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1467 CAPÍTULO 185 Aproximación clínica al paciente con sintomatología del sistema nervioso periférico y muscular © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II Síndrome de privación alcohólica Dada la alta prevalencia del consumo de alcohol, el síndrome de priva- ción etílica (SPE) es una situación patológica casi cotidiana. Temblor postural matutino de las manos, acompañado de náuseas y malhumor, que ceden con la primera copa, constituyen los primeros indicios. La inquietud motora, el nerviosismo y la ansiedad son frecuentes en los pacientes que, por determinadas circunstancias, como el ingreso en un hospital, dejan de beber. Las crisis convulsivas son de tipo tónico- clónico generalizadas y sin déficit postictal. La observación de un inicio focal o de un déficit posconvulsivo alertaría de la presencia de una lesión estructural cerebral o de un factor añadido de tipo metabólico. Estas crisis tienden a recurrir en un corto período de tiempo. Otras manifestaciones del SPE son alteración del ritmo sueño-vigilia, déficit de atención y alucinaciones. El delirium tremens constituye la entidad clínica de mayor gravedad propiciada por el SPE. Se presenta después de 3 días de abstinencia y su mortalidad, debida a colapso circulatorio, puede superar el 15%. Produce una descarga de catecolaminas que da lugar a sudoración pro- fusa, hiperventilación, taquicardia y alteraciones de la presión arterial. Además, el enfermo presenta insomnio, agitación, alucinaciones de contenido zoomórfico o antropomórfico, convulsiones y finalmente coma. La hipomagnesemia tiene un papel importante en la génesis de las convulsiones. En el tratamiento del delirium tremens son importantes la hidratación, administración de glucosa, vitaminas (B1, B6, niacina) y magnesio (6 g i.v. las primeras 6 h, 5 g i.v. las 12 h siguientes y 5 g i.v. diarios los 5 días posteriores). La HTA puede tratarse con clonidina o atenolol. En la sedación se emplean diazepam o clordiazepóxido. Los casos que cursan con gran agitación se tratan con tiaprida, reservando el haloperidol (5 mg i.v.) para la agitación extrema. Encefalopatía alcohólica crónica El alcoholismo crónico, generalmente de más de 10 años de evolución, es una de las causas más importantes de degeneración cerebelosa adqui- rida. El cuadro habitual es el de ataxia de línea media, producida por afectación de las células de Purkinje del vermis, que aparece atrófico en los estudios de TC y RM. En algunos casos existe también ataxia apendicular, sobre todo de los miembros inferiores, a la que contribuye un cuadro asociado de polineuropatía axonal. A pesar del abandono del hábito enólico y del tratamiento con diversas vitaminas, la recuperación del síndrome cerebeloso es rara. La enfermedad de Marchiafava-Bignami afecta a alcohólicos des- nutridos y produce desmielinización con necrosis (se observan en estudios de TC y RM), generalmente parcial, del cuerpo calloso. Su presentación puede ser aguda o insidiosa, con síntomas de deterioro cognitivo, espasticidad y alteraciones de la marcha y, en algunos casos, síndrome de desconexión interhemisférica. Muchos alcohólicos crónicos presentan alteraciones del comporta- miento, abandono del cuidado personal, delirio paranoide, celotipias, trastorno de la memoria y déficit de atención y juicio, que se traducen en serios fallos en su vida laboral y en disrupción de su proyecto perso- nal, familiar y social. Estos cuadros constituyen verdaderos síndromes de demencia, con rasgos similares a los de la demencia degenerativa frontotemporal. Al desarrollo de este síndrome psicoorgánico cerebral también contribuyen la desnutrición y el SWK; también contribuyen traumatismos y, a veces, ictus, generalmente hemorrágicos. Algunos alcohólicos presentan atrofia cerebral e hidrocefalia ex vacuo, que pue- den revertir, tras el abandono del enolismo y un adecuado tratamiento. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Davies NW, Sharief MK, Howard RS. Infection-associated encephalopathies- their investigation, diagnosis, and treatment. J Neurol 2006;253:833-45. Galvin R, Bräthen G, Ivashynka A, Hillbom M, Tanasescu T, Leone MA. EFNS guidelines for diagnosis, therapy and prevention of Wernicke encephalo- pathy. Eur J Neurol 2010;17:1408-18. Purzzin JJ, Nelson PT, Abner EL, Arvanitakis Z. Review: Relationship of type 2 diabetes to human brain pathology. NAN 2018;44:347-62. Reynolds E. Vitamin B12, folic acid, and the nervous system. Lancet Neurol 2006;5:949-60. Sutter R, Kaplan PW. What to see when you are looking at confusion: a review of the neuroimaging of acute encephalopathy. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2015;86:446-59. TABLA 184-2 Manifestaciones neurológicas de la intoxicación etílica según la tasa de alcohol en sangre Alcohol en sangre (mg/dL) Manifestaciones neurológicas 20-30 Deterioro de la facultad de crítica, aumento del tiempo de reacción, afectación del control motor fino 50-100 Dificultad para realizar tareas motoras de complejidad moderada, déficit de atención 150-200 Ataxia, disartria, euforia, desinhibición, agresividad 200-300 Náuseas, vómitos, diplopía, confusión mental 300-400 Coma, hipotensión e hipotermia 400-900 Muerte Aproximación clínica al paciente con sintomatología del sistema nervioso periférico y muscular INTRODUCCIÓN Las enfermedades neuromusculares se pueden clasificar en trastornos de los nervios periféricos, alteraciones de la transmisión neuromus- cular y miopatías. Los trastornos de los nervios periféricos pueden deberse a lesiones en: a) cuerpo neuronal o neuronopatías; b) axón o axonopatías; c) mie lina o mielinopatías; d) proteínas y canales iónicos de la región nodal o nodopatías, y e) tejido intersticial. La respuesta anatomopatológica del nervio periférico a los diversos tipos de agresión es básicamente de dos tipos (fig. 185-1): degeneración axonal y desmielinización. En la degeneración axonal, el axón sufre debido a la interrupción de su contigüidad con el cuerpo neuronal (traumatismo, vasculitis), lo que conduce a una degeneración walleriana en el segmento distal, o por alteraciones metabólicas de la neurona, que no puede mantener Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1468 SECCIÓN XII Neurología el trofismo de sus segmentos más alejados (dying-back neuropathy). Una vez afectado el axón, las vainas de mielina degeneran de forma secundaria. La recuperación depende de la regeneración de los axones, por lo que suele ser lenta e incompleta. En la desmielinización, la vaina de mielina degenera de forma primaria y focal, con relativa preservación de los axones. Este hecho determina un enlentecimiento e incluso el bloqueo de la conducción nerviosa. Cuando se inicia la remielinización, la función suele recuperarse de forma rápida y completa. Sólo si los procesos de desmielinización y remielinización se repiten en un mismo individuo puede producirse el fenómeno de remielinización ineficaz, que condiciona un enlentecimiento importante de la conducción nerviosa y la proliferación de células de Schwann que rodean a los axones y da lugar a imágenes en bulbo de cebolla, que en ocasiones se palpan en la exploración. El daño de los nervios puede provocar síntomas irritativos y deficitarios. Los síntomas motores irritativos se manifiestan en forma de calambres, fasciculaciones y mioquimia, y los deficitarios, con debilidad y fatigabilidad. Los síntomas sensitivos irritativos se presentan como disestesias, parestesias y dolor, y los deficitarios, como hipoestesia o anestesia y ataxia sensitiva. Cuando predomina la afección de las fibras mielinizadas de gran tamaño, existe una pérdida de la sensibilidad propioceptiva y debilidad motora.Cuando, por el contrario, la afección predominante es de fibras de pequeño tamaño, existe alteración de la sensibilidad térmica y dolorosa. Los síntomas y signos de disfunción autonómica son numerosos y complejos. Destacan la sudación inapropiada, los trastornos tróficos como la úlcera plantar, la hipotensión ortostática y la disfunción urinaria o del tránsito digestivo. Según la topografía de la alteración pueden producirse afección de pares craneales, plexopatías, radiculopatías, ganglionopatías, neu- ronopatías y neuropatías propiamente dichas. Estas últimas, a su vez, se clasifican según su distribución. Así, se habla de mononeuritis cuando sólo se afecta un nervio, mononeuritis múltiple o multineu- ritis cuando se lesionan múltiples nervios no contiguos y polineuritis cuando la afección es difusa, en general distal y simétrica. En este caso, el trastorno sensitivo se distribuye en calcetín y en guante, con predominio de las piernas respecto a los brazos. La interrupción del arco reflejo condicionará una disminución o la abolición de los reflejos osteotendinosos. En los trastornos de la unión neuromuscular, la clínica funda- mental es la fatiga, con una debilidad oscilante relacionada con el ejercicio. Finalmente, cuando se afecta el músculo de forma primaria, el síntoma más característico es la debilidad sin déficit sensitivo, debilidad que predomina en las cinturas escapular o pelviana, si bien existen miopatías distales e incluso con afección de músculos craneales. Otros síntomas menos frecuentes son las mialgias y la miotonía o dificultad en la relajación muscular. Los calambres de origen muscular son menos frecuentes que los de origen neurógeno y, en general, están relacionados con enfermedades metabólicas musculares o trastornos hidroelectrolíticos. ANAMNESIS Y EXPLORACIÓN FÍSICA Mientras que el diagnóstico sindrómico de afección del sistema nervio- so periférico (SNP) y la distinción entre un origen neurógeno, miógeno o de la transmisión neuromuscular pueden ser relativamente fáciles, el diagnóstico etiológico es más difícil de alcanzar. La anamnesis debe recoger con especial atención la edad de inicio de la sintomatología y su curso, ya sea agudo, subagudo o crónico. También recogerá la exis- tencia o no de antecedentes genéticos, hábitos tóxicos, exposiciones laborales o medioambientales, enfermedades concomitantes o pasadas, vacunaciones precedentes y consumo de fármacos. La exploración física debe basarse en cinco aspectos: inspección, palpación, evalua- ción de la fuerza y fatigabilidad, evaluación de la sensibilidad y examen de los reflejos. Además, es conveniente abordar las diferentes partes del organismo de forma secuencial: cabeza, cuello, hombros, brazos, tronco y piernas. La inspección permite valorar la presencia de atrofia o hipertrofia muscular, así como la existencia de movimientos musculares espon- táneos. La postura en reposo del paciente y su marcha proporcionan amplia información sobre el grado de debilidad. La palpación permite valorar la existencia de hipertrofia de troncos nerviosos, especialmente en la cabeza del peroné (peroneal común) y en la zona lateral del cuello (auricular mayor). También se deben palpar los músculos, que en caso de seudohipertrofia adquieren una consistencia de corcho y en denervación pierden su turgencia habitual. La cuantificación de la fuerza es importante, ya que permite evaluar su evolución en el tiempo y comparar diferentes enfermos de una forma objetiva. Uno de los métodos más útiles y rápidos es el propuesto por el Medical Research Council, que realiza exploración por grupos musculares (flexión de la cabeza, elevación de los hom- bros, abducción de cada brazo, etc.) y puntúa la fuerza de 0 a 5. La fatigabilidad se explora forzando la contracción de un músculo hasta que claudique. Un ejemplo típico consiste en pedir al paciente que mire hacia arriba de forma prolongada; en los trastornos de la transmisión neuromuscular, los párpados caen pocos minutos más tarde (ptosis). En el examen de la sensibilidad debe evaluarse la sensibilidad exteroceptiva y propioceptiva. La primera incluye la sensibilidad tác- til, la dolorosa epicrítica y la térmica. Está conducida por fibras de pequeño tamaño, amielínicas. El hormigueo y el escozor se conducen por el mismo tipo de fibras. La segunda incluye la artrocinética, la de presión y dolor profundo y la vibratoria. En general, está conducida por fibras de tamaño grande, mielinizadas. Además, la sensibilidad propioceptiva debe explorarse siempre mediante el test de Romberg, que es positivo cuando está alterada. Los reflejos osteotendinosos, salvo en lesiones de la primera neurona motora en que están exaltados, suelen desaparecer precozmente en los procesos neurógenos. En las enfermedades musculares su disminución es más tardía. La percusión directa de un músculo normal produce una pequeña contractura que no llega a mover la articulación, seguida inmediatamente de relajación. En los procesos neurógenos, la con- tractura puede ser más viva y desencadenar fasciculaciones. En la llamada miotonía de percusión, se producen una contracción man- tenida, incontrolable y una relajación retardada. Más infrecuente es la aparición de una depresión seguida de una protrusión muscular, fenómeno denominado mioedema, que se observa fundamentalmente en la miopatía hipotiroidea. EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS En el estudio de las neuropatías se deben seguir unos pasos muy sis- tematizados (fig. 185-2). Con algunas determinaciones analíticas es posible diagnosticar las neuropatías más habituales. Entre ellas destacan la diabetes mellitus, los estados carenciales, las neuropatías Figura - Lesiones anatomopatológicas básicas del nervio periférico. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1470 SECCIÓN XII Neurología por fármacos e intoxicaciones. En sucesivos escalones diagnósticos se incluyen determinaciones analíticas más complejas, como electroforesis proteica, inmunología y serologías diversas. La determinación sérica de la creatín-cinasa (CK) es de gran utilidad para confirmar la sospecha de miopatía (tabla 185-1). Debe tenerse presente, no obstante, que no siempre una disfunción muscular cursa con cifras elevadas de CK e, inversamente, no todas las elevaciones de CK son indicativas de miopatía. Para el estudio de algunos procesos neurógenos es imprescindible un análisis del LCR. En los últimos años se ha identificado un número creciente de autoanticuerpos circulantes, asociados a las neuropatías inflamatorias y las neuropatías asociadas a gammapatías monoclonales y paraneo- plásicas. Un título bajo de autoanticuerpos, sin embargo, puede ser inespecífico. Es por ello que su determinación sistemática es motivo de debate, recomendándose únicamente ante patrones clínicos determi- nados. Los anticuerpos antirreceptores de acetilcolina son diagnósticos de miastenia grave. Los anticuerpos relacionados con las miopatías inflamatorias pueden clasificarse en específicos de miositis y asociados de forma no específica a las miositis. Las diversas pruebas neurofisiológicas y el EMG son muy impor- tantes para el estudio del SNP. Permiten establecer la localización del proceso, orientar hacia una etiología concreta (v. fig. 185-2), determi- nar el grado de afección y evaluar la magnitud de la progresión o la mejora durante el seguimiento. Las pruebas de imagen pueden ser de utilidad para localizar zonas de atrapamiento o compresión nerviosa y para descartar la asociación a neoplasias o la presencia de adeno- patías. En algunas miopatías se han publicado buenas correlaciones entre histopatología y técnicas de imagen. La RM permite, además,estudios espectroscópicos para valorar la cantidad de ATP, pH y otros metabolitos musculares in vivo, por lo que puede ser útil en el estudio de algunas miopatías metabólicas. Las pruebas genéticas de nueva generación están facilitando llegar a diagnósticos difíciles con el beneficio psicológico y de prevención de daño a nervios vulnerables que ello conlleva y, en alguna ocasión (enfermedad de Fabry), permiten la administración de tratamientos efectivos. La biopsia de músculo debe realizarse sobre un músculo afectado por la enfermedad, pero no hasta el punto de que se halle reem- plazado por tejido conectivo y graso. No debe haberse explorado recientemente con agujas de EMG, ya que podría haberse lesionado. La biopsia muscular tiene utilidad para: a) diferenciar entre atrofia neurógena y miopatía propiamente dicha; b) caracterizar diversas enfermedades musculares, y c) diagnosticar enfermedades no prima- riamente musculares tales como vasculitis, algunas infecciones (toxo- plasmosis, triquinosis) y otras que cursan con depósitos (enfermedad de Lafora y amiloidosis). El interés de la biopsia de nervio se centra sobre todo en las mononeuritis múltiples y puede ser diagnóstica en casos de ami- loidosis, vasculitis, lepra y sarcoidosis que afecten el SNP, así como en casos de leucodistrofia metacromática, enfermedad de Krabbe y neuropatía axonal gigante. En las demás circunstancias, la biopsia se limitará a indicar el tipo fundamental de reacción anatomopato- lógica, esto es, degeneración axonal o desmielinización. Dado que esta información se puede obtener mediante estudios electroneuro- gráficos, se debe valorar cuidadosamente el riesgo-beneficio antes de indicarla. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Barohn RJ, Dimachkie MM, Jackson CE. A pattern recognition approach to patients with a suspected myopathy. Neurol Clin 2014;32:569-93. Chung T, Prasad K, Lloyd TE. Peripheral neuropathy: clinical and electrophy- siological considerations. Neuroimaging Clin N Am 2014;24:49-65. Levine TD, Saperstein DS. Laboratory evaluation of peripheral neuropathy. Neurol Clin 2013;31:363-76. McGrath ER, Doughty CT, Amato AA. Autoimmune Myopathies: Updates on Evaluation and Treatment. Neurotherapeutics 2018;15(4):976-94. Russell JA. General Approach to Peripheral Nerve Disorders. Continuum (Minneap Minn) 2017;23(5):1241-62. TABLA 185-1 Pruebas complementarias en el estudio de una debilidad de origen neuromuscular Prueba LOCALIZACIÓN DEL DEFECTO Motoneurona Nervio o raíces Unión neuromuscular Músculo CK Normales Normales Normales Normales o elevadas Proteínas en LCR Normales Normales o elevadas Normales Normales Electromiografía Reducción del número de unidades motoras Puede haber actividad espontánea Si existe reinervación, los potenciales pueden ser grandes, alargados y polifásicos Generalmente normal Potenciales de unidad motora pequeños, de corta duración y polifásicos Puede haber actividad espontánea llamativa en las miositis Velocidad de conducción nerviosa Normal Disminuida, especialmente en las neuropatías desmielinizantes Normal Normal Respuesta muscular a la estimulación nerviosa repetitiva Normal Normal Incremento o disminución, dependiendo de la frecuencia y la enfermedad Normal Biopsia muscular Patrón de denervación Normal Patrón miógeno TC o RM Para excluir otros procesos medulares Para descartar compresiones Para estudiar el timo Puede ayudar a decidir punto de biopsia y establecer patrón de distribución Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. 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