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529 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. una mortalidad entre 1 al 2% en el mismo número de pacientes, no constituye en la actualidad una contraindi- cación para inducir médicamente el trabajo de parto, su valor cobra importancia en la medida que esta práctica se generaliza más en el mundo. Por otro lado, otros fac- tores han sido identificados, y aunque no representan el mismo nivel de riesgo deben ser considerados, estos son: trabajo de parto prolongado, multiparidad, empleo de fórceps, edad mayor a 35 años, polihidramnios, desgarro cervical y embarazo con producto del sexo masculino.4, 6 FISIOPATOLOGÍA En el primer trimestre del embarazo el LA es isotónico respecto al plasma materno, tiene un volumen aproxima- do de 50 mL y está libre de partículas. A medida que la gestación avanza, el LA se vuelve hipotónico y contiene detritos que se incrementan en número conforme pro- gresa el embarazo, éstos incluyen: células epiteliales esca- mosas, mucina, lanugo, pelos del cuero cabelludo, mate- rial lipídico de las glándulas sebáceas, metabolitos del ácido araquidónico como los leucotrienos B4 y D4, pros- taglandinas (tromboxano y prostaciclina)6. La presencia de meconio en el LA no predispone a la ELA, pero en caso de presentarse esto incrementa la severidad del cuadro. En la actualidad, el debate continúa sobre la causa y el mecanismo fisiopatológico por el que se produce este síndrome. La condición clínica de riesgo que con mayor frecuencia se presenta en la ELA, es la hipertonía uteri- na y/o el uso de oxitocina administrada en la fase inicial del trabajo del parto, esto podría favorecer el paso del LA a la circulación materna. Sin embargo, varios autores entre los que figuran Clark y col y Paul et al., han refuta- do esta teoría.7–9 La explicación simplista de ser sólo un paso del LA a la circulación materna parece no ser ni congruente ni suficientemente convincente como para explicar todos los hallazgos patológicos, así como las reacciones y cambios hemodinámicos de la paciente. Asimismo, llama la atención, que los estudios anato- mopatológicos no sólo han reportado la presencia de células escamosas y tejido mucinoso fetal en mujeres con diagnóstico de ELA y trabajo de parto, sino también en Capítulo Embolismo de líquido amniótico EPIDEMIOLOGÍA El ingreso del líquido amniótico a la circulación materna se produce cuando se pierde la integridad entre las mem- branas fetales y las venas uterinas y cervicales, esto causa un mayor gradiente de presión entre el amnios y éstas, el cual es suficiente para impulsar el líquido amniótico (LA) a la circulación materna, este fenómeno trae como resultado la embolia de líquido amniótico (ELA).1 El primer reporte de ELA fue realizado por el Dr. Meyer en 1926,2 quien describió los constituyentes del LA en el tejido pulmonar de una paciente embarazada que había presentado hipotensión y disnea. En 1941, Steiner y Lushbaugh publicaron los hallazgos clínico5 y patológicos de ocho mujeres que murieron súbitamente durante el trabajo de parto, lo que ayudo a definir a este síndrome como una entidad caracterizada por embolia pulmonar, reacción anafilactoide y coagulopatía, el prin- cipal hallazgo patológico reportado fue la presencia de tejido mucinoso fetal y células escamosas en el lecho vascular materno.3 En el ámbito obstétrico, esta complicación es poco frecuente, pero cuando se presenta, la morbi-mortalidad materna y fetal es alta. En países desarrollados como en los EUA, representa el 10% de las causas de muerte materna, y en el mundo es la quinta causa.4 En México, la incidencia y el comportamiento de esta patología se desconoce debido al sub-registro nacional. No obstante, reportes internacionales indican una incidencia de 1 caso entre 8 000 a 83 000 nacimientos año, la mortalidad materna con el advenimiento de cuidados médicos avan- zados se ha reducido de 86 a 26%,5 la morbilidad de la población infantil se resume en daño neurológico en el 85% de los casos de niños sobrevivientes.1 FACTORES PREDISPONENTES De acuerdo al análisis prospectivo realizado en 3 millo- nes de pacientes por el Dr. Kramer entre los años de 1999 al 2001, el riesgo de presentar ELA se duplicaba cuando el parto se inducía con fármacos. Si bien, la pre- sencia de 4 a 5 casos por 100 000 embarazos, así como la circulación pulmonar de mujeres embarazadas y no embarazadas que han muerto de causa diferente duran- te procedimientos quirúrgicos. Otro punto en contra, es la baja sensibilidad del estudio histológico y la dificultad técnica para encontrar dichas células en la circulación materna o poder hacer el diagnóstico diferencial entre si el origen de estas células es materno o fetal.4 Clark et al., han propuesto cambiar el nombre del síndrome de ELA por el de “síndrome anafilactoide del embarazo”, argumentando la gran similitud entre las manifestaciones de la ELA con el choque anafiláctico y séptico. Se postula que la exposición de la madre a pro- ductos fetales y a metabolitos provenientes del ácido ara- quidónico podría desencadenar una respuesta inmune y activar la cascada de respuesta inflamatoria. Esta res- puesta, podría explicar las manifestaciones hemodinámi- cas y cardiovasculares, los trastorno de la coagulación y falla orgánica múltiple que se presentan; la mayor fre- cuencia de ELA en embarazos con productos masculinos o historia previa de alergias en las madres (41%) apoya- rían aún más la teoría inmunitaria (figura 47–1). 2,4 CUADRO CLÍNICO El cuadro clínico se inicia generalmente durante el traba- jo de parto, en los periodos de dilatación y expulsión o en el posparto inmediato, o en relación al procedimiento quirúrgico de cesárea, amniocentesis, alumbramiento placentario y aborto inducido durante el primer y segun- do trimestre del embarazo, y rara vez más allá de las pri- meras 48 h del parto.10-11 Estudios hechos en animales demuestran que poste- rior a la inyección intravascular de líquido amniótico, se presenta una franca caída en la resistencia vascular sisté- mica, disminución en 40% de la presión arterial media (PAM), incremento de la resistencia vascular pulmonar en 100% y descenso del gasto cardíaco en 40%.4 El inicio del cuadro de ELA es súbito, y la secuencia clásica de manifestaciones se presenta con una inciden- cia entre el 80 a 100% en el siguiente orden: dificultad respiratoria, hipoxia, cianosis, colapso cardiovascular, coagulación intravascular diseminada (CID) y muerte.4 Con menor frecuencia y especificidad, pueden aparecer síntomas como confusión, ansiedad, náusea, vómito, convulsiones, fiebre y cefalea que deben alertar al clíni- co acucioso sobre la probable presencia de ELA.2, 4 A continuación se desglosan cada una de las mani- festaciones clínicas:4 Hipoxia Este signo esta presente en el 93% de los casos, acompa- ñado frecuentemente de paro respiratorio y cianosis. En fase temprana, el evento embólico incrementa los corto- 530 • Anestesia obstétrica (Capítulo 47) Coagulopatía Acidosis respiratoria Colapso cardiovascular, edema pulmonar, hipoxia, cianosis, confusión, convulsión Recupe- ración Figura 47�1. Fisiopatología de la embolia por líquido amniótico. LA: líquido amniótico. HTA: hipertensión arterial. CID: Coagulación intravas- cular diseminada. circuitos pulmonares en ambos sentidos (zonas mal ven- tiladas y mal perfundidas), se produce la claudicación del ventrículo derecho e izquierdo, acidosis respiratoria y edema cardiogénico, durante esta fase, sólo en 15% de los casos el broncoespasmo está implicado. En fase tardía, en 70% de los pacientes que sobreviven en las primeras horas, se observa que el edema cardiogénico evoluciona a edema de tipo inflamatorio, encontrándose una lesión de la membrana alveolo capilar, exudado con un alto contenido de proteínas y detritus de LA. La rápida mejo- ría, incluso mejor a la observada en el síndrome de difi- cultad respiratoria del adulto es la tendencia, de lamisma forma la función del ventrículo izquierdo (VI) es más eficiente. Por último se presenta la complicación más temida asociada a este trastorno, la encefalopatía hipó- xica-isquémica, que a su vez es agravada por el estado convulsivo, por lo que ésta debe ser prevenida con trata- miento farmacológico. Hipotensión/estado de choque En su fase inicial, la ELA se comporta como un estado de choque cardiogénico, la claudicación del VI y el incre- mento de la resistencia vascular pulmonar y sistémica constituyen el principal hallazgo. En fase tardía, el cho- que es de tipo inflamatorio o distributivo, este compor- tamiento confirma aun más la premisa de que la causa probablemente se debe a una respuesta humoral más que a una de origen embólica u obstructiva. Desde el punto de vista hemodinámico es difícil des- cribir con exactitud que ocurre en el humano en la fase temprana, puesto que el monitoreo invasivo en una paciente previamente sana no está indicado. Por lo tanto, se han extrapolado los resultados encontrados en mode- los animales y en algunos estudios de eco cardiografía lo que debe sucederle a un ser humano. Inicialmente, se presenta un incremento transitorio de la resistencia vascular pulmonar y sistémica, disfunción del ventrículo izquierdo y derecho, disfunción valvular de la tricúspide e incremento suprasistémico de la presión de la aurícula derecha. En fase tardía hay mejoría de la función del VI, sin que esto evite, que el estado de choque cardiogénico evolucione a uno de tipo distributivo e inflamatorio, y se presenten arritmias cardiovasculares como actividad eléctrica sin pulso (AESP), asistolia, fibrilación ventricu- lar (FV) y bradicardia que pueden complicar aún más el cuadro. Coagulopatía/CID Presente en 83% de las pacientes se manifiesta en 50% de estos casos en las primeras cuatro horas. La respuesta inmunitaria a productos del LA explica su aparición temprana, la tardía es parte de la respuesta inflamatoria sistémica, incluso puede ser la única manifestación clíni- ca. La gravedad es variable, pudiendo evolucionar en un sangrado difuso muy grave, choque hemorrágico y muerte. La CID resulta del consumo del fibrinógeno, facto- res de la coagulación en especial el V, VIII y XIII, en 60% de los pacientes, existe baja importante en el número de plaquetas. Encefalopatía La hipoxia es la responsable de esta complicación, aun- que la teoría de la obstrucción vascular a nivel del siste- ma nervioso central (SNC) ha sido postulada. Cerca del 85% de las pacientes que sufren un episodio de ELA pre- sentan alguna secuela neurológica. La actividad convul- siva, presente en 50% de las pacientes puede agravar aún más el cuadro, ésta puede aparecer temprana o tar- díamente. La encefalopatía podría ser en ocasiones la única manifestación de ELA. DIAGNÓSTICO El diagnóstico requiere de una alta sospecha clínica y la exclusión de las causas más probables que dan origen al colapso cardiovascular, hipoxia, CID, encefalopatía durante el trabajo de parto o posparto inmediato, como son la tromboembolia pulmonar, infarto agudo del mio- cardio (IAM), sepsis, anafilaxis entre otros diagnósticos. Sin embargo, no siempre los hallazgos clínicos son tan evidentes, ya que pueden aparecer una constelación de síntomas menos sugestivos o de menor intensidad que confunden o pasan desapercibidos para el medico. No existen estudios de laboratorio específicos para hacer el diagnostico, pero algunas pruebas podrían ayu- dar a la confirmación del mismo y al seguimiento clínico del proceso. La gasometría arterial permite valorar la ventilación y grado de hipoxia; el perfil de coagulación y hematológico analiza la presencia de CID (tiempo de protrombina [TP] y parcial de tromboplastina [TPT] prolongados con un nivel de fibrinógeno menor a 100 mg/dL) y hemoglobina y hematócrito bajos con leucoci- tosis; la radiografía de tórax podrá mostrar la presencia del edema pulmonar agudo caracterizado por un infiltra- do alveolar e intersticial con distribución bilateral; el ECG sirve para valorar trastornos del ritmo, sobrecarga ventricular o descartar IAM, esto ultimo apoyado por el análisis de enzimas cardiacas (troponina, CPK). De exis- tir la posibilidad de realizar un ecocardiograma trans- esofágico se podría confirmar la falla ventricular izquier- da aguda. Kamayana et al., proponen la medición de cinc coproporfirina en el suero materno, ya que este elemen- to es típico del meconio.12 Las técnicas de inmunohisto- química permiten medir los anticuerpos monoclonales TKH2 en tejido pulmonar y suero materno. Estos anti- cuerpos reaccionan con el meconio y mucina derivado del LA del tejido pulmonar de la mujer con diagnóstico de ELA.12 Se pensaba que la presencia de células escamosas era el signo patognomónico de ELA. El aspirado de san- gre arterial mediante un catéter de Swan-Ganz de la circulación materna pulmonar con el fin de visualizar detritos y lanugo fetal, podía confirmar el diagnóstico, aunque sólo este hallazgo era positivo en el mejor de los casos en 73%. Los estudios de Lee et al.,13 investigaron la presen- cia de células escamosas y trofoblásticas en la circulación materna durante el periodo periparto, encontrando que© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Embolismo de líquido amniótico • 531 de las 14 pacientes estudiadas, sólo tres mostraron la pre- sencia de células escamosas en la circulación pulmonar materna, de ellas, ninguna desarrolló síntomas clínicos compatibles con ELA. Sus conclusiones fueron: que es difícil diferenciar entre células escamosas de origen fetal y epidérmica maternas, y que en ninguna muestra estu- diada encontraron filamentos de moco y gotas de grasa, por lo que la presencia de estos elementos puede no ser patognomónica de ELA y de los hallazgos de las técnicas de estudio histoquímico, y que el Papanicolaou es la prueba de mayor sensibilidad para identificar células es- camosas, trofoblásticas, filamentos de moco y células gra- sas; sin embargo, se requiere de más investigaciones para especificar cuáles deben ser los elementos del LA patog- nomónicos de ELA. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Éste deberá hacerse con las siguientes entidades clínicas: Tromboembolismo Se presenta en el posparto y puerperio, y a menudo exis- te evidencia de trombosis venosa (en 95% de los casos) de miembros pélvicos, de donde se desprende un émbo- lo que viaja por la vena cava inferior y que al llegar al ventrículo derecho, se fragmenta en múltiples partes que se impactan en las arterias pulmonares pudiendo ocluir en forma parcial o total su circulación; cuando los ém- bolos ocluyen más de 50% del diámetro de las arterias pulmonares se produce colapso cardiovascular; aproxi- madamente 25% de estos casos evoluciona a paro cardio- vascular con actividad eléctrica sin pulso y muerte. Embolismo aéreo Es frecuente que se presente durante la cesárea, placen- ta previa y transfusión bajo presión. Broncoaspiración Se vincula a anestesia general, sedación profunda y con- vulsiones, siempre existe broncoespasmo al inicio, no hay colapso cardiovascular ni trastornos de la coagulación. Toxicidad a los anestésicos locales Está relacionada a un procedimiento de anestesia regio- nal, en donde las dosis totales utilizadas rebasan la dosis terapéutica, las manifestaciones clínicas iniciales son visuales, auditivas, neurológicas y cardiovasculares. Reacción anafiláctica a medicamentos o transfusión Existe el antecedente inmediato de una inyección de fár- maco o transfusión, pueden encontrarse antecedentes alérgicos, hay broncoespasmo, colapso cardiovascular y reacción urticariana, no hay coagulopatía. Bloqueo intratecal masivo Hay apnea, pérdida del estado de alerta, colapso cardio- vascular, antecedente inmediato de aplicación de un anestésico local en el espacio epidural o intratecal, la recuperación está en función de la vida media del fárma- co y condición cardiovascular de la paciente. La respues- ta a la oxigenaciónadecuada y administrar vasopresores revierte rápidamente el problema. Otras causas Sepsis, IAM, cardiomiopatía, eclampsia. Ninguna de las anteriores entidades descritas da lugar al hallazgo de elementos de LA en las cavidades cardiacas derechas.2, 4 TRATAMIENTO No existe ninguna medida profiláctica para evitar la ELA, sólo el monitoreo continuo no invasivo e invasivo con la instalación de un catéter central, catéter de Swan- Ganz, saturación de oxigeno, presión arterial invasiva y el monitoreo fetal en la paciente que refiere dificultad res- piratoria, agitación o síntomas más específicos de ELA, pueden ayudarnos al diagnóstico y tratamiento tempra- no. La rápida instalación del síndrome que oscila entre 15 a 45 min de iniciados los síntomas hasta el momento del colapso cardiovascular hace de esta patología una carrera contra el tiempo, la muerte puede sobrevenir entre 1 a 7 horas.4, 14-20 Las siguientes son las recomendaciones terapéu- ticas:2, 4 1. Cuidados de la vía aéreas y oxigenación: se reco- mienda evitar la hipoxia mediante la administra- ción no invasiva de oxigeno al 100%, si este tipo de ventilación no fuese satisfactoria no dudar en ini- ciar el control de la vía aérea mediante la intuba- ción endotraqueal. La inducción, el riesgo de encontrar una vía aérea difícil y la presencia de broncoaspiración obligan a que la intubación sea realizada por personal experto, administrando fár- macos que produzcan compromiso mínimo sobre la función cardiovascular. Como inductor se reco- mienda el etomidato o la ketamina, el relajante muscular deberá ocasionar una mínima liberación de histamina, por lo que se recomienda el vecuro- nio o el cisatracurio y como analgésico el remifen- tanil o fentanil. 2. La hipotensión e inestabilidad hemodinámica se trataran inicialmente con cristaloides, monitorizan- do sus dosis y efectos mediante el catéter Swan Ganz o ecocardiografía transesofágica. En caso de hipotensión refractaria, la administración de vaso- presores es la medida a seguir, los fármacos de elec- ción son dopamina y noradrenalina, gracias a su efecto β adrenérgico que mejora la función cardio- vascular y el efecto α adrenérgico de potente vaso- constrictor. 3. La depresión miocárdica puede requerir del apoyo de inotrópicos como dobutamina o milrinona. 4. La coagulopatía se trata con plasma fresco, si el TP y TPT muestra una prolongación y el INR es mayor a 1.5. Los crioprecipitados se administran cuando 532 • Anestesia obstétrica (Capítulo 47) el fibrinógeno desciende a un valor menor de 100 mg/dL, y la transfusión de plaquetas si el conteo de estas es inferior a 50 000 o incluso a 100 000 cuan- do se requiere practicar un procedimiento quirúr- gico. En 65% de los casos de ELA el feto sigue en el útero por lo que la extracción del mismo es obli- gatoria, si no se quiere que la hipoxia materna pro- duzca daño neurológico en el recién nacido. 5. Reanimación cardiopulmonar avanzada (RCP). No dudar iniciarla a pesar del temor de producir hipo- perfusión uterina. La extracción del producto mediante cesárea debe hacerse en un lapso de tiempo no mayor a 3 a 4 minutos. Tener presente lateralizar el útero materno para evitar así la com- presión de la vena cava y la aorta durante la RCP. 6. La atonía uterina es una complicación frecuente, por lo que se debe estar preparado para la adminis- tración de medicamentos que mejoren el tono e incluso la histerectomía. 7. Una vez estabilizada las condiciones de la pacien- te esta debe ingresar a una unidad de cuidados intensivos. © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Embolismo de líquido amniótico • 533 REFERENCIAS 1. Imran A, Lizziama G, Suhail T: Amniotic embolism fluid. Crit Care Clinics 2004;643-650 2. Meyer JR: Embolia pulmonar amnio-caseosa. Braz J Med Biol Res 1926;1:301-303. 3. Steiner PE, Lushhaugh CC: Landmark article, Oct 1941: maternal pulmonary embolism by amniotic fluid as a cause of obstetric shock and unexpected death in obstetrics. JAMA 1986; 25:2187-2203. 4. Jason M, Marie JB: Amniotic fluid embolism. Crit Care Med. 2005 ; 33:S279-285 5. Gilbert WM, Danielsen B: Amniotic fluid embolism: decreased mortality in a population-based study. 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