si estuvieran embriaga-
das, pero sintiendo dolor, lloran y se mueven sin coordi-
nación; para controlar estos signos se debe adicionar en
ocasiones, barbitúrico o morfina, agentes anestésicos
inhalados”.25
En Montreal, Harold Griffith y Enid Jonson, utiliza-
ron en 1942 la d-tubocurarina como relajante muscular
esquelético en anestesia, 33 años después de la descrip-
ción de perros curarizados por Meltzer y Auer (1909);26
ellos escribían sobre el uso del curare en anestesia gene-
ral. La aplicación de los relajantes musculares sintéticos,
representó un avance significativo que permitió una
anestesia más sencilla y superficial. Whitacre y Fisher15
utilizaron el curare y el ciclopropano como anestesia
para la cesárea de 100 pacientes, con resultados satisfac-
torios; “…el relajante no causó efecto depresor en el niño
y disminuyó la cantidad de agente anestésico requerido”.
Ellos recomendaron este relajante muscular para el
segundo período del parto y el período expulsivo “para
relajar los músculos del periné” y también porque no
alteraba o influenciaba las contracciones uterinas.
La ketamina sintetizada en 1961 por Calvin Stevens
en la Wayne State University y probada en humanos
(1964), se usó en la guerra de Vietnam como una solu-
ción para los médicos generales en zonas apartadas de los
centros hospitalarios, donde su aplicación frecuente fue
como analgesia en el parto y legrados.27
2. Agentes inhalados
Poco a poco fueron surgiendo nuevos agentes anestésicos
disponibles para la analgesia del parto, pero a finales del
siglo XIX los más utilizados fueron el éter, cloroformo y
óxido nitroso.
Los agentes inhalados se administraron para produ-
cir analgesia en la última parte del primer período, anes-
tesia para el segundo y el perído expulsivo. Lo ideal era
aplicarlo sólo durante cada contracción uterina mante-
niendo la conciencia, pero también se inhalaba justo en
el momento del expulsivo, para eliminar el intenso dolor
“cuando la cabeza atraviesa la vulva”, debiéndose profun-
dizar la anestesia. Cuando se deba aplicar un fórceps en
el parto de nalgas o en una versión interna y extracción,
la paciente debe ser anestesiada a un plano quirúrgico y
XXXIV • Anestesia obstétrica (Datos históricos y evolución de. . .)
mantenerlo para una episiotomía o reparación de las
laceraciones.El dietiléter, que en los años cuarenta era el anesté-
sico más usado, tenía la ventaja de ser económico, fácil de
administrar y con un amplio margen de seguridad. Sin
embargo es inflamable “…su uso en analgesia tiene un
objetivo psicológico, porque si se administra en dosis
analgésicas adecuadas, la intensidad de las contracciones
uterinas disminuye y si se profundiza la anestesia,
aumenta la inercia uterina”.
La inducción con el éter es lenta, de 10 a 30 min,
con períodos de excitación y aumento de las secreciones
orales si no se prepara previamente con atropina; “…es
seguro administrarlo por goteo abierto, con máscara o en
circuito cerrado mediante un inhalador”.
El éter divinílico (vineteno) es un “éter saturado”
que se vaporiza con mayor velocidad que el dietiléter,
lográndose una inducción de 1 a 3 min, causa menos
náusea y vómito, el retorno a la conciencia es más rápi-
do. Se consideraba un excelente agente para el primer
período de parto, el expulsivo y la reparación de la epi-
siotomía. Su utilización se debe limitar a un máximo de
30 min”.28
En el Boston Medical and Surgical Journal (1847) se
publicó un caso de una paciente con todos los síntomas
de una eclampsia severa, inclusive convulsiones, a la que
se aplican inhalaciones de éter para controlarlas, el
mismo anestésico impregnado en un pañuelo, sirvió
como analgesia en el trabajo de parto. El Dr. Jonathan
Clark escribe: “Dadas las circunstancias se pensó que el
vapor de éter podría actuar como un estimulante y tam-
bién cambiar la acción patológica de la enfermedad, al
administrarlo no pueden presentarse situaciones peores
que las existentes, porque me era evidente que el progre-
so de la enfermedad y las convulsiones destruirían a la
paciente. Dadas las circunstancias pensaba que si pudie-
ra sustituir su letargo con la inhalación de éter, está
mejoraría…”. La paciente terminó su parto y estuvo
inconciente por varios días, asimismo la madre y el feto
evolucionaron en forma satisfactoria. Se sugiere que el
cloroformo puede ser útil para este tipo de problemas
obstétricos.29
El etileno fue estudiado por la anestesióloga Isabella
Herb de Boston, en 1923, quien lo empleó en pacientes
para cirugía y en sí misma. Fue usado entre los años 1920
y 1970, favorecido por la rapidez de acción y la profun-
didad mayor que se lograda cuando era mezclado con
oxígeno, además de su poca depresión respiratoria. Se
retiró del mercado por ser explosivo como el éter.
El alemán Hans Killian (1892 a 1982) menciona:
“…las primeras tentativas para anestesiar seres humanos
con narcilene tuvieron un sin número de éxitos, sin que
aparecieran complicaciones. Las mujeres dormían con
gran rapidez sin dar muestras de excitación y ofrecer
resistencia, se despertaban a los pocos minutos de dejar
de administrarles el gas, no surgían mareos, vómitos u
otras secuelas posteriores…”25
El tricloroetileno (trilene) fue introducido a la prác-
tica en el año de 1934; en las Islas Británicas y la India
(1935) fue muy utilizado. El inhalador Cyprane (figura
6), fue una modificación del inhalador de Duke, usado
para la autoadministración de trilene durante el primero
y segundo período del trabajo de parto. El dispositivo, se
fijaba en la muñeca de la paciente con una cinta o cade-
na, poniendo en sus manos el control del dolor, “…cuan-
do tiene dolor respira el gas y siente los efectos de la
analgesia, en la medida que se torna inconciente, el peso
del inhalador cae de la cara hasta que ella con un nuevo
dolor, siente la necesidad de su administración”. A pesar
de su penetrante olor, no produce náuseas ni vómito,
aplicado de esta forma produce analgesia y no anestesia.
La técnica fue muy popular entre los años 50 y 70.29 
El americano Dr. John G. Orton, escribió a los edito-
res del Boston Medical Surgery para “Informarles sobre
un nuevo anestésico usado en cirugía de parto con éxito
perfecto y resultados satisfactorios. El 8 de agosto de
1857, fui llamado para asistir a la señora H, una joven
mujer escasa de carnes y delicada constitución, 24 años,
primípara; a petición de ella administré amylene (n-pen-
teno) con la ayuda del inhalador francés. Comencé a
aplicarlo alrededor de las 10 a.m., permitiendo que ella
aspirara por la pieza de boca siempre que los dolores de
parto se hacían presentes, los cuales se aparecían una vez
cada 8 min. Me senté al lado de su cabecera administran-
do el amylene durante 5 h, por lo tanto ella inhaló cerca
de 4 oz (aproximadamente 120 mL). Las contracciones
del útero no se afectaron en lo más mínimo por el anes-
tésico; eran tan eficaces mientras la paciente estaba bajo
su influencia, como cuando sufría las punzadas del parto.
No estaba obnubilada por el anestésico en ningún
momento, excepto en la aplicación, pero permanecía
Figura 6. Cyprane, dispositivo para la auto administración del triclo-
roetileno (Trilene). 
Datos históricos y evolución de. . . • XXXV
consciente de su situación, capaz conversar con inteli-
gencia. Cuando la cabeza del niño apareció en el estre-
cho inferior y el dolor se presentó en sucesiones muy
rápidas, la puse bajo la influencia plena del anestésico, el
niño nació sin conocimiento. El trabajo de parto duró
cerca de 5 h. El útero se contrajo con facilidad sobre la
placenta, que fue expulsada 5 min después. La paciente
se recuperó con rapidez y ha continuado bien hasta esta
fecha. Cabe mencionar un hecho importante, conserva-
ba su fortaleza en forma excepcional a pesar de su débil
constitución. El amylene que utilicé era el mismo, que se
usaron los doctores John Snow y Tyler Smith, en un caso
reportado de obstetricia”. 27
El primero en usar el óxido nitroso con propósitos
anestésicos fue el americano Horace Wells (1815 a
1848), en diciembre de 1844. Esta sustancia combinada
con el oxígeno y administrado en cilindros separados fue
utilizada por primera vez en la práctica obstétrica por el
ruso Stanislav Klikowitch, de San Petesburgo en 1881.
La primera descripción de autoadministración en obste-
tricia fue descrita por el norteamericano Arthur E.
Guedel (1883 a 1956) en 1911. “Para la analgesia obsté-
trica se aplica una mezcla de 60% de N2O y 40% de O2,
la paciente es instruida para que tome tres respiraciones
profundas y retenga la última. Se pueden aumentar el
número de respiraciones si no se obtiene la analgesia. No
debe haber evidencia de anoxia y nunca se debe permi-
tir la aparición de cianosis... La analgesia puede conti-
nuar durante todo el trabajo de parto; no habrán efectos
desastrosos en la madre o el niño si es evitada la anoxia
y las contracciones no se debilitan”.
Un aparato de aire y óxido nitroso fue diseñado en
el año de 1933, por Robert James Minnitt (1889 a
1974) de Liverpool, junto con Charles King de Londres,
para la autoadministración en el parto. El doctor nortea-
mericano Michel Tunstall (1961), describió el empleo de
una mezcla de óxido nitroso y oxígeno para su empleo
en analgesia obstétrica, a partir de un único cilindro, este
aparato remplazaba la administración de óxido nitroso y
aire pero fue abandonado en 1970 por los peligros de
hipoxia. La mezcla del doctor Tunstall conocida como
Entonox (50% O2 a 50% N2O), es aprobada para su uti-
lización en obstetricia en el año de 1965. Cuando los
gases del óxido nitroso y etileno no lograban una sufi-
ciente relajación, se añadía éter denominándose como la
mezcla gas-éter. Las náuseas y el vómito dependían de la
cantidad de éter añadida a la mezcla.
El ciclopropano, es un gas introducido a la práctica
clínica por los estadounidenses Emery Rovestine y
Rafael Waters en 1934, es capaz de producir condiciones
anestésicas para cirugía permitiendo altos porcentajes de
oxígeno en la mezcla de gases, siendo necesario un absor-
bedor de CO2 para su utilización en circuito cerrado.
Jacob Pearl Greenhill de Chicago (1895-?), describió en
1952 la técnica de la manera: “Se llena una bolsa de 4 o
6 L con una mezcla de ciclopropano, oxígeno y helio, en
una proporción de 300, 500 y 700 mL/min, respectiva-
mente. En el momento deuna contracción, se le indica a
la paciente que inhale bajo la máscara tres respiraciones
profundas y que las mantenga; si ésta pierde la concien-
cia, se reduce el número de respiraciones, si siente mu-
cho dolor se aumentan. Si la dosis es muy alta se puede
administrar un barbitúrico y reducir las respiraciones a
una. De esta manera el anestesista estará familiarizado en
forma rápida con la tolerancia de la paciente al anestési-
co, lo cual le permitirá mantenerla libre de estrés y dolor
por el resto del primero, y segundo período de parto. Si
se requiere profundidad para la episiotomía, para la
expulsión del feto, se profundiza la anestesia con una
mezcla de 700 mL de ciclopropano, 500 mL de oxígeno
y 1 000 mL de helio”. Las desventajas anotadas del agen-
te anestésico eran su alta explosividad, los efectos cardia-
cos, la necesidad de una máquina “complicada” de anes-
tesia y la presencia de un anestesista entrenado.
El primer reto para el éter, lo impuso el cloroformo
que había sido descubierto en 1831. Por sugerencia de
David Waldy (químico escocés), James Young Simpson
ensayó los efectos del cloroformo; la primera vez que lo
administró a una paciente obstétrica fue el 8 de noviem-
bre de 1847. En los años 1940 y 1950 del siglo XX, existió
una amplia discusión acerca de los beneficios del cloro-
formo en obstetricia, debido a los accidentes que ocurrí-
an con frecuencia y los efectos cardiovasculares, por lo
cual, Adriani recomendó retirar la droga cuando las pul-
saciones llegaban a menos de 50 por minuto. Tenía que
evitarse la estimulación de la paciente durante la induc-
ción, recuperación y administración de epinefrina, ya
que estaba contraindicada. Corkill T. F. de Nueva
Zelanda, reportó en 1950 más de 9 000 casos de uso del
cloroformo. Las experiencias demostraron que el óxido
nitroso era seguro, pero el cloroformo fue responsable de
muchas muertes maternas y con el paso del tiempo se
hizo impopular, en rara ocasión fue utilizado en obstetri-
cia a partir de los años cincuenta.
”La anestesia obstétrica llamada Cloroformo a la
Reina se obtiene vertiendo, de vez en cuando, en un
pañuelo cinco o seis gotas de cloroformo, que se hacen
respirar a la mujer cuando reaparece cada esfuerzo dolo-
roso. La parturienta puede sostener la compresa ella
misma y respirar el cloroformo al principio del dolor. Si
se ha traspasado el período de analgesia se dejan pasar
una o dos contracciones sin cloroformo. Está contraindi-
cada la cloroformización en las hemorragias abundantes,
el agotamiento de la mujer, las enfermedades del apara-
to circulatorio, respiratorio, afecciones cerebrales y alco-
holismo…”16
El metoxiflurano fue utilizado por primera vez en el
año de 1959. Charles Suckling de la Imperial Chemical
Industries, sintetizó el halotano, en 1951, su estudio far-
macológico lo llevo a cabo Jaume Raventos (1905 a
1982), científico catalán refugiado de la era franquista en
Escocia en 1956. La introducción clínica de esta sustan-
cia se debió a M. Johnstone de Manchester y Bryce
Smith de Oxford, en 1964, comprobándose que era más
potente que el cloroformo o el éter; sin embargo, se
demostró que tenía efectos relajantes uterinos que podí-
an inducir atonía muy difícil de corregir y hemorragia
masivas. El enflurano fue sintetizado por Terrell en 1963
e introducido a la práctica clínica en 1966.
XXXVI • Anestesia obstétrica (Datos históricos y evolución de. . .)
ANALGESIA REGIONAL, 
LOCAL Y DE CONDUCCIÓN
A finales del siglo XIX y principios del XX, con el adve-
nimiento de los agentes anestésicos locales, como co-
caína y después otros como novocaína, meticaína, esto-
vaína, nupercaína, etc., se comenzó la utilización para
bloqueo de los nervios en diferentes localizaciones.30
La anestesia espinal fue una de ellas, sus inicios se
remontan 1885 cuando James Leonard Corning (1855 a
1923), produjo analgesia mediante cocaína inyectada
por vía espina dorsal a un perro obteniendo anestesia
epidural, la primera referencia de uso en obstetricia
parece ser la de Schlimpert y Schneider que, en 1910,
usaron el bloqueo extradural bajo. En 1920, Sweifel pre-
senta 4 200 casos y el doctor Fidel Pagés, describió el blo-
queo epidural lumbar, denominándolo anestesia meta-
mérica, no obstante, la nueva técnica tuvo que esperar
unos cuantos años para ser desarrollada y utilizada en
anestesia obstétrica. En 1931, Achile y el italiano Mario
Dogliotti reintroducen la técnica extradural nombrándo-
la analgesia peridural segmentaria, ésta sería utilizada
por primera vez en obstetricia por Graffagnino y Seyler
(1938).31
En 1933, Cleland escribe: “La anestesia regional que
también se ha desarrollado en otros campos de la cirugía,
debería encontrar su aplicación ideal en obstetricia”, sin
embargo, tuvieron que transcurrir otros 10 años antes de
que hubiera una amplia difusión de su uso en la especia-
lidad; él mismo descubrió que las fibras conductoras de
dolor desde el útero alcanzan la médula espinal, sobre
todo a niveles T11 y T12. En 1936, el doctor Odom
aplicó la técnica en las cesáreas y el norteamericano
Charles John Dawkins Massey (1905 a 1975), la popula-
riza en 1942 como dosis única.
La técnica peridural continua fue propugnada en
1942 por el estadounidense Charles E. Flowers. En 1945,
Edward B. Tuohy introduce en la Clínica Mayo, la técni-
ca de colocar un catéter plástico a través de una aguja
que lleva su nombre, usándola para la administración
continua de analgesia; en 1949 el anestesiólogo cubano
Manuel Martínez Curbelo inserta un catéter ureteral en
el espacio extradural para lograr una analgesia continua,
misma acción que Flowers describió para la analgesia del
trabajo de parto, el mismo año en EUA, esta técnica era
utilizada por primera vez en obstetricia, por Cleland. En
el decenio de 1950-60 Charles E. Flowers, Ralph L.
Huber, Robert Hustead y Robert A. Hingson, diseñaron
diferentes agujas y observaron que en las últimas sema-
nas del embarazo la posición supina podía asociarse con
hipotensión arterial con diversos grados de severidad.
La gran revolución tecnológica del parto, tuvo origen
en el Royal Victoria Hospital (1960) de Montreal, donde
el doctor Philip R. Bromage describió los principios de
analgesia peridural continua para el parto, la cual requie-
re menos dosis que la caudal, siendo más fácil y rápida de
administrar. En 1970, se cambian por completo la anes-
tesia caudal por la peridural. Tiempo después los estu-
dios sobre promedios de infusión y niveles de concentra-
ción, impusieron la técnica con catéter y administración
continua de la droga, poco a poco fue perfeccionándose,
pero como defendía el Bromage, no es una técnica oca-
sional para el anestesiólogo, requiere una alta especializa-
ción dentro del campo de la anestesiología obstétrica.32
En 1968, Moir D.D. y Willocks J., observaron que la apli-
cación de la analgesia epidural reduce la necesidad de
cesáreas por problemas maternos y la recomendaban en
pacientes con problemas cardíacos.
La analgesia caudal fue introducida en París, por
Sicard y Cathelin M.F. (1901), sugiriendo el uso en obs-
tetricia; Von Stockel (1909), describía su uso con novo-
caína en 141 partos normales. Un importante progreso
en el control del dolor de parto fue la introducción de
analgesia caudal baja continua, en 1942, por W. B.
Edwards y Robert A. Hingson en el Hospital General de
Filadelfia. La técnica se podía administrar para el control
durante los diferentes períodos del trabajo de parto, su
proceso y en la operación cesárea. Lo describían así:
“…para la administración de la analgesia caudal continua
se requiere una aguja maleable del número 19, de mate-
rial inoxidable, con 9 cm de longitud un tubo rígido de
caucho de 1 m de longitud, con luz de 3 mm; éste se
adapta tanto a la aguja puesta en el hiato, como a la jerin-
ga extractora e impulsora, conectada al frasco ámpula de
meticaína”. Este método de anestesia tuvo su mayor uti-
lización entre los años cuarenta y cincuenta.33
En 1943, Seldon T.H., Lundy J.S. y Adams R.C. de la
ClínicaMayo, modificaron la técnica anterior. Éstos, sus-
tituyeron la aguja maleable por un catéter de nylon del
número 5, introducido a través de una aguja número 13
de grueso calibre. Esta modalidad denominada técnica
del catéter, se practicó con la idea de utilizar otro ele-
mento diferente a la aguja semirígida, ya que producía
lesiones o rompía el conducto sacro. Ese mismo año, los
doctores Nathan Block y Morris Roystein del Journal of
AMA, presentaron una nueva técnica conocida como el
goteo continuó; pasaban mediante un equipo de venocli-
sis el goteo de una solución de procaína a 1%, a razón de
30 gotas por min durante los primeros 20 min, después
se mantenía la analgesia con 15 gotas por minuto,
debiéndose controlar el nivel cutáneo de la misma y
aumentar o disminuir el goteo de acuerdo con el nivel
deseado. Para los inicios del año 1970 la técnica fue per-
diendo popularidad por el peligro de infecciones sacras,
debido la cercanía del sitio de punción con la zona ope-
ratoria y de trabajo. De igual forma, para llevar a cabo la
aplicación, era necesario recurrir a personas con expe-
riencia .15
Los profesores Rudolph Matas y Gastón Labat, des-
cribieron una modificación a la técnica, que consistía en
inyectar a través de los agujeros sacros posteriores, de 4
a 6 mm de solución analgésica después de haber hecho
un bloqueo caudal por el hiato sacro, consiguiendo con
esto un nivel y área anatómica más amplia en cuanto a la
analgesia, a este procedimiento le llamaron bloqueo
sacro o transsacro.
La anestesia espinal fue utilizada por primera vez
por el doctor James Corning (1885) un cirujano de
Nueva York; impulsada por August Bier de Kiel en 1899,
Datos históricos y evolución de. . . • XXXVII
para la cirugía. Por último, fue desarrollada y populariza-
da en Alemania por Tuffier y Kreis (1900), quienes fue-
ron los primeros en utilizarla para el parto vaginal opera-
torio, después para una cesárea. En EUA, esta técnica
destacó gracias al doctor George Pitkin. En el año de
1901 aparecieron reportes esporádicos sobre su uso en
una cesárea en Canadá, pero fue abandonada durante
años por el alto grado de complicaciones, pobres resulta-
dos y la falta de correlación entre los efectos fisiológicos
de la técnica y los cambios maternos en el embarazo.
En 1940, John Adriani (1907 a 1988), introdujo una
técnica estandarizada, permitiendo que en 1950 fuera
apreciada y recomendada en la población obstétrica, en
la misma fecha Lemmon W. A. describió la administra-
ción continua de esta técnica.
En 1952 Greenhill, escribe: “…en su opinión, mien-
tras más la uso en cirugía y ginecología, la considero el
más peligroso tipo de anestesia para la mujer embaraza-
da”. El mayor desarrollo de las técnicas peridurales para
esa época desplazó su aplicación, disminuyendo su
popularidad en 1960. Con la aparición de pequeñas agu-
jas atraumáticas con bisel corto y romo este método
anestésico ha recobrado popularidad en obstetricia.34
Las publicaciones exitosas fueron múltiples: en 1959,
Watt y sus colaboradores describen 2 475 casos de anes-
tesia espinal baja en obstetricia, sin mortalidad materna
debido a la anestesia; en 1979 Crawford, documenta sus
experiencias con la analgesia espinal en una unidad obs-
tétrica.
A pesar de las complicaciones implícitas, este méto-
do era utilizado. En 1961, la cefalea era la complicación
más frecuente de la anestesia espinal, apareció en 11%
de casos, cifra que se redujo mucho por la introducción
de las agujas finas de punción espinal. En 1960, Gormley
J.B. implantó el método parche de sangre, para el trata-
miento de la cefalea pospunción de duramadre por
medio de la extracción de sangre venosa de brazo del
paciente bajo condiciones estériles e inyectándola en el
espacio epidural en lugar de la punción dural. En 1974,
Ostheimer G.W., publicó que esta técnica lograba un
alivio completo y permanente de la cefalea pospunción
en 182 de 185 pacientes, en las 24 h siguientes.
El norteamericano John Ariani y la nicaragüense
Roma Vega, propusieron en 1946, la anestesia raquídea
en silla de montar, la cual producía una zona de analge-
sia en el periné y la región perianal sin implicación de las
piernas. La combinación de anestesia peridural y espinal
fue descrita en 1981, por Borwnnidge.
El bloqueo paracervical fue descrito por primera vez
por Heller P.B. (1926), además de ser popular durante
algunos años, pero se detallaron casos de bradicardia y
acidosis fetal, provocando que la técnica cayera en desu-
so. En 1933, Cleland J.G.P., utilizó el bloqueo pero no
consiguió aliviar el dolor de la distensión cervical y peri-
neal; en el año 1945 Rosenfield A. implantó un método
para aliviar el dolor en obstetricia en todas sus etapas.
Muchos son los aspectos que involucran controver-
sia en el campo de la anestesiología obstétrica. De todos
ellos el más discutido de su época fue la anestesia ambu-
latoria obstétrica o como se le conoce en el mundo
anglosajón, walking epidurals. Este término empleado
por los doctores R. E. Collis y B. M. Morgan en 1993,
describe la posibilidad de ofrecer a la mujer embarazada,
caminar durante el período de dilatación.
El bloqueo del nervio pudendo se popularizó por M.
A. Muller en 1908, aunque investigaciones posteriores
cuestionaron su validez. En 1916, King describió la téc-
nica en EUA y en 1953 propuso la vía transperineal con
analgesia local para bloquear el nervio pudendo junto
con sus tres ramas terminales. Kobak, en 1956, expone
una vía transvaginal; J. H. Scudamore y M. J. Yates obser-
varon en 1966 que sólo 36% de los bloqueos pudendos
proporcionan analgesia bilateral eficaz el en periné y
vulva, concluyeron que gran parte de la eficacia atribui-
da a los bloqueos pudendos era debida a la infiltración
local asociada.
Desde 1910, Stiasny había aplicado cocaína tópica-
mente en la vagina y vulva para aliviar los dolores de
parto. Gelhorn describió en 1927, la infiltración del pe-
riné con soluciones anestésicas locales. Brown utilizó en
1928, anestésicos locales para reparar desgarros peri-
neales.
ANALGESIA AUTOADMINISTRADA 
Y ADMINISTRADA POR 
LA COMADRONA
Fue muy popular la “anestesia” o “analgesia” para las con-
tracciones de parto, ya sea autoadministrada por la
paciente, la comadrona o en otras ocasiones por una per-
sona ajena. John Snow, el anestesiólogo de la Reina
Victoria, confiaba tanto en la técnica que escribió: “un
amigo inteligente de la paciente, que se encuentre en la
habitación, puede continuar la administración del cloro-
formo”; en la descripción de la técnica se dice: “…la par-
turienta puede detener por sí misma la compresa y res-
pirar el cloroformo al principio del dolor”.
En 1912, Arthur E. Guedel, diseñó la primera
máquina para la autoadministración de óxido nitroso en
obstetricia. En 1934, Ralph Minnitt y Arthur Charles
King de la Universidad de Alabama, introdujeron un pro-
totipo de aparato para la aplicación de gas y aire en la
analgesia del parto, se supone que éste fue quien popu-
larizó esta forma de analgesia. El uso de óxido nitroso y
oxígeno en un único cilindro fue iniciado por Paul G.
Barash y Emery Andrew Rovenstine (1945). El trabajo
que condujo a un método práctico de utilización se
llevó a cabo por Tunstall (1961), en la British Oxygen
Company Limited, siendo el pionero que introdujo el
entonox disponible del O2 y N2O, en un solo cilindro
con un aparato de válvula.
El inhalador de Friedman se desarrolló en 1943 para
la aplicación de concentraciones analgésicas de tricloroe-
tileno (trilene) en las mujeres en trabajo de parto. Los
aparatos Emotril y Tecota estuvieron disponibles para
uso por las comadronas en 1955. En el año de 1970 se
implantó el inhalador de Cardiff para utilización con
0.35% de metoxifluorano.29
XXXVIII • Anestesia obstétrica (Datos históricos y evolución de. . .)
PARTO NATURAL, 
MESMERISMO, HIPNOSIS
El 23 de mayo de 1734, nace en Viena Franz Anton Mes-
mer. Bajo la protección de María Antonieta recibe 30 000
francos por parte de Luis XIV, para estudiar la influenciamagnética de las estrellas sobre el hombre y en su “Me-
moire sur la decouverte du magnetisme animal” (1779),
exponía curaciones con magnetos e hipnosis (Accardo,
Almanaque Médico). El Mesmerismo fue utilizado para
el control del dolor de la cirugía antes de la aparición de
la anestesia.35
A mediados del siglo XIX (1843), se observaba que
los procedimientos quirúrgicos eran posibles en estado
de hipnosis. William Hunter (1718 a 1783), obstetra
escocés, fue uno de los primeros en participar en el
campo ese campo de trabajo, para lo cual sostenía que
de alguna manera, la actitud estoica era esencial para la
mayoría de mujeres en trabajo de parto y los temores a
éste; los pobres conocimientos del proceso contribuye-
ron al incremento de la tensión que aumentaba aún más
la sensación de dolor.36
Grantly Dick-Read, obstetra británico, enseñó que el
parto normal debía estar prácticamente libre de dolor;
“cuando el dolor aparece es debido a una actividad ute-
rina anormal o incoordinada y esto puede evitarse
mediante la instrucción y preparación en el período pre-
natal”. Velvoski (1949), psiquiatra ruso, propuso un
método psicoterapéutico de analgesia obstétrica, el
mismo introducido por Ferdinand Lazame en Francia
conocido con el nombre de psicosomático, pero tras visi-
tar al profesor Karl Nicolaiev en Leningrado, en 1950, se
cambió por el término psicoprofilaxis.37 El frances
Frederic Leboyer empleo una técnica de su autoría lla-
mada Birth without Violence (1975), el cual empleaba
los principios pavlovianos.
MONITORIZACION FETAL
En 1818, François Mayor, de Ginebra, describió los soni-
dos de corazón del feto en una mujer embarazada, pero
no reconoció la importancia clínica de su observación.
Fue Jean de Kergaredec, un estudiante de Rene Laennec,
en 1822, quien divulgó la trascendencia clínica de la fre-
cuencia cardiaca del corazón fetal. El francés A. Pinard
desarrolló en el año de 1800, una técnica de palpación
abdominal y manipulación del feto, por medio del dise-
ño de un instrumento que permitía escuchar los latidos
del feto en la mujer embarazada, el cual llamó fetosco-
pio (figura 7), “tiene un lado para la oreja, un plano
ancho, otro amplio y en forma de campana en el lado
fetal”.
En 1949, un grupo de médicos y alumnos se encon-
traba desayunando en la cafetería del Hospital Columbia
Presbyterian en NuevaYork, cuando un estudiante (quien
rotaba por anestesia) comentó que hacía falta desarrollar
un sistema de valoración para el recién nacido.
La anestesióloga Virginia Apgar (1909 a 1974),
quien se encontraba entre los concurrentes, respondió:
“eso es fácil, se puede hacer de la siguiente manera”, acto
seguido tomó de la mesa un pedazo de papel y escribió
cinco temas que más adelante se convertirían en el famo-
so puntaje de evaluación del neonato, que conocemos
como calificación o puntaje de “Apgar”. Se levantó
entonces y se dirigió al servicio de obstetricia para ensa-
yar de inmediato la escala de valoración que acababa de
ocurrírsele. En 1952, presentaría sus experiencias en el
XXVII Congreso Anual de Anestesistas, Reunión
Conjunta de la Sociedad Internacional de Investigación
en Anestesia y del Colegio Internacional de Anestesistas,
las cuales sería publicadas en 1953, en la revista:
Investigaciones Actuales en Anestesia y Analgesia con el
título “Una propuesta para un nuevo método de valoración
del recién nacido”,correspondiente a los meses de julio-
agosto. Esta anécdota fue narrada en 1980 por el médi-
co Richard Patterson, presente en el famoso desayuno.38
En 1960 se publicaron los primeros trabajos de
Edward Hon (California), Roberto Caldeyro-Barcia
(Montevideo) y Erich Saling (Berlín), que hicieron posi-
ble la electrocardiografía fetal y las muestras de sangre
del cuero cabelludo. Otro avance en la monitorización
fue el ultrasonido obstétrico, ocurrido en el año de 1957
como el resultado de los trabajos de investigación del
obstetra Ian Donald y el ingeniero Tom Brown, del
Queen Mother’s Hospital en Glasgow.39
Durante los inicios de la anestesiología obstétrica, la
mortalidad materna era muy alta, pero conforme surgían
avances en el conocimiento de la farmacología y fisiolo-
gía aplicada a la anestesiología obstétrica, la mortalidad
disminuyó, se incidió más en el estado del neonato como
indicador del cuidado obstétrico. Los trabajos de Apgar
Figura 7. Estetoscopio de Pinard usado desde 1800 hasta los prime-
ros años del siglo XIX.
Datos históricos y evolución de. . . • XXXIX
fueron fundamentales en este proceso de protección del
niño.40
MORTALIDAD MATERNA
En 1848, James Young Simpson, registró la que parece
ser la primera muerte debido a la anestesia. A pesar de
los muchos avances existentes, el número de muertes
maternas relacionadas con la anestesia general resultaba
alto. Esto se explicaba en parte por los pobres programas
de formación obstétrica y anestésica, el uso inapropiado
de agentes anestésicos y la escasez de medios.
El obstetra y cardiólogo norteamericano Curtis
Lester Mendelson, demostró en 1946 los resultados, con
frecuencia fatales, de la aspiración ácida, lo que motivó
el diseño de varios métodos para evitar este problema,
incluyendo la inyección de apomorfina para inducir el
vómito, o el lavado del contenido gástrico mediante un
tubo nasogástrico. Los antiácidos eran utilizados para
reducir la acidez gástrica; sin embargo, podían causar
problemas si eran regurgitados o penetraban a la vía
aérea. Más tarde, se utilizaron los fármacos antagonistas
de los receptores tipo II de la histamina, los que incre-
mentan la motilidad gástrica, así como el bicarbonato de
sodio. La introducción de la maniobra de Sellick, la pre-
sión cricoidea, al igual que la compresión esofágica tam-
bién fueron considerados dentro del tratamiento.
OTRAS TÉCNICAS �ALTERNATIVAS�
USADAS EN EL CONTROL DE LOS
DOLORES DEL PARTO
La preocupación por controlar el dolor de las contraccio-
nes durante el proceso de un parto ha llevado a la utili-
zación de muchas técnicas, algunas de carácter científico
o seudocientíficas, y otras conocidas como alternativas. A
continuación algunos ejemplos:
– En 1960, se propuso la aplicación de una presión
subatmosférica sobre el abdomen, llamada descom-
presión abdominal, para aliviar el dolor durante el
primer período del parto.
– En la actualidad la aromaterapia, ha ganado aten-
ción como una manera de mejorar el estrés duran-
te el parto y para regular las emociones que atañen
este proceso; no hay un alivio directo o indirecto
del dolor directo, no obstante, la madre encuentra
esta terapia como una manera de reducir el estrés
permitiéndole así tolerar el dolor.
– Muchas mujeres en trabajo de parto encuentran
alivio al dolor por medio de los baños en tina, esta
técnica se ha utilizado en escenarios fuera de los
hospitales por numerosos años.
– La acupuntura,41 ha sido empleada por miles de
años para el manejo del dolor, adicción, náusea,
vómito y muchos otros casos, pero no hay muchos
estudios de calidad que evalúen la efectividad en el
manejo del dolor durante el parto.
– La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea
(TENS, por sus siglas en inglés), consta de la apli-
cación de una pequeña cantidad de corriente eléc-
trica a la piel para disminuir la percepción de dolor
en otra parte del cuerpo, ha sido aplicada a pacien-
tes después de cirugía y en aquellos con dolor cró-
nico; la corriente evita que la percepción de dolor
llegue al cerebro, como una puerta que no deja que
pase nada, lo que en teoría, permite estimular la
producción de endorfinas (analgésicos naturales)
por el cuerpo.
– Muchas mujeres aprecian el contacto o un masaje
durante el parto, la mayoría de las veces realizado
por un ser querido, sin embargo el beneficio para el
dolor de parto de dudoso. Durante las diferentes
etapas de la labor de parto, algunas mujeres
encuentran que algunas posiciones y movimientos
son más cómodas que otras.
Al principio del año 1900, los partos se han desplazado
de las casas hacia los hospitales, con el uso de personal
médico,líneas intravenosas, peridurales y otras formas de
cuidado, lo que ha limitado la libertad de movimiento
de las mujeres en trabajo de parto; cuando la madre cam-
bia de posición, ella modifica la posición de la cabeza del
bebé con relación al útero y su pelvis. Muchos estudios
sugieren que caminar o sentarse agiliza el trabajo de
parto.42
REFLEXIÓN FINAL 
Este recorrido por los aspectos históricos de los intentos
empíricos y las técnicas científicas para controlar los
dolores de parto, proporcionan una idea de la compleji-
dad de la atención en la mujer embarazada y la impor-
tancia de la subespecialidad en la anestesia obstétrica, la
cual se ha ido identificando con características propias.
Hoy en día, a pesar de que muchas mujeres tienen par-
tos sin el cuidado de un especialista en anestesia, cada
vez se identifican más servicios integrales responsables
que ofrece a la mujer grávida, en particular, en el
momento crucial del nacimiento de su hijo.
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