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863 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Capítulo Anestesia en la embarazada con hemorragia intracraneal INTRODUCCIÓN La hemorragia intracraneal (HIC) durante el embarazo es una complicación catastrófica que constituye la terce- ra causa de muerte materna de causa no obstétrica, esta situación representa para el anestesiólogo un enorme reto y una tarea substancial, ya que su manejo es com- plejo por los cambios fisiológicos asociados al embarazo y a esta patología, y los riesgos potenciales tanto para el feto como para la madre, por lo que el anestesiólogo debe tener conocimiento profundo de esta complicación para facilitar un manejo perioperatorio óptimo en su tra- tamiento. La HIC durante el embarazo puede ser debida a varias causas como son: ruptura de un aneurisma que causa hemorragia subaracnoidea (HSA), o de una mal- formación arteriovensosa (MAV) preexistente, por un evento vascular cerebral hipertensivo hemorrágico (EVCH), o alteración de la dinámica del líquido cere- broespinal (LCE) producida por punción dural acciden- tal durante la administración de anestesia epidural o intencional en una anestesia espinal, o por un traumatis- mo craneoencefálico TCE (la causa de mayor frecuen- cia), y alteraciones hematológicas, terapia anticoagulante y coagulación intravascular diseminada. La HSA durante el embarazo es un evento raro, la ruptura de un aneuris- ma intracraneal se observa en el 51 al 80% de los casos, seguida de la enfermedad vascular hipertensiva con 10 a 15% y la ruptura de MAV 5 a10%. La HIC es una emer- gencia médica que demanda una atención vigorosa e inmediata debido a la complejidad en su manejo y, por el posible daño neurológico que causa, al cual se suma el estado grávido de la paciente. INCIDENCIA La incidencia de la HIC a nivel mundial es difícil de pre- cisar, ya que en los reportes interfieren factores como: el error y retraso diagnóstico y consecuentemente la muer- te de estas pacientes, la falta de departamentos epide- miológicos que investiguen tal complicación, o el desco- nocimiento médico de este problema en las instituciones de salud tanto asistenciales como privadas, principal- mente en países en vías de desarrollo. La incidencia de HIC ya sea por ruptura aneurismal, de una MAV o EVCH durante el embarazo es difícil de evaluar, debido a la diferencia de los patrones referencia- les obstétricos, pero se ha estimado que esta varía de 0.01 a 0.05% en todos los embarazos o de 1 a 5 en 10 000 embarazos, los aneurismas son responsables de1 77% y la ruptura de MAV en el 23% de los casos, la HIC se pre- senta antes del parto en el 92% y en el postparto en el 8% de las pacientes.1,2 La hemorragia aneurismal en relación a la edad del embarazo es la siguiente : primer trimestre 6%, segundo trimestre 30%, tercer trimestre 55%, y postparto 9%,3 habitualmente se presenta en mujeres multíparas de 25 a 35 años.1,2,4 La ruptura de una MAV tiende a presen- tarse en madres jóvenes de 18 a 25 años de edad en cual- quier estadio del embarazo, pero es más frecuente entre las 20 semanas de gestación y 6 semanas del postparto, no se relaciona con la paridad.1,2,4,5 MORBILIDAD Y MORTALIDAD MATERNO FETAL La disminución en la mortalidad materna por causa directa, ha resultado en un incremento relativo de la mortalidad de causa no obstétrica, la HIC es responsable del 5 al 14% de todas las muertes maternas.2,3 La morta- lidad materna por HIC varía de 40 a 83% pero, con el tratamiento médico y quirúrgico actual ha disminuido a un 30 a 40%,6,7 otros autores reportan una incidencia de 12 y 25%.8 La morbilidad y mortalidad por HSA durante el em- barazo es significativa y varía directamente con el grado de daño neurológico de acuerdo a la escala de Hunt y Hess, se reporta que es similar a la de la población no obstétrica y oscila entre 13 a 35%, la mortalidad fetal esta comprendida entre 7 a 25%.2,3 La mortalidad ma- terna por ruptura de MAV es mayor que en la población no grávida.2,9,10 esta es del 28% y la fetal del 14%, la mortalidad materna y fetal disminuye significativamente en ambos casos con el tratamiento quirúrgico compara- tivamente con el conservador en relación 11% vs. 63% y 5% vs. 27%, respectivamente.2 Simolke reporta que el 40% de pacientes que sufren de estos cuadro quedan con déficit neurológico.11 FACTORES DE RIESGO DE HIC DURANTE EL EMBARAZO El papel del embarazo como un factor de riesgo de HIC es controversial, algunos estudios sugieren que no hay asociación entre embarazo y HIC, otros estiman que el riesgo se incrementa hasta cinco veces más. El riesgo de HIC varía con la edad del embarazo, es mayor durante el tercer trimestre, el nacimiento y el puerperio.3,9,10 La incidencia de HSA por ruptura aneurismal está docu- mentada, sin embargo, la información se limita a repor- tes de pequeñas series. Sawle señala en un análisis retros- pectivo que el riesgo de HIC por ruptura de MAV durante el embarazo es de 3.5% y es similar al de la paciente no embarazada.4,7,12 EMBARAZO Y PARIDAD Qureshi y cols13 estudiaron la relación entre el número de embarazos y diferentes tipos de accidentes vasculares cerebrales, observando que el riesgo de hemorragia intra- cerebral se incrementa tres veces más en mujeres con embarazos previos comparadas con las nuligrávidas, esto hallazgo fue mayor en las multiparas (3 a 5 embarazos). Otro autor concluye que el embarazo no parece incre- mentar la posibilidad de HIC por ruptura de MAV, cuan- do esta se presenta lo hace en madres jóvenes y no se relaciona con la paridad.3 EDAD SEXO La HIC en adultos jóvenes (27 años promedio) ha sido poco estudiada, las investigaciones de Ruiz Sandoval y cols. reportan que la hemorragia intracerebral en perso- nas jóvenes tiene una frecuencia de 7% a 40,14 y prefe- rentemente es de localización lobar y resulta de ruptura de malformaciones arteriovenosas. Se ha enfocado un gran interés en estudiar la asociación de hipocolesterole- mia con el incremento en la incidencia de hemorragia intracerebral, el mecanismo de este fenómeno se desco- noce, algunos investigadores proponen que las altas pre- siones sanguíneas diastólicas y los bajos niveles de coles- terol debilitan el endotelio de las arterias intracerebrales provocando hemorragia en presencia de hipertensión, en esta serie de Ruiz Sandoval el 35% de los pacientes pre- sentó evidencia de hipocolesterolemia.14 En el concepto del genero como factor de riesgo se ha encontrado que la HSA se presenta en una relacion de 1.6 : 1 sexo femeni- no: sexo masculino. HIPERTENSION CRONICA E INDUCIDA POR EL EMBARAZO Hay numerosos reportes en la literatura mundial de casos de ruptura aneurismal y evento vascular cerebral hemorrágico (EVCH) por hipertensión arterial crónica o inducida por el embarazo.15 Sharshar encontró a la eclampsia como la etiología más frecuente de HIC en el 44% de los casos estudiados.16 La hemorragia intracere- bral habitualmente se asocia a alteraciones hipertensivas, tres de cuatro mujeres que sufren de HIC tienen hiper- tensión inducida por el embarazo, de estas una muere y otras dos sufren de secuelas neurológicas permanentes, la embarazada de mayor edad con hipertensión crónica subyacente es la que está más expuesta a este tipo de complicaciones neurovasculares.11 No se ha reconocido la asociación de hemorragia por ruptura de MAV con hipertensión, tampoco se ha docu- mentado la relación entre presión arterial media y riesgo de hemorragia por ruptura de MAV, aunque el aumento de la presión sanguínea puede ser un factor de riesgo.17,18 TABAQUISMO El tabaquismo e hipertensión han sido implicados como factores de riesgo de HSA aneurismal, sin embargo, estos fatores no se han reportado asociados a hemorragia por ruptura de MAV. El efecto del cigarro en la incidencia de HSA no es claro, tal vez, este debilita la pared de los vasos y acelera la formación del aneurisma o desestabili- za un aneurisma preexistente. Las MAV son lesiones congénitas quepermanecen estáticas y el fumar cigarri- llos no se relaciona con su formación.17 ABUSO DEL ALCOHOL Algunos estudios sugieren cierta relación entre intoxica- ción por alcohol y HIC, sin embargo, otros autores no consideran el abuso de alcohol como un factor de riesgo de HIC. Los resultados de los estudios de Hilbom y cols. reportan que el 22% de sus pacientes que presentaron HSA primaria tenian intoxicación alcohólica y que el riesgo de HSA espontánea se incrementa por este factor de 2 a 3 en el hombre y de 2 a 13 veces más en la mujer,19 estos hallazgos demostraron que la HSA puede ser precipitada por intoxicación alcohólica en pacientes con o sin aneurisma confirmado. Datos experimentales indican que el flujo sanguíneo cerebral se incrementa sig- nificativamente por la intoxicación alcohólica, la cual produce vasodilatación, hiperemia cerebral de corta duración y alteraciones la función plaquetaria. Tal vez 864 • Anestesia obstétrica (Capítulo 75) parte del proceso por el cual el etanol promueve la HSA sea que el alcohol aumenta la relación de 6 cetoprosta- glandinas F12/tromboxano B2 y produce un cambio de los precursores activos de las prostaciclinas y tromboxa- nos que alteran el tono cerebrovascular,19 sin embargo, Raaymakers no pudo demostrar la asociación entre el abuso del alcohol y HSA.20 COCAÍNA, ANFETAMINAS Y ECTASYS Se ha reportado HIC como complicación relacionada con el abuso de cocaína. Mercado y cols. reportan el pri- mer caso de HIC asociado al uso de cocaína el cuál ocu- rrió en el postparto.21 Los accidentes hemorrágicos son una complicación desvastadora causada por el abuso de cocaína, particularmente en personas jóvenes que no presentan ningún factor de riesgo de enfermedad cere- brovascular. El empleo de cocaína se asocia con HIC durante el embarazo debido a que muchos de estas pa- cientes tienen aneurismas o malformaciones arterioveno- sas subyacentes no diagnosticadas, se ha estimado que el 8 a 17% de las embarazadas abusan de la cocaína.22,23 El 67% de los pacientes que presentan HSA como resultado de la adicción a cocaína tienen una anormali- dad vascular ya sea un aneurisma sacular en el círculo de Willis o una MAV. La hipertensión aguda o vasoconstric- ción que produce la cocaína puede causar degeneración de las pequeñas arterias cerebrales con ruptura del tejido muscular y elástico de las paredes arteriales y producir ruptura de un aneurisma o de una MAV causando ya sea una HSA o un EVCH.22,24 La cocaína puede alterar significativamente la auto- rregulación arteriolar causando vasodilatación cerebral e incrementando el flujo sanguíneo cerebral, (FSC) favore- ciendo la ruptura y hemorragia vascular,24 también hay reportes de hemorragias intracerebrales en mujeres jóve- nes que ingieren otro tipo de drogas como son las anfe- taminas y el ectasys. ¿CONTRIBUYEN A LA HIC LOS CAMBIOS FISIOLÓGICOS DEL EMBARAZO? La relación entre HIC y embarazo aún permanece con- troversial, Ursell 25 encontró que el postparto más que el embarazo, se relaciona con un alto riesgo de infarto y HIC, esta última patología durante el periparto es res- ponsable del 10% de todas las muertes maternas, las que en su mayoría se asocian con hipertensión inducida por el embarazo, trombosis del seno o HSA por ruptura de aneurismas saculares o de una MAV, en algunos casos se desconoce la causa. Aunque no se ha establecido al embarazo como un factor causal directo o que favorece el desarrollo de la HIC, existen numerosos reportes de ruptura aneurismal y de MAV durante el trabajo de parto, nacimiento y post- parto. Los cambio fisiológicos cardiovasculares de la ges- tación, el efecto estimulante al crecimiento de los aneu- rismas del embarazo, la hipertensión ya sea crónica o inducida por el mismo, pueden ser los responsables del incremento en la incidencia de HIC durante la gestación. Otros cambios fisiológicos durante el embarazo parecen estar relacionados con un alto riesgo de ruptura de aneurisma o de una MAV estos son : el volúmen san- guíneo alcanza un máximo incremento del 50% a las 32 semanas de gestación, este es mayor en mujeres multi- grávidas y con embarazos múltiples, el gasto cardiáco se eleva entre 30% y 50%, alcanzando su nivel más alto a las 20 a 24 semanas, al final del embarazo disminuye ligera- mente el volúmen de expulsión y la frecuencia cardiaca (FC) se incrementa en un 15 %.4 En el trabajo de parto y nacimiento, el gasto cardiá- co, la presión arterial sanguínea, la presión venosa cen- tral, la FC y el volúmen de expulsión se incrementan con cada contracción uterina, esta a su vez produce un efec- to de autotransfusión a nivel del útero de aproximada- mente 200 a 400 mililitros de sangre, lo que origina un estress hemodinámico muy importante en forma genera- lizada, si a estos cambios se suma que la presión del LCE aumenta con cada contracción uterina en forma impor- tante, se puede concluir que se desencadena una etapa de sobrecarga hemodinámica muy severa que puede favorecer la producción de una HIC. Durante el nacimiento la FC disminuye, pero el volúmen de expulsión y el gasto cardiáco se incrementan aún más,4,5 estos cambios y rápidas fluctuaciones hemo- dinámicas producen aumento de la presión intracraneal y presión transmural (PTM) en un aneurisma preexisten- te. Adicionalmente durante la maniobra de Valsalva hay un incremento súbito en el flujo sanguineo cerebral (FSC) que puede tensionar aún más la pared del aneuris- ma y romperlo.4,5 Es concebible que los cambios hemodinámicos y endocrinos asociados con el embarazo predispongan a la formación de aneurismas, su crecimiento y ruptura, ya que los niveles de hormonas incluyendo estrógenos, pro- gesterona y gonadotrofinas coriónicas que afectan el teji- do conectivo de los vasos sanguíneos se incrementan notablemente durante el embarazo.Varias líneas de evi- dencia sugieren que los aneurismas pueden crecer, en parte debido a la laxitud de las paredes vasculares duran- te el embarazo.4 Weir y Drake observaron el crecimiento y aparición de un aneurisma previamente clipado, que produjo un pequeño cuello residual a las 16 semanas del embarazo;26 los aneurismas que crecen durante el em- barazo disminuyen de tamaño después del nacimiento. La hipertensión es un factor de riesgo y se asocia con un 10 a 20% de HSA aneurismal, una tercera parte de las HIC fatales que ocurren durante el embarazo están aso- ciadas a hipertensión, en particular con la eclampsia o la preeclampsia, su incidencia es del 14 a 44% de todas las hemorragias intracerebrales asociadas a la gestación.4,5 La hemorragia intracerebral, o la HSA espontánea por ruptura de una MAV, representa el 4.4% de todas las muertes maternas. Weir demostro una asociación entre embarazo y hemorragia con ruptura de MAV.26 Sadasi- van documento que esto ocurre con mayor frecuencia entre las 20 semanas de gestación y 6 semanas del post- parto, este fenómeno puede estar relacionado con los© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 865 cambios hemodinámicos, hormonales y de coagulación que ocurren en este periodo.27 PATOLOGÍA DE LA HSA Y HEMORRAGIA SUBDURAL POR ALTERACIÓN DE LA DINÁMICA INTRACRANEAL En los últimos años han estado apareciendo en la litera- tura mundial reportes de HSA después de la punción de la dura madre accidental o intencional durante la aplica- ción de la anestesia epidural o espinal respectivamente, así como en la punción lumbar como método diagnóstico. La HSA en estos casos se debe a dos factores: la presen- cia de malformaciones vasculares (aneurismas o MAV) no detectadas previamente, o a la hemorragia subdural (HSD) producida por ruptura de vasos del sistema de las venas emisarias y puente entre el cerebro y el cráneo. La pérdida de líquido cerebroespinal (LCE) en mayor o menor grado después de una punción dural con- lleva a un desplazamiento caudal del contenido intracra- neal, la pérdida abundante de LCE puede causar la reduccióndel volúmen y presión del LCE, y de la pre- sión intracraneal (PIC). Cuando disminuye la PIC se forma un gradiente de presión que es la llamada presion transmural (PTM) a nivel de una malfomación vascular, que incrementa el estress a nivel de la pared del vaso san- guineo aumentando el riesgo de ruptura. La PTM de un aneurisma, es igual a la diferencia de la presión intraa- neurismal o presión arterial media (PAM) y la PIC (PTM = PAM – PIC), es decir que si la PAM = 100 mm Hg y la PIC = 15 mm Hg, la PTM será de 85 mm Hg.23,28,29 Cuando se altera la dinámica del LCE hay un movi- miento en dirección caudal tanto del cerebro como del cordon espinal, y se produce una tracción-estiramiento de las paredes delgadas de los vasos y ruptura de los vasos sanguíneos de la dura formando un HSD, el cuál puede presentarse en forma aguda o crónica con una variedad de síntomas..23,28,29 PATOLOGÍA DE LOS ANEURISMAS Los aneurismas cerebrales son anormalidades estructura- les de las arterias intracraneales, habitualmente se for- man en los puntos de bifurcación de las arterias de grue- so calibre que atraviesan la base del cerebro, los vasos de la carótida interna se ven afectados con más frecuencia que los de la circulación posterior.28 Aproximadamente el 85% de los aneurismas se forman en la circulación anterior sobre las arterias comunicante anterior, carótida interna y cerebral media, los aneurismas de la circulación posterior surgen del ápex de la arteria basilar y en el ori- gen de la arteria cerebelosa posteroinferior.23 La continua tensión originada por la presión arterial, el flujo sanguíneo turbulento a nivel de la bifurcación de las arterias, predispone a que la pared de los aneurismas se adelgaze y debilite con degeneración de la musculares; confome crece el aneurisma la complianza de la pared aneurismal disminuye y la tensión y el riesgo de ruptura se incrementan.29 Como ya se mencionó la presión que se origina en la pared de los vasos es igual a la diferencia entre la presión arterial media (PAM) y la presión intra- craneal (PIC) denominada como presión transmural PTM 28 figura 75–1 y 75–2. La probabilidad de ruptura dependerá del tamaño y del calibre del aneurisma el cual puede alcanzar desde 1 hasta 5 cm de diámetro.23,28,29 Aproximadamente el 1% de mujeres en edad reproductiva albergan algún aneuris- ma cerebral y 25% de éstas presentan lesiones múlti- ples.23,28 PATOLOGÍA DE LA MALFORMACIÓN ARTERIOVENOSA Las MAV son lesiones congénitas asintomáticas que se diagnostican incidentalmente con mayor frecuencia en la tercera y cuarta década de la vida, pueden manifestarse 866 • Anestesia obstétrica (Capítulo 75) Figura 75�1. Representación esquemática de la formación de un aneurisma. A. La presencia de un flujo sanguíneo turbulento que impacta a nivel de la bifurcación de la arteria y como esta se adelgaza y debilita. B. Sobredistensión de la pared arterial y momento en que se rompe el aneurisma. C Aneurisma con el coagulo sanguíneo que puede calcificarse o resangrar en cualquier momento. Mahla EM. Update on anestesia for intracraneal aneurysms surgery.En: Stoelting KR, Barash GP, Gallagher JT. Advances in Anestesia.USA Mosby Year Book 1993;10:95-119. Adelgazamiento y debilitamiento de la pared a nivel de la bifurcación de la arteria Flujo sanguíneo turbulento Ruptura Coágulo en el domo del aneurisma Flujo sanguíneo turbulento A B C clínicamente por cefalea, convulsiones o signos focales. Las MAV se asocian con HIC en el 50% de los casos, el 10% de los paciente muere después de la primera hemo- rragia y aproximadamente el 14% presenta secuelas inca- pacitantes.23 Una MAV es una “Red o Nido Enmarañado” congé- nita de vasos anormales con apariencia de arterias o venas, con canales vasculares cavernosos de pared muy delgada e interpuestos, pero que no son arterias ni venas, a través de las cuáles pasa sangre arterial directamente a las venas de drenaje sin haber capilares participantes y se extienden de la superficie a la profundidad del cerebro 3,23,28 figura 75–3. Su presentación más importante es en la hemorragia intracerebral, ventricular o subaracnoidea, se ha estimado una prevalencia de MAV de 1 en 1 000, aunque se piensa que esta es más frecuente debido a que muchas de las veces son asintomáticas,esta patología es la tercera causa de hemorragia intracraneal, después de los aneurismas saculares y los eventos vasculares hemo- rrágicos.3,23 figura 75–3. PATOLOGÍA DEL EVENTO VASCULAR CEREBRAL HEMORRÁGICO La hipertensión gestacional puede describirse como incrementeo de la presión sanguínea sin síntomas de pre- eclampsia después de las 20 semanas en mujeres previa- mente normotensas, y la preeclampsia como la aparición de hipertensión, edema y proteinuria después de las 20 semanas de gestación en embarazadas normotensas.15,30 La incidencia de hipertensión crónica en la mujer emba- razada es del 1 a 5% y esta frecuencia se eleva en muje- res de edad mayor, obesas y de raza negra. La hiperten- sión crónica se define como una elevación de la presión de 140/90 antes de las 20 semanas de gestación.30 La hemorragia intracerebral hipertensiva en la embarazada esta ligada a incremento en la presion arte- rial y habitualmente tiene su localización intraparenqui- matosa, en su produción influyen los siguientes fenóme- nos: a nivel de los vasos sanguineos se presentan lesiones © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 867 PIC = 15 mm Hg PAM 100 mm Hg PTM Arteria carotídea PAM = 100 mm Hg PPC = PAM - PIC = 85 mm Hg PTM = PAM - PIC = 85 mm Hg Figura 75�2. Determinantes de la Presion Transmural PTM de un aneurisma y la Presión de Perfusión Cerebral PPC. Ambas son determinadas por la diferencia entre la Presión Arterial Media PAM y la Presión Intracraneal PIC ambas son numéricamente iguales. Un incremento en la PAM, o aumento o disminución de la PIC produce una elevación de la PTM con riesgo de ruptura del aneurisma. Colley PS. Intracraneal Aneurysms: neuroanesthesia management. En: Newfield P, Cotrrell JE. Neuroanesthesia: Handbook of clinical and physiologic Essentials. 2ª. Ed, Boston, Litle Brown. 1991:194:214. VD Zona vecina hipotensa Vaso alimentador principal Vaso intracraneal Vaso extracraneal VD Figura 75�3. Malformación arteriovenosa represen- tada como una red enmarañada de vasos sanguíne- os que no son venas ni arterias, con paso directo de sangre sin intervención de capilares. Tienen un vaso alimentador principal y venas de drenaje (VD). La malformación se dirige de la superficie a la profundi- dad del cerebro. (de Young LW, Spellman PJ. Inter- ventional Neurorradiology. En: Albim SM. Textbook of neuroanesthesia with neurosurgical and neuroscien- cie. USA, McGraw-Hill, 1997: 807-843). degenerativas, y formación de microaneurismas con pun- tos frágiles en las pequeñas arterias cerebrales penetran- tes, que al elevarse la presión arterial producen ruptura de arteriolas y capilares y consecuentemente hemorragia intracerebral. Se reporta que tres de cuatro mujeres que sufren este tipo de EVCH tienen hipertensión inducida por el embarazo o hipertensión crónica subyacente, y son pacientes de edad mayor,12 además, debido a su localiza- ción este tipo de EVCH es de mal pronóstico, en prome- dio una mujer muere y otras dos presentan secuelas neu- rológicas permanentes.12,15 FISIOPATOLOGÍA DE LA HEMORRAGIA INTRACRANEAL DURANTE EL EMBARAZO Cuando un aneurisma sacular se rompe, la llegada de sangre arterial al espacio subaracnoideo causa un incre- mento inicial en la PIC, la cual alcanza valores similares a la presión diastólica sobre los troncos de las arterias intracraneales principales. Este incremento de la PIC produce una reducción súbita en la presión de perfusión cerebral (PPC) con disminución del flujo sanguíneo cerebral (FSC) e isquemia cerebral global. Después del aumento de la PIC y reducción del FSC puede generar- se una reducción de la PIC eincremento en el FSC, con una hiperemia reactiva y mejoria de la función cere- bral.31 esta secuencia puede estar relacionado con las pacientes que sobreviven al sangrado inicial y que pre- sentan varios niveles de conciencia. Otro patrón que puede seguir la HSA es la persis- tencia del aumento de la PIC y ausencia de FSC que se asocian con vasoespasmo agudo, edema de los astrocitos perivasculares, células neurales y endotelio capilar.31 La hipertensión frecuentemente observada durante la HSA representa una hiperactividad autonómica inducida por la isquemia cerebral o trauma directo, secundaria a mecanismos de control autonómico cerebral. El incremento súbito y sostenido de la PAM o reduc- ción de la PIC tienden a distender el saco y causar rup- tura y reactivación del sangrado del aneurisma.31 Inversamente, la reducción prolongada en la PPC puede producir: isquemia cerebral en áreas pobremente perfun- didas, alteración de la autorregulación, incremento de la PIC en una barrera hematoencefálica (BHE) isquémica y lesionada.29 Figura 75–4. Los factores que precipitan la HIC por ruptura de una MAV no son claros, sin embargo, se debe considerar 868 • Anestesia obstétrica (Capítulo 75) PIC PPC FSC Isquemia cerebral Falla de autorregulación PIC Lesión de BHE H. intracerebral H. subaracnoidea H. intraventricular FSC PIC FSC Vasoespasmo Edema cerebral Muerte PIC PIC PAM PTM Ruptura y resangrado Alteración del sistema nervioso autónomo Hipertensión sistémica Arritmias cardiacas Edema pulmonar Fisiopatología de la hemorragia intracraneal Ruptura Aneurisma, MAV, EVCh Hiperemia activa Mejoramiento de la función Cefalea, náusea, rigidez de nuca, somnolencia, irritabilidad, convulsiones Coma Figura 75�4. Diagrama esquemático y secuencia fisiopatológica de los eventos que se presentan después de una hemorragia intra craneal ya sea por ruptura de un Aneurisma, o de una MAV malformación arterio-venosa o EVCh, evento vascular cerebral. Sus efectos sistémicos y en la dinámica intracraneal; PIC: presión intracraneal; FSC: flujo sanguíneo cerebral; PPC: presión de perfusión cerebral; PAM: presión arterial media; PTM: presión transmural del aneurisma; BHE: barrera hemato-encefálica; H: hemorragia. que los vasos de la MAV son conductos vasculares que no se autorregulan en respuesta a cambios en la presión arterial sanguínea y no responden a estímulos químicos como la PaCO2. Esto sugiere que el incremento de la presión arterial sanguínea puede ser transmitido directa- mente a los vasos de la MAV,30 un aumento transitorio pero súbito de la presión sanguínea puede distender y romper una MAV, como factores predisponentes en el incremento de la presión sanguínea se han mencionado la tos, el esfuerzo, el coito, la defecación o el estrés emo- cional.23,29 Las MAV pueden asociarse con aneurismas, los cuáles habitualmente se localizan en las arterias ali- mentadoras mayores de las MAV.23 Los signos y síntomas neurológicos de la hiperten- sión intracraneal son causados por la dispersión sanguí- nea, los pacientes pueden presentar cefalea explosiva, náusea, rigidez de nuca por irritación meníngea, somno- lencia, irritabilidad, convulsiones, coma y muerte, esto dependiendo de la severidad de la hemorragia. La irrita- ción del parénquima cerebral puede causar alteraciones autonómicas como hipertensión sistémica, arritmias car- diácas o edema pulmonar.23 COMPLICACIONES MÁS FRECUENTES DE LA HIC Vasoespasmo Cerebral. El vasoespasmo cerebral es la principal causa de isquemia cerebral tardía e infarto sub- secuente después de una HS, su presencia y severidad se correlaciona con el volúmen y localización de sangre subaracnoidea observada en la tomografia axial compu- tarizada (TAC), la patogénesis del vasoespasmo no está claramente reconocida, pero se relaciona directamente con la cantidad de sangre en el espacio subaracnoideo. Factores humorales tales como: la oxihemoglobina, radi- cales libres superóxido y lipido-peroxidasas parecen ini- ciar el vasoespasmo arterial cerebral, produciendo una contracción del músculo liso arterial cerebral e inducien- do cambios estructurales en la luz de los vasos. Las manifestaciones clínicas del vasoespasmo inclu- yen: disminución o fluctuaciones en el estado de con- ciencia, incremento de la intensidad de la cefalea, rigidez de nuca y signos neurológicos focales que se correlacio- nan con el sitio del espasmo arterial. El diagnóstico de vasoespasmo habitualmente se hace por exclusión, des- pués de que otras causas de disminución del nivel de conciencia y los déficits neurológicos han sido descarta- dos. El vasoespasmo se observa angiograficamente en el 60 % de los pacientes y es sintomático solamente en el 25 a 30 %.23,31,32,33 Resangrado. El riesgo de resangrado de un aneuris- ma es aproximadamente 4% en las primeras 24 h y 1.5% por día posteriormente, un 15 a 30 % de pacientes resan- gran en las primeras 24 h después de HSA, la mortalidad llega a ser del 80%, el riesgo de resangrado de una rup- tura de MAV es substancialmente menor. Los resultados después de un resangrado son tan catastróficos que el tratamiento quirúrgico o endovascular son recomenda- dos para todos los pacientes, excepto para aquellos con calificaciones de 4 y 5 en la escala Hunt y Hess, o en las embarazadas en donde se tiene que valorar el tipo de lesión y la edad del embarazo para normar el criterio terapéutico23,31,32,33 cuadros 75–1 y 75–2 Hidrocefalia. La dilatación ventricular se presenta aproximadamente en el 25% de los pacientes dentro de los pocos días de la HIC. El mecanismo habitual es una hidrocefalia obstructiva causada por la sangre intraven- tricular, los signos de esta complicación incluyen una dis- minución de la calificación en la Escala de Coma de Glasgow (ESCG), un enlentecimiento de la respuesta pupilar y desviación hacia abajo de los globos oculares, un drenaje ventricular externo temporal habitualmente mejora los síntomas.23,31,32,33 Convulsiones. Las convulsiones generalizadas se presentan hasta en un 40% de los pacientes con HIC cuando un déficit neurológico está presente, estas pue- den resultar del vasoespasmo o pueden indicar que el resangrado ha ocurrido, la actividad convulsiva no solo incrementa la demanda de oxígeno cerebral, sino tam- bién altera la hemodinámica cerebral. Aunque varios estudios han fracasado para demostrar un claro beneficio del uso rutinario de anticonvulsivantes, su administra- ción en el periódo inmediato posthemorragia es común debido al riesgo de resangrado asociado con una crisis convulsiva.23,31,32,33 Cardiovasculares. Después de una HIC, el daño al hipotálamo posterior puede estimular la liberación de norepinefrina (NEP) de la médula adrenal y de vías sim- páticas cardiácas eferentes, incrementando el tono sim- pático. La NEP produce une elevación significante de la postcarga y cambios isquémicos en el subendocardio. Existen anormalidades electrocardiográficas en el electrocardiograma (ECG) en el 50 a80 % de los pacien- tes con HSA, además hay una variedad de modificacio- nes en el ritmo cardíaco,23,31,32,33 Estas alteraciones en el ECG y ritmo son frecuentemente observadas en las pri- meras 48 horas después de la HSA espontánea, afortuna- damente son benignas y transitorias en la mayor parte de los casos. Entre los cambios ECG observados después de © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 869 Cuadro 75�1. Complicaciones de la HIC por ruptura de aneurismas o MAV Complicaciones tempranas Complicaciones tardías Hematoma e hipertensión Vasoespasmo, hidrocefalea y intracraneana, isquemia reactivación del sangrado cerebral Parálisis de nervios craneales, Hemiparesias permanentes hemiparesias Disminución del nivel de conciencia, convulsiones Arritmias cardiacas y Infarto del miocardio alteraciones en el ECG Hipertensión sistémica transitoria Hipertensión persistente Alteraciones de la visión Hemorragia vítrea,ceguera Alteraciones de líquidos y Deterioro neurológico y muerte electrólitos, hipovolemia Edema pulmonar HSA se incluyen: inversión de la onda T, depresión del segmento ST por hipocalemia, aparición de ondas U, prolongación del QT por hipocalcemia que puede pro- ducir arritmias cardiácas y depresión miocárdica, y rara vez ondas Q,1,34,35,36 la presencia de estas y cambios en el segmento ST representan mal pronóstico.36,37 Las arritmias cardiácas van desde arritmias benignas tales como bradicardia sinusal, taquicardia sinusal, extrasísto- les y disociación auriculo-ventricular (AV) hasta arrit- mias potencialmente fatales, como fibrilación y flutter ventricular y torsade de pointe.31,34,35,38 Se presume que las anormalidades en el ECG tiene origen neurogénico, y estan relacionadas con la liberación de catecolaminas después de la HSA,o con daño hipota- lámico e incremento en el tono simpático.38 Es de parti- cular importancia tener en cuenta que la presencia de ondas Q sugiere un infarto agudo transmural, el cuál se debe confirmar con la determinación de enzimas cardiá- cas como la creatin-cinasa (CKMB).31,34,35 Todas estas anormalidades ECG representan un dile- ma para el anestesiólogo durante el periodo perianestési- co, ya que se enfrenta a una variedad de situaciones de riesgo y decisiones como: 1. La presencia de un posible infarto coincidental con HSA. 2. Un infarto agudo del miocardio causado por HSA. 3. Cambios ECG de origen neurogénico y sin infarto del miocardio. 4. La cirugía puede ser diferida sin riesgos. 5. La cirugía no puede ser retrasada sin riesgos. 6. La cirugía es imperativa para la sobrevida.39,40 La evaluación precisa de las anormalidades ECG en el perioperatorio es de gran importancia, ya que el retraso de la cirugía representa un riesgo adicional de daño cere- bral y déficit neurológico tardío, y el riesgo de que pro- duzca un infarto del miocardio.35-37,39,40 DIAGNÓSTICO DE HIC DURANTE EL EMBARAZO El diagnóstico inicial debe ser inmediato, completo, ordenado y diferenciado de otras alteraciones que se acompañan de signos neurológicos.2,3,23,31 Aunque la HSA en el embarazo se presenta con los mismos sínto- mas que en la paciente no embarazada, puede haber coincidencia de estos con los que tiene la pre-eclampsia y eclampsia (cefalea, naúseas y encefalopatía), la presen- cia o ausencia de hipertensión no ayuda a diferenciar las dos condiciones, pero los signos neurológicos sugieren fuertemente una HSA.31 Las pacientes embarazadas con sospecha de HSA debe ser sometidas a una tomografi axial computarizada (TAC) urgente. En los scaneers modernos los efectos de las radiaciones potencialmente teratogénicos sobre el feto son mínimos y menores con la utilización de un cha- leco que cubra el útero, si se detecta sangre en el espacio subaracnoideo se debe realizar una angiografa de cuatro vasos.31 Tomografia axial computarizada. La TAC no con- trastada del cerebro es el procedimiento de elección para confirmar el diagnóstico de HSA, ya que es útil para valorar la magnitud y localización de la HSA y el tama- ño ventricular. Cuando la HSA se presenta, la sangre in- tracraneal es detectada en casi el 95% de las pacientes en el mismo día del evento, esta proporción declina después de las 48 horas al 80% y al 50% después de 1 semana.31 Resonacia magnética. La imagen por resonancia magnetica (IRM) no es muy adecuada para el diagnósti- co de la HIC en su estado agudo; después de varios días o semanas cuando la TAC se ha normalizado, la IRM puede detectar hemosiderina subpial cercana a la fuente de la ruptura. La IRM angiográfica puede permitir la visualización del aneurisma, especialmente si su tamaño es mayor de 3 mm. Los medios de contraste yodados no atraviezan la barrera uteroplacentaria, pero pueden cau- sar deshidratación fetal. 23,31. Punción lumbar.La punción lumbar como última alternativa puede confirmar el diagnóstico cuando la TAC es negativa o no se dispone de ella.2,4,23,31 Estudio de laboratorio. Debe complementarse la in- vestigación y evaluar al paciente con otros estudios co- mo: historia clínica, exámen físico, evaluación neurológica, de Hunt y Hess, perfil hematológico y de coagulación, química sanguínea, electrolitos séricos y ECG.2,4,31,33 El diagnóstico diferencial debe hacerse en orden de frecuencia e importancia con: pre-eclampsia, eclampsia, hipertensión crónica, epilepsia, tumores intracraneales, trombosis del seno sagital, cefalea por migraña o punción dural, meningitis, encefalitis, enfermedad desmielinizan- te, enfermedad arterial oclusiva, enfermedad de Moya- moya, ya que todos estos padecimientos pueden agravarse durante el embarazo.2,23,33,41,42,43 La eclampsia es la causa más frecuente de HIC durante el embarazo, la HSA y la hemorragia intraparenquimatosa están presentes en más del 40% de las pacientes con eclampsia fatal.2,23,33 MANEJO DE HIC EN UN CENTRO NO NEUROQUIRURGICO Manejo inicial.Una gran mayoría de pacientes con HIC se presentan en hospitales sin facilidades neuroquirúrgi- 870 • Anestesia obstétrica (Capítulo 75) Cuadro 75�2. Evaluación neurológica, grados clínicos de Hunt y Hess en hemorragia intracraneal Grado Criterio 0 Aneurisma no roto I Asintomático, cefalea mínima y ligera rigidez de nuca II Cefalea de moderada a severa, rigidez de nuca, no hay déficit neurológicos, parálisis de nervios cra- neales III Somnolencia, confusión o déficit focales leves IV Estupor,hemiparesia de leve a severa, posible rigidez de descerebración, alteraciones vegetativas V Coma profundo, rigidez de descerebración, apa- riencia moribunda cas. En general, las pacientes embarazadas con HIC por ruptura de aneurismas o de MAV deben ser tratadas de la misma manera que las no embarazadas, el manejo ini- cial es crucial para la sobrevida a largo plazo y los resul- tados neurológicos, por lo que esta enfermas deben ser diagnosticadas y tratadas óptimamente antes de transfe- rirlos a la unidad neuroquirúrgica. El objetivo del manejo en esta situación inicial es confimar el diagnóstico, tratar cualquier complicación fisiológica y referir a la paciente rápidamente a un centro neuroquirúrgico. Desafortuna- damente, el manejo de la HIC en los servicios de emer- gencia es frecuentemente subóptimo, debido a proble- mas en los que se incluyen: retraso en la realización e interpretación de la TAC resultando en un diagnóstico tardio, manejo inicial inapropiado y demora en la trans- ferencia de los pacientes a unidades especializadas. Las necesidades básicas que necesitamos cubrir en estas pacientes son: propocionar una atmósfera de como- didad, tranquilidad, evitar estress emocional, esfuerzo y maniobra de valsalva, administrar soporte farmacológico para el manejo del edema cerebral, sedación y evitar la depresión respiratoria.23,29,44 cuadro 75–3. Manejo Inicial en la sala de emergencia. El aneste- siólogo es habitualmente el primero en ser llamado para atender a estas pacientes quienes llegan habitualmente con Escala de Coma de Glasgow (ESCG) menor de 8, la cual desciende más en corto tiempo. Estas pacientes habitualmente requieren intubación traqueal inmediata y control de la ventilación, la anestesia para este manio- bra puede ser inducida con Propofol o Tiopental y com- plementada con opioides para bloquear la respuesta hemodinámica a la laringoscopia y la intubación traque- al. Debe realizarse una inducción en secuencia rápida con relajantes no despolarizantes de acción rápida y que no aumenten la PIC para alcanzar condiciones óptimas de intubación y un rápido control de la vía aérea. Después de la intubación el paciente debe ser venti- lado hasta alcanzar una PaCO2 de 30 a 35 mm Hg y una PaO2 mayor a 95 mm Hg. El Bloqueo neuro-muscular se debe continuar con agentes no despolarizantes, esto es necesario para evitar el esfuerzo y la tos ocasionado por el tubo endotraqueal. La sedación se debe proporcionar con infusiones de Propofol o de midazolam con o sin opioides como Remifentanil o Fentanil, siendo necesario el monitoreo continuo de lafrecuencia cardiáca fetal, esta combinación de fármacos permite un rápido desper- tar de la paciente cuando sea necesario para su evalua- ción neurológica La presión sanguínea se debe mantener en los limi- tes altos normales de la paciente, esto para mantener la presión de perfusión cerebral. Si se presenta hipotensión debe ser tratada agresivamente con líquidos intravenosos inicialmente, seguido de vasopresores si es necesario como la norepinefrina. La hipertensión es común des- pués de la HSA, ya que la activación del sistema nervio- so simpático proporciona un mecanismo compensatorio para mantener adecuado el flujo sanguíneo cerebral ante una autorregulación alterada. La hipertensión no debe ser tratada a menos que la presión sanguínea sistólica sea mayor de 160 mm Hg en pacientes previamente normo- tensos, por arriba de este nivel la incidencia de resangra- do se incrementa.Las pacientes concientes con síntomas como el dolor, naúsea y vómito, pueden desencadenar y exacerbar hipertensión, por lo que deben ser tratados efectivamente. Medidas para disminuir el riesgo de resangrado. La única medida para prevenir el resangrado es el trata- miento quirúrgico o endovascular del aneurisma, sin embargo, mientras se está en espera de la intervención definitiva, las posibilidades de resangrado se pueden dis- minuir evitando los incrementos súbitos de la presión sanguínea; el dolor de la HSA es severo y la adición del estress frecuentemente resulta en hipertensión e incre- mento del riesgo del resangrado. Los fármacos Antiin- flamatorios No-Esteroideos no deben ser utilizados por sus efectos antiplaquetarios ya que teóricamente inhiben la formación del coágulo alrededor del sitio de la HSA y pueden incrementar el riesgo de resangrado, el trata- miento antiemético también debe ser considerado.31© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 871 Cuadro 75� 3. Manejo inicial de la paciente embarazada con HIC En un Centro Médico NO - Neuroquirúrgico 1. Intubación traqueal para ESCG < 8 o disminución rápida de ESCG 2. Levantamiento de la cabeza de 15-30º y posición neutral 3. Desviación del útero a la izquierda (evitar compresión aorto- cava) 4. Evitar la compresión de las venas del cuello con las cintas del tubo. traqueal 5. Observaciones neurológicas regulares 6. Sedación con midazolam, remifentanil, fentanil o propofol, moni- toreo de FCF 7. Considerar parálisis neuromuscular con relajantes No despolari- zantes 8. Adecuada oxigenación PaO2;90-100%, PaCO2;30-35 mm Hg, PEEP 5 centímetros mínimo 9. Colocación de catéter intraarterial y/o venoso central 10. Mantener la presión sanguínea en niveles normales altos 11. Evitar la hipotensión si es necesario con inotrópicos 12. Administrar líquidos intravenosos; 3 lts/día mínimo, solución. Salina 0.9% con monitoreo cuidadoso 13. Tratar la hipertensión > de 160 mm Hg (sistólica) con sedación y/o labetalol 14. Colocar sonda nasogástrica y vesical 15. Control y balance de líquidos 16. Administrar Nimodipina 60 mg c/4 hrs VO o 1 a 2 mg/h IV 17. Tratar edema pulmonar neurogénico, diuréticos y PEEP 18. Control de la glicemia con insulina 19. Profilaxis de las trombosis venosa profunda con vendaje de miembos inferiores 20. Evitar hipertermia > 37.5 °C 21. Monitoreo constante de la frecuencia cardiáca fetal y actividad uterina ESCG: escala de coma Glasgow, FCF: frecuencia cardiaca fetal, PEEP: pre- sión positiva a la expiración, VO: vía oral, IV: vía endovenosa. Mantenimiento del volúmen sanguíneo circulante y presión sistémica adecuados. La isquemia cerebral debi- da a una perfusión cerebral inadecuada es la causa de mayor morbimortalidad por HIC, en estadíos tempranos después de la HSA esta es frecuente, debida a hipovole- mia y pérdida de los mecanismos autorregulatorios, pos- teriormente, este déficit en la perfusión es producido o exacerbado por el vasoespasmo cerebral. Las estrategias para mantener una adecuada presión de perfusión cere- bral incluyen : mantenimiento adecuado del volúmen sanguíneo circulante, el uso de vasopresores para man- tener una presión sanguínea sistémica adecuada y la administración de Nimodipina para prevenir el vasoes- pasmo.31 La mayoría de los pacientes que han sufrido una HSA están en hipovolemia que se acompaña de hipona- tremia debido al exceso de natriuresis, el conocimiento de esta situación indica la administración de soluciones que contengan sodio, así como mantener el volumen cir- culante en niveles normales o supranormales. Se ha demostrado que la administración de solución salina al 0.9% 3 litros /día disminuye la frecuencia de isquemia cerebral tardía y mejora el pronostico neuroló- gico. Se debe evitar el balance negativo de líquidos, los requerimientos deben ser valorados frecuentemente por medio del control de liquidos aministrados y perdidos, y el monitoreo de la presión venosa central. Los vasopreso- res como la norepinefrina o vasopresina pueden ser requeridos para mantener una presión sanguínea sistóli- ca adecuada. En presencia de un aneurisma roto no ase- gurado (clipado) la presión sistólica debe mantenerse entre 110 a 120 mm Hg en pacientes previamente nor- motensas ó 20% por abajo del valor basal en pacientes con hipertensión.31 Prevención y tratamiento del vasoespasmo. Los antagonistas del calcio tienen un papel importante en la disminución del vasoespasmo en los diferentes grados de HSA, el empleo de estos fármaco disminuye la propor- ción de pacientes con pobres resultados y déficits neuro- lógicos importantes después de una HSA. El uso de Nimodipina está indicada en la HSA no traumática, debe administrarse tan pronto como sea haga el diagnóstico, la dosis inicial es de 60 mg c/4 h por vía oral o por sonda nasogástrica. Si se presenta hipotensión, el esquema de dosis puede variar a 30 mg c/2 h, la administaración enteral no es posible, pero la Nimodipina puede ser administrada intravenosamente vía catéter venoso cen- tral iniciandola a una velocidad de 1.0 miligramos/hora, esta puede incrementarse hasta un máximo de 2 miligra- mos /hora. Una alternativa para el tratamiento de estas pacentes es administrar la llamada terapia Triple “H” (Hipervo- lemia, Hipertensión y Hemodilución) la cual está dirigi- da hacia el mantenimiento de un flujo adecuado a traves de los vasos cerebrales potencialmente vasoespásticos. Se ha demostrado que la triple “H” mejora el flujo san- guíneo, el pronóstico, y disminuye la isquemia cerebral tardía. La terapia triple “H” debe ser iniciada solamente después del tratamiento definitivo del aneurisma de lo contrario se incrementa el riesgo de ruptura y resangra- do y obliga a utilizar el monitoreo invasivo. Después de una reanimación adecuada, manejo de líquidos, presión sanguínea e inicio de la terapia con nimodipina, la paciente debe ser colocado en un área compatible con sus condiciones clínicas mientras se espera la posible transferencia. Transferencia de la paciente con HIC. Una vez que que la transferencia a un centro neuroquirúrgico se ha acordado, la paciente debe ser transportada tan pronto como sea posible en forma segura y acompañada de un médico y enfermera con experiencia en estos casos, y de equipo y fármacos necesarios para tratar problemas potenciales durante el viaje. Las pacientes que no fueron sometidos a intubación traqueal deben ser cuidadosa- mente valoradas por el personal de emergencias y de anestesia para decidir si pudieran requerir intubación traqueal y ventilación pulmonar durante su transferen- cia, en caso de duda en la capacidad de la paciente para mantener una vía aérea permeable y ventilación pulmo- nar adecuada, se debe intubar y ventilar mecánicamente a la paciente.23,29,44 MANEJO NEUROQUIRÚRGICO Y OBSTETRICO La mayoria de los autores consideran que el tratamiento de elección de la HSA es el quirúrgico ya que ofrece mejores resultados que el tratamiento conservador en la madre y el feto, el manejo conservadordurante el emba- razo se asocia con alto riesgo de mortalidad materna y reactivación del sangrado.23,33 La embarazada que alberga una MAV está ante un 5% de riesgo de hemorragia y ésta es significativamente mayor en el tercer trimestre, las convulsiones son la pre- sentación más frecuente de una ruptura de MAV, en oca- siones son de difícil control médico. A menos que la ciru- gía sea requerida por la presencia de un hematoma que ponga en riesgo la vida, la cirugía para ruptura de MAV puede esperar hasta la recuperación de los efectos del sangrado intracerebral, ya que el riesgo de reactivación del sangrado es mínimo en comparación con los aneuris- mas.23,33 La decisión de intervenir quirúrgicamente debe ser individualizada, dependiendo: del tipo y número de lesiones, déficit neurológico, progresión de signos y sínto- mas, la tendencia a la reactivación del sangrado (aneuris- mas o MAV), condiciones coexistentes, sitio, tamaño y accesibilidad quirúrgica de la lesión y la necesidad de técnicas especiales como hipotensión profunda.23 El manejo obstétrico depende de la edad gestacional del feto y el estado clínico de la madre, en pacientes con buenos grados clínicos de Hunt Hess, antes de la viabili- dad fetal menos de 32 semanas de gestación, debe reali- zarse clipaje quirúrgico tan pronto como sea posible para prevenir la reactivación del sangrado, obteniéndose con este protocolo buenos resultados tanto para la madre como para el feto. Si hay sufrimiento fetal agudo debe considerarse la cesárea para el nacimiento, si durante la craneotomía se inicia el trabajo de parto y el nacimiento 872 • Anestesia obstétrica (Capítulo 75) parece inminente, la craneotomía puede ser suspendida temporalmente y el feto extraído por cesárea. Si el feto está casi a término o aparecen signos de sufrimiento fetal, se debe practicar la cesárea y de inmediato el aneu- risma debe ser clipado.33 Algunos autores han recomen- dado que en estas pacientes todos los nacimientos deben ser por cesárea para evitar el esfuerzo inducido por el trabajo de parto, sin embargo, la evidencia ha demostra- do que la cesárea electiva no protege contra la HIC sub- secuente y la muerte.5 Otros autores han demostrado que los resultados maternos y fetales son similares después de una cesárea o de un parto, utilizando técnicas que disminuyan el ries- go de reactivación del sangrado durante el nacimiento vaginal como la anestesia epidural y caudal,5,21,33 y la duración del segundo estadío del parto, haciendo aplica- ción de fórceps bajo cuando sea necesario. Cuadro 75–4. La cesárea y la neurorreanimación deben realizarse cuando la madre está moribunda en el tercer trimestre y sus posibilidades de sobrevida sean mínimas.33 MANEJO ENDOVASCULAR (ANEURISMAS INTRACRANEALES) El tratamiento endovascular con espirales desmontables se ha utilizado como una alternativa a la craneotomía y clipaje de algunos aneurismas intracraneales rotos, aun- que los relativos beneficios de este procedimiento están por ser establecidos. Los resultados publicados han mos- trado que el intervencionismo endovascular con espirales de platino desmontables en pacientes con aneurismas intracraneales rotos, puede mejorar las posibilidades de una sobrevida independiente, esto comparado con la intervención neuroquirúrgica para clipar el cuello del aneurisma. Otros estudios sugieren que el riesgo de dependencia o muerte es mayor después del tratamiento neuroquirúrgico comparado este con los resultados del endovascular, tanto para aneurismas rotos como no rotos. El tratamiento endovascular de los aneurismas intra- craneales fue descrito por primera vez en 1970 por Hedor Serbinenko Neurocirujano Ruso, en 1991, Guido Guglielmi fue el primero en describir la técnica de oclu- sión de los aneurismas por un abordaje endovascular con espirales de platino electrolíticos desmontables denomi- nados como Gluglielmi Detachables Coils (GDCs). Los GDCs son introducidos directamente dentro del aneu- risma a traves de un microcatéter, y separados por una microguía de acero inoxidable por medio de una corrien- te eléctrica, los aneurismas son empaquetados y emboli- zandolos completamente con uno o más GDCs, exclu- yendolos de la circulación, el abordaje es a traves de la colocación de un catéter en la arteria femoral. La selección de la embolización endovascular o ciru- gía para un paciente en particular, depende de una eva- luación individualizada, determinando los riesgos relati- vos y las posibilidades de oclusión completa. La oclusión endovascular de la arteria de la cuál surge un aneurisma, es una opción de tratamiento cuando un aneurisma no puede ser tratado directamente por cirugía o por embo- lización endovascular, o cuando el aneurisma está en alto riesgo de ruptura subsecuente, y los síntomas neurológi- cos son progresivos. La literatura actual sobre la terapia endovascular, reporta estudios de cohortes, series de casos y un estudio piloto, evidenciando que el papel de la terapia endovas- cular de los aneurismas intracraneales es limitado, aun- que otros reportes sugieren que la terapia endovascular tiene un papel muy importante en el tratamiento de los aneurismas que son difíciles de tratar por cirugía. Historicamente, el manejo quirúrgico de los aneuris- mas cerebrales durante el embarazo ha sido controver- sial. Se ha originado un debate enfocado a la interven- ción temprana o tardía, antes o después del nacimiento del feto, recientemente el tratamiento se ha centrado en una intervención rápida y oportuna. La prevalencia de la HIC durante el embarazo promedia de 0.01% a 0.05% pero tiene una alta mortalidad materna de 40ª a 83% y representa el 5 a 12% de todas las muertes maternas durante el embarazo. La cirugía endovascular con los GDCs es un método de mínima invasion para el tratamiento efectivo de los aneurismas en mujeres embarazadas, las características de los aneurismas y los pacientes pueden influir en la decisión final de tratamiento. Otros factores claves son © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 873 Cuadro 75�4. Manejo de la HIC de acuerdo al tipo de lesión y estadio del embarazo Lesión Embarazo Manejo Aneurisma incidental Antes de 36 semanas Clipaje aneurismal quirúrgico Aneurisma incidental 34 a 36 semanas Cesárea, clipaje aneurismal en la misma anestesia Aneurisma corregido Cualquier estadio Sin riesgo, manejo obstétrico normal Ruptura aneurismal Después de 26 semanas Paciente moribunda, cesárea, salvar al producto Morbimortalidad perinatal > 60%, inmadurez pulmonar, hemorragia intracraneana ven- tricular e infección Ruptura aneurismal Después de 34 semanas Neurorreanimación, estabilizar, TAC, angiograma, cesárea, clipaje y mantener tono (paciente inestable) uterino Ruptura aneurismal Muerte in utero Clipaje, nacimiento vaginal MAV no rota Embarazo a término No cesárea cuando no hay circunstancias adversas Ruptura de MAV Antes de 26 semanas Manejo conservador, riesgo de reactivación del sangrado menor Ruptura de MAV Embarazo a término Neurorreanimación, TAC, angiografía, cesárea, resección de MAV (inestable) su localización y tamaño, condiciones médicas, contrain- dicaciones al medio de contraste, presencia de falla renal, y la experiencia clínica disponible. Idealmente los aneu- rismas deben ser manejados en centros especializados donde se dispongan de técnicas tanto microvasculares como endovasculares utilizadas apropiadamente. MANEJO PERIOPERATORIO El manejo de la HIC durante el embarazo es similar al de la no embarazada, la craneotomía es realizada bajo crite- rios neuroquirúrgicos, mientras que la cesárea es por indicación obstétrica. El manejo perioperatorio dependerá de la evaluación neurológica, viabilidad del feto, efectos de la técnica anestésica y drogas sobre la presión intracraneal, transfe- rencia placentaria de fármacos y su posible teratogenici- dad y efectos sobre el flujo uterino.23 Existen bases para llevara cabo ambos procedimientos, primero la cesárea y en seguida el clipaje aneurismal bajo la misma anestesia general sin efectos sobre el tono uterino.23,33 Si una MAV es sujeta a tratamiento quirúrgico, no es necesario retrasar su tratamiento debido al embarazo.23 Cuadro 75–5. MANEJO ANESTÉSICO El manejo anestésico es similar para pacientes embaraza- das con HIC como para no embarazadas., en el caso de la gestante depende de la edad gestacional y el plan obs- tétrico, el nacimiento puede preceder al procedimiento neuroquirúrgico o el clipaje aneurismal puede hacerse después de la maduración normal del feto con el subse- cuente nacimiento a término. Los beneficios de los fár- macos y técnicas administradas en la madre siempre deben ser balanceados frente a los riesgos potenciales sobre el feto.33 En una situación de sufrimiento fetal agudo, se debe estar preparado para una cesárea de inme- diato y contar en el momento con el apoyo del equipo neonatal y obstétrico, así como con un anestesiólogo con experiencia en este tipo de casos.33 Los objetivos de la anestesia durante el embarazo para el procedimiento neuroquirúrgico consisten en: mantener una óptima oxigenación, con hemodinámia sistémica, placentaria y cerebral estables, evitar el incre- mento de la PIC, prevenir cambios súbitos de la PTM y ruptura aneurismal y la reactivación del sangrado, faci- litar la exposición quirúrgica proporcionando condicio- nes óptimas del cerebro (relajación cerebral), minimizar el daño neurológico potencial, asegurar la recuperación y reducir la inacapacidad de la madre, prevención de la depresión y asfixia fetal “In Utero”, mantener la estabi- lidad fetal y el tono uterino, administrar fármacos que tengan mínima transferencia placentaria y efectos so- bre el feto y recien nacido, monitoreo de la FCF y acti- vidad uterina y la continuación del embarazo sin dañar al feto. 23,29,31,33,45,56. PROTOCOLO BÁSICO DE MANEJO ANESTÉSICO Evaluación preanestésica. La visita y evaluación preanes- tésica son parte esencial de la preparación para la cirugía, ésta debe incluir: examen físico, valoración del riego con la calificación de la Asociación Americana de Aneste- siológia (ASA) evaluación de la ESCG, y de la Word Federation Neurosurgeons(WFNS), Escala de Hunt y Hess, estudios de laboratorio Hb, Hto, glucosa, urea, cre- atinina,TP,TPT, electrolitos séricos, diuresis, información de episodios de hipotensión o hipertensión y su control, ECG, alteraciones del ritmo o cambios morfológicos, enzimas cardiácas si fuera necesario y fármacos adminis- trados.31,34,36 La evaluación neurológica del grado clínico de Hunt y Hess con resultado de calificaciones altas se asocia con vasoespasmo, incremento de la PIC y de la mortalidad 874 • Anestesia obstétrica (Capítulo 75) Cuadro 75�5. Protocolo de manejo anestésico perioperatorio para cesárea y craneotomía en HIC 1. Evaluación preoperatoria de la paciente: lab, ECG, Hunt y Hess, Glasgow, complicaciones médicas, manejo médico, valoración de la vía aérea, contar con accesos venosos periféricos, central presión venosa central (PVC) y arterial adecuados 2. Proporcionar una información clara y cuidadosa de los procedi- mientos anestésicos a la paciente y/o sus familiares 3. Profilaxis contra la aspiración ácida: bloqueadores H2 ranitidina, famotidina, metoclopramida, anticolinérgicos, antiácidos claros 4. Preparar equipo de anestesia; revisión de máquina de anestesia, sistema de succión, disponer de equipo para manejo de vía aérea difícil 5. Prevención de la hipotensión supina mientras la paciente está siendo monitorizada en la mesa de operación, desplazamiento lateral izquierdo del útero 6. Monitoreo y preoxigenación; ECG, presión arterial no invasiva (PANI), oximetría, capnografía, monitoreo fetal continuo y de la contractilidad uterina: PreO2 100% 7. Preparar inducción e intubación; reafirmar succión, equipo de intubación, continuar PreO2 presencia de asistente para que rea- lice maniobra de Sellik, lidocaína en bolo, 1 mg/kg en 2 a 3 minu- tos, para atenuar la respuesta hipertensiva a la laringoscopia e intubación, fentanil, alfentanil, labetalol 8. Inducción en secuencia rápida; tiopental 3 a 4 mg/kg o propofol 3 mg/kg; rocuronio 0.6 mg/kg, o vecuronio 0.1 mg/kg, succinilcolina 9. Monitoreo de la frecuencia cardiaca fetal (FCF) y administrar O2 a 100% hasta el nacimiento 10. Contar con neonatólogo para reanimar al niño si es necesario 11. Mantenimiento de la anestesia; durante la cesárea con agentes anestésicos inhalatorios, isofluorano 1.0%, sevofluorano 1.5 a 2.0% y O2 100% hasta el nacimiento del niño si la PIC es normal; de lo contrario adicionar opioide y propofol 12. Después del nacimiento; administrar oxitocina en infusión, moni- toreo del CO2 TE, hiperventilación e hipocapnia leve PaCO2 30 mm Hg 13. Relajación cerebral; reducir la PaCO2 después que la "dura" es abierta, furosemida de preferencia, manitol con precaución, ya que produce deshidratación fetal 14. Mantenimiento de la anestesia durante la craneotomía; oxígeno, opioide, isofluorano o sevofluorano, propofol, relajante neuro- muscular 15. Control de la presión sanguínea para facilitar la disección y clipa- je del aneurisma 16. Mantener la infusión de oxitocina durante toda la operación 17. Extubación traqueal después de la reversión o recuperación del relajante y si las condiciones clínicas lo permiten quirúrgica. Antes de la cirugía el estado de hidratación y electrolítico debe ser evaluado y corregido si es necesa- rio. Cualquier deterioro neurológico asociado con dismi- nución preoperatoria de la presión sanguínea debe ser considerado, se debe evitar la caída de esta a niveles por abajo de valores críticos de la presión de perfusión ce- rebral.29,31 Hay que proporcionar apoyo y seguridad emocional a la paciente ya que el estrés y la ansiedad materna se asocian con un incremento de la liberación de catecolaminas endógenas disminuyendo el flujo sanguí- neo uterino y representando un peligro potencial para el bienestar del feto.29 MANEJO ANESTÉSICO 1. Posición. Mantener la posición de la paciente con desplazamiento del útero a la izquierda, evitando la compresión aortocava y la hipotensión supina. Preoxigenación con oxigeno al 100% en la paciente, desde su estancia en recuperación hasta su traslado y llegada a quirófano.23,33 2. Inducción. La inducción debe ser suave, profunda y en secuencia rápida con maniobra de Sellick. Varios estudios han comparado el propofol (2.0 a 2.8 mg/kg) con tiopental (4 a 5 mg/kg) en la inducción para cesárea, la mayor parte de estos no encontraron diferencias en la valoración del Apgar neonatal o depresión neuroconductual. El propofol atenúa la respuesta hipertensiva y la liberación de catecolami- nas durante la intubación endotraqueal más que el tiopental, por lo que se considera a este fármaco como un agente de inducción apropiado para una intervención combinada.7,46-49 Con el uso de succinilcolina se puede incrementar la presión sistólica hasta un 50% con riesgo de reac- tivación del sangrado, por lo que no es muy reco- mendable su empleo en esta circunstancias .49 Schramn y cols. 50 han demostrado que el Bromuro de Rocuronio relajante no despolarizante de acción corta es útil para la intubación en secuencia rápida en el paciente neuroquirúrgico sin afectar la PIC.7,4 Abouleish y cols. concluyeron que el Bromuro de Rocuronio en dosis de 0.6 mg/kg proporciona exce- lentes condiciones para la intubación después de 80 segundos en la cesárea y es seguro tanto para la madre como para el neonato.51 3. Laringoscopia e intubación. La ruptura de un aneu- risma durante la inducción se asocia con una morta- lidad aproximada al 75%, por lo que hay autores que sugieren mantener la presión sanguínea baja para prevenir al abrupto incremento de la PTM.31 La reducción significativa de la presión sanguínea puede disminuir la PPC, lo que puede causar isquemia focal o global con déficits neurológicos, esto es de particu- lar relevancia, ya que la paciente con HSA puede teneralteración de la autorregulación y/o vasoespas- mo. La disminución en la PPC por breves periódos de tiempo durante la inducción es menos detrimen- tal que el incremento súbito de la PTM.7,31,51 La hipertensión arterial sistémica asociada a la laringoscopia e intubación endotraqueal puede in- crementar el FSC, la PIC y romper el aneurisma.31,45 La elevación de la presión venosa secundaria a una relajación muscular inadecuada durante y después de la intubación traqueal, también puede aumentar significativamente la PIC y disminuir la PPC, esta respuesta presora se puede prevenir con el uso de lidocaína en dosis de 1.5-2.0 mg/kg o fentani1 de 3 a 5 µg/kg endovenosos.23,45 Se ha demostrado que el alfentanil 1.0 mg y el labetalol 10 a 15 mg en bolo (90 segundos previos a la laringoscopía), bloquean la respuesta presora sin alterar la fisiología cerebral, y son seguros para el neonato y la madre.31,46,47,49 Otros estudios han demostrado que en la in- ducción de la anestesia el uso de remifentanil con un bolo inicial de 0.5 a 1.0 µg/kg, seguido de su infusión en dosis de 0.25 a .5 µg/kg/min, atenúa y bloquea satisfactoriamente la respuesta hemodinámica a la laringoscopía y la intubación, en la inducción de secuencia rápida en pacientes sanos e hipertensos. No se recomienda el empleo de esmolol, ya que se reportan casos de bradicardia y sufrimiento fetal severo.48 La incidencia de ruptura aneurismal con las técni- cas modernas durante la inducción e intubación se reporta en 1 a 2%, generalmente es precipitada por una elevación súbita de la presión sanguínea y se aso- cia a una alta mortalidad.33 4. Prevención de la aspiración de contenido gástrico. Como en cualquier otra cesárea, es necesario preve- nir la regurgitación y aspiración del contenido gástri- co a bronquios, el empleo de metoclopramida 10 mg, ranitidina 50 a 150 mg, famotidina 40 mg, ome- prazole 40 mg IV la noche y la mañana antes de la cirugía se utilizan preoperatoriamente para reducir el volúmen y aumentar el pH del estomago.23,49,52,53 5. Monitoreo. El monitoreo debe iniciarse previo a las maniobras que puedan alterar el FSC la PIC y la PTM. La laringoscopía y la intubación son eventos críticos que influyen directamente en la fisiología intracraneal. Por lo que se refiere al monitoreo no invasivo, la cuantificación de la saturación de oxige- no es un indicador que informa continuamente sobre la oxigenación y ventilación de la paciente. La medi- ción del CO2 al final de la expiración (ETCO2) y la capnografía nos permiten conocer y controlar el nivel de CO2 en forma continua y adecuar la hipo- capnia necesaria, así como la ventilación pulmonar.23 El ECG evalúa en forma directa e indirecta el estado cardiáco,equilibrio electrolítico, efectos de la hiper- tensión IC y la manipulación quirúrgica en fosa pos- terior.23 Los gases sanguíneos arteriales nos permiten determinar con más exactitud la oxigenación, el CaO2 y la homeostasis metabólica, así como los elec- trolitos séricos, glucosa sanguínea, Hb y Hto 23 El monitoreo de la presión sanguínea intraarterial (PAM) es particularmente útil como un detector inmediato de alteraciones hemodinámicas. Muchos© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 875 clínicos prefieren colocar un catéter intraarterial con anestesia local previo a la inducción para evaluar los cambios de la presión sanguínea en forma continua. El acceso venoso central (PVC)es útil en la evalua- ción de las necesidades de volúmen previo al clipaje del aneurisma, y en el manejo de la terapia hipervo- lémica “Triple H” en pacientes que están en riesgo de vasoespasmo cerebral, favoreciendo el buen control y balance de líquidos. La rápida administración de fár- macos vasoactivos durante el manejo de técnicas especiales como la inducción de hipotensión contro- lada puede ser mejor y más efectiva cuando se hace a traves de un catéter venoso central, es recomenda- ble obtener este acceso después de la inducción de la anestesia para minimizar el estress de la paciente. Un buen gasto urinario es indicativo de adecuado volúmen intravascular y perfusión de órganos.23,31 La glicemia debe ser monitorizada estrechamente ya que la hiperglicemia puede incrementar el daño neu- rológico ante un evento isquémico. 6. Evitar la depresión fetal. Se deben descontinuar los fármacos de acción larga como benzodiazepinas y barbitúricos, la sedación preoperatoria materna se debe omitir en la mayoría de los casos por el riesgo potencial de depresión respiratoria. El uso de opioi- des como preinducción está justificado con el objeto de atenuar la respuesta hipertensiva a la laringosco- pia e intubación.23,29 7. Mantenimiento de la anestesia. Durante la cesárea, si la PIC se encuentra normal, la administración de agentes inhalatorios como isofluorano 0.5 a 1.0% o sevofluorano 1.0 a 2.0% con óxido nitroso al 50%, u oxígeno al 100%, se debe mantener hasta el naci- miento del producto, si hay datos de hipertensión intracraneal, se puede suplementar la anestesia con opioides y/o propofol en infusión continua. Se ha demostrado que el isofluorano y el sevofluorano en estas concentraciones preservan la fisiología cerebral, el tono uterino, disminuyen las pérdidas sanguíneas y no deprimen al neonato.49,54-57 El isofluorano tiene un efecto neuroprotector por disminución del con- sumo metabólico cerebral de oxígeno (CMCO2) o redistribución del flujo sanguíneo cerebral. El propo- fol disminuye la presión intracraneal y el CMCO2, además se asocia a estabilidad hemodinámica y recu- peración rápida, también se ha demostrado su bene- ficio para proteger el cerebro en pacientes sometidos a clipajes temporales.23,54,49,57 8. Prevención de la atonía uterina. El evitar anestésicos inhalatorios como el halotano y el enfluorano es importante para prevenir la relajación y atonía uteri- na y consecuentemente la hemorragia. Es necesario administrar 15 a 20 U de oxitocina en infusión inme- diatamente después del nacimiento del producto, continuando con una segunda infusión durante la craneotomía y el postoperatorio. La hipertensión causada por la ergonovina puede traer efectos dele- téreos antes de que el aneurisma sea clipado, por lo que se debe evitar su empleo.23,46 9. Control de la presión sanguínea. La hipertensión sis- témica incrementa el FSC y la PIC e inclusive puede inducir reactivación del sangrado.23 La hipotensión controlada o la oclusión temporal proximal satisfa- cen los requerimientos quirúrgicos,23 el empleo de nitroprusiato de sodio (NPS) en obstetricia es aún controversial, debido al riesgo potencial de toxicidad fetal por cianatos e hipoxia fetal, ya que la hipoten- sión inducida reduce la perfusión placentaria. Sin embargo, con el uso juicioso de NPS 1.0 µg/kg/min manteniendo una PAM 50 a 60 mmHg se pueden tener buenos resultados, tanto en la madre como en el producto.23,45,58-60 El mantenimiento de una respuesta hemodinámi- ca estable a los diferentes niveles de estimulación es de particular importancia en la prevención de la rup- tura del aneurisma. Los estímulos dolorosos deben ser anticipados y la respuesta hemodinámica adversa prevenida con anestesia más profunda, fármacos adi- cionales o bloqueadores simpáticos. La infiltración de anestésico local (lidocaína, o bupivacaína) en los sitios de punción de la colocación del cabezal de “Mayfiel” antes de su aplicación puede reducir la res- puesta hemodinámica.31 El mantenimiento de una perfusión cerebral ade- cuada es imperativa perioperatoriamente. Aunque el incremento en la PPC incrementa la PTM y puede predisponer a la ruptura aneurismal, este aspecto es de menos importancia después de que el aneurisma ha sido asegurado. El límite superior seguro y acep- table de la presión sanguínea arterial después que el aneurisma ha sido clipado no ha sido sistemática- mente evaluado, sin embargo, la PAM tiende a incre- mentarse espontáneamente cuando los niveles anes- tésicos disminuyen,después de la colocación del clip en un paciente normovolémico.31 Este incremento de la PAM puede ser benéfico al aumentar la PPC y el FSC especialmente en pacien- tes con vasoespasmo potencial. En un estudio que incluyo 42 pacientes con vasoespasmos potencial, se obervó que la presión sanguínea sistólica de 160-200 mm Hg fue mantenida después del clipaje del aneu- risma, antes del clipaje era de 120-150 mm Hg. En algunos pacientes, sin embargo, la elevación de la presión sanguínea puede ser considerable y lesionar la barrera hematoencefálica conduciendo a la forma- ción de edema vasogénico, en esta situación es importante recurrir a fármacos que ayuden a preve- nir este edema.31 10. Administración de Líquidos. La administración in- traoperatoria de líquidos es determinada por: los déficits previos, requerimentos de mantenimiento, el volúmen urinario, pérdidas sanguíneas y la medición de las presiones de llenado si se ha establecido el acceso venoso central. La hipovolemia profunda debe ser evitada en pacientes con HIC ya que se aso- cia con isquemia cerebral y déficits neurológicos perioperatorios, especialmente si hay vasoespas- mo.23,31 Varios autores recomiendan profiláctica- mente la “Triple H” previa y durante el clipaje del aneurisma para maximizar el FSC y minimizar los efectos detrimentales del vasoespasmo cerebral 876 • Anestesia obstétrica (Capítulo 75) perioperatorio. Deben ser evitadas las soluciones que contienen dextrosa, ya que se ha demostrado que causan incremento en la incidencia de deficits neu- rológicos asociados con hiperglicemia e isquemia cerebral focal en modelos experimentales. Las solu- ciones hipoosmolares pueden inducir hiponatremia, la cuál se asocia con mayor incidencia de déficits neurológicos isquémicos tardíos.23,31 11. Control de la PIC y Deshidratación Cerebral. El manitol, diurético osmótico comúnmente adminis- trado intraoperatoriamente para reducir el agua del tejido cerebral causa un inmediato incremento tran- sitorio en el volúmen intravascular y el FSC. El inicio de su acción está dentro de los primeros 10 a 15 minutos, con una disminución pico de la PIC a los 60 a 90 minutos. La dosis varía entre .25 a 1.0 g/kg dependiendo de la urgencia para disminuir la PIC y la duración estimada de requerimiento para esta reducción.31 El momento de la administración debe coincidir con la apertura de la dura para evitar el incremento de la PTM, la infusión rápida de manitol puede causar una reducción transitoria pero signifi- cativa en las resistencias vasculares sistémicas que puede ser detrimental para el paciente. Debido a que el manitol puede producir una sobrecarga aguda de volúmen en pacientes con alte- ración de la función cardiáca, el furosemide puede sustituirlo ya que no produce incremento de la PIC ni del volúmen intravascular en dosis de .25 a 0.5 mg/kg. El furosemide es frecuentemente incluido en el regimen de deshidratación para potenciar la acción del manitol, cuando ambos se utilizan se pue- den presentar alteraciones importantes de líquidos y electrolitos.31 En la paciente embarazada, el manitol atraviesa la barrera placentaria y puede acumularse en el feto incrementando su osmolaridad plasmática y produ- ciendo un flujo neto de agua hacia la madre, altera- ciones electrolíticas y consecuentemente disminu- ción del volúmen sanguíneo, deshidratación y bradi- cardia fetal. El manitol reduce la PIC hasta en un 60% en las dosis establecidas y ha sido utilizado sin efectos adversos fetales. El furosemide también se administra para relajar el cerebro y disminuir la PIC en la paciente embarazada con buenos resulta- dos.23,29,31,33,61,62 12. Hiperventilación. La hiperventilación puede ser uti- lizada para disminuir el FSC y mejorar la relajación cerebral. Se debe evitar la rápida reducción de la PIC con la hiperventilación, antes de incidir la dura debi- do al riesgo de una disminución súbita de la PTM.31 Después de la apertura de la dura, la PaCO2 puede ser ajustada para producir una complianza cerebral y exposición quirúrgica óptimas. Si el cerebro está tenso al momento de la aper- tura del cráneo, todos los anestésicos inhalatorios deben ser descontinuados y la anestesia debe mante- nerse con propofol y opioide. En pacientes con sos- pecha de vasoespasmo cerebral, el riesgo de daño isquémico con la hiperventilación profunda teórica- mente se puede incrementar. La hipocarbia leve (PaCO2 30 a 35 mm Hg) puede ser instituída previo a la apertura de la dura para continuar con hipocar- bia moderada (PaCO2 25 a 30 mm Hg) después de la incisión de esta membrana . La normocarbia es apropiada durante la hipotensión inducida, especial- mente en pacientes con vasoespasmo y cuando el aneurisma ha sido clipado.31 La hiperventilación profunda materna (< 25 mm Hg de PaCO2) debe ser evitada, ya que puede agra- var el vasoespasmo cerebral preexistente y causar insuficiencia uteroplacentaria por vasoconstricción, produciendo hipoxia, acidosis fetal y bajas calificaio- nes de Apgar, de ahi que la PaCO2 materna debe mantenerse en un mínimo de 30 mmHg durante la cesárea.7,23 Debido a que el tono vascular cerebral es alterado por el pH del LCE, una PaCO2 > 45 mmHg puede inducir acidosis, vasodilatación cerebral e incremento de la PI, una PaCO2 < 30 mmHg está indicada solamente durante el procedimiento neuro- quirúrgico cuando la relajación cerebral no es ade- cuada utilizando otras maniobras.7,23,31,63 13. Oclusión temporal de los vasos. La disminución local en la PTM puede ser obtenida por oclusión de los vasos alimentadores del aneurisma con clips tempo- rales, sus ventajas incluyen, una reducción más efec- tiva de la PTM, y de la incidencia de ruptura intrao- peratoria, técnicamente el clipaje se facilita y se reducen los requerimientos de hipotensión induci- da.31 Hay considerables controversias con respecto a la técnica y duración de la oclusión arterial temporal, el umbral crítico para conversión de una isquemia cerebral temporal a un infarto cerebral permanente se desconoce. Un estudio reciente concluye que 15 a 20 minutos de oclusión temporal es un umbral críti- co para el desarrollo de infarto cerebral postoperato- rio, sin embargo otras series han reportado límites de tiempo seguro de hasta 120 minutos. Si la oclusión temporal implica isquemia de los núcleos mayores profundos o del tallo cerebral, la aplicación de un clip temporal durante un tiempo menor a de 10 minutos es lo apropiado.31 Cuando la duración de la oclusión arterial temporal es de 1 a 2 minutos no se requiere intervención alguna, pero cuando esta se prevee va a ser de mayor tiempo, es recomendable administrar un bolo de tiopental de 1 gramo para reducir el consumo metabólico cerebral de oxigeno(CMCO2), previniendo la hipotensión extrema con fenilefrina de 25 100 µcg. Algunos fac- tores de riesgo que predisponen a los pacientes a nuevos deficits neurológicos después de la oclusión temporal de los vasos incluyen; edad mayor a 61 años, pobres condiciones neurológicas antes de la cirugía (Hunt y Hess Grados 3 a 4) y distribución de las arterias perforantes de la basilar distal segmento horizontal de la arteria cerebral media.31 14. Ruptura Aneurismal Intraoperatoria. El tratamiento de la ruptura aneurismal intraoperatoria está dirigido hacia el mantenimiento de la presión de perfusión cerebral, control de la hipertensión intracraneal y© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 877 reducción de la presión transmural del aneuris- ma.23,31 Es imperativa la restauración agresiva de las pérdidas sanguíneas con productos sanguíneos o coloides para mantener el volúmen intravascular. Puede ser necesario inducir hipotensión con nitro- prusiato de sodio o tiopental y reducir la PAM hasta 40 a 50 mm Hg para facilitar el clipaje del cuello aneurismal.23,31 Si el sangrado y la hipovolemia son severos, la hipotensión no es una opción ya que esta será deleterea para el paciente. Otra alternativa
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