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Empirismo
¿Qué es el empirismo?
El empirismo es una escuela filosófica que piensa a la experiencia como punto de partida y fundamento último de todo conocimiento posible.
Para los empiristas, la realidad es la base de todo conocimiento. La mente humana debe partir del mundo sensible, es decir, lo percibido por los sentidos, para formar ideas y conceptos.
Filosóficamente enfrentado al racionalismo, el empirismo fue particularmente desarrollado por distintos filósofos ingleses, razón por la cual a menudo se habla de “empirismo inglés”. Algunos de sus principales defensores fueron Bacon, Hobbes, Locke, Berkeley y Hume, quienes se opusieron a las ideas sostenidas por pensadores como Descartes, Spinoza o Leibniz.
Etimología y origen del empirismo
El término empirismo viene del griego “empeiría” (έμπειρία), cuya latinización es experientia. En la Grecia antigua, el conocimiento empírico se oponía a la idea de saber a través de un aprendizaje intelectual, especialmente en filosofía y las ciencias teóricas.
El pensamiento empírico tiene raíces en la antigüedad clásica, especialmente en la obra de Aristóteles y algunos filósofos grecorromanos como Hipócrates de Cos (siglo V a. C.), Arquímedes (siglo III a. C.) o Galeno (siglo II d. C.). Ellos entendían a lo empírico como el conocimiento útil y técnico de los médicos, arquitectos y artesanos en general, contrapuesto al conocimiento teórico de los ámbitos especulativos y reflexivos de las ciencias en general.
Sin embargo, el empirismo surgió como movimiento filosófico en la Edad Moderna, punto final de un proceso de pensamiento iniciado en la baja Edad Media.
El conocimiento empírico
El empirismo surgió como escuela filosófica entre los siglos XVI y XVIII. Los filósofos racionalistas, como Descartes, Leibniz o Spinoza, sostenían que conocemos al mundo a través de la razón, y priorizaron como fuente de conocimiento a las intuiciones intelectuales de la razón. Los filósofos empiristas, en cambio, creían que solo podemos conocer al mundo a través de la sensibilidad y priorizaron como fuente de conocimiento a las sensaciones obtenidas a través de la percepción sensible.
La experiencia como punto de partida significó que el conocimiento solo podía poseerse a posteriori, no a priori, y por eso vincularon la idea de experiencia a la experimentación, tal como hizo Bacon en el Novum organum. Para los empiristas, lo único posible era la sensación como testimonio de una experiencia externa, a excepción de Locke, quien creía que la reflexión era testimonio de una experiencia interna.
Locke fue el primero en decir que la mente humana era similar a una hoja en blanco o “tábula rasa” en la que las impresiones externas quedaban grabadas tras haber sido experimentadas. Hume, por otro lado, fue quien revolucionó la idea de causalidad al decir que era una ficción impuesta por la mente. Lo mismo hizo con las ideas de sujeto o sustancia, consideradas hasta entonces como ideas innatas (según el idealismo, eran las ideas con las que nacían los seres humanos).
George Berkeley, obispo irlandés nacido en 1685, dio paso a un empirismo extremo. Para él, los objetos solo podían existir si eran percibidos. Esto se conoció como el principio esse est percipi, “ser es ser percibido”, que determina que los objetos siempre son percibidos. Incluso cuando un humano no percibiera algo, ese objeto sería percibido por Dios como entidad suprema.
Aun cuando el empirismo no terminó con los trabajos de Locke, Berkeley o Hume, sus ideas fueron recogidas por Immanuel Kant, quien alguna vez escribió que Hume fue el responsable de despertarlo de su sueño dogmático. Su obra más conocida, la Crítica de la razón pura, es famosa, entre otras cosas, por haber ensayado una tercera posición que buscó solucionar las disputas entre empiristas e idealistas: el idealismo trascendental.
Características del empirismo
Algunas ideas del empirismo son:
La realidad sensible puede ser percibida, es el origen de todas las ideas. Primero percibimos el mundo y luego lo pensamos o imaginamos. No podemos imaginar algo sin antes haber percibido un material que alimente el acto de imaginar. El ser humano aprende a través de sus sentidos.
El conocimiento es subjetivo. No existen ideas preconcebidas, sino que se nace con la mente “en blanco”. El conocimiento se adquiere a partir de experiencias internas (pensamientos, emociones, etc.) y experiencias externas (materiales y físicas).
El conocimiento empírico plantea una oposición al racionalismo. Al mismo tiempo, continúa y valora la crítica nominalista comenzada en la Baja Edad Media (en cuanto al llamado “problema de los universales”).
Representantes del empirismo
Los principales representantes del empirismo fueron:
John Locke (1632-1704). Fue un filósofo y médico inglés, padre además del Liberalismo Clásico. Su obra se vio muy influenciada por los escritos de sir Francis Bacon. Su famoso Ensayo sobre el entendimiento humano de 1689 fue una réplica a René Descartes, y proponía que la mente humana era una Tabula rasa, sobre la que se imprime el conocimiento a posteriori mediante la experiencia.
David Hume (1711-1776). Fue un filósofo, economista e historiador escocés, y una de las figuras centrales de la Ilustración escocesa y del pensamiento occidental. Defendió la tesis de que el conocimiento deriva de la experiencia sensible. Son célebres sus ensayos Tratado de la naturaleza humana (1739) e Investigación sobre el entendimiento humano (1748), en los que reduce todo conocimiento a “impresiones” o “ideas”, de las cuales surgen dos tipos posibles de conocimiento: verdades de hecho y relación de ideas.
George Berkeley (1685-1753). Fue un obispo de Berkeley y filósofo irlandés, que propuso un idealismo subjetivo o inmaterialista, cuyo postulado principal era que no existe la materia en sí sino su percepción. El mundo existe únicamente mientras lo percibimos. Para explicar por qué el mundo no desaparece mientras dormimos o cuando parpadeamos, propuso que Dios es el gran observador del universo, cuyo ojo constante y universal garantiza que todo siga existiendo.
Empirismo y racionalismo
El empirismo y el racionalismo fueron dos vertientes radicalmente opuestas, ambas herederas del escepticismo como pensamiento filosófico.
El escepticismo inglés sostuvo la inexistencia de la posibilidad del conocimiento a priori y defendió la idea del conocimiento originado a través de lo percibible por los sentidos.
Por su parte, el racionalismo defendió a la razón y al intelecto como las únicas vías de conocimiento. René Descartes, uno de sus principales expositores del racionalismo, intentó mostrar cómo a partir del cogito (su célebre cogito ergo sum, “pienso, luego existo”) podemos dar con las ideas que tenemos del mundo. El racionalismo rechazó el conocimiento obtenido a partir de los sentidos, alegando que estos pueden engañarnos o brindar información falsa de la realidad.
Las disputas entre ambos sistemas filosóficos no solo se dieron con respecto al origen del conocimiento, sino también alrededor del innatismo, la idea de causalidad, sustancia o identidad. De esta disputa surgió, tiempo después, la obra de uno de los filósofos más importantes de la modernidad, Immanuel Kant. En la Crítica de la razón pura, Kant discutió, concilió y superó las posturas sostenidas por uno y por otro.
Importancia del empirismo
El empirismo fue una escuela fundamental en el surgimiento de nuevas corrientes de pensamiento que intentaron desprenderse del idealismo como forma de interpretar la realidad. Por ejemplo, permitió el surgimiento del pensamiento científico y del método científico, dentro de los que jugó un rol muy importante la deducción, nacida a raíz del empirismo inglés.
El empirismo abrió las puertas al ateísmo intelectual, y por otro lado, a partir de su oposición con el racionalismo surgió el pensamiento kantiano. Este pensamiento intentó reconciliar sus posturas y posteriormente jugó un rol decisivo en la cultura de Occidente.
Fuente: https://concepto.de/empirismo/#ixzz863Q6sell
RacionalismoTe explicamos qué es el racionalismo, sus características y representantes. Además, diferencias con el empirismo y el humanismo.
¿Qué es el racionalismo?
El racionalismo es un movimiento filosófico que promueve a la razón como principal facultad de conocimiento. Surgió en la Edad Moderna, específicamente en la Europa de los siglos XVII y XVIII, y se lo suele considerar como el movimiento contrario al empirismo, para el que la sensibilidad primaba por sobre la razón.
El racionalismo defiende la idea de que el conocimiento humano proviene de la razón y de nuestra capacidad para razonar. Esto constituyó en sí mismo un cambio de pensamiento sustancial respecto a la Edad Media, tiempo en el que la fe religiosa cumplía ese rol.
Historia del racionalismo
El racionalismo surgió a partir de ciertos cambios culturales que se dieron en Occidente durante el Renacimiento y el fin de la Edad Media.
Estos cambios tuvieron que ver con el surgimiento de distintas interpretaciones de los libros sagrados de las religiones monoteístas, especialmente con el cristianismo y el judaísmo. Comenzó a cuestionarse la idea de la verdad divina como criterio de verdad para las ciencias. Sin embargo, es posible rastrear los antecedentes del racionalismo en la Antigua Grecia, en las teorías de pensadores como Platón y Aristóteles.
Tradicionalmente se considera a René Descartes (1596-1650) como fundador de esta corriente. Su célebre expresión “pienso, luego existo”, conocida como el cogito cartesiano, representa cabalmente los postulados metafísicos del racionalismo.
Filósofo, matemático y físico, Descartes fue un gran admirador de la geometría y las matemáticas, ciencias a las que consideraba modelos a seguir para toda forma de filosofía. Aspiraba a convertir a la filosofía en una disciplina científica, provista de un método, dado que, a su parecer, solo mediante la razón podían hallarse ciertas verdades universales.
Es famoso el sueño que tuvo al respecto, según podemos saber gracias a sus diarios y anotaciones. Soñó con un diccionario y una antología poética, el Corpus Poetarum. Cuando despertó llegó a la conclusión de que el diccionario contenía todas las ciencias juntas, incluso la poesía, que solo era posible combinando todas las palabras habidas en el otro libro. De allí se desprende su idea de la unidad de la ciencia, así como su universalidad y la idea de que en la base del árbol de las ciencias está todo el conocimiento.
En su Discurso del método (1637), propuso cuatro reglas para toda investigación filosófica:
Evidencia. Consiste en considerar como verdadero solo lo que es evidente por sí mismo. Este será el germen de la duda hiperbólica como método para dar con la verdad.
Análisis. Consiste en dividir cada uno de los temas en tantas partes como sea posible hasta dar con los elementos más simples. Estos elementos serán verdaderos si pueden ser captados por medio de una intuición inmediata y evidente.
Síntesis. Consiste en encontrar las verdades complejas a partir de las verdades más simples.
Enumeración. Consiste en revisar cada uno de los pasos realizados hasta asegurarse de no haber omitido ninguno ni haber cometido algún error de deducción.
Las Meditaciones metafísicas, cuyo título completo es Meditaciones metafísicas en las que se demuestran la existencia de Dios y la inmortalidad del alma (1641), son consideradas como la explicitación y justificación metafísica del método. En este libro Descartes trató de dar con un garante (Dios) para el conocimiento racional, primero, y para todo tipo de conocimiento, después. Escritas originalmente en latín, en 1647 se imprimió una versión en francés bajo la supervisión del mismo Descartes.
Otros filósofos, contemporáneos y posteriores a Descartes, son considerados también representantes del racionalismo. Algunos de ellos fueron el neerlandés Baruch Spinoza (1632-1677) y los alemanes Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) y Christian Wolff (1679-1754).
Características del racionalismo
El racionalismo se caracteriza por las siguientes ideas generales:
Sostener la razón y el pensamiento como la fuente de todo conocimiento humano.
Creer en el innatismo. En la mente o el espíritu humano existen ideas preconcebidas, nacidas con él o puestas allí por Dios.
Usar métodos lógico-deductivos para explicar los razonamientos empíricos y confirmarlos cuando sea posible.
Jugar un papel fundamental en el advenimiento del pensamiento laico (y antirreligioso).
Sus principales defensores pensaron y vivieron en Francia, Alemania y otros países de la Europa continental, opuestos al empirismo proveniente de Inglaterra.
Representantes del racionalismo
Los principales representantes del racionalismo fueron:
René Descartes (1596-1650). Filósofo, matemático y físico de origen francés, padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, fue uno de los grandes nombres de la Revolución científica, cuya obra rompió con la escolástica que imperaba hasta entonces. Junto a Spinoza y Leibniz, conforma el trío de los más grandes racionalistas de la historia.
Blaise Pascal (1623-1662). Matemático, físico, teólogo, filósofo y escritor francés, no solo contribuyó teóricamente con las ciencias naturales y la historia natural, sino prácticamente con todas las ciencias. Es uno de los pioneros en la construcción de las calculadoras mecánicas.
Baruch Spinoza (1632-1677). Filósofo judío neerlandés, es considerado uno de los grandes racionalistas del siglo XVII. Su obra fue hostigada por el catolicismo y olvidada hasta su redescubrimiento en el siglo XIX. Filósofos posteriores como Hegel y Schelling lo proclaman como el padre del pensamiento moderno.
Gottlieb Leibniz (1646-1716). De origen alemán, este matemático, teólogo, jurista, bibliotecario, político y filósofo fue uno de los grandes pensadores de su época, al que se le confiere el título de “último genio universal”. Sus aportes en todas las áreas anteriormente mencionadas son significativos, tanto que hasta sus detractores lo admiraban profundamente.
Racionalismo y empirismo
Las dos vertientes filosóficas que siguieron al escepticismo fueron el racionalismo, partidario de dar a la racionalidad humana un lugar central en el aprendizaje, y el empirismo, que propuso dar ese lugar a la experiencia y al mundo de los sentidos.
Estos dos modelos se opusieron durante toda la Edad Moderna y constituyeron los polos filosóficos de Occidente, padres de las escuelas filosóficas posteriores y elementales en el desarrollo del pensamiento científico tal como hoy lo entendemos.
Racionalismo y humanismo
El movimiento racionalista presenta similitudes con el humanismo, al menos en su versión secular, porque considera a la razón humana como el único camino cierto hacia la verdad de las cosas. Así, el racionalismo desplazó la fe religiosa que había imperado en el pensamiento occidental durante el Medioevo.
Este desplazamiento permite el surgimiento de un pensamiento filosófico ajeno a la religión, lo cual es también central en la doctrina del humanismo, cuyo objetivo central fue colocar al ser humano, y no a Dios, en el centro del mundo. Esto no significa que el racionalismo haya sido necesariamente ateo, ya que no descarta ni afirma a priori la existencia de Dios. De hecho, muchos pensadores, como Descartes o Leibniz, colocaron a Dios como garante de la razón a la hora de adquirir conocimientos.
Por su parte, el humanismo secular propuso una visión revalorizante y digna del ser humano, para la que es fundamental una visión racionalista, escéptica, aunque en ella también tenga importancia la cuestión ética del ser humano. De ese modo, no todo racionalista es, obligatoriamente, un humanista, aun cuando estas corrientes tengan muchos puntos teóricos en común.
¿Qué significa el racionalismo hoy?
El término “racionalismo” en nuestros días ha adquirido otras connotaciones: se utiliza para referir a cualquier postura filosófica que otorgue a la razón un lugar central por encima de la fe, la superstición u otras formas de pensamiento. El idealismo, la filosofía cognitiva, y el humanismo,son ejemplos de casos en los que se aplica el uso del término racionalismo con esta connotación.
Fuente: https://concepto.de/racionalismo/#ixzz863UCr9Gm
Ilustración
Te explicamos qué es la Ilustración, su contexto histórico, representantes y características. Además, la primera enciclopedia.
¿Qué fue la Ilustración?
En la historia de Europa, la Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual surgido en Francia, Inglaterra y Alemania a mediados del siglo XVIII. Hasta el siglo XIX trajo consigo profundos cambios en la cultura y sociedad de la época, razón por la cual al siglo XVIII se le conoce como el “Siglo de las Luces”.
Su principal objetivo era combatir la ignorancia y el fanatismo religioso “mediante las luces del conocimiento y de la razón”. Los pensadores ilustrados sostenían que, mediante el uso de la racionalidad y la acumulación de saberes, la humanidad podría combatir la superstición, el oscurantismo y la tiranía.
Así, la Ilustración se proponía avanzar hacia un mundo más próspero y más justo. De esta manera se asentó la fe en el progreso en el seno de la cultura Occidental, lo cual puede comprenderse como consecuencia de la creciente celebración de la razón humana, iniciada con el Renacimiento.
El pensamiento ilustrado se extendió por toda Europa, especialmente entre la burguesía y parte de la aristocracia, a través de los medios impresos y de las reuniones sociales. También fue difundida por intelectuales y divulgadores que escribían sobre ciencia, filosofía, política y literatura.
Características de la Ilustración
En líneas generales, la Ilustración se caracterizó por:
Apostar abierta y totalmente por la razón humana y el progreso como las vías para construir una sociedad mejor, más justa y más feliz. Ello significaba valorar los saberes humanos y divulgarlos a la sociedad entera, así como el combate contra la ignorancia, la superstición y el fanatismo religioso.
Tener una mirada antropocéntrica del mundo (o sea, centrada en el ser humano, sus capacidades y necesidades), lo cual desemboca en una actitud pragmática ante la vida: sólo lo útil es digno de esfuerzo.
Asumir la tradición de manera hipercrítica, lo cual condujo a una posición reformista, es decir: los pensadores ilustrados asumían la herencia del pasado de manera crítica y escéptica, por lo que eran propensos a corregirla, enmendarla o modificarla, en lugar de ser reverentes y respetuosos.
Sostener una postura optimista frente a la vida (en franco contraste con la tradición culposa medieval), que partía de asumir al ser humano como una criatura naturalmente bondadosa, aunque posteriormente corrompida por la sociedad.
Un enfoque laico y secular de la sociedad, que relegaba a la religiosidad y a la Iglesia de la conducción de la sociedad y de la administración de los saberes: educación laica, fe en la ciencia, y la consideración de cualquier saber no proveniente de la razón como meras supersticiones.
Oponerse a la tiranía y al absolutismo monárquico, a favor del republicanismo y del establecimiento de una sociedad más libre e igualitaria, propia de las sociedades burguesas que surgirían más adelante. Esto implicó también oponerse a la sociedad de castas heredada del Medioevo.
En su seno tuvieron origen distintos movimientos filosóficos y culturales, como fueron el Racionalismo, el Empirismo, el Materialismo, el Idealismo, el Enciclopedismo y el Universalismo.
Contexto histórico de la Ilustración
La Ilustración se halla conectada y emparentada con el siglo XVI y XVII, específicamente con el período conocido como la Era de la Razón, dado que en él se dieron todos sus antecedentes filosóficos.
Dicho período presenció las guerras religiosas europeas que enfrentaron a católicos y protestantes, que culminaron con la Paz de Westfalia en 1648. Europa quedó sumida en un clima de inestabilidad, en el que se tenía a las revelaciones religiosas individuales como la fuente genuina y principal de conocimientos. En ese entonces, alrededor de un 70% de la población europea era analfabeta.
Sin embargo, ese panorama no tardó en cambiar, a medida que tuvo lugar la Revolución Científica, gracias a la obra de científicos como Galileo Galilei (1564-1642), Blaise Pascal (1623-1662), Gottfried Leibniz (1646-1716), e Isaac Newton (1643-1727), cuyo aporte en la sustitución de un mundo religioso por uno científico sembró las semillas que luego recogería la Ilustración.
El siglo XVIII marcó el inicio de las Revoluciones Burguesas, esto es, el inicio de la caída del Antiguo Régimen y de la Monarquía Absolutista, que culminaron en la década de 1770.
Posteriormente se dio una transformación profunda de los modelos económicos, políticos y sociales de Europa y Occidente, con el advenimiento de la Revolución francesa, la Revolución estadounidense, y la Revolución industrial en Inglaterra.
Representantes de la Ilustración
Entre los principales representantes del pensamiento de la Ilustración destacan:
René Descartes (1596-1650). Filósofo, físico y matemático de origen francés, considerado el padre de la filosofía moderna, y uno de los pensadores fundadores del Racionalismo, cuyo rol en la Revolución Científica fue central y que inspiró a generaciones venideras de filósofos ilustrados, como Baruch Spinoza o David Hume.
Francis Bacon (1561-1626). Conocido filósofo, político, abogado y escritor inglés, considerado el padre fundador del Empirismo filosófico y científico, así como el autor de las reglas del Método científico experimental. Además, fue el primer ensayista de su país.
Immanuel Kant (1724-1804). Uno de los filósofos más importantes de la tradición occidental, fue el fundador del criticismo y su máximo exponente, y precursor del idealismo alemán. Su Crítica de la razón pura es considerado un texto que cambió para siempre la historia del pensamiento filosófico occidental, y que aún goza de vigencia.
John Locke (1632-1704). Médico y filósofo inglés, padre del Liberalismo clásico y uno de los filósofos más influyentes de la escuela empirista británica. Es destacada su contribución a la teoría del Contrato social, influenciado por la obra de Bacon, y asimismo su propio pensamiento fue influyente tanto en Voltaire como en Rousseau.
Voltaire (1694-1778). De nombre completo François-Marie Arouet, fue un escritor, filósofo, historiador y abogado francés, perteneciente a la francmasonería y uno de los más representativos autores de la Ilustración francesa. Miembro de la academia francesa, publicó su obra bajo el seudónimo “Voltaire”, cultivando la literatura y la filosofía bajo un punto de vista hipercrítico y un finísimo sentido del humor.
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). De origen suizo, este escritor, filósofo, abogado, músico, botánico y naturalista fue una de las mentes más brillantes de la Ilustración, a pesar de que sus obras le ganaron la enemistad de Voltaire y de otros filósofos de la época. Es considerado un precursor del prerromanticismo y un ensayista lúcido, siendo El contrato social (1762) una de sus obras más celebradas.
David Hume (1711-1776). Filósofo, economista e historiador de origen escocés, se le considera uno de los pensadores más importantes de la filosofía occidental, cuya obra estuvo fuertemente influenciada tanto por empiristas (Locke, Berkeley) y racionalistas (Descartes, Malebranche), y sentó las bases para el positivismo lógico y la filosofía de la ciencia.
El Barón de Montesquieu (1689-1755). O simplemente Montesquieu, fue como se conoció a Charles Louis de Secondat, filósofo y jurista de origen francés, a quien se atribuye la articulación de la Teoría de separación de los poderes, fundamental en toda constitución republicana. Su obra es muy cercana al pensamiento de Locke, aunque también se lo vincula con Saint-Simon y el socialismo, aunque se admite que su pensamiento es muy complejo y dotado de una personalidad propia.
Consecuencias de la Ilustración
Entre las consecuencias de la Ilustración figuran las siguientes:
La difusión del pensamiento cientificista y racional a lo largo y ancho de la sociedad europea, influenciandoestilos artísticos e inaugurando doctrinas filosóficas, y marcando para siempre la idea del progreso en el curso de las ideas en Occidente. Esto permitió que las instituciones religiosas perdieran aún más su poder sobre la sociedad.
Su cuestionamiento de la tradición y las estructuras heredadas del pasado inspiró a las revoluciones que entre los siglos XVIII y XIX barrieron con el Antiguo Régimen, independizaría las colonias americanas de Europa (Estados Unidos y las repúblicas hispanoamericanas) y fundaría el mundo industrial en detrimento del agrario (la Revolución industrial).
Las ideas de la Ilustración propiciaron la Revolución Francesa de 1789, y, para evitar un estallido semejante, las demás monarquías de Europa intentaron el Despotismo Ilustrado: un régimen absolutista que intentaba guiarse por los preceptos políticos y filosóficos de la Ilustración, sin ceder en el camino su control del poder.
La Ilustración y la Enciclopedia
La idea de reunir en una misma obra impresa todo el conocimiento racional sistemáticamente organizado se le presentó a los pensadores de la Ilustración como una herramienta fundamental para combatir la superstición y la ignorancia.
Así nació el proyecto enciclopedista, cuya gran obra fue la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios, conocida popularmente como La Enciclopedia.
Esta obra divulgativa se publicó en 17 tomos, entre 1751 y 1772. Fue obra de los franceses Denis Diderot y Jean Le Rond d’Alembert, pero contó con la colaboración de numerosos pensadores ilustrados, como Voltaire o Rousseau, quienes redactaron numerosos de sus artículos. Esta fue la primera de una larga historia de enciclopedias por venir.
 Fuente: https://concepto.de/ilustracion/#ixzz863Z9TwOL
Escolástica
Te explicamos qué es la escolástica, cómo se originó y cuáles son sus principios. Además, sus características generales y sus representantes.
La escolástica partía de la convivencia de la fe y la razón.
¿Qué es la escolástica?
Se conoce como escolástica o filosofía escolástica a la doctrina de pensamiento teológico y filosófico medieval que se apoyó en la filosofía grecolatina para interpretar teóricamente al cristianismo, especialmente al misterio de la revelación. Algunos de sus principales representantes fueron Anselmo de Canterbury, Guillermo de Ockham y Tomás de Aquino. Luego de la patrística (como se llamó al estudio del cristianismo en sus primeros siglos) de la antigüedad tardía, la escolástica se impuso no solo como corriente filosófica sino también como corriente de enseñanza en universidades, escuelas catedralicias y otras formas de estudio.
La escolástica buscaba la unión teórica y práctica de la fe con la razón, aun cuando siempre hubo una subordinación de la razón a la fe. Su modelo de enseñanza consistía en la interpretación de los textos sagrados a la luz de distintas teorías filosóficas, en especial de la filosofía clásica (como Aristóteles y el neoplatonismo).
La escolástica jugó un rol importante en la construcción del discurso académico occidental, en la medida en que implantó la necesidad de un esquema rígido del discurso y la lógica, que soportara las refutaciones y críticas hechas por terceros. También es importante destacar su diálogo con otras tradiciones como la islámica o la hebrea, ya que ambas se nutrían de las mismas fuentes antiguas que la escolástica.
 
Origen del término escolástica
La palabra “escolástica” proviene del griego scholastikos (σχολαστικός), que alude al tiempo libre, de ocio, aparte de las actividades cotidianas, que era dedicado al aprendizaje. Según Platón y Aristóteles, esto era un requisito para dedicarse a la actividad filosófica, que demandaba tiempo para la contemplación y la reflexión.
Este término se implantó durante la Edad Media para referir al modelo de reflexión de aquellos que podían dedicar tiempo libre al estudio y la investigación inherentes al modelo académico del momento.
Está emparentado con la etimología de las palabras “escuela” (scholae) y “escolar”.
Historia de la escolástica
Fuente: https://humanidades.com/escolastica/#ixzz863iGvswN