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Proteína de canal Bicapa fosfolípidos Colesterol Figura 3-13. Representación de una proteína de canal en la membrana plasmática. nucleoplasma es ofrecer un medio de difusión para las mo- léculas que entran y salen por los poros nucleares. 3.4.3. Cromatina Es la parte más importante del núcleo, y está formada por ADN unido a proteínas. La cromatina tiene una gran afini- dad por los colorantes que tiñen el núcleo, y con el micros- copio electrónico se observa que son fibras que están muy juntas, tienen una trayectoria espiral (fibras cromatínicas) y se unen entre sí, formando masas u ovillos con aspecto granuloso. En las células humanas se encuentran 46 fila- mentos cromatínicos. Según el estado de condensación y enrollamiento de las fibras cromatínicas se habla de eucro- matina, cuando está dispersa y poco enrollada (es la parte más activa, capaz de transcribir ADN en ARN, es la croma- tina que contiene los genes y donde se iniciará la replica- ción), y de heterocromatina, cuando la cromatina se en- cuentra compacta y muy enrollada, formando los gránulos: es cromatina inactiva, no forma ARN. La cromatina está compuesta químicamente por ADN que es una doble cadena de polinucleótidos dispuesta en forma helicoidal (que se describe en el Capítulo 2 y se representa en la Fig. 2-33). 3.4.4. Nucléolos Son formaciones que se encuentran en el núcleo, bien diferenciadas por su volumen y su afinidad por los coloran- tes básicos. Constituyen la zona del núcleo donde se produ- ce el ARN ribosómico. Se produce por la mezcla del ADN (específicamente de los cromosomas 13, 14, 15, 21 y 22) y el ARN ribosómico, creándose zonas con mayor coloración y más teñidas, sólo visibles con el microscopio electrónico durante la interfase. Puede haber uno o más (nunca más de 10) y se muestran como estructuras densas de volumen variable, que está directamente relacionado con la actividad de la célula. Existen los llamados nucléolos falsos, que son zonas de cromatina más concentradas, que produce una mayor tinción y que se pueden hallar adheridos al nucléolo. 3.5. ACTIVIDADES BÁSICAS DE LAS CÉLULAS Las principales actividades de las células, según su espe- cialización, son: absorción, nutrición, excreción, conductivi- dad, contractilidad, crecimiento y reproducción. El metabolismo es el término general que se utiliza para describir y englobar todos los procesos físicos y químicos que ocurren en el citoplasma y que mantienen la vida celu- lar y, por tanto, de todo el organismo. Estos procesos meta- bólicos pueden ser anabólicos, cuando las células utilizan la energía para formar nuevas sustancias, o catabólicos, cuan- do las células metabolizan sustancias para la obtención de energía. Los procesos anabólicos utilizan la energía que se produce en forma de ATP y son necesarios para: — La síntesis de nuevo citoplasma (véase el Capítulo 4). — El trabajo mecánico para la contracción muscular (véanse los Capítulos 5 y 6). — El trabajo eléctrico para la conducción de impulsos nerviosos, que se generan en la neurona y el tejido nervioso (véanse los Capítulos 6 y 7). — El transporte del material a través de la membrana celular, proceso que describiremos a continuación. 3.5.1. Transferencia de sustancias a través de las membranas celulares La célula se encuentra durante todo su ciclo vital en un estado de permanente equilibrio dinámico. Esto quiere de- cir que aunque los componentes del citoplasma permanecen relativamente constantes, hay sustancias como el agua, los electrólitos, los gases, los alimentos y los productos de desecho celular que continuamente están saliendo y entran- do en la célula a través de la membrana plasmática (ésta a veces impide su entrada). Cuando este equilibrio dinámico que mantiene la célula se transmite a los tejidos y sistemas del organismo, todo el conjunto del cuerpo humano se man- tiene en estado de salud. Los mecanismos celulares y el metabolismo concreto de cada célula y tejido pone en mar- cha los procesos necesarios para mantener este equilibrio que es lo que se conoce como homeostasis. Para entender los procesos de transporte de moléculas a través de la membrana, hay que volver a referirse al modelo de mosaico fluido y recordar que hay diferentes tipos de proteínas, que se encuentran entre la capa bilipídica de la membrana plasmática. Básicamente, hay dos tipos de proteí- nas que se pueden desplazar entre los lípidos y que intervie- nen en el transporte de moléculas: se conocen como proteí- nas de canal, o proteínas transportadoras o carriers. Las proteínas de canal forman poros llenos de agua que atravie- san la bicapa; estos poros pueden estar abiertos o cerrados, y cuando se abren permiten la entrada de determinados solutos de forma pasiva y sin consumo de energía. Entre las proteínas de canal se distinguen: los poros acuosos simples, que están permanentemente abiertos y son por los que se difunde el agua (Fig. 3-13), y los canales iónicos, que no siempre están abiertos, tienen una apertura selectiva y específica para determi- nados iones (sodio y potasio) y luego se cierran (Fig. 3.14). Las proteínas transportadoras o carriers tienen que unirse a un soluto específico que provoca una reacción metabólica que, como resultado, conlleva un cambio en la membrana que permite la transferencia del soluto al interior de la célula (Fig. 3-15). Este proceso se puede realizar de forma pasiva o activa; en este último caso supondrá un consumo de energía. Los procesos que permiten los movimientos de sustancias a través de las membranas plasmáticas para mantener la homeostasis son los siguientes (Cuadro 3-2). 42 Estructura y función del cuerpo humano
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