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125 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN Los relajantes musculares (RM) se administran en la anestesia general de la embarazada, para realizar diferentes procedimientos quirúrgicos como operación cesárea, cirugía no obstétrica, periodo expulsivo del parto cuan- do está contraindicado el empleo de la anestesia regional, la incidencia de administración de estos fármacos en anestesia obstétrica oscila entre 0.5 y 2.2%.1,2 Para algunos autores, la administración de relajantes musculares en anestesia obstétrica es segura, sin embar- go, existen algunos puntos de controversia al respecto que han preocupado a los anestesiólogos, siendo los prin- cipales su paso transplacentario, el posible efecto sobre el feto y recién nacido, sus propiedades farmacológicas para la correcta selección y el empleo de antagonistas para revertir su acción, aspectos que se analizarán en este capítulo.3 Los cambios fisiológicos asociados con la gravidez, que han sido señalados de forma previa en este libro, influyen en la farmacocinética (FC) y la farmacodinamia (FD) de los relajantes musculares, los que modifican la duración de su efecto en relación directa al tipo de fár- maco utilizado, dosis administrada y características clíni- cas de estas pacientes.4 Durante la gestación, la placenta realiza funciones respiratorias, nutritivas, renales, hepáticas, inmunológicas y endocrinas que son importantes para el desarrollo del feto, y que requieren una intensa actividad metabólica de este órgano para poder efectuarlas de manera adecua- da.3-5 En teoría, cualquier fármaco transportado en la san- gre materna puede atravesar la placenta y pasar al feto, ya que ésta no se comporta como una barrera absoluta; sin embargo, en la práctica esta transferencia puede ser fácil o difícil, en relación directa a varios factores como las características del fármaco, su concentración en el plasma materno, la vía de administración, tiempo de inyección.6 La difusión placentaria de fármacos está regulada por uno o más de los siguientes mecanismos: • Transporte activo. • Difusión facilitada. • Paso a través de los poros de las membranas (este mecanismo permite la transferencia de sustancias con un peso molecular menor a 100 daltons). • Pinocitosis (es probable que sea la forma por la cual las proteínas y otras macromoléculas realizan el paso entre madre y feto). • Difusión simple (esta última se rige por los gra- dientes de concentración y presión; parece ser la forma más importante de transporte de fármacos a través de la placenta). Para entender el paso por la placenta de los relajantes musculares, se deben tener en cuenta sus propiedades fisicoquímicas y los factores maternos, placentarios y fetales. 7-10 PROPIEDADES FISICOQUÍMICAS DE LOS RELAJANTES MUSCULARES Se ha descrito que las propiedades fisicoquímicas de los fármacos que se administran en anestesia obstétrica influyen de forma importante en su paso a través de la barrera placentaria. Los de peso molecular de 100 a 600 daltons atraviesan la barrera placentaria en función de su tamaño, para aquellos que tienen entre 600 y 1 000 dal- tons interviene además su liposolubilidad y grado de ionización y por encima de 1 000 daltons el transporte activo. Los relajantes musculares, alcanzan la circulación fetal de modo principal por difusión pasiva. La ley de Fick señala los factores que intervienen en la difusión de sustancias por la placenta, los cuales son: área total y espesor de la placenta, constante de difusión propia, concentración materna y fetal del fármaco. Capítulo Relajantes musculares en la paciente obstétrica Además de lo que describe esta ley también influye en este fenómeno el peso molecular, liposolubilidad, grado de ionización, unión a proteínas del fármaco,6,7 flujo san- guíneo uterino, contracciones y el tono uterino, el momento y vía de administración, la posible fijación, y metabolismo de los fármacos por la placenta, por último las enfermedades intercurrentes en la embarazada como diabetes mellitus, así como una enfermedad hipertensiva aguda.3-10 Todos los fármacos que se administran para producir anestesia, analgesia o sedación en la embarazada, inclu- yendo a los relajantes musculares, cruzan la llamada barrera placentaria; hay que tomar en cuenta además que los fármacos hidrosolubles se acumulan en el líqui- do amniótico y por ende en la luz intestinal del feto. 8-10 En casos de sufrimiento fetal (asfixia fetal), se pueden alcanzar niveles más altos de éstos en el plasma del pro- ducto en comparación con el que se observa en el mater- no, debido al fenómeno llamado de “atrapamiento ióni- co” que se presenta en la sangre del feto por su pH bajo. En la cesárea la cantidad de anestésico que penetra al producto suele depender de la duración de su expo- sición, la cual depende del intervalo entre la inducción de la anestesia general y el pinzamiento del cordón umbilical.11 FACTORES MATERNOS Los que más influyen en el paso placentario son la far- macocinética y concentración plasmática del fármaco, el flujo sanguíneo úteroplacentario, las interacciones medi- camentosas y patología agregada al embarazo.12 FACTORES PLACENTARIOS Durante muchos años se consideró a la placenta como una simple membrana semipermeable la cual por gra- dientes de concentración regulaba el paso de fármacos. En la actualidad se sabe que además de esta función la placenta es capaz de metabolizar fármacos y que en ella existen enzimas como el citocromo P-450; sin embargo, no existe información sobre si la placenta pueda metabo- lizar relajantes musculares.13-28 Para evaluar el paso transplacentario de fármacos en los estudios de farmacología perinatal se mide la relación entre la concentración de fármaco en la arteria y vena umbilical. El resultado representa la captación de aquél por los tejidos fetales (AU/UV), pero no mide la canti- dad total de fármaco presente en el feto, el cual tiene una capacidad limitada para metabolizarlo y eliminarlo.3,12 La combinación de una barrera hematoencefálica poco desarrollada, un metabolismo débil para fármacos y mecanismos de excreción inmaduros, convierten al feto o recién nacido en organismos en alto grado susceptibles de padecer efectos adversos a los fármacos administrados a la madre para analgesia o anestesia obstétrica.11 FACTORES FETALES Entre éstos destacan por su importancia: el flujo sanguí- neo umbilical, el metabolismo, excreción renal y concen- tración del fármaco en el plasma, y las particularidades de la circulación fetal, en especial las referidas al flujo hepático y del canal de Arancio.3,12 La circulación fetal desempeña un papel importante para disminuir la concentración fetal de fármacos libres, ya que éstos pasan cuando llegan por la vena umbilical, en su mayor parte por el hígado, antes de estar disponi- bles en otros órganos (primer paso hepático); la circula- ción fetal produce una diferencia importante en la distri- bución de fármacos en el feto con respecto al adulto.3,12, 19-25 La sangre venosa umbilical procedente de la placen- ta puede irrigar el hígado o circular a través del conduc- to venoso de Arancio, lo que disminuye la biodisponibi- lidad del fármaco a órganos del feto; la actividad enzimá- tica del hígado suele ser menor en el producto en com- paración a la del adulto, a pesar de que sus microsomas presentan niveles significativos de citocromo P-450 y de fosfato dinucleótido de nicotinamidaadenina (NADPH), citocromo C-reductasa después de la decimocuarta semana de embarazo.16 Se ha demostrado que la cantidad de fármaco libre en el feto está influenciada por numerosos factores, entre los que destacan la cantidad disponible en las vellosida- des coriónicas, la que depende en lo fundamental de su concentración en la circulación materna, influenciada por la dosis y vía de administración utilizada. La duración e intensidad a la exposición de fármacos en el feto se relaciona de modo principal con su elimina-ción por parte del mismo y en menor medida por la pla- centa.17 En el feto tiene preponderancia en el metabolis- mo de los fármacos la glucuronoconjugación, y en la eli- minación la vía renal.18 El mecanismo básico de transfe- rencia placentaria de fármacos utilizados en anestesia obstétrica es la difusión simple.3, 12,19 Como se ha mencionado en párrafos anteriores, cuando existen alteraciones en el pH fetal (acidosis) se presenta el fenómeno llamado atrapamiento iónico, el cual impide el retorno del fármaco libre de la circulación fetal hacia la circulación materna, lo que incrementa su concentración en el plasma del feto y la posibilidad de producirle efectos colaterales indeseables, fenómeno que se observa en especial con el empleo de los anestésicos locales, barbitúricos, opioides, los relajantes musculares no son la excepción en este aspecto El efecto clínico de los relajantes musculares sobre el recién nacido difiere mucho de lo que se observa en el adulto, debido a que: el desarrollo completo de la placa neuromuscular ocurre hasta la segunda semana; los receptores de acetilcolina son inmaduros, la conductan- cia de canal iónico es pequeña y el tiempo medio de su apertura es dos a cuatro veces mayor al del adulto, y su capacidad de metabolizar sustancias es limitada. La farmacodinamia de los relajantes musculares es diferente en el recién nacido en comparación con el adulto, lo que explica por qué la dosis terapéutica de los 126 • Anestesia obstétrica (Capítulo 11) relajantes musculares que se administran a la madre no produce relajación muscular en el recién nacido.18-26 Los relajantes musculares despolarizantes y no des- polarizantes, atraviesan la barrera placentaria con menor facilidad que los anestésicos intravenosos, debido a sus características fisicoquímicas.13-18 En la anestesia general para operación cesárea se administran relajantes musculares para facilitar las maniobras de intubación endotraqueal y mejorar las con- diciones del campo quirúrgico. Se deben administrar fracciones altas de oxígeno en la inspiración antes de la intubación endotraqueal; esta maniobra puede producir incremento de la presión arterial, la cual también puede desarrollarse al momento de la extubación traqueal. Durante la inducción de la anestesia general existe el riesgo de dificultad a la intubación endotraqueal, bron- coaspiración de contenido gástrico, depresión cardiorres- piratoria de la embarazada, feto y recién nacido por los anestésicos generales, y disminución de la perfusión pla- centaria por los inductores.3,12 La proporción entre la concentración plasmática de la vena umbilical fetal (VU) y venas maternas (VM), es decir el cociente VU/VM, varía en orden decreciente de la siguiente forma: 26 a 19 % para el bromuro de pancu- ronio,13-15,25-27 16 % para el rocuronio17, 14 a 10% para el vecuronio21,24,27 y 12 a 7% para el atracurio.22,23 Sin embargo, existen excepciones pues en una investigación realizada en ocho gestantes, se observó en uno de los recién nacidos una concentración plasmática de atracu- rio equivalente a la mitad de la que produce relajación en el adulto.19,23 Los factores que influyen en la intensidad de la transferencia placentaria de los relajantes neuromuscula- res no despolarizantes son diversos. Ésta parece ser pro- porcional a la dosis administrada a la gestante tanto con el vecuronio14, 21-24 como con el pancuronio,13-15,25,26 por lo que se preconiza el empleo de dosis de 0,1 mg/kg-1 de vecuronio pero no mayores de 0,12 mg/kg-1, pues éstas resultan excesivas en la operación cesárea.14, 21-25. Existe otro factor a considerar, que es la duración del periodo entre la administración del fármaco y pinza- miento del cordón umbilical; si éste se incrementa tam- bién lo hará en relación directa el cociente VU/VM, lo que ha sido demostrado con los fármacos de alto peso molecular como el atracurio,23 pero no ocurre con los de bajo peso como el vecuronio; al respecto existe contro- versia de lo que sucede con el pancuronio.15, 26 La pro- porción de fracción libre del fármaco también influye oscilando entre 71 y 93% para el pancuronio27 y 25% para el vecuronio.28 Se ha comprobado que la succinilcolina tiene cierta transferencia placentaria al feto, siendo ésta detectable en estudios de laboratorio, cuando se administran en la embarazada con actividad normal de las seudocolineste- rasas dosis tres a seis veces superiores a las recomenda- das; a pesar de esto, no se observa relajación muscular en el recién nacido. Sería necesario aplicar dosis 1 000 veces superiores a las clínicas para que se produzca una trans- ferencia de importancia significativa para el feto.28 Sin embargo, en gestantes con déficit de seudocolinesterasas, en especial en las homocigóticas, dicha transferencia puede producirse con dosis terapéuticas de succinilcoli- na.28,29 En el caso de cirugía no obstétrica en la embarazada, el efecto de los relajantes musculares sobre el feto no es importante ni produce relajación muscular; se debe explicar a la paciente que su embarazo puede continuar sin riesgos para ella o su hijo, y que los fármacos que van a utilizarse para la anestesia, incluyendo a los relajantes musculares, son seguros y no van a producir efectos cola- terales indeseables en el producto.30-33 Los relajantes neuromusculares no parecen estar relacionados como factor etiológico de teratogénesis en humanos a las dosis empleadas en clínica. No obstante existe una investigación en embriones de rata que de- mostró que las concentraciones clínicas de d-tubocurarina, pancuronio, atracurio y vecuronio no producen ningún efecto en ellos. Sin embargo concentraciones 30 veces mayores administradas durante el periodo de embriogé- nesis, sí causaron alteraciones en el desarrollo fetal.34-37 En las embarazadas con patología agregada como hipertensión arterial aguda, preeclampsia-eclampsia, car- diopatías, diabetes mellitus, insuficiencia renal, hay que tener en cuenta algunas consideraciones: con relación a la administración de relajantes musculares38,39 se deben preferir aquellos que produzcan estabilidad hemodiná- mica como el rocuronio a dosis de 0.6 mg/kg-1 o el vecu- ronio 0.08 mg/kg-1, y en las pacientes con insuficiencia renal atracurio a dosis de 0.5 mg/kg-1. También se debe considerar la administración previa en la gestante del sulfato de magnesio, ya que este fárma- co puede interactuar con los relajantes musculares incre- mentando su efecto y duración de acción; también puede causar hipotensión arterial por sangrado ya que disminuye el tono del útero.38 Los relajantes musculares atraviesan la placenta en proporción variable y tienen una gran diferencia en cuanto a sus posibles efectos secundarios sobre el feto;36 de manera inicial se consideró que no ejercían efectos clínicos significativos sobre éste, pero en la actualidad existe controversia al respecto y se afirma lo contrario, pues hay reportes de recién nacidos con signos de recu- rarización parcial neonatal, después de cesáreas en las cuales se habían utilizado relajantes neuromusculares no despolarizantes,15 lo que obliga al anestesiólogo a tener sumo cuidado en su selección, pero en especial en la dosificación. Kivalo y Saarikoski,18 reportaron que la dimetiltubo- curarina puede producir un efecto miorrelajante neonatal moderado; esto lo documentaron al observar alteraciones en las pruebas de comportamiento neuroconductual, el cual en inglés se denomina Neurologic Adaptative Capacity Score (NACS); a 15 min del nacimiento sólo 55 % de los neonatos tenía resultados normales, entre 2 y 24 h casi todos estaban normales.. Otros estudios concluye- ron que el porcentaje de neonatos con parámetros nor- males en las pruebas neuroadaptativas realizados a 15 minutos del nacimiento oscilaron entre 29 % para el pan- curonio,15 73 a 50% para vecuronio,24 83 % para el rocu- ronio,16 y 70 a 100 % para el pipecuronio.37© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Relajantesmusculares en la. . . • 127 El uso de relajantes neuromusculares de forma prolongada durante la gestación de aves, produjo de- formidades del neuroeje y anomalías óseas de las ex- tremidades.35 La monitorización de la función neuromuscular (MFNM) es de gran importancia en la práctica anestesio- lógica, la que permite conocer el grado de relajación que tiene la paciente para ajustar las dosis de administración del relajante muscular, y analizar en forma objetiva los resultados de la administración de estos fármacos una vez que se conoce el grado de relajación existente.40-49 Esta monitorización es obligatoria durante el empleo co- tidiano de cualquier clase de relajantes musculares y con mayor razón en pacientes en las que la respuesta a éstos está alterada por enfermedades o tratamientos asociados. El mejor método de MFNM, es la estimulación de un nervio motor periférico accesible para valorar la res- puesta del músculo inervado. El empleo de la monitori- zación de la placa neuromuscular desde el inicio de la anestesia, en especial cuando se hacen registros gráficos, tiene la ventaja de la visualización continua, lo que evita los riesgos en la interpretación de variaciones en las res- puestas individuales de los pacientes cuando se utilizan otros métodos de MFNM, facilitando su adecuada recu- peración. Se debe tener en cuenta que el nivel de la calibración de control desciende durante la anestesia; en algunos casos éste no puede recuperar 100 % del valor obtenido durante la vigilia, hecho que es atribuible a la influencia que sobre la respuesta de MFNM normal pueden tener otros fármacos de acción central administrados en forma concomitante durante el procedimiento anestésico. Para concluir cabe afirmar que es necesario conocer las particularidades de la paciente obstétrica, sus enfer- medades asociadas, así como la farmacocinética y la far- macodinamia de los relajantes musculares para decidir cuál utilizar. Prevenir las complicaciones inherentes a su administración y de ser posible utilizar la MFNM, es la única forma de conocer el grado de relajación y el momento en que ella se encuentra. 128 • Anestesia obstétrica (Capítulo 11) REFERENCIAS 1. Shnider SM, Levinson G: Anestesia obstétrica. En: Miller RD (ed.) Anestesia, 2ª ed, Barcelona, Ediciones Doyma, 1988:1559-1602. 2. McDonald JS: Analgesia y anestesia obstétrica. En: Pernoll ML, Benson R.C (eds) Diagnóstico y Tratamiento Gine- coobstétricos, 5ª ed, México: El Manual Moderno, 1989: 467-492. 3. Cruz RR: Farmacología perinatal. En: Canto SL editor, Anestesia Obstétrica, 1ª ed, México, 2001:23-38. 4. Guay J, Grenier Y, Varin F: Clinical pharmacokinetics of neuromuscular relaxants in pregnancy. 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