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945 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN Desde la fecundación, el óvulo transformado y con mate- rial genético de ambos progenitores, depende para su desarrollo del aporte continuo de nutrientes, así como de un sistema de limpieza de sus desechos. Al inicio, sus reservas mantienen la tasa metabólica impuesta a partir del primer segundo de la nueva vida, pero con rapidez son consumidas, por lo que uno de los objetivos prima- rios del ser en formación es iniciar y dirigir todos los pro- cesos bioquímicos y fisiológicos encaminados a crear, y luego mantener un sistema que le suministre en forma eficiente todos sus requerimientos, incluyendo al oxíge- no, y que a la vez en forma continua, se encargue de eli- minar todos los productos catabólicos que genera su alta tasa metabólica. La información para generar todos los cambios requeridos se encuentra dentro del embrión, el problema es que el éxito dependerá de cuán bien res- ponda la bioquímica de la madre, y no siempre es así. La función de la placenta es cumplir con esos obje- tivos; cuando esto no ocurre, es decir que no aporta lo necesario para sustentar el crecimiento fetal, éste dispa- ra una respuesta bioquímica-fisiológica de sobrevida ante el estrés, representado por el aporte deficitario de nutrientes; si esta respuesta es suficiente le permitirá al feto la supervivencia hasta el evento final que es su inde- pendencia de la madre. En los siguientes párrafos, se esbozará tal respuesta de supervivencia y lo que puede, y debe hacer el aneste- siólogo al final del camino fetal para ayudarlo a ingresar al mundo en las mejores condiciones. ETIOLOGÍA Durante el desarrollo embriónico y fetal son dos los fac- tores que en forma independiente o interrelacionada van alterar el aporte nutricio y al final deteriorar el desarro- llo en grados variables. Alrededor de 7 al 9% de los neo- natos nacidos vivos tienen menos del décimo percentil, en peso y en referencia a embarazos normales, lo que se incrementa dependiendo de las condiciones socioeconó- micas y etnográficas en cuestión. Las causas principales para este aporte deficitario se pueden englobar en cuatro aspectos (figura 81–1): 1. Factores maternos tales como desnutrición de ina- decuada a severa, enfermedades maternas crónicas, embarazos múltiples y factores genéticos de los progenitores, alteraciones en el eje hipofisario- hipotalámico. 2. Patología placentaria: daños vasculares importantes en la placenta que pueden llevar hasta la insuficien- cia placentaria. Es frecuente en enfermedades maternas tales como preeclampsia y trombofilia. 3. Infecciones: intrauterinas, maternas (virales), coa- gulopatías maternas y síndromes fetales especí- ficos, incluyendo alteraciones cromosómicas y metabólicas, como por ejemplo alteraciones en la síntesis y metabolismo del lactato, de aminoáci- dos, etc. 4. Causas no clasificadas tales como embarazos en adolescentes, alcoholismo y tabaquismo materno y pacientes embarazadas que viven a gran altitud, que genera niveles de PaO2 reducidos y conti- nuos.1-4 Consecuencias tempranas y tardías Si estas alteraciones son controladas de manera parcial no sólo se manifiestan como un déficit en el crecimiento fetal, sino también se ha observado que tienen una estre- cha correlación con la morbimortalidad al momento del nacimiento produciendo: parto pre-término con neona- tos con poca tolerancia a eventos hipóxicos y hemodiná- micos, enterocolitis necrosante, insuficiencia respiratoria, y con el pasar de los años, coeficiente intelectual por debajo del promedio e inclusive hasta franco retardo mental, manifestado por deficiente desempeño escolar y Capítulo Feto en riesgo académico Otras consecuencias son: el insuficiente desa- rrollo anatómico cardiovascular que puede predisponer a patologías tempranas como hipertensión, o en la esfera de la conducta a secuelas tempranas de índole psiquiátri- co, incluyendo depresiones severas, o bien alteraciones metabólicas tempranas como hipercolesterolemia y dia- betes mellitus.2,3,5,6 EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO El primer paso enfocado hacia el tratamiento de déficit en el desarrollo es el diagnóstico, el cual puede realizar- se mediante el estudio de: 1. El fondo uterino en centímetros, un indicador fácil de obtener y que orienta hacia alteraciones en el desarrollo. 2. Parámetros anatómicos fetales, placentarios y del líquido amniótico y mediciones antropométricas obtenidas por ultrasonografía, los que son confia- bles para efectuar una correcta evaluación. 3. Mediciones hemodinámicas en tiempo real: veloci- metría por Doppler de la arteria umbilical y de la arteria cerebral media, mediciones excelentes para el diagnóstico, que se correlacionan de manera estrecha con eventos adversos que pueden causar morbimortalidad perinatal. 4. Monitoreo fetal: acústica, electrónica, muestreo sanguíneo fetal: pH, pO2, pCO2, análisis de seg- mento ST, etc.7-18 MECANISMOS DE ADAPTACIÓN FETAL El feto responde iniciando un programa bien coordinado de compensación metabólica y hemodinámica, cuyo objetivo final es optimizar el empleo de los substratos deficitarios, favoreciendo los requerimientos metabóli- cos, en ciertos órganos como el corazón, adrenales y cere- bro.11 La adaptación rápida a la escasez de sustratos, aun- que puede asegurar supervivencia a corto plazo, puede también tener un costo a mediano y largo plazo. Los mecanismos de adaptación, al momento, no han sido del todo dilucidados, pero por necesidad tienen que involucrar sistemas de químico y físico receptores que detectan el déficit presente, y los cambios endocrinos que aseguran la respuesta que va a establecerse; algunos de estos mecanismos se describen a continuación: 1. Gran porcentaje del oxígeno consumido por el feto sirve para el mantenimiento de la homeostasis celular, y el gasto energético de la actividad de la bomba de sodio-potasio; éste es el proceso metabó- lico principal que suscita ese gasto. Al disminuir éste, por consecuencia se disminuye la actividad fetal de modo global, y en forma tardía influye de manera negativa sobre el crecimiento. 2. Las acciones de la adenosina a nivel fetal que: dis- minuye los movimientos, disminuye la transmisión excitatoria neuronal e incrementa el flujo sanguí- neo cerebral y de esta forma ayuda a un mejor balance entre el aporte-consumo del oxígeno. La 946 • Anestesia obstétrica (Capítulo 81) Extrínsecas Maternas • Tabaquismo • Alcoholismo • Drogadicción • Infecciones virales • Hipertensión • Pre-eclamsia • Sx. antifosfolípidos • Trombofilia Desórdenes en el desarrollo fetal • Mosaicismo • Implantación anormal • Útero anormal • Abrupto plac. crónico • Trisomías cromosómicas • Desórdenes mendelianos • Alteraciones anatómicas congénitas • Otros síndromes Fetal Factores placentarios Figura 81�1. Causas y condiciones de desordenes en el desarrollo fetal. saturación de oxígeno de la hemoglobina fetal en condiciones normales oscila entre 30 y 70%. 3. En situaciones clínicas de déficit agudo en el apor- te de nutrientes, se desencadena el reflejo de “buceo”, el cual origina una descarga de catecola- minas, de manera predominante, noradrenalina, a partir de los paraganglios (mejor desarrollados a esta temprana edad que la glándula adrenal), cate- colamina que incrementa aún más las resistencias periféricas, disminuyendo el flujo periférico; pero éste se preserva en órganos vitales (corazón, cere- bro e hígado); también aumenta la presión arterial sistémica en el feto. A nivel cardiaco se estimulan los receptores α cardiacos (mediante fosfolípidos de membrana: IP3 y diacilglicerol, que aumentan el calcio libre intracelular), que incrementan el ino- tropismo, pero con cronotropismo negativo, lo que se manifiesta como bradicardia fetal.11-15 Cuando estas respuestas de compensación fisiológicas son rebasadas el feto puede ingresar a una fase de mayor deterioro metabólico que puede llevarlo hasta la muerte (figura81–2).12 TRANSICIÓN FETAL�NEONATAL Este periodo es aún más crítico para el feto, porque lo prepara hacia su independencia, pero lo colocan en una fase de mayores carencias y desafíos fisiológicos, que lo tornan aún más vulnerable a su situación anterior, en el in- terior del útero. Por otro lado, es el momento donde el anestesiólogo principia su participación, cuidando del do- lor de la madre; sin embargo, al mismo tiempo la acción de los fármacos administrados a la embarazada con este objetivo, puede bloquear en mayor o menor grado los procesos de supervivencia establecidos por el feto. Estos complejos cambios fisiológicos de la transición fetal-neonatal se dan en períodos de tiempo de relativa brevedad y se enfocan en lo esencial en el sistema cardio- vascular, respiratorio y metabólico. Se inician poco antes del nacimiento, al principio del trabajo de parto, y se dan con abundancia en el momento del nacimiento, pero algunas adaptaciones circulatorias y pulmonares conti- núan hasta por seis semanas. La mayoría de los fetos alcanzan esta homeostasis sin mayor dificultad, pero los que traen ya déficit de creci- miento son los que con dificultad soportan este período, por lo que del cuidado que el anestesiólogo deposite en el mantenimiento de la fisiología maternofetal, depende- rá la supervivencia indemne del neonato. Un resumen de estas adaptaciones es la siguiente: Adaptaciones cardiovasculares Tres cortocircuitos presentes en el feto deben de ocluir- se durante este período: 1. Ductus venosus. Comunica la circulación prove- niente de la placenta hacia la vena cava, para librar la circulación hepática; en las últimas semanas ésta se va ocluyendo para incrementar el flujo hepático y hacia la semana 32 representa ya 80%. Es sangre mezclada (oxigenada de la placenta y menos satu- rada la proveniente de las extremidades inferiores); éstas se mezclan, pero por diferencia de energía cinética se mantienen separadas de forma relativa hasta llegar a la aurícula derecha; a este nivel 50 a 60% del flujo es derivado por el segundo corto cir- cuito. 2. Foramen ovale. Comunica las aurículas por medio de la válvula de Eustaquio, la sangre fluye del lado derecho hacia el izquierdo, debido a que el gradien- te de presión favorece el flujo a la aurícula izquier- da, y a las altas resistencias pulmonares durante la vida fetal. En la aurícula derecha se mezcla la san- gre proveniente de la cabeza y de las extremidades superiores y se dirige al ventrículo derecho. El flujo encuentra mayores presiones hacia la circulación pulmonar y así el 90% de éste cruza al tercer corto circuito. 3. Ductus arteriosus. Comunica la arteria pulmonar con la aorta, de ahí se distribuye a toda la economía fetal una mezcla de sangre oxidesoxigenada; de manera eventual, parte de ésta retornará hacia la placenta y así cerrará la circulación fetoplacentaria. Sólo 8% del gasto cardíaco fetal circula hacia los pulmones, pero a partir de la semana 30 se va incrementando en preparación del nacimiento. Los cortocircuitos se mantienen patentes con base en presiones, flujos y metabolitos, a las prostaglandinas pro- ducidas por la placenta y la baja presión parcial del oxí- geno. La placenta durante la vida fetal se comporta como un órgano de baja resistencia vascular, lo que favorece las presiones y la dirección de los flujos. Todo cambia de modo brusco al momento del nacimiento, el oxígeno se© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Feto en riesgo • 947 Nutrientes y oxígeno Alteración en intercambio gas Hipercapnea fetal Acidosis respiratoria Metabolismo anaeróbico Perfusión a órganos vitales Respuesta al estrés Hipoxemia fetal Acidosis láctica Muerte fetal intraútero Disminución del crecimiento Bradicardia e hipotensión Sufrimiento de órganos Figura 81�2. Mecanismos de adaptación fetal. eleva a valores inéditos para la fisiología fetal y con el pinzamiento del cordón umbilical se producen tres hechos: se elimina la placenta como reservorio; se elevan las resistencias vasculares sistémicas; y cae con brusque- dad el nivel de prostaglandinas (al perder su fuente la placenta), lo que determina que se revierta la dirección de los flujos. Así la circulación pulmonar se eleva de 8 a 10 veces permitiendo el transporte sistémico del oxíge- no que por primera vez arriba a los alvéolos. El cierre es funcional de inicio, pero con rapidez, en la primera semana, se establece un proceso fibroprolife- rativo que termina de ocluir de manera definitiva, en la mayoría de los casos, antes de los tres primeros meses del nacimiento.11-22 Adaptaciones pulmonares Los cambios pulmonares y el inicio de la respiración representan un proceso complejo que involucra la inte- rrelación de factores: bioquímicos, neurales y mecánicos, algunos de los cuales se encuentran aún en fase de iden- tificación. El inicio del trabajo de parto es uno de los heraldos que anuncia a la fisiología fetal del cambio que se avecina, y promueve las transformaciones necesarias. El aumento de presión intermitente que registra la eco- nomía fetal por sus sistemas mecanorreceptores, se debe a las contracciones uterinas que inician los cambios requeridos. Cuando no existe este período de transición, por ejemplo en una cesárea programada, no se establece el inicio y el neonato puede sufrir del síndrome conoci- do como taquipnea transitoria del recién nacido, debido a que la falta de incremento de las catecolaminas fetales conduce a una mayor presencia de líquido residual a nivel alveolar. En el útero, el epitelio pulmonar fetal secreta líqui- do, como un proceso esencial para el normal crecimien- to y desarrollo de los alvéolos, pero hacia el final de la gestación disminuye de modo gradual y se inicia la reab- sorción. La bomba de Na+-K+-ATPasa dependiente de la membrana del neumocito tipo II, es la encargada de los movimientos activos del sodio, que arrastran en forma pasiva al agua. Este proceso está mediado por niveles existentes en plasma de catecolaminas. Los factores que inician la respiración son: disminu- ción de la concentración de oxígeno, incremento de la concentración del bióxido de carbono, y una disminu- ción del nivel del pH. Estos cambios son detectados por los quimiorreceptores traqueales y carotídeos que con- ducen la información al sistema nervioso para que el cen- tro respiratorio dispare el comienzo de la respiración. Algunos autores han sugerido que la placenta produce ciertos productos químicos que inhiben la respiración, y que ésta se inicia sólo al faltar ellos, al momento del pin- zamiento del cordón. La compresión mecánica del tórax permite cambios de presión intraalveolares, que al liberarse permiten un ingreso de aire hacia ellos, lo que facilita la expansión pulmonar; el llanto de manera adicional mantiene abier- to los alvéolos y fuerza la salida de líquido de los alvéo- los hacia los capilares y de ahí hacia la circulación lin- fática.11,22 Adaptaciones térmicas y metabólicas La temperatura fetal se halla sólo a medio grado por encima de la que tiene la madre, por lo que su gasto energético para mantener su temperatura es mínimo durante la vida fetal; la situación cambia de forma drás- tica después del nacimiento, debido en lo principal a su gran superficie corporal, su incapacidad para sufrir esca- lofríos y a su limitada reserva grasa, por lo que su tempe- ratura dependerá del medio ambiente y de los procesos fisiológicos-bioquímicos que pueda desarrollar como son: 1. Incrementar la actividad muscular, en donde el llanto es un factor. 2. El aumento de las catecolaminas produce incre- mento de las resistencias vasculares periféricas y así contribuye a una menor pérdida de calor. 3. La termogénesis a partir de las células “BAT”, tam- bién conocidas como la grasa parda, representa en realidad un órgano especializado en la producción de calor. Localizadas en diversas regiones del feto, pero en esencia en la espalda, entre los omóplatos. Se trata de célulasgrasas especializadas que contie- nen gran cantidad de mitocondrias, las cuales están provistas de un sistema que desacopla el transpor- te electrónico de la fosforilación oxidativa por medio de las proteínas desacopladoras (UCP) o ter- mogeninas, liberando la energía que no es atrapada como ATP, sino liberada como energía calorífica. Al poseer estos grupos celulares gran irrigación san- guínea, permiten una fácil difusión del calor hacia toda la economía. Algunos grupos de células musculares tienen estos desacopladores aún activos por algún tiempo (p. ej. los músculos oculares) y coadyuvan en la producción de calor, pero pueden ser causa potencial de patología asociada a la anes- tesia (hipertermia maligna). En la mayoría de las situaciones todos estos mecanismos de adaptación llegan indemnes al momento del inicio del trabajo de parto, pero en aquellos fetos expuestos a un déficit en el aporte de nutrientes y oxígeno crónicos, es decir desnutridos e hipoxémicos, su supervivencia dependerá de no ser sometidos a una segunda agresión aguda (“second hit”) durante el proceso de alumbra- miento. Estos fetos con déficit carecen de una reserva de grasa termogénica, tienen agotadas sus reservas de cate- colaminas, su masa muscular está disminuida, su desarro- llo cardiovascular es deficiente y las presiones que pro- duce su sistema hemodinámico están disminuidas, a nivel pulmonar el desarrollo es también deficiente con menor producción de surfactante y menor capacidad de reabsorción de líquidos, y de manera global se encuen- tran desnutridos. Por ello el feto, en esta fase, depende en forma con- tinua y sostenida del aporte vital de la madre; sin embar- go, si las acciones del equipo médico, inducen cambios hemodinámicos en flujos y presiones, así como cambios 948 • Anestesia obstétrica (Capítulo 81) en el suministro de oxígeno, el neonato puede nacer con consecuencias de esta segunda agresión, por lo que es vital establecer previamente qué fetos están en riesgo, y en ellos establecer medidas preventivas aún antes del nacimiento natural o por cesárea.11,22 VALORACIÓN FETAL ANTE E INTRAPARTUM En general la valoración integral de los componentes del binomio madre feto, corresponde al equipo médico de trabajo: obstetra o perinatólogo, neonatólogo y anestesió- logo. Cuando los antecedentes hacen presuponer un feto con riesgo, su supervivencia dependerá de las maniobras que se inicien para obtener un neonato “vital e íntegro”. La conducta a seguir dependerá de: la clínica, el compor- tamiento fetal valorado por tococardiografía y su estado metabólico-gasométrico evaluado por gasometría. El ginecólogo valorará por examen vaginal la presen- cia de patologías de tipo prolapso de cordón, centímetros de dilatación, presentaciones anómalas y al mismo tiem- po normará la conducta a seguir. El anestesiólogo aco- plará su actividad, dentro del trabajo en equipo esta- blecido.17,18 REANIMACIÓN FETAL INTRAÚTERO Se llama así al conjunto de medidas específicas aplicadas con el objetivo de ayudar a incrementar el aporte de oxí- geno por la placenta hacia el feto y mejorar los flujos/presiones sanguíneas umbilicales. Se trata de evitar una progresiva asfixia fetal que lleve a mayor acidosis e hipoxia. El anestesiólogo debe de asumir gran parte de la res- ponsabilidad en las maniobras, aun antes de iniciar su manejo anestésico. A continuación se señala una guía de la reanimación intraútero, la cual puede practicarse no en este orden específico, ya que algunas medidas se pueden realizar en forma simultánea: 1. Suspender la administración de oxitócicos. El obje- tivo es disminuir la presión intrauterina. 2. Posición de la paciente: el objetivo es corregir la perfusión placentaria, mejorando el retorno venoso en la madre; puede también aliviar compresión de cordón. La posición de decúbito lateral izquierda es la más empleada, pero si no mejora puede inten- tarse lateral derecha con flexión de la rodillas hacia el pecho. 3. Administración de oxígeno: el objetivo es mejorar el aporte de oxígeno al feto. Se aplicará a la madre una mascarilla bolsa-reservorio con 8 a 10 L/min de oxígeno húmedo y tibio. 4. Soluciones intravenosas: el objetivo es mejorar la perfusión placentaria. Administrar en carga rápida de 500 mL a un litro de solución salina normal o medio normal o Ringer lactato (Hartmann, el con- tenido de lactato no influye en el feto). No se deben de emplear soluciones glucosadas, ya que la hiperglucemia a nivel del sistema nervioso central fetal puede agravar la acidosis intraneuronal. Se valorarán de manera estrecha los volúmenes a administrar en función de los resultados, en espe- cial en pacientes preeclámpticas y con compromi- so de la eficiencia miocárdica. 5. Catecolaminas: el objetivo es mantener la presión sanguínea en valores adecuados. Considerar la administración inicial de bolos de efedrina o infu- sión continua de inotrópicos. 6. Tocólisis: el objetivo es suprimir la actividad con- tráctil del útero. Se puede administrar terbutalina 250 µg en forma subcutánea o intravenosa, spray de nitroglicerina sublingual, dos disparos y repetir- lo hasta tres veces o hasta que cesen las contraccio- nes. Considerar el efecto sobre la presión sanguínea materna, y considerar que está contraindicada en situaciones hemorrágicas como desprendimiento prematuro de placenta normoinserta. 7. Infusión intraamniótica: el objetivo es disminuir la presión mecánica ejercida al feto, y regularizar el medio interno en el que está inmerso. Administrar solución cristaloide intraamniótica a temperatura de 37 grados. 8. Determinar la causa del problema y establecer las medidas específicas para su corrección. 9. Decidir el plan quirúrgico-anestésico a seguir. 10. Consentimiento informado: conseguir el consenti- miento de la paciente para el procedimiento anes- tésico a seguir.19,20,21 El bloqueo peridural proporciona adecuado nivel anesté- sico y permite a la fisiología materna mayor tiempo para compensar su homeostasis, el bloqueo espinal es más agresivo, pero puede también ser empleado con menores dosis, la anestesia general se indica sólo en situaciones en las que la supervivencia del feto depende de iniciar la cesárea en pocos minutos o cuando está en absoluto con- traindicada la anestesia regional. CONCLUSIÓN El proceso de la formación de un nuevo ser humano es complejo, e implica la coordinación, minuto a minuto, de la maquinaria bioquímica-hormonal entre dos organis- mos; de esta estrecha dependencia dependerá el éxito en el desarrollo fetal. Son múltiples las situaciones patológi- cas que amenazan al proceso, de su adecuada y pronta identificación-corrección estribará la lozanía fetal; el equipo médico en el que esta incluido el anestesiólogo, será el encargado de proporcionar al binomio maternofe- tal, la terapéutica más idónea para rescatar en las mejo- res condiciones al futuro neonato. © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Feto en riesgo • 949 1. Tan TYT: Intrauterine growth restriction. Current Opinion in Obstetrics and Gynecology 2005;17:135-142. 2. Goldenberg RL, DuBard MB: Pregnancy outcome and intelligence at age 5 years. American Journal of Obstetrics and Gynecology.1996;175:23. 3. Brodszki J: Impaired Vascular Growth in Late Adolescence After Intrauterine Growth Restriction. Pediatric Cardiology. 2005; 111:20. 4. 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