Logo Studenta

Evaluacion_de_la_funcion_renal

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 25 
 
 
 
 
 
EVALUACIÓN DE LA FUNCIÓN RENAL: EL CONCEPTO DE CLEARANCE RENAL Y SU APLICACIÓN 
DIAGNÓSTICA 
(Asessment of renal function: The concept of renal clearance and its application in diagnosis) 
 
 
Yanneth Moya1, Jose Toro2 y Gonzalo Cruz 3,* 
 
 
1Escuela de Química y Farmacia, Facultad de Farmacia, Universidad de Valparaíso, Chile. 2 Escuela de medicina, Facultad de Medicina, Universidad de 
Valparaíso, Chile. 3 Laboratorio de Alteraciones Reproductivas y Metabólicas, CNPC, Instituto de Fisiología, Facultad de Ciencias, Universidad de 
Valparaíso, Chile. 
 
 
RESUMEN 
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 
El clearance renal corresponde a un concepto que nos permite identificar la velocidad de eliminación de determinadas sustancias con el objetivo de evaluar 
la función renal tanto en individuos sanos como en pacientes. De esta forma el clearance nos sirve para determinar la velocidad de filtración glomerular 
(VFG) o el flujo plasmático renal (FPR). Sin embargo, tanto la toma de muestra como la inyección de sustancias que nos permiten determinar el clearance 
presentan cierta complejidad, por ello se utilizan métodos para calcular la VFG a partir de la estimación del clearance de diversas sustancias, cada una con 
sus ventajas y desventajas. En este artículo de revisión discutimos con un enfoque docente el concepto de clearance renal, el cálculo de la VFG y su 
estimación a través de la utilización de diversas ecuaciones. Finalmente, discutimos el posible uso de cistatina C como biomarcador de función renal en 
aquellos pacientes en que la VFG estimada a partir de la concentración plasmática de creatinina puede llevar a errores de interpretación diagnóstica. 
 
Palabras Claves: Clearance, Creatinina, Cistatina C, VFG, Función Renal. 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 25-34 Recibido 15-10-2015; Revisado 15-11-2015; Aceptado 24-11-2015 
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------ 
 
1) CONCEPTO DE CLEARANCE 
 
El clearance es un concepto de gran utilidad en el área de la 
fisiología, la fisiopatología y la farmacología clínica. El clearance 
es definido como el volumen de plasma que es limpiado o 
depurado de una sustancia al pasar a través de un tejido u 
órgano en un tiempo determinado (Eaton and Pooler, 2013). 
Aunque el cálculo del clearence renal es el de mayor utilidad, 
varios órganos tienen la propiedad de limpiar o depurar el 
plasma de diversas sustancias. La depuración del plasma es 
lograda por medio de la eliminación de las sustancias, de la 
biotransformación de ellas, o de ambos procesos en forma 
simultánea. Por ejemplo, el riñón depura el plasma mediante la 
eliminación de sustancias, la placenta mediante la 
metabolización de ellas y el hígado combinando ambos 
procesos. 
 
En la Figura 1 se muestra un esquema con 3 situaciones 
hipotéticas en que se observa el concepto de clearance. En las 
3 situaciones existe la llegada de plasma mediante una arteria 
(A) a un órgano determinado y la salida de plasma por una 
vena (V). El flujo del órgano es 200 mL de plasma por minuto. 
Cada punto representa 1 milimol (mmol) de alguna sustancia, 
de forma que en las 3 situaciones ingresan 10 mmol de una 
determinada sustancia al órgano depurador. Después de 
ingresar los 200mL de plasma al órgano por cada minuto, el 
plasma es procesado y salen los 200 mL de plasma con distinta 
cantidad de la sustancia dependiendo de la situación. En la 
situación 1, los 200 mL de plasma que salen del órgano en 1 
minuto transportan los mismos 10 mmol de la sustancia que 
ingresaron al órgano. Podemos decir entonces, que el órgano 
no depuró el plasma de la sustancia, por lo que el clearance 
corresponde a 0 mL/min. Es importante aclarar en este punto 
que la unidad de medida del clearance es volumen/tiempo 
(mL/min en este caso), por lo que la cantidad de la sustancia 
que es limpiada no influye en el valor del clearance. Es decir, si 
cada punto representara 25 mmol por ejemplo el clearance 
seguiría siendo 0 mL/min. 
 
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- -- 
Correspondencia a: Dr. Gonzalo Cruz. Instituto de Fisiología, Facultad de Ciencias, Universidad de Valparaíso, Chile. Dirección: Av. Gran Bretaña 1111, Playa Ancha, Valparaíso, 
Chile. Teléfono: +56-32-3208015-8098. Correo electrónico: gonzalo.cruz@uv.cl 
 
REVIEW ARTICLE ARTÍCULO DE REVISIÓN 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 26 
 
 
En la situación 2, la cantidad de sustancia que trae el 
plasma al salir del órgano es 0 mmol, lo que quiere decir 
que el órgano depuró completamente el plasma de la 
sustancia, por lo tanto el clearance corresponde a los 200 
mL/min completos. En la situación 3, siguiendo la misma 
lógica, el órgano limpia parcialmente el plasma, ya que de 
10 mmol que entraron al órgano, salieron solamente 7 
mmol. Si suponemos que la sustancia se distribuye 
homogéneamente en el plasma y que un 30% de la 
sustancia fue limpiada, entonces un 30 % del plasma fue 
depurado. El clearance entonces es un 30% de 200mL/min, 
es decir, 60mL/min. 
 
 
 
 
 
Figura 1. 
 
 
 
 
Representación de 3 situaciones hipotéticas donde se observa que un órgano realiza la depuración del plasma. En la situación 1 el clearance es 0 ml/min, en la 2 
es 200 ml/min y en la 3 es 60 ml/min. 
 
 
2) CLEARANCE Y FUNCIÓN RENAL 
 
El riñón realiza la depuración de las sustancias 
principalmente por eliminación de estas a través de la 
orina. Sin embargo, la eliminación de las sustancias 
depende de diversos procesos que ocurren en el riñón y 
que determinan un clearance renal particular para cada 
una de ellas. Para entender como calcular el clearance 
renal de diversas sustancias, debemos primero entender 
ciertos principios básicos de la función renal. 
 
2.1) Flujo Plasmático Renal (FPR) y Velocidad de Filtración 
Glomerular (VFG): A ambos riñones llega un flujo 
sanguíneo de alrededor del 20% del gasto cardíaco, es 
decir, para un gasto cardíaco de 5,5 L/min tenemos 
 
 
alrededor de 1,1 L/min de flujo sanguíneo renal. Si 
consideramos que el hematocrito normal (porcentaje de 
volumen que ocupan los glóbulos rojos respecto del 
volumen de sangre) corresponde a un 45%, entonces el 
55% de los 1,1 L/min de sangre que llegan a los riñones 
corresponde al flujo plasmático renal (FPR), es decir, 
alrededor de 600 mL/min. De los 600 mL de plasma que 
llegan al riñón en 1 minuto, 120 mL (20%) se filtran en el 
glomérulo, y 480 mL (80%) no se filtran y continúan por las 
arteriolas eferentes hacia los capilares peritubulares. Los 
120 mL/min que se filtran, corresponden a la velocidad de 
filtración glomerular (VFG). Cabe destacar que el filtrado 
glomerular es plasma libre de proteínas, sin embargo, la 
mayoría de las sustancias con un peso inferior a 7KDa se 
filtran libremente a través del glomérulo y las mayores a 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 27 
 
 
70KDa no se filtran (Eaton and Pooler, 2013), por otra 
parte las sustancias que están entre 7KDa y 70KDa de peso 
molecular presentan una probabilidad de filtración que 
depende del tamaño y de la carga eléctrica. 
 
Posterior a la filtración, las sustancias que componen el 
plasma filtrado (incluidas el agua) se pueden reabsorber 
desde los túbulos renales hasta los capilares peritubulares, 
volviendo a la sangre. Por otra parte, las sustancias que no 
se filtraron y por lo tanto pasaron a través de la arteriolas 
eferentes hacia los capilares peritubulares se pueden 
secretarhacia los túbulos renales, para así eliminarse por 
la orina. 
 
2.2) Utilización del concepto de Clearance renal para el 
cálculo de la VFG y el FPR: Utilizando sustancias que no se 
metabolizan en el riñón, podemos calcular el clearance 
renal de éstas según la cantidad de la sustancia eliminada 
por la orina. Como el clearance renal es el volumen de 
plasma que se limpia de una sustancia al pasar por el riñón 
por unidad de tiempo (Ej: 1 minuto), la pregunta que 
tenemos que hacernos es: ¿En qué volumen de plasma 
venía originalmente la cantidad de sustancia que 
encontramos en la orina en minuto? La cantidad de 
sustancia que hay en la orina es igual a su concentración en 
la orina (Co) por el volumen de orina (Vo) producido en 1 
minuto. Es decir, Co x Vo. Si asumimos que el riñón no 
metaboliza la sustancia, entonces la cantidad de la 
sustancia en el plasma sería Cp x Vp, en donde Cp es la 
concentración plasmática de la sustancia y Vp es el 
volumen teórico de plasma en el que vendría la cantidad 
sustancia eliminada por la orina en 24 horas (Ecuación 1). 
De esta forma si conocemos la concentración de la 
sustancia en la orina, la concentración de la sustancia en el 
plasma y el volumen de orina producido, podemos 
determinar el volumen de plasma en que venía 
originalmente la sustancia eliminada, es decir, que ha sido 
limpiado de la sustancia en 1 minuto (Vp). Este volumen 
por unidad de tiempo corresponde al clearance (Cl). 
 
CpxVp=CoxVo 
 
Cl=Vp=(Co×Vo)/Cp 
 
La VFG se puede determinar mediante el clearance de 
inulina (ClIN). La inulina pesa 5KDa, por lo que se filtra 
libremente en los glomérulos. Sin embargo, la inulina no se 
reabsorbe por los túbulos renales ni tampoco se secreta. 
Por lo tanto, de la cantidad total de inulina que entra al 
riñón por las arterias renales, sólo la fracción que se filtra 
es eliminada por la orina. El valor de Vp en este caso será 
idéntico a la VFG, ya que Vp es el volumen que contiene la 
inulina filtrada en 1 minuto y que es eliminada por la orina 
en este periodo de tiempo. 
Ejemplo: A un paciente se le administra una infusión de 
inulina con el propósito de obtener una concentración 
plasmática constante de 1mg/mL de inulina en plasma. Al 
recolectar la orina de 24 horas, se obtiene 1200 mL de 
orina (0,83 mL/min) y una concentración de 120 mg /mL de 
inulina en la orina. En este caso el clearance de inulina es: 
 
 
 
 
Entonces, podemos interpretar que 99,6 mL de plasma son 
limpiados de inulina en 1 minuto y además que la VFG es 
99,6 mL/min en este paciente. El cálculo del clearance de 
inulina es una forma certera de estimar la VFG, sin 
embargo, tiene sus limitaciones, las que serán discutidas 
más adelante en este artículo. 
 
El flujo plasmático renal se puede determinar mediante el 
cálculo del clearance de paraaminohipurato (PAH). Éste 
administrado a bajas dosis se filtra libremente por el 
glomérulo pero a diferencia de la inulina, puede ser 
secretado completamente desde los capilares 
peritubulares hacia los túbulos renales. Esta característica 
convierte al PAH en una sustancia cuyo clearance renal es 
completo, es decir, la cantidad de plasma que se limpia de 
PAH corresponde siempre al FPR. La secreción de PAH 
ocurre mediante transportadores. Por esto el PAH debe ser 
utilizado a bajas dosis, ya que los transportadores se 
pueden saturar, y por tanto pueden no secretar todo el 
PAH que ingresa a los riñones. 
 
2.3) Cálculo de VFG como índice de la función renal: La 
mejor manera de determinar el grado de función renal en 
un individuo es a través del cálculo de la VFG. Los valores 
normales de VFG varían según la edad, el género y la 
superficie corporal. Por ejemplo, para un adulto joven se 
considera normal valores de VFG que van entre 120 a 130 
mL/min por cada 1,73 m
2
 de masa corporal, sin embargo, 
estos valores disminuyen a medida que la edad aumenta. 
Por otra parte, tanto en la población general como en 
grupos de riesgo (insuficiencia renal crónica grado III), 
valores de VFG menores a 60 mL/min por 1,73 m
2
 de 
masa corporal, representan un aumento significativo en el 
riesgo de mortalidad total, de mortalidad cardiovascular, y 
también de progresión de la enfermedad renal (Levey et al. 
, 2003). 
 
Para la estimación de la VFG se recurre a la evaluación de 
la depuración de sustancias que sean eliminadas 
principalmente a través de filtración glomerular; entre 
estas sustancias se encuentran: Los marcadores de 
filtración exógenos (siendo su prototipo la inulina), los 
radioisótopos como Cr EDTA, Tc-DTPA y I-Iotalamato (que 
se comparan favorablemente con la inulina en la medición 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 28 
 
 
de VFG) y los marcadores endógenos de filtración como 
urea, creatinina y cistatina C (Flores et al. , 2009, MacAulay 
et al. , 2006). Tanto los marcadores exógenos como los 
radiofármacos son métodos complejos, caros y difíciles de 
realizar en la práctica clínica, por lo que su uso en la 
actualidad se restringe a la investigación y a situaciones 
especiales (MacAulay et al., 2006). Además el clearance 
renal de sustancias radioactivas como 99mTc-DTPA, 169-
iterbio-DTPA o 
125
I-iotalamato, administradas como una 
única inyección intravenosa o subcutánea, difiere 
dependiendo del radioisótopo utilizado, por cuanto 169-
iterbio-DTPA y 
125
I-iotalamato presentan valores de 
clearance más altos en comparación con 99m Tc-DTPA o 
inulina (Alcázar Arroyo and Albalate, 2010, Jabary et al. , 
2006, MacAulay et al., 2006). Por su parte la VFG estimada 
sobre la base de la depuración de urea, exhibe una amplia 
variabilidad dependiendo de la cantidad de proteínas 
contenida en la dieta y de la velocidad de flujo urinario. 
 
En cuanto al uso de creatinina como marcador de la VFG, 
existe una gran variabilidad dependiendo de si la 
valoración se realiza mediante la evaluación de la 
concentración plasmática de creatinina (Cr) o mediante la 
evaluación del clearance de creatinina (ClCr), siendo este 
último método, el más exacto (Levey et al., 2003) y más 
utilizado en la actualidad. La creatinina es una sustancia 
endógena proveniente del metabolismo de la creatina 
muscular. Se mantiene en concentraciones plasmáticas 
relativamente constantes y es eliminada casi 
completamente mediante filtración glomerular. En 
condiciones de equilibrio la excreción de creatinina es igual 
a la producción de la misma, por lo que la concentración 
de creatinina varía muy poco en el plasma. Sin embargo, si 
disminuye la VFG, la concentración plasmática de 
creatinina aumenta, ya que esta se elimina principalmente 
a través de la filtración glomerular (Jabary et al., 2006). Es 
importante destacar que la relación entre la creatinina 
plasmática y el filtrado glomerular corresponde a una 
curva parabólica, de manera que existen condiciones en 
donde pacientes con valores normales de Cr, pueden 
presentar un ClCr disminuido, y por ende, pueden 
presentar un deterioro importante de su función renal 
(Jabary et al., 2006). De esta manera las guías clínicas 
vigentes recomiendan “no utilizar la concentración de 
creatinina sérica como único medio” para evaluar la 
función renal (nivel de recomendación A) (Levey et al., 
2003). 
 
El ClCr puede calcularse recolectando orina de 24, de 12 o 
de 3 horas. En la actualidad la determinación de ClCr a 
partir de orina de 24 horas es el método más utilizado en la 
práctica clínica, pero está sujeto a problemas relacionados 
con la correcta toma de muestra, lo que hace dificultosa su 
aplicación fuera del ambiente hospitalario. También, el 
ClCr se puede estimar sobre la base de métodos indirectos 
elaborados a partir de fórmulas matemáticas, los que han 
demostrado ser bastante confiables (Jabary et al., 2006). 
Sin embargo, se conocen diversos factores (como cambios 
en la superficie corporal, extremos de edad, desnutrición u 
obesidad severa, enfermedades del músculo esquelético, 
paraplejia o tetraplejia y dieta vegetariana) que hacenpoco adecuada la determinación de la función renal 
usando como biomarcador la creatinina y la estimación del 
clearance sólo en base a los niveles plasmáticos de ésta, 
debido a lo inestable respecto a su balance, 
especialmente si el paciente posee medicación con 
fármacos potencialmente tóxicos que se estén excretando 
a través de los riñones (Levey et al., 2003). 
 
Dentro de las ventajas de medir el clearance de creatinina 
mediante la recogida de orina de 24 horas se encuentra 
una mejor estimación de la VFG, especialmente en 
pacientes con dietas especiales (vegetarianos estrictos, 
suplementos de creatinina o creatina), pacientes con 
alteraciones importantes en la masa muscular, con índice 
de masa corporal extremos (inferior a 19 kg/m
2
 o superior 
a 35 kg/m
2
), pacientes con hepatopatía grave, edema 
generalizado o ascitis, pacientes en estado de embarazo, 
pacientes en estudio como potenciales donantes de riñón 
o para determinar ajuste de dosis en fármacos con elevada 
toxicidad y de eliminación renal (Fuerza de recomendación 
A) (Gracia S et al. , 2006). Mientras que sus limitaciones se 
relacionan a la sobreestimación de la VFG en individuos 
con función renal normal, a los inconvenientes que 
suponen para el paciente la recogida de orina de 24 horas, 
a los errores cometidos durante el proceso de recogida de 
la orina de 24 horas que afectan sobre todo a niños y 
ancianos. Por último una limitación importante es la carga 
laboral que representa para las salas de hospitalización y 
para el laboratorio trabajar con recolección de orina de 24 
horas (Gracia S et al., 2006). 
 
3) ESTIMACIÓN DE CLEARANCE DE CREATININA A PARTIR 
DE LA CONCENTRACIÓN PLASMÁTICA DE CREATININA 
 
La fórmula de Cockcroft-Gault (CG) fue publicada en 1976 y 
desarrollada a partir de una población de 236 individuos 
adultos, de edades comprendidas entre 18 y 92 años, 
mayoritariamente de género masculino y con un valor 
medio de clearance de creatinina de 72,7 mL/min. Para la 
obtención de la ecuación se utilizó un análisis de regresión 
en el que intervinieron como variables la concentración 
sérica de creatinina, el clearance de creatinina, la edad y el 
peso (Levey et al., 2003). 
 
 
 
Ɨ Multiplicar por 0,85 en caso de mujeres 
Ɨ Ɨ En pacientes obesos usar el peso ideal 
 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 29 
 
 
Sin embargo, en poblaciones de pacientes obesos se han 
observado valores de VFG sobreestimado, al ser calculados 
sobre la base de la fórmula CG (Jabary et al., 2006). De 
esta manera, y a partir de estas observaciones, en 1999 el 
Grupo de Estudio Modificación de la Dieta en la 
Enfermedad Renal (MDRD) presenta una nueva fórmula. La 
fórmula MDRD considera en su estructura la concentración 
de creatinina sérica, la edad y género del paciente, su 
origen étnico (no negro), los niveles de nitrógeno de urea 
en suero y los niveles de albúmina sérica (p<0,001 para 
todos los factores) (MacAulay et al., 2006). No requiere de 
la altura ni el peso del paciente, y ha sido validada en 
pacientes receptores de trasplante renal y en 
afroamericanos con nefroesclerosis (Levey et al. , 2006). 
 
La fórmula MDRD ha demostrado ser más exacta y precisa 
que la ecuación de CG en pacientes con una VFG menor de 
90 mL / min por 1,73 m
2
 (MacAulay et al., 2006). No 
obstante, siguen existiendo dudas sobre la generalización 
de la ecuación y existe consenso en que una de sus 
principales limitaciones es su escasa correlación con la 
VFG real (medido a través de 125 I-iotalamato) en aquellos 
casos de pacientes con valores superiores a 60 
mL/min/1,73 m
2
, por lo que los informes de laboratorio 
establecen como rango de normalidad el valor cualitativo 
>60 mL/min/1,73 m
2
 (Alcázar Arroyo and Albalate, 2010). 
La infraestimación del VFG puede ocasionar que, algunos 
individuos, puedan ser sometidos a exploraciones 
innecesarias, a infradosificación de fármacos con excreción 
por vía renal, a evitar la realización de procedimientos 
diagnósticos que requieren el uso de contrastes para 
técnicas de imagen, y a recibir terapias más agresivas para 
conseguir una reducción de factores de riesgo 
cardiovascular (Alcázar Arroyo and Albalate, 2010, 
Montañés Bermúdez et al. , 2011). Por este motivo es que 
se han propuesto ajustes de la formula MDRD, 
incorporando otras variables que mejoren la estimación 
de la VFG ante valores de VFG superiores a 90 
mL/min/1,73 m
2
, entre ellas destaca MDRD-4 o MDRD-
IDMS (Levey et al., 2006). 
 
4) MDRD-6 VARIABLES 
 
VFG (mL/min)Ɨ = 170 * Creatinina sérica-0,999 * (mg/dL)* 
edad (años)-0,176* BUN-0.170(mg/dL)* Alb0,318(g/dL) 
 
Ɨ para 1,73m
2
; multiplicar por 0,762 si es mujer; multiplicar 
por 1,180 si es afroamericanos. 
 
5) MDRD-4 VARIABLES (ABREVIADA) 
VFG (mL/min) = 186 * Creatinina sérica-1,154 * (mg/dL)* 
edad (años)-0,203 * 0,742 (si es mujer)* 1,21 (si es 
afroamericano) 
 
 
En la actualidad, en nuestro país, se ha recomendado a los 
laboratorios clínicos informar automáticamente VFG 
estimada basada en ecuaciones de predicción (MDRD 4-
variables), cada vez que sea solicitada una prueba de 
creatinina sérica (Flores et al., 2009). 
Otra de las modificaciones a la ecuación MDRD, la realizó 
su autor principal en el año 2009: CKD-EPI se basa en un 
ajuste de la ecuación según los valores de creatinina sérica 
y ha demostrado ser más precisa que su antecesora. En 
esta ecuación se logran mejoras en la exactitud y precisión 
de la estimación de VFG para valores superiores a 60 
mL/min/1,73 m
2
 (Montañés Bermúdez et al., 2011), 
especialmente en los pacientes con niveles más altos de 
VFG (Levey et al. , 2009) . 
 
6) ECUACIÓN DE CKD-EPI 
 
 
VFG: filtrado glomerular, expresado en mL/min/1,73 m2; creatinina 
expresada en mg/dL; edad expresada en años. 
 
Al comparar las ecuaciones CKD-EPI y MDRD, ambas 
poseen una exactitud similar para valores de VFG menores 
a 60 ml/min/1,73 m2. Sin embargo, CKD-EPI demuestra 
menor desviación (respecto al gold standard) y mayor 
precisión. Esto permite clasificar menos individuos como 
“falsos enfermos renales crónicos” y categorizar con mayor 
precisión su riesgo de mortalidad y enfermedad renal 
terminal (en comparación a través de la ecuación MDRD) 
(Rosa-Diez et al. , 2011). 
 
A pesar de las actualizaciones realizadas en las fórmulas 
que estiman la VFG, aún se mantienen las limitaciones 
propias de usar la creatinina como biomarcador. Entre 
éstas limitaciones cabe mencionar la secreción tubular de 
creatinina (que sobrestima la VFG), los errores en la 
recolección de orina (especialmente cuando es analizada 
en orina de 24 horas) y la existencia de grupos de 
pacientes con alteraciones en sus concentraciones 
plasmáticas de Cr (Flores et al., 2009). Por ejemplo, se sabe 
que los valores de creatinina se ven aumentados en 
episodios de insuficiencia renal aguda, insuficiencia renal 
crónica, acromegalia, gigantismo activo e hipertiroidismo; 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 30 
 
 
además el consumo de ácido ascórbico, metildopa, 
levodopa, y fructosa (que originan interferencia química en 
el análisis). Por el contrario se observaría disminuido ante 
cuadros de embarazo o estados de caquexia o por la 
ingesta de andrógenos y esteroides anabolizantes (Martin 
et al. , 2006). 
 
7) CISTATINA C COMO MARCADOR DE FUNCIÓN RENAL 
La gran variedad de condiciones en que la concentración 
de creatinina no resulta ser un buen marcador para 
estimar la VFG ha permitido la búsqueda de otros 
biomarcadores para estimar la VFG y evaluar la función 
renal. Entre ellos se encuentra la cistatina C, una proteína 
con un peso molecular de 13kDa, no glicosilada, y 
producida por todas las células nucleadas. Con un bajo 
peso molecular y un alto punto isoeléctrico, que le confiere 
una carga positiva a pH fisiológico, la cistatina C se filtra 
libremente por el glomérulo y se reabsorbe en el túbulo 
proximal. Sin embargo, la cistatina C es posteriormente 
catabolizada completamentepor las células tubulares por 
lo que no retorna hacia el torrente sanguíneo a través de 
los capilares peritubulares. De esta forma, el clearance de 
cistatina C, es decir, el volumen de plasma “limpio” de 
cistatina C en un minuto, también corresponde a la VFG. 
Sin embargo, en ausencia de daño tubular, la 
concentración de cistatina C en orina es muy baja, de 0,03 - 
0,3 mg/L lo que dificulta calcular el clearance de cistatina C 
a través de la toma de muestras de orina (tal como se 
realiza con creatinina) (Arias I et al. , 2005). Entonces, 
debido a que la diferencia entre concentración sérica y 
plasmática de cistatina C no es clínicamente significativa, 
para evaluar la función renal se utiliza la concentración 
sérica de cistatina C como biomarcador. Debido a la 
ausencia de cambios, en la concentración de cistatina C, 
dependientes de la masa muscular, de la edad, género o 
dieta del paciente, su determinación en sangre se ha 
propuesto como un fiel biomarcador de la VFG. Diversos 
estudios sugieren su superioridad frente a la creatinina en 
la estimación de la VFG (Montañés et al. , 2010, Shlipak et 
al. , 2013). De hecho, cistatina C posee una mayor 
sensibilidad a pequeños cambios del filtrado glomerular, 
especialmente para detectar una leve reducción de la VFG 
(Entre 60 y 90 mL / min / 1,73 m
2
) (Arias I et al., 2005, 
Herget-Rosenthal et al. , 2007). 
 
La mayor utilidad de cistatina C como biomarcador se 
observa cuando se estima la VFG en pacientes críticos, en 
ancianos o en determinadas patologías que cursan con una 
síntesis de creatinina disminuida (Montañés Bermúdez et 
al., 2011, Shlipak et al., 2013). En estos casos la 
determinación de cistatina C es una interesante 
alternativa y justificaría su mayor costo de implementación 
(Arias I et al., 2005). Una oportunidad para el uso de 
cistatina C puede ser la evaluación de la función renal en 
pacientes con alteraciones importantes de la masa 
muscular (amputaciones, pérdida de masa muscular, 
enfermedades musculares, paraplejia, cuadriplejia), con 
desviaciones extremas del índice de masa corporal o 
aquellos provenientes de etnias en las que no se ha 
estudiado la validez de las ecuaciones actuales. Por otra 
parte, la cistatina C puede ser útil en la evaluación de la 
VFG en potenciales donantes de riñón, individuos 
vegetarianos estrictos o durante la monitorización de la 
toxicidad de fármacos de eliminación renal (Alcázar Arroyo 
and Albalate, 2010). Sin embargo, las desventajas de la 
cistatina C aún incluyen su variabilidad inter-individual y el 
elevado costo de implementar la técnica analítica que 
corresponde a un inmunoensayo (Arias I et al., 2005). En la 
actualidad la concentración de cistatina C elevada en 
pacientes se ha relacionado con factores de riesgo 
cardiovascular clásicos, como diabetes, hipertensión 
arterial y enfermedad renal crónica, y además con 
concentraciones elevadas de proteína C reactiva, 
homocisteína y fibrinógeno (Cepeda et al. , 2007). La 
estimación de la VFG mediante ecuaciones basadas 
concentración plasmática de creatinina como también de 
cistatina C presentan resultados heterogéneos (Arias I et 
al., 2005) por lo que su utilidad debe ser evaluada según la 
población de pacientes que se encuentra en estudio. A 
continuación revisaremos algunas condiciones en que 
puede ser útil estimar el valor de función renal en base a la 
concentración plasmática de cistatina C debido la baja 
precisión o exactitud de la estimación de la VFG a través de 
la concentración sérica de creatinina: 
 
7.1) Shock Séptico: Cistatina C plasmática incrementa 
antes que otros marcadores clásicos de función renal en 
estos pacientes. Esta velocidad de respuesta es útil para 
instaurar medidas que eviten la progresión de la disfunción 
renal. Valores de función renal determinados a través de 
cistatina C se correlacionan con la evolución a RIFLE «F» en 
shock séptico, siendo un marcador de severidad (Ortuno-
Anderiz et al. , 2015). 
 
7.2) Enfermedad Cardíaca: En pacientes con enfermedad 
cardiaca isquémica o insuficiencia cardíaca, la insuficiencia 
renal es un marcador pronóstico importante [17,18]. 
Tradicionalmente se ha propiciado la estimación de la VFG 
utilizando las fórmulas CG, MDRD y CKD-EPI en estos 
pacientes. Sin embargo, los valores de creatinina sérica se 
alteran cuando ya se ha deteriorado prácticamente un 50% 
de la función renal, convirtiéndose en un marcador 
bastante tardío. Por otra parte, se ha comprobado que la 
función renal medida a través de la concentración sérica de 
cistatina C se comporta cercana al gold estándar (clearance 
de yodotalamato) y es por lo tanto es un potente predictor 
pronóstico a 24 meses en los pacientes con insuficiencia 
cardiaca (Cepeda et al. , 2010, Damman et al. , 2012). 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 31 
 
 
7.3) Diabetes Mellitus: Los estudios a la fecha son 
controversiales, pero en su mayoría acuerdan que existe 
una mayor especificidad de cistatina C versus creatinina 
(utilizando el clearance de iohexol como gold standart) en 
la detección de cambios tempranos del filtrado glomerular 
y como también en la monitorización del curso de la 
nefropatía diabética y sus complicaciones (Bhat K, 2015, 
Pucci et al. , 2007). 
 
7.4) Insuficiencia Renal Crónica (IRC): en IRC es útil la 
estimación de la VFG basada en la creatinina sérica, la 
edad, la raza, el sexo y la superficie corporal, 
especialmente en casos de disfunción renal leve-moderada 
(Levey et al., 2003). Sin embargo, en pacientes con IRC 
avanzada estos valores se vuelven imprecisos (Martin et 
al., 2006). La ecuación de CKD-EPI obtiene estimaciones de 
la VFG superiores a las obtenidas por MDRD-IDMS, lo que 
permitiría estimar la función renal con una mayor precisión 
en pacientes con IRC y reclasificar a pacientes en los 
estadios de enfermedad renal crónica de IRC 
(especialmente mujeres jóvenes), evitando el tratamiento 
o derivación inadecuada de los pacientes (Alcázar Arroyo 
and Albalate, 2010, Levey et al., 2009, Montañés et al., 
2010). El uso de cistatina C sola o en combinación con 
creatinina refuerza la asociación entre la VFG y los riesgos 
de enfermedad renal y muerte en etapa terminal, en 
diversas poblaciones (Shlipak et al., 2013). Aunque algunos 
estudios muestran que la Cistatina C presenta una gran 
dispersión en la correlación con el filtrado glomerular, al 
igual que la creatinina, ésta se encuentra libre de 
influencias por la edad, el sexo, características 
antropométricas o diabetes. Es conveniente recordar que 
la IRC implica un deterioro progresivo de la función renal 
por lo que es necesario complementar la evaluación de la 
función renal con mediciones de albuminuria, ya que ésta, 
aparte de ser un importante factor de riesgo vascular, es el 
principal marcador de progresión de enfermedad renal. 
Por tanto en estos casos es recomendable utilizar el 
cociente albúmina/creatinina en muestra simple de orina 
(Alcázar Arroyo and Albalate, 2010). 
 
7.5) Daño Hepático-Renal: La disfunción renal es la 
principal complicación y es considerada un factor de mal 
pronóstico en daño hepático crónico (DHC), especialmente 
post trasplante. La creatinina sérica ha sido incorporada 
como valor predictivo en pacientes con cirrosis 
descompensada o en candidatos a trasplante hepático. Sin 
embargo, los pacientes con DHC poseen una menor masa 
muscular esquelética, lo que resulta en una menor creatina 
sérica. En el grado A de la clasificación de Child 
permanecen fiables los valores de creatinina, mientras que 
en grado C se sobrestima la VFG. Tanto la reducción de 
masa muscular como el desarrollo de retención hídrica con 
la aparición de ascitis se traducen en una disminución de la 
concentración de creatinina plasmática y pueden explicar 
su sobreestimación. Por otra parte el aumento de peso 
ocasionado por la ascitis contribuye a la sobrevaloración de 
la fórmula de CG. La determinación de la VFG a través de la 
ecuación MDRD demostróser mejor en la detección precoz 
de la disfunción renal moderada en pacientes con DHC 
(MacAulay et al., 2006). En este grupo de pacientes 
cistatina C ofrece mayor sensibilidad en detectar el 
deterioro renal en el caso de pacientes cirróticos. Algunos 
estudios han demostrado que la ecuación combinada 
creatinina/cistatina C obtiene mejores resultados que las 
ecuaciones basadas en cualquiera de estos marcadores por 
sí solos y puede ser útil como prueba confirmatoria para 
enfermedadcrónica del riñón (Inker et al. , 2012). 
 
7.6) Pacientes Ancianos: En este grupo etario es 
importante medir la VFG como predictor de resultados 
adversos en la farmacoterapia, además de ser un factor 
predisponente de tanto comorbilidades como alteraciones 
en parámetros farmacocinéticos durante el tratamiento 
farmacológico (Heras et al. , 2013). Por lo tanto, es 
necesario ajustar la dosis de medicamentos en pacientes 
ancianos al igual que en pacientes con enfermedad renal 
crónica. Sin embargo, la disminución de la VFG ocasionada 
fisiológicamente con la edad no se refleja en el aumento 
de la concentración de creatinina sérica. Esto ocurre 
probablemente debido a la disminución en la masa 
muscular. , que reduce la generación de creatinina (Elinder 
et al. , 2014). Por lo tanto, es difícil de usar la 
concentración de creatinina en suero solo para estimar el 
nivel de la función renal, tanto para detectar las primeras 
etapas de la enfermedad renal crónica como para ajustar 
las dosis de drogas (Levey et al., 2003). Se debe tener 
precaución al ajustar fármacos según los niveles de 
creatinina sérica en este grupo de pacientes, debido a una 
potencial sobredosificación. La determinación de cistatina 
C podría ser un buen marcador de función renal en estos 
casos. 
 
7.7) Función Renal en Niños: Este es otro grupo de 
pacientes en los que la creatinina no es el método más 
exacto para detectar leves reducciones de la VFG, ya que la 
estimación está dificultada por la edad y también por la 
masa muscular. Sin embargo, también se han realizado 
estimaciones de VFG sobre la base de una adaptación de 
CKD con buenos resultados (Schwartz et al. , 2009). En 
general se acepta que las ecuaciones de predicción 
basadas en Cistatina C tienen una alta precisión, pero no 
pueden sustituir a los métodos exógenos (Andersen et al. , 
2009). 
 
7.8) Patología Tiroidea: en enfermedad tiroidea se altera 
el filtrado glomerular, aumentando el nivel de creatinina. 
Sin embargo, ya que las hormonas tiroideas actúan sobre 
el metabolismo general también pueden influenciar el 
nivel de cistatina C independientemente de la función 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 32 
 
 
renal. Es recomendable entonces, conocer la función 
tiroidea en todo paciente en que se utilice cistatina C como 
marcador de la función renal. En estos pacientes la 
creatinina sérica y la fórmula de Cockroft-Gault son 
mejores estimadores de la función renal que la cistatina C 
(que se encontraría disminuida en pacientes con 
hipotiroidismo y elevada en pacientes con 
hipertiroidismo)(Arias I et al., 2005). 
 
8) MARCADORES PARA EVALUAR LA FUNCIÓN RENAL EN 
IRA 
 
Para la evaluación de la insuficiencia renal aguda (IRA) sólo 
la medición de cistatina C sérica ha demostrado resultados 
satisfactorios para la evaluación de la VFG, por lo que en la 
actualidad se evalúan nuevos biomarcadores (Coca et al. , 
2008). Entre los biomarcadores más importantes caben 
destacar la lipocalinaneutrofílica asociada a gelatinasa 
(NGAL), la N-acetil beta-D-glucosaminidasa (NAG), la 
Interleukina-18 (IL-18) y la molécula de lesión renal 1 (KIM 
1), las que han demostrado la capacidad de predecir la 
lesión renal aguda días antes de la elevación de la 
creatinina plasmática y parecen incluso predecir la 
morbilidad y mortalidad asociadas con la lesión renal 
aguda mejor que la creatinina. La IL-18 es una citocina 
proinflamatoria de la familia de la IL-1, producida en 
monocitos, macrófagos y células tubulares proximales. 
Su aumento de concentración en la orina se asoció con 
gravedad del daño renal agudo y mortalidad. Incluso se 
determinó su aumento 2 días antes de que se apreciase 
un incremento de la concentración sérica de creatinina 
(Seijas et al. , 2014). KIM-1, también denominada Kidney 
Injury Molecule-1, es un receptor celular del virus de la 
hepatitis A, o también T cell immunoglobin and mucin-
containing molecule (TIM-1), es una glicoproteína 
transmembrana, cuya expresión es mínima en condiciones 
normales, sin embargo, se observa muy elevada tras la 
isquemia renal en la rata (Han et al. , 2002). De esta 
manera, la concentración en orina de KIM-1 se ha 
propuesto como un biomarcador de daño tubular 
proximal, debido a la relación entre el aumento de KIM-1 y 
una mayor gravedad de la enfermedad en pacientes 
críticos, mayor necesidad de terapia sustitutiva renal y una 
mayor probabilidad de mortalidad (Seijas et al., 2014). 
NGAL (Neutrophil gelatinase-associated lipoclin) es una 
proteína de 178 aminoácidos que pertenece a las 
lipocalinas. Debido a que NGAL se libera en 
condiciones de inflamación sistémica, las propiedades 
de NGAL para predecir el desarrollo de daño renal 
aguda son peores en pacientes críticos, especialmente si 
presentan sepsis. Sin embargo, debido a lo incipientes de 
estas investigaciones, es que se requiere de validar el uso 
en la práctica clínica de estos biomarcadores, a través de 
estudios masivos (Seijas et al., 2014). 
 
9) CONCLUSIONES 
 
En virtud de lo expuesto, según lo que revelan los distintos 
estudios a la fecha y los antecedentes clínicos reportados: 
 
• La estimación de la VFG es un buen índice para evaluar 
tanto en la progresión del daño renal como también para 
ajustar la terapia farmacológica en pacientes con una 
función renal disminuida (Alcázar Arroyo and Albalate, 
2010, Flores et al., 2009). Una buena estimación de la 
VFG permitirá al cuerpo clínico ajustar la dosis de 
fármacos que se eliminan por filtración glomerular a 
través del riñón. Al prolongar el intervalo de dosificación 
normal o disminuir la dosis se puede obtener la 
concentración plasmática deseada reduciendo el riesgo 
de una sobredosis de fármacos, especialmente en los 
ancianos (Montañés et al., 2010). 
 
• La concentración de creatinina sérica no debe ser 
utilizada como única magnitud biológica para evaluar la 
función renal (Alcázar Arroyo and Albalate, 2010, Flores 
et al., 2009). La VFG estimada a partir del clearance de 
creatinina, en conjunto con cistatina C y determinación 
de urea mejoran la confiabilidad de la evaluación renal 
(Filler et al. , 2014). 
 
• La determinación de la VFG a partir de ecuaciones 
consideran generalmente la concentración sérica de 
creatinina y algunas de las siguientes variables: edad, 
sexo, etnia, peso y talla. En nuestro país, se recomienda 
la utilización de la ecuación de MDRD-4 o MDRD-IDMS 
debido a que se ha demostrado que éstas serían las más 
fiables basadas en la determinación de creatinina sérica 
(Flores et al., 2009). Tanto las ecuaciones CG como 
MDRD han sido evaluadas en poblaciones con nefropatía 
diabética y no diabética, en trasplante renal y donantes 
de trasplante renal. Por ello se recomienda su uso 
rutinario en la detección de la enfermedad renal crónica, 
particularmente en el nivel de atención primaria (Flores 
et al., 2009). 
 
• En caso de pacientes de edades extremas, con valores 
extremos del IMC debido a desnutrición u obesidad 
severas, que presentan paraplejia o cuadriplejia, que 
padecen enfermedades de músculo esquelético, 
vegetarianos estrictos y también en embarazadas, la 
precisión diagnóstica de cistatina C sérica es superior a la 
de creatinina sérica para la estimación de la función renal 
(Flores et al., 2009). 
 
• En pacientes complejos y cuando se requiera una medida 
exacta de la VFG se aconseja la utilización del clearance 
renal de marcadores exógenos (AlcázarArroyo and 
Albalate, 2010). La inulina sigue siendo la medición de la 
VFG gold standard. Sin embargo, existe una 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 33 
 
 
• disponibilidad limitada y su uso sigue siendo engorroso e 
invasivo. 
 
• Por otra parte, el cálculo del clearance de creatinina 
utilizando la recolección de orina de 24h sigue siendo 
una forma con gran precisión y menos invasiva que la 
administración de sustancias exógenas para calcular la 
VFG. 
 
 En la evaluación de IRA, si bien aún se necesitan estudios 
masivos, se auguran buenos resultados en nuevos 
biomarcadores para clasificación (cistatina C en suero, 
IL-18 en orina, y KIM-1 en orina) y el diagnóstico precoz 
de IRA (en suero, la cistatina C, y NGAL en orina) como 
también para predecir la necesidad de diálisis o predecir 
la mortalidad (orina KIM-1, NAG, e IL-18) (Coca et al., 
2008). 
 
BIBLIOGRAFÍA: 
 
Alcázar Arroyo R, Albalate M. Nuevas fórmulas para estimar el filtrado 
glomerular: Hacia una mayor precisión en el diagnóstico de la 
enfermedad renal crónica. Nefrología (Madrid). 2010;30:143-6. 
Andersen TB, Eskild-Jensen A, Frokiaer J, Brochner-Mortensen J. Measuring 
glomerular filtration rate in children; can cystatin C replace established 
methods? A review. Pediatric nephrology. 2009;24:929-41. 
Arias I, Pobes A, M B. Cistatina C.Nuevo marcador de función renal. 
Nefrología. 2005;25:217-20. 
Bhat K LA, Ahmad S, Kakkar M. Cystatin C: An early marker of cardiac 
complications in Diabetics. Acta Medica International. 2015;2:84-6. 
Cepeda FJ, Fernandez E, Pobes A, Banos LM. [Utility of cystatin-C in 
hospitalized patients. Comparing with different methods of assessing 
renal function]. Nefrologia. 2007;27:168-74. 
Cepeda J, Tranche-Iparraguirre S, Marin-Iranzo R, Fernandez-Rodriguez E, 
Riesgo-Garcia A, Garcia-Casas J, et al. [Cystatin C and cardiovascular 
risk in the general population]. Revista espanola de cardiologia. 
2010;63:415-22. 
Coca SG, Yalavarthy R, Concato J, Parikh CR. Biomarkers for the diagnosis 
and risk stratification of acute kidney injury: a systematic review. 
Kidney international. 2008;73:1008-16. 
Damman K, van der Harst P, Smilde TD, Voors AA, Navis G, van Veldhuisen 
DJ, et al. Use of cystatin C levels in estimating renal function and 
prognosis in patients with chronic systolic heart failure. Heart. 
2012;98:319-24. 
Eaton DC, Pooler JP. Clearance. In: Eaton DC, Pooler JP, editors. Vander's 
Renal Physiology. 8th ed. Unated States of America 2013. p. 37-44. 
Elinder CG, Barany P, Heimburger O. The use of estimated glomerular 
filtration rate for dose adjustment of medications in the elderly. Drugs 
& aging. 2014;31:493-9. 
Filler G, Yasin A, Medeiros M. Methods of assessing renal function. Pediatric 
nephrology. 2014;29:183-92. 
Flores JC, Alvo M, Borja H, Morales J, Vega J, Zúñiga C, et al. Enfermedad 
renal crónica: Clasificación, identificación, manejo y complicaciones. 
Revista médica de Chile. 2009;137:137-77. 
Gracia S, Montañés R, Bover J, Cases A, Deulofeu R, A. MdF, et al. 
Documento de consenso: Recomendaciones sobre la utilización de 
ecuaciones para la estimación del filtrado glomerular en adultos. 
Nefrología. 2006;658-665. 
Han WK, Bailly V, Abichandani R, Thadhani R, Bonventre JV. Kidney Injury 
Molecule-1 (KIM-1): a novel biomarker for human renal proximal 
tubule injury. Kidney international. 2002;62:237-44. 
Heras M, Garcia-Cosmes P, Fernandez-Reyes MJ, Sanchez R. Natural 
progression of renal function in the elderly: analysis of poor prognosis 
factors associated with chronic kidney disease. Nefrologia. 
2013;33:462-9. 
Inker LA, Schmid CH, Tighiouart H, Eckfeldt JH, Feldman HI, Greene T, et al. 
Estimating Glomerular Filtration Rate from Serum Creatinine and 
Cystatin C. New England Journal of Medicine. 2012;367:20-9. 
Jabary NS, Martin D, Munoz MF, Santos M, Herruzo J, Gordillo R, et al. 
[Serum creatinine and creatinine clearance to estimate renal function 
in essential hypertension]. Nefrologia. 2006;26:64-73. 
Levey AS, Coresh J, Balk E, Kausz AT, Levin A, Steffes MW, et al. National 
Kidney Foundation practice guidelines for chronic kidney disease: 
evaluation, classification, and stratification. Annals of internal 
medicine. 2003;139:137-47. 
Levey AS, Coresh J, Greene T, Stevens LA, Zhang YL, Hendriksen S, et al. 
Using standardized serum creatinine values in the modification of diet 
in renal disease study equation for estimating glomerular filtration 
rate. Annals of internal medicine. 2006;145:247-54. 
Levey AS, Stevens LA, Schmid CH, Zhang YL, Castro AF, 3rd, Feldman HI, et 
al. A new equation to estimate glomerular filtration rate. Annals of 
internal medicine. 2009;150:604-12. 
MacAulay J, Thompson K, Kiberd BA, Barnes DC, Peltekian KM. Serum 
creatinine in patients with advanced liver disease is of limited value for 
identification of moderate renal dysfunction: are the equations for 
estimating renal function better? Canadian journal of gastroenterology 
= Journal canadien de gastroenterologie. 2006;20:521-6. 
Martin MV, Barroso S, Herraez O, de Sande F, Caravaca F. [Cystatin C as 
estimator of glomerular filtration rate in patients with advanced 
chronic renal disease]. Nefrologia. 2006;26:433-8. 
Montañés Bermúdez R, Gràcia García S, Pérez Surribas D, Martínez Castelao 
A, Bover Sanjuán J. Documento de Consenso. Recomendaciones sobre 
la valoración de la proteinuria en el diagnóstico y seguimiento de la 
enfermedad renal crónica. Nefrología (Madrid). 2011;31:331-45. 
Montañés R, Bover J, Oliver A, J.A. B, Gràcia S. Valoración de la nueva 
ecuación CKD-EPI para la estimación del filtrado glomerular. 
Nefrología. 2010;30:185-94. 
Ortuno-Anderiz F, Cabello-Clotet N, Vidart-Simon N, Postigo-Hernandez C, 
Domingo-Marin S, Sanchez-Garcia M. Cystatin C as an early marker of 
acute kidney injury in septic shock. Revista clinica espanola. 
2015;215:83-90. 
Pucci L, Triscornia S, Lucchesi D, Fotino C, Pellegrini G, Pardini E, et al. 
Cystatin C and estimates of renal function: searching for a better 
measure of kidney function in diabetic patients. Clinical chemistry. 
2007;53:480-8. 
Rosa-Diez GJ, Varela F, Crucelegui S, Algranati SL, Greloni G. Comparación 
entre las ecuaciones CKD-EPI y MDRD para la estimación del filtrado 
glomerular en pacientes con enfermedad renal crónica. Medicina 
(Buenos Aires). 2011;71:323-30. 
Schwartz GJ, Munoz A, Schneider MF, Mak RH, Kaskel F, Warady BA, et al. 
New equations to estimate GFR in children with CKD. Journal of the 
American Society of Nephrology : JASN. 2009;20:629-37. 
 
 
 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 34 
 
 
Seijas M, Baccino C, Nin N, Lorente JA. [Definition and biomarkers of acute 
renal damage: new perspectives]. Medicina intensiva / Sociedad 
Espanola de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias. 2014;38:376-
85. 
Shlipak MG, Matsushita K, Arnlov J, Inker LA, Katz R, Polkinghorne KR, et al. 
Cystatin C versus creatinine in determining risk based on kidney 
function. The New England journal of medicine. 2013;369:932-43. 
 
 
 
ABSTRACT 
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ --------------------------------------------------------------------------- 
Renal clearance is a concept that allows us to identify the rate of removal of certain substances in order to evaluate kidney function in healthy 
individuals and patients. Thus, the clearance helps us determine the glomerular filtration rate (GFR) and renal plasma flow (RPF). However, both 
sampling and injection of substances that allow us to determine the clearance present certain complexity. There are different methods to 
estimate GFR from calculating the clearance of various substances, each with its advantages and disadvantages. In this review article we discuss 
with a teaching approach, the concept of renal clearance, calculating GFR and its estimation through the use of various equations.Finally, we 
discuss the possible use of cystatin C as a marker of renal function in those patients whose estimated GFR from the plasma concentration of 
creatinine can lead to errors in diagnostic interpretation. 
 
Keywords: Clearance, Creatinine, Cystatin C, GFR, Renal Function. 
 
Rev. Farmacol. Chile (2015) 8(3) 25-34 Received 15-10-2015; Revised 15-11-2015; Accepted 24-11-2015 
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuar navegando