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Reglas básicas para la práctica de la anestesia obstétrica

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La administración de un procedimiento de analgesia
o anestesia obstétrica, además de controlar el dolor, evita
los efectos colaterales que éste produce como: estrés,
liberación de catecolaminas, de cortisol, respuesta neuro-
endocrina, incremento del gasto cardiaco, hiperventila-
ción, ansiedad, etc., que pueden modificar la evolución
del trabajo de parto y la homeostasis del producto.
Independientemente de la técnica y fármacos que el
médico anestesiólogo decida aplicar, es importante que
éste cumpla con las llamadas reglas básicas para la prác-
tica de la anestesia obstétrica, las cuales serán descritas a
continuación. Cabe señalar que el cumplimiento de estas
reglas básicas contribuye de manera parcial al éxito de
las llamadas maniobras de reanimación fetal in utero.
EVITAR HIPOTENSIÓN SUPINA
El elemento más importante que mantiene la circulación
en la unidad feto-placentaria es la presión arterial de la
madre,2 por lo que es necesario evitar todo mecanismo,
bien sea farmacológico u obstétrico, que produzca una
baja de este parámetro, ya que esto disminuye la perfu-
sión placentaria, y produce hipoxemia en el feto.
Al evolucionar el embarazo, el crecimiento del útero
se convierte en un factor mecánico importante que pro-
voca compresión sobre los grandes vasos, vena cava infe-
rior, arterias aorta abdominal e iliaca, este fenómeno
impide que la sangre regrese al corazón en forma ade-
cuada, por lo que disminuye el flujo uterino y el gasto
cardiaco.
Existen otros factores que además de la compresión
del útero sobre estas estructuras vasculares, disminuyen
la perfusión placentaria, estos se han descrito en otros
capítulos de este texto, sólo mencionaremos el efecto
que tiene la posición supina sobre el flujo uterino, ya que
consideramos que el anestesiólogo, durante la vigilancia
y aplicación de sus técnicas, es la persona idónea que
puede establecer las medidas necesarias para evitar y tra-
tar de forma adecuada este llamado síndrome de hipo-
tensión supina.3
La hipotensión supina la presentan en la clínica sólo
10 a 15% de las pacientes al final del embarazo, ya que
existen mecanismos compensatorios en el organismo
materno, para evitar la disminución en la presión arterial
materna, estos son: aumento de las resistencias periféri-
cas e incremento de la frecuencia cardiaca.
Sin embargo, existen estudios que demuestran la
presencia de hipoxemia en el feto, aunque la madre no
presente hipotensión arterial al adoptar la posición de
Capítulo 
Reglas básicas para la práctica 
de la anestesia obstétrica
Dentro de las múltiples responsabilidades que tiene el 
ejercicio profesional del médico anestesiólogo, en par-
ticular está la administración de un procedimiento 
anestésico en la paciente gestante, lo cual representa un 
reto; el anestesiólogo debe estar consciente que al aplicar 
analgesia o anestesia en la madre será responsable de dos 
seres; madre e hijo y del flujo uterino, y que además se 
encuentra ante un organismo transformado durante la 
gestación, para satisfacer las demandas del feto. Debe 
estar consciente, también, que durante el embarazo, tra-
bajo de parto, periodo expulsivo y puerperio todos los 
parámetros fisiológicos en la embarazada han cambiado, 
por lo tanto la respuesta a fármacos y procedimientos 
anestésicos es diferente, comparada con la que tiene una 
paciente no gestante.1
El anestesiólogo debe proporcionar sus servicios en 
forma eficiente y rápida, además de ser explícito al trans-
mitir la información a la paciente sobre el procedimien-
to que aplicará, a fin de inspirar confianza y cooperación 
de la embarazada. Debe ser cuidadoso al seleccionar sus 
fármacos y técnicas para evitar: alterar de forma negati-
va la dinámica del trabajo de parto, no comprometer el 
flujo útero placentario y poner en riesgo el bienestar del 
binomio madre-producto.
Debe recordar que es indispensable administrar 
siempre un procedimiento de analgesia o anestesia para 
el control del dolor obstétrico, esto para evitar los efec-
tos colaterales indeseables que la falta de analgesia pro-
duce en la madre y el producto.
decúbito supino, estos mismos reportes han señalado
cómo se recupera la PaO2 del producto cuando la madre
se coloca de nuevo en decúbito lateral izquierdo.4
Por lo tanto, es obligatorio que todas las embaraza-
das en sala de labor o quirófano se coloquen con la pel-
vis basculada hacia su mejor decúbito (el cual será aquel
en el que la presión arterial sea mejor) por lo general es
el decúbito izquierdo, con esta simple maniobra protege-
remos el bienestar del binomio madre-producto y el
flujo uterino.5 En la sala de operaciones es importante
lateralizar un poco la mesa 30°, o aplicar una cuña en el
lado derecho de la pelvis, con esta maniobra el útero es
desplazado y el retorno venoso no se afecta.
AUMENTAR LA FRACCIÓN INSPIRADA
DE OXÍGENO
Entre los cambios más importantes en la fisiología de la
embarazada está el aumento del consumo de oxígeno, el
cual es necesario para cubrir las demandas metabólicas
incrementadas de la madre y el producto de la concep-
ción, este aumento es mayor durante el trabajo de parto
y periodo expulsivo, sobre todo cuando la paciente no ha
recibido un procedimiento de analgesia.6
Existen, además, otros cambios fisiológicos en la ges-
tante que la hacen más susceptible de presentar hipoxe-
mia, estos son: capacidad residual funcional disminuida,
y la baja reserva de oxígeno.
Con base en lo mencionado con anterioridad, es
obligatorio que durante el trabajo de parto o en el caso
de una operación cesárea realizada con anestesia regio-
nal, se aumente la fracción inspirada de oxígeno en la
embarazada, bien sea por la aplicación de un catéter
nasal, pero de preferencia por medio de una mascarilla
facial aplicada con cuidado.
Durante la operación cesárea con anestesia general,
en la inducción y anterior a la intubación endotraqueal,
se deberá oxigenar a la embarazada con mascarilla, apli-
cándola con gentileza en la cara para evitar la sensación
de sofocación o temor, solicitando a la paciente, al mismo
tiempo, que inspire de manera profunda un flujo máxi-
mo de 3 L por minuto de oxígeno a 100% , tres a cuatro
veces durante 30 seg,7 otra alternativa para proteger al
binomio es preoxigenar a la embarazada durante tres
minutos en la misma forma.8 Ambas técnicas generan
cifras de PaO2 adecuadas para evitar hipoxemia materna
y fetal, en la práctica clínica podemos corroborar este
fenómeno en la madre mediante el oxímetro de pulso.
ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS 
EN CALIDAD Y CANTIDAD
Es común que a la embarazada durante el trabajo de
parto se le disminuya el aporte de líquidos por vía oral
por el temor de que presente una bronco-aspiración de
contenido gástrico o por la vía endovenosa, o por el posi-
ble efecto de inhibición de la actividad uterina cuando se
administran líquidos en grandes cantidades.
Por lo general, la paciente durante su estancia en la
sala de labor, recibe sólo una infusión endovenosa de
solución glucosada, a la que se ha adicionado oxitocina
para la conducción del trabajo de parto. La velocidad de
su administración es muy lenta, debido a que el obstetra
trata de regular la dinámica de la actividad uterina y evi-
tar una hipertonía causada por la sobredosificación de la
oxitocina, por desgracia, se olvida que la paciente está en
ayuno prolongado y es necesario reponerle las pérdidas
insensibles de líquidos y energía.
Cuando no se administran líquidos en calidad y can-
tidad en la embarazada durante el trabajo de parto, al
cabo de unas horas, ésta puede deshidratarse y tener un
desequilibrio electrolítico que afecta al binomio,9 ade-
más de que puede asumir una actitud poco colaborado-
ra por sentirse desfallecer.
Si a esto agregamos la aplicación de una analgesia
neuroaxial que ocasiona bloqueo simpático, el resultado
puede ser una verdadera catástrofe, ya que se presentará
hipotensión arterialmaterna, con una baja del flujo ute-
rino, que genera hipoxemia fetal.10
Las razones que se han señalado justifican la admi-
nistración de líquidos por vía parenteral endovenosa en
la embarazada, las soluciones que demuestran ventajas
son las de tipo cristaloide, como la solución salina fisio-
lógica en cantidades de 10 a 20mL/kg, antes del inicio
del bloqueo peridural, continuando después por la
misma vía con el esquema tradicional de reposición de
pérdidas insensibles por hora con soluciones cristaloides,
en muy raras ocasiones se aplican coloides al inicio.
En algunas instituciones, se acepta que se proporcio-
ne a la paciente cubitos de hielo con líquidos claros azu-
carados como jugos sin pulpa, bebidas carbonatadas, te,
café negro hasta dos horas antes del inicio de la aneste-
sia, se recomienda no sobrepasar en cada toma un volu-
men de 30 mL.11 
EVITAR ADMINISTRAR SOLUCIONES
GLUCOSADAS
Si la embarazada durante el trabajo de parto, recibe por
vía endovenosa soluciones glucosadas a 5 o 10%, y las
cantidades de glucosa administrada exceden a 10 g por
hora, el recién nacido puede presentar un cuadro de
hipoglucemia en las primeras horas posteriores a su naci-
miento, 12 el cual, de no ser tratado en forma oportuna y
adecuada por el neonatólogo, puede causarle daños seve-
ros, esta complicación es más frecuente en productos de
pretérmino.
Durante el trabajo de parto, no deberán administrar-
se a la embarazada soluciones glucosadas en grandes can-
tidades para reponer las pérdidas insensibles, ya que éstas
causan disminución de líquidos. Para proporcionar calo-
rías en las pacientes se puede administrar glucosa en
186 • Anestesia obstétrica (Capítulo 18)
solución, pero en cantidades que no rebasen el límite de
10 g/h, esto evitará hipoglucemia en el recién nacido e
hiperinsulinemia en el feto.12
EVITAR BRONCOASPIRACIÓN
Debemos recordar que al final del embarazo, el creci-
miento del útero y efecto de ciertas hormonas, modifican
la posición del estómago, disminuyen el tono del esfínter
esofagogástrico, producen retardo en el vaciamiento gás-
trico y un aumento en la secreción de jugos gástricos y
contenido del estómago.13 Con base en esto, la paciente
embarazada ha sido clasificada como de alto riesgo para
presentar broncoaspiración de contenido gástrico.
Las condiciones mencionadas favorecen el paso de
contenido gástrico al árbol respiratorio, cuando las pacien-
tes son sometidas a anestesia general o se les proporcio-
na sedación para complementar una analgesia regional.
El anestesiólogo deberá establecer estrategias para
evitar esta complicación, por ejemplo: durante la prea-
nestesia, interrogar a la embarazada para conocer la hora
de su último alimento, la cantidad y características del
mismo, sin olvidar que el tiempo que transcurre desde la
última ingesta y la inducción de la anestesia no asegura
que el estómago esté libre de contenido sólido o líquido,
ya que se han encontrado partículas de alimento en el
estómago de la embarazada, después de 12 h de la últi-
ma ingesta.14
Es importante recordar que la posibilidad de aspira-
ción de contenido gástrico a los bronquios es mayor
cuando la paciente es obesa, ha consumido abundantes
alimentos, está bajo efecto de opiáceos o sedación o se
encuentra en posición de decúbito supino, Trendelen-
burg, o si se emplean maniobras sobre su abdomen para
ayudar a la expulsión del producto. El anestesiólogo
deberá tomar medidas para evitar las complicaciones
derivadas de los factores que hemos mencionado.
Si existe la necesidad de administrar a la embaraza-
da anestesia general, el peligro de bronco-aspiración es
mayor en el momento de la intubación, ya que la pacien-
te se encuentra inconsciente y con los reflejos laríngeos
protectores abolidos, condiciones que favorecen, el paso
de contenido gástrico a los pulmones.
Este riesgo se incrementa cuando en la paciente se
aplican relajantes musculares despolarizantes que
aumentan la presión intragástrica; el anestesiólogo, de ser
posible, deberá aplicar una técnica de anestesia regional
para cubrir las necesidades de analgesia en la operación
cesárea, en el caso de existir contraindicación absoluta
para hacerlo y que tenga que recurrir a la anestesia gene-
ral, será necesario que aplique previo al inicio del proce-
dimiento anestésico por vía parenteral endovenosa, blo-
queadores de los receptores H2, y fármacos procinéticos
como la metoclopramida, además de antiácidos claros en
un volumen menor a 30 mL por vía oral, esto último 30
min antes de la anestesia general.
Para la inducción de la anestesia se recomienda la
técnica llamada de secuencia rápida con la maniobra
de Sellick, para esto es importante contar con la ayuda de
otro anestesiólogo, otra alternativa es intubar a la pacien-
te despierta. Asimismo, es importante en la emersión de
la anestesia, que el tubo endotraqueal se retire hasta
que la embarazada haya recuperado su reflejos laríngeos.
Evitar la ventilación con mascarilla con presión posi-
tiva es otra de las recomendaciones, ya que esta manio-
bra favorece el paso de aire a la cámara gástrica, lo que
facilitará la regurgitación de contenido del estómago
hacia los bronquios.15
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