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983 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN El establecimiento de una terapia médica, anestésica o analgésica durante el embarazo, si bien no es una situa- ción normal, se torna muy común en la actualidad, alcan- zando cifras de hasta 50 % de todas las gestantes. Las prescripciones varían de una simple y transitoria medica- ción a tratamientos que se mantienen durante todo el periodo de la gestación; como indicaciones de éstas, se encuentran: presencia de patologías maternas previas o incipientes, de la gestación, enfermedad fetal y cirugía materna o fetal.1 En el estado posnatal se presenta un problema tera- péutico único porque son dos pacientes al mismo tiem- po, la madre y el neonato; por tanto, el tratamiento far- macológico administrado durante el periodo de lactancia deberá tener algunas consideraciones particulares, dife- rentes a las utilizadas en el estado de no lactancia, emba- razo o ambos. Este principio se aplica tanto a la elección de los fármacos como a las dosis de éstos. La utilización de fármacos de forma crónica o aguda por parte de la madre durante la lactancia puede tener varios efectos: • La transferencia de dichos fármacos a la leche oca- siona efectos farmacocinéticas, farmacodinámicos o ambos indeseados en el lactante. • Disminución de la producción de leche. • La transferencia de fármacos en la leche no presen- ta capacidad demostrada de interferir en el normal crecimiento y desarrollo del lactante. En la primera de las situaciones existe contraindicación formal de lactancia materna. Por el contrario, en las dos restantes no existe como tal una contraindicación, aun- que con algunos de los fármacos consumidos por la madre habrá de procederse a un control clínico o clíni- co-bioquímico del lactante. De manera periódica, la Food and Drug Administration (FDA) emite un listado sobre la transferencia de fármacos y otras sustancias químicas a la leche, describiendo, si se conocen, sus efectos sobre el niño y la lactancia.2 ÍNDICE DE EXPOSICIÓN Y PREVENCIÓN En algunas ocasiones, si no se dispone de información sobre un fármaco específico, puede calcularse el denomi- nado “índice de exposición”. En términos generales un índice de exposición bajo va en contra de efectos indese- ados. Sería deseable que el médico, antes que la madre comience a medicarse con un determinado fármaco, tuviese la seguridad de que en realidad lo necesita y que no existen alternativas más inocuas. Este índice represen- ta la dosis que ingeriría el niño de un fármaco determi- nado por la leche de su madre, expresada en porcentaje de la dosis terapéutica para el lactante con base en su peso corporal. Un índice de 100% es igual a la exposición terapéu- tica al medicamento. Si la situación está establecida, será necesario seguir los siguientes pasos: • Conocer la inocuidad y/o posibles reacciones ad- versas. • Si existe contraindicación, suspender la lactancia • Si el fármaco es inocuo de modo relativo: - Comentar con la madre los riesgos conocidos - Explicar posibles signos/síntomas que puede presentar el lactante, en relación con la medica- ción materna. - Medir las concentraciones del fármaco en la le- che materna o en el suero del lactante, si existe la posibilidad de toxicidad. - Vigilancia clínica del lactante, para la detección precoz de signos/síntomas de toxicidad relacio- nados con el fármaco en cuestión. Casi nunca se realizan ensayos clínicos con fármacos en madres que amamantan a sus hijos, razón que puede generar angustia e interrupción innecesaria de la lactan- cia. Estas situaciones deben minimizarse mediante la consulta de las tablas correspondientes, revisadas de manera periódica por la FDA, y por el cálculo del índice de exposición en situaciones particularizadas. Las terapéuticas inevitables por padecimientos cró- nicos se ajustan más a normas de seguridad que las medi- caciones consideradas banales como analgésicos, suple- Capítulo. Anestesia en la paciente lactando 984 • Anestesia obstétrica (Capítulo 84) mentos vitamínicos, antibióticos, etc. En 1982 un estudio informó que más del 90% de las embarazadas continúan tomando uno o más fármacos y/o suplementos dieta- rios.2,3 MODIFICACIONES FARMACOCINÉTICAS EN LA LACTANCIA Es necesario considerar que los cambios fisiológicos pro- pios de la gestación y la lactancia pueden afectar los parámetros farmacocinéticos de los fármacos, alterando su eficacia y su toxicidad, tanto en la madre como en el feto. Estos cambios pueden obligar a un ajuste en la dosi- ficación de los medicamentos. En la hora previa al parto, hay que administrar con precaución los fármacos que pasan a través de la placenta para evitar toxicidad en el recién nacido. Este es el caso de anestésicos locales y analgésicos usados con frecuencia durante el trabajo de parto. Tras seccionar el cordón umbilical, el fármaco sufrirá un aclaramiento mucho más lento en el neonato mediante metabolismo hepático o excreción urinaria, ya que sus procesos metabólicos y de excreción son todavía inmaduros.4 Los cambios fisiológicos y hormonales que se produ- cen durante el embarazo pueden alterar la absorción, la transferencia, la excreción y el metabolismo de cualquier fármaco; este fenómeno puede prolongarse durante los primeros días de posparto. Estas modificaciones son gra- duales, volviendo a los valores basales unas semanas des- pués del parto. La disminución progresiva de las proteí- nas plasmáticas y el aumento del agua orgánica total a medida que avanza el embarazo, trae como consecuencia un aumento del volumen de distribución de los fármacos y cambios en la tasa de unión a proteínas. La producción hepática de ciertas proteínas y esteroides es alterada por el aumento del nivel materno de estrógenos, esto explica por ejemplo la menor depuración de cafeína y teofilina. El metabolismo hepático de los fármacos puede estar alterado sobre todo como consecuencia de la inducción enzimática producida por la progesterona.5 LACTANCIA MATERNA Es la mejor alimentación para el recién nacido y el niño en su primer año. Debe ser exclusiva en los seis primeros meses y formar parte importante de la alimentación durante el primer año. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna hasta los dos años, en especial en países en vías de desarrollo. La lactancia materna reduce la morbimortalidad infantil y las enfermedades infecciosas, en particular diarreas e infecciones respiratorias, aporta óptima nutrición favore- ciendo crecimiento y desarrollo, beneficia la salud mater- na, contribuye a la relación psicoafectiva madre-hijo; colabora en forma efectiva con el espaciamiento de los embarazos, disminuyendo la fertilidad y ahorrando recursos.6 GLÁNDULAS MAMARIAS La cantidad de droga excretada por leche materna depende de dos factores, los que regulan la concentra- ción plasmática del fármaco en la madre, y aquellos que intervienen en su transferencia del plasma hacia la leche. Sólo la fracción libre o no unida a proteínas de la droga es capaz de difundirse a través de las membranas; una vez que alcanzan la leche, el fármaco se une a pro- teínas como lactoalbúmina, caseína y de modo parcial a lactoferrina. La cantidad de proteínas, grasa y valores de pH en leche materna varían con amplitud en compara- ción con los de plasma, además de evidenciarse modifi- caciones entre el calostro (secreción de los primeros 5 días) y leche madura (luego de los 30 días). Por consiguiente, los fármacos con características fisicoquímicas como menor unión a proteínas, mayor liposolubilidad y estado no ionizado, muestran mayor facilidad en el paso de sangre hacia los conductos galac- tóforos. Esto genera una relación entre la concentración del fármaco en leche materna y la del plasma, la que es denominada como relación leche/plasma (L/P, por sus siglas en inglés M/P) (cuadro 84–1). El 60% de los fármacos muestran una relación L/P menor a 1, un 25% tiene una relación mayor a1 y alre- dedor de 15% mayor a 2. Este número es variable y depende de: las proporciones de los componentes de la leche al inicio de la lactancia y al quinto día, del método empleado para la determinación, del número de mues- tras tomadas para el estudio, del intervalo de recolección posterior a la ingestión del fármaco (estado de equili- brio) y de la cantidad de fármaco ingerida por la madre. Este conjunto de factores puede causar diferentes rangos en los números de L/P. Para predecir el posible efecto clí- nico en el recién nacido, debe tomarse en cuenta la can- tidad de leche ingerida por el neonato, siendo ésta de 150 mL/kg/24 h o 30 mL/kg por lactada.5 Las ventajas de la lactancia materna son más signifi- cativas en países en vías de desarrollo y deben ser incen- tivadas (cuadro 84–2). TIPOS DE LECHE MATERNA Debe distinguirse entre precalostro, calostro, leche de transición, leche madura y la leche de pretérmino. Cada Cuadro 84–1. Valores de la relación leche plasma (L/P siglas en inglés M/P) Fármaco Relación L/P Diacepam 0.10 a 0.58 Midazolam 0.15 Morfina 2.45 Meperidina 1.05 a 1.25 Fentanil No detectable Tiopental sódico 0.4 a 0.5 Propofol 0.6 a 1.3 Lidocaína 0.4 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la paciente lactando • 985 una tiene características bioquímicas adecuadas para un determinado período de la vida del lactante. La compo- sición de la leche varía en las distintas etapas de la lac- tancia, a diferentes horas del día y del comienzo y final de una misma mamada. Precalostro Durante la gestación existe una secreción mamaria lla- mada precalostro en la luz de los alveolos, compuesto por exudado de plasma, sodio, cloro, células, inmunoglo- bulinas, lactoferrina, seroalbúmina y pequeña cantidad de lactosa. Calostro En los primeros cuatro días posparto se produce el calos- tro, un fluido amarillento y espeso, compuesto por pre- calostro que se mezcla con la leche que comienza a pro- ducirse. Su volumen alcanza unos 2 a 20 mL por mama- da en los primeros tres días posparto, suficiente para satisfacer las necesidades del neonato. Produce unas 54 kcal/100 mL, contiene 2.9 g/100 mL de grasa, 5.7 g/100 mL de lactosa y 2.3 g/100 mL de proteínas (3 veces más proteínas que la leche madura). Se destaca su alta con- centración en IgA y lactoferrina junto con su contenido en linfocitos y macrófagos (100 000/mm3), lo que le confiere una acción protectora al neonato frente a los gérmenes, ya que las células no son destruidas en el apa- rato digestivo del lactante. Entre las vitaminas liposolu- bles de alta concentración en el calostro, destaca el β- caroteno, responsable de su color amarillento (cuadro 84–3). El pH en la leche (6.6 a 7.0) es por lo regular menor que en el plasma por lo que algunas bases débiles, como los anestésicos locales, pueden tener concentraciones más altas en la leche que en el plasma. Estas variables relacionan la farmacocinética materno-mamaria y de manera eventual determinan la relación leche/plasma. La mayor parte de los fármacos que se administran a la madre o sus metabolitos llegan al lactante a través de la leche en mayor o menor proporción, y pueden producir- le alteraciones. Sin embargo, su presencia en la leche no contraindica su administración. En la mayoría de los fár- macos, las cantidades excretadas son muy pequeñas y por lo general no resultan lesivas para el lactante.A pesar de ello, en el caso de algunos medicamentos (sobre todo los que tienen un estrecho margen terapéutico), aunque su concentración en la leche pueda parecer pequeña, la cantidad total del fármaco ingerido por el lactante puede alcanzar niveles con actividad farmacológica. Una vez que el fármaco está en la leche materna, su nivel de concentración en el neonato depende de su grado de absorción, distribución, metabolismo y excreción. La exposición de un lactante a un medicamento está influenciada no sólo por la dosis ingerida, sino también por su farmacocinética. Una absorción alterada puede ser causada por la irregular peristalsis y el retardo de la evacuación gástrica propia de los neonatos. En teoría los lactantes pretérmino y los de bajo peso serían los más susceptibles, porque por la inmadurez de su tracto diges- tivo tendrían una mayor absorción no selectiva de fár- macos. Como la producción láctea es máxima durante la mamada, si ésta coincide con el pico de concentración plasmática del fármaco, la cantidad que pasa a la leche es mayor que si la concentración plasmática en ese momento es baja. Por este motivo, el medicamento debe administrarse a la madre de forma inmediata posterior a la terminación de la tetada. Existen circunstancias en las que es deseable evitar o suspender de forma temporal la lactancia materna:6 • Cuando se sabe que el fármaco puede producir efectos indeseables sobre el lactante. • Cuando el fármaco es tan potente que cantidades incluso pequeñas en la leche materna pueden tener profundos efectos en el lactante, por ejem- plo: citostáticos, altas dosis de corticoides, produc- tos radioactivos, etc. • Si la madre tiene una alteración de la función renal o una hepatopatía grave, un fármaco que se elimi- Cuadro 84–2. Beneficios de la lactancia materna Para el niño - Aporta óptima nutrición - Lo protege contra enfermedades infecciosas y alérgicas - Favorece su desarrollo psicosocial Para la madre - Favorece la recuperación posparto - Disminuye el riesgo de cáncer de ovario y de mama - Favorece la relación madre-hijo - Aumenta los intervalos entre embarazos - Ahorra recursos a la familia Para la comunidad - Reduce la morbimortalidad infantil - Disminuye los requerimientos de anticoncepción - Ahorra recursos en alimentos y salud Cuadro 84–3. Componentes de las diferentes leches Componentes Leche Calostro Leche de humana vaca madura Agua (%) 88 87 88 Energía (kcal %) 70 58 69 Lactosa (g %) 7.3 5.3 4.8 Nitrógeno (mg %) 171 360 550 total Nitrógeno (mg %) 129 313 512 proteínico Nitrógeno no (mg %) 42 47 32 proteínico Proteínas (g %) 0.9 2.3 3.3 totales Caseína (g %) 0.25 – 2.73 α-lactoalbúmina (g %) 0.26 0.16 0.11 β-lactoglobulina (g %) 0 0 0.36 Lactoferrina (g %) 0.17 0.33 Trazas Lisozima (g %) 0.05 – Trazas Ig A (g %) 0.14 0.36 0.003 Grasas totales (g %) 4.2 2.9 3.8 986 • Anestesia obstétrica (Capítulo 84) na por estas vías se podría acumular o utilizar la leche como vía alternativa de excreción. A continuación se describen las líneas de razonamiento para la prescripción de fármacos en la mujer que ama- manta: • Indicar sólo lo en absoluto necesario. • Restringir aún más la prescripción en las primeras semanas de lactancia. • Informar a la madre sobre los peligros de la auto- medicación. • Elegir fármacos que no pasen o lo hagan con esca- sez a la leche materna. • Administración tópica o inhalatoria de preferencia. • Dar el pecho cuando se supone que la concentra- ción del fármaco es más baja. • Sustitución transitoria de la lactancia en casos de tratamientos cortos. • Siempre vigilar al lactante para detectar posibles efectos adversos. • Administrar el medicamento con exactitud antes que el niño comience su período de sueño más largo. • Sustituir la lactada por suplemento en los períodos de mayor concentración del fármaco. FÁRMACOS QUE INHIBEN O ESTIMULAN LA SECRECIÓN DE LECHE MATERNA Es bien conocido que determinados fármacos pueden interrumpir, o por el contrario incrementar la produc- ción de leche materna mismos que son señalados en el cuadro 84–4. Los que interrumpen la lactancia materna y que pre- sentan mayor efectividad clínica son los alcaloides del ergot, seguidos de los estrógenos y progestágenos con variable efecto de supresión láctea, y por último se ha señalado a un descongestionante nasal, la seudoefedrina, con posible actividad inhibitoria.8 En contraposición, se ha señalado que en pacientes con niveles de prolactina bajo y poca producción de leche, la administración de fármacos que inhiben recep- toresde dopamina pueden generar una elevación plas- mática de la prolactina, incrementando la cantidad de leche. Los medicamentos más usados son la metoclopra- mida y domperidona; otros con menor potencia o efecti- vidad en la producción son la risperidona, clorpromazina u otros neurolépticos tipos fenotiazina (cuadro 84–4). 8 Excreción de fármacos por la leche Este problema puede llegar a ser importante para el neo- nato. Si bien podría existir una barrera hematoláctea, ésta no impide el traspaso de muchas substancias ingeri- das por la madre. La glándula mamaria es una glándula sudorípara modificada, ante lo cual la producción de leche estará dada por varios mecanismos, entre los que destacan: síntesis de componentes lácteos por las células epiteliales de los alveolos de la glándula, transporte acti- vo de diferentes sustancias desde el plasma, secreción apocrina, exostosis, difusión y transporte por vía parace- lular.7, 8 Fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central Muchos agentes anestésicos son excretados por la leche, pero hasta ahora no hay evidencia que una dosis única conduzca al detrimento del neonato. El riesgo de efectos adversos se incrementa con administraciones continuas de fármacos, en neonatos pretérmino o con enfermeda- des concomitantes o bajo peso al nacer. Ante estos casos debe tenerse la precaución de ajustar las dosis de opioi- de o benzodiacepinas (sin son altas), sometiendo a juicio la posible relación riesgo beneficio que pueda tener su administración en la madre.9 Las drogas psicotrópicas son de especial preocupación cuando se dan a mujeres que amamantan por largos periodos. Se han comunicado malformaciones en hijos de madres epilépticas en tratamiento con anticonvulsivos durante el embarazo con una frecuencia en aumento. Estas incluyen paladar hendido, anomalías cardíacas, cra- neofaciales o viscerales, hipoplasia ungueal o digital y retraso mental. Por ser antifólicos estos fármacos se asocian con mayor incidencia de defectos del tubo neu- ral. Durante la lactancia la cantidad de antiepilépticos eliminada en la leche materna es tan escasa que no hay contraindicaciones para su uso. Las fenotiazinas se han utilizado durante el embarazo como antieméticos y como fármacos psicoactivos, atraviesan la placenta con facilidad y de forma global pueden suponer un riesgo insignificante para el feto.10 El diacepam es un ansiolítico utilizado con frecuen- cia. Cuando se administra poco antes del final del emba- razo se han comunicado casos de depresión, irritabilidad, temblor e hiperreflexia en el recién nacido. Utilizado previo al parto se asocia con el síndrome del niño fláci- do (Floppy), con hipotonía, somnolencia y dificultad para mamar. La dosis alta de diazepam o midazolam endove- noso administrada a la madre antes del parto produce hipotonía, hipotermia, baja puntuación en la valoración Cuadro 84–4. Fármacos que actúan en la supresión o estimulación de la secreción láctea Inhiben 1. Alcaloides del ergot : - Bromocriptina - Cabergolina - Ergotamina 2. Estrógenos 3. Progestagenos 4. Seudoefedrina Estimulan Antagonistas de receptores dopaminérgicos - Dopamina - Metoclopramida - Domperidona - Risperidona - Clorpromazina © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la paciente lactando • 987 de Apgar, alteración de la respuesta metabólica al estrés por frío y depresión del sistema nervioso central en el recién nacido. Tampoco sería conveniente el empleo de las benzodiacepinas en la lactancia, ya que el neonato puede tener dificultades para metabolizarlo por inmadu- rez hepática con lo que se acumularía. La mayor perme- abilidad de la barrera hematoencefálica del neonato aumentaría su efecto sedante y depresor. El diacepam cruza con rapidez las membranas bioló- gicas y con frecuencia prolonga su vida media en los lac- tantes, en especial si la actividad de la enzima citocromo 450 II está reducida. Los datos farmacocinéticos indican que el lactante puede recibir 5 a 12% de la dosis mater- na ajustada al peso. La larga vida media del diacepam y sus metabolitos implican que alta dosis de tratamiento prolongado administrado a la madre pueden ocasionar efectos neonatales adversos como pobre succión o som- nolencia, en particular en infantes pretérmino o de bajo peso. Se han observado efectos clínicos en lactantes con dosis de diazepam maternas, tan bajas como 6 a 10 mg.5 El midazolam, por el contrario, administrado en dosis de 15 mg diarios durante 2 a 6 días de posparto produce, después de cuatro horas de ingestión, concen- traciones muy bajas en la leche sin ningún efecto en el lactante. Se calcula que el lactante está expuesto a 0.1% de la dosis materna ajustada al peso. El droperidol y la metoclopramida son agentes blo- queadores dopaminérgicos, actúan en la hipófisis aumen- tando la producción de prolactina y en consecuencia la producción de leche. La atropina, en grandes dosis, puede disminuir la producción. La bromocriptina produ- ce supresión de la lactancia, y puede representar peligro para la madre.4 Las pacientes con psicosis maniaco depresiva some- tidas a tratamiento con litio, no deben lactar a su hijo, aunque en algunos casos es factible evaluar si pueden hacerlo. La cantidad de fármaco disponible para el niño a través de la leche materna se estima como el porcenta- je de la dosis materna por kilogramo ingerido por el niño. Sin embargo, como la tasa de aclaramiento para muchos fármacos es más lenta en niños que en adultos, el nivel real de fármaco circulante en el niño podría ser mucho mayor. Debido a que pueden determinarse los niveles de litio en plasma, lo más prudente sería realizar una deter- minación de la cantidad en la leche materna y estimar la dosis en el lactante. Si éste mostrara algún efecto adver- so, los niveles de litio deberían determinarse en la sangre del niño.10 El tiopental, administrado para una cesárea o duran- te la lactancia, produce niveles despreciables en leche materna. La dosis de exposición del lactante es tan baja que se considera seguro, aún en aquellos recién nacidos con metabolismo retardado. Al utilizar propofol como agente inductor en dosis única, las concentraciones alcanzadas en el feto depen- den de: la dosis administrada, la concentración alcanzada en la madre y el tiempo que transcurre entre la induc- ción y el nacimiento. La exposición de un lactante a una dosis de propo- fol administrada en la madre para la inducción, seguida de su goteo para el mantenimiento de la anestesia, pro- duce 1.5% de la dosis materna administrada, estando por debajo en 0.1% de la dosis necesaria para sedación en niños. El uso de propofol por lo tanto no se recomienda en madres en periodo de lactancia y se debe usar sólo cuando es en absoluto necesario.11 La ketamina es com- patible con la lactancia.10 Los agentes inhalatorios pasan en concentraciones también muy bajas y no tienen efectos, aun cuando la lactancia se inicie muy cerca de la exposición materna. La exposición luego de una dosis materna de droperidol no está determinada, pero sí la de haloperidol, que está en el 0.2 a 2.1% de la dosis materna, sin efectos clí- nicos.10 La morfina pasa con rapidez a la leche materna con una relación leche/plasma de 2.45, con lo que el lactan- te ingiere 6% de la dosis materna. Sin embargo, luego de administrar una sola dosis de morfina a la madre, la con- centración en la leche cae con velocidad. Algo que no está determinado es cuánta morfina debe administrarse en tratamientos prolongados para que pasen a la leche cantidades capaces de producir efectos clínicos en el lac- tante. La meperidina aparece con una relación leche/ plasma de 1.07 a 1.20 luego de una dosis simple de 50 mg; la dosis de exposición fetal se calcula en el 0.7% de la dosis materna ajustada al peso. Puede afirmarse la segu- ridad de la lactancia luego de una sola dosis materna. Los efectos de los metabolitos de la meperidina no han sido determinados, pero se suponeque en tratamien- tos prolongados, la acumulación, por la larga vida media del fármaco y de los metabolitos activos puede ocasionar efectos deletéreos en el neonato. El fentanil, en dosis materna de 50 a 400 µg, produ- ce niveles no detectables en leche materna; este índice es compatible con la distribución y vida media corta de la droga en el adulto. La lactancia después de la administra- ción de fentanil también puede considerarse segura, ya que los niveles encontrados en la misma son tan bajos (0.006 µg) que no se justifica la suspensión de la misma.11 Sin embargo, Beilin et al.,12 realizaron un estu- dio sobre el empleo de fentanil en analgesia del trabajo de parto y su efecto sobre la lactancia a mediano plazo. A las seis semanas posteriores al nacimiento se contacta- ba a las madres para saber si aún sus hijos estaban lactan- do, encontrando que aquellos lactantes cuyas madres habían recibido dosis superiores a 150 µg de fentanil por vía neuroaxial como parte de la analgesia del trabajo de parto mostraban 10 a 17% de abandono de la lactancia, en comparación con 3.5% correspondientes a dosis menores de 150 µg de fentanil (50 µg) o 1.2% en aque- llas donde no se habían administrado el opioide. En la actualidad es prematuro concluir que el fenta- nil en esas dosis y por esa vía de administración pueda producir alteraciones en la duración de la lactancia. Harán falta más estudios, en donde se consideren los escenarios psicosociales, antecedentes de trabajo, expec- tativas de las madres involucradas en el estudio, así como otras herramientas necesarias para en verdad evidenciar que origina una supresión o interrupción en la lactan- cia.13 Volmanen et al., han reportado que los problemas de lactancia, entre ellos el complementar la alimentación con formulas lácteas por aquella expresión materna de que “no tengo suficiente leche” son bastantes comunes entre madres, independiente de la vía del nacimiento (parto o cesárea) o método analgésico empleado. La eva- luación de un cuestionario completado por 60% del uni- verso seleccionado, señala que si bien existen problemas de lactancia indiferentes del método de obtención del producto, pareciera que existe una asociación entre anal- gesia epidural (bupivacaína sin opioides) del parto y modificación de la lactancia, de manera parcial. Los autores señalan que estos resultados deben ser interpre- tados con cautela, y que no pueden establecer si esta observación es causal o casual, debido a dos factores muy importantes, por un lado el tamaño de la muestra y por otro el diseño del estudio.14 La vida media más corta del alfentanil y del sufenta- nil ofrecería igual o mayor margen de seguridad. El remi- fentanil ha venido empleándose tanto en analgesia del trabajo de parto como en anestesia general para cesárea segmentaria, reportándose un buen desempeño en ambas áreas con bajo impacto en la valoración de Apgar, medidas de reanimación, ingreso a la unidad de cuidados neonatales y sin diferencia en cuanto a lactancia en com- paración al grupo control.15, 16,17 La relación leche/plasma de la morfina vía intrave- nosa controlada por la paciente para analgesia poscesá- rea, obtenida midiendo los niveles de morfina como de su metabolito activo morfina-6-glucurónido en calostro y plasma, demostró la presencia de bajas cantidades de ambos en calostro, por lo tanto su empleo por este méto- do es compatible con la lactancia y no produce efectos colaterales en los neonatos.18 Las drogas psicotrópicas son de especial preocupa- ción cuando se administran por largos períodos en madres que amamantan, tal es el caso de la depresión posparto (su incidencia varía de 15 % a 26 %) ya que su empleo representa la única opción cuando otras terapias fracasan. Dentro del grupo de los antidepresivos, encontramos los siguientes tipos de fármacos con sus iniciales en inglés: tricíclicos (TCA), inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI), inhibidores de la re- captación de serotonina noradrenalina (SNRI), inhibido- res o selectivos de la noradrenalina (NSNRI).19,20 Los SSRI y SNRI, son los fármacos más empleados en la actualidad. Con la ingestión del antidepresivo fluo- xetina durante la lactancia, se han detectado niveles plas- máticos fetales entre 20 y 30% de los maternos, sin efec- tos adversos en los recién nacidos. Debe ser considerada categoría C.21 La clasificación de los fármacos que se administran en la lactancia y el efecto de los que son adictivos, se muestran de manera respectiva en los cuadros 85–5 y 84–6. Fármacos radiactivos Éstos se pueden utilizar tanto para fines diagnósticos o terapéuticos; sus efectos y riesgos se han sintetizado en el cuadro 84–7. Medios de contraste El empleo de medios de contraste para diferentes estu- dios imagenológicos en embarazadas o mujeres lactando, no sólo reviste una interrogante sobre sus posibles efec- tos directos en el feto, sino también su potencial excre- ción por leche materna. Entre los agentes empleados para contraste se encuentran los siguientes grupos: iodi- nados, no iodinados y gadolinium. En los primeros, algu- nos no se excretan en la leche materna (meglumina ioda- mida y meglumina diatrizoata), con independencia de la vía de administración (intravenosa, epidural, etc,) mien- tras que otros son detectados en muy bajas concentracio- nes (iohexol, metrizoato, metrizoata), siendo seguros. En los no ionizados su eliminación es tardía y se debe sus- pender la lactancia por algunas horas (24 a 48 h). En el caso de gadolinium, niveles muy bajos son reportados en leche materna, no revistiendo ningún peli- gro para el neonato, por lo que la lactancia no debe omi- tirse; tal vez su principal efecto colateral pudiese ser alte- rar el sabor de la leche.22 FÁRMACOS QUE ACTÚAN A NIVEL CARDIOVASCULAR En algunas pacientes es indispensable mantener una terapéutica durante la gestación y lactancia; los fármacos cardiovasculares son un ejemplo de esta situación. Un buen número de investigaciones revelan que muchos de 988 • Anestesia obstétrica (Capítulo 84) Cuadro 84–5. Clasificación de fármacos durante la lactancia Clasificación Definición Ejemplos Categoría 1 Medicamentos que no deben Ergotamina ser consumidos durante la lactancia. Hay fuerte eviden- cia de efectos adversos feta- les de la ingestión materna Categoría 2 Efectos en humanos desco- Amitriptilina, fluoxetina, nocido, pero se sugiere pre- benzodiacepinas caución Categoría 3 Fármacos compatibles con Anticonvulsionantes, β- la lactancia bloqueadores, opiá- ceos, AINES, cafeína, anestésicos locales Rathmell et al.26 Cuadro 84–6. Efectos de fármacos que producen adicción Fármacos que Efectos causan adicción Anfetaminas Irritabilidad, alteraciones del sueño Cocaína Irritabilidad, vómitos, diarrea, temblores, aisla- miento Heroína Temblores, agitación, vómitos, alimentación deficiente Marihuana Pocos informes en la literatura Fenciclidina Alucinaciones (ketamina) © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la paciente lactando • 989 ellos atraviesan con facilidad la placenta y se encuentran en la leche materna, acompañándose de elevados índices leche/plasma.23 Los potenciales efectos sobre el neonato son inde- pendientes de los índices leche/plasma para ciertos fár- macos; en este sentido el Comité de Drogas de la Academia Americana de Pediatría (AAP), basándose en reportes y estudios clínicos, precisa la compatibilidad o incompatibilidad de la lactancia asociada a la terapéuti- ca cardiovascular, para decidir mantener o descontinuar un tratamiento. La difusión de cualquier fármaco hacia los tejidos fetales depende de su liposolubilidad, del peso molecular, de la ionización y de su unión o no a pro- teínas.2 La concentración máxima de los fármacos en el plas- ma del feto y neonato de término, se produce en prome- dio dentro de 0.5 a 2 h después de su administración materna por medio de un bolo intravenoso. Una sola dosis deun fármaco administrada por inyección intrave- nosa rápida a la madre puede tener poco o ningún efec- to farmacológico sobre el feto. Sin embargo, cuando una mujer recibe dosis repetidas, es probable que la relación entre la concentración en el neonato y la materna del fár- maco libre se aproxime a 2.15 Por otro lado, la hipertensión arterial es la más común de las complicaciones médicas en el embarazo y es una importante causa de morbimortalidad materna y perinatal. Se observa la aparición de alguna forma de hipertensión arterial en alrededor de 15 a 20% de las embarazadas. Por lo tanto es necesario considerar su tra- tamiento no sólo durante el embarazo, sino también en la lactancia. La digoxina es un fármaco que atraviesa la barrera placentaria por lo que sus niveles en la leche materna son similares a los séricos; sin embargo es un medicamento seguro cuando está bien manejado. No produce teratogé- nesis ni muerte fetal, se le considera dentro de la catego- ría C de la clasificación de la FDA. El Comité sobre Drogas de la Academia Americana de Pediatría conside- ra que la administración terapéutica de digoxina es com- patible con la lactancia. La función renal es el factor determinante más importante de la dosis diaria del fár- maco. Los nitratos han sido clasificados dentro de la cate- goría C de la FDA, no hay datos sobre sus posibles efec- tos sobre el niño durante la lactancia. El nitroprusiato de sodio debe evitarse, dado que se ha comunicado acumu- lación de tiocianatos y cianuro en sangre materna y fetal. Los inhibidores de la enzima convertidora y antagonistas de los receptores de la angiotensina II están proscritos durante el embarazo, por sus efectos nocivos sobre el control de la presión arterial y la función renal en el feto. Aunque la concentración de enalapril en leche materna se ha comunicado como baja, en vista de los efectos adversos de los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina en la función renal neonatal, algunos autores no lo recomiendan a mujeres que amamantan. Existen informes que indican que los β bloqueadores provocan retardo del crecimiento intrauterino, bradicar- dia e hipoglucemia fetal, así como depresión respiratoria neonatal; pero su amplio uso ha demostrado que carecen de efectos teratogénicos. Se excretan en la leche mater- na, en mayor cantidad los liposolubles, pero los niveles que llegan al niño son insignificantes y exentos de pro- ducir efectos colaterales. Se les considera compatibles con la lactancia. Con respecto al atenolol algunos repor- tes señalan su relación con bajo peso al nacer, depresión respiratoria y descenso de la frecuencia cardiaca fetal, y no se han observado efectos teratogénicos. La FDA lo clasifica en la categoría D. Se excreta en la leche mater- na pero en apariencia llega al neonato en cantidades insignificantes por lo que es compatible con la lactancia. El labetalol es un bloqueador combinado alfa y beta adrenérgico, tan seguro como la metildopa para el trata- miento en el corto plazo de la hipertensión arterial durante el tercer trimestre del embarazo. Se clasifica en la categoría C de la FDA y se considera adecuado en la lactancia.5, 13, 16, 22 Los calcio antagonistas verapamil y diltiazem han sido empleados en el tratamiento de arritmias supraven- triculares. No se han comunicado efectos teratogénicos, pero sí bradicardia, bloqueos cardiacos, disminución de la contractilidad cardiaca e hipotensión, tanto materna como fetal; son compatibles con la lactancia. La nifedipi- na se excreta en leche materna y se recomienda iniciar la lactancia 3 a 4 h después de la última dosis ingerida. La FDA lo clasifica en la categoría C; se considera compati- ble con la lactancia.23 Bartels et al.,24 estudiaron el paso de nicardipina hacia leche materna en 34 muestras de siete pacientes que habían recibido, de 1 a 7 mg/h durante el momento del nacimiento. No se detectaron niveles de nicardipina en 82% de las 34 muestras estudiadas, y sólo en seis de ellas procedentes de cuatro pacientes, se encontraron niveles de 5.1 a 18.5 ng/mL, lo que es considerado como bajo en extremo. La quinidina a dosis terapéuticas es bien tolerada, aunque produce discreta acción oxitócica. Atraviesa la barrera placentaria y su concentración en la leche mater- na suele ser menor que la sérica, por lo que puede admi- nistrarse durante la lactancia. Tiene interacciones medi- camentosas con la warfarina potenciando su efecto, y con la digoxina aumentando sus niveles séricos. Existe amplia experiencia con su administración durante el embarazo, observándose que tiene una baja incidencia de efectos colaterales. La FDA la incluye en la categoría C, igual que la procainamida, se considera compatible con la lactancia.24 Cuadro 84–7. Fármacos radiactivos y suspensión de lactancia Fármaco Tiempo de no amamantar 67Ga Presente en leche por 2 semanas 111In Pequeñas cantidades hasta 20 h después 125I Riesgo de cáncer tiroideo. Radiactividad en leche du- rante 12 días 131I Según tipo de estudio, entre 2 y 14 días 22Na Presente en leche por 96 horas 99Tc Presente en leche entre 15 h y 3 días La amiodarona atraviesa la barrera placentaria con dificultad, se ha descrito su asociación con la presencia de hipotiroidismo fetal (9%), bocio fetal, parto prematu- ro, hipotonía, bradicardia y prolongación del intervalo QT espontáneo y posible muerte fetal. Sólo debe admi- nistrarse en casos de absoluta necesidad. Se clasifica en la categoría D de la FDA. Alcanza altas concentraciones en leche materna, por lo que se recomienda evitar la lactan- cia en pacientes con este tratamiento, e incluso en aque- llas que estuvieron recibiendo este fármaco en los meses previos, aunque haya sido suprimido.25, 26 La adenosina es una droga útil en el diagnóstico y manejo terapéutico de las arritmias supraventriculares. No se cuenta con información de su administración durante la lactancia. Su vida media corta la hace en teo- ría adecuada para su uso en la lactancia.27,28 ANTICOAGULANTES Las heparinas de bajo peso molecular se vienen utilizan- do desde hace tiempo, lo que permite indicarlas con cier- ta tranquilidad. No atraviesan la placenta durante el embarazo y pasan muy poco a la leche materna. Como efectos adversos tienen una trombocitopenia moderada, elevación de aminotransferasas hepáticas y necrosis cutá- nea. Si bien se ha descrito que causan osteoporosis simi- lar a la presentada en pacientes tratadas con heparina estándar, el grupo tratado con heparina de bajo peso tuvo una tasa menor de fracturas óseas. El empleo de warfari- na durante la lactancia es seguro.29,30 FÁRMACOS QUE ACTÚAN EN ELSISTEMA ENDOCRINO El empleo de hipoglucemiantes orales durante la lactan- cia se ha proscrito por el riesgo de que se presente hipo- glucemia neonatal. La levotiroxina (T4) oral es el trata- miento óptimo del hipotiroidismo en la lactancia, dado que la concentración de T4 en leche materna es muy baja y no afecta al neonato. Tanto el propiltiouracilo como el metimazol se excretan en la leche materna, mientras que la concentración de metimazol es igual a la observada en suero, la de propiltiouracilo es de alrededor de un sexto de la materna, por lo que el uso de este últi- mo es compatible con la lactancia. Se recomienda man- tener la dosis más baja posible y monitorear la función tiroidea del lactante así como detectar la aparición de reacciones adversas. La mayoría de los autores prefieren el uso de propiltiouracilo durante el embarazo. Este fár- maco no sólo inhibe la síntesis de hormonas tiroideas, sino que además, actúa inhibiendo la conversión perifé- rica de T4 a T3, lo que en teoría representaría una ven- taja adicional, añadido al hecho de su menor capacidad de atravesar la placenta.30,31 La cantidad de prednisona y otros glucocorticoides sintéticos secretada en la leche materna es tan pequeña 990 • Anestesia obstétrica (Capítulo 84) Cuadro 84–8. Fármacos contraindicados Son aquellos que no deben ser usados durante la lactancia; de los cuales pueden destacarse:• Tabaco: la nicotina disminuye la secreción láctea, y las múltiples sustancias toxicas derivadas de la combustión del papel pasan a la leche, por lo que el tabaquismo debe ser combatido con fuerza • Cimetidina: antiácido con un altísimo pasaje a la leche • Antibióticos: tales como la ciprofloxacina, tetraciclinas (pueden colorear los dientes y afectar el crecimiento futuro de los huesos del bebe), el cloranfenicol (puede ocasionar anemia hemolítica), el metronidazol (toxicidad neurológica) • Laxantes o purgantes: diarreas severas en el niño • Vitamina D: en altas dosis y por períodos prolongados. No se han informado problemas en dosis bajas • Morfina: ocasiona efectos secundarios severos y potencial adicción • Fármacos antineoplásias, obliga a suspender la lactancia • Benzodiacepinas: pueden generar somnolencia o sedación en el lactante • Alcohol: en pequeñas dosis diarias no genera problema, pero cantidades mayores producen somnolencia. Además, disminu- yen la lactancia • Broncodilatadores: la teofilina en altas dosis puede ocasionar irri- tabilidad y excitación Cuadro 84–9. Fármacos de potencial riesgo en la lactancia Acetobutolol Fenobarbital Alcohol (grandes dosis) Sales de litio Atenolol Metimazol / Carbimazol Antihistamínicos descongestivos Nadolol Benzodiacepinas (la mayoría) Narcóticos (en los 10 días de posparto) Clortalidona Nicotina / cigarrilos Clindamicina Piroxicam Clonidina Quinolonas Anticonceptivos con estrógenos Sotalol Diuréticos tiazídicos Sulfas acción prolongada Cuadro 84–10. Fármacos seguros en madres que amamantan • Antiinflamatorios: el ibuprofeno ha sido utilizado sin inconvenientes • Analgésicos: el más utilizado es el paracetamol, que además dis- minuye la fiebre • Antibióticos: la penicilina y sus derivados, pasan a la leche en muy escasa proporción, son seguros de forma relativa. La isoniacida y el etambutol, pueden usarse, no se han comunicado efectos adversos de importancia Los aminoglucósidos, excepto la estrep- tomicina, pasan poco a la leche materna. Vancomicina pasa poco a la leche materna • Antihipertensivos: la α metildopa, sigue siendo el fármaco de elec- ción en el embarazo y la lactancia. Sulfato de magnesio. Pro- panolol • Antiácidos: utilizar hidróxido de aluminio • Laxantes: lo más natural es consumir abundantes fibras • Anticoagulantes: puede utilizarse la warfarina y la heparina • Antiespasmódicos: el mepenzolato es en cierta forma seguro. Di- meticona • Anestésicos: lidocaína, ropivacaína, bupivacaína. Opioides hasta 10 días después del nacimiento • Suplemento tiroideo • Vacunas • Insulina • Broncodilatadores inhalados • Corticosteroides © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la paciente lactando • 991 que se permite la lactancia. Además como los corticoides pueden administrarse en dosis única y son eliminados de la circulación en las ocho horas siguientes, si la madre planifica su toma de manera inmediata posterior a una tetada y el niño requiere mamar cada cuatro horas, éste estaría expuesto sólo en una tetada, la cual puede susti- tuirse por leche almacenada de forma previa. Cuando las dosis de corticoides son altas y continuas existe el riesgo de inhibición del eje hipotálamo-hipofisario, por lo que debe valorarse con cuidado en esta situación el riesgo contra beneficio de la lactancia materna.31, 32 En el cuadro 84–8 se señalan los fármacos cuya administración a la madre está contraindicada durante la lactancia; en el cuadro 84–9 los que tienen riesgo poten- cial y en el cuadro 84–10 los que son seguros. CONCLUSIÓN El embarazo y la lactancia son períodos muy complica- dos para la medicina alópata. Se debe tener como premi- sa que todo medicamento que se le administre a la madre va a llegar al recién nacido en proporciones varia- bles, dependiendo de su composición química, biodispo- nibilidad y farmacocinética tanto en la madre como en el hijo. La gran diversidad de fármacos disponibles en la actualidad, hace necesario conocer a profundidad su per- fil farmacológico, cuando son prescritos en la paciente que está en período de lactancia. Antes de prescribir fármacos a la madre que está ama- mantando se debe considerar lo siguiente:5 • Si su administración es necesaria en absoluto. • Si son utilizados sólo para aliviar síntomas, selec- cionar el fármaco que alivie el más molesto. • Retrasar la terapia. Las terapias específicas deben ser retrasadas hasta después del destete. • Tomar la medicación antes del período más largo de sueño del niño. Esto puede aplicarse para fárma- cos que se administran una vez al día. • Evitar amamantar en los periodos de concentración máxima del fármaco, por lo común entre 1 a 3 h después de ingerida la medicación. • Administrar el fármaco cuando se termine de ama- mantar. • Preferir fármacos que tienen un período de acción corto. • No debe suspenderse la lactancia materna, ya que las consecuencias para la salud del niño pueden ser desfavorables. REFERENCIAS 1. Andrade SE, Gurwitz JH, Davis RL, Chan KA et al.: Pres- cription drug use in pregnancy. Am J Obstet Gynecol 2004;191:398-407. 2. 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