Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
551 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN Las enfermedades pulmonares pueden presentarse o agravarse durante el embarazo. Los cambios respiratorios inducidos por la gestación agregados a una patología pul- monar causan una sobrecarga en la función del sistema respiratorio que puede causar un decremento en su reserva funcional. Por otra parte, la anestesia puede con- ducir a disminución de los mecanismos compensadores en enfermedades antes estables como hipertensión arte- rial pulmonar y asma, por ello, el manejo multidiscipli- nario entre obstetra, neumólogo intensivista y anestesió- logo es fundamental para lograr la supervivencia del binomio materno-fetal en la embarazada con patología pulmonar agregada. Este capítulo está enfocado a la revisión de los cam- bios de la función respiratoria inducidos por el embara- zo abordándose posteriormente las diversas patologías pulmonares y sus implicaciones anestésicas. CAMBIOS EN LA FISIOLOGÍA PULMONAR Durante el embarazo ocurren diversos cambios fisiológi- cos que impactan al sistema respiratorio. El útero crece y eleva el diafragma, los cambios hormonales causan hiper- ventilación, y el incremento ponderal materno–fetal aumenta las demandas metabólicas, a menos que haya una marcada disminución de la reserva respiratoria, dichos cambios son bien tolerados por la embarazada.1 La capacidad pulmonar total se modifica ligeramen- te; sin embargo, la capacidad residual funcional disminu- ye cerca del 18% debido a la elevación del diafragma, este decremento ocurre en el volumen de reserva espira- toria y en el volumen residual en 5 y 13% respectiva- mente. La ventilación minuto estimulada por la progestero- na aumenta 48% manteniendo un volumen corriente mayor en comparación a la frecuencia respiratoria. En el embarazo, los requerimientos de la ventilación también están elevados por la mayor utilización de carbohidratos y aumento de intercambio respiratorio. La función de las vías aéreas permanece sin cambio, según la relación VEF1/CVF. Una alcalosis respiratoria leve resulta del aumento del volumen minuto, a su vez, un incremento de la excreción renal de bicarbonato previene la elevación del pH materno. El incremento en la ventilación alveolar aunado a la disminución en la capacidad residual funcio- nal produce mayor velocidad en la absorción y elimina- ción de gases anestésicos.2 La disminución en la capacidad residual funcional, especialmente en la posición supina, causa limitación en la reserva de oxígeno, que se refleja en la rápida desatu- ración que se observa en la clínica durante la hipopnea que se genera durante las maniobras de intubación tra- queal, por lo que este procedimiento si no se realiza ade- cuadamente puede ser bastante riesgoso en anestesia obstétrica. HIPERTENSIÓN ARTERIAL PULMONAR PRIMARIA La hipertensión pulmonar primaria es una condición poco frecuente, pero cuando se presenta asociada con el embarazo, puede resultar en una alta mortalidad mater- na (presión arterial pulmonar 25/10 mm Hg). Aunque la literatura relacionada con este padecimiento es escasa e inconclusa respecto a su manejo anestésico,3 en ella se reporta una tasa de mortalidad materna de 50% tanto en el parto vaginal como en la cesárea. La hipertensión pulmonar primaria es una enferme- dad de etología desconocida; la vasculatura pulmonar sufre una hipertrofia extensa, elevando la presión arterial pulmonar y las resistencias arteriales pulmonares. Esta Capítulo. Anestesia en la embarazada con enfermedad pulmonar patología puede presentarse en cualquier edad y sexo, pero con más frecuencia afecta a mujeres jóvenes o en edad media.4 En pacientes que sufren de hipertensión pulmonar el gasto cardiaco del ventrículo es críticamente depen- diente de las presiones de llenado del retorno venoso, la presión pulmonar puede deteriorarse seriamente con estímulos mínimos que causen incremento en la fre- cuencia cardiaca o disminución en el retorno venoso, como la conversación, dolor o estrés, por lo general intrascendentes para individuos sanos, pero que pueden tener efectos dramáticos en pacientes que sufren de esta patología. La secuencia de eventos iniciados por un estí- mulo menor que causa taquicardia o incremento en la resistencia vascular pulmonar puede ser seguida por colapso refractario a tratamiento. Es discutible si la cesárea debe ser realizada bajo blo- queo epidural o anestesia general. Robert y Keast,5 en una revisión de hipertensión pulmonar y embarazo en cuatro casos, reportaron que sólo una sobrevivió a la ope- ración cesárea bajo anestesia general. El bloqueo regional puede causar una reducción en el retorno venoso, el cual deteriora el gasto del ventrículo derecho. La taquicardia refleja puede reducir la contractilidad cardiaca durante la anestesia regional; la anestesia gene- ral puede producir reducciones impredecibles en el flujo sanguíneo pulmonar, y en especial falla ventricular dere- cha. Sin embargo, la anestesia general evita cambios hemodinámicos mayores en la medida que el retorno venoso se mantiene y el grado de analgesia a través de opioides es óptimo, lo que bloquea la descarga adrenér- gica y su expresión cardiovascular. La respuesta de la hipertensión pulmonar a fármacos vasoactivos es impredecible. El gliceril trinitato en dosis de 50 mg/h vía catéter pulmonar ha sido asociado con una reducción de la frecuencia cardiaca y las presiones pulmonares así como alguna mejoría en el gasto cardia- co. Por otra parte, la infusión de epoprostenol (prostaci- clina) a dosis de 2 a 5 ng/kg/min permite un control más selectivo de las presiones arteriales pulmonares, preser- vando al mismo tiempo otros índices cardiacos en lími- tes aceptables, aunque puede tener efectos en el sistema hematológico del feto. La prostaciclina es un potente vasodilatador de todos los lechos vasculares, causando relajación del músculo liso vascular por activación del adenilatociclasa e incremento en la producción de CAMP, también es un potente inhibidor de la agregación plaquetaria, y tiene propiedades leves en la relajación uterina, puede ser administrada en aerosol con mínimos efectos sistémicos. El nitroprusiato de sodio es usado como vasodilata- dor pulmonar, pero provoca marcada disminución de las presiones sistémicas. Los calcioantagonistas han mostra- do incremento en la sobre-vida del paciente con hiper- tensión pulmonar hasta en 25%.6 En razón de la alta mortalidad asociada, parece con- veniente sugerir a las pacientes con esta patología un control de la fertilidad definitivo, y en caso de embarazo, la interrupción del mismo lo antes posible. FIBROSIS QUÍSTICA La fibrosis quística (FQ) es la alteración genética semile- tal más común en caucásicos, tiene una frecuencia gené- tica de 1 en 20 (Cystic Fibrosis Foundation, 1976). Los heterocigotos son asintomáticos y los pacientes homoci- gotos que sufren de esta condición presentan sintomato- logía. La incidencia en obstetricia es de aproximadamen- te 1 en 2 500 nacimientos vivos, la tasa de mortalidad ha disminuido considerablemente, y muchas mujeres sobre- viven al embarazo. Más de 70% de los niños que nacen con este padeci- miento son identificados en el primer año de vida, sobre- viviendo actualmente después de los 12 años de edad, aunque hay casos de supervivencia hasta los 30 años de edad. La posibilidad de transplante de corazón y pulmón puede marcar una gran diferencia en el futuro. La tríada de enfermedad pulmonar obstructiva cró- nica, insuficiencia pancreática exocrina y electrólitos aumentados en el sudor está presente en muchos pacien- tes con fibrosis quística. La enfermedad broncopulmonar progresiva crónica es la principal causa de morbimortali- dad de este padecimiento complejo que involucra a las glándulas exocrinas y tejidos epiteliales del páncreas, glándulas sudoríparas y glándulas mucosas en los tractos respiratorio, digestivo y reproductor. La disminución en la tasa de mortalidaddepende de un mejor aseo profiláctico bronquial y el uso de antibió- ticos de amplio espectro, más que cualquier otro avance terapéutico. Las enzimas pancreáticas pueden indicarse junto con dieta baja en almidones y altas en proteínas. Una revisión de la literatura de 217 embarazos, 162 con fibrosis quística mostró que en esta pacientes no hubo incremento en la tasa de aborto espontáneo (4.6%), pero si una alta incidencia de partos pretermito (24.3%). La tasa de mortalidad materna no fue mayor a la de las pacientes no embarazadas con fibrosis quística; sin embargo, la mortalidad perinatal fue alta (7.9%).7 Las pacientes embarazadas con fibrosis quística muestran un decremento en el volumen residual funcio- nal igual al de las mujeres embarazadas normales, pero son incapaces de mantener la capacidad vital; el prome- dio de pérdida de la capacidad vital durante el embarazo es de 11 y 13 % de VEF1. Aunque estas pacientes incre- mentan su consumo de oxígeno, no muestran la “hiper- ventilación” normalmente asociada al embarazo. Muchas de estas alteraciones se recuperan hasta un año después del parto. Se han sugerido varios parámetros de predicción de éxito en la evolución del embarazo, estos se basan en la presencia o ausencia de enfisema, cor pulmonale y capa- cidad vital menor de 50%, así como VEF1 menor de 50%. Puede haber asociación de este padecimiento con diabe- tes mellitus y hepatopatía. Durante el trabajo de parto se debe poner atención al balance hidroelectrolítico, ya que las pacientes pueden perder grandes cantidades de sodio en el sudor y desarro- 552 • Anestesia obstétrica (Capítulo 49) llar hipovolemia; sin embargo, tampoco toleran la sobrehidratación cuando tiene algún grado de cor pulmo- nale. El oxígeno puede ser administrado libremente. Por el riesgo de atelectasias posanestésicas, la anestesia gene- ral inhalatoria se debe evitar y favorecer el empleo de la anestesia epidural o caudal.8 TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA Y EMBOLISMO PULMONAR El tromboembolismo venoso es una de las complicacio- nes maternas más comunes del embarazo, causando hasta 17% de muertes maternas. La enfermedad trombo- embólica venosa incluye: tromboflebitis superficial y profunda, flebotrombosis, embolismo pulmonar, trom- boflebitis pélvica séptica y trombosis, estas patologías representan casi la mitad de las causas de morbilidad obstétrica.9 Aunque el embolismo pulmonar fatal es una rara complicación del embarazo, ha emergido como la prime- ra causa de mortalidad relacionada con éste en EUA, en tanto que otras causas de muerte materna han disminui- do. Los factores de riesgo de tromboembolismo durante el embarazo son: - eventos previos, - uso de contraceptivos hormonales, - reposo prolongado por trabajo de parto o ruptura de membranas, - deficiencia de antitrombina III, de proteína C, y - síndrome de anticuerpos antifosfolípidos. El diagnóstico de trombosis venosa profunda depende de su visualización radiográfica, porque aun en pacientes no embarazadas el examen físico tiene una confiabilidad de sólo 50%. Los signos físicos tradicionales son dolor, edema y signo de Homans. El flebogammagrama está contraindicado durante el embarazo porque el I125 cruza la placenta, y tiene una vida media de sesenta días y se excreta por la leche materna. La pletismografía tiene una sensibilidad de 71 a 96% en población no grávida; sin embargo, la compresión de la vena cava inferior por el útero gestante puede dar resultados falsos positivos en esta prueba y también con la del flujo Doppler. La venografía puede ser realizada en la paciente embarazada con relativa seguridad dado que el campo de radiación puede ser específicamente dirigi- do y el feto protegido. La radiación estimada para el feto es de 21 milirads, siendo la dosis de radiación aceptada de 10 rads. Sin embargo, la evaluación de la extensión del trombo dentro de las venas iliacas, hacia arriba o debajo de la vena renal, para la colocación de filtro requiere venografía adicional de la vena cava. El gammagrama ventilatorio y perfusorio pulmonar para el diagnóstico de embolismo tiene alta sensibilidad, pero variable especifi- cidad, la exposición fetal a la radiación es de 50 mrads. En las pacientes con hallazgos clínicos sugestivos de embolismo pulmonar en quienes el gammagrama no es concluyente, debe efectuarse angiografía pulmonar, esta produce una mayor exposición fetal a la radiación (apro- ximadamente 850 mrads, con protección adecuada) otras indicaciones para la angiografía pulmonar incluyen: 1. Gammagrama pulmonar de alta probabilidad en paciente con contraindicación relativa para antico- agulación (p. ej., hemorragia activa). 2. Sospecha de embolismo pulmonar en paciente con otra neuropatía que altera la radiografía de tórax (por ejemplo: fibrosis quística). 3. Embolismo pulmonar masivo que requiere embo- lectomía por succión. TRATAMIENTO Anticoagulación: la heparina es el anticoagulante de elección, su dosificación debe individualizarse de acuer- do a los resultados del tiempo parcial de tromboplastina activado (prolongar dos o tres veces el normal). La hepa- rina convencional (alto peso molecular de 40 000 dal- tons) no cruza la placenta, siendo esta característica la ventaja sobre las preparaciones de warfarina, las cuales sí cruzan la placenta. Sus efectos colaterales son tromboci- topenia, hipersensibilidad y osteoporosis. La heparina de bajo peso molecular (de 4 000 a 5 000 daltons) tiene una actividad más uniforme, se une menos a las proteínas plasmáticas, sus dosis respuesta es más predecible, puede ser administrada una vez al día por vía subcutánea (SC) sin necesidad de monitoreo por laboratorio para ajustar su efecto, la dosis de 30 mg de enoxaparina (SC) 1 a 2 veces al día suele ser adecuada. Durante el embarazo la warfarina está contraindica- da porque atraviesa la placenta y puede condicionar embriopatía por warfarina con anomalías del sistema nervioso central, hipoplasia nasal y alteraciones óseas; sin embargo, puede utilizarse después de la semana 36 de gestación en aquellas pacientes que no pueden anticoa- gularse por heparina. Su monitoreo se efectúa con INR el cual debe mantenerse en valores de 2 a 3 durante 6 a 12 semanas (INR normal: 1). Terapia trombolítica: si en el periodo prenatal o pos- parto se documenta embolismo pulmonar, se requiere una inmediata coagulación parenteral con heparina. Es obligatorio confirmar el diagnóstico clínico por los méto- dos previamente descritos. La anticoagulación evitará fenómenos de reembolización mientras el sistema fibri- nolítico normal disuelve los coágulos ya presentes. Interrupción de la vena cava inferior: cuando la anti- coagulación está contraindicada como el caso de riesgo de hemorragia durante la cesárea o ser inefectiva en pre- venir la embolización recurrente, la interrupción de la vena cava inferior puede ser efectiva a través de la colo- cación transvenosa de un filtro de Greenfield, siendo adecuado hacerlo en la embarazada a nivel suprarrenal, a diferencia de la no gestante, que es infrarrenal, porque la vena ovárica izquierda drena en la vena renal izquierda. Terapia trombolítica: los trombolíticos como estrep- tocinasa, urocinasa y activador del plasminógeno tisular© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 553 se han usado en el tratamiento del tromboembolismo pulmonar crónico. Durante el embarazo la terapia trom- bolítica está relativamente contraindicada por el riesgo de hemorragia asociada con el parto o posparto inmedia- to. Sin embargo, puede usarse en aquellas mujeres que están hemodinámicamente inestables e hipóxicas y que requieren de medidas drásticas para mejorar la supervi- vencia.10 Un último recurso para las mujeres en donde la anticoagulación y trombólisis están contraindicadas es la embolectomía pulmonar de emergencia. El manejo anestésico durante la cesárea en pacientes con embolismo pulmonar obliga al monitoreo hemodi- námicoinvasivo con catéter de flotación en la arteria pulmonar, para titular nitroglicerina y prostaglandina E1, y el control de las presiones arteriales pulmonares. El ecocardiograma transesofágico puede proporcionar información en tiempo real, y el filtro en la vena cava inferior, insertando antes de la cirugía previa permite la suspensión de la heparina 6 horas antes de la cirugía; se puede administrar anestesia general con isofluorano o sevoflurano con o sin , óxido nitroso previo a la extrac- ción del producto y fentanil-midazolam después del nacimiento.11 EMBOLISMO DE LÍQUIDO AMNIÓTICO El embolismo de líquido amniótico es responsable de 10% de muertes maternas en EUA, siendo su mortalidad asociada de 86%.12 La incidencia global está en el rango de 1:20 000 a 1:80 000. El primer reporte de embolismo de líquido amnióti- co fue hecho por Meyer en 1926.13 Steiner y Lushbaugh publicaron, en 1941, la muerte súbita de ocho pacientes cuyos síntomas se iniciaron durante un trabajo de “parto violento y duro”.14 En este reporte se describe que siete pacientes presentaron edema pulmonar, encontrando células escamosas en los vasos pulmonares de todas. En 1969, Liban y Raz,15 informaron catorce casos con hallazgos similares. Los signos clínicos en esas mujeres incluyeron cianosis, hipotensión, choque, insuficiencia respiratoria y hemorragia uterina sin coágulos, además, de la presencia de células escamosas en el corazón mater- no, hígado, riñón, bazo, páncreas y cerebro, presumible- mente de origen fetal. En 1995, Clark publicó los even- tos fisiológicos ocurridos en mujeres con embolismo del líquidos amniótico, utilizando nuevas técnicas de moni- toreo invasivo.16 El volumen de líquido amniótico se incrementa desde 50 mL a las doce semanas del embarazo hasta 1 000 mL a las 38 sem, su pH es normal. Hasta la sema- na 20, el líquido amniótico está compuesto de un diali- zado del suero materno a través de la placenta y mem- branas, después de ese tiempo la orina y la deglución del feto regulan el volumen. El líquido viene a ser progresi- vamente hipotónico a medida que avanza la edad gesta- cional. La prostaglandina E está presente en la gestación temprana y la prostaglandina F2 sólo durante el trabajo de parto. Componentes fetales como células escamosas de la piel, mucina del intestino, lanugo del pelo, y ocasio- nalmente, meconio, se encuentran en el líquido amnióti- co, este contiene además propiedades similares a las del factor Xa (actividad procoagulante) la cual se incremen- ta con la edad gestacional. Para que ocurra embolismo del líquido amniótico, debe existir una ruptura en las membranas. Algunos han sugerido que esto sucede cuando los vasos uterinos están anormalmente abiertos en forma semejante a las venas endocervicales durante el trabajo de parto, en la placen- ta acreta, operación cesárea o ruptura uterina. El volu- men necesario de líquido amniótico que puede causar efecto clínico no es conocido.17 La sintomatología de esta patología es: disnea súbita e hipotensión durante el trabajo de parto, seguida des- pués de colapso cardiopulmonar. Más de la mitad de los pacientes mueren dentro de la primera hora. De las supervivientes, 40% desarrolla coagulación intravascular diseminada, 10 a 11 % de las pacientes presentan convul- siones de gran intensidad, aunque estas pueden ser el signo inicial de un embolismo de líquido amniótico; en 10 a 15%. Joelsson,17 encontró posibles factores predis- ponentes que comprenden preeclampsia, gemelos, polihidramnios, inserción baja de placenta y embarazo prolongado, contracciones hipertónicas, desprendimien- to prematuro de placenta, ruptura uterina y prolapso de cordón. DIAGNÓSTICO El cuadro clínico de disnea y choque es seguido por coa- gulación intravascular diseminada (CID) y convulsiones. La radiografía de tórax puede no mostrar cambio o derrames pleurales, cardiomegalia o edema pulmonar. En el gammagrama se pueden observar múltiples defectos, el electrocardiograma (ECG), muestra un patrón de blo- queo de rama derecha y taquicardia. Una caída súbita en la saturación de oxígeno reportada por el pulsioxímetro es posible que sea la manifestación inicial de un proble- ma serio. Otros investigadores han buscado marcadores que puedan ser rápidamente detectados, la coproporfiri- na de cinc y el anticuerpo monoclonal TKAH-2 han sido señalados como medio de diagnóstico rápido de embolis- mo de líquido amniótico. Las células escamosas fetales han sido identificadas en el esputo materno. Se reco- mienda que sea tomada una pequeña muestra de sangre del catéter pulmonar. TRATAMIENTO Está dirigido al mantenimiento del gasto ventricular izquierdo. El oxígeno debe ser administrado por intuba- ción endotraqueal y ventilación mecánica con una frac- ción inspirada de oxígeno (FiO2) a 100%, si la paciente está embarazada deberá efectuarse cesárea aún en su variedad post mortem.18 Es prioritario incrementar el volumen circulante y el gasto cardiaco con infusiones de cristaloides, dopamina y otros vasopresores. El cateteris- 554 • Anestesia obstétrica (Capítulo 49) mo arterial pulmonar determinará las estrategias a seguir. La CID se maneja con infusiones de eritrocitos, plasma fresco y plaquetas. La heparina y el ácido ε-aminocaproi- co pueden ser útiles en aquellos casos en que no respon- den las pacientes a la terapéutica de reemplazo. La anestesia en la embarazada con embolismo del líquido amniótico tiene dos posibilidades: la primera cuando el cuadro clínico se inicia durante una cesárea con anestesia regional, en la cual se proporciona soporte vital avanzado (intubación, oxígeno a 100%, cristaloides y vasopresores), terminándose el procedimiento bajo la técnica de inicio;19 la segunda cuando el cuadro clínico se inicia durante el trabajo de parto y sólo se efectúa soporte vital avanzado con aspiración de sangre de la arteria pulmonar para examen patológico y estudios de coagulación, pruebas cruzadas y gases sanguíneos, admi- nistrando NaCO3 para corregir la acidosis, extrayendo al feto y la placenta tan pronto como sea posible, además de administrar hidrocortisona 1 g endovenosa (IV), y transferir a la paciente a la unidad de cuidados intensivos (UCI) una vez concluido el procedimiento para su moni- toreo invasivo y tratamiento prolongado. La selección de la técnica de anestesia debe hacerse en forma individua- lizada de acuerdo al estado de la paciente. 20, 21 ASMA El asma es una enfermedad heterogénea que tiene las siguientes características: 1) obstrucción de la vía aérea parcial o completamen- te reversible espontáneamente o con tratamiento, 2) inflamación de la vía aérea, y 3) respuesta aumentada de la vía aérea a una variedad de estímulos. Muchos ataques de asma son breves y el paciente se recupera completamente; en otros casos la obstrucción es severa y puede persistir durante días o semanas a pesar de un manejo óptimo, esta condición es conocida como estado asmático. Es poco frecuente que un ataque de asma pueda ser fatal. El asma es una patología que tiene una prevalencia de 4% en la población general, durante el embarazo es menor y cercana al 1%.22 ETIOLOGÍA De manera tradicional, el asma ha sido dividida en dos grupos: - extrínseca o alérgica, e - intrínseca o idiosincrásica. El asma extrínseca es más común en los niños, general- mente hay historia familiar de asma, está asociada con eccema atípico, rinitis, urticaria, y una reacción intradér- mica a antígenos. Se observan niveles aumentados de IgE en el suero en el 50 a 60 % de los pacientes, y hay una respuesta a las pruebas de provocación con antígenos inhalados. Los antígenos comunes incluyen polvo, polen y pelo de animales. En contraste, los pacientes con asma intrínseca (el tipo más común de asma) tienen historia familiar negativa para enfermedades alérgicas, IgE sérica normal, sin eosinofilia en sangre y esputo y pruebas cutá- neas negativas. Las crisis en estos pacientes puede ser precipitadas por enfermedad viral o exposición a irritan- tes, frío, ejercicio o aspirina.23 FISIOPATOLOGÍAAunque el estrechamiento de la vía aérea es el dato más común en ambos subgrupos, su fisiopatología está por ser dilucidada. Pueden desempeñar importante papel en la iniciación y propagación de una crisis asmática el: desequilibrio en el control neural del tono de la vía aérea, alteraciones en la permeabilidad de la mucosa y fuga microvascular, componentes inmunitarios, procesos inflamatorios y mediadores bioquímicos. Al principio, el tratamiento del asma se enfocó a los mecanismos bron- coconstrictores primarios, debido posiblemente a una anormalidad del músculo liso, lo que llevó a un énfasis en la terapéutica broncodilatadora, en fechas recientes se ha reconocido una respuesta inflamatoria característica en el asma crónica que, asociada a la eficacia de los cortico- esteroides inhalados a llevado a muchos clínicos a ver el asma como un proceso inflamatorio primario con bron- coconstricción como respuesta a la inflamación. Están presentes mastocitos, macrófagos, eosinófilos, neutrófilos y linfocitos en las vías aéreas de pacientes con asma. La liberación de histamina de los gránulos de los mastocitos puede producir contracción del músculo liso bronquial y un incremento de la permeabilidad vascular. Aunque los mastocitos son importantes en la respuesta broncoconstrictora aguda a un alérgeno, la experiencia clínica indica que la degranulación no es el estímulo ini- cial para producir hiperactividad bronquial. Por ejemplo, los fármacos que estabilizan a los mastocitos son menos efectivos que los corticoesteroides. Los eosinófilos son las células inflamatorias más características del asma, son atraídos a las vías aéreas por el factor quimiotáctico eosi- nofílico de la anafilaxia. Los eosinófilos parecen liberar proteínas que son tóxicas para las células epiteliales. Los macrófagos también pueden ser importantes en la pro- pagación continua de la respuesta inflamatoria. Los mediadores inflamatorios también incluyen a la sustancia de reacción lenta de la anafilaxia, prostaglandi- nas, leucotrienos y factor de activación plaquetaria.24 Efectos del embarazo sobre el asma La acción del embarazo sobre el asma varía ampliamen- te; varios estudios han mostrado que más de 40% de pacientes tienen un deterioro de su condición durante el embarazo. En contraste, Schaefer y Silverman encontra- ron que 93% de las pacientes estudiadas no cambiaron la severidad de sus síntomas. Turner analizó los resultados© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 555 de nueve estudios clínicos que involucraron a 1 000 pacientes asmáticas, y notó que los síntomas permane- cían sin cambio en la mitad de ellas, empeoraban en aproximadamente un cuarto y mejoraban en el resto. Las asmáticas adolescentes están particularmente en riesgo de exacerbación del asma durante el embarazo. Los cambios fisiológicos del embarazo que pueden influenciar el curso del asma son: incremento del corti- sol, progesterona, cAMP y la histaminasa materna que pueden mejorar los síntomas, los cambios que empeoran el asma incluyen incremento en prostaglandinas bronco- constrictoras, congestión de cornetes nasales e incremen- to de la exposición antigénica por el desarrollo del feto. Es difícil predecir el curso del asma en un embarazo en particular, aunque parece que las pacientes con enfer- medad severa están más propensas a tener un deterioro durante el estado gestacional. Las mujeres cuya asma empeoró en un embarazo anterior deben esperar similar descompensación con los siguientes. El agravamiento de los síntomas por lo general ocurre durante la 29 a 36 semanas. A diferencia de la preeclampsia, es rara la mejo- ría dramática con la interrupción del embarazo. Efectos del asma sobre el embarazo Un estudio noruego encontró incremento significativo en las complicaciones obstétricas en pacientes asmáticas cuado se compararon con pacientes sin enfermedad res- piratoria, hemorragia, hiperemesis y toxemia fueron las anormalidades más comúnmente notadas. Varios estu- dios han mostrado que el parto pre-término, neonatos de bajo peso y muertes perinatales ocurren con más fre- cuencia en embarazos complicados por asma. 24,25 TRATAMIENTO DEL ASMA DURANTE EL EMBARAZO El manejo puede ser dividido en cuatro componentes: 1. Monitoreo materno-fetal. 2. Control ambiental. 3. Terapia farmacológica. 4. Educación de la paciente. Monitoreo materno-fetal En las pacientes asmáticas con enfermedad moderada a severa es importante usar el dispositivo flujómetro-pico dos veces al día para tener una medición objetiva de la función pulmonar materna. La paciente establece su mejor número flujo-pico personal al medir su tasa de flujo espiratorio-pico en la mañana y en la tarde durante un periodo de dos semanas cuando el asma esté bien controlada. En la zona verde (80 a 100% de su mejor flujo-pico personal), ningún síntoma de asma está pre- sente y la paciente toma su medicación en forma normal. La zona amarilla (50 a 80% del mejor flujo-pico perso- nal) señala precaución, la paciente puede necesitar medi- camentos extras o cambio en la medicación. La zona roja (abajo del 50% del mejor flujo-pico) significa alerta médica; la paciente debe recibir un agonista-β inhalado inmediatamente y acudir a su médico si el flujo-pico no retorna fácilmente a la zona amarilla o verde. El monito- reo fetal consiste en determinación exacta de la edad gestacional, ultrasonografía, evaluación del crecimiento fetal, monitoreo electrónico de la frecuencia cardiaca y perfil biofísico. Control ambiental La eliminación de los eventos desencadenantes del asma ayuda a la paciente a tener menos síntomas, por ejemplo usar aire acondicionado durante las estaciones cuando el polen y moho son altos. La paciente no debe fumar o estar con gente que lo hace, debe retirar del hogar mas- cotas, evitar cambios bruscos de temperatura, etcétera. Se recomienda que la vacuna contra la influenza se aplique cada año a las pacientes con asma moderada a severa. Terapia farmacológica Los fármacos que deben ser evitados incluyen agonistas α-adrenérgicos (como seudoefedrina), adrenalina, sulfo- namidas, tetraciclinas y quinolonas. ββ-agonistas. Son poderosos broncodilatadores que han sido la piedra angular por décadas en la terapia aguda y crónica. Su uso por razón necesaria o por hora- rio es por lo general suficiente para el control del asma leve. La terbutalina es el único β-agonista inhalado clasi- ficado como categoría C; el albuterol y metaproterenol son ampliamente usados durante el embarazo. Sus reac- ciones adversas incluyen taquifilaxia, arritmias cardiacas y broncoconstricción paradójica. Terapia antiinflamatoria. Los corticoesteroides inha- lados han sido el mayor avance en el tratamiento del asma en la última década. Están disponibles beclometa- sona (categoría C), triamcinolona (categoría D) y fluni- solide (categoría C), se prefiere la beclometasona para uso en el embarazo. Su absorción sistémica es mínima y los efectos colaterales como diabetes y osteoporosis son infrecuentes. El cromoglicato y nedocromil son agentes antiinflamatorios no esteroideos que previene la degra- nulación de mastocitos, tiene pocos efectos colaterales; el cromoglicato es categoría B, y tiene menor potencia que los corticoesteroides. Teofilina. Se ha usado durante cincuenta años y se considera un agente de tercera línea. Su toxicidad inclu- ye convulsiones y arritmias a concentraciones séricas mayores de 30 mg/mL, por lo que deben mantenerse niveles entre 5 y 12 mg/mL durante el embarazo. Altas dosis de este fármaco producen inquietud, taquicardia y vómitos en madres y neonatos. Su larga duración de acción le hace útil en el manejo del asma nocturna. La Teofilina inhibe la liberación de histamina, incrementa la aclaración mucociliar y disminuye la fatiga de músculos respiratorios. Corticoesteroides orales. Menos de 5% de pacientes requiere terapéutica crónica, sus efectos colaterales pue- 556 • Anestesiaobstétrica (Capítulo 49) den ser minimizados con la terapéutica de día alterno. Una enzima en la placenta metaboliza 87% de la predni- sona antes de que llegue al feto. Anticolinérgicos. La atropina inhalada o el bromuro de ipratropio producen bronco-dilatación al reducir el tono vagal de la vía aérea. El ipratropio no tiene los efec- tos adversos de la atropina, por lo que es seguro durante el embarazo, tiene un papel incierto en el manejo cróni- co, pero es efectivo como terapéutica adjunta en las exa- cerbaciones agudas. Educación del paciente Debe empezar al momento del diagnóstico y ser integra- da como cuidado continuo, por lo que debe involucrarse a la familia. La enseñanza debe orientarse al entendi- miento de los signos y síntomas del asma, los cambios en la vía aérea y el papel de la medicación, los eventos desencadenantes del asma y cómo evitarlos, el uso del flujómetro-pico, de inhaladores y las instrucciones anti- cipadas para el manejo de las exacerbaciones. Manejo anestésico Es importante obtener información del manejo médico previo, en particular del uso reciente de esteroides, facto- res precipitantes de crisis alergias conocidas, historia anestésica, infecciones respiratorias previas recientes. El examen físico estará orientado al área cardiopulmonar en busca de sibilancias; en pacientes con historia de asma severa, es necesario practicarles gases sanguíneos arteria- les, ECG, biometría hemática (BH) completa y pruebas de función pulmonar, particularmente capacidad vital forzada y VEF1, estos exámenes proporcionan informa- ción basal útil. Si hay sospecha de infección respiratoria se deberá cultivar el esputo y obtener una radiografía de tórax. La aminofilina, terbutalina y adrenalilna pueden dis- minuir el trabajo de parto. La terbutalina puede causar edema pulmonar materno; si la paciente ha recibido cor- ticoesteroides recientemente deberá administrarse hidrocortisona 100 mg IV a su ingreso y cada ocho horas durante 24 horas. Pueden ser usadas pequeñas cantida- des de opiodes para el alivio del dolor durante el primer estadio del parto, prefiriéndose la meperidina y fentanil sobre morfina, por la menor liberación de histamina, pero deberá evitarse su administración si hay evidencia de compromiso respiratorio. La analgesia epidural es el método de alivio del dolor ideal durante el trabajo de parto. Sus ventajas incluyen ausencia de sedación materna, disminución del estrés, ansiedad, y eliminación de la hiperventilación materna, en respuesta a las contracciones uterinas. Las concentra- ciones bajas de anestésicos locales (lidocaína a 1% o bupivacaína a 0.125%) deberán usarse para evitar el excesivo bloqueo motor; algunos autores prefieren usar anestésicos locales con epinefrina (1:200 000), porque la absorción lenta de la epinefrina puede ayudar a la dilata- ción bronquial, sin afectar adversamente al neonato. La adición de fentanil en dosis mínimas a los anesté- sicos locales permite disminuir sus concentraciones y mejora la calidad de la analgesia, con mínimos efectos sobre el trabajo respiratorio materno o en el bienestar fetal. La anestesia regional ofrece muchas ventajas para la cesárea durante situaciones no urgentes: evita la instru- mentación de la vía aérea, bloquea el estrés materno y proporciona una suave transición del quirófano a recupe- ración. Se puede manejar el dolor pos-operatorio por medio de inyección de fármacos en el catéter peridural, sin embargo, el compromiso respiratorio es su principal riesgo, ya que la posición materna puede limitar la respi- ración, y el bloqueo de la musculatura torácica dificulta la tos y el manejo de las secreciones. Si se administra anestesia general para cesárea, hay que evitar las complicaciones de dos problemas médicos potenciales: 1. Reactividad de la vía aérea. 2. Incremento del riesgo de la bronco-aspiración de contenido gástrico. Esta técnica está indicada para cirugía de emergencia o cuando no es posible efectuar anestesia regional. La paciente debe recibir fármacos procinéticos para manejo del estomago lleno, ya que los bloqueadores H2 pueden tener un efecto bronco-constrictor paradójico al impedir la estimulación de dichos receptores.26 Una inducción intravenosa rápida se realiza después de preoxigenación durante tres minutos; es mejor evitar el tiopental porque no protege contra el broncoespasmo reflejo. La ketamina es el agente de elección, ya que dis- minuye la resistencia de la vía aérea, protege del bronco- espasmo y no es arritmogénica en presencia de aminofi- lina, pudiendo evitarse las reacciones psicotomiméticas adversas con pequeñas cantidades de diazepam; la succi- nilcolina ha sido usada con seguridad para la intubación endotraqueal. La inducción anestésica con propofol para cesárea de emergencia también puede ser útil y segura en pacientes con asma, ya que produce mínimos efectos en los neonatos, lográndose una intubación de la tráquea sin reactividad bronquial.27 El halotano ha sido considerado el agente anestésico inhalatorio de elección en pacientes asmáticas, pero su arritmogenicidad en presencia de aminofilina y la posibi- lidad de atonía uterina hacen preferible al isofluorano o sevoflurano, que también previenen la bronco constric- ción por efecto directo sobre el músculo liso respiratorio. Si se requiere de relajación muscular adicional, se prefiere vecuronio, pancuronio, cisatracurio sobre atracu- rio, ya que este último es un gran liberador de histamina. Para la reversión del bloqueo muscular, se deben admi- nistrar dosis suficientes de atropina antes de la neostig- mina, ya que el efecto muscarínico de esta última puede precipitar asma. Al final de la cirugía la paciente debe ser extubada despierta para protegerla contra la aspiración. Pequeñas dosis de narcóticos pueden disminuir la tos, efecto que también se logra con lidocaína intravenosa a© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 557 dosis de 75 a 100 mg IV. El nebulizador aerolizado es conveniente en el posoperatorio inmediato.26 NEUMONIA Es la causa más frecuente de infección no obstétrica en la paciente embarazada; constituye una complicación mayor del embarazo, y es la tercera causa de muerte obs- tétrica indirecta. Varios cambios fisiológicos y hormona- les ocurren en la embarazada que la predisponen a neu- monía, sin embargo, el principal factor es una alteración en el sistema inmune. Estos cambios ocurren en la inmu- nidad celular haciendo a las infecciones virales, micóticas y tuberculosas, particularmente patogénicas. Varias alte- raciones anatómicas ocurren en el tórax durante el embarazo: disminución de las excursiones costales bajas, un incremento del ángulo costal y en el diámetro trans- verso del tórax, y una elevación del diafragma, todo ello disminuye la habilidad para aclarar secreciones respirato- rias. La progesterona, la gonadotropina coriónica huma- na, α fetoproteína y el cortisol inhiben la inmunidad celular. El embarazo ha sido asociado con una tendencia para incrementar el agua intersticial pulmonar.28 ETIOLOGÍA Virtualmente cualquier agente infeccioso que cause neu- monía en la no embarazada ha sido reportado también en el embarazo. La frecuencia relativa de mecanismos causales es difícil determinar por las metodologías incompletas en la documentación de los agentes etioló- gicos, entre ellos se mencionan Streptococcus pneumoniae, Haemophylus influenzae, agentes atípicos (Micoplasma y Legionella), agentes virales (Influenza A y varicela), hon- gos y agentes entéricos (Escherichia coli y Klebsiella pneu- moniae).29 Efecto de la neumonía en el embarazo Aunque la neumonía puede ocurrir en cualquier momento durante el embarazo, se presenta con mayor frecuencia durante las 32 semanas, sobre todo en madres con enfermedades comórbidas como enfermedad pul- monar obstructiva crónica (EPOC) y asma. El parto pre- término puede presentarse desde 4 hasta 44% de los embarazos. Sehan detectado productos pequeños para la edad gestacional hasta en 12%, de muertes intrauterinas y neonatales en 12%.29 Manejo La historia de la paciente puede proporcionar informa- ción importante durante la evaluación como son los antecedentes de enfermedad pulmonar previa, consumo de drogas ilícitas y de tabaco. La radiografía de tórax (RX), debe realizarse en toda mujer embarazada con sin- tomatología respiratoria de más de dos semanas de dura- ción. La evaluación prospectiva de la oxigenación con el uso de gases sanguíneos arteriales o pulsioximetría debe ser rutinaria en toda paciente embarazada con neumonía. Neumonía bacteriana La neumonía adquirida en la comunidad por la embara- zada tiene como organismos etiológicos más frecuentes a Streptococcus pneumoniae y Haemophylus influenzae. La neumonía por neumococo alcanza el 25 a 50% de estas neumonías. El neumococo forma parte de la flora normal de la nasofaringe. El cuadro clínico incluye: esca- lofríos, fiebre, dolor pleurítico, disnea y tos productiva con esputo purulento. La radiografía de tórax puede mostrar consolidación lobar. Haemophylus influenzae es el segundo agente pató- geno más común, el esputo debe mostrar incremento de los polimorfonucleares (PMN), con cocobacilos pleo- mórficos gramnegativos, y la radiografía consolidación pleural o bronquial y derrames pleurales. Klebsiella pneumoniae está asociada con destrucción tisular y formación de abscesos. Staphylococcus aureus puede tener un inicio súbito y un curso rápido, causando bronconeumonía, derrame pleurales y cavitaciones. Son agentes atípicos: Mycoplasma, Legionella y Chlamydia. La neumonía atípica clásicamente se presen- ta con fiebre y toxicidad sistémica menos pronunciada y un inicio más gradual que la neumonía bacteriana típica; sin embargo, Legionella causa una evolución severa y complicada con participación multiorgánica. Se ha publicado que la resistencia de bacterias pa- tógenas comunes a los antibióticos es cada vez mayor. Las cefalosporinas de segunda generación son el trata- miento de elección; cubren muchos casos de neumonía adquirida en la comunidad no complicada, adicionándo- le eritromicina u otro macrólido si se sospechan gérme- nes atípicos. Neumonía viral Neumonía por influenza. Es causada por uno de los tres subtipos del Mixovirus de la influenza. El tipo A es por lo general asociado con infecciones epidémicas, produce una alta mortalidad materna. Es típico que se presente con síntomas sistémicos abruptos después de un periodo de incubación de 1 a 4 días, como cefalea, hipertermia severa, escalofríos, tos y mialgias acompañadas por un cuadro de vías aéreas superiores. Los casos no complica- dos se resuelven en tres días. El examen físico muestra membranas mucosas congestivas, descarga retronasal y adenopatía cervical, ocasionalmente la progresión es rápida, causando insuficiencia respiratoria que requiere intubación. Estos casos pueden ser complicados secunda- riamente por neumonías bacterianas. El diagnóstico puede ser por aislamiento viral de lavado bronquial o un incremento en los títulos de anticuerpos virales. El trata- miento es con amantadina, que bloquea la liberación de ácidos nucleicos virales. La ribavirina, un agente virustá- tico, también ha sido usado de manera satisfactoria en el embarazo. 558 • Anestesia obstétrica (Capítulo 49) El virus de la influenza atraviesa la placenta, pero no ha sido aislado de la sangre fetal. Se ha asociado con diversas anomalías fetales como defectos circulatorios y del tubo neural.30 El virus varicela-zoster afecta a menos del 2% de los adultos. Cuando la infección primaria ocurre en la mujer embarazada hay riesgo mayor para neumonía por varice- la con mortalidad reportada de 30 a 40%,31 su espectro clínico puede variar de una enfermedad leve a una fatal. El tabaquismo es un factor de riesgo para este tipo de neumonía. Los síntomas respiratorios ocurren 2 a 5 días después del inicio de la fiebre y del exantema, incluyen: tos, disnea, hemoptisis y dolor torácico. Las pacientes presentan lesiones de la mucosa oral agregadas a las lesio- nes dérmicas. El tratamiento es con aciclovir 7.5 mg/kg cada ocho horas; el aciclovir es un inhibidor de la poli- merasa del DNA, con este fármaco se logra una disminu- ción de la mortalidad de 35 a 17%.32 La neumonía por virus de la rubéola durante el embarazo ha sido asociada con aborto espontáneo y parto pretérmino. La enfermedad es caracterizada por fiebre, tos y conjuntivitis; las manchas de Koplik apare- cen entre el segundo y el tercer día como manchas gris azuladas en la mucosa oral.33 Las infecciones por Hantavirus son típicamente asociadas con fiebre hemo- rrágica y síndrome renal.34,35 Esta forma de virus produ- ce una mortalidad global de 35%, y se caracteriza por neumonitis, síndrome de insuficiencia respiratoria, trom- bocitopenia y academia láctica. Neumonía por protozoarios y hongos La neumonía por Neumocystis cariini es la mas frecuen- te de las infecciones oportunistas en el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), es la causa número uno de muerte por sida asociada al embarazo.36 Tiene una mortalidad cercana al 100%. Está caracterizada por fiebre, taquipnea, disnea y tos no productiva. El labora- torio revela hipoxemia y alcalosis respiratoria. La radio- grafía de tórax muestra infiltrados alveolares bilaterales en las regiones parahiliares e inferiores. El diagnóstico se efectúa por biopsia por broncoscopia. El tratamiento incluye trimetroprim/sulfametoxa- zol, que es un fármaco categoría C, ya que es un antago- nista del ácido fólico, y debe ser evitado en el primer tri- mestre. La pentamidina tiene un riesgo alto de toxicidad (exantema, fiebre, neutropenia, trombocitopenia, nausea y vómito).37 La neumonía por Cryptococcus neoformans ha sido reportada en la bibliografía complicando el embarazo en una docena de casos,38 el embarazo no cambió el curso de la enfermedad, y en 5 de 12 casos nacieron productos vivos. Hay reportados dos casos de blastomicosis en el embarazo, aunque Blastomyces dermatitis normalmente infecta mujeres mayores es raro que esta patología se presente en mujeres en edad reproductiva. Ambos casos fueron tratados exitosamente con anfotericina B y culmi- naron con productos normales.39 Coccidioides immitis es la micosis más común que complica el embarazo, se reporta una incidencia de apro- ximadamente 1 en 5,000 nacimientos en áreas endémi- cas como el suroeste de EUA. La enfermedad se transmi- te a través de la inhalación de clamidosporas y tiene una mortalidad de 21%; su sintomatología es anorexia, cefa- lea, tos y fiebre. La radiografía de tórax muestra infiltra- dos bilaterales con adenopatías y derrame pleurales. El diagnóstico es a través de pruebas serológicas y cultivos de esputo, el tratamiento es con anfotericina B.40 TABAQUISMO El tabaquismo es frecuente y puede influir mucho sobre el resultado del embarazo. De manera independiente de la dosis, el humo de cigarrillo disminuye el peso del pro- ducto al nacer, aumenta la mortalidad perinatal, 41 e incrementa el riesgo de desprendimiento prematuro de placenta, placenta previa y hemorragia durante el emba- razo.42 La ruptura prematura y prolongada de las mem- branas también es frecuente en fumadoras.42 El taba- quismo contribuye a la hipoxemia fetal al aumentar el monóxido de carbono materno. Dicho gas compite con el oxígeno por sitios de unión en la hemoglobina tanto en la madre como en el feto. El aumento del monóxido de carbono disminuye el contenido fetal de oxígeno, esta hipoxemia crónica altera el desarrollo tanto fetal como placentario. El feto redirige la perfusión hacia órganos prioritarios (cerebro, corazón y suprarrenales) a expensas del crecimiento general. La placenta aumenta de tama- ño, área de superficie y vascularidad para optimizar la oxigenación fetal. Estos cambios predisponen a la madre a complicaciones hemorrágicas. Las técnicas anestésicas regionales son apropiadas para trabajo de parto y parto vaginal o por cesárea. Aún así, durantela administración de la anestesia raquídea o epidural, hay que tener cuidado de evitar reducciones del flujo sanguíneo uteroplacentario, con prehidratación materna adecuada, desplazamiento del útero hacia la izquierda y vigilancia cuidadosa de la presión arterial. Se debe vigilar al feto durante la anestesia para valorar cual- quier efecto potencial de los anestésicos locales sobre el bienestar fetal. La anestesia general para cesárea tiene desventajas importantes para parturientas fumadoras. La reactividad de las vías aéreas aumenta en pacientes que fuman con regularidad.43 Por ende, la inducción de anestesia gene- ral puede desencadenar bronco-espasmo. Las técnicas de inducción y los tratamientos para bronco-espasmo son apropiados para fumadoras. La anestesia general tiene efectos adversos sobre la eliminación mucociliar y la función de los macrófagos en quienes fuman cigarrillos, 44 esto puede aumentar el ries- go de problemas pulmonares posoperatorios. En contras- te, la anestesia regional evita la manipulación y la supre- sión de la eliminación mucociliar. De cualquier modo, el bloqueo motor que acompaña al nivel del bloqueo sen- sitivo alto necesario para cesárea puede interferir con la© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 559 habilidad de algunas parturientas para toser durante el transoperatorio y el posoperatorio inmediato. Las fumadoras de cigarrillos producen más secrecio- nes de las vías respiratorias que las no fumadoras. Se debe estimular la higiene pulmonar posoperatoria enér- gica con espirometría incentiva, así como la respiración profunda y tos, evitando al máximo los fármacos que producen supresión de la tos (opioides y sedantes por vía sistémica). La analgesia posoperatoria con opioides vía espinal puede minimizar la supresión de la tos y ayudar a mantener la función pulmonar óptima. EDEMA AGUDO PULMONAR EN EL EMBARAZO El edema agudo de pulmón se define como la acumula- ción de líquido en los espacios pulmonares intersticiales y alvéolos, lo cual evita la adecuada difusión de oxígeno y bióxido de carbono y aunque es un evento muy raro, implica un incremento importante en la morbi-mortali- dad materna y fetal. Esta patología es causa de insuficiencia respiratoria aguda con hipoxemia (IRAH), y puede acompañarse de lesiones difusas (como el edema pulmonar) y pulmona- res localizadas (neumonía lobular). - Insuficiencia respiratoria aguda con hipoxemia difusa. El flujo de líquido hacia el pulmón está determinado por la capacidad de conducción de la micro-circulación pulmonar y el gradiente de pre- sión que la acompaña. Por tanto, la acumulación excesiva de líquido a nivel pulmonar puede deber- se a la elevación de la presión hidrostática (edema hidrostático o cardiogénico) o a una lesión pulmo- nar que incremente la capacidad de conducción e insuficiencia de la microcirculación para mantener un gradiente de presión oncótica entre los espacios intersticial e intravascular (edema de baja presión o síndrome de insuficiencia respiratoria del adulto (SIRA). El edema cardiogénico se presenta por lo general al aumentar la presión ventricular izquier- da al final de la diástole, como sucede en la insufi- ciencia del ventrículo izquierdo o en la isquemia del miocardio. El edema pulmonar de baja presión, también llamado fuga capilar pulmonar o SIRA, cuando se reconoce en el ámbito clínico, se debe a lesión de la micro-circulación por factores que actúan de manera directa (aspiración, inhalación o agentes infecciosos) o indirecta por procesos sis- témicos (sepsis o choque traumático con reani- mación basada en grandes volúmenes de hemode- rivados). - Insuficiencia respiratoria aguda con hipoxemia localizada. El prototipo de IRAH focal es la neu- monía bacteriana lobular aguda. En el caso de infección pulmonar, la proporción de cortocircuito, puede alcanzar 40% del gasto cardiaco total, a pesar de que la consolidación solo afecta un lóbu- lo, y hasta 20% de la perfusión normal. Esto signi- fica que hay una insuficiente vasoconstricción alve- olar hipóxica para disminuir el flujo arterial pul- monar a los segmentos pulmonares infectados y consolidados, esta ausencia de una reducción del flujo sanguíneo pulmonar (y en ocasiones más bien un aumento del flujo) es causada por la producción local de prostaglandinas y otros mediadores infla- matorios, ya que los inhibidores de dichas vías metabólicas aminoran el flujo sanguíneo en mode- los animales.45 CAUSAS DESENCADENANTES EN LA EMBARAZADA En un estudio realizado por Sciscione 46 et al. que eva- luó el periodo preparto en 24 pacientes (47%), el perio- do intraparto en 7 (14%) y el periodo posparto en 20 (21.5%) se encontró que las causas comunes atribuibles de edema agudo de pulmón (EAP) fueron el uso de tocolíticos (13 pacientes [25.5%]) enfermedad cardiaca (13 pacientes [25.5%]), manejo excesivo de líquidos intravenosos 6 022 a 3 340 mL (11 pacientes [21.5%]) y preeclampsia ([18%]). En todas las pacientes se docu- mento la administración de varios agentes tocolítico, la combinación más frecuentemente utilizada fue la de: sulfato de magnesio intravenoso y terbutalina subcutá- nea, aun no se determina la fisiopatología de esta rela- ción. La tasa de edema agudo de pulmón en este estudio fue de 0.08%, siendo múltiples las causas desencadenantes. Se han identificado diversos factores de riesgo: pree- clampsia o eclampsia, 47.48,49 uso de tocolíticos,50-56 in- fecciones severas,49,55,56 enfermedades cardiacas,57 y el manejo de líquidos en forma inadecuada.52,57 Las infec- ciones urinarias y pulmonares (neumonía) son las cau- sas infecciosas desencadenantes de edema agudo de pulmón. Se ha asociado el edema agudo pulmonar en emba- razadas al empleo de indometacina, sulfato de magnesio y terbutalina. La dosis de sulfato de magnesio fue de 4 a 6 gramos en bolos, seguido de 2 a 5 mg por hora, la indo- metacina en dosis de 50 mg rectal cada seis horas, y la terbutalina a dosis de 250 mcg cada 20 min, aplicando un máximo de seis dosis hasta la disminución de las con- tracciones o de la frecuencia cardiaca fetal a menos 120 latidos por minuto. CUADRO CLÍNICO En todos los pacientes hay una evidente taquipnea (> 30) y disnea. Se auscultan estertores difusos en el caso del edema agudo pulmonar, y manifestaciones localiza- das de consolidación en el caso de edema pulmonar. El edema pulmonar de origen cardiogénico puede relacio- narse con obstrucción del flujo de aire, incluidas las sibi- lancias, por lo que es importante dilucidar si se trata de asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o 560 • Anestesia obstétrica (Capítulo 49) edema cardiogénico. La presencia de estertores crepitan- tes, alteraciones radiológicas compatibles con edema de alta presión e hipoxemia refractaria al tratamiento con oxígeno, hace pensar en edema pulmonar como causa principal; el esputo se debe a la producción abundante de secreciones en las vías respiratorias que provocan estertores gruesos. En la gasometría arterial con aire ambiental suele mostrarse una PaO2 de 30 a 50 mm Hg y por pulsoximetría una SPO2 menor de 85%. La exploración del tórax puede revelar alteraciones de los ruidos cardiacos y los soplos que se relacionan con cada una de estas anomalías. La revisión en la administra- ción de líquidos proporciona habitualmente información útil para explicar el edema pulmonar. La radiografía de tórax es útil, simple y de fácil acce- so, los criterios que apoyan su empleo son: el mayor tamaño de la silueta cardiaca, grosor del pedículo vascu- lar, redistribución vascular hacia los lóbulos superiores, líneas tabicadas, y un patrón centrífugo de distribución perihiliar en alas de murciélago. Todos estos hallazgos aún en manos de expertos no alcanzan más allá de 60 a 80% de exactitud diagnóstica. DIAGNÓSTICO Estudio del líquido del edema La cantidad de proteínas en el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (SIRA) es de 70 a 90%de la concen- tración de plasma. El edema cardiogénico se distingue por ser un trasudado, con una cantidad de proteínas menor del 50% de la concentración plasmática. La inca- pacidad para concentrar proteínas a nivel alveolar señala persistencia de la fuga y habla de un mal pronóstico. Ecocardiografía Es una técnica no invasiva que proporciona información sobre el funcionamiento cardiovascular. Los hallazgos que indican la presencia de edema cardiogénico son: dilatación del ventrículo izquierdo, alteraciones regiona- les o globales de la movilidad de la pared y regurgitación mitral, la disfunción ventricular o valvular previa, con mejoría de la elevada presión vascular pulmonar, predis- pone el edema cardiogénico. VIGILANCIA HEMODINÁMICA INVASIVA No se recomienda la colocación de un catéter en el cora- zón derecho de manera rutinaria. Una estrategia mas adecuada consiste en antes de recurrir a la hemodinámi- ca invasiva, informarse específicamente sobre el estado de la función ventricular, la propiedad de recuperación de la volemia y grado del cortocircuito intrapulmonar, así como verificar que tan adecuada es la perfusión y el aprovechamiento del oxígeno. Si todas las fuentes de información no invasivas no nos proporcionan el estado de estos parámetros, entonces es necesaria la cateteriza- ción del corazón derecho. TRATAMIENTO DEL EDEMA PULMONAR CARDIOGÉNICO Este se enfoca principalmente a la corrección e la disfun- ción sistólica y diastólica del ventrículo izquierdo. Casi todos los sujetos responden bien a la intervención farma- cológica, por lo que no se requiere casi nunca apoyo ven- tilatorio mecánico. De cualquier modo, la hipoxemia al ingreso puede ser grave y, al igual que otras causas de IRAH, responden muy poco al tratamiento con oxígeno, en el cuadro 49–1 de muestran las acciones terapéuticas recomendadas. © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 561 Cuadro 49–1. Tratamiento del edema pulmonar cardiogénico Corrección de la hipoxemia Administrar oxigeno por mascarilla o cánula Considerar CPAP con mascarilla Ventilación no invasiva Ventilación mecánica en pacientes inestables Disminución de la precarga Colocar al paciente en posición erguida Administración de nitratos IV, tópicos o sublinguales Furosemida (20 a 40 mg IV) Sulfato de morfina (2 a 5 mg IV) Otros esquemas diuréticos Bumetanida Metolacina y furosemida Dopamina a dosis bajas (1 a 4 µg/kg/min) Si hay evidencia de isquemia, utilizar nitroglicerina intravenosa. Considerar flebotomía o rotación de torniquetes cuando hay insu- ficiencia renal Ultrafiltración/diálisis de urgencia cuando no se consiga la diuresis Disminución de la poscarga Tratamiento de la ansiedad para reducir la presión sistémica Tratamiento antihipertensivo específico IECA (enalapril o lisinopril) Nitroprusiato de sodio para la hipertensión acelerada Bomba con globo intraaórtico para insuficiencia ventricular re- fractaria Apoyo inotrópico Dobutamina, ajustada de acuerdo con los parámetros hemodinámicos REFERENCIAS 1. Rosman J: Pulmonary physiology. En: Geicher N (ed.): Medical Therapy in pregnancy. USA Appleton & Lange, 1992:252-312. 2. Riz KNW et al.: Obstetric complications in pulmonary and critical care medicine. Chest 1996;110:791-809 3. O´Hare R et al.: Anesthesia for caesarean section in the presence of severe primary pulmonary hypertension. Br J Cardiol 1988;81:790-792 4. Rubin IJ: Pathology and pathophysiology of primary pul- monary hypertension. Am J Cardiol 1995;75:51-54. 5. Roberts NV, Keast PJ: Pulmonary hypertension and preg- nancy, a lethal combination. Anaesth Int Care 1990; 18:366-374. 6. Rich S, Kaufmann E, Levy PS: The effects of high doses calcium-channel blockers on survival in primary pulmo- nary hypertension. N Engl J Med 1992;32:76-81. 7. Swiet M: Pulmonary disorders. In: A Kent (ed.): Mater- nofetal medicine. USA Appleton & Lange, 1999:37-94. 8. Base D et al.: Anesthesia in pulmonary diseases. Anaes- thesia 1997; 52: 578-582. 9. Koonin LM, Atrash HK, Lawson HW, Smith JC: Maternal mortality surveillance, United States. 1979-1986. Surveill 1991;40:1-13. 10. Delclos GL, Davilla F: Thrombolytic therapy for pulmo- nary embolism in pregnancy: A case report. Am J Obstet Gynecol 1986;155:375-376. 11. Yabe M et al.: Anesthetic management of cesarean section in a patient with pulmonary embolism due to deep venous thrombosis. Masui 1997; 46: 1585-1589. 12. Morgan M: Amniotic fluid embolism. Anaesthesia 1979; 34: 20-32. 13. Mayer JR: Embolia Pulmonar amnio caseosa. Brazil-medi- co 1926:301-303. 14. Steiner PE: Lushbaugh CC Maternal pulmonary embolus by amniotic fluid. JAMA 1941:117;1254:1341-1345. 15. Liban E, Raz SA: Clinicopathologic study of four-teen cases of amniotic fluid embolis. Am J Clin Pathol 1969;51:477-486. 16. Clark SL, Hankins GDV, Dudley DA, Dildy GA: Amniotic fluid embolism: analysis of de National Registry. Am J Obstet Gynecol 1995;172:1158-1169. 17. Joelsson UHI: Amniotic fluid embolism in Sweden. 1951- 1980. Gynecol Obstet Invest 1985;20:130-137. 18. Martin RW: Amniotic fluid embolism. Clin Obstet Gynecol 1996;39:101-106. 19. Noble HW: Amniotic fluid embolism. Can J Anaesth 1993;10:971-980. 20. Heidenreich W: Clinical aspects of Amniotic fluid embo- lism. Zentralbl Gynakol 1993; 115:233-237. 21. Mabie WC: Amniotic fluid embolism. En: Gleicher N (ed.): Medical therapy in pregnancy. USA Appleton & Lange, 1992:421. 22. Mabie WC, Barton JR et al.: clinical observation on asth- ma in pregnancy. J Mat Fet Met 1992;1:45-50. 23. Mabie WC: Asthma in pregnancy. . Clin Obstet Gynecol 1996;39:56-59. 24. Perlow JH, Montgomery D, Morgan MA et al.: Severity of asthma and perinatal outcome. Am J. Obstet Gynecol. 1992;167:963-967. 25. Kesten S, Chew R, Humnis NA: Healthcare utilizacion after near-fatal asthma. Chest 1995;110:1564-1569. 26. Schreir L: Asthma: En: Gleicher n (ed.): Medical therapy in pregnancy. USA Appleton & Lange, 199;158. 27. Kakinohana M et al.: Propofol anesthesia for an emergent caesarean section in a patient with asthma. Masui 1999;48:900-902 28. Niderman MS, Ahmed QAA: Pneumonia in the pregnant patient: a synopsis. Respir Care J 1999;3:4577. 29. Rigby FB: Pneumonia during pregnancy. Clin Obst Gynecol 1996;39:251. 30. Kirshon B et al.: Favorable outcome after treatment with amantadine and ribavirinin pregnancy complicated by influenza pneumonia. J Reprod Med 1988:33:399-401. 31. Eder SE et al.: Varicella. Pneumonia during pregnancy: tre- atment of two cases with acyclovir. Am J Perinatol 1988;5:16-18. 32. Hake DA et al.: Early treatment with acyclovir for varice- lla pneumonia in otherwise healthy adults: retrospective controlled study and review. Rev Infect Dis 1990;12:788- 798. 33. Stein SJ et al.: Rubeola during pregnancy. Obstet Gyneacol 1991;78:995-978. 34. Partanen L , Kahanpaa K, Pelttotla J: infection with the pumala virus in pregnancy. Case report. Br J Obstet Gynecol 1990: 97:274-275. 35. Gilson G et al.: Hantavirus pulmonary syndrome compli- cating pregnancy. Am J Obstet Gynecol 1994:17:550-554. 36. Stratton P et al.: Human immunodeficiency virus infection in pregnant women under care at AIDS Clinical Trial Centersin the United States. Obstet Gynecol. 1992;79: 364-368. 37. Hicks ML et al.: Acquired immunodeficiency Syndrome and Pneumocystis carinii infections in pregnant woman. Obstet Gynecol 1990;76:480. 38. Catanzaro A: pulmonary mycosis in pregnant women. Chest 1984;86:14s-18s. 39. Ismail MA, Lerner SA: Disseminated blastomycosis in a pregnant women: review of amphotericin B usage during pregnancy. Am Rev Respir Dis 1982:126:350-353. 40. Wack EE et al.: Coccidiooidomycosis during pregnancy; and analysis of ten cases among 47,120 pregnancies. Chest 1988: 94:376-379. 41. Kleinman JC, Peirre MB, Madans JH, Land GH et al.: The effects of maternal smoking on fetal and infant mortality. Am J Epidemiol 1988;127:274. 42. Meyer B, TonasciaJA: Maternal smoking, pregnancy com- plications and perinatal mortality. Am J Obstet Gynecol 1977;128:494. 43. Gerrard JW, Cockcroft DW, Mink JT, Cotton DJ et al.: Increased nonspecific bronchial reactivity in cigarette smo- kers with normal lung function. Am Rev Respir Dis 1980;122: 577. 44. Hegab ES, Matulionis DH: Pulmonary macrophage mobi- lization in cigarette smoke-exposed mice after halothane anesthesia. Anesth Analg 1986;65:37. 45. Polese G, Rossi A, Appendini et al.: Partitioning of respi- ratory mechanics in mechanically ventilated patients. J Appl Physiol 1991;71:2435. 46. Sciscione N et al.: Management options in women with preterm uterine contractions: A randomized clinical trial. Am J Obstet Gynecol 1997;177:814-818. 47. Hankins GD, Havith JC, Kuehl TJ: Ritodrine hydrochlori- de infusion in pregnant baboon sodium and water com- partment alterations. Am J Obstet Gynecol 1983; 147: 254-259. 48. Katz M, Robertson PA, Creasy RK: Cardiovascular com- plications associated with terbutaline treatment for pre- term labor. Am J Obstet Gynecol 1981; 139 :605-608. 49. Pisani RJ, Rosenow ED: Pulmonary edema associated with tocolytic therapy. Ann Intern Med 1989; 110:714-718. 50. Perry KG Jr, Morrison JC, Rust OA, Sullivan CA et al.: Incidence of adverse cardiopulmonary effects with low- dose continuous terbutaline infusion. Am J Obstet Gynecol 1995;73:1273-1277. 51. Cunningham FG, Lucas MJ, Hankins GD: Pulmonary injury complicating antepartum pyelonephritis. Am J Obstet Gynecol 1987; 156:797-807. 52. Towers CV, Kaminsdas CM, Garite TJ, Nageotte MP et al.: Pulmonary injury associated with antepartum pyelo- nephritis: Can patients at risk be identified? Am J Obstet Gynecol 1991;164: 974-978. 53. Clark SL: Structural cardiac disease in pregnancy. En: 562 • Anestesia obstétrica (Capítulo 49) Clark SL, Phelan JP, Cotton DB (eds.): Critical care obste- trics. Oradell, New Jersey: Medical Economics Books, 1987:92. 54. Benedetti TJ, Carson RW: Studies of colloid osmotic pres- sure in pregnancy inducted hypertension. Am J Obstet Gynecol 1979;135:308-311. 55. Metcalfe JL, Ueland K: Maternal cardiovascular adjust- ments to pregnancy. Prog Cardiovasc Dis 1974; 16: 363- 374. 56. Pritchard JA: Changes in blood volume during pregnancy and delivery. Anesthesiology 1965;26:39-42. 57. Scott DE: Anemia during pregnancy. Obstet Gynecol Ann 1972;1:219-244. 58. Richalet JP, Gratadour P et al.: Sildenafil inhibits Altitude- induced hypoxemia and pulmonary hypertension. Am J Crit Care Med 2005;171:275-282. 59. Prasad S, Wilkinson J, Gatzoulis MA: Sildenafil in primary pulmonary hypertension. N Engl J Med 2000;1342:48. © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 563
Compartir