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Miometrio Endometrio Cavidad amniótica Placenta Cordón umbilical Caduca Corion Cuello Vagina Figura 20-28. Disposición del feto y sus anexos en el útero, en el cuarto mes de embarazo. La mama experimenta una serie de cambios con vistas a la lactancia, que se estudiará con detalle en el Capítulo 21. El gasto cardíaco aumenta notablemente, con lo que se establece una situación hiperdinámica. Se produce un incre- mento del flujo sanguíneo a través de los riñones y de la filtración glomerular (de 120 a 150 mL/m) para compensar el aumento de los productos de excreción. El flujo sanguí- neo que llega a la piel se puede notar por el incremento de temperatura en las manos. Se produce un aumento de los volúmenes respiratorios para compensar el mayor recambio de oxígeno y de dióxido de carbono. Al avanzar la gestación el útero dificulta las excursiones del diafragma y provoca una compresión me- diastínica que se puede acompañar de sensación de disnea y de taquicardias pasajeras. Al término de la gestación se inicia el parto. El miome- trio se contrae con movimientos bruscos y espaciados por efecto de la oxitocina. Al principio, estas contracciones empujan la cabeza del niño hacia el cuello uterino, que se va dilatando hasta que desaparece el hocico de tenca. A continuación se rompe la membrana amniótica y el líquido se desprende. Con el cuello completamente dilatado, se intensifican las contracciones y se expulsa al niño. A los pocos minutos cesan las contracciones y la placenta se separa completamente del útero y se desprende. En los días siguientes el útero recupera su tamaño y su posición. 20.8. ALTERACIONES DURANTE LA EMBRIOGÉNESIS Existen múltiples causas que pueden alterar el desarrollo del embrión y del feto durante la gestación. En general, a los factores que alteran la embriogénesis se les denomina factores teratógenos. Los que se conocen actualmente pue- den ser químicos (drogas, fármacos), físicos (diferentes ti- pos de radiaciones), nutricionales (desequilibrios nutriciona- les, carencias de vitaminas), hormonales (andrógenos, progesterona, cortisol), infecciosos (citomegalovirus, rubéo- la, toxoplasma, rickettsias) o inmunitarios (anticuerpos anti- tisulares en madres portadoras del VIH). Las alteraciones se pueden manifestar por un crecimien- to fetal anormal que no se corresponde con la edad calcula- da. Sus causas pueden ser factores genéticos, desnutrición, alcoholismo, tabaquismo, insuficiencia placentaria y diabe- tes mellitus. Otras alteraciones más graves son las malformaciones congénitas. Están provocadas por agentes teratógenos que producen la muerte del embrión o del feto, o afectan a la formación o el desarrollo de algún órgano o sistema. Los factores teratógenos pueden actuar durante las dife- rentes etapas de la gestación, lo que puede variar la grave- dad de sus efectos (Fig. 20-31). Cuando la acción se ejerce durante la implantación del cigoto (las dos primeras sema- Parte VI. Sistema de la reproducción 441
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