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A B Médula Posganglionar Acetilcolina Preganglionar NoradrenalinaGanglio simpático Ganglio parasimpático Posganglionar Efector Preganglionar Acetilcolina Figura 7-40. Esquema de las vías preganglionares y posganglionares A) de la vía simpática y B) de la vía parasimpática; en azul, las fibras colinérgicas y en gris, las adrenérgicas. acetilcolina. Según el tipo de neurotransmisor secretado, las fibras del sistema nervioso vegetativo se clasifican en dos tipos. Las fibras adrenérgicas son aquellas en las que predomina la noradrenalina como transmisor químico, sien- do de este tipo la mayor parte de las fibras posganglionares simpáticas, excepto las que van a las glándulas sudoríparas y a los músculos lisos de las paredes de los vasos sanguí- neos que riegan los músculos esqueléticos y la piel. Las fibras colinérgicas son aquellas en las que interviene la acetilcolina como transmisor químico. Pertenecen a este grupo todas las fibras preganglionares y posganglionares del sistema parasimpático y las preganglionares del sistema simpático (Fig. 7-40). Cada mediador químico produce en el órgano efector un tipo de respuesta, que de forma generalizada se puede deno- minar efecto colinérgico (si proviene del sistema parasimpá- tico) o efecto adrenérgico (si proviene del sistema simpáti- co). No obstante, cada uno de estos neurotransmisores, al actuar sobre el efector, lo puede hacer sobre un tipo de receptor diferente. Así, la acetilcolina puede actuar sobre receptores muscarínicos, o sobre receptores nicotínicos y la noradrenalina a su vez puede estimular receptores a- adrenérgicos o b-adrenérgicos. Actualmente se conocen muchos más transmisores, lo que nos permite disponer de fármacos que pueden actuar activando el sistema simpático (simpaticomiméticos), como, por ejemplo, las anfetaminas, o inhibiéndolo (simpaticolíticos), o activando el sistema parasimpático (parasimpaticomiméticos) o inhibiéndolo (pa- rasimpaticolíticos). Del conjunto de la actividad de cada una de estas fibras y de la activación o inhibición de los neuro- transmisores sobre los receptores, acaba resultando la acti- vación o inhibición de las funciones de la víscera. De forma global se puede decir que el sistema simpático es el sistema de alarma, huida o lucha, ya que cuando predomina su actividad es en las situaciones de urgencia, en las que prepara a todas las vísceras del organismo para la defensa. Actúa dilatando la pupila, adapta el cristalino para ver de lejos, aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria, provoca vasoconstric- ción en la piel y vasodilatación de los músculos esqueléti- cos, disminuye el peristaltismo y la secreción de las vísceras digestivas, mantiene activado el sistema reticular de vigilia y acelera el metabolismo aumentando la glucemia y los ácidos grasos libres, para obtener el máximo de energía, ya que su actividad se produce en situaciones de máximo cata- bolismo o hipermetabolismo. Por el contrario, el sistema parasimpático es el sistema de la meditación o de la digestión, ya que su actividad tiende a predominar en las situaciones de reposo con el fin de conseguir un mayor anabolismo, generando y recuperan- do energía. Sus efectos son los contrarios a los descritos en el sistema simpático. Produce miosis, acomoda el cristalino para la visión cercana, desciende la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la tensión arterial, y actúa en especial sobre el sistema de la digestión activando el peristaltismo y la secreción de todas las glándulas, facilita la eliminación (fecal y urinaria) y, finalmente, disminuye la actividad del sistema reticular reduciendo la vigilia (la situación pos- prandial es el máximo exponente de la actividad parasim- pática). Por todo lo explicado queda demostrado que éste no es realmente un sistema autónomo, sino que está estrechamen- te relacionado y controlado por el sistema nervioso central y que se regula a partir de centros superiores, como la corteza cerebral y el hipotálamo. Actualmente se sabe que puede ser controlado con aprendizaje al igual que el sistema somático, ya que la mayoría de los reflejos neurovegetativos que dominan ambos sistemas (cardiovasculares, gastrointestina- les, de excreción o sexuales) pueden ser controlados y regu- lados por la voluntad debido a sus conexiones con los centros superiores. GLOSARIO DE PATOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO Afasia: alteración del reconocimiento, elaboración o utiliza- ción del lenguaje. Se denomina motora si predominan los trastornos motores de expresión, y sensitiva si predomi- nan los trastornos de comprensión del lenguaje. Agrafia: pérdida de la capacidad de escribir. Alexia: pérdida de la capacidad para leer. 200 Estructura y función del cuerpo humano
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